HISTORIA DEL JUEGO DEL PAW
APORTACIÓN AL ESTUDIO DE SU ORIGEN
- El palo camellero -
José Víctor Morales Magyín
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
INTRODUCCIÓN
En el campo de las teorías sobre el pasado resulta muy difícil dejar
cuestiones zanjadas, pues la continua aparición de fuentes y datos reabren
constantemente temas que parecían, en principio, resueltos. El sentido de este
breve trabajo que se presenta es poner en consideración de l lector y aportar, en
lo posible, más claridad en el -un tanto revuelto- campo de nuestras tradiciones
autóctonas. Son el tema del presente estudio algunas consideraciones en torno
al origen del Juego del Palo, manifestación cuyo número de participantes y
estilos ha crecido de manera importante recientemente, por lo que parece
necesario un poco de orden -cuando menos- en el ámbito historiográfico de
estas tradiciones.
Abordamos el estudio de uno de los supuestos orígenes del Juego del
Palo, analizando una teoría que ha tenido evidente calado entre ciertos
sectores. Dicho planteamiento se reduce a explicar el origen de l Juego del Palo
como resultado de la actuación de un camellero con su palo para dominar un
camello, derivándose de esta actividad un juego con palos entre personas. Para
la revisión de este enunciado teórico se han elaborado dos partes bien
diferenciadas: el análisis del libro de Jorge Domínguez Naranjo " Introducción
a la Historia del Garrote" 1
, pues este autor es un valedor a ultranza de esta
teoría y por otro lado, la segunda parte que corresponde a mi aportación al
problema, que intenta explicar que la teoría del origen camellero de l Juego del
Palo es indemostrable y por lo tanto falsa.
ANÁLISIS DE LA OBRA DE JORGE DOMÍNGUEZ
Para este estudio se han extraído los aspectos principales, a conti nuación
éstos se han agrupado en dos conjuntos de cuestiones diferentes con el
propósito de intentar hacer la exposición ordenada y comprensible. Por un lado
se han situado unos aspectos bajo el epígrafe Problemas metodológicos y por
otro los Problemas teóricos o de contenidos.
1 DOMÍNGUEZ NARANJO, J.: 1990.
40
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• 7
LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA DEL JUEGO DEL PALO
EN ANAGA Y ZONAS LIMÍTROFES
l.
2.
3.
4.
5.
• 9
La Laguna "-"-'~•¡r·-1· ~ftl
San Andrés
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Roque Negro
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Valle de El Bufadero
Las Mercedes
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6. Los Valles
7. Valle de Guerra
8. La Esperanza
9. Barranco Hondo
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Problemas metodológicos
Sin entrar en aspectos formales -pero importantes- como la falta de
notas o c itas a pie de página y una mínima bibliografía del material consultado,
se observan una serie de problemas que no se han resuelto eficazmente y de los
cuales se destacan:
a) Falta de fuentes; en general hay un escaso manejo de fuentes en todo e l
texto, sobre todo si tenemos en cuenta el amplio margen cronológico que
pretende abarcar, desde el mundo prehispánico hasta nuestros días.
b) La mención a un esquema interpretativo (p. 46) que no aparece en ningún
momento de esta obra.
c) Las fuentes que cita las toma literalmente, sin entender su sign ificado, sin
un intento de interpretación o de contrastación; véase un pequeño ejemplo.
En la página 31 de este libro dice : " .. .Las continuas referencias a lanzas,
picas, chuzos, y armas del país no son más que una constatación, en la
terminología imprecisa de épocas pasadas, al elemento o arma habitual
entre los pastores y campesinos ele las Milicias canarias; el garrote
rematado con regatón metálico ... "; de estas líneas se pueden desprender
varias consideraciones:
1) Mezcla de cosas que son di stintas.
2) No contrasta con otras fuentes.
3) No explica porqué los cronistas -o su terminología- contemporáneos
o próximos a las épocas en que se usaban estas armas son
. . tmprectsos .
Para evitar este tipo de situaciones, que suelen deparar especulaciones
de todo tipo, se ha de hacer un uso racional de las fuentes -cuando las hay-,
tener cuidado y, cuando menos, contrastar para evitar construir hipótes is sin
bases fiables. Es cierto que el tema de las lanzas aparece con frecuencia en
la obra de cronistas e hi storiadores. Pero la sospecha es que estas lanzas,
picas, etc., no son, en su mayoría, los garrotes que menciona Jorge
Domínguez, sino lanzas de guerra que, además, eran traídas e importadas
por las autoridades castellanas durante y después de la conquista de
Canarias.
Para entender esto sólo hay que hacer una consulta medianamente seria
a las fuentes documentales; en e llas comprobamos que esta s ituaci ón se
mantiene desde fechas muy tempranas. En la primera expedición a Gran
Canaria hay un viaje de dos carabelas, llamadas Gaeta y Callada; éstas
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transportaban en sus bodegas provisiones, abastecimientos y armas, hacia
1481. De este hecho se conserva un documento que es un " ... Rescibo de la
costa que el dicho Pedro de Arevalo muestra que fizo en el viaje de dos
carabelas que fleto para enbiar pan e otras cosas ... "; en este recibo hay
una relación detallada de dichos objetos. Además de las provisiones
alimenticias se señalan las de guerra: espadas, casquetes, bramantes para
cuerdas de ballestas, astas para saetas, etc.; en este capítulo encontramos
" ... cient lancas mucho buenas e bien guarnecidas con sus regatones ... " 2
.
Aunque lanzas y regatones suenan a los útiles del pastor canario, evidentemente
éstas son lanzas de guerra que junto con ot,ras armas largas de
tipología parecida, picas, alabardas, espontones, partesanas y chuzos, eran
utilizadas por los ejércitos europeos medievales y posteriores y que fueron
introducidas en Canarias en todas las épocas.
d) Uso parcial de algunas fuentes; por ejemplo, el texto de Bethencourt
Alfonso (el lector lo puede encontrar íntegro en la obra del mismo autor
Historia del pueblo guanche 3
) no está comentado en su totalidad, sólo se
citan ciertos fragmentos, quedando fuera otros que, tal vez, su contenido
podría entrar en contradicción con las teorías expuestas por Jorge
D
, 4 ommguez .
e) Fuentes iconográficas; para terminar, destacar en el ámbito del uso de dichas
fuentes una sorprendente contradicción. Cuando nos habla de las fuentes
iconográficas en relación a su utilización para el estudio del garrote, se
advierte cómo vale prácticamente cualquier cosa " ... que la iconograffo de
temas canarios en sus diferentes grabados y dibujos, así como las
escenificaciones populares, representan de forma natural y espontánea
(por ser evidente y sujeto a la realidad) la imagen del aborigen canario
portando un largo y grueso garrote como arma más representativa ... " (p.
90). Ahora bien, cuando el representado no es el garrote, o es otro tipo de
palo (el del Juego del Palo, por ejemplo) aparece una prudencia científica
que cambia la concepción metodológica: " ... no debemos caer en el
simplismo de utilizar indiscriminadamente cualquier fotografía o grabado
de un campesino portando un palo si esto no va acompar"iado de un análisis
explicativo y razonado ... " (p .118).
2 LADERO QUESADA, M.A.: 1966, p. 21.
3 BETHENCOURT ALFONSO, J.: 1991.
4 DOMÍNGUEZ NARANJO, J.: 1990.
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t) Repetición excesiva -casi compulsiva- de un argumento, el origen camellero
del Juego del Palo. Aparece treinta veces en dieciocho páginas ocupando
pa, rraf os enteros ·s.
Problemas teóricos o de contenidos
Los puntos que seguidamente se mencionan constituyen el cuerpo de
contenidos que sustentan la teoría expuesta en este libro; el problema consiste
en que su débil argumentación documental les convierte en meras especulaciones:
1. El Juego del Palo no es prehispánico.
2. Es más eficaz un garrote que un palo.
3. El garrote es para combatir y el Juego del Palo tiene sólo carácter
lúdico.
4. Bethencourt Alfonso y Benito Pérez Armas se equivocan (pp. 61 y
63) 6
.
5. El garrote responde a la clasificación de trozo y punta hecha por
Bethencourt (esto es difícil de comprender pues el garrote, generalmente,
es uniforme en sus medidas, es decir, tiene el mismo
grosor en sus extremos, al contrario que un palo de Juego que
siempre disminuye en grosor desde el trozo hasta la punta).
6. La violencia con palos es de uso exclusivo de los pastores.
Para terminar este apartado parece interesante profundizar un poco en
un problema que llama la atención por la serie de datos que se ofrecen y que,
en ocasiones, entran en franco conflicto. Éste es el tema de las medidas y de
los usos de los diferentes útiles del juego (palos y garrotes). Si bien a lo largo
de esta obra y en reiteradas ocasiones se insi ste en que el garrote es un
elemento "grande y fuerte" 7
, frente a otros de estructura más débil, se
manifiesta otra conclusión que claramente contradice lo anterior: " ... Pero en el
trabajo de campo y en la recogida de información etnográfica, una modalidad
se distingue n.o por el tamat"io de los palos utilizados, sino por la forma de
5 DOMÍNGUEZ NARANJO, J.: 1990, pp. 13. 17, 28, 36, 39, 49, 57, 58. 59, 60, 68, 97, 98. 105.
114, 115, 121 y 130.
r, DOMÍNGUEZ NARANJO, J.: 1990.
7 DOMÍNGUEZ NARANJO, J.: 1990. Esta afirmación, el garrote grande y.fi1erte, se hace para
diferenciarlo del útil que se emplea en el Juego del Palo. La aseveración grande y júerle la
encontramos en las páginas 13, 22, 29, 3 1, 39, 75 , 89, 1 14 1 1 16.
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agarrar y mover el 1.c f1 0s 1. 11strumentos, o sea, por su estructura te,c m.c a... " 8 . ¿ E s
la medida del útil o su estructura técnica lo que diferencia los juegos con palos
o varas? ¿Se puede emplear la misma estructura técnica con un grueso palo de
2 metros que con otro de 1,30 ó 1,50 metros? Parece obviamente que no.
Antes de ampliar la respuesta véanse dos datos que clarifican un poco
el tema de estas medidas. Víctor Grau-Bassas 9
, etnógrafo, en sus investigaciones
en el interior de Gran Canaria nos cuenta que el garrote es " ... un palo
de acebuche o membrillero que tiene 1,50 metros de largo y 0,03 de grueso ... ".
Dista mucho de los dos metros y puede ser de membrillero, se acerca mucho a
un palo normal. En esta misma línea y también para Gra~ Canaria, Domingo J.
Navarro anota en sus Recuerdos de un noventón que los labradores portaban
" ... en la mano un garrote de madera elástica de cinco a seis pies de
a l tura... " 10 . El pi. e eqm.v a1 e aproxi. ma d amente a 27 , 5 cent1, metros 11 por lo que
se obtienen unas medidas de entre 1,40 y 1,70 metros. Jorge Domínguez habla
incluso de un garrote de 1,30 metros 12
. Se plantea una pregunta ¿es eficaz un
palo o un garrote de 1,30 ó 1,50 metros cogido por el centro y con las manos
separadas según la estructura técnica del garrote? Parece de poca eficacia pues
queda poca extensión del útil con que golpear. Sería lo contrario si se sujetase
por un extremo (punta) o por un extremo y el medio.
José Morales, el maestro fundador de la escuela Morales de San
Andrés (Santa Cruz de Tenerife) conoció estas cuestiones. Él se decidió por el
palo corto, el normal, entre 1,20 y 1,30 metros, pues en su vida como jugador
experimentado (incluso con algunos choques violentos) y por la gran elaboración
de juego que desarrolló llegó a esa conclusión: " ... Da lo mismo que sea
un palo corto que uno largo. Pero con un palo largo cualquiera se mete
dentro; el palo corto es mejor para defenderse. Para esto basta con un
bastoncito" 13
• En la actualidad el Maestro Pedro Morales, nieto de José
Morales, mantiene las medidas de los palos que señalara el fundador de esta
escuela.
8 DOMÍNGUEZ NARANJO, J.: l 990, p. l 18.
9 GRAU-BASSAS, V.: 1980, p. 20.
10 NAVARRO, D.J.: 193 1, p. 1 OO.
11 En el antiguo sistema español, el pie era una unidad de longitud que valía un tercio de vara, o
sea, 12 pulgadas. La pulgada en el sistema real de Castilla eq uiva lía a 2,30 centímetros (extraído
ele la Gran Enciclopedia Larousse, Tomos 18 y 19. También se puede consultar el Almanaque de
las Islas Canarias, editado en Santa Cruz de Tenerife entre 1860 y 1907).
12 DOMÍNGUEZ NARANJO, J.: 1990, p. 83.
13 ÁLVAREZ CRUZ, L.: 1935.
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APORTACIÓN AL PROBLEMA DEL ORIGEN CAMELLERO DEL
JUEGO DEL PALO
Ante todo señalar que en estos temas, comprensiblemente, cuesta
mantener la cabeza fría. Son usos tradicionales, familiares, con una emotividad
implícita que puede, en algunos momentos, desbordar la racionalidad necesaria
para hacer una contribución cabal y objetiva. Se ha de tratar con mucho
cuidado -y respeto- todo el complejo mundo de las tradiciones canarias,
víctimas en muchos casos de su propia fragilidad. Es necesario intentar
despojar de subjetividad y visceralidad estos aspectos, de otro modo, sólo
añadirnos sombras cuando lo necesario es arrojar luz a la historia de nuestro
pueblo.
En el campo etnográfico parecen pocos los investigadores cualificados
que se han ocupado de estos menesteres, en cambio, aficionados han sido
muchos más. De éstos últimos cabe destacar que algunos han logrado
estimables, e incluso, imprescindibles aportaciones a la historiografía de las
tradiciones canarias. Aunque añadir que su sólida formación académica
(médicos, maestros, etc.) y un demostrado amor a su tierra, fueron los avales
de una producción científica seria, rigurosa y escrupulosa. Ahora bien, lo que
debe evitarse a toda costa es un tipo de intrusismo profesional -en el campo
historiográfico- que a un poco afán por el rigor científico sume visceralidad y
sentimientos de protagonismo-mesiánico, pues en las procelosas aguas de
nuestras tradiciones vernáculas suele reproducirse con eficaz pertinencia la
máxima A río revuelto ganancia de pescadores.
Dicho esto, al situar la cuestión se emplea una premisa lógica; no se
niega la posibilidad de que puedan aparecer evidencias tangibles de un
supuesto Juego del Palo Camellero, será labor de investigación o de
casualidad. Lo que se intenta demostrar desde estas páginas es que no hay
suficiente materia objetiva para demostrar este hecho, esto es, que los datos
que van apareciendo o se pueden confirmar apuntan irremediablemente a la
idea de que no ha existido un juego del palo derivado del uso de dicho objeto
por una persona para el control y conducción de camellos.
Hay evidencias que son innegables; el camellero usa un palo (o dos),
con él dirige y golpea al camello, al camello se le puede neutralizar con un
golpe en determinado punto de su anatomía. Esto es así, pero de ahí a construir
toda una tesis sin datos media un abismo insalvable, sin tener en cuenta, a todo
esto, quedan cinco o seis islas que, parece, son incapaces de mantener o crear
esta tradición.
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...--
La docilidad del camello queda patente en las fuentes consultadas
Como punto de partida el origen prehispánico del Juego del Palo es el
umco que parece responder coherentemente a esta incógnita -con su
consiguiente adaptación y transformación para cada época-. En este sentido son
clarificadoras las ideas que J. Bethencourt Alfonso tenía al respecto: " ... Es muy
general la creencia entre nosotros ( . .) de que los conquistadores
destruyeron totalmente al pueblo guanche (..) sin embargo, esta especia de
absorción por la raza conquistadora no ha sido tan completa como se cree; en
el mobiliario de las casas de nuestros campesinos, en sus vestidos, usos,
juegos, bailes, rmas, aficiones, ejercLct0s, género de alimentación,
manifestaciones de alegría, etc., hay más guanche que español..."14
• Si bien
Bethencourt Alfonso era muy rotundo en sus afirmaciones no se puede negar
coherencia en su razonamiento, si no se ha eliminado completamente un pueblo
su cultura o parte de ella ha de sobrevivir, con la evidente evolución y
mestizaje. Por lo tanto es lógico pensar que hay un mayor grado de pervivencia
en las costumbres que se hacen necesarias, que de algún modo están
relacionadas con los segmentos más importantes de la vida cotidiana. De estos
14 BETHENCOURT ALFONSO, J.: 1880, p. 69.
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entendemos dos básicamente: la producción económica (ámbito del pastoreo,
agricultura, artesanía) y la seguridad personal (palos, piedras, luchas).
El camellero, con una mano sujeta al camello, en la otra lleva su corto palo
Los ámbitos anteriormente señalados son la realidad donde están inmersos
los habitantes de Canarias, aparte del pastoreo y la agricultura eran muy
escasas otras fuentes de subsistencia y en el segundo caso, tanto la inseguridad
interior como la proveniente del exterior (piratas, asaltos, guerras) son patentes.
En este contexto es donde debe inscribirse la pervivencia de una tradición
como la que nos ocupa, dentro del marco de las necesidades materiales del
individuo 15
.
En esta línea es interesante la opinión de uno de los maestros más
importantes de la época contemporánea, José Morales (1857-1935), él en unas
declaraciones de 1935 opinaba: " ... Yo creo que el Juego del Palo es de los
tiempos más antiguos; desde los guanches. Y es un juego noble ... " 16
• José
15 El demostrar, o intentarlo, el origen prehispánico del Juego del Palo es otro trabajo, de tal
magnitud que, lógicamente, no puede ser acometido en estas páginas. Sólo queremos dejar
constancia de que es nuestra opinión al respecto del origen de este juego su entronque con el
mundo aborigen.
16 A' LVAREZ CRUZ, L. : 1935.
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Morales fue discípulo de Pedro Pestano, supuesto majorero, y a pesar de esto,
el viejo maestro no menciona ni al palo camellero, ni a Fuerteventura; sin
embargo, preguntado por otras islas hay una alusión clara a La Palma 17
.
El origen efectivo de esta teoría -palo camellero- pudo partir de unas
declaraciones efectuadas por el maestro Don Tomás Déniz hace ya unos veinte
años más o menos 18
. Estas declaraciones contenían la idea de que el Juego del
Palo se había constituido como tal en derivación de una é,',Specie de esgrima, la
cual se entablaba entre el camellero, con su palo y el camello, básicamente con
su cuello y cabeza, en los momentos en que éste no obedecía o se ponía
violento y peligroso.
Estas declaraciones tienen corta vida, ya que el mismo Don Tomás
Déniz posteriormente, en una aclaratoria entrevista periodística se explicaba en
estos términos sobre este tema:
- ¿A dónde se remonta el origen del Juego del Palo?
- T. D.: "Según decía mi abuelo Sebastián Déniz Avellaneda, natural de
Fuerteventura, que también fue jugador de palo, ya practicaba esa
especialidad su bisabuelo. Así que podemos remontarnos hacia finales del
siglo XVI o comienzos del XVII. Por aquellos tiempos remotos practicaban el
Juego del Palo y la Lucha Canaria la casi totalidad de los hombres de
aquellas generaciones".
- ¿Esa especialidad del Juego del Palo, según sus noticias, nació en Canarias
o fue importada?
- "No se sabe con exactitud, pero hay quién dice la trajeron a Canarias unos
africanos. También según la tradición, los guanches practicaban una especialidad
muy parecida a esta del Juego del Palo" 19
Además de suprimir completamente el tema camellero, dos
importantes ideas entresacamos de estas declaraciones: el amplio conocimiento
de estos juegos por la población y la mención al origen prehispánico. Más
adelante en el mismo artículo, amplía las referencias sobre este juego y su
origen; al evocar a los grandes jugadores anteriores a él o de su generación
comenta: " ... todos los de San Andrés; donde ha estado la auténtica escuela del
Juego del Palo. Ha sido la indiscutible cuna de la especialidad ... " 20
.
17 ÁLVAREZCRUZ,L.: 1935.
18 DOMÍNGUEZ NARANJO. J. : 1990, pp. 58 y 59. Se alude en estas páginas al Documental ele
los Hermanos Ríos, fechado en 1977, El Palo.
19 TINERFE: 1980.
211 TINERFE: 1980.
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Un ejemplo de la típica macana del camellero, hacia 1950
Estas ideas no obedecen a unas declaraciones puntuales, Déniz
mantendría siempre estos argumentos; un discípulo suyo lo confirma rotundamente:
" ... no es verdad que Don Tomás Déniz dijera nunca que el palo
camellero dio lugar a un determinado juego entre personas como resultado de
la habilidad adquirida en las faenas con estos animales y mucho menos que
con orgullo lo mencionara ... " 21
•
Es importante esta aseveración pues está sustentada por un archivo
documental sobre Don Tomás Déniz: " ... tenemos más de diez cintas de
cassettes grabadas del maestro y unas ocho películas con su juego y afable
charla, y en ninguna se hace mención a lo que usted dice ... " 22
•
¿Es posible encontrar datos históricos no orales que nos lleven a la
conclusión de la existencia, o no, de una habilidad con los palos de los
camelleros derivada de sus faenas con los camellos? Intentaremos responder a
esta cuestión.
21 MARTÍNEZ GARCÍA, G.: 1988.
-?2 MARTI' NEZ GARCIA, G.: 1988.
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La presencia del camello en Canarias está ampliamente documentada
por varias fuentes 23
, entre ellas podemos destacar al portugués Gaspar
Fructuoso que, en la década de los ochenta del siglo XVI describe Canari as y a
sus habitantes; de los pobladores de Fuerteventura dice: " ... los habitantes son
criadores de ganado menor y de camellos y ya están ligados con los espaiioles,
con los que se casan sus hijas e h~jos ... " 24
. A pesar de que otros viajeros e
historiadores nombran al camello en Fuerteventura y las costumbres de sus
habitantes, en ninguno encontramos referencias a di cho juego (Torriani 1587-
1593, G. Glas 1764, M. J. Milbert 1812, J. Leclercq 1879, por citar al gunos).
Se ha de esperar a épocas más recientes para empezar a_ yncontrar referencias
en un tono más etnográfico sobre estos temas.
José de Viera y Clavija en su Diccionario de 1866 desc ribe a este
animal; físicamente, su procedencia, su introducción en Canarias, su buena
adaptación a nuestro medio, especialmente en las isl as oriental es . En estas is las
rápidamente se aprecian sus cualidades, entre ellas, una que nos interesa: " ... no
necesita el camello ni de látigo, ni de aguijón para acelerar el paso, pues
basta para conseguirlo el sonido de los cencerros o el canto monótono del
camellero ... " 25
.
Obviando la época de celo, que puede durar aproximadamente hasta
dos meses, el camello no necesita de la violencia o contundencia para ser
manejado en las faenas diarias.
El profesor René Verneau era un infatigable estudioso del mundo
canario; en sus investigaciones hay referencias antropológicas, etnográficas,
arqueológicas, etc. Su obra se caracteriza por muchas cosas, entre el las dos,
dispares: cierto tinte racista en sus observaciones sobre los canarios y la
meticulosidad de sus trabajos. En éstos va desgranando aspectos de la antigua
vida cotidiana, de gran interés. Este científico conoció de cerca y convivió con
los camelleros y sus animales en la década de los ochenta del pasado siglo, de
sus interesantes observaciones destacamos: " ... El dromedario es un excelente
animal, incluso para un país tan montañoso como es el archipiélago canario.
Lo he hecho franquear las cimas más elevadas de Tener(fe, le he hecho
atravesar los pasos más malos de Lanzarote y Fuerteven.tura y siempre se ha
comportado muy bien. Este animal de llanuras puede, pues, habituarse a las
23 Por ejemplo, para Tenerife se tiene documentada la presencia de camellos ya desde fec has
muy tempranas. En unos Acuerdos del Cabildo de 1518 encontramos : " ... Castellano dijo que
aquí había unos camellos, los cuales no sabe cuyos son y son liíiosos, que se pega rá al
ganado ... " . En SERRA RÁFOLS, E. y L. de la ROSA OLIVERA: 1970, p. 85.
24 FRUTUOSO, G. : 1964, p. 95.
25 VIERA Y CLAVIJO, J. : 1942, pp. 157 y 158.
5 1
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montañas. ¡ Y cuántas cualidades posee!, dócil pues se agacha para permitir al
viajero subir o para recibir la carga. Generalmente dulce, sólo hay que
desconfiar de él en la época de celo ... " 26
•
Coincide con Viera y Clavijo en la bondad y docilidad, en lo
innecesario de la violencia. Para completar esta visión, se encuentra, relatada
por Vemeau, otra interesante práctica en la vida del camellero y sus animales:
" .. . en Tuineje vi practicar la esquila de los dromedarios. Todos los años, en
una época parecida, se reúnen en un amplio circo rodeado de un muro todos
los dromedarios del municipio que sus propietarios habían soltado en la costa.
Son unos 250 a 300 dromedarios. Para apoderarse del que se quiere esquilar,
se le caza como ya había visto hacer en Corralejo. Hombres vigorosos los
tiran a tierra y les atan las patas delanteras con una cuerda. A todos los
animales se les deja el pelo que cubre la giba y el que lleva bajo el vientre. El
dz' a que se h ace esta operacz.o , n es jiz esta. .. ,, 27 .
El maestro Pedro Morales durante una clase; obsérvese la distinta
postura de las manos de ambos jugadores
26 VERNEAU, R.: 1981, p. 115.
27 VERNEAU, R. : 1981.
52
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El pastor camellero cuida con esmero de sus animales; en una tierra con
pocos recursos y de una geografia tan particular son un bien muy preciado y el
sustento y apoyo económico de muchos hogares. Entonces se entiende que el
camellero no se permita el lujo de lastimar al animal e inutilizarlo con castigos.
Vemeau, a pesar del detallado espacio que dedica a estas cuestiones y su
conocimiento de primera mano, no señala ningún tipo de juego o algo parecido
con palos entre camelleros.
Los cambios de cuadras son fundamentales; en este caso hay
cambio de cuadra y palo a la barriga
Como siempre suele ocurrir, viene a ser la imaginación y la capacidad
de adaptación del hombre canario -además de la amplia experiencia de siglos
con estos animales- la que le ayude a elaborar un procedimiento más sutil, o
cuando menos, que permita preservar mejor la integridad fisica del hombre y
del animal que el recurso de la violencia. Esta costumbre, muy poco referida en
tratados costumbristas o etnográficos, consistía en distraer o anular los
sentidos del camello con humo de tabaco para así frenar su furia y evitar sus
posibles acometidas. Un claro ejemplo de lo referido lo encontramos en la
biografia del médico Don Alfonso Espínola Vega (1845-1905), natural de
53
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Tegui se; en ella encontrarnos la utilización de esta curiosa costumbre: " ... un
día, requerido urgen.temen.te para prestar asistencia a un paciente, se encontró
con que el único ej emplar de que podía disponer para cumplir su cometido,
estaba en época de celo y por con.siguiente corría el peligro de que el animal
le tirase a tierra para golpearle hasta matarle con el callo que posee en el
pecho (. .. ). Ante el cuadro el camellero insistía en que n.o debía montarlo, pero
como su deber era superior al peligro, se llenó los bolsillos de cigarros
habanos y jitma que te fuma, aturdió con el humo los sentidos del animal,
logrando apagar la terrible excitación y llegar al punto de destino ... " 28
.
Por la forma en que se la describe parece una costumbre de relativa
anti güedad y de bastante fami li aridad. Puede confirmarse que no era una
costumbre aislada; no sólo servía para apaciguar al animal, sino también para
llamar su atenci ón y capturarlo en el caso de que se hubiese escapado. Cipriano
Arribas y Sánchez -alto funcionario- recorrió las islas ori entales y convivió con
los came ll eros, a finales del pasado siglo; nos dejó testimonio de sus
experie nc ias; entre éstas e ncontrarnos una interesante. En este caso el
camell ero combina dos técnicas: el humo de tabaco con el famoso macan.azo
en los tabaqueros del camello: " ... el camello bramaba al llegarle el olor a
tra vés del viento y tiró a escape, llegando hasta don.de estaba el hombre
esperando sentado sobre una piedra con la mayor sangre jda. El animal se
para y empieza a darle vueltas como provocando una pelea, mi camellero
hace como que no le ve, a pesar de estarle el camello inundando su rostro con
sus hediondas y espumosas babas, de cuando en cuando ch.upaba el cigarro y
le arrojaba el humo a las narices, y sintiéndose entrar aquel olor, para él
nuevo, aspirábalo levantando al aire su largo cuello y pequeíia cabeza. Mi
carnellero alerta al aspirar el humo y cerrar los ojos deleitándose en aquella
novedad, mi adivina le dio con toda su fuerza y seguridad un soberbio
macanazo (garrotazo) en una de las bolas o nudos que tienen en los lados del
cuello, cerca de la cabeza y entonces el camello cayó rápidamente al suelo,
cual si una poderosa corriente eléctrica hubiera atravesado su cuerpo ... " 29
.
Hay una eficaz combinación entre tabaco y macana, pero no hay juego,
no hay esgrima, el camellero engatusa al animal y le sorprende, resulta natural
es un tipo experimentado que evita poner su integridad física en peligro. Un
último apunte, previamente el autor ha señalado los útiles de trabajo del
carnet !ero " ... y él a pie con su cigarro puro en la boca, su buena macana en la
28 BOSCI-I MILLARES, J.: 1951.
29 ARRIBAS Y SÁNCI-IEZ, C.: 1900.
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mano y su fiel perro de presa al lado ... " 30
. La alusión a la macana, típico palo
corto del camellero -en torno a 40 ó 60 centímetros- es muy clara y no tiene
nada que ver con el del Juego del Palo (entre 1,20 y 1,40) el cual, además
necesita de ambas manos.
Entrado el siglo actual, en la década de los cuarenta, e impulsados por
el Instituto de Estudios Canarios, se realizan en el Archipiélago una serie de
ensayos y notas sobre el folklore canario. Son tr<!bajos de contenido
etnográfico amplio y entre ellos hay la suerte de que se le dedica una capítulo
al camello 31
. En este trabajo se hace un pormenorizado estudio del camello;
sus características fisicas, costumbres, tipos de trabajos que se hacen con él y
toda la serie de elementos y útiles que son necesarios en las tareas con dicho
animal: arneses menores, arneses de carga (silla, silla inglesa, caja de vendimia,
serón, etc.), arneses de tiro (la canga, el trillo). Además las distintas maneras de
cargar y cinchar al animal. No se hace relación del uso de la violencia o de
golpes para dominar al camello y mucho menos algún tipo de juego con palos.
Cambio de cuadras con un palo a la cara
30 ARRIBAS Y SÁNCHEZ, C.: 1990.
31 FAJARDO HERNÁNDEZ, L.: 1944.
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Para terminar haremos mención a las más recientes aportaciones que se
han realizado sobre el tema que nos ocupa. Éstas aparecen en un reciente
artículo periodístico de Guillermo Martínez, ya mencionado, y que refleja el
resultado de un estudio de campo realizado en las islas orientales, bien
conocidas por su autor. Las conclusiones del mencionado artículo32 no pueden
ser más claras, y coinciden con las ideas que se manifiestan en este trabajo; por
un lado el innecesario uso de palos -y menos una esgrima con palos- para
dominar habitualmente al camello, y por otro, la falta de menciones en fuentes
escritas que relacionen el Juego del Palo con el ambiente de los camelleros.
El artículo de Guillermo Martínez -con sus fuentes bien identificadasreseña,
por ejemplo, las medidas de la macana del camellero, entre 40 y 60
centímetros, además de ratificar que algunos camelleros portan otra fina vara
de tarajal, de la misma medida que la anterior y cuya misión es principalmente
dirigir al animal. También el tema de lo innecesario que resulta golpear al
camello está presente en boca de muchos informantes: " .. . Alberto Mesa
afamado camellero de Montaíias del Fuego decía, que al camello que se Le
pega injustamente y con asiduidad más vale quitarlo porque te la va a guardar
toda la vida ... " . Es importante añadir que la macana del camellero va, en
muchas ocasiones, atada a su muñeca para servirse de ella o tener, cuando lo
necesite, la mano libre sin separarse de su palo. Esta situación limita
totalmente el desarrollo de una esgrima a dos manos, sin contar que hace falta
la otra mano para sujetar al camello.
32 MARTÍNEZ GARCÍA, G.: 1988.
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CONCLUSIÓN
La conclusión fundamental es que en estos temas queda mucho por
hacer, mucho por analizar correctamente sin que sea la primera impresión la
que conduzca este proceso. Queda claro, en principio, que por una serie de
condiciones: la falta de datos históricos, la docilidad del animal, la habilidad
del camellero con otros medios, los diferentes útiles (palos), su diferente uso y
la inexistente presencia de camelleros-jugadores, etc., se puede demostrar la
invalidez de la teoría analizada en este trabajo. Sin que esto suponga una
definitiva y total clausura de este problema.
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