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LA DÉCIMA EN LA EMIGRACIÓN CLANDESTINA DE LA ISLA DE EL HIERRO · José M. Espinel Cejas © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 A Rafael S. Cejas Morales, mi abuelo, y a todos aquéllos que tu vieron el coraje ele escapar en barquillos piratas o tartanas, buscando una tierra de esperanza donde hacer realidad los sueíios. LA DÉCIMA EN LA EMIGRACIÓN CLANDESTINA DE LA ISLA DE EL HIERRO 1 Aunque la emigración clandestina o ilegal en las Islas Canarias es, sin lugar a dudas, uno de los fenómenos hi stóricos, económicos y sociocultu rales más importantes del presente siglo, se trata también de uno de los acontecimientos históricos menos estud iad os . Las razones ele la clandestinidad son múltiples y diversas, pero éstas se dieron con mayor profusión e ntre los años 1936 y 1951 , aunque continu ará ele forma esporádica hasta el año J 955 (Balandro Colón, La Parej ita, El Timanfaya y otros) y pese a que la situación había variado, es a partir de 1949 cuando se inicia la emigración legal a Venezuela 2 . Era lógico que así ocurri era, pues la mayoría ele los e migrantes no podía soportar los costos del pasaje; certificados de toda índole, pasaporte y vi sado, tocio lo cual significaba unas doce mil pesetas de la época. Viajar clandestinamente suponía tener que desembolsar entre cuatro y cinco mil pesetas, que se pagaban generalmente medi ante una hipoteca ele bi enes o préstamos a un inte rés del 100% anual ' . Debe tenerse en cuenta que en esta 1 Este trabajo de in vesti gac ión etnográfica fue presentado y entregado, en 1993 , en las 11 Jornadas de Folklore Canario ce lebradas en La Aldea de San Nicolás ele To len tino. Se trata ele una de las fases que forman parte de un prnyecto ele in vestigac ión que venimos rea li zando clesclc mediados de los años ochenta. Curi osamente, algunos meses después, en 1994, es publicada la obra La emigración clandestina herrdia a \lenezuela, ele Venanc io Acosta. En dicha obra se incluía,_ tan sólo, uno ele los diarios de viaje escrito en décimas que mostramos en este estudio , pero ele forma muy fragmentada e incomple ta, pese a que ya lo habíamos presentado en las Jornadas anteriormente citadas ( 1993) y di sponíamos, no sólo del origi nal manuscri to por su autor, don Ju an Reboso Mac hín ( 19 18- 1980), sino tambi én ele otras dos version es que compl etaban los quini entos sesenta versos íntegros. Asimismo, co ntamos con numeroso mate ri al grMico (fotogra fías , cart as , poes ías , pasaportes ... ), así como ele otros interesantísimos diarios que, aunque ofrecemos parc ialmente en este estudio , serán in cluidos en posteriores trabajos con la esperanza ele que se sumen al co11oci 111ien10 aportado por todos los estudios que se han reali zado. 2 MACÍAS HERNÁNDEZ, Anto nio M. ( 1992): La emigracióll canaria, 1500- / 980. Ediciones Jú car. 3 lnl"ormación oral recogida en El Hi erro, en boca de varias personas. 2 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 época el sueldo de un obrero rondaba las doce pesetas ele jornal diario, las cuales no sólo enm insuficientes para cubrir los gastos de los artículos de primera necesidad, sino que, además, el racionamiento impuesto tras la Guerra Civil Española obligaba a abastecerse en el mercado negro, conocido popularmente por el estraperlo, fruto, sobre tocio, del contrabando portuario realizado por los célebres cambulLoneros. Por tanto, el coste de un pasaje venía a suponer el ahorro de varios años de duro trabajo o la venta ele sus _escasos bienes. Las características principales ele los barcos eran las siguientes: por un lado se trataba principalmente de veleros del siglo pasado, algunos de los cuales habían sido ,botados para el comercio con América latina, sobre todo Cuba, pero con la irrupción ele los barcos de vapor y cascos metálicos éstos quedaron relegados para el cabotaje interinsular o la pesca en el banco canariosahariano. En menor grado los hubo de propulsión mixta, es decir, motoveleros, fruto de la incorporación ele motores de explosión a los viejos barcos veleros, y, por último, quedarían contaclísimos casos en los que la única propulsión del barco consistía en un motor de explosión, en muchos casos en precario estado de conservación, lo cual motivó un sinfín ele problemas en alta mar (quedar a la deriva, conatos de incendio, etc.)4. Las dimensiones medias ele estos barcos rondaban los 20 metros ele eslora, 4,5 metros de manga por 2,5 de puntal; desplazando, como media, entre 40 y 50 toneladas, pero muchos no Uegaron ni tan siquiera a la mitad ele estas dimensiones. Por lo tanto, las condiciones del viaje no podían ser peores, ya que la media era de 0,53 pasajeros por tonelada de desplazamiento, es decir, muy si mil ar a la ele los b arcos negreros ·5 , aunque en mue 11 0s casos t·u e sm. el u el a muy superi. or 6 , pues este hacinamiento no implicaba riesgos directos de sublevación, ya que iban por propia voluntad, aunque sí un aumento claro de los beneficios económicos para el dueño del barco, debido al mayor número ele pasajes vendidos. En un primer momento, la emigración clandestina en Canarias parece responder, indudablemente, más a una huida por motivos políticos que a una emigración por causas socioeconómicas, ya que inmediatamente después de estallar la Guerra Civil se desencadena la fuga de las primeras tartanas con rumbo a la cercana costa africana, bajo dominio colonial francés, como modo 4 GARCÍA LUIS, Ricardo ( 1995): Estrella Polar, Ull viaje cla1Ldeslino Canarias- Venezuela 1948. Editorial Baile del Sol. Colección Yacaguaré-2. 5 MACÍAS HERNÁNDEZ, Antonio M.: 1992, p. 183. r, Es el caso, entre otros, del América con 180 pasajeros, el Arroyo con 3 15, el /Jenahoare con 154, Carlota con 228, Delfi'na Noya con 200, José /Jrilo (ex-Júpiter) con 160, Juanita S11árez. con 180, Luz. con l 54, Nuevo Teide con 286, San Antonio I con 190 o el Te/é11wco con 171. 3 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 rumbo a la cercana costa africana, bajo dominio colonial francés, como modo de pasar posteriormente a la zona controlada por la República Española7 • Seguidamente, el éxodo migratorio, aunque en algún caso toca puertos africanos para avituallarse, se dirige por lo general directamente a Venezuela. Esta etapa migratoria se incrementa y generaliza, debido a que, junto a los condicionantes políticos, se unen la grave crisis económica, la caída de las exportaciones agrícolas isleñas, el bloqueo económico consecuente al estallido y el encadenamiento de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, el subsiguiente racionamiento, los salarios de miseria, los años de sequía y malas cosechas, así como el desmantelamiento por diversas causas de la vieja flota canaria de pesca y de cabotaje interinsular, que es la que, en definitiva, aportará la mayor parte de los barcos veleros y en menor medida motoveleros, empleados para la emigración clandestina. Puerto de Santa Cruz de Tenerife, desde donde se organizaron y partieron numerosos viajes clandestinos a Venezuela, entre ellos el del J Gaspar, que recaló en el norte de la isla de Tenerife y luego en El Hierro 7 Información oral de D. Bernardo Trujillo Marrero (Pacheco, natural de La Orotava-Tenerife); D. José Herrera González y D. Tomás Ávi la Rodríguez, naturales de Gran Tarajal (Fuerteventura). 4 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 En este contexto histórico común para todo el Archipiélago, es donde hemos de englobar a la emigración clandestina herreña. La isla de El Hierro, la más suroccidental y pequeña de las Islas Canarias, contaba en 1950 con una población de 8.182 habitantes de hecho, la inmensa mayoría de los cuales eran agricultores o pastores. Según Rodríguez Martín, el 10,2 % del total de emigrantes clandestinos canarios eran herreños 8 , lo que significaba para la isla un fuerte impacto, no sólo demográfico, sino social, econpmico y cultural. Esta emigración clandestina herreña se desarrolla principalmente en el último período de la emigración ilegal, pues aunque muchos emigraron con anterioridad en barcos que partían de otras islas (La Palma, La Gomera, Tenerife o Gran Canaria, princi.palmente) no es sino hasta los año·s' 1949 y 1950 cuando partirán, desde diversos puntos de la isla de El Hierro, tres veleros con rumbo a Venezuela: el Joven Gaspar, el Nuevo Adán y el Saturnino. aozarole 4 Pue1to de Nace ..olcwn<>s arrita, Salinas y Bahía de Puerto Naos, en Arrecife de Lanzarote, donde tenía su base la mayor parte de la flota canaria de pesca que aportó los barcos para la emigración clandestina canaria a Venezuela 8 RODRÍGUEZ MARTÍN, Néstor (1988): La emigración clandestina de la provincia de Santa Cruz de Tenerife a Venezuela en los años 40 y 50. Ediciones del A.C.T. Cabildo Insular de Tenerife; p. 145. 5 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 más larga y penosa en la hi storia de la emi grac1on clandestina canaria a Venezue la, llegando inc luso a plantearse el canibali smo corno última esperanza de poder sobrevivir 9 . No es de extrañar este episodio, si tenemos en cuenta que en esta época de racionamiento y mercado negro de productos de primera neces id ad, eran escasísimos los víve res embarcados . La situac ión se agravaba ante el gran número de días en alta mar (has ta dos y tres meses) y el exceso de pasajeros que iban a bordo con hambre vieja, acumulada du rante una docena de duros años de guerra y posguerra. Por otra parte, el solo hecho de que se planteara el can ibali smo supone un acto ele heroicidad extrema, ya que, al comparar el caso con el de los jóvenes uru guayos supe rvivientes ele un accidente aé reo en Los Andes, en los años setenta, que practicaron el canibalismo y que además eran deporti stas sobrea lime ntados (eran jugadores de ru gby y de clases pudi entes), rodeados de agua potable en forma de nieve, nuestros emi grantes estu vieron en muchísimas peores condiciones: sin agua potable disponibl e 10 , en un enorme des ierto de agua sa lada y con un sol abrasador, ex puestos al de lirio y a la locura fruto de la deshidratac ión y fam é licos mucho antes de embarcar. Fue Emiliano Curita (Emiliano Morales Morales), natural del pueblo de San Andrés en Asofa, qui en, cuando apenas quedaban cinco o seis ki los de arroz y menos de cincuenta litros de agua, lo propuso en los siguientes términos: "Pues yo soy conforme de que la única manera de que quede alguno pa que eche el cuento, es que se sortee pa matar a uno y comerlo". En cua lquier caso, según se nos siguió info rmando, parece ser que este planteamie nto se hizo en un tono algo jocoso 1 1 • La cruda realidad socioeconómica y política, junto con la desesperación , los obligaba a emprender semejante hazaña. Afortunadame nte, en los momentos de mayor angusti a, fueron socorridos por el buque norteamericano Del-Sud. El segundo ele los ve leros, el Nuevo Adán, salió de la bahía del Faro ele Orchillas el 15 de abril ele 1950, tard ando 38 días en llegar, con 11 7 pasaje ros a 9 A este respecto, hemos ele señalar que: "a Anaswsio Padrón (A nastasia el Bergante) le tocó ert sorteo matarlo pa comer pero escapó porque vieron tierra". In formac ión oral ele D. Ju an Fernánclez Herrnínclez natu ra l de Taibique-EI Pinar (El Hi erro) y confi rmado por D. And rés Torres natu ral ele !sora (El Hi erro ). Ver tambi én las obras de GARCÍA LUIS, Ricardo ( 1983): La emigración clandestina Canarias-Venezuela ¿canibali smo? y RODRÍGUEZ MARTÍN, Néstor ( 1988): Ibídem pp. 106 y 107. 10 La escasez de agua potab le e ra tal que se tu vo que nombrar una co mi sión encargnda de distri bu irl a equitati vame nte. Uno ele sus miembros fue And rés Torres n::i tu ra l de lso ra, qui en la repartía cl iari nmente en una peq ueña lata de leche conde nsada a la que se le había practicado unos agujeros a una dete rminada a ltu ra, "co1110 a w1 dedo del filo para que a todos tocara igual al racionarla" . 11 Esta info rmación nos ha siclo gentilmente fac ilitada por Francisco Gonz,ílez Pérez, Quico Santos, en Taibique, E l Pin ar (El Hi erro ) en octu bre de 1997. 6 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 en los momentos de mayor angustia, fueron socorridos por el buque norteamericano Del-Sud. El segundo de los veleros, el Nuevo Adán, salió de la bahía del Faro de Orchillas el 15 de abril de 1950, tardando 38 días en llegar, con 117 pasajeros a bordo, entre los que iban una mujer y tres jóvenes menores de edad. Fue también uno de los episodios más tristes de nuestra historia reciente, debido a los sucesos ocurridos a bordo: motines, agotamiento temprano de los escasos víveres y de las paupérrimas reservas de agua, etc. Arbolado como pailebot, el Joven Gaspar fue un vivero que se modificó para construir un aljibe que permitiera emprender el viaje definüivo a Venezuela El último de los veleros piratas12 , fue el elegante pailebot Joven Gaspar, botado en el año 1880 y que llevaba 143 pasajeros a bordo, entre los cuales había dos mujeres y un niño. Recaló el 23 de junio en la bahía de la playa conocida como El Berodal, en la costa del pueblo de Sabinosa, donde se 12 El término pirata se utiliza tradicionalmente, en las Islas Canarias, para hacer referencia a cualquier cosa ilegal. Así, por ejemplo, un coche pirata es aquél que hacía servicios de transporte de pasajeros eventualmente a modo de taxi, pero sin llegar a serlo. Se equivoca RODRÍGUEZ MARTÍN, Néstor (1988), cuando cree que este término hace referencia a que el barco debía ser robado, tal como ocurrió en algunas ocasiones; p. 88. 7 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 aprovisionó de agua, gofio, higos pasados, almendras, carne salada y otros víveres; también pudieron disfrutar esa misma noche de la ancestral fiesta de San Juan (solsticio de verano). Zarpó el 24 de junio de 1950, tardando sólo 23 días en avistar tierra y 28 en llegar a su destino: Puerto La Cruz, Estado Anzoátegui, costa nororiental venezolana. No sólo fue el velero más rápido de los tres, sino también el segundo más rápido en la historia de la emigración clandestina canaria a Venezuela, después de la goleta Benahoare13 , que partió de la isla de La Palma. Esto fue posible porque fue el único de los tres veleros que estuvo pilotado por un experto oficial herreño: Rafael S. Cejas Morales, quien disponía de estudios náuticos y experiencia naval al menos desde los años 1925 hasta 1937 -año en que fue encarcelado por sus ideales democráticos y suspendido de poder ejercer todo tipo de actividad relacionada con la navegación-, así como de sextante, compás, cronómetro, cartas de navegación y otros instrumentos para realizar este arriesgado viaje. Fotografía en que aparece Rafael S. Cejas Morales, realizada en la cubierta del Correo de Transmediterránea que operaba entre las colonias españolas de Río Muni y la isla de Femando Poo. Es el segundo por la izquierda, en primer término. Afio 193 0. 13 La goleta Benahoare, a diferencia del pailebot Joven Gaspar, tenía un motor auxiliar que le permitía una velocidad media de crucero de 7 millas por hora, por lo que en caso de calma podía disponer de esta propulsión alternativa. 8 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 366, ello supone e l 54,87 de l total de emi grantes he rreños de esa décad a, es decir, más de la mitad de los emi grantes he rreños de esta década lo hi zo clandesti narnen te. Aun siendo una cifra pendiente de revisión, ind ica en cualqu ier caso la importancia que tuvo la emigrac ión clandestina pa ra e l pueb lo he rreño. Pueblo en su mayoría muy pobre y ofi c ia lme nte analfabeto, que soportaba los constantes atrope ll os de la c lase caciquil , conocida popularmente como rabos blancos y ele la guardería fo restal , al frente ele la cual se encontraba e l conocido y tri stemente recordado Zósimo, quien ordenaba las brutales inte rvenciones sobre aquellos pastores y agri cultores que eran captu rad?~ con sus ga nados en el monte o cogiendo leña para sus hogares. Sobre tocio, en aque llos ai'íos ele fuerte seguía en la que e l único medio para subsistir en E l Hie rro era e l aprovechamiento de los recursos fo restales ( leña seca, creces, rnocanes, medroíios, raíces de he lechos, tagurun tías, etc.), la caza, la pesca y la recolección marin a. Para e l pueblo herre íi o, una epopeya ele tal magnitud necesariamente tenía que trascender en la hi storia colectiv a. La mejor, y prácticamente la úni ca manera conocid a, era la tradic ión oral ve rsificad a, ya q ue ésta e ra as umida y trasmitida por la mayoría de l pue blo; a l contrario ele lo que ocurre con la historia escrita, que di scrimina a buena parte ele la poblac ión ele la época, si tenemos en cuenta los altos índices ele analfab e ti smo y los escasos recursos para acceder a la cultura esc ri ta . En cualqui er caso, es to no só lo no descartó la tran smisión escrita, sino que la fav oreció, pues la mayoría ele las compos iciones creadas ora lme nte en versos y conservadas en la memoria colectiva, fue luego recogida, copiada y comunicada ele unos a otros y e nviadas a Canarias desde la otra orilla de l Atlánti co, y fue asumida hasta e l punto ele haber siclo muchas veces inte rpretadas públicame nte en la is la ele E l Hi e rro. En este sentido, se nos ha narrado la anécdota ele que muchos familiares que no habían recibido noticias de sus pari e ntes ele Venezue la, a los que ya daban por muertos o desaparecidos, al escuchar di chos re latos cantados en décimas verseadas en puntos cubanos, vivían mome ntos de gran emotividad . Es decir, una vez que estaban aseguradas oralme nte en la memoria colectiva, fu e ron posteriormente registradas de forma escrita. Un c laro ej e mplo lo tenemos en e l maravi lloso diario de un emi grante c landestino he rre r'ío embarcado en e l Dolores Ortega, que partió de l Pue rto ele La Luz y ele Las Palmas de Gran Canaria, titulado '' Datos importantes de una hazaíia sorprendente, observados por Juan Cejas Navarro, aíio 1950", que, aunque esc ri to totalmente en prosa. conserva buena pa rte de l tex to en estructura decimal. lo que refu e rza la hipótesis anteri orme nte expuesta .. Por otra parte, quedaría claro que, conceb ir ori gin alme nte una narraci ón en décimas o en cua lquier tipo ele versificación, para su trans mi sión 9 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 oral cantada, es una forma más fácil, eficaz y bella de perpetuar en la memoria colectiva unos hechos históricos en los que buena parte de los herreños y canarios en general estuvieron re lac ionados. En cualquier caso, la emigración c landestina no fue la única que empleó estos mecanismos, ya que existen ejemplos en la emigración legal , como el recogido por el profesor Lorenzo Perera15 en La Dehesa, donde un emigrante legal, Vicente Hernández Quintero, compuso unas décimas relatando su viaje a Venezuela. Como es lógico, el hecho de reali zar diarios de viajes escritos en décimas no fue exclusivo de la isla de El Hierro, ya que se conocen ejemplos en otras islas, como es el caso de La Gomera, donde el emigrante Manuel Navarro Rolo escribió uno titulado "Narración histórica de un viaje transoceánico desde La Gomera (Islas Canarias) a Venezuela en el motovelero Telémaco, aiio 1950" 16 . Otro diario inte resante fue el de un emi grante grancanario: José Llorca Cabot, que se escapó en el ve lero Arnérica hasta Dakar, donde se hundió; pasando luego a continuar su viaje a Venezuela en el Saturnino, que procedía de la isla de E l Hierro. De estas desventuras escribió un diario titulado: "Romance del emigrante: esto es realidad" 17 Pero de cualquier manera, el caso he rreño es bi en signifi cativo, ya que tan sólo de uno de los diarios del viaje del Saturnino dispon emos de tres copias a modo de versiones, las cuales tienen c laras diferenc ias entre sí. Una de e ll as, la primera versión y ori ginal, de las tres que poseemos fue escrita por Juan Reboso Machín, natural de Asofa, y está compuesta de c incuenta y seis décimas (quinientos sesenta versos), cuyo título es "Décimas históricas del a,'io 1949" 18 , mientras que otra de las versiones del anterior lleva por título: "Emigrasio grandestino"[sic] 19 . Ésta última copiada íntegramente de memoria por Honorio Armas Acosta, tras haberla escuchado en una interpretación pública de verseadores de punto cubano, la cual adaptó a su manera de 15 LORENZO PERERA, Manuel J . ( 1989) : El folklore musical de El Hierro . Disco y libro ed itado por el Centro ele Cultura Popular Canaria, pp. 17 y 18. 16 GARCÍA LUIS , Ri cardo y otros ( 1982) : Así se lticieron a la 111ar: el Telé111aco. Edición de J. Marrcro y Castro. 17 PERRERA JIMÉNEZ. José ( 1989): 1-/is/oria de la e111igraci!m clcuzdesli11a a Ven ezuela. Gráficas Marcclo. ix REBOSO MACHÍN, Juan: Déci111as históricas del aiio 1949. Manuscrito origi nal privado, escrito en 1949. 19 ARMAS ACOST A. Hono rio. Emigrasio Grandeslilw [sic]. Versión manuscrita que fue copiada íntegramente ele memoria tras haberla escuchado en una interpretación ele verseaclo res ele Punto Cubano en la isla ele El Hi e rro. Colección particular. 10 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 entender. Por ej e mpl o, grandestino por clandestinr/0 . A continuación ex ponemos las "Décimas históricas del aFío 1949" 21 , versión original, escrita por Ju an Reboso Machín durante su viaje a Venezue la a bordo del Saturnino, siendo compl ementadas con las otras variantes de las que di sponemos. l ª El día 1222 de octubre histórico debe ser para el que sepa comprender lo que significa el mundo. Con orgullo muy profundo, el hombre forma su hogar y así e mpieza a trabaj ar, para poder sostener a sus hijos y mujer, un perfecto bi enesta r. Imposible le es la vicia, lucha con inconveni e ntes porque el sudor de su frente muy poca cosa le alivia. Asi 23 es que el hombre cavi la 20 No es de extrañar este caso de asociación de un significante desconocido a otro con signifi cado conocido. Se trata de un comportamiento bastante común en tre nuestra población campesina. Así, por ejemplo, en T eneri fe hemos cscuchaJo la expres ión lmbc111,~uilla para referirse a la bougan.vi/la aunque no tenga nada que ver esta planta con la del bubango, una cucurbitacea. También hemos escuchado calis1ro para referirse al euca li ptus o eucalipto. 21 Hemos considerado oportuno corregir el texto, en cuanto a lo que a ortografía se reliere, clebiclo, entre otras razones, a la fa lta ele uniclacl entre las diferentes copias o vers iones. 22 Hemos respetado el hecho ele que estlÍ escrito con números. Debería escribirse con letra para respetar la métrica octosílaba. 23 En este caso no va acentuada para que se pueda producir la sinalefa, ya que ésta resulta violenta con una síl aba acentuada. 11 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 cómo se pod rá valer, ele qué medios podrá ser. No encuentra solución, más tarde, con atenc ión, se lo dice a su mujer. Lo que voy a referirte, hoy es prec iso decirte Escucha, pon atenc ión , que abandono la nación . Será 24 una equi vocación, pero mi pal ab ra di ; hoy me despido de ti , dime si algo te consue la, yo me voy a Venezue la, ya la orden recibí. 4ª A las once de la noc he se formó la exped ic ión y con mucha precaución miramos al hori zonte. Bien c laro se veía el monte, la luna resplandeciente, unos fuimos a Las P layas 2 :'i y otros con rumbo a la fu ente hasta qu e, muy ele repente, el punto lo des ignaron. Los que en E l Pinar se hallaban también al punto acudieron , y tocios se reuni eron 24 Hay sinalefa pese a que hay una sílaba accntuaela. 25 Se trata ele Las Play;is, un topónimo hcrreño ele la Costa de \sora. 12 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 en e l leti111e 21 ' Las Pla)d~. T odos los que allí se hallaban 111iraban al horizo nte y do nde unas o las rompen una luz se d ivisaba. e l barco se aprox i rnab;1 , eran ya rnás ele las Joce. 6" En ca111in o.nos pus i111 os, intra nquilos camin amos, cansados y desmayados, cuando en Las P layas nos vi rn os . Muy pronto a ll í descu brirnos llegaba la emba rcació n, e l cap itán al ti111ón, a las velas los 111arinos, y s in tardar recibimos las órde nes de l patró n. 7" T ri s te fue la s ituación, nad ie en E l Hie rro lo sabe, e l a migo Ju an Gon zá lcz nos cia rá contestació n. Fue muy ju sta la razó n, nad ie debe c ri ti carl e, é l no lo hi zo ele cobarde. tuvo su prese nti mi e nto. pues en aque ll os mo 1rn.:ntos qué s ituac ión lame ntabl e. 8" 26 Expresión Lopon íllli ca hcrrciia que si rve par;i ck:,ig11,1 r un borde o lín1i l t: de un acc1clc11Lc orográlico (monLaña, barran co, risco, acan tilado 111ari110 ... ). pmihlcrnente se rratc de una ex presión prehi,púnica de origc11 bimb:ichc que 1icnc sus paralc li slllos en el rad ica l TM. que significa ·borde, J"ronLera o Jímile' en diversos dialecto, de lenguas Gllll ÍLi cas o noneaJ"ric:rna,. 13 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Cuando todo es taba li sto el capitán ord enó, pero e l barco no arrancó, porque le faltaba e l viento. Qui en en aqu e llos momentos pensara la s ituac ión no lloraba por razó n, no porgue faltó moti vo, porque casi que nos vi rnos e ncallados en Cardón. 9ª Arranca e l barco a l momento y torn a su direcc ión, navega con precauc ión, teme roso ele un e ncue ntro. Con dirección a occidente e l barco s igue dos días y con gran monotonía se qu eda, proa al ori ente, marcando di rectamente la lín ea 27 que recorría. 1 Oª Así se pasó dos días, perdi endo has ta la razón, con el agua de rac ión, muy escasa la comi cia. Después, al s igui ente día, a lgo lejos se descubre, . ?8 y fu e e l 18 - de oc tu bre, 27 Siné res is. 2x Debería haber siclo escrita con letras para conservar su métrica, pero hemos respetado la 14 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 a las diez de la mañana, cuando el mar se atormentaba y un temporal se descubre. ] ] a Llegó la noche sombría y mi I densos nubarrones, cayendo como aguijones, sobre la manta mía 29 . Ciento diez hombres había en medio de la tempestad y en aquella soledad, sin medios de protección, se nos siente el corazón oprimido de verdad. 12ª Ya la tormenta bonanza y aparece el nuevo día sintiendo con alegría no ocurriese una desgracia. Y en aquella bonanza, que apenas el mar se mueve, cuando todo el mundo duerme se oye una voz decir: - i cuidado, estamos en tierra, éste es el cabo San Luis!-. 13ª Yo lo voy a referir pa que nada nos fallara ¿qué faltó pa que encallara el barco en cabo San Luis? Qué fácil es de decir versión original del autor. 29 Verso irregular desde el punto ele vista mét rico pues tiene sólo siete sílabas. 15 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 a todos los concurrentes quien tenga miedo a la muerte no se debe de an-iesgar, porque aunque sepa nadar, no se libra de la muerte. 14ª Sigue nuestra embarcación y el veintitrés de maí'íana, libre y anhelado se hallaba en Dakar puerto francés . Algunas casas se ven, otras llaman la atención, los negros con camisón, el puerto muy concurrido, francesas con sus maridos en sostén y pantalón. 15ª Después de suministrar, con alguna condición, llamaron a Salvador, para una nota tomar. Este empezó a protestar y dijo la policía que agua y víveres había: no tengan miedo ninguno, les darán su desayuno, que beber y dos comidas. 16ª Determina la salida para el día veintisiete, sin ningún inconveniente, todo en marcha y armonía. ; Cuando reinó la alegría en todos los concurrentes, 16 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 surge al fin y de repente algo que duele en la vida: supuesto queda enseguida un hombre tendido inerte. 17ª Presenció con sentimiento cómo hombres de corazón, y todos con compasión, acudieron ~11 momento. Este es el primer encuentro, surge la fatalidad , un caso que, en realidad, como primer accidente, a todos nos hizo frente, nadie se pudo librar. 18ª Es digno de compasión en el preciso momento que tuvo el primer encuentro don Ildefonso Padrón y cuando cuenta se dio su cuerpo estaba ligado, se encontraba acribillado, impotente y con dolor, con fatigas a montones, porque se había quemado. l 9ª Siguen pasando los días, se aproxima la ocasión y se nombra comisión para controlar la comida. Todo se raciona al día, apenas para v1v1r, y se empieza a consumir 17 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 el hombre con su agonía, pensando que llega el día que dejará de vivir. 20ª Y van pasando los días. El once por la mañana el piso mojado estaba por el agua que caía. Después, al siguiente día, acelera la tormenta, allí se nos representa en medio del Oceano'0 . La muerte llega a mis manos, las olas me Jo demuestran . 21ª Para mayor desespero de nuestra tripulación se oye decir al patrón: - achicar el agua quiero. Esto sí que es desespero, el barco va haciendo agua porque entre dos tablas se produjo un agujero, y nos quedamos de nuevo pensativos y sin habla. 22ª Voy a citar un amigo que en medio su desespero, dijo: - amigo yo me muero; 30 En lugar del normativo océano, aquí se ha roto la acentuación habitual de la palabra con el objeto de conseguir la rima. Esta inform,1ción, y las correcciones del texto, hemos de agradecérselas a Dª Rosario González Gonzá lez, licenciada en Filología por las especialidades ele Clásicas e Hispánicas, y a D. Ernesto Gil Abad, profesor del Departamento de Lengua y Literatura del Centro Superior de Educación de la Uni versidacl ele La Laguna. 18 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 adiós mis hijos queridos, adiós todos mis amigos ; avisen a mi mujer, yo dejo de padecer. Ella se encuentra en Valverde, yo soy Pedro Monteverde, para mis señas poner. 23ª Desde el punto de partida el hombre se trastornó, fue mucho lo que mareó, morirse le parecía. Muchos con él compartían sus penas y sufrimiento, pero él, en su pensamiento, un secreto al recordar, no poderlo revelar, era pena y sufrimiento. 24ª Triste es la vida en el mar, pensando la situación, sin medios de salvación, y entre la oscuridad. Dirige su vista allá, en todas partes cavila hasta que se determina en medio de la tormenta y a todos se nos presenta la muerte triste y sombría. 25ª Se acababan los combustibles, los hombres se desesperan pensando que al nuevo día quizás la muerte le espera. 19 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 No hay mano que escribir pueda este caso como ha sido, porque yo he conocido hombres de grande valor y hoy los veo en un rincón llorando muy condolidos. 26ª Piensan en seres queridos, huérfanos y desvalidos, que no tienen ya otros medios para serles socorrido. Maldicen haber nacido para tal padecimiento. Son los mayores tormentos que el hombre haya experimentado, inocentes condenados morir por falta sustento. 27ª Amanece el nuevo día y en el preciso momento que el hombre se cree muerto se oye con monotonía, después de veintidós días. Cuando llegamos al fin , me parece descubrir, por esta línea del norte, lejos en el horizonte, un puntito muy sutil. 28ª Sube un marino al palo y se le oye decir: - no es duda, es un vapor que se dirige al Brasil. El capitán dijo sí, 20 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 yo no estaba equivocado, creo nos hemos salvado, y se dirige al patrón, atento con el timón, para el rumbo que tomamos. 29ª Todos hacia allí miramos con terrible convulsión, pidiendo la protección, cuando nos aproximamos. El barco pasó de largo, no se pudo contener, y al no reconocer la causa de su carrera, maldecimos J I de manera, ya nada había que hacer. 30" Pero, un momento después, conocimos el error y mirando sin dolor vimos el barco volver. Entonces, yo pude ver el público emocionado con el pañuelo en la mano, los ojos humedecidos porgue estaban convencidos del Salvador en la mano. 31 ª Todo aquél que sea cristiano 31En el texto original aparece la expresión popular maldecimos en lugar de maldijimos. 21 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 y tenga su compasión se le parte el corazón de muerto al verse salvado. Era un barco americano conocido de manera porque izó la bandera, símbolo de la nación, y fue nuestra salvación Del-Sud, nación extranjera. 32ª Fue mi primera impresión cuando en el bote estaba recogiendo un bidón de agua frente al escotillón y descolgando un cajón, un fardo que contenía, enlatados se veían, carne en mayor cantidad y de buena calidad, tabaco y también arroz. Del bote saltó la cuerda, entonces se deslizó, y cuando cuenta se dio, cerca la parte trasera, dijeron todos afuera: - la hélice nos arrolló. Y con perfecta maniobra se pudieron desquitar; faltó poco pa quedar sumergidos en las olas. 34ª Muchos cerraron los ojos, dijeron: pobres marinos 22 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 quedaron en el camino por falta de precatición. Entonces con atención se abre la vista al momento y se ve con sentimiento, libres de la tentación, y con gran satisfacción el barco volvió a su puerto. 35" Adiós dice1i al momento, no podemos esperar, no podemos aquí estar sino el más escaso tiempo. En aquel mismo momento se oye un viva a la nación del barco de protección, de todos los españoles salen de sus corazones afectos con emoción. 36ª EL barco dio dos pitadas en señal de despedida y nosotros varios vivas a la nación americana. Fue el viernes por la mañana, el dieciocho de noviembre, santa fecha que conmueve a todos los familiares de estos hombres que en Los mares, entre las olas, se mueven. 37" Sigue la ruta enseguida marcando la dirección, porque nuestra embarcación 23 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 se haya salvado y con vida. Se raciona la comida, dando un poco de café, nos preparan un bistec para la primera comida y sin tardar, enseguida, reparten tabaco inglés. 38ª El mar Atlántico baña, con sus olas acaricia y a lo lejos se divisa el agua turbia de playa. No sabiendo dónde se halla el capitán para orientarse quiere al fin aproximarse para divisar la tierra y se observan varias sierras a medida que se acerca. 39ª Después de cuarenta días en medio del océano un número de cristianos se sienten con alegría pensando en la travesía y ver por primera vez tierra de América que es con lo que hemos soñado. Es un pueblo soberano 32 que no acierto a comprender. 40" Aquello la atención llama, 32 En otra de las versiones de este di ario, aparece este verso sustituido por otros que dicen así: "es un pedazo de terreno" y "es w1 pobre soberano " . 24 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 ver tanta vegetación, productos de la nación de tierra americana. Todos miran con gana y el capitán dijo al fin: - este río está en estas tierras extrañas, es el río que se halla entre Guayana y Brasil. 41ª El barco por poco encalla cuando quiso dar la vuelta, el agua turbia y revuelta y además muy enfangada. Pero de pronto hay tarea, un grito en la embarcación y a la orden del patrón las naciones acudieron y al momento sorprendieron, el barco dio un gran tirón. Sigue nuestra embarcación, sigue la fatalidad, condenados en verdad, sin tener explicación. Sólo nos queda poca harina destinada a la cocina, agua ni para beber, pero la situación es diferente al otro día [ ... ] 33 . 33 En esta décima se ha roto la estructura y falta un verso en todas las versiones encontradas. 25 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Se arrimó con ligereza, que en esta zona se halla, si mis planes no me fallan, es la Guayana francesa, y yo le pido con tristeza, se resignó un momento, no me forme un espanto para poder arrestarme que mañana por la tarde llegamos al primer puerto. 44ª Después de larga caminada, el veintisiete de noviembre, por la mañana a las nueve, se divisa la entrada, estamos en la Guayana. Preparen la embarcación , que venga un remolcador para poder arrimar, que queremos atracar y son ya más de las dos. 4Y Es la Guayana francesa, Cayena su capital, todos al desembarcar caminamos con presteza, y presencio con tristeza hombres pedir por la calle y niños de muy corto talle a un hombre darle sustento. Eso causa sentimiento y no se le olvida a nadie. 46ª ¿Quieren ir a trabajar?, 26 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 nos dijo la policía, y así conseguirán el poder suministrar. Esto sí es un malestar y todos nos revelamos; nosotros somos cristianos, que suministre Salvador para eso le hemos pagado. 47ª Desde hoy nos dedicamos a cada cual por su cuenta, trabajar si se presenta, pero pagar no pagamos. Nosotros ni un franco damos, él tiene la obligación de preparar la embarcación para la línea seguir, y nada de discutir: 14 , · entre · mas pronto, meJor. 48ª Trabajan los españoles en la Guayana francesa demostrando con nobleza en todas las direcciones. Y con muchas precauciones se ponen a trabajar: a cortar caña unos van, otros a la carretera y de veinte mil maneras el resto en la primer capital 35 49ª 34 En el habla popular de Canarias se suele sustituir la palabra cuan/o en la expresión cuanto más, referida a tiempo, por en/re más. 35 Este verso tiene nueve sílabas; por tanto, no guarda la regularidad métrica. 27 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Cuando hubo concluido, el suministro compraron y todo ya preparado la orden la recibimos. En escasa cantidad se advierte sólo sea diariamente una comida para que ustedes decidan lo que tienen que aportar. 50ª El cuatro por la mafiana el barco subió las velas y saliendo ele Cayena, en tierras americanas, nuestro barco navegaba con cierta velocidad. Feliz y sin tempestad, a los siete días justos se divisan ciertos puntos ele la isla de Trinidad. 51ª Se costea por el norte la isla de Trinidad y a la media tarde ya se aproximan a un islote. Bien claro se veía el monte y acanti lacias laderas verdes lucen sus fronteras y alguna vegetación . Se oye con atención: ¡ya estamos en Venezuela! 52ª Los hombres en esta vida / 28 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 todos .tienen un horror y el capitán al patrón da la orden enseguida. Me parece, por la vida, que estamos en Venezuela: mande usted arriar velas y dé la vuelta enseguida que el puerto de embarcación está en la parte trasera. El personal se amotina: esto no es tal Venezuela; el capitán se rebela y sigue el rumbo que traía. Y entonces dice enseguida: acabo de comprobar, es la isla de Trinidad, esta vez sí nos encontramos porque repasé mis planos y no puedo fallar. Sigue nuestra embarcación la dirección que traía y el doce a las diez del día a lo lejos divisamos. El corazón en la mano y fija la vista al frente, pues se ve palpablemente, es un terreno más llano, territorio venezolano, que va unido al continente. 55" La costa se ve de frente y en todo su litoral 29 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 cosas que produce el mar y una luz resplandeciente. El personal se di vierte al comprobar dónde se halla la luz de un faro que está vi éndose respl andec iente, y por la parte de ori ente nos queda la capital. 56ª A los sesenta y dos días 36 e l martes trece de di ciembre 37 por la mañana a las nueve llegamos a la bahía. Nuestro barco no podía, con cierta justa razón llega un remolcador, a puerto nos conducía; más tarde la policía tomaba decl aración. F IN BIOGRAFÍA DE JUAN REBOSO MACHÍN, AUTOR DE ESTE HERMOSO DIARIO DE VIAJES, ESCRITO EN DECIMAS ,R Juan Reboso Machín nac ió en el pueblo de San Andrés, en el corazón de la isla de El Hierro, en el año 1.9 18. Hijo ele agricultores que alternaban 36 En algunas de las versiones, por error, aparece ochento y seis días , lo cual res ul ta fa lso, si se tiene en cuenta que partieron e l 12 de octubre y llegaro 11 el 13 de diciembre. Quiz,í se deba al cómputo total de días, contando desde la partida de Lanzarote con las esca las en Fuerteventura y Gra11 Canaria para embarcar pasajeros, así como los días que estuviero11 retenidos por las autoridades en Venezuela. 37 En algunas ele las versiones encontradas también aparece, por error, el mes de noviembn; como mes de llegada al desti no, lo cual se debe, seguramente, a una confus ión con la llegada a Cayena, Guayana Francesa, primer puerto de ll egada en América. 38 Esta breve biografía fue esc rita, co11 gran sen timien to, por sus propios hijos : Dina y Ju an Reboso Acosta, que gentilmente nos la brindaron ante nuestra so licitud. 30 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 di. cha (a bor con (a d e guarG[ ar ·W su manar./ a 40 de oveJ. as. Aprendió a leer y a escribir con un maestro del pueblo. Con toda seguridad, autodidacta y sin titulación, pero con una gran vocación. Siendo muy pequeño perdió a su madre y tuvo que hacerse cargo de la manada de ovejas de su padre. De mayor solía recordar con nostalgia, pero sin desear volver a ello, las largas noches en La Dehesa41 , acurrucado en una roca, abrigado con una manta y sin más compañía que su perro y las ovejas. Con dieciocho años es movilizado en plena Guerra Civil española, pero como sabía escribir bien y tenía una letra muy bonita, no fue al frente. Los años que duró la Guerra Civil los pasó, casi todos, en Larach~ {protectorado español de Marruecos). En el cuartel aprendió a escribir a máquina, aprendió matemáticas, geografía, etc. Por fin, en 194 l se pudo licenciar y volver a casa. El 31 de diciembre de l 942 se casó con Juana Acosta Quintero. Fueron años de hambre en El Hierro, el campo apenas daba·frutos debido a la pertinaz sequía y a la escasez de semillas y mano de obra, pues muchos jóvenes estaban aún movilizados o habían emigrado. Se ayudaba económicamente dando clases a jóvenes que no tenían otra posibilidad de aprender. En esta época participa en la fundación, clandestina, del Partido Comunista en El Hierro, del que formó parte toda su vida, a pesar de los años de ausencia y de la dictadura franquista . Una de sus mayores alegrías fue cuando Fidel Castro liberó a Cuba de la dictadura de Batista. En 1944 tuvo su primer hijo, y en 1949, ya con dos hijos , al no ver otra salida. pide prestado el dinero para pagarse e l pasaje y embarcar en un velero rumbo a Venezuela (se trata del velero Saturnino, el primero que partió desde la isla de El Hie rro) . A este país llegó después de encallar el barco nueve veces, de haber participado en un motín en el barco para poder administrar, de forma justa, el poco avituallamiento del que se disponía, de comer carne de tiburón y de haber trabajado picando cal, junto con otros compañeros de viaje, en la Guayana francesa para poder comprar comida que les permitiera llegar, por fin, 39 En la isla de El Hierro, tradicionalme nte se emplea la palabra guardar para referirse a cuidar o pastorear. Con toda probabilidad se trata de un arcaísmo. 40 En la isla de El Hi erro se utiliza la palabra mancula para referirse a las ovejas, cabras o cochinos, siempre y cuando su número exceda de la docena (una o varias) ; para menos ele doce se utiliza la expresión jabardo. Información del profesor Manuel J. Lorenzo Perera. 41 Se trata de un territorio al oeste de la isla de El Hierro. cuyas ti e rras son comunales desde hace muchos siglos y que están destinadas exclu sivame nte al pastoreo y a la apiculLUra pese a los intentos de parcelación y venta que se han producido en diversos periodos históricos por parte de la clase dominante y caciquil co nocida popularmente por mbos bloncos. Para m.ís información, recomendarnos las obras de D. Manuel J. Lorenzo Perera, y en especial su tesis doctoral titulada Estudio et no-histórico del pastoreo en. la isla de El Hierro . 31 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 a Venezuela; la tierra prometida para tantos canarios de esa época. Su familia tardó noventa y tres días en saber que estaba vivo, cuando toda la isla daba ya por muerto a todos los que se habían subido en aquel velero. Trabajó varios años en Venezuela, llevando cebollas y sandías desde el interior del país hasta el mercado de Quinta Crespo en Caracas, donde las vendía, al igual que hacían muchos otros herreños. Viajó dos veces más a Venezuela y la segunda vez se llevó a toda su familia, pero ésta no se adaptó al clima tropical y volvió a Canarias. Cuando regresó de su segunda patria, como él llamaba a Venezuela, se vino con toda su familia a Tenerife, donde vivió el resto de su vida. Juan Reboso Machín. Autor del Diario de Viaje del Saturnino, escrito íntegramente en verso, titulado Décimas históricas del w1o 1949 32 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Juan Reboso Machín. Autor del Diario de Viaje del Saturnino, escrito íntegramente en verso, titulado Décimas históricas del año 1949 Además de su afiliación al Partido Comunista, fue socio y también tesorero de la Asociación Canario-Cubana José Martí ( de amistad y cooperación). Fue un hombre muy vitalista que disfrutaba de las pequeñas cosas y principalmente con los logros de sus hijos. Defendió sus ideas hasta el final y murió el 8 de diciembre de 1980 con el convencimiento de que, más tarde o más temprano, el socialismo triunfaría en el mundo. Del Joven Gaspar tenemos el diario de Juan Cabrera, también natural de Asofa, titulado: "Historia del Joven Gaspar, barco velero" 42 . 42 CABRERA GARCIA, Juan (1950): Historia del Joven Gaspar barco velero. Versión mecanografiada por cortesía de los herederos, colección particular. 33 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 A partir de aquí el diario continúa redactado en prosa, hasta finalizar Ja narración de Ja historia. Por último, haremos nuevamente mención al referido y maravilloso diario de Juan Cejas Navarro, que aunque escrito, como antes señalamos, en prosa, mantiene parte de la narración en una estructura decimal. "Datos importantes de una hazaíia sorprendente observados por Juan Cejas Navarro, aíio 1950: [. . .] Llega la noche sombría y a la vez bramaba el viento, y la voz del firmamento, entre nubes se perdía. Triste es ver en agonía a un puiiado ele valientes, luchando con las corrientes, en medio del océano, y a b razacl os como h. ermanos, espera' b amos l a rnuerte "43 . A modo de conclusión, terminaremos con estos cuatro versos de doña Claudina García Pérez, natural de Sabinosa: "Todos los hombres ele aquí iban en barco velero porque no podía ser, porque no había dinero". 43 Pese a que el texto está escrito en prosa, creemos que originalmente estuvo concebido y posteriormente escrito en décimas. De ellas se conserva buena parte, como es el caso de este fragmento citado que ahora reestructuramos en verso: " Llega la noche sombría y a la vez bramaba el vienlo, y la voz del.firmwnenlo e/llre nubes se perdía. Tris/e es ver en agonía a un puiíado de valientes luchando con las corrientes, en medio del océano, y abrazados como hermanos, esperábamos la mue ne ". 34 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 FUENTES CONSULTADAS ACOSTA PADRÓN, Venancio (1994): Em.igración clandestina de El Hierro a Venezuela. Centro de la Cultura Popular Canaria. ARMAS ACOSTA, Honorio: Enúgrasio grandestino [sic]. Manuscrito de las cincuenta y seis décimas copiadas íntegramente de memoria. Manuscrito particular. CABRERA ACOSTA, Miguel A. (1985): "La emigración clandestina herreña (1949-1950)" . Revista La Sorriba, nº 24, afio III, pp. 14-16. Ed. Centro Canario de Estudios, Amistad y Solidaridad entre los puebl os de África Am{lcar Cabral. CABRERA GARCÍA, Juan (1950): Historia del Joven Gaspar, barco velero. Manuscrito particular. CASTELLANO GIL, José M. ( 1990): Quintas, prófugos y emigracwn. La Laguna ( 1886-1935). Taller de Hi storia. Edición del Ayuntamiento de La Laguna y el Centro de la Cultura Popular Canari a. CEJAS NAVARRO, Juan (1950): Datos importantes de una hazaFía sorprendente, observados por Juan Cejas Navarro, aíin 1950. Diario de Viaje escrito y publicado por el autor. Caracas, Venezuela. Colección particular. DÍAZ SICILIA, Javier ( 1990): Al suroeste la Libertad. Inmigración clandestina de canarios a Venezuela entre los aíios 1948 y 195 1. Academia Nacional de la Historia de Venezuela y Gobierno de Canarias. Caracas. PERRERA JIMÉNEZ, José (1989 ): Historia de la emigración clandestina a Venezuela. Gráficas Marce lo. Las Palmas de Gran Canaria. GARCÍA LUIS, Ricardo y otros (1982): Así se hicieron a la mar: El Telémaco. Ediciones de J. Marrero y Castro. GARCÍA LUIS, Ricardo (1983): Emigración clandestina Canarias-Venezuela ¿canibalismo?. Ediciones de Jorge Luis Sosa Campos. Santa Cruz de Tenerife. 35 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 GARCÍA LUIS, Ricardo ( 1995): Estrella Polar. Un vicl.Je clandestino Canarias-Venezuela 1948. Editorial Baile del Sol , Colección Vacaguaré/2. HERNÁNDEZ GARCÍA, Julio (1981 ): La ernigra ción de las Islas Canarias en el siglo XIX. Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria. HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Manuel (] 995): Canarias: La ern.igración. Cabildo de Tenerife, Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y el Centro de la Cultura Popular Canaria. LORENZO PERERA, Manuel J. (1981 ): EL folklore de La isla de EL Hierro . Editorial Interinsular Canaria S.A. y Excmo. Cabildo Insular de El Hierro. LORENZO PERERA, Manuel J. (1985): Consideraciones sohre la emigración a Cuba. Isla de El Hierro-Canarias. Excmo. Cabi Ido Insular de Gran Canaria. LORENZO PERERA, Manuel J. (1989): El folklore musical de El Hierro. Disco y libro editado por el Centro de la Cultura Popular Canaria. MACÍAS HERNÁNDEZ, Antonio M. (l 992): La migración canaria, I 500- 1980. Ediciones Júcar. MARTÍNEZ GÁLVEZ, l. y MEDINA RODRÍGUEZ, V. (1992): Nuevas aportaciones al estudio de la emigración clandestina de las Islas Canarias a América Latina 1948-1955. Edición del Cabildo In sular de Gran Canaria. MEDINA RODRÍGUEZ, V. y MARTÍNEZ GÁLVEZ, I. (1991 ): Emigración. canaria del siglo XX: Algunos apuntes para su estudio. Editorial Benchomo. MORALES GONZÁLEZ, Juan (1982): Canarias en el actual momento histórico. Caracas. MORALES HERNÁNDEZ, Gonzalo (1996): Fugados en velero. Historio de La E/vira. Editado por el Ayuntamiento de Los Realejos y el Centro de la Cultura Popular Canaria. REBOSO MACHÍN, Juan (1949): Décimas históricas del aíio 1949. Manuscrito original privado. 36 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 RODRÍGUEZ MARTÍN, Néstor (1988): La emigración clandestina de la provincia de Santa Cruz de Tener~fe a Venezuela en los años 40 y 50. Edición del A.C.T. Cabildo Insular de Tenerife. SAN BLAS LORENZO, José (1950): Diario de un emigrante clandestino. Edición preparada por Ricardo García Luis y editado P.Or Jorge Luis Sosa Campos. AGRADECIMIENTOS Quiero agradecer, en primer lugar, la colaboración desinteresada de todos aquellos emigrantes herreños, y de otras islas, que viajaron clandestinamente a Venezuela y de sus familiares por haber accedido gentilmente a contarnos su historia y a contestar nuestras preguntas. Son muchos y es imposible citarlos a todos. De ellos guardo un grato recuerdo, en especial, de Francisco González Pérez (Francisco Santos), Antonio Negrín González, Bartolomé Fernández Morales (Bartolo Guerra), Juan Acosta Quintero (Juan el Escandalera), Andrés Acosta Morales (Andrés Torres), Nicolás Padrón Castañeda, José Acosta Zamora, Tomás A vi la Rodríguez, Juan Herrera González, Juan Cejas Navarro, Juan Fernández Hernández, etc. Así como a los familiares de aquéllos que ya no están entre nosotros: Dina y Juan Reboso Acosta (hijos de Juan Reboso Machín y sobrinos de Juan Acosta Quintero, Juan el Huido), Fidel Cabrera (nieto de Juan Cabrera García) y tantos otros. No quiero olvidar a aquéllos que hicieron posible esta obra con sus correcciones, sugerencias y su incondicional ayuda; por lo que se merecen mi especial agradecimiento: Ernesto Gil Abad, Rosario González González, Javier Marrero, Esther Santos Morín, Mª del Mar Hernández Jorge, Ramón Jesús Negrín Escuela, Jorge de la Torre Cantero, Javier Espinel Cejas, Mª Dolores Pérez Casañas, José Andrés Pérez Castro, Ricardo García Luis, Manuel J. Lorenzo Perera y sobre todo a José Juan Cruz Alayón y Mª Candelaria Díaz Palmero, que además me ayudaron a pasar el texto a ordenador. 37 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 AGRADECIMIENTOS Quiero agradecer, en primer lugar, la colaboración desinteresada de todos aquellos emigrantes herreños, y de otras islas, que viajaron clandestinamente a Venezuela y de sus familiares por haber accedido gentilmente a contarnos su historia y a contestar nuestras preguntas. Son muchos y es imposible citarlos a todos. De ellos guardo un grato recuerdo, en especial, de Francisco González Pérez (Francisco Santos), Antonio Negrín González, Bartolomé Femández Morales (Bartola Guerra), Juan Acosta Quintero (Juan el Escandalera), Andrés Acosta Morales (Andrés Torres), Nicolás Padrón Castañeda, José Acosta Zamora, Tomás Avila Rodríguez, Juan Herrera González, Juan Cejas Navarro, Juan Femández Hemández, etc. Así como a los familiares de aquéllos que ya no están entre nosotros: Dina y Juan Reboso Acosta (hijos de Juan Reboso Machín y sobrinos de Juan Acosta Quintero, Juan el Huido) , Fidel Cabrera (nieto de Juan Cabrera García) y tantos otros. No quiero olvidar a aquéllos que hicieron posible esta obra con sus correcciones, sugerencias y su incondicional ayuda; por lo que se merecen mi especial agradecimiento: Ernesto Gil Abad, Rosario González González, Javier Marrero, Esther Santos Morín, Mª del Mar Hemández Jorge, Ramón Jesús Negrín Escuela, Jorge de la Torre Cantero, Javier Espinel Cejas, Mª Dolores Pérez Casañas, José Andrés Pérez Castro, Ricardo García Luis, Manuel J. Lorenzo Perera y sobre todo a José Juan Cruz Alayón y Mª Candelaria Díaz Palmero, que además me ayudaron a pasar el texto a ordenador. 38 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
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Calificación | |
Título y subtítulo | La décima en la emigración clandestina de la Isla de El Hierro |
Autoría principal | Espinel Cejas, José Manuel |
Entidad | Vicerrectorado de alumnado de la Universidad de La Laguna |
Publicación fuente | Tenique: revista de cultura popular canaria |
Numeración | Número 04 |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | San Cristóbal de La Laguna |
Editorial | Grupo folklórico de la Escuela de Magisterio de La Laguna |
Fecha | 1996 |
Páginas | pp. 002-038 |
Materias | Cultura popular ; Folklore ; Canarias ; Viajes ; Emigración ; América ; Décimas ; El Hierro |
Notas | Número patrocinado por el Cabildo Insular de El Hierro |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 9379822 Bytes |
Texto | LA DÉCIMA EN LA EMIGRACIÓN CLANDESTINA DE LA ISLA DE EL HIERRO · José M. Espinel Cejas © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 A Rafael S. Cejas Morales, mi abuelo, y a todos aquéllos que tu vieron el coraje ele escapar en barquillos piratas o tartanas, buscando una tierra de esperanza donde hacer realidad los sueíios. LA DÉCIMA EN LA EMIGRACIÓN CLANDESTINA DE LA ISLA DE EL HIERRO 1 Aunque la emigración clandestina o ilegal en las Islas Canarias es, sin lugar a dudas, uno de los fenómenos hi stóricos, económicos y sociocultu rales más importantes del presente siglo, se trata también de uno de los acontecimientos históricos menos estud iad os . Las razones ele la clandestinidad son múltiples y diversas, pero éstas se dieron con mayor profusión e ntre los años 1936 y 1951 , aunque continu ará ele forma esporádica hasta el año J 955 (Balandro Colón, La Parej ita, El Timanfaya y otros) y pese a que la situación había variado, es a partir de 1949 cuando se inicia la emigración legal a Venezuela 2 . Era lógico que así ocurri era, pues la mayoría ele los e migrantes no podía soportar los costos del pasaje; certificados de toda índole, pasaporte y vi sado, tocio lo cual significaba unas doce mil pesetas de la época. Viajar clandestinamente suponía tener que desembolsar entre cuatro y cinco mil pesetas, que se pagaban generalmente medi ante una hipoteca ele bi enes o préstamos a un inte rés del 100% anual ' . Debe tenerse en cuenta que en esta 1 Este trabajo de in vesti gac ión etnográfica fue presentado y entregado, en 1993 , en las 11 Jornadas de Folklore Canario ce lebradas en La Aldea de San Nicolás ele To len tino. Se trata ele una de las fases que forman parte de un prnyecto ele in vestigac ión que venimos rea li zando clesclc mediados de los años ochenta. Curi osamente, algunos meses después, en 1994, es publicada la obra La emigración clandestina herrdia a \lenezuela, ele Venanc io Acosta. En dicha obra se incluía,_ tan sólo, uno ele los diarios de viaje escrito en décimas que mostramos en este estudio , pero ele forma muy fragmentada e incomple ta, pese a que ya lo habíamos presentado en las Jornadas anteriormente citadas ( 1993) y di sponíamos, no sólo del origi nal manuscri to por su autor, don Ju an Reboso Mac hín ( 19 18- 1980), sino tambi én ele otras dos version es que compl etaban los quini entos sesenta versos íntegros. Asimismo, co ntamos con numeroso mate ri al grMico (fotogra fías , cart as , poes ías , pasaportes ... ), así como ele otros interesantísimos diarios que, aunque ofrecemos parc ialmente en este estudio , serán in cluidos en posteriores trabajos con la esperanza ele que se sumen al co11oci 111ien10 aportado por todos los estudios que se han reali zado. 2 MACÍAS HERNÁNDEZ, Anto nio M. ( 1992): La emigracióll canaria, 1500- / 980. Ediciones Jú car. 3 lnl"ormación oral recogida en El Hi erro, en boca de varias personas. 2 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 época el sueldo de un obrero rondaba las doce pesetas ele jornal diario, las cuales no sólo enm insuficientes para cubrir los gastos de los artículos de primera necesidad, sino que, además, el racionamiento impuesto tras la Guerra Civil Española obligaba a abastecerse en el mercado negro, conocido popularmente por el estraperlo, fruto, sobre tocio, del contrabando portuario realizado por los célebres cambulLoneros. Por tanto, el coste de un pasaje venía a suponer el ahorro de varios años de duro trabajo o la venta ele sus _escasos bienes. Las características principales ele los barcos eran las siguientes: por un lado se trataba principalmente de veleros del siglo pasado, algunos de los cuales habían sido ,botados para el comercio con América latina, sobre todo Cuba, pero con la irrupción ele los barcos de vapor y cascos metálicos éstos quedaron relegados para el cabotaje interinsular o la pesca en el banco canariosahariano. En menor grado los hubo de propulsión mixta, es decir, motoveleros, fruto de la incorporación ele motores de explosión a los viejos barcos veleros, y, por último, quedarían contaclísimos casos en los que la única propulsión del barco consistía en un motor de explosión, en muchos casos en precario estado de conservación, lo cual motivó un sinfín ele problemas en alta mar (quedar a la deriva, conatos de incendio, etc.)4. Las dimensiones medias ele estos barcos rondaban los 20 metros ele eslora, 4,5 metros de manga por 2,5 de puntal; desplazando, como media, entre 40 y 50 toneladas, pero muchos no Uegaron ni tan siquiera a la mitad ele estas dimensiones. Por lo tanto, las condiciones del viaje no podían ser peores, ya que la media era de 0,53 pasajeros por tonelada de desplazamiento, es decir, muy si mil ar a la ele los b arcos negreros ·5 , aunque en mue 11 0s casos t·u e sm. el u el a muy superi. or 6 , pues este hacinamiento no implicaba riesgos directos de sublevación, ya que iban por propia voluntad, aunque sí un aumento claro de los beneficios económicos para el dueño del barco, debido al mayor número ele pasajes vendidos. En un primer momento, la emigración clandestina en Canarias parece responder, indudablemente, más a una huida por motivos políticos que a una emigración por causas socioeconómicas, ya que inmediatamente después de estallar la Guerra Civil se desencadena la fuga de las primeras tartanas con rumbo a la cercana costa africana, bajo dominio colonial francés, como modo 4 GARCÍA LUIS, Ricardo ( 1995): Estrella Polar, Ull viaje cla1Ldeslino Canarias- Venezuela 1948. Editorial Baile del Sol. Colección Yacaguaré-2. 5 MACÍAS HERNÁNDEZ, Antonio M.: 1992, p. 183. r, Es el caso, entre otros, del América con 180 pasajeros, el Arroyo con 3 15, el /Jenahoare con 154, Carlota con 228, Delfi'na Noya con 200, José /Jrilo (ex-Júpiter) con 160, Juanita S11árez. con 180, Luz. con l 54, Nuevo Teide con 286, San Antonio I con 190 o el Te/é11wco con 171. 3 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 rumbo a la cercana costa africana, bajo dominio colonial francés, como modo de pasar posteriormente a la zona controlada por la República Española7 • Seguidamente, el éxodo migratorio, aunque en algún caso toca puertos africanos para avituallarse, se dirige por lo general directamente a Venezuela. Esta etapa migratoria se incrementa y generaliza, debido a que, junto a los condicionantes políticos, se unen la grave crisis económica, la caída de las exportaciones agrícolas isleñas, el bloqueo económico consecuente al estallido y el encadenamiento de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, el subsiguiente racionamiento, los salarios de miseria, los años de sequía y malas cosechas, así como el desmantelamiento por diversas causas de la vieja flota canaria de pesca y de cabotaje interinsular, que es la que, en definitiva, aportará la mayor parte de los barcos veleros y en menor medida motoveleros, empleados para la emigración clandestina. Puerto de Santa Cruz de Tenerife, desde donde se organizaron y partieron numerosos viajes clandestinos a Venezuela, entre ellos el del J Gaspar, que recaló en el norte de la isla de Tenerife y luego en El Hierro 7 Información oral de D. Bernardo Trujillo Marrero (Pacheco, natural de La Orotava-Tenerife); D. José Herrera González y D. Tomás Ávi la Rodríguez, naturales de Gran Tarajal (Fuerteventura). 4 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 En este contexto histórico común para todo el Archipiélago, es donde hemos de englobar a la emigración clandestina herreña. La isla de El Hierro, la más suroccidental y pequeña de las Islas Canarias, contaba en 1950 con una población de 8.182 habitantes de hecho, la inmensa mayoría de los cuales eran agricultores o pastores. Según Rodríguez Martín, el 10,2 % del total de emigrantes clandestinos canarios eran herreños 8 , lo que significaba para la isla un fuerte impacto, no sólo demográfico, sino social, econpmico y cultural. Esta emigración clandestina herreña se desarrolla principalmente en el último período de la emigración ilegal, pues aunque muchos emigraron con anterioridad en barcos que partían de otras islas (La Palma, La Gomera, Tenerife o Gran Canaria, princi.palmente) no es sino hasta los año·s' 1949 y 1950 cuando partirán, desde diversos puntos de la isla de El Hierro, tres veleros con rumbo a Venezuela: el Joven Gaspar, el Nuevo Adán y el Saturnino. aozarole 4 Pue1to de Nace ..olcwn<>s arrita, Salinas y Bahía de Puerto Naos, en Arrecife de Lanzarote, donde tenía su base la mayor parte de la flota canaria de pesca que aportó los barcos para la emigración clandestina canaria a Venezuela 8 RODRÍGUEZ MARTÍN, Néstor (1988): La emigración clandestina de la provincia de Santa Cruz de Tenerife a Venezuela en los años 40 y 50. Ediciones del A.C.T. Cabildo Insular de Tenerife; p. 145. 5 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 más larga y penosa en la hi storia de la emi grac1on clandestina canaria a Venezue la, llegando inc luso a plantearse el canibali smo corno última esperanza de poder sobrevivir 9 . No es de extrañar este episodio, si tenemos en cuenta que en esta época de racionamiento y mercado negro de productos de primera neces id ad, eran escasísimos los víve res embarcados . La situac ión se agravaba ante el gran número de días en alta mar (has ta dos y tres meses) y el exceso de pasajeros que iban a bordo con hambre vieja, acumulada du rante una docena de duros años de guerra y posguerra. Por otra parte, el solo hecho de que se planteara el can ibali smo supone un acto ele heroicidad extrema, ya que, al comparar el caso con el de los jóvenes uru guayos supe rvivientes ele un accidente aé reo en Los Andes, en los años setenta, que practicaron el canibalismo y que además eran deporti stas sobrea lime ntados (eran jugadores de ru gby y de clases pudi entes), rodeados de agua potable en forma de nieve, nuestros emi grantes estu vieron en muchísimas peores condiciones: sin agua potable disponibl e 10 , en un enorme des ierto de agua sa lada y con un sol abrasador, ex puestos al de lirio y a la locura fruto de la deshidratac ión y fam é licos mucho antes de embarcar. Fue Emiliano Curita (Emiliano Morales Morales), natural del pueblo de San Andrés en Asofa, qui en, cuando apenas quedaban cinco o seis ki los de arroz y menos de cincuenta litros de agua, lo propuso en los siguientes términos: "Pues yo soy conforme de que la única manera de que quede alguno pa que eche el cuento, es que se sortee pa matar a uno y comerlo". En cua lquier caso, según se nos siguió info rmando, parece ser que este planteamie nto se hizo en un tono algo jocoso 1 1 • La cruda realidad socioeconómica y política, junto con la desesperación , los obligaba a emprender semejante hazaña. Afortunadame nte, en los momentos de mayor angusti a, fueron socorridos por el buque norteamericano Del-Sud. El segundo ele los ve leros, el Nuevo Adán, salió de la bahía del Faro ele Orchillas el 15 de abril ele 1950, tard ando 38 días en llegar, con 11 7 pasaje ros a 9 A este respecto, hemos ele señalar que: "a Anaswsio Padrón (A nastasia el Bergante) le tocó ert sorteo matarlo pa comer pero escapó porque vieron tierra". In formac ión oral ele D. Ju an Fernánclez Herrnínclez natu ra l de Taibique-EI Pinar (El Hi erro) y confi rmado por D. And rés Torres natu ral ele !sora (El Hi erro ). Ver tambi én las obras de GARCÍA LUIS, Ricardo ( 1983): La emigración clandestina Canarias-Venezuela ¿canibali smo? y RODRÍGUEZ MARTÍN, Néstor ( 1988): Ibídem pp. 106 y 107. 10 La escasez de agua potab le e ra tal que se tu vo que nombrar una co mi sión encargnda de distri bu irl a equitati vame nte. Uno ele sus miembros fue And rés Torres n::i tu ra l de lso ra, qui en la repartía cl iari nmente en una peq ueña lata de leche conde nsada a la que se le había practicado unos agujeros a una dete rminada a ltu ra, "co1110 a w1 dedo del filo para que a todos tocara igual al racionarla" . 11 Esta info rmación nos ha siclo gentilmente fac ilitada por Francisco Gonz,ílez Pérez, Quico Santos, en Taibique, E l Pin ar (El Hi erro ) en octu bre de 1997. 6 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 en los momentos de mayor angustia, fueron socorridos por el buque norteamericano Del-Sud. El segundo de los veleros, el Nuevo Adán, salió de la bahía del Faro de Orchillas el 15 de abril de 1950, tardando 38 días en llegar, con 117 pasajeros a bordo, entre los que iban una mujer y tres jóvenes menores de edad. Fue también uno de los episodios más tristes de nuestra historia reciente, debido a los sucesos ocurridos a bordo: motines, agotamiento temprano de los escasos víveres y de las paupérrimas reservas de agua, etc. Arbolado como pailebot, el Joven Gaspar fue un vivero que se modificó para construir un aljibe que permitiera emprender el viaje definüivo a Venezuela El último de los veleros piratas12 , fue el elegante pailebot Joven Gaspar, botado en el año 1880 y que llevaba 143 pasajeros a bordo, entre los cuales había dos mujeres y un niño. Recaló el 23 de junio en la bahía de la playa conocida como El Berodal, en la costa del pueblo de Sabinosa, donde se 12 El término pirata se utiliza tradicionalmente, en las Islas Canarias, para hacer referencia a cualquier cosa ilegal. Así, por ejemplo, un coche pirata es aquél que hacía servicios de transporte de pasajeros eventualmente a modo de taxi, pero sin llegar a serlo. Se equivoca RODRÍGUEZ MARTÍN, Néstor (1988), cuando cree que este término hace referencia a que el barco debía ser robado, tal como ocurrió en algunas ocasiones; p. 88. 7 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 aprovisionó de agua, gofio, higos pasados, almendras, carne salada y otros víveres; también pudieron disfrutar esa misma noche de la ancestral fiesta de San Juan (solsticio de verano). Zarpó el 24 de junio de 1950, tardando sólo 23 días en avistar tierra y 28 en llegar a su destino: Puerto La Cruz, Estado Anzoátegui, costa nororiental venezolana. No sólo fue el velero más rápido de los tres, sino también el segundo más rápido en la historia de la emigración clandestina canaria a Venezuela, después de la goleta Benahoare13 , que partió de la isla de La Palma. Esto fue posible porque fue el único de los tres veleros que estuvo pilotado por un experto oficial herreño: Rafael S. Cejas Morales, quien disponía de estudios náuticos y experiencia naval al menos desde los años 1925 hasta 1937 -año en que fue encarcelado por sus ideales democráticos y suspendido de poder ejercer todo tipo de actividad relacionada con la navegación-, así como de sextante, compás, cronómetro, cartas de navegación y otros instrumentos para realizar este arriesgado viaje. Fotografía en que aparece Rafael S. Cejas Morales, realizada en la cubierta del Correo de Transmediterránea que operaba entre las colonias españolas de Río Muni y la isla de Femando Poo. Es el segundo por la izquierda, en primer término. Afio 193 0. 13 La goleta Benahoare, a diferencia del pailebot Joven Gaspar, tenía un motor auxiliar que le permitía una velocidad media de crucero de 7 millas por hora, por lo que en caso de calma podía disponer de esta propulsión alternativa. 8 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 366, ello supone e l 54,87 de l total de emi grantes he rreños de esa décad a, es decir, más de la mitad de los emi grantes he rreños de esta década lo hi zo clandesti narnen te. Aun siendo una cifra pendiente de revisión, ind ica en cualqu ier caso la importancia que tuvo la emigrac ión clandestina pa ra e l pueb lo he rreño. Pueblo en su mayoría muy pobre y ofi c ia lme nte analfabeto, que soportaba los constantes atrope ll os de la c lase caciquil , conocida popularmente como rabos blancos y ele la guardería fo restal , al frente ele la cual se encontraba e l conocido y tri stemente recordado Zósimo, quien ordenaba las brutales inte rvenciones sobre aquellos pastores y agri cultores que eran captu rad?~ con sus ga nados en el monte o cogiendo leña para sus hogares. Sobre tocio, en aque llos ai'íos ele fuerte seguía en la que e l único medio para subsistir en E l Hie rro era e l aprovechamiento de los recursos fo restales ( leña seca, creces, rnocanes, medroíios, raíces de he lechos, tagurun tías, etc.), la caza, la pesca y la recolección marin a. Para e l pueblo herre íi o, una epopeya ele tal magnitud necesariamente tenía que trascender en la hi storia colectiv a. La mejor, y prácticamente la úni ca manera conocid a, era la tradic ión oral ve rsificad a, ya q ue ésta e ra as umida y trasmitida por la mayoría de l pue blo; a l contrario ele lo que ocurre con la historia escrita, que di scrimina a buena parte ele la poblac ión ele la época, si tenemos en cuenta los altos índices ele analfab e ti smo y los escasos recursos para acceder a la cultura esc ri ta . En cualqui er caso, es to no só lo no descartó la tran smisión escrita, sino que la fav oreció, pues la mayoría ele las compos iciones creadas ora lme nte en versos y conservadas en la memoria colectiva, fue luego recogida, copiada y comunicada ele unos a otros y e nviadas a Canarias desde la otra orilla de l Atlánti co, y fue asumida hasta e l punto ele haber siclo muchas veces inte rpretadas públicame nte en la is la ele E l Hi e rro. En este sentido, se nos ha narrado la anécdota ele que muchos familiares que no habían recibido noticias de sus pari e ntes ele Venezue la, a los que ya daban por muertos o desaparecidos, al escuchar di chos re latos cantados en décimas verseadas en puntos cubanos, vivían mome ntos de gran emotividad . Es decir, una vez que estaban aseguradas oralme nte en la memoria colectiva, fu e ron posteriormente registradas de forma escrita. Un c laro ej e mplo lo tenemos en e l maravi lloso diario de un emi grante c landestino he rre r'ío embarcado en e l Dolores Ortega, que partió de l Pue rto ele La Luz y ele Las Palmas de Gran Canaria, titulado '' Datos importantes de una hazaíia sorprendente, observados por Juan Cejas Navarro, aíio 1950", que, aunque esc ri to totalmente en prosa. conserva buena pa rte de l tex to en estructura decimal. lo que refu e rza la hipótesis anteri orme nte expuesta .. Por otra parte, quedaría claro que, conceb ir ori gin alme nte una narraci ón en décimas o en cua lquier tipo ele versificación, para su trans mi sión 9 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 oral cantada, es una forma más fácil, eficaz y bella de perpetuar en la memoria colectiva unos hechos históricos en los que buena parte de los herreños y canarios en general estuvieron re lac ionados. En cualquier caso, la emigración c landestina no fue la única que empleó estos mecanismos, ya que existen ejemplos en la emigración legal , como el recogido por el profesor Lorenzo Perera15 en La Dehesa, donde un emigrante legal, Vicente Hernández Quintero, compuso unas décimas relatando su viaje a Venezuela. Como es lógico, el hecho de reali zar diarios de viajes escritos en décimas no fue exclusivo de la isla de El Hierro, ya que se conocen ejemplos en otras islas, como es el caso de La Gomera, donde el emigrante Manuel Navarro Rolo escribió uno titulado "Narración histórica de un viaje transoceánico desde La Gomera (Islas Canarias) a Venezuela en el motovelero Telémaco, aiio 1950" 16 . Otro diario inte resante fue el de un emi grante grancanario: José Llorca Cabot, que se escapó en el ve lero Arnérica hasta Dakar, donde se hundió; pasando luego a continuar su viaje a Venezuela en el Saturnino, que procedía de la isla de E l Hierro. De estas desventuras escribió un diario titulado: "Romance del emigrante: esto es realidad" 17 Pero de cualquier manera, el caso he rreño es bi en signifi cativo, ya que tan sólo de uno de los diarios del viaje del Saturnino dispon emos de tres copias a modo de versiones, las cuales tienen c laras diferenc ias entre sí. Una de e ll as, la primera versión y ori ginal, de las tres que poseemos fue escrita por Juan Reboso Machín, natural de Asofa, y está compuesta de c incuenta y seis décimas (quinientos sesenta versos), cuyo título es "Décimas históricas del a,'io 1949" 18 , mientras que otra de las versiones del anterior lleva por título: "Emigrasio grandestino"[sic] 19 . Ésta última copiada íntegramente de memoria por Honorio Armas Acosta, tras haberla escuchado en una interpretación pública de verseadores de punto cubano, la cual adaptó a su manera de 15 LORENZO PERERA, Manuel J . ( 1989) : El folklore musical de El Hierro . Disco y libro ed itado por el Centro ele Cultura Popular Canaria, pp. 17 y 18. 16 GARCÍA LUIS , Ri cardo y otros ( 1982) : Así se lticieron a la 111ar: el Telé111aco. Edición de J. Marrcro y Castro. 17 PERRERA JIMÉNEZ. José ( 1989): 1-/is/oria de la e111igraci!m clcuzdesli11a a Ven ezuela. Gráficas Marcclo. ix REBOSO MACHÍN, Juan: Déci111as históricas del aiio 1949. Manuscrito origi nal privado, escrito en 1949. 19 ARMAS ACOST A. Hono rio. Emigrasio Grandeslilw [sic]. Versión manuscrita que fue copiada íntegramente ele memoria tras haberla escuchado en una interpretación ele verseaclo res ele Punto Cubano en la isla ele El Hi e rro. Colección particular. 10 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 entender. Por ej e mpl o, grandestino por clandestinr/0 . A continuación ex ponemos las "Décimas históricas del aFío 1949" 21 , versión original, escrita por Ju an Reboso Machín durante su viaje a Venezue la a bordo del Saturnino, siendo compl ementadas con las otras variantes de las que di sponemos. l ª El día 1222 de octubre histórico debe ser para el que sepa comprender lo que significa el mundo. Con orgullo muy profundo, el hombre forma su hogar y así e mpieza a trabaj ar, para poder sostener a sus hijos y mujer, un perfecto bi enesta r. Imposible le es la vicia, lucha con inconveni e ntes porque el sudor de su frente muy poca cosa le alivia. Asi 23 es que el hombre cavi la 20 No es de extrañar este caso de asociación de un significante desconocido a otro con signifi cado conocido. Se trata de un comportamiento bastante común en tre nuestra población campesina. Así, por ejemplo, en T eneri fe hemos cscuchaJo la expres ión lmbc111,~uilla para referirse a la bougan.vi/la aunque no tenga nada que ver esta planta con la del bubango, una cucurbitacea. También hemos escuchado calis1ro para referirse al euca li ptus o eucalipto. 21 Hemos considerado oportuno corregir el texto, en cuanto a lo que a ortografía se reliere, clebiclo, entre otras razones, a la fa lta ele uniclacl entre las diferentes copias o vers iones. 22 Hemos respetado el hecho ele que estlÍ escrito con números. Debería escribirse con letra para respetar la métrica octosílaba. 23 En este caso no va acentuada para que se pueda producir la sinalefa, ya que ésta resulta violenta con una síl aba acentuada. 11 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 cómo se pod rá valer, ele qué medios podrá ser. No encuentra solución, más tarde, con atenc ión, se lo dice a su mujer. Lo que voy a referirte, hoy es prec iso decirte Escucha, pon atenc ión , que abandono la nación . Será 24 una equi vocación, pero mi pal ab ra di ; hoy me despido de ti , dime si algo te consue la, yo me voy a Venezue la, ya la orden recibí. 4ª A las once de la noc he se formó la exped ic ión y con mucha precaución miramos al hori zonte. Bien c laro se veía el monte, la luna resplandeciente, unos fuimos a Las P layas 2 :'i y otros con rumbo a la fu ente hasta qu e, muy ele repente, el punto lo des ignaron. Los que en E l Pinar se hallaban también al punto acudieron , y tocios se reuni eron 24 Hay sinalefa pese a que hay una sílaba accntuaela. 25 Se trata ele Las Play;is, un topónimo hcrreño ele la Costa de \sora. 12 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 en e l leti111e 21 ' Las Pla)d~. T odos los que allí se hallaban 111iraban al horizo nte y do nde unas o las rompen una luz se d ivisaba. e l barco se aprox i rnab;1 , eran ya rnás ele las Joce. 6" En ca111in o.nos pus i111 os, intra nquilos camin amos, cansados y desmayados, cuando en Las P layas nos vi rn os . Muy pronto a ll í descu brirnos llegaba la emba rcació n, e l cap itán al ti111ón, a las velas los 111arinos, y s in tardar recibimos las órde nes de l patró n. 7" T ri s te fue la s ituación, nad ie en E l Hie rro lo sabe, e l a migo Ju an Gon zá lcz nos cia rá contestació n. Fue muy ju sta la razó n, nad ie debe c ri ti carl e, é l no lo hi zo ele cobarde. tuvo su prese nti mi e nto. pues en aque ll os mo 1rn.:ntos qué s ituac ión lame ntabl e. 8" 26 Expresión Lopon íllli ca hcrrciia que si rve par;i ck:,ig11,1 r un borde o lín1i l t: de un acc1clc11Lc orográlico (monLaña, barran co, risco, acan tilado 111ari110 ... ). pmihlcrnente se rratc de una ex presión prehi,púnica de origc11 bimb:ichc que 1icnc sus paralc li slllos en el rad ica l TM. que significa ·borde, J"ronLera o Jímile' en diversos dialecto, de lenguas Gllll ÍLi cas o noneaJ"ric:rna,. 13 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Cuando todo es taba li sto el capitán ord enó, pero e l barco no arrancó, porque le faltaba e l viento. Qui en en aqu e llos momentos pensara la s ituac ión no lloraba por razó n, no porgue faltó moti vo, porque casi que nos vi rnos e ncallados en Cardón. 9ª Arranca e l barco a l momento y torn a su direcc ión, navega con precauc ión, teme roso ele un e ncue ntro. Con dirección a occidente e l barco s igue dos días y con gran monotonía se qu eda, proa al ori ente, marcando di rectamente la lín ea 27 que recorría. 1 Oª Así se pasó dos días, perdi endo has ta la razón, con el agua de rac ión, muy escasa la comi cia. Después, al s igui ente día, a lgo lejos se descubre, . ?8 y fu e e l 18 - de oc tu bre, 27 Siné res is. 2x Debería haber siclo escrita con letras para conservar su métrica, pero hemos respetado la 14 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 a las diez de la mañana, cuando el mar se atormentaba y un temporal se descubre. ] ] a Llegó la noche sombría y mi I densos nubarrones, cayendo como aguijones, sobre la manta mía 29 . Ciento diez hombres había en medio de la tempestad y en aquella soledad, sin medios de protección, se nos siente el corazón oprimido de verdad. 12ª Ya la tormenta bonanza y aparece el nuevo día sintiendo con alegría no ocurriese una desgracia. Y en aquella bonanza, que apenas el mar se mueve, cuando todo el mundo duerme se oye una voz decir: - i cuidado, estamos en tierra, éste es el cabo San Luis!-. 13ª Yo lo voy a referir pa que nada nos fallara ¿qué faltó pa que encallara el barco en cabo San Luis? Qué fácil es de decir versión original del autor. 29 Verso irregular desde el punto ele vista mét rico pues tiene sólo siete sílabas. 15 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 a todos los concurrentes quien tenga miedo a la muerte no se debe de an-iesgar, porque aunque sepa nadar, no se libra de la muerte. 14ª Sigue nuestra embarcación y el veintitrés de maí'íana, libre y anhelado se hallaba en Dakar puerto francés . Algunas casas se ven, otras llaman la atención, los negros con camisón, el puerto muy concurrido, francesas con sus maridos en sostén y pantalón. 15ª Después de suministrar, con alguna condición, llamaron a Salvador, para una nota tomar. Este empezó a protestar y dijo la policía que agua y víveres había: no tengan miedo ninguno, les darán su desayuno, que beber y dos comidas. 16ª Determina la salida para el día veintisiete, sin ningún inconveniente, todo en marcha y armonía. ; Cuando reinó la alegría en todos los concurrentes, 16 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 surge al fin y de repente algo que duele en la vida: supuesto queda enseguida un hombre tendido inerte. 17ª Presenció con sentimiento cómo hombres de corazón, y todos con compasión, acudieron ~11 momento. Este es el primer encuentro, surge la fatalidad , un caso que, en realidad, como primer accidente, a todos nos hizo frente, nadie se pudo librar. 18ª Es digno de compasión en el preciso momento que tuvo el primer encuentro don Ildefonso Padrón y cuando cuenta se dio su cuerpo estaba ligado, se encontraba acribillado, impotente y con dolor, con fatigas a montones, porque se había quemado. l 9ª Siguen pasando los días, se aproxima la ocasión y se nombra comisión para controlar la comida. Todo se raciona al día, apenas para v1v1r, y se empieza a consumir 17 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 el hombre con su agonía, pensando que llega el día que dejará de vivir. 20ª Y van pasando los días. El once por la mañana el piso mojado estaba por el agua que caía. Después, al siguiente día, acelera la tormenta, allí se nos representa en medio del Oceano'0 . La muerte llega a mis manos, las olas me Jo demuestran . 21ª Para mayor desespero de nuestra tripulación se oye decir al patrón: - achicar el agua quiero. Esto sí que es desespero, el barco va haciendo agua porque entre dos tablas se produjo un agujero, y nos quedamos de nuevo pensativos y sin habla. 22ª Voy a citar un amigo que en medio su desespero, dijo: - amigo yo me muero; 30 En lugar del normativo océano, aquí se ha roto la acentuación habitual de la palabra con el objeto de conseguir la rima. Esta inform,1ción, y las correcciones del texto, hemos de agradecérselas a Dª Rosario González Gonzá lez, licenciada en Filología por las especialidades ele Clásicas e Hispánicas, y a D. Ernesto Gil Abad, profesor del Departamento de Lengua y Literatura del Centro Superior de Educación de la Uni versidacl ele La Laguna. 18 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 adiós mis hijos queridos, adiós todos mis amigos ; avisen a mi mujer, yo dejo de padecer. Ella se encuentra en Valverde, yo soy Pedro Monteverde, para mis señas poner. 23ª Desde el punto de partida el hombre se trastornó, fue mucho lo que mareó, morirse le parecía. Muchos con él compartían sus penas y sufrimiento, pero él, en su pensamiento, un secreto al recordar, no poderlo revelar, era pena y sufrimiento. 24ª Triste es la vida en el mar, pensando la situación, sin medios de salvación, y entre la oscuridad. Dirige su vista allá, en todas partes cavila hasta que se determina en medio de la tormenta y a todos se nos presenta la muerte triste y sombría. 25ª Se acababan los combustibles, los hombres se desesperan pensando que al nuevo día quizás la muerte le espera. 19 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 No hay mano que escribir pueda este caso como ha sido, porque yo he conocido hombres de grande valor y hoy los veo en un rincón llorando muy condolidos. 26ª Piensan en seres queridos, huérfanos y desvalidos, que no tienen ya otros medios para serles socorrido. Maldicen haber nacido para tal padecimiento. Son los mayores tormentos que el hombre haya experimentado, inocentes condenados morir por falta sustento. 27ª Amanece el nuevo día y en el preciso momento que el hombre se cree muerto se oye con monotonía, después de veintidós días. Cuando llegamos al fin , me parece descubrir, por esta línea del norte, lejos en el horizonte, un puntito muy sutil. 28ª Sube un marino al palo y se le oye decir: - no es duda, es un vapor que se dirige al Brasil. El capitán dijo sí, 20 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 yo no estaba equivocado, creo nos hemos salvado, y se dirige al patrón, atento con el timón, para el rumbo que tomamos. 29ª Todos hacia allí miramos con terrible convulsión, pidiendo la protección, cuando nos aproximamos. El barco pasó de largo, no se pudo contener, y al no reconocer la causa de su carrera, maldecimos J I de manera, ya nada había que hacer. 30" Pero, un momento después, conocimos el error y mirando sin dolor vimos el barco volver. Entonces, yo pude ver el público emocionado con el pañuelo en la mano, los ojos humedecidos porgue estaban convencidos del Salvador en la mano. 31 ª Todo aquél que sea cristiano 31En el texto original aparece la expresión popular maldecimos en lugar de maldijimos. 21 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 y tenga su compasión se le parte el corazón de muerto al verse salvado. Era un barco americano conocido de manera porque izó la bandera, símbolo de la nación, y fue nuestra salvación Del-Sud, nación extranjera. 32ª Fue mi primera impresión cuando en el bote estaba recogiendo un bidón de agua frente al escotillón y descolgando un cajón, un fardo que contenía, enlatados se veían, carne en mayor cantidad y de buena calidad, tabaco y también arroz. Del bote saltó la cuerda, entonces se deslizó, y cuando cuenta se dio, cerca la parte trasera, dijeron todos afuera: - la hélice nos arrolló. Y con perfecta maniobra se pudieron desquitar; faltó poco pa quedar sumergidos en las olas. 34ª Muchos cerraron los ojos, dijeron: pobres marinos 22 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 quedaron en el camino por falta de precatición. Entonces con atención se abre la vista al momento y se ve con sentimiento, libres de la tentación, y con gran satisfacción el barco volvió a su puerto. 35" Adiós dice1i al momento, no podemos esperar, no podemos aquí estar sino el más escaso tiempo. En aquel mismo momento se oye un viva a la nación del barco de protección, de todos los españoles salen de sus corazones afectos con emoción. 36ª EL barco dio dos pitadas en señal de despedida y nosotros varios vivas a la nación americana. Fue el viernes por la mañana, el dieciocho de noviembre, santa fecha que conmueve a todos los familiares de estos hombres que en Los mares, entre las olas, se mueven. 37" Sigue la ruta enseguida marcando la dirección, porque nuestra embarcación 23 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 se haya salvado y con vida. Se raciona la comida, dando un poco de café, nos preparan un bistec para la primera comida y sin tardar, enseguida, reparten tabaco inglés. 38ª El mar Atlántico baña, con sus olas acaricia y a lo lejos se divisa el agua turbia de playa. No sabiendo dónde se halla el capitán para orientarse quiere al fin aproximarse para divisar la tierra y se observan varias sierras a medida que se acerca. 39ª Después de cuarenta días en medio del océano un número de cristianos se sienten con alegría pensando en la travesía y ver por primera vez tierra de América que es con lo que hemos soñado. Es un pueblo soberano 32 que no acierto a comprender. 40" Aquello la atención llama, 32 En otra de las versiones de este di ario, aparece este verso sustituido por otros que dicen así: "es un pedazo de terreno" y "es w1 pobre soberano " . 24 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 ver tanta vegetación, productos de la nación de tierra americana. Todos miran con gana y el capitán dijo al fin: - este río está en estas tierras extrañas, es el río que se halla entre Guayana y Brasil. 41ª El barco por poco encalla cuando quiso dar la vuelta, el agua turbia y revuelta y además muy enfangada. Pero de pronto hay tarea, un grito en la embarcación y a la orden del patrón las naciones acudieron y al momento sorprendieron, el barco dio un gran tirón. Sigue nuestra embarcación, sigue la fatalidad, condenados en verdad, sin tener explicación. Sólo nos queda poca harina destinada a la cocina, agua ni para beber, pero la situación es diferente al otro día [ ... ] 33 . 33 En esta décima se ha roto la estructura y falta un verso en todas las versiones encontradas. 25 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Se arrimó con ligereza, que en esta zona se halla, si mis planes no me fallan, es la Guayana francesa, y yo le pido con tristeza, se resignó un momento, no me forme un espanto para poder arrestarme que mañana por la tarde llegamos al primer puerto. 44ª Después de larga caminada, el veintisiete de noviembre, por la mañana a las nueve, se divisa la entrada, estamos en la Guayana. Preparen la embarcación , que venga un remolcador para poder arrimar, que queremos atracar y son ya más de las dos. 4Y Es la Guayana francesa, Cayena su capital, todos al desembarcar caminamos con presteza, y presencio con tristeza hombres pedir por la calle y niños de muy corto talle a un hombre darle sustento. Eso causa sentimiento y no se le olvida a nadie. 46ª ¿Quieren ir a trabajar?, 26 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 nos dijo la policía, y así conseguirán el poder suministrar. Esto sí es un malestar y todos nos revelamos; nosotros somos cristianos, que suministre Salvador para eso le hemos pagado. 47ª Desde hoy nos dedicamos a cada cual por su cuenta, trabajar si se presenta, pero pagar no pagamos. Nosotros ni un franco damos, él tiene la obligación de preparar la embarcación para la línea seguir, y nada de discutir: 14 , · entre · mas pronto, meJor. 48ª Trabajan los españoles en la Guayana francesa demostrando con nobleza en todas las direcciones. Y con muchas precauciones se ponen a trabajar: a cortar caña unos van, otros a la carretera y de veinte mil maneras el resto en la primer capital 35 49ª 34 En el habla popular de Canarias se suele sustituir la palabra cuan/o en la expresión cuanto más, referida a tiempo, por en/re más. 35 Este verso tiene nueve sílabas; por tanto, no guarda la regularidad métrica. 27 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Cuando hubo concluido, el suministro compraron y todo ya preparado la orden la recibimos. En escasa cantidad se advierte sólo sea diariamente una comida para que ustedes decidan lo que tienen que aportar. 50ª El cuatro por la mafiana el barco subió las velas y saliendo ele Cayena, en tierras americanas, nuestro barco navegaba con cierta velocidad. Feliz y sin tempestad, a los siete días justos se divisan ciertos puntos ele la isla de Trinidad. 51ª Se costea por el norte la isla de Trinidad y a la media tarde ya se aproximan a un islote. Bien claro se veía el monte y acanti lacias laderas verdes lucen sus fronteras y alguna vegetación . Se oye con atención: ¡ya estamos en Venezuela! 52ª Los hombres en esta vida / 28 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 todos .tienen un horror y el capitán al patrón da la orden enseguida. Me parece, por la vida, que estamos en Venezuela: mande usted arriar velas y dé la vuelta enseguida que el puerto de embarcación está en la parte trasera. El personal se amotina: esto no es tal Venezuela; el capitán se rebela y sigue el rumbo que traía. Y entonces dice enseguida: acabo de comprobar, es la isla de Trinidad, esta vez sí nos encontramos porque repasé mis planos y no puedo fallar. Sigue nuestra embarcación la dirección que traía y el doce a las diez del día a lo lejos divisamos. El corazón en la mano y fija la vista al frente, pues se ve palpablemente, es un terreno más llano, territorio venezolano, que va unido al continente. 55" La costa se ve de frente y en todo su litoral 29 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 cosas que produce el mar y una luz resplandeciente. El personal se di vierte al comprobar dónde se halla la luz de un faro que está vi éndose respl andec iente, y por la parte de ori ente nos queda la capital. 56ª A los sesenta y dos días 36 e l martes trece de di ciembre 37 por la mañana a las nueve llegamos a la bahía. Nuestro barco no podía, con cierta justa razón llega un remolcador, a puerto nos conducía; más tarde la policía tomaba decl aración. F IN BIOGRAFÍA DE JUAN REBOSO MACHÍN, AUTOR DE ESTE HERMOSO DIARIO DE VIAJES, ESCRITO EN DECIMAS ,R Juan Reboso Machín nac ió en el pueblo de San Andrés, en el corazón de la isla de El Hierro, en el año 1.9 18. Hijo ele agricultores que alternaban 36 En algunas de las versiones, por error, aparece ochento y seis días , lo cual res ul ta fa lso, si se tiene en cuenta que partieron e l 12 de octubre y llegaro 11 el 13 de diciembre. Quiz,í se deba al cómputo total de días, contando desde la partida de Lanzarote con las esca las en Fuerteventura y Gra11 Canaria para embarcar pasajeros, así como los días que estuviero11 retenidos por las autoridades en Venezuela. 37 En algunas ele las versiones encontradas también aparece, por error, el mes de noviembn; como mes de llegada al desti no, lo cual se debe, seguramente, a una confus ión con la llegada a Cayena, Guayana Francesa, primer puerto de ll egada en América. 38 Esta breve biografía fue esc rita, co11 gran sen timien to, por sus propios hijos : Dina y Ju an Reboso Acosta, que gentilmente nos la brindaron ante nuestra so licitud. 30 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 di. cha (a bor con (a d e guarG[ ar ·W su manar./ a 40 de oveJ. as. Aprendió a leer y a escribir con un maestro del pueblo. Con toda seguridad, autodidacta y sin titulación, pero con una gran vocación. Siendo muy pequeño perdió a su madre y tuvo que hacerse cargo de la manada de ovejas de su padre. De mayor solía recordar con nostalgia, pero sin desear volver a ello, las largas noches en La Dehesa41 , acurrucado en una roca, abrigado con una manta y sin más compañía que su perro y las ovejas. Con dieciocho años es movilizado en plena Guerra Civil española, pero como sabía escribir bien y tenía una letra muy bonita, no fue al frente. Los años que duró la Guerra Civil los pasó, casi todos, en Larach~ {protectorado español de Marruecos). En el cuartel aprendió a escribir a máquina, aprendió matemáticas, geografía, etc. Por fin, en 194 l se pudo licenciar y volver a casa. El 31 de diciembre de l 942 se casó con Juana Acosta Quintero. Fueron años de hambre en El Hierro, el campo apenas daba·frutos debido a la pertinaz sequía y a la escasez de semillas y mano de obra, pues muchos jóvenes estaban aún movilizados o habían emigrado. Se ayudaba económicamente dando clases a jóvenes que no tenían otra posibilidad de aprender. En esta época participa en la fundación, clandestina, del Partido Comunista en El Hierro, del que formó parte toda su vida, a pesar de los años de ausencia y de la dictadura franquista . Una de sus mayores alegrías fue cuando Fidel Castro liberó a Cuba de la dictadura de Batista. En 1944 tuvo su primer hijo, y en 1949, ya con dos hijos , al no ver otra salida. pide prestado el dinero para pagarse e l pasaje y embarcar en un velero rumbo a Venezuela (se trata del velero Saturnino, el primero que partió desde la isla de El Hie rro) . A este país llegó después de encallar el barco nueve veces, de haber participado en un motín en el barco para poder administrar, de forma justa, el poco avituallamiento del que se disponía, de comer carne de tiburón y de haber trabajado picando cal, junto con otros compañeros de viaje, en la Guayana francesa para poder comprar comida que les permitiera llegar, por fin, 39 En la isla de El Hierro, tradicionalme nte se emplea la palabra guardar para referirse a cuidar o pastorear. Con toda probabilidad se trata de un arcaísmo. 40 En la isla de El Hi erro se utiliza la palabra mancula para referirse a las ovejas, cabras o cochinos, siempre y cuando su número exceda de la docena (una o varias) ; para menos ele doce se utiliza la expresión jabardo. Información del profesor Manuel J. Lorenzo Perera. 41 Se trata de un territorio al oeste de la isla de El Hierro. cuyas ti e rras son comunales desde hace muchos siglos y que están destinadas exclu sivame nte al pastoreo y a la apiculLUra pese a los intentos de parcelación y venta que se han producido en diversos periodos históricos por parte de la clase dominante y caciquil co nocida popularmente por mbos bloncos. Para m.ís información, recomendarnos las obras de D. Manuel J. Lorenzo Perera, y en especial su tesis doctoral titulada Estudio et no-histórico del pastoreo en. la isla de El Hierro . 31 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 a Venezuela; la tierra prometida para tantos canarios de esa época. Su familia tardó noventa y tres días en saber que estaba vivo, cuando toda la isla daba ya por muerto a todos los que se habían subido en aquel velero. Trabajó varios años en Venezuela, llevando cebollas y sandías desde el interior del país hasta el mercado de Quinta Crespo en Caracas, donde las vendía, al igual que hacían muchos otros herreños. Viajó dos veces más a Venezuela y la segunda vez se llevó a toda su familia, pero ésta no se adaptó al clima tropical y volvió a Canarias. Cuando regresó de su segunda patria, como él llamaba a Venezuela, se vino con toda su familia a Tenerife, donde vivió el resto de su vida. Juan Reboso Machín. Autor del Diario de Viaje del Saturnino, escrito íntegramente en verso, titulado Décimas históricas del w1o 1949 32 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Juan Reboso Machín. Autor del Diario de Viaje del Saturnino, escrito íntegramente en verso, titulado Décimas históricas del año 1949 Además de su afiliación al Partido Comunista, fue socio y también tesorero de la Asociación Canario-Cubana José Martí ( de amistad y cooperación). Fue un hombre muy vitalista que disfrutaba de las pequeñas cosas y principalmente con los logros de sus hijos. Defendió sus ideas hasta el final y murió el 8 de diciembre de 1980 con el convencimiento de que, más tarde o más temprano, el socialismo triunfaría en el mundo. Del Joven Gaspar tenemos el diario de Juan Cabrera, también natural de Asofa, titulado: "Historia del Joven Gaspar, barco velero" 42 . 42 CABRERA GARCIA, Juan (1950): Historia del Joven Gaspar barco velero. Versión mecanografiada por cortesía de los herederos, colección particular. 33 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 A partir de aquí el diario continúa redactado en prosa, hasta finalizar Ja narración de Ja historia. Por último, haremos nuevamente mención al referido y maravilloso diario de Juan Cejas Navarro, que aunque escrito, como antes señalamos, en prosa, mantiene parte de la narración en una estructura decimal. "Datos importantes de una hazaíia sorprendente observados por Juan Cejas Navarro, aíio 1950: [. . .] Llega la noche sombría y a la vez bramaba el viento, y la voz del firmamento, entre nubes se perdía. Triste es ver en agonía a un puiiado ele valientes, luchando con las corrientes, en medio del océano, y a b razacl os como h. ermanos, espera' b amos l a rnuerte "43 . A modo de conclusión, terminaremos con estos cuatro versos de doña Claudina García Pérez, natural de Sabinosa: "Todos los hombres ele aquí iban en barco velero porque no podía ser, porque no había dinero". 43 Pese a que el texto está escrito en prosa, creemos que originalmente estuvo concebido y posteriormente escrito en décimas. De ellas se conserva buena parte, como es el caso de este fragmento citado que ahora reestructuramos en verso: " Llega la noche sombría y a la vez bramaba el vienlo, y la voz del.firmwnenlo e/llre nubes se perdía. Tris/e es ver en agonía a un puiíado de valientes luchando con las corrientes, en medio del océano, y abrazados como hermanos, esperábamos la mue ne ". 34 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 FUENTES CONSULTADAS ACOSTA PADRÓN, Venancio (1994): Em.igración clandestina de El Hierro a Venezuela. Centro de la Cultura Popular Canaria. ARMAS ACOSTA, Honorio: Enúgrasio grandestino [sic]. Manuscrito de las cincuenta y seis décimas copiadas íntegramente de memoria. Manuscrito particular. CABRERA ACOSTA, Miguel A. (1985): "La emigración clandestina herreña (1949-1950)" . Revista La Sorriba, nº 24, afio III, pp. 14-16. Ed. Centro Canario de Estudios, Amistad y Solidaridad entre los puebl os de África Am{lcar Cabral. CABRERA GARCÍA, Juan (1950): Historia del Joven Gaspar, barco velero. Manuscrito particular. CASTELLANO GIL, José M. ( 1990): Quintas, prófugos y emigracwn. La Laguna ( 1886-1935). Taller de Hi storia. Edición del Ayuntamiento de La Laguna y el Centro de la Cultura Popular Canari a. CEJAS NAVARRO, Juan (1950): Datos importantes de una hazaFía sorprendente, observados por Juan Cejas Navarro, aíin 1950. Diario de Viaje escrito y publicado por el autor. Caracas, Venezuela. Colección particular. DÍAZ SICILIA, Javier ( 1990): Al suroeste la Libertad. Inmigración clandestina de canarios a Venezuela entre los aíios 1948 y 195 1. Academia Nacional de la Historia de Venezuela y Gobierno de Canarias. Caracas. PERRERA JIMÉNEZ, José (1989 ): Historia de la emigración clandestina a Venezuela. Gráficas Marce lo. Las Palmas de Gran Canaria. GARCÍA LUIS, Ricardo y otros (1982): Así se hicieron a la mar: El Telémaco. Ediciones de J. Marrero y Castro. GARCÍA LUIS, Ricardo (1983): Emigración clandestina Canarias-Venezuela ¿canibalismo?. Ediciones de Jorge Luis Sosa Campos. Santa Cruz de Tenerife. 35 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 GARCÍA LUIS, Ricardo ( 1995): Estrella Polar. Un vicl.Je clandestino Canarias-Venezuela 1948. Editorial Baile del Sol , Colección Vacaguaré/2. HERNÁNDEZ GARCÍA, Julio (1981 ): La ernigra ción de las Islas Canarias en el siglo XIX. Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria. HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Manuel (] 995): Canarias: La ern.igración. Cabildo de Tenerife, Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y el Centro de la Cultura Popular Canaria. LORENZO PERERA, Manuel J. (1981 ): EL folklore de La isla de EL Hierro . Editorial Interinsular Canaria S.A. y Excmo. Cabildo Insular de El Hierro. LORENZO PERERA, Manuel J. (1985): Consideraciones sohre la emigración a Cuba. Isla de El Hierro-Canarias. Excmo. Cabi Ido Insular de Gran Canaria. LORENZO PERERA, Manuel J. (1989): El folklore musical de El Hierro. Disco y libro editado por el Centro de la Cultura Popular Canaria. MACÍAS HERNÁNDEZ, Antonio M. (l 992): La migración canaria, I 500- 1980. Ediciones Júcar. MARTÍNEZ GÁLVEZ, l. y MEDINA RODRÍGUEZ, V. (1992): Nuevas aportaciones al estudio de la emigración clandestina de las Islas Canarias a América Latina 1948-1955. Edición del Cabildo In sular de Gran Canaria. MEDINA RODRÍGUEZ, V. y MARTÍNEZ GÁLVEZ, I. (1991 ): Emigración. canaria del siglo XX: Algunos apuntes para su estudio. Editorial Benchomo. MORALES GONZÁLEZ, Juan (1982): Canarias en el actual momento histórico. Caracas. MORALES HERNÁNDEZ, Gonzalo (1996): Fugados en velero. Historio de La E/vira. Editado por el Ayuntamiento de Los Realejos y el Centro de la Cultura Popular Canaria. REBOSO MACHÍN, Juan (1949): Décimas históricas del aíio 1949. Manuscrito original privado. 36 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 RODRÍGUEZ MARTÍN, Néstor (1988): La emigración clandestina de la provincia de Santa Cruz de Tener~fe a Venezuela en los años 40 y 50. Edición del A.C.T. Cabildo Insular de Tenerife. SAN BLAS LORENZO, José (1950): Diario de un emigrante clandestino. Edición preparada por Ricardo García Luis y editado P.Or Jorge Luis Sosa Campos. AGRADECIMIENTOS Quiero agradecer, en primer lugar, la colaboración desinteresada de todos aquellos emigrantes herreños, y de otras islas, que viajaron clandestinamente a Venezuela y de sus familiares por haber accedido gentilmente a contarnos su historia y a contestar nuestras preguntas. Son muchos y es imposible citarlos a todos. De ellos guardo un grato recuerdo, en especial, de Francisco González Pérez (Francisco Santos), Antonio Negrín González, Bartolomé Fernández Morales (Bartolo Guerra), Juan Acosta Quintero (Juan el Escandalera), Andrés Acosta Morales (Andrés Torres), Nicolás Padrón Castañeda, José Acosta Zamora, Tomás A vi la Rodríguez, Juan Herrera González, Juan Cejas Navarro, Juan Fernández Hernández, etc. Así como a los familiares de aquéllos que ya no están entre nosotros: Dina y Juan Reboso Acosta (hijos de Juan Reboso Machín y sobrinos de Juan Acosta Quintero, Juan el Huido), Fidel Cabrera (nieto de Juan Cabrera García) y tantos otros. No quiero olvidar a aquéllos que hicieron posible esta obra con sus correcciones, sugerencias y su incondicional ayuda; por lo que se merecen mi especial agradecimiento: Ernesto Gil Abad, Rosario González González, Javier Marrero, Esther Santos Morín, Mª del Mar Hernández Jorge, Ramón Jesús Negrín Escuela, Jorge de la Torre Cantero, Javier Espinel Cejas, Mª Dolores Pérez Casañas, José Andrés Pérez Castro, Ricardo García Luis, Manuel J. Lorenzo Perera y sobre todo a José Juan Cruz Alayón y Mª Candelaria Díaz Palmero, que además me ayudaron a pasar el texto a ordenador. 37 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 AGRADECIMIENTOS Quiero agradecer, en primer lugar, la colaboración desinteresada de todos aquellos emigrantes herreños, y de otras islas, que viajaron clandestinamente a Venezuela y de sus familiares por haber accedido gentilmente a contarnos su historia y a contestar nuestras preguntas. Son muchos y es imposible citarlos a todos. De ellos guardo un grato recuerdo, en especial, de Francisco González Pérez (Francisco Santos), Antonio Negrín González, Bartolomé Femández Morales (Bartola Guerra), Juan Acosta Quintero (Juan el Escandalera), Andrés Acosta Morales (Andrés Torres), Nicolás Padrón Castañeda, José Acosta Zamora, Tomás Avila Rodríguez, Juan Herrera González, Juan Cejas Navarro, Juan Femández Hemández, etc. Así como a los familiares de aquéllos que ya no están entre nosotros: Dina y Juan Reboso Acosta (hijos de Juan Reboso Machín y sobrinos de Juan Acosta Quintero, Juan el Huido) , Fidel Cabrera (nieto de Juan Cabrera García) y tantos otros. No quiero olvidar a aquéllos que hicieron posible esta obra con sus correcciones, sugerencias y su incondicional ayuda; por lo que se merecen mi especial agradecimiento: Ernesto Gil Abad, Rosario González González, Javier Marrero, Esther Santos Morín, Mª del Mar Hemández Jorge, Ramón Jesús Negrín Escuela, Jorge de la Torre Cantero, Javier Espinel Cejas, Mª Dolores Pérez Casañas, José Andrés Pérez Castro, Ricardo García Luis, Manuel J. Lorenzo Perera y sobre todo a José Juan Cruz Alayón y Mª Candelaria Díaz Palmero, que además me ayudaron a pasar el texto a ordenador. 38 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 |
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