El Baile de la «Virgen de El Hierro»:
aproximaciones a sus posibles orígenes, conexiones e influencias
CARLOS A. lALAVERA GARCÍA
Músico
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TRADICIONALMENTE HEMOS asistido, a lo largo de la investigación
folklórica de las Islas Canarias, a una interesante y vasta recuperación
de coplas, músicas y bailes que han reforzado, aún más, si cabe, la generalizada
idea de que Canarias dispone de una amplia y rica diversidad musical
autóctona. El trabajo de los folkloristas por redescubrir la cultura musical-
popular, ya sea mediante la constatación de datos escritos o bien mediante
un elaborado trabajo de campo, nos demuestra que aún queda margen de
maniobra para que puedan sacar a la luz melodías que, de otra manera, se perderían
en la memoria de los vivos.
Sin embargo, y a pesar de la interesante línea de investigación que se presenta
ante nosotros, pocos son los trabajos que en el ámbito de la etnomusicología
-más allá de la puesta en escena de antiguas coplas y ritos populares
relacionados con la cultura musical-, podemos hallar acerca del folklore de
Canarias.
Ya desde la época de la colonización española, se hace difícil catalogar las
músicas que los antiguos habitantes de las Islas interpretaban, debido, muy
probablemente -como bien apuntan algunos historiadores- a la falta de
conexión entre la música occidental (música culta) que predominaba en aquellos
tiempos, y las cadencias melódicas y ritmos de un folklore aborigen a los
que no estaban acostumbrados sus oídos.
Sin embargo, considerando que el folklore es algo vivo, que es una cultura
que transforma y que, a la par, se transforma creando nuevas tendencias,
adaptándose a la realidad vivida en el momento, a la cultura, a la geografía ...
debemos pensar que, incluso, el que ahora conocemos en Canarias y, tal cual
lo conocemos en este momento, no es más que una adaptación constante a
los gustos, caracteres e ideologías de los que lo viven y, sobre todo, y más importante
aún, de los que lo interpretan y/o lo dan a conocer.
El presente artículo no es más que una aproximación al redescubrimiento
y posterior seguimiento hacia sus posibles orígenes, de una de las tradi-
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(ARLO I A. TALAVERA GAR CÍA
ciones musicales más singulares que podemos encontrar en el Archipiélago
Canario. Para ello, únicamente la búsqueda en archivos, la constatación y el
contraste de melodías mediante análisis musicales, entre otras técnicas, nos
pueden llevar a la relativa certeza -a falta de interlocutores directos que lo
hayan vivido, lo cual es imposible en la mayoría de los casos -, que los orígenes
del folklore de Canarias, en su gran mayoría, tal cual lo conocemos,
están, como ya sabemos, asentados e, incluso, en algunos casos estudiados
desde su origen, más allá de nuestras fronteras y, más concretamente en la Europa
continental.
Por ello, constantemente nos preguntamos cuál pudo ser el origen o de
dónde -aproximadamente- provienen algunas de las tradiciones musicales
que imperan hoy en día en Canarias. Por ejemplo: ¿de dónde provienen las
músicas, danzas, trajes y costumbres de la fiesta denominada «Bajada de la
Virgen» en la isla de El Hierro?
Hay quien piensa que el tipo de folklore que podemos observar en tan singular
representación, debido a los ritmos acompasados de tambores y pitos,
podrían remontarnos a los antiguos aborígenes que habitaban estas Islas. Por
otro lado, la falta de consonancia de los trajes utilizados por los danzantes con
los que se utilizan en otras fiestas isleñas, también nos pueden desorientar
acerca de su procedencia. Pero nada más lejos de la realidad.
Haciendo un poco de historia acerca de la situación anterior y los primeros
comienzos de la época colonial en la isla de El Hierro, sabemos que, según
los testimonios encontrados, los bimbaches debían ser muy pocos en el momento
de la conquista. Anteriormente, la isla había sido visitada por navegantes
del Mediterráneo que iban en busca de esclavos. En 1405, Jean de
Bethencourt desembarcó en el término de Tecorene, en el marco de la conquista
del Archipiélago Canario por parte de los castellanos, y por medio de
un intérprete natural de la isla, el jefe de los herreños fue convencido para
que aceptara el vasallaje. Una vez consumada la rendición, fueron reducidos
a la esclavitud, tanto los habitantes de la isla como el mismo príncipe
Armiche. Los aborígenes ofrecieron poca resistencia y pronto fue colonizada
la isla con campesinos españoles, que no tardaron en mezclarse con la población
original. La esclavitud de los inicios se transformó, posteriormente, en
una organización feudal que prevaleció hasta el siglo XIX. Desde su conquista
hasta la abolición de los señoríos, El Hierro formó parte del Condado de
La Gomera.
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El BAILE DE LA «VIRGEN DE El HIERRO »: APROXIMACIONES A SUS POSIBLES ORÍGENES. •.
Como podemos observar por lo comentado hasta ahora, la isla de El
Hierro fue una de las primeras en ser conquistadas, lo cual nos lleva a pensar
que, posiblemente, fue una de las primeras en adoptar las costumbres y tradiciones
culturales que reinaban en la Europa de aquel entonces. Esto, unido
a la lejanía y al histórico aislamiento de los herreños, se convierte en un excelente
marco de conservación de todo aquel legado. Incluso todo ello lo podemos
observar en su peculiar acento a la hora de hablar, diferenciado en algunos
aspectos del hablado en el resto de las Islas.
Asimismo, y ya en el aspecto cultural-musical, las crónicas e historias de la
conquista de las Islas, según L. Siemens, citan que:
«( . .. ) los aborígenes carecían de instrumentos y que sus sones eran
producidos solamente cantando y con la primaria percusión de pies y
manos. Los de La Gomera hacían además sonsonetes sacudiendo piedrecitas
dentro de un recipiente de barro, observación que luego se repite
de forma parecida en Tenerife. De resto, algunas acciones instrumentales
de tipo ritual, como el batir de palos en las danzas o el golpear
el agua en ceremonias rogativas pluviales.
Las noticias de dichos cronistas acerca de las danzas aborígenes no
son menos vagas que las que se refieren a los cantos. Parece traslucirse
que sólo había dos maneras en que nuestros antiguos danzantes acostumbraban
a disponerse: en rueda caso de las rogativas a los dioses y
en filas enfrentadas, caso de las celebraciones o representaciones por la
batalla. Estos dos esquemas de organización en los bailes «coreados» o
colectivos, curiosamente eran similares a los que predominaban en la
Europa de aquel entonces».
Visto hasta aquí, prácticamente podemos afirmar que ni por el aspecto
musical, ni por los instrumentos utilizados en la interpretación de las canciones,
ni mucho menos, por la vestimenta utilizada en la «Bajada de la Virgen»,
podemos estar asistiendo, de ninguna manera, a una representación de lo que
en tiempos prehispánicos pudo ser parte de la cultura musical aborigen de la
isla de El Hierro.
No obstante, sigamos buscando en la memoria histórica de la isla a fin de
citar dónde están los inicios de la fiesta y a qué fue debida.
Sin entrar en detalles acerca de la importancia y de la significación de las
Bajadas que se celebran, en general, en toda Canarias, sí resaltamos el hecho
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(A RLOI A. l ALAVE RA GA RCÍA
de que, prácticamente todas ellas están dedicadas a las Vírgenes -las romerías
están más dedicadas a los Santos-1
, dato sobre el que más adelante
profundizaremos en mayor medida. No obstante, la presencia de la Virgen de
los Reyes en la isla es anterior a la instauración de la Bajada.
Veamos cómo las crónicas nos indican que, por la fiesta de los Reyes
Magos, aparece la Virgen, patrona de El Hierro:
«En un día de enero, dice la tradición, los pastores que estaban en
la Montaña de las Cuevas (La Dehesa) vieron en la Bahía de Orchillas
un velero que salía pero volvía a entrar; y eso varias veces. Viendo esto
se acercaron los pastores al mando de su alcalde, ( .. . ) y les dijeron que
tenían una imagen, que si querían quedarse con ella. El alcalde dijo
que sí, y el de la nave les pidió carne y queso. Entonces los pastores subieron
la Virgen al Lomo Bermejo, donde hay una cueva, El Caracol,
que se la prepararon para la Virgen; y dicen que por la mañana apareció
en un valle de al lado, mirando hacia el mar. Allí le hicieron el santuario
»2.
En 1546 apareció la Virgen de los Reyes. En 1577, se le construyó el santuario.
Pero no fue hasta diez años después de su aparición que se nombró a
la Virgen Patrona Titular de la isla. Muy posteriormente, y en virtud del agradecimiento
por su intervención contra la sequía y la langosta, la Virgen de los
Reyes recibió, en conmemoración, una fiesta a partir de 1745, la Bajada, a celebrar
cada cuatro años3
•
Sirva este breve resumen para entender los motivos y la singularidad de
esta fiesta. Y centrándonos aún más en el folklore que acompaña dicha celebración,
citemos que se ordenó, por aquel entonces, «adaptar para la fiesta de
la Bajada una serie de músicas antiguas que acompañaran a la imagen en su recorrido
». Desde entonces podemos escuchar en esta celebración el característico
sonido de los tambores y pitos, que se funden con la devoción de los
miles de peregrinos que acompañan al cortejo.
1 G. T UDELA, 1987.
2 GALVÁN, 1977:45.
3 PERAZA DE AYALA, 1927.
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El BAILE DE LA «VIRGEN DE El HIERRO »: APROXIMACIONES A IUI POSIBLES ORÍGENES .•.
Veamos, a continuación, una recreación de cómo se desarrolla la Bajada en
sí, con toda la aportación folklórica que los danzantes y tocadores le dan a la
fiesta:
«La forma de organización que adopta la danza es el de una manada
de ovejas. Un guío o dos dirigen el cambio de pito; el pastor, provisto
de una montera tradicional de El Hierro (gorro), talega y un palo,
lleva el orden, abriendo paso a los bailarines que representan al ganado,
los cuales tocan chácaras de carisco o moral. Los bailarines, vestidos
de mujer, según la apreciación campesina, llevan pantalón, falda y
camisa blanca, corbata y faldell ín rojo. Bailan sin parar a través de todo
el trayecto al ritmo de los pitos (flautas) y tambores. Llevan gorro blanco,
con adornos de oro, nácares, plumas de pardelas, pétalos de flores
y cintas de color. Todos son hombres (costumbre esta última que se ha
modificado en los últimos tiempos introduciendo a la mujer entre los
danzantes) y sólo una mujer baila con ellos, vestida de paisano, por
promesa. Los ritmos de la danza van desde el Baile de la Virgen al
Tajaraste, pasando por la Contradanza (sencilla y redoblada), Redondo,
Paso Cumbre, la Hullona o Jullona, el Santo Domingo, El Canqueo
... El tambor es de cuero de cabra machorra o de perro, golpeados
por palillos de diferente grosor, de madera de haya. Las chácaras
presentan también distinto tamaño y grosor. El mayor, el bajo para
"majar" y para "repiquetear", el alto. El pito es de material poco pesado,
normalmente de cobre y antiguamente de madera de carisco. Todos
estos instrumentos, muy apreciados, son transmitidos de padres a
hijos por vía agnaticia. La Virgen es portada por varias personas
turnándose en sus andas y enarbolando la bandera blanca, símbolo de
la unidad herreña»4.
«¡Cuando veas la Bandera Blanca es que la Virgen se acerca! ¡Por allí, por
donde ondea la Bandera, viene la Virgen!», son las consignas que nos transmiten
los participantes.
La Bandera de la Virgen -la Bandera Blanca- se ha convertido, a lo
largo de la historia de la Bajada, en digno estandarte de sus participantes. En
dicha Bandera Blanca van bordadas dos iniciales: AM -Ave María-, el salu-
4 G ALVÁN TUDELA. «Las Fiestas Populares Canarias».
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(ARLO ! A. TALAVERA GA RCÍA
Bajada de la Virgen en El Hierro.
do del Arcángel San Gabriel a la
Madre de Dios. Dichas letras eran
llevadas, históricamente, sobre el estandarte
de la Virgen que, como sabemos,
presidió hasta la Ermita de
San Lázaro la procesión de la imagen
de la Virgen de los Reyes en el año
1868, cuando fue llevada por primera
vez a la Iglesia de San Pedro.
Destacamos el hecho que nos lleva
a pensar, sólo en un principio, que
éste no es un ritual estrictamente religioso,
debido a que la Virgen es en-tregada
al pueblo, de tal modo que,
desde la salida de la ermita el clero desaparece, y el intermediario hasta la Piedra
de los Regidores es una cofradía compuesta por autoridades insulares5•
Pero llegados a este punto, y una vez expuestas una serie de consideraciones
que nos hacen preguntarnos de dónde provienen estos ritos, y cuáles son
las reminiscencias más parecidas que podemos encontrar en el folklore canario,
nos vemos obligados a elevar nuestra mirada hacia la Península Ibérica, a
fin de seguir la pista de aquéllos que un día recalaron en estas costas haciéndoles
llegar roda su tradición y cultura. Por tanto y, teniendo en cuenta todo
lo anteriormente dicho acerca de que los aborígenes desconocían tales instrumentos,
a saber: tambores, piros y chácaras, y que es obvio que la vestimenta
portada por los danzantes de la Bajada no se corresponde con ningún traje típico
documentado, echamos la vista atrás y recordamos el hecho de que la isla
de El Hierro fue una de las que primero se conquistaron, y que debido, probablemente,
a su lejanía y aislamiento, ha conservado la esencia de los primeros
ritos de origen católico que llegaron a las Islas, portadas por los primeros
colonizadores españoles, en gran medida castellanos.
Es allí hacia donde nos dirigimos, hacia la actual región de Castilla-La
Mancha. Y es que, teniendo en consideración lo anteriormente dicho,acerca
de la importancia que tuvieron los habitantes de dicha región en la conquis-
5 G ALVÁN, 1987.
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El BAILE DE LA «VIRGEN DE El HIERRO »: APROXIMACIONES A SUS POSIBLES ORÍGENES .• .
La de Canarias y su posterior colonización, no deja de sorprendernos las similitudes
que podemos encontrar en las danzas de varias de sus poblaciones con
las acaecidas en la Bajada de la Virgen de El Hierro. Podemos citar, a priori,
las fiestas donde se ejecutan bailes y músicas muy parecidas, tales como
Majaelrayo, Utande, Valverde de los Arroyos, Toledo . ..
Y es en una de dichas poblaciones, la de Valverde de los Arroyos, donde nos
vamos a centrar en este momento para poder contrastar algunas de las similitudes
destacadas anteriormente. Podemos comprobar, por ejemplo, que, curiosamente,
dicho lugar perteneciente a la provincia de Guadalajara, lleva el
mismo nombre que la capital herreña. Esto no nos aclara gran cosa, sobre todo
teniendo en cuenta que «Valverde» proviene, etimológicamente, de «ValleVerde
» y, dicha denominación, podemos encontrarla en muchas localidades
peninsulares. Por otro lado, tampoco podemos desechar una posible relación
directa entre los nombres de ambas localidades, teniendo en cuenta la importancia
que tuvieron los primeros pobladores post-hispánicos en El Hierro. En
lo que sí encontramos una clara relación entre ambas localidades, es que, en
dicha población, se celebra cada año la festividad del Corpus. Y es ahí donde,
según nuestra opinión, no pasan desapercibidas las coincidencias que podemos
encontrar entre los participantes de la Bajada de la Virgen de los Reyes y dicha
festividad. Pero expongamos a continuación una breve sinopsis de la fiesta:
«Éstas se celebran el domingo siguiente a la octava de la festividad del
Señor, esto es, diez días justos después, siempre en domingo.
A esta fiesta le dan vida el grupo de danzantes con su botarga. Son ocho
en total el número de danzantes, y portan una vestimenta muy peculiar,
consistente en camisa y pantalón blanco, cuyos bordes se adornan con puntillas
y bordados; en el cuello se anudan un largo y coloreado pañuelo de
seda; el pantalón se cubre con una falda que llega hasta las rodillas (sayolín)
de color rojo con lunares blancos estampados. En la cintura se coloca
un gran pañuelo negro sobre el que aparecen bordados, con vivos colores,
temas vegetales. El pecho y espalda se cruzan con una ancha banda de
seda que se anuda a la altura de la cadera izquierda. Los brazos se anudan
también con cintas rojas más estrechas, y en la espalda, pendientes de
una cinta transversal, aparecen otras múltiples de pasamanería. Sobre los
hombros hay flores. La cabeza se cubre con un enorme gorro, que se adorna
con gran cantidad de flores de plástico, presentando en su parte .frontal
un espejillo redondo. Calzan sus pies con alpargatas anudadas con cinta
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(ARLO I A. TA LAVERA GARCÍA
negra. Les acompaña "el botarga" ataviado con un traje de pana en que alternan
los colores marrón, amarillo, rojo y verde. Sobre su espalda, curiosamente
y al igual que en la bandera blanca presente en la Bajada de la
Virgen en El Hierro, llevan las iniciales A.M. En la cabeza una gorra compuesta
de varios trozos de tela dispuestos radia/mente, rematados en una
borla roja. Finalmente, forma también parte del grupo el "gaitero''.
Ataviado con traje de fiesta, de chaqueta y pantalón oscuro, corbata discreta
y camisa blanca. Cruzando el pecho lleva una gruesa correa de la que
p ende el tambor. Sujeta en su mano derecha el palillo, y en la izquierda la
flauta o "gaita': p ieza metálica de agujeros hecha con el cañón de una antiquísima
escopeta»6
•
Danzantes de Valverde de los Arroyos.
Hasta aquí, cualquiera puede hallar
ciertas similitudes entre una y
otra conmemoración, a saber:
1) Observamos una predominancia
del color blanco en ambos trajes,
a destacar sobre todo la diferencia
entre dicha vestimenta, portada por
los danzantes de la Bajada de la Virgen
en El Hierro y el típico en el
resto de las poblaciones isleñas, aún
en conmemoraciones de índole reli-giosa.
2) El hecho de que los participantes en las danzas y músicas del acto, al
igual que originariamente en El Hierro, son todos hombres7
•
3) El faldellín o falda que portan los danzantes de ambos cortejos, teniendo
en cuenta la peculiaridad de ser los portadores, tal y como indicábamos
inicialmente, todos varones.
4) Por supuesto, que dichos trajes se luzcan en una conmemoración relig10sa.
5) Sin duda, lo que más nos llama la atención es el característico tocado
redondeado que adornan con flores unos, los de Valverde de los Arroyos, con
6 Asociación Cultural «Danzantes Galve de Sorbe».
7 Elemento és te, muy común en muchas danzas antiguas de España.
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El BAILE DE LA «VIRGEN DE El HIERRO »: APROXIMACIONES A SUS POSIBLES ORÍGENES ...
pétalos otros en el caso de El Hierro;
con nácares unos, con espejos otros,
ambos con cintas. Con la diferencia
del tamaño, es ésta una de las características
que más asemejan dichas
vestimen tas8
•
6) Por otro lado, el que les acompañe
abriendo paso el «botarga», denominación
que se hace del símil del
«pastor» (guío), caso de la Bajada de
la Virgen de El Hierro, añade un ingrediente
más que asemeja las dos
fiestas, máxime cuando observamos
su vestimenta y más concretamente
el gorro de dicho «botarga», el cual
es muy similar al utilizado en el traje
típico de los hombres de El Hierro,
presumiblemente, debido a su diseño,
de origen árabe, con su borla
roja al final del tramo caído del
Festividad del Corpus en Valverde
de los Arroyos.
gorro, lo cual es otra característica más, diferenciadora de la
folklórica de El Hierro con el resto de las Islas.
vestimenta
7) Y, centrándonos en la composición de los instrumentistas, destacamos
la participación únicamente de tambores, pitos y chácaras en El Hierro, o castañuelas,
caso de los castellanos-manchegos, con la total ausencia de instrumentos
de cuerda. En ambos festejos, son los bailarines quienes tocan lascastañuelas
sin parar de bailar y la figura del tamborilero y flautista que marcañ
los sones que han de bailar los danzantes.
8) En ambas tradiciones, a su vez, también existen variaciones o diversas
melodías para acompañar.
Antes de continuar, veamos un musicograma de uno de los temas que se
interpretan en cada una de las festividades:
8 Aunque a su vez podemos encontrar dichos cocados en danzantes de otras poblaciones
españolas tales como Aragón, Extremadura, Andalucía (Córdoba y Huelva) .. .
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(ARLOI A. TALAVERA GARCÍA
Musicogramas:
Silencio de semicorchea
Ritmo de chácara
Partes fuertes
Partes débiles
Chácaras de El Hierro
----- --------- -------- --- - compás----------
Tambor de El Hierro -- ------------------------ compás---------- -
Castañuelas de V Arroyos
Observamos cómo las similitudes más destacables son:
1) Los toques de tambor, los cuales llevan un ritmo de «tajaraste» en El
Hierro9, si bien el de Valverde de los Arroyos crea una variación añadiendo un
toque a contratiempo en la 2ª subdivisión de la primera parte del compás
(esto es, subdividiendo el compás en semicorcheas y valiendo cada parte del
compás una corchea).
9 Aunque también lo podemos, a su vez, confundir con el toque del «Baile del Vivo». Y
es que, observando estos ritmos y comparándolos a su vez con el baile del tambor de
La Gomera, el cual sí tiene letra, recordamos que la isla de El Hierro pertenecía en un
principio al Condado de La Gomera. Diego Talavera en su obra «Canarias Folklore y
Canción». 1978. Ed. JB. Madrid, nos dice: «El tajaraste o baile del tambor, localizado
en la isla de La Gomera, es otro de los bailes de filas enfrentadas que llegó con vigor
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EL BAILE DE LA «VIRGEN DE EL HIERRO »: APROXIMACIONES A SUS POSIBLES ORÍGENES
2) Las partes fuertes del tamboril
de Valverde de los Arroyos coinciden
con las mismas en los toques de tambor
de los grupos de la Bajada de la
Virgen en El Hierro (fundamentalmente
a la «caída», representada en
dichas transcripciones con el mismo
compás).
3) Por otro lado, dichas partes
fuertes coinciden enteramente con la
marca que realizan tanto las chácaras
en un acontecimiento, como las castañuelas
en el otro.
4) Son los danzantes los que tocan
este último instrumento y destacamos
una mayor «sofisticación» o
complejidad en el toque de los de El
Hierro.
5) Por último, no profundizamos
en las melodías, teniendo en cuenta
las siguientes observaciones: la primera,
que la melodía de los grupos
de El Hierro es más compleja, si bien
hay que tener en cuenta que en
Valverde de los Arroyos es el tamborilero
el que, además de dicho ins- Danzante de Majaelrayo.
hasta nuestros días. Consiste en una danza ejecutada sobre un corto esquema rítmico,
cuya estructura se parece mucho a los antiguos ritmos populares de tambor y, en particular,
con "Le tambourin" una danza popular europea de corte barroco. El canto en pareado
ofrece una melodía sencilla, llena de encanto, que se basa en el característico
ruido de las chácaras o castañuelas grandes. De qué forma llegó a las islas y cómo fue
adoptada por el pueblo, es materia que queda, de momento, por dilucidar». A lo cual
añado si cabría preguntarnos aquí cuál fue primero, si el baile del tambor de La Gomera
o el tajaraste, como inicio para vislumbrar los posibles orígenes de tan característicos
ritmos antiguos de Canarias.
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( AR LOI A. TALA YERA GARCÍA
trumento, toca la flauta, lo cual limita
sus posibilidades a la hora de
desarrollar melodías más complejas.
La segunda, es que hacer coincidir
las melodías se antoja harto difícil,
teniendo en cuenta que éstas se pueden
haber modificado a lo largo de
los siglos en ambas poblaciones.
Habiendo pasado un largo periodo
de tiempo, la destreza o la técnica de
cada intérprete es parte fundamental
en su ejecución, aparte de que cada
músico habrá puesto su propia semilla
o toque personal, y eso aún sin
tener en cuenta que hay muchas variaciones
o diferentes melodías y
aquí sólo hemos representado una de
Traje típico de la isla de El Hierro. cada. No obstante, sí observamos
que ambas melodías poseen una cadencia
repetitiva que no dura más de tres o cuatro compases, en los cuales se
intercalan escalas ascendentes y descendentes, siempre utilizando la tónica y
dominante.
6) En ambos casos, a su vez, al ser las melodías tan repetitivas y tener el
tambor un ritmo continuo, las variaciones de melodías o cambios de tema
se realizan sobre la marcha, a instancias de los pitos, seguidos por los tambores
y continuando con las castañuelas o chácaras y bailes de los danzantes
en ambas representaciones.
Hasta ahora hemos estado relacionando una serie de características que, si
bien son diferenciadoras del folklore regional de cada una de las fiestas que
enunciamos en el presente trabajo, no lo son tanto entre ellas:
1) Hemos comprobado la similitud existente en los instrumentos que ejecutan
las melodías en ambas poblaciones.
2) Resaltado las coincidencias entre la vestimenta de unos y otros.
3) Comprobado que, no en número, pero sí en el motivo y en la presencia,
existe una similitud entre los componentes que interpretan y bailan en las
dos agrupaciones.
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El BAILE DE LA «VIRGEN DE EL HIERRO »: APROXIMACIONES A SUS POSIBLES ORÍGENES ...
4) El gran parecido existente en los ritmos que se ejecutan en ambas localidades
con el uso de similares instrumentos e instrumentistas.
5) Los bien definidos pasos de baile tanto en una población como en la
otra, los cuales funden un desplazamiento acompasado de pies a fin de hacer
sonar, brazos en alto, tanto las castañuelas como las chácaras.
6) Y, cómo no, tampoco nos olvidamos de las características vestimentas
que utilizan los danzantes de uno y otro lado. La procedencia de este colorido
y vistoso traje, de apariencia femenina (no olvidemos que estos bailes eran
realizados antiguamente sólo por hombres y que este detalle es característico
de muchos bailes y tradiciones relacionadas con actos religiosos a lo largo de
toda la península Ibérica), nos lleva a considerar estas danzas como una reminiscencia
de primitivos cultos a divinidades femeninas.
También hay quien ha relacionado esta vestimenta con la de los antiguos
griegos, basándose en el carácter pírrico de las danzas.
Sin descartar cualquiera de estas hipótesis, y algunas otras más, una de las
explicaciones más lógicas y más cercanas, según una primera impresión, lapodemos
hallar en esa especie de enagua blanca que era una falda habitual, desde
la Edad Media, entre los labradores y hortelanos para cubrirse el calzón y evitar
que se manchara. Muchos grabados demuestran el habitual uso de esta
prenda hasta finales del siglo pasado en toda España.
Esto, unido a la mención expresa que se hace en multitud de documentos
y citas literarias a la zona de la meseta manchega acerca de que «los danzantes
saldrán vestidos de labradores», hace pensar que esta explicación es bastante
certera. El color blanco, símbolo de pureza, ha sido resaltado en los trajes debido
al carácter religioso que estos bailes han tomado en los últimos siglos.
No obstante, dejamos para otra ocasión
una última apreciación que nos
puede llevar a pensar en el más que
posible origen Celta, no sólo de la
vestimenta, sino de las danzas y motivos
que rodean unas circunstancias
mediante las cuales, la Iglesia
Católica añade a sus tradiciones ritos
de origen pagano de antiguas reminiscencias
de adoración a divinida-des
femeninas. Danzantes de Badajoz.
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(ARLOI A. lALAVERA GARC ÍA
Todo ello nos hace pensar que existen más que casualidades en la estructura
de los dos acontecimientos, tan lejanos geográficamente, pero tan cercanos
en su motivo y desarrollo. Es interesante observar, a su vez, cómo tras esta
sinopsis que hemos realizado acerca de lo que pudieron ser los motivos e historia
de unas tradiciones arraigadas en la región de Castilla-La Mancha durante
todos estos siglos, algo más que la simple casualidad haya recaído en
nuestras Islas, aportando posiblemente indumentaria, instrumentos musicales,
ritmos y hasta motivos de celebraciones.
Ya, para finalizar, mencionar la posibilidad en otra ocasión, de demostrar
qué relación, musicalmente hablando, encontramos entre los bailes de tambor
y flauta en El Hierro y los que podemos hallar en La Gomera.
El caso es que todas y cada una de estas cuestiones nos vienen a demostrar
con hechos lo que ya en su día nos decía Josep Crivillé: «La investigación de
la música folklórica de España está en relación indirectamente proporcional a
su nqueza».
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El BAILE DE LA «VIRGEN DE El HIERRO »: APROXIMACIONES A SUS POSIBLES ORÍGENES. ..
www.tamborileros.com
www.uned.es/ geo-1-historia-antigua-universal.
DOCUMENTACIÓN FOTOGRÁFICA
Archivo personal Carlos Talavera.
GALVÁN TUDELA, Alberto: Las fiestas populares canarias. Interinsular/Ed. Canarias
(1987) .
«Guadalajara, el último paraíso». Colección F.E.P.E.T. Diputación Provincial de
Guadalajara (1986).
Vv. AA.: La Música Popular Canaria. Edir. Centro de la Cultura Popular Canaria.
DOCUMENTACIÓN SONORA
Archivo personal Carlos Talavera.
Vv. AA.: CD de La Música Popular Canaria. Edir. Centro de la Cultura Popular
Canaria.
www.tamborileros.com
TRANSCRIPCIONES MUSICALES
Archivo personal Carlos Talavera.
Nota: Por lo general, se ha seguido como norma transcribir parres en lo referente
a las situaciones históricas como a las descripciones de bailes y desarrollo de las
fiestas, a fin de no adulterar dichas actuaciones con comentarios personales y reflejar
en gran medida el sentimiento y motivo original descrito por los cronistas
y personas que actualmente viven las diferentes fiestas. A todos estos investigadores
y escritores vaya mi agradecimiento y reconocimiento.
Agradecimiento: A D. Juan Ramón Coello por su inestimable ayuda y apoyo en
la confección del presente trabajo.
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