Técnicas tradicionales para el filtrado de la leche con plantas:
análisis funcional, etnohistórico y arqueológico
JOSÉ M. E SPINEL CEJAS
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U NA DE LAS manifestaciones culturales más característica del mundo
aborigen de las Islas Canarias es, sin lugar a dudas, la alfarería. Ha
sido, además, recurso y fuente de inspiración de numerosos trabajos
técnicos de carácter arqueológico, etnográfico, histórico, antropológico,
etc. Es todo un mundo apasionante que descubre continuos caminos, enfoques,
revisiones, controversias y hasta renovadas visiones parciales y de conjunto.
Y aunque el objetivo de este trabajo no es otro que el de proponer un
nuevo enfoque, lo es en tanto en cuanto pretende la revisión de un viejo planteamiento
o concepto: la de los fimíles prehispánicos encontrados en la isla de
La Palma.
Hace ya bastantes años empezaron a encontrarse en algunos yacimientos
arqueológicos de esta isla, unas piezas cerámicas que tenían forma de embudos.
Pertenecían, además, a la característica alfarería negra1 benahoarita y, debido
a la factura bitroncocónica de unas y de doble sección semiesférica con
prolongación troncocónica de otras, fueron catalogadas y denominadas sin
discusión alguna como embudos o foniles2
•
Y aunque para el caso de esta cerámica existían también otros temas que
suscitaban mucho más nuestro interés, tales como el simbolismo geométrico
empleado en su decoración (nada casual por cierto), sin embargo serán
' La cerámica negra benahoarita debe su coloración no al tipo de pasta empleada ni al
acabado practicado, sino al tipo de enfriado producido tras una cocción en atmósfera
reductora, es decir, carente de oxidación. Ello es debido, posiblemente, a una cocción
en contacto directo con el combustible empleado, que tras la combustión deja una
gruesa capa de cenizas sobre las vasijas que están siendo guisadas; éstas, al enfriarse lentamente
bajo una capa de cenizas que les impide el contacto directo con el aire, reducen
su oxidación al máximo, lo que provoca coloraciones negras.
2 N AVARRO MEDEROS, Juan Francisco, en Anuario de Estudios Atlánticos nº 45.
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Foros nº 1 y 2. «Foniles» benahoaricas encontrados en yacimientos arqueológicos de la isla
de La Palma. Reproducciones realizadas en el taller alfarero El Molino, en la villa de Mazo
(cortesía Vina y Ramón) .
capítulos en los que, de momento, no vamos a entrar en detalle pues éstas
serían objeto de otro estudio posterior, aunque los consideremos de mayor
importancia.
En definitiva, el hecho de que se diera por sentado que se trataba de embudos
o foniles nos suscitó desde un principio una serie de interrogantes,
entre las cuales destacaremos las siguientes reflexiones: ¿por qué se supuso y
se dio por sentado que eran embudos? ¿cuál es la razón por la que se ha de
aceptar comúnmente que son foniles? ¿para qué iba a necesitar ese artilugio el
antiguo habitante de Benahoare? ¿qué líquido tenían que traspasar de un recipiente
a otro que requiriese de este utensilio? Para esta época, los principales
líquidos documentados son el agua y la leche.
Por consiguiente, al tratarse de un pueblo o comunidad de pastores, quedarían
descartadas, en principio otras posibilidades de uso que no fueran las
ya mencionadas. Entonces ... ¿para qué necesitarían un fonil?
Si el agua era transportada en un recipiente cerámico, su llenado era obviamente
más sencillo directamente y, si no era posible por inaccesibilidad, su
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TÉCNICAS TRADICIONALES PARA EL FILTRADO DE LA LECHE CON PLANTAS:.
llenado era más factible con otro más pequeño, como por ejemplo con un búcaro3
o un tabite 4.
Por el contrario, si el medio de transporte era un odre, fo/ 5, zurrón o cairana
6, su llenado no requerirá de semejante artilugio pues la gran apertura
3 Búcaro: En Canarias se denomina búcaro a una especie de jarriro, principalmente al que
se emplea para beber agua o para extraerla de los bernegales y de las tallas en las destiladeras.
El origen de esta palabra es muy discutido. Existen tres interpretaciones principales:
los que creyeron, inicialmente, que se trataba de un guanchismo, posteriormente
surgió la de los que pensaron que se trataba de un americanismo en la lengua española
y, por último, los que creyeron la teoría del origen portugués. Nosotros cuestionamos
algunas de estas teorías. Para empezar, en Iberoamérica existe una reconocida
influencia canaria desde los comienzos mismos de la conquista y colonización del continente.
Todo ello está, inclusive, respaldado principalmente por la masiva documentación
relativa a exportaciones de cerámica canaria (bernegales, tallas, platos, búcaros ... )
y de otro componente relacionado con la avanzada cultura de destilación del agua desarrollada
en Canarias (la piedra de des tilar) ¿Por qué no respaldar entonces una teoría
inversa, es decir, un canarismo en América? Apoyando esta hipótesis tendríamos una referencia
etnográfica en cuanto a pervivencia ancestral en el mundo pastoril. Según nos
informó don Juan Rodríguez (de 76 años de edad en agosto de 2004), natural de Los
Mocanes, en la isla de El Hierro, búcaro era para los pastores herreños unas cazoletas
naturales en las grietas de los riscos, principalmente en el impresionante Risco de
Tibataje. Esta agua «se extraía chupándola a través de un tronco seco, (por haber florecido
el año anterior), de sanjara» (Aeonium hierrense). Por otra parte, tenemos referencias de
voces mazigias (bereberes) atestiguadas que nos inducen a pensar que se trata de un vocablo
de origen prehispánico. Ver, por ejemplo, Dictionnaire des racines berberes (formes
attestées) de Kamal Nait-Zerrad (1998:46-47) .
4 Tabite: se trata de un vocablo de los antiguos majos que se ha seguido empleando para
designar a los vasos. Este vocablo aparece recogido en el apéndice de la obra: De Canaria
y de Las otras islas nuevamente haffadas en el océano affende España. (1341) y otros manuscritos
en «Canarias a través del tiempo)). Tomo 16, apéndice: Antigüedades de
Fuerteventura de Ramón F. Castañeyra (1888), pp. 193-204 y grabado con 17 figuras.
Estudio crítico de Manuel Hernández González. Traducción de José Antonio Delgado
Luis. Edición de J. A. D. L. con la colaboración de los Excmos. Ayuntamientos de La
Villa de La Orotava y del Puerto de La Cruz.
5 Fof: es una de las voces utilizadas en Canarias para referirse, principalmente, a los zurrones
de piel de cabra o de macho cabrío y que se emplean para transportar o almacenar
líquidos o alimentos.
6 Cairana: Es, al igual que la voz anterior, otra de las formas usadas en nuestras Islas para
designar a los zurrones que se utilizan para el transporte de carga variada. Creemos que
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de los foles permite practicar esa labor sin ninguna dificultad, tanto sumergidos
en el agua, como mediante el trasiego de líquido desde cualquier otro
recipiente.
¿ Y la leche? Cuando el ganado es ordeñado, ya sean ovejas o ya sean cabras,
esta labor se realizaba en un tarro de ordeño. De este tipo de recipientes
se conserva una gran diversidad de ejemplares o modelos, inclusive de época
prehispánica, en numerosos museos y colecciones de las Islas. Igualmente, se
conservan algunos vocablos para designar a dichos recipientes en las islas de
Fuerteventura y Lanzarote: tojio7, tojio8 y tabajoste 9; y en la occidental de La
Gomera: tarro y carabuco. Estos recipientes se caracterizan por tener una capacidad
media apropiada para el ordeño y un vertedero o pico para el trasvase
del producto.
procede o es derivada de la voz canariajaira, empleada para designar a la cabra delcorral
doméstico que suministra la leche de la familia del cabrero. En el pueblo de
Taganana, en el macizo de Anaga (noroeste de Tenerife), aún hoy se emplean durante
la vendimia algunos fo/es para transportar el mosto desde lagares excavados en coscas,
que se encuentran en abruptos sistemas de terrazas de cultivos, hasta las bodegas de destino.
En las cairanas, sin embargo, se transportaba todo lo necesario para sobrellevar la
jornada como diversos útiles, herramientas de labranza, la comida, la bebida, etc. Ver
al respecto: Los lagares tallados en tosca de Taganana (Santa Cruz de Tenerife) de Juan
Jesús Romero Prieto, N.T. Delgado Díaz y M. González Cabrera en la revista Tenique
nº 4, pp. 253-283, añol998.
7 Tojio. Es vocablo empleado en la isla de Lanzaroce para designar al carro de ordeño.
8 Tofio. Es, igualmente, la voz que se emplea para designar al carro de ordeño en el norte
de la isla de Fuerteventura. Parece evidente que se trata de una variante de la anterior
por alternancia consonántica f-j, alternancia consonántica sobradamente documentada,
como por ejemplo en la obra: «A propos de !'origine de H touareg (Tahaggart)»; PRASSE,
K. G.: 1969:23, 24, 25, 26.
9 Tabajoste. Esta palabra se empleaba en el sur de la isla de Fuerteventura hasta hace can
sólo unas décadas. Dicho vocablo lo conocimos a través de «Beneda la Pasionaria» (D.ª
Benedicta Rodríguez Benítez), natural de Tiscamanica, quien nos narraba cómo aprendió
a ordeñar en el regazo de su abuelo en uno de esos cabajostes. Igualmente se trata
de un vocablo de indudable estructura radicular mazigia (bereber), que aparece documentada
ampliamente, como por ejemplo en las obras: Diccionario español-rifeño;
IBAÑEZ, Esteban 1944:204 y «Diccionario español-senhayi»; lBÁÑEZ, Esteban 1959:168.
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TÉCNICAS TRADICIONALES PARA El FILTRADO DE LA LECHE CON PLANTAS :.
Foto nº 3. Este «carabuco» o tarro de ordeño, tradicional de La Gomera, fue elaborado en 1981
por D.ª Guadalupe Niebla, alfarera de El Cercado, Chipude. (Foto: Pablo S. Barrero Gómez) .
¿Para qué, entonces, un fonil, si con el tarro de ordeño se trasvasa fácilmente,
gracias a su vertedero, tanto a un fol como a otro recipiente cerámico?
Incluso para trasvasar este líquido a una pieza anforiforme, tampoco tiene
sentido el empleo de un embudo, pues la boca de dicha ánfora tiene mayor
diámetro y capacidad de llenado que empleando un fonil, aparte de ser más
engorroso.
No encontramos, por tanto, ningún argumento sólido que respalde la necesidad
de emplear un embudo en este período histórico.
Sin embargo, existen pruebas etnográficas a favor de otra hipótesis que
consideramos más verosímil. Pero vayamos por partes.
En 1981 conocimos una pieza tradicional del centro alfarero de El Cercado,
en Chipude (isla de la Gomera), que nos llamó poderosamente la atención.
Se trataba de un recipiente cerámico a modo de plato semiesférico (con
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Foto nº 4: Tofio o Tabajoste, tarro de ordeño tradicional de la isla de Fuerrevencura.
Reproducción de una pieza arqueológica, elaborada por la alfarera D.• Juana María
Moncelongo Reyes, Tindaya, La Oliva.
sección de entre media y un cuarto de esfera) y en cuyo fondo, justo en el centro,
se le había practicado una gran abertura circular con un borde labiado en
la base exterior, en forma de anillo cilíndrico y ligeramente acanalado en su
unión con el recipiente. Para que se nos pueda entender mejor: parecía una
taza o escudilla con todo el fondo de la base perforada. La finalidad de este
borde exterior acanalado en la base de la pieza no era otra que servir de soporte
para atar con una cuerda un trocito de tela. Pero lo maravilloso era su
función práctica: servir de sencillo colador para la leche recién ordeñada y
eliminar, de esta manera, las posibles impurezas. Sin embargo, según nos confirmó
José Perera López1º y que recoge en su impresionante obra La toponi-
1º PERERA LóPEZ, José: La toponimia de La Gomera. Un estudio sobre los nombres de lugar,
las voces indígenas y los nombres de plantas, animales y hongos de La Gomera. Obra edita-
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TÉCNICAS TRADICIONALES PARA El FILTRADO DE LA LECHE CON PlANTAI : ..
Foro nº 5: Colador de leche elaborado por D.ª Guadalupe Niebla, perteneciente a la loza
tradicional de El Cercado, Chipude, isla de La Gomera. Se aprecia en él una innegable
similitud a las coladeras tradicionales de Arguayo" (Santiago del Teide), y de Garañaña y
El Drago" (San Miguel de Abona) 13
•
da en formato CD por AJDER (Asociación Insular para el Desarrollo Rural). Consta de
7.700 páginas. La Gomera, 2005.
11 Algunos investigadores especializados en la alfarería tradicional canaria, tal es el caso de
D. Carlos A. Rodríguez-Figueroa Sánchez, ven en esta similitud una clara influencia del
alfar de Arguayo, lo que corrobora la tradición popular de un célebre personaje popular
conocido como «el guiero», al que se le atribuye el fuerte desarrollo de la alfarería en
El Cercado de Chipude. Ver al respecto el artículo titulado «Rescate del Centro locero
de Arguayo», en la revista Chinyero nº 3, año 1986, pp. 161 a 182.
12 Ver al respecto de la cerámica tradicional de San Miguel los siguientes estudios: La
Alfarería Popular en Canarias de Rafael González Antón, pp. 32 a 34, año 1987 y EL
Drago, antiguo alfar de San Miguel de Abona, de José Manuel Espinel Cejas en Tenique
nº 1, pp. 51-70, año 1993. Posteriormente, en agosto de 1998 ve la luz el artículo titulado:
Las Loceras de San Miguel de Abona (Tenerife), de Manuel A. Fariña González.
13 Sobre la tradición locera de San Miguel de Abona, el investigador y alfarero O. Pedro
Benítez Reyes, nos aclara que él ha constatado la presencia de evidencias claras de, al
menos, otros dos alfares: uno en El Roque y el otro en El Frontón. En la Actualidad se
encuentra estudiando otros indicios obtenidos, que apuntan hacia la confirmación de
un centro alfarero en torno al núcleo de Jama. Todo ello pendiente de publicación.
Comunicación perso nal (diciembre de 2004).
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mia de La Gomera, antes de que abundaran las telas, se empleaba para colar
la leche un pequeño tamiz elaborado indistintamente con hojas de tajinastes14
o con helecheras15
•
Años más tarde, en el museo «Cha Domitila», en el antiguo centro alfarero
de Arguayo (Santiago del Teide, isla de Tenerife), pudimos ver una pieza
similar que era prácticamente idéntica a la descrita anteriormente para Chipude,
en la isla de La Gomera. Cuando conversamos con una de las señoras
mayores del lugar, también alfarera, Dª Rosa Martín Bautista, nos explicó que
era, igualmente, una coladera; pero nos aclaró que eso fue cuando era chica y
en épocas anteriores a ella, y que no se empleaba para colar en esas coladeras
otra cosa que simples hojas de tajinaste. Estas hojas, al ser «peluditas», atajaban
muy bien los pelos, los ciscos y otras desagradables sorpresas normales del
ordeño tradicional de todo ganado menor.
Recientemente, en el pago de Los Partidos, en Teno Alto, ܪ. María Martín
González16
, nos comenta que:
«Recuerdo los coladeros de hojalata y los tarros de barro pa ordeñar, que
venían de Arguayo. Y a mi padre que oyó decir que, en época de mi abuelo
Pablo, colaban fa feche con helechos metidos en el canuto del colador».
Salvador González Alayón17
, cabrero emblemático, nos relató con sumo
detalle sus recuerdos referentes a las técnicas de colado de la leche y los diferentes
útiles empleados:
14 Tajinaste: fitónimo de origen prehispánico que se emplea de forma genérica en Canarias
para designar a diversas especies de plantas, principalmente a las del género Echium.
Véase PERERA LóPEZ, José: La toponimia de La Gomera . .. En la isla de El Hierro, sin
embargo, pervive la forma masculina original de dicha palabra: ajinajo.
15 Hefechera: nombre que recibe la parre aérea del Pteridium aquifinum, ya que los gomeros
distinguen entre la hefechera, que es la parte aérea y el helecho que es la «raíz» (rizoma
o tallo subterráneo). Véase PERERA LóPEZ, José: La toponimia de La Gomera ...
16 D.ª María Martín González tiene 89 años de edad. Es natural de Teno Alto. Entrevista
realizada en la finca conocida como «Los Partidos» en diciembre de 2004. Es hija de
Isidro Martín Dorra (q.e.p.d.), natural de La Zahorra, Teno Alto, Buenavista del Norte.
17 Don Salvador González Alayón tiene, en el momento de esta entrevista (mayo de
2005), 85 años de edad. Es natural de La Cañada Verde (Arona) y ha sido siempre un
cabrero
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TÉCNICAS TRADICIONALES PARA El FILTRADO DE LA LECHE CON PLANTAS :.
Foto nº 6: Colador para la leche. Pieza tradicional del Centro Locero de
Arguayo, Santiago del Teide. (Foto: cortesía Carlos Andrés RodríguezFigueroa
Sánchez, Colectivo Arguayo) 18
•
destacado y desde hace años, legendario. Colaborador del Museo Arqueológico de Tenerife
en la época del célebre Luís Diego Cuscoy, descubrió numerosos yacimientos
guanches, entre los que destacamos El conjunto ceremonial de Guárgacho (1979). Igualmente
ha sido fuente de inspiración de numerosos trabajos de investigación agrícolas,
biológicos, arqueológicos, etnohistóricos, geográficos y folklóricos. De ellos, por citar
sólo algunos estudios, destacamos la magnífica obra de Fernando Sabaté Bel: Burgados,
tomates, turistas y espacios protegidos. Uso y transformación de un espacio litoral del sur de
Tenerife: Guaza y Rasca (1993, premio de investigación «Agustín de Bethencourc» ), Salvador
González Alayón. Un cabrero para la leyenda de Marcos Brito (2000), Homenaje a
Salvador González Alayón (2002), La fiesta de la mecida de la leche y ¿Qué fue de los alzados
guanches? de Manuel J. Lorenzo Perera (1993 y 1983) o Cultivo de la higuera (Ficus
carica L.) en las Islas Canarias: eficiencia del manejo del cultivo y posibles mejoras. (premio
mejor proyecto de fin de carrera en 1991 , desgraciadamente, inédito) de Narciso
Lorenzo Santos.
18 Catálogo del Centro Alfarero Cha Domitila, Arguayo, Santiago del Teide.
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«Recuerdo los coladores de barro de Garañaña. Eran muy bonitos, esos
coladores tenían dos asitas por los lados, en la parte de arriba y un canuto
como de tres o cuatro dedos con un borde por la punta. Ese borde era para
atar una telita pa' colar lo mds fino por abajo, porque por arriba tenían
unos abujeritos como del grueso de un clavo ... eran muy bonitos, sí.
Luego vinieron los de latón, que los hacía señor Juan Valentín Toledo,
que era de Tamaide, en Santiago del Teide».
Pero, al preguntarle a don Salvador sobre si conocía o recordaba alguna
técnica de filtrado con hierbas o plantas, esto es lo que nos respondió:
«Antes había cabreros que colaban la leche con balos'9 tiernos. Uno de
ellos era señor Pancho Gonzdlez, que vivía en La Hoya la Viuda, cerca de
La Montaña Las Cuevas. Colaba haciendo una coladera con balos tiernos
enrollados.
Porque hay que colar muy bien ... y si es mierda blanda quedan pintas
amarillas en la leche. Al igual que si le cae polvillo de estiércal a la leche
sale el queso con pintas amarillas ... Por eso siempre los cabreros sabían que
había que sacudirles las ubres, los muslos por dentro y por faera y rascarle
la barriga al animal antes de ordeñar».
Igualmente, en las cumbres de Anaga, Gregario Baute Rodríguez2º y su
hermano Juan Francisco, naturales y vecinos de San Andrés, nos informaron
que recuerdan perfectamente cómo antiguamente colaban la leche con hojas
de helecho:
«Colaban la leche haciendo una coladera con el propio jelecho. Era enrolldndolo
como si faera un moño como el que hacían las mujeres pa' cargar
en la cabeza; sólo que el que hacían fijo pa' cargar era de anea de platanera
(el improvisado, nos aclararon, era con una tela). También había quien,
'
9 Balo (Poclama pendula) arbusto xerófilo frecuente incluso en suelos pobres de las zonas
costeras y bajas de la isla de Tenerife. Tiene una distribución de amplio espectro y se localiza,
igualmente en rodas las islas del Archipiélago, aunque en algunas, como en la isla de
El Hierro, llega a ser muy escasa. Tradicionalmente ha tenido multitud de usos, aunque es
la primera vez, que sepamos, que se menciona como planta empleada para colar la leche.
20 Gregorio Baute Rodríguez tiene 43 años y su hermano Juan Francisco 41 años en junio
de 2005.
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TÉCNICA\ TRAD ICIONA LES PARA EL FILTRADO DE LA LECHE CON PLANTAS :.
Foco nº 7: Colador de leche tradicional de Arguayo, Santiago del Teide; propiedad de
D. Juan Baute Rodríguez. (Fotografía: Pablo S. Barreta Gómez).
en el propio San Andrés, coúzba hasta el cafi con helechos. . . Eso Lo hacía,
"Domingo el güeyero" (Domingo Baute Álvarez), que era tío de mi padre».
También sobre este aspecto de usar plantar en el colado de la leche, hemos
de señalar que, al menos para la zona de El Paso21 y el noroeste de la isla de
La Palma, tenemos también atestiguado el empleo de otra planta, quizás más
interesante que las anteriores, debido a su mayor distribución geográfica, ecológica
y sobre todo porque es una pequeña enredadera arbustiva muy tupida
que dispone de unas hojas muy pegajosas y seudo-espinosas tanto en los bordes
como por el envés: el tasaigo 22
• Por todo ello, y sobre todo por su abundancia
en todas las islas del Archipiélago, creemos que antaño debió ser una
de las plantas más empleada para este fin.
21 Miguel Ángel Hernández Cabrera ha relatado que, cuando era joven, en inmediaciones
de El Paso (isla de La Palma), tras ordeñar las cabras, filtraba la leche a través de ramas
de tasaigo, colocadas dentro del colador, para que los pelos y residuos se quedaran pegados
a las hojas.
22 Tasaigo: es otro fitónimo de indudable filiación prehispánica empleado para designar
popularmente a la Rubia fruticosa. Para la isla de El Hierro tenemos también documentadas
otras dos variantes dialectales: tadaigo, empleada en la zona sur de la isla, princi-
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Sin embargo, para islas más áridas, donde el tasaigo debía estar más localizado,
la planta más abundante y que se empleó con gran profusión para filtrar
las aguas de lluvia al entrar en los tomaderos de los aljibes fue la aulaga o «julaga
». Esta planta se prensaba y compactaba previamente, dándosele forma con
los pies con el fin de adaptarla al hueco de entrada de «tomaderos» y «aljibes»23
•
Hemos de indicar aquí, como apoyo complementario a nuestro estudio,
que planteamos como hipótesis la existencia de un tipo de tarro de ordeño,
procedente de yacimientos arqueológicos de la isla de La Palma, que poseen
un vertedero plenamente compartimentado. Este vertedero está separado claramente
del recipiente por un tabique de aislamiento, que creemos se corresponde
con una cámara de filtrado que funcionaba perfectamente introduciendo
en ella tasaigo prensado u otra planta alternativa. Igualmente, en la
cerámica guanche, algunos vasos ovoides de la isla de Tenerife tienen vertederos
semiesféricos o tronco-ovoidales, que pudieran haber sido, de la misma
manera, otro tipo de tarro de ordeño con cámara de filtrado-vertedero.
Quedaría claro que se hace imprescindible, entonces, colar la leche inmediatamente
después del ordeño debido a una evidente cuestión práctica y de
supervivencia, pues al transportar la leche, si se realiza sin colar, apenas se
ande con ella, llega manchada y, evidentemente, contaminada.
En cualquier caso, la necesidad de colar la leche ocurre, no solamente con
la cabra sino principalmente, con las ovejas, pues segúnse nos narró, son bastante
más «cochinas» que las cabras24
:
palmente en El Pinar, y tagaigo, empleada en Los Mocanes y pagos del norte de la isla,
aunque consideramos que es bastante menos frecuente. Sobre el empleo del tagaigo el
Sr. don José Francisco González Domínguez (59 años en agosto de 2004) nos informó
sobre el antiguo empleo del tasaigo para colar la leche en el noroeste de la isla de La
Palma. También hemos de señalar que, según nos informa la filóloga Dª M• del Rosario
González González, en Tena Alto (noroeste de Tenerife), se emplea la variante aseigo,
que es la forma masculina de la palabra. Recuérdese que los radicales ta, te / ti a comienzo
de palabra son los indicativos de las formas femeninas (Sing. / plural), mientras
que las masculinas se caracterizan porque comienzan en a, e, wa, we en singular i - y/
wi en plural (ver, p. e. Hanoteau, A. 1976:28 Essai de grammaire tamachek').
23 Información oral de Antonio Montelongo, arqueólogo. Lanzarote, enero de 2006.
24 Información facilitada en Guarazoca el 1 O de agosto de 2004 por Manuel Espinel Febles,
de 72 años de edad, natural de Los Mocanes, isla de El Hierro.
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TÉCNICAS TRADICIONALES PARA El FILTRADO DE LA LECHE CON PLANTAS : ..
Foro nº 8: Tarro de ordeño con vertedero compartimentado que, creemos, se trataba
igualmente de apéndice estructural de colado. Reproducción de cerámica benahoarita
realizada en el taller de alfareros de El Molino, villa de Mazo, La Palma.
«Eso de ensuciarte en la leche, es más cosa de la oveja. La cabra cuando
la ordeñas es raro que te ensucie. La oveja no, enseguida se va y te caga
en la leche. La oveja es cochina la condenada, no es como la cabra . .. ».
Por eso había un dicho popular, al menos en la isla de El Hierro, que decía:
«La peor oveja siempre te caga en el tarro ... »25
•
25 Información facilitada en septiembre de 2004 por D . Agapito Espinel Febles, de 64
años de edad y natural de Las Montañetas, isla de El Hierro. Ello no tiene una explicación
aparentemente lógica ni objetiva pues, según nos indicó Mª del Rosario
González González (Teno Alto), lo normal sería al revés, es decir, las mejores, las que
más leche producen. Porque con las mejores es con las que más tiempo se tarda en las
labores del ordeño; pudiendo, por tanto, ser las que más probabilidades tienen de ensuciar
en la leche.
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j DIÉ M. EIPI NEL ( EJAI
Mientras que, para la isla de La Gomera, esta expresión se traslada al ámbito
social y humano de la siguiente manera:
«Güi, éste me cagó en el tarro»26
• Referido, por ejemplo, a una persona que
defrauda o traiciona a otra, generalmente a un buen amigo.
Esto explicaría también algo de lo que no nos habíamos dado cuenta: las
evidentes diferencias a la hora de abordar el ordeño entre un cabrero y un pastor
de ovejas. A las ovejas, durante el ordeño, el pastor les solía arrimar con fuerza
la propia cabeza contra el rabo, cabeza que protegía, a menudo, con un
gorro, para evitar que el animal evacue en el propio recipiente y pueda ensuciar
la leche. El cabrero, sin embargo, ordeña con frecuencia separado del rabo ...
Foto nº 9: Manuel Padrón Montero, pastor de El Pinar, isla de El Hierro, ordeñando
a la manera antigua: «empurrándote» la cabeza contra el rabo, «pa que no cague en el tarro».
(Foto cortesía de María Jesús Molina León, x-2004).
26 Información facilitada por O. Pedro Benícez Reyes (diciembre de 2004).
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TÉCNICAS TRADICIONALEI PARA El FILTRADO DE LA LECHE CON PLANTAS : .
Foto nº 10: «colador de lata» hecho por Rafael S. Cejas Morales alrededor del año 1957,
encontrado en EL juado27 de fa Casita Primera" . Debe señalarse la diferencia con un
rayador de queso pues, mientras éste tiene los orificios perforados hacia el exterior,
el colador los tiene justo al revés: hacia el interior, mucho más fáciles de realizar.
27 Juado: es la palabra que se emplea en la isla de El Hierro para designar a la cueva que
sirve para encerrar el ganado («corral en cueva o cueva-corral»). Se trata, muy probablemente,
de una pervivencia de la lengua de los antiguos bimbaches, los primeros pobladores
de la isla. Creemos que la explicación etimológica del vocablo, en función de
su probable origen mazigio, pudiera responder a la siguiente hipótesis: jua (forma aspirada
del demostrativo mase. sing. wa) + aqwir «corral» (IBÁÑEZ: 1944: 146, Diccionario
español-rifeño).
28 EL]uado de La Casita Primera: se trata de un topónimo de la Dehesa Comunal herreña.
Se encuentra en el barranco que lleva el mismo nombre, situada al sur de la montaña
de Binto, entre los barrancos de Gavioto al levante y el del Tomillar al poniente. El lugar
ocupa ambos márgenes del Barranco de La Casita Primera y lo componen cuatro elementos
importantes: La Casita Primera, que fue la vivienda del pastor (Rafael S. Cejas
Morales) y su familia; el juado o cueva para encerrar el ganado en la margen derecha y
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j OI E M. ESPINEL (E JAI
En definitiva, y volviendo a los supuestos foniles, objetos de este estudio,
debido a las propias necesidades de la práctica pastoril, a la etnografía comparada
y su relación con la arqueología funcional y al estado actual de nuestros
conocimientos, creemos más factible que dichos útiles fueran empleados
como coladores o «coladeras» para la leche y no como simples foniles, como
erróneamente se pensaba. Es lógico que así fuera, pues en codos los procesos
de consumo o de transformación de la leche en derivados (mantequilla, queso,
leche mecida, amolán ... ) es imprescindible, antes de realizar cualquier otra
cosa, una limpieza de la materia prima, tal y como se hacía tradicionalmente.
Para finalizar, queremos indicar que, en el caso de que se pudiera comprobar
o demostrar la antigua necesidad de un fonil, esto no cambiaría la visión
de conjunto, codo lo contrario: la enriquecería. Dispondríamos entonces
de un nuevo útil y concepto, el de «fonil-coladera», pues para ambos usos estaría
demostrada su utilidad. Pero, mientras tanto, hemos de conformarnos
con las fuentes orales, que solamente apuntan a un sentido práctico: la «coladera
» o colador para la leche.
AGRADECIMIENTOS
Por la información facilitada
• Juan Francisco Baute Rodríguez (San Andrés, Tenerife)
• Gregorio Baute Rodríguez (San Andrés, Tenerife)
• Juan Rodríguez (Los Mocanes, El Hierro)
• Manuel Espinel Febles (Los Mocanes, El Hierro)
• Agapito Espinel Febles (Los Mocanes, El Hierro)
• Benedicta Rodríguez Benítez (Tiscamanita, Fuerceventura)
• Mª Martín González (Teno Alto, Tenerife)
• Mª Rosario González González (Teno Alto, Tenerife)
el aljibe, que en este caso está excavado también en otra cueva, pero en la margen izquierda
del propio cauce del barranco. El cuarto elemento es el majano, construido en
lo alto de la lomada inmediata, que sirve para indicar, desde una gran distancia, la situación
del lugar, pues al hallarse todo el conjunto, encajonado en los márgenes del
cauce del barranco, su localización en este vasto y abrupto territorio es harto compleja.
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TÉCNICAI TRADICIONALEI PARA El FILTRADO DE LA LECHE CON PLANTAI : .. .
• Rosa Martín Bautista (Arguayo, Tenerife)
• Pedro Benítez Reyes (Güímar, Tenerife)
• Miguel Ángel Hernández Cabrera (El Paso, La Palma)
• José Francisco González Domínguez (La Guancha, Tenerife)
• Carlos Andrés Rodríguez-Figueroa Sánchez (Colectivo Arguayo, Tenerife)
• Salvador González Alayón (Arona, Tenerife)
• Antonio Montelongo (Lanzarote)
Por su contribución a este trabajo
• José Perera López
• Pablo S. Barrero Gómez
• Alberto Crespo Elipe
• Mª Jesús Molina León
• Juan Francisco Navarro Mederos
• Rafael González Antón
• Manuel Padrón Montero
• Juana María Montelongo Reyes
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