UN INSTRUMENTO MUSICAL DE LOS
PASTORES DE LA GOMERA: LA PITORRERA,
PITO O FLAUTA
Manuel J. Lorenzo Perera
Aniaga Afonso Marichal
Miguel Santos Benítez Gil
María Dolores García Martín
Consuelo l. Guijo Sánchez
Juan Carlos Hernández Mesa
Alejandro de León Rodríguez
José Román Lorenzo García
María Mejías González
Juvenio Ravelo Hernández
Ignacio D. Tavío Marrero
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Cultura de la caña: cañas en el fondo del barranco y cañas utilizadas para levantar la
viña. Hermigua, 11-2001 .
l. INTRODUCCIÓN
De tres maneras - pi torrera, pito o flauta- se denomina en la isla de La
Gomera (Canarias) a un instrumento musical hecho de caña (Arundo donax),
provisto de embocadura cerrada con lengüeta.
Sobre flautas de pico elaboradas con el mismo material se publicó
en 1995 el estudio titulado Toques de flauta de los pastores gomeros,
centrado en la zona de Sobreagulo (Agulo. La Gomera). En el mismo se
analizaba a la flauta, uno de los tantos exponentes de la curiosa e impresionante
cultura de la caña, así como su construcción; las ocasiones en que se
tocaba; los tres toques, llamativos y arcaizantes interpretados con ella; se
realizaba el estudio musical de los mismos; y se exponía una breve reflexión
final, relacionada con el olvido de tal manifestación y su desaprove-
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chamiento didáctico, pudiendo dar pie para recordar, crear y para contactar
el tema con determinadas disciplinas: Historia, Pretecnología, Música,
Botánica ... 1
•
Años después, en 1999, vio la luz el artículo: La flauta o gaita entre
los pastores de Gran Canaria: un estudio etnográjico2
•
La recogida de datos para el presente estudio sobre los pitos o pitorreras
de caña, que es como mejor se les conoce e identifica, se llevó a cabo durante
los días 16 y 17 de febrero del año 2001 en el pueblo de Arure (Valle Gran
Rey. La Gomera), fundamentada en los conocimientos y colaboración de D.
Francisco Hernández Plasencia, de cincuenta y seis años de edad. Acogió
gentilmente en su casa, ubicada en la margen derecha del Barranco de Cho
Santo, encima de la presa, a los firmantes de este trabajo - miembros del
Grupo Folklórico del Centro Superior de Educación de la Universidad de La
Laguna-, quienes contaron, para llevarlo a cabo, con el patrocinio del Excelentísii;
no Cabildo Insular de Tenerife.
El objetivo de todo ello no ha sido otro que el de recopilar -para
estudiar, aprender y disfrutar- una antigua tradición, olvidada, mantenida en
el recuerdo de algunas personas y que, de otro lado, puede ofrecer considerables
posibilidades en el campo de la docencia.
11. LA CONSTRUCCIÓN DE LAS PITORRERAS
La materia prima, la caña, suele localizarse en las inmediaciones del
lecho de los barrancos. Abunda en los dos que bordean a Arure por el lado
Este: el del mismo nombre que el pueblo y el de Cho Santo.
Cuando se quería plantar caña, algunas de ellas se arrancaban de la
tierra con raíz y se sembraban en el lugar elegido.
l. LORENZO PERERA, Manuel J.; HERNÁNDEZ SANTOS, Julio; y HERNÁNDEZ
ACOSTA, Erika: 1995.
2. ZAMORA MALDONADO, Juan Manuel y JIMÉNEZ MEDINA, Antonio Manuel:
1999.
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Con la caña elegida. Arure,
11-2001 .
Para hacer las pitorreras se cortaba y pelaba una caña con la navaja,
herramienta esencial en su elaboración, a la cual se le sacaba filo en la piedra
de amolar, mojándola durante esta operación con agua.
Se cortaban en tiempo de menguante de luna: "dura más, es igual que
un árbol; en creciente se echa a perder, se estalla". Es preferible en estado
seco. Si estaba verde, la ponían en la azotea o en el patio, donde le diera el
sol, provista de cáscara, y cuando se secaba se desprendía aquélla, raspando
con la propia navaja o con un cuchillo.
Pero siempre procurando que fuera fina: "cuanto más.fina es mejor,
lleva menos fuerza".
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Detalle del encañizado del techo. Arure, Il-2001.
Fue una manifestación propia de los muchachos, iniciados desde pequeños,
una forma de contrarrestar el aburrimiento, desarrollándola mientras
se guardaba el ganado que poseía el grupo familiar:
"Esto era cosa de chiquillos. Yo me dedicaba a pastorear por ahí
y como me aburría tocaba esto. Yo oía las canciones y las tocaba
con esto (. . .). Esto lo cogí yo porque no tenía otra cosa que jacer
(. . .). Desde pequeño, porque me gustaba la malicia, me gustaba la
mús ica".
También las construían durante el discurrir de la jornada pastoril, con
cañas del barranco e, inclusive, con las que cogían, ocasionalmente, en el
encañizado del techo de las casas3
: "la caña que me gustaba se la robaba
3. Sobre la techumbre de las casas puede ampliarse información en la obra: LORENZO
PERERA, Manuel J. y OTROS: 2000, pp. 70-95.
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Pi torreras de doble canuto. Hermigua, VI 11-2000.
(a mi padre) pa llevármela" . La navaja con que laboraban la llevaban dentro
de la mochila en la que los jóvenes pastores transpo1taban su alimento.
Escondían las pi torreras en los propios refugios pastoriles:
" Yo las guardaba por a/itera, en el campo, en un saquito, en un
agi!ferito desos. Cuando se me averiaba una, cogía otra. En cada
chocito desos y o tenía una do cena".
Acostumbraban a construirse con un único canuto de caña. Con dos
las hemos visto en Hermigua y se llegaron a hacer, alguna que otra vez, en
Arure: "a veces, como no tenía cañas aparentes, las hacía con dos canutos".
En el primero de los casos - el más general- la elaboración establecía
las siguientes fases:
a. Elegir una caña. De 1 centímetro de diámetro aproximadamente.
b. Cortar un canuto. Debe quedar abierto por debajo y cerrado por
encima, con la propia membrana intercanutal.
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Cortando el canuto para hacer la pitorrera. Arure, ll-2001 .
c. Hacer la lengüeta. En la cara superior. Consistente en un corte
longitudinal, de abajo hacia arriba y de unos 3 centímetros de longitud, hasta
las proximidades de la fina membrana que, como se ha indicado, cierra la
parte alta del tubo de caña. Previamente - antes de efectuar el corte- se ha
sacado una lasca muy fina, de igual longitud que la lengüeta o, con frecuencia,
más larga, extendiéndose, en ocasiones hasta las proximidades del primer
orificio de digitación.
d. Se introduce en la boca la zona que abarca la lengüeta y se sopla a
ver si suena. Si no ocurre así, no sirve, se desecha. Previamente, con un
palito o con un fragmento fino y alargado de la misma cáscara de la caña, se
limpia el interior del tubo.
e. Raspar la lengüeta, también con la navaja, de atrás hacia adelante y
viceversa, a fin de reducirla. Cuanto más fina, mejor.
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El corte de la lengüeta. Arure, 11-2001.
f. En el extremo terminal se le da, de arriba hacia abajo, un corte en
bi-sel. Y a continuación - a unos 4 milímetros de la parte alta del corte inclinado-
se sitúa el primero de los cuatro orificios ovalados, separados entre sí
por una distancia aproximada de unos 0,5 centímetros, donde se disponen
las yemas de los dedos: "los cuatro dedos, porque si no tienen los cuatro
dedos ... ". Se consiguen cortando, en sentido longitudinal, primero desde un
lado y luego desde el otro. Según palabras de nuestro informante principal,
llegaron a confeccionarse flautas con mayor número de orificios (seis, ocho):
"en algún tiempo las hacían con ocho; pero yo no, tuve bastante con
cuatro". Nunca sus proporciones sobrepasan las de los dedos de la mano;
aproximadamente: 8 milímetros de longitud y 5 de anchura. La lengüeta, los
cuatro huecos y el corte en bisel van alineados, situados en la cara superior
del tubo.
En unos instrumentos construidos con navaja y en los que no se trazan
medidas previas, éstas suelen diferir.
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Haciendo uno de los
orificios de digitación .
Arure, 11-2001.
OCASIONES EN QUE SE TOCABAN LAS PITORRERAS
Para actuar con ellas se introducía el trozo del tubo correspondiente
a la lengüeta dentro de la boca y se soplaba. Los dedos pulgares sostenían
la pi torrera por detrás; y los restantes - principalmente el índice y el medio
de ambas manos, dispuestos sobre los orificios- articulaban el sonido. En
ocasiones - por la saliva o por el propio aire- se pegaba la lengüeta; enton-
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Orificios de digitación. Arure, ll-2001.
Las diferentes fases. De derecha a izquierda: canuto de cafia; con el corte en bisel y la
lengüeta; pi torrera acabada. Arure, II-2001.
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Pi torrera de seis orificios de digitación.
ces -con una navaja o un cuchillito--- se levantaba ligeramente, sin presionar
demasiado para evitar que se partiera o fragmentara: ''pa que se suavice
un poco".
Hemos referido que ése fue, esencialmente, el entretenimiento de los
pastores jóvenes cuando permanecían con sus animales en el campo. Con
una pi torrera "saca lo que usted quiera". Cuando asistían a los bailes que se
celebraban en salones, si escuchaban alguna canción que les agradaba la
retenían y después ejercitaban:
"Me gustaba y me gusta (..). Esto lo aprendí yo, de rutina. A mí se
me metían las canciones y las sacaba; si no las sacaba bien las iba ...
Ahora empieza uno, mañana seguía, pasado ... pa tocarlas bien".
También llegaron a tocarse en parrandas de cuerdas, acompañando en
los géneros característicos de las mismas: isas, folías ...
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Pitorreras. Arure, IV-2000.
Pero el anteriormente mencionado fue el ámbito más común y generalizado:
"Yo La parranda mía era en ei campo, las tocaba solo. Había un
baile porai, tocaban una canción y si me gustaba se me clavaba
en ei pensamiento. Y al otro día le robaba una caña a mi madre
(del encañizado del techo). Mi madre me decía que (tocar) era
malo pal pulmón, ideas que le dio o le decían a ella que eso era
malo, no sé".
Escuchamos a nuestro informante principal, D. Francisco Hernández
Plasencia, interpretar con una pi torrera temas que aún recordaba: isas, Adelita,
vete a la mar morena ...
Las pi torreras también llegaron a tocarse en grupo. Cuando los habitantes
de Arure se mudaban temporalmente a las tierras del Valle de Tagu-
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D. Francisco Hernández Plasencia tocando la pitorrera acabada. Arure, ll-2001.
luche, no faltó ocasión en la que tres o cuatro pastores, mientras sus vacas
pastaban, se reunían a fin de hacer sonar las melodías de detenninadas canciones4.
Pero a lo que hemos contado debemos añadir lo siguiente. Fue a mediados
de los años cincuenta del pasado siglo cuando se organizó la primera
cabalgata de Reyes en Arure. Los niños recibieron a los Magos de Oriente,
en la plaza, tocando pitorreras de caña5
.
Y este último dato puede tener relación con lo que vamos a exponer
a continuación, proporcionado por D. Isidro Ortiz Mendoza, quien en febrero
de 200 l contaba con setenta años de edad. En su pueblo (Chipude,
Vallehermoso. La Gomera), los más jóvenes, semanas antes de la Navidad,
empezaban a preparar y hacer sonar, mientras andaban con el gana-
4. Agradecemos la información a D. Manuel Ramos Márquez, 81 años. Arure lll-2001.
5. LORENZO PERERA, Manuel J. y OTROS: 2000, pp. 194-196.
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D. Isidro Ortiz Mendoza tocando la flauta de pico. Chipude, 11-200 l.
do, pitorreras y flautas de pico. Las primeras eran similares a las que hemos
descrito. Y las flautas de doble canuto con boquilla biselada, hacia
atrás; orificio ovalado para introducir el aire; dos pequeños huecos, cuadrados
o circulares, de 4 ó 5 milímetros, situados en el canuto inferior;
algunas tenían otro huequito en la parte trasera; el mismo y los anteriores
serían para colocar los dedos y lograr los sonidos requeridos. Estas últimas
eran similares a las que tocaban en La Palmita, Las Rosas ... , caseríos del
municipio de Agulo6
•
Las señaladas flautas - sus dimensiones suelen variar- son de fácil
confección, empleando para ello una navaja. Con respecto a romper la
membrana intercanutal con el objeto de que circulara el aire desde la boquilla
hasta los huecos delanteros, antaño se lograba con la ayuda de un palito
6. Véase sobre ella el artículo: LORENZO PERERA, Manue l J.; HERNÁNDEZ SANTOS,
Julio; y HERNÁNDEZACOSTA, Erika: 1995.
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Flautas de pico. La más pequeña fue confeccionada en Chipude. La segunda en
Sobreagulo. Ésta tiene orificio de digitación trasero; la otra, no.
afilado de brezo (Erica arborea) o algo similar que se encontrara en el campo
de pastoreo; más modernamente, cuando hubo posibilidad, con la punta
de un trozo de alambre.
Cón sus pitorreras y flautas los muchachos de Chipude tocaban en las
misas navideñas de Luz y en la del Gallo, avivando la participación y la alegría,
acompañando al tajaraste que los mayores interpretaban con sus tambores
y chácaras. Una vieja y entrañable estampa que aún estamos a tiempo
de volver a recrear.
De lo dicho podemos deducir que, en un principio, flautas y pitorreras
sirvieron para interpretar el tajaraste o baile del tambor. Así debió haber
sucedido también en Arure.
Se recuerda como destacado tocador de flauta de pico en dicha población
a D. Antonio Plasencia Marichal, fallecido "hace más de cincuenta
años". Una carreta - transportando caña de azúcar en Cuba- hizo que perdiera
una pierna (''y por eso le dieron un buen dinero, no como a nosotros,
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. .. ,
Secciones longitudinales de pitorrera y flauta de pico.
nuestros huesos no valen naa"), razón por la que regresó de nuevo a su
tierra. Como pasatiempo, cuando le parecía, "no tenía otra cosa que hacer",
reproducía la siguiente escena:
"Se colocaba el tambor entre las rodillas y con la mano izquierda
le daba; con la otra tocaba una flauta de caña, era dibujaa, ¡y
también fumaba a la vez!".
La música que tocaba -o tajaraste- era, y es, la que acompañaba al
canto de los romances, tal y como ampliaron nuestros informantes: ''pues
romance, lo mismo que romance, ¡qué iba a ser!"7•
7. Los datos sobre D. Antonio Plasencia Marichal fueron proporcionados por D. Salvador
Márquez Hemández, 90 años y D. Juan Plasencia Hemández, 66 años, nieto de
D. Antonio Plasencia Marichal. Arure (Valle Gran Rey. La Gomera), III-200 l .
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;
Tajaraste interpretado con tambor y flauta (Pentagrama elaborado por Dolores
Medina Rodríguez y Alejandro de León Rodríguez).
Al menos en su tiempo, era el único que tocaba la flauta de pico en
Arure. Dicho instrumento musical, hecho de caña, medía entre 20 y 25 centímetros
de longitud; al parecer, tenía cuatro orificios de digitación: de aspecto
brillante y ornado con motivos decorativos, dibujos según quienes le conocieron
y escucharon: "era una preciosidad'. Se cree que la flauta "del
cojo Plasencia", como popularmente se le conocía, la trajo él mismo de
Cuba8
•
Fueron otros retornados cubanos, a comienzos del siglo XX, quienes
desarrollaron la afición a los instrumentos y géneros folclóricos de cuerdas,
acompañada de un progresivo repertorio de canciones, algunas de las
cuales llamaron la atención, siendo aprendidas y tocadas por los jóvenes
pastores, atraídos entonces, como ha ocurrido siempre, por las nuevas
modas.
BIBLIOGRAFÍA
LORENZO PERERA, Manuel J. ; HERNÁNDEZ SANTOS, Julio; y HERNÁNDEZ
ACOSTA, Erika: "Toques de flauta de los pastores gomeros". Tenique, n.º 3.
Grupo Folclórico del Centro Superior de Educación de la Univers idad de La
Laguna. Puerto de la Cruz, 1995, pp. 85- 106.
8. Agradecemos la información a D. Guillermo Vera Negrín, 83 años. Arure (Valle Gran
Rey. La Gomera), 111-2001.
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Tocando el tajaraste con tambor y fl auta. Chipude, 11-2001 .
LORENZO PERERA, Manuel J. y OTROS: Las Copias de Años Nuevos de Arure (l a
Gomera). Ilustrísimo. Ayuntamiento de Valle Gran Rey. La Laguna, 2000.
ZAMORA MALDONADO, Juan Manuel y JIMÉNEZ MEDíNA, Antonio Manuel: "La
flauta o gai ta entre los pastores de Gran Canaria: un estudio etnográfico". El
Museo Canario, L/ V(Homenaje a Lola de la Torre Champsa ur). Las Palmas de
Gran Canaria, 1999.
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© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017