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LOS JUEGOS EN LA HORNADA DE TEJAS (Teno Alto, Buenavista del Norte: Tenerife) María Dolores García Martín y Manuel J. Lorenzo Perera © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 INTRODUCCIÓN Que sepamos, los estudios publicados sobre tejería en Canarias son escasos y recientes, posteriores al año 1987. Investigaciones de índole parcial; tres de ellas referidas a la isla de Tenerife (Teno Alto, Buena vista del Norte. La Hoya, San Miguel de Abona. La Laguna); y la cuarta, dedicada a la isla de Gran Canaria, centrada, esencialmente, en el municipio de Arucas (véase la relación bibliográfica). Las fuentes escritas que tratan el tema son muy limitadas, prácticamente inexistentes. Por lo tanto, el recurso esencial -es lo que ha ocurrido cada vez que hemos abordado cualquier capítulo de la cultura tradicional canariaha sido la oralidad cultural. PRESENCIA DE LA TEJERÍA EN LA ISLA DE TENERIFE Fue con posterioridad a la conquista de Tenerife (1496) cuando se introdujeron dos nuevos elementos de construcción: las tejas y los ladrillos, presentes en el proceso histórico de la Humanidad desde hace miles de años. Hay datos sobre ellos en los momentos inmediatamente posteriores al señalado episodio. Si consideramos los Acuerdos del Cabildo de Tenerife, se remontan al día 12 de febrero de 1507. Centrándonos en la tejería, sus alusiones son ya pródigas en sesiones cabildescas correspondientes a los años 1507-1513. Se mencionan y hasta se da el nombre de algunos de los tejeros que había en la por entonces capital de la Isla, la Villa de San Cristóbal de La Laguna. Consciente de su importancia, el Cabildo, desde muy pronto, pretende controlar y asesorar esta actividad artesanal, tal como se trasluce en lo tratado en la reunión del día 5 de marzo de 1512: 61 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 "Se platicó sobre los inconvenientes y daños por ser las casas cubiertas con paja (. . .) e son de mucho costo que con poco más se pueden hacer de teja que es perpetuo y más seguro e ennoblecimiento desta villa. Mandaron que ninguno sea osado de hacer casas cubiertas de paja, salvo su tejera e tilla e tijera " 1 • La Laguna fue la primera población de línea colonial europea en la isla de Tenerife. Progresivamente fueron surgiendo otras. En ellas -grandes, medianas, chicas e incluso en los caseríos aislados- fue común la figura del horno (u hornos) de tejas destinado a satisfacer las necesidades del vecindario. Ahora bien, la presencia de aquéllos no se produjo al unísono en todas las entidades de población. En Teno Alto fueron maestros de Masca y de El Carrizal ( "los carrizaleros ")-los tres pueblitos pertenecen al municipio de Buenavista del Norte- quienes enseñaron a los moradores de aquel lugar a hacer tejas: "Los primeros, cuando yo me acuerdo, venían de Masca, porque aquí nadie sabía trabajar eso. Y los tejeros también de Masca, los primeros que pegaron a hacer eso. Cuando nosotros nacimos ya habían casas, de nuestros padres, pero fueron hechas por gente de fuera, de Masca, esa gente no era de aquí, eran los que sabían hacer eso "2. Con dichos artesanos foráneos - posiblemente en la segunda mitad del siglo XIX- aprendieron algunos vecinos de Teno Alto. Con anterioridad, sus habitantes vivían en cuevas ( de ahí el nombre de uno de los caseríos: Las Cuevas) o en casas con techumbre a dos aguas, tapadas con paja de trigo o de centeno. Las viviendas siempre se fabricaron en lugares poco propicios l. Para redactar lo concerniente a los orígenes de la tejería de la isla de Tenerife, hemos utilizado las siguientes obras: Acuerdos del Cabildo de Tenerife: 1996, V. I, p. 150. Y Acuerdos del Cabildo de Tenerife: 1996, V. II, pp. 37, 75, 81, 90, 94, 101 , 118, 119, 124, 146,191 y 253. 2. Información oral de D. Leto González Regalado, nacido en 191 O. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), II-1986. 62 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 para la agricultura y eran construcciones reducidas, de planta rectangular, bajas, con muros de piedra y barro, sin vanos y con una única puerta orientada al Oeste o al Sur, abrigadas de las brisas y fríos del Norte. El hábitat es disperso, distribuido en reducidos núcleos de población que raramente superan la veintena de edificaciones3 : La Abejera, Los Bailaderos, Casa Bermeja, Corral de Vacas, Cuevas de Teno, Matoso, Mesita de Teno, Los Partidos, Siete Fuentes, Taburco, El Vallado4 • POBLACIÓN DE TENO AÑO DE HECHO DE DERECHO VARONES MUJERES (de hecho) (de hecho) 1920 186 212 1930 245 267 1940 277 301 1950 309 331 1960 260 271 130 130 1970 177 184 83 94 1981 153 153 76 77 1991 134 138 73 61 1996 110 110 55 55 1998 106 106 53 53 Fuentes: Nomenclátores, Censos y Padrones de habitantes. Elaboración propia. La práctica de la tejería conllevaba levantar un horno, efectuándose en enclaves donde hubiese barro conveniente y agua. En el mundo rural canario 3. Sobre el hábitat y la evolución de la población de Teno Alto puede verse la obra: LORENZO PERERA, Manuel J.: 1987. 4. Distribución del hábitat de Teno Alto en 1865. OLIVE, Pedro de: 1865. 63 _ I © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 D. Pedro González Martín y su esposa, Dña. Cristina Martín Pérez. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife ), I-200 l. es muy común la asociación horno de tejas-barranco con charcos en su fondo. El combustible, leña, la mayor parte de las veces se reunía en los alrededores: "cualquiera servía". En Teno Alto se recuerdan cinco hornos de tejas, dato relacionado con la dispersión poblacional a la que antes nos referíamos; se ubicaban en Taburco, Cueva del Acebuche, Los Pilones (a 300 metros del anterior, dirección Norte), Cercado Molina (nunca se llegó a utilizar), La Tosquita ( "detrás de Los Bailaderos") y en Respingo. 64 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 D. Pedro González Martín y su esposa Dña. Cristina Martín Pérez, quienes el día 5 de enero de 2001 contaban, respectivamente, con setenta y siete y ochenta y cinco años de edad, recordaban haber visto hacer tejas en los hornos de la Cueva del Acebuche y en Respingo, aunque en este último con menor frecuencia, debido a que por donde se encontraba vivía menos gente. Tampoco se acordaban de jugar allí mientras se cochuraban las tejas. Después de aprender con "los carrizaleros ", el oficio se fue transmitiendo generacionalmente. Tras las progresivas fases dé juegos, observación y colaboración, los hijos relevaban a sus padres cuando las circunstancias (edad, enfermedad ... ) lo requerían: "Empezamos a trabajar en eso después de la guerra de España, del cuarenta parriba. Cuando pequeños íbamos allí a ver, a jugar cuando nuestros padres iban a quemar"5• En febrero de 1986 conocimos a quienes fueron los últimos tejeros de Teno: D. Manuel Regalado Pérez, vecino de La Mesita, D. Leto González Regalado y D. Miguel González Regalado, ambos de Matoso; eran primos los tres, los dos últimos por línea materna y paterna. Se encargaban, respectivamente, de amasar, cortar y tender las tejas. El padre de don Manuel no se dedicó a la tejería. Sí lo hicieron los de don Leto y don Miguel: ''fueron mejores tejeros que ellos". Se llamaban Eloy y Mateo González Martín. No ejerció como tal el hermano de ellos, don Miguel (padre de nuestro informante D. Pedro González Martín) de oficio albañil: "todas estas casas (zona de Matoso) las hizo él". Era el verano la estación en que fabricaban tejas: "en el invierno no se puede porque se amorosa la teja y se esconcha ". Cada hornada o jornada - elaboración de unas dos mil tejas- suponía dos días de trabajo y una noche para quemarlas. El número anual de hornadas podía fluctuar: "un 5. Información oral de D. Leto González Regalado, nacido en 1910. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife ), U-1986. 65 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 año me acuerdo que hicimos once jornadas". Tal actividad persistió hasta 1953; la razón, que también se cita en el siguiente texto, guarda estrecha relación con la posibilidad de contar con otros materiales de construcción, que permitirían el levantamiento de casas distintas a las cubiertas con tejas; nos referimos a las de azotea y a las de bloques y plancha de cemento: "Ya hay más de veinticinco y cerca de treinta años que yo no trabajo en eso". "La última que quemaste (señora del tejero) fue cuando Andrés (hijo) nació en 1953". "Ya entonces pegaron a venir esos inventos de bloques y eso y ya no se usaba eso". "Ya esa fábrica.fracasó, ya no vuelve haber artesanía como esa"6 • En lo que concierne a la fonna de tratar con quienes encontraron en la tejería una actividad complementaria, trabajaban a jornal, pagándoles dos días y medio de trabajo: "en ese entonces a nueve pesetas por día, después día subiendo, igual que todas las cosas". Su papel se limitaba a hacer y quemar las tejas. La persona que deseaba techar su casa, se encargaba de reunir y llevar al lugar de trabajo el barro, la leña y el agua, contando para ello con la ayuda de familiares y vecinos: "era un conjunto, todos a ayudarle a aquél". Varias fueron las ocasiones en que la hornada de tejas, con el propósito de ahorrar esfuerzos y dinero, se hizo entre dos vecinos: ''pa salir más cómodos, trabajábamos entre los dos". EL PROCESO DE ELABORACIÓN DE LAS TEJAS A lo largo del mismo se diferencian las siguientes fases: amasar el barro, cortar y tender las tejas. La siguiente labor, o cocción, la controlaban los tres artesanos especializados en cada una de aquéllas, sobremanera el más ducho en tal cometido. 6. Información oral de D. Leto González Regalado, nacido en 191 O. Señora de D. Leto González Regalado. D. Miguel González Regalado, 73 años. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), II-1986. 66 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Emparejando el barro, con el cortatejas, sobre la gradilla. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), Xl-2000. AMASAR EL BARRO Barro y agua son los materiales empleados en la confección de tejas. Se usaba barro fuerte y flojo, a partes iguales, cavados casi siempre en las inmediaciones del horno. Se extraía con la ayuda de herramientas características (pico, azada) y se cernía, vertiéndolo en la pila de amasar, de forma circular y de unos tres metros de diámetro, levantada con piedra y barro, situada a unos quince metros de di stancia ( dirección Sureste) con respecto al horno. Al barro en ella acumulado se le echaba agua durante dos o tres días: "hasta que quede como una pasta, si queda suelto no sirve"; la recogían en los charcos del Barranco de Los Pilones sobre cuya margen derecha se levanta el horno o, de no haber allí, en alguno de los depósitos de las fuentes (Los Dornajos, La Torre, El Hoyo ... ); la transportaban las mujeres e incluso los hombres. Ellas, sobre la cabeza, en latas de aceite "de las que venían antes (20 ó 25 litros)"; y los hombres "en barriles de 30 litros, al hombro". 67 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Pasando la mano, una vez aplanado el barro sobre la gradilla. Véase a la izquierda el guarapo. Teno Alto (Buena vista del Norte. Tenerife), XI-2000. El amasador, descalzo, accionaba con los pies, haciéndolo progresivamente, por partes, preparando en cada ocasión material para elaborar unas cien tejas. Cuando se gastaba el que había "sobado", volvía a amasar más y, de nuevo, iba disponiendo porciones equivalentes al peso de una teja, encima del ancho muro adosado a la pila (lado Oeste), que el cortador recogía para colocar sobre la gradilla, a fin de emprender la fase siguiente. CORTAR LAS TEJAS La gradilla es un instrumento en forma de trapecio, constituido por cuatro varillas de hierro. Su apariencia es similar a la que tendría una teja totalmente aplanada. Se disponía encima de una gran laja de piedra, colocada sobre el ancho muro al que antes hicimos alusión. Para que las tejas no se pegaran, se extendía arena fina sobre la laja basáltica. 68 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 De la gradilla al guarapo. Teno Alto (Buena vista del Norte. Tenerife), Xl-2000. Cuando la "bola" de barro estaba "montada " sobre la gradilla, se aplanaba hasta cubrirla totalmente. A continuación se emparejaba con un palito mojado, el cortatejas: "se pasa, vuelve patrás y queda la teja lista ". EL TENDIDO Un instante antes de que el cortador finalizara la operación que hemos descrito, el encargado de tender ya tenía preparada su herramienta de trabajo ( el guarapo) pegada al muro, por debajo de la gradilla. Ésta, con el barro encima, se llevaba hasta el extremo del muro y "se jala ", de fonna que el barro cayera cubriendo el guarapo y adoptando la forma de éste. El guarapo es un utensilio de madera cuya forma es similar a la de una teja, aunque provisto de mango. Se confeccionaba con alguna clase de madera liviana, haya o loro principalmente. 69 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Pasando la mano a la teja fresca, colocada ya sobre el guarapo. Véase a la derecha las tejas en el mantillo. TenoAlto (Buenavista del Norte. Tenerife), XI-2000. Cuando la teja fresca se encontraba encima del guarapo, se le pasaba la mano y, a continuación, sobre el mantillo ( o lugar donde se iba a tender) se le volvía a pasar de nuevo: "para que se alisara y quedara sentadita", y se hacía saltar la teja dándole un jeito al guarapo cogido por el mango. El tendedero o mantillo es de tierra: "una planadita especial pa eso". Corresponde a la planicie intermedia entre el horno y la pila de amasar. El primer día de trabajo se hacían unas mil tejas; al día siguiente las retiraban, disponiéndolas cuidadosamente a fin de dejar el tendedero libre: "se recogían algunas pa poner más, empinadas en la punta del mantillo, al lado del horno". El suelo del mantillo debía presentar cierta dureza, "porque si no la teja se estremece (cede), aniveladito porque si no la teja queda cambada". Por estas razones, en cada ocasión se limpiaba y barría con una escoba "o cualquier ramo desos ". Antes de meterlas en el horno había que dejarlas secar. Estando el tiempo caluroso, con dos o tres días era suficiente. 70 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Disponiendo una teja fresca sobre el mantillo. Al fondo de la fotografía, lado derecho, el horno donde serían cochuradas. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), X 1-2000. En ocasiones, acostumbraban a ornamentarse algunas tejas, añadiendo en su parte externa el nombre del que hacía la hornada, el año en que se efectuó o ambas cosas a la vez. En una de las tejas que tuvimos oportunidad de ver aparecía la palabra "Miguel"; en otra, "Año 1915". QUEMAR LAS TEJAS Como hemos tenido ocasión de contemplar en diversos lugares de la isla de Tenerife, la cocción de las tejas se realizaba en hornos abiertos, es decir, sin techo. Nosotros hemos estudiado el horno de la Cueva del Acebuche. Está situado entre la pista que, desde Los Bailaderos, conduce hasta Matoso y la margen derecha del Barranco de Los Pilones, conocido más abajo como Barranco de Las Cuevas. Su planta se asienta en un corto terraplén, a unos diez metros con respecto al lecho del barranco. Desde allí se alza, sobre- 71 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 saliendo su parte alta ( o boca) algo más de medio metro con relación a la terraza o planicie donde se encuentran la pila de amasar y el mantillo o tendedero. Visto desde lejos, tiene forma de torrecilla circular, presentando las siguientes características: el diámetro total de la boca mide unos 2,40 metros. La pared tiene una anchura aproximada de 0,55 metros; fue confeccionada con los materiales característicos del país: piedra y barro, estando recubierta por su parte interior con una capa de barro muy rojizo y de aspecto calcinado, tal vez a consecuencia de la intensa cocción. Por su parte trasera, el horno está adosado a la pared natural del barranco. Por su tipología, corresponde a los denominados hornos de doble cámara. La superior, que era donde se disponían las tejas, mide 2,20 metros de altura. Una plataforma de piedra tosca labrada ("la rede"), sostenida por archetes, separa a la señalada cámara de la inferior. Ésta, entullada durante años, mide alrededor de 1 metro de altura; en ella se colocaba la leña, introduciéndola por un orificio al que los tejeros conocen como "la gatera de abajo"7 • Sobre la rede, "abujereada pa que saliera e/fuego", las tejas se iban colocando de forma vertical, una tras otra, y en rueda; el espacio que quedaba en el centro de la espiral se cubría con otras tejas; sobre la primera camada se ponía otra y así sucesivamente hasta llenar todo el horno: ''yo y el otro maestro las poníamos y la gente las alcanzaba, no se rompían, no ve que eso van apretadas"8 • El último estrato de tejas se cubría de forma similar a como contemplamos en las casas, es decir, primero se ponían unas tejas boca arriba y, sobre ellas, otras boca abajo. Prendido el fuego, ''por los abujeritos del piso ( o rede) va saliendo candela parriba". A medida que se iba consumiendo la leña, metían más por "la gatera de abajo". Se necesitaba bastante combustible: "una tonelada 7. Sobre la disposición de las dos cámaras puede ampliarse la información en el artículo: LORENZO PERERA, Manuel J. y OTROS: 1993. 8. Información oral de D. Leto González Regalado, nacido en 191 O. Teno Alto (Buena vista del Norte. Tenerife ), 11-1986. 72 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 El horno de tejas de la Cueva del Acebuche. Véanse a la derecha, en el mantillo, las tejas antes de proceder a su cocción. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), XI-2000. leña". Para ello, casi siempre se recurría a los guargasos de la cercana Montaña del Vallado. Tal y como se nos ha informado, en un principio la cocción se llevaba a cabo con leña verde, lo que suponía una enorme inversión de material; más recientemente, los guargasos se rozaban dos semanas antes, con lo que se desprendía menos humo y bastaba con la mitad del combustible9 • La cocción comenzaba hacia las siete de la tarde y concluía a las tres de la mañana: "casi toda la noche. Por el día no se ve el.fuego". Además de los tres tejeros acostumbraba a quedarse, despierto al pie del horno, el anfitrión de la hornada, así como algunos parientes y conocidos. Uno de los artesanos era el encargado de coordinar la cocción: ''yo soy el que entendía 9. Información oral de D. Mateo Ma1iín, 63 años. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), X-1986. 73 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 la quemada, los otros no". La teja se iba poniendo colorada y el punto de cocción, según se nos informó, lo determinaba guiándose ''por el color del fuego" 10 • Debido a la enorme cantidad de calor acumulado, las tejas permanecían unos ocho días metidas en el interior del horno para que se enfriaran. El horno de la Cueva del Acebuche es bastante antiguo: "éste lo hicieron en el recuerdo de nuestros padres; no nos acordamos cuándo lo hicieron". Pertenece a la familia conocida por "Los Merros", terratenientes residentes en Buenavista, en cuya propiedad se encuentra. Cada vez que se efectuaba una ''jornada" (algo más de dos mil tejas), había que solicitarlo y se entregaba al dueño del horno una determinada cantidad de dinero o trescientas tejas, forma de pago más característica. Se las dejaban en una tagorita que había por detrás del horno; Los Merros se encargaban de retirarlas o las trasteaban los dos medianeros que tenían en Teno Alto. Cuando las tejas estaban frías se trasladaban hasta el lugar donde se encontraba la casa que se iba a techar. Lo hacía el dueño de la misma ayudado por algunos allegados, a quienes se pagaba el favor en una próxima oportunidad: "nos servíamos unos a los otros, lo que hacemos es servir una comida a la gente que está trabajando". En nuestra publicación del año 198711 dábamos información sobre el estado de abandono en que se encontraba el centro tejero de la Cueva del Acebuche, inactivo desde 1953. Intentos de restauración posteriores a la presentación del libro fueron ahogados por sectores de la propia administración pública. Con apoyo institucional se recuperó el horno y volvieron a quemar tejas - aunque no con demasiada fortuna- el día 18 de noviembre del año 2000. 10. Según la opinión de D. Pedro González Martín (primo hermano de dos de los últimos tejeros, D. Leto y D. Miguel González Regalado), quien contaba con 77 años en enero del año 2001 , a la cocción se le daba un descanso, hacia las once o doce de la noche, de veinte o treinta minutos, con el objeto de que aclarara el humo a fin de ver si la teja estaba ya colorada: "y entonces decían: vamos a echarle dos horas más, según como lo vieran". 11. LORENZO PERERA, Manuel J.: 1987, p. 68. 74 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Pastores de Teno Alto en la fiesta de San Antonio Abad. Buenavista del Norte (Tenerife ), l-2001 . LOS JUEGOS DE LA HORNADA DE TEJAS Cuando dejaron de hacer tejas el año 1953 "se perdió todo". Es una alusión a los elementos culturales que daban carácter a la mencionada actividad, entre los que destacan los juegos, que volvieron a renacer durante las tareas de restauración llevadas a cabo, como se ha señalado anterionnente, en noviembre de 2000: "Hacia cincuenta años que no se jugaba a eso ni que se hacían tejas. Y ahora los chicos y chicas están enviciados". Son palabras de D. Pedro González Martín (77 años en enero de 2001) a quien debemos la información que prosigue, correspondiente a aquellos momentos en los que los juegos estaban plenamente contextuados. Jugaban en el discurrir de las siete u ocho horas que duraba la cocción, haciéndolo en el espacio llano correspondiente al mantillo, desalojado ya de 75 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 tejas. En tomo al horno se encontraban los tejeros quienes comían en el lugar, poniendo la cena la persona que encargó la hornada; y los vecinos y vecinas, a veces más de cien, que acudían después de haber cenado en sus casas. Lo hacían para acompañar a quienes iban a construir un nuevo hogar (Teno, pese a la dispersión del hábitat, es una gran familia, existe conciencia de ello), divertirse ( en tomo al horno se decían chistes, hacían cuentos ... ) y jugar: "no siendo los que echaban la leña, los demás jugando( ... ) los tejeros estaban más bien al tanto del horno". Facilitado por el reflejo de la luna y la luz del horno: "había buen tiempo, era en verano y entonces había gente aquí y siempre se procuraba que hubiera luna". Las manifestaciones lúdicas desarrolladas concernían a adultos y menores de ambos sexos. Se iniciaban a una edad muy temprana, "ocho y diez años", ejercitándose en aquellos momentos en que los muchachos se encontraban, como acaecía en el discurrir de las tareas pastoriles, tan comunes en el pensamiento y la cultura de Teno. Los juegos practicados durante el proceso de la hornada de tejas eran los siguientes: - El rabo del Diablo. - Zapato al culo. - Juanillo. - La piola. - El abejón. Son entretenimientos muy curiosos, poco conocidos, pletóricos en valores relacionados con la agilidad, la destreza y los reflejos. Propios de un territorio escarpado y duro donde, durante mucho tiempo, se dieron la mano el caciquismo, la emigración, el laboreo agro-pastoril y acusadas deficiencias infraestructurales 12 • Los juegos y otros entretenimientos coparon el tiempo de instrucción de los más pequeños: "no había escuela aquí ni nada", institución que fue abierta, en el marco de una casa, el año 1949. Y resignados, 12. Sobre ello puede ampliarse información en la obra: LORENZO PERERA, Manuel J.: 1987. 76 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 • "Aquí va el rabo del diablo, aquí va ... ". La Laguna (Tenerife), 1-2001 . como sus mayores, al designio divino: "hay que aguantarse lo que Dios nos manda, porque no nos gobernamos solos" . Un Dios con escasa presencia material. La ermita de San Jerónimo, arruinada a finales del siglo XVII, volvería a levantarse - aunque en otro lugar, Los Bailaderos- el año 1986. En ese espacio de tiempo el eclesiástico acudía a Teno cuando alguien se encontraba agonizando: venía, por El Callejón de El Palmar, montado sobre la bestia; y el que lo iba a buscar, caminando, tocaba la campanilla, arrodillándose los vecinos y vecinas a su paso. Describiremos, a continuación, los juegos que se realizaron en una comunidad "dejada a la mano de Dios". Ellos, sin duda, ayudaron a hacer olvidar otras tantas ausencias y necesidades, procurando ratos de alegría y convivencia, tan fundamentales en el quehacer de cualquier colectividad. 77 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 EL RABO DEL DIABLO Para desarrollar este juego -con el que se acostumbraba a empezarno hay un número máximo limitado de jugadores; sin embargo, como mínimo, debe haber seis para que la rueda tenga consistencia. Los participantes se colocan en círculo, lo más juntos posible unos a otros y con el dorso de las manos sobre el culo. El primer jugador ( "cualquiera que se quitaba el cinto empezaba"), elegido de forma aleatoria, va caminando por fuera de la rueda con un cinto doblado en la mano al que agita en el aire, diciendo: "aquí va el rabo del Diablo, aquí va, aquí va ... aquí va el rabo del Diablo ... " Esta expresión puede variar, pues cada interviniente le dará su entonación. Cuando decida, le pasará el cinto a otro, de la manera más disimulada posible, procurando que nadie lo vea; él o ella continúa su camino, diciendo lo mismo para que no se den cuenta que ya lo ha entregado, hasta llegar a su lugar en la rueda. U na vez allí gritará: ¡fuego!; entonces el que ha recibido el cinto azotará al que tiene a su derecha para que éste salga huyendo alrededor del corro. La persona que tiene el cinto correrá detrás intentando alcanzarlo y seguir azotándolo. En esa carrera se dará una sola vuelta a la rueda hasta que el jugador golpeado llegue a su sitio. Él o la participante que tiene el cinto volverá a andar por fuera del círculo de personas, diciendo nuevamente: "aquí va el rabo del Diablo, aquí va ... " y se repite la estampa anteriormente descrita. El jugador que lo va a relevar lo elegirá a su voluntad, haciendo lo mismo; así, sucesivamente, hasta que todos o casi todos los jugadores hayan tenido el cinto. Hay quien repite durante el tiempo que dure el juego, por lo que algunos habrán tenido el cinto o recibido cintarazos en más de una ocasión. El cinto, único elemento utilizado, corresponde al de la propia vestimenta: "los cintos en Buenavista mismo los hacían". Aunque "muchos daban la paradita" al entregárselo al compañero, es decir, lo hacían más notado, siempre, al menos, "el primer cincharazo era seguro". Y en cuanto a la figura del Diablo. Fue probablemente el distanciamiento físico de la iglesia lo que originó su relativo olvido. No así el de las I brujas: 78 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Juego del Rabo del diablo. Huyendo de los cintarazos. La Laguna (Tenerife), I-200 1. "A nosotras los padres nuestros no nos metían miedo con el Diablo sino con Las brujas: no estén porai que Las brujas vienen y Las arrastran". Formaron parte de la historia de Teno, hasta que se marcharon. Su causa se corresponde con lo escuchado en tantos pueblos del Archipiélago: "ya no hay brujas, se dice que no hay brujas por la cosa de la electricidad, no quieren luz". Entre los cuentos que se dijeron en momentos de hornada, no faltaron los relacionados con aquellos temidos seres a los que tantas veces se ha vinculado y relacionado con el Diablo. Como aquél en que se preguntaba por las brujas que habían acudido a la reunión, respondiendo: "habemos trescientas sesenta y seis y faltan las del Realejo". 79 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Jugando al Zapato al culo. La Laguna (Tenerife), 1-200 l . ZAPATO AL CULO Para este juego hace falta el zapato de algún voluntario: "casi siempre era zapato; si no tenían los chicos, los tenían los mayores". Los participantes permanecen sentados en el suelo, formando un círculo, lo más juntos posible, con las rodillas dobladas y las manos escondidas por debajo de aquéllas. Uno de los intervinientes permanecerá de pie en el corto espacio que han dejado libre en el centro de la rueda; dicho jugador es quien debe localizar el zapato que esconden los que están sentados. El zapato nunca debe pararse, se lo van pasando por debajo de las piernas, de unos a otros, procurando que quien está en el centro no lo vea. Puede ir en ambos sentidos para despistar al jugador que lo debe encontrar. Por donde vaya pasando, el que lo tenga debajo de sus piernas debe decir: cor, cor, cor, cor ... 80 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 11 11 n • Juanillo. La Laguna (Tenerife ), I-2001. Cuando el jugador del medio está de espaldas al zapato, quien lo tenga puede darle un zapatazo en el culo diciendo: zapato al culo, cor, cor, cor ... Una vez que aquél logre coger el zapato, será reemplazado por el compañero o la compañera a quien se lo arrebate. De esta manera se repetirá cuantas veces se quiera, pues no necesariamente todos los intervinientes deben pasar al centro del círculo delimitado por los pies de los jugadores. Las circunstancias originaron que la permanencia de una misma persona en el medio de la rueda, llegase a ser sumamente prolongada: "aquí en el horno los vi yo apurados, como era al oscuro ... ". JUANILLO Otro de los juegos que, al igual que el anterior, se realizaba a partir de un cerco de personas, era el conocido como Juanillo. Se desarrolla en tomo a dos personajes, elegidos de forma voluntaria: uno es Juanillo y el otro es su padre. 81 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 El padre, con el cinto doblado en la mano, situado por fuera de la rueda, intenta alcanzar a Juanillo, quien huye, siempre alrededor de aquélla: "voy por ahí y no lo puedo coger y le salto por allz'''. Mientras que, al unísono, se establece este diálogo entre ambos: Padre: Juanillo. Juanillo: Señor padre. Padre: ¿Dónde tienes las bestias? Juanillo: En el campo (las dejé). Padre: ¿ Y quién te las guarda? Juanillo: El gavilán. Padre: ¿Por qué te viniste? Juanillo: Por el p oco pan que me diste. Padre: ¿ Y el poco pan que te di? Juanillo: Por agujas lo vendí. Padre: ¿Ónde están las agujas? Juanillo: A mi amante se las di. Padre: Busca a tu amante. Juanillo: Míralo aquí. Cuando Juanillo termina el diálogo diciendo: "míralo aquz"', señala a cualquier compañero o compañera de la rueda, el cual debe hacerle un sitio; una vez colocado, quien hace de padre no puede darle con el cinto pues el juego ha terminado para ellos. La siguiente pareja, a desempeñar los papeles de Juanillo y Señor padre, pueden ser otras dos personas que estén en la rueda, o uno de aquéllos invirtiendo el papel, desempeñando el otro alguno de los participantes. Normalmente ese desenlace se aclara antes de empezar o de proseguir el juego. LA PIOLA En esta manifestación lúdica resalta la agilidad, rebosante en una comunidad pastoril tradicional como es Teno Alto. Los jugadores estarán colocados en fila, separados unos de otros por un espacio aproximado de dos metros, doblados, con la espalda horizontal, para que el primero salte con las piernas abiertas por encima de cada uno de ellos. 82 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 La piola. La Laguna (Tenerife), I-2001. Una vez llegue al final, adoptará la posición descrita, de manera consecutiva al último; y el primero se levantará y hará lo mismo que hizo el anterior. No hay un número determinado de jugadores ni un final claro, por lo que normalmente se termina por cansancio o decisión de los intervinientes. Aunque podían participar las mujeres, éstas raramente lo hacían: "las chicas, como no usaban pantalones, no lo jugaban mucho". EL ABEJÓN Se trata, esencialmente, de una expresión de destreza en la que figuran tan sólo tres jugadores, colocados de pie, con las piernas abiertas, uno al lado del otro. El del medio, o abejón, tendrá un sombrero puesto ("yo me acuerdo de ir a comprar los sombreros a La Laguna"); su zapato derecho estará pegado al del participante del mismo lado, y la misma disposición se reproduce por el lado izquierdo. 83 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Los emplazados a ambos lados tendrán la mano opuesta al abejón abierta y cubriendo su cara, a la altura de la oreja; y la otra mano dispuesta para quitarle el sombrero cuando sean atacados por aquél. El ataque del abejón: este participante frotará ligeramente las manos dirigidas hacia alguno de los laterales, desde las rodillas hasta la cabeza, o viceversa, sin tocarlo; al tiempo que reproduce un zumbido similar al que emite el abejón: sssssssssssssss; puede no atacarlo en ese momento y pasarse al otro compañero con el objeto de distraer la atención de los mismos a fin de golpearle en la cara. El jugador atacado, en el mismo momento que el abejón lo golpea, debe intentar quitarle el sombrero de un manotazo; si no lo consigue, el abejón puede continuar amenazándolo o cambiar al otro. Normalmente, quien hace de abejón utiliza alguna estrategia para no dejarse quitar el sombrero, como agacharse o inclinarse en sentido contrario. Una vez le tiren el sombrero, quien lo consigue pasa a ser el abejón. Y así sucesivamente. Si se acuerda, los tres jugadores, o alguno de ellos, pueden ser reemplazados por algunos de los observadores. Como acaece en todas las representaciones de tal índole, había quien sobresalía; en este caso, desempeñando el papel de abejón: "si el que está de abejón anda listo, tardan tiempo pa quitarle el sombrero". Sobre la cultura del abejón 13 En la mayor parte de las localidades del Archipiélago Canario se le denomina así: abejón; en otras se le conoce, además, como abejón del culo blanco (Valle de La Orotava ... ); abejorro (La Palma, El Hierro ... ); e incluso 13. Los datos sobre la cultura del abejón en las Islas se los debernos esencialmente a: D. Pedro González Maitín, 77 años. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), 1-2001 . Dña. Delia Romero Afonso, 37 años. Taganana (Santa Cruz de Tenerife), 1-2001. D. Juan González Barrera, 76 años. Natural de El Mocanal (Valverde. El Hierro), I-2001. D. Benito Padrón Gutiérrez, 86 años. Tigaday (Frontera. El Hierro), 1-2001. D. Isidro Ortiz Mendoza, 70 años. Chipude (Valleherrnoso. La Gomera), ll-2001 . D. Salvador Márquez Hemández, 90 años. Arure (Valle Gran Rey. La Gomera), Il-200 l. D. José Santos Plasencia, 67 años. Arure (Valle Gran Rey. La Gomera), U-2001 . D. Salvador González Alayón, 81 años. El Fraile (Arona. Tenerife), I I-2001. 84 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Jugando al abejón. La Laguna (Tenerife), 1-200 l. xorro en determinadas zonas rurales de La Palma 1 4 • Su presencia tampoco escapó al espíritu curioso y observador de José de Viera y Clavijo, quien lo describe de esta manera en su Diccionario de Historia Natural: "Abejón (Bombitius). Abeja bastarda, que vemos volar en nuestros prados, haciendo con el batiente de las alas un zumbido particular. Su cuerpo está cubierto de una felpa de pelos largos y espesos, negros todos, menos por la parte inferior que son blancos. Las alas lampiñas parecen transparentes. Son mayores que las abejas domésticas, y están dotados los abejones de los mismos órganos para la labor. Sus enjambres no exceden de cincuenta a sesenta individuos, y consta también de machos, de hembras y de mulos, cuyo sexo es neutral. Construyen su habitación en figura de bóveda, con un musgo muy fino que acarrean con sus dientes, y van 14. Agradecemos ese último dato al investigador D. Pedro No lasco Leal Cruz. 85 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 cardando y acomodando con las patas, para cuya tarea se colocan en fila. Después embadurnan la bóveda por dentro con cierta especie de cera, y se aplican a acopiar provisiones, libándole a las flores el néctar que depositan en un ventrículo o saquillo interior. Sus panales se reducen a un conjunto de bolas irregulares hechas de una pasta enmelada y en ellas desovan las hembras"15 • Los abejones -con cuantiosas especies- están repartidos por todo el planeta, desde el Círculo Polar Ártico al paralelo 40 por el Sur, adaptados a zonas donde hay plantas melíferas con floraciones de al menos tres o cuatro meses al año. Bombus canariensis es el único abejorro de las Islas Canarias; es endémico, encontrándose tan sólo en esta área del planeta. Tiene su hábitat en las islas de mayor relieve: El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife y Gran Canaria; en el Sur de las mismas suele localizársele entre los 400 y 900 metros de altitud; y en el Norte, desde las cercanías del mar hasta los 700 metros 16• Cada planta, cada animal, por pequeños e insignificantes que parezcan, tienen su propia cultura. A la cultura tradicional canaria le dan firmeza y razón de ser todas ellas. De lo dicho se desprende que hay también una cultura del abejón, confonnada por una serie de aditivos que, a continuación, vamos a comentar. Los abejones son insectos caracterizados por formar sociedades organizadas en ciclos anuales que comienzan en primavera17 cuando la reina 15. VIERA YCLAVIJO, Joséde: 1982,p. 5. 16. MARRERO CURBELO, Raimundo: 1996, pp. 5, 38 y 39. En las costas de Arona (Tenerife) era frecuente verlos "en tiempo de los higos ", es decir, por el mes de junio o de San Juan. Agradecemos la infonnación a D. Salvador González Alayón, 81 años. El Fraile (Arona. Tenerife), II-2001. 17. A mediados del mes de febrero del año 2001 vimos abejones en Hermigua (La Gomera), sobre flores de limonero; y en Arure (Valle Gran Rey. La Gomera) en un corral de cabras y en las flores cercanas. Tal vez presagio de que los meses fríos habían finalizado y los de calor ya hacían su entrada. 86 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 despierta de su sueño invernal e inicia una colonia, cerrándose al inicio de los meses fríos, produciéndose una parada invernal, denominada diapausa, en el curso de la cual queda suspendida toda actividad y desarrollo 18• En Teno Alto a las "casas de los abejones" se les llama abejoneras. Las forman en alguna grieta, agujero de una pared o en la propia tierra. En su interior los depósitos de la miel o zurrones -término que denota la fuerte influencia pastoril- no sobrepasan el tamaño de una aceituna: "Los abejones hacían como unos zurroniios y nosotros le rompíamos eso pa chupar la miel ... y alcanzábamos picadas (. . .) En tierra más bien y otros en grietas, pero la grieta que fuera a tener a tierra (..) Ésos andan buscando casa, decíamos, a donde formar la abejonera"19 • "La colonia" ( es decir, los habitantes de la abejonera) no es muy numerosa, "de cincuenta a cien cuando mucho". La reina, las obreras o hembras y los zánganos o machos20 • La reina es la única hembra fecunda, mide entre 20 y 24 milímetros y las alas no le llegan a la extremidad del abdomen. Las obreras son hembras estériles cuyas dimensiones oscilan entre 11 y 16 milímetros. Los zánganos son los machos fértiles; se alimentan para su propio beneficio y aunque a veces entran en la colmena no suele ser para traer alimento; se les conoce por la diadema lineal de color amarillo del pronoto y por su tamaño intermedio entre la reina y la obrera, de 15 a 18 milímetros21 • 18. MARRERO CURBELO, Raimundo: 1996, pp. 5 y 26. 19. Información oral de D. Pedro González Martín, 77 años. TenoAlto (Buenavista del Norte. Tenerife ), 1-2001 . 20. Estudios recientes han apuntado que el número de moradores de una abejonera puede ser superior: la reina, los zánganos y las obreras ( ciento cincuenta, cuatrocientas y hasta seiscientas). MARRERO CURBELO, Raimundo: 1996, pp. 24 y 25. 21. Los datos sobre las tres clases de miembros de la colonia fueron extraídos de la obra: MARRERO CURBELO, Raimundo: 1996, pp. 24 y 25. 87 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Al igual que le ocurrió a Viera y Clavijo en el siglo XVIIF2, varios informantes desconocían o no sabían si en la abejonera había una reina, maes-tra o madre; otros sí llegaron a intuirlo: "decían que unas grandes que habían eran las que ... "23 , "de alguna cosa salieron". Un dato también a destacar es el siguiente: creían todos nuestros informantes que los machos eran las hembras y al contrario. El hecho, a nuestro entender, se explica por dos razones. Las supuestas hembras al no tener aguijón no podían ser calificadas como violentas, rasgo afina los animales machos; y, además, tenían sobre la cabeza ("en el cogote") un atributo femenino, la rayita horizontal o diadema de color amarillo que según algunos informadores - eso depende de la capacidad para ver y retener los colores- era colorada e incluso azul. Los abejones -según las opiniones recogidas- suelen establecer su hábitat en las medianías, su zona preferencial; también frecuentan la costa, aunque raramente se les ve en las partes cumbreras. Se alimentan -al igual que las abejas- del néctar y del polen de las plantas. Es frecuente observarlos sobre las flores de determinados vegetales, cultivados o silvestres: chicharacas, amapolas, cardos, higos tintos ... , los dos últimos en las franjas bajas y costeras. Al posarse "en la telita de la amapola" emite un sonido agradable, complaciente, que se intentaba imitar cuando se jugaba al abejón y al que posiblemente se refiere Viera y Clavija al afirmar: "haciendo con el batimiento de las alas un zumbido particular"24 . Una diferencia, ya señalada, entre las hembras (supuestos machos) y los machos (supuestas hembras) es que éstos, al carecer de aguijón, no picaban, lo que suponía estar indefensos ante las acometidas de otros animales, entre ellos el ser humano. Pican más "los pequeñitos" ( es una referencia a las hembras jóvenes), pero no lo hacen con marcada violencia, como acaece 22. VIERA YCLAVIJO, José de: 1982, p. 5. 23. Información oral de D. Pedro González Martín, 77 años. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), l-2001. / 24. VlERAY CLAVIJO, José de: 1982, p. 5. 88 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 con animales similares que habitan en otros lugares del planeta y a los que la emigración permitió conocer: "aquí no atacan; en Venezuela, si''25 . Cuando pican - según referencia oral- no suelen dejar el aguijón como sucede con las abejas. El abejón Bombus canariensis es muy poco agresivo, menos que la abeja común, pero puede hacer uso del aguijón cuando ·se siente amenazado, se perturbe su trabajo o en defensa de su colonia. Originariamente, el aguijón fue un órgano dedicado a la puesta de huevos y ha lle_gado a nuestros días como un aparato atrofiado del sistema ovopositor, reconvertido en otro de defensa; por eso sólo lo tienen las hembras y particularmente es exclusivo de las obreras26 . Se considera que la picadura del abejón hembra ("da una picada brava") es "más dolorida" que la de la abeja. Ha habido quien, tras ello, no utilizó ningún remedio. En El Hierro se reconoce como más efectivo el de la calcosa o vinagrera: las hojas de los tallos más tiernos se frotaban entre las manos saliendo "como un líquido" que era lo que se aplicaba. También se empleó para las picaduras de las abejas, igual que otros: estregar cebolla, ajo, vinagre, el propio orín, a alguno de los cuales se recurrió también para aliviar las del abejón (ajos ... ). Contra la del abejón, son opiniones recogidas en Arure (Valle Gran Rey. La Gomera) y en Hermigua (La Gomera), se usó, respectivamente, barro y aceite. Los niños y niñas -aunque sin demasiada insistencia ni continuidadfueron los perseguidores humanos más reconocidos de los abejones. El mes de mayo -que era cuando mayor cantidad de miel almacenaban, debido a la floración- los niños de Teno Alto iban a la abejonera con el fin de coger los zurronitos - agujereándolos "con un.fisco palo o con los dientes"- al objeto de chuparles la miel. Para evitar que las abejonas les picaran, las golpeaban, matándolas, con una ramita de brezo. O se forraban 25. fnformación oral de D. Benito Padrón Gutiérrez, 86 años, Tigaday (Frontera. El Hierro), I-200 l. 26. MARRERO CURBELO, Raimundo: 1996, p. 59. 89 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 con la misma ropa, tal como hacían los muchachos en Arure (Valle Gran Rey. La Gomera): "aquello era como unos huevitos, emborronados en tierra, los garraba uno y era dulce". Lo expuesto refleja el conocimiento del medio natural por los más pequeños. Todo un ejercicio de agilidad lo determinaba atrapar a los machos (supuestas hembras) en las flores cuando procedían a recoger el néctar. Se le succionaba "atrás, como en el culito" (El Hierro, La Palma) y después se los dejaban en libertad; o los partían para chuparles el alimento que iban depositando por detrás de la cabeza (Teno Alto, Arure ... ). El siguiente texto ( en el que se pone de manifiesto la reconocida identificación popular hembra-macho) fue escuchado en el pueblo de Arure (Valle Gran Rey. La Gomera): "Cogerlas uno y estrallarlas y chuparle la bolita aquélla. Las que no picaban eran las de la rayita azul en el cogote, decían que eran hembras. Pero las de las cabezas negras, pa joderla (..). Los machos no tenían sino tripa sola"27• Debe ser muy antiguo el origen de las señaladas prácticas ( acudir a la abejonera, chuparle la miel a los abejones, "estrallarlas" con el mismo objetivo), acerca de las cuales hemos recogido información en distintas islas del Archipiélago (El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife ). Pero la captura así desarrollada podía prestarse a duros reveses. Cuando los abejones van de flor en flor introducen la cabeza en el polen; tratándose de hembras jóvenes, pueden confundirse con machos toda vez que sus cabezas se colorean de amarillo (flor del calabacín ... ), picando al cazador el cual tiende a abrir la mano, escapándose volando quien momentáneamente fue atrapada. Cuando estaba libando en el interior de determinadas flores, como la del higo tinto, se cerraba la parte superior con los dedos de la mano que- 27. Información oral de D. Salvador Márquez lfemández, 90 años. Arure (Valle Gran Rey. La Gomera), II-2001 . 90 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 dando capturada; se abría un poco, el abejón hembra sacaba el abdomen, se le apretaba y se le quitaba el aguijón, encerrándola a continuación en una caja de cartón o en un canuto de caña tapado con un corcho o con un pedazo de papel; después se liberaba a todos los que se habían ido cogiendo. Este último dato fue recopilado en Buenavista del Norte (Tenerife ). Más generalizadas son las escenas que a continuación vamos a relatar. Se atrapaba con una caja de fósforos, abriendo un poco y cerrándola de golpe; el abejón, entretenido en su labor, apenas tenía tiempo de alertarse. Lo tenían allí, arrimando la caja a la oreja, ''por oírlos cantando, porque sonaban dentro de la caja". Con la caja de fósforos se capturaba a animales de ambos sexos. Otras veces se abría mínimamente la caja, el insecto sacaba la patita y se le ataba un cordel de hilo de coser, cogiendo éste por el otro extremo, llevándolo como si se tratase de un globo. Lo mismo se hacía (por ejemplo en Taganana, Santa Cruz de Tenerife) con los machos (supuestas hembras), capturados con la mano, atándoles la hilera por la pata o bien "por la cintura". Antes de liberarlo-en la indicada localidad tinerfeña- el abejón servía para echar a suerte a fin de determinar qué niño debía quedarse para empezar a jugar al escondite, etc. Se colocaban en fila frente al niño o niña que tenía en uno de sus puños cerrados al animal; al final, el que se quedaba con él en la mano, tenía que empezar a contar. También con el abejón macho (supuesta hembra)-en la misma localidad- los más pequeños entretenían su tiempo del siguiente modo. Sesentaban juntos, pegados, quedando uno de pie, situado frente al resto. Los que permanecían sentados tenían las manos detrás de la espalda, portando uno de ellos al abejón. Se lo pasaban de uno a otro. El cometido del que está de pie es saber dónde se encuentra. Muchas veces no se traspasaba de puño, pero los niños simulaban llevarlo a cabo, haciendo ver que se escapaba, al objeto de engañar al que estaba de pie. El nombre de este juego es la prenda, debido a que, en otros contextos (reuniones, velas de parida ... ), se desarrollaba con una sortija, etc. Volviendo otra vez a Teno Alto, allí los niños hacían "unos corchos de verodes y los metíamos". Se refiere a los abejones. Esos corchos medían unos 1 O centímetros de longitud y "los juraban con la navaja, quitándole 91 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 lo de dentro". Los disponían en el patio de las casas. Era una imitación de lo que veían hacer a sus mayores: "como víamos lo que nuestros padres hacían con las colmenas, hacíamos igual". Pero los abejones también presagiaban el futuro. Si entraba uno del culo blanco en el interior de la vivienda, era señal de suerte o de noticias gratas: "y se le decía: si buenas las traes, buenas las llevas" (Teno Alto), "buenas nuevas traigas", "si buenas nuevas traes, mejores las lleves" (Chipude, Vallehermoso. La Gomera), "los viejos decían cuando pasaba por uno un abejón: buenas nuevas me traigas, buenas te las dé Dios" (Arure, Valle Gran Rey. La Gomera). Ahora bien, si era negro abarruntaba desgracias: "y hasta los echábamos de las casas". El dato lo hemos recogido en diferentes islas del Archipiélago: El Hierro, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria28 . Con ello se relaciona el siguiente cantar: "A bejón del culo blanco, ¿ qué noticias me traerás? Si son buenas, me las das y si no te vas"29 • El gentilicio El Abejón /Los Abejones sirve para nombrar y reconocer a una gran familia o "raza" del Puerto de la Cruz (Tenerife ). Familia de cabreros que otrora vivía en el Callejón de las Cabras, desplazándose algunos de ellos a la parte de San Antonio. A uno de sus componentes, Cho Pedro Abejón, se refiere la copla del baile del tango jerreño o guanchero que hace algunos años tuvimos oportunidad de recoger en el Valle de La Orotava: 28. Véase para Gran Canaria la obra: HMÉNEZ SÁNCHEZ, Sebastián: 1955, p. 29. En Telde, cuando aparecía un abejón, se decía: "si son buenas noticias, déjalas; y si son malas, llévate/as en las alas" (Agradecemos la información a D. Miguel Vega Peña). / 29. MARRERO CURBELO, Raimundo: 1996, p. 15. 92 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 "El tango jerreño viene por Rincón, lo viene bailando Cho Pedro Abejón". Pero Abejona es el nombre que los pastores de Tenerife ponen a algunas de sus cabras30. Unas veces porque su proceder recuerda al de los abejones: "se movía siempre ligera, de allá pacá, era molinera (color de la piedra del mismo nombre), pero un molinero negro"3 1 • Y otras, por el color: "negra y de medio patrás blanca, como si fuera un abejón"32 . En Teno Alto, como en la mayoría de los parajes canarios, los abejones han o casi han desaparecido. Sus causas se relacionan con el uso desmedido de insecticidas, con la introducción de plantas altamente nocivas -e incluso mortales- como es el caso del pino de oro o roble australiano, con las variaciones de índole climática que han repercutido sobre la vegetación: "yo me supongo que es como no hay flor" y con las enfermedades transmitidas por otros animales. Casi al unísono han retrocedido o se han extinguido diversos seres vivos: la abeja negra del país, guirres, milanos, pájaros, cuervos ... "La misma enfermedad que ha habido con las abejas la han cogido los abejones (. . .) pájaros se ven pocos, sólo algún cuervo (...) guirres, villanos y cuervos se comían las reses muertas"33 . 30. Sobre las denominaciones de las cabras puede verse la obra: LORENZO PERERA, Manuel J.: 1983, pp. 76-82. 31. Información oral de D. Salvador GonzálezAlayón, 81 años. El Fraile (Arona. Tenerife), D-2001. 32. Información oral de D. Pedro González Martín, 77 años. Teno Alto (Buena vista del Norte. Tenerife), fT-200 l. 33. Información oral de D. Pedro González Martín, 77 años. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), l-2001. 93 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 "Ahora es raro que pase un abejón. Ya no hay flores, ya no hay abejones, se está acabando todo, lo único que hay es cigarrones (..) . Hasta los cigarrones están medio acobardados; el año pasado casi no se vieron. Todo lo antiguo se p erdió ya"34 . Lo de los niños y los abejones fue sencillamente un juego que no repercutió en el retroceso poblacional de unos curiosos seres que contribuían a alegrar los campos y los jardines de los pueblos, es decir, la vida. Se tiene al abejón por un animal beneficioso y pacífico. En boca de una señora octogenaria de Buenavista del Norte (Tenerife) escuchamos la siguiente frase: "se decía que no debían de matarlos". Tal vez guarde relación con uno de los valores que posiblemente conocieron los viejos en lo concerniente a la polinización, es decir, la fecundación de las plantas. Veamos el siguiente relato, para cuya redacción utilizamos las fuentes que se indican en la nota35 • En la década de los años ochenta del siglo XX, en Holanda, se efectuaba, en invernaderos, la polinización entomófila con abejas; ya se comenzaba a pensar en la sustitución por abejones, insectos más cualificados para actuar en espacios reducidos. Conseguido ello, no se permitió, años después, que en Canarias se interviniera con ejemplares de Bombus terrestris, común en Europa, porque desde el Gobierno Canario se temía que se cruzara con el de aquí, Bombus canariensis, pudiendo traer fatales resultados, como había sucedido tras la mezcla de la abeja negra local con la amarilla, de procedencia italiana, más agresiva y transmisora de enfermedades que otrora se desconocían en las Islas. Empresas extranjeras - como la KOPPERT, holandesa- vieron una posibilidad de afianzarse comercialmente en Canarias, trabajando con su abejón endémico, Bombus canariensis. Y empezaron a hacerlo "hace unos 34. Información oral de D. Salvador Márquez Hemández, 90 años. Arure (Valle Gran Rey. La Gomera), II-2001. 35. MARRERO CURBELO, Raimundo: 1996. Información oral de D. Pedro de la Fe, técnico de la empresa COAGISORA(Guía de Isora. Tenerife), ll-2001 . 94 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 diez años", a través de técnicos que venían a capturar abejones y llevarlos a Holanda36 • Tras la fase de experimentación, agentes de las mismas compañías dieron charlas al personal de los invernaderos canarios, explicándoles la manera de tratar y manejar las colmenas artificiales. Éstas empezaron a importarse desde "hace unos seis o siete años". Las colmenas industriales tienen forma de tronco de pirámide o paralelepípeda ("algo más grandes que una caja de zapatos"). Su volumen suele ser de unos 12 ó 13 decímetros cúbicos, divididas en dos compartimentos: la cámara de cría que ocupa las dos terceras partes; y la dedicada a la alimentación (melaza) que cubre el tercio restante. Trae cada una de ellas una reina, treinta obreras y larvas que empiezan a formarse. Todo viene calculado para que su vida -en este caso la de los animalesdure dos meses y medio. Es suficiente para que cumplan su cometido principal, que no es otro que el de polinizar, en el tiempo requerido, las plantas de tomate que se cultivan en invernaderos cerrados. "Ha sido una revolución". Son imprescindibles en la consecución de rendimientos óptimos. Conllevando el uso de productos que no hagan daño a los polinizadores, lo que repercute considerablemente en la salud humana. Las colmenas, en el interior del invernadero, se disponen a unos dos metros de altura, evitando que las hormigas vayan hasta la melaza. Los abejones son trabajadores incansables; no suelen salir todos al unísono de la colmena, sino que lo hacen por tandas de unos veinte ejemplares. Una colmena puede cubrir cuatro mil o cinco mil matas de tomate. Su número está en función de las dimensiones de la propiedad, habiendo una 36. La casa holandesa KOPPERT envió a un biólogo, de nombre Jan Van Der Blom, quien se alojó en la pensión Las Antillas de Buenavista del Norte (Tenerife). Por razones que desconocemos su nombre no aparecía en ninguno de los dos libros de huéspedes, razón por la que no podemos ser más precisos. Se trasladaba a la zona de Los Carrizales y Masca, rica en flores, donde hacía las capturas. 95 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 relación de cinco colmenas por hectárea. En la actualidad, las grandes empresas tomateras se encargan de adquirir colmenas, para servicio de sus clientes, a las compañías que se ocupan de venderlas37 . Sería conveniente que las empresas productoras proliferasen con el fin de acrecentar la oferta y bajar los precios al agricultor. Una colmena cuesta cerca de trece mil pesetas. Que sepamos, no hay ninguna empresa canaria. Se obtienen grandes beneficios con un producto propio de las Islas: Bombus canariensis. Agentes extranjeros continúan viniendo a capturar ejemplares. ¿Quién lo autoriza? ¿Cómo los sacan? Y todo eso sin haber cuantificado cuál es y en qué estado se encuentra la actual población de abejones, para, si fuera necesario, tomar las medidas correspondientes. La trascendente importancia del abejón en el desarrollo de los cultivos de tomates en invernadero, es una réplica -aunque más drástica- del papel que desempeña en la naturaleza. La mayor parte del pueblo canario desconoce sus posibilidades, así como el modo en que repercute en la economía de las Islas, concretamente en el sector tomatero. Defendamos a esa joya, trabajadora infatigable, Bombus canariensis, abejón de Canarias. Nuestro homenaje y agradecimiento por haber contribuido a mantener verdes las alfombras de las Islas. LAS TEJAS: UTILIDAD Y CULTURA Cultura de la tejería en Canarias consolidada por cada uno de los apartados a los que hemos hecho mención: su historia remota, insular y local. El proceso de elaboración de las tejas. Los juegos desarrollados durante el transcurso de la cocción. Las tejas como medio de cubrir casas, edificios religiosos y otras dependencias. Consideraciones sobre el oficio de tejero, a lo que debemos agregar, principalmente en las poblaciones medianas y grandes, la presencia de amañados relacionados también con las tejas, encar- 37. COAGTSORA, empresa dedicada al plátano y al tomate, ubicada en Guía de Isora (Tenerife), controladora del 30% de la superficie tomatera de la isla de Tenerife, adquiere al año unas tres mil colmenas, utilizadas durante la campaña del tomate. 96 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 gándose tras ser solicitados, antes de que comenzara el invierno, de regular los tejados (tejas y canales), con el fin de preservar el interior de la vivienda: tejeros y canaleros eran personas humildes que encontraban en el desempeño de sus ocupaciones un complemento vital. Pero aparte de la finalidad ya reseñada, tapar las construcciones, las tejas tuvieron otras utilidades que a continuación vamos a relatar. Un trozo de teja se empleó en el desarrollo, bien conocido, del juego del teje o tejo. En La Hoya (San Miguel de Abona. Tenerife) una teja puesta boca arriba fue - en tiempos de escasez- el soporte en el que se.disponía una hilera de moñigos pegados, de forma que se prendía fuego al primero; lentamente, se iba propagando; de ese modo se contaba con lumbre al día siguiente, cuando los miembros de la familia se levantaban para iniciar la jornada diaria38. Para beneficiar y aromatizar el ambiente de la casa, hacia el medio de una teja, también boca arriba, se quemaban romero y eucalipto; la llevaban por todo el espacio doméstico, cogiendo la teja por uno de sus extremos. Para erradicar los maleficios, los malos espíritus - de una persona, casa ... - en algún cruce de caminos ("donde hubiera cuatro caminos, en Triana, al salir del pueblo pallá"39 ) se debían "quemar los tejes": sobre una teja o pedazo de ella se prendían determinadas plantas (romero y ruda) o azufre y hasta "dicen que llegaban a dar también tiros de escopeta"40 • Mucho saben los tejados isleños sobre el tránsito de gatos, brujas y de las ánimas de los muertos, así como de acciones arrojadizas mediatizadas por la venganza o la simple ruindad (palanquinadas) de la mocedad. A los tejados iban a parar los dientes de leche de los niños, quienes, aconsejados por sus madres o abuelas, decían, en el momento de tirarlos, el siguiente rezado: "tejadito, tejadito, toma este dientito y dame otro más bonito". 38. LORENZO PERERA, Manuel J. y OTROS: 1993, p. 28. 39. Información oral de D. José Hernández Pineda, 85 años. Buenavista del Norte (Tenerife ), 1 - 200 l. 40. Información oral de D. José Hernández Pineda, 85 años. Buenavista del Norte (Tenerife ), 1 - 2001 . 97 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Pero, además, el tema de la tejería está bien representado en el folklore. Cantares ("cuando vaya usted a cantar, / mire bien con quién se mete / que le pueden levantar / la teja de un caballete"), adivinanzas ("muchas cabras en un corral/ y todas mean a su par"; "cien damas en un cercado/ todas visten de morado; "cien damitas encarnadas/ allá arriba encaramadas": las tejas41 ), dichos ("tiene las tejas rodadas": alusivo a la persona que está algo desequilibrada), apodos (los Tejeros), topónimos ... Sobre estos últimos, en la obra de D. Pedro de Olive - hay muchísimos más- se nombran los siguientes: Horno de la Teja (Icod de los Vinos, La Orotava, Santa Brígida, La Victoria), Horno de Teja (Moya), El Tejar (La Matanza, Puerto de la Cruz, Santa Brígida, Santa Cruz de Tenerife, Santa Úrsula, El Sauzal, Vallehermoso )42 . La tejería tradicional hace años que feneció. Los hornos permanecen arruinados o casi arruinados. O se derrumban sin ningún tipo de contemplación. El valor histórico, económico y, sobre todo, cultural de la tejería tradicional es muy grande. Valdría la pena recuperar lo que queda (monumentos, estrategias, sabiduría). Y cubrir los edificios con tejas elaboradas artesanalmente, acrecentando y consolidando su personalidad e identidad. NOMBRES POPULARES Y CIENTÍFICOS DE LOS ANIMALES Y LAS PLANTAS MENCIONADAS Abeja amarilla Abeja negra Abejón canario Abejón europeo Acebuche Ajo 41. TARAJANO, Francisco: 1989, p. 160. Apis mellifera ligustica Apis mellifera mellifera Bombus canariensis Bombus terrestris Olea europaea ssp. cerasiformis Allium sativum 42. OUVE, Pedro de: 1865, pp. 533, 534, 1.104. 98 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Amapola Berode Bestia (burro) Bestia (mulo) Brezo Cabra Calabacín Calcosa o vinagrera Cardo Cebolla Centeno Cigarrón Cuervo Chicharaca Eucalipto Gavilán Guargaso Guirre Haya Higuera Higuera tinta Hormiga Limonero Loro o laurel Milano Pájaros Pino de oro Romero Ruda Tomatero Trigo Vaca Papaver rhoeas Kleinia neriifolia Equus asinus Mulum Erica arborea Capra hircus Cucurvita pepo Rumex lunaria Carduus tenuiflorus Allium cepa Seca/e cerea/e Ortópteros pettigonidos Corvus corax Lathyrus cf sativus Eucaliptus globulus Accipiter nisus Cistus monspeliensis Neophron percnopterus Myricafaya Ficus carica Opuntia ficus-indica Formicam Citrus liman Laurus azorica Milvus milvus Paseriformes Grevilla robusta Rosmarinus officinalis Ruta chalepensis Lycopersicon sculentum Triticum aestivum Bos taurus 99 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 BIBLIOGRAFÍA ACUERDOS DEL CABILDO DE TENERIFE. Fontes Rerum Canariarum, IV. Edición y estudio de Elías Serra Ráfols. Excelentísimo Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna. Santa Cruz de Tenerife, 1996, Vol. I ( 1497-1507). ACUERDOS DEL CABILDO DE TENERIFE. Fontes Rerum Canariarum, V. Edición y estudio de Elías Serra Ráfols y Leopoldo de La Rosa. Excelentísimo Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna. Santa Cruz de Tenerife, 1996, Vol. II (1508- 1513). ESPINEL CEJAS, José M. y PÉREZ PRIETO, María Elena: "El aprovechamiento de los recursos del medio en la elaboración tradicional de tejas, ladri llos y losetas (La Laguna, Tenerife)". Tenique, n.0 3. Grupo Folclórico del Centro Superior de Educación de la Universidad de La Laguna. Puerto de la Cruz, 1995, pp. 25-60. JIMÉNEZ MEDINA, Antonio Manuel y ZAMORA MALDONADO, Juan Manuel: "La elaboración tradicional de tejas y ladrillos en la comarca Norte de Gran Canaria: un estudio etno-histórico". Tenique, n.º 4. Puerto de la Cruz, 1998, pp. 147-228. JIMÉNEZ SÁNCHEZ, Sebastián: "Mitos y leyendas: prácticas brujeras, maleficios, santiguados y curanderismo popular en Canarias". Faycán, n.0 5. Las Palmas de Gran Canaria, 1955. LORENZO PERERA, Manuel J.: ¿ Qué fae de los Alzados Guanches? Colección M inor, n.º 3. Secretariado de Publicaciones de la Universidad de La Laguna. Madrid, 1983. - Estampas etnográficas de Tena Alto. Ilustrísimo Ayuntamiento de Buenavista del Norte. Madrid, 1987. - "Los estudios sobre la tejería tradicional en las Islas Canarias. Una reflexión y un reto". Actas del IV Congreso Internacional de Rehabilitación del Patrimonio Arquitectónico y Edificación. La Habana, 1998. La Laguna, 1998, pp. 90-93. LORENZO PERERA, Manuel J. y OTROS: "El horno de tejas de La Hoya (San Miguel de Abona). Trabajos de investigación, limpieza y reconstrucción". Tenique, n.0 1. Grupo Folclórico de la Escuela de Magisterio de La Laguna. Santa Cruz de Tenerife, 1993, pp. 1- 32. MARRERO CURBELO, Raimundo: El Bombus canariensis (en los cultivos de tomates de invernadero en Canarias). Centro de Inspección del Comercio Exterior (SOIVRE). Santa Cruz de Tenerife, 1996. Inédita. OLIVE, Pedro de: Diccionario Estadístico-Administrativo de las Islas Canarias. Barcelona, 1965. TARAJANO, Francisco: Más de 2. 000 adivinas canarias. Centro de la Cultura Popular Canaria y Otros. Santa Cruz de Tenerife, 1989. VIERA Y CLAVIJO, José de: Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias. Edición dirigida y prologada por Manuel Alvar. Excelentísima Mancomunidad de Cabi ldos de Las Palmas de Gran Canaria. Madrid, 1982. 100 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
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Calificación | |
Título y subtítulo | Los juegos en la Hornada de Tejas (Teno Alto, Buenavista del Norte, Tenerife) |
Autoría principal | García Martín, María Dolores ; Lorenzo Perera, Manuel J. |
Entidad | Vicerrectorado de alumnado de la Universidad de La Laguna |
Publicación fuente | Tenique: revista de cultura popular canaria |
Numeración | Número 05 |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | San Cristóbal de La Laguna |
Editorial | Grupo folklórico de la Escuela de Magisterio de La Laguna |
Fecha | 2003 |
Páginas | pp. 059-100 |
Materias | Cultura popular ; Folklore ; Canarias ; Tejares ; Juegos ; Hornos |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 15279974 Bytes |
Texto | LOS JUEGOS EN LA HORNADA DE TEJAS (Teno Alto, Buenavista del Norte: Tenerife) María Dolores García Martín y Manuel J. Lorenzo Perera © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 INTRODUCCIÓN Que sepamos, los estudios publicados sobre tejería en Canarias son escasos y recientes, posteriores al año 1987. Investigaciones de índole parcial; tres de ellas referidas a la isla de Tenerife (Teno Alto, Buena vista del Norte. La Hoya, San Miguel de Abona. La Laguna); y la cuarta, dedicada a la isla de Gran Canaria, centrada, esencialmente, en el municipio de Arucas (véase la relación bibliográfica). Las fuentes escritas que tratan el tema son muy limitadas, prácticamente inexistentes. Por lo tanto, el recurso esencial -es lo que ha ocurrido cada vez que hemos abordado cualquier capítulo de la cultura tradicional canariaha sido la oralidad cultural. PRESENCIA DE LA TEJERÍA EN LA ISLA DE TENERIFE Fue con posterioridad a la conquista de Tenerife (1496) cuando se introdujeron dos nuevos elementos de construcción: las tejas y los ladrillos, presentes en el proceso histórico de la Humanidad desde hace miles de años. Hay datos sobre ellos en los momentos inmediatamente posteriores al señalado episodio. Si consideramos los Acuerdos del Cabildo de Tenerife, se remontan al día 12 de febrero de 1507. Centrándonos en la tejería, sus alusiones son ya pródigas en sesiones cabildescas correspondientes a los años 1507-1513. Se mencionan y hasta se da el nombre de algunos de los tejeros que había en la por entonces capital de la Isla, la Villa de San Cristóbal de La Laguna. Consciente de su importancia, el Cabildo, desde muy pronto, pretende controlar y asesorar esta actividad artesanal, tal como se trasluce en lo tratado en la reunión del día 5 de marzo de 1512: 61 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 "Se platicó sobre los inconvenientes y daños por ser las casas cubiertas con paja (. . .) e son de mucho costo que con poco más se pueden hacer de teja que es perpetuo y más seguro e ennoblecimiento desta villa. Mandaron que ninguno sea osado de hacer casas cubiertas de paja, salvo su tejera e tilla e tijera " 1 • La Laguna fue la primera población de línea colonial europea en la isla de Tenerife. Progresivamente fueron surgiendo otras. En ellas -grandes, medianas, chicas e incluso en los caseríos aislados- fue común la figura del horno (u hornos) de tejas destinado a satisfacer las necesidades del vecindario. Ahora bien, la presencia de aquéllos no se produjo al unísono en todas las entidades de población. En Teno Alto fueron maestros de Masca y de El Carrizal ( "los carrizaleros ")-los tres pueblitos pertenecen al municipio de Buenavista del Norte- quienes enseñaron a los moradores de aquel lugar a hacer tejas: "Los primeros, cuando yo me acuerdo, venían de Masca, porque aquí nadie sabía trabajar eso. Y los tejeros también de Masca, los primeros que pegaron a hacer eso. Cuando nosotros nacimos ya habían casas, de nuestros padres, pero fueron hechas por gente de fuera, de Masca, esa gente no era de aquí, eran los que sabían hacer eso "2. Con dichos artesanos foráneos - posiblemente en la segunda mitad del siglo XIX- aprendieron algunos vecinos de Teno Alto. Con anterioridad, sus habitantes vivían en cuevas ( de ahí el nombre de uno de los caseríos: Las Cuevas) o en casas con techumbre a dos aguas, tapadas con paja de trigo o de centeno. Las viviendas siempre se fabricaron en lugares poco propicios l. Para redactar lo concerniente a los orígenes de la tejería de la isla de Tenerife, hemos utilizado las siguientes obras: Acuerdos del Cabildo de Tenerife: 1996, V. I, p. 150. Y Acuerdos del Cabildo de Tenerife: 1996, V. II, pp. 37, 75, 81, 90, 94, 101 , 118, 119, 124, 146,191 y 253. 2. Información oral de D. Leto González Regalado, nacido en 191 O. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), II-1986. 62 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 para la agricultura y eran construcciones reducidas, de planta rectangular, bajas, con muros de piedra y barro, sin vanos y con una única puerta orientada al Oeste o al Sur, abrigadas de las brisas y fríos del Norte. El hábitat es disperso, distribuido en reducidos núcleos de población que raramente superan la veintena de edificaciones3 : La Abejera, Los Bailaderos, Casa Bermeja, Corral de Vacas, Cuevas de Teno, Matoso, Mesita de Teno, Los Partidos, Siete Fuentes, Taburco, El Vallado4 • POBLACIÓN DE TENO AÑO DE HECHO DE DERECHO VARONES MUJERES (de hecho) (de hecho) 1920 186 212 1930 245 267 1940 277 301 1950 309 331 1960 260 271 130 130 1970 177 184 83 94 1981 153 153 76 77 1991 134 138 73 61 1996 110 110 55 55 1998 106 106 53 53 Fuentes: Nomenclátores, Censos y Padrones de habitantes. Elaboración propia. La práctica de la tejería conllevaba levantar un horno, efectuándose en enclaves donde hubiese barro conveniente y agua. En el mundo rural canario 3. Sobre el hábitat y la evolución de la población de Teno Alto puede verse la obra: LORENZO PERERA, Manuel J.: 1987. 4. Distribución del hábitat de Teno Alto en 1865. OLIVE, Pedro de: 1865. 63 _ I © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 D. Pedro González Martín y su esposa, Dña. Cristina Martín Pérez. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife ), I-200 l. es muy común la asociación horno de tejas-barranco con charcos en su fondo. El combustible, leña, la mayor parte de las veces se reunía en los alrededores: "cualquiera servía". En Teno Alto se recuerdan cinco hornos de tejas, dato relacionado con la dispersión poblacional a la que antes nos referíamos; se ubicaban en Taburco, Cueva del Acebuche, Los Pilones (a 300 metros del anterior, dirección Norte), Cercado Molina (nunca se llegó a utilizar), La Tosquita ( "detrás de Los Bailaderos") y en Respingo. 64 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 D. Pedro González Martín y su esposa Dña. Cristina Martín Pérez, quienes el día 5 de enero de 2001 contaban, respectivamente, con setenta y siete y ochenta y cinco años de edad, recordaban haber visto hacer tejas en los hornos de la Cueva del Acebuche y en Respingo, aunque en este último con menor frecuencia, debido a que por donde se encontraba vivía menos gente. Tampoco se acordaban de jugar allí mientras se cochuraban las tejas. Después de aprender con "los carrizaleros ", el oficio se fue transmitiendo generacionalmente. Tras las progresivas fases dé juegos, observación y colaboración, los hijos relevaban a sus padres cuando las circunstancias (edad, enfermedad ... ) lo requerían: "Empezamos a trabajar en eso después de la guerra de España, del cuarenta parriba. Cuando pequeños íbamos allí a ver, a jugar cuando nuestros padres iban a quemar"5• En febrero de 1986 conocimos a quienes fueron los últimos tejeros de Teno: D. Manuel Regalado Pérez, vecino de La Mesita, D. Leto González Regalado y D. Miguel González Regalado, ambos de Matoso; eran primos los tres, los dos últimos por línea materna y paterna. Se encargaban, respectivamente, de amasar, cortar y tender las tejas. El padre de don Manuel no se dedicó a la tejería. Sí lo hicieron los de don Leto y don Miguel: ''fueron mejores tejeros que ellos". Se llamaban Eloy y Mateo González Martín. No ejerció como tal el hermano de ellos, don Miguel (padre de nuestro informante D. Pedro González Martín) de oficio albañil: "todas estas casas (zona de Matoso) las hizo él". Era el verano la estación en que fabricaban tejas: "en el invierno no se puede porque se amorosa la teja y se esconcha ". Cada hornada o jornada - elaboración de unas dos mil tejas- suponía dos días de trabajo y una noche para quemarlas. El número anual de hornadas podía fluctuar: "un 5. Información oral de D. Leto González Regalado, nacido en 1910. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife ), U-1986. 65 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 año me acuerdo que hicimos once jornadas". Tal actividad persistió hasta 1953; la razón, que también se cita en el siguiente texto, guarda estrecha relación con la posibilidad de contar con otros materiales de construcción, que permitirían el levantamiento de casas distintas a las cubiertas con tejas; nos referimos a las de azotea y a las de bloques y plancha de cemento: "Ya hay más de veinticinco y cerca de treinta años que yo no trabajo en eso". "La última que quemaste (señora del tejero) fue cuando Andrés (hijo) nació en 1953". "Ya entonces pegaron a venir esos inventos de bloques y eso y ya no se usaba eso". "Ya esa fábrica.fracasó, ya no vuelve haber artesanía como esa"6 • En lo que concierne a la fonna de tratar con quienes encontraron en la tejería una actividad complementaria, trabajaban a jornal, pagándoles dos días y medio de trabajo: "en ese entonces a nueve pesetas por día, después día subiendo, igual que todas las cosas". Su papel se limitaba a hacer y quemar las tejas. La persona que deseaba techar su casa, se encargaba de reunir y llevar al lugar de trabajo el barro, la leña y el agua, contando para ello con la ayuda de familiares y vecinos: "era un conjunto, todos a ayudarle a aquél". Varias fueron las ocasiones en que la hornada de tejas, con el propósito de ahorrar esfuerzos y dinero, se hizo entre dos vecinos: ''pa salir más cómodos, trabajábamos entre los dos". EL PROCESO DE ELABORACIÓN DE LAS TEJAS A lo largo del mismo se diferencian las siguientes fases: amasar el barro, cortar y tender las tejas. La siguiente labor, o cocción, la controlaban los tres artesanos especializados en cada una de aquéllas, sobremanera el más ducho en tal cometido. 6. Información oral de D. Leto González Regalado, nacido en 191 O. Señora de D. Leto González Regalado. D. Miguel González Regalado, 73 años. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), II-1986. 66 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Emparejando el barro, con el cortatejas, sobre la gradilla. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), Xl-2000. AMASAR EL BARRO Barro y agua son los materiales empleados en la confección de tejas. Se usaba barro fuerte y flojo, a partes iguales, cavados casi siempre en las inmediaciones del horno. Se extraía con la ayuda de herramientas características (pico, azada) y se cernía, vertiéndolo en la pila de amasar, de forma circular y de unos tres metros de diámetro, levantada con piedra y barro, situada a unos quince metros de di stancia ( dirección Sureste) con respecto al horno. Al barro en ella acumulado se le echaba agua durante dos o tres días: "hasta que quede como una pasta, si queda suelto no sirve"; la recogían en los charcos del Barranco de Los Pilones sobre cuya margen derecha se levanta el horno o, de no haber allí, en alguno de los depósitos de las fuentes (Los Dornajos, La Torre, El Hoyo ... ); la transportaban las mujeres e incluso los hombres. Ellas, sobre la cabeza, en latas de aceite "de las que venían antes (20 ó 25 litros)"; y los hombres "en barriles de 30 litros, al hombro". 67 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Pasando la mano, una vez aplanado el barro sobre la gradilla. Véase a la izquierda el guarapo. Teno Alto (Buena vista del Norte. Tenerife), XI-2000. El amasador, descalzo, accionaba con los pies, haciéndolo progresivamente, por partes, preparando en cada ocasión material para elaborar unas cien tejas. Cuando se gastaba el que había "sobado", volvía a amasar más y, de nuevo, iba disponiendo porciones equivalentes al peso de una teja, encima del ancho muro adosado a la pila (lado Oeste), que el cortador recogía para colocar sobre la gradilla, a fin de emprender la fase siguiente. CORTAR LAS TEJAS La gradilla es un instrumento en forma de trapecio, constituido por cuatro varillas de hierro. Su apariencia es similar a la que tendría una teja totalmente aplanada. Se disponía encima de una gran laja de piedra, colocada sobre el ancho muro al que antes hicimos alusión. Para que las tejas no se pegaran, se extendía arena fina sobre la laja basáltica. 68 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 De la gradilla al guarapo. Teno Alto (Buena vista del Norte. Tenerife), Xl-2000. Cuando la "bola" de barro estaba "montada " sobre la gradilla, se aplanaba hasta cubrirla totalmente. A continuación se emparejaba con un palito mojado, el cortatejas: "se pasa, vuelve patrás y queda la teja lista ". EL TENDIDO Un instante antes de que el cortador finalizara la operación que hemos descrito, el encargado de tender ya tenía preparada su herramienta de trabajo ( el guarapo) pegada al muro, por debajo de la gradilla. Ésta, con el barro encima, se llevaba hasta el extremo del muro y "se jala ", de fonna que el barro cayera cubriendo el guarapo y adoptando la forma de éste. El guarapo es un utensilio de madera cuya forma es similar a la de una teja, aunque provisto de mango. Se confeccionaba con alguna clase de madera liviana, haya o loro principalmente. 69 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Pasando la mano a la teja fresca, colocada ya sobre el guarapo. Véase a la derecha las tejas en el mantillo. TenoAlto (Buenavista del Norte. Tenerife), XI-2000. Cuando la teja fresca se encontraba encima del guarapo, se le pasaba la mano y, a continuación, sobre el mantillo ( o lugar donde se iba a tender) se le volvía a pasar de nuevo: "para que se alisara y quedara sentadita", y se hacía saltar la teja dándole un jeito al guarapo cogido por el mango. El tendedero o mantillo es de tierra: "una planadita especial pa eso". Corresponde a la planicie intermedia entre el horno y la pila de amasar. El primer día de trabajo se hacían unas mil tejas; al día siguiente las retiraban, disponiéndolas cuidadosamente a fin de dejar el tendedero libre: "se recogían algunas pa poner más, empinadas en la punta del mantillo, al lado del horno". El suelo del mantillo debía presentar cierta dureza, "porque si no la teja se estremece (cede), aniveladito porque si no la teja queda cambada". Por estas razones, en cada ocasión se limpiaba y barría con una escoba "o cualquier ramo desos ". Antes de meterlas en el horno había que dejarlas secar. Estando el tiempo caluroso, con dos o tres días era suficiente. 70 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Disponiendo una teja fresca sobre el mantillo. Al fondo de la fotografía, lado derecho, el horno donde serían cochuradas. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), X 1-2000. En ocasiones, acostumbraban a ornamentarse algunas tejas, añadiendo en su parte externa el nombre del que hacía la hornada, el año en que se efectuó o ambas cosas a la vez. En una de las tejas que tuvimos oportunidad de ver aparecía la palabra "Miguel"; en otra, "Año 1915". QUEMAR LAS TEJAS Como hemos tenido ocasión de contemplar en diversos lugares de la isla de Tenerife, la cocción de las tejas se realizaba en hornos abiertos, es decir, sin techo. Nosotros hemos estudiado el horno de la Cueva del Acebuche. Está situado entre la pista que, desde Los Bailaderos, conduce hasta Matoso y la margen derecha del Barranco de Los Pilones, conocido más abajo como Barranco de Las Cuevas. Su planta se asienta en un corto terraplén, a unos diez metros con respecto al lecho del barranco. Desde allí se alza, sobre- 71 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 saliendo su parte alta ( o boca) algo más de medio metro con relación a la terraza o planicie donde se encuentran la pila de amasar y el mantillo o tendedero. Visto desde lejos, tiene forma de torrecilla circular, presentando las siguientes características: el diámetro total de la boca mide unos 2,40 metros. La pared tiene una anchura aproximada de 0,55 metros; fue confeccionada con los materiales característicos del país: piedra y barro, estando recubierta por su parte interior con una capa de barro muy rojizo y de aspecto calcinado, tal vez a consecuencia de la intensa cocción. Por su parte trasera, el horno está adosado a la pared natural del barranco. Por su tipología, corresponde a los denominados hornos de doble cámara. La superior, que era donde se disponían las tejas, mide 2,20 metros de altura. Una plataforma de piedra tosca labrada ("la rede"), sostenida por archetes, separa a la señalada cámara de la inferior. Ésta, entullada durante años, mide alrededor de 1 metro de altura; en ella se colocaba la leña, introduciéndola por un orificio al que los tejeros conocen como "la gatera de abajo"7 • Sobre la rede, "abujereada pa que saliera e/fuego", las tejas se iban colocando de forma vertical, una tras otra, y en rueda; el espacio que quedaba en el centro de la espiral se cubría con otras tejas; sobre la primera camada se ponía otra y así sucesivamente hasta llenar todo el horno: ''yo y el otro maestro las poníamos y la gente las alcanzaba, no se rompían, no ve que eso van apretadas"8 • El último estrato de tejas se cubría de forma similar a como contemplamos en las casas, es decir, primero se ponían unas tejas boca arriba y, sobre ellas, otras boca abajo. Prendido el fuego, ''por los abujeritos del piso ( o rede) va saliendo candela parriba". A medida que se iba consumiendo la leña, metían más por "la gatera de abajo". Se necesitaba bastante combustible: "una tonelada 7. Sobre la disposición de las dos cámaras puede ampliarse la información en el artículo: LORENZO PERERA, Manuel J. y OTROS: 1993. 8. Información oral de D. Leto González Regalado, nacido en 191 O. Teno Alto (Buena vista del Norte. Tenerife ), 11-1986. 72 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 El horno de tejas de la Cueva del Acebuche. Véanse a la derecha, en el mantillo, las tejas antes de proceder a su cocción. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), XI-2000. leña". Para ello, casi siempre se recurría a los guargasos de la cercana Montaña del Vallado. Tal y como se nos ha informado, en un principio la cocción se llevaba a cabo con leña verde, lo que suponía una enorme inversión de material; más recientemente, los guargasos se rozaban dos semanas antes, con lo que se desprendía menos humo y bastaba con la mitad del combustible9 • La cocción comenzaba hacia las siete de la tarde y concluía a las tres de la mañana: "casi toda la noche. Por el día no se ve el.fuego". Además de los tres tejeros acostumbraba a quedarse, despierto al pie del horno, el anfitrión de la hornada, así como algunos parientes y conocidos. Uno de los artesanos era el encargado de coordinar la cocción: ''yo soy el que entendía 9. Información oral de D. Mateo Ma1iín, 63 años. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), X-1986. 73 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 la quemada, los otros no". La teja se iba poniendo colorada y el punto de cocción, según se nos informó, lo determinaba guiándose ''por el color del fuego" 10 • Debido a la enorme cantidad de calor acumulado, las tejas permanecían unos ocho días metidas en el interior del horno para que se enfriaran. El horno de la Cueva del Acebuche es bastante antiguo: "éste lo hicieron en el recuerdo de nuestros padres; no nos acordamos cuándo lo hicieron". Pertenece a la familia conocida por "Los Merros", terratenientes residentes en Buenavista, en cuya propiedad se encuentra. Cada vez que se efectuaba una ''jornada" (algo más de dos mil tejas), había que solicitarlo y se entregaba al dueño del horno una determinada cantidad de dinero o trescientas tejas, forma de pago más característica. Se las dejaban en una tagorita que había por detrás del horno; Los Merros se encargaban de retirarlas o las trasteaban los dos medianeros que tenían en Teno Alto. Cuando las tejas estaban frías se trasladaban hasta el lugar donde se encontraba la casa que se iba a techar. Lo hacía el dueño de la misma ayudado por algunos allegados, a quienes se pagaba el favor en una próxima oportunidad: "nos servíamos unos a los otros, lo que hacemos es servir una comida a la gente que está trabajando". En nuestra publicación del año 198711 dábamos información sobre el estado de abandono en que se encontraba el centro tejero de la Cueva del Acebuche, inactivo desde 1953. Intentos de restauración posteriores a la presentación del libro fueron ahogados por sectores de la propia administración pública. Con apoyo institucional se recuperó el horno y volvieron a quemar tejas - aunque no con demasiada fortuna- el día 18 de noviembre del año 2000. 10. Según la opinión de D. Pedro González Martín (primo hermano de dos de los últimos tejeros, D. Leto y D. Miguel González Regalado), quien contaba con 77 años en enero del año 2001 , a la cocción se le daba un descanso, hacia las once o doce de la noche, de veinte o treinta minutos, con el objeto de que aclarara el humo a fin de ver si la teja estaba ya colorada: "y entonces decían: vamos a echarle dos horas más, según como lo vieran". 11. LORENZO PERERA, Manuel J.: 1987, p. 68. 74 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Pastores de Teno Alto en la fiesta de San Antonio Abad. Buenavista del Norte (Tenerife ), l-2001 . LOS JUEGOS DE LA HORNADA DE TEJAS Cuando dejaron de hacer tejas el año 1953 "se perdió todo". Es una alusión a los elementos culturales que daban carácter a la mencionada actividad, entre los que destacan los juegos, que volvieron a renacer durante las tareas de restauración llevadas a cabo, como se ha señalado anterionnente, en noviembre de 2000: "Hacia cincuenta años que no se jugaba a eso ni que se hacían tejas. Y ahora los chicos y chicas están enviciados". Son palabras de D. Pedro González Martín (77 años en enero de 2001) a quien debemos la información que prosigue, correspondiente a aquellos momentos en los que los juegos estaban plenamente contextuados. Jugaban en el discurrir de las siete u ocho horas que duraba la cocción, haciéndolo en el espacio llano correspondiente al mantillo, desalojado ya de 75 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 tejas. En tomo al horno se encontraban los tejeros quienes comían en el lugar, poniendo la cena la persona que encargó la hornada; y los vecinos y vecinas, a veces más de cien, que acudían después de haber cenado en sus casas. Lo hacían para acompañar a quienes iban a construir un nuevo hogar (Teno, pese a la dispersión del hábitat, es una gran familia, existe conciencia de ello), divertirse ( en tomo al horno se decían chistes, hacían cuentos ... ) y jugar: "no siendo los que echaban la leña, los demás jugando( ... ) los tejeros estaban más bien al tanto del horno". Facilitado por el reflejo de la luna y la luz del horno: "había buen tiempo, era en verano y entonces había gente aquí y siempre se procuraba que hubiera luna". Las manifestaciones lúdicas desarrolladas concernían a adultos y menores de ambos sexos. Se iniciaban a una edad muy temprana, "ocho y diez años", ejercitándose en aquellos momentos en que los muchachos se encontraban, como acaecía en el discurrir de las tareas pastoriles, tan comunes en el pensamiento y la cultura de Teno. Los juegos practicados durante el proceso de la hornada de tejas eran los siguientes: - El rabo del Diablo. - Zapato al culo. - Juanillo. - La piola. - El abejón. Son entretenimientos muy curiosos, poco conocidos, pletóricos en valores relacionados con la agilidad, la destreza y los reflejos. Propios de un territorio escarpado y duro donde, durante mucho tiempo, se dieron la mano el caciquismo, la emigración, el laboreo agro-pastoril y acusadas deficiencias infraestructurales 12 • Los juegos y otros entretenimientos coparon el tiempo de instrucción de los más pequeños: "no había escuela aquí ni nada", institución que fue abierta, en el marco de una casa, el año 1949. Y resignados, 12. Sobre ello puede ampliarse información en la obra: LORENZO PERERA, Manuel J.: 1987. 76 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 • "Aquí va el rabo del diablo, aquí va ... ". La Laguna (Tenerife), 1-2001 . como sus mayores, al designio divino: "hay que aguantarse lo que Dios nos manda, porque no nos gobernamos solos" . Un Dios con escasa presencia material. La ermita de San Jerónimo, arruinada a finales del siglo XVII, volvería a levantarse - aunque en otro lugar, Los Bailaderos- el año 1986. En ese espacio de tiempo el eclesiástico acudía a Teno cuando alguien se encontraba agonizando: venía, por El Callejón de El Palmar, montado sobre la bestia; y el que lo iba a buscar, caminando, tocaba la campanilla, arrodillándose los vecinos y vecinas a su paso. Describiremos, a continuación, los juegos que se realizaron en una comunidad "dejada a la mano de Dios". Ellos, sin duda, ayudaron a hacer olvidar otras tantas ausencias y necesidades, procurando ratos de alegría y convivencia, tan fundamentales en el quehacer de cualquier colectividad. 77 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 EL RABO DEL DIABLO Para desarrollar este juego -con el que se acostumbraba a empezarno hay un número máximo limitado de jugadores; sin embargo, como mínimo, debe haber seis para que la rueda tenga consistencia. Los participantes se colocan en círculo, lo más juntos posible unos a otros y con el dorso de las manos sobre el culo. El primer jugador ( "cualquiera que se quitaba el cinto empezaba"), elegido de forma aleatoria, va caminando por fuera de la rueda con un cinto doblado en la mano al que agita en el aire, diciendo: "aquí va el rabo del Diablo, aquí va, aquí va ... aquí va el rabo del Diablo ... " Esta expresión puede variar, pues cada interviniente le dará su entonación. Cuando decida, le pasará el cinto a otro, de la manera más disimulada posible, procurando que nadie lo vea; él o ella continúa su camino, diciendo lo mismo para que no se den cuenta que ya lo ha entregado, hasta llegar a su lugar en la rueda. U na vez allí gritará: ¡fuego!; entonces el que ha recibido el cinto azotará al que tiene a su derecha para que éste salga huyendo alrededor del corro. La persona que tiene el cinto correrá detrás intentando alcanzarlo y seguir azotándolo. En esa carrera se dará una sola vuelta a la rueda hasta que el jugador golpeado llegue a su sitio. Él o la participante que tiene el cinto volverá a andar por fuera del círculo de personas, diciendo nuevamente: "aquí va el rabo del Diablo, aquí va ... " y se repite la estampa anteriormente descrita. El jugador que lo va a relevar lo elegirá a su voluntad, haciendo lo mismo; así, sucesivamente, hasta que todos o casi todos los jugadores hayan tenido el cinto. Hay quien repite durante el tiempo que dure el juego, por lo que algunos habrán tenido el cinto o recibido cintarazos en más de una ocasión. El cinto, único elemento utilizado, corresponde al de la propia vestimenta: "los cintos en Buenavista mismo los hacían". Aunque "muchos daban la paradita" al entregárselo al compañero, es decir, lo hacían más notado, siempre, al menos, "el primer cincharazo era seguro". Y en cuanto a la figura del Diablo. Fue probablemente el distanciamiento físico de la iglesia lo que originó su relativo olvido. No así el de las I brujas: 78 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Juego del Rabo del diablo. Huyendo de los cintarazos. La Laguna (Tenerife), I-200 1. "A nosotras los padres nuestros no nos metían miedo con el Diablo sino con Las brujas: no estén porai que Las brujas vienen y Las arrastran". Formaron parte de la historia de Teno, hasta que se marcharon. Su causa se corresponde con lo escuchado en tantos pueblos del Archipiélago: "ya no hay brujas, se dice que no hay brujas por la cosa de la electricidad, no quieren luz". Entre los cuentos que se dijeron en momentos de hornada, no faltaron los relacionados con aquellos temidos seres a los que tantas veces se ha vinculado y relacionado con el Diablo. Como aquél en que se preguntaba por las brujas que habían acudido a la reunión, respondiendo: "habemos trescientas sesenta y seis y faltan las del Realejo". 79 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Jugando al Zapato al culo. La Laguna (Tenerife), 1-200 l . ZAPATO AL CULO Para este juego hace falta el zapato de algún voluntario: "casi siempre era zapato; si no tenían los chicos, los tenían los mayores". Los participantes permanecen sentados en el suelo, formando un círculo, lo más juntos posible, con las rodillas dobladas y las manos escondidas por debajo de aquéllas. Uno de los intervinientes permanecerá de pie en el corto espacio que han dejado libre en el centro de la rueda; dicho jugador es quien debe localizar el zapato que esconden los que están sentados. El zapato nunca debe pararse, se lo van pasando por debajo de las piernas, de unos a otros, procurando que quien está en el centro no lo vea. Puede ir en ambos sentidos para despistar al jugador que lo debe encontrar. Por donde vaya pasando, el que lo tenga debajo de sus piernas debe decir: cor, cor, cor, cor ... 80 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 11 11 n • Juanillo. La Laguna (Tenerife ), I-2001. Cuando el jugador del medio está de espaldas al zapato, quien lo tenga puede darle un zapatazo en el culo diciendo: zapato al culo, cor, cor, cor ... Una vez que aquél logre coger el zapato, será reemplazado por el compañero o la compañera a quien se lo arrebate. De esta manera se repetirá cuantas veces se quiera, pues no necesariamente todos los intervinientes deben pasar al centro del círculo delimitado por los pies de los jugadores. Las circunstancias originaron que la permanencia de una misma persona en el medio de la rueda, llegase a ser sumamente prolongada: "aquí en el horno los vi yo apurados, como era al oscuro ... ". JUANILLO Otro de los juegos que, al igual que el anterior, se realizaba a partir de un cerco de personas, era el conocido como Juanillo. Se desarrolla en tomo a dos personajes, elegidos de forma voluntaria: uno es Juanillo y el otro es su padre. 81 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 El padre, con el cinto doblado en la mano, situado por fuera de la rueda, intenta alcanzar a Juanillo, quien huye, siempre alrededor de aquélla: "voy por ahí y no lo puedo coger y le salto por allz'''. Mientras que, al unísono, se establece este diálogo entre ambos: Padre: Juanillo. Juanillo: Señor padre. Padre: ¿Dónde tienes las bestias? Juanillo: En el campo (las dejé). Padre: ¿ Y quién te las guarda? Juanillo: El gavilán. Padre: ¿Por qué te viniste? Juanillo: Por el p oco pan que me diste. Padre: ¿ Y el poco pan que te di? Juanillo: Por agujas lo vendí. Padre: ¿Ónde están las agujas? Juanillo: A mi amante se las di. Padre: Busca a tu amante. Juanillo: Míralo aquí. Cuando Juanillo termina el diálogo diciendo: "míralo aquz"', señala a cualquier compañero o compañera de la rueda, el cual debe hacerle un sitio; una vez colocado, quien hace de padre no puede darle con el cinto pues el juego ha terminado para ellos. La siguiente pareja, a desempeñar los papeles de Juanillo y Señor padre, pueden ser otras dos personas que estén en la rueda, o uno de aquéllos invirtiendo el papel, desempeñando el otro alguno de los participantes. Normalmente ese desenlace se aclara antes de empezar o de proseguir el juego. LA PIOLA En esta manifestación lúdica resalta la agilidad, rebosante en una comunidad pastoril tradicional como es Teno Alto. Los jugadores estarán colocados en fila, separados unos de otros por un espacio aproximado de dos metros, doblados, con la espalda horizontal, para que el primero salte con las piernas abiertas por encima de cada uno de ellos. 82 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 La piola. La Laguna (Tenerife), I-2001. Una vez llegue al final, adoptará la posición descrita, de manera consecutiva al último; y el primero se levantará y hará lo mismo que hizo el anterior. No hay un número determinado de jugadores ni un final claro, por lo que normalmente se termina por cansancio o decisión de los intervinientes. Aunque podían participar las mujeres, éstas raramente lo hacían: "las chicas, como no usaban pantalones, no lo jugaban mucho". EL ABEJÓN Se trata, esencialmente, de una expresión de destreza en la que figuran tan sólo tres jugadores, colocados de pie, con las piernas abiertas, uno al lado del otro. El del medio, o abejón, tendrá un sombrero puesto ("yo me acuerdo de ir a comprar los sombreros a La Laguna"); su zapato derecho estará pegado al del participante del mismo lado, y la misma disposición se reproduce por el lado izquierdo. 83 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Los emplazados a ambos lados tendrán la mano opuesta al abejón abierta y cubriendo su cara, a la altura de la oreja; y la otra mano dispuesta para quitarle el sombrero cuando sean atacados por aquél. El ataque del abejón: este participante frotará ligeramente las manos dirigidas hacia alguno de los laterales, desde las rodillas hasta la cabeza, o viceversa, sin tocarlo; al tiempo que reproduce un zumbido similar al que emite el abejón: sssssssssssssss; puede no atacarlo en ese momento y pasarse al otro compañero con el objeto de distraer la atención de los mismos a fin de golpearle en la cara. El jugador atacado, en el mismo momento que el abejón lo golpea, debe intentar quitarle el sombrero de un manotazo; si no lo consigue, el abejón puede continuar amenazándolo o cambiar al otro. Normalmente, quien hace de abejón utiliza alguna estrategia para no dejarse quitar el sombrero, como agacharse o inclinarse en sentido contrario. Una vez le tiren el sombrero, quien lo consigue pasa a ser el abejón. Y así sucesivamente. Si se acuerda, los tres jugadores, o alguno de ellos, pueden ser reemplazados por algunos de los observadores. Como acaece en todas las representaciones de tal índole, había quien sobresalía; en este caso, desempeñando el papel de abejón: "si el que está de abejón anda listo, tardan tiempo pa quitarle el sombrero". Sobre la cultura del abejón 13 En la mayor parte de las localidades del Archipiélago Canario se le denomina así: abejón; en otras se le conoce, además, como abejón del culo blanco (Valle de La Orotava ... ); abejorro (La Palma, El Hierro ... ); e incluso 13. Los datos sobre la cultura del abejón en las Islas se los debernos esencialmente a: D. Pedro González Maitín, 77 años. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), 1-2001 . Dña. Delia Romero Afonso, 37 años. Taganana (Santa Cruz de Tenerife), 1-2001. D. Juan González Barrera, 76 años. Natural de El Mocanal (Valverde. El Hierro), I-2001. D. Benito Padrón Gutiérrez, 86 años. Tigaday (Frontera. El Hierro), 1-2001. D. Isidro Ortiz Mendoza, 70 años. Chipude (Valleherrnoso. La Gomera), ll-2001 . D. Salvador Márquez Hemández, 90 años. Arure (Valle Gran Rey. La Gomera), Il-200 l. D. José Santos Plasencia, 67 años. Arure (Valle Gran Rey. La Gomera), U-2001 . D. Salvador González Alayón, 81 años. El Fraile (Arona. Tenerife), I I-2001. 84 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Jugando al abejón. La Laguna (Tenerife), 1-200 l. xorro en determinadas zonas rurales de La Palma 1 4 • Su presencia tampoco escapó al espíritu curioso y observador de José de Viera y Clavijo, quien lo describe de esta manera en su Diccionario de Historia Natural: "Abejón (Bombitius). Abeja bastarda, que vemos volar en nuestros prados, haciendo con el batiente de las alas un zumbido particular. Su cuerpo está cubierto de una felpa de pelos largos y espesos, negros todos, menos por la parte inferior que son blancos. Las alas lampiñas parecen transparentes. Son mayores que las abejas domésticas, y están dotados los abejones de los mismos órganos para la labor. Sus enjambres no exceden de cincuenta a sesenta individuos, y consta también de machos, de hembras y de mulos, cuyo sexo es neutral. Construyen su habitación en figura de bóveda, con un musgo muy fino que acarrean con sus dientes, y van 14. Agradecemos ese último dato al investigador D. Pedro No lasco Leal Cruz. 85 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 cardando y acomodando con las patas, para cuya tarea se colocan en fila. Después embadurnan la bóveda por dentro con cierta especie de cera, y se aplican a acopiar provisiones, libándole a las flores el néctar que depositan en un ventrículo o saquillo interior. Sus panales se reducen a un conjunto de bolas irregulares hechas de una pasta enmelada y en ellas desovan las hembras"15 • Los abejones -con cuantiosas especies- están repartidos por todo el planeta, desde el Círculo Polar Ártico al paralelo 40 por el Sur, adaptados a zonas donde hay plantas melíferas con floraciones de al menos tres o cuatro meses al año. Bombus canariensis es el único abejorro de las Islas Canarias; es endémico, encontrándose tan sólo en esta área del planeta. Tiene su hábitat en las islas de mayor relieve: El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife y Gran Canaria; en el Sur de las mismas suele localizársele entre los 400 y 900 metros de altitud; y en el Norte, desde las cercanías del mar hasta los 700 metros 16• Cada planta, cada animal, por pequeños e insignificantes que parezcan, tienen su propia cultura. A la cultura tradicional canaria le dan firmeza y razón de ser todas ellas. De lo dicho se desprende que hay también una cultura del abejón, confonnada por una serie de aditivos que, a continuación, vamos a comentar. Los abejones son insectos caracterizados por formar sociedades organizadas en ciclos anuales que comienzan en primavera17 cuando la reina 15. VIERA YCLAVIJO, Joséde: 1982,p. 5. 16. MARRERO CURBELO, Raimundo: 1996, pp. 5, 38 y 39. En las costas de Arona (Tenerife) era frecuente verlos "en tiempo de los higos ", es decir, por el mes de junio o de San Juan. Agradecemos la infonnación a D. Salvador González Alayón, 81 años. El Fraile (Arona. Tenerife), II-2001. 17. A mediados del mes de febrero del año 2001 vimos abejones en Hermigua (La Gomera), sobre flores de limonero; y en Arure (Valle Gran Rey. La Gomera) en un corral de cabras y en las flores cercanas. Tal vez presagio de que los meses fríos habían finalizado y los de calor ya hacían su entrada. 86 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 despierta de su sueño invernal e inicia una colonia, cerrándose al inicio de los meses fríos, produciéndose una parada invernal, denominada diapausa, en el curso de la cual queda suspendida toda actividad y desarrollo 18• En Teno Alto a las "casas de los abejones" se les llama abejoneras. Las forman en alguna grieta, agujero de una pared o en la propia tierra. En su interior los depósitos de la miel o zurrones -término que denota la fuerte influencia pastoril- no sobrepasan el tamaño de una aceituna: "Los abejones hacían como unos zurroniios y nosotros le rompíamos eso pa chupar la miel ... y alcanzábamos picadas (. . .) En tierra más bien y otros en grietas, pero la grieta que fuera a tener a tierra (..) Ésos andan buscando casa, decíamos, a donde formar la abejonera"19 • "La colonia" ( es decir, los habitantes de la abejonera) no es muy numerosa, "de cincuenta a cien cuando mucho". La reina, las obreras o hembras y los zánganos o machos20 • La reina es la única hembra fecunda, mide entre 20 y 24 milímetros y las alas no le llegan a la extremidad del abdomen. Las obreras son hembras estériles cuyas dimensiones oscilan entre 11 y 16 milímetros. Los zánganos son los machos fértiles; se alimentan para su propio beneficio y aunque a veces entran en la colmena no suele ser para traer alimento; se les conoce por la diadema lineal de color amarillo del pronoto y por su tamaño intermedio entre la reina y la obrera, de 15 a 18 milímetros21 • 18. MARRERO CURBELO, Raimundo: 1996, pp. 5 y 26. 19. Información oral de D. Pedro González Martín, 77 años. TenoAlto (Buenavista del Norte. Tenerife ), 1-2001 . 20. Estudios recientes han apuntado que el número de moradores de una abejonera puede ser superior: la reina, los zánganos y las obreras ( ciento cincuenta, cuatrocientas y hasta seiscientas). MARRERO CURBELO, Raimundo: 1996, pp. 24 y 25. 21. Los datos sobre las tres clases de miembros de la colonia fueron extraídos de la obra: MARRERO CURBELO, Raimundo: 1996, pp. 24 y 25. 87 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Al igual que le ocurrió a Viera y Clavijo en el siglo XVIIF2, varios informantes desconocían o no sabían si en la abejonera había una reina, maes-tra o madre; otros sí llegaron a intuirlo: "decían que unas grandes que habían eran las que ... "23 , "de alguna cosa salieron". Un dato también a destacar es el siguiente: creían todos nuestros informantes que los machos eran las hembras y al contrario. El hecho, a nuestro entender, se explica por dos razones. Las supuestas hembras al no tener aguijón no podían ser calificadas como violentas, rasgo afina los animales machos; y, además, tenían sobre la cabeza ("en el cogote") un atributo femenino, la rayita horizontal o diadema de color amarillo que según algunos informadores - eso depende de la capacidad para ver y retener los colores- era colorada e incluso azul. Los abejones -según las opiniones recogidas- suelen establecer su hábitat en las medianías, su zona preferencial; también frecuentan la costa, aunque raramente se les ve en las partes cumbreras. Se alimentan -al igual que las abejas- del néctar y del polen de las plantas. Es frecuente observarlos sobre las flores de determinados vegetales, cultivados o silvestres: chicharacas, amapolas, cardos, higos tintos ... , los dos últimos en las franjas bajas y costeras. Al posarse "en la telita de la amapola" emite un sonido agradable, complaciente, que se intentaba imitar cuando se jugaba al abejón y al que posiblemente se refiere Viera y Clavija al afirmar: "haciendo con el batimiento de las alas un zumbido particular"24 . Una diferencia, ya señalada, entre las hembras (supuestos machos) y los machos (supuestas hembras) es que éstos, al carecer de aguijón, no picaban, lo que suponía estar indefensos ante las acometidas de otros animales, entre ellos el ser humano. Pican más "los pequeñitos" ( es una referencia a las hembras jóvenes), pero no lo hacen con marcada violencia, como acaece 22. VIERA YCLAVIJO, José de: 1982, p. 5. 23. Información oral de D. Pedro González Martín, 77 años. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), l-2001. / 24. VlERAY CLAVIJO, José de: 1982, p. 5. 88 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 con animales similares que habitan en otros lugares del planeta y a los que la emigración permitió conocer: "aquí no atacan; en Venezuela, si''25 . Cuando pican - según referencia oral- no suelen dejar el aguijón como sucede con las abejas. El abejón Bombus canariensis es muy poco agresivo, menos que la abeja común, pero puede hacer uso del aguijón cuando ·se siente amenazado, se perturbe su trabajo o en defensa de su colonia. Originariamente, el aguijón fue un órgano dedicado a la puesta de huevos y ha lle_gado a nuestros días como un aparato atrofiado del sistema ovopositor, reconvertido en otro de defensa; por eso sólo lo tienen las hembras y particularmente es exclusivo de las obreras26 . Se considera que la picadura del abejón hembra ("da una picada brava") es "más dolorida" que la de la abeja. Ha habido quien, tras ello, no utilizó ningún remedio. En El Hierro se reconoce como más efectivo el de la calcosa o vinagrera: las hojas de los tallos más tiernos se frotaban entre las manos saliendo "como un líquido" que era lo que se aplicaba. También se empleó para las picaduras de las abejas, igual que otros: estregar cebolla, ajo, vinagre, el propio orín, a alguno de los cuales se recurrió también para aliviar las del abejón (ajos ... ). Contra la del abejón, son opiniones recogidas en Arure (Valle Gran Rey. La Gomera) y en Hermigua (La Gomera), se usó, respectivamente, barro y aceite. Los niños y niñas -aunque sin demasiada insistencia ni continuidadfueron los perseguidores humanos más reconocidos de los abejones. El mes de mayo -que era cuando mayor cantidad de miel almacenaban, debido a la floración- los niños de Teno Alto iban a la abejonera con el fin de coger los zurronitos - agujereándolos "con un.fisco palo o con los dientes"- al objeto de chuparles la miel. Para evitar que las abejonas les picaran, las golpeaban, matándolas, con una ramita de brezo. O se forraban 25. fnformación oral de D. Benito Padrón Gutiérrez, 86 años, Tigaday (Frontera. El Hierro), I-200 l. 26. MARRERO CURBELO, Raimundo: 1996, p. 59. 89 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 con la misma ropa, tal como hacían los muchachos en Arure (Valle Gran Rey. La Gomera): "aquello era como unos huevitos, emborronados en tierra, los garraba uno y era dulce". Lo expuesto refleja el conocimiento del medio natural por los más pequeños. Todo un ejercicio de agilidad lo determinaba atrapar a los machos (supuestas hembras) en las flores cuando procedían a recoger el néctar. Se le succionaba "atrás, como en el culito" (El Hierro, La Palma) y después se los dejaban en libertad; o los partían para chuparles el alimento que iban depositando por detrás de la cabeza (Teno Alto, Arure ... ). El siguiente texto ( en el que se pone de manifiesto la reconocida identificación popular hembra-macho) fue escuchado en el pueblo de Arure (Valle Gran Rey. La Gomera): "Cogerlas uno y estrallarlas y chuparle la bolita aquélla. Las que no picaban eran las de la rayita azul en el cogote, decían que eran hembras. Pero las de las cabezas negras, pa joderla (..). Los machos no tenían sino tripa sola"27• Debe ser muy antiguo el origen de las señaladas prácticas ( acudir a la abejonera, chuparle la miel a los abejones, "estrallarlas" con el mismo objetivo), acerca de las cuales hemos recogido información en distintas islas del Archipiélago (El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife ). Pero la captura así desarrollada podía prestarse a duros reveses. Cuando los abejones van de flor en flor introducen la cabeza en el polen; tratándose de hembras jóvenes, pueden confundirse con machos toda vez que sus cabezas se colorean de amarillo (flor del calabacín ... ), picando al cazador el cual tiende a abrir la mano, escapándose volando quien momentáneamente fue atrapada. Cuando estaba libando en el interior de determinadas flores, como la del higo tinto, se cerraba la parte superior con los dedos de la mano que- 27. Información oral de D. Salvador Márquez lfemández, 90 años. Arure (Valle Gran Rey. La Gomera), II-2001 . 90 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 dando capturada; se abría un poco, el abejón hembra sacaba el abdomen, se le apretaba y se le quitaba el aguijón, encerrándola a continuación en una caja de cartón o en un canuto de caña tapado con un corcho o con un pedazo de papel; después se liberaba a todos los que se habían ido cogiendo. Este último dato fue recopilado en Buenavista del Norte (Tenerife ). Más generalizadas son las escenas que a continuación vamos a relatar. Se atrapaba con una caja de fósforos, abriendo un poco y cerrándola de golpe; el abejón, entretenido en su labor, apenas tenía tiempo de alertarse. Lo tenían allí, arrimando la caja a la oreja, ''por oírlos cantando, porque sonaban dentro de la caja". Con la caja de fósforos se capturaba a animales de ambos sexos. Otras veces se abría mínimamente la caja, el insecto sacaba la patita y se le ataba un cordel de hilo de coser, cogiendo éste por el otro extremo, llevándolo como si se tratase de un globo. Lo mismo se hacía (por ejemplo en Taganana, Santa Cruz de Tenerife) con los machos (supuestas hembras), capturados con la mano, atándoles la hilera por la pata o bien "por la cintura". Antes de liberarlo-en la indicada localidad tinerfeña- el abejón servía para echar a suerte a fin de determinar qué niño debía quedarse para empezar a jugar al escondite, etc. Se colocaban en fila frente al niño o niña que tenía en uno de sus puños cerrados al animal; al final, el que se quedaba con él en la mano, tenía que empezar a contar. También con el abejón macho (supuesta hembra)-en la misma localidad- los más pequeños entretenían su tiempo del siguiente modo. Sesentaban juntos, pegados, quedando uno de pie, situado frente al resto. Los que permanecían sentados tenían las manos detrás de la espalda, portando uno de ellos al abejón. Se lo pasaban de uno a otro. El cometido del que está de pie es saber dónde se encuentra. Muchas veces no se traspasaba de puño, pero los niños simulaban llevarlo a cabo, haciendo ver que se escapaba, al objeto de engañar al que estaba de pie. El nombre de este juego es la prenda, debido a que, en otros contextos (reuniones, velas de parida ... ), se desarrollaba con una sortija, etc. Volviendo otra vez a Teno Alto, allí los niños hacían "unos corchos de verodes y los metíamos". Se refiere a los abejones. Esos corchos medían unos 1 O centímetros de longitud y "los juraban con la navaja, quitándole 91 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 lo de dentro". Los disponían en el patio de las casas. Era una imitación de lo que veían hacer a sus mayores: "como víamos lo que nuestros padres hacían con las colmenas, hacíamos igual". Pero los abejones también presagiaban el futuro. Si entraba uno del culo blanco en el interior de la vivienda, era señal de suerte o de noticias gratas: "y se le decía: si buenas las traes, buenas las llevas" (Teno Alto), "buenas nuevas traigas", "si buenas nuevas traes, mejores las lleves" (Chipude, Vallehermoso. La Gomera), "los viejos decían cuando pasaba por uno un abejón: buenas nuevas me traigas, buenas te las dé Dios" (Arure, Valle Gran Rey. La Gomera). Ahora bien, si era negro abarruntaba desgracias: "y hasta los echábamos de las casas". El dato lo hemos recogido en diferentes islas del Archipiélago: El Hierro, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria28 . Con ello se relaciona el siguiente cantar: "A bejón del culo blanco, ¿ qué noticias me traerás? Si son buenas, me las das y si no te vas"29 • El gentilicio El Abejón /Los Abejones sirve para nombrar y reconocer a una gran familia o "raza" del Puerto de la Cruz (Tenerife ). Familia de cabreros que otrora vivía en el Callejón de las Cabras, desplazándose algunos de ellos a la parte de San Antonio. A uno de sus componentes, Cho Pedro Abejón, se refiere la copla del baile del tango jerreño o guanchero que hace algunos años tuvimos oportunidad de recoger en el Valle de La Orotava: 28. Véase para Gran Canaria la obra: HMÉNEZ SÁNCHEZ, Sebastián: 1955, p. 29. En Telde, cuando aparecía un abejón, se decía: "si son buenas noticias, déjalas; y si son malas, llévate/as en las alas" (Agradecemos la información a D. Miguel Vega Peña). / 29. MARRERO CURBELO, Raimundo: 1996, p. 15. 92 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 "El tango jerreño viene por Rincón, lo viene bailando Cho Pedro Abejón". Pero Abejona es el nombre que los pastores de Tenerife ponen a algunas de sus cabras30. Unas veces porque su proceder recuerda al de los abejones: "se movía siempre ligera, de allá pacá, era molinera (color de la piedra del mismo nombre), pero un molinero negro"3 1 • Y otras, por el color: "negra y de medio patrás blanca, como si fuera un abejón"32 . En Teno Alto, como en la mayoría de los parajes canarios, los abejones han o casi han desaparecido. Sus causas se relacionan con el uso desmedido de insecticidas, con la introducción de plantas altamente nocivas -e incluso mortales- como es el caso del pino de oro o roble australiano, con las variaciones de índole climática que han repercutido sobre la vegetación: "yo me supongo que es como no hay flor" y con las enfermedades transmitidas por otros animales. Casi al unísono han retrocedido o se han extinguido diversos seres vivos: la abeja negra del país, guirres, milanos, pájaros, cuervos ... "La misma enfermedad que ha habido con las abejas la han cogido los abejones (. . .) pájaros se ven pocos, sólo algún cuervo (...) guirres, villanos y cuervos se comían las reses muertas"33 . 30. Sobre las denominaciones de las cabras puede verse la obra: LORENZO PERERA, Manuel J.: 1983, pp. 76-82. 31. Información oral de D. Salvador GonzálezAlayón, 81 años. El Fraile (Arona. Tenerife), D-2001. 32. Información oral de D. Pedro González Martín, 77 años. Teno Alto (Buena vista del Norte. Tenerife), fT-200 l. 33. Información oral de D. Pedro González Martín, 77 años. Teno Alto (Buenavista del Norte. Tenerife), l-2001. 93 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 "Ahora es raro que pase un abejón. Ya no hay flores, ya no hay abejones, se está acabando todo, lo único que hay es cigarrones (..) . Hasta los cigarrones están medio acobardados; el año pasado casi no se vieron. Todo lo antiguo se p erdió ya"34 . Lo de los niños y los abejones fue sencillamente un juego que no repercutió en el retroceso poblacional de unos curiosos seres que contribuían a alegrar los campos y los jardines de los pueblos, es decir, la vida. Se tiene al abejón por un animal beneficioso y pacífico. En boca de una señora octogenaria de Buenavista del Norte (Tenerife) escuchamos la siguiente frase: "se decía que no debían de matarlos". Tal vez guarde relación con uno de los valores que posiblemente conocieron los viejos en lo concerniente a la polinización, es decir, la fecundación de las plantas. Veamos el siguiente relato, para cuya redacción utilizamos las fuentes que se indican en la nota35 • En la década de los años ochenta del siglo XX, en Holanda, se efectuaba, en invernaderos, la polinización entomófila con abejas; ya se comenzaba a pensar en la sustitución por abejones, insectos más cualificados para actuar en espacios reducidos. Conseguido ello, no se permitió, años después, que en Canarias se interviniera con ejemplares de Bombus terrestris, común en Europa, porque desde el Gobierno Canario se temía que se cruzara con el de aquí, Bombus canariensis, pudiendo traer fatales resultados, como había sucedido tras la mezcla de la abeja negra local con la amarilla, de procedencia italiana, más agresiva y transmisora de enfermedades que otrora se desconocían en las Islas. Empresas extranjeras - como la KOPPERT, holandesa- vieron una posibilidad de afianzarse comercialmente en Canarias, trabajando con su abejón endémico, Bombus canariensis. Y empezaron a hacerlo "hace unos 34. Información oral de D. Salvador Márquez Hemández, 90 años. Arure (Valle Gran Rey. La Gomera), II-2001. 35. MARRERO CURBELO, Raimundo: 1996. Información oral de D. Pedro de la Fe, técnico de la empresa COAGISORA(Guía de Isora. Tenerife), ll-2001 . 94 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 diez años", a través de técnicos que venían a capturar abejones y llevarlos a Holanda36 • Tras la fase de experimentación, agentes de las mismas compañías dieron charlas al personal de los invernaderos canarios, explicándoles la manera de tratar y manejar las colmenas artificiales. Éstas empezaron a importarse desde "hace unos seis o siete años". Las colmenas industriales tienen forma de tronco de pirámide o paralelepípeda ("algo más grandes que una caja de zapatos"). Su volumen suele ser de unos 12 ó 13 decímetros cúbicos, divididas en dos compartimentos: la cámara de cría que ocupa las dos terceras partes; y la dedicada a la alimentación (melaza) que cubre el tercio restante. Trae cada una de ellas una reina, treinta obreras y larvas que empiezan a formarse. Todo viene calculado para que su vida -en este caso la de los animalesdure dos meses y medio. Es suficiente para que cumplan su cometido principal, que no es otro que el de polinizar, en el tiempo requerido, las plantas de tomate que se cultivan en invernaderos cerrados. "Ha sido una revolución". Son imprescindibles en la consecución de rendimientos óptimos. Conllevando el uso de productos que no hagan daño a los polinizadores, lo que repercute considerablemente en la salud humana. Las colmenas, en el interior del invernadero, se disponen a unos dos metros de altura, evitando que las hormigas vayan hasta la melaza. Los abejones son trabajadores incansables; no suelen salir todos al unísono de la colmena, sino que lo hacen por tandas de unos veinte ejemplares. Una colmena puede cubrir cuatro mil o cinco mil matas de tomate. Su número está en función de las dimensiones de la propiedad, habiendo una 36. La casa holandesa KOPPERT envió a un biólogo, de nombre Jan Van Der Blom, quien se alojó en la pensión Las Antillas de Buenavista del Norte (Tenerife). Por razones que desconocemos su nombre no aparecía en ninguno de los dos libros de huéspedes, razón por la que no podemos ser más precisos. Se trasladaba a la zona de Los Carrizales y Masca, rica en flores, donde hacía las capturas. 95 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 relación de cinco colmenas por hectárea. En la actualidad, las grandes empresas tomateras se encargan de adquirir colmenas, para servicio de sus clientes, a las compañías que se ocupan de venderlas37 . Sería conveniente que las empresas productoras proliferasen con el fin de acrecentar la oferta y bajar los precios al agricultor. Una colmena cuesta cerca de trece mil pesetas. Que sepamos, no hay ninguna empresa canaria. Se obtienen grandes beneficios con un producto propio de las Islas: Bombus canariensis. Agentes extranjeros continúan viniendo a capturar ejemplares. ¿Quién lo autoriza? ¿Cómo los sacan? Y todo eso sin haber cuantificado cuál es y en qué estado se encuentra la actual población de abejones, para, si fuera necesario, tomar las medidas correspondientes. La trascendente importancia del abejón en el desarrollo de los cultivos de tomates en invernadero, es una réplica -aunque más drástica- del papel que desempeña en la naturaleza. La mayor parte del pueblo canario desconoce sus posibilidades, así como el modo en que repercute en la economía de las Islas, concretamente en el sector tomatero. Defendamos a esa joya, trabajadora infatigable, Bombus canariensis, abejón de Canarias. Nuestro homenaje y agradecimiento por haber contribuido a mantener verdes las alfombras de las Islas. LAS TEJAS: UTILIDAD Y CULTURA Cultura de la tejería en Canarias consolidada por cada uno de los apartados a los que hemos hecho mención: su historia remota, insular y local. El proceso de elaboración de las tejas. Los juegos desarrollados durante el transcurso de la cocción. Las tejas como medio de cubrir casas, edificios religiosos y otras dependencias. Consideraciones sobre el oficio de tejero, a lo que debemos agregar, principalmente en las poblaciones medianas y grandes, la presencia de amañados relacionados también con las tejas, encar- 37. COAGTSORA, empresa dedicada al plátano y al tomate, ubicada en Guía de Isora (Tenerife), controladora del 30% de la superficie tomatera de la isla de Tenerife, adquiere al año unas tres mil colmenas, utilizadas durante la campaña del tomate. 96 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 gándose tras ser solicitados, antes de que comenzara el invierno, de regular los tejados (tejas y canales), con el fin de preservar el interior de la vivienda: tejeros y canaleros eran personas humildes que encontraban en el desempeño de sus ocupaciones un complemento vital. Pero aparte de la finalidad ya reseñada, tapar las construcciones, las tejas tuvieron otras utilidades que a continuación vamos a relatar. Un trozo de teja se empleó en el desarrollo, bien conocido, del juego del teje o tejo. En La Hoya (San Miguel de Abona. Tenerife) una teja puesta boca arriba fue - en tiempos de escasez- el soporte en el que se.disponía una hilera de moñigos pegados, de forma que se prendía fuego al primero; lentamente, se iba propagando; de ese modo se contaba con lumbre al día siguiente, cuando los miembros de la familia se levantaban para iniciar la jornada diaria38. Para beneficiar y aromatizar el ambiente de la casa, hacia el medio de una teja, también boca arriba, se quemaban romero y eucalipto; la llevaban por todo el espacio doméstico, cogiendo la teja por uno de sus extremos. Para erradicar los maleficios, los malos espíritus - de una persona, casa ... - en algún cruce de caminos ("donde hubiera cuatro caminos, en Triana, al salir del pueblo pallá"39 ) se debían "quemar los tejes": sobre una teja o pedazo de ella se prendían determinadas plantas (romero y ruda) o azufre y hasta "dicen que llegaban a dar también tiros de escopeta"40 • Mucho saben los tejados isleños sobre el tránsito de gatos, brujas y de las ánimas de los muertos, así como de acciones arrojadizas mediatizadas por la venganza o la simple ruindad (palanquinadas) de la mocedad. A los tejados iban a parar los dientes de leche de los niños, quienes, aconsejados por sus madres o abuelas, decían, en el momento de tirarlos, el siguiente rezado: "tejadito, tejadito, toma este dientito y dame otro más bonito". 38. LORENZO PERERA, Manuel J. y OTROS: 1993, p. 28. 39. Información oral de D. José Hernández Pineda, 85 años. Buenavista del Norte (Tenerife ), 1 - 200 l. 40. Información oral de D. José Hernández Pineda, 85 años. Buenavista del Norte (Tenerife ), 1 - 2001 . 97 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Pero, además, el tema de la tejería está bien representado en el folklore. Cantares ("cuando vaya usted a cantar, / mire bien con quién se mete / que le pueden levantar / la teja de un caballete"), adivinanzas ("muchas cabras en un corral/ y todas mean a su par"; "cien damas en un cercado/ todas visten de morado; "cien damitas encarnadas/ allá arriba encaramadas": las tejas41 ), dichos ("tiene las tejas rodadas": alusivo a la persona que está algo desequilibrada), apodos (los Tejeros), topónimos ... Sobre estos últimos, en la obra de D. Pedro de Olive - hay muchísimos más- se nombran los siguientes: Horno de la Teja (Icod de los Vinos, La Orotava, Santa Brígida, La Victoria), Horno de Teja (Moya), El Tejar (La Matanza, Puerto de la Cruz, Santa Brígida, Santa Cruz de Tenerife, Santa Úrsula, El Sauzal, Vallehermoso )42 . La tejería tradicional hace años que feneció. Los hornos permanecen arruinados o casi arruinados. O se derrumban sin ningún tipo de contemplación. El valor histórico, económico y, sobre todo, cultural de la tejería tradicional es muy grande. Valdría la pena recuperar lo que queda (monumentos, estrategias, sabiduría). Y cubrir los edificios con tejas elaboradas artesanalmente, acrecentando y consolidando su personalidad e identidad. NOMBRES POPULARES Y CIENTÍFICOS DE LOS ANIMALES Y LAS PLANTAS MENCIONADAS Abeja amarilla Abeja negra Abejón canario Abejón europeo Acebuche Ajo 41. TARAJANO, Francisco: 1989, p. 160. Apis mellifera ligustica Apis mellifera mellifera Bombus canariensis Bombus terrestris Olea europaea ssp. cerasiformis Allium sativum 42. OUVE, Pedro de: 1865, pp. 533, 534, 1.104. 98 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Amapola Berode Bestia (burro) Bestia (mulo) Brezo Cabra Calabacín Calcosa o vinagrera Cardo Cebolla Centeno Cigarrón Cuervo Chicharaca Eucalipto Gavilán Guargaso Guirre Haya Higuera Higuera tinta Hormiga Limonero Loro o laurel Milano Pájaros Pino de oro Romero Ruda Tomatero Trigo Vaca Papaver rhoeas Kleinia neriifolia Equus asinus Mulum Erica arborea Capra hircus Cucurvita pepo Rumex lunaria Carduus tenuiflorus Allium cepa Seca/e cerea/e Ortópteros pettigonidos Corvus corax Lathyrus cf sativus Eucaliptus globulus Accipiter nisus Cistus monspeliensis Neophron percnopterus Myricafaya Ficus carica Opuntia ficus-indica Formicam Citrus liman Laurus azorica Milvus milvus Paseriformes Grevilla robusta Rosmarinus officinalis Ruta chalepensis Lycopersicon sculentum Triticum aestivum Bos taurus 99 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 BIBLIOGRAFÍA ACUERDOS DEL CABILDO DE TENERIFE. Fontes Rerum Canariarum, IV. Edición y estudio de Elías Serra Ráfols. Excelentísimo Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna. Santa Cruz de Tenerife, 1996, Vol. I ( 1497-1507). ACUERDOS DEL CABILDO DE TENERIFE. Fontes Rerum Canariarum, V. Edición y estudio de Elías Serra Ráfols y Leopoldo de La Rosa. Excelentísimo Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna. Santa Cruz de Tenerife, 1996, Vol. II (1508- 1513). ESPINEL CEJAS, José M. y PÉREZ PRIETO, María Elena: "El aprovechamiento de los recursos del medio en la elaboración tradicional de tejas, ladri llos y losetas (La Laguna, Tenerife)". Tenique, n.0 3. Grupo Folclórico del Centro Superior de Educación de la Universidad de La Laguna. Puerto de la Cruz, 1995, pp. 25-60. JIMÉNEZ MEDINA, Antonio Manuel y ZAMORA MALDONADO, Juan Manuel: "La elaboración tradicional de tejas y ladrillos en la comarca Norte de Gran Canaria: un estudio etno-histórico". Tenique, n.º 4. Puerto de la Cruz, 1998, pp. 147-228. 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