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"LA SECUESTRADA DE POITIERS" Y "EL CRIMEN DE GABRIEL" DOS MUESTRAS DEL ROMANCERO TRADICIONAL APARECIDAS EN LA ISLA DE EL HIERRO A MEDIADOS DEL SIGLO XX. ROMANCES DE CIEGO Y NARRACIONES TARDÍAS POPULARIZADAS Jaime Padrón Castañeda © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Al que, sin pretenderlo, ha sido mi mejor maestro, mi abuelo, D. Benito Padrón. En memoria de mi abuela Orosia Cejas, fallecida el 08.08.2000. Romances impresos en pliegos sueltos, vendidos y cantados - y tradicionalizados- por ciegos ambulantes. "Nace esta veta del Romancero en el siglo XVI, con composiciones en germanía sobre guapos y valentones, y ha de abundar, sobre todo en los siglos XVIII y XIX, y su actividad ha de durar más allá de los comienws del siglo XX". "Por lo que respecta al pliego suelto, si desde sus orígenes a finales del siglo XV hasta 1570 recogen canciones, villancicos, romances, chistes, ensaladas de autores conocidos o anónimos cultos, a partir de esa fecha cayó en manos de copleros de calidad menor, habitualmente ciegos, como Cristóbal Bravo o Gaspar de la Cintera, que en quintillas o quintillas dobles y en romances se dedicaron a relatar casos de desastres personales o naturales, asuntos que perviven todavía en los actuales pliegos sueltos o de cordel". Diccionario de la Literatura española e hispanoamericana, dirigido por Ricardo Gullón. Alianza Diccionarios © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 DEL ROSAL COGÍ LA ROSA Cuando contaba con veinte años de edad, aproximadamente, cayó en mis manos una libreta manuscrita ( cuyo origen en principio desconocido, pude situar, más tarde, en el pueblo de San Andrés, isla de El Hierro) con varios apuntes casi indescifrables de romances populares y poesías de diverso género. Me impresionó sobremanera el romance de Gabriel, que narraba un crimen cometido en el Valle del Golfo hacia la década del cuarenta del siglo XX. Recabé toda la información que pude sobre el suceso, entrevistando a mis familiares más cercanos. En agosto de 1981 tuve la ocasión de escuchar por boca de mi abuelo, D. Benito Padrón Gutiérrez, más detalladamente, la historia del crimen de Gabriel. Me cautivó tanto el suceso, que me propuse ( casi como una obsesión) reconstruir su trama en una narración en prosa más amplia y detallada. Pero cada vez que yo intentaba desarrollar un verso del romance y convertir en prosa alguna estrofa del poema, me desencantaba, porque me daba cuenta de que, por mucho que lo intentara, el romance siempre diría bastante más que mi pretencioso relato. Desistí de mi ambicioso proyecto y decidí dejar el romance tal cual. Sin embargo, siempre me quedó el deseo de compartirlo con alguien más, sobre todo, con los herreños que conocieron los hechos y los vivieron en carne propia para que recordaran aquellos tristes momentos en que el "malhechor" -como así se denomina en el romance al protagonista- mantuvo sublevado al pueblo del Golfo. LA MAGUA COMPARTIDA En la memoria de los herreños siempre queda la magua del suceso, el dolor colectivo, el sufrimiento compartido, la tristeza de los fatales acontecimientos que conmueven a la comunidad, y son fuente de inspiración para el anónimo poeta del pueblo que presto comunica el sentimiento profundo de 187 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 todos, se hace eco de la catástrofe, y comparte las lágrimas y la emoción de toda una gente. Por lo general, el pueblo herreño se une ante el dolor, ante la desesperación, ante la muerte. Ello demuestra cierta sensibilidad para entender y aceptar la fatalidad del destino, el dolor humano, como algo consustancial a su existencia. Y lo que más lo ayuda a superarlo y a sobreponerse es el hecho de compartir esa magua, hacerla extensiva a todo el pueblo herreño. La mayoría de los romances de ciego son de tema trágico o tienen un claro propósito de conmover. De este modo, el público herreño agradece y alaba la composición con lágrimas en los ojos. El objetivo, pues, es el llanto comunitario. Así, cuando el dolor personal de una familia, de un individuo en concreto, se colectiviza, se hace general a todo el pueblo, disminuye y se olvida mucho antes. El poeta popular pone todas sus innatas aptitudes artísticas, todo su énfasis, en hacer partícipe a la colectividad del dolor de un solo individuo, porque hace creer ( exagerando las proporciones del suceso, maldiciendo al causante de la desgracia o al destino, exigiendo el castigo divino, invocando a Dios, clamando venganza, etc.), que el suceso motivo de la poesía, afecta a todos por igual, ya que, como es notable, altera ciertamente la vida de una comunidad tan pequeña. UN PEDACITO DE HISTORIA HERREÑA En todos los romances de la tradición oral del pueblo herreño (incluidas también las loas, las décimas, las coplas, y toda la poesía popular en general), hay un pedacito de historia del pueblo herreño: nombres propios, nombretes o apodos, pueblos, parajes, costumbres, fiestas, términos del habla popular herreña, arcaísmos, fechas señaladas y un sinfín de datos que bien merecerían un estudio detallado, en profundidad, para extraer conclusiones sobre las costumbres y el modo de vivir, de hablar, de los herreños. Si buceamos un poco a través de estos textos orales ( que aquí no presentamos por razones de espacio) e indagamos acerca de todas estas cuestiones, nos podemos tropezar, por ejemplo, con que la mayoría de los sucesos versificados tuvieron incidencia directa (sucesos de tipo local, como "La historia de Gabrief' que sí presentamos) en la sociedad herreña; o bien influye- 188 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 ron, de manera indirecta (sucesos foráneos, como "La secuestrada de Poitiers") en el modo de vivir de las gentes de la Isla, quienes vivieron las historias que circulaban en pliegos sueltos o por boca de los recitadores con verdadera pasión, sensibilizándose con las tragedias y las emociones exaltadas contenidas en todas aquellas historias. No tenemos más que repasar todos los romances que tratan el tema de la emigración clandestina, los famosos navíos a América (la utopía, el sueño dorado), y las tragedias, los sucesos que conmocionaron al pueblo por mucho tiempo y que todavía perduran en la memoria de los más viejos. Siempre oímos hablar del Valbanera, del Veracruz, del Capitán Galvao, o por lo menos nos sonaban esos nombres. Como también nos suenan muchos de los topónimos que sirven de marco espacial para la relación de muchos de los sucesos: Tacarán, San Andrés, Charco Manso, El Pinar, !sora, El Golfo, Tigaday ... No faltan tampoco los nombres de personas reales que quedaron inmortalizados en estas composiciones: Juana Morales, Eladio Padrón, Sebastián Armas, Gabriel, Juan Morales, Mateas Guanil, Juan Flor, Martín Pérez ... Y no digamos de las palabras o expresiones con sabor añejo, con olor a tiempos pretéritos, la mayoría de las cuales hoy ya han caído en desuso: arranchar, habilitarse, demasía, rancho, la nueva (la noticia), a porfia, de margullos ... UNA SOCIEDAD CERRADA, REDONDA Al catalogarse la mayoría de estas composiciones como "de ciegos" o "tradicionales pero popularizadas", tienen como característica principal - ya lo dijimos- la relación de casos de desastres o catástrofes personales o naturales. Y todo eso conlleva que la perspectiva con que se abordan los temas sea un tanto manipulada por el narrador, quien da una visión demasiado subjetiva y maniquea de los hechos, presentando como resultado de todo ello, una sociedad cerrada, redonda, en la que todas las conductas aparecen prejuzgadas en función del cumplimiento o la trasgresión de las reglas éticas y morales establecidas, de tal modo que quien se escapa o incumple esas normas, no tiene salida, no tiene escapatoria; es juzgado por toda la colectividad. 189 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Así lo testimonia la temática predominante en los dos romances populares llamados de ciego o de cordel que aquí presentamos, y así se evidencia en todo el conjunto del romancero popular más reciente de la isla de El Hierro, cuyo contenido suele gravitar, a grandes rasgos, en tomo a los siguientes temas: sucesos, crímenes, violaciones, tragedias familiares, adulterios, emigración, separación de algún miembro de la unidad familiar por motivos diversos (la ambición al dinero, el servicio militar, etc.), venganzas, ajustes de cuentas, accidentes ( de aviones, de coches, camiones ... ), catástrofes naturales (incendios, tormentas ... ), naufragios ... DOS JOYAS RESCATADAS DEL OLVIDO Aquí sólo vamos a presentar dos muestras de la versificación que pudo haber hecho un poeta popular desconocido, de dos sucesos bien distintos y distantes (uno, localizado en Francia a principios del siglo XX, cuyo eco llegó a El Hierro probablemente por la notoriedad del caso en toda Europa; y otro, inspirado en un horroroso crimen ocurrido en El Golfo que conmocionó al pueblo herreño a mediados del siglo). El anónimo poeta ( o poetas, que eso nunca se supo) quiso dejar constancia escrita de estos dos sucesos que calaron en el alma de los herreños hacia mediados del siglo XX y los compuso por escrito en pliegos sueltos que circularon probablemente por los pueblos de la isla de El Hierro, al uso y costumbre de los romances tradicionales. Pero se olvidaron los tristes acontecimientos, el dolor y la magua de los herreños se suavizaron con el paso del tiempo y otros sucesos vinieron a ocupar el primer plano de las noticias de la isla de El Hierro. Y es sólo ahora, después de tantos años, cuando tenemos la oportunidad de rememorar ambos hechos, gracias a la magnífica versificación que alguien ( desgraciadamente sin identificar) hizo de aquellos fatídicos casos. El primero de ellos, el de "La secuestrada de Poitiers", viene narrado en forma de romance, es decir, con la métrica tradicional que siempre caracterizó a esta estrofa: versos octosílabos con rima asonante en los pares. Ello nos hace pensar que podría tratarse de una composición más antigua que la segunda, la de "El crimen de Gabriel". No sólo por la forma estrófica usada, sino porque, además, la fecha del suceso real que da origen al primer 190 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 romance se remonta a los primeros años del siglo XX, y más concretamente hacia 1901. Lo sabemos con certeza porque los pormenores de este célebre suceso los relata André Gide en su libro No juzguéis: Apuntes sobre mis experiencias como jurado en el tribunal de Ruán, reeditado en enero de 1996 por Tusquets Editores: "El 2 2 de mayo de 1901 el fiscal jefe de Poitiers recibió una carta anónima, con fecha del 19 de mayo, que decía: 'Señor fiscal j efe: Tengo el honor de denunciarle un hecho de una gravedad excepcional. Se trata de una señorita que se encuentra encerrada en casa de la señora Bastian, vive desde hace veinticinco años sin el alimento necesario, sobre un camastro infecto, en una palabra, en su propia podredumbre"'. No podemos afirmar con seguridad que el romance de "La secuestrada de Poitiers" apareciera en El Hierro al tiempo que la noticia del caso era portada de los periódicos europeos de la época, porque no tenemos constancia de ello. Lo único que podemos decir al respecto es que éste apareció en una libreta manuscrita junto con otros romances, entre los que cabría destacar los referentes a temas y sucesos acaecidos en la isla de El Hierro, aunque no faltaban los de temas foráneos, con historias que tenían como marco otros lugares de la geografía tanto regional como nacional. Pero, en medio de todos esos romances, me llamó mucho la atención el de "La secuestrada de Poitiers" por la singularidad del caso y por la distancia tan grande a nivel de comunicación existente entre Francia y Canarias, y más concretamente El Hierro. Nos queda la duda de saber si entró la noticia y algún verseador o poeta popular convirtió el suceso en motivo de romance, o que, por el contrario, lo introdujera alguien desde el exterior en un pliego suelto, narrado en forma de romance, tal cual lo presentamos aquí. Por otra parte, el segundo romance, el que narra "El crimen de Gabriel", mantiene una estructura bastante atípica en lo que concierne a la fórmula métrica empleada, porque mezcla de manera admirable, la décima con el romance, de tal modo que el anónimo poeta logra introducir en una misma composición una estrofa moderna, contemporánea y muy de moda en la época (a mediados de siglo se produjo la emigración a América y, por 191 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 tanto, la importación de la décima y el punto cubano) y una estrofa clásica ( como era el romance). Y lo que es más loable aún, no lo hace de manera gratuita sino con una plasticidad y un sentido del ritmo sorprendentes. Así tenemos que la décima la emplea en los versos que conforman la primera parte de la historia y que constituyen más bien una introducción a la narración de los hechos. En la segunda parte, o "corpus del relato", emplea la forma estrófica del romance. Y en la tercera y última parte ( o conclusión) vuelve nuevamente al empleo de la décima para redondear la historia. Los cuarenta primeros versos están divididos en cuatro décimas, con las que el autor nos pretende introducir en el trágico suceso, dando cuenta del dolor y la tristeza que inunda las páginas que él nos da para leer. Esto puede ser un dato muy significativo para deducir el carácter escrito para el que fue concebido el romance. Desde un primer momento parece mencionarlo muy claramente en las dos primeras décimas: 2 4 Con pena y dolor profundo yo quisiera publicar lamentos que en este mundo jamás se pueden olvidar ... Lee con calma lector 12 en esta página triste y después que la leíste, 14 contemplarás el dolor. El uso de la décima al principio de la composición para dar cuenta de manera general y resumida del tema que va a desarrollar más tarde en el romance, es algo novedoso y que llama muchísimo la atención. Podría tener que ver con la popularidad que por esos años tenían la décima y el punto cubano en toda Canarias. De esta forma, una buena manera de conectar con los lectores de la época fácilmente y mejor, era usando la décima e incorporándola a las tradicionales composiciones romancísticas o de cordel. Muchos de los romances, pues, pasaron a contarse en décimas en buena parte del siglo XX. Pero lo curioso del romance de "El crimen de GabrieI'' es que mezcla el empleo del romance y de la décima en la misma composición. Y no lo hace de una manera desordenada y sin sentido; al contrario, el anónimo versificador lo hace con verdadero acierto estilístico, porque el cuerpo del romance, lo que es la Historia contada del crimen de Gabriel, está construida en versos octosílabos con rima asonante en los pares, es decir, en romance; 192 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Mi abuelo Benito Padrón Gutiérrez ( 1914) y mi abuela Orosia Cejas Padrón ( 1913-2000). Toda una vida compartida. no hay duda, es la segunda parte y comprende la mayoría de los versos de la composición: desde el verso 41 hasta el 482. Sólo al final , a falta de 12 versos para terminar, el autor vuelve sobre la décima para concluir y despedirse, emitiendo un juicio personal, como ya lo hizo al principio también, de los hechos, y tratando de sensibilizarse con la opinión del pueblo sugiriendo un fuerte castigo para el criminal, con lo que redondea la historia y la cierra, apelando a la compasión de los lectores. Al final, y para completar la información sobre "El crimen de Gabriel'', transcribimos el testimonio oral de mi abuelo, D. Benito Padrón Gutiérrez, que vivió y participó directamente en los hechos narrados en el romance, así 193 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 como mi abuela Orosia Cejas. Ambos nos aportan un poquito de luz sobre la historia de Gabriel, dándonos más detalles que, sin duda, nos ayudarán a entender muchísimo mejor la lectura. Primer romance de tema foráneo: LA SECUESTRADA DE POITIERS (Basado en un suceso foráneo acaecido en la ciudad francesa de Poitiers en 1901) André Gide: " ... Así es como La Vie Illustrée presentaba a sus lectores, en 1901, el insólito caso al que vamos a dedicarnos": LOS DRAMAS OCULTOS. LA SECUESTRADA DE POITIERS "En Poitiers, en una calle tranquila y apacible de nombre monacal, la calle de la Visitación, vivía una familia de la alta burguesía honrada por todos en la comarca. La viuda Bastian, de soltera De Chartreux, de linaje del Poitou de mucha alcurnia, vivía allí con su hijo, el señor Pierre Bastian, antiguo subprefecto de Puget-Théniers, en el Seize-Mai. La señora Bastian de Chartreux, de setenta y cinco años de edad, residía en la casa donde había vivido con su marido, ex decano de la Facultad de Letras de la antigua ciudad provinciana. Su hijo, casado con una española, de un temperamento menos sosegado que el suyo, había regresado solo a Poitiers. Habitaba en el edificio situado enfrente del de su madre. Un tercer personaje pertenecía a esta familia, una muchacha, Mélanie, a quien hasta la edad de veinticinco años se solía ver alegre y risueña y que, de repente, había desaparecido. La señora Bastian de Chartreux la había hecho internar desde el primer momento en un sanatorio, luego, por afecto o por caridad cristiana, la recuperó y la cuidó, llena de abnegación, con la ayuda de una vieja criada, tras los postigos cerrados de la triste casa cuyo umbral ya nadie cruzaba. Más aún, la anciana criada, la señora Renard, que llevaba cuarenta años sirviendo en la casa, había recibido seis años antes una medalla de la Sociedad para el Fomento del Bien a petición del señor Pierre Bastian quien, como su madre, por respeto a su media sangre azul, se hacía llamar De 194 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Chartreux. Esta recompensa a la virtud honró a la vez a la anciana sirvienta y a sus muy virtuosos amos. Pero la virtuosa señora Renard falleció y entraron nuevas criadas en la casa, en esa extraña casa donde había una ventana cuyos postigos estaban cerrados con un candado, por fuera, y de la cual se escapaban a veces unos gritos ahogados y lejanos. En aquella severa morada, sin embargo, una de las criadas no ponía reparos a la hora de recibir, a noche cerrada, a un fornido soldado, ordenanza de un teniente de la guarnición. Este guerrero, más apto en el manejo del plumero y del cepillo de lustrar que en el de la bayoneta y de/fusil, no tenía la discreción de la señora Renard, y tampoco ignoraba que las cartas anónimas poco comprometen a sus autores. Escribió una a través de la cual la fiscalía, asistida en Poitiers por una policía poco curiosa, se enteró: 1 ~ de que la señorita Mélanie Bastian no estaba loca; 2~ de que hacía veinticuatro años que la mantenían en estado de reclusión, en una habitación sórdida -la habitación quejumbrosa de los postigos cerrados a cal y canto- de la que no salía jamás y en la que vivía entre las inmundicias, los bichos, los gusanos y las ratas, en la oscuridad más completa y casi sin alimento. Esos señores de la magistratura, que tanto respeto sentían por la familia Bastian -como todo el mundo, por cierto-, se dieron cuenta tarde de la gravedad del asunto. Intervinieron, forzaron la puerta y encontraron, yaciendo en un muladar indefinible, a la desdichada criatura. ¿Razones? ... Esto es lo que se cuenta por Poitiers: la señorita Mélanie Bastian se enamoró cuando tenía unos veinticinco años y se entregó. Dicen que tuvo un hijo fruto de esos amores. Dicen incluso que la criatura fue eliminada. Y para castigar a la pobre muchacha de lo que el mundo llama un desliz, y más que nada para que no hablara, la pura, la honorable, la excelente señora Bastian de Chartreux encerró para siempre, contando para ello con la ayuda del silencio de su digno hijo, a la pobre Mélanie en el cuchitril donde se negó a morir y donde acaba de ser descubierta ahora, al cabo de veinticuatro años ... ". 195 (André Gide, No juzguéis: Apuntes sobre mis experiencias como jurado en el tribunal de Ruán. Tusquets Editores, 1996). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 LA HIJA APRISIONADA POR SUS PADRES (La secuestrada de Poitiers) En la ciudad de Poitiers 32 era de la pobre Blanca 2 en la noble y culta Francia, quien la heredó de su padre desde hace mucho tiempo 34 el marqués de Baranaba, 4 una familia habitaba. de la cual la infeliz Eran personas muy ricas 36 no gozó nunca de nada. 6 de la alta aristocracia, Cuando cumplió los diez años el apellido Monnier 38 en el sótano fue encerrada 8 brillantemente alternaba. por su despreciable madre Nadie pudo suponer 40 que a más que nadie odiaba. 10 que aquella familia honrada De paso a las amigas fuera conocida un día 42 que a visitarla llegaban 12 por cometer una infamia. les decía la marquesa: Luisa y Marcela Monnier 44 que por estar delicada 14 pasaban por gente honrada, había enviado a su hija eran dos hermanas viudas 46 a vivir lejos de Francia 16 de fortunas muy nombradas. con unos parientes nobles De su fallecido esposo 48 que tenía en España. 18 el marqués de Baranaba, Así pasaban los años, le quedó a Luisa una hija, 50 la pobre Blanca encerrada 20 a la que llamaban Blanca. en aquel sótano oscuro Marcela tenía otra hija 52 en un montón de paja. 22 de una belleza muy rara, Cada veinticuatro horas llevaba por nombre Amelia, 54 para comer le llevaban 24 era orgullosa y malvada. las sobras de los perros Las dos hermanas un día 56 y de los gatos de la casa. 26 formaron una alianza Le dejaban en el suelo por favorecer a Amelia 58 un cantarillo con agua. 28 y por perjudicar a Blanca. Allí quedaba la pobre Marcela estaba arruinada 60 de todos abandonaba. 30 como lo estaba su hermana. Al principio la infeliz La fortuna que había 62 amargamente lloraba 196 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 y suplicaba a su madre Así pasado algún tiempo 64 que no la martirizara. 98 quedóse como abobada, Pero la maldita hiena insensible a los dolores 66 y vil mujer sin entrañas 100 como una momia pagana. las súplicas de su hija Cuando su madre acudía 68 con frialdad las escuchaba. 102 y la comida le llevaba, Cerraba pronto la puerta jamás hablaba con ella 70 y sin conmoverse nada 104 ni compasión le imploraba. se volvía a sus salones Parecía un esqueleto 72 muy coqueta y confiada, 106 según lo blanca que estaba, sin haber nadie que pueda y con su pelo abundante 74 saber la inmensa desgracia 108 su débil cuerpo tapaba, de los veinticinco años cuando a veces el dolor 76 que estuvo sufriendo Blanca, 110 sus gemidos le arrancaban. acostada en un jergón Si su vengativa madre 78 sobre la asquerosa paja. 112 tenía visita en casa, El pelo le fue creciendo al preguntarle quién era 80 sin que jamás lo cortaran; 114 aquel ser que se quejaba, las uñas de pies y manos la marquesa respondía: 82 le crecían como garras. 116 -"Es una perra preñada Su camisa hecha jirones, que parió hace unos días 84 sus carnes sucias mostraba. 118 y está un poco delicada; Cuando el sueño la vencía, para que no me moleste, 86 al punto la despertaban 120 la tengo siempre encerrada". mil asquerosas ratas Mientras sufría en el sótano 88 que en el sótano habitaban. 122 la desventurada Blanca, En su enflaquecido cuerpo su madre, su tía y su prima 90 lleno de costras y llagas 124 su fortuna derrochaban. los asquerosos parásitos Dios quiso que la infeliz 92 con gran paso se escanchaban. 126 de aquel infierno escapara, La comida despreciable poniéndola en su camino, 94 que con mezquindad le daban 128 como las buenas almas era pasto muchas veces que sobreviven al dolor 96 de cucarachas y ratas. 130 hasta que la muerte las llevara. 197 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Blanca Monnier, la secuestrada de Poitiers. Fotografía tomada a su ingreso en el hospital (Foto L' Ilustration). "El pelo le fue creciendo / sin que jamás lo cortaran; las uñas de pies y manos / le crecían como garras. Su camisa hecha jirones,/ sus carnes sucias mostraba ... ". " ... En su enflaquecido cuerpo / lleno de costras y llagas los asquerosos parásitos / con gran paso se escanchaban ... ". 198 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 LA RECLUSE DE POITIER ou 2:'i ANN.ÉES DE CAPTIVITÉ 01-IANBON VRAIE LÉO p[E°í.l0ÉVREform,,lk~'i~i'itE· SPEÑCER HENRI PASCAL, •dlleur de mualque, 38, rue Tlquelonne, PARIS Aue•~~ ... , .. ur cl','-lh .... ,·t l\l·:l•t.)t4 . La reclusa de Poitiers, canción de Léo Lelievre y Emilie Spencer. Col. Jean Henry. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 LA REGLUSE DE POITIERS Une femme séqueoLree et ma,1tyr1sée rINGT·CINQ .ANS .OE CAl"'!TVYY'~ . -- HORIUBLES :OETAIL! Húli vnu,n· ~h ~ ia \· idi111 P. - - l-Ál h HI\ ;inlí :-- d IHl!i\ dlí '~ li 1•\ 1•la1 iul!' Grande Complainte sur la pauvre femnrn séquestrée INOE COIIIPLA iNTE ' ---'=...-= _-"-'="'-~er- .. ·--"' ---·~·--·-----~-----·------- - l -'1' 1- .,~ U I!; ¡.,. ~. ,.;, ~ '·f ¡ r " •• •~~J,-., ~< i'UII!. "La reclusa de Poitiers, gran lamentación por la pobre mujer secuestrada". Octavilla. (Archivo René Dazy). llustraciones de la época sobre el célebre caso, extraídas del libro del autor francés André Gide: No juzguéis: Apuntes sobre mis experiencias como jurado en el tribunal de Ruán, reeditado en enero de 1996 por Tusquets Editores. 200 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Vista del Valle de El Golfo, lugar que sirve de marco a los hechos narrados en el Romance de Gabriel, en 1949. Segundo romance de tema local: SUCEDIÓ EN EL GOLFO (Historia de Gabriel) "Otro crimen, no menos horrendo, se cometió en el valle del Golfo, del cual fue victima la joven de catorce años Maria Armas. El autor jite Gabriel Morales Febles, un campesino de dicho valle, con residencia en el barrio de Las Toscas. El asesino acechó, en descampado, a la mencionada joven con la finalidad de violarla, y como ésta se resistiera y luchara heroicamente en defensa de su honra, terminó por matarla a golpes de piedras. El criminal al ver que iba a ser descubierto se escondió en los montes, pero capturado a los pocos días por la guardia civil y paisanos, fúe reducido a prisión y encausado. El fiscal pidió pena de muerte, pero sólo se le condenó a cadena perpetua, que no cumplió, pues a los cinco años ya estaba en libertad. Volvió a su pueblo, pero los vecinos del Valle del Golfo, consiguieron que se le deportara de la Isla. Estos hechos ocurrieron el año 1949". (De Noticias relacionadas con la Historia de la Isla del Hierro, José Padrón Machín. Excmo. Cabildo Insular de El Hierro, 1983). 201 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 EL CRIMEN DE GABRIEL INTRODUCCIÓN ( en Décimas): I III Con pena y dolor profundo Quién fuese capacitado 2 yo quisiera publicar lamentos que en este mundo 22 hombre de conocimiento, para dar detalles de un caso 4 jamás se pueden olvidar. 24 temeroso, triste y cierto. Quiso la historia llevar Con pena y con sentimiento 6 un suceso desgraciado, fue muy triste y desolado 26 empleo esta poesía. En el mes de enero sería 8 para todo el mundo entero, el dieciocho de enero 28 cuando triste desgracia pasó: Maura Cabrera murió, 1 O de un domingo señalado. 3 O presa de amarga agonía. II Lee con calma lector 12 en esta página triste 32 y después que la leíste, 14 contemplarás el dolor 34 que causó aquel malhechor 16 aquel villano inconsciente, 3 6 el que mató a una inocente 18 para gozar de su fragancia 3 8 y, sin lograr su esperanza, 20 le dio a aquel cuerpo la muerte. 40 IV ¡Cuánto dolor, qué amargura! ¡Ay, Dios, qué fatalidad! En intensa soledad murió aquella criatura, sin haber un alma pura que allí la favoreciera. Quiso la fortuna entera que, sin poderse librar, de manos de un criminal, aquella infeliz muriera. LA HISTORIA (en pie de Romance): En esta isla del Hierro, 42 en el pueblo de Belgara, vivía una familia 44 muy conocida y honrada. Era don Pedro Cabrera 46 dos hijas en su compaña, Emérita, la más vieja, 48 y la más pequeña Maura, 202 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 de catorce años cumplidos ya que en este solitario 50 dejando atrás ya su infancia, 82 no hay una persona humana de muy buenos sentimientos, que pueda favorecerme, 52 humilde y humanitaria. 84 ni el gritar me vale nada. Aquel horizonte azul Un domingo por la tarde 86 donde las estrellas marchan, 54 salieron las dos hermanas contemplarán mi dolor, muy alegres y contentas 88 verán mi pena y mi magua. 56 a pasear con las muchachas. Nuestro Dios omnipotente ¡Quién se lo diría a ella 90 que en todas partes se halla, 58 cuando salió de su casa, mar y luna de testigos, que jamás habría de volver, 92 ya castigarán tu infamia". 60 que la muerte la esperaba! A las cuatro más o menos Él como rabiosa fiera, 62 tuvo que marcharse Maura, 94 intenta miles desgracias. que fue a buscar al asno Al querer abusar de ella 64 para dejarlo en su casa. 96 y no poder conseguir nada, Ella iba muy tranquila, trató de darle la muerte 66 ignorando la desgracia, 98 para que no lo acusara. sin saber que un criminal Dándole con una piedra, 68 en el camino encontraba. 100 terminó por arrastrarla para en medio unos matojos 102 donde acabó de matarla. Cuando salió del potrero Quedó su nombre en la historia 70 que iba para su casa, 104 como joven pura y santa, le salió aquel malhechor, que por defender su honor 72 allí trató de violarla; 106 resistió una muerte amarga. ella quiso defenderse 74 sosteniendo gran batalla. Vamos a su pobre padre, Le dijo: - "Loco atrevido, 108 y a su cariñosa hermana, 76 ¿tienes valor, tienes alma, al fin la noche se acerca abusar de esta forma 11 O y el oscuro amenaza. 78 siendo tan pura y honrada? Ya estaban muy intranquilos Antes de manchar mi honor, 112 porque Maura no llegaba; 80 prefiero la muerte amarga, aquel padre, aquel anciano 203 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 114 dijo: - "Yo voy a buscarla, U na perra de Leonardo me ha dado en el corazón 148 que había ido en su compaña, 116 que alguna desgracia pasa". salió en medio unos matojos A poco salió la hija 150 ladrando muy apurada. 118 y por una amiga llama: Va donde está el amo -"¿Quieres ir a acompañarme? 152 y del pantalón lo agarra; 120 Voy a buscar a mi hermana". él corrió enseguida Salió don Juan Miguel Armas 154 sin darse cuenta de nada, 122 al oír estas palabras, sin saber la inteligencia por más que era un anciano 156 que la perra conservaba. 124 iba con voluntad franca. Volvió por segunda vez Encuentra al hijo Leonardo 158 y también fue despreciada. 126 que iba para su casa: - "¿Para dónde va a esta hora?". 128 - "¿T ú no sabes lo que pasa? El padre de la infeliz, Que Maura la de Perico 160 con los que lo acompañaban, 130 han salido a buscarla, llega en medio los matojos primero salió su padre, 162 donde la perra lloraba. 132 y ahora va a ir su hermana". Lanzó un grito de dolor: - "Vuélvase, padre -le dijo- 164 - "¡Aquí estás hija del alma!". 134 que yo voy a acompañarla". Allí la encontró su padre, 166 en sangre toda bañada, En estos pasos tan tristes difunta, pálida y fría, 136 el pueblo se puso en marcha. 168 entre piedras sepultada. Y llegaron a la finca Quedó sin conocimiento, 138 donde el asno estaba, 170 con el alma traspasada, registraron paso a paso, echó mano a una navaja, 140 no pudieron encontrarla. 172 que fuertemente la agarra: Luego salieron buscando -''Nada quiero en este mundo, 142 a otro que colindaba; 174 quiero ir en tu compaña". allí cayó el pobre padre Gracias a la habilidad 144 comentando su desgracia, 176 de los que más cerca estaban, desmayado y sin aliento, que se arrojaron sobre él 146 entre dos hombres lo agarran. 178 logrando quitarle el arma. 204 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 ¡Qué pena y qué sufrimiento, 198 todo el pueblo la acompaña. 180 qué hora más desesperada, En el cuarto mortuorio qué triste desilusión 200 la dejan depositada. 182 y qué muerte tan amarga! Allí permaneció el padre Unos lloran con dolor, 202 hasta que no fue enterrada; 184 otros quedaron sin habla; luego, bajó la justicia el infame y mal nacido 204 el lunes por la mañana. 186 que cometió tal desgracia, El señor Juez de Instrucción, es un criminal sin fe, 206 los médicos y la guardia, 188 un cuerpo pero sin alma, empiezan a hacer la autopsia, un hombre sin corazón, 208 observándola con calma. 190 una fiera en fonna humana, Fueron muchas las heridas debe haber nacido 210 que en aquel cuerpo encontraran: 192 en los desiertos del Sahara, el pulmón tenía herido, no haber visto nunca pueblo, 212 las costillas estilladas, 194 mucho menos gente humana. varias heridas mortales Le dan cuenta al Juez de paz 214 que no puedo relatarlas. 196 para poder levantarla. Al fin terminó la historia, La llevan al cementerio, 216 dieron orden pa' enterrarla. 2ªPARTE Dejamos a la infeliz, Empiezan a investigar 218 que ya quedó sepultada, 230 desde el lunes por la tarde. y a toda su familia La guardia civil y el Juez, 220 en situación muy amarga. 232 fijándose en los semblantes, Con todo mi corazón, haciendo muchas preguntas 222 pido para la muchacha 234 y sin detener a nadie, su descanso eternamente, llaman a Liboria Acosta, 224 por el dolor y la magua, 236 mujer seria y de confianza, que sufrió para morir, que había estado en aquel punto, 226 de una muerte tan amarga. 238 que había ido a mudar su cabra. En esta segunda parte Le preguntan si había visto 228 les voy a dar más detalles: 240 alguna persona extraña. 205 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Al momento contestó: 274 que si no más mal lo pasas". 242 -"Yo vi un hombre que bajaba, Al ver que estaba cogido, fijé la vista y miré 276 se declara sin tardanza, 244 la dirección que llevaba, diciendo: - "Yo soy el autor, se me pareció a Gabriel, 278 del crimen que me relata, 246 creo no estar engañada. yo traté de abusar de ella, Llevaba una ropa negra 280 no pude conseguir nada 248 que él siempre suele usarla. y quise darle la muerte En aquel punto quedó 282 para que no me acusara. 250 cuando yo me fui pa' casa". Pero no he sido yo solo, 284 un joven fue en mi compaña". Se van a casa de Gabriel, - "¿Cómo se llama ese joven? 252 al verlo dijo la guardia, 286 Deseo verle la cara". éste ha sido el criminal, -"Se llama Juan García, 254 se le conoce en la cara. 288 le dicen Juan el de Hilaría, Lo llevan ante el Juez, vecino de Tigaday, 256 en las primeras palabras 290 en Tejeguate su casa". trató de contar mentiras, 258 mas todas le fueron vanas. Se van en busca del joven El Juez es un hombre culto 292 y lo detuvo la guardia, 260 que las mentiras las agarra: tanta impresión le causó le preguntan si había estado 294 al decirle estas palabras: 262 donde pasó tal desgracia. - "¿ Cómo usted tuvo valor - "Allí estuve por la tarde, 296 y su conciencia tan baja, 264 temprano volví a mi casa, acompañar a un criminal si le parece mentiras 298 a cometer tal desgracia?". 266 llamen a Ramona Armas - "Le juro soy inocente, y también la hija de Maura 300 es una calumnia falsa, 268 que vieron cuando yo entraba". si ustedes vienen con dudas 302 les voy a dar pruebas claras. Llamaron a las mujeres, A las cinco más o menos 270 aprovecharon las palabras, 304 me encontraba yo en Belgara las que fueron y aseguran en la cantina don Julio, 272 que no habían visto nada. 306 que la esposa lo declara. - "Cuenta la verdad le dijo De allí fui a Tigaday, 206 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 308 como era noche de farra 340 y darle una muerte amarga". lo pasé con los amigos, Unos se fueron al mar, 310 no fui a cenar a casa. 342 mirando en las partes altas, Tuve un disgusto con él en las puntas y bajones 312 y me acusa por venganza". 344 y fijándose en la playa. Otros buscaban por tierra, Llaman a los individuos 346 su suelo lo registraban 314 que el acusado nombraba. en las puntas escambrosas Ya vieron que era inocente 348 y las partes arboladas. 316 por lo que ellos declaraban. Así pasaron las horas Le apretaron las esposas 350 luchando con la esperanza, 318 y le echaron una brava: sin realizar sus deseos -"A matarla fuiste solo 352 se fue el día y no lo hallan. 320 y ahora buscas compaña". Lo dejaron detenido, Apenas oscureció, 322 el miércoles se levantan 354 avisaron a la guardia. a conducirlo a Val verde - "Debemos seguir buscando, 324 donde prosigue la causa. 356 vamos a ver s1 se agarra, No sé si fue por descuido, lleva las anillas puestas 326 si por llevarse de confianza, 358 y la cadena cortada". Llegó a casa de un hermano lo cierto es que se fue 360 y le salió la cuñada; 328 con las dos manos atadas. ella se puso en la puerta Consideren los lectores 362 y no quiso darle entrada: 330 cómo se quedó la guardia, -"A tu hermano lo tienen preso quien sabe su obligación 364 por miedo a que te auxiliara, 332 y el código lo que marca. y ahora vienes aquí... 366 ¡ Vete que llamo a la guardia!". Avisaron pronto al pueblo 334 y pusieron vigilancia Gabriel se marchó en seguida, y los hombres voluntarios, 368 sin molestarla más nada; 336 muchos a buscarlo marchan. se fue a casa Rafael, - "Si no se tiró al mar, 370 le tocó y llamó en voz baja. 338 la tierra no se lo traga, Apenas abrió la puerta tenemos que dar con él 372 de esta manera le habla: 207 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 - "Córtame estas argollas, Dieron cerco a todo el monte 374 saca pronto unas tenazas". 406 para que no se escapara. - "Yo no tengo nada de eso, Las mujeres en los pueblos 376 entra pa'dentro y descansa". 408 quedaron de vigilancia, Yo creo se lo haya dicho marchaban de dos en dos, 378 con una idea marcada. 410 formando una línea larga. La esposa de Rafael, - "Hoy sí que damos con él, 380 al verlo, cayó sin habla. 412 ahora sí que no se escapa". Allí vieron una sombra Las once en punto serían, 382 y, por cierto iba la guardia. 414 avisaron que bajaba con decisión derecho a un punto Él, más rápido que el viento, 416 que Puerto Escondido llaman. 384 se tiró fuera la casa; Y se oculta en un barranco allí le dieron el alto, 418 a ver si no lo encontraban. 386 le tiraron una descarga. A casa de don Esteban Deja de correr y vuela, 420 llegó un número de ellos, 388 que no lo agarra una bala. que fueron a tomar agua luego grita una mujer: 422 y a seguir con más empeño. 390 - "¡Atajen, por aquí baja!". Corren los hombres atrás, En esto llegó Santiago, 392 pero el malvado se marcha; 424 y les dijo: - "Caballeros, era práctico en el pueblo, dense prisa, no descansen, 394 sabe dónde se ocultaba. 426 el malvado está en el Puerto. Llamaron con ansiedad Al darles esta noticia, 396 en los pueblos que colindaban 428 salieron todos corriendo, que prestaran auxilio siendo Gregario Padrón 398 evitando más desgracias. 430 quien pudo ganarse el premio Salieron de Los Mocanes, el que logró de cogerlo 400 de Los Corchos y Las Lapas; 432 ayudado de su perro. de Merese y Las Toscas, Hay gritos en voz alta: 402 de Tigaday y Belgara. 434 - "Ya se agarró al bandolero". Centenares de personas Empezaron a buscarlo 436 se reunieron al momento. 404 en el pueblo de madrugada. En esto llegó la guardia, 208 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 438 que lloraba de contento: En esto entraba un camión "¿Qué has ganado con marcharte? 462 con velocidad en el pueblo 440 ¿Para danne sufrimiento, y dio la casualidad duplicar más tu castigo 464 que tropezó con el perro 442 y darle trabajo al pueblo?". que había agarrado al malvado Le ponen otras esposas 466 quedando en el acto muerto, 444 diciendo: -"Ya estás sujeto". dejando el pobre animal Lo llevaron a la plaza 468 a todos tristes recuerdos. 446 de Tigaday poco tiempo. De pronto volvió a virar, Hombres, mujeres y niños, 470 para Val verde salieron 448 allí llegaron a verlo, conduciendo dentro de él señoras y señoritas 472 al criminal sin remedio. 450 gritaban con sufrimiento: - "Deben matarlo ahora mismo, Es vecino de Las Toscas, 452 mi deseo es verlo muerto, 474 nacido en el mismo pueblo; arrastrado por las cal les, hijo de Alejo y de Juana, 454 amarrado por el cuello. 476 sus padres no sé quién fueron. Ése que tuvo valor, Él quiso manchar su historia 456 manchar sus manos en sangre 478 por criminal y ratero. dando muerte a una inocente Aquí tennina la historia 458 no ha de ver crimen más grande. 480 de este triste suceso, Matarlo todavía es poco hasta el día de la sentencia 460 para este hombre infame". 482 que la espero por momentos. 3ªPARTE CONCLUSIÓN (vuelta a la décima) Si el fiscal hijas tuviera, y al cumplir esta prisión 484 por su condena pedía, 490 que vuelva a ser trasladado doscientos golpes al día, a aquel punto señalado 486 de forma que no muriera; 492 donde el crimen cometió; cuarenta años de condena que muera como mató: 488 en el penado mayor, 494 con los dos ojos vendados. 209 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 INFORMACIÓN SOBRE EL SUCESO. FUENTE ORAL. INFORMANTE: DON BENITO PADRÓN GUTIÉRREZ (Frontera, 1981) " ... ¡Oh, a mi cuñado ... ! ¡Lo que le pasó a Gabriel con mi cuñado Juan! ... Ya Gabriel primeramente le había dado unas puñaladas arriba en Las Toscas por asunto de un cercado. Gabriel y mi cuñado estaban peleados, se tenían ganas, así que Gabriel iba pa 'rriba pa 'Las Toscas y Juan bajaba pa 'abajo, se encontraron allí al lado del lagar que hay subiendo a mano izquierda y mi cuñado, coño, jala por el palo y le enciende un palo, pero al tiempo que le da el palo se resbala, coño, en una tosca, resbala cuando cayó al suelo él hizo así pa 'atrás y Gabriel cogió con el cuchillo y le mandó cinco puñaladas aquí en las costillas. Le faltó apenitas pa' llegar al corazón. Sí, sí, por poquito se lo carga. Cinco puñaladas. Hicieron juicio, el médico dio cuenta y tuvo que pagar, pero como no tenía con qué, le remataron todo lo que tenía. Y entonces no había quién le echara de sus propiedades. Entonces el juez me dijo: 'El único remedio que hay es que usted lo eche, ¿me entiende, Benito? Lo saca usted y después usted se lo da a su cuñado'. Entonces yo ... Le quitamos una cochina, una cochina que tenía parida. Yo y el secretario fuimos arriba por ella. Entonces él salió. Él cogió dos piedras en la mano, Gabriel, y la mujer un cuchillo. Entonces, el secretario, sacó la pistola y dice: 'Suelte las armas, coño, porque le vuelo la tapa del sentido. Y usted ese cuchillo, suelte eso ahí en el suelo '. Entonces dice: 'Este señor no tiene por qué entrar aquí en mi finca, porque está peleado conmigo'. Digo: 'Yo vengo porque me manda el juez' (porque yo no le tenía miedo). Entonces sacamos la cochina pa 'l medio del camino, pero a los lechones qué va, a los lechones no hubo forma, ¡uf[, por medio aquellas tuneras corrieron todos! No los agarramos ni por el coño. Trajimos la cochina; la tuve yo en casa. Después dice uno que estaba en ese lomo ... (¡Ese lomo, el gentío! ¡La gente, más novelera!) ... Me dice: 'Esta noche no duermes tranquilo en casa'. Digo: 'Esta noche es cuando más tranquilo 210 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Mi abuelo Benito Padrón Gutiérrez, en Frontera, 1999: "Yo, cuando entonces, era un hombre; hoy ya estoy jodido y estoy viejo. No joda, entonces no tenia yo miedo a nadie ni al coño su madre". duermo. Ven tú por ella, ven que vas a llevarla'. Yo, cuando entonces, era un hombre; hoy ya estoy jodido y estoy viejo. No joda, entonces no tenía yo miedo a nadie ni al coño su madre. Entonces, después le quitamos dos pedacitos de viña que tiene arriba y otro allá en el Puerto con una higuerita (una brevera) y, abajo, en fas casas de Tejeguate, otro huerto. Entonces él vino un día por aquí fuera y le dije: 'Son mil quinientas pesetas los gastos del médico y de todo'. En aquel entonces, coño, mil pesetas era un dineral. Digo: 'Te advierto una cosa: yo te hago a ti escritura de los bienes cuando me las 211 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 pagues. Antes, no se te ocurra meterte en los bienes. Que te tranque yo, en los bienes no tienes tú que meterte sino cuando me pagues'. Gabriel quedó en eso, pero después, fue cuando mató a la chica y eso ... La segunda vez que Gabriel se escapó de la cárcel yo fui quien lo vio en una cuevita del Piejable ... Sí, esa fue la segunda vez que se escapó. Lo agarramos arriba. Yo fui quien lo cogió con Bernabé. Resulta que estaba ésta (mi mujer) en estado de Guito, y la tenía amenazada. Siempre venía ahí a casa de mi comadre y se ponía: '¡Coño, no darte una puñalada en esa panza y botarte eso que tienes en la barriga!' - le decía a ésta (a mi mujer)- y ésta no quería ir arriba a coger higos ni eso, porque tenía unas higueras arriba en el barranco, y él estaba escondido al lado de las mismas higueras, ¡fijate tú!, y no querían ir allí porque lo tenían miedo. Y en aquel entonces estaba yo haciendo carbón allá arriba en el monte, y llegó mi sobrino Ramón con un papel de Bernabelito, a decir que si lo íbamos a buscar. Porque antes avisaron que se había echado fuera del camión donde lo llevaban preso y que tuviéramos cuidado con Gabriel, aquí en el Valle. No sabíamos y decíamos: 'Eso lo mataron al suizo' (¡No ve que antes decíamos 'al suizo' al preso que se escapaba y lo mataban!). '¡Eso lo mataron!'. Pero un día, yo aquí en casa, llegó mi hermana pa 'descanse: 'Ay, ay hermano, que yo vi a Gabriel'. '¿ Cómo vas a ver a Gabriel?' 'Sí, yo aceché a la mujer que iba a llevarle la comida y lo vi en el barranco de ustés, arriba en el Piejable '. (Hay unas hayitas arriba en lo alto del lomo y allí estaba él escondido). Entonces, cuando la mujer fue, se tiró pa 'aquí abajo a la carretera, y mi hermana mirando aquí, desde el camino, de ahí de Malnombre, acechando. Entonces fui a darle cuenta al alcalde. Era en tiempo de las elecciones. El alcalde era mi compadre. Después él se dio de baja como alcalde para volver a presentarse otra vez en las municipales. Entonces hacia las veces de alcalde otro. Decía éste: 'Vete allá, te vas por tu compadre y vas con él a la Villa' - era el año del hambre- 'llevan el camión al Pinar a la guardia civil'. Así lo hice. Cuando llegamos a la cumbre dice: 'No, yo pa 'l Pinar no voy, yo voy pa 'la Villa'. Me pego de allá abajo a pie. Y entonces fui abajo y me 212 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 dicen: 'Están todos enfermos en la cama', me dijo el cabo. 'No está más que ... Bueno, el que está de puesto ' - dice- y yo que no estoy bueno tampoco '. Dice: 'Pero, bueno, sale pa 'allá pa 'Azofa (¡Fíjate tú!), caminando, y el primer camión que venga allí del Puerto pa 'arriba, que venga a buscarme aquí'. Fui pa 'allá y Luis Barrera que venia. Entonces con Luis Barrera vino la guardia civil aquí al Valle, y cuando llegamos, dicen que se había escapado. Nadie jite a cogerlo y dicen que se había escapado. El barranco estaba lleno de zarza ¿ entiendes? Y por debajo tenia unas galerías por donde huía. Entonces le dije al cabo: 'Yo no lo he cogido creyendo que no estaba vivo, pero ya veo que está vivo. Así que, ahora, yo lo cojo '. Entonces, Bernabé dice que si íbamos. Vine pa 'abajo y él estaba en un barranquito; era igualito que aquella ramada (señalando el patio de la casa). Por la higuera mía pa 'allá había un cantero así y p egado estaba el barranquito. Había unas cuevas aquí debajo. Y Bernabé estaba aquí encima esperándome (encima de él). Y él escondidito aquí. Y entonces yo me puse pegado a donde él estaba. Y ahora, ahí arriba, había unos matitos de cirueleros y unos helechitos, y ahi estaba él metido, y nosotros hablando. Bernabé encima del Lomo y yo en un canterito, frente a la cueva misma donde él estaba. Digo: 'Allá va la mujer, ahora pa ' alternar. Allá va a la poza a lavar '. Y él escuchando todo, coño, si estaba ahí mismo. Entonces él tenia aquí arriba una huerta con una cama de helechos donde él iba a acostarse por las noches arriba, con la mujer. Y dígale a Bernabelito: 'Esta noche vamos a ir allí a ver si él va a ir a dormir con la mujer, y llevamos armas, que me dijo el cabo del Pinar que si nos hacianfalta armas, que nos daban armas ... ' 'Bueno, pues entonces nada, a la noche nos vemos para ir a ver si lo agarramos a la noche con la mujer'. Entonces, cuando íbamos a salir, que miro así pa ' arriba y digo: '¡ Yyy .. . ! ¡Aquí está el Pollo! ' - digo- 'Quita, coño, pa 'darle un tiro '. Entonces ... Habíamos dicho que no teníamos armas ni nada. Dice él de dentro: 'Déjenme, mi alma, no me maten '. Entonces Bernabé cogió dos galgas en la mano y se puso encima, alerta, no sé que saliera. Digo: '¿ Qué armas tienes?' Dice: 'un cuchillito ' (de 213 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 esos chiquitos de mesa). Digo: 'Échalo pa 'acá'. Entonces él cogió y me lo echó pa 'afuera. Le tiro mano a la muñeca, lo jalé pa 'acá, y lo sacamos y lo cogimos. ¡Coño, mira, estaba descalcito, no tenía nada en los pies, las barbitas las tenía hasta aquí, el pescuezo. Tenía un albornoz de que se lo había dado el cabo y eso, como se quedaba en las tierras de pantano y eso, no sé qué parecía. Lo traíamos por ahí abajo. Mi padre, coño, las carreras delante. Porque mi padre lo tenía miedo, un miedo que se meaba. Entonces él (Gabriel) me contó a mí, dice: 'Yo he visto bajar a tu padre del monte más de veinte veces'. Ahora, mi padre tenía un revólver y lo llevaba siempre metido en la alforja, mi padre. Pero él no dispara. Si le sale Gabriel, él no dispara, lo único que hace es echarse a correr, coño. Decía mi padre: 'Si me sale, coño, le doy un tiro'. ¡Qué va a darle un tiro! ¡Qué va a darle un tiro, coño! Y eso que pasaba por el ladito de él, cerquita. Tenía el escondedero arriba en un barranco al lado del Piejable. Es un barranco alto y, ahora, hay un brezo encima, y encima del brezo habían sarmientos amontonados allí, y ahí debajo de esos sarmientos estaba él metido ¡fijate tú! ¡Quién iba a buscarlo allí! Y Gabriel vía pasar a mi padre por allí pa 'abajo. ¡Dios nos libre que él le hubiera gritado o dado un silbido a mi padre, ay coño, la vocería ... ¿Eh. .. ? Entonces, cuando lo cogimos, mi padre arrancó a correr por ahí pa 'a/ante gritando: 'Ya se cogió al peje, ya lo traen por ahí pa 'abajo'. Él corriendo a/ante: ¡Las carreras, coño! Íbamos por ahí pa 'abajo con él. A mí me daba pena, coño, ir por ahí pa 'abajo de la forma que estaba, con él. Parecía un desgraciado. Cuando llegamos a la Hoya Juanluis, un grupito de allí pa' arriba dice: 'Coño, le voy a dar un par de palos'. Digo: 'El que lo toque, coño, le parto este palo en las costillas. No tienen por qué tocarlo nadie'. Bernabé por una mano y yo por otra con él pa 'abajo. Entoces Luis Barrera le dijo a don Mauro: 'Venga, venga suba con él ya para el Puerto'. 'No, señor, no voy -dijo- no voy'. Claro que no, que no iba solo con él. Todo el mundo le tenía miedo. 'No señor, no voy'. Y Gabino pa 'descanse: 'No señor, yo no voy con él'. Todos estaban cagados de miedo. 214 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Entonces lo llevamos ahí, coño ... Cuando llegamos ahí a la plaza, eso era un gentío de miedo, como el día de Candelaria. Entonces llegó Mauro y lo amarró con una soga grande del pescuezo. Entonces yo cogí, le desamarré la soga del pescuezo y tiré la soga pa 'allá. Entonces él se sentó en la casa vieja de abajo, donde está la casa de don Aureliano, allí se sentó. Y Orosia (mi mujer) llorando en verlo. Y le dije: '¿Tú quieres comer algo? 'A Gabriel: '¿Tú tienes hambre? 'Dice: 'Tráeme algo, por favor, si tienes, tráeme algo'. Entonces Orosia vino y le llevó un plato colmado de puchero, de esos hondos de puchero y un jarro de vino. Y sentado al lado de mí, según se comió el plato de puchero, se bebió el jarro de vino. Y después se arrojó todo, cuando íbamos por la cumbre, se arrojó todo. Entonces después, ¡uff!, es cuando todo el mundo a montarse encima del camión para ir. Entonces le dije a Mauro: 'Si va más gente de don Anselmo, Bernabé, tú, él y yo, me voy a pie por aquí a entregarlo, si va más gente. Si querían entregarlo que habían ido arriba a buscarlo. Ahora es cuando quieren ir a entregarlo de adulones arriba a la Villa. Entonces el cabo no me quería bien por no habérselo entregado. A mi me jodía entregárselo al cabo del Pinar para que no le pegara. ¡ Uff, lo destroza! Entonces lo llevamos al juez, a Borges. Coño, las chicas se ponían en la ventana: 'Ay, mamá, un loco, un loco '. Lo llevábamos agarrado así y yo parecía un negro, todito sucio. Así, así fui a la Villa, con semejante palo. Ajá y después lo llevó al Bar Los Reyes el Borges: 'Ustés van con nosotros, tranquilos'. 'No, mire cómo est ... ' 'Así, así es como vale. Ustés van con nosotros'. Allí nos sentamos en una mesa, allí bebiendo y comiendo. Entonces llamó al carcelero y le dijo: 'Aquí lo tienes. Ahora vas a la tienda y compras ropa de toda, pa 'que mude esa ropa que tiene. ¡ Y déjalo escapar otra vez!' ... No se escapó más . . . . Y la primera vez que se escapó, dicen que lo agarró Gregario ... Gregario lo agarró con un perro que tenia porque llegamos hasta arriba a la Caldereta buscándolo, hasta las Casetas. Todo eso buscándolo. Y no dimos con él. Pero como tenía las esposas puestas, él se había dado con una piedra en las esposas y tenia las manos hinchadas y tenia fiebre. Venía pa 'abajo, pa 'l Valle, pa 'l pueblo y, entonces, en ese barranco enci- 215 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 ma de casa de Gregario, fo agarró con un perro. Y después llegó la guardia civil, Cabrera y el otro, Espinosa. Dice: 'Ahora no te me escapas' Le puso los dedos así, le puso las esposas aquí y fe mandó con una piedra encima, coño, le machacó los dedos. ¡Ño, hay que ver que una persona aguanta también, coño!". 216 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
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Calificación | |
Título y subtítulo | "La secuestrada de Poitiers" y "El crimen de Gabriel", dos muestras del romancero tradicional aparecidas en la isla de El Hierro a mediados del siglo XX |
Autoría principal | Padrón Castañeda, Jaime |
Entidad | Vicerrectorado de alumnado de la Universidad de La Laguna |
Publicación fuente | Tenique: revista de cultura popular canaria |
Numeración | Número 05 |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | San Cristóbal de La Laguna |
Editorial | Grupo folklórico de la Escuela de Magisterio de La Laguna |
Fecha | 2003 |
Páginas | pp. 185-216 |
Materias | Cultura popular ; Folklore ; Canarias ; Romancero |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 11889479 Bytes |
Texto | "LA SECUESTRADA DE POITIERS" Y "EL CRIMEN DE GABRIEL" DOS MUESTRAS DEL ROMANCERO TRADICIONAL APARECIDAS EN LA ISLA DE EL HIERRO A MEDIADOS DEL SIGLO XX. ROMANCES DE CIEGO Y NARRACIONES TARDÍAS POPULARIZADAS Jaime Padrón Castañeda © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Al que, sin pretenderlo, ha sido mi mejor maestro, mi abuelo, D. Benito Padrón. En memoria de mi abuela Orosia Cejas, fallecida el 08.08.2000. Romances impresos en pliegos sueltos, vendidos y cantados - y tradicionalizados- por ciegos ambulantes. "Nace esta veta del Romancero en el siglo XVI, con composiciones en germanía sobre guapos y valentones, y ha de abundar, sobre todo en los siglos XVIII y XIX, y su actividad ha de durar más allá de los comienws del siglo XX". "Por lo que respecta al pliego suelto, si desde sus orígenes a finales del siglo XV hasta 1570 recogen canciones, villancicos, romances, chistes, ensaladas de autores conocidos o anónimos cultos, a partir de esa fecha cayó en manos de copleros de calidad menor, habitualmente ciegos, como Cristóbal Bravo o Gaspar de la Cintera, que en quintillas o quintillas dobles y en romances se dedicaron a relatar casos de desastres personales o naturales, asuntos que perviven todavía en los actuales pliegos sueltos o de cordel". Diccionario de la Literatura española e hispanoamericana, dirigido por Ricardo Gullón. Alianza Diccionarios © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 DEL ROSAL COGÍ LA ROSA Cuando contaba con veinte años de edad, aproximadamente, cayó en mis manos una libreta manuscrita ( cuyo origen en principio desconocido, pude situar, más tarde, en el pueblo de San Andrés, isla de El Hierro) con varios apuntes casi indescifrables de romances populares y poesías de diverso género. Me impresionó sobremanera el romance de Gabriel, que narraba un crimen cometido en el Valle del Golfo hacia la década del cuarenta del siglo XX. Recabé toda la información que pude sobre el suceso, entrevistando a mis familiares más cercanos. En agosto de 1981 tuve la ocasión de escuchar por boca de mi abuelo, D. Benito Padrón Gutiérrez, más detalladamente, la historia del crimen de Gabriel. Me cautivó tanto el suceso, que me propuse ( casi como una obsesión) reconstruir su trama en una narración en prosa más amplia y detallada. Pero cada vez que yo intentaba desarrollar un verso del romance y convertir en prosa alguna estrofa del poema, me desencantaba, porque me daba cuenta de que, por mucho que lo intentara, el romance siempre diría bastante más que mi pretencioso relato. Desistí de mi ambicioso proyecto y decidí dejar el romance tal cual. Sin embargo, siempre me quedó el deseo de compartirlo con alguien más, sobre todo, con los herreños que conocieron los hechos y los vivieron en carne propia para que recordaran aquellos tristes momentos en que el "malhechor" -como así se denomina en el romance al protagonista- mantuvo sublevado al pueblo del Golfo. LA MAGUA COMPARTIDA En la memoria de los herreños siempre queda la magua del suceso, el dolor colectivo, el sufrimiento compartido, la tristeza de los fatales acontecimientos que conmueven a la comunidad, y son fuente de inspiración para el anónimo poeta del pueblo que presto comunica el sentimiento profundo de 187 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 todos, se hace eco de la catástrofe, y comparte las lágrimas y la emoción de toda una gente. Por lo general, el pueblo herreño se une ante el dolor, ante la desesperación, ante la muerte. Ello demuestra cierta sensibilidad para entender y aceptar la fatalidad del destino, el dolor humano, como algo consustancial a su existencia. Y lo que más lo ayuda a superarlo y a sobreponerse es el hecho de compartir esa magua, hacerla extensiva a todo el pueblo herreño. La mayoría de los romances de ciego son de tema trágico o tienen un claro propósito de conmover. De este modo, el público herreño agradece y alaba la composición con lágrimas en los ojos. El objetivo, pues, es el llanto comunitario. Así, cuando el dolor personal de una familia, de un individuo en concreto, se colectiviza, se hace general a todo el pueblo, disminuye y se olvida mucho antes. El poeta popular pone todas sus innatas aptitudes artísticas, todo su énfasis, en hacer partícipe a la colectividad del dolor de un solo individuo, porque hace creer ( exagerando las proporciones del suceso, maldiciendo al causante de la desgracia o al destino, exigiendo el castigo divino, invocando a Dios, clamando venganza, etc.), que el suceso motivo de la poesía, afecta a todos por igual, ya que, como es notable, altera ciertamente la vida de una comunidad tan pequeña. UN PEDACITO DE HISTORIA HERREÑA En todos los romances de la tradición oral del pueblo herreño (incluidas también las loas, las décimas, las coplas, y toda la poesía popular en general), hay un pedacito de historia del pueblo herreño: nombres propios, nombretes o apodos, pueblos, parajes, costumbres, fiestas, términos del habla popular herreña, arcaísmos, fechas señaladas y un sinfín de datos que bien merecerían un estudio detallado, en profundidad, para extraer conclusiones sobre las costumbres y el modo de vivir, de hablar, de los herreños. Si buceamos un poco a través de estos textos orales ( que aquí no presentamos por razones de espacio) e indagamos acerca de todas estas cuestiones, nos podemos tropezar, por ejemplo, con que la mayoría de los sucesos versificados tuvieron incidencia directa (sucesos de tipo local, como "La historia de Gabrief' que sí presentamos) en la sociedad herreña; o bien influye- 188 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 ron, de manera indirecta (sucesos foráneos, como "La secuestrada de Poitiers") en el modo de vivir de las gentes de la Isla, quienes vivieron las historias que circulaban en pliegos sueltos o por boca de los recitadores con verdadera pasión, sensibilizándose con las tragedias y las emociones exaltadas contenidas en todas aquellas historias. No tenemos más que repasar todos los romances que tratan el tema de la emigración clandestina, los famosos navíos a América (la utopía, el sueño dorado), y las tragedias, los sucesos que conmocionaron al pueblo por mucho tiempo y que todavía perduran en la memoria de los más viejos. Siempre oímos hablar del Valbanera, del Veracruz, del Capitán Galvao, o por lo menos nos sonaban esos nombres. Como también nos suenan muchos de los topónimos que sirven de marco espacial para la relación de muchos de los sucesos: Tacarán, San Andrés, Charco Manso, El Pinar, !sora, El Golfo, Tigaday ... No faltan tampoco los nombres de personas reales que quedaron inmortalizados en estas composiciones: Juana Morales, Eladio Padrón, Sebastián Armas, Gabriel, Juan Morales, Mateas Guanil, Juan Flor, Martín Pérez ... Y no digamos de las palabras o expresiones con sabor añejo, con olor a tiempos pretéritos, la mayoría de las cuales hoy ya han caído en desuso: arranchar, habilitarse, demasía, rancho, la nueva (la noticia), a porfia, de margullos ... UNA SOCIEDAD CERRADA, REDONDA Al catalogarse la mayoría de estas composiciones como "de ciegos" o "tradicionales pero popularizadas", tienen como característica principal - ya lo dijimos- la relación de casos de desastres o catástrofes personales o naturales. Y todo eso conlleva que la perspectiva con que se abordan los temas sea un tanto manipulada por el narrador, quien da una visión demasiado subjetiva y maniquea de los hechos, presentando como resultado de todo ello, una sociedad cerrada, redonda, en la que todas las conductas aparecen prejuzgadas en función del cumplimiento o la trasgresión de las reglas éticas y morales establecidas, de tal modo que quien se escapa o incumple esas normas, no tiene salida, no tiene escapatoria; es juzgado por toda la colectividad. 189 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Así lo testimonia la temática predominante en los dos romances populares llamados de ciego o de cordel que aquí presentamos, y así se evidencia en todo el conjunto del romancero popular más reciente de la isla de El Hierro, cuyo contenido suele gravitar, a grandes rasgos, en tomo a los siguientes temas: sucesos, crímenes, violaciones, tragedias familiares, adulterios, emigración, separación de algún miembro de la unidad familiar por motivos diversos (la ambición al dinero, el servicio militar, etc.), venganzas, ajustes de cuentas, accidentes ( de aviones, de coches, camiones ... ), catástrofes naturales (incendios, tormentas ... ), naufragios ... DOS JOYAS RESCATADAS DEL OLVIDO Aquí sólo vamos a presentar dos muestras de la versificación que pudo haber hecho un poeta popular desconocido, de dos sucesos bien distintos y distantes (uno, localizado en Francia a principios del siglo XX, cuyo eco llegó a El Hierro probablemente por la notoriedad del caso en toda Europa; y otro, inspirado en un horroroso crimen ocurrido en El Golfo que conmocionó al pueblo herreño a mediados del siglo). El anónimo poeta ( o poetas, que eso nunca se supo) quiso dejar constancia escrita de estos dos sucesos que calaron en el alma de los herreños hacia mediados del siglo XX y los compuso por escrito en pliegos sueltos que circularon probablemente por los pueblos de la isla de El Hierro, al uso y costumbre de los romances tradicionales. Pero se olvidaron los tristes acontecimientos, el dolor y la magua de los herreños se suavizaron con el paso del tiempo y otros sucesos vinieron a ocupar el primer plano de las noticias de la isla de El Hierro. Y es sólo ahora, después de tantos años, cuando tenemos la oportunidad de rememorar ambos hechos, gracias a la magnífica versificación que alguien ( desgraciadamente sin identificar) hizo de aquellos fatídicos casos. El primero de ellos, el de "La secuestrada de Poitiers", viene narrado en forma de romance, es decir, con la métrica tradicional que siempre caracterizó a esta estrofa: versos octosílabos con rima asonante en los pares. Ello nos hace pensar que podría tratarse de una composición más antigua que la segunda, la de "El crimen de Gabriel". No sólo por la forma estrófica usada, sino porque, además, la fecha del suceso real que da origen al primer 190 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 romance se remonta a los primeros años del siglo XX, y más concretamente hacia 1901. Lo sabemos con certeza porque los pormenores de este célebre suceso los relata André Gide en su libro No juzguéis: Apuntes sobre mis experiencias como jurado en el tribunal de Ruán, reeditado en enero de 1996 por Tusquets Editores: "El 2 2 de mayo de 1901 el fiscal jefe de Poitiers recibió una carta anónima, con fecha del 19 de mayo, que decía: 'Señor fiscal j efe: Tengo el honor de denunciarle un hecho de una gravedad excepcional. Se trata de una señorita que se encuentra encerrada en casa de la señora Bastian, vive desde hace veinticinco años sin el alimento necesario, sobre un camastro infecto, en una palabra, en su propia podredumbre"'. No podemos afirmar con seguridad que el romance de "La secuestrada de Poitiers" apareciera en El Hierro al tiempo que la noticia del caso era portada de los periódicos europeos de la época, porque no tenemos constancia de ello. Lo único que podemos decir al respecto es que éste apareció en una libreta manuscrita junto con otros romances, entre los que cabría destacar los referentes a temas y sucesos acaecidos en la isla de El Hierro, aunque no faltaban los de temas foráneos, con historias que tenían como marco otros lugares de la geografía tanto regional como nacional. Pero, en medio de todos esos romances, me llamó mucho la atención el de "La secuestrada de Poitiers" por la singularidad del caso y por la distancia tan grande a nivel de comunicación existente entre Francia y Canarias, y más concretamente El Hierro. Nos queda la duda de saber si entró la noticia y algún verseador o poeta popular convirtió el suceso en motivo de romance, o que, por el contrario, lo introdujera alguien desde el exterior en un pliego suelto, narrado en forma de romance, tal cual lo presentamos aquí. Por otra parte, el segundo romance, el que narra "El crimen de Gabriel", mantiene una estructura bastante atípica en lo que concierne a la fórmula métrica empleada, porque mezcla de manera admirable, la décima con el romance, de tal modo que el anónimo poeta logra introducir en una misma composición una estrofa moderna, contemporánea y muy de moda en la época (a mediados de siglo se produjo la emigración a América y, por 191 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 tanto, la importación de la décima y el punto cubano) y una estrofa clásica ( como era el romance). Y lo que es más loable aún, no lo hace de manera gratuita sino con una plasticidad y un sentido del ritmo sorprendentes. Así tenemos que la décima la emplea en los versos que conforman la primera parte de la historia y que constituyen más bien una introducción a la narración de los hechos. En la segunda parte, o "corpus del relato", emplea la forma estrófica del romance. Y en la tercera y última parte ( o conclusión) vuelve nuevamente al empleo de la décima para redondear la historia. Los cuarenta primeros versos están divididos en cuatro décimas, con las que el autor nos pretende introducir en el trágico suceso, dando cuenta del dolor y la tristeza que inunda las páginas que él nos da para leer. Esto puede ser un dato muy significativo para deducir el carácter escrito para el que fue concebido el romance. Desde un primer momento parece mencionarlo muy claramente en las dos primeras décimas: 2 4 Con pena y dolor profundo yo quisiera publicar lamentos que en este mundo jamás se pueden olvidar ... Lee con calma lector 12 en esta página triste y después que la leíste, 14 contemplarás el dolor. El uso de la décima al principio de la composición para dar cuenta de manera general y resumida del tema que va a desarrollar más tarde en el romance, es algo novedoso y que llama muchísimo la atención. Podría tener que ver con la popularidad que por esos años tenían la décima y el punto cubano en toda Canarias. De esta forma, una buena manera de conectar con los lectores de la época fácilmente y mejor, era usando la décima e incorporándola a las tradicionales composiciones romancísticas o de cordel. Muchos de los romances, pues, pasaron a contarse en décimas en buena parte del siglo XX. Pero lo curioso del romance de "El crimen de GabrieI'' es que mezcla el empleo del romance y de la décima en la misma composición. Y no lo hace de una manera desordenada y sin sentido; al contrario, el anónimo versificador lo hace con verdadero acierto estilístico, porque el cuerpo del romance, lo que es la Historia contada del crimen de Gabriel, está construida en versos octosílabos con rima asonante en los pares, es decir, en romance; 192 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Mi abuelo Benito Padrón Gutiérrez ( 1914) y mi abuela Orosia Cejas Padrón ( 1913-2000). Toda una vida compartida. no hay duda, es la segunda parte y comprende la mayoría de los versos de la composición: desde el verso 41 hasta el 482. Sólo al final , a falta de 12 versos para terminar, el autor vuelve sobre la décima para concluir y despedirse, emitiendo un juicio personal, como ya lo hizo al principio también, de los hechos, y tratando de sensibilizarse con la opinión del pueblo sugiriendo un fuerte castigo para el criminal, con lo que redondea la historia y la cierra, apelando a la compasión de los lectores. Al final, y para completar la información sobre "El crimen de Gabriel'', transcribimos el testimonio oral de mi abuelo, D. Benito Padrón Gutiérrez, que vivió y participó directamente en los hechos narrados en el romance, así 193 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 como mi abuela Orosia Cejas. Ambos nos aportan un poquito de luz sobre la historia de Gabriel, dándonos más detalles que, sin duda, nos ayudarán a entender muchísimo mejor la lectura. Primer romance de tema foráneo: LA SECUESTRADA DE POITIERS (Basado en un suceso foráneo acaecido en la ciudad francesa de Poitiers en 1901) André Gide: " ... Así es como La Vie Illustrée presentaba a sus lectores, en 1901, el insólito caso al que vamos a dedicarnos": LOS DRAMAS OCULTOS. LA SECUESTRADA DE POITIERS "En Poitiers, en una calle tranquila y apacible de nombre monacal, la calle de la Visitación, vivía una familia de la alta burguesía honrada por todos en la comarca. La viuda Bastian, de soltera De Chartreux, de linaje del Poitou de mucha alcurnia, vivía allí con su hijo, el señor Pierre Bastian, antiguo subprefecto de Puget-Théniers, en el Seize-Mai. La señora Bastian de Chartreux, de setenta y cinco años de edad, residía en la casa donde había vivido con su marido, ex decano de la Facultad de Letras de la antigua ciudad provinciana. Su hijo, casado con una española, de un temperamento menos sosegado que el suyo, había regresado solo a Poitiers. Habitaba en el edificio situado enfrente del de su madre. Un tercer personaje pertenecía a esta familia, una muchacha, Mélanie, a quien hasta la edad de veinticinco años se solía ver alegre y risueña y que, de repente, había desaparecido. La señora Bastian de Chartreux la había hecho internar desde el primer momento en un sanatorio, luego, por afecto o por caridad cristiana, la recuperó y la cuidó, llena de abnegación, con la ayuda de una vieja criada, tras los postigos cerrados de la triste casa cuyo umbral ya nadie cruzaba. Más aún, la anciana criada, la señora Renard, que llevaba cuarenta años sirviendo en la casa, había recibido seis años antes una medalla de la Sociedad para el Fomento del Bien a petición del señor Pierre Bastian quien, como su madre, por respeto a su media sangre azul, se hacía llamar De 194 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Chartreux. Esta recompensa a la virtud honró a la vez a la anciana sirvienta y a sus muy virtuosos amos. Pero la virtuosa señora Renard falleció y entraron nuevas criadas en la casa, en esa extraña casa donde había una ventana cuyos postigos estaban cerrados con un candado, por fuera, y de la cual se escapaban a veces unos gritos ahogados y lejanos. En aquella severa morada, sin embargo, una de las criadas no ponía reparos a la hora de recibir, a noche cerrada, a un fornido soldado, ordenanza de un teniente de la guarnición. Este guerrero, más apto en el manejo del plumero y del cepillo de lustrar que en el de la bayoneta y de/fusil, no tenía la discreción de la señora Renard, y tampoco ignoraba que las cartas anónimas poco comprometen a sus autores. Escribió una a través de la cual la fiscalía, asistida en Poitiers por una policía poco curiosa, se enteró: 1 ~ de que la señorita Mélanie Bastian no estaba loca; 2~ de que hacía veinticuatro años que la mantenían en estado de reclusión, en una habitación sórdida -la habitación quejumbrosa de los postigos cerrados a cal y canto- de la que no salía jamás y en la que vivía entre las inmundicias, los bichos, los gusanos y las ratas, en la oscuridad más completa y casi sin alimento. Esos señores de la magistratura, que tanto respeto sentían por la familia Bastian -como todo el mundo, por cierto-, se dieron cuenta tarde de la gravedad del asunto. Intervinieron, forzaron la puerta y encontraron, yaciendo en un muladar indefinible, a la desdichada criatura. ¿Razones? ... Esto es lo que se cuenta por Poitiers: la señorita Mélanie Bastian se enamoró cuando tenía unos veinticinco años y se entregó. Dicen que tuvo un hijo fruto de esos amores. Dicen incluso que la criatura fue eliminada. Y para castigar a la pobre muchacha de lo que el mundo llama un desliz, y más que nada para que no hablara, la pura, la honorable, la excelente señora Bastian de Chartreux encerró para siempre, contando para ello con la ayuda del silencio de su digno hijo, a la pobre Mélanie en el cuchitril donde se negó a morir y donde acaba de ser descubierta ahora, al cabo de veinticuatro años ... ". 195 (André Gide, No juzguéis: Apuntes sobre mis experiencias como jurado en el tribunal de Ruán. Tusquets Editores, 1996). © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 LA HIJA APRISIONADA POR SUS PADRES (La secuestrada de Poitiers) En la ciudad de Poitiers 32 era de la pobre Blanca 2 en la noble y culta Francia, quien la heredó de su padre desde hace mucho tiempo 34 el marqués de Baranaba, 4 una familia habitaba. de la cual la infeliz Eran personas muy ricas 36 no gozó nunca de nada. 6 de la alta aristocracia, Cuando cumplió los diez años el apellido Monnier 38 en el sótano fue encerrada 8 brillantemente alternaba. por su despreciable madre Nadie pudo suponer 40 que a más que nadie odiaba. 10 que aquella familia honrada De paso a las amigas fuera conocida un día 42 que a visitarla llegaban 12 por cometer una infamia. les decía la marquesa: Luisa y Marcela Monnier 44 que por estar delicada 14 pasaban por gente honrada, había enviado a su hija eran dos hermanas viudas 46 a vivir lejos de Francia 16 de fortunas muy nombradas. con unos parientes nobles De su fallecido esposo 48 que tenía en España. 18 el marqués de Baranaba, Así pasaban los años, le quedó a Luisa una hija, 50 la pobre Blanca encerrada 20 a la que llamaban Blanca. en aquel sótano oscuro Marcela tenía otra hija 52 en un montón de paja. 22 de una belleza muy rara, Cada veinticuatro horas llevaba por nombre Amelia, 54 para comer le llevaban 24 era orgullosa y malvada. las sobras de los perros Las dos hermanas un día 56 y de los gatos de la casa. 26 formaron una alianza Le dejaban en el suelo por favorecer a Amelia 58 un cantarillo con agua. 28 y por perjudicar a Blanca. Allí quedaba la pobre Marcela estaba arruinada 60 de todos abandonaba. 30 como lo estaba su hermana. Al principio la infeliz La fortuna que había 62 amargamente lloraba 196 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 y suplicaba a su madre Así pasado algún tiempo 64 que no la martirizara. 98 quedóse como abobada, Pero la maldita hiena insensible a los dolores 66 y vil mujer sin entrañas 100 como una momia pagana. las súplicas de su hija Cuando su madre acudía 68 con frialdad las escuchaba. 102 y la comida le llevaba, Cerraba pronto la puerta jamás hablaba con ella 70 y sin conmoverse nada 104 ni compasión le imploraba. se volvía a sus salones Parecía un esqueleto 72 muy coqueta y confiada, 106 según lo blanca que estaba, sin haber nadie que pueda y con su pelo abundante 74 saber la inmensa desgracia 108 su débil cuerpo tapaba, de los veinticinco años cuando a veces el dolor 76 que estuvo sufriendo Blanca, 110 sus gemidos le arrancaban. acostada en un jergón Si su vengativa madre 78 sobre la asquerosa paja. 112 tenía visita en casa, El pelo le fue creciendo al preguntarle quién era 80 sin que jamás lo cortaran; 114 aquel ser que se quejaba, las uñas de pies y manos la marquesa respondía: 82 le crecían como garras. 116 -"Es una perra preñada Su camisa hecha jirones, que parió hace unos días 84 sus carnes sucias mostraba. 118 y está un poco delicada; Cuando el sueño la vencía, para que no me moleste, 86 al punto la despertaban 120 la tengo siempre encerrada". mil asquerosas ratas Mientras sufría en el sótano 88 que en el sótano habitaban. 122 la desventurada Blanca, En su enflaquecido cuerpo su madre, su tía y su prima 90 lleno de costras y llagas 124 su fortuna derrochaban. los asquerosos parásitos Dios quiso que la infeliz 92 con gran paso se escanchaban. 126 de aquel infierno escapara, La comida despreciable poniéndola en su camino, 94 que con mezquindad le daban 128 como las buenas almas era pasto muchas veces que sobreviven al dolor 96 de cucarachas y ratas. 130 hasta que la muerte las llevara. 197 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Blanca Monnier, la secuestrada de Poitiers. Fotografía tomada a su ingreso en el hospital (Foto L' Ilustration). "El pelo le fue creciendo / sin que jamás lo cortaran; las uñas de pies y manos / le crecían como garras. Su camisa hecha jirones,/ sus carnes sucias mostraba ... ". " ... En su enflaquecido cuerpo / lleno de costras y llagas los asquerosos parásitos / con gran paso se escanchaban ... ". 198 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 LA RECLUSE DE POITIER ou 2:'i ANN.ÉES DE CAPTIVITÉ 01-IANBON VRAIE LÉO p[E°í.l0ÉVREform,,lk~'i~i'itE· SPEÑCER HENRI PASCAL, •dlleur de mualque, 38, rue Tlquelonne, PARIS Aue•~~ ... , .. ur cl','-lh .... ,·t l\l·:l•t.)t4 . La reclusa de Poitiers, canción de Léo Lelievre y Emilie Spencer. Col. Jean Henry. © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 LA REGLUSE DE POITIERS Une femme séqueoLree et ma,1tyr1sée rINGT·CINQ .ANS .OE CAl"'!TVYY'~ . -- HORIUBLES :OETAIL! Húli vnu,n· ~h ~ ia \· idi111 P. - - l-Ál h HI\ ;inlí :-- d IHl!i\ dlí '~ li 1•\ 1•la1 iul!' Grande Complainte sur la pauvre femnrn séquestrée INOE COIIIPLA iNTE ' ---'=...-= _-"-'="'-~er- .. ·--"' ---·~·--·-----~-----·------- - l -'1' 1- .,~ U I!; ¡.,. ~. ,.;, ~ '·f ¡ r " •• •~~J,-., ~< i'UII!. "La reclusa de Poitiers, gran lamentación por la pobre mujer secuestrada". Octavilla. (Archivo René Dazy). llustraciones de la época sobre el célebre caso, extraídas del libro del autor francés André Gide: No juzguéis: Apuntes sobre mis experiencias como jurado en el tribunal de Ruán, reeditado en enero de 1996 por Tusquets Editores. 200 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Vista del Valle de El Golfo, lugar que sirve de marco a los hechos narrados en el Romance de Gabriel, en 1949. Segundo romance de tema local: SUCEDIÓ EN EL GOLFO (Historia de Gabriel) "Otro crimen, no menos horrendo, se cometió en el valle del Golfo, del cual fue victima la joven de catorce años Maria Armas. El autor jite Gabriel Morales Febles, un campesino de dicho valle, con residencia en el barrio de Las Toscas. El asesino acechó, en descampado, a la mencionada joven con la finalidad de violarla, y como ésta se resistiera y luchara heroicamente en defensa de su honra, terminó por matarla a golpes de piedras. El criminal al ver que iba a ser descubierto se escondió en los montes, pero capturado a los pocos días por la guardia civil y paisanos, fúe reducido a prisión y encausado. El fiscal pidió pena de muerte, pero sólo se le condenó a cadena perpetua, que no cumplió, pues a los cinco años ya estaba en libertad. Volvió a su pueblo, pero los vecinos del Valle del Golfo, consiguieron que se le deportara de la Isla. Estos hechos ocurrieron el año 1949". (De Noticias relacionadas con la Historia de la Isla del Hierro, José Padrón Machín. Excmo. Cabildo Insular de El Hierro, 1983). 201 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 EL CRIMEN DE GABRIEL INTRODUCCIÓN ( en Décimas): I III Con pena y dolor profundo Quién fuese capacitado 2 yo quisiera publicar lamentos que en este mundo 22 hombre de conocimiento, para dar detalles de un caso 4 jamás se pueden olvidar. 24 temeroso, triste y cierto. Quiso la historia llevar Con pena y con sentimiento 6 un suceso desgraciado, fue muy triste y desolado 26 empleo esta poesía. En el mes de enero sería 8 para todo el mundo entero, el dieciocho de enero 28 cuando triste desgracia pasó: Maura Cabrera murió, 1 O de un domingo señalado. 3 O presa de amarga agonía. II Lee con calma lector 12 en esta página triste 32 y después que la leíste, 14 contemplarás el dolor 34 que causó aquel malhechor 16 aquel villano inconsciente, 3 6 el que mató a una inocente 18 para gozar de su fragancia 3 8 y, sin lograr su esperanza, 20 le dio a aquel cuerpo la muerte. 40 IV ¡Cuánto dolor, qué amargura! ¡Ay, Dios, qué fatalidad! En intensa soledad murió aquella criatura, sin haber un alma pura que allí la favoreciera. Quiso la fortuna entera que, sin poderse librar, de manos de un criminal, aquella infeliz muriera. LA HISTORIA (en pie de Romance): En esta isla del Hierro, 42 en el pueblo de Belgara, vivía una familia 44 muy conocida y honrada. Era don Pedro Cabrera 46 dos hijas en su compaña, Emérita, la más vieja, 48 y la más pequeña Maura, 202 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 de catorce años cumplidos ya que en este solitario 50 dejando atrás ya su infancia, 82 no hay una persona humana de muy buenos sentimientos, que pueda favorecerme, 52 humilde y humanitaria. 84 ni el gritar me vale nada. Aquel horizonte azul Un domingo por la tarde 86 donde las estrellas marchan, 54 salieron las dos hermanas contemplarán mi dolor, muy alegres y contentas 88 verán mi pena y mi magua. 56 a pasear con las muchachas. Nuestro Dios omnipotente ¡Quién se lo diría a ella 90 que en todas partes se halla, 58 cuando salió de su casa, mar y luna de testigos, que jamás habría de volver, 92 ya castigarán tu infamia". 60 que la muerte la esperaba! A las cuatro más o menos Él como rabiosa fiera, 62 tuvo que marcharse Maura, 94 intenta miles desgracias. que fue a buscar al asno Al querer abusar de ella 64 para dejarlo en su casa. 96 y no poder conseguir nada, Ella iba muy tranquila, trató de darle la muerte 66 ignorando la desgracia, 98 para que no lo acusara. sin saber que un criminal Dándole con una piedra, 68 en el camino encontraba. 100 terminó por arrastrarla para en medio unos matojos 102 donde acabó de matarla. Cuando salió del potrero Quedó su nombre en la historia 70 que iba para su casa, 104 como joven pura y santa, le salió aquel malhechor, que por defender su honor 72 allí trató de violarla; 106 resistió una muerte amarga. ella quiso defenderse 74 sosteniendo gran batalla. Vamos a su pobre padre, Le dijo: - "Loco atrevido, 108 y a su cariñosa hermana, 76 ¿tienes valor, tienes alma, al fin la noche se acerca abusar de esta forma 11 O y el oscuro amenaza. 78 siendo tan pura y honrada? Ya estaban muy intranquilos Antes de manchar mi honor, 112 porque Maura no llegaba; 80 prefiero la muerte amarga, aquel padre, aquel anciano 203 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 114 dijo: - "Yo voy a buscarla, U na perra de Leonardo me ha dado en el corazón 148 que había ido en su compaña, 116 que alguna desgracia pasa". salió en medio unos matojos A poco salió la hija 150 ladrando muy apurada. 118 y por una amiga llama: Va donde está el amo -"¿Quieres ir a acompañarme? 152 y del pantalón lo agarra; 120 Voy a buscar a mi hermana". él corrió enseguida Salió don Juan Miguel Armas 154 sin darse cuenta de nada, 122 al oír estas palabras, sin saber la inteligencia por más que era un anciano 156 que la perra conservaba. 124 iba con voluntad franca. Volvió por segunda vez Encuentra al hijo Leonardo 158 y también fue despreciada. 126 que iba para su casa: - "¿Para dónde va a esta hora?". 128 - "¿T ú no sabes lo que pasa? El padre de la infeliz, Que Maura la de Perico 160 con los que lo acompañaban, 130 han salido a buscarla, llega en medio los matojos primero salió su padre, 162 donde la perra lloraba. 132 y ahora va a ir su hermana". Lanzó un grito de dolor: - "Vuélvase, padre -le dijo- 164 - "¡Aquí estás hija del alma!". 134 que yo voy a acompañarla". Allí la encontró su padre, 166 en sangre toda bañada, En estos pasos tan tristes difunta, pálida y fría, 136 el pueblo se puso en marcha. 168 entre piedras sepultada. Y llegaron a la finca Quedó sin conocimiento, 138 donde el asno estaba, 170 con el alma traspasada, registraron paso a paso, echó mano a una navaja, 140 no pudieron encontrarla. 172 que fuertemente la agarra: Luego salieron buscando -''Nada quiero en este mundo, 142 a otro que colindaba; 174 quiero ir en tu compaña". allí cayó el pobre padre Gracias a la habilidad 144 comentando su desgracia, 176 de los que más cerca estaban, desmayado y sin aliento, que se arrojaron sobre él 146 entre dos hombres lo agarran. 178 logrando quitarle el arma. 204 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 ¡Qué pena y qué sufrimiento, 198 todo el pueblo la acompaña. 180 qué hora más desesperada, En el cuarto mortuorio qué triste desilusión 200 la dejan depositada. 182 y qué muerte tan amarga! Allí permaneció el padre Unos lloran con dolor, 202 hasta que no fue enterrada; 184 otros quedaron sin habla; luego, bajó la justicia el infame y mal nacido 204 el lunes por la mañana. 186 que cometió tal desgracia, El señor Juez de Instrucción, es un criminal sin fe, 206 los médicos y la guardia, 188 un cuerpo pero sin alma, empiezan a hacer la autopsia, un hombre sin corazón, 208 observándola con calma. 190 una fiera en fonna humana, Fueron muchas las heridas debe haber nacido 210 que en aquel cuerpo encontraran: 192 en los desiertos del Sahara, el pulmón tenía herido, no haber visto nunca pueblo, 212 las costillas estilladas, 194 mucho menos gente humana. varias heridas mortales Le dan cuenta al Juez de paz 214 que no puedo relatarlas. 196 para poder levantarla. Al fin terminó la historia, La llevan al cementerio, 216 dieron orden pa' enterrarla. 2ªPARTE Dejamos a la infeliz, Empiezan a investigar 218 que ya quedó sepultada, 230 desde el lunes por la tarde. y a toda su familia La guardia civil y el Juez, 220 en situación muy amarga. 232 fijándose en los semblantes, Con todo mi corazón, haciendo muchas preguntas 222 pido para la muchacha 234 y sin detener a nadie, su descanso eternamente, llaman a Liboria Acosta, 224 por el dolor y la magua, 236 mujer seria y de confianza, que sufrió para morir, que había estado en aquel punto, 226 de una muerte tan amarga. 238 que había ido a mudar su cabra. En esta segunda parte Le preguntan si había visto 228 les voy a dar más detalles: 240 alguna persona extraña. 205 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Al momento contestó: 274 que si no más mal lo pasas". 242 -"Yo vi un hombre que bajaba, Al ver que estaba cogido, fijé la vista y miré 276 se declara sin tardanza, 244 la dirección que llevaba, diciendo: - "Yo soy el autor, se me pareció a Gabriel, 278 del crimen que me relata, 246 creo no estar engañada. yo traté de abusar de ella, Llevaba una ropa negra 280 no pude conseguir nada 248 que él siempre suele usarla. y quise darle la muerte En aquel punto quedó 282 para que no me acusara. 250 cuando yo me fui pa' casa". Pero no he sido yo solo, 284 un joven fue en mi compaña". Se van a casa de Gabriel, - "¿Cómo se llama ese joven? 252 al verlo dijo la guardia, 286 Deseo verle la cara". éste ha sido el criminal, -"Se llama Juan García, 254 se le conoce en la cara. 288 le dicen Juan el de Hilaría, Lo llevan ante el Juez, vecino de Tigaday, 256 en las primeras palabras 290 en Tejeguate su casa". trató de contar mentiras, 258 mas todas le fueron vanas. Se van en busca del joven El Juez es un hombre culto 292 y lo detuvo la guardia, 260 que las mentiras las agarra: tanta impresión le causó le preguntan si había estado 294 al decirle estas palabras: 262 donde pasó tal desgracia. - "¿ Cómo usted tuvo valor - "Allí estuve por la tarde, 296 y su conciencia tan baja, 264 temprano volví a mi casa, acompañar a un criminal si le parece mentiras 298 a cometer tal desgracia?". 266 llamen a Ramona Armas - "Le juro soy inocente, y también la hija de Maura 300 es una calumnia falsa, 268 que vieron cuando yo entraba". si ustedes vienen con dudas 302 les voy a dar pruebas claras. Llamaron a las mujeres, A las cinco más o menos 270 aprovecharon las palabras, 304 me encontraba yo en Belgara las que fueron y aseguran en la cantina don Julio, 272 que no habían visto nada. 306 que la esposa lo declara. - "Cuenta la verdad le dijo De allí fui a Tigaday, 206 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 308 como era noche de farra 340 y darle una muerte amarga". lo pasé con los amigos, Unos se fueron al mar, 310 no fui a cenar a casa. 342 mirando en las partes altas, Tuve un disgusto con él en las puntas y bajones 312 y me acusa por venganza". 344 y fijándose en la playa. Otros buscaban por tierra, Llaman a los individuos 346 su suelo lo registraban 314 que el acusado nombraba. en las puntas escambrosas Ya vieron que era inocente 348 y las partes arboladas. 316 por lo que ellos declaraban. Así pasaron las horas Le apretaron las esposas 350 luchando con la esperanza, 318 y le echaron una brava: sin realizar sus deseos -"A matarla fuiste solo 352 se fue el día y no lo hallan. 320 y ahora buscas compaña". Lo dejaron detenido, Apenas oscureció, 322 el miércoles se levantan 354 avisaron a la guardia. a conducirlo a Val verde - "Debemos seguir buscando, 324 donde prosigue la causa. 356 vamos a ver s1 se agarra, No sé si fue por descuido, lleva las anillas puestas 326 si por llevarse de confianza, 358 y la cadena cortada". Llegó a casa de un hermano lo cierto es que se fue 360 y le salió la cuñada; 328 con las dos manos atadas. ella se puso en la puerta Consideren los lectores 362 y no quiso darle entrada: 330 cómo se quedó la guardia, -"A tu hermano lo tienen preso quien sabe su obligación 364 por miedo a que te auxiliara, 332 y el código lo que marca. y ahora vienes aquí... 366 ¡ Vete que llamo a la guardia!". Avisaron pronto al pueblo 334 y pusieron vigilancia Gabriel se marchó en seguida, y los hombres voluntarios, 368 sin molestarla más nada; 336 muchos a buscarlo marchan. se fue a casa Rafael, - "Si no se tiró al mar, 370 le tocó y llamó en voz baja. 338 la tierra no se lo traga, Apenas abrió la puerta tenemos que dar con él 372 de esta manera le habla: 207 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 - "Córtame estas argollas, Dieron cerco a todo el monte 374 saca pronto unas tenazas". 406 para que no se escapara. - "Yo no tengo nada de eso, Las mujeres en los pueblos 376 entra pa'dentro y descansa". 408 quedaron de vigilancia, Yo creo se lo haya dicho marchaban de dos en dos, 378 con una idea marcada. 410 formando una línea larga. La esposa de Rafael, - "Hoy sí que damos con él, 380 al verlo, cayó sin habla. 412 ahora sí que no se escapa". Allí vieron una sombra Las once en punto serían, 382 y, por cierto iba la guardia. 414 avisaron que bajaba con decisión derecho a un punto Él, más rápido que el viento, 416 que Puerto Escondido llaman. 384 se tiró fuera la casa; Y se oculta en un barranco allí le dieron el alto, 418 a ver si no lo encontraban. 386 le tiraron una descarga. A casa de don Esteban Deja de correr y vuela, 420 llegó un número de ellos, 388 que no lo agarra una bala. que fueron a tomar agua luego grita una mujer: 422 y a seguir con más empeño. 390 - "¡Atajen, por aquí baja!". Corren los hombres atrás, En esto llegó Santiago, 392 pero el malvado se marcha; 424 y les dijo: - "Caballeros, era práctico en el pueblo, dense prisa, no descansen, 394 sabe dónde se ocultaba. 426 el malvado está en el Puerto. Llamaron con ansiedad Al darles esta noticia, 396 en los pueblos que colindaban 428 salieron todos corriendo, que prestaran auxilio siendo Gregario Padrón 398 evitando más desgracias. 430 quien pudo ganarse el premio Salieron de Los Mocanes, el que logró de cogerlo 400 de Los Corchos y Las Lapas; 432 ayudado de su perro. de Merese y Las Toscas, Hay gritos en voz alta: 402 de Tigaday y Belgara. 434 - "Ya se agarró al bandolero". Centenares de personas Empezaron a buscarlo 436 se reunieron al momento. 404 en el pueblo de madrugada. En esto llegó la guardia, 208 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 438 que lloraba de contento: En esto entraba un camión "¿Qué has ganado con marcharte? 462 con velocidad en el pueblo 440 ¿Para danne sufrimiento, y dio la casualidad duplicar más tu castigo 464 que tropezó con el perro 442 y darle trabajo al pueblo?". que había agarrado al malvado Le ponen otras esposas 466 quedando en el acto muerto, 444 diciendo: -"Ya estás sujeto". dejando el pobre animal Lo llevaron a la plaza 468 a todos tristes recuerdos. 446 de Tigaday poco tiempo. De pronto volvió a virar, Hombres, mujeres y niños, 470 para Val verde salieron 448 allí llegaron a verlo, conduciendo dentro de él señoras y señoritas 472 al criminal sin remedio. 450 gritaban con sufrimiento: - "Deben matarlo ahora mismo, Es vecino de Las Toscas, 452 mi deseo es verlo muerto, 474 nacido en el mismo pueblo; arrastrado por las cal les, hijo de Alejo y de Juana, 454 amarrado por el cuello. 476 sus padres no sé quién fueron. Ése que tuvo valor, Él quiso manchar su historia 456 manchar sus manos en sangre 478 por criminal y ratero. dando muerte a una inocente Aquí tennina la historia 458 no ha de ver crimen más grande. 480 de este triste suceso, Matarlo todavía es poco hasta el día de la sentencia 460 para este hombre infame". 482 que la espero por momentos. 3ªPARTE CONCLUSIÓN (vuelta a la décima) Si el fiscal hijas tuviera, y al cumplir esta prisión 484 por su condena pedía, 490 que vuelva a ser trasladado doscientos golpes al día, a aquel punto señalado 486 de forma que no muriera; 492 donde el crimen cometió; cuarenta años de condena que muera como mató: 488 en el penado mayor, 494 con los dos ojos vendados. 209 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 INFORMACIÓN SOBRE EL SUCESO. FUENTE ORAL. INFORMANTE: DON BENITO PADRÓN GUTIÉRREZ (Frontera, 1981) " ... ¡Oh, a mi cuñado ... ! ¡Lo que le pasó a Gabriel con mi cuñado Juan! ... Ya Gabriel primeramente le había dado unas puñaladas arriba en Las Toscas por asunto de un cercado. Gabriel y mi cuñado estaban peleados, se tenían ganas, así que Gabriel iba pa 'rriba pa 'Las Toscas y Juan bajaba pa 'abajo, se encontraron allí al lado del lagar que hay subiendo a mano izquierda y mi cuñado, coño, jala por el palo y le enciende un palo, pero al tiempo que le da el palo se resbala, coño, en una tosca, resbala cuando cayó al suelo él hizo así pa 'atrás y Gabriel cogió con el cuchillo y le mandó cinco puñaladas aquí en las costillas. Le faltó apenitas pa' llegar al corazón. Sí, sí, por poquito se lo carga. Cinco puñaladas. Hicieron juicio, el médico dio cuenta y tuvo que pagar, pero como no tenía con qué, le remataron todo lo que tenía. Y entonces no había quién le echara de sus propiedades. Entonces el juez me dijo: 'El único remedio que hay es que usted lo eche, ¿me entiende, Benito? Lo saca usted y después usted se lo da a su cuñado'. Entonces yo ... Le quitamos una cochina, una cochina que tenía parida. Yo y el secretario fuimos arriba por ella. Entonces él salió. Él cogió dos piedras en la mano, Gabriel, y la mujer un cuchillo. Entonces, el secretario, sacó la pistola y dice: 'Suelte las armas, coño, porque le vuelo la tapa del sentido. Y usted ese cuchillo, suelte eso ahí en el suelo '. Entonces dice: 'Este señor no tiene por qué entrar aquí en mi finca, porque está peleado conmigo'. Digo: 'Yo vengo porque me manda el juez' (porque yo no le tenía miedo). Entonces sacamos la cochina pa 'l medio del camino, pero a los lechones qué va, a los lechones no hubo forma, ¡uf[, por medio aquellas tuneras corrieron todos! No los agarramos ni por el coño. Trajimos la cochina; la tuve yo en casa. Después dice uno que estaba en ese lomo ... (¡Ese lomo, el gentío! ¡La gente, más novelera!) ... Me dice: 'Esta noche no duermes tranquilo en casa'. Digo: 'Esta noche es cuando más tranquilo 210 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Mi abuelo Benito Padrón Gutiérrez, en Frontera, 1999: "Yo, cuando entonces, era un hombre; hoy ya estoy jodido y estoy viejo. No joda, entonces no tenia yo miedo a nadie ni al coño su madre". duermo. Ven tú por ella, ven que vas a llevarla'. Yo, cuando entonces, era un hombre; hoy ya estoy jodido y estoy viejo. No joda, entonces no tenía yo miedo a nadie ni al coño su madre. Entonces, después le quitamos dos pedacitos de viña que tiene arriba y otro allá en el Puerto con una higuerita (una brevera) y, abajo, en fas casas de Tejeguate, otro huerto. Entonces él vino un día por aquí fuera y le dije: 'Son mil quinientas pesetas los gastos del médico y de todo'. En aquel entonces, coño, mil pesetas era un dineral. Digo: 'Te advierto una cosa: yo te hago a ti escritura de los bienes cuando me las 211 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 pagues. Antes, no se te ocurra meterte en los bienes. Que te tranque yo, en los bienes no tienes tú que meterte sino cuando me pagues'. Gabriel quedó en eso, pero después, fue cuando mató a la chica y eso ... La segunda vez que Gabriel se escapó de la cárcel yo fui quien lo vio en una cuevita del Piejable ... Sí, esa fue la segunda vez que se escapó. Lo agarramos arriba. Yo fui quien lo cogió con Bernabé. Resulta que estaba ésta (mi mujer) en estado de Guito, y la tenía amenazada. Siempre venía ahí a casa de mi comadre y se ponía: '¡Coño, no darte una puñalada en esa panza y botarte eso que tienes en la barriga!' - le decía a ésta (a mi mujer)- y ésta no quería ir arriba a coger higos ni eso, porque tenía unas higueras arriba en el barranco, y él estaba escondido al lado de las mismas higueras, ¡fijate tú!, y no querían ir allí porque lo tenían miedo. Y en aquel entonces estaba yo haciendo carbón allá arriba en el monte, y llegó mi sobrino Ramón con un papel de Bernabelito, a decir que si lo íbamos a buscar. Porque antes avisaron que se había echado fuera del camión donde lo llevaban preso y que tuviéramos cuidado con Gabriel, aquí en el Valle. No sabíamos y decíamos: 'Eso lo mataron al suizo' (¡No ve que antes decíamos 'al suizo' al preso que se escapaba y lo mataban!). '¡Eso lo mataron!'. Pero un día, yo aquí en casa, llegó mi hermana pa 'descanse: 'Ay, ay hermano, que yo vi a Gabriel'. '¿ Cómo vas a ver a Gabriel?' 'Sí, yo aceché a la mujer que iba a llevarle la comida y lo vi en el barranco de ustés, arriba en el Piejable '. (Hay unas hayitas arriba en lo alto del lomo y allí estaba él escondido). Entonces, cuando la mujer fue, se tiró pa 'aquí abajo a la carretera, y mi hermana mirando aquí, desde el camino, de ahí de Malnombre, acechando. Entonces fui a darle cuenta al alcalde. Era en tiempo de las elecciones. El alcalde era mi compadre. Después él se dio de baja como alcalde para volver a presentarse otra vez en las municipales. Entonces hacia las veces de alcalde otro. Decía éste: 'Vete allá, te vas por tu compadre y vas con él a la Villa' - era el año del hambre- 'llevan el camión al Pinar a la guardia civil'. Así lo hice. Cuando llegamos a la cumbre dice: 'No, yo pa 'l Pinar no voy, yo voy pa 'la Villa'. Me pego de allá abajo a pie. Y entonces fui abajo y me 212 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 dicen: 'Están todos enfermos en la cama', me dijo el cabo. 'No está más que ... Bueno, el que está de puesto ' - dice- y yo que no estoy bueno tampoco '. Dice: 'Pero, bueno, sale pa 'allá pa 'Azofa (¡Fíjate tú!), caminando, y el primer camión que venga allí del Puerto pa 'arriba, que venga a buscarme aquí'. Fui pa 'allá y Luis Barrera que venia. Entonces con Luis Barrera vino la guardia civil aquí al Valle, y cuando llegamos, dicen que se había escapado. Nadie jite a cogerlo y dicen que se había escapado. El barranco estaba lleno de zarza ¿ entiendes? Y por debajo tenia unas galerías por donde huía. Entonces le dije al cabo: 'Yo no lo he cogido creyendo que no estaba vivo, pero ya veo que está vivo. Así que, ahora, yo lo cojo '. Entonces, Bernabé dice que si íbamos. Vine pa 'abajo y él estaba en un barranquito; era igualito que aquella ramada (señalando el patio de la casa). Por la higuera mía pa 'allá había un cantero así y p egado estaba el barranquito. Había unas cuevas aquí debajo. Y Bernabé estaba aquí encima esperándome (encima de él). Y él escondidito aquí. Y entonces yo me puse pegado a donde él estaba. Y ahora, ahí arriba, había unos matitos de cirueleros y unos helechitos, y ahi estaba él metido, y nosotros hablando. Bernabé encima del Lomo y yo en un canterito, frente a la cueva misma donde él estaba. Digo: 'Allá va la mujer, ahora pa ' alternar. Allá va a la poza a lavar '. Y él escuchando todo, coño, si estaba ahí mismo. Entonces él tenia aquí arriba una huerta con una cama de helechos donde él iba a acostarse por las noches arriba, con la mujer. Y dígale a Bernabelito: 'Esta noche vamos a ir allí a ver si él va a ir a dormir con la mujer, y llevamos armas, que me dijo el cabo del Pinar que si nos hacianfalta armas, que nos daban armas ... ' 'Bueno, pues entonces nada, a la noche nos vemos para ir a ver si lo agarramos a la noche con la mujer'. Entonces, cuando íbamos a salir, que miro así pa ' arriba y digo: '¡ Yyy .. . ! ¡Aquí está el Pollo! ' - digo- 'Quita, coño, pa 'darle un tiro '. Entonces ... Habíamos dicho que no teníamos armas ni nada. Dice él de dentro: 'Déjenme, mi alma, no me maten '. Entonces Bernabé cogió dos galgas en la mano y se puso encima, alerta, no sé que saliera. Digo: '¿ Qué armas tienes?' Dice: 'un cuchillito ' (de 213 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 esos chiquitos de mesa). Digo: 'Échalo pa 'acá'. Entonces él cogió y me lo echó pa 'afuera. Le tiro mano a la muñeca, lo jalé pa 'acá, y lo sacamos y lo cogimos. ¡Coño, mira, estaba descalcito, no tenía nada en los pies, las barbitas las tenía hasta aquí, el pescuezo. Tenía un albornoz de que se lo había dado el cabo y eso, como se quedaba en las tierras de pantano y eso, no sé qué parecía. Lo traíamos por ahí abajo. Mi padre, coño, las carreras delante. Porque mi padre lo tenía miedo, un miedo que se meaba. Entonces él (Gabriel) me contó a mí, dice: 'Yo he visto bajar a tu padre del monte más de veinte veces'. Ahora, mi padre tenía un revólver y lo llevaba siempre metido en la alforja, mi padre. Pero él no dispara. Si le sale Gabriel, él no dispara, lo único que hace es echarse a correr, coño. Decía mi padre: 'Si me sale, coño, le doy un tiro'. ¡Qué va a darle un tiro! ¡Qué va a darle un tiro, coño! Y eso que pasaba por el ladito de él, cerquita. Tenía el escondedero arriba en un barranco al lado del Piejable. Es un barranco alto y, ahora, hay un brezo encima, y encima del brezo habían sarmientos amontonados allí, y ahí debajo de esos sarmientos estaba él metido ¡fijate tú! ¡Quién iba a buscarlo allí! Y Gabriel vía pasar a mi padre por allí pa 'abajo. ¡Dios nos libre que él le hubiera gritado o dado un silbido a mi padre, ay coño, la vocería ... ¿Eh. .. ? Entonces, cuando lo cogimos, mi padre arrancó a correr por ahí pa 'a/ante gritando: 'Ya se cogió al peje, ya lo traen por ahí pa 'abajo'. Él corriendo a/ante: ¡Las carreras, coño! Íbamos por ahí pa 'abajo con él. A mí me daba pena, coño, ir por ahí pa 'abajo de la forma que estaba, con él. Parecía un desgraciado. Cuando llegamos a la Hoya Juanluis, un grupito de allí pa' arriba dice: 'Coño, le voy a dar un par de palos'. Digo: 'El que lo toque, coño, le parto este palo en las costillas. No tienen por qué tocarlo nadie'. Bernabé por una mano y yo por otra con él pa 'abajo. Entoces Luis Barrera le dijo a don Mauro: 'Venga, venga suba con él ya para el Puerto'. 'No, señor, no voy -dijo- no voy'. Claro que no, que no iba solo con él. Todo el mundo le tenía miedo. 'No señor, no voy'. Y Gabino pa 'descanse: 'No señor, yo no voy con él'. Todos estaban cagados de miedo. 214 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Entonces lo llevamos ahí, coño ... Cuando llegamos ahí a la plaza, eso era un gentío de miedo, como el día de Candelaria. Entonces llegó Mauro y lo amarró con una soga grande del pescuezo. Entonces yo cogí, le desamarré la soga del pescuezo y tiré la soga pa 'allá. Entonces él se sentó en la casa vieja de abajo, donde está la casa de don Aureliano, allí se sentó. Y Orosia (mi mujer) llorando en verlo. Y le dije: '¿Tú quieres comer algo? 'A Gabriel: '¿Tú tienes hambre? 'Dice: 'Tráeme algo, por favor, si tienes, tráeme algo'. Entonces Orosia vino y le llevó un plato colmado de puchero, de esos hondos de puchero y un jarro de vino. Y sentado al lado de mí, según se comió el plato de puchero, se bebió el jarro de vino. Y después se arrojó todo, cuando íbamos por la cumbre, se arrojó todo. Entonces después, ¡uff!, es cuando todo el mundo a montarse encima del camión para ir. Entonces le dije a Mauro: 'Si va más gente de don Anselmo, Bernabé, tú, él y yo, me voy a pie por aquí a entregarlo, si va más gente. Si querían entregarlo que habían ido arriba a buscarlo. Ahora es cuando quieren ir a entregarlo de adulones arriba a la Villa. Entonces el cabo no me quería bien por no habérselo entregado. A mi me jodía entregárselo al cabo del Pinar para que no le pegara. ¡ Uff, lo destroza! Entonces lo llevamos al juez, a Borges. Coño, las chicas se ponían en la ventana: 'Ay, mamá, un loco, un loco '. Lo llevábamos agarrado así y yo parecía un negro, todito sucio. Así, así fui a la Villa, con semejante palo. Ajá y después lo llevó al Bar Los Reyes el Borges: 'Ustés van con nosotros, tranquilos'. 'No, mire cómo est ... ' 'Así, así es como vale. Ustés van con nosotros'. Allí nos sentamos en una mesa, allí bebiendo y comiendo. Entonces llamó al carcelero y le dijo: 'Aquí lo tienes. Ahora vas a la tienda y compras ropa de toda, pa 'que mude esa ropa que tiene. ¡ Y déjalo escapar otra vez!' ... No se escapó más . . . . Y la primera vez que se escapó, dicen que lo agarró Gregario ... Gregario lo agarró con un perro que tenia porque llegamos hasta arriba a la Caldereta buscándolo, hasta las Casetas. Todo eso buscándolo. Y no dimos con él. Pero como tenía las esposas puestas, él se había dado con una piedra en las esposas y tenia las manos hinchadas y tenia fiebre. Venía pa 'abajo, pa 'l Valle, pa 'l pueblo y, entonces, en ese barranco enci- 215 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 ma de casa de Gregario, fo agarró con un perro. Y después llegó la guardia civil, Cabrera y el otro, Espinosa. Dice: 'Ahora no te me escapas' Le puso los dedos así, le puso las esposas aquí y fe mandó con una piedra encima, coño, le machacó los dedos. ¡Ño, hay que ver que una persona aguanta también, coño!". 216 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 |
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