EL APROVECHAMIENTO DE LOS RECURSOS DEL MEDIO
EN LA ELABORACION TRADICIONAL DE TEJAS,
LADRILLOS Y LOSETAS· .
(LA LAGUNA,TENERIFE)
José M. Espinel Cejas
Mª Elena Pérez Prieto
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
A don Leoncio Ramos Mascareño,
el último de los grandes maestros
tejaleros de la Vega Lagunera..
DON LEONCIO RAMOS MASCAREÑO: ALGUNOS DATOS
BIOGRAFICOS
Para don Leoncio1 (nuestro principal informante), el oficio de tejalero
le viene de tradición farrúliar ya que su abuelo materno fue quien le
inició en estas labores y con él trabajó durante muchos años hasta que
pudo establecerse por su cuenta.
Desde muy pequeño recuerda jugar en el tejar arrendado por su
abuelo, situado en la calle de La Higuera en La Laguna, haciendo pequeños
machanguitos de barro y ladrillitos con el molde de una caja de
fósforos a la que le quitaba el fondo para que sirviera de gradilla.
Aún siendo un niño, comenzó a trabajar con su abuelo y a aprender
el oficio poco a poco, pues los viejos maestros, pese a tratarse de
familiares, eran reacios a transmitir todos sus conocimientos:
"Mi abuelo era teja/ero y me llevó con diez años a trabajar al
tejar. Y yo aprendí solo, porque antes los viejos no enseñaban.
Esto [ se refiere al garapo ], había un viejo que lo escondía a la
hora del almuerzo."
Igualmente participaba en otras actividades productivas llevadas a
cabo principalmente por las mujeres de la farrúlia, que se dedicaban al
~~\'...;-...... ~, gangocheo entre los diversos pagos de la zona de Anaga. Recuerda espe-
, · · ~alrnente los entrañables carnavales que disfrutaba por aquellos lugares:
I Don Leoncio Ramos Mascareño nació r,:n La Laguna (Tenerife) el 12 de septiembre
de 1915.
26
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
"Yo llegué a ir pallá en los casnavales el sábado gordo y venir
pacá el jueves. Toda la semana allí de casa en casa todo el
mundo. /bamos a la casa, ponían la mesa allí de lo que hubiera ...
de eso que llamaban rebanadas, otros les decíamos torrijas.
Ponían queso, vino, todo encima de la mesa. Salíamos de aquella
casa y a la otra y a la otra y a la otra ... Allí en Chinamada había
una señora que ponía la mesa desde el sábado y la quitaba pal
otro sábado, pal domingo ... Cuando eso es cuando habían casnavales
bonitos, ahora no son casnavales. Aquí dentro del pueblo
[se refiere a La Laguna] yo no recuerdo que 1o hubiera, pero ahí
por fuera del pueblo era así también, de casa en casa tocando y
cantando, y donde quiera que se entraba se bailaba mientras se
estuviera allí y después... vamos a la otra casa... Uno comía y
bebía de casa en casa hasta que se cansaba.
Los bailes eran de cuerda, de guitarra, timples, laúd, bandurrias
... se tocaban isas, /olías, malagueñas ... todo eso. Todo lo del
campo y pasodobles, polcas, jotas ... La berlina no, eso vino más
tarde, cuando empezaron las romerías''.
Sobre sus tías Don Leoncio nos cuenta:
"A mi familia le decían, que eran las gangocheras que iban a buscar
las gangochas, le decían las Ranas, y de toda la vida aquí a
los viejos antiguos le decían los Ranas y entonces un día una de
mis tías o si lo cantó -otro dice:
Yo veí una rana en cueros
y un cigarrón en camisa,
un lagarto con sombrero
y un sapo muerto de risa.
Y una de mis tías le gustaba cantar y un día dice:
Un día entré en el manicomio
y me pesó el haberlo hecho,
que estaba una loca en el patio
con una muñeca de trapo
que le estaba dando el pecho"2
.
2 Posiblemente se trate de un cantar de malagueña, de cinco versos o palabras.
27
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Don Leoncio, en las inmediaciones de su antiguo tejar en el Camino de La Villa
Pero quizá la celebración más esperada por toda la familia era la
fiesta de Candelaria, sobre la que don Leoncio nos cuenta que su abuelo
reservaba el dinero obtenido de la venta de las losetas para llevar a toda la
familia a Candelaria:
" ... y todas las pen·as que él hacía en verano de losetas, las iba
reuniendo pa después llevar a toda la familia a la fiesta de
Candelaria. Pa pagar los coches y pa ir a la fiesta... Cobraba el
coche por llevarlos a Candelaria, lo alquilaba por todo el día,
doce duros ... y alquilaba tres pa llevarlos a todos".
Y sobre estas fiestas nos comenta:
"¡Eso era un desastre, un desastre!. Mujeres y todo. Las mujeres
las más que cantaban cosas de ésas. Las mujeres sí, ¡bah!, si
28
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
ustedes vieran lo que me cantaron a mí una vez ... un rebaño de
chicas... se cogieron todas. de mano y yo por la calle La Arena
pallá, que antes era arena todo y la plaza y todo, y yo muchacho
... ¡Oh!, las chicas se cogieron todas de mano, hicieron un
coro y me dejaron al centro, y ellas a lo mejor pensaron que
como yo era muchacho y ellas mayores ... se ponen a dar vueltas a
la redonda y cantaban: ·
No me la metas toda
que estoy doncella,
méteme la puntita
que es la que empreña.
Ellas creían que yo no sabía nada, pero cuando ellas se callaron
dígoleyo:
Tengo tres varas de polla
enrrollada en la cintura,
si te la llego a meter
te revuelvo la asadura.
Se soltaron y salieron corriendo como fieras, no esperaron a más
nada".
Por aquel entonces, en que don Leoncio era aún un muchacho,
continúa trabajando ininterrumpidamente con su abuelo hasta que a los
veintiún años es llamado a filas y posteriormente movilizado al frente, tras
el estallido de la Guerra Civil en 1936. En tierras españolas permaneció
durante cuatro años pasando un sinfín de penalidades, de las cuales nos
narró las siguientes anécdotas:
"Cuando yo tenía veintiún años me llevó Franco a la Guerra, y
allí había mucho miedo, mucho pánico, mucho susto, porque
había de todo: mucha nieve, mucho frío, y. .. ¿sabe con qué se
combatía todo eso?, estando jartito de vino todo el día. Después
las risas de ella daba miedo ... ".
"Una doctora, y eso fu.e porque yo le dije que había bebido
mucha cantidad pero por obligación, no porque yo era asz szno
por obligación. Tanto que era por obligación que después cuando
me vine pacá lo dejé, y allá llegué a lavarme hasta la cara con
29
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
vino. En un sitio había una bodega grandísima [ el sitio era
Balaguer, en la provincia de Lérida], y nosotros dormíamos en la
bodega ... Pasaba el río pero no se podía ir, porque ellos estaban
al otro lado y nosotros a éste. Nos dividía el río. Ibas a lavarte al
río y te tumbaban como un pájaro allí. Y lo mismo hacíamos
nosotros ¿no?. Y entonces por la mañana allí había un pipote de
esos partidos, y abría la llave uno, se lavaba la cara y ya estaba
la cara lavada y con vino ... ".
"Y por la noche llegué a poner, puse un jergón debajo y cuando
tenía sed me despertaba, abría la llave y me caía el chorro en la
boca. Y así estaba siempre, siempre. ¡Oiga, que estando uno
bebido no le tiene miedo a nadie!. Eso es así, ¿usted no ve a esa
gente que se emborracha y le gusta pelear?. Por eso es, porque el
vino le pone la cabeza loca, y más los de hoy que no beben vino
sino güisqui, ron, de todo.
Mire, estuve en Tente! tres meses, la parte más fría de toda
España y nos gozamos tres meses allí en trinchera y lo que hacía
yo es eso, iba donde hubiera vino y me jartaba y cuando no,
entonces se lo decía a los rancheros que me lo llevaran y me lo
llevaban. Y así pues, toda la cosa de la Guerra."
Tras volver de la Guerra Civil, se dedica a diversas ocupaciones: la
agricultura, la construcción, en las carreteras, "donde salía ... ". Todas estas
labores las complementaba durante la época estival con el oficio de tejalero,
que ejercía ya de forma independiente de su abuelo, durante los días
festivos y fines de semana en el tejar y horno que se construye en la zona
de El Rodeo Alto (actualmente Camino de La Villa). A lo largo de la
semana trabajaba en un tejar de la calle La Higuera.
Deja de ejercer esta actividad a comienzos de los años cincuenta,
cuando ya la competencia de otros materiales de producción industrial hacen
que esta labor resulte poco rentable económicamente.
30
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
EL OFICIO DE TEJALERO
El oficio artesanal de tejalero, una actividad complementaria
El oficio artesanal de tejalero en La Laguna, era una ocupación
con carácter estacional y complementaria de otras actividades que tenían
lugar a lo largo del invierno: la agricultura, la ganadería o el gangocheo en
pueblos más o menos cercanos, como Las Mercedes, Las Carboneras y
Chinamada. Con la llegada del estío a esta ciudad; las actividades productivas
cambiaban y se volvían hacia el exterior y con carácter colectivo,
como sucedía con la tejería. Todo aquél que compraba un terreno aprovechaba
el verano para construirse la vivienda en él y cuando no, éstos
eran los meses dedicados al mantenimiento y mejora de las casas y otras
construcciones adyacentes como pajales, corrales, cuadras, etc.
El secreto y la rivalidad dentro del oficio
Este oficio artesanal de tejalero, como tantos otros, permaneció,
básicamente, dentro del ámbito familiar, trasmitiéndose una generación tras
otra los conocimientos adquiridos, los hornos, tejares y útiles de trabajo.
Por este carácter familiar y exclusivo de las actividades atesanales, aparece
el secreto dentro del oficio. Muchos viejos artesanos se resistían a enseñar
a los jóvenes todo lo que sabían y el privilegio de esos conocimientos era
un logro que llegaba, para los más nuevos, con el tiempo y el trabajo bien
hecho. Los mayores trataban de ocultar pequeños trucos y destrezas que
unos tejaleros habían descubierto o heredado frente a los demás, lo cual les
daba prestigio y ventaja en su trabajo. Sin embargo, también hay excepciones:
"Mi abuelo no, mi abuelo a mí me enseñó. Como vio que yo tenía
empeño me enseñó, incluso me decía cómo había que /avalas ... ".
31
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
También era frecuente la envidia dentro del gremio, las pequeñas
rencillas y puntas de unos artesanos a otros:
"¡No la apretaban!, pa mí yo mi idea es que no la apretaba bien,
y por eso al sacar el garapo la teja se extendía un poco y quedaba
más plana. ¡Oh!, yo tenía un compañero que estaba conmigo y
veces se ponía a discutir y él le decía: ¡no venga usted a
comparar las jareas ésas de usted con las tejas nuestras!. El decía
que él lo que sabía hacer eran jareas"3
.
División del trabajo
En cada tejar trabajaban, en el mejor de los casos, de siete a ocho
personas y cada cual tenía una ocupación: ir a buscar el barro, cernir la
tierra de cultivo, moler y amasar la tierra, hacer las tejas, ladrillos y losetas,
poner las piezas a secar, cargar el horno, etc. Sin embargo, la única labor
que necesitaba de una cierta habilidad y conocimientos específicos, el
trabajo más especializado, era el de hacer tejas. Dos personas fijas se
dedicaban a la teja y el resto eran peones que se ocupaban del barro y
todas las demás labores antes y después de hacer las piezas. Normalmente
éstos solían ser las personas de más edad y dueños de los tejares.
Conocimiento del medio y su aprovechamiento
La elaboración de las tejas, ladrillos y losetas comenzaba cuando el
tiempo lo permitía, es decir, desde que acabasen las lluvias allá por el mes
de junio y hasta finales de septiembre aproximadamente. Es probable que
el día de San Juan (24 de junio) para el comienzo del verano y las fiestas
del Cristo (mediados de septiembre) para finales del mismo, fuesen puntos
de referencia inevitables para nuestros artesanos.
3 En Canarias se conoce como jareas diversos pescados, abiertos y secados al Sol.
32
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Tejar de don Leoncio Ramos Mascareño, en el Camino La Villa
La tejerla, como toda ocupación que tiene que ver con la cultura
tradicional de un pueblo, significaba, entre otras cosas, un profundo conocimiento
del medio: establecer con una cierta exactitud el final de las
lluvias, reconocer los distintos barros, su localización y su utilidad, adivinar
los vientos o el tiempo sur para poner a resguardo las tejas y losetas, etc.
Tipos de barro, su localización y utilidad
El barro lo clasificaban en tres tipos según fuese su utilidad para la
tejerla: la tierra fuerte, la tierra de cultivo y el mazapé. La tierra fuerte era
la de mejor calidad, la más resistente y por ello la utilizada para la teja y las
losetas. Los treinta o cuarenta primeros centímetros del terreno eran la tierra
de cultivo, que una vez limpia se utilizaba para los ladrillos. Excepcionalmente
y cuando no se disponía de otra cosa, se usaba la tierra fuerte
para hacer ladrillos, pero en una mezcla de hasta el cincuenta por ciento
con arena que se recogía en los barrancos. El masapé era despreciado para
su uso en la tejería:
33
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
"El masapé es una cosa floja. Tanto que una vez hicieron unos
ladrillos ahí pal Pozo del Cabildo, y después de quemarlos no
servían. Antes de quemarlos son duros, porque el masapé es duro,
pero después que los quemas se afloja y se esmigajan solos. Esa
tierra no vale ... ".
En las inmediaciones de La Laguna, el barro fuerte se localizaba
en la carretera de La Esperanza, Los Baldíos y la zona del Rodeo donde
don Leoncio tenía su tejar. Una percepción especialiada del medio les
permitía localizar la tierra fuerte incluso antes de haberla buscado~ por
ejemplo, en los lomos no había buena tierra porque allí todo son riscos, se
buscaba más bien en las hoyas o depresiones del terreno y después de
haber retirado los treinta primeros centímetros de tierra. El masapé del que
nos habla nuestro informante y que no sirve para la tejería, se localizaba en
Las Mercedes y el Pozo del Cabildo.
Climatología
La Climatología es otro factor imprescindible para el oficio de
tejalero. Había que evitar la lluvia porque muchas de las actividades en el
tejar se hacían al aire libre: la extracción de la tierra y su secado, el pisado
del barro y hasta los ladrillos se efectuaba en el exterior. Era necesario
conocer los vientos predominantes para situar las bocas de los hornos
hormigueros en el sentido del mismo y favorecer así la combustión del
carbón (mineral y vegetal) y la leña. El tiempo sur del verano, extremadamente
seco y de altas temperaturas, era perjudicial para las tejas y
losetas que se elaboraban con el barro fuerte . Estas se hacían bajo techo y
allí se ponían a secar un par de días antes ·de pasarlas al horno. Cuando
llegaba este tiempo se cerraban las puertas y ventanas para evitar que estas
piezas, aún crudas, se rajasen por la sequedad del ambiente.
34
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
l. C•lle Lo H;guer•
2 C•lle NAya
3. C•lle S.n Ju.an
• del Tornero
4. C•illO Lo Yilh
5. C•illO de
Ant;guos tejares de Lo Laguna
35
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Tratamiento diferenciado de las piezas
De igual forma que cada pieza requería un barro distinto y un
tratamiento diferente, el modo de elaboración era también específico y a
veces, corno en el caso de los ladrillos que ahora veremos, enormemente
curioso. Cuando algún particular compraba un terreno y quería hacerse
una casa en él, limpiaba y cernía la tierra de cultivo y con ésta él mismo
hacía los ladrillos necesarios. Más tarde llamaba a algún tejalero del lugar
para que formase el horno hormiguero y quemase los ladrillos. Todo esto
sucedía en el terreno, aprovechando los recursos materiales que ofrecía el
mismo y el espacio disponible, aliviando también así el coste económico y
el trabajo empleado en la construcción de la vivienda:
"¡Ah no!. Nosotros trabajamos.fijos siempre en el tejar. A mí sí
me llamaban pa cargarles los hornos de ladrillos, porque todo el
que podía hacía ladrillos. Si compraba un solar, la tierra toda la
aprovechaba, la cernía y hacía ladrillos él mismo, el dueño
mismo... Desde que estaba el verano todo el mundo hacía
ladrillos por ahí en solares, porque antes todo el que · compraba
un solar hacía ladrillos, y con los ladrillos hacia la casa".
MATERIALES Y UTILES DE TRABAJO
Materiales de elaboración
La tierra de cultivo
Para los ladrillos se empleaba la capa fértil de cualquier suelo
agrícola y en este caso de la Vega Lagunera. Esta tiene entre treinta y
cuarenta centímetros de grosor. La elaboración de los ladrillos tenía lugar
in situ, para lo cual se cernía la tierra y así se limpiaba de piedras y otros
elementos ajenos.
36
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
El barro fuerte
Asimismo para los ladrillos, al igual que para tejas y losetas, se
llegó a emplear el barro fuerte cuando no existía otro disponible en el
terreno donde se fabricaba:
" ... como a veces no encontrábamos tierra buena de la que se
labraba, pa hacer los ladrillos, se cogía de la fuerte y se
mezclaba con arena de los barrancos. lbamos a los barrancos a
buscar arena y se la mezclaba".
Sin embargo, como las tejas se elaboraban con barro fuerte y en el
tejar, esta tierra era transportada hasta el taller. Para ello se seguían los
siguientes pasos:
" ... se quitaba lo que labra el arado, ya que la que estq debajo
parece una losa, y después, ¡fíjese lo qüe es la tierra fuerte!... que
se le quita ésa de encima y se deja descubierta y a los pocos días,
si estamos en verano, se abre [se cuartea]. ¿Usted sabe lo que
hacíamos nosotros después, cuando íbamos a buscarla a la
siguiente semana ... ?. Después se cargaba tal como estaba, se
llevaba a la pisa, se vaciaba, se le echaba el agua, se aguaba,
cuando ya el agua salía a flote, encima de la tierra [ cuando la
tierra se decantaba], la emparejábamos y cuando ya salía a flote
pues la dejábamos y después al otro día es cuando se amasaba.
Después al otro día se metía uno remangado ahí dentro a
pisotear y a echar fuera con una pala y botarla fuera al lado
donde estaba la máquina, pa ir después otro echándola a la
máquina y moliéndola".
La.arena
La arena era un material imprescindible para elaborar la pasta de
las tejas y losetas en el tejar y, en ciertos casos, para elaborar los ladrillos
allí donde no había disponible otro barro que el fuerte :
37
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
"También los hacíamos con la herra fuerte pero íbamos a los
barrancos pa buscar arena pa mezclarla ... mezclada, si era muy
fuerte, la metíamos mitad por mitad'.
La mezlca podía llegar a ser del cincuenta por ciento de desgrasante,
lo que indica la gran plasticidad que podían tener nuestros barros.
El polvillo de caminos y cunetas de las carreteras
"La tierra en polvo la buscábamos con un cedazo en los veranos.
Se buscaba porque antes habían muchos carriles y caminos que
hacía un polvasero grande. Jbamos con un carro de mulos, lo
traíamos y después /o cerníamos y se le echaba un poquito de
polvo de eso y no se pega a la mesa [ se refiere a la mesa donde se
montaba el barro en la gradilla para hacer tejas o losetas]".
Materiales para la transformación de las piezas de barro en productos
cerámicos
Para la transformación de la pieza de barro adobado en un material
cerámico de estructura pétrea, era necesario someterla a una última etapa:
la cocción. Esta duraba varios días y para ello era imprescindible el combustible.
Los viejos tejaleros emplearon principalmente tres tipos de combustible
lígneo: el serrín, la leña y el carbón mineral o vegetal.
El serrín
Era lanzado, de vez en cuando, con grandes paladas desde la boca
de los hornos, una vez que estaba encendido el mismo, para provocar
intermitentes llamaradas que estimulaban la progresión térmica.
38
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
La. leña
Los tejaleros empleaban diversos tipos de leña, siendo las más
preciadas aquéllas que daban poca llama y mucho calor. La más empleada
en estos casos era la leña traída del monteverde (laurisilva y fayal-brezal).
El carbón
Al igual que la leña, el carbón era diferenciado por sus cualidades;
el más utilizado era el vegetal, comprado a los carboneros del monte del
Macizo de Anaga.
Otros carbones empleados fueron la hulla o carbón de piedra, entre
los que destacaron siempre el carbón alemán y el inglés por sus grandes
cualidades caloríficas, que lo convertían en óptimo para estos usos. Con él
se preparaban las dagas de ladrillos que debían arder poco a poco y durante
muchos días para la correcta cocción del ladrillo.
Utiles de trabajo
Utilespara la elaboración de tejas
La pisa: era una especie de artesa o tanquilla donde se depositaba
el barro al traerlo del barrero y donde se licuaba y pisaba tras un día en
remojo. El amasado final era realizado antiguamente a mano y en los últimos
años con máquinas de rodillos movidos con tracción animal.
El garapo: era el molde que le daba forma a la teja. Construido
generalmente con cualquier madera liviana, se empleó sobre todo la de
nogal, plátano olivo y el laurel.
Las medidas del garapo de nuestro informante son las siguientes:
Largo máximo: 60,6 cm (con mango incluido)
Largo del molde (sólo): 47,8 cm
39
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Ancho máximo: 15,3 cm
Ancho menor: 10,4 cm
Grosor paredes: 2 cm
Grosor mango: 3,8 cm
Tipo de madera: Nogal
Acabado: Muy pulido
Por último debemos señalar que los garapos eran elaborados por
carpinteros de aperos, es decir, por los mismos artesanos que se dedicaban
a elaborar cangas, arados, belgos, corsas, trillos, etc., por lo que las
medidas diferían de un garapo a otro.
Detalle del garapo
La gradilla para la teja: tenía forma trapezoidal, es decir, la
superficie aplanada de una teja (un canal troncocónico) que iba a tomar
forma una vez se llevase al garapo para su moldeado final.
40
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Gradilla, hecha con fallebas viejas
Estas gradillas se construían con trozos de fallebas viejas, las
cuales se cortaban y soldaban con las medidas perimetrales justas del garapo.
El rasero: era una especie de vitola o regla de madera, pnnc1-
palmente de tea o cualquier otra madera que fuese muy dura para resisitir
el rozamiento con la gradilla de metal, en el continuo desbastado del excedente
de barro sobre la gradilla.
La balsa de madera: era fundamental este accesorio para el frecuente
mojado y limpieza de las manos, raseros, gradillas, etc.
Generalmente se empleaban secciones de barrica de vino viejas
aprovechadas para tal fin o una especie de palangana de madera construida
expresamente para ello.
41
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
La gaveta del agua: era una caja de cerveza a la que se añadían
cuatro patas de madera. Luego se sumergía en agua para hincharla, tras lo
cual sellaban con barro las juntas de las tablas, quedando así definitivamente
impermeable. Inmediatamente se llenaba de agua para no perder la
impermeabilidad y para su uso.
Utiles de trabajo para la elaboración de los ladrillos
El arco o trozo de aro de barrica: se trata de una especie de cortadera
al igual que usaban las alfareras tradicionales (también del mismo
material). Era empleado para raspar las impurezas que se adherían a los
ladrillos al fabricarlos con la ladrillera en contacto directo con el suelo.
La ladrillera o gradilla para ladrillos: era, en La Laguna ( que no
para otros pueblos, como en el caso de Tacoronte, por ejemplo4
), un
molde para tres ladrillos. Estos ladrillos medían seis pulgadas de ancho por
doce de largo cada uno, con un grosor de tres pulgadas.
Por consiguiente, la ladrillera tenía entre catorce y dieciséis pulgadas
de ancho por veintidós a veintiséis pulgadas de largo (la suma de
6+6+6+ los grosores de las tablas).
Por último cabe señalar que, en La Laguna, las ladrilleras se caracterizaban
por tener sobre uno de sus lados más largos una argolla rectangulada
como las que venían en las latas de aceite de oliva, mientras que
por el otro tiene un asa hecha con un taco de madera. De esta manera, el
operario podía aprovechar mejor el espacio en el solar, tendiendo las tejas
y dejando tan sólo la separación del ancho de la ladrillera. En pueblos
como Tacoronte, donde las ladrilleras tenían dos asas de madera en los
costados, debían dejar mayor separación al depositar las tejas en el terreno.
4 En Taco ron te los tejaleros utilizaban ladrilleras de cuatro ladrillos con asas en los
lados más cortos.
42
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Ladrillera o gradilla para ladrillos. Modelo típico de los tejaleros de La Laguna
Utiles de trabajo para la elaboración de las losetas
La gradilla o molde de la loseta: podía ser de madera o hierro, de
una pulgada de alto y doce por doce pulgadas de ancho.
El rasero: era el mismo que para los ladrillos o las tejas, ya que las
losetas eran un trabajo poco frecuente y realizado sólo por encargo,
principalmente para hornos de panadería.
TECNICAS DE ELABORACION
De las tejas
Cortar la teja
Sobre una mesa se colocaba la gradilla de las tejas para, a continuación,
echar un puñadito de tierra en polvo y montar el barro en ella.
Luego el barro se aplasta y se extiende en la gradilla. Finalmente el barro
43
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
sobrante se elimina con el paso del rasero a tres veces, intentando que
quede más grueso por el centro para que la teja sea de este modo más
fuerte. Finalmente se lava la teja por primera vez pasándole la mano con
fuerza y antes de montarla en el garapo.
Montar el garapo
Con la teja cortada en la gradilla, se pasa ésta de la mesa al garapo
con un simple movimiento de traslado de la gradilla hacia el exterior de la
mesa, en cuyo borde está esperando el garapo. De esta manera, lo que en
principio era un trapecio de barro adquiere la forma definitiva de la teja al
ser depositada sobre el garapo.
Teja artesanal elaborada por don Leoncio
Lavar y tender la teja
El garapo se lleva hasta el mantillo (lugar donde se tendían las
piezas para su secado) y se deposita allí la teja donde permanecerá un par
de días antes del horneado final.
44
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
En el camino desde la mesa al mantillo, la teja va siendo lavada por
segunda vez, es decir, se le pasa la mano de fonna reiterada a fin de sellar
todos los poros producidos por el rasero que hayan quedado tras el primer
lavado. De esta manera el barro de la teja queda más fuerte y pulido,
menos propenso a grietas que se puedan producir en el proceso de secado.
Finalmente, al llegar con el garapo al mantillo, se tiende la teja en el
Jugar deseado, separándola del molde con un movimiento de atrás hacia
adelante.
De los ladrillos
Para elaborar los ladrillos se situaba ordenadamente la ladrillera en
el mantillo y hasta allí se transportaba la pella de barro amasado. Una vez
apretado el barro con las manos sobre la ladrillera, se le pasaba el rasero
para eliminar el sobrante. A continuación se levantaba la ladrillera y
quedaban los ladrillos tendidos en el mantillo secándose al Sol. Posteriormente
se remojaba la gradilla de los ladrillos en una gaveta con agua
para lavarla y se repetía de nuevo todo el proceso.
En un sólo día nuestro informante y su abuelo llegaban a fabricar
hasta tres mil ladrillos, que se exponían al Sol, encarntllados, durante una
semana, tras haberlos limpiado de impurezas con una cortadera de aro de
barrica5
.
De las losetas
Las losetas requerían un trabajo similar al de las tejas, pero su
elaboración era más delicada que los trabajos anteriores:
"Losetas, es más detenoso [lento] porque hay que apretarlo
mucho. Esto, el barro lo botaba uno fuerte, y después había que
5 Encarrullar consiste en apilar hasta veintidós ladrillos, colocándolos de dos en
dos, paralelos entre sí y perpendiculares con respecto a la siguiente hilera.
45
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
apretarlo con los puños pa apretarlo bien, porque esto tenía que
ser más sólido. Y también son muy delicadas".
La loseta se cortaba poniendo la gradilla sobre la mesa, a la que se
añadía un puñado de tierra en polvo de los caminos para que el barro no se
pegara. Este se lanzaba fuertemente para compactarlo en el interior de la
gradilla, extendiéndolo con las manos y presionando lo más posible hasta
adquirir su forma definitiva. El mismo proceso se repetía tantas veces
como losetas queramos fabricar. De esta manera se logra que sean más
sólidas ante las contracciones propias del secado y menos propensas a
agrietarse.
El último paso en el proceso de elaboración era el lavado, que
consistía en frotar la superficie superior de la loseta con la ñema de la
mano nada más haber pasado el rasero. De esta manera se cubren los
poros, se alisa la superficie y se embellece el trabajo.
Loseta de barro perteneciente a un antiguo horno de panadería
El sistema métrico empleado en la elaboración de las tejas, ladrillos y
loseta: la pulgada chasnera
Hay que señalar que todos los moldes variaban en sus dimensiones,
dependiendo del carpintero-artesano que lo hiciera y de las pulgadas
que empleara. Por ejemplo, el molde de las losetas tenía unas
46
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
dimensiones aproximadas de doce por doce pulgadas y un grosor de dos
pulgadas, pero dependía, como veremos a continuación, de si empleaba la
pulgada inglesa, francesa, española o chasnera:
"Eso era las pulgadas chasneras: oséase, más o menos, de las
pulgadas francesas a las inglesas o españolas -son todas distintas.
Venticinco con cuatro [25,4 cm] tenía la española, hasta la
francesa que tenía venticuatro con ocho [24,8 cm]. Antes, ni
reglas habían y las que habían de lo largas que estaban mentían
[se refiere a las reglas articuladas de carpintero cuyas bisagras se
alargaban con el uso]. Antes lo que más había era la vitola,
varillas de madera de la medida que hiciera/alta y. .. ¡toma vitola
y búsquese la vida!. Mi bisabuelo que era un gran carpintero, lo
llamaron una vez para que hiciera la caja a un muerto y fue con
s11 vitola. Cuando terminó la caja y fueron a meter al muerto, le
sobraba un tanto así de muerto"º .
TIPOS DE HORNOS
Horno de planta rectangular o cuadrangular
Se trata de un horno de doble cámara, una inferior de combustión
u hogar y otra superior o de cocción. Ambas cámaras tenían su correspondiente
puerta, la superior para la carga y descarga de los materiales,
que era sellada durante la cocción con ladrillos y barro; y la inferior, que
era por donde se cargaba continuamente el combustible al interior del
hogar. Estas dos dependencias tenían a su vez sus correspondientes tiros
para el ascenso del aire caliente.
Este horno era construido totalmente con ladrillos y argamasa de
barro, existiendo entre las cámaras un piso de ladrillos que intercalaba
6 Información oral de don José Rodriguez Alvarez, Maestro Pepe, el Carpintero, 62
años. La Laguna, 5-V-1994.
47
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
espacios para el paso de las llamas y que era soportado por una bóveda de
arcos de medio punto.
La utilidad de este horno era mixta o polivalente, pues permitía
tanto la cocción de ladrillos como la de tejas y losetas.
Medidas del horno de planta rectangular de don Leoncio Ramos
Mascareño, Camino La Villa (La Laguna)
- Altura total: 3,52 m
- Frente (ancho): 2,28 m
- Lateral (largo): 3,075 m
- Altura cámara inferior: 0,8 m
- Altura cámara superior: 2,22 m más 0,5 m de arcada de la bóveda de
cañón de medio punto
- Puerta cámara superior: 1,8 m de alto por 0,6 m de ancho
- Puerta cámara inferior: 0,6 m de alto por 0,6 m de ancho
Horno de don Leoncio al que le falta la bóveda superior, hoy desaparecido
48
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Horno de bóveda de cañón y doble cámara con base rectangular
Dibujo de Adrián Quintana Armas
49
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Hornos troncocónicos o cilíndricos
Se trata también de hornos de doble cámara pero que carecían de
cubierta porque en su lugar tenia una gran boca, a modo de tiro, en la parte
superior. Su planta era, obviamente, circular.
Los materiales empleados en su construcción eran la piedra
muerta7
, la tosca, el barro (para el revestido interno y como argamasa) y
sillares de cantería para los dinteles, jambas y umbrales de las dos puertas o
bocas del horno: la de carga en la cámara de cocción y la del hogar en la
cámara inferior.
Es un horno que, pese a tener algunos inconvenientes frente a
otros tipos -como pueden ser una mayor pérdida de calor, mayores irregularidades
ténnicas, arrebatado de las piezas, flameados, etc.-, éstos eran
poco significativos en el acabado de una teja, un ladrillo o una loseta.
Tenia, sin embargo, la ventaja de pennitir una carga y descarga de
los materiales mucho más rápida, gracias a la gran abertura superior.
Disponía igualmente de una mayor capacidad (hasta siete mil ladrillos) y
una estructura más simple y menos costosa en construcción y mantenimiento,
por lo que fue un horno muy frecuente no sólo en los tejares
laguneros sino también en otros muchos de la isla y del archipiélago.
Sus dimensiones podían superar los cuatro metros de diámetro y
cuatro y medio de alto.
7 Piedra muerta: escoria compactada de origen basáltico que pueden soportar
temperaturas del orden de 1.100 grados centígrados (y más aún si están forrados con
barro). Agradecemos esta información a don Telesforo Bravo Ex-pósito, 82 años. Puerto
de La Cruz, X-1 995.
50
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Horno troncocórúco de doble cámara
Dibujo de Adrián Quintana Armas
51
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Horno de botella construido con piedra muerta y tosca
Dibujo de Adrián Quintana Armas
52
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Hornos de botella
Era muy utilizado también por los tejaleros de La Laguna, ya que,
al igual que los anteriores, terna una doble cámara, la cual permitía cocinar
las piezas que estamos estudiando.
Terna algunos inconvenientes. Por una parte; era más lento en su
carga y descarga, pues el gollete o chimenea central y su cubierta
abovedada no permitían la rapidez de estas labores; por otra parte, su
construcción obligaba a utilizar paredes más gruesas que pudieran soportar
mejor la pesada bóveda de la cámara superior y la chimenea que ésta terna
en el centro de su cúpula.
Ofrecía, sin embargo, la ventaja de ser más perfecto en su cocción
y más económico en cuanto a energía, al tener mayor control de la pérdida
de calor por los tiros.
Se empleaban diversos tipos de materiales en su construcción:
piedras muertas, toscas, esquineras para sus dinteles y ladrillos en la
bóveda y chimenea, así como el barro para el empastado interior y la
argamasa.
El Horno hormiguero
Se trata de un horno que se construía con los mismos ladrillos que
iban a ser cocinados. Su sección era piramidal o troncopiramidal, con
planta cuadrangular o rectangular según fuese la forma de apilar los
ladrillos, la cantidad de éstos o el espacio disponible para formar la mole.
La altura puede alcanzar los seis metros y medio (6,5 m) y su capacidad
puede ser de varios miles de ladrillos:
"Se hacía en cualquier solar quince o veinte mil ladrillos, los que
diera la tie1Ta. Y después se emparejaba la tierra y se hacia el
horno hormiguero ... Yo cobraba por cargar cada mil ladrillos
tres duros, cargados y quemados... Estos ladrillos los hacían
ellos, había mucho ladrillero suelto por ahí, pero hacían los
ladrillos y no los quemaban [no sabían hacerlo], y de5pués los
53
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
dueños de los solares me llamaban, dice: ¿me quieres quemar los
ladrillos?, digo: sí, ¿por qué no?, pero yo voy por las tardes y los
domingos, porque el resto del tiempo estoy en el teja/" .
Primera fase de construcción del horno hormiguero
Segunda fase de construcción del horno hormiguero (la base)
La manera de colocar los ladrillos era la siguiente: se disponen
éstos de canto alineados paralelamente y alternando los ladrillos con
huecos equivalentes al tamaño de otro ladrillo de canto. Estas filas o
54
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
dagas8 van separadas entre sí con una distancia equivalente al largo de un
ladrillo. La fila superior se coloca perpendicularmente sobre la primera,
pero esta vez alineando tres ladrillos juntos, también de canto, a lo largo de
toda la daga.
La siguiente fila se coloca de forma perpendicular a la segunda,
pero formando una figura a tresbolillos. A partir de esta daga comienza el
relleno de los huecos dejados entre ladrillos con carbón mineral o vegetal,
en su defecto. Las sucesivas dagas serán siempre perpendiculares a la
anterior para que se pueda sostener así la mole, ·y su colocación será
idéntica a la primera daga (tercera fila), pero guardando la perpendicularidad
con la anterior para dejar hueco al carbón, así como el arrastre
necesario para ir disminuyendo el volumen a medida que se va ganando en
altura y formar el horno piramidal u honniguero. Por último la mole era
completamente recubierta con ladrillos y forrada con una torta de barro
para evitar la pérdida de calor. Estos ladrillos de cobertura quedaban a
medio cocinar en su parte externa, por lo que se dejaban como forro de la
siguiente hornada, virando su parte cruda hacia el interior.
Maqueta del horno hormiguero, donde se observa la base y las dos primeras
dagas, así como los huecos o bocas del horno que van quedando entre los ladrillos
8 Daga era el término utilizado para denominar las sucesivas capas de ladrillos en
el horno hormiguero a partir de la tercera hilera. La primera y segundan forman la
base.
55
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
V'o
O\
,.,..,,. _;:;::;:;.~ ~
~ ·-.
/ ., 4;<
, 11 ,1 C1). ·1:-
~ J -4~1 '
Horno honniguero, cubierto con el barro, preparado para quemar
Dibujo de Adrián Quintana Annas
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
Las bocas inferiores del mismo son, durante varios días, objeto de
continuo sumirústro de combustible.
Técnicas de cocción
Independientemente del tipo de horno de que se trate, todos ellos
tenían en su perímetro un número considerable de tiros, incluyendo también
la culata, que era como llamaban los tejaleros a fa.· parte posterior de
la cámara de cocción. Dichos tiros servían para regular, por un lado, la
combustión mediante la salida de los gases, y por otro el control de la
temperatura.
En cuanto al momento de irúciar la cocción:
"Nosotros decíamos darle humo. Se cargaba hoy, mañana por la
mañana veníamos y lo encendíamos y estaba [ el fuego] todo el
día en la puerta nada más, la leña puesta, y si era serrín igual. En
la puerta ardiendo todo el día. Eso le decían darle humo y
después por la noche se iba aumentando la candela y a medida
que el horno va cogi.endo color por debajo, se va poniendo todo
blanquito por debajo, entonces se le echa [la leña] todo en
redondo con el jurgonero, que es un gancho grande de hierro con
un cabo grande y una horquilla. Se ponía un brazado grande de
rama en la puerta, lo espichaba y lo llevaba al sitio [ del hogar]
que usted quisiera. El jurgonero tenía unos cuatro o cinco metros
de largo, era para meter la rama, rama de monte: de brezo,
eucalipto. La serrín no, porque la teníamos que tirar con una
pala. La leña gruesa que venía en rajas [cortada con hacha] la
tirábamos con la mano, y si no quedaba en el sitio que u.no
quería, entonces cogía el jurgonero y la aderechaba y la ponía en
su sitio".
Un poco más adelante se continúa añadiendo leña, que, de fonna
progresiva, se va introduciendo en el interior del hogar hasta llegar a la
culata. Posterionnente se observa si la salida de los tiros presentan cambios
57
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
de coloración hacia tonos blanquecinos. En tal caso se taponan con dos
ladrillos y una torta de barro hasta que todos los tiros queden sellados a
excepción del tiro central. De esta manera se consigue ahorro de combustible
y una cocción más homogénea. Cuando se considera que las
piezas están cocinadas, termina la tarea de incorporar leña, se tapona el tiro
central con una tapa de bidón y ladrillos ( o piedras), y se cierra la puerta
del hogar para mantener más tiempo la temperatura.
A MODO DE CONCLUSION
Existen datas del Cabildo de Tenerife en las que aparecen reflejados
bandos ordenando a la población de La Laguna, apenas fundada la
ciudad, a utilizar la teja en sustitución de las cubiertas vegetales:
"Que las casas de la ciudad se cubran de teja
Otrosí que todas las casas, que se vbieren de hazer en esta
ciudad, sean cubiertas de teja, e ninguno sea osado de las cubrir
de paja, ni de otra cosa, so pena de cada mil marauedies, y que se
deshagan a su costa porque de mas de parecer mal en el pueblo
, son peligrosas de juego9
" .
La artesanía relacionada con las tejas, ladrillos o losetas, con toda·
seguridad procede de tradiciones milenarias que llegaron a Canarias tras la
Conquista y que aquí se asumieron y pervivieron en su forma más pura por
las particulares condiciones de aislamiento y escaso desarrollo socioeconómico.
Es una pena que esta artesarúa tan arraigada en Canarias y hoy
virtualmente desaparecida en Europa, haya caído en el olvido y el abandono
institucional cuando las últimas tendencias en arquitectura abogan
por técnicas tradicionales más respetuosas con el paisaje y el medio
9 PERAZA DE AYALA, J. (1 987): Obras (Capítulo: Las Ordenanzas de la isla de
Tenerife). Consejería de la Presidencia, Gobjemo de Canarias, Santa Cmz de Tenerife,
p. 155.
58
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
ambiente. Máxime cuando las nuevas teorías geoeconómicas y socioculturales
apuestan por formas de desarrollo y crecimiento más racionales
que preserven el entorno y sus recursos tanto materiales como culturales.
Un ejemplo de la irracionalidad de nuestras actuaciones lo podemos
constatar cuando, en cualquier desmonte con fines urbanísticos, la tierra es
desaprovechada en vertederos sin darse cuenta que ésta es la materia prima
indispensable para el desarrollo de una industria semiartesanal de materiales
de construcción con barro.
Las ventajas que presentan estos materiales· son sobradamente
conocidas: aislante térmico, acústico y de humedad, así como sus bajos
costos de producción y su mínima incidencia medioambiental. De otro
lado, sus beneficios sociales y culturales también son dignos de tener en
cuenta por la posibilidad de potenciar industrias de carácter familiar en
zonas agrícolas marginales, al tiempo que constituye una forma digna de
recuperación cultural y de mantenimiento de la población en sus lugares de
ongen.
AGRADECIMIENTOS
- M3 del Mar Hemández Jorge
- M3 Candelaria Díaz Palmero
- Javier Espinel Cejas
- Adrián Quintana Armas
-Ramón Jesús Negrín Escuela
- José Rodríguez Alvarez
- Jorge de la Torre Cantero
- Telesforo Bravo Expósito
- José Rodríguez Alvarez
Y en especial a don Leoncio Ramos Mascareño, sin cuya valiosa
información este estudio no hubiera sido posible.
Aguere 23-10-1995
59
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017