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LA CULTURA DEL MORAL Y EL VINO DE MORAS (UN PRODUCTO MEDICINAL CANARIO UTILIZADO DESDE LA ANTIGUEDAD) Manuel J. Lorenzo Perera Luz María de La Cruz López Rosa María Perera Pérez Esperanza Alicia Sosa Hernández Epifanio Perdomo González © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 LOS VINCULOS DE CANARIAS CON EL MUNDO ANTIGUOl Diferentes vías podemos encontrar cuando se trata de relacionar a las Islas Canarias con la Antigüedad: a) En primer lugar los textos escritos que se han conservado -en ocasiones claros; otras veces más discutibles-, debidos en mayoría a autores griegos y latinos. b) Las fuentes arqueológicas, crecientes a medida que se ha apoyado y prodigado la investigación arqueológica en las Islas. c) El tercer apartado está representado por aquellas tradiciones, usos ... de la Edad Antigua que prevalecieron a lo largo del Medioevo y que fueron introducidos en Canarias tras la Conquista europea (1402-1496). Son costumbres vinculadas a las diversas facetas de la cultura tradicional canaria (pesca, agricultura, pastoreo). Muchas de ellas han desaparecido o se han difuminado, notablemente, en sus territorios originarios. Por el contrario, de una forma plena o tenuemente alterada, han pervivido en Canarias, lo que supone todo un cúmulo de notables posibilidades en el terreno de la reconstrucción histórica, asunto que debe ser tratado con la cautela y el tratamiento requerido. Un caso representativo lo constituye el vino de moras, utilizado hasta hoy en Canarias con fines curativos. Cuando procedíamos a repasar obras de la Antigüedad, alusivas al señalado producto, observamos que los griegos ya se valieron del mismo, al menos desde el siglo I de la era cristiana. EL MORAL EN LA OBRA DEL MEDICO GRIEGO DIOSCORIDES Desde la Antigüedad fueron conocidas las posibilidades farmacológicas del moral, planta arbórea de cinco a seis metros de alto, considerada como oriunda de Persia. Como señala Luis Gil, en la mitología griega tiene "su debido reflejo la farmacopea: los grandes curanderos fueron a la vez grandes herboristas, tan duchos en las virtudes de los medicamentos 1 Este estudio de investigación fue realizado en la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de La Laguna (Departamento de Prehistoria, Antropología e Historia Antigua) durante los cursos 1990-91, 1991-92 y 1993-94. 18 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 simples" como habiles preparadores de "medicamentos compuestos"2 En relación al punto central del apartado que nos ocupa, en el siglo I después de Cristo destacó la figura del médico griego Dioscórides, nacido probablemente en Anazarba de Cilicia. Fue viajero fecundo, especialista en Botánica y destacada lumbrera médica, inspirada en el saber egipcio del templo de Imhotep, en Menfis, donde también había acudido Hipócrates. Su ocupación como médico de los ejércitos del emperador romano Nerón le permitió conocer la utilidad de numerosas plantas medicinal~ .Y nuevos recursos sanitarios. Su obra Materia Médica, desglosada en seis libros, ofrece remedios curativos de los tres reinos de la Naturaleza: animal, mineral y vegetal, refiriéndose, en éste último, a unas seiscientas especies. Durante la Edad Media fue repetidamente copiada y leída, siendo quizá superada, únicamente, por la Biblia. Por ello, tras la aparición de la imprenta, uno de los primeros manuscritos convertido en incunable fue la Materia Médica de Dioscórides o "El Dioscórides". La primera edición publicada en España fue la de Antonio Nebrija en 1518. Años después, en 1555, apareció en Amberes una traducción castellana, con glosas y comentario, realizada por Andrés Lagu_na, médico y humanista de origen español3. Dioscórides, en su obra ya nombrada, hace alusión a las posibilidades sanitarias de las diferentes partes del moral (fruto, raíz, hojas, corteza, savia de la raíz), mediante el recurso de remedios simples o compuestos, alguno de los cuales, como ya comentaremos páginas más adelante, no han dejado de utilizarse en Canarias. He aquí las palabras del sabio griego: "El moral es un árbol conocido de todos. Su fructo relaja el vientre, corrómpese fácilmente y es contrario al estómago. Lo mesmo hace el zumo que dél se exprime, el cual, cocido en un vaso de cobre o asoleado, se vuelve más constrictivo, y (si) se mezcla un poco de miel 2GIL, Luis (1969): Therapeia (La Medicina popular en el Mundo Clásico). Er.i. Guadarrama. Madrid, pp.115-116. 3 Para redactar lo expuesto hemos utilizado las siguientes obras: - FONT QUER, Pío (1981): Plantas medicinales. El Dioscórides renovado, 7ª ed. Ed. Labor, S.A. Barcelona, pp. XII-XIII y 117-120. - Nueva Enciclopedia Larousse (1982). Tomo VI. Ed. Planeta, Barcelona, p. 2.982. 19 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 con él es útil a los catarros, a las llagas muy corrosivas y a las inflamaciones de las agallas. Acreciéntase su virtud si se allade alumbre desmenuzable, polvo de agallas, mirra, azafrán, simiente de tamarisco, iris y encienso. Las moras cogidas verdes, y molidas después de secas, se mezclan con las viandas, en lugar del zumaque, contra los flujos estomacales. Bebida el agua en que hobiere hervido la corteza de la raíz del moral, relaja el vientre, extermina las anchas lombrices y socorre a los que bebieron acónito. Las hojas del moral, majadas con aceite y puestas, valen contra las quemaduras del fuego. Cocidas en agua llovediza juntamente con las hojas de la vid y de la negra higuera4 ennegrecen los cabellos que se fregaren con ellas. El zumo de las hojas, exprimido y bebido cuanto la medida de un elato, es útil contra la mordedura de los Jalangios. El cocimiento de la corteza y de las hojas es útil contra el dolor de los dientes que con él se enjuagaren. Al tiempo que se siegan los trigos, de las raíces del moral, descubiertas y hendidas, mana cierto licuar, el cual se halla el siguiente día congelado y es muy eficaz contra el dolor de los dientes, aliende que resuelve las hinchazones y es purgativo del vientre"5. PRESENCIA DEL MORAL EN CANARIAS. SU RAZON PRINCIPAL: LA CRIA DE GUSANOS DE SEDA Los morales, presentes en el área mediterránea desde la época grecoromana6, se introdujeron en Canarias tras la Conquista europea (1402-1496). Su plantío se desarrolló sobremanera, con mayor o menor alcance, por las 4Es muy probable que la "negra higuera" se corresponda con la variedad conocida en Canarias como higuera negra, localizada en las islas de El Hierro, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura (véase sobre el particular: LORENZO SANTOS, Narciso (1993): "Proceso de secado y prensado de higos en Canarias". Revista Tenique, nº l. Grupo Fol.kl6rico de la Escuela de Magisterio de La Laguna. Santa Cruz de Tenerife, pp. 105-121). En la isla de El Hierro la leche o savia de higuera negra se ha usado para curar los empeines. Numerosos, y dignos de estudio, deben ser los vínculos de la cultura de la higuera en Canarias con la Antigüedad. 5 FONT QUER, Pío (1981): Plantas medicinales. El Dioscórides renovado. 7ª ed. Ed. Labor, Barcelona, p . 119. 6 ANDRE, Jacques (1985): Les noms de plantes dans la Rome Antique. Société d'Edition "Les belles lettres". Paris, p. 164. 20 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 cinco islas más occidentales del Archipiélago: El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife y Gran Canaria, principalmente en las partes norte de las mismas y, sobre todo, por las zonas costera y baja, es decir, hasta una altitud aproximada de seiscientos metros con respecto al nivel del mar. Aunque no falta información referida al cultivo de morales y a la industria sedera en el siglo XVI, su desarrollo fue considerable en las dos centurias siguientes, XVII y XVIII, especialmente en cuatro de las islas del Archipiélago: Gran Canaria, Tenerife, La Gomera y La Palma 7. Aunque la artesanía sedera haya sido el objetivo· esencial del cultivo de morales, éstos han tenido otros aprovechamientos tal como se desprende del lúcido texto de Viera y Clavija, correspondiente al siglo de la Ilustración: "Arbol precioso, originario de Persia y cultivado en nuestras Islas, aunque no tan multiplicado, como lo estaría, si sus habitantes despertasen de su letargo y mirasen las cosechas de la seda como uno de los ramos más ricos de su industria. El moral medra en cualquier terreno, y se propaga por semillero, o por mugrones y acodos, o por plantones y por vástagos. En nuestro país crece lentamente y llega a hacerse un árbol muy grande y muy robusto. Su tronco es grueso, tortuoso, de corteza escabrosa, maciza, flexible y filamentosa. Forman sus copas largos gajos que se dilatan y entretejen, cuya madera es sólida y de un bello color amarillo. Sus hojas son alternas, cordiformes, orladas de dientecillos, compactas, nervosas, lanuginosas, ásperas al tacto, de un verde oscuro, lustrosas por dentro, con pezones. Sus flores brotan apifladas, siendo unas masculinas y otras femeninas en su mismo pie. Las masculinas constan de cuatro estambres, en un cáliz de cuatro puntas ovales y 7 Acerca de lo dicho puede ampliarse información en las siguientes obras: - REGULO PEREZ, Juan (1946): "Antigüedad de la sericultura en Canarias". Revista de Historia Canaria, nº 74. La Laguna, pp. 167-169. - AZNAR VALLEJO, Eduardo (1983): La integración de las Islas Canarias en la Corona de Castilla (1478-1526). Secretariado de Publicaciones de la Universidad de La Laguna, Madrid, p. 362. - DIAZ PADILLA, Gloria y RODRIGUEZ Y ANES, José Miguel (1990): El señorío en las Canarias occidentales (La Gomera y El Hierro hasta 1700). Excmo. Cabildo Insular de El Hierro - Excmo. Cabildo Insular de La Gomera, Santa Cruz de Tenerife, pp. 329-332. - MARTIN HERNANDEZ, Braulio (1990): "La seda en El Paso". Revista La Graja, nº 4. Santa Cruz de La Palma, pp. 18-19. 21 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Detalle de un moral. Fotografta cedida por José M. Espinel Cejas cóncavas; y las femeninas de dos pistilos u ovarios en un cáliz de cuatro hojuelas redondas perennes. Estos ovarios se convienen en unas bayas pequeffitas, que estando muchas agrupadas en un mismo pedúnculo, forman uria baya grande, compuesta de todas las pequeflas, y las llamadas moras. Su jugo es agridulce, abundante, de color purpúreo. Las moras maduras, tomadas en ayunas, son refrigerantes y laxantes. El lamedor de ellas mitiga la inflamación de las fauces, y suelen calmar la tos. También sirve su jugo para dar color a algunas confituras y licores y al vino le da suavidad. Los polvos de su coneza pasan por vermífugo. La hoja no sólo es propia para el sustento de los gusanos de la seda, sino también para el ganado lanar durante el invierno, habiéndola secado a la sombra" 8 . A principios del siglo XIX la industria de la seda en Canarias se encontraba en clara decadencia. Pero lo dicho no tuvo un alcance general. En la isla de La Palma se llegó a mecanizar la producción sedera, estableciéndose en 1860 una fábrica, imitadora del sistema francés moderno, que siguió en funcionamiento hasta 1876, ocupando, por término medio, a 8 VIERA Y CLA VIJO, José (1982): Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias. Excma. Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, Madrid 22 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 treinta y cinco operarios. La seda y otros productos palmeros (aguardientes ... ) se remitían, esencialmente, a La Habana9. Bichos de seda. Fotografla cedida por Angel Lorenza Perera Sin duda, lo últimamente expuesto nos puede ayudar a entender por qué La Palma es la única isla del Archipiélago Canario donde ha pervivido, aunque en una situación muy inestable, la artesanía tradicional sedera. En la guía editada el año 1982 se citan dos zonas de producción: El Paso y Todoque (Los Llanos de Aridane); y un único taller artesano ubicado en el pago de La Rosa (El Paso), propiedad de doña Bertila Pérez González, orientado a la fabricación de pañuelos, camisas, etc. en seda10. En las otras islas del Archipiélago, y en muy contadas poblaciones, la única actividad que ha prevalecido no es otra que la cría de bichos o 9 DE PAZ SANCHEZ, Manuel (1981): Los Amigos del Pafs de La Palma. Siglos XVII/y XIX. Publicaciones del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma. Santa Cruz de Tenerife, pp. 46- 48. lO FERNANDEZ DEL CASTILLO MACHADO, Sixto (1982): Gufa de la artesanfa de Santa Cruz de Te ne rife. Dirección General de la Pequeña y Mediana Industria - Cabildo Insular de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, pp. 134-147, 270, 279. 23 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 gusanos de seda con fines meramente lúdicos y de entretenimiento para los niños, iniciados y aconsejados por determinadas personas mayores. Tal dedicación supone para los más pequeños una hermosa y productiva lección de historia natural, así como de responsabilidad al tener que buscar diariamente hojas de moral para sus pequeños animalitos, aprendiendo, además, a valorar lo que es la vida, contemplando el curioso e interesante discurrir de sus gusanos. Durante algún tiempo, y en determinadas localidades, los capullos de seda llegaron a venderse. En tiempos de la Guerra Civil española (1936-39), los niños del barrio de El Volcán (Garachico, Tenerife) le llevaban los capullos a las monjas del Convento de Clausura de la Concepción de Garachico; según informes recogidos, las monjas ahogaban a los tfteres con vapor de agua y luego trabajaban la seda al objeto de confeccionar algunas prendas (guantes ... ) que enviaban a los militares que se encontraban en el frente; acostumbraban a gratificar ( con dulces, golosinas o algún dinero) a quienes les suministraban los capullos. En tiempos de postguerra los niños de la Cuesta de La Perdoma (La Orotava, Tenerife) vendían sus capullos "al peso" a comerciantes que, ejerciendo su cometido a pie, se dedicaban, al mismo tiempo, a comprar otros productos: chatarra, pieles de baifo ... Desconocemos cuál era su destino final. Vamos a referirnos, por su interés etnográfico y cultural, al tema de la cría de los bichos o gusanos de seda. En el barrio de El Volcán (Garachicho, Tenerife) vive doña Dominga Méndez González quien el día de San Isidro de 1994 cumplía los ochenta años de edad. Ha criado gusanos a lo largo de toda su vida. Empezó a la edad de cinco años, efectuándolo en los tableros de madera, de un metro cuadrado de tamaño -que elaboró su propio padre-, colgado, cada uno de ellos, por mediación de cuatro sogas que partían desde sus correspondientes puntas en el corredor de la casa donde su progenitor trabajaba de medianero. Hoy los cría en cajas de cartón o de madera. Según el tiempo, los gusanos nacen a finales de febrero, marzo o abril, casi al unísono del reventado de los morales: "cuando revientan los morales nacen los gusanos". Aunque también comen hojas de morera, se considera que la del moral es más ventajosa: "saca más pronto el bicho"ll. Tan pronto nacen se les ponen 11 Aunque en muchos lugares se criaban los gusanos, desde el principio hasta el final de su 24 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 hojas: "buscan la hojita", considerándose que las primeras, por ser más duras, no sirven, razón por la que se les traen los brotes, es decir, las más tiernas y pequeñas. A lo largo de su corta vida los animales sufren una marcada metamorfosis, cambiando la piel en cuatro ocasiones. Al nacer son negros, "como hormigas", midiendo algo más de un milímetro de longitud. A los pocos días, primero la cabeza y luego el resto del cuerpo, se tornan de color blanco. Y días después, casi al mes de nacidos, cuando van a empezar a hacer el capullo, adquieren un color más amarino·, habiendo crecido considerablemente: "se hacen como el tamaflo de un dedo mío (cinco, seis o siete centímetros de longitud)", determinado por el ejercicio de una alimentación abundante y muy voraz, llamando la atención el "chasquido" que se origina al consumir las hojas frescas del moral. En las esquinas de la caja el cuidador ha dispuesto algunas ramitas de brezo seco ("ramullas"), donde los gusanos formarán los capullos. Dos o tres días tardan en hacerlos, participando, muy esporádicamente, dos de ellos en la hechura del capullo que les servirá de refugio. El término "títere" (El Volcán) o "garachico" (La Cuesta de La Perdoma) designa al gusano cuando está metido dentro del capullo. En las ocasiones en las que los capullos se vendían, se dejaban "los más bonitos" al objeto de contar con nueva criazón. Algo más de veinte días tardan las mariposas en salir del capullo, en cuyo interior han dejado su última muda, de color amarillo oscuro, casi canela. Son blancas anacaradas y muy gruesas, lo que les impide volar. La mariposa hembra es mayor que el macho y sus alas son "más larguitas". De ciclo, con hojas de moral, doña Dominga Méndez González (El Volcán, Garachicho, Tenerife) acostumbra a hacerlo los primeros días, esencialmente cuando los morales vienen retrasados, con hojas de morera ("porque los morales todavía no están reventados"), pasando a darles, inmediatamente, hojas de moral, con la convicción de que las de dicho árbol "los aumenta más, los adelanta más". En el mes "de la Pascua", las hojas del moral se han caído o están marchitas; por el contrario, la morera es un árbol más perenne. A la relativa escasez de moreras y a la circunstancia antes anotada, así como a sus ventajas, se refiere Viera y Clavijo de la siguiente manera: " ... la morera abunda como el moral en tanto jugo propio o savia, que suele reventar y poblarse de hojas, dos o tres veces al año. Esta hoja la come con gusto el ganado lanar; pero las moritas sólo sirven para engordar gallinas y puercos. La corteza de la morera, enriada como el lino, se hace filamentosa, y sirve para torcer sogas" (VIERA Y CLAVUO, José de (1982): Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias: Excma. Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, Madrid, pp. 295-296). 25 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 inmediato comienza la fecundación: "se pegan los culos y se casan". A los pocos días, revoloteando, ponen los huevos, "la semilla": "quinientos huevos o más". Mueren tras ello y se secan, desalojándolas de la caja. Los gusanos haciendo los capullos en las ramullas de brezo. Fotografla cedida por José M. Espinel Cejas Para que pongan la semilla, en el fondo de la caja se coloca un trozo de lienzo de sábana vieja. La semilla "primero es blanquita, luego se va poniendo grisita". En el interior de una caja, envuelta en un paño, se conserva la semilla para emprender de nuevo el proceso en la primavera del año siguiente. Los capullos abiertos por las mariposas también llegaron a tener cierta utilidad. Tras sacar la cáscara del títere y limpiarlos exteriormente, quitando los hilachos de seda y los ciscos de brezo, las niñas los usaban para jugar a las casitas, dándoles, a cada uno de ellos, determinados cortes con unas tijeras a fin de adquirir formas de cestitos de mano, cestitas barqueras, gánigos, bandejas... Otras veces, con ellos se forraban cajas de cartón, pegándolos a las paredes de las mismas, o se pegaban entre sí hasta formar una "barquita de guardar"; en unas y otras las niñas y jóvenes solían colocar prendas y otros objetos personales de pequeño tamaño. 26 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 ......., • o ... ...., ::t .::.:., ·-~ 5 ¡ ..... ...., ~ ..... e: • ::, ..... .... 1 ~ ll! "' 1 ...., - .. > ~ e o ......., ..e.:. u •o,.. ¡;:¡ !3 27 ..... ... "....'. • ..... .... ~1 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Do/fa Dominga Méndez González (El Volcán, Garachico). Fotografta cedida por Angel Lorenzo Perera -Durante-años los niños que se han dedicado a criar gusanos los han vendido a otros de la misma comunidad o de las inmediatas. En diversas poblaciones (La Orotava, Garachico ... ) se recuerda cuando, por los años cincuenta, se vendía cada gusano "a una perra chica o gorda"(cinco y diez céntimos, respectivamente), según fuera el tamaño de los bichos de seda. La dedicación a la indicada y afanada tarea por parte de doña Dominga Méndez González, por la que es conocida en su comunidad, queda explicitada en las siguientes palabras: "pa que los muchachos no pierdan la tradición de los tiempos antiguos, no es que lo haga por el dinero ( ... ). Una hojita llena de bichitos y le decíamos cinco duros o cincuenta pesetas (. .. ) pa no olvidar nunca la tradición ésa". Ahora bien, el retroceso y extinción de la artesanía de la seda no es la única causa que motivó la progresiva desaparición de morales, asunto al cual nos vamos a referir en las siguientes líneas. En los últimos veinticinco años se han cortado en el Norte de Tenerife, así como en otras partes de 28 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Canarias, gran número de morales, decisión que tiene que ver con el avance turístico y poblacional, aunado todo ello a la pérdida de utilidad del moral, especie arbórea cuya raíz, según opiniones de actualidad, se extiende mucho abarcando gran cantidad de terreno. El acentuado declive de la cabaña ganadera y la correspondiente extinción o decrecimiento de los animales criados en el sitio doméstico, ha conllevado el no aprovechamiento de las hojas de los morales por las reses criadas con aquéllas (cabras, ovejas, vacas). El enorme incremento de la importación de muebles desde el exterior ha supuesto la tlesaparición de gran número de carpinterías tradicionales y consecuentemente, el uso de la madera del moral, antaño sumamente apreciada. En algunos lugares de Tenerife, muy pocos, la presencia de los escasos y localizados morales tiene que ver en gran medida con otra de sus antiguas utilidades: la elaboración y empleo medicinal del vino de moras, para ser utilizado domésticamente e incluso con fines comerciales, aumentando entonces, considerablemente, su producción. Tal disposición la contemplamos, por ejemplo, en la región de Anaga (Tenerife), territorio en el que hemos llevado a cabo buena parte del trabajo de investigación centrado en el indicado tema. EL MORAL: CULTIVO Y CICW VEGETATIVO Se le define como árbol adaptado al clima de las zonas baja y media (desde la orilla del mar hasta los seiscientos metros de altitud), más propio en "tierras de arena que de barro". Su presencia en territorios más meridionales supondría, con toda probabilidad, la necesidad de regadío "y no es igual la mora de riego que la de secano". Los morales, tradicionalmente y hasta la actualidad, se han plantado de gajo, acostumbrando a hacerse en la época de máximas posibilidades pluviométricas, correspondientes a los meses de noviembre, diciembre o enero: "Se plantan de gajo como la higuera. Hay tres meses para plantarlo como la higuera: entre noviembre y diciembre es el mejor tiempo para plantarlos, también se plantan en enero. El moral pega de gajo. 29 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Tengo intención de plantar mds morales porque me gusta hacer el vino de moras y no quiero perder esta tradición. Este atlo se me ha olvidado plantar morales porque estoy pendiente de varias cosas: tengo que trabajar por la noche, tengo animales que cuidar, los cultivos ... Los morales los voy a plantar en el barranco. Tengo unas plantas preparadas para echarlas en propiedad. Saco la planta del mismo moral, se abate el gajo y se enraíza en la época de dos o tres meses como la higuera. Se pueden traer morales de viveros, pero la forma de hacerlo aqu( es sacdndolo del mismo moral (el gajo)"l2. Se trata de un cultivo de secano (" se alimenta con las aguas llovedizas"), siendo, de otro lado, un árbol que "da poco trabajo": no necesita sino limpiarlo, cavando, en febrero o a principios de marzo, la zona que circunda al tronco ("se cavaba en forma con una guataca"); así como quitarle, tras la recogida de la fruta, las hojas y las púas con lo que el árbol se fortalecía sirviendo, además, aquellos productos de pasto para el ganado: "la poda que se hada era cogerle la hoja y las púas". Si un moral no daba fruto, se cortaba. Puede alcanzar, con facilidad, los seis metros de ancho por cinco o seis de altura. Su vida es larga, más que la de su dueño, pudiendo superar los dos siglos de longevidad: "Un moral puede durar siglos. Este que yo tengo puede tener, según los viejos, doscientos atlas. El moral se conó para un tornado de las vacas y se renovó y lleva como cien atlas renovado, y todav(a puede durar doscientos atlas mds, depende del cuido o si no se pierde el moral por el mal tiempo o por unas malas manos"l3. Los morales que viven en el territorio dependiente de una comunidad humana son perfectamente contabilizados y recordados por sus habitantes quienes, además, suelen destacar sus características físicas, en ocasiones desiguales, motivado por razones de edad, por las diferencias ecosistemáticas de las zonas en las que se ubican .. _ 14 12 Agradecemos la información a don Be.nito Felipe Rodríguez, 57 años. Afur (Santa Cruz de Tenerife), 15 de marzo de 1991. 13 Agradecemos la información a don Benito Felipe Rodríguez, 57 años. Afur (Santa Cruz de Tenerife), 15 de marzo de 1991. 14 Según don Manuel González Rodríguez, vecino de Teno Alto (Buenavista del Norte, 30 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 El reventado de los morales (o aparición de las hojas) está en función de la manera en que ha discurrido climatológicamente el año, así como con las condiciones naturales (calor, exposición ... ) de las diferentes comarcas e incluso zonas de la isla15_ Y algo similar podemos contar en lo que concierne al momento de maduración de las moras, . hecho que establece · su recolección y aprovechamiento por parte del hombre. En El Volcán (Garachico, Tenerife) las moras maduran a finales de mayo o principios de_jpnio "según le dé el sol" . En El Golfo (isla de El Hierro) "desde San Juan están madurando". En Anaga (Tenerife) "desde el cinco de julio al cinco de agosto se recogen las moras" . Generalizando, la recogida de las moras tiene lugar, esencialmente, durante los meses de junio y julio. Como se explicita en los textos siguientes, y es un dato recogido en cada uno de los extremos del norte de Tenerife, las moras, si no se recogen a su debido tiempo, se ponen canículas o canéculas: "Maduran en el mes de San Juan. Ya el d(a de San Juan no se pueden comer moras porque ya están can(culas. Eso es antiguo" (El Volcán, Garachicho). "Desde el cinco de julio al cinco de agosto se recogen las moras ( .. . ).La.mora caduca al mes, tiene un tiempo que según los viejos se pone canécula y ya no hay seguridad porque el vino no sale bueno. La. mora, como mucho, dura dos meses" (Afur, Santa Cruz de Tenerife). Dan fruto una vez al año y las moras alcanzan, normalmente, los tres centímetros de longitud, tamaño que suele reducirse en períodos de gran sequía. Los morales son "alleros" , término que suele indicar que la producción fluctúa según los años y, consecuentemente, la cantidad de vino que puede proporcionar cada uno de ellos: Tenerife), quien en marzo de 1994 contaba con 53 años de edad, existían en Teno Alto los siguientes morales: uno en Las Cuevas, plantado por su suegro hace cincuenta años, de cinco o seis metros de altura; otro en la Fuente de Los Barqueros; y cinco en la parte de Bujamé, de mayor altura, alcanzando algunos los diez metros. 15 El día 23 de marzo de 1994, mientras los morales empezaban a despuntar en El Sitio Litre (Finca del Puerto de La Cruz, Tenerife), en El Volcán (Garachicho, Tenenfe) estaban comiendo los gusanos de seda desde hacía unos diez días. 31 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 "No se puede calcular los '/dios ni el vino, depende de los atf.os, de cómo vengan los tiempos. Si vienen tiempos buenos, se pueden coger en un solo moral doscientos '/dios, pero si se echa a perder el moral con las lluvias se coge menos cantidad de moras (. .. ). Sale a litro por '/dio ( ... ). Depende del tamatf.o del moral, un moral de doscientos '/dios de moras, dará doscientos litros de vino, si cien '/dios, cien litros. Los morales no dan lo mismo todos los atf.os, son atf.eros, no sólo es por la mora, sino que también influyen el viento y las lluvias" 16. ¿SE LE PODIA PEDIR MAS A UN ARBOL? Durante muchos años del moral se aprovechó prácticamente todo. Hojas En la isla de El Hierro había morales en el Valle de El Golfo y en la comarca sureña de El Pinar. Hasta nuestros días las hojas se han empleado para dárselas al ganado: cabras, ovejas y sobre todo vacas. Se cogían, arrancándolas con las propias manos o cortando con podonas los gajos y las hojas, "cuando estaban ya amarillando, cuando se terminaban las moras" . Las hojas del moral que llegaron a comprarse (por dinero, trabajo ... ) eran consideradas como un pasto muy selecto para el ganado: "una de las hojas de más alimento palos animales", "es buena pa leche". Madera Sobrados son igualmente los elogios para la madera del moral: "es la mejor que hay aquC', "es aprovechable pa toda clase de objetos que se quieren hacer". Se trabaja con facilidad. Es de color blanco, algo amarilla (la tea o parte central lo es mucho máJ), cambiando con el tiempo y el uso su 16 Agradecemos la información a don Benito Felipe Rodríguez, 57 años. Afur (Santa Cruz de Tenerife), V-1991. 32 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 apariencia: "va secando y va cogiendo color marrón". La madera del moral hay que cortarla en época de menguante de luna. Se trata de una convicción muy antigua, ya reseñada por algunos escritores romanos, entre ellos Catón: "... No se tocará la madera a no ser en luna nueva o ya mediada: de debajo del árbol se extraerá en condiciones óptimas durante los siete días siguientes a la luna llena (. .. )"11. Y a ser posible efectuarlo "con la luna bien menguada y marea baja de la mar", conducidos por la creencia de que es el mejor momento ya que, entonces, la savia se encuentra toda depositada en la parte inferior del tronco. De cortarse en luna éreciente, la madera se pica, se raja, se pudre. Una vez cortada se conserva "sin pelarla", a la sombra, sacándola únicamente cuando el sol "está muy jlojito": "el sol es traicionero pa toda clase de maderas", "el sol empieza a chupir la savia y se raja". Actualmente en las Islas muy pocas veces se construyen muebles con madera de moral. Sí la siguen empleando determinados artesanos. Los que se dedican a fabricar instrumentos musicales de cuerdas (guitarras, laúdes, timples "y todo instrumento, es la mejor"), principalmente para la caja de resonancia, acostumbrando a usar otras clases de madera (cedro, caoba ... ) para elaborar la parte del brazo. Y los que confeccionan utensilios de uso doméstico y culinario, aunque cada vez menos localizados; con madera de moral, en la isla de El Hierro se han elaborado hasta nuestros días: barrilotes "pa beber vino", "tarro pa sacar el vino de la pipa", "tarro donde meaban (escupidera)", gavetas para comer colectivamente en la mesa, cuchara de la olla (cucharón), cucharas, tenedores, tazas, queseras, morteros para preparar la tiempla, mangos de laperos, cachimbas, peines para el colmo de centeno, copas, vasos, trompos para jugar, sin olvidar las chácaras (especie de castañuelas) utilizadas en el Baile de La Virgen, diseñadas, frecuentemente, en madera de moral. 17 CATON (1976): De Agri Cu/Jura. Traducción, introducción y notas de Ana María Perales Alcalá. Universidad de Granada, pp. 107-108. 33 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Don Eloy Quintero Morales, artesano herreño, labrando una gaveta. Taibique (El Pinar, El Hierro), noviembre de 1990 Otras utilidades de la indicada madera, recogidas en La Punta del Hidalgo (La Laguna, Tenerife), están relacionadas con la viticultura tradicional: al mosto de uvas, una vez llena la barrica, acostumbraba a echársele un trocito de palo de moral, de unos diez centímetros de longitud, al objeto de que el vino, por requerirlo, cogiera color. Los tornos o tapones de los orificios de la barrica del vino de uvas son también de madera de moral; suelen ser dos o tres, alineados verticalmente, dispuestos a diferentes alturas; por ellos se va sacando el vino, destapando el torno correspondiente, a medida que desciende el nivel. 34 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Fruto Las moras se recogían con las propias manos; en la actualidad hay quien acostumbra a colocarse guantes de plástico o de goma fina. La mora es "muy manchona"; cuando eso ocurría, las manchas que dejan las maduras se quitan con una mora verde, escachándola y restregando sobre la superficie alterada, solución ésta de reconocida antigüedad, ya reseñada por el médico y humanista español Andrés de Laguna, en los comentarios que hace a la obra de su colega griego Dioscórides, al cual ya nos hemós · referido en páginas anteriores18_ La recogida se acostumbra a efectuar en los momentos más favorables del día: "no es bueno coger la mora soleada, la mora debe ser cogida con la fresca". Los medios para irlas depositando y posteriormente transportar, han estado en función de los tiempos: antiguamente se hacía en mochilas (Afur); en la actualidad suelen emplearse bolsas o cubos de plástico preferidos a los de aluminio: "porque el aluminio pone más pronto el vino ácido, tanto el de moras como el de uvas (Afur)". Aprovechamiento de las moras en su estado natural Las moras maduras, en su estado natural, han servido de alimento al ser humano. Se consumían cogiéndolas directamente del mismo árbol o se llevaban a la casa donde se comían como postre. Otras veces determinadas mujeres, cargándolas en cestas sobre la cabeza, las vendían recorriendo las ".asas de las principales poblaciones19_ Hasta bien entrada la segunda mitad del presente siglo las moras, _¡u.n i.o a otros productos (tunos, higos, creces, rafees, sobras del hogar ... ), fueron empleadas en la isla de El Hierro para alimentar a los tan aprovechados cochinos, productores de carne, manteca que se usaba como aceite, chorizos, morcillas... Cuando no se tenían en propiedad, las moras -que se echaban desmigajadas a los cochinos con agua, para que engordaran- 18 FONT QUER, Pío (1981): Plantas medicinales. El Diosc6rides renovado. 7ª ed. Ed. Labor, Barcelona, p. 119. 19 Mujeres de La Punta del Hidalgo; caminando, fueron a venderlas a La Laguna durante años. Agradecemos la información a don Manuel Barreto Martín, 70 años. La Laguna (Tenerife), II-1994. 35 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 se compraban (por dinero, trabajo ... ) a los dueños de los morales. Con ese tradicional procedimiento de alimentación natural (" criábamos los cochinos como uno"), se entendía que el aporte de moras contribuía a conseguir "una carne sabrosa y olorosa, una carne buen(sima, como la del ma(z". En El Hierro, así como en otras partes de Canarias, las moras, enteras o desmigajadas, se han utilizado para echar en las barricas de mosto de uva a fin de que el vino "coja color" cuando se hace necesario al no disponer el cultivador de suficiente uva negra. Aprovechamiento de las moras una vez transfonnadas También las moras han sido tratadas al objeto de conseguir los productos a los cuales vamos a referirnos a continuación: dulce de moras, arrope de moras y vino de moras. Para obtenerlos, como nos indicó un informante de 79 años de edad, "hace falta tener fervor, calma, tener paciencia". Los dos primeros, el dulce y el arrope, sirvieron, esencialmente, como alimento; sin embargo el vino de moras, como ya veremos en líneas posteriores, tuvo, básicamente, una aplicación farmacológica. Dulce de moras La receta fue recogida en el barrio de El Volcán (Garachico, Tenerife), en boca de doña Dominga Méndez González, quien contaba con 79 años de edad en marzo de 1994. Para hacerlo se colocaban las moras en un caldero, poniéndoles encima azúcar "arreglado a las moras" y al gusto del elaborador. Y se ponía a fuego lento, en torno a la media hora, revolviéndolo frecuentemente, hasta que alcanzara el punto: "cuando hacfa hilitos de almiba, que quedara espesita". Se comía al mediodía o en la merienda, solo, cogiendo con una cucharita, o con pan. r 36 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Arrope de moras Nos contó nuestra informadora -doña Paulina ("Micaela") Espinel Febles, de El Golfo, isla de El Hierro, quien tenía 59 años en marzo de 1994- que el arrope de moras aprendió a hacerlo con su abuela, Eusebia González Femández. Y que la costumbre es muy vieja: "del tiempo de la tagorontfa", en referencia a su reconocida antigüedad, simbolizada por el hecho de aprovechar la batata de la tagorontía o tacorontía para hacer tortas, tradición muy lejana -de origen preeuropeo, utilizándose posteriormente, sobremanera en años de escasez- de la que se acuerdan algunas personas ancianas de El Hierro. En un caldero se colocaban las moras añadiéndole "un pizquito de matalaúva y un palito de canela". Se ponía al fuego, dándole frecuentemente vueltas, durante una hora o algo .Qiás, con una cuchara de palo a fin de que no se pegara, hasta que cogiera su punto, lo que se detectaba dejando caer una pequeña cantidad sobre el poyo: "si se formaba un cordoncito espeso, como el punto de la miel, ya estaba". De no hacerse así, el arrope puede ponerse ácido o criar "musgo" por encima. En el primero de los casos ya no servía; ahora bien, de producirse lo segundo, se tenía que volver a hervir hasta que alcanzara el punto requerido y deseado. Se conservaba "en un botijo melado que escondían en la bodega para que los chiquillos no se lo desaparecieran". Lo comían en el almuerzo antiguo (a media mañana) y por la tarde, disponiéndolo en una gaveta de madera, en la punta (esquina) de un lebrillo o en un plato. Acostumbraban a amasar gofio que cada uno de los comensales, provisto de un trocito, iba untando en el arrope. Sobre el arrope, elaborado con zumo de moras y el doble de su peso en miel de abeja, todo hervido, hay información en la Farmacopea matritense del año 1823. En la séptima edición de la citada obra, se indicaba operar no con el zumo sino con vino de moras20_ En la isla de El Hierro se estilaba a hacer después de vendimiar, también con fines primarios· de tipo alimenticio, arrope de mosto de uvas. Debía guisarse -revolviéndolo frecuentemente "porque si no se pega" - la 20 FONT QUER, Pío (1981): Plantas medicinales. El Dioscórides renovado. 7° ed. Ed. Labor, Barcelona, pp. 117-119. . 37 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 estipulada cantidad de mosto hasta que se consumiera, quedando "espesito como chocolate", añadiéndole, "más bien al principio", un poco de canela en polvo, matalaúva o el agua de dicha planta hervida aparte. Se le podía, incluso, agregar, "cuando estaba a medio hacer", azúcar al gusto, probando las veces que fuera necesario. Se comía mojando gofio amasado, queso o pan: "el pan mejor todavía, pues es como mermelada"21. Vino de moras Podemos hablar de dos modalidades de vino de moras: sin hervir y hervido. En algunas comunidades -es el caso de El Volcán, en Garachico, isla de Tenerife- hay vecinos que lo hacen de una manera y otros de otra, utilizándose, eso sí, con los mismos fines, aunque hemos recogido la opinión de que el vino de moras "hervido es más fuene" 22. E incluso hubo personas que llegaron a hacerlo de ambas formas: "mi abuelo lo hacía a las dos maneras, hervido y en crudo"23. La costumbre de cocer el vino es muy antigua, la recoge ya el propio Catón, autor romano nacido el año 234 antes de Cristo, aunque en alusión al vino hecho con uvas24. Vamos a referirnos a cada una de las dos modalidades indicadas. Vino de moras sin hervir El mismo día que se recogen las moras maduras, éstas se exprimen con las propias manos o apretando después de colocarlas dentro de un paño que puede servir, momentos después, como coladera. El jugo se tiene quince o veinte días, "según el azúcar que tenga la mora", en el interior de una 21 Agradecemos la información a doña Adela Casañas Oliva, 80 años . Los Mocanes (El Golfo, El Hierro}, III-1994. 22 Agradecemos la información a don Manuel Barreta Martín, 70 años. La Laguna generife}, 11-1994. 3 Agradecemos la información a don Benito Felipe Rodríguez, 57 años . Afur (Santa Cruz de Tenerife), 16 de mayo de 1991. 24 CATON (1976): De Agri Cultura. Traducción, introducción y notas de Ana María Perales Alcalá. Universidad de Granada, p. 95. 38 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 botella. Pasado ese tiempo, las madres, es decir la horrura, queda en el fondo y el vino limpio encima. Este se trasiega a otro envase o botella, vertiéndolo directamente o con ayuda de una manguera fina. Hay quien acostumbra a dejarlo en reposo diez o quince días más y, luego, "cuando esté sentado se trasiega otra vez". Se conserva bien tapado, usándose a medida que la necesidad lo requiera25. Vino de moras hervido Como el anterior, se le considera un remedio de notoria antigüedad: "acostumbraba a hacerlo la gente antigua". Tras exprimir las moras (de la forma anteriormente señalada o, más modernamente, con un exprimidor: "se hace agua todo"), el zumo resultante se pone al fuego, en un caldero, con un poco de azúcar, hasta que hierva: "si no se le pone azúcar el vino es muy fuerte, es muy ácido". A continuación se aparta, se deja enfriar y "se pone bien tapado en una botella"26_ Pero el vino de moras hervido puede llevar, además, otros aditivos, modalidad ésta que goza también de reconocida tradición, tal como nos relató nuestro informador27. El jugo de las moras, bien escachadas, se dejaba en reposo todo un día "pa que suelten lo más pesado, como el mosto de las uvas". Al día siguiente se cuela con un trapo, exprimiéndolo bien apretando con las propias manos, poniéndolo al fuego tras añadirle miel de abeja o "si no tiene miel, azúcar morena (un cuarto /dio por litro)", dejándolo unos diez minutos, es decir, hasta que hierva. Después de hervido se le pone caña (media cuarta por litro de vino de moras) o, en su defecto, ron. Se puede guardar, durante años, en botellas bien tapadas: "cuanto más viejo, es mejor". 25 Agradecemos la información a don Manuel González Rodríguez, 53 años. Teno Alto (Buenavista del Norte, Tenerife). Y a don Antonio Acosta Acosta, 44 años. El Volcán (Garachico, Tenerife). 26 Agradecemos la información a doña Dominga Méndez González, 79 años. El Volcán (Garachico, Tenerife}, III-1994. 27 Se trata de don Manuel Barreto Martín, 70 años . La Laguna (Tenerife}, 11-1994. Su señora continúa haciéndolo y, con anterioridad, su madre y su abuela, vecinos de La Punta del Hidalgo (La Laguna, Tenerife). 39 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 La tradición más generalizada la representaba el hecho de que cada unidad familiar elaborase su propio vino de moras, costumbre que aún se mantiene aunque a unos niveles muy ínfimos. La receta se transmitía generacionalmente, empleándose el fruto de los morales propios o, en su defecto, solían pedirse a quienes los poseían. Era la mujer de la casa quien se encargaba de elaborar los dos o tres litros de vino, para lo que se necesitaban, respectivamente, unos dos o tres kilos de moras, es decir, a kilo de moras, aproximadamente, para obtener un litro de vino. Tradicionalmente en el mundo rural canario, ha sido la mujer la encargada de custodiar, practicar y transmitir todo lo referido a las plantas con virtud curativa y a los remedios caseros. El vino de moras, en ese contexto, no se vendía; si algún vecino lo necesitaba, entonces se le daba una pequeña cantidad: 11 si a cualquier vecino se le ofrece ... 11 • La presencia de personas dedicadas a vender vino de moras es, al parecer, reciente. Se trata de un aspecto que tiene que ver con determinadas circunstancias: erradicación de numerosos morales, desarraigo con respecto a la tierra ... A comienzos de la década de los noventa unas siete personas se dedicaban a hacer vino de moras en Anaga (Tenerife). Se trata de una actividad complementaria. En cada caso, el mismo individuo se encarga de realizar todo el proceso: recolección, elaboración del vino y venta. Antaño, como ya hemos comentado, se hacía para las necesidades de la familia. En la actualidad sucede igual, aunque una parte, más o menos importante, es vendida a quien lo requiere. Dos de dichos productores fueron nuestros informantes en el presente estudio de investigación, ambos algo distanciados -le sucede a buen número de los vecinos de Anaga- con respecto a la que antaño fue la ocupación esencial: el labrantío de la tierra. Se trata de: a) Antonio Suárez Expósito, de 54 años de edad, vecino de Taganana. Es artesano de profesión, dedicándose a la construcción de braseros de hierro. Desde hace algunos años se ocupa de elaborar vino de moras, después que le explicaron cómo se hacía28. 2S Fue entrevistado el día 13 de junio de 1992. De estado civil casado, vivía en la calle Calvario, nº 4, de Taganana (Santa Cruz de Tenerife). 40 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 b) Benito Felipe Rodríguez, de 57 años de edad, vecino de Afur. Fue "desenor" de la agricultura y de la construcción en la· que trabajaba como albañil ("el gallo antes era un reloj; le echan una mano a los grandes, pero a un pobre como yo pide un préstamo y lo revientan"). Actualmente trabaja como guardián de noche en la Facultad de Biología de la Universidad de La Laguna, sin perder los vínculos con el tradicional laboreo de la tierra: "me crié con esto y no puedo abandonarlo, hay gente que desconoce esto". Don Benito Felipe Rodríguez, en el lado derecho de la fotografía (Afur, Santa Cruz de Tenerife). Fotografía cedida por José M. Espinel Cejas Cultiva, fundamentalmente con fines domésticos, algunas plantas (papas, verduras ... ); y cría algunas cabras con cuya leche se abastece y hace queso. Siguiendo una muy antigua tradición, a cada una de las cabras, basándose en determinados criterios, se le pone un nombre: "Tenía trece cabras: la Curra, Pelota, Barrosa, Curiosa, Bandolera, Chamuscada, Jaguanera, Mora, Maravilla, ]osca, Digotera, Mariposa y Golosa. La Golosa se murió hace poco. Vendí la Pelota (cabra gorda y gruesa). También he llegado a tener ovejas. · Tengo ocho cabras, cuatro baifas y tres machos ( ... ). Hay que ponerles el 41 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 nombre que les cae, se les pone el nombre desde que son pequefl.as, porque, por ejemplo, la perra aquélla siendo blanca no se le va a poner Mora. Según el color que tengan, por la herencia, será su nombre". Aprendió a hacer el vino de moras por tradición familiar. Recordaba ver a sus padres y a sus abuelos, agricultores de profesión, ocupados en tal menester29. Los morales que aún permanecen en pie están perfectamente localizados por los fabricantes de vino de moras a los que ya nos hemos referido. El primero de ellos, Antonio Suárez Expósito, se abastece de morales existentes en . la zona donde habita, Taganana30; su ocupación artesanal le permite hacer importante acopio en algunos pueblos del Norte de Tenerife {lcod, La Guancha ... ), solicitando, previamente, el correspondiente permiso a los dueños de unos árboles a los que, en la actualidad, raramente se le saca beneficio alguno por parte de aquéllos. Nuestro segundo personaje, Benito Felipe Rodríguez, hace el vino con las moras recogidas en el árbol ubicado en la finca que tiene arrendada, en un paraje conocido como Las Cuevas de Afur31_ A medida que se consiguen y recogen las moras se va trabajando. En la parte de Anaga se cosechan entre el cinco de julio y el cinco de agosto. Se recolectan depositándose en el recipiente (generalmente cubos de plástico) donde momentos después se exprimirán, también con las propias manos. El jugo se cuela, usando para ello una coladera o un pedazo de tela metálica ''finita". Lo que queda encima de ella se coloca en el interior de un saco, retorciéndose a fin de aprovechar la mayor cantidad de líquido posible. El 29 Fue entrevistado los días 15 de marzo y 16 de mayo de 1991. Estaba casado. Vivía en La Tosca (Afur, Santa Cruz de Tenerife). 30 Según su opinión en la zona de Taganana y su radio de influencia hay varias propiedades en las que se alzan morales: Roque Bermejo (dos o tres), Las Palmas de Anaga (varios), El Draguillo (varios), Los Campitos (dos), Azanos (uno), el Valle Lucía (uno), Bajo Roque (uno), El Chorro (dos), entre La Breña y el Faro de Anaga (uno), El Mazapé o La Fajana ~uno), La Chanca o El Licencial (varios). 1 Cinco morales quedaban en Afur y ocho en el Tamadiste (costa de Afur). 42 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 sobrante final, el orujo, acostumbra a tirarse. El uso de un pequeño "lagar", de un metro por un metro, usado por uno de los productores32, supone un importante adelanto técnico, relacionado con el hecho de tener que trabajar con una respetable cantidad de moras (cincuenta, cien, doscientos kilos) que se van a tratar de una sola vez, debido a que los morales se encuentran próximos y perfectamente localizados; las moras se "repisan" en el interior del pequeño depósito ("prensdndolas y no se pisan con los pies porque la mora es mds débil que la uva"), valiéndose de una prensa de piedra, la chicharra, con cuyo peso "se hace largar el mosto por ahajo". El jugo extraído puede guardarse en envases de madera o de cristal, respectivamente barricas y garrafones, siendo conveniente que estén depositados en un lugar fresco y seco. A dichos envases no hay que taparlos a presión, debido a que la tapa saltaría a causa de los gases, por lo que se le pone una hoja (de parra o moral) para que cubra la "boca", impidiendo así que penetren moscas o arañas. Se deja reposar algunos días y se le echa azúcar (un cuarto kilo por cada litro), preferentemente azúcar morena. Tal medida no es imprescindible en la elaboración del vino de moras. Pero se trata de una costumbre antigua que, según la opinión de los productores, tiene dos ventajas: le gusta más a los clientes y, así, el vino dura mayor cantidad de años: "El vino de moras no es amargo, es dulce porque le pongo azúcar morena, pero lo hago mds que nada por el gusto de la gente, le gusta más que el vino de moras no quede amargo, pero el vino de moras se puede hacer también sin azúcar ( ... ). Pongo un cuarto kilo de azúcar por litro ( .. ) y se le echa el azúcar después de reposado y dura más (. .. ). El azúcar blanco lo consigo fdcil, pero el azúcar moreno es mejor; si no hay más remedio se le pone azúcar blanco (. .. ). Lo de echar azúcar al vino de moras también se hacfa antes, el vino endulzado dura más aftas que amargo"33. Allí, "en las madres", se deja durante dos, tres o tres meses y medio, a fin de que el mosto fermente y se aclare. Puede suceder que el mosto se 32 Es el caso de don Benito Felipe Rodríguez, de Afur (Santa Cruz de Tenerife). 33 Agradecemos la información a don Benito Felipe Rodríguez, 57 años. Afur (Santa Cruz de Tenerife), V-1991. 43 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 enfríe y se ponga ácido, convirtiéndose en vinagre que se puede aprovechar con fines culinarios. Si no ha habido inconveniente, pasado aquel tiempo se trasiega el vino, colándolo y cambiándolo de envase pudiendo utilizar para ello una manguera, de forma que se separa el vino de las madres que permanecen en el fondo del antiguo recipiente. La vieja tradición y la fuerza de la costumbre aconsejan trasegar el vino en época de menguante de luna: "En menguante se trasiega el vino, es mejor el menguante que el creciente. El vino se trasiega cada menguante, porque cuando el vino se trasiega lleva dos o tres menguantes sin tocarlo, porque el vino trabaja en todos los crecientes. Todo el menguante es buen tiempo para podar parras, trasplantar plantas y sembrar ramas de batata o toda cosa que se pueda enraizar. El vino de moras no es necesario removerlo y menos en creciente, se echaría a perder; en menguante se trasiega o se pone en limpio"34_ ·El · proceso hasta aquí descrito, como es lógico, lleva implícito una merma considerable: un cubo de diez o doce litros de jugo de mora viene a proporcionar unos siete u ocho litros de vino. Las labores descritas (prensado, trasiego y limpieza) suelen realizarse en alguna dependencia propiedad del productor (lagar, bodega ... ), casi siempre ubicada a escasa distancia del domicilio familiar. La siguiente faena consiste en envasar el vino en botellas, de un litro o tres cuartas, que se van recopilando tras solicitarlas en los bares, algunos de los cuales les compran, para luego vender, vino de moras. Las botellas se taponan con firmeza, guardándose (a la sombra, evitando siempre el calor), en la bodega o en algún cuarto-almacén del que se dispone en la parte baja de la casa y que sirve, además, para guardar otros productos (papas ... ), encontrándose el espacio perfectamente delimitado para albergar una u otra cosa. El vino de moras así elaborado, se puede beber a los tres meses e igual acaece con el de uvas. Se piensa, en uno y otro caso, que son mejores las moras y las uvas de costa que las de cumbre, debido a que aquéllas prodigan una graduación muy superior. La cantidad de litros que producen anualmente estos fabricantes 34 Agradecemos la información a don Benito Felipe Rodríguez, 57 años . Afur (Santa Cruz de Tenerife), V-1991. 44 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 artesanos, está en función de diversas circunstancias: disponibilidad, formas en que se presenta el año, cantidad de kilos de moras que se consiguen ... En 1990 los productores mencionados líneas atrás -don Antonio Suárez Expósito y don Benito Felipe Rodríguez- hicieron, respectivamente, cien y cincuenta litros de vino de moras. El sistema de venta es sencillo: hay un vendedor y un comprador. _ Este último es de la zona o foráneo, aconsejado y atraído por las virtudes curativas del vino de moras que adquiere en la misma casa del elaborador a precios oscilantes entre las 2.000 y 4.000 pesetas: "... Es un vino caro porque para cada litro de vino de moras hace falta un kilo de moras, y porque los morales son escasos (. .. ). Este vino lo hago para la casa, pero a veces hay gente que se entera de que lo hago, la noticia corre y siempre vienen personas recomendadas y orientadas por los amigos y me compran vino, me lo compran en mi casa. El vino me lo encargan o compran personas de cualquier pane de la isla, donde no se hace. El aflo pasado vino a buscarlo un sellar de La Laguna para su esposa"35_ En El Hierro y en Tenerife hemos recogido el dato de que el vino de moras se ha usado para darle color al de uva, añadiéndose en la medida que le hace falta. Se trata de una solución de notoria antigüedad, sobre la que encontramos información en el Diario de Juan Primo de La Guerra, a inicios del siglo XIX: "Mi hermana ha arbitrado, para darle color al vino que envié para despachar en la venta, hacer una cocción del zumo de moras hervido con vino y mezclarlo después de frío y me dice del buen éxito de esta idea (. .. )". " ... Mi hermana me escribe con fecha del 28, que las pipas de vino que había pensado comprase en Santa Cruz el ciudadano 35 Agradecemos la información a don Benito Felipe Rodríguez, 57 años. Afur (Santa Cruz de Tenerife), V-1991. 45 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Grenoulleau, para lo que le envié muestra, no tienen aceptación a no llevar color tinto, como el que le ha comunicado con el zumo de las moras, del cual vino compuesto ha comprado media pipa el comisario de Francia Broussonnet ( ... )"36. Ahora bien, la vinculación esencial del vino de moras ha sido, principal y mayormente, de índole medicinal. Se repite que es un remedio muy bueno y que "le viene bien al cuerpo y a la sangre", recomendando la tradición popular tomar una pequeña cantidad, "una copita", y hacerlo en ayunas: "No se puede tomar mucha cantidad, se debe tomar un cuarto litro de cuatro veces para que haga algo de efecto. Yo pienso que como el vino de parra, si va bien con dos vasos no se deben tomar cuatro ni ocho porque ya le está perjudicando, no se debe abusar de él. Lo mejor es tomar media cuarta en ayunas y si es posible una o dos horas antes del desayuno"31. Hay quien acostumbra a tomarlo, cada mañana, como tonificante. Se ha usado para curar las úlceras, catarros, resfriados, dolores en general y, sobre todo, golpes internos, dato éste último ampliamente generalizado y que hemos tenido oportunidad de recoger en cada una de las islas occidentales del Archipiélago Canario. Golpes internos producidos por algún encontronazo, caída ... Se recomienda, tras tomar el vino de moras, recostarse en la cama sobre el lado o miembro dolorido (rodilla, costilla hundida, cadera, espalda ... ). En una obra publicada en Icod de Los Vinos (fenerife) el año 1984, se indica el uso del vino de moras para golpes externos, usándose en forma de linimento, tras agregarle al vino una astilla de cedro durante veinticuatro horas38. 36 PRIMO DE LA GUERRA, Juan (1976): Diario. I (1800-1807). Aula de Cultura de Tenerife, pp. 126 y 127 . . Dichos fragmentos corresponden, respectivamente, a los días 27 y 30 de julio del .. ño 1802. 37 Agradecemos la información a don Benito Felipe Rodríguez, 57 años. Afur (Santa Cruz de Tenerife), V-1991. 38 GONZALEZ AFONSO, Julián y ARDEVOL, Francisco (1984): Flora medicinal de lcod 46 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Pero el moral ha tenido, igualmente, otras posibilidades de tipo curativo. En islas como El Hierro o Tenerife, la leche o savia se ha utilizado para curar los empeines. En la primera de aquéllas, con el mismo fin, se ha empleado, además, la leche de higuera negra o la de tabaiba, prefiriéndose a todos esos remedios el aceite de trigo obtenido sobre el yunque del herrero; la razón es obvia: "porque la leche mata [pica] mucho"~ En Tenerife, otros productos utilizados para sanar los empeines han sido la propia saliva en ayunas, el cerro de cachimba (ceniza) o restregando sobre el empeine un pedazo de tomate verde. En la obra antes reseñada, que versa sobre la comarca tinerfeña de Icod de Los Vinos, se alude, también, a determinadas aplicaciones médicas de otras partes del moral. Se dice en la misma, que las moras "se han usado como emolientes en los catarros de las v(as respiratorias". Que la infusión de corteza y hojas del moral tiene propiedades vermífugas. Y que "la infusión de la coneza de la rafz es laxante y se refuta eficaz para expulsar las lombrices intestinales e incluso la solitaria"39. OTRAS EXPRESIONES DE LA CULTURA DEL MORAL La cultura canaria, como todas las del Planeta, es el compendio de "pequeflas culturas". Una de ellas, sobre la que ya hemos referido algo, es la del moral, árbol que ha trascendido más allá de lo meramente material. Un importante capítulo de la toponimia canaria está representado por aquellos nombres de lugares que están en función de la vegetación existente, a veces predominante y otras diferencial con respecto a la que es común en una zona determinada. Encontramos parajes cuyas denominaciones tienen que ver con los morales: hay, por ejemplo, en la zona de La Punta del Hidalgo (La Laguna, Tenerife), uno conocido por La Hoya del Moral y otro por los Siete Morales. También han dado nombre a determinadas entidades de población, tal como recoge el Diccionario de Pedro de Olive: de Los Vinos. Icod de Los Vinos, Tenerife. 39 GONZALEZ AFONSO, Julián y ARDEVOL, Francisco (1984): Flora medicinal de lcod de Los Vinos. lcod de Los Vinos, Tenerife. 47 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Casa de La Seda Caserío Arure La Gomera El ~.foral Caserío Agaete Gran Canarla El Moral Caserío El Sauzal Tenerife El Moralete Chozas Telde Gran Canaria Moralito de Angel Casa Hermigua La Gomera40 Presencia de la cultura del moral de la que también se hace eco el siempre atento folklore musical, a través de diferentes formas de expresión: 1) En letras de géneros antiguos, correspondientes al denominado sustrato folklórico de tambor. Las que se presentan a continuación corresponden a uno de los bailes más antiguos y tradicionales de la isla de El Hierro, el santo: "Era de moral, de moral, era de moral el santo, era de moral, de moral, por eso pesaba tanto". "Tronco de mi moral fuiste, donde yo moras comf, los milagros que tú jagas que me los cuelguen de aquc•41. 2) Las letras que aparecen a continuación, pueden ser cantadas en algunos de los géneros del denominado folklore de cuerdas (isas, folías, malagueñas ... ): 40 OLNE, Pedro de (1865): Diccionario estadistico-administrativo de las Islas Canarias. Barcelona, p. 282 y 686. En la misma obra aparecen otros nombres de poblaciones relacionadas con la voz morales (pp. 27, 295, 381, 629, 686). No sabemos si se refiere al árbol o al apellido de igual denominación. 41 Publicados en la obra: LORENZO PERERA, Manuel J. (1981): El folklore de la isla de El Hierro. Ed. Interinsular Canaria, Santa Cruz de Tenerife, pp. 33 y 34. 48 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 "La mujer es parecida al gusanillo de seda que él mismo hace la cdrcel y encarcelado se queda"42. "Si piensas que tengo pena, no tengo pena maldita, que la mancha de la mora con otra verde se quita"43. 3) Aunque se trate de una adivinanza ampliamente difundida, su letra es adaptable a alguno de los géneros folklóricos antes mencionados e incluso a alguno de los bailes cantados de origen centroeuropeo que se introdujeron en las Islas en la segunda mitad del siglo XIX (polka, berlina, mazurca ... ). Presenta dos variantes, recogidas ambas en la isla de Tenerife, en La Cuesta de La Perdoma {La Orotava) y en Taganana (Santa Cruz de Tenerife): "Verde fue mi nacimiento, de encarnado me vestf, y ahora que me ves de negro hagan justicia de mf". "Verde fue mi nacimiento, encarnado mi vivir, qué negro me voy poniendo cuando me voy a morir". 42 Agradecemos la información a don Jesús Herrera López, 62 años. La Cuesta de La Perdoma (La Orotava, Tenerife), III-1994. 43 Agradecemos la información a don Manuel Barreto Martín, 70 años. La Laguna (Tenerife), 11-1994. 49 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 AGRADECIMIENTOS El estudio de investigación que hemos presentado lo ha hecho posible el testimonio de las personas que a continuación pasamos a relacionar. A todas ellas nuestra más sincera gratitud: Doña Dominga Méndez González, 79 años. El Volcán (Garachico, Tenerife), 111-1994. Don Antonio Acosta Acosta, 44 años. El Volcán (Garachico, Tenerife), m-1994. Don Manuel Barreto Martín, 70 años. La Laguna (fenerife), 11-1994. Don Manuel Espinel Febles, 61 años. Santa Cruz de Tenerife, 111- 1994. Don Benito Padrón Gutiérrez, 80 años. Tigaday (Frontera, El Hierro), ill-1994. Doña Paulina (" Micaela") Espinel Febles, 59 años. Las Lapas (Frontera, El Hierro), 111-1994. Doña Adela Casañas Oliva, 80 años. Los Mocanes (Frontera, El Hierro), 111-1994, Don Benito Felipe Rodríguez, 57 años. Afur (Santa Cruz de Tenerife), m-1991. Don Antonio Suárez Expósito, 54 años. Taganana (Santa Cruz de Tenerife), VI-1992. Don Jesús Herrera López, 62 años. La Cuesta de La Perdoma {La Orotava, Tenerife), ill-1994. Don Manuel González Rodríguez, 53 años. Teno Alto (Buenavista del Norte, Tenerife), ill-1994. Don Eloy Quintero Morales, 66 años. Taibique (Frontera, El Hierro), m-1994. Don Juan Hemández González, 63 años. Tegueste (fenerife), m- 1994. 50 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 NOMBRES POPULARES Y CIENTIFICOS DE LAS PLANTAS MENCIONADAS Moral Morus nigra Azafrán Carthamus tinctorius Tamarisco Tamarix canariensis Willd. Incienso Artemisia thuscula Vid Vitis vinifera Higuera Ficus carica Trigo · Triticum aestivum Morera Morus alba Lino Linum usitatissimum Brezo Erica arborea Cedro Juniperus cedrus Caoba Cedrela odorata Centeno Seca/e cerea/e Tunera Opuntia ficus-indica Haya Myricafaya Helecho Pteridium aquilinum Millo (maíz) z.ea mays Caña de azúcar Saccharum officinarum Tagorontfa Dracunculus canariensis Matalauva Foeniculum vulgare Canela Cinnamomum zeylanicum Cacao tero Theobroma cacao Papa Solanum tuberosum Tabaiba mansa Euphorbia balsamifera Tomatero Lycopersicon sculentum 51 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
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Calificación | |
Título y subtítulo | La cultura del moral y el vino de moras: (un producto medicinal canario utilizado desde la Antigüedad) |
Autoría principal | Lorenzo Perera, Manuel J. ; de la Cruz López, Luz María ; Perera Pérez, Rosa María ; Sosa Hernández, Esperanza Alicia ; Perdomo González, Epifanio |
Entidad | Vicerrectorado de alumnado de la Universidad de La Laguna |
Publicación fuente | Tenique: revista de cultura popular canaria |
Numeración | Número 02 |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | San Cristóbal de La Laguna |
Editorial | Grupo folklórico de la Escuela de Magisterio de La Laguna |
Fecha | 1994 |
Páginas | pp. 017-051 |
Materias | Cultura popular ; Folklore ; Canarias |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 12125843 Bytes |
Texto | LA CULTURA DEL MORAL Y EL VINO DE MORAS (UN PRODUCTO MEDICINAL CANARIO UTILIZADO DESDE LA ANTIGUEDAD) Manuel J. Lorenzo Perera Luz María de La Cruz López Rosa María Perera Pérez Esperanza Alicia Sosa Hernández Epifanio Perdomo González © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 LOS VINCULOS DE CANARIAS CON EL MUNDO ANTIGUOl Diferentes vías podemos encontrar cuando se trata de relacionar a las Islas Canarias con la Antigüedad: a) En primer lugar los textos escritos que se han conservado -en ocasiones claros; otras veces más discutibles-, debidos en mayoría a autores griegos y latinos. b) Las fuentes arqueológicas, crecientes a medida que se ha apoyado y prodigado la investigación arqueológica en las Islas. c) El tercer apartado está representado por aquellas tradiciones, usos ... de la Edad Antigua que prevalecieron a lo largo del Medioevo y que fueron introducidos en Canarias tras la Conquista europea (1402-1496). Son costumbres vinculadas a las diversas facetas de la cultura tradicional canaria (pesca, agricultura, pastoreo). Muchas de ellas han desaparecido o se han difuminado, notablemente, en sus territorios originarios. Por el contrario, de una forma plena o tenuemente alterada, han pervivido en Canarias, lo que supone todo un cúmulo de notables posibilidades en el terreno de la reconstrucción histórica, asunto que debe ser tratado con la cautela y el tratamiento requerido. Un caso representativo lo constituye el vino de moras, utilizado hasta hoy en Canarias con fines curativos. Cuando procedíamos a repasar obras de la Antigüedad, alusivas al señalado producto, observamos que los griegos ya se valieron del mismo, al menos desde el siglo I de la era cristiana. EL MORAL EN LA OBRA DEL MEDICO GRIEGO DIOSCORIDES Desde la Antigüedad fueron conocidas las posibilidades farmacológicas del moral, planta arbórea de cinco a seis metros de alto, considerada como oriunda de Persia. Como señala Luis Gil, en la mitología griega tiene "su debido reflejo la farmacopea: los grandes curanderos fueron a la vez grandes herboristas, tan duchos en las virtudes de los medicamentos 1 Este estudio de investigación fue realizado en la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de La Laguna (Departamento de Prehistoria, Antropología e Historia Antigua) durante los cursos 1990-91, 1991-92 y 1993-94. 18 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 simples" como habiles preparadores de "medicamentos compuestos"2 En relación al punto central del apartado que nos ocupa, en el siglo I después de Cristo destacó la figura del médico griego Dioscórides, nacido probablemente en Anazarba de Cilicia. Fue viajero fecundo, especialista en Botánica y destacada lumbrera médica, inspirada en el saber egipcio del templo de Imhotep, en Menfis, donde también había acudido Hipócrates. Su ocupación como médico de los ejércitos del emperador romano Nerón le permitió conocer la utilidad de numerosas plantas medicinal~ .Y nuevos recursos sanitarios. Su obra Materia Médica, desglosada en seis libros, ofrece remedios curativos de los tres reinos de la Naturaleza: animal, mineral y vegetal, refiriéndose, en éste último, a unas seiscientas especies. Durante la Edad Media fue repetidamente copiada y leída, siendo quizá superada, únicamente, por la Biblia. Por ello, tras la aparición de la imprenta, uno de los primeros manuscritos convertido en incunable fue la Materia Médica de Dioscórides o "El Dioscórides". La primera edición publicada en España fue la de Antonio Nebrija en 1518. Años después, en 1555, apareció en Amberes una traducción castellana, con glosas y comentario, realizada por Andrés Lagu_na, médico y humanista de origen español3. Dioscórides, en su obra ya nombrada, hace alusión a las posibilidades sanitarias de las diferentes partes del moral (fruto, raíz, hojas, corteza, savia de la raíz), mediante el recurso de remedios simples o compuestos, alguno de los cuales, como ya comentaremos páginas más adelante, no han dejado de utilizarse en Canarias. He aquí las palabras del sabio griego: "El moral es un árbol conocido de todos. Su fructo relaja el vientre, corrómpese fácilmente y es contrario al estómago. Lo mesmo hace el zumo que dél se exprime, el cual, cocido en un vaso de cobre o asoleado, se vuelve más constrictivo, y (si) se mezcla un poco de miel 2GIL, Luis (1969): Therapeia (La Medicina popular en el Mundo Clásico). Er.i. Guadarrama. Madrid, pp.115-116. 3 Para redactar lo expuesto hemos utilizado las siguientes obras: - FONT QUER, Pío (1981): Plantas medicinales. El Dioscórides renovado, 7ª ed. Ed. Labor, S.A. Barcelona, pp. XII-XIII y 117-120. - Nueva Enciclopedia Larousse (1982). Tomo VI. Ed. Planeta, Barcelona, p. 2.982. 19 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 con él es útil a los catarros, a las llagas muy corrosivas y a las inflamaciones de las agallas. Acreciéntase su virtud si se allade alumbre desmenuzable, polvo de agallas, mirra, azafrán, simiente de tamarisco, iris y encienso. Las moras cogidas verdes, y molidas después de secas, se mezclan con las viandas, en lugar del zumaque, contra los flujos estomacales. Bebida el agua en que hobiere hervido la corteza de la raíz del moral, relaja el vientre, extermina las anchas lombrices y socorre a los que bebieron acónito. Las hojas del moral, majadas con aceite y puestas, valen contra las quemaduras del fuego. Cocidas en agua llovediza juntamente con las hojas de la vid y de la negra higuera4 ennegrecen los cabellos que se fregaren con ellas. El zumo de las hojas, exprimido y bebido cuanto la medida de un elato, es útil contra la mordedura de los Jalangios. El cocimiento de la corteza y de las hojas es útil contra el dolor de los dientes que con él se enjuagaren. Al tiempo que se siegan los trigos, de las raíces del moral, descubiertas y hendidas, mana cierto licuar, el cual se halla el siguiente día congelado y es muy eficaz contra el dolor de los dientes, aliende que resuelve las hinchazones y es purgativo del vientre"5. PRESENCIA DEL MORAL EN CANARIAS. SU RAZON PRINCIPAL: LA CRIA DE GUSANOS DE SEDA Los morales, presentes en el área mediterránea desde la época grecoromana6, se introdujeron en Canarias tras la Conquista europea (1402-1496). Su plantío se desarrolló sobremanera, con mayor o menor alcance, por las 4Es muy probable que la "negra higuera" se corresponda con la variedad conocida en Canarias como higuera negra, localizada en las islas de El Hierro, La Gomera, Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura (véase sobre el particular: LORENZO SANTOS, Narciso (1993): "Proceso de secado y prensado de higos en Canarias". Revista Tenique, nº l. Grupo Fol.kl6rico de la Escuela de Magisterio de La Laguna. Santa Cruz de Tenerife, pp. 105-121). En la isla de El Hierro la leche o savia de higuera negra se ha usado para curar los empeines. Numerosos, y dignos de estudio, deben ser los vínculos de la cultura de la higuera en Canarias con la Antigüedad. 5 FONT QUER, Pío (1981): Plantas medicinales. El Dioscórides renovado. 7ª ed. Ed. Labor, Barcelona, p . 119. 6 ANDRE, Jacques (1985): Les noms de plantes dans la Rome Antique. Société d'Edition "Les belles lettres". Paris, p. 164. 20 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 cinco islas más occidentales del Archipiélago: El Hierro, La Palma, La Gomera, Tenerife y Gran Canaria, principalmente en las partes norte de las mismas y, sobre todo, por las zonas costera y baja, es decir, hasta una altitud aproximada de seiscientos metros con respecto al nivel del mar. Aunque no falta información referida al cultivo de morales y a la industria sedera en el siglo XVI, su desarrollo fue considerable en las dos centurias siguientes, XVII y XVIII, especialmente en cuatro de las islas del Archipiélago: Gran Canaria, Tenerife, La Gomera y La Palma 7. Aunque la artesanía sedera haya sido el objetivo· esencial del cultivo de morales, éstos han tenido otros aprovechamientos tal como se desprende del lúcido texto de Viera y Clavija, correspondiente al siglo de la Ilustración: "Arbol precioso, originario de Persia y cultivado en nuestras Islas, aunque no tan multiplicado, como lo estaría, si sus habitantes despertasen de su letargo y mirasen las cosechas de la seda como uno de los ramos más ricos de su industria. El moral medra en cualquier terreno, y se propaga por semillero, o por mugrones y acodos, o por plantones y por vástagos. En nuestro país crece lentamente y llega a hacerse un árbol muy grande y muy robusto. Su tronco es grueso, tortuoso, de corteza escabrosa, maciza, flexible y filamentosa. Forman sus copas largos gajos que se dilatan y entretejen, cuya madera es sólida y de un bello color amarillo. Sus hojas son alternas, cordiformes, orladas de dientecillos, compactas, nervosas, lanuginosas, ásperas al tacto, de un verde oscuro, lustrosas por dentro, con pezones. Sus flores brotan apifladas, siendo unas masculinas y otras femeninas en su mismo pie. Las masculinas constan de cuatro estambres, en un cáliz de cuatro puntas ovales y 7 Acerca de lo dicho puede ampliarse información en las siguientes obras: - REGULO PEREZ, Juan (1946): "Antigüedad de la sericultura en Canarias". Revista de Historia Canaria, nº 74. La Laguna, pp. 167-169. - AZNAR VALLEJO, Eduardo (1983): La integración de las Islas Canarias en la Corona de Castilla (1478-1526). Secretariado de Publicaciones de la Universidad de La Laguna, Madrid, p. 362. - DIAZ PADILLA, Gloria y RODRIGUEZ Y ANES, José Miguel (1990): El señorío en las Canarias occidentales (La Gomera y El Hierro hasta 1700). Excmo. Cabildo Insular de El Hierro - Excmo. Cabildo Insular de La Gomera, Santa Cruz de Tenerife, pp. 329-332. - MARTIN HERNANDEZ, Braulio (1990): "La seda en El Paso". Revista La Graja, nº 4. Santa Cruz de La Palma, pp. 18-19. 21 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Detalle de un moral. Fotografta cedida por José M. Espinel Cejas cóncavas; y las femeninas de dos pistilos u ovarios en un cáliz de cuatro hojuelas redondas perennes. Estos ovarios se convienen en unas bayas pequeffitas, que estando muchas agrupadas en un mismo pedúnculo, forman uria baya grande, compuesta de todas las pequeflas, y las llamadas moras. Su jugo es agridulce, abundante, de color purpúreo. Las moras maduras, tomadas en ayunas, son refrigerantes y laxantes. El lamedor de ellas mitiga la inflamación de las fauces, y suelen calmar la tos. También sirve su jugo para dar color a algunas confituras y licores y al vino le da suavidad. Los polvos de su coneza pasan por vermífugo. La hoja no sólo es propia para el sustento de los gusanos de la seda, sino también para el ganado lanar durante el invierno, habiéndola secado a la sombra" 8 . A principios del siglo XIX la industria de la seda en Canarias se encontraba en clara decadencia. Pero lo dicho no tuvo un alcance general. En la isla de La Palma se llegó a mecanizar la producción sedera, estableciéndose en 1860 una fábrica, imitadora del sistema francés moderno, que siguió en funcionamiento hasta 1876, ocupando, por término medio, a 8 VIERA Y CLA VIJO, José (1982): Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias. Excma. Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, Madrid 22 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 treinta y cinco operarios. La seda y otros productos palmeros (aguardientes ... ) se remitían, esencialmente, a La Habana9. Bichos de seda. Fotografla cedida por Angel Lorenza Perera Sin duda, lo últimamente expuesto nos puede ayudar a entender por qué La Palma es la única isla del Archipiélago Canario donde ha pervivido, aunque en una situación muy inestable, la artesanía tradicional sedera. En la guía editada el año 1982 se citan dos zonas de producción: El Paso y Todoque (Los Llanos de Aridane); y un único taller artesano ubicado en el pago de La Rosa (El Paso), propiedad de doña Bertila Pérez González, orientado a la fabricación de pañuelos, camisas, etc. en seda10. En las otras islas del Archipiélago, y en muy contadas poblaciones, la única actividad que ha prevalecido no es otra que la cría de bichos o 9 DE PAZ SANCHEZ, Manuel (1981): Los Amigos del Pafs de La Palma. Siglos XVII/y XIX. Publicaciones del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma. Santa Cruz de Tenerife, pp. 46- 48. lO FERNANDEZ DEL CASTILLO MACHADO, Sixto (1982): Gufa de la artesanfa de Santa Cruz de Te ne rife. Dirección General de la Pequeña y Mediana Industria - Cabildo Insular de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, pp. 134-147, 270, 279. 23 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 gusanos de seda con fines meramente lúdicos y de entretenimiento para los niños, iniciados y aconsejados por determinadas personas mayores. Tal dedicación supone para los más pequeños una hermosa y productiva lección de historia natural, así como de responsabilidad al tener que buscar diariamente hojas de moral para sus pequeños animalitos, aprendiendo, además, a valorar lo que es la vida, contemplando el curioso e interesante discurrir de sus gusanos. Durante algún tiempo, y en determinadas localidades, los capullos de seda llegaron a venderse. En tiempos de la Guerra Civil española (1936-39), los niños del barrio de El Volcán (Garachico, Tenerife) le llevaban los capullos a las monjas del Convento de Clausura de la Concepción de Garachico; según informes recogidos, las monjas ahogaban a los tfteres con vapor de agua y luego trabajaban la seda al objeto de confeccionar algunas prendas (guantes ... ) que enviaban a los militares que se encontraban en el frente; acostumbraban a gratificar ( con dulces, golosinas o algún dinero) a quienes les suministraban los capullos. En tiempos de postguerra los niños de la Cuesta de La Perdoma (La Orotava, Tenerife) vendían sus capullos "al peso" a comerciantes que, ejerciendo su cometido a pie, se dedicaban, al mismo tiempo, a comprar otros productos: chatarra, pieles de baifo ... Desconocemos cuál era su destino final. Vamos a referirnos, por su interés etnográfico y cultural, al tema de la cría de los bichos o gusanos de seda. En el barrio de El Volcán (Garachicho, Tenerife) vive doña Dominga Méndez González quien el día de San Isidro de 1994 cumplía los ochenta años de edad. Ha criado gusanos a lo largo de toda su vida. Empezó a la edad de cinco años, efectuándolo en los tableros de madera, de un metro cuadrado de tamaño -que elaboró su propio padre-, colgado, cada uno de ellos, por mediación de cuatro sogas que partían desde sus correspondientes puntas en el corredor de la casa donde su progenitor trabajaba de medianero. Hoy los cría en cajas de cartón o de madera. Según el tiempo, los gusanos nacen a finales de febrero, marzo o abril, casi al unísono del reventado de los morales: "cuando revientan los morales nacen los gusanos". Aunque también comen hojas de morera, se considera que la del moral es más ventajosa: "saca más pronto el bicho"ll. Tan pronto nacen se les ponen 11 Aunque en muchos lugares se criaban los gusanos, desde el principio hasta el final de su 24 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 hojas: "buscan la hojita", considerándose que las primeras, por ser más duras, no sirven, razón por la que se les traen los brotes, es decir, las más tiernas y pequeñas. A lo largo de su corta vida los animales sufren una marcada metamorfosis, cambiando la piel en cuatro ocasiones. Al nacer son negros, "como hormigas", midiendo algo más de un milímetro de longitud. A los pocos días, primero la cabeza y luego el resto del cuerpo, se tornan de color blanco. Y días después, casi al mes de nacidos, cuando van a empezar a hacer el capullo, adquieren un color más amarino·, habiendo crecido considerablemente: "se hacen como el tamaflo de un dedo mío (cinco, seis o siete centímetros de longitud)", determinado por el ejercicio de una alimentación abundante y muy voraz, llamando la atención el "chasquido" que se origina al consumir las hojas frescas del moral. En las esquinas de la caja el cuidador ha dispuesto algunas ramitas de brezo seco ("ramullas"), donde los gusanos formarán los capullos. Dos o tres días tardan en hacerlos, participando, muy esporádicamente, dos de ellos en la hechura del capullo que les servirá de refugio. El término "títere" (El Volcán) o "garachico" (La Cuesta de La Perdoma) designa al gusano cuando está metido dentro del capullo. En las ocasiones en las que los capullos se vendían, se dejaban "los más bonitos" al objeto de contar con nueva criazón. Algo más de veinte días tardan las mariposas en salir del capullo, en cuyo interior han dejado su última muda, de color amarillo oscuro, casi canela. Son blancas anacaradas y muy gruesas, lo que les impide volar. La mariposa hembra es mayor que el macho y sus alas son "más larguitas". De ciclo, con hojas de moral, doña Dominga Méndez González (El Volcán, Garachicho, Tenerife) acostumbra a hacerlo los primeros días, esencialmente cuando los morales vienen retrasados, con hojas de morera ("porque los morales todavía no están reventados"), pasando a darles, inmediatamente, hojas de moral, con la convicción de que las de dicho árbol "los aumenta más, los adelanta más". En el mes "de la Pascua", las hojas del moral se han caído o están marchitas; por el contrario, la morera es un árbol más perenne. A la relativa escasez de moreras y a la circunstancia antes anotada, así como a sus ventajas, se refiere Viera y Clavijo de la siguiente manera: " ... la morera abunda como el moral en tanto jugo propio o savia, que suele reventar y poblarse de hojas, dos o tres veces al año. Esta hoja la come con gusto el ganado lanar; pero las moritas sólo sirven para engordar gallinas y puercos. La corteza de la morera, enriada como el lino, se hace filamentosa, y sirve para torcer sogas" (VIERA Y CLAVUO, José de (1982): Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias: Excma. Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, Madrid, pp. 295-296). 25 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 inmediato comienza la fecundación: "se pegan los culos y se casan". A los pocos días, revoloteando, ponen los huevos, "la semilla": "quinientos huevos o más". Mueren tras ello y se secan, desalojándolas de la caja. Los gusanos haciendo los capullos en las ramullas de brezo. Fotografla cedida por José M. Espinel Cejas Para que pongan la semilla, en el fondo de la caja se coloca un trozo de lienzo de sábana vieja. La semilla "primero es blanquita, luego se va poniendo grisita". En el interior de una caja, envuelta en un paño, se conserva la semilla para emprender de nuevo el proceso en la primavera del año siguiente. Los capullos abiertos por las mariposas también llegaron a tener cierta utilidad. Tras sacar la cáscara del títere y limpiarlos exteriormente, quitando los hilachos de seda y los ciscos de brezo, las niñas los usaban para jugar a las casitas, dándoles, a cada uno de ellos, determinados cortes con unas tijeras a fin de adquirir formas de cestitos de mano, cestitas barqueras, gánigos, bandejas... Otras veces, con ellos se forraban cajas de cartón, pegándolos a las paredes de las mismas, o se pegaban entre sí hasta formar una "barquita de guardar"; en unas y otras las niñas y jóvenes solían colocar prendas y otros objetos personales de pequeño tamaño. 26 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 ......., • o ... ...., ::t .::.:., ·-~ 5 ¡ ..... ...., ~ ..... e: • ::, ..... .... 1 ~ ll! "' 1 ...., - .. > ~ e o ......., ..e.:. u •o,.. ¡;:¡ !3 27 ..... ... "....'. • ..... .... ~1 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Do/fa Dominga Méndez González (El Volcán, Garachico). Fotografta cedida por Angel Lorenzo Perera -Durante-años los niños que se han dedicado a criar gusanos los han vendido a otros de la misma comunidad o de las inmediatas. En diversas poblaciones (La Orotava, Garachico ... ) se recuerda cuando, por los años cincuenta, se vendía cada gusano "a una perra chica o gorda"(cinco y diez céntimos, respectivamente), según fuera el tamaño de los bichos de seda. La dedicación a la indicada y afanada tarea por parte de doña Dominga Méndez González, por la que es conocida en su comunidad, queda explicitada en las siguientes palabras: "pa que los muchachos no pierdan la tradición de los tiempos antiguos, no es que lo haga por el dinero ( ... ). Una hojita llena de bichitos y le decíamos cinco duros o cincuenta pesetas (. .. ) pa no olvidar nunca la tradición ésa". Ahora bien, el retroceso y extinción de la artesanía de la seda no es la única causa que motivó la progresiva desaparición de morales, asunto al cual nos vamos a referir en las siguientes líneas. En los últimos veinticinco años se han cortado en el Norte de Tenerife, así como en otras partes de 28 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Canarias, gran número de morales, decisión que tiene que ver con el avance turístico y poblacional, aunado todo ello a la pérdida de utilidad del moral, especie arbórea cuya raíz, según opiniones de actualidad, se extiende mucho abarcando gran cantidad de terreno. El acentuado declive de la cabaña ganadera y la correspondiente extinción o decrecimiento de los animales criados en el sitio doméstico, ha conllevado el no aprovechamiento de las hojas de los morales por las reses criadas con aquéllas (cabras, ovejas, vacas). El enorme incremento de la importación de muebles desde el exterior ha supuesto la tlesaparición de gran número de carpinterías tradicionales y consecuentemente, el uso de la madera del moral, antaño sumamente apreciada. En algunos lugares de Tenerife, muy pocos, la presencia de los escasos y localizados morales tiene que ver en gran medida con otra de sus antiguas utilidades: la elaboración y empleo medicinal del vino de moras, para ser utilizado domésticamente e incluso con fines comerciales, aumentando entonces, considerablemente, su producción. Tal disposición la contemplamos, por ejemplo, en la región de Anaga (Tenerife), territorio en el que hemos llevado a cabo buena parte del trabajo de investigación centrado en el indicado tema. EL MORAL: CULTIVO Y CICW VEGETATIVO Se le define como árbol adaptado al clima de las zonas baja y media (desde la orilla del mar hasta los seiscientos metros de altitud), más propio en "tierras de arena que de barro". Su presencia en territorios más meridionales supondría, con toda probabilidad, la necesidad de regadío "y no es igual la mora de riego que la de secano". Los morales, tradicionalmente y hasta la actualidad, se han plantado de gajo, acostumbrando a hacerse en la época de máximas posibilidades pluviométricas, correspondientes a los meses de noviembre, diciembre o enero: "Se plantan de gajo como la higuera. Hay tres meses para plantarlo como la higuera: entre noviembre y diciembre es el mejor tiempo para plantarlos, también se plantan en enero. El moral pega de gajo. 29 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Tengo intención de plantar mds morales porque me gusta hacer el vino de moras y no quiero perder esta tradición. Este atlo se me ha olvidado plantar morales porque estoy pendiente de varias cosas: tengo que trabajar por la noche, tengo animales que cuidar, los cultivos ... Los morales los voy a plantar en el barranco. Tengo unas plantas preparadas para echarlas en propiedad. Saco la planta del mismo moral, se abate el gajo y se enraíza en la época de dos o tres meses como la higuera. Se pueden traer morales de viveros, pero la forma de hacerlo aqu( es sacdndolo del mismo moral (el gajo)"l2. Se trata de un cultivo de secano (" se alimenta con las aguas llovedizas"), siendo, de otro lado, un árbol que "da poco trabajo": no necesita sino limpiarlo, cavando, en febrero o a principios de marzo, la zona que circunda al tronco ("se cavaba en forma con una guataca"); así como quitarle, tras la recogida de la fruta, las hojas y las púas con lo que el árbol se fortalecía sirviendo, además, aquellos productos de pasto para el ganado: "la poda que se hada era cogerle la hoja y las púas". Si un moral no daba fruto, se cortaba. Puede alcanzar, con facilidad, los seis metros de ancho por cinco o seis de altura. Su vida es larga, más que la de su dueño, pudiendo superar los dos siglos de longevidad: "Un moral puede durar siglos. Este que yo tengo puede tener, según los viejos, doscientos atlas. El moral se conó para un tornado de las vacas y se renovó y lleva como cien atlas renovado, y todav(a puede durar doscientos atlas mds, depende del cuido o si no se pierde el moral por el mal tiempo o por unas malas manos"l3. Los morales que viven en el territorio dependiente de una comunidad humana son perfectamente contabilizados y recordados por sus habitantes quienes, además, suelen destacar sus características físicas, en ocasiones desiguales, motivado por razones de edad, por las diferencias ecosistemáticas de las zonas en las que se ubican .. _ 14 12 Agradecemos la información a don Be.nito Felipe Rodríguez, 57 años. Afur (Santa Cruz de Tenerife), 15 de marzo de 1991. 13 Agradecemos la información a don Benito Felipe Rodríguez, 57 años. Afur (Santa Cruz de Tenerife), 15 de marzo de 1991. 14 Según don Manuel González Rodríguez, vecino de Teno Alto (Buenavista del Norte, 30 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 El reventado de los morales (o aparición de las hojas) está en función de la manera en que ha discurrido climatológicamente el año, así como con las condiciones naturales (calor, exposición ... ) de las diferentes comarcas e incluso zonas de la isla15_ Y algo similar podemos contar en lo que concierne al momento de maduración de las moras, . hecho que establece · su recolección y aprovechamiento por parte del hombre. En El Volcán (Garachico, Tenerife) las moras maduran a finales de mayo o principios de_jpnio "según le dé el sol" . En El Golfo (isla de El Hierro) "desde San Juan están madurando". En Anaga (Tenerife) "desde el cinco de julio al cinco de agosto se recogen las moras" . Generalizando, la recogida de las moras tiene lugar, esencialmente, durante los meses de junio y julio. Como se explicita en los textos siguientes, y es un dato recogido en cada uno de los extremos del norte de Tenerife, las moras, si no se recogen a su debido tiempo, se ponen canículas o canéculas: "Maduran en el mes de San Juan. Ya el d(a de San Juan no se pueden comer moras porque ya están can(culas. Eso es antiguo" (El Volcán, Garachicho). "Desde el cinco de julio al cinco de agosto se recogen las moras ( .. . ).La.mora caduca al mes, tiene un tiempo que según los viejos se pone canécula y ya no hay seguridad porque el vino no sale bueno. La. mora, como mucho, dura dos meses" (Afur, Santa Cruz de Tenerife). Dan fruto una vez al año y las moras alcanzan, normalmente, los tres centímetros de longitud, tamaño que suele reducirse en períodos de gran sequía. Los morales son "alleros" , término que suele indicar que la producción fluctúa según los años y, consecuentemente, la cantidad de vino que puede proporcionar cada uno de ellos: Tenerife), quien en marzo de 1994 contaba con 53 años de edad, existían en Teno Alto los siguientes morales: uno en Las Cuevas, plantado por su suegro hace cincuenta años, de cinco o seis metros de altura; otro en la Fuente de Los Barqueros; y cinco en la parte de Bujamé, de mayor altura, alcanzando algunos los diez metros. 15 El día 23 de marzo de 1994, mientras los morales empezaban a despuntar en El Sitio Litre (Finca del Puerto de La Cruz, Tenerife), en El Volcán (Garachicho, Tenenfe) estaban comiendo los gusanos de seda desde hacía unos diez días. 31 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 "No se puede calcular los '/dios ni el vino, depende de los atf.os, de cómo vengan los tiempos. Si vienen tiempos buenos, se pueden coger en un solo moral doscientos '/dios, pero si se echa a perder el moral con las lluvias se coge menos cantidad de moras (. .. ). Sale a litro por '/dio ( ... ). Depende del tamatf.o del moral, un moral de doscientos '/dios de moras, dará doscientos litros de vino, si cien '/dios, cien litros. Los morales no dan lo mismo todos los atf.os, son atf.eros, no sólo es por la mora, sino que también influyen el viento y las lluvias" 16. ¿SE LE PODIA PEDIR MAS A UN ARBOL? Durante muchos años del moral se aprovechó prácticamente todo. Hojas En la isla de El Hierro había morales en el Valle de El Golfo y en la comarca sureña de El Pinar. Hasta nuestros días las hojas se han empleado para dárselas al ganado: cabras, ovejas y sobre todo vacas. Se cogían, arrancándolas con las propias manos o cortando con podonas los gajos y las hojas, "cuando estaban ya amarillando, cuando se terminaban las moras" . Las hojas del moral que llegaron a comprarse (por dinero, trabajo ... ) eran consideradas como un pasto muy selecto para el ganado: "una de las hojas de más alimento palos animales", "es buena pa leche". Madera Sobrados son igualmente los elogios para la madera del moral: "es la mejor que hay aquC', "es aprovechable pa toda clase de objetos que se quieren hacer". Se trabaja con facilidad. Es de color blanco, algo amarilla (la tea o parte central lo es mucho máJ), cambiando con el tiempo y el uso su 16 Agradecemos la información a don Benito Felipe Rodríguez, 57 años. Afur (Santa Cruz de Tenerife), V-1991. 32 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 apariencia: "va secando y va cogiendo color marrón". La madera del moral hay que cortarla en época de menguante de luna. Se trata de una convicción muy antigua, ya reseñada por algunos escritores romanos, entre ellos Catón: "... No se tocará la madera a no ser en luna nueva o ya mediada: de debajo del árbol se extraerá en condiciones óptimas durante los siete días siguientes a la luna llena (. .. )"11. Y a ser posible efectuarlo "con la luna bien menguada y marea baja de la mar", conducidos por la creencia de que es el mejor momento ya que, entonces, la savia se encuentra toda depositada en la parte inferior del tronco. De cortarse en luna éreciente, la madera se pica, se raja, se pudre. Una vez cortada se conserva "sin pelarla", a la sombra, sacándola únicamente cuando el sol "está muy jlojito": "el sol es traicionero pa toda clase de maderas", "el sol empieza a chupir la savia y se raja". Actualmente en las Islas muy pocas veces se construyen muebles con madera de moral. Sí la siguen empleando determinados artesanos. Los que se dedican a fabricar instrumentos musicales de cuerdas (guitarras, laúdes, timples "y todo instrumento, es la mejor"), principalmente para la caja de resonancia, acostumbrando a usar otras clases de madera (cedro, caoba ... ) para elaborar la parte del brazo. Y los que confeccionan utensilios de uso doméstico y culinario, aunque cada vez menos localizados; con madera de moral, en la isla de El Hierro se han elaborado hasta nuestros días: barrilotes "pa beber vino", "tarro pa sacar el vino de la pipa", "tarro donde meaban (escupidera)", gavetas para comer colectivamente en la mesa, cuchara de la olla (cucharón), cucharas, tenedores, tazas, queseras, morteros para preparar la tiempla, mangos de laperos, cachimbas, peines para el colmo de centeno, copas, vasos, trompos para jugar, sin olvidar las chácaras (especie de castañuelas) utilizadas en el Baile de La Virgen, diseñadas, frecuentemente, en madera de moral. 17 CATON (1976): De Agri Cu/Jura. Traducción, introducción y notas de Ana María Perales Alcalá. Universidad de Granada, pp. 107-108. 33 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Don Eloy Quintero Morales, artesano herreño, labrando una gaveta. Taibique (El Pinar, El Hierro), noviembre de 1990 Otras utilidades de la indicada madera, recogidas en La Punta del Hidalgo (La Laguna, Tenerife), están relacionadas con la viticultura tradicional: al mosto de uvas, una vez llena la barrica, acostumbraba a echársele un trocito de palo de moral, de unos diez centímetros de longitud, al objeto de que el vino, por requerirlo, cogiera color. Los tornos o tapones de los orificios de la barrica del vino de uvas son también de madera de moral; suelen ser dos o tres, alineados verticalmente, dispuestos a diferentes alturas; por ellos se va sacando el vino, destapando el torno correspondiente, a medida que desciende el nivel. 34 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Fruto Las moras se recogían con las propias manos; en la actualidad hay quien acostumbra a colocarse guantes de plástico o de goma fina. La mora es "muy manchona"; cuando eso ocurría, las manchas que dejan las maduras se quitan con una mora verde, escachándola y restregando sobre la superficie alterada, solución ésta de reconocida antigüedad, ya reseñada por el médico y humanista español Andrés de Laguna, en los comentarios que hace a la obra de su colega griego Dioscórides, al cual ya nos hemós · referido en páginas anteriores18_ La recogida se acostumbra a efectuar en los momentos más favorables del día: "no es bueno coger la mora soleada, la mora debe ser cogida con la fresca". Los medios para irlas depositando y posteriormente transportar, han estado en función de los tiempos: antiguamente se hacía en mochilas (Afur); en la actualidad suelen emplearse bolsas o cubos de plástico preferidos a los de aluminio: "porque el aluminio pone más pronto el vino ácido, tanto el de moras como el de uvas (Afur)". Aprovechamiento de las moras en su estado natural Las moras maduras, en su estado natural, han servido de alimento al ser humano. Se consumían cogiéndolas directamente del mismo árbol o se llevaban a la casa donde se comían como postre. Otras veces determinadas mujeres, cargándolas en cestas sobre la cabeza, las vendían recorriendo las ".asas de las principales poblaciones19_ Hasta bien entrada la segunda mitad del presente siglo las moras, _¡u.n i.o a otros productos (tunos, higos, creces, rafees, sobras del hogar ... ), fueron empleadas en la isla de El Hierro para alimentar a los tan aprovechados cochinos, productores de carne, manteca que se usaba como aceite, chorizos, morcillas... Cuando no se tenían en propiedad, las moras -que se echaban desmigajadas a los cochinos con agua, para que engordaran- 18 FONT QUER, Pío (1981): Plantas medicinales. El Diosc6rides renovado. 7ª ed. Ed. Labor, Barcelona, p. 119. 19 Mujeres de La Punta del Hidalgo; caminando, fueron a venderlas a La Laguna durante años. Agradecemos la información a don Manuel Barreto Martín, 70 años. La Laguna (Tenerife), II-1994. 35 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 se compraban (por dinero, trabajo ... ) a los dueños de los morales. Con ese tradicional procedimiento de alimentación natural (" criábamos los cochinos como uno"), se entendía que el aporte de moras contribuía a conseguir "una carne sabrosa y olorosa, una carne buen(sima, como la del ma(z". En El Hierro, así como en otras partes de Canarias, las moras, enteras o desmigajadas, se han utilizado para echar en las barricas de mosto de uva a fin de que el vino "coja color" cuando se hace necesario al no disponer el cultivador de suficiente uva negra. Aprovechamiento de las moras una vez transfonnadas También las moras han sido tratadas al objeto de conseguir los productos a los cuales vamos a referirnos a continuación: dulce de moras, arrope de moras y vino de moras. Para obtenerlos, como nos indicó un informante de 79 años de edad, "hace falta tener fervor, calma, tener paciencia". Los dos primeros, el dulce y el arrope, sirvieron, esencialmente, como alimento; sin embargo el vino de moras, como ya veremos en líneas posteriores, tuvo, básicamente, una aplicación farmacológica. Dulce de moras La receta fue recogida en el barrio de El Volcán (Garachico, Tenerife), en boca de doña Dominga Méndez González, quien contaba con 79 años de edad en marzo de 1994. Para hacerlo se colocaban las moras en un caldero, poniéndoles encima azúcar "arreglado a las moras" y al gusto del elaborador. Y se ponía a fuego lento, en torno a la media hora, revolviéndolo frecuentemente, hasta que alcanzara el punto: "cuando hacfa hilitos de almiba, que quedara espesita". Se comía al mediodía o en la merienda, solo, cogiendo con una cucharita, o con pan. r 36 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Arrope de moras Nos contó nuestra informadora -doña Paulina ("Micaela") Espinel Febles, de El Golfo, isla de El Hierro, quien tenía 59 años en marzo de 1994- que el arrope de moras aprendió a hacerlo con su abuela, Eusebia González Femández. Y que la costumbre es muy vieja: "del tiempo de la tagorontfa", en referencia a su reconocida antigüedad, simbolizada por el hecho de aprovechar la batata de la tagorontía o tacorontía para hacer tortas, tradición muy lejana -de origen preeuropeo, utilizándose posteriormente, sobremanera en años de escasez- de la que se acuerdan algunas personas ancianas de El Hierro. En un caldero se colocaban las moras añadiéndole "un pizquito de matalaúva y un palito de canela". Se ponía al fuego, dándole frecuentemente vueltas, durante una hora o algo .Qiás, con una cuchara de palo a fin de que no se pegara, hasta que cogiera su punto, lo que se detectaba dejando caer una pequeña cantidad sobre el poyo: "si se formaba un cordoncito espeso, como el punto de la miel, ya estaba". De no hacerse así, el arrope puede ponerse ácido o criar "musgo" por encima. En el primero de los casos ya no servía; ahora bien, de producirse lo segundo, se tenía que volver a hervir hasta que alcanzara el punto requerido y deseado. Se conservaba "en un botijo melado que escondían en la bodega para que los chiquillos no se lo desaparecieran". Lo comían en el almuerzo antiguo (a media mañana) y por la tarde, disponiéndolo en una gaveta de madera, en la punta (esquina) de un lebrillo o en un plato. Acostumbraban a amasar gofio que cada uno de los comensales, provisto de un trocito, iba untando en el arrope. Sobre el arrope, elaborado con zumo de moras y el doble de su peso en miel de abeja, todo hervido, hay información en la Farmacopea matritense del año 1823. En la séptima edición de la citada obra, se indicaba operar no con el zumo sino con vino de moras20_ En la isla de El Hierro se estilaba a hacer después de vendimiar, también con fines primarios· de tipo alimenticio, arrope de mosto de uvas. Debía guisarse -revolviéndolo frecuentemente "porque si no se pega" - la 20 FONT QUER, Pío (1981): Plantas medicinales. El Dioscórides renovado. 7° ed. Ed. Labor, Barcelona, pp. 117-119. . 37 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 estipulada cantidad de mosto hasta que se consumiera, quedando "espesito como chocolate", añadiéndole, "más bien al principio", un poco de canela en polvo, matalaúva o el agua de dicha planta hervida aparte. Se le podía, incluso, agregar, "cuando estaba a medio hacer", azúcar al gusto, probando las veces que fuera necesario. Se comía mojando gofio amasado, queso o pan: "el pan mejor todavía, pues es como mermelada"21. Vino de moras Podemos hablar de dos modalidades de vino de moras: sin hervir y hervido. En algunas comunidades -es el caso de El Volcán, en Garachico, isla de Tenerife- hay vecinos que lo hacen de una manera y otros de otra, utilizándose, eso sí, con los mismos fines, aunque hemos recogido la opinión de que el vino de moras "hervido es más fuene" 22. E incluso hubo personas que llegaron a hacerlo de ambas formas: "mi abuelo lo hacía a las dos maneras, hervido y en crudo"23. La costumbre de cocer el vino es muy antigua, la recoge ya el propio Catón, autor romano nacido el año 234 antes de Cristo, aunque en alusión al vino hecho con uvas24. Vamos a referirnos a cada una de las dos modalidades indicadas. Vino de moras sin hervir El mismo día que se recogen las moras maduras, éstas se exprimen con las propias manos o apretando después de colocarlas dentro de un paño que puede servir, momentos después, como coladera. El jugo se tiene quince o veinte días, "según el azúcar que tenga la mora", en el interior de una 21 Agradecemos la información a doña Adela Casañas Oliva, 80 años . Los Mocanes (El Golfo, El Hierro}, III-1994. 22 Agradecemos la información a don Manuel Barreta Martín, 70 años. La Laguna generife}, 11-1994. 3 Agradecemos la información a don Benito Felipe Rodríguez, 57 años . Afur (Santa Cruz de Tenerife), 16 de mayo de 1991. 24 CATON (1976): De Agri Cultura. Traducción, introducción y notas de Ana María Perales Alcalá. Universidad de Granada, p. 95. 38 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 botella. Pasado ese tiempo, las madres, es decir la horrura, queda en el fondo y el vino limpio encima. Este se trasiega a otro envase o botella, vertiéndolo directamente o con ayuda de una manguera fina. Hay quien acostumbra a dejarlo en reposo diez o quince días más y, luego, "cuando esté sentado se trasiega otra vez". Se conserva bien tapado, usándose a medida que la necesidad lo requiera25. Vino de moras hervido Como el anterior, se le considera un remedio de notoria antigüedad: "acostumbraba a hacerlo la gente antigua". Tras exprimir las moras (de la forma anteriormente señalada o, más modernamente, con un exprimidor: "se hace agua todo"), el zumo resultante se pone al fuego, en un caldero, con un poco de azúcar, hasta que hierva: "si no se le pone azúcar el vino es muy fuerte, es muy ácido". A continuación se aparta, se deja enfriar y "se pone bien tapado en una botella"26_ Pero el vino de moras hervido puede llevar, además, otros aditivos, modalidad ésta que goza también de reconocida tradición, tal como nos relató nuestro informador27. El jugo de las moras, bien escachadas, se dejaba en reposo todo un día "pa que suelten lo más pesado, como el mosto de las uvas". Al día siguiente se cuela con un trapo, exprimiéndolo bien apretando con las propias manos, poniéndolo al fuego tras añadirle miel de abeja o "si no tiene miel, azúcar morena (un cuarto /dio por litro)", dejándolo unos diez minutos, es decir, hasta que hierva. Después de hervido se le pone caña (media cuarta por litro de vino de moras) o, en su defecto, ron. Se puede guardar, durante años, en botellas bien tapadas: "cuanto más viejo, es mejor". 25 Agradecemos la información a don Manuel González Rodríguez, 53 años. Teno Alto (Buenavista del Norte, Tenerife). Y a don Antonio Acosta Acosta, 44 años. El Volcán (Garachico, Tenerife). 26 Agradecemos la información a doña Dominga Méndez González, 79 años. El Volcán (Garachico, Tenerife}, III-1994. 27 Se trata de don Manuel Barreto Martín, 70 años . La Laguna (Tenerife}, 11-1994. Su señora continúa haciéndolo y, con anterioridad, su madre y su abuela, vecinos de La Punta del Hidalgo (La Laguna, Tenerife). 39 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 La tradición más generalizada la representaba el hecho de que cada unidad familiar elaborase su propio vino de moras, costumbre que aún se mantiene aunque a unos niveles muy ínfimos. La receta se transmitía generacionalmente, empleándose el fruto de los morales propios o, en su defecto, solían pedirse a quienes los poseían. Era la mujer de la casa quien se encargaba de elaborar los dos o tres litros de vino, para lo que se necesitaban, respectivamente, unos dos o tres kilos de moras, es decir, a kilo de moras, aproximadamente, para obtener un litro de vino. Tradicionalmente en el mundo rural canario, ha sido la mujer la encargada de custodiar, practicar y transmitir todo lo referido a las plantas con virtud curativa y a los remedios caseros. El vino de moras, en ese contexto, no se vendía; si algún vecino lo necesitaba, entonces se le daba una pequeña cantidad: 11 si a cualquier vecino se le ofrece ... 11 • La presencia de personas dedicadas a vender vino de moras es, al parecer, reciente. Se trata de un aspecto que tiene que ver con determinadas circunstancias: erradicación de numerosos morales, desarraigo con respecto a la tierra ... A comienzos de la década de los noventa unas siete personas se dedicaban a hacer vino de moras en Anaga (Tenerife). Se trata de una actividad complementaria. En cada caso, el mismo individuo se encarga de realizar todo el proceso: recolección, elaboración del vino y venta. Antaño, como ya hemos comentado, se hacía para las necesidades de la familia. En la actualidad sucede igual, aunque una parte, más o menos importante, es vendida a quien lo requiere. Dos de dichos productores fueron nuestros informantes en el presente estudio de investigación, ambos algo distanciados -le sucede a buen número de los vecinos de Anaga- con respecto a la que antaño fue la ocupación esencial: el labrantío de la tierra. Se trata de: a) Antonio Suárez Expósito, de 54 años de edad, vecino de Taganana. Es artesano de profesión, dedicándose a la construcción de braseros de hierro. Desde hace algunos años se ocupa de elaborar vino de moras, después que le explicaron cómo se hacía28. 2S Fue entrevistado el día 13 de junio de 1992. De estado civil casado, vivía en la calle Calvario, nº 4, de Taganana (Santa Cruz de Tenerife). 40 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 b) Benito Felipe Rodríguez, de 57 años de edad, vecino de Afur. Fue "desenor" de la agricultura y de la construcción en la· que trabajaba como albañil ("el gallo antes era un reloj; le echan una mano a los grandes, pero a un pobre como yo pide un préstamo y lo revientan"). Actualmente trabaja como guardián de noche en la Facultad de Biología de la Universidad de La Laguna, sin perder los vínculos con el tradicional laboreo de la tierra: "me crié con esto y no puedo abandonarlo, hay gente que desconoce esto". Don Benito Felipe Rodríguez, en el lado derecho de la fotografía (Afur, Santa Cruz de Tenerife). Fotografía cedida por José M. Espinel Cejas Cultiva, fundamentalmente con fines domésticos, algunas plantas (papas, verduras ... ); y cría algunas cabras con cuya leche se abastece y hace queso. Siguiendo una muy antigua tradición, a cada una de las cabras, basándose en determinados criterios, se le pone un nombre: "Tenía trece cabras: la Curra, Pelota, Barrosa, Curiosa, Bandolera, Chamuscada, Jaguanera, Mora, Maravilla, ]osca, Digotera, Mariposa y Golosa. La Golosa se murió hace poco. Vendí la Pelota (cabra gorda y gruesa). También he llegado a tener ovejas. · Tengo ocho cabras, cuatro baifas y tres machos ( ... ). Hay que ponerles el 41 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 nombre que les cae, se les pone el nombre desde que son pequefl.as, porque, por ejemplo, la perra aquélla siendo blanca no se le va a poner Mora. Según el color que tengan, por la herencia, será su nombre". Aprendió a hacer el vino de moras por tradición familiar. Recordaba ver a sus padres y a sus abuelos, agricultores de profesión, ocupados en tal menester29. Los morales que aún permanecen en pie están perfectamente localizados por los fabricantes de vino de moras a los que ya nos hemos referido. El primero de ellos, Antonio Suárez Expósito, se abastece de morales existentes en . la zona donde habita, Taganana30; su ocupación artesanal le permite hacer importante acopio en algunos pueblos del Norte de Tenerife {lcod, La Guancha ... ), solicitando, previamente, el correspondiente permiso a los dueños de unos árboles a los que, en la actualidad, raramente se le saca beneficio alguno por parte de aquéllos. Nuestro segundo personaje, Benito Felipe Rodríguez, hace el vino con las moras recogidas en el árbol ubicado en la finca que tiene arrendada, en un paraje conocido como Las Cuevas de Afur31_ A medida que se consiguen y recogen las moras se va trabajando. En la parte de Anaga se cosechan entre el cinco de julio y el cinco de agosto. Se recolectan depositándose en el recipiente (generalmente cubos de plástico) donde momentos después se exprimirán, también con las propias manos. El jugo se cuela, usando para ello una coladera o un pedazo de tela metálica ''finita". Lo que queda encima de ella se coloca en el interior de un saco, retorciéndose a fin de aprovechar la mayor cantidad de líquido posible. El 29 Fue entrevistado los días 15 de marzo y 16 de mayo de 1991. Estaba casado. Vivía en La Tosca (Afur, Santa Cruz de Tenerife). 30 Según su opinión en la zona de Taganana y su radio de influencia hay varias propiedades en las que se alzan morales: Roque Bermejo (dos o tres), Las Palmas de Anaga (varios), El Draguillo (varios), Los Campitos (dos), Azanos (uno), el Valle Lucía (uno), Bajo Roque (uno), El Chorro (dos), entre La Breña y el Faro de Anaga (uno), El Mazapé o La Fajana ~uno), La Chanca o El Licencial (varios). 1 Cinco morales quedaban en Afur y ocho en el Tamadiste (costa de Afur). 42 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 sobrante final, el orujo, acostumbra a tirarse. El uso de un pequeño "lagar", de un metro por un metro, usado por uno de los productores32, supone un importante adelanto técnico, relacionado con el hecho de tener que trabajar con una respetable cantidad de moras (cincuenta, cien, doscientos kilos) que se van a tratar de una sola vez, debido a que los morales se encuentran próximos y perfectamente localizados; las moras se "repisan" en el interior del pequeño depósito ("prensdndolas y no se pisan con los pies porque la mora es mds débil que la uva"), valiéndose de una prensa de piedra, la chicharra, con cuyo peso "se hace largar el mosto por ahajo". El jugo extraído puede guardarse en envases de madera o de cristal, respectivamente barricas y garrafones, siendo conveniente que estén depositados en un lugar fresco y seco. A dichos envases no hay que taparlos a presión, debido a que la tapa saltaría a causa de los gases, por lo que se le pone una hoja (de parra o moral) para que cubra la "boca", impidiendo así que penetren moscas o arañas. Se deja reposar algunos días y se le echa azúcar (un cuarto kilo por cada litro), preferentemente azúcar morena. Tal medida no es imprescindible en la elaboración del vino de moras. Pero se trata de una costumbre antigua que, según la opinión de los productores, tiene dos ventajas: le gusta más a los clientes y, así, el vino dura mayor cantidad de años: "El vino de moras no es amargo, es dulce porque le pongo azúcar morena, pero lo hago mds que nada por el gusto de la gente, le gusta más que el vino de moras no quede amargo, pero el vino de moras se puede hacer también sin azúcar ( ... ). Pongo un cuarto kilo de azúcar por litro ( .. ) y se le echa el azúcar después de reposado y dura más (. .. ). El azúcar blanco lo consigo fdcil, pero el azúcar moreno es mejor; si no hay más remedio se le pone azúcar blanco (. .. ). Lo de echar azúcar al vino de moras también se hacfa antes, el vino endulzado dura más aftas que amargo"33. Allí, "en las madres", se deja durante dos, tres o tres meses y medio, a fin de que el mosto fermente y se aclare. Puede suceder que el mosto se 32 Es el caso de don Benito Felipe Rodríguez, de Afur (Santa Cruz de Tenerife). 33 Agradecemos la información a don Benito Felipe Rodríguez, 57 años. Afur (Santa Cruz de Tenerife), V-1991. 43 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 enfríe y se ponga ácido, convirtiéndose en vinagre que se puede aprovechar con fines culinarios. Si no ha habido inconveniente, pasado aquel tiempo se trasiega el vino, colándolo y cambiándolo de envase pudiendo utilizar para ello una manguera, de forma que se separa el vino de las madres que permanecen en el fondo del antiguo recipiente. La vieja tradición y la fuerza de la costumbre aconsejan trasegar el vino en época de menguante de luna: "En menguante se trasiega el vino, es mejor el menguante que el creciente. El vino se trasiega cada menguante, porque cuando el vino se trasiega lleva dos o tres menguantes sin tocarlo, porque el vino trabaja en todos los crecientes. Todo el menguante es buen tiempo para podar parras, trasplantar plantas y sembrar ramas de batata o toda cosa que se pueda enraizar. El vino de moras no es necesario removerlo y menos en creciente, se echaría a perder; en menguante se trasiega o se pone en limpio"34_ ·El · proceso hasta aquí descrito, como es lógico, lleva implícito una merma considerable: un cubo de diez o doce litros de jugo de mora viene a proporcionar unos siete u ocho litros de vino. Las labores descritas (prensado, trasiego y limpieza) suelen realizarse en alguna dependencia propiedad del productor (lagar, bodega ... ), casi siempre ubicada a escasa distancia del domicilio familiar. La siguiente faena consiste en envasar el vino en botellas, de un litro o tres cuartas, que se van recopilando tras solicitarlas en los bares, algunos de los cuales les compran, para luego vender, vino de moras. Las botellas se taponan con firmeza, guardándose (a la sombra, evitando siempre el calor), en la bodega o en algún cuarto-almacén del que se dispone en la parte baja de la casa y que sirve, además, para guardar otros productos (papas ... ), encontrándose el espacio perfectamente delimitado para albergar una u otra cosa. El vino de moras así elaborado, se puede beber a los tres meses e igual acaece con el de uvas. Se piensa, en uno y otro caso, que son mejores las moras y las uvas de costa que las de cumbre, debido a que aquéllas prodigan una graduación muy superior. La cantidad de litros que producen anualmente estos fabricantes 34 Agradecemos la información a don Benito Felipe Rodríguez, 57 años . Afur (Santa Cruz de Tenerife), V-1991. 44 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 artesanos, está en función de diversas circunstancias: disponibilidad, formas en que se presenta el año, cantidad de kilos de moras que se consiguen ... En 1990 los productores mencionados líneas atrás -don Antonio Suárez Expósito y don Benito Felipe Rodríguez- hicieron, respectivamente, cien y cincuenta litros de vino de moras. El sistema de venta es sencillo: hay un vendedor y un comprador. _ Este último es de la zona o foráneo, aconsejado y atraído por las virtudes curativas del vino de moras que adquiere en la misma casa del elaborador a precios oscilantes entre las 2.000 y 4.000 pesetas: "... Es un vino caro porque para cada litro de vino de moras hace falta un kilo de moras, y porque los morales son escasos (. .. ). Este vino lo hago para la casa, pero a veces hay gente que se entera de que lo hago, la noticia corre y siempre vienen personas recomendadas y orientadas por los amigos y me compran vino, me lo compran en mi casa. El vino me lo encargan o compran personas de cualquier pane de la isla, donde no se hace. El aflo pasado vino a buscarlo un sellar de La Laguna para su esposa"35_ En El Hierro y en Tenerife hemos recogido el dato de que el vino de moras se ha usado para darle color al de uva, añadiéndose en la medida que le hace falta. Se trata de una solución de notoria antigüedad, sobre la que encontramos información en el Diario de Juan Primo de La Guerra, a inicios del siglo XIX: "Mi hermana ha arbitrado, para darle color al vino que envié para despachar en la venta, hacer una cocción del zumo de moras hervido con vino y mezclarlo después de frío y me dice del buen éxito de esta idea (. .. )". " ... Mi hermana me escribe con fecha del 28, que las pipas de vino que había pensado comprase en Santa Cruz el ciudadano 35 Agradecemos la información a don Benito Felipe Rodríguez, 57 años. Afur (Santa Cruz de Tenerife), V-1991. 45 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Grenoulleau, para lo que le envié muestra, no tienen aceptación a no llevar color tinto, como el que le ha comunicado con el zumo de las moras, del cual vino compuesto ha comprado media pipa el comisario de Francia Broussonnet ( ... )"36. Ahora bien, la vinculación esencial del vino de moras ha sido, principal y mayormente, de índole medicinal. Se repite que es un remedio muy bueno y que "le viene bien al cuerpo y a la sangre", recomendando la tradición popular tomar una pequeña cantidad, "una copita", y hacerlo en ayunas: "No se puede tomar mucha cantidad, se debe tomar un cuarto litro de cuatro veces para que haga algo de efecto. Yo pienso que como el vino de parra, si va bien con dos vasos no se deben tomar cuatro ni ocho porque ya le está perjudicando, no se debe abusar de él. Lo mejor es tomar media cuarta en ayunas y si es posible una o dos horas antes del desayuno"31. Hay quien acostumbra a tomarlo, cada mañana, como tonificante. Se ha usado para curar las úlceras, catarros, resfriados, dolores en general y, sobre todo, golpes internos, dato éste último ampliamente generalizado y que hemos tenido oportunidad de recoger en cada una de las islas occidentales del Archipiélago Canario. Golpes internos producidos por algún encontronazo, caída ... Se recomienda, tras tomar el vino de moras, recostarse en la cama sobre el lado o miembro dolorido (rodilla, costilla hundida, cadera, espalda ... ). En una obra publicada en Icod de Los Vinos (fenerife) el año 1984, se indica el uso del vino de moras para golpes externos, usándose en forma de linimento, tras agregarle al vino una astilla de cedro durante veinticuatro horas38. 36 PRIMO DE LA GUERRA, Juan (1976): Diario. I (1800-1807). Aula de Cultura de Tenerife, pp. 126 y 127 . . Dichos fragmentos corresponden, respectivamente, a los días 27 y 30 de julio del .. ño 1802. 37 Agradecemos la información a don Benito Felipe Rodríguez, 57 años. Afur (Santa Cruz de Tenerife), V-1991. 38 GONZALEZ AFONSO, Julián y ARDEVOL, Francisco (1984): Flora medicinal de lcod 46 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Pero el moral ha tenido, igualmente, otras posibilidades de tipo curativo. En islas como El Hierro o Tenerife, la leche o savia se ha utilizado para curar los empeines. En la primera de aquéllas, con el mismo fin, se ha empleado, además, la leche de higuera negra o la de tabaiba, prefiriéndose a todos esos remedios el aceite de trigo obtenido sobre el yunque del herrero; la razón es obvia: "porque la leche mata [pica] mucho"~ En Tenerife, otros productos utilizados para sanar los empeines han sido la propia saliva en ayunas, el cerro de cachimba (ceniza) o restregando sobre el empeine un pedazo de tomate verde. En la obra antes reseñada, que versa sobre la comarca tinerfeña de Icod de Los Vinos, se alude, también, a determinadas aplicaciones médicas de otras partes del moral. Se dice en la misma, que las moras "se han usado como emolientes en los catarros de las v(as respiratorias". Que la infusión de corteza y hojas del moral tiene propiedades vermífugas. Y que "la infusión de la coneza de la rafz es laxante y se refuta eficaz para expulsar las lombrices intestinales e incluso la solitaria"39. OTRAS EXPRESIONES DE LA CULTURA DEL MORAL La cultura canaria, como todas las del Planeta, es el compendio de "pequeflas culturas". Una de ellas, sobre la que ya hemos referido algo, es la del moral, árbol que ha trascendido más allá de lo meramente material. Un importante capítulo de la toponimia canaria está representado por aquellos nombres de lugares que están en función de la vegetación existente, a veces predominante y otras diferencial con respecto a la que es común en una zona determinada. Encontramos parajes cuyas denominaciones tienen que ver con los morales: hay, por ejemplo, en la zona de La Punta del Hidalgo (La Laguna, Tenerife), uno conocido por La Hoya del Moral y otro por los Siete Morales. También han dado nombre a determinadas entidades de población, tal como recoge el Diccionario de Pedro de Olive: de Los Vinos. Icod de Los Vinos, Tenerife. 39 GONZALEZ AFONSO, Julián y ARDEVOL, Francisco (1984): Flora medicinal de lcod de Los Vinos. lcod de Los Vinos, Tenerife. 47 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Casa de La Seda Caserío Arure La Gomera El ~.foral Caserío Agaete Gran Canarla El Moral Caserío El Sauzal Tenerife El Moralete Chozas Telde Gran Canaria Moralito de Angel Casa Hermigua La Gomera40 Presencia de la cultura del moral de la que también se hace eco el siempre atento folklore musical, a través de diferentes formas de expresión: 1) En letras de géneros antiguos, correspondientes al denominado sustrato folklórico de tambor. Las que se presentan a continuación corresponden a uno de los bailes más antiguos y tradicionales de la isla de El Hierro, el santo: "Era de moral, de moral, era de moral el santo, era de moral, de moral, por eso pesaba tanto". "Tronco de mi moral fuiste, donde yo moras comf, los milagros que tú jagas que me los cuelguen de aquc•41. 2) Las letras que aparecen a continuación, pueden ser cantadas en algunos de los géneros del denominado folklore de cuerdas (isas, folías, malagueñas ... ): 40 OLNE, Pedro de (1865): Diccionario estadistico-administrativo de las Islas Canarias. Barcelona, p. 282 y 686. En la misma obra aparecen otros nombres de poblaciones relacionadas con la voz morales (pp. 27, 295, 381, 629, 686). No sabemos si se refiere al árbol o al apellido de igual denominación. 41 Publicados en la obra: LORENZO PERERA, Manuel J. (1981): El folklore de la isla de El Hierro. Ed. Interinsular Canaria, Santa Cruz de Tenerife, pp. 33 y 34. 48 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 "La mujer es parecida al gusanillo de seda que él mismo hace la cdrcel y encarcelado se queda"42. "Si piensas que tengo pena, no tengo pena maldita, que la mancha de la mora con otra verde se quita"43. 3) Aunque se trate de una adivinanza ampliamente difundida, su letra es adaptable a alguno de los géneros folklóricos antes mencionados e incluso a alguno de los bailes cantados de origen centroeuropeo que se introdujeron en las Islas en la segunda mitad del siglo XIX (polka, berlina, mazurca ... ). Presenta dos variantes, recogidas ambas en la isla de Tenerife, en La Cuesta de La Perdoma {La Orotava) y en Taganana (Santa Cruz de Tenerife): "Verde fue mi nacimiento, de encarnado me vestf, y ahora que me ves de negro hagan justicia de mf". "Verde fue mi nacimiento, encarnado mi vivir, qué negro me voy poniendo cuando me voy a morir". 42 Agradecemos la información a don Jesús Herrera López, 62 años. La Cuesta de La Perdoma (La Orotava, Tenerife), III-1994. 43 Agradecemos la información a don Manuel Barreto Martín, 70 años. La Laguna (Tenerife), 11-1994. 49 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 AGRADECIMIENTOS El estudio de investigación que hemos presentado lo ha hecho posible el testimonio de las personas que a continuación pasamos a relacionar. A todas ellas nuestra más sincera gratitud: Doña Dominga Méndez González, 79 años. El Volcán (Garachico, Tenerife), 111-1994. Don Antonio Acosta Acosta, 44 años. El Volcán (Garachico, Tenerife), m-1994. Don Manuel Barreto Martín, 70 años. La Laguna (fenerife), 11-1994. Don Manuel Espinel Febles, 61 años. Santa Cruz de Tenerife, 111- 1994. Don Benito Padrón Gutiérrez, 80 años. Tigaday (Frontera, El Hierro), ill-1994. Doña Paulina (" Micaela") Espinel Febles, 59 años. Las Lapas (Frontera, El Hierro), 111-1994. Doña Adela Casañas Oliva, 80 años. Los Mocanes (Frontera, El Hierro), 111-1994, Don Benito Felipe Rodríguez, 57 años. Afur (Santa Cruz de Tenerife), m-1991. Don Antonio Suárez Expósito, 54 años. Taganana (Santa Cruz de Tenerife), VI-1992. Don Jesús Herrera López, 62 años. La Cuesta de La Perdoma {La Orotava, Tenerife), ill-1994. Don Manuel González Rodríguez, 53 años. Teno Alto (Buenavista del Norte, Tenerife), ill-1994. Don Eloy Quintero Morales, 66 años. Taibique (Frontera, El Hierro), m-1994. Don Juan Hemández González, 63 años. Tegueste (fenerife), m- 1994. 50 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 NOMBRES POPULARES Y CIENTIFICOS DE LAS PLANTAS MENCIONADAS Moral Morus nigra Azafrán Carthamus tinctorius Tamarisco Tamarix canariensis Willd. Incienso Artemisia thuscula Vid Vitis vinifera Higuera Ficus carica Trigo · Triticum aestivum Morera Morus alba Lino Linum usitatissimum Brezo Erica arborea Cedro Juniperus cedrus Caoba Cedrela odorata Centeno Seca/e cerea/e Tunera Opuntia ficus-indica Haya Myricafaya Helecho Pteridium aquilinum Millo (maíz) z.ea mays Caña de azúcar Saccharum officinarum Tagorontfa Dracunculus canariensis Matalauva Foeniculum vulgare Canela Cinnamomum zeylanicum Cacao tero Theobroma cacao Papa Solanum tuberosum Tabaiba mansa Euphorbia balsamifera Tomatero Lycopersicon sculentum 51 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 |
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