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LOS CHOCHOS, SU INTERVENCIÓN EN EL AGROSISTEMA TRADICIONAL DE LOS RODEOS (TENERIFE) Antonio C. Perdomo Molina © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 INTRODUCCIÓN El agricultor canario, como el de otras zonas, mediante el sencillo y útil método de aproximaciones sucesivas, ha ido dotándose de un cuerpo teórico y práctico que le permite aprovechar de una manera óptima las condiciones naturales de su entorno y asegurar así su subsistencia. La transrnisión de estos saberes se hace de padres a hijos de manera oral. La ruptura de la cadena sucesoria, debido a que los hijos no continúan ligados al sector agrario, provoca una pérdida irreparable de conocimientos no escritos. No dar a esos conocimientos el valor que tienen supone negar el valor de muchas vidas e historias, demasiadas como para dejarlas caer en el olvido sin esforzarnos en su rescate. No descubrimos nada nuevo si afirmarnos que las fuentes orales son importantísimas para sondear el funcionamiento de los sistemas agrarios tradicionales, corno dice Manuel J. Lorenzo Perera: " ... cada anciano que fallece es un libro, un baúl repleto de múltiples experiencias" 1 • Aún pareciéndonos hoy obvia esta máxima, no sucedía lo mismo en décadas no muy lejanas. Hemos partido de esos saberes no escritos para estudiar el funcionamiento del agrosistema ele Los Rodeos . La complejidad de este aparentemente sencillo agrosisterna nos lleva a que el presente trabajo no pueda considerarse más que una aproximación al mismo. Nos parecía que para abordar el tema con rigor, necesitábamos sobre todo tiempo, ya sea para recabar la información como para investigar las múltiples conexiones y ramificaciones que tiene. Aún así, después de dos años ele estudio y varios de conocimiento ele sus protagonistas por nuestra profesión de extensionistas, podemos, y debemos, tener una visión de conjunto del funcionamiento del agrosistema. Desde esta visión global hemos preferido incidir, por el momento, en un factor característico que por sí mismo indica el carácter de este agrosistema; nos referimos al chocho (altramuz= Lupinus sp.). El chocho ha sido cultivado en el mundo como legumbre para grano desde hace más de tres mil años. Su utilización secular se basa en la adaptación de este vegetal para crecer en suelos pobres y apenas cultivados, en su utilidad para mejorar el suelo y en el alto contenido en proteína y aceite, cuestiones que abordaremos más adelante con mayor detalle. Hoy se conocen más de mil quinientas especies, cuya morfología y composición química varía según las condiciones del medio en que habitan. 1 LORENZO PERERA, M .J.: 1988, p. 12. 116 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Planta del chocho (Lupinus a/bus) No queremos comenzar este trabajo sin advertir que nunca se puede abordar un agrosistema desde la óptica de una especie o una técnica aislada. Todo agrosistema implica una multiplicidad, que es la que confiere al mismo la capacidad de perdurar en el tiempo manteniéndose en equilibrio con el medio. Por lo tanto, el artículo que presentamos ha de ser tomado como la profundización en las técnicas y manejos tradicionales que se desarrollaban con una de las especies que forma parte de un agrosistema más amplio y complejo, en el cual, sin lugar a dudas, el chocho tenia un papel de cierta importancia, pero que, aislado de la papa, el cereal, el ganado, los intercambios de semilla, la mano de obra, la estructura de la propiedad, el parcelario en suertes 2 , las rotaciones de cultivos, etc., no tiene más sentido que profundizar en un aspecto del múltiple agrosistema de Los Rodeos. 2 La suerte era la unidad básica de parcela, equivalía a unas ocho fanegadas, (unas cuatro hectáreas aproximadamente). 117 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 La presencia del chocho en el agrosisterna citado indica que éste presenta un marcado carácter ganadero; su propio nombre es buena prueba de ello. Corno señala Leoncio Afonso Pérez 3, el término Rodeo tiene su origen en los espacios destinados al pastoreo comunal del vacuno, al igual que las Dehesas eran los terrenos comunales del ganado menor. La ganadería forma parte de la mayoría de los agrosisternas; su presencia ayuda a completar los circuitos de energía y proporciona a los agricultores fuerza de trabajo y proteínas. En Los Rodeos, el peso de la ganadería es muy importante; y esta circunstancia es aún más clara en los restos de aquel agrosistema que perduran hoy. No sería exagerado decir que nos encontramos ante uno de los principales agrosistemas ganaderos de las Islas Canarias. Podríamos preguntarnos el porqué de estudiar un agrosistema tradicional , si a pesar de los adelantos de la técnica es posible que aprendamos algo de esos saberes de nuestros antepasados. La respuesta que Altieri 4 da a estas cuestiones es plenamente aplicable al caso: de los agrosistemas tradicionales obtenernos la información necesaria para desarrollar un tipo de estrategias agrícolas que son más apropiadas y sensibles con los problemas agroecológicos y socioeconómicos con que nos enfrentamos hoy. Es más, con los principios ecológicos que podemos extraer de su estudio podernos construir agrosisternas actuales sustentables, en un momento en que para la agricultura de los países industrializados esta característica se ha convertido en primordial, ya que las condiciones medioambientales, sociales y económicas han obligado a variar los objetivos desde la productividad hacia la sustentabilidad. Se tiende, en palabras del propio Altieri, hacia una agricultura que sea: " ... eficiente en el uso de la energía, económicamente viable y socialmente aceptable" 5 . Sirva pues este artículo corno una aportación más hacia el objetivo de lograr la alfabetización ecológica 6 que tan necesaria se hace para nuestras gentes: ' AFONSO PÉREZ, L.: 1997. 4 ALTIERI, M.A.: 1991. 5 ALTIERI, M.A.: 1983, p. 159. 6 Por utili zar un término usado por Federico Aguilera Klink y otros (1994) que creemos define perfectamente la necesidad de una toma de conciencia del deterioro ambiental. 11 8 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 ,' ..•. /TI~(; 11 i-:s·1·i? ..:y .::·.·. .:·:{',:.•.:.·:.••..'\ .•.• .". 'i':: :) i:.:t.·",,," :::+:::: ( \·\·:,• f;:;:;:;::{I Zonn de l,os l{ o dl·o ~; SANTA C lillr DI·: ~---~--~l .) k111. Plano de situación del agrosistema de Los Rodeos 119 f N © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 " .. .pero es que hoy el niíio no sabe nada, porque el 11iíio va a La escuela, de La escuela vielle a La casa, y de La casa va a La escuela, ¡no sabe nada! ¡Que sé yo!, no sabe sufrir, ¡¡; sabe hacer nada" 7 . CARACTERÍSTICAS GEOGRÁFICAS DE LA COMARCA La zona de Los Rodeos es comparti da por tres términos munic ipal es: La Laguna, Tacoronte y El Rosario, aunque la mayor superfi cie le corresponde al primero de e llos (véase e l mapa l ). Se s itú a en las proximidades de la c iud ad ele San Cristóbal de La Laguna, en una ele las zonas más ll anas ele la is la de Tenerife. Esta característi ca topográfica fue una ele Jas princ ipales razones que llevaron al emplazami ento del aeropuerto que lleva e l nombre ele la comarca . La ubicación de esta infraestructura seccionó en dos lo que hasta la fecha era un agros istema continuo. Los límites del espacio estudiado, como los de muchos otros fenómenos territoriales, son difíc iles de trazar puesto que en muchos casos lo que predomina es la degradación de unas pautas terri tori ales concretas. Dos límites son más o menos c laros: al oeste y al norte. Hac ia el munic ipio ele Tacoronte (eJ oeste) el límite coinc idiría con e l Barranco ele Las Laj as. Al norte el límite se situaría en la di visoria ele aguas hac ia e l Valle del Portezue lo y la a lineación montañosa de La Atalaya, La Bandera y la Mesa Mota, luego se prolongaría por La Vega Lagunera hasta las estribac iones de l mac izo anti guo ele Anaga en Las Mercedes. Al este y a l norte los límites son más imprecisos, desd ibujándose progres ivamente las características di stinti vas de la agrocomarca. A medida que descendemos hacia el este los vientos catabát icos con calentamie nto adiabático se aceleran por gravedad difi cultando los culti vos de una manera progres iva, por lo cual paulatinamente observamos un cambio en e l paisaje agrario. Hac ia el sur es el incremento de la humedad con e l aumento ele a ltitud e l que hace que el cereal ceda su lugar a la papa; este cambio es también progres ivo según ascendemos hac ia La Esperanza 8 . La importancia del medio humano en la confi gurac ión del espac io de Los Rodeos se relaciona con su temprano pobl ami ento por parte de los europeos, de manera que, para la isla de Tenerifo, nos encontramos ante uno de los territorios donde la acc ión transformadora de los nuevos pobl adores se ha 7 César Pancho Rodríguez. IY- 1995. x Anle la necesidad ele trazar una línea d iviso ria hemos e legido por el este el Camino ele San Francisco de Paul a que une La Laguna con Llano del Moro y por el sur con e l Barra nco de Marrero y las estribaciones ele la !Vlontafía de El Roqu ill o. 120 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 dejado sentir por más ti empo, y donde muchas de sus estructuras espac ia les, como por ejemplo la forma y dimens iones de las suerres, responden a los factores humanos tanto como a los fís icos . La conquista y colonización de l territorio in sular supuso desde tempranas fechas el reparto de los medi os de producc ión, ti e rras y aguas, entre qui enes participaron en la mi sma. Este hecho supuso, como ha expresado Macías Hernández, " ... la implantación de una diferenre menruli.dod y organización económica, social y polílica, una nueva .formación socia l, en oposición. a lo indígena" 9 ; esta nueva organización implicaba sin lu gar a dudas una di stinta organización de l territori o. Las tierras, en las is las de real engo, eran propi edad de la Corona, de !a Iglesia y de las instituciones re li giosas, del Munic ipio y de los propi etarios particulares. Las ti erras de propiedad común recibían el nombre ele tierras ele propios; perte necían al Concejo o Cabildo de la Is la y se arrend aban a los agricultores para la obtención de mate rias primas o para apacentar e l ganado . Por las propicias características agroclirnáticas y agroecla fol ógicas ele los suelos próximos a La Laguna, as í como su proximidad al prin cipal núc leo de población de la Is la, las tierras ele Los Rodeos, que en su mayoría tenían carácter concejil, serían prontamente roturadas por distintos motivos. Desde e l punto ele vi sta económico, con el objeto de que los Concejos pudi esen aumentar las rentas percibidas y acometer las obras necesarias para consolidar la conqui sta ; y en segundo lugar por la propia demanda interna de alimentos, fruto del aumento demográfico. Desde el punto de vista soc ial , por e l inte rés que las clases dominantes tenían en ex plotar las suerres de propios. Así, en julio de 1521 , el Adelantado aprueba la roturación de la dehesa a pesar de la oposición ele los ganaderos. Sus protes tas se harían sentir especialmente cuando las roturaciones llegan hasta aquel las zonas de pasto de ganado menor: los ba ldíos, de donde tornará e l topónimo actual el núc leo ele población del mi smo nombre. La roturación no se co mpl e ta ría hasta e l siglo XVII. En 1769, las suertes de propios verán modificadas su status jurídico ele la mano de la aplicación en las Is las de las ideas ilu stradas. Con el obj eto ele ver incrementadas las inversiones ele capital en la agricultura, aumentar la productividad y permitir e l acceso a la propi edad ele la tierra a los jorn aleros agríco las, procedieron a la di stribuci ón de las tie rra s, aunque en el repartimiento ele La Laguna sus objetivos fracasan por el e levado canon a pagar por las fi ncas y el interés ele las clases propietarias y artesanas por hacerse con el control de la 9 MACÍAS 1-IERNÁNDEZ, A.M.: 1978, p. 16. 121 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 tierra. Al final, los pequeños colonos sin capital inicial acabarán por abandonar las suertes recibidas. En este reparto es donde se consolida el parcelario que ha trascendido hasta la actualidad. La limitación que tenía la propiedad privada con respecto a ciertas actividades comunales, como por ejemplo el pastoreo, no son otra cosa que herencias del modo de producción feudal. A causa de esta limitación los grandes propietarios de tierras de pan sembrar se ven obligados a reservar para su ganado tan sólo la rastrojera de una suerte de cuatro fanegadas, de manera que en el resto de sus tierras podía entrar el ganado para aprovechar la rastrojera como si de un pasto comunal se tratase. Las dimensiones de la suerte que podía reservarse el propietario sin limitaciones se duplicaría más adelante (1621) hasta alcanzar la cifra de ocho fanegadas. Pues bien, cuando se reparten las tierras concejiles próximas a La Laguna, se procede al amojonamiento de los predios, dimensionándose los lotes en ocho fanegadas, de manera que los arrendatarios de las suertes concejiles podían disfrutar en exclusividad de las rastrojeras de sus tierras. Estas suertes de ocho fanegadas son las que organizan el espacio productivo de Los Rodeos hoy en día. La población de Los Rodeos, incluyendo los habitantes del núcleo disperso conocido por Rodeo Alto y el Ortigal Bajo era, según el nomenclátor de 1991, de 2.923 habitantes de hecho y 2.70 I habitantes de derecho, con un total de 889 viviendas. En general toda la periferia de La Laguna ha aumentado en número de habitantes, pero esta zona ha visto duplicar su población en los últimos decenios 10 • La urbanización que ha acompañado al crecimiento poblacional ha venido especialmente de la mano de la autoconstrucción, originada por el bajo poder adquisitivo de la población y su también bajo nivel cultural. Sin embargo, en otras zonas, como las proximidades del Camino GuiUén, en el término municipal de El Rosario, han aparecido en los últimos años un buen número de construcciones pertenecientes a clases acomodadas, que responden a segundas residencias o residencias permanentes de alto nivel. La población de la zona que mantiene la actividad agrícola como la principal ha disminuido hasta quedar reducida a un número testimonial de agricultores. Las jubilaciones han reducido el número de activos agrarios drásticamente y la población activa presente en la comarca mantiene su 10 Es difícil cuantificar cuál es la magnitud exacta del aumento pues.to que los nomenclátores varían de uno a otro las entidades en que agrupan la población de la agrocomarca. Así, en los nomenclátores de 1960, 1970, 1981 aparcería englobado dentro de la enticlacl Guamasa-El Ortigal e incluso dentro ele Resto del Municipio. 122 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 actividad principal en otros sectores, conservando la agricultura de secano como una ocupación a tiempo parcial 11 . En cuanto al medio físico, habría que destacar la variación local de la dirección de los vientos que para esta zona presentan dirección noroestesureste, debido a la modificación que sufren los Alisios al canalizarse por la depresión que se forma entre el Macizo de Anaga y la Dorsal de La Esperanza. Ellos son los responsables del aporte casi constante de humedad a la comarca. El total de precipitaciones está próximo a los 650 mm. La distribución de estas precipitaciones a lo largo del año varía estacionalmente; la estación más lluviosa es el invierno (concentra el 43 % de las preci_p.i taciones del año), le siguen el otoño y la primavera (30 % y 23 % respectivamente), mientras que las precipitaciones caídas en verano son muy reducidas ( 4 % ) . La media anual de días con precipitación es de 105 días y la humedad relativa media es del 75 %. La nieblas son frecuentes y están originadas por la capa de estratocúmulos que penetra por la depresión antes señalada, este fenómeno incrementa considerablemente las disponibilidades de agua de los cultivos. Las temperaturas medias mensuales máximas y mínimas, se alcanzan en los meses de agosto y febrero, y son de 24, l º C y 9,3 ºC respectivamente. La media anual de 15,8 ºC es poco indicativa de la realidad termométrica puesto que se incluyen temperaturas muy altas cuando hay invasiones de aire sahariano y muy bajas con las invasiones de aire polar marítimo 12 • Si nos remontamos en la historia geológica de la zona encontraríamos que la actual Vega de La Laguna, hoy una depresión endorreica, era un primitivo valle. Siguiendo la reconstrucción que González de Vallejo 13 ha hecho de su morfología, este primitivo valle presentaría unas vertientes que mantendrían la actual asimetría, a saber, la existencia de unas laderas más abruptas, donde se sitúa la Mesa Mota, que las situadas al sureste. El valle estaría formado por un tramo de cabecera de unos 1.000 metros de longitud y de unos 5 grados de pendiente media aproximada, seguido de otro tramo más tendido de 2 grados de pendiente. La cota más baja, o nivel de base del valle, se situaría en torno a los 400 metros de altitud. El valle primitivo presentaría una red de drenaje similar a la actual , si bien González de Vallejo destaca la existencia de una cabecera doble que vendría a confluir en un único barranco situado hacia la mitad del citado valle, con un eje desplazado ligeramente hacia la ladera de la Mesa Mota. 11 GARCÍA LÓPEZ, M.J .: 1990, p. 29 y ss. 12 Datos del T.N.M. de la estación de Los Rodeos para el periodo 1944-1993. 13 GONZÁLEZ DE VALLEJO, L.: l 979, pp. 87 y ss. 123 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Entre el Plioceno y el Ple istoceno una intensa actividad volcánica originó numerosos centros ele emis ión que se sitúan al sur y oeste. Las coladas emitidas re llenaron parci almente e l val le, en un proceso no in stantáneo sino dilatado en el tiempo. Las coladas de cierre llegaron a la zona comprend ida entre el Pico Colorado y la Mesa Mota. Cuando se bloqueó e l drenaje natural de l paleova lle de La Laguna se formó un llano endorre ico, adaptándose el dre naje a la nueva situación . Los depósitos sedime ntarios están formados por arcillas limosas de espesor comprendido e ntre los 5 y los 30 me tros de potencia, pudiendo alcanzarse en algunos puntos los 70 me tros de espesor. La baja permeabilidad ele estos depósitos fue la responsable de la formación de la laguna que dio nombre a la ciudad. Ésta se s ituaba, según varios hi storiadores, al norte del casco urbano, al pie de las Laderas ele San Diego, ocupando una superficie de unas 30 hectáreas, hasta que en 1838 la Comandancia de Ingenieros acometió el desecado de la misma. Los suelos actuales de la zona son muy evolucionados y profundos, con una capacidad media para retener agua. La permeabilidad en superficie es baja y muy baja en las capas más profundas. Del análi sis químico de los mi smos podemos observar que se trata de un suelo con bastantes de ficien cias en todos los nutrientes. Es lógico obtener estos resultados si pensamos que se trata ele un suelo de una zona muy lluviosa y por tanto en continua degradación, donde la pérdida de nutrie ntes por la vado es muy importante; lo mismo debe suceder con el porcentaje ele arci ll as. Se trata ele suelos bastante ácidos, lo cual es cohe re nte con lo antes expuesto. E l chocho gusta de este tipo de suelos, por ello es la mejor leguminosa que se adapta a las caracte rísticas de la zona. Es más, suelos con altos contenidos ele col provocan en las plantas amaril leamie ntos (clorosis calcárea) y dificultades en el crecimiento. El conten ido de fósforo de estos sue los es bajo mientras que e l de materia orgánica es bastante e levado. E l que di spongamos ele una alta cant idad de materia orgánica, pero e levadas pérdidas de nutri e ntes por lavado, nos indica que el efecto be nefi cioso ele la materia orgánica no es del tocio aprovechable. EL PAPEL DEL CHOCHO EN EL AGROSISTEMA DE LOS RODEOS E l chocho es una planta he rbácea, anual, ele hojas palmeadas con 6 ú 8 foliolos e inflorescenc ias terminales de gran tamaiío. Las plantas jóvenes desarrollan un potente conjunto de raíces, ele las cu ales las princ ipales son muy 124 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 robustas y capaces de explorar capas profundas de l terreno. E l cultivado en Canarias es el chocho blanco (Lupinus albus). Tradicionalmente el chocho ha tenido una triple funcionalidad en el agrosistema de Los Rodeos: - Usos ganaderos. - Abonado en verde. - Alimentación humana. Debemos añadir que, de manera marginal, el chQcho intervenía en otras actividades tradicionales, por ejemplo la ceniza de la Leíia de chochos era considerada excelente en la cocción que recibían las 111.asarocas de lino hilado. De las principales funciones antes señaladas las dos primeras han primado sobre la tercera, aunque cuando el sustento era difícil de conseguir la importancia relativa del chocho como alimento de las personas se incrementó: " , [ . / / . ¡· f " 14 .. . ast que a vu;a c.c antes era1oc.1c.a . Por su gran potencial como fuente de proteínas, las leguminosas siempre han estado presentes en la dieta de la humanidad 15 . El cultivo de las leguminosas es uno de los más antiguos, junto con los cereales, de Canarias. En Tenerife los estudios arqueológicos han documentado suficientemente que los aborígenes cultivaban leguminosas, en especial una especie ele haba que denominaban "hacichcy" ic,_ En otros agrosistemas ele Canarias las leguminosas han tenido siempre un papel importante como proporcionacloras ele proteínas difíciles ele conseguir por otros medios. Este aspecto ha siclo recogido para otros agrosistemas por Fernando Sabaté Bel 17 y Federico Aguilera Klink 18 . En el de Los Rodeos este objetivo nunca fue el más importante, a pesar del alto contenido en proteína que presenta el chocho (del 30 al 50 %), que es ele los más elevados entre las leguminosas, tan sólo superado por la soja. 14 Con esta frase acababa y resumía la entrevista D. Teles foro Rodríguez Pérez. X- 1995. 15 Se celebra cada dos años una Conferencia Internacional del Chocho y sorprende el elevado número de comunicaciones que recogen distintos usos en alimentación humana de los chochos, desde los tradicionales a aperiti vos salados, chocolateados, secos, en mermeladas, etc. 11 ' DEL ARCO AGUJLAR, M.C.: 1996, p. 92. 17 SABATÉ BEL, F.: 1993, pp. 133: y 1994, p. 109. ix AGUILERA KLINK,, F. y otros: 1994, p. 237. 125 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Detalle de la planta de chocho Aún así, el uso que el agricultor hacía del chocho como alimento ha sido recogido por los trabajos de varios investigadores. Citar entre otros a Antonio Álvarez Alonso 19 ; a Leoncio Afonso Pérez 20 que nos indica su consumo mezclado con otros granos para hacer gofio: " ... la situación del campesino era extremadamente pobre (..). Incluso se ve obligado a mezclar con los cereales otras semillas: cosco, legumbres, altramuz o chocho, este último se tostaba igual que el cereal y luego se ponía de remojo para que perdiera su amargor y una vez seco se mezclaba con el resto de semillas o granos [subrayado nuestro]"; o a Manuel J. Lorenzo Perera 21 que también lo cita como grano con el cual se elaboraba el gofio entre otras semillas (garbanzos, cebadilla, balango, raíces de helecho, barrilla, ... ). 19 ' ALVAREZALONSO, A.: 1976, p. 179. 20 AFONSO PE' REZ, L.: 1984, p. 200. 21 LORENZO PERERA, M.J.: 1988, p. 29. 126 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Las leguminosas y los cereales ya eran cultivados por las poblaciones aborígenes En el agrosistema estudiado las funciones más importantes son las de abono verde y en los usos ganaderos. Como parte de la alimentación humana su importancia es menor, ya que se disponía de otra fuente de proteínas más próxima: el ganado ( en su doble funcionalidad de carne y leche), esto a pesar de que el vacuno no solía sacrificarse por ser la única fuerza de tracción de la cual se disponía en las explotaciones agrarias para trabajar las tierras, así como para conseguir abono (estiércol). Además de esta fuente proteica, la comarca presenta unas favorables condiciones tanto de suelos, como de clima y de parcelas amplias y llanas, para el cultivo de los cereales; éstos eran abundantes y formaban la base de la alimentación humana en forma del tradicional gofio22 . La función de alimento del ganado ha sido tocada también por varios autores: Antonio Álvarez Alonso 23 , Leoncio Afonso Pérez 24 , Mª Jesús García 22 No olvidar que el gofio era el alimento básico de la población y no el pan: "Se amasaba por los Carnavales y por las Navidades, pare usted de contar, y por la Semana Santa, por las fiestas del Cristo ... , nada, no había más pan que ése, de resto nada( .. ), el pan se lo comían los ricos na más ". Telesforo Rodríguez Pérez. X-1995. 23 ÁLVAREZ ALONSO, A: 1976. ?4 ' - AFONSO PEREZ, L.: 1984, p. 206. 127 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 López 25 . Pero son pocos 26 los que desarrollan una de las razones por la cual los chochos eran, y son, tan estimados para el ganadero. Nos referimos al uso de la Leña del chocho como cama del ganado. Las condici ones óptimas de la planta una vez seca y preparada y la relativa dificultad de obtener otros materiales como cama de animales, la hacían muy apetecida por los agricultores, máxime teniendo en cuenta las condiciones propicias para su cultivo en la zona. El amargor de los chochos impide el aprovechamiento en verde ele los mismos; tan sólo las ovejas los pueden aprovechar en épocas en que falten otros pastos. Esta característica se debe al alto contenido ele alcaloides ele la pl anta, que puede provocar una enfermedad caracteri zada por la aparic ión ele di arreas y trastornos en el hígado. Al ganado se le daba la semilla corno alimento una vez endulzado, bien previamente guisado o tostado (desarrollaremos más adelante estos tratamientos). El chocho consumido por los animales es considerado como un alimento especialmente indicado por su a lto ni vel energético cuando desarrollaban una labor fuerte (arar principalmente), lo que e n términos populares se explicaba como que el animal aguantaba más. El uso de los chochos, en especial los dulces, en la dieta de lo s animales se ha usado en cerdos, aves, corderos y terneros, recomendándose cantidades semejantes a las de otras leguminosas, es decir, no superiores al 10-15 % de la formulac ión ele los piensos. Otro uso fund amental del chocho es su empleo como abono verde, lo que se conoce como plantarlo para monte. Usar la planta como abono ve rde quiere decir no permitir que complete su cic lo normal ele culti vo, s ino incorporarla al terreno con el objeto ele mejorar sus condiciones. La importa nc ia del chocho como abono verde aparece ya a fin ales del sig lo XVIII, en las Estadísticas ele las Islas Canarias 1793-1 806 ele Francisco Escolar y Serrano, donde se di ce: "... las tierras destinadas a papas se abonan con estiércol, y las de trigo y maíz se plantan de chochos y habas, para ser enterrados como abono" 27 . Más tarde, en el siglo XIX, el Diccionario Geográfico-EstadísticoHistórico de España y sus posesiones de ultramar ele Pascual Madoz , reseña: 25 GARCÍA LÓPEZ, MJ.: 1985, p. 184. 26 Esta fun ción es recogida para la zona ele Tcguestc por M. Hernánclez y otros: 1994, p. 87. 27 HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, G.: 1983, p. 10 1. 128 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 "El terreno de que hemos hablado, dedícase por lo común, al cultivo de cereales una gran porción, y casi exclusivamente el que se conoce con el nombre de los Rodeos, donde se alterna dejando holgada una parte de cada propiedad, que cada segundo año se siembra de altramuces ó h a b as para b ene1,.rz, ci. ar l a tz.e rra ,, 28. La propiedad que presentan sus raíces para vivir ,en simbiosis con las bacterias del género Rhizobium es la causa del efecto beneficioso que las leguminosas producen en los terrenos donde son cultivadas. Mediante este proceso simbiótico las leguminosas pueden fijar el nitrógeno de la atmósfera, siendo éste uno de los nutrientes fundamentales de los vegetales 29 . Las raíces de las plantas aparecen con unos granos que serían los nódulos de la bacteria. En suelos que no sean ácidos estos granos no aparecen. Raíz y nódulos fijadores de nitrógeno 28 MADOZ, P. : 1845, p. 134. 29 La importancia de la fijación biológica del nitrógeno es tal que ha sido evaluada por J. J. Drevon (1995) en 175 millones de toneladas métricas de nitrógeno al año, mientras que los procesos industriales tan sólo alcanzan la cifra de 40 millones de toneladas. 129 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 El chocho es una de las mejores plantas que se destinan a abono verde. De las cuatro características que Diehl y Mateo Box 30 recogen en su obra clásica de la fitotecnia, el chocho las cumple todas, es decir, es capaz de producir mucha vegetación; crece bastante rápido; tiene una raíz potente y su cultivo es sencillo y barato. La tradicional incorporación del abono verde a l terreno, que ha venido realizando el agricultor ele la comarca, ha siclo contrastada mediante una interesante línea de in vesti gación, seguida por la Escuela Universitaria ele Ingeniería Técnica Agrícola ele La Laguna 31 , que ha venido a evaluar cuáles son los benefi cios que un abonado en verde (entre cuyas variantes se incluían los chochos) ti ene para el sue lo y para un cultivo posterior a base de papas. Del trabajo de varios años se ha concluido que usando e l abono verde se obtiene un rendimiento inferi or al abonado a base de abonos químicos y estiércol, pero superior al terreno en que no se hace nin guna operación ni de abonado químico ni de incorporación de abonos verdes. En una de las experiencias la mezcla chocho/cebada obtuvo un rendimi ento en papas significativamente igual al obtenido con un abonado tradicional a base de est iérco l y fertilizantes minerales. Por otro lado la calidad de las papas es mejor si se realiza un abonado verde previo. En resumen, el campesino conocía a la perfección el efecto beneficioso que aportaba enterrar el monte para regenerar los terrenos de manera natural y evitar con su agotamiento la consecuente disminu c ión de la producción . Este método de abonado venía sie ndo ut ilizado tradi cionalmente y se ha ido abandonando con la introducci ón de los abonos químicos de una manera paulatina. Vemos, pues, cómo el chocho se imbrica en todo e l agrosi stema que se desarrollaba en Los Rodeos como una pieza fundamental del mismo. El papel benefi c ioso ele la introducción de una leguminosa en la rotación con e l cereal, tal y como se hace en Los Rodeos, ha siclo estudiada para otras zo nas 32 y puede resumirse en: aumento de l rendimiento del cultivo ele cereal siguiente debido al aporte ele nitrógeno que Ja leguminosa proporciona al cereal; la humedad en eJ terreno después del cultivo de la leguminosa es alta y 311 DIEHL. R. y J. M. MATEO BOX: 1978, p. 49 1. 31 Véanse los trabajos fin el e carrera inéditos ele Norberto Díaz Suarez ( 1990), Maricla Pérez Barrera ( 1992) y Ezequiel Rolclán 1-lerrnínclcz °( 1994). 32 Véase Erik Von Baer ( 1990); Luis López Be llido ( 1988), pp. 10 passim.; y J. Dcnarie y otros ( 1995), que c ifra el apone ele nitróge no ele un culti vo ele chochos entre 100-200 Kg/ha. Para situarnos en su importancia decir que 1·epresentaría la misma canticlacl ele nitrógeno que si aportásemos e ntre 500 y 1.000 Kg ele un abono como el su! fato amón ico; y la misma can ti ciad o el doble ele nitrógeno que reque riría un cultivo ele trigo para una producción media de 3.000 Kg/ha. 130 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 no muy inferior a la que se obtendría después de un barbecho; se rompe el ciclo de las enfermedades del cereal con el cultivo de leguminosas y por lo tanto las plagas y enfermedades tienen una menor incidencia. La disminución progresiva de superficie cultivada de chochos se ha debido fundamentalmente a dos razones: por un lado la disminución de la cabaña ganadera y por otro el tratarse de un cultivo que obliga a un manejo laborioso (véase el esquema 1). El chocho en Los Rodeos entra en la rotación con el cereal La disminución en el número de cabezas de ganado de la comarca ha sido espectacular: de unos siete mil animales aproximadamente que existían en los años cincuenta llegamos a mil quinientas setenta y ocho cabezas en 1990. Esta tendencia decreciente se ha detenido en los últimos años, entre otras razones, por una clara respuesta organizativa desde el propio sector, que ha hecho que el censo alcance para el año 1995 las cinco mil quinientas cincuenta cabezas 33 . La razón principal del descenso progresivo de la cabaña bovina de la comarca, y de toda Canarias, aparte de alguna circunstancia colateral -como fue 33 Datos aportados por la Cooperativa La Candelaria y la Asociación de Ganaderos de Tenerife (1995). 131 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 la construcción del Aeropuerto de Los Rodeos que seccionó el agrosistema establecido en dos subzonas-, la hemos de buscar en la fuerte presión del sector importador. Su influencia impidió la ap licación de medidas protectoras para las producciones locales recogidas en la Ley de Régimen Fiscal del Archipi é lago y abrió nuestros mercados de carne y lec he a una competenc ia en precios con productos no só lo primados a la exportación, sino que además son producidos a menores costes por disponer ele condiciones ecológicas más favorables para la producción ele estos productos que las nuestras. La laboriosidad del culti vo del choc ho se debe a dos factores. A uno ya nos hemos referido : el amargor; y el segu ndo sería la dehi scencia del fruto , es decir, las vainas que contienen las semi llas sueltan fác ilmente su contenido al menor roce, lo que obligaba a la recolección manual nocturn a, a la cual nos referiremos más adelante. Este segundo aspecto ha s ido solventado con e l uso de máquinas cosechadoras. Estos dos factores negativos de la especie, amargor y dehi scencia, han obligado a la introducc ión en otras zonas ele toda una serie de variedades seleccionadas por no presentar estas característi cas. Se trataría de los chochos dulces. Los intentos de introducción de una variedad dulce, L. a/bus cv Multolupa, cuyos frutos y planta pueden ser consumidos directamente por los animales, no han tenido éxito hasta el momento debido a la facilidad con que se producen hibridaciones con los amargos, de manera que la s iguiente generac ión no guarda ya la característica ele ser dulce. La superficie cultivada ele chochos en la comarca permanece estabilizada en torno a las 20 has. durante los últimos años 34 . La razón de que no haya desaparecido del tocio se debe a la mejora de las labores de recolección ya mencionadas y a la posibiliclacl de obtener un relativo buen precio por la producción. Existen en Tenerife dos empresas dedicadas al endulzado industri al de los chochos, las cuales pagaron la cosecha de 1995 a un precio de 100- 150 ptas./Kg. Estos precios condicionan el aband ono del uso como forraje animal, puesto que resu lta más rentab le al agricultor su venta para obtener ingresos que le permitan comprar otros forrajes de menor precio y que son más apetec idos por los animales, en especial por las razas seleccionadas introducidas. 34 Datos de la Consejería ele Agricultura y Alimentación para 1992/93 . 132 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Esquema J.- DESCENSO DE LA SUPERFICIE CULTIVADA DE CHOCHOS / DISMI~UCIÓN DE LA CABANA GANADERA CULTIVO CULTIVO Y RECOLECCIÓN FALTA DE PROTECCIÓN AMARGOR DEHISCENCIA Tradicionalmente el chocho entra en a lternancia con el cereal, de manera que el terreno se dividía en dos hojas: una se plantaba de trigo fundamentalmente y la otra de chochos, rotando al año siguiente: " ... en un terreno echabas trigo, pal otro wzo le ponías chochos, y después en los chochos ibas y le sembrabas trigo" ·15 . "La suerte, con ocho fanegadas, la mitad va de trigo y la mitad va de ... , de chochos en El Rodeo, y aquí [en El Rincón] va de legume 36 , de yerba paforraje" 37 . Los chochos se siembran a finales de octubre, sembrándolos a voleo, es decir, regándolos de manera manual por el terreno. Si el chocho se iba a destinar a abonado verde la s iembra era más densa que en los cultivos destinados a obtener el grano. Esta s iembra se hace aunque no haya llovido, lo que se llama siembra en seco. Si observamos la distribución anual de las lluvias expuesta en la caracterización climática de este espacio, observamos cómo las fechas de siembra se adaptan -no podría ser de otro modo- a las precipitaciones invernales puesto que éstas son las más importantes. En octubre las precipi- 35 César Pancho Rodríguez. lY-1995. 36 Legume: Voz portuguesa. legumbre en castellano. En Canarias se refiere a leguminosas tales como las habas, los chícharos. los chochos, etc. 37 Telesforo Rodríguez Pérez. X- 1995. 133 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 tac iones med ias mensua les son aún infe ri ores a los lOO mm al mes, mie ntras que durante los siguie ntes meses ,hasta febrero supe ran esa cifra ' º. La semi lla de chochos no admite tanto tiempo de conservac ión como la de cereal, aunque puede conservarse varios años s iempre que se mantenga en un lugar seco y separada del frío suelo; lo mej or, aún as í, es que: "no tiene que d . l " ' 9 D , d b d d , / / 40 ornur en e granero · . espues e sern ra o se proce ta a ac wc wr , que consistía en una labor rea li zada con el arado tirado por las vacas, dando una arada larga; con esta labor se pretend ía que la semi lla quedase bien e nte rrada, ya que de quedar descubierta las plantitas recié n nac idas se secaban ráp idamente. La fase de culti vo de los c hochos es cons ideracla/acil, apenas se reali zan más labores que el achochar y arrancar la hi e rba. La fase e ngorrosa del mismo comienza con la recolección y prepa rac ión para el consumo. Se recogían en el mes ele agosto. La labor ele reco lección consistía en arrancar manualmente las plantas; esta labor te nía mayor o menor dificultad según los chochos crec ieran en las llamadas tierras en polvo o tierras de barro, diferenciadas por la textura y la res istenc ia al laboreo: "La tierra de barro es más gruesa, (. .. ) la tierra en polvo la agarra usted en el verano, la hace así [coge como un puñado de ti e rra] y por aquí [e ntre los dedos], se cuela tando seco, y la tierra de barro no". "La tierra en polvo se entierra más (. .. ) desde que cuelgue un poco, si es pareja no, o es llana, pero si es un poco que tal, eso se vira a patinar, eso es polvillo pu ro. (. .. ) [Pero] la de barro twnbién es más fuerte, cuesta más. Hombre ... doble" 41 • Si el chocho crecía en ti e rra ele barro era muy costoso ele arranca r, partiéndose con facilidad al desarrollar tres o más raíces, mie ntras que en tie rras sueltas só lo tenía una raíz princ ipal y e ra re lat ivamente fác il de arrancar tirando. En cualquier caso era impresc indible que se realizara ele noche, buscando el momento ele mayor ji·escor, pues po r la dehiscencia del fruto era .ix Datos del INM correspondi entes a la estac ión meteoro lógica ele Los Rodeos. 39 César Pancho Rodríguez. IV-1995. 40 Al ser recogido en nuestras entrevista~ en relacicín a la siembra, hemos preferido respetar ese criteri o, aunque en algún caso hemos encontrado el término aclwclwr referido al proceso ele enterrar el cu lti vo en verde. Jaime Gil Gonnílez ( 1997), p. 82. 41 Abel Santos Bacall aclo. 1- 1997. 134 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 necesario evitar el calor de l día, para evitar que se estallasen . Esta operac ión nocturna se realizaba en cuadrillas y -la noche aportaba un marco ideal para las historias, bromas y fe stejos, que ali viaban un poco la pesada tarea ele arrancar los chochos. Se trataría ele una más ele las faenas campesinas que se reali zaban ele manera comunitaria, en la cual el trabajo realizado en las tierras de l vecino o amigo era devuelto con la participación ele quien recibía la ayuda en las faenas de los demás. La presencia de espinas en las plantas una vez secas, que son muy molestas y pueden herir al recolector, obli gan a arrancar los chochos agarrando las plantas con la mano al revés, es decir, con el pulgar y e l índice hacia abajo , y colocando el cuerpo de medio lado para evitar e l contacto de la planta con· e l cuerpo o la cara. Al trabajo de llevar las plantas arrancadas a la era se le denominaba acercar chochos, labor que muchos real izaban a cambio del derecho de rebuscar los chochos, es decir, de que el dueño le permitiese juntar los c hochos que habían quedado sobre el terreno. Las eras no eran fijas (aunque también existían en algunos lugares). Lo normal era preparar un trozo de tierra apisonándolo con paja humedec ida 42 o bien simplemente quemando las hierbas y pajas, barriendo y apisonando a continuación la supe rficie. Este trozo podía ser m,1s tarde arado y culti vado sin diferenciarlo del resto del terreno. Más tarde se introdujo también la modalidad ele hacer esta labor sobre un encerado o una lona en vez de preparar una era. Cuando e l que recogía de ajuste los chochos no era el dueño so lía realizar la labor a cambio de una fanega ele chochos pm cada tres que cogía. Existía además la tradición de que en la era quedaba también una fanega; por esta razón era normal que el número de eras se multiplicase a fin de que quien recogía la cosecha obtuviese mayor bene ficio , ya que lafánega de la era la aprovechaba el recolector cerniendo la ti erra ele la era. El siguiente paso era el majado de los chochos, golpeándolos con palos y jorquetas, normalmente de brezo o de acebiño, con forma de y. La faena tenía por función separar los granos de las vainas y de la Leiia. Para hacer bi en e l trabajo era necesario irle ciando vueltas al conju nto de plantas arrancadas. Una vez separados los granos se hacía una parva y se aventaban de manera semejante a la que se actuaba con el trigo, utili zando para esta faena los belgas. Éstos son unos aperos con la forma de un gran tenedor de madera de cuatro o cinco dientes gruesos. Todo este proceso era reali zado por cinco o seis personas: uno cargaba la era, otro sacaba la leña y tres o cuatro se dedicaban a majarlos. 42 En otros lugares a este tipo de eras se le denomina tesón. 135 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Las vainas que contienen los chochos son dehiscentes, es decir, se estallan En caso de que el cultivo se destinase a monte, para enterrar en verde, se actuaba de diferente manera; aparte de sembrar más denso, no se esperaba al mes de agosto, sino que en febrero/marzo se troceaban y se dejaban sobre el terreno; a esta labor se la conocía por dar machete. El machete era el instrumento con el cual se cortaban las plantas verdes y tiernas, aunque había quien empleaba un sable para cortarlas. Por estas fechas es cuando la planta tiene las mejores condiciones para ser enterradas, pues es cuando se encuentra en plena floración en Los Rodeos 43 . Una vez sobre el terreno y cortados en dos o tres pedazos se procedía a arar; esta arada se daba con el llamado arado pa verde opa monte que tenía una curva mayor: " ... mayor desahogo" 44 y con 43 Los estudios realizados sobre el abonado verde indican que es en el momento de la floración cuando la relación carbono/nitrógeno es la óptima para proceder al enterrado de las plantas. 44 Enrique Hemández López. II-1996. 136 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 - "telera de palo " 45 , para que no se cebara y pudiese voltear bien los restos del cultivo. Posteriormente se daría una segunda arada cruzada, es decir, en distinto sentido que la anterior. Debían estar algún tiempo enterrados para que se pudriesen bien, de manera que la descomposición de la materia orgánica no produjese quemaduras en el cultivo posterior. Tampoco es conveniente enterrar demasiado la materia orgánica pues se producirían fermentaciones indeseables en ausencia del aire. Para aprovechar los restos de la planta como cama del ganado se debía esperar al tiempo sur para trabajar la leña de chochos, es decir, cuando la incidencia del aire procedente del continente africano ha~e. que las temperaturas aumenten y la humedad disminuya. En estas condiciones, la leña está totalmente seca y se parte mejor. Esta práctica representa una lectura positiva de una circunstancia, el tiempo sur, que en general es considerada como negativa, pero de la cual el agricultor sabía sacar provecho. El chocho cultivado para monte es troceado y enterrado cuando alcanza la floración 45 Telera de palo: pieza de madera que sujeta el dental a la cama del arado y sirve para graduar la inclinación de la reja y la profundidad de la labor. Abe! Santos Bacallado. 1-1997. 137 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Lo primero que se hacía con la leíia para dejarla preparada para usarla como cama del ganado era tenderla sobre la era. A continuación se pasaba por encima una carreta descargada tirada por vacas, de manera similar a lo que se hace para trillar con el cereal, aunque en aquel caso con trillos, el peso de la carreta y la acción de las ruedas metálicas dejaban a la rama del chocho, que es voluminosa y fuerte en estado natural, machacada de forma ideal para el uso que se pretendía. ENDULZAR LOS CHOCHOS Endulzar los chochos es otra de las labores engorrosas que hay que realizar con los mismos antes de su consumo. Consiste en hacer desaparecer el amargor de las semillas con la finalidad de que puedan ser consumidos por las personas o por los animales. Esta operación se puede realizar ele dos maneras distintas: guisándolos o tostándolos, destinándose éstos últimos a la alimentación animal fundamentalmente. Para endulzar los chochos guisándolos era necesario realizar tres operaciones: hinchar, guisar y la labor de endulzar propiamente dicha. El hinchado consistía en dejarlos en agua durante unos días de manera que las semillas aumentaban de volumen al estar en remojo : " ... media fanega después de jinchado son casi dos fanegas de ch.ochos" 46 . La fase ele guisado se realizaba en bidones donde se colocaban a hervir los chochos en agua. El bidón era calentado mediante la combustión de leña; ésta no siempre era sencilla de obtener y suponía un esfuerzo importante, ya fuera de picardía para sacarla del monte a escondidas o de dinero para obtenerla mediante guías; ele igual manera la ausencia de agua corriente en las casas obligaba al esfuerzo de ir a buscarla. El primer agua del guisado desprende un fuerte olor: "El agua ésa apesta como un diablo " 47 ; en algunos casos llegó a usarse como casero remedio en la lucha contra los parásitos de las personas y los animales: " ... y había quien cogiera la ropa y la metiera dentro de las primeras aguas de los ch.ochos" 48 . El chocho está guisado cuando la cáscara se desprende con facilidad al apretar. Para conseguir que los chochos tuviesen un color rojo-anaranjado característico podía añadirse un puñado de ceniza durante el guisado. Realizada la faena del guisado se procedía a poner los chochos en remojo en agua y sal durante un periodo seis o siete días, durante los cuales era necesario cambiarles el agua periódicamente, siendo éste el proceso que se 46 Telesforo Rodríguez Pérez. X- l 995. 47 Telesforo Rodríguez Pérez. X-1995. 48 Abel Santos Bacall ado. 1-1997. 138 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 conocía por endulzarlos. Esta fase en Los Rodeos se realizaba en las explotaciones agrícolas, mientras que en otros lugares más próximos al litoral era costumbre realizarla en el propio mar 4 '\ es éste un ejemplo más de cómo la cultura campesina tradicional realizaba un aprovechamiento vertical y múltiple de los recursos del territorio. Las dificultades de tran sporte hacían más ventajosa la primera opción aunque ·diese más trabajo. Existía la tradición de intercambiar los chochos con personas de Tej ina y Valle de Guerra, las cuales cambiaban los dulces por amargos en una proporc ión de uno por uno, de manera que el beneficio del endulzado se obtenía del aumento considerable de volumen que sufrían los chochos en el proceso, aum~nto que como hemos indicado puede suponer multiplicar por dos o tres la cantidad inicial. Aún hoy en día son varias las familias que son conocidas con el sobrenombre de los chocheras por haberse dedicado a esta actividad . Cuando los chochos iban a ser endulzados en agua del mar el proceso variaba ligeramente. Se tenían un día de remojo en agua dentro de los bidones donde luego se guisarían sin cambiar el agua. Una vez escurridos en una cesta, y después de enfriarse, se metían en sacos. En ellos eran transportados hasta e l mar donde se procedía a curarlos . Se elegía una zona de costa donde ex istiese una amplia plataforma que quedase descubierta en la bajamar; en e lla cada familia disponía por tradición de una serie de charcos donde endul zar los chochos, siendo respetada esta propiedad por el resto de las familias que se dedicaban a la misma labor. En la costa de Valle de Guerra se utilizaba la Punta de La Romba, un lugar que presenta características apropiadas para esta labor. Los charcos elegidos tenían una profundidad de I a 1,25 metros; se aprovechaban sus cualidades naturales sin acondicionarlos especialmente para esta práctica. En ellos se disponían los sac;os de chochos; para que no flotaran , y las mareas no pudieran arrastrarlos, se colocaba encima de ellos grandes pi edras, procediendo a empedrar con cuidado toda la superficie, completando la obra con callaos pequeños, "tupidito de callados chicos" 50 , hasta lograr una superficie plana que las olas no pudiesen trabajar fácilmente. Transcurridas tres mareas, es decir, a la tercera bajamar, se retiraban las piedras, las cuales eran retiradas de los charcos y depositadas en la playa li stas para su uso posterior 51 • Se procedía entonces a secar los granos en la propia playa y a 49 En Mazo y Breña Baja (La Palma) existen estructuras fijas en el mar de tres o cuatro metros de profundidad, destinadas a este fin. Agustín Rodríguez Fariña ( 1993), pp . . 69 passim. 511 Ramón Acosta Saavedra. IX- 1997. 51 Existen varias diferenci as entre el proceso de e ndulzado de chochos practicado en Valle ele Guerra y el de La Palma. En La Palma los Jugares para curar los chochos se preparan 111,1s 139 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 escogerl os, limpiándolos de restos vegeta les y retirando las se mill as en mal estado. Se vo lvía a lavar con agua salada y en ces tas se procedía a di stri buirl os. Era usual contar con una c li ente la fij a, es pecialme nte las conoc idas ventas de vino, donde se vendía mi d iendo el prod ucto en cuartillos. Por último, e l tostado era norma lmente realizado cuando se iban a dest inar los granos al consumo animal. E l proced imiento era idéntico al seguido para la e laborac ión de gofi o. Se ahorraban así uno de los manej os, pues sólo se necesitaba tostar la semilla y remojar para que se hincharan y endulzaran. Esquema resumen del agrosistema ganadero el e Los Rodeos (Tenerife )52 r Ali,nc,, u,ció" 1 AGRICULTOR Trabajo/estié rcol ... ...-·CEREAL ········... r /./ / ) ······.. .. A limentación ______ ~tbo no ve rde \ ---+ !GANADERÍA ! r \ \ / Cama ···· ...... c~~~,,~s/ / / l -----------Alimentación Leche/Carne cuidadosamente, los granos se depos it an sueltos y el tiempo de curt imi ento es mucho mayor, llegando en algunos lugares a los quince d ías. Ramón Acosta Saavedra. IX- 1997. 52 PERDOMO MOLI NA, A. : 1996. 140 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 AGRADECIMIENTOS Jamás hubiésemos podido reali zar esta aprox1mac1on al cu ltivo tradicional del chocho sin la parti c ipac ión de sus protagonistas, éstos son: - D. César Pancho Rodríguez Gonzál ez. Rodeo Alto (La Laguna). IV-1995. - D. Manuel Muñoz Martín, El Canario. Rodeo Alto (La Laguna). IX-1995. - D. Telesforo Rodríguez Pé rez. Laderas ele San Diego (La Laguna). X-1995 . - D. Lázaro Rodríguez Pérez. Rodeo Alto (La Laguna). la L996. - D. José Hernández Hernández. Barbado (La Laguna). Il- 1996. - D. Juan El Caíiero Gómez. Mecieras (Tegueste). TI-1 996. - D. Abel Santos Bacallado. E l Ortigal (La Laguna). ll-1 996. I- 1997. - D. Enrique Hernández López. El Ortigal (La Laguna). 11-1996. - D. Ramón Acosta Saaveclra .. Familia ele Sinforoso. Valle ele Guerra. lX-1997. Igualmente, sin ser protagonistas, también colaboraron con este artículo, ya sea reali zando co n nosotros las e ntrev ista s o corri giendo el estilo y aportando sugerencias: D. Jaime Gil González, Dña. Carmen Calzaclilla Hernández y D. Fernando Sabaté Bel. A tocios y tocias nuestro agradecimiento. Por último, qui siéramos dedicar esta modesta aportación al conocimiento de l agrosisterna de Los Rodeos a dos jóvenes agricultores que lo conocían infinitamente mejor que nosotro s, Lázaro y Miguel Rodríguez Pérez, a quienes el destino aciago impidió ser tan buenos agricultores corno lo es Pancho, su padre. BIBLIOGRAFÍA AFONSO PÉREZ, Leoncio ( 1984): Miscelá!lea de temas ca!larios. Ed. Excmo. Cabildo Insular de Tenerife. Serie Blanco y Azu l. Santa Cruz ele Tenerife. 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Calificación | |
Título y subtítulo | Los chochos, su intervención en el agrosistema tradicional de Los Rodeos (Tenerife) |
Autoría principal | Perdomo Molina, Antonio C. |
Entidad | Vicerrectorado de alumnado de la Universidad de La Laguna |
Publicación fuente | Tenique: revista de cultura popular canaria |
Numeración | Número 04 |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | San Cristóbal de La Laguna |
Editorial | Grupo folklórico de la Escuela de Magisterio de La Laguna |
Fecha | 1996 |
Páginas | pp. 115-145 |
Materias | Cultura popular ; Folklore ; Canarias ; Tradición ; Agricultura ; Altramuz ; Cultivos ; Tejares ; Oficios ; Tejeros |
Notas | Número patrocinado por el Cabildo Insular de El Hierro |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 10808412 Bytes |
Texto | LOS CHOCHOS, SU INTERVENCIÓN EN EL AGROSISTEMA TRADICIONAL DE LOS RODEOS (TENERIFE) Antonio C. Perdomo Molina © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 INTRODUCCIÓN El agricultor canario, como el de otras zonas, mediante el sencillo y útil método de aproximaciones sucesivas, ha ido dotándose de un cuerpo teórico y práctico que le permite aprovechar de una manera óptima las condiciones naturales de su entorno y asegurar así su subsistencia. La transrnisión de estos saberes se hace de padres a hijos de manera oral. La ruptura de la cadena sucesoria, debido a que los hijos no continúan ligados al sector agrario, provoca una pérdida irreparable de conocimientos no escritos. No dar a esos conocimientos el valor que tienen supone negar el valor de muchas vidas e historias, demasiadas como para dejarlas caer en el olvido sin esforzarnos en su rescate. No descubrimos nada nuevo si afirmarnos que las fuentes orales son importantísimas para sondear el funcionamiento de los sistemas agrarios tradicionales, corno dice Manuel J. Lorenzo Perera: " ... cada anciano que fallece es un libro, un baúl repleto de múltiples experiencias" 1 • Aún pareciéndonos hoy obvia esta máxima, no sucedía lo mismo en décadas no muy lejanas. Hemos partido de esos saberes no escritos para estudiar el funcionamiento del agrosistema ele Los Rodeos . La complejidad de este aparentemente sencillo agrosisterna nos lleva a que el presente trabajo no pueda considerarse más que una aproximación al mismo. Nos parecía que para abordar el tema con rigor, necesitábamos sobre todo tiempo, ya sea para recabar la información como para investigar las múltiples conexiones y ramificaciones que tiene. Aún así, después de dos años ele estudio y varios de conocimiento ele sus protagonistas por nuestra profesión de extensionistas, podemos, y debemos, tener una visión de conjunto del funcionamiento del agrosistema. Desde esta visión global hemos preferido incidir, por el momento, en un factor característico que por sí mismo indica el carácter de este agrosistema; nos referimos al chocho (altramuz= Lupinus sp.). El chocho ha sido cultivado en el mundo como legumbre para grano desde hace más de tres mil años. Su utilización secular se basa en la adaptación de este vegetal para crecer en suelos pobres y apenas cultivados, en su utilidad para mejorar el suelo y en el alto contenido en proteína y aceite, cuestiones que abordaremos más adelante con mayor detalle. Hoy se conocen más de mil quinientas especies, cuya morfología y composición química varía según las condiciones del medio en que habitan. 1 LORENZO PERERA, M .J.: 1988, p. 12. 116 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Planta del chocho (Lupinus a/bus) No queremos comenzar este trabajo sin advertir que nunca se puede abordar un agrosistema desde la óptica de una especie o una técnica aislada. Todo agrosistema implica una multiplicidad, que es la que confiere al mismo la capacidad de perdurar en el tiempo manteniéndose en equilibrio con el medio. Por lo tanto, el artículo que presentamos ha de ser tomado como la profundización en las técnicas y manejos tradicionales que se desarrollaban con una de las especies que forma parte de un agrosistema más amplio y complejo, en el cual, sin lugar a dudas, el chocho tenia un papel de cierta importancia, pero que, aislado de la papa, el cereal, el ganado, los intercambios de semilla, la mano de obra, la estructura de la propiedad, el parcelario en suertes 2 , las rotaciones de cultivos, etc., no tiene más sentido que profundizar en un aspecto del múltiple agrosistema de Los Rodeos. 2 La suerte era la unidad básica de parcela, equivalía a unas ocho fanegadas, (unas cuatro hectáreas aproximadamente). 117 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 La presencia del chocho en el agrosisterna citado indica que éste presenta un marcado carácter ganadero; su propio nombre es buena prueba de ello. Corno señala Leoncio Afonso Pérez 3, el término Rodeo tiene su origen en los espacios destinados al pastoreo comunal del vacuno, al igual que las Dehesas eran los terrenos comunales del ganado menor. La ganadería forma parte de la mayoría de los agrosisternas; su presencia ayuda a completar los circuitos de energía y proporciona a los agricultores fuerza de trabajo y proteínas. En Los Rodeos, el peso de la ganadería es muy importante; y esta circunstancia es aún más clara en los restos de aquel agrosistema que perduran hoy. No sería exagerado decir que nos encontramos ante uno de los principales agrosistemas ganaderos de las Islas Canarias. Podríamos preguntarnos el porqué de estudiar un agrosistema tradicional , si a pesar de los adelantos de la técnica es posible que aprendamos algo de esos saberes de nuestros antepasados. La respuesta que Altieri 4 da a estas cuestiones es plenamente aplicable al caso: de los agrosistemas tradicionales obtenernos la información necesaria para desarrollar un tipo de estrategias agrícolas que son más apropiadas y sensibles con los problemas agroecológicos y socioeconómicos con que nos enfrentamos hoy. Es más, con los principios ecológicos que podemos extraer de su estudio podernos construir agrosisternas actuales sustentables, en un momento en que para la agricultura de los países industrializados esta característica se ha convertido en primordial, ya que las condiciones medioambientales, sociales y económicas han obligado a variar los objetivos desde la productividad hacia la sustentabilidad. Se tiende, en palabras del propio Altieri, hacia una agricultura que sea: " ... eficiente en el uso de la energía, económicamente viable y socialmente aceptable" 5 . Sirva pues este artículo corno una aportación más hacia el objetivo de lograr la alfabetización ecológica 6 que tan necesaria se hace para nuestras gentes: ' AFONSO PÉREZ, L.: 1997. 4 ALTIERI, M.A.: 1991. 5 ALTIERI, M.A.: 1983, p. 159. 6 Por utili zar un término usado por Federico Aguilera Klink y otros (1994) que creemos define perfectamente la necesidad de una toma de conciencia del deterioro ambiental. 11 8 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 ,' ..•. /TI~(; 11 i-:s·1·i? ..:y .::·.·. .:·:{',:.•.:.·:.••..'\ .•.• .". 'i':: :) i:.:t.·",,," :::+:::: ( \·\·:,• f;:;:;:;::{I Zonn de l,os l{ o dl·o ~; SANTA C lillr DI·: ~---~--~l .) k111. Plano de situación del agrosistema de Los Rodeos 119 f N © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 " .. .pero es que hoy el niíio no sabe nada, porque el 11iíio va a La escuela, de La escuela vielle a La casa, y de La casa va a La escuela, ¡no sabe nada! ¡Que sé yo!, no sabe sufrir, ¡¡; sabe hacer nada" 7 . CARACTERÍSTICAS GEOGRÁFICAS DE LA COMARCA La zona de Los Rodeos es comparti da por tres términos munic ipal es: La Laguna, Tacoronte y El Rosario, aunque la mayor superfi cie le corresponde al primero de e llos (véase e l mapa l ). Se s itú a en las proximidades de la c iud ad ele San Cristóbal de La Laguna, en una ele las zonas más ll anas ele la is la de Tenerife. Esta característi ca topográfica fue una ele Jas princ ipales razones que llevaron al emplazami ento del aeropuerto que lleva e l nombre ele la comarca . La ubicación de esta infraestructura seccionó en dos lo que hasta la fecha era un agros istema continuo. Los límites del espacio estudiado, como los de muchos otros fenómenos territoriales, son difíc iles de trazar puesto que en muchos casos lo que predomina es la degradación de unas pautas terri tori ales concretas. Dos límites son más o menos c laros: al oeste y al norte. Hac ia el munic ipio ele Tacoronte (eJ oeste) el límite coinc idiría con e l Barranco ele Las Laj as. Al norte el límite se situaría en la di visoria ele aguas hac ia e l Valle del Portezue lo y la a lineación montañosa de La Atalaya, La Bandera y la Mesa Mota, luego se prolongaría por La Vega Lagunera hasta las estribac iones de l mac izo anti guo ele Anaga en Las Mercedes. Al este y a l norte los límites son más imprecisos, desd ibujándose progres ivamente las características di stinti vas de la agrocomarca. A medida que descendemos hacia el este los vientos catabát icos con calentamie nto adiabático se aceleran por gravedad difi cultando los culti vos de una manera progres iva, por lo cual paulatinamente observamos un cambio en e l paisaje agrario. Hac ia el sur es el incremento de la humedad con e l aumento ele a ltitud e l que hace que el cereal ceda su lugar a la papa; este cambio es también progres ivo según ascendemos hac ia La Esperanza 8 . La importancia del medio humano en la confi gurac ión del espac io de Los Rodeos se relaciona con su temprano pobl ami ento por parte de los europeos, de manera que, para la isla de Tenerifo, nos encontramos ante uno de los territorios donde la acc ión transformadora de los nuevos pobl adores se ha 7 César Pancho Rodríguez. IY- 1995. x Anle la necesidad ele trazar una línea d iviso ria hemos e legido por el este el Camino ele San Francisco de Paul a que une La Laguna con Llano del Moro y por el sur con e l Barra nco de Marrero y las estribaciones ele la !Vlontafía de El Roqu ill o. 120 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 dejado sentir por más ti empo, y donde muchas de sus estructuras espac ia les, como por ejemplo la forma y dimens iones de las suerres, responden a los factores humanos tanto como a los fís icos . La conquista y colonización de l territorio in sular supuso desde tempranas fechas el reparto de los medi os de producc ión, ti e rras y aguas, entre qui enes participaron en la mi sma. Este hecho supuso, como ha expresado Macías Hernández, " ... la implantación de una diferenre menruli.dod y organización económica, social y polílica, una nueva .formación socia l, en oposición. a lo indígena" 9 ; esta nueva organización implicaba sin lu gar a dudas una di stinta organización de l territori o. Las tierras, en las is las de real engo, eran propi edad de la Corona, de !a Iglesia y de las instituciones re li giosas, del Munic ipio y de los propi etarios particulares. Las ti erras de propiedad común recibían el nombre ele tierras ele propios; perte necían al Concejo o Cabildo de la Is la y se arrend aban a los agricultores para la obtención de mate rias primas o para apacentar e l ganado . Por las propicias características agroclirnáticas y agroecla fol ógicas ele los suelos próximos a La Laguna, as í como su proximidad al prin cipal núc leo de población de la Is la, las tierras ele Los Rodeos, que en su mayoría tenían carácter concejil, serían prontamente roturadas por distintos motivos. Desde e l punto ele vi sta económico, con el objeto de que los Concejos pudi esen aumentar las rentas percibidas y acometer las obras necesarias para consolidar la conqui sta ; y en segundo lugar por la propia demanda interna de alimentos, fruto del aumento demográfico. Desde el punto de vista soc ial , por e l inte rés que las clases dominantes tenían en ex plotar las suerres de propios. Así, en julio de 1521 , el Adelantado aprueba la roturación de la dehesa a pesar de la oposición ele los ganaderos. Sus protes tas se harían sentir especialmente cuando las roturaciones llegan hasta aquel las zonas de pasto de ganado menor: los ba ldíos, de donde tornará e l topónimo actual el núc leo ele población del mi smo nombre. La roturación no se co mpl e ta ría hasta e l siglo XVII. En 1769, las suertes de propios verán modificadas su status jurídico ele la mano de la aplicación en las Is las de las ideas ilu stradas. Con el obj eto ele ver incrementadas las inversiones ele capital en la agricultura, aumentar la productividad y permitir e l acceso a la propi edad ele la tierra a los jorn aleros agríco las, procedieron a la di stribuci ón de las tie rra s, aunque en el repartimiento ele La Laguna sus objetivos fracasan por el e levado canon a pagar por las fi ncas y el interés ele las clases propietarias y artesanas por hacerse con el control de la 9 MACÍAS 1-IERNÁNDEZ, A.M.: 1978, p. 16. 121 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 tierra. Al final, los pequeños colonos sin capital inicial acabarán por abandonar las suertes recibidas. En este reparto es donde se consolida el parcelario que ha trascendido hasta la actualidad. La limitación que tenía la propiedad privada con respecto a ciertas actividades comunales, como por ejemplo el pastoreo, no son otra cosa que herencias del modo de producción feudal. A causa de esta limitación los grandes propietarios de tierras de pan sembrar se ven obligados a reservar para su ganado tan sólo la rastrojera de una suerte de cuatro fanegadas, de manera que en el resto de sus tierras podía entrar el ganado para aprovechar la rastrojera como si de un pasto comunal se tratase. Las dimensiones de la suerte que podía reservarse el propietario sin limitaciones se duplicaría más adelante (1621) hasta alcanzar la cifra de ocho fanegadas. Pues bien, cuando se reparten las tierras concejiles próximas a La Laguna, se procede al amojonamiento de los predios, dimensionándose los lotes en ocho fanegadas, de manera que los arrendatarios de las suertes concejiles podían disfrutar en exclusividad de las rastrojeras de sus tierras. Estas suertes de ocho fanegadas son las que organizan el espacio productivo de Los Rodeos hoy en día. La población de Los Rodeos, incluyendo los habitantes del núcleo disperso conocido por Rodeo Alto y el Ortigal Bajo era, según el nomenclátor de 1991, de 2.923 habitantes de hecho y 2.70 I habitantes de derecho, con un total de 889 viviendas. En general toda la periferia de La Laguna ha aumentado en número de habitantes, pero esta zona ha visto duplicar su población en los últimos decenios 10 • La urbanización que ha acompañado al crecimiento poblacional ha venido especialmente de la mano de la autoconstrucción, originada por el bajo poder adquisitivo de la población y su también bajo nivel cultural. Sin embargo, en otras zonas, como las proximidades del Camino GuiUén, en el término municipal de El Rosario, han aparecido en los últimos años un buen número de construcciones pertenecientes a clases acomodadas, que responden a segundas residencias o residencias permanentes de alto nivel. La población de la zona que mantiene la actividad agrícola como la principal ha disminuido hasta quedar reducida a un número testimonial de agricultores. Las jubilaciones han reducido el número de activos agrarios drásticamente y la población activa presente en la comarca mantiene su 10 Es difícil cuantificar cuál es la magnitud exacta del aumento pues.to que los nomenclátores varían de uno a otro las entidades en que agrupan la población de la agrocomarca. Así, en los nomenclátores de 1960, 1970, 1981 aparcería englobado dentro de la enticlacl Guamasa-El Ortigal e incluso dentro ele Resto del Municipio. 122 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 actividad principal en otros sectores, conservando la agricultura de secano como una ocupación a tiempo parcial 11 . En cuanto al medio físico, habría que destacar la variación local de la dirección de los vientos que para esta zona presentan dirección noroestesureste, debido a la modificación que sufren los Alisios al canalizarse por la depresión que se forma entre el Macizo de Anaga y la Dorsal de La Esperanza. Ellos son los responsables del aporte casi constante de humedad a la comarca. El total de precipitaciones está próximo a los 650 mm. La distribución de estas precipitaciones a lo largo del año varía estacionalmente; la estación más lluviosa es el invierno (concentra el 43 % de las preci_p.i taciones del año), le siguen el otoño y la primavera (30 % y 23 % respectivamente), mientras que las precipitaciones caídas en verano son muy reducidas ( 4 % ) . La media anual de días con precipitación es de 105 días y la humedad relativa media es del 75 %. La nieblas son frecuentes y están originadas por la capa de estratocúmulos que penetra por la depresión antes señalada, este fenómeno incrementa considerablemente las disponibilidades de agua de los cultivos. Las temperaturas medias mensuales máximas y mínimas, se alcanzan en los meses de agosto y febrero, y son de 24, l º C y 9,3 ºC respectivamente. La media anual de 15,8 ºC es poco indicativa de la realidad termométrica puesto que se incluyen temperaturas muy altas cuando hay invasiones de aire sahariano y muy bajas con las invasiones de aire polar marítimo 12 • Si nos remontamos en la historia geológica de la zona encontraríamos que la actual Vega de La Laguna, hoy una depresión endorreica, era un primitivo valle. Siguiendo la reconstrucción que González de Vallejo 13 ha hecho de su morfología, este primitivo valle presentaría unas vertientes que mantendrían la actual asimetría, a saber, la existencia de unas laderas más abruptas, donde se sitúa la Mesa Mota, que las situadas al sureste. El valle estaría formado por un tramo de cabecera de unos 1.000 metros de longitud y de unos 5 grados de pendiente media aproximada, seguido de otro tramo más tendido de 2 grados de pendiente. La cota más baja, o nivel de base del valle, se situaría en torno a los 400 metros de altitud. El valle primitivo presentaría una red de drenaje similar a la actual , si bien González de Vallejo destaca la existencia de una cabecera doble que vendría a confluir en un único barranco situado hacia la mitad del citado valle, con un eje desplazado ligeramente hacia la ladera de la Mesa Mota. 11 GARCÍA LÓPEZ, M.J .: 1990, p. 29 y ss. 12 Datos del T.N.M. de la estación de Los Rodeos para el periodo 1944-1993. 13 GONZÁLEZ DE VALLEJO, L.: l 979, pp. 87 y ss. 123 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Entre el Plioceno y el Ple istoceno una intensa actividad volcánica originó numerosos centros ele emis ión que se sitúan al sur y oeste. Las coladas emitidas re llenaron parci almente e l val le, en un proceso no in stantáneo sino dilatado en el tiempo. Las coladas de cierre llegaron a la zona comprend ida entre el Pico Colorado y la Mesa Mota. Cuando se bloqueó e l drenaje natural de l paleova lle de La Laguna se formó un llano endorre ico, adaptándose el dre naje a la nueva situación . Los depósitos sedime ntarios están formados por arcillas limosas de espesor comprendido e ntre los 5 y los 30 me tros de potencia, pudiendo alcanzarse en algunos puntos los 70 me tros de espesor. La baja permeabilidad ele estos depósitos fue la responsable de la formación de la laguna que dio nombre a la ciudad. Ésta se s ituaba, según varios hi storiadores, al norte del casco urbano, al pie de las Laderas ele San Diego, ocupando una superficie de unas 30 hectáreas, hasta que en 1838 la Comandancia de Ingenieros acometió el desecado de la misma. Los suelos actuales de la zona son muy evolucionados y profundos, con una capacidad media para retener agua. La permeabilidad en superficie es baja y muy baja en las capas más profundas. Del análi sis químico de los mi smos podemos observar que se trata de un suelo con bastantes de ficien cias en todos los nutrientes. Es lógico obtener estos resultados si pensamos que se trata ele un suelo de una zona muy lluviosa y por tanto en continua degradación, donde la pérdida de nutrie ntes por la vado es muy importante; lo mismo debe suceder con el porcentaje ele arci ll as. Se trata ele suelos bastante ácidos, lo cual es cohe re nte con lo antes expuesto. E l chocho gusta de este tipo de suelos, por ello es la mejor leguminosa que se adapta a las caracte rísticas de la zona. Es más, suelos con altos contenidos ele col provocan en las plantas amaril leamie ntos (clorosis calcárea) y dificultades en el crecimiento. El conten ido de fósforo de estos sue los es bajo mientras que e l de materia orgánica es bastante e levado. E l que di spongamos ele una alta cant idad de materia orgánica, pero e levadas pérdidas de nutri e ntes por lavado, nos indica que el efecto be nefi cioso ele la materia orgánica no es del tocio aprovechable. EL PAPEL DEL CHOCHO EN EL AGROSISTEMA DE LOS RODEOS E l chocho es una planta he rbácea, anual, ele hojas palmeadas con 6 ú 8 foliolos e inflorescenc ias terminales de gran tamaiío. Las plantas jóvenes desarrollan un potente conjunto de raíces, ele las cu ales las princ ipales son muy 124 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 robustas y capaces de explorar capas profundas de l terreno. E l cultivado en Canarias es el chocho blanco (Lupinus albus). Tradicionalmente el chocho ha tenido una triple funcionalidad en el agrosistema de Los Rodeos: - Usos ganaderos. - Abonado en verde. - Alimentación humana. Debemos añadir que, de manera marginal, el chQcho intervenía en otras actividades tradicionales, por ejemplo la ceniza de la Leíia de chochos era considerada excelente en la cocción que recibían las 111.asarocas de lino hilado. De las principales funciones antes señaladas las dos primeras han primado sobre la tercera, aunque cuando el sustento era difícil de conseguir la importancia relativa del chocho como alimento de las personas se incrementó: " , [ . / / . ¡· f " 14 .. . ast que a vu;a c.c antes era1oc.1c.a . Por su gran potencial como fuente de proteínas, las leguminosas siempre han estado presentes en la dieta de la humanidad 15 . El cultivo de las leguminosas es uno de los más antiguos, junto con los cereales, de Canarias. En Tenerife los estudios arqueológicos han documentado suficientemente que los aborígenes cultivaban leguminosas, en especial una especie ele haba que denominaban "hacichcy" ic,_ En otros agrosistemas ele Canarias las leguminosas han tenido siempre un papel importante como proporcionacloras ele proteínas difíciles ele conseguir por otros medios. Este aspecto ha siclo recogido para otros agrosistemas por Fernando Sabaté Bel 17 y Federico Aguilera Klink 18 . En el de Los Rodeos este objetivo nunca fue el más importante, a pesar del alto contenido en proteína que presenta el chocho (del 30 al 50 %), que es ele los más elevados entre las leguminosas, tan sólo superado por la soja. 14 Con esta frase acababa y resumía la entrevista D. Teles foro Rodríguez Pérez. X- 1995. 15 Se celebra cada dos años una Conferencia Internacional del Chocho y sorprende el elevado número de comunicaciones que recogen distintos usos en alimentación humana de los chochos, desde los tradicionales a aperiti vos salados, chocolateados, secos, en mermeladas, etc. 11 ' DEL ARCO AGUJLAR, M.C.: 1996, p. 92. 17 SABATÉ BEL, F.: 1993, pp. 133: y 1994, p. 109. ix AGUILERA KLINK,, F. y otros: 1994, p. 237. 125 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Detalle de la planta de chocho Aún así, el uso que el agricultor hacía del chocho como alimento ha sido recogido por los trabajos de varios investigadores. Citar entre otros a Antonio Álvarez Alonso 19 ; a Leoncio Afonso Pérez 20 que nos indica su consumo mezclado con otros granos para hacer gofio: " ... la situación del campesino era extremadamente pobre (..). Incluso se ve obligado a mezclar con los cereales otras semillas: cosco, legumbres, altramuz o chocho, este último se tostaba igual que el cereal y luego se ponía de remojo para que perdiera su amargor y una vez seco se mezclaba con el resto de semillas o granos [subrayado nuestro]"; o a Manuel J. Lorenzo Perera 21 que también lo cita como grano con el cual se elaboraba el gofio entre otras semillas (garbanzos, cebadilla, balango, raíces de helecho, barrilla, ... ). 19 ' ALVAREZALONSO, A.: 1976, p. 179. 20 AFONSO PE' REZ, L.: 1984, p. 200. 21 LORENZO PERERA, M.J.: 1988, p. 29. 126 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Las leguminosas y los cereales ya eran cultivados por las poblaciones aborígenes En el agrosistema estudiado las funciones más importantes son las de abono verde y en los usos ganaderos. Como parte de la alimentación humana su importancia es menor, ya que se disponía de otra fuente de proteínas más próxima: el ganado ( en su doble funcionalidad de carne y leche), esto a pesar de que el vacuno no solía sacrificarse por ser la única fuerza de tracción de la cual se disponía en las explotaciones agrarias para trabajar las tierras, así como para conseguir abono (estiércol). Además de esta fuente proteica, la comarca presenta unas favorables condiciones tanto de suelos, como de clima y de parcelas amplias y llanas, para el cultivo de los cereales; éstos eran abundantes y formaban la base de la alimentación humana en forma del tradicional gofio22 . La función de alimento del ganado ha sido tocada también por varios autores: Antonio Álvarez Alonso 23 , Leoncio Afonso Pérez 24 , Mª Jesús García 22 No olvidar que el gofio era el alimento básico de la población y no el pan: "Se amasaba por los Carnavales y por las Navidades, pare usted de contar, y por la Semana Santa, por las fiestas del Cristo ... , nada, no había más pan que ése, de resto nada( .. ), el pan se lo comían los ricos na más ". Telesforo Rodríguez Pérez. X-1995. 23 ÁLVAREZ ALONSO, A: 1976. ?4 ' - AFONSO PEREZ, L.: 1984, p. 206. 127 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 López 25 . Pero son pocos 26 los que desarrollan una de las razones por la cual los chochos eran, y son, tan estimados para el ganadero. Nos referimos al uso de la Leña del chocho como cama del ganado. Las condici ones óptimas de la planta una vez seca y preparada y la relativa dificultad de obtener otros materiales como cama de animales, la hacían muy apetecida por los agricultores, máxime teniendo en cuenta las condiciones propicias para su cultivo en la zona. El amargor de los chochos impide el aprovechamiento en verde ele los mismos; tan sólo las ovejas los pueden aprovechar en épocas en que falten otros pastos. Esta característica se debe al alto contenido ele alcaloides ele la pl anta, que puede provocar una enfermedad caracteri zada por la aparic ión ele di arreas y trastornos en el hígado. Al ganado se le daba la semilla corno alimento una vez endulzado, bien previamente guisado o tostado (desarrollaremos más adelante estos tratamientos). El chocho consumido por los animales es considerado como un alimento especialmente indicado por su a lto ni vel energético cuando desarrollaban una labor fuerte (arar principalmente), lo que e n términos populares se explicaba como que el animal aguantaba más. El uso de los chochos, en especial los dulces, en la dieta de lo s animales se ha usado en cerdos, aves, corderos y terneros, recomendándose cantidades semejantes a las de otras leguminosas, es decir, no superiores al 10-15 % de la formulac ión ele los piensos. Otro uso fund amental del chocho es su empleo como abono verde, lo que se conoce como plantarlo para monte. Usar la planta como abono ve rde quiere decir no permitir que complete su cic lo normal ele culti vo, s ino incorporarla al terreno con el objeto ele mejorar sus condiciones. La importa nc ia del chocho como abono verde aparece ya a fin ales del sig lo XVIII, en las Estadísticas ele las Islas Canarias 1793-1 806 ele Francisco Escolar y Serrano, donde se di ce: "... las tierras destinadas a papas se abonan con estiércol, y las de trigo y maíz se plantan de chochos y habas, para ser enterrados como abono" 27 . Más tarde, en el siglo XIX, el Diccionario Geográfico-EstadísticoHistórico de España y sus posesiones de ultramar ele Pascual Madoz , reseña: 25 GARCÍA LÓPEZ, MJ.: 1985, p. 184. 26 Esta fun ción es recogida para la zona ele Tcguestc por M. Hernánclez y otros: 1994, p. 87. 27 HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, G.: 1983, p. 10 1. 128 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 "El terreno de que hemos hablado, dedícase por lo común, al cultivo de cereales una gran porción, y casi exclusivamente el que se conoce con el nombre de los Rodeos, donde se alterna dejando holgada una parte de cada propiedad, que cada segundo año se siembra de altramuces ó h a b as para b ene1,.rz, ci. ar l a tz.e rra ,, 28. La propiedad que presentan sus raíces para vivir ,en simbiosis con las bacterias del género Rhizobium es la causa del efecto beneficioso que las leguminosas producen en los terrenos donde son cultivadas. Mediante este proceso simbiótico las leguminosas pueden fijar el nitrógeno de la atmósfera, siendo éste uno de los nutrientes fundamentales de los vegetales 29 . Las raíces de las plantas aparecen con unos granos que serían los nódulos de la bacteria. En suelos que no sean ácidos estos granos no aparecen. Raíz y nódulos fijadores de nitrógeno 28 MADOZ, P. : 1845, p. 134. 29 La importancia de la fijación biológica del nitrógeno es tal que ha sido evaluada por J. J. Drevon (1995) en 175 millones de toneladas métricas de nitrógeno al año, mientras que los procesos industriales tan sólo alcanzan la cifra de 40 millones de toneladas. 129 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 El chocho es una de las mejores plantas que se destinan a abono verde. De las cuatro características que Diehl y Mateo Box 30 recogen en su obra clásica de la fitotecnia, el chocho las cumple todas, es decir, es capaz de producir mucha vegetación; crece bastante rápido; tiene una raíz potente y su cultivo es sencillo y barato. La tradicional incorporación del abono verde a l terreno, que ha venido realizando el agricultor ele la comarca, ha siclo contrastada mediante una interesante línea de in vesti gación, seguida por la Escuela Universitaria ele Ingeniería Técnica Agrícola ele La Laguna 31 , que ha venido a evaluar cuáles son los benefi cios que un abonado en verde (entre cuyas variantes se incluían los chochos) ti ene para el sue lo y para un cultivo posterior a base de papas. Del trabajo de varios años se ha concluido que usando e l abono verde se obtiene un rendimiento inferi or al abonado a base de abonos químicos y estiércol, pero superior al terreno en que no se hace nin guna operación ni de abonado químico ni de incorporación de abonos verdes. En una de las experiencias la mezcla chocho/cebada obtuvo un rendimi ento en papas significativamente igual al obtenido con un abonado tradicional a base de est iérco l y fertilizantes minerales. Por otro lado la calidad de las papas es mejor si se realiza un abonado verde previo. En resumen, el campesino conocía a la perfección el efecto beneficioso que aportaba enterrar el monte para regenerar los terrenos de manera natural y evitar con su agotamiento la consecuente disminu c ión de la producción . Este método de abonado venía sie ndo ut ilizado tradi cionalmente y se ha ido abandonando con la introducci ón de los abonos químicos de una manera paulatina. Vemos, pues, cómo el chocho se imbrica en todo e l agrosi stema que se desarrollaba en Los Rodeos como una pieza fundamental del mismo. El papel benefi c ioso ele la introducción de una leguminosa en la rotación con e l cereal, tal y como se hace en Los Rodeos, ha siclo estudiada para otras zo nas 32 y puede resumirse en: aumento de l rendimiento del cultivo ele cereal siguiente debido al aporte ele nitrógeno que Ja leguminosa proporciona al cereal; la humedad en eJ terreno después del cultivo de la leguminosa es alta y 311 DIEHL. R. y J. M. MATEO BOX: 1978, p. 49 1. 31 Véanse los trabajos fin el e carrera inéditos ele Norberto Díaz Suarez ( 1990), Maricla Pérez Barrera ( 1992) y Ezequiel Rolclán 1-lerrnínclcz °( 1994). 32 Véase Erik Von Baer ( 1990); Luis López Be llido ( 1988), pp. 10 passim.; y J. Dcnarie y otros ( 1995), que c ifra el apone ele nitróge no ele un culti vo ele chochos entre 100-200 Kg/ha. Para situarnos en su importancia decir que 1·epresentaría la misma canticlacl ele nitrógeno que si aportásemos e ntre 500 y 1.000 Kg ele un abono como el su! fato amón ico; y la misma can ti ciad o el doble ele nitrógeno que reque riría un cultivo ele trigo para una producción media de 3.000 Kg/ha. 130 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 no muy inferior a la que se obtendría después de un barbecho; se rompe el ciclo de las enfermedades del cereal con el cultivo de leguminosas y por lo tanto las plagas y enfermedades tienen una menor incidencia. La disminución progresiva de superficie cultivada de chochos se ha debido fundamentalmente a dos razones: por un lado la disminución de la cabaña ganadera y por otro el tratarse de un cultivo que obliga a un manejo laborioso (véase el esquema 1). El chocho en Los Rodeos entra en la rotación con el cereal La disminución en el número de cabezas de ganado de la comarca ha sido espectacular: de unos siete mil animales aproximadamente que existían en los años cincuenta llegamos a mil quinientas setenta y ocho cabezas en 1990. Esta tendencia decreciente se ha detenido en los últimos años, entre otras razones, por una clara respuesta organizativa desde el propio sector, que ha hecho que el censo alcance para el año 1995 las cinco mil quinientas cincuenta cabezas 33 . La razón principal del descenso progresivo de la cabaña bovina de la comarca, y de toda Canarias, aparte de alguna circunstancia colateral -como fue 33 Datos aportados por la Cooperativa La Candelaria y la Asociación de Ganaderos de Tenerife (1995). 131 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 la construcción del Aeropuerto de Los Rodeos que seccionó el agrosistema establecido en dos subzonas-, la hemos de buscar en la fuerte presión del sector importador. Su influencia impidió la ap licación de medidas protectoras para las producciones locales recogidas en la Ley de Régimen Fiscal del Archipi é lago y abrió nuestros mercados de carne y lec he a una competenc ia en precios con productos no só lo primados a la exportación, sino que además son producidos a menores costes por disponer ele condiciones ecológicas más favorables para la producción ele estos productos que las nuestras. La laboriosidad del culti vo del choc ho se debe a dos factores. A uno ya nos hemos referido : el amargor; y el segu ndo sería la dehi scencia del fruto , es decir, las vainas que contienen las semi llas sueltan fác ilmente su contenido al menor roce, lo que obligaba a la recolección manual nocturn a, a la cual nos referiremos más adelante. Este segundo aspecto ha s ido solventado con e l uso de máquinas cosechadoras. Estos dos factores negativos de la especie, amargor y dehi scencia, han obligado a la introducc ión en otras zonas ele toda una serie de variedades seleccionadas por no presentar estas característi cas. Se trataría de los chochos dulces. Los intentos de introducción de una variedad dulce, L. a/bus cv Multolupa, cuyos frutos y planta pueden ser consumidos directamente por los animales, no han tenido éxito hasta el momento debido a la facilidad con que se producen hibridaciones con los amargos, de manera que la s iguiente generac ión no guarda ya la característica ele ser dulce. La superficie cultivada ele chochos en la comarca permanece estabilizada en torno a las 20 has. durante los últimos años 34 . La razón de que no haya desaparecido del tocio se debe a la mejora de las labores de recolección ya mencionadas y a la posibiliclacl de obtener un relativo buen precio por la producción. Existen en Tenerife dos empresas dedicadas al endulzado industri al de los chochos, las cuales pagaron la cosecha de 1995 a un precio de 100- 150 ptas./Kg. Estos precios condicionan el aband ono del uso como forraje animal, puesto que resu lta más rentab le al agricultor su venta para obtener ingresos que le permitan comprar otros forrajes de menor precio y que son más apetec idos por los animales, en especial por las razas seleccionadas introducidas. 34 Datos de la Consejería ele Agricultura y Alimentación para 1992/93 . 132 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Esquema J.- DESCENSO DE LA SUPERFICIE CULTIVADA DE CHOCHOS / DISMI~UCIÓN DE LA CABANA GANADERA CULTIVO CULTIVO Y RECOLECCIÓN FALTA DE PROTECCIÓN AMARGOR DEHISCENCIA Tradicionalmente el chocho entra en a lternancia con el cereal, de manera que el terreno se dividía en dos hojas: una se plantaba de trigo fundamentalmente y la otra de chochos, rotando al año siguiente: " ... en un terreno echabas trigo, pal otro wzo le ponías chochos, y después en los chochos ibas y le sembrabas trigo" ·15 . "La suerte, con ocho fanegadas, la mitad va de trigo y la mitad va de ... , de chochos en El Rodeo, y aquí [en El Rincón] va de legume 36 , de yerba paforraje" 37 . Los chochos se siembran a finales de octubre, sembrándolos a voleo, es decir, regándolos de manera manual por el terreno. Si el chocho se iba a destinar a abonado verde la s iembra era más densa que en los cultivos destinados a obtener el grano. Esta s iembra se hace aunque no haya llovido, lo que se llama siembra en seco. Si observamos la distribución anual de las lluvias expuesta en la caracterización climática de este espacio, observamos cómo las fechas de siembra se adaptan -no podría ser de otro modo- a las precipitaciones invernales puesto que éstas son las más importantes. En octubre las precipi- 35 César Pancho Rodríguez. lY-1995. 36 Legume: Voz portuguesa. legumbre en castellano. En Canarias se refiere a leguminosas tales como las habas, los chícharos. los chochos, etc. 37 Telesforo Rodríguez Pérez. X- 1995. 133 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 tac iones med ias mensua les son aún infe ri ores a los lOO mm al mes, mie ntras que durante los siguie ntes meses ,hasta febrero supe ran esa cifra ' º. La semi lla de chochos no admite tanto tiempo de conservac ión como la de cereal, aunque puede conservarse varios años s iempre que se mantenga en un lugar seco y separada del frío suelo; lo mej or, aún as í, es que: "no tiene que d . l " ' 9 D , d b d d , / / 40 ornur en e granero · . espues e sern ra o se proce ta a ac wc wr , que consistía en una labor rea li zada con el arado tirado por las vacas, dando una arada larga; con esta labor se pretend ía que la semi lla quedase bien e nte rrada, ya que de quedar descubierta las plantitas recié n nac idas se secaban ráp idamente. La fase de culti vo de los c hochos es cons ideracla/acil, apenas se reali zan más labores que el achochar y arrancar la hi e rba. La fase e ngorrosa del mismo comienza con la recolección y prepa rac ión para el consumo. Se recogían en el mes ele agosto. La labor ele reco lección consistía en arrancar manualmente las plantas; esta labor te nía mayor o menor dificultad según los chochos crec ieran en las llamadas tierras en polvo o tierras de barro, diferenciadas por la textura y la res istenc ia al laboreo: "La tierra de barro es más gruesa, (. .. ) la tierra en polvo la agarra usted en el verano, la hace así [coge como un puñado de ti e rra] y por aquí [e ntre los dedos], se cuela tando seco, y la tierra de barro no". "La tierra en polvo se entierra más (. .. ) desde que cuelgue un poco, si es pareja no, o es llana, pero si es un poco que tal, eso se vira a patinar, eso es polvillo pu ro. (. .. ) [Pero] la de barro twnbién es más fuerte, cuesta más. Hombre ... doble" 41 • Si el chocho crecía en ti e rra ele barro era muy costoso ele arranca r, partiéndose con facilidad al desarrollar tres o más raíces, mie ntras que en tie rras sueltas só lo tenía una raíz princ ipal y e ra re lat ivamente fác il de arrancar tirando. En cualquier caso era impresc indible que se realizara ele noche, buscando el momento ele mayor ji·escor, pues po r la dehiscencia del fruto era .ix Datos del INM correspondi entes a la estac ión meteoro lógica ele Los Rodeos. 39 César Pancho Rodríguez. IV-1995. 40 Al ser recogido en nuestras entrevista~ en relacicín a la siembra, hemos preferido respetar ese criteri o, aunque en algún caso hemos encontrado el término aclwclwr referido al proceso ele enterrar el cu lti vo en verde. Jaime Gil Gonnílez ( 1997), p. 82. 41 Abel Santos Bacall aclo. 1- 1997. 134 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 necesario evitar el calor de l día, para evitar que se estallasen . Esta operac ión nocturna se realizaba en cuadrillas y -la noche aportaba un marco ideal para las historias, bromas y fe stejos, que ali viaban un poco la pesada tarea ele arrancar los chochos. Se trataría ele una más ele las faenas campesinas que se reali zaban ele manera comunitaria, en la cual el trabajo realizado en las tierras de l vecino o amigo era devuelto con la participación ele quien recibía la ayuda en las faenas de los demás. La presencia de espinas en las plantas una vez secas, que son muy molestas y pueden herir al recolector, obli gan a arrancar los chochos agarrando las plantas con la mano al revés, es decir, con el pulgar y e l índice hacia abajo , y colocando el cuerpo de medio lado para evitar e l contacto de la planta con· e l cuerpo o la cara. Al trabajo de llevar las plantas arrancadas a la era se le denominaba acercar chochos, labor que muchos real izaban a cambio del derecho de rebuscar los chochos, es decir, de que el dueño le permitiese juntar los c hochos que habían quedado sobre el terreno. Las eras no eran fijas (aunque también existían en algunos lugares). Lo normal era preparar un trozo de tierra apisonándolo con paja humedec ida 42 o bien simplemente quemando las hierbas y pajas, barriendo y apisonando a continuación la supe rficie. Este trozo podía ser m,1s tarde arado y culti vado sin diferenciarlo del resto del terreno. Más tarde se introdujo también la modalidad ele hacer esta labor sobre un encerado o una lona en vez de preparar una era. Cuando e l que recogía de ajuste los chochos no era el dueño so lía realizar la labor a cambio de una fanega ele chochos pm cada tres que cogía. Existía además la tradición de que en la era quedaba también una fanega; por esta razón era normal que el número de eras se multiplicase a fin de que quien recogía la cosecha obtuviese mayor bene ficio , ya que lafánega de la era la aprovechaba el recolector cerniendo la ti erra ele la era. El siguiente paso era el majado de los chochos, golpeándolos con palos y jorquetas, normalmente de brezo o de acebiño, con forma de y. La faena tenía por función separar los granos de las vainas y de la Leiia. Para hacer bi en e l trabajo era necesario irle ciando vueltas al conju nto de plantas arrancadas. Una vez separados los granos se hacía una parva y se aventaban de manera semejante a la que se actuaba con el trigo, utili zando para esta faena los belgas. Éstos son unos aperos con la forma de un gran tenedor de madera de cuatro o cinco dientes gruesos. Todo este proceso era reali zado por cinco o seis personas: uno cargaba la era, otro sacaba la leña y tres o cuatro se dedicaban a majarlos. 42 En otros lugares a este tipo de eras se le denomina tesón. 135 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Las vainas que contienen los chochos son dehiscentes, es decir, se estallan En caso de que el cultivo se destinase a monte, para enterrar en verde, se actuaba de diferente manera; aparte de sembrar más denso, no se esperaba al mes de agosto, sino que en febrero/marzo se troceaban y se dejaban sobre el terreno; a esta labor se la conocía por dar machete. El machete era el instrumento con el cual se cortaban las plantas verdes y tiernas, aunque había quien empleaba un sable para cortarlas. Por estas fechas es cuando la planta tiene las mejores condiciones para ser enterradas, pues es cuando se encuentra en plena floración en Los Rodeos 43 . Una vez sobre el terreno y cortados en dos o tres pedazos se procedía a arar; esta arada se daba con el llamado arado pa verde opa monte que tenía una curva mayor: " ... mayor desahogo" 44 y con 43 Los estudios realizados sobre el abonado verde indican que es en el momento de la floración cuando la relación carbono/nitrógeno es la óptima para proceder al enterrado de las plantas. 44 Enrique Hemández López. II-1996. 136 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 - "telera de palo " 45 , para que no se cebara y pudiese voltear bien los restos del cultivo. Posteriormente se daría una segunda arada cruzada, es decir, en distinto sentido que la anterior. Debían estar algún tiempo enterrados para que se pudriesen bien, de manera que la descomposición de la materia orgánica no produjese quemaduras en el cultivo posterior. Tampoco es conveniente enterrar demasiado la materia orgánica pues se producirían fermentaciones indeseables en ausencia del aire. Para aprovechar los restos de la planta como cama del ganado se debía esperar al tiempo sur para trabajar la leña de chochos, es decir, cuando la incidencia del aire procedente del continente africano ha~e. que las temperaturas aumenten y la humedad disminuya. En estas condiciones, la leña está totalmente seca y se parte mejor. Esta práctica representa una lectura positiva de una circunstancia, el tiempo sur, que en general es considerada como negativa, pero de la cual el agricultor sabía sacar provecho. El chocho cultivado para monte es troceado y enterrado cuando alcanza la floración 45 Telera de palo: pieza de madera que sujeta el dental a la cama del arado y sirve para graduar la inclinación de la reja y la profundidad de la labor. Abe! Santos Bacallado. 1-1997. 137 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 Lo primero que se hacía con la leíia para dejarla preparada para usarla como cama del ganado era tenderla sobre la era. A continuación se pasaba por encima una carreta descargada tirada por vacas, de manera similar a lo que se hace para trillar con el cereal, aunque en aquel caso con trillos, el peso de la carreta y la acción de las ruedas metálicas dejaban a la rama del chocho, que es voluminosa y fuerte en estado natural, machacada de forma ideal para el uso que se pretendía. ENDULZAR LOS CHOCHOS Endulzar los chochos es otra de las labores engorrosas que hay que realizar con los mismos antes de su consumo. Consiste en hacer desaparecer el amargor de las semillas con la finalidad de que puedan ser consumidos por las personas o por los animales. Esta operación se puede realizar ele dos maneras distintas: guisándolos o tostándolos, destinándose éstos últimos a la alimentación animal fundamentalmente. Para endulzar los chochos guisándolos era necesario realizar tres operaciones: hinchar, guisar y la labor de endulzar propiamente dicha. El hinchado consistía en dejarlos en agua durante unos días de manera que las semillas aumentaban de volumen al estar en remojo : " ... media fanega después de jinchado son casi dos fanegas de ch.ochos" 46 . La fase ele guisado se realizaba en bidones donde se colocaban a hervir los chochos en agua. El bidón era calentado mediante la combustión de leña; ésta no siempre era sencilla de obtener y suponía un esfuerzo importante, ya fuera de picardía para sacarla del monte a escondidas o de dinero para obtenerla mediante guías; ele igual manera la ausencia de agua corriente en las casas obligaba al esfuerzo de ir a buscarla. El primer agua del guisado desprende un fuerte olor: "El agua ésa apesta como un diablo " 47 ; en algunos casos llegó a usarse como casero remedio en la lucha contra los parásitos de las personas y los animales: " ... y había quien cogiera la ropa y la metiera dentro de las primeras aguas de los ch.ochos" 48 . El chocho está guisado cuando la cáscara se desprende con facilidad al apretar. Para conseguir que los chochos tuviesen un color rojo-anaranjado característico podía añadirse un puñado de ceniza durante el guisado. Realizada la faena del guisado se procedía a poner los chochos en remojo en agua y sal durante un periodo seis o siete días, durante los cuales era necesario cambiarles el agua periódicamente, siendo éste el proceso que se 46 Telesforo Rodríguez Pérez. X- l 995. 47 Telesforo Rodríguez Pérez. X-1995. 48 Abel Santos Bacall ado. 1-1997. 138 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 conocía por endulzarlos. Esta fase en Los Rodeos se realizaba en las explotaciones agrícolas, mientras que en otros lugares más próximos al litoral era costumbre realizarla en el propio mar 4 '\ es éste un ejemplo más de cómo la cultura campesina tradicional realizaba un aprovechamiento vertical y múltiple de los recursos del territorio. Las dificultades de tran sporte hacían más ventajosa la primera opción aunque ·diese más trabajo. Existía la tradición de intercambiar los chochos con personas de Tej ina y Valle de Guerra, las cuales cambiaban los dulces por amargos en una proporc ión de uno por uno, de manera que el beneficio del endulzado se obtenía del aumento considerable de volumen que sufrían los chochos en el proceso, aum~nto que como hemos indicado puede suponer multiplicar por dos o tres la cantidad inicial. Aún hoy en día son varias las familias que son conocidas con el sobrenombre de los chocheras por haberse dedicado a esta actividad . Cuando los chochos iban a ser endulzados en agua del mar el proceso variaba ligeramente. Se tenían un día de remojo en agua dentro de los bidones donde luego se guisarían sin cambiar el agua. Una vez escurridos en una cesta, y después de enfriarse, se metían en sacos. En ellos eran transportados hasta e l mar donde se procedía a curarlos . Se elegía una zona de costa donde ex istiese una amplia plataforma que quedase descubierta en la bajamar; en e lla cada familia disponía por tradición de una serie de charcos donde endul zar los chochos, siendo respetada esta propiedad por el resto de las familias que se dedicaban a la misma labor. En la costa de Valle de Guerra se utilizaba la Punta de La Romba, un lugar que presenta características apropiadas para esta labor. Los charcos elegidos tenían una profundidad de I a 1,25 metros; se aprovechaban sus cualidades naturales sin acondicionarlos especialmente para esta práctica. En ellos se disponían los sac;os de chochos; para que no flotaran , y las mareas no pudieran arrastrarlos, se colocaba encima de ellos grandes pi edras, procediendo a empedrar con cuidado toda la superficie, completando la obra con callaos pequeños, "tupidito de callados chicos" 50 , hasta lograr una superficie plana que las olas no pudiesen trabajar fácilmente. Transcurridas tres mareas, es decir, a la tercera bajamar, se retiraban las piedras, las cuales eran retiradas de los charcos y depositadas en la playa li stas para su uso posterior 51 • Se procedía entonces a secar los granos en la propia playa y a 49 En Mazo y Breña Baja (La Palma) existen estructuras fijas en el mar de tres o cuatro metros de profundidad, destinadas a este fin. Agustín Rodríguez Fariña ( 1993), pp . . 69 passim. 511 Ramón Acosta Saavedra. IX- 1997. 51 Existen varias diferenci as entre el proceso de e ndulzado de chochos practicado en Valle ele Guerra y el de La Palma. En La Palma los Jugares para curar los chochos se preparan 111,1s 139 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 escogerl os, limpiándolos de restos vegeta les y retirando las se mill as en mal estado. Se vo lvía a lavar con agua salada y en ces tas se procedía a di stri buirl os. Era usual contar con una c li ente la fij a, es pecialme nte las conoc idas ventas de vino, donde se vendía mi d iendo el prod ucto en cuartillos. Por último, e l tostado era norma lmente realizado cuando se iban a dest inar los granos al consumo animal. E l proced imiento era idéntico al seguido para la e laborac ión de gofi o. Se ahorraban así uno de los manej os, pues sólo se necesitaba tostar la semilla y remojar para que se hincharan y endulzaran. Esquema resumen del agrosistema ganadero el e Los Rodeos (Tenerife )52 r Ali,nc,, u,ció" 1 AGRICULTOR Trabajo/estié rcol ... ...-·CEREAL ········... r /./ / ) ······.. .. A limentación ______ ~tbo no ve rde \ ---+ !GANADERÍA ! r \ \ / Cama ···· ...... c~~~,,~s/ / / l -----------Alimentación Leche/Carne cuidadosamente, los granos se depos it an sueltos y el tiempo de curt imi ento es mucho mayor, llegando en algunos lugares a los quince d ías. Ramón Acosta Saavedra. IX- 1997. 52 PERDOMO MOLI NA, A. : 1996. 140 © Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017 AGRADECIMIENTOS Jamás hubiésemos podido reali zar esta aprox1mac1on al cu ltivo tradicional del chocho sin la parti c ipac ión de sus protagonistas, éstos son: - D. César Pancho Rodríguez Gonzál ez. Rodeo Alto (La Laguna). IV-1995. - D. Manuel Muñoz Martín, El Canario. Rodeo Alto (La Laguna). IX-1995. - D. Telesforo Rodríguez Pé rez. Laderas ele San Diego (La Laguna). X-1995 . - D. Lázaro Rodríguez Pérez. Rodeo Alto (La Laguna). la L996. - D. José Hernández Hernández. Barbado (La Laguna). Il- 1996. - D. Juan El Caíiero Gómez. Mecieras (Tegueste). TI-1 996. - D. Abel Santos Bacallado. E l Ortigal (La Laguna). ll-1 996. I- 1997. - D. Enrique Hernández López. El Ortigal (La Laguna). 11-1996. - D. Ramón Acosta Saaveclra .. Familia ele Sinforoso. Valle ele Guerra. lX-1997. Igualmente, sin ser protagonistas, también colaboraron con este artículo, ya sea reali zando co n nosotros las e ntrev ista s o corri giendo el estilo y aportando sugerencias: D. Jaime Gil González, Dña. Carmen Calzaclilla Hernández y D. Fernando Sabaté Bel. A tocios y tocias nuestro agradecimiento. Por último, qui siéramos dedicar esta modesta aportación al conocimiento de l agrosisterna de Los Rodeos a dos jóvenes agricultores que lo conocían infinitamente mejor que nosotro s, Lázaro y Miguel Rodríguez Pérez, a quienes el destino aciago impidió ser tan buenos agricultores corno lo es Pancho, su padre. BIBLIOGRAFÍA AFONSO PÉREZ, Leoncio ( 1984): Miscelá!lea de temas ca!larios. Ed. Excmo. Cabildo Insular de Tenerife. Serie Blanco y Azu l. Santa Cruz ele Tenerife. 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