MANUEL BARREfO MARTIN ("NENE lJARRETO")
POETA POPULAR DE LA PUNTA DEL IDDALGO
Manuel J. Lorenzo Perera
María Auxiliadora Romero Díaz
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2017
INTRODUCCIONl
"Mientras yo viva voy a luchar
porque las tradiciones de mi pueblo
no se acaben" (Nene Barreto)
Una de las expresiones más representativas y vitalistas de la cultura
tradicional , aparece representada por la gran cantidad de poetas populares,
hombres y mujeres, con los que, frecuentemente, tenemos la fortuna de
tropezarnos. Se trata, en numerosas ocasiones, de personas "analfabetas" o
"casi analfabetas", a quienes limitaron las circunstancias, poseedoras de una
capacidad creativa impresionante. Su obra es un claro exponente de vivencias
individuales y colectivas, refiriéndose, tantas veces, a asuntos en los que se
ha visto involucrada la comunidad. Opinamos, firmemente, que la vida y
obra de cada uno de ellos debe ser recogida, como testigo y parte
fundamental de la cultura canaria. Un caso representativo lo constituye el
entrañable personaje que hoy traemos a estas páginas, don Manuel Barreta
Martín, popularmente conocido por Nene Barreto.
DATOS BIOGRAFICOS
Nació Manuel Barreta en La Punta del Hidalgo (La Laguna,
Tenerife) el día 31 de diciembre de 1923. Sus padres se llamaban Guillermo
Barreta Suárez, agricultor en tierras de secano ayudado por su esposa, quien
se ocupaba, como era usual, de las faenas propias del hogar, en un tiempo en
el que las mujeres -figurando en los padrones municipales de habitantes como
dedicadas a "sus labores" o a "su casa"- desempeñaban una muy
considerable y fundamental cantidad de labores:
"Mi madre se dedicaba a las tareas de la casa, porque antes eran
bastantes porque había que ir a lavar a las tarjeas y al barranco,
porque no había agua corriente en las casas y las mujeres
1 Trabajo realizado en la Escuela Universitaria de Formaci6n del Profesorado de La Laguna
(Departamento de Prehistoria, Antropología e Historia Antigua) durante los cursos 1992-93 y
1993-94.
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trabajaban mucho. El nombre de mi madre, que en paz descanse, era
Natalia Martfn Suárez".
El trabajo en el campo centró el tiempo de infancia y juventud de
Manuel Barreto. La escuela por entonces, tal como marcaban las
posibilidades de la época, duraba pocos años, llegando, incluso, a reducirse
ante la impronta de determinadas circunstancias. Por su interés hemos creído
conveniente presentar completo el siguiente texto:
"Estuve en la escuela dos semanas. Úl escuela estaba en Lcl Hoya
[barrio marinero de La Punta del Hidalgo], en una casa alquilada
por el Ayuntamiento. Lo más que estaba antes un niflo en la escuela
era de los siete a los once aftas y después ya no se podía ir, sino a
trabajar. Te voy a hacer un cuento de cuando empecé en la escuela;
bueno, un cuento no que es verdad; la escuela estaba debajo de la
capilla de la Virgen del Carmen, estaba yo en la escuela y le dije a
los chiquillos: ¿ustedes saben dónde se puede ir a dar del cuerpo?.
Me dijeron: p(dele permiso al maestro a ver si te deja ir al barranco.
Y cuando llegué por la capilla que hab(a unos tarajales, y debajo un
goro, que era una cocina que ten(a América la pescadora, y me puse
a cagar al lado de un caldero que ten(a al fuego con unas papas y
unas batatas arrugándose, y cuando llegó América y me vio me dice:
oye, estás cagando ah(, ¡malaya el alma que te fundó y te jizo!, ¿pos
y por qué no cagaste dentro el caldero?. Me metió dos tamborazos,
yo sal( corriendo parriba y ella salió atrás de mf y dice: ¿de quién
será ese sujeto?. Y Flora, la madre de Costando dice: ése es de
pallá a/ante. Entonces dijo América: ya decfa yo que ese jocico no lo
hab(a visto por aqu(. Y cogf miedo y no volv( más a la escuela. Lcls
letras las atorrollo un poco porque me fijo, y luego el maestro le
daba más coscorronazos a uno ... , y en esas dos semanas ya me sab(a
la cartilla, la a, o, u ... y todas esas cosas, y el maestro me
preguntaba y del miedo que le ten(a se me quedaba la vista borrosa y
no le podfa contestar. Mi madre me decfa: ¿no fuistes a la escuela?.
Y yo le deda: el maestro no vino. Mi madre nos obligaba pero mi
padre no, él deda: ¡mucho van a sacar!. El lo que querfa es que
fuéramos a trabajar con él, a sacar tierra, a cuidar las cabras ... , as(
estoy todo esgUesado, estos gUesitos, desde los ocho anos
trabajando, cargas pacá, cargas pallá. Uno pasó mucho, fui a
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trabajar a ganar dos pesetas, todo el dfa cogiendo tomates con un
saco; en la zafra de los tomates trabajaba seis meses pa otro,
después ellos los exponaban a Inglaterra. ¡Ay si mi padre me vfa
obligado a ir a la escuela pos yo me fijo en todo, ahora después de
viejo es cuando yo me he destapado un poco!. Y por las noches
cuando me acuerdo, me r(o yo solo, y me dice mi mujer: ¿estás
sonando?, ¿de qué te estás riendo?"2.
El padecimiento, popularmente generalizado, de los años posteriores
a la Guerra Civil española (1936-39), aparece recogido en la siguiente
composición, obra del poeta que hoy glosamos:
"Espafla, patria querida,
aqu( me tienes llorando
y me vas aniquilando
y quitándome Za vida.
Bajo del cielo celeste
y todo lo mds profundo,
si ésta es la Espalla moderna
yo me cago en todo el mundo.
Con esto de las raciones
hasta mi borla he perdido,
después que no tengo trigo
no aguanto los pantalones.
Espalla, patria querida,
ya me tienes por lo bajo,
aconando la comida
y subiéndome el dornajo.
Yo no quisiera morir
ni vivir con sacrificio,
porque un gobierno sin juicio
no se puede resistir".
Contrajo matrimonio en 1950, con Candelaria Díaz Díaz, dándole
cuatro hijos: Juan Manuel, Mario, Sergio y Candelaria. Años después, como
hicieron tantos canarios, siguió la estela que le condujo a Venezuela,
2 Más tarde, a los dieciocho años, asistió a la escuela de adultos, "pero estuve poco tiempo" .
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república en la que estuvo en tres ocasiones (1958-1962, 1963-1964, 1965-
1967), desempeñando varios oficios: pintor, matarife de pollos y en una
fábrica de juguetes. Trabajó en sus últimos años como portero en los colegios
mayores de San Agustín y San Fernando, vinculados a la Universidad de La
Laguna.
Jubilado en la actualidad, comparte su tiempo entre La Punta del
Hidalgo, La Laguna, donde se encuentra desde hace años su domicilio
familiar, y Chijiniste, localidad cercana a La Punta, donde dulcifica su
espíritu pasando ratos en la cueva que allí posee y ·atendiendo a las parras y
otros cultivos3. '
RETAZOS DE LA MEMORIA IDSTORICA
Forjado bajo los cánones de la oralidad cultural, el devenir histórico
ha convertido a Manuel Barreto en un gran conversador, siempre dispuesto a
relatar, con voluntad y dilatada elocuencia, sus vivencias personales, algunas
de las cuales se han ido difuminando con el discurrir de los años.
De su etapa infantil, ocupándose de pastorear las cabras que criaban
en su casa, suele aludir a la pesca de anguilas practicada en los charcos de los
barrancos Seco y del Tomadero, y a contar la vivencia que tuvo con una
cabra a la que llamaban la Mocha:
"Yo ten(a una cabra más golosa, ésa no com(a nada sino a la
golosina, ten(a un olfato como un perro; desde que la soltaba del
goro tiraba corriendo goliéndolo todo. En el tiempo de la jambre la
gente robaba las pifl.as de plátanos y las escond(an, las enterraban
pa que se maduraran y la cabra por el olfato las encontraba; una vez
estaba empett.ada en subir pala casa de don Tomás Sánchez Pinto,
un médico de Santa Cruz que ten(a aqu( la casa de veraneo, y debajo
de la escalera ten(an una pifl.a enterrada, mayor que una mesa, y la
cabra andando y jociquiando se la encontró y yo acabé de escarbarla
y la met( dentro del saco y se la llevé a mi madre, a un terreno que
ten(a all( cerca que estaba amarrando tomateros; y cuando llegué
con la pifl.a plátanos, y le dije: mire madre, que la Mocha los
3 Chijiniste es la ladera de la Montaña de Aguacada.
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encontró, y me madre se jizo una janada pldtanos y comiendo y
diciendo: ¡ay, Dios guarde a la Mocha!. La. Mocha era el nombre de
la cabra. ¡era el tiempo la jambre!".
•
Iglesia antigua de San Mateo. A la derecha, "eL cuano de Los cajones•
Hasta 1926 no hubo cementerio en La Punta del Hidalgo. Los que
fallecieron, con anterioridad a su inauguraci6n4, eran enterrados en Tejina.
Había en La Punta dos cajas mortuorias. Una de aquéllas servía al pueblo y
la otra a los miembros de la Cofradía de San José, conocida como la caja de
los socios. Era negra, forrada con terciopelo del mismo color, ornada con
cordones amarillos "¡de lujo!"; por el contrario, la de la gente del pueblo no
4 El cementerio de La Punta del Hidalgo lleva el nombre de San Gregorio, en honor de la
primera persona que fue enterrada en él, don Gregorio Suárez y Suárez, de oficio labrador.
Falleció el día 22 de noviembre de 1926, a los ochenta años de edad (Libros de Actas de
Defunción del Juzgado Municipal de La Laguna, pág. 400, nº 16.354. El Acta nos fue
propiciada por la nieta del mencionado señor, doña Nieves Suárez Díaz).
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tenía ningún tipo de adornos, pintada exteriormente de negro. Los muertos
eran velados en las casas, luego traían la caja de la iglesia metiendo el
cadáver dentro, envuelto en una sábana. En el cementerio de TejinaS, hasta
donde se iba caminando, se depositaba el cadáver en la tumba
correspondiente y, más tarde, la comitiva, con la caja a cuestas, emprendía
de nuevo el camino hacia La Punta del Hidalgo: "les familiares iban con
comida y comían en Tejina cuando los enterraban y bebían y se
emborrachaban y después la caja, cuando venían de vuelta, la dejaban por el
camino, a veces por El Riego y a veces por Bajamar"·. ·
Esos son datos escuchados a sus mayores. Sí recuerda ver las dos
cajas guardadas "en un cuanillo pequeflo que había al lado de la iglesia". Se
trata de la iglesia antigua de San Mateo elevada a parroquia en 1930, es
decir, años después de que se inaugurara el cementerio de La Punta. En el
lado derecho de la mencionada iglesia se alzaba el conocido como "cuano de
los cajones". Cuando se inauguró el nuevo templo parroquial los cajones "y
otras cosas viejas" se desecharon.
La fiesta de San Juan, como ocurrió hasta bien entrada la segunda
mitad del presente siglo en la mayor parte de los pueblos de Canarias, fue
una celebración tremendamente diversificada en lo que a celebración de actos
se refiere, participativa y animada. En La Punta, como en el resto de
Canarias, el día de San Juan fue un día mágico; pródigo en valores
simbólicos. Se creía que el agua, antes de salir el sol, era bendita; por tal
motivo acudían hasta ella, al objeto de beneficiarse, los parranderos del día
de la víspera y las mujeres; unos y otros se lavaban la cara en la atarjea de El
Tanque, a la entrada del pueblo6, cargando, además, las mujeres en latas o en
garrafones para el gasto de las respectivas casas.
Antes de que los Juanes de la localidad (entre ellos Juan Ledesma,
"un muchacho que se fue pa Venezuela y se lo prometió al santo si le iba
bien") aportaran el dinero para construir en la Playa del Buigo la moderna
capillita a San Juan el año 1954, el santo se guardaba en la iglesia de San
S Entre La Punta del Hidalgo y Tejina media una distancia de siete kilómetros.
6 Se trata de la atarjea que venía desde el Barranco de El Tomadero. En la zona de El Tanque
había, también, lavaderos.
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Mateo, bajándolo en procesión hasta la indicada playa. La gente se pasaba
todo el día allí, acudiendo los del barrio del Homicián al Puerto de La Hoya,
subiéndose y haciendo recorridos en los barquitos de remo que poseían los
pescadores: "decían que iban a mariar y estaban todo el d(a montados en
ellos". Se bajaba hasta el mar con comida, bebida y dulces: "y se
emborrachaban y venían peleándose delante del santo, unos con otros, y el
santo pacá y pallá, ¡guá!".
Día de San Juan, aflo 1945; el sacerdote bendiciendo los barcos de los pescadores
Ameno conversador y poseedor de un buen sentido del humor. Esa es
otra de sus virtudes. Le hemos escuchado decir en varias ocasiones que
cuando pierda el humor ya quisiera morirse. Lo ha puesto de manifiesto,
desde su más tierna juventud, parrandeando, contando chistes y cuentos, y
disfrazándose en los carnavales: cuando joven acudía a los de Las Montañas
(pueblitos de las Cumbres de Anaga) y, en la actualidad, a los de Santa Cruz
y La Laguna.
Su capacidad memorística -claro exponente del sentir colectivo- es,
igualmente, admirable. Recuerda los puntos cubanos aprendidos de su padre
y de su tío materno Celedonio Martín Suárez, quienes estuvieron en la isla de
Cuba. También los cantares de Candelaria que escuchó cuando, siendo niño,
acudía con su madre y otras personas a la fiesta de Candelaria del quince de
agosto: "salfamos caminando la noche de la víspera y llegábamos alU de
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madrugada, y otras veces nos fbamos desde por la tarde y las viejas iban
cantando por todo el camino"; de la señalada festividad suele referirse,
frecuentemente, a tradiciones ya extinguidas como eran la de dar vueltas,
corriendo, en los corredores del convento o la de contemplar en la arena de
la playa a personas que ponían la zancadilla a otras con el objeto de tirarlas al
suelo: "y la gente se reía y se ponían a echar luchas, pero si no era conocido
se armaba cada jaleo ... ". Otras de las canciones que recuerda, que
acostumbra a cantar en reuniones, son las que aprendió ("ocho, nueve o diez
attos tenía, fue a~tes de la Guerra") escuchando discos en el fonógrafo
("gramófola de darle cuerda") que tenía un vecino de La Punta del Hidalgo,
Manuel Herrera, de profesión albañil; con los hijos de dicho señor y otros
muchachos, bailaban al tiempo que oían las que fueron melodías propias de
su tiempo: "A mí me importa un comino", "Soy Leoncio Marmolejo", "La,
flauta de Bartolo", "El chibiribirC' ... Retiene ("en mi cabeza") una gran
cantidad de coplas populares, pródigas en una comunidad tan orgullosa de su
folklore como es La Punta del Hidalgo; hemos seleccionado unas cuantas,
algunas referidas al pueblo que le vio nacer:
"Del mar te traigo la espuma,
del Teide la nieve fría,
de Punta Hidalgo te traigo
la copla de las /olías".
"Es La Punta del Hidalgo
un rincón del arrecife,
sus playas son como lagos
orgullo de Tenerife".
"Qué alegre estás Punta Hidalgo,
ya tienes lo que querías,
revivió Sebastián Ramos
que te mimó con/olías".
"En La Hoya cantó un gallo,
en El Toscalito un pollo,
en las Casas de Perera
cantan todos los demonios".
"Un puntero subió al cielo,
subió cantando /olías,
los angelitos lloraron
y el Padre eterno reía".
"San Mateo en La Punta,
Gran Poder en Bajamar,
San Bartola en Tejina,
cada santo en su lugar".
"Si en La Punta no hay reloj
no es por falta de punteros,
que allí se pasan las horas
y también los días enteros".
"En La Punta sale el sol
primero que en La Laguna,
y por eso los punteros
tienen color de aceituna".
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• Puso Dios en Tenerife
para su gloria infinita,
un Cristo maravilloso
y una Virgen morenita".
• Como no puedo vivir
en la tierra en que he nacido,
vine a América a morir
lejos del Teide querido".
• Al Cristo de La Laguna
de rodillas le pedí un día
que a la hora de mi muerte
me canten unas follas".
"Dicen que casar, casar
yo también me casarla
si la vida del casado
fuera como el primer día".
"De los árboles frutales
la parra es la mejor,
porque de ella sale el vino
para consagrarme yo".
LA OBRA POETICA
• Canarias de mis Canarias,
Canarias de mi consuelo,
¡quién estuviera en Canarias
aunque durmiera en el suelo!".
• El mentir por las estrellas
es un bonito mentir,
porque tú no vas a ir
a preguntárselo a ellas".
"Amame prenda querida,
ámame que ahora es el tiempo
que la juventud se acaba
y la vida es un momento".
• Cómo quieres que la olvide
si ella fue mi medianera,
si el amor cría raíces
como la planta en la tierra".
• Cuando paso por tu casa
compro pan y voy comiendo,
para que no diga tu madre
que con verte me mantengo".
Lo que hemos relatado nos ayuda a entender cuál y cómo fue el
contexto donde se fue fraguando el genio creativo de Manuel Barreto Martín,
del que dio muestras cuando nuestro poeta popular se encontraba en una edad
muy temprana:
"Y ahora te voy a hacer un cuento de mi madre, que en paz
descanse. Ella jumaba y compraba los cigarros en la venta del sellar
Angel Herrera, que era una venta que había antes en LfJ Punta y nos
daba fiado. Y un día compró una caja de cigarros y cuando encendió
el primero le estalló en las manos; ¡no, no era una caja, eran
sueltos!, y mi madre pues se le fae a quejar, y ellos decían que allí
no le habían puesto nada que si sería en la fábrica, en fin que nunca
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se supo; la marca de los cigarros era El Cucú, y entonces yo le
saqué una poesía que dice así, tenía yo por lo menos quince o
dieciséis aflos:
De casa de Angel Herrera
ha salido un fulminaf!le,
por eso dice la gente
los demonios lo levanten.
Mi madre estd rechinando,
la culpa la tienes tú
porque no puede fumar
los cigarros del Cucú".
Toda su obra poética, al igual que refleja la breve poesía sobre los
cigarros de El Cucú, es la exposición de parte de su propia vida, la que él ha
deseado versificar. Es la expresión del sentimiento o el deseo de narrar
hechos que han sido trascendentes para la comunidad o que es conveniente
mostrar con el propósito de hacer reflexionar y, si es posible, enmendar,
corregir.
El contenido de su obra, enmarcada por las normas de la métrica y
rima popular, nos permite establecer la siguiente diferenciación:
a) Poesías referidas a hechos acaecidos. Un ejemplo lo representa la
titulada La, plaga del cigarrón. Es una composición de carácter satíricoburlesco.
Y nos llama la atención el hecho de que otros poetas, de lugares
distintos y distantes de las Islas, hicieran lo mismo: versificar y humorizar su
propia desgracia. Ante tal amenaza el campesino canario, durante muchos
años, pudo hacer muy poco; se encontraba "desasegurado", abandonado, sin
posibilidad de recibir ayuda alguna. La plaga del cigarrón fue tantas veces
"la gota que colmaba el vaso". Ante el hecho, reseñado en el texto y en la
poesía que sigue, no había más que una sola alternativa: satirizar la propia
mala suerte:
"Fue en el aflo 52 ó el 53, mi hijo era pequeflo y yo ten(a unas papas
en el cercado de La, Florida, y lo que estaba de bandera eran los
palla/es de mi hijo y las naguas de La.la, mi mujer. Los cigarrones se
espantaban tocando cacharros y haciendo Jogaleras de humo, y
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espantapájaros pa que creyeran que era gente y se fueran. Venían en
bandos de Africa cuando el tiempo estaba de levante, del sur, con las
calinas; y dicen que los moros se quedaban llorando porque era la
comida dellos, eso es lo que les gusta. Dejaron todo pelado, los
árboles, las plataneras, las papitas, todo.
La. plaga del cigarr6n
Fue un día quince de octubre,
con muchísimo calor,
llegaron a Tenerife
la plaga del cigarrón.
Entraron por Santa Cruz,
visitaron los teatros
y como no cabían todos
fueron a la Plaza Los Patos.
Y subieron por La Cuesta,
con mucha velocidad,
pa llegar a La Laguna
y visitar la ciudad.
Llegaron a La Laguna,
preguntaron qué hora son,
un viejo les contestó:
las dos por la Concepción.
Estando en La Laguna
se arrimaron a una acera,
cogieron una guagua
y se fueron a Las Canteras.
Estando en Las Canteras
se pusieron a contemplar
y vieron las avionetas
que iban a envenenar.
Como estaban en peligro
se echaron a volar
y se fueron a posar
en lo alto de Bajamar.
Llegaron a Bajamar
y visitaron las casetas
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y don Julián de alquiler
les cobraba dos pesetas.
Y pasaron pa La Punta
con mucho vuelo y terror,
y se fueron a posar
allá arriba en El Manchón.
Subieron con lanzallamas
y encendieron hogueras,
la mitad de los que iban
cogieron la borrachera.
Y los pobres cigarrones,
entre tanto humo
y ruido de cacharros,
se marcharon a la costa
a comer plataneras
en el campo de Los Canarios.
Los peones que los vieron
les tiraron unos foguetes
y se fueron a posar
al algodón de Montete.
Allá arriba en La Florida,
debajo de La Quebrada,
pusieron unas banderas
aqu( no me dejan nada.
Donde pusieron banderas
ya no vuelven a poner
porque fueron y se llevaron
las naguas de mi mujer.
La que se llevó las naguas
ten(a en la imaginación
si me llega a coger a m(
es tremendo el vacilón.
Y los pobres cigarrones,
a tanto de hacer hazaflas,
se fueron pa Las Montaflas
y visitaron a Cho Andrés
y una cueva que ten(a
la cogieron de alquiler.
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Y pasaron por Chinamada
con el ruido de los pitos
y fueron a Las Carboneras
a merendar en la venta de Juanito.
Juanito muy apurado
porque tenía el pan al horno,
la mitad de que los iban
se marcharon pa Taborno.
Llegaron a Taborno
y se comieron las manzanas
y fueron a reposar
al pueblo de Taganana.
Y Cho Pepe el zapatero,
el que vive en Ponuga ,
al ver tantos cigarrones
él perdió de trabajar.
Y bajaron pa la playa
con mucho vuelo y terror,
preguntándole a la gente
por el duefl.o del motor,
pues los pobres cigarrones,
ellos quisieron navegar,
y por el medio del camino
se marcharon sin pagar".
b) Creaciones que denotan añoranza de lo que hubo años atrás,
eflejándose a nivel cultural y natural, observándose en este segundo caso una
reclara crítica y manifiesta preocupación ecologista. Aquí podemos encuadrar
dos de sus obras: ¿Dónde está mi Punta Hidalgo? y Punta del Hidalgo .
¿ Dónde está mi Punta Hidalgo?
"Punta Hidalgo siempre ha sido
un precioso mar abieno,
muchas naves abrigó
llegadas de los desienos.
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Fue un pueblo muy carifloso
nunca lo dejó de ser,
hoy lo encuentro separado
yo no me explico el porqué.
Un pueblo que tiene fama
ya lo nuestro se acabó,
¿ dónde está esa tradición
que nuestros padres dejó?.
En folklore los primeros,
en parrandas lo mejor,
en el vino y el pescado
La, Punta ya se secó.
úis foUas bien cantadas
que el puntero siempre cantó,
hoy lloramos con tristeza
una vieja tradición.
Cantaba el chico y el grande,
el mediano y el mayor,
el anciano y la anciana
por ver quién lo hacía mejor.
Yo también canto folfas
no seré de lo mejor,
yo canto con muchas ganas
por seguir la tradición.
¡Qué alegre estás Punta Hidalgo!,
ya tienes lo que querías,
revivió Sebastián Ramos
que te mimó con folfas".
Punta del Hidalgo
"Punta Hidalgo hace tiempo
que éste es mi pueblo natal,
cuando en la isla se proclamó
primera zona industrial.
Desde la vecina isla
vino gente a trabajar,
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porque aquí no había gente
para puestos ocupar.
Primero tuvimos calla
y después el tomatal,
llegó luego la platanera
y después el algodonal.
Trigo se cogía mucho
al salir la primavera,
miren si se cogía trigo
que se llenaban las eras.
Vacas habían por cientos
se vef an todos los días,
hoy si quieren ver las vacas
váyanse a las romerías.
Habían ocho lagares,
se cogía mucho vino,
solamente queda uno
el de Alfredo el de Gabino.
Habían muchos pescadores,
se vendía mucho pescado,
tanto se comía fresco,
como se comía salado.
Ya no se vende pescado,
tampoco se puede comer
porque los pescadores lo quieren
pa Sergio, Manolo y Manuel.
Habían tres centros sociales
de ésos no quedan ninguno,
hay uno como recuerdo
que ocupa el Número Uno.
Había un equipo de fútbol
muchos lo recordarán,
hoy por mucha pata que den
como aquél no habrá otro igual.
Habían dos molinos de gofio
y dos bombas de gasolina,
hoy si quieren repostar
tienen que ir a Tejina.
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Habían tres barberías,
no es mentira que eso es cieno,
solamente queda una
que conservan los Barreto.
Habfa una tanda de divinos
que era cosa de admiración,
cuando salfan de La Punta
buenos premios se llevó.
Ahora hay trabajo pa poca gente
y esto a mf ya me indina,
lo poco que se cosecha
se lo llevan pa Tejina.
Ahora hay invernaderos,
parecen ser cosa fina,
aquf se royen el gaeso
y la pulpa se va a Tejina.
Todo se va pa Tejina,
si no lo veo no lo creo,
pa que todo quede arriba
que se lleven a San Mateo.
Me dicen que hay adelantos
porque hay depuradora,
por un lado sale agua clara
y por otro mierda sola.
Ahora han puesto muchas casetas
en la orilla del mar salado
con letreros que dicen:
no pasar que hay perros bravos.
Las playas estaban limpias
y las aguas al natural,
hoy están llenas de mierda
porque no hay donde cagar.
Si las viejas resucitaran
y vieran la costa como está,
ellas morían de nuevo
porque ya no cogen sal.
Yo siempre lavaba mis barricas
con agua salada del mar,
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ahora las lavo con agua dulce
por miedo de contaminar.
Todo esto se lo debemos
a todo aquél que manda mal,
él a La. Punta no viene
que se queda en Bajamar.
Alcaldes y concejales
pa La. Punta han sido espinas,
es que cada uno arrima
la brasa pa su sardina.
Tenemos un excelentísimo alcalde
con carita de tristeza,
las ilusiones de él son:
las chácaras y la pandereta.
No quiero ofender a nadie
ni tampoco ser ofendido,
hablo por mi Punta del Hidalgo
que la tienen en el olvido.
¡Puntero, si eres puntero!,
lucha dentro y lucha fuera,
porque si siguen por este camino
volveremos a las cuevas".
c) Creaciones de carácter festivo. Se trata de auténticas lobas o loas
que se declaman durante el desarrollo de determinadas fiestas de la localidad,
delante de la Virgen o Santo cuya festividad se celebra. Tienen que ver con
la fe y la tradición de un pueblo, incidiendo en el hecho de que no se deben
olvidar las viejas tradiciones, las que dan contenido y autenticidad a la
celebración. Aquí se encuadran las tituladas A la Patrona de los marinos y
La.fiesta de San Mateo.
El día de la Virgen del Carmen corresponde al 16 de julio. Se le
honra y festeja mediante la ceremonia del embarque, protagonizada por los
hombres de la mar. Desde hace varios años, a fin de que todo el que quiera
acuda, se hace coincidir con día de domingo. Y como acaece en tantos
puertos de Canarias, "se van buscando las mareas" para que se desarrolle
con la mayor normalidad. Hace unos tres años que Nene Barreta empezó a
declamar su loa a la Virgen del Carmen; lo efectúa en el momento de
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embarcarla, subido "en una roca que hay ali(, la roca se llama El Roquete":
A la Patrona de los marineros
"A ti mi Reina de la mar,
la de la faz marinera,
la del mantón de coral
y escapulario de estrellas.
Líl de horizontes sin fin,
la de espumas sin fronteras,
la que adormeces tormentas
con noches de luna llena.
Líl que guía a los bajales
por singladuras eternas.
A la que invoca el marino
cuando la esperanza es muerta.
Líl de corceles azules
que vagan sobre la arena.
Líl de las algas dormidas
con los cantos de sirena.
Líl de la barca sin remos,
la del timón sin pereza,
la que guía a los marinos
con la luna y las estrellas.
Líl que le indica al marino
que bien se pueda guiar
por Anaga, Los Hermanos,
Aguacada y El Pilar.
Los marinos de Úl Punta
siempre te van a acompalfar
en el paseo marítimo
de Líl Punta a Bajamar,
así alfo tras alfo
el recuerdo llevarán.
Hoy no están todos presentes
pero en tu seno sí lo están.
Hoy te van a acompalfar,
algunos no, están enfermos,
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y aquéllos que ya son muenos
lfbralos del fuego eterno.
Ya me despido paloma,
surcadora de las brisas,
me llevo en mi recuerdo
tus ojos y tu sonrisa".
La loa sobre la fiesta de San Mateo (cuya onomástica es el 21 de
septiembre), Patrón de La Punta del Hidalgo, la creó Manuel Barreto para
declamarla, ante el santo, en la escena conocida por la Librea del Capitán de
San Mateo. Se trata de la figura de una antigua y muy sentida tradición, a
veces transmitida de padres a hijos y otras ejercida por promesa que, alguna
vez, por razones justificadas no llegó a plasmarse, tal como acaeció al tío de
nuestro poeta, don Rafael Barreto Suárez:
El Capitán df! San Mateo
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"Eso venfa de muy atrás, desde que yo tengo uso de razón se jace el
Capitán, toditos los afl.os; y se dejó de jacer cuando la Guerra y
dispués se empezó a jacer otra vez. Yo lo prometí de muchacho,
porque eso se jacfa de promesa, pero dispués me daba vergüenza
jacer/o y todav(a la debo, pero yo espero que San Mateo se haya
olvidado porque ya no estoy pa esos trotes"1..
Sobre la figura del Capitán de San Mateo y su historia manifestó lo
siguiente el personaje esencial de este estudio, don· Manuel Barreto Martín,
quien en varias ocasiones la ha representado:
"En las fiestas de w Punta antes se usaba lo del Capitán; eso es una
tradición muy antigua, no se sabe desde cuándo se empezó a hacer,
se quitó cuando la Guerra y después se rescató otra vez. El primero
que lo empezó a hacer fue Rosendo Dfaz, que yo me acuerde, pero
eso venfa de atrás, el pobre cuando ya no podfa decfa: jagan el
Capitán, no dejen de hacer eso, no olviden eso que es una cosa
bonita. Después lo estuvo haciendo mi padre y después se dejó de
hacer, pero a mf me estaba reinando y yo ya lo he hecho varias
veces, pero este afl.o no lo hice porque los que estaban en la comisión
de la fiesta dicen que eso no se hacfa porque eso era una
machangada ( ... ). Lo del Capitán se hacfa de promesa a San Mateo.
w ropa que tenfa el Capitán era de color caqui, con un gorro y el
gorro tenfa un plumacho, los pantalones eran a la rodilla y en las
piernas unas polainas, una chaqueta como una guerrera y un sable a
la cintura. El Capitán la noche de la víspera de San Mateo (20 de
septiembre) salfa del barrio de w Hoya que está a la entrada del
pueblo, y toda la gente detrás y salfan a verlo cantando y bailando y
decfan: ¡viva el Capitán!; y con jachos de gamona encendidos que
eran como bengalas pa ir alumbrando, pues antes no habfa luz en
las calles como ahora. Los jachos los hacfan con diez o doce
gamonas y los amarraban con una verga; y la comitiva iba hasta el
final del pueblo que era donde estaba el santo en una ermita pequefla
que fue destruida en 1943, cuando empezó afuncionar la iglesia que
está ahora8, y San Mateo esperaba al Capitán en la puena y el
7 Agradecemos la información a don Rafael Barreta Suárez, nacido el día 14 de septiembre de
1904. La Punta del Hidalgo, mayo de 1993.
8 El año de terminación de la antigua iglesia de San Mateo estaba escrito en el frontis de la
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Capitán le hacfa la reverencia y saludaba, se ponía de pie delante
del santo y sacaba el sable y después salía la procesión pero el
Capitán no decfa nada, y cuando yo lo empecé a hacer me inventé la
poesía de la fiesta de San Mateo:
La fiesta de San Mateo
La fiesta de San Mateo
había pocas igual,
porque aquí se celebraba
día y noche sin parar.
Habían ocho días de fiesta,
no eran cuatro ni eran cinco,
empezaban el dieciocho
y terminaban el veinticinco.
Así todos los afl.os
nunca el día se le quitó,
cayera cuando cayera
la fiesta se celebró.
Venía gente de Santa Cruz,
de Tegueste y Valle Guerra,
de Taganana y Las Montafl.as
con frutos que da la tierra.
Traían ruedas de fuego,
voladores y bengalas
pa ofrecerle a San Mateo
en las fiestas de su gala.
Llegaban a la Cruz del Tanquillo,
allí hacían su entrada,
quemando delante los corazones
voladores y bengalas.
Allí se juntaba el pueblo,
junto con la gente de fuera,
misma: 1858. Fue destruida una vez finalizada las obras de la actual iglesia parroquial,
bendecida el día 1 de febrero de 1943, según refleja Alejandro Cioranescu en su libro La
Laguna. Guía hislórica y monumenlal (Santa Cruz de Tenerife, 1965, p. 261).
El día 2 de febrero de 1948 se celebró el primer matrimonio en el nuevo templo. La
información se la debemos a los contrayentes: doiia María Domínguez Alonso y don José
Alonso Hernández.
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esperando al Capitán
pa celebrar la Librea.
Se bajaba plaza abajo
todo era muy sencillo,
con cuerdas y cantadores
dentro de los ventorrillos.
Yo recuerdo pequettito
mi padre fue el Capitdn
y en la casa no cabía
la gente para brindar. ·
Recuerdo que hacía un ponche,
una bebida muy buena,
todo aquél que la bebía
se olvidaba de sus penas.
Luego se hacían bailes
pa poderlo celebrar,
las fiestas de San Mateo
día y noche sin cesar.
Nunca faltaba en las mesas
el pan, el pescado y el vino,
las papas y las batatas
y la carne de cochino.
Y con esto me despido
no quiero cansarles mds,
con problema o sin problema
La Punta enfiestas está".
INTERPRETE, ACTOR Y AUTOR DRAMATICO
Siempre nos ha llamado la atención, con gran asombro, el "don de
actuación" que posee Manuel Barreto Martín. Es un actor natural. No se
corta lo más mínimo. Le complace intervenir en público, poniendo gran celo
en cada una de las cosas que realiza. Y a nos hemos referido a su cometido de
lobero ante la Virgen del Carmen y a la representación del papel de Capitán
en la fiesta de San Mateo. Desde hace siete años, "a palo seco", canta sus
coplas de malagueñas al Cristo de La Victoria en la procesión de madrugada
en La Punta del Hidalgo, el día del viernes santo:
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"A las seis de la mallana
el Cristo de paso va,
pasando por El Calvario,
subiendo el Homicián".
"Poco a poco y con cuidado
la madre llorando está
al pie de la cruz pesada
que le dieron por maldad".
·señor José·
Y toca la huesera, recita sus poesías y canta isas, folfas y malagueñas
en las dos agrupaciones folklóricas de la que es componente: la del Club de
la Tercera Edad y la de la Escuela de Magisterio, ambas en la ciudad de La
Laguna. También es actor habiendo interpretado diversos personajes en obras
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de teatro costumbrista, entre las que destaca la titulada Catalina, Catalina,
que se sabe totalmente de memoria y cuya autoría corresponde a "Montero el
del Sobradillo". Pero además de todo lo expuesto, compuso "hace cinco
afios" una comedia en cuya escenificación -a veces solo, cambiando la voz
según el personaje que corresponda- ha intervenid~ repetidas veces en
condición de miembro del Grupo de Teatro de la Tercera Edad de La
Laguna. El título de la misma, que a continuación presentamos, es Las
voladas de Sefior José.
Las voladas de Señor José
MARIA: "A ver José, habiUtate que nos vamos pa Candelaria.
JOSE: Poro María, tú te gobiernas al son de tu paladar, ¡tú no sabes
que este afio no podemos dir mujer!.
MARIA: ¿Por qué José?, ¿es que este afio no quieres dir, o tienes algo
entre manos?.
JOSE:
MARIA:
Pos tengo muchas cosas y te las voy a dicir si no lo sabes, y si
no lo sabes no te jagas la desentendida.
Pos como tú no me lo dices, cómo lo voy a saber, ¡tú crees que
yo soy zajorina!.
JOSE: Tú no sabes que el trigo ya está en la era y eso no es cualquier
cosa, y además yo le di palabra al compadre Grigorio que en
esta semana le dejaba la era habilitada, y mi palabra es un
testamento, mejor que los que jacen los enteletuales.
MARIA: ¡Ay mería, con que esas tenemos!, tú no sabes que las palabras
hoy se las lleva el viento.
JOSE: Las palabras se las llevará el viento poro las mías no, porque
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son un testamento y lo que yo digo lo jago, aunque pierda lo
más por lo menos.
MARIA: Poro José, tú sabes que yo tengo promesa de dir toditos los aftas
a Candelaria.
JOSE: Sí, es verdad, siempre me lo dices. ¿ Y cómo me las arreglo yo
pa disculparme con el compadre Grigorio ?. Mira a ver tú que
tan amaftada eres, envéntate una excusa.
MARIA: Nada más justo, tú le dices al compadre Grigorio que te perdone
lo dicho, que tú no sabías que las fiestas estaban puestas, y que
la comadre tiene promesa de dir toditos los aflos a Candelaria, y
que ya tiene todo habilitado.
JOSE: Es verdá que la mujer se las sabe toditas, con dicine que
entodavía no ha habido un hombre que le haya ganado un juicio
a una mujer. Y bueno, ¿tú ya estás habilitada?.
MARIA: Yo sí, ya tengo los rosquetes hechos, las batatas se están
arrugando, los chicharros los voy a freír, y tú vete a los
manchones a coger unos pocos de jigas picos. ¡ Y no cojas
muchos, porque tú sabes que son tan güenos y uno se los come
uno a uno y más dispués quieren salir todos juntos!.
JOSE: Bueno, y hablando de todo un poco: ¿qué vas a llevar este atto?.
Me supongo que lo mesmo del aflo pasado.
MARIA: Pos lo acostumbrado José: los rosquetes, las batatas, los
chicharros, los jigas, un galón de vino y una botella de coflada.
¿ Y qué más puedo llevar José?, y la voluntá de Dios.
JOSE: María, mira a ver si nos va a suceder lo del afio pasado, que
prencipiamos en Geneto a comer rosquetes y a echar tanganazos
de cofi.adas y cuando llegamos a vista de Candelaria le dimos fin
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MARIA:
JOSE:
a la botella, y me ricuerdo que estaba amaneciendo y me
dijistes: José, si supieras que están entrando unos apetitos con
la calorcita de la coflada. Y yo te dije: pos a mí también.
Yo me ricuerdo perfetamente que nos ml!_timos en los pencones y
allí nos habilitamos, y en esto venía llegando una reunencia de
macharengos y macharengas, y yo, está claro, con las prisas me
metí las inaguas por dentro los calzon(!~ sin darme cuenta y los
baladrones con risas y fiestas me echaron un cantar. ¿ Te
ricuerdas José?.
Yo lo ricuerdo perfetamente y también me ricuerdo del cantar
que comenzaba ansina:
Una vieja y un viejo
Dios me perdone,
fueron de madrugada
pa los pencones.
Y también me ricuerdo que cuando días por la calle La Arena
alantre con tu cestita a la cabeza que te parecía que no había
otra más igual que tú, y la gente detrás te decían: ¡silfora,
siflora, mire que lleva las inaguas por dentro los calzones!.
MARIA: ¡Ah pillo, pillo, y me viste que yo diba de aquella manera y no
fuiste capaz de dicirme nada, perro!.
JOSE: Yo sí te vide, pero me creía que la promesa era ansina.
MARIA: ¡Ay pillo, pillo, pillo, ¡qué bobito te jaces baladrón!. Mira José,
me enteré que jaces unas poesías tan bonitas, ¿por qué tú no me
las dices?.
JOSE: Pos te las voy a dicir ahora que llegó la ocasión, comienzan
ansina:
Me decía Sena Rosa
vieja cuasi, cuasi centenaria:
mientras viva yo no dejo
las fiestas de Candelaria.
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Desde que yo era chiquita,
tamafl.a como un cigarro
yo iba con otros romeros
a Candelaria en un carro.
Ricuerdo pe,jetamente
cuando yo diba con mi agüe/a,
ella entraba de rodillas
discalza y con una vela.
Una vezfue un primo mío
que estuvo afl.o y medio en La Habana,
él tocaba el a/correón
y muchas guajiras cubanas.
Al salir la procisión
padre de promesas diba
con una lata de aceite
y desnudo medio arriba.
Mi primo el que estuvo en La Habana,
como era entelegente,
él se hacía allí unas lobas
que hacían llorar a la gente.
Que habían en los ventorrillos
cosas baratas y sabrosas:
carne adobo, uvas de Ara fo,
vino blanco y graseosa.
Ya no se bebe graseosa
esa bebida tan gaena,
ni se brinca en los corredores
ni se tumban en la arena.
Yo ricuerdo esos cantares
que allí la gente se decía ,
así todita la noche
hasta el amanecer el día.
Ya no hay estas deversiones
pos ahora vamos en anomóvil,
se llega en un dos por tres
y encima nos cuesta el doble.
Sólo la Virgen santísima.
sigún dice Sefl.a Rosa,
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sigue siendo como siempre
tan bonita y milagrosa9.
MARIA: ¡Ay mer(a, pos estoy abobada, y eso lo sacaste tú de tu
imaginación!.
JOSE: De ah( mesmito, pos no te cre(as tú que porque yo no fui nunca
a iscuela yo no puedo inventar mis poesías.
MARIA: Ya veo-que no eres tan tonto como yo me aseguraba. Mira José:
¿por qué tú no vas a ese arradio que hay en esos Santacruces y
la dices, pa yo poder o(rte en la cocina cuando esté habilitando
el ayanto?.
JOSE: Yo me lo he pensado de dir a la Arradio Clo, o a la radio de
Las Canteras, o ésa de la Antena Tres, pos ali( hay un
muchacho muy conversador él, y que le gusta poco una
lambidura, y con la misma le dec(a la de San Benito el alfo que
no llovió nadita del mundo, que gaenas amarguras pasamos pa
poder escapar las vacas.
MARIA: Pos échame/a José, pos me supongo que me gustará también.
JOSE: Pos ahí te van:
Mi San Benito bendito,
patrón de los labradores,
échale un ojo a La Laguna
y a todos tus alrededores.
Este atto no ha llovido
a mal tiempo buena cara
que ya no se coge trigo
ni tampoco la cebada.
9 Esa poesía, intercalada en el texto, es obra de Nijota, seudónimo utilizado por el poeta
costumbrista canario Juan Pérez Delgado.
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Papas se cogieron pocas,
hay que ahorrarlas dice el dicho, _
no las guarden mucho tiempo
porque se las come el bicho.
Chochos nacieron pocos,
es un plato servicial
que se sirve en las mesas
por fiestas de Navidad.
El vino se jace poco,
no sé qué vamos a beber,
él se jace con la uva
este ano no sé con qué.
Las vacas las están quitando
es una gaena razón,
porque ya no nace hierba
y está cara la ración.
La leche se jace poca
me decfa sella Laura,
pa aguantar a los clientes
hay que aumentarla con agua.
Vacas habían por cientos,
se veían todos los d{as,
hoy si quieren ver las vacas
váyanse a las romerías.
MARIA: Pos estoy abobada, ¡tú sabías esas lobas y esas poesías tan
bonitas y tan verdaderas!. Eso del agua en la leche te lo creyes,
porque yo por dos ocasiones le eché agua a la leche, cuando me
faltaban dos litros pa mis compromisos, y yo pa no dejarlas sin
leche as{ lo }ice, y tengo el alma escociendo, porque a m{ nunca
me ha gustado lo ajeno.
JOSE: Pos eso es un pecado.
MARIA: Claro que es pecado José, pero yo no se lo he dicho a nadie sino
a ti porque llegó la ocasión, cuando ni siquiera se lo he dicho al
cura, por si acaso se fuera de la lengua y dispués del púlpito me
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sella/e con el dedo.
JOSE: No mujer, eso no es pecado, porque si fuera pecado las lecheras
estarían toditas condenadas en vida y ahí las ves que todas están
mercando terrenos, gaenas casas y gaenas gallanfas; sin ir más
lejos, f(jate en los compadres que pusieron vacas dispués de
nosotros y mira la vuelta que llevan y nosotros lo comido por lo
servido.
MARIA: Pos buen provecho que les haga, que sólo lo jice por dos veces y
todo era por no perder mis filigreses, tan gaenas pagadoras que
eran ellas, pues pecado que me está remordiendo, porque yo
nunca he sido amiga de lo ajeno.
JOSE: No mujer, siempre hay que dicir algo pa ir pasando esa perra
vida que llevamos; y como dice la poesía: ¡a mal tiempo gUena
cara!".
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