EL HORNO DE TEJAS DE LA HOYA (SAN MIGUEL DE ABONA)
TRABAJOS DE INVESTIGACION, LIMPIEZA Y RECONSTRUCCION
Manuel J. Lorenzo Perera
José Fidel Brito Pérez
lván Correa Vega
José Juan Cruz Alayón
David Antonio González García
Ricardo Guijarro Expósito
Marcial Bernabé Hernández Marcelino
Francisco Javier Martín Marcelino
José Manuel Espinel Cejas
Carlos Leocadio González López
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
INTRODUCCION
Resulta un espectáculo muy triste contemplar la situación tan
deplorable en la que se encuentran gran número de monumentos
populares. La estampa se repite en cada una de las islas del Archipiélago
Canario: casas, pajales, lavaderos, hornos .. . en estado de ruina total o
parcial. Construcciones que forman parte de nuestro pasado histórico,
que ayudaron y de las que se sirvieron nuestros antepasados. Llama la
atención la amplia variedad de hornos, correspondientes a utilidades y
tipologías establecidas: hornos de cal, de pez, de higos, para la
cochinilla, de tejas, de pan y de cerámica.
Las instituciones muy poco, prácticamente nada, han hecho por
la recuperación de los hornos. Forma parte del olvido y la marginación
que siempre ha existido en torno a la cultura popular, eminentemente
oral y campesina. Una cultura de la que formaba parte, a finales del siglo
XIX, el noventa por ciento de la población canaria.
Numerosos monumentos populares se podrían reponer -dando con
ello prestancia de la preocupación por nuestra historia- con lo que cuesta
restaurar un templo o un palacio, o con lo que vale montar el Festival de
Música Clásica de Canarias. Restablecer un monumento popular supone
escaso esfuerzo y una limitada inversión de dinero: basta con contratar
a un viejo mampostero, de los muchos que abundan en nuestros pagos,
y adquirir los materiales necesarios, limitados casi siempre al empleo de
algunos kilos de cal o barro y piedra.
El presente estudio se emprendió durante el curso 1991-92, en el
ámbito de la clase de segundo curso de Ciencias Humanas, en la Escuela
de Magisterio de La Laguna. Su motivación y objetivo no ha sido otro
que el de estudiar, adecentar y restaurar el único horno de tejas que
queda en el pago de La Hoya (San Miguel de Abona, Tenerife: véase
mapa nº 1), a fin de que pueda servir de ejemplo a considerar en otros
procesos de igual o parecida índole, iniciado y finalizado sin ningún tipo
de subvención oficial ni privada. Tan sólo el esfuerzo, la voluntad y el
desvelo hacia lo que creemos nuestro y debemos valorar y defender a
ultranza. Muchos colectivos e instituciones, inclusive profesores con sus
alumnos, tras adquirir los conocimientos y la información necesaria,
podrían llevar a cabo tareas similares.
Nuestro agradecimiento a D. Juan Marrero García, nacido el día
2
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
...11.. 1,
:i
~
E
~
..... z
:
i
... ....
3
~r © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Horno de tejas de La Hoya (San Miguel de Abona)
Nuestro agradecimiento a D. Juan Marrero García
4
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
10 de julio del año 1906, vecino de El Roque (San Miguel de Abona),
de profesión agricultor. Siendo niño, contando con tres años de edad, vio
trabajar en el horno de tejas de La Hoya. Aparte de los datos
proporcionados con desinterés y amabilidad, D. Juan Marrero nos
inculcó su cariño y preocupación en pro de la necesidad de mantener
bien erguido un elemento tan vinculado a la comunidad en la que nació
y ha vivido: "mira el jodido ése, le hizo unos portillotes, a esconchar el
hornito, ya le han esconchado la red". La edad que tenía entonces
nuestro principal informante, así como el hecho de no haber podido
entrevistar, por haber fallecido hace años, a quienes trabajaron en el
horno de La Hoya, son las razones que no nos han permitido llevar a
cabo una monografía más completa, tal como ha acaecido en otras
ocasiones1
.
LA INVESTIGACION
Antes de iniciar las labores de limp1eza y reconstrucción del
horno de tejas de La Hoya en San Miguel de Abona, procedimos a
efectuar el trabajo de investigación, encaminado a conocer, en lo posible,
cuál era el estado de la cuestión.
Las fuentes escritas, como suele ocurrir con los estudios llevados
a cabo en los diferentes capítulos de la cultura tradicional canaria, eran
inexistentes. Se recurrió a la oralidad cultural, principal medio de
información, teniéndose en cuenta, además, otros aspectos tales como la
observación directa de la realidad con la que podíamos contar (el horno,
las tejas, los poblados próximos ... ), así como las publicaciones realizadas
en las Islas sobre la cultura de la tejería que, como sabido es de sobra,
son bien escasas2
•
1 Es el caso, por ejemplo, del estudio de investigación llevado a
término con el horno de tejas de la Cueva del Acebuche (Teno Alto, Buenavista
del Norte, Tenerife). Véase sobre el particular la obra: LORENZO PERERA,
Manuel J. (1987): Estampas etnográficas de Teno Alto. Iltmo. Ayuntamiento de
Buenavista del Norte. Madrid, pp. 59-68.
2 Que sepamos, se reducen ál estudio citado en la nota l.
5
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Los hornos de tejas de La Hoya
D. Pedro de Olive, en su Diccionario publicado el año 1865,
manifiesta que el caserío de La Hoya, en el término municipal de San
Miguel, partido judicial de La Orotava, dista de la cabeza del distrito
municipal un kilómetro doscientos cincuenta y un metros, estando
constituido por doce edificios de un piso y uno de dos, de los que once
estaban habitados constantemente y tres de forma temporal; contaba con
once vecinos, cincuenta y cuatro almas3
• La población del caserío
decreció notablemente a partir de 1950, año en el que contaba con treinta
y tres habitantes (véase cuadro nº 1), pasando a tener once en 1960,
razón por la que ya no aparece como entidad diferenciada en el
nomenclátor de 1970.
CUADRO 1
Evolución de la población de hecho de La Hoya, San Miguel de
Abona e isla de Tenerife (1860-1950)
Año 11 La Hoya 1 San Miguel de 1
Abona .
Tenerife
1860 54 1916
!
91.563
1877 2082 105.366
1887 34 1790 109.993
1897 1783 128.337
1900 57 1785 138.008
1910 1943 108.307
1920 2023 176.998
1930 25 2047 218.877
1940 2241 261.817
1950 33 2383 317.727
Fuente: Nomenclátores y Censos de población.
3 OLIVE, Pedro de (1865): Diccionario Estadístico-Administrativo de
las Islas Canarias . Barcelona, p. 535 .
6
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
La Hoya (véase mapa n ° 2) es uno de los pagos más antiguos de
San Miguel de Abona, segregado de Vilaflor, según la opinión de nuestro
informador, a mediados del siglo pasado. Un camino real, que iba desde
Aldea hasta El Roque, atravesaba el caserío de La Hoya, situado a 530
m sobre el nivel del mar. La carretera asfaltada que hace el mismo
recorrido es reciente: "eso lo hicieron ayer, la acabaron hace tres o
cuatro años". El surgimiento del caserío estuvo ~eterminado por la
presencia de tres notables fuentes de agua: Tamaide, El Lunchón y La
Hoya: "a consecuencia de las fuentitas les gustó hacer casas aquí"
(véase mapa nº 2).
En gran parte de las poblaciones campesinas del Norte y Sur de
Tenerife es frecuente observar las ruinas, más o menos mantenidas, de
los antiguos hornos de tejas, resaltados en ocasiones por la toponimia, de
los que se valieron los habitantes de las propias comunidades y los de las
cercanas. Nuestro informante recordaba los dos que había en Oroteanda
y en El Roque, y los tres de La Hoya, localidades pertenecientes al
término municipal de San Miguel de Abona (véase mapa nº 2).
Casas de La Hoya
7
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
ó Fuente del Valle • San Miguel
de Abona
773
El Roque
•
Taaaide
•
• Roque de óFuente de El Lunchdn
Jallil 6 Fuente de La Hoya
780 •
Mantible Ó Fuente de Tallilide
Horno de te}• La Hoya
La Hoya ~
Aldea Blanca •
266 •
Oroteanda •
1 Km
,
424
é,
MAPA NO 2 Zona donde se encuentra el Horno de tejas de La Hoya
(Cartograffa Militar de España, 1960)
8
Las Zocas • r © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
De los tres ubicados en La Hoya, tan sólo se conserva uno, el que
es objeto del presente estudio, situado justo al lado derecho de la
carretera que va desde El Roque a Aldea, a unos dos kilómetros de esta
última entidad. Fue construido, en una huerta de su propiedad, por
Andrés Delgado Marrero, tío de nuestro informante, quien emigró a
Montevideo el año 1910, regresando diez años después con el propósito
de recoger una herencia4. El segundo horno, situaqo algo más arriba
(dirección Norte), era de forma cuadrada y fue edificado por un vecino
llamado Tomás Torres. El tercero, un poco más distanciado aunque en
la misma dirección, fue obra de Tomás Rodríguez5, cuñado del ya
mencionado Andrés Delgado, con quien compartía otro horno de tejas en
Uchova (Vilaflor).
4 El horno y el terreno que lo circundan pertenecen, actualmente, a D.
Jacinto Cayetano Cruz Alayón, adquiridos a los propietarios D. Francisco
Basilio García Pérez y Doña María del Pilar García Correa. Antes que ellos, su
dueña se llamaba Doña Victoriana Pérez González.
5 Tomás Rodríguez Torres figuraba en el Padrón de Habitantes del año
1925, el más antiguo de los que se conservan en el Ayuntamiento de San
Miguel de Abona. Vivía en La Hoya, n ° 6, con su familia:
Nombre y apellidos Año de Si tuación Sabe leer y Oficio
naci miento escribir
Tomás Rodríguez Torres 1867 Cabeza de No Jornalero
familia
Eloísa Gómez y Gómez 1879 Esposa Sí Sus labores
Julia Rodríguez Gómez 1906 Hija Sí Sus labores
María Rodríguez Gómez 1908 Hija No Sus labores
Adela Rodríguez Gómez 1910 Hija No Sus labores
Tomasa Rodríguez Gómez 1913 Hija Sí Escuela
9
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Horno de tejas de Oroteanda, hoy desaparecido
El oficio de tejero, una actividad complementaria
El oficio de tejero se transmitía de padres a hijos, dándose el caso
de particulares que lo aprendieron, dedicándose circunstancialmente al
mismo. Fue, que nosotros sepamos, un trabajo ocasional ejecutado,
mayormente, en la época del verano. Tratándose, además, de una
ocupación de signo complementario, destinada a acrecentar los parcos
ingresos proporcionados por la agric4ltura. El propietario del horno de
tejas de La Hoya, Andrés Delgado Marrero, natural y vecino de dicho
pago, era un pequeño propietario agrícola ("era un pobre hombre, no era
10
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
ningún señor allá"), dedicándose, además, a fabricar tejas, oficio que
aprendió con su suegro, Antonio Torres. Otro de los artesanos
rememorado, Federico Alayón, vivía en la parte de La Hoya conocida
cómo Alto Frontón6
; era el encargado de amasar el barro, actividad que
desarrollaba provisto de "unos pantalonicos na más quepa taparse lo
más preciso y lo demás desnudo"; trabajaba, además, como peón
agrícola: "se dedicaba a coger papas, cavar papas, . en fin, en aquella
e,.p oca, mi.r e a ver " .
Las tejas, hechas en ocasiones por encargo, se vendían a los
propios vecinos de La Hoya y a los de los pagos cercanos: Aldea, El
Roque, Tamaide ... (véase mapa nº 2).
La elaboración de las tejas
Amasar el barro
Barro y agua eran los materiales empleados en la confección de
las tejas. Se usaba una clase de barro fuerte (véase al final de este
estudio el análisis del barro), conocido como "tierra de teja", al que se
6 En el Padrón de Habitantes de 1925, Federico Alayón Delgado
habitaba en El Drago, 17, paraje muy próximo a La Hoya (unos 200 m en
dirección Este). Vivía con sus familiares :
Nombre y apellidos Año de Situación Sabe leer y Oficio
nacimiento escribir
Federico Alayón Delgado 1856 Cabeza de No Jornalero
famiEa
Isidora García y García 1856 Esposa No Sus labores
Fidda Alayón García 1894 Hija No -
Eleuterio Alayón García 1911 Nieto No -
Isidro Alayón García 1913 Nieto No -
Isidora Alayón García 1925 Hija de Fidela No -
11
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
reconocía por ser un barro más pegajoso, abundante en los terrenos
"malos" que no se araban: "lo más que se cría en ella es el guargaso
Qara)". Lo recogían, esencialmente, en el espacio que abarca desde las
Laderas de La Hoya hasta Mantible (véase mapa nº 2): "eso está
hurgado, ve los escombros". Lo extraían con la ayuda de una azada, a
continuación lo escachaban con un mazo y, posteriormente, lo cribaban,
a fin de separar las impurezas, con una cernidera de forma cumplida de
unos 150 cm de largo por 80 cm de ancho, provista de un armazón de
madera con fondo de cuero de vaca y sus correspondientes "agujeritos
insignificantes". El barro se cernía en las inmediaciones del lugar donde
se sacaba. Eran los hombres quienes se encargaban de transportarlo, a
lomos de camello en el interior de sacos, hasta la pila de amasar. El agua
se recogía, cargándola en barricas, en un tanque que había en las
proximidades de la pila antes nombrada, siendo propiedad, el tanque, de
herederos parientes del dueño del horno.
Detalle del barrero
La pila donde se amasaba la tierra de teja y el agua, "la tanquilla
pal barro", ya no existe. Estaba situada en la parte de arriba (dirección
Noroeste) de la misma huerta donde se alza el horno, a unos quince
12
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
metros de distancia con respecto al mismo. Medía, aproximadamente,
tres metros de largo, tres de ancho y uno de altura. Levantada con piedra
tosca, estaba revestida, interiormente, con barro. A la tierra de teja
colocada en su interior se le echaba agua y el tejero encargado de tal
labor, con el barro hasta la altura de las rodillas, iba amasando con los
pies 7.
Cortar, moldear y tender las tejas
Preparada la pasta, el amasador iba colocando porciones,
equivalentes al peso de una teja, sobre el ancho muro o "mesa" adosada
a la pila de amasar, levantada con piedras superpuestas recubiertas de
barro: "a la altura de la barriga de uno para trabajar de pie, como
especie de mesa, pero de piedra " .
Otro artesano, el cortador, recogía la porción de barro, dejada
sobre "la mesa" por el amasador, y la colocaba sobre la gradilla o
"graílla". Es éste un utensilio en forma de ·trapecio, constituido por
cuatro varillas de hierro, cuya forma nos recuerda la que tendría una teja
totalmente aplanada: "la graílla es una horma, no puede ser más ancha
que la teja". Se situaba la gradilla encima de una gran laja de piedra
dispuesta en la parte superior de "la mesa" a la que antes nos referíamcs.
La bola de barro se extendía y aplanaba sobre la gradilla, cubriéndola
totalmente, y a continuación se emparejaba con un palito mojado, el
"arrayador", conocido como "cortatejas" en otros lugares de la isla de
Tenerife.
Momentos antes de concluir la operación que hemos descrito, otro
artesano, el encargado de tender las tejas, ya tenía su herramienta, el
guarapo, pegado al muro, debajo de la gradilla. Esta, portando el barro,
se llevaba hasta el extremo del muro y se accionaba, de manera que el
barro cayera cubriendo el guarapo y adoptando su forma. Se trata de un
utensilio de madera, cuya estructura nos recuerda la de una teja curva
7 Esa es la información que hemos recogido. Los tejeros de Teno Alto
(Buenavista del Norte, Tenerife) -véase la obra citada en la nota 1-, para hacer
la pasta, utilizaban barro fuerte y flojo . añadidos en cantidades similares.
13
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
aunque provisto de mango. Estando ya la teja fresca sobre el guarapo,
se le pasaba la mano mojada en agua y se marcaba en su extremo
terminal más ancho la huella de los tres8 dedos centrales, al tiempo que
corría hacia el mantillo donde se hacía saltar la teja al suelo, dándole un
jeito al guarapo siempre cogido por el mango. Los acanalados digitales
a los que ya hemos hecho alusión, situados en un extremo de la cara
alisada y exterior de las tejas (véase dibujo nº 4), cumplían el cometido
de "garre" impidiendo "correr", es decir, desplazarse a las tejas que iban
puestas, boca arriba, sobre el armazón de la techumbre de la casa,
función en la que también intervenía la aspereza de la parte interna de las
tejas que se dejaba porosa, es decir, sin alisar, y sobre cuya superficie,
hacia el medio, descansaba el borde de las tejas superiores, dispuestas
boca abajo.
El mantillo, como en otros lugares, es el espacio ubicado entre la
pila de amasar y el horno, terreno duro que previamente se limpiaba y
barría a fin de que las tejas no cogieran impurezas. Sobre el mantillo, las
tejas, "una pegada (próxima) a la otra", se dejaban secar, dos o tres días
estando el tiempo caluroso, antes de meterlas en el horno.
No acostumbraban a grabar sobre determinadas tejas, como
ocurría entre los tejeros de Masca y Teno Alto (Buenavista del Norte),
el nombre de la persona que encargó la hornada, año de elaboración, etc.
El horno y la cocción de las tejas
El horno de tejas de La Hoya corresponde al tipo de los de doble
cámara (véase dibujo nº 1), de amplia difusión insular. Alcanza 4,37 m
de altura y sus paredes, en la parte inferior, tienen y hasta sobrepasan
(base de la zona de la boca) los 75 cm de anchura. Todo el interior del
horno, sometido a la acción del fuego, es de piedra muerta ("mortalona ",
"vulcanita"), recubierto, además, con barro fuerte, el mismo que se
empleaba para la elaboración de las tejas, añadido con las propias manos
C'embarrado de mano"). La parte externa de la pared se ha
confeccionado con la misma clase de piedra y con tosca. En el exterior
8 Con menor frecuencia se dejaba la huella de dos únicos dedos.
14
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
.....
VI
~
1 m
.
~r=(~
é';;f{.~~-.... -.... ,
-c.:t;,..r_-~ o':
~:m:: ¡I.' ,..._~¡· , 1 Em,r.,_"'tC.p~•
m
1
Puerta
Cámara alta
l>-9-it;
~- .... ,,~';'..,-!'= ..-.
;~~ ·J... ,.., ,.....J....,. -~'- -t
\,. ._... ,,!.., -....:...'(t, ,:;-(- t
~
.mm ~ 1 1 t
11_!_.(. - ede" , , ,
- · .. 'l"•.r, :,•~;,.:i.-~ ~ f.,,15!•-, .. ·-·-·.· .. -· .. , .. ·-·· .. t , r .... ~>-"·,·,~ ;¡,, ,¡, 1, ,1 '( ,.,-.... ·,·. . , ,,. . ; ,··· · ... 1 ,. , 1
1
~ V v 1> v · ;;,-·-,;"·y •·, ::,1 :J-,¿.·~;,~':.-;'·
-, ,:>-- _).• 1 \ ' 1 1 ' I I I , / / ( \·
1
Ll I f' "!.:r,·f-__ .,.· "R f;;:i::X!
l ~¡ ~... '- l 1 • '\ / I •.~ !·' .!-. 1,;::-"""".:I_..J.U-
___ -,;.,.:. ... :;~; ,- . . ,/'-...';.f--t· ... ~~
11 ', , .,,,- -<·,:,> - .. .A. .. - ~·l). '?-~---,,,._<1,,,,-
1 (/- -,. Cámara ba · . __ );¡ \:¡ -·\1>---~>--.,..Y::.",.........._
: ~ Ja ~, ~
' ,, y -,;1 ~ -- - ___ , ---- ) ~ ,_ -'\ - - _,~·l__ /
Signos:
DIBUJO No 1: Sección del horno
e:[) Piedra tosca
Q[) Piedra muerta
\r --, Sin detenninar
·,:",:.','., Barro
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
del horno las piedras labradas o escogidas, poco frecuentes, aparecen en
los lugares claves: puerta, boca y veril , elementos a los cuales ya
haremos referencia. Los materiales líticos utilizados en el levantamiento
del horno abundan en la zona. Para labrar la piedra muerta y para hacer
cantos de tosca se han empleado, tradicionalmente , las dos clases de
escoda, grande y chica. Las piedras de las paredes del horno aparecen
superpuestas, ligadas con barro, habiéndose usado, frecuentemente, cuñas
o "rajas" de piedra a fin de rellenar y mantener firmes unas piedras
sobre las otras.
La cámara baja (véase dibujo nº 1), cuyo piso es de tierra
apisonada, tiene una altura de 1, 12 m. Es en ella donde se coloca el
combustible o leña que posibilita la cocción de las tejas. Aquélla se
introduce por la boca del horno, abertura de forma cuadrangular,
dispuesta en el lado Oeste del mismo, casi a ras del suelo; sus
dimensiones por la parte exterior son las siguientes: 64 cm de altura, y
85 y 66 cm de longitud por su parte alta y baja, respectivamente; por el
interior su longitud es más reducida, 52 y 60 cm, en su lado alto y bajo ,
respectivamente; el ancho de la boca del horno está cubierto por una
gran losa de piedra de 98 cm, dispuesta sobre el suelo, la cual sobrepasa
en unos 3 cm el grosor de la pared. Exteriormente, piedras muertas,
únicas y de gran tamaño, enmarcan la boca del horno por sus lados
v,e.r.ti.c.a l es . -
.
\
Vista de la cámara baja del horno
16
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Pero aparte de la descrita, la cámara inferior debía cumplir otra
misión: la de aguantar el peso de las tejas dispuestas en la cámara alta,
superior a los 3.000 kilos. El estado semiruinoso en que se encontraba
el horno tuvo un aspecto positivo: nos permitió apreciar la curiosa e
inteligente estructura que nuestros mayores aplicaron. Se trata del mismo
procedimiento que se ha seguido para techar los aljibes, hacer puentes ...
En el horno de La Hoya se solucionó esta cue~tión de la siguiente
manera. Hubo que trabajar en un espacio casi circular que presentaba los
siguientes diámetros: 2,72 m (de Oeste a Este) y 2,60 cm (de Norte a
Sur). Se construyeron cuatro arcos de forma casi se~icircular, paralelos
a la boca del horno, de aproximadamente 1,6 m de altura máxima; las
piedras de sus bases se adosaron a la parte interna de la pared,
empleándose arcos de madera flexible para colocar las de las partes
curvas, encajándolas unas con otras, valiéndose de su rugosidad y
mediante el empleo de rajas o cuñas del mismo material: piedra muerta,
que más tarde sería totalmente recubierta con el mismo barro usado en
la confección de las tejas. El primero de los arcos se encuentra a unos
15 cm con respecto a la boca del horno, y el ·cuarto a similar distancia
con relación a la pared opuesta (lado Este). Por el lado Sur, las anchuras
de los diferentes arcos y las de los espacios intermedios entre ellos son,
aproximadamente, las siguientes:
Primer arco: 30 cm
Primer espacio: 33 cm
Segundo arco: 23 cm
Segundo espacio: 35 cm
Tercer arco: 30 cm
Tercer espacio: 33 cm
Cuarto arco: 34 cm
La siguiente operación consistió en encajar piedras entre arco y
arco, disponiéndolas de forma vertical y dejando un espacio de,
aproximadamente, 12 cm entre una y otra (véase dibujo nº 2). Por esos
huecos ascendía la fuerza del fuego hasta la cámara alta donde se
encontraban las tejas. Levantados los arcos y los puentes, es posible que
se recubriera todo el espacio con material muy fungible (tablas finas,
ramas, paja .. . ), añadiéndose sobre ello una capa de barro fuerte de unos
17
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Espacio in~ennedio
Arco Arco
1 m
DIBUJO Nº 2: Manera de disponer las piedras sobre los arcos
/
18
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
6 cm de grosor. En ella, principalmente en la zona de los puentes, se
hicieron orificios (equidistantes 10, 11 ó 12 cm entre sí) de unos 5 cm
de diámetro, pudiendo haberse realizado con el mismo utensilio
(posiblemente un palo) o empleando trozos cortos de troncos de madera.
Estos últimos y el armazón de madera utilizado para levantar los arcos
desaparecerían, como es lógico, al realizarse la primera cocción de tejas.
La cámara alta (véase dibujo nº 1) se iqicia a partir de la
plataforma de barro a 1a que, por su relativa similitud con las de pescar,
se denomina red o "rede". Tiene una altura de 3,25 m y su anchura
decrece ligeramente en su parte más alta, donde pr~senta un diámetro de
2,50 m. Por su lado Norte, a unos 50 cm con respecto a la red, se
localiza una abertura a la que se denomina puerta. Está bordeada por
piedras bien labradas y sus dimensiones son las siguientes: 1,50 m de
altura, 70 cm de anchura y 50 y 62 cm de longitud, respectivamente, en
su lado alto y bajo, proporciones que le confieren una clara forma de
trapecio, la misma que observamos en la gradilla y en las propias tejas.
Sobre el dintel de la puerta aparece una piedra labrada, de la
característica "tosca blanca", que presenta las· siguientes dimensiones: 75
cm de largo y 29 cm de alto. A partir de sus extremos inferiores se inicia
un veril que contornea todo el horno. Se trata de un auténtico pasillo, de
unos 25 cm de ancho, confeccionado con piedras de tosca mejoradas. Su
presencia, como es lógico, determina que el muro del horno en su parte
superior se estreche unos 25 cm con respecto a la parte baja donde tiene
unos 75 cm de ancho. El veril, por la parte de detrás, está situado a 1,5
m de distancia con respecto al acabar de la pared del horno.
El sistema de cocción es el que a continuación pasamos a relatar.
En la cámara alta, sobre la red, las tejas se iban colocando de forma
vertical, en ruedo, una a continuación de la anterior; sobre la primera
camada se ponía otra y así sucesivamente hasta llenar todo el espacio. Un
hombre, · de peso normal y con calzado ligero, era el encargado de ir
superponiendo los ruedos de tejas en el interior del horno: las primeras
tejas se las iban alcanzando por la puerta; ahora bien, cuando por
.haberse acrecentado el número de ruedos se hacía imposible realizarlo
por allí, entonces, desde el exterior, se descansaba el extremo de una
escalera en el veril, mientras el otro, distanciado unos tres metros con
respecto al horno, se afianzaba en el propio terreno. A continuación , en
los escalones de aquélla, de forma equidistante, se disponían entre seis
19
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
20
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
y ocho personas, hombres y mujeres, de forma que las tejas, de dos en
dos, iban pasando, sin mirar hacia atrás, de unas manos a otras desde el
mantillo hasta el veril donde se ubicaba, puesto de pie, el que se las
entregaba a quien se encontraba actuando dentro del horno (véase dibujo
nº 3). La misma operación, aunque en sentido contrario, se repetía en
el momento de sacarlas. Lleno el horno, su parte alta se cubría con
planchas de cinc, tapándose también la puerta "con 4n tapume, no podía
salir ca/día por ningún bujero".
Toda vez colocadas las tejas, por la boca de la cámara baja se
introducía la leña que se iba añadiendo a medida que se quemaba.
Cualquiera servía, mayormente la que se podía recopilar por los
alrededores: balos, guargasos, magarzas, cardones . .. De vez en cuando ,
cuando era menester, se removía, para repartir la candela, con un
''jurgunete de hierro (verga gruesa)".
El estado seco del combustible utilizado y las escasas,
prácticamente nulas, posibilidades de que lloviera, explican por qué
motivo la elaboración y cochura de las tejas se hacían en tiempos de
verano. Entre unas dieciocho y veinticuatro horas, dependiendo de las
calorías de la leña, se invertían en cocer las tejas. Se empezaba por la
tarde y había que permanecer al pie del horno, tiempo que se
aprovechaba para turrar papas en las propias brasas, las cuales se comían
con otros alimentos, discurriendo el largo rato bebiendo unos vasos de
vino, cantando y hablando: "pasando la noche, como quien cuida un
enfermo".
Para determinar el momento en el que estaban cochuradas las
tejas, se cogía una embolsada de arena y se la tiraban a aquéllas, "de
ranfle", por la parte alta del horno. Si las tejas "cantaban ", entonces se
dejaba de echar más leña: "si la teja está (. .. ) rota o mal guisada no
canta, el cantar es como tirar un duro de plata como los de antes, se
1
parece". Había que estar muy atentos en lo referente al punto de cocción
ya que: "si se sobrepasa echando leña se hace una piedra viva, la color
y todo, una piedra negra".
Las tejas se dejaban enfriar, dentro del horno, durante una
semana o más días: "hasta que esté fresca ". Una vez frías se sacaban con
un procedimiento análogo al que ya citamos para introducirlas, aunque
en sentido contrario. Se transportaban colocándolas empinadas, "una
.arriba de la otra", en el interior de cajones cargados por came1los a los
21
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
que se tenía adiestrados con las voces correspondientes de ''fuchi" (para
afucharse o agacharse) y "arriba" (para levantarse).
Utilidad de las tejas
De cada hornada se obtenían tres o cuatro mil unidades: "de ahí
no pasaba, eso estaba al alcance del horno".
Cada teja seca pesa unos dos kilos. Su longitud máxima es de 44
cm. La parte decorada con tres o, más ocasionalmente, dos acanaladuras
digitales es la más alta y ancha, respectivamente 6,5 y 16,5 cm. La
anchura del otro extremo corresponde a 13 cm y su altura es de 5 cm.
El borde o labio, recto o casi recto, mide 14 mm (véase dibujo nº 4).
Se emplearon las tejas para cubrir edificaciones de funcionalidad
muy variada: casas, cuadras, almacenes, iglesias . . . , las cuales,
mayormente, presentan techumbre a dos aguas con dos lados, frontales,
acabados en vértice o espiga y otros dos, laterales, de forma rectangular.
En este tipo de cubierta (véase dibujo nº 5) pueden diferenciarse estos
componentes:
a) La viga: grueso tronco desbastado de unos 30 cm de grosor.
Sus respectivos extremos van introducidos en las espigas, cerca de su
finalización , atravesándolas totalmente, razón por la que, en ocasiones,
se observan desde el exterior.
b) Los hibrones: por pares, consecuentemente inclinados, se
extienden desde la viga hasta la pared lateral correspondiente, clavados
e introducidos, respectivamente, observándose, a veces, el concluir de
los hibrones desde fuera de la casa. Se trata de maderos mejorados, de
sección rectangular o circular, con un grosor que oscila en torno a los 10
cm. U na distancia, aproximada, de 60 cm separa a un hibrón de otro.
c) Paralelas a la viga, clavadas sobre los hibrones, van las tablas.
Suelen medir 15 cm de anchura y distanciadas entre sí unos 40 cm.
Sobre ese entramado van dispuestas las tejas, aunque hemos tenido la
oportunidad de contemplar en La Hoya alguna casa en la que se han
colocado cañas en los espacios intermedios entre las tablas, dispuestas en
22
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
A
--~
B
8 C11
DIBUJO NR 4: Tejas
23
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
su mismos sentido, y, hasta en ocasiones, una delgada capa -mezcla de
agua, barro y arena-, entre las cañas y las tejas.
d) Las tejas: van añadidas en hileras extendidas desde la parte
más alta de la casa hasta las paredes laterales. Primero una capa con la
parte curva hacia abajo ("las canales") y sobre esas otras en sentido
contrario ("las cubiertas"), de forma que una ''pata" descansa en la
mitad de una teja inferior y la otra en la siguiente, consiguiéndose de ese
modo que el agua de la lluvia se deslice por los canalillos así
constituidos.
En la cúspide de la casa, o encuentro de las dos vertientes,
aparece un caballete o hilera de tejas, superpuestas por uryo de sus
extremos, recubiertas por una capa de cal mezclada con arena y agua. En
los lados frontales de las dos vertientes aparecen otros caballetes,
afianzados en su base, igual que el anterior, mediante el uso de la mezcla
antes nombrada. El objetivo de todos ellos no es otro que el de evitar
que los temporales levantasen la techumbre, a lo que obedece,
igualmente, la presencia, en ocasiones, de piedras de relativo gran
tamaño dispuestas en hilera sobre las tejas más bajas, evitando, al mismo
tiempo, que puedan rodarse hacia delante.
Hemos visto casas cuyos lados laterales (principalmente el que
corresponde a la fachada, donde se dispone la puerta y, a veces,
ventanas), aparecen rematados por un alero (véase dibujo nº 6),
orientado a dar sombra y a conseguir que el agua de la lluvia, al rodar
por la techumbre, caiga a cierta distancia con respecto a la pared,
encalada en ocasiones y levantada con piedras escogidas y mejoradas,
principalmente las de los vanos y esquinas, . diseñadas éstas últimas,
frecuentemente, con bloques de tosca blanca. Dicho alero, simple y
funcional, se consigue de la siguiente manera: sobre la parte alta de la
pared se colocan tejas, una al lado de la otra, puestas boca abajo, las
cuales sobresalen alrededor de 10 cm con respecto a la pared. Se
recubrían por encima con una estrecha capa (5 ó 10 cm), mezcla de
agua, cal y arena. Sobre este nuevo espacio, o remate de la pared,
descansan las últimas tejas de la techumbre, haciéndolo de la forma
anteriormente descrita, es decir, unas boca abajo y, sobre ellas, otras
boca arriba; la parte terminal de dichas tejas sobresale (15, 20 ó 25 cm)
con respecto a la línea de la pared.
24
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
N
Vl
CARAs
\
r- r-,
1 40CII 1
/VIGA
- ,- ..... ,-
TABLA
/
~
HIBMUN
DIBUJO NO 5: Esquema del armazón de la techumbre
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Techumbre de una casa de La Hoya
Nos relató nuestro informante, D. Juan Marrero García, que
desde sus años de infancia había en el pago de La Hoya casas de tejas y
de azotea. Estas últimas, y las más modernas de plancha de cemento,
acabarían dejando inhabitadas a las más antiguas casas de tejas y,
consecuentemente, al oficio de la tejería. La techumbre, plana, de las
casas de azotea, sucedánea de las cubiertas con tejas, se conseguía, de
abajo hacia arriba, disponiendo los siguientes elementos:
a. Vigas, dispuestas sobre las paredes de la vivienda, equidistantes,
aproximadamente, medio metro.
b. Sobre ellas un entablillado que cubría toda la superficie. Las
tablas, de almendrero o de tea, a las que se quitaba la cáscara,
medían unos 60 cm de anchura y "dos o tres dedos de alto".
c. Tendido o capa de barro -uno cualquiera, cernido- de unos "dos
dedos" de altura.
d. Capa de cal y picón, amasados con agua, "del alto de una mano".
26
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
e E) ee e
ee~
27
111
~ e .o :e
111 o
~
41 ,,:, ..
"e'
·~
' .r. :I
-...;. e '+-
."...'
·"~' >
<
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
e. A los dos o tres días, cuando la última capa estaba "cuajada", se
bruñía con la ayuda de un callao de basalto compacto ("liso")
adaptado al tamaño de la mano. Se hacía, sentado o de rodillas,
a lo largo de diez o doce días: "tiene que hacer un liso", es decir,
hasta ser totalmente impermeable, evitando así que se mojara el
interior de la casa. De ese modo el agua de la lluvia rodaba hasta
los canalillos dispuestos estratégicamente que la conducían hasta
el interior del aljibe.
Se recuerda en La Hoya otra utilidad de las v1eJas tejas. En
momentos de crisis, como la época de la Primera Guerra Mundial, en la
que escaseaban tantas cosas, entre ellas los fósforos o "cerillos", el fuego
se encendía frotando el "dislabón" de hierro contra la piedra de fuego,
saltando chispas con las que se hacía prender a "las tiznas de leña"
situadas debajo mismo de la piedra y el eslabón. A fin de conservar el
fuego se hacía lo siguiente: en el interior de una teja, puesta boca arriba,
se colocaban, alineados y pegados, boñigos secos; se le prendía fuego al
primero y, paulatina y lentamente, se iba propagando de uno a otro y así
se disponía de fuego al siguiente día. El citado artilugio, usado para
mantener el fuego, se colocaba sobre el poyo de la cocinita: "de eso me
acuerdo yo, de todas esas cosas".
LIMPIEZA DEL LUGAR
Ya hemos indicado que la pila de amasar el barro se había
derruido hacía bastantes años. El espacio situado delante del horno había
sido parcialmente entullado con los materiales que se removieron al
construir la moderna carretera asfaltada. Parte del mismo correspondía
al mantillo, cubierto en gran medida por un montículo de jable, y todo
él por gran cantidad de magarzas, planta que, mientras las hubo, sirvió
de pasto a las reses camellares, tan asiduas en esta parte del Sur de la
isla, empleadas como medio de transporte y para arar los campos.
Se procedió a cortar las magarzas, a desentullar la zona próxima
al horno, y a limpiar el alargado y estrecho poyo que se extendía entre
el horno y la vía antes nombrada.
28
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Labores de limpieza
Fue retirada la basura (papeles, latas . . . ) acumulada en la zona del
mantillo y en el interior del horno.
RECONSTRUCCION DEL HORNO
Tras las labores de investigación y limpieza se emprendió la tarea
de reconstruir el horno. Creemos que es la primera vez que en Canarias
se efectúa una tarea de tal índole9
•
El estado en que se encontraba el horno de tejas de La Hoya era
el siguiente: en la parte superior se habían caído algunas piedras; faltaba
la zona convexa del segundo arco de la cámara baja; se habían
9 Cuando el proceso se encontraba ya bastante avanzado, se nos
informó que la Asociación de Vecinos de La Cruz de Tea (Granadilla de Abona)
estaba reparando el horno de tejas existente en dicho pago.
29
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
desprendido, debido a ello, la casi totalidad de las piedras puentes que
estuvieron colocadas entre el mencionado arco y los inmediatos; todo lo
cual produjo, de otra parte, el desplome de la capa o red de barro
cocido, intermedia entre las dos cámaras.
La parte más elevada del horno fue reparada por dos albañiles, el
maestro D. Gregorio Vargas Toledo, de 59 años, y su ayudante D.
Genaro Yanes Luis, de 27, gentilmente cedidos por el Excmo.
Ayuntamiento de San Miguel de Abona, institución que se interesó y
colaboró en la empresa.
Las obras de la cámara baja estuvieron dirigidas por los
especialistas en alfarería canaria, José Manuel Espinel Cejas ·y Carlos
Leocadio González López, componentes, además, del equipo autor del
presente estudio. Sobre un arco de madera, flexible, se colocaron las
piedras o archetes del arco deteriorado y entre él y los dos arcos
limítrofes se encajaron las piedras puentes. Todo se cubrió con barro -el
mismo que utilizaron los antiguos, recogido donde lo hacían ellos- y
sobre esa estructura se acabó de aplanar la "rede" en la que se horad¡non
los orificios correspondientes por donde accedía la candela desde la
cámara baja a la alta.
Todo se llevó a cabo empleando los mismos materiales que usaron
los primigenios constructores del horno.
En el poyo y en las proximidades del horno se plantaron vegetales
canarios característicos de la zona y se sugirió colocar una placa con la
siguiente leyenda: Horno de "Andrés Delgado". Se acabó de reparar en
abril de 1993.
' Otro de los componentes del equipo de investigación, David A.
González García, estudioso de la fotografía, realizó fotografías de todo
el proceso seguido. Una exposición de las mismas quiere mostrarse en
la Escuela de Magisterio de La Laguna y en el Ayuntamiento de San
Miguel de Abona, instituciones relacionadas con este trabajo de
investigación, limpieza y reconstrucción efectuado en torno a la figura
del único horno existente en el pago de La Hoya (San Miguel de Abona,
Tenerife).
30
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
APENDICE
ANALISIS DEL BARRO USADO EN LA ELABORACION DE LAS
TEJAS
Carmen González Soto (Departamento de Edafología y Geología.
Universidad de La Laguna)
Análisis granulométrico
Se ha seguido el método del hidrómetro (hidrómetro de
Boyoucos).
Fracción
Arcilla ( < 2 μ)
Limo fino (2 μ - 20 μ)
Limo grueso (20 μ - 50 μ)
Arena fina (50 μ - 200 μ)
Arena gruesa (200 μ - 2 mm)
Estudio de la mineralogía
%
56.7
24.3
9.7
4.5
4.8
El estudio mineralógico se ha hecho por Difracción de Rayos X.
Condiciones de trabajo
- Difractómetro marca Philips, modelo PW 1720
- Tubo de cobalto
- 40 KV, 30 mA
- Filtro de hierro
- Velocidad de exploración 2 ° /min
- Sensibilidad 10'
Los registros de la muestra han sido realizados por los métodos
de: Polvo Des0rientado y Agregado Orientado con diferentes tratamientos
(calentamiento a 105°, 500° e hinchamiento con etilen-glicol).
En los diagramas de Rayos X, por el método de Polvo
Desorientado, se observan principalmente Feldespato potásico (Sanidina
KA1Si30 8), pequeñas cantidades de Cuarzo (Si02) y trazas de Magnetita
(Fe3üi).
En cuanto a la fracción arcilla, después de haber sido tratada por
el método de Agregado Orientado, se observa una mezcla de arcillas 2/1
31
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
(Bita muy abierta) y 1/1 (Caolinita).
Análisis total
Realizado por medio de un ataque con ácido fluorhídrico y
posterior determinación en espectrofotometría de absorción atómica:
Al2 03
Fe2 0 3
Mn 0 2
Ti 0 2
Zn O
Fe2 0 3
Ca O
K2 O
MgO
N~O
20.4 %
6.3 %
0.1 %
1.6 %
0.1 %
6.3 %
0 .2 %
3.4 %
2.1 %
0.2 %
El porcentaje de agua fue determinado por diferencia entre el
contenido en agua a 1.000° C y a 105° C:
H20 10.7 %
El porcentaje en Sílice fue estimado por diferencia:
Si 0 2 48.6 %
NOMBRES POPULARES Y CIENTIFICOS DE LAS PLANTAS
MENCIONADAS EN EL PRESENTE ESTUDIO
Guargaso
Balo
Magarza
Cardón
Papa
Almendrero
Pino
Cistus monspeliensis
Plocama pendula
Argyranthemum frutescens
Euphorbia canariensis
Solanum tuberoslim
Prunus dulcis
Pinus canariensis
32
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017