LENGUA Y LITERATURA
LOS NOMBRES CANARIOS DE EDAD
DE LOS ANIMALES
MARCIAL MORERA PÉREZ
1. INTRODUCCIÓN
Las lenguas naturales suelen disponer de campos léxicos más o
menos diferenciados para distinguir entre las distintas etapas de desarrollo
de las especies animales. Así, por ejemplo, el español nos ofrece
la siguiente terminología para distinguir entre las varias fases de la vida
del ganado lanar: caloyo 'oveja recien nacida'', cordero 'oveja que no
pasa de un año', añojo (borra si es hembra) 'oveja de un año', borrego
'oveja de uno a dos años' y oveja (carnero si es macho) 'individuo
adulto de la especie', término que actúa además como denominación
genérica de todo el grupo-. Asimismo, para el ganado vacuno nos proporciona
esta misma lengua las siguientes distinciones: ternero 'cría de
la vaca', 0/7070 'vaca de un año', eral 'vaca entre uno y dos años', becerro
'vaca de uno a dos años o poco más', novillo 'vaca de dos a tres
años', vaca (toro, si es macho) 'individuo adulto de la especie', que además
actúa igualmente como denominación genérica de todo el grupo'.
1. La información lexicográfica del español general que aparece en este trabajo procede
básicamente del Diccicinaría de la leiigiin española, de la Real Academia, edición del
92, y del Dicciouarío del usa del españul (Madrid, 1986), de María Moliner.
2. Junto a estas denominaciones sustantivas, aparecen también denominaciones adjetivas,
como canfín ('dícese de la res lanar que tiene más de un año y no llega a dos'), lechal
('aplícase al animal de cría que mama y en especial al cordero'), primal ('lo mismo que
caiicín'). recental ('cordero que no ha pastado todavía'), sobreprimado ('dícese de la res
lanar que ha cumplido dos años'), trasandosco ('aplícase a la oveja que tiene más de dos
años'), etc., que contribuyen a enriquecer los matices de este campo léxico.
?i. También dispone este campo léxico de distinciones adjetivas, como cuatreño ('dícese
de la vaca que tiene cuatro años y que no tiene cinco'), recental ('se aplica al ternero
de leche que no ha pastado todavía'), sobreñal ('dícese del ternero de poco más de un año'),
etc. Hay que tener en cuenta, por lo demás, que, como la organización de estos campos léxicos
y sus denominaciones presentan una variación diátopica considerable, los diccionarios
recogen a veces varios términos para una misma distinción. Así, por ejemplo, el DRAE nos
dice que la cría de la vaca, además de ternero, se denomina en español choto, churro, jato,
jiivenco. magneto, utrero, etc. Como lo más probable es que estas voces pertecezcan a registros
lingüísticos distintos, no parece razonable incluirlas en una misma estructura léxica. No
169
Estas oposiciones conceptuales basadas en las fases de la vida de los
animales están determinadas, en las culturas no totémicas^ en las culturas
donde el hombre se coloca como el señor del mundo', por razones
puramente pragmáticas: ios animales ofrecen ciertas posibilidades de
explotación, requieren determinadas atenciones, se alimentan de distinta
manera, etc., dependiendo, no solamente de su naturaleza, sino también
de las distintas etapas de su desarrollo. Así, por ejemplo, los peces
no tienen las mismas posibilidades de comercialización cuando son
pequeños que cuando son grandes; el camello joven que todavía no se
ha reproducido no presenta las mismas capacidades de trabajo que el
camello adulto; la vaca, la cabra, la oveja, etc., no ofrecen el mismo rendimiento
antes de parir, época en la que no producen leche, que después
de hacerlo. Pues bien, móviles utilitarios de este tipo son los que suelen
actuar en la formalización de los campos conceptuales que nos ocupan.
Es lógico, por tanto, que las distinciones de edad que se practican
dentro de cada especie animal sean, por lo general, tanto más numerosas
cuanto mayor sea la importancia que dicha especie tenga para la
vida del hombre.
La especificidad y el carácter utilitario de estos nombres de edad
determinan que los mismos tengan operatividad fundamentalmente para
aquellos grupos humanos que se encuentran en contacto con los animales
que designan. Como, por otra parte, muchos de estos grupos
humanos (campesinos y pescadores, principalmente) viven aislados, sin
contacto entre sí, el resultado es que, frecuentemente, cada uno de ellos,
por su cuenta, suele establecer su propio sistema de denominaciones,
apelando generalmente a los recursos generales del idioma o a préstamos
léxicos de otras lenguas. Esta circunstancia determina la enorme
variedad diatópica que se observa en la parcela léxica en cuestión.
conviene olvidar que los diccionarios suelen recoger materiales pertenecientes a lenguas funcionales
diferentes, sin indicar a veces su origen. Por ello deben ser manejados con mucha
precaución cuando se usan como fuente de investigaciones semánticas. Sobre el concepto
de lengua funcional, vid. Eugenio Coseriu, Lecciones de lingüística general, Madrid, 1981,
pp. 7-8,
4, Téngase en cuenta que, como señala Wilhelm Wundt, en las culturas totémicas, "el animal
toma, en relación al hombre, una posición completamente opuesta a la que tiene en la
cultura actual. En el período totémico predomina, no el hombre sobre el animal, sino el animal
sobre el hombre". Elementos de psicología de los pueblos, Barcelona, 1990, pp, 7-8,
5. El papel preponderante que juega el hombre en relación con los animales determina
que sea su propia especie la que experimenta un mayor número de distinciones de edad: v,
gr,. bebe, niño, adolescente, muchacho, chiquillo, hombre (mujer), adulto, viejo, anciano,
etc, (Vid, al especio I. CORRALES, El campo semántico "edad" en español, La Laguna,
1982), Estas distinciones de edad humana no están a veces determinadas por razones utilitarias
como las disitnciones de edad que se hacen en el seno de la especies animales,
170
Veamos algunos ejemplos. Mientras que los pescadores canarios solamente
distinguen dos tamaños en la especie sardina (inajuga 'cría de la
sardina'/ sardina 'individuo adulto de la especie'), como veremos más
adelante, los pescadores de algunas zonas andaluzas, por el contrario,
establecen cinco distinciones: mariquita 'sardina cuando es pequeña',
seguido 'sardina mayor que la mariquita y menor que el corrido', corrido
'sardina cuyo tamaño está entre el seguido y la escallera', escaliera
'sardina algo menor que la sardina adulta' y sardina 'individuo adulto
de la especie', que actúa además como denominación genérica del grupo''.
Este microcampo genérico podría representarse gráficamente así:
mariquita seguido corrido escallera sardina
sardina
En el ámbito conceptual de la edad de la cabra, hacen los majoreros
cuatro distinciones (cabrito, baifo, machorra (tajorase) y cabra
[macho]), en tanto que los campesinos de la zona de La Ribera
(Salamanca), hacen tres: chiman 'cabrito pequeño', güedo 'cabrito
mayor de edad que el chiman' y cabra 'individuo adulto de la especie'^,
campo semántico que podemos esquematizar de la siguiente manera:
chiman güedo cabra
cabra
Asimismo, en Canarias se distinguen dos fases en la edad del asno
(burro y borrico), mientras que en el citado campo salmantino se hacen
tres: los asnos muy jóvenes reciben la denominación de buchis, los que
tienen un año, biques, y los adultos, burros*.
En representación gráfica, así:
buchi bique burro
burro
6. A. ALCALÁ VENCESLADA. Voccibiilano andaluz, Madrid, 1980, s.v. corrido, escallera.
mariquita y seguido.
7. Vid. A. LLÓRENTE MALDONADO DE GUEVARA, Estudio sobre el habla de la
Ribera {Comarca salmantina ribereña del Duero), Salmanca, 1947, p. 190.
8. Ibi'dem.
Precisamente lo que pretendemos nosotros con el presente trabajo es,
primero, determinar los microcampos léxicos de que dispone la sociedad
canaria tradicional para designar las distintas fases de desarrollo de
los animales; segundo, perseguimos establecer la distribución que estos
microcampos léxicos tienen en todo el ámbito del archipiélago. Por último,
proporcionamos un estudio diacrónico de todos los materiales léxicos
implicados en esta parcela designativa'^.
2. ANÁLISIS DEL MATERIAL
Cuando se intenta analizar el problema de los nombres de edad de
los animales, hay que distinguir tajantemente entre animales terrestres
y animales marinos. Los primeros no solamente presentan una amplísima
variedad de usos, sino que además se reparten el mismo medio físico
que el hombre. Por ello resultan tan familiares a éste. La consecuencia
más inmediata de esta familiaridad es el surgimiento de una
variada gama de distinciones de edad, que incluso pueden llegar a ser
específicas para cada uno de los sexos: v. gr., vaca/toro, oveja/carnero,
caballo/yegua, etc. Los segundos, además de presentar una gama de usos
mucho más reducida, viven en un medio extraño al hombre, en un
medio que el hombre ha ido conquistando muy tardíamente. De ahí que
buena parte de las denominaciones de sus especies sean meros usos
metafóricos de los nombres de especies terrestres, como cabrilla, gallo,
araña, palometa, gallineta, conejo, gato, ratón, lagarto, mariposa,
zorro, etc. No es casual, por tanto, que las distinciones de edad que
hacen la lenguas naturales en este sector del reino animal no sean tan
sistemáticas ni tan numerosas como las que practican en el ámbito de
los animales terrestres.
2.1. Los animales terrestres.
Dentro de este grupo, hay que distinguir, a su vez, entre animales
terrestres salvajes o silvestres y animales terrestres domésticos o mansos.
Aquéllos, no solamente carecen de utilidad inmediata, sino que ade-
9. Aunque no sea el objeto de este trabajo, conviene señalar que también en relación
con la edad del hombre dispone el español popular de las islas de determinadas voces propias:
V. gr., zagalole (zcingíilole) {deriv. del esp. 7.agal) 'adolescente muy crecido', inaga-lloie
'muchacho adolescente", pibe (esp. americano pibe (port. pivete) 'chiquillo con matiz
afectuoso' 'niño, muchacho, adolescente', guáyete (arab. Walad 'niño') 'niño, muchacho',
piil/anca (deriv. de polla 'gallina joven') 'chica adolescente que ya tiene cuerpo de mujer',
etcétera.
172
más resultan en muchos casos perjudiciales para el hombre. Por eso se
establecen tan pocas distinciones de edad en su seno. A lo más que se
llega es a formalizar una oposición simple entre el individuo adulto y
el individuo joven de la especie. Es lo que sucede en los casos de las
especies lobo, corza, liebre, cigüeña, águila, rana, víbora, oso, etc.,
cuyas crías se denominan en el español estándar con los nombres de
lobezno, corcino, lebrato, cigoñino, aguilucho, renacuajo, viborezno,
osezno. También el español de Canarias dispone de nombres particulares
para designar las crías de determinadas especies silvestres. Así sucede
en los casos del cuervo, la gaviota y la lagartija, que en algunos puntos
del archipiélago reciben, respectivamente, los nombres de cuervín,
gavioto y cuija, cuando son pequeños'".
Al contrario que los animales silvestres, los domésticos presentan una
amplia gama de funciones utilitarias, que van desde proporcionar alimentos
(carne, leche, huevos, grasa...) y otros productos (pieles, lana,
estiércol...) hasta desempeñar funciones laborales como bestias de tiro o
de transporte. Estos diversos aprovechamientos de los animales domésticos
determinan las, a veces, variadísimas distinciones de edad que se
establecen en su seno. Veamos, por separado, la parcelación de edad que
hace la sociedad canaria tradicional dentro de aquellas especies animales
que más protagonismo han tenido en su relativamente corta historia.
2.1.1. El burro
Aunque, como dice Viera "la leche de la burra, joven y sana, es muy
medicinal" y su piel "se emplea en varios usos, pues se hacen de ellas
cribas, tambores, zapatos, pergamino grueso, y el que se llama zagrií o
zapa"", lo cierto es que la función principal que ha desempeñado el
burro en Canarias ha sido la de servir de animal de transporte y de tiro.
La cría de este cuadrúpedo, desde que nace hasta que deja de mamar,
recibe en Lanzarote y Fuerteventura la denominación de borrico^^ y en
10. Muchas de estas denominaciones plantean más un problema de derivación que un
problema de significación léxica. En efecto, un buen porcentaje de los nombres empleados
para designar los individuos pequeños o jóvenes de las especies no pasan de ser otra cosa
que meras formas diminutivas del nombre genérico. Así, cabrito y cuervín, por ejemplo,
no son unidades léxicas distintas de cabra y cuervo, sino esos mismos significados léxicos
cuantificados internamente,
11. Diccionario de Historia Natural ele lax /.s/o.s Canarias (Edic. de M. Alvar),
Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, 1982, s.v. asno.
12. El material léxico que consideramos a continuación se encuentra convenientemente
descrito en A. LORENZO. M. MORERA Y G. ORTEGA, Diccionario de canarismos,
Tenerife, 1994.
173
otros puntos del archipiélago la de hurranco. Ambas se oponen, por tanto,
al término burro constituyendo una oposición semántica que podríamos
representar gráficamente así:
borrico (biirranco) burro
burro
El primero de ellos parece ser una mera especialización semántica
de la forma borrico (derivado diminutivo del burro) 'asno, animal solí-pedo'
del español general. El segundo es otro derivado del mismo sustantivo,
probablemente desarrollado de forma independiente en Canarias.
2.1.2. La cabra
Constituye uno de los animales más importantes de la cabana tradicional
del archipiélago. Como nos señala el citado Viera, "nos dan su
abundante, dulce y salutífera leche; considerables cantidades de sebo,
pieles mejores que la de los carneros; cabritillos, cuya carne compite a
veces con la de los corderos; machos castrados, que proveen en parte
nuestras carnicerías, y que salados ministran aquellas cecinas, llamadas
tocinetas'^; en fin, nos dan el excelente queso, y las mantequillas, que
cocidas hacen la manteca líquida, llamada de ganado"'"*. El enorme protagonismo
desempeñado por este animal en la vida tradicional canaria
se encuentra reflejado en la riquísima nomenclatura popular existente en
relación con él. Concretamente, respecto de la edad, se distinguen, por
lo común, entre los individuos adultos de la especie, que ya pueden
reproducirse y dar leche, y los individuos jóvenes, que no pueden hacerlo
aún. Esta oposición conceptual básica se expresa de forma general en
todo el archipiélago con los términos baifo (baifa) o cabrito 'cría de la
cabra'/cabra (jaira, si se trata de cabras que se crían en casa) 'individuo
adulto de la especie'. En ciertos lugares de La Palma y El Hierro,
los términos que se emplean para establecer estas distinciones conceptuales
son más bien, cliivo (chiva) 'cría de la cabra desde que nace hasta
que puede procrear', cabra 'individuo de la especie que ya procrea'.
En otros puntos del archipiélago, como en la isla de Fuerteventura, el
número de distinciones de edad que manejan los cabreros es mucho más
13. La locineta es la carne de la cabra salada y seca al sol.
14. Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias, s.v. cabra.
174
nutrido: cabrito 'cría de la cabra desde que nace hasta que deja de
mamar', baifo (baifay^ 'cabra desde que deja de mamar hasta que le
apuntan los cuernos', machorra^^ 'cabra desde que le apuntan los cuernos
hasta que está en condiciones de reproducirse'" y cabra (macho, si
se trata del individuo macho)'^ que actúa además como denominación
genérica del grupo. Este microsistema léxico puede representarse gráficamente
de la siguiente manera:
cabrito baifo
machorra
(tarojase)
cabra
cabra
De las ocho denominaciones implicadas en este apartado léxico, las
formas cabra, cabrito, chivo, machorra y macho pertenecen al español
general. Frente a las dos primeras, que mantienen intacto su valor estándar,
las otras tres han experimentado ciertas alteraciones semánticas:
mientras que en Canarias significan, respectivamente, 'cría de la cabra
desde que nace hasta que puede procrear', 'cabra joven que puede procrear'
y 'macho cabrío', en el español general significan 'cría de la
cabra, desde que no mama hasta que llega a la edad de procrear', 'hem-
15. En La Gomera, baifo es la cría de cabra desde que nace hasta que deja de mamar.
16. Esta misma voz presenta en Lanzarote y en Gran Canaria el sentido de 'cabra joven
que ha tenido uno o dos partos'.
17. En épocas pasadas, usaron también los canarios la denominación de cabrilla para
designar una cabra joven, como se comprueba en la vieja documentación isleña. Así se nos
dice en un protocolo del 12 de Agosto de 1531: "Francisco Izquierdo, vo. de Güimar, da
a renta a Francisco Rodríguez, vo. de la Isla, .35 cabrillas de I año, por tiempo de 3 años
a partir de 1529". M. MARRERO, Extractas de los pratacolas de Los Realejos (1521-1524
y 1529-1561), La Laguna-Tenerife. 1992. pp. 145-146. En otro protocolo del 25 de Junio
de 1606, se dice lo siguiente: "La misma cuenta ha de tener de las cabrillas que se fueren
multiplicando, que asimismo han de ir en su compañía: 24 cabrillas que le entregase se las
guardará y al tiempo dará de ellos cuenta y de los que muriere razón". M. LOBO
CABRERA, Los antiguos protocolos de Fiierteventiira (1578-1606). Puerto del Rosario,
1990, p. 139. Ocasionalmente se oye todavía esta denominación en el interior de la isla de
Fuerteventura.
18. Vid. F. NAVARRO ARTILES, "Las marcas de ganado en Fuerteventura", en ///
Jornadas de estudios de Fuerteventura v Lanzarote, tomo H, Puerto del Rosario, 1989, p.
327. n. Frente a estas cuatro distinciones de edad que hace el español de Fuerteventura para
las cabras, los saharauis hacen las ocho distinciones siguientes: jonif 'cría de la cabra recién
nacida', auial 'cría de la cabra cuando deja de mamar', amles 'cría de la cabra cuando tiene
de cuatro a cinco meses', jf/rf 'cría de la cabra de siete a ocho meses', ziii 'cabra de un
año', rbaie 'cabra de dos años', lemgoasten 'cabra que tiene seis dientes de la segunda dentición'
y garah 'cabra que tiene ocho dientes de la segunda dentición'. Julio CARO
BAROJA, Estudios saharianas. Madrid. 1990, p. 91.
175
bra estéril' y 'animal de sexo masculino'. Las denominaciones baifo,
tajorase y jaira parecen proceder de la lengua hablada por los aborígenes
canarios, que tanto influyó en la parcela del léxico isleño relacionado
con el ganado cabrío.
2.1.3. El camello
Animal muy frugal y de gran resistencia, que fue usado en muchas
zonas de Canarias (principalmente en Lanzarote, en Fuerteventura y en
las zonas bajas de Gran Canaria y Tenerife) como bestia de carga y tiro.
También se usaba como fuente de alimento''^. Estas funciones laborales
justifican perfectamente las tres distinciones de edad que hacían los
campesinos canarios en relación con él: giielfo (guelfa) 'cría del camello
desde que nace hasta que deja de mamar, etapa que suele durar un
año aproximadamente', majalulo (inajalula) 'camello joven desde que
deja de mamar hasta que está en condiciones de procrear, etapa que dura
hasta los cuatro años y en que puede usarse para realizar ciertas labores'^",
camello (camella) 'individuo adulto de la especie, condición que
adquiere después de reproducirse'^'. Se trata también de la denomináis.
Vid. al respecto VIERA. Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias, s.v.
camello, y M. MORERA. "La tradición del camello en Canarias", en La formación del
vocabulario caimrio. Tenerife, 199.^. pp. 185-217.
20. Según VIERA, el majalulo e.s el camello pequeño mientras mama. "El preñado de
la hembra es caso de un año y el camellito o majalulo mama otro tanto tiempo".
Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias, s. v, camello. Este dato del excelente
polígrafo canario nos hace pensar en las tres hipótesis siguientes: a) Que en el siglo
XVIII solamente se hicieran dos distinciones en relación con la edad del camello: majalulo
'cría del camello'/ camello 'individuo de esta especie después de que deja de mamar'.
El término guelfo entraría más tarde, desplazando hacia el centro de la serie el término
majalulo; b) Que en dicho siglo operaran dos sistemas distintos, uno de tres elementos,
constituido por los términos guelfo 'cría del camello'/ majalulo 'camello joven que todavía
no procrea'/ camello 'individuo adulto de la especie', y otro de dos elementos, constituido
por los términos majalulo 'cría del camello'/ camello 'individuo de esta especie después
de que deja de mamar', que sería el que describe Viera; c) Que este autor no conociera
bien el vocabulario designativo de edad del camello y que, por tanto, describiera el término
majalulo equivocadamente. Teniendo en cuenta el profundo conocimiento que tenía Viera
de la realidad canaria, esta hipótesis resulta muy poco verosímil.
21. En la primera mitad del siglo XIX, escriben M. M. P. BARKER WEBB y S.
BERTHELOT lo siguiente: "Les jeunes chameaux de l'année s'apellent Belfinos; plus tard,
¡usqu'a leur entier développement, ce sont des Majalulos". Histoire Naturelle des lies
Cañarles. Zoología, tomo 2.". 2." partie. París, 1836-1844, pp. 11. A finales del siglo XIX,
nos dice R. F. CASTAÑEYRA que guelfo es la época del camello desde que éste nace hasta
que deja de mamar y que majalulo abarca desde que deja de mamar hasta que sirve para
trabajar. Memoria sobre las costumbres de Fuerteventura (Transcripción, prólogo, notas e
176
ción genérica de todo el grupo. Este microcampo léxico puede representarse
gráficainente así:
guelfo majalulo camello
camello
Frente al término camello, que pertenece al español general, guelfo
y majalulo son voces exclusivamente regionales. La palabra guelfo tiene
dos posibles explicaciones etimológicas: primera, podría tratarse de
un uso metonímico del sustantivo español belfo 'dícese del que tiene
más grueso el labio inferior, como suelen tenerlo los caballos', con sustitución
de la labial /b/ por la velar IgP^. Téngase en cuenta que este
cambio metonímico también se ha operado en otros puntos del mundo
hispánico, como en Andalucía, donde belfo es 'caballería que tiene la
mandíbula inferior más saliente que la superior'"; segunda, podría tratarse
de un préstamo del árabe sahariano belbum 'camello de siete
meses'^''.
El término majalulo procede sin duda del árabe sahariano majlul
'camello desde que nace hasta que cumple un año'^', que, en Canarias,
amplía el significante incluyendo dos nuevos núcleos silábicos. De ser
índices de Francisco Navarro Artiies), Puerto del Rosario, 1991, pp. 88-91. UNAMUNO,
por su parte, nos dice que "en Fuerteventura se llama gUelfo (sic) al camellón mamón o de
leche; luego majalulo, hasta que empieza a trabajar, a los tres años, y luego camello". De
Fuerteventura a París, nota del soneto XXIX. La forma guelfo debe de ser un error ortográfico.
La idea de trabajo es un criterio que se usa muy frecuentemente para diferenciar las distintas
etapas de desarrollo de una bestia de tiro o de carga. Asi, los campesinos de Roda
de la Mancha (Albacete) distinguen entre miiíeta 'muía nueva, que todavía no trabaja ni ha
sido uncida a un carro' y encabresta 'muía que ya tira de carro'. Vid. Teudiselo CHACÓN
BERRUGA, El habla de Roda de Ici Mancha. Albacete, 1981, pp. 197-198.
Frente a las tres distinciones de edad que establecen los camelleros canarios, los saha-rauis
establecen las nueve siguientes: Umar 'cría del camello desde que nace hasta que tiene
cuatro meses', ben asar 'cría del camello cuando tiene entre cuatro y seis meses', bel-biin
'cría del camello cuando tiene siete meses', hegg 'cría del camello cuando tiene entre
siete y doce meses', yda 'camello entre uno y dos años', zni 'camello de dos a cuatro años',
arba 'camello de cinco años'. :.da-, 'camello de siete años',/íar 'camello de nueve años'.
Estudios saharianas, p. 87.
22. Téngase en cuenta que la forma que recogen Webb y Berthelot en la primera mitad
del siglo XIX es belfinos, como vimos en la nota anterior.
2^. A. ALCALÁ VENCESLADA, Vocabulario andaluz, s. v.
24. J. CARO BAROJA, Estudios Saharianas, p. 87.
25. Ibídem.
177
cierta la información de Viera citada más atrás, la voz tuvo en las islas
este mismo sentido originario de 'camello desde que nace hasta que
cumple un año', por lo meno hasta el siglo XVIII. La aparición de guel-fo
provocaría un desplazamiento semántico metonímico: de designar la
cría del camello desde que nace hasta que cumple un año, pasaría a
designar el camello joven desde que deja de mamar hasta que ya puede
procrear.
2.1.4. La gallina
Se trata de un ave doméstica cuyas funciones básicas son las de proporcionar
huevos y carne. La parcelación que hacen algunas comunidades
canarias de la edad de este animal de corral es la siguiente: pollo
'cría de la gallina', pollanca 'gallina joven que todavía no pone' y gallina
'individuo adulto de la especie, que ya pone'. Esquemáticamente, así:
pollo pollanca gallina
gallina
Se trata de las mismas distinciones que operan en el español general,
aunque con un ligero matiz formal: en lugar del derivado pollancón
'pollo o polla de mayor tamaño', se emplea el deú-va.do pollanca,
sin el sufijo aumentativo aquél.
2.1.5. La oveja
Como la cabra, la oveja es un animal que produce leche y carne, además
de proporcionar lana. Por razones climáticas, se trata de una res que
ha adquirido un desarrollo mayor en Gran Canaria y en las islas occidentales
del archipiélago, lugares húmedos, que en las áridas tierras de
Lanzarote y Fuerteventura. Por lo general, las denominaciones que suelen
usar los campesinos canarios para distinguir las distintas fases de la
vida de esta especie animal son las básicas del español general: cordero,
borrego y oveja (carnero, si es macho). Sin embargo, en algunos
lugares del archipiélago las cosas son radicalmente distintas. En determinados
puntos, esta nomenclatura está constituida por los signos cordero
'cría de la oveja', machorra 'oveja joven que todavía no se reproduce'^''
y oveja (carnero si es macho) 'individuo adulto de la especie'.
Gráficamente, así:
178
cordero machorra oveja (carnero)
oveja
Pero el lugar del archipiélago que presenta una parcelación más particular
del ámbito referencia! de la edad de la oveja es El Hierro. Los
ovejeros de esta isla parcelan este campo referencial de la siguiente
manera: cordero (cordera) 'cría de la oveja mientras mama', forrefo
(forrefa) 'cordero entre los seis meses y el año', borrego (borrega) 'cordero
de un año' y oveja (carnero) 'individuo adulto de la especie'. En
representación gráfica, así:
cordero forrefo borrego
oveja
oveja (carnero)
De todo este material léxico, las formas cordero, borrego, oveja, carnero
y machorra se encuentran en el español general, aunque algunas
presentan un sentido regional particular: frente al español estándar, donde
cordero, borrego y machorra significan, respectivamente, 'hijo de la
oveja que no pasa de un año', 'cordero de uno a dos años' y 'hembra
estéril', en ciertos lugares de Canarias estas voces significan 'cría de la
oveja mientras mama', 'cordero de un año' y 'oveja joven que todavía
no se reproduce', respectivamente. La única voz del grupo que es propia
del archipiélago es forrefo, que podría ser una creación local a partir
del sustantivo borrego.
2.1.6. La vaca
Además de proporcionarnos leche, carne, pieles, etc., como la cabra
y la oveja, el ganado vacuno (principalmente, el buey) se usa también
como animal de tiro, exactamente igual que el camello, el burro, la
yegua, etc. En general, los términos que se emplean en Canarias para
designar este animal según las distintas etapas de su vida son básicamente
los propios del español estándar, principalmente ternero, becerro,
novillo y vaca (toro, si es macho). En algunos lugares, como en Gran
Canaria y El Hierro, el término novillo designa 'res vacuna de alrededor
de un año', frente al español general, donde designa 'res vacuna de
26. Probablemente a este hecho aluda VIERA cuando escribe lo siguiente: "Las ovejas
llamadas machorras, señaladamente las de Trevejo en Tenerife, han tenido crédito de ser vianda
muy delicada". Diccionario de Historia Natural de las islas Canarias, s. v. carnero.
179
dos a tres años, en especial cuando está domada'. Las islas de Tenerife
y La Gomera presentan una denominación especial. Se trata del término
guecho, que designa, en Tenerife, 'ternero' y 'novillo' y, en La
Gomera, 'novillo', exclusivamente. El origen de esta voz se encuentra
en el portugués de Azores giieixo 'o mesmo que novilho'^'. Por su parte,
en La Palma se emplea torete (derivado diminutivo de toro) para
referirse al becerro de un año. Si el animal está capado, recibe el nombre
de novillo cuando tiene de dos a tres años. Cuando tiene más edad
es buey, como en el español estándar. Por lo tanto, hay aquí una oposición
conceptual que podemos representar gráficamente así:
toreto novillo buey
buey
2.2. Los seres marinos
Frente a la variedad de utilidades que asigna el hombre a los animales
terrestres y el cierto paralelismo que existe entre la vida de
ambos, los seres marinos, cuya vida poco tiene en común con la de los
seres humanos, son utilizados por el pueblo casi exclusivamente como
alimento. No obstante esto, debido a que los peces son más difícilmente
conjercializables cuando son pequeños que cuando son adultos y a que
en ocasiones requieren procedimientos de pesca distintos según la edad,
a los pescadores no les queda otro remedio que establecer diferencias
entre los individuos pequeños y los individuos adultos de aquellas especies
marinas que constituyen su atención^^ Algunos de estos nombres
de edad son genéricos para todas las especies marinas o para algunas
de ellas. Así, todo individuo joven de peces pequeños recibe en
27. Candido de FIGUEIREDO. Dicinnárío da Li'ngua Portusuesa. Lisboa, 1986, s. v.
28. Estas denominaciones de edad no se confunden con las denominaciones de tamaño.
Aquéllas se refieren a las distintas etapas de la vida del animal, que conlleva un crecimiento
determinado. Éstas hacen alusión, por el contrario, al mayor o menor tamaño que
se alcanza en cada una de estas etapas. Así. por ejemplo, en Fuerteventura, cuando una vieja
adulta presenta un tamaño mayor que el normal se le denomina zamarrona; en Tenerife,
el pejeverde (voz de procedencia portuguesa que designa el pez que los científicos denominan
Thalassoma pavo (Linnaeus. 1758)) de gran tamaño recibe el nombre de cobijón:
en Lanzarote, si el pulpo es mayor que el de tamaño normal se llama cachorro, uso figurado
del sustantivo cacliorro que usan los canarios para referirse a un hombre alto, corpulento
y vigoroso.
180
Fuerteventura la denominación de pejín (forma diminutiva de peje) y en
Lanzarote la de arestúf. En la misma isla de Fuerteventura, los individuos
jóvenes de especies de mayor porte, como el abade, el mero, el
cherne, el pejerrey, etc., reciben las denominaciones de gállete o cachorro.
A pesar de ello, lo normal es que se disponga de uno o varios términos
específicos para designar los individuos jóvenes de cada especie.
Es lo que pasamos a ver a continuación. Antes, conviene señalar que,
al contrario que los nombres de animales terrestres, que son mayorita-riamente
españoles (oveja, cabra, burro, camello, vaca, perro...), los
nombres insulares de los seres marinos proceden en un porcentaje muy
alto del portugués-'"'. Por ello, tendremos que empezar cada apartado
definiendo por extenso la especie marina de que se trata, cuando esta
presenta nombre dialectal.
2.2.1. La albacora
Frente al español estándar, donde albacora designa una determinada
especie de atún, en el español canario esta voz designa el atún en general,
como en portugués. En la Gomera, cuando este pez es pequeño, recibe
la denominación de albacoreta, en tanto el nombre genérico de todo
el grupo y el del individuo mayor es albacora. Gráficamente, así:
albacoreta albacora
albacora
Obviamente, la forma albacoreta no es otra cosa que un derivado
diminutivo de la forma albacora.
2.2.2. El arenque
Cuando es pequeño, recibe el nombre de machuelo en Fuerteventura
y el de alacha en Gran Canaria y en Tenerife, constituyendo una oposición
semántica que podemos representar gráficamente así:
29. Vid, apartado 2.2.5.
30. Vid. M. ALVAR. "Los nombres canarios de los seres marinos" en Estudios de geografía
lingüística. Madrid, 199L pp. 403-438, J. PÉREZ VIDAL, Los portugueses en
Canarias. Portuguesismos, Las Palmas. 1991, pp. 281-288, M. MORERA, "Nuevos ictió-nimos
canarios de procedencia portuguesa". Anuario de Estudios Atlánticos, núm. 40
(1994), pp. 459-479.
181
machuelo (alacha) arenque
arenque
Machuelo parece un mero derivado del sustantivo macho y alacha es
el alacha 'pez malocopterigio comestible parecido a la sardina, pero más
pequeño' del español general, con un sustancial cambio de sentido.
2.2.3. El besugo (Pagellus acarne)
Pez marino semejante al pajel, aunque de cuerpo más esbelto y
menos largo. Es de color claro y nacarado y tiene una mancha negra en
el arranque de la aleta torácica. Como es sabido, esta voz existe en español,
pero como nombre del Pagellus bogaraveo, que en Canarias se
designa con el lusismo goraz- La especie que nos ocupa recibe en nuestra
lengua la denominación oficial de aligóte y en Madeira la de besugo.
Lo más probable, pues, es que este ictiónimo haya llegado al archipiélago
más procedente de! portugués que procedente del español.
Cuando es pequeño se le suele denominar con el nombre de besuguito.
En la Gomera es majuga^\ El microcampo léxico puede representarse
gráficamente de la siguiente manera:
besuguito (majuga) besugo
besugo
2.2.4. El bocinegro (Pagrus pagrus [Linnaeus, 1758])^^
Especie de pajel parecido a la sama, de aproximadamente 25 centímetros
de largo, muy abundante en las aguas del archipiélago. Su cuerpo
es de color plateado, con pintas y visos rojizos y una mancha oscura
alrededor de la boca. Su carne es blanca y su sabor delicado. Es muy
probable que este nombre compuesto de boca y negro haya llegado a
31. Para la etimología de este término vid. el apart. 2.2.27.
.32. La mayor parte de este vocabulario aparece registrado por primera vez en el artículo
de A. LORENZO, M. MORERA y G. ORTEGA, "Aproximación al vocabulario marinero
de las Islas Canarias (con especial referencia a las islas orientales)", en Actas de las
V Jornadas de Estudios de Fiierteventiira y Lanzarote, tomo H, Puerto del Rosario, 1991,
pp. 265-298. Para la identificación científica de las especies, vid. Alberto BRITO, Catálogo
de peces de las Islas Canarias. Tenerife, 1991.
182
Canarias desde Andalucía, donde el mismo se usa con el sentido de
'pescado de la familia del pargo'". Por lo general, cuando este pez es
joven se denomina pallete, en muchos lugares de las islas orientales,
cernido, en El Hierro, y chamorro, en Gran Canaria. En otros lugares
del archipiélago, las distinciones de edad son, sin embargo, mucho más
numerosas. Por ejemplo, los pescadores del sur de Fuerteventura establecen
las cuatro distinciones siguientes: gambusino 'bocinegro muy
pequeño', chamorro 'bocinegro un poco más grande que el gambusino
y menor que el pallete', pallete 'bocinegro algo menor que el individuo
adulto' y bocinegro 'individuo adulto de la especie'^'*, además de actuar
como denominación genérica de todo el grupo. En representación gráfica
de la siguiente manera:
gambusino chamorro pallete bocinegro
bocinegro
En la zona norte de esta misma isla, solamente se emplean, por el
contrario, las denominaciones de chamorro, pallete y bocinegro, con lo
que este microcampo léxico presenta la siguiente estructura:
chamorro pallete bocinegro
bocinegro
En la isla de Gomera, se hacen las mismas distinciones conceptuales
que en el sur de Fuerteventura, pero con algunas denominaciones
distintas: peludo 'bocinegro cuando es muy pequeño', pallete 'bocinegro
algo mayor que el peludo y menor que el cachipote', cachipote
'bocinegro algo más pequeño que el individuo adulto' y bocinegro 'individuo
adulto de la especie'. La representación gráfica de este micro-campo
léxico podría ser, pues, la siguiente:
33. A, ALCALÁ VENCESLADA, Vocabulario andaluz, s. v. bocinegro.
34. En términos absolutos, M. PIZARRO describe este microcampo léxico de la siguiente
manera; "Tanto es así que (el bocinegro) ostenta el honor de recibir distintos nombres
para su fase de crecimiento: gambusino cuando no pasa de 100 grs.; chamorro o chamo-rrito,
hasta medio kilo; pallete hasta un kilo y bocinegro hasta el peso máximo, que puede
superar los cinco kilos". Peces de Fuerteventura, Islas Canarias, 1985, p. 106.
183
peludo pallete cae hipóte bocínegro
hocinegro
En algunos puntos de la isla de Lanzarote, se hacen tres distinciones,
como el norte de Fuerteventura, aunque con un cambio en las denominaciones:
mocoso 'bocínegro pequeño', pallete 'bocínegro mediano'
y bocínegro 'individuo adulto de la especie'. En representación gráfica,
así:
mocoso pallete bocínegro
bocínegro
También en algunos puntos de la isla de Tenerife se establecen tres
distinciones de edad o tamaño para esta misma especie marina: palle-tín
'bocínegro pequeño', pallete 'bocínegro mediano' y bocínegro
'individuo adulto de la especie', que podemos esquematizar así:
palletín pallete bocínegro
bocínegro
Desde el punto de vista genético, hay que señalar lo siguiente: peludo
y mocoso son meras aplicaciones marineras de estos términos generales
del español. Es muy probable que la forma chamorro se encuentre
relacionada con el ictiónimo popular portugués chamirro 'congro-legíti-mo,
quando muito pequeno''\ cruzado con el sustantivo chamorro,
común al español y al portugués. Gambusino podría preceder del sustantivo
gambusino que emplean los pesacadores portugueses para designar
el pez que los científicos denominan Gambusia affínis ajfinís (Baird
e Girard) y otras especies similares^". Téngase en cuenta, además, que
en el portugués provincial gambozínos significa 'peixes ou pássaros imaginarios
com que, por brincadeira, se logravam os pacóvios, convidan-do-
os ou mandando-os a pesca ou á ca§a desses peixes ou pássaros'".
.•?5. J. de MELÓ OSÓRIO DE CASTRO, Nomenclatura portuguesa do pescado,
Lisboa, 1967, p. 78. En adelante citaremos Nomenclatura.
36. Op. cit., p. 81.
.37. C. de FIGUEIREDO. Dicionário da Língucí Portuguesa, s. v.
184
Pallete y su derivado palletín podrían tener alguna relación con el portugués
palheta 'especie de sardina que los científicos denominan
Sardinella eba (Valenciennes)'^'*. Cernido es un derivado del dialectalismo
canario cerro 'aleta dorsal del pez'. Por último, ignoramos cuál
pueda ser el origen del término genérico cachipote.
2.2.5. La boga
Cuando es joven recibe en Fuerteventura la denominación de boga-malla,
porque "caben por una malla de las redes", a decir de Miguel
Pizarro'''^ Tendríamos aquí, pues, una oposición semántica que podríamos
representar en esquema así:
bogamalla boga
boga
2.2.6. La breca
En su fase juvenil recibe en Gran Canaria la denominación áopalle-íf?"*",
lo que da lugar al siguiente microcampo léxico:
pallete breca
breca
2.2.7. La caballa
La cría de esta especie marina recibe el nombre de macarela en puntos
de Gran Canaria y el de malla y charilla en Tenerife. De nuevo nos
encontramos ante una oposición conceptual que podemos representar
gráficamente así:
macarola (malla, charilla)
caballa
caballa
.18. Nomenclatura, p. 64.
.'!9. Peces de Fuerteventura. 107.
40. Vid. apartado 2.2.4.
185
Para una explicación de la posible etimología de la voz malla, vid.
el apartado 2.2.5. Macaróla, por su parte, debe de estar relacionada con
el término inacarellus que aparece en denominaciones científicas como
Decaptenis macarellus (Cuvier), con el que se designa una especie de
chicbarw*\ El origen de charilla nos es por ahora desconocido.
2.2.8. El cabozo
Pequeño pez de unos ocho centímetros, de color oscuro y cabeza
grande, que vive en los charcos del litoral. Cuando es pequeño, recibe
el nombre de biiyón en Fuerteventura. Esta oposición conceptual puede
representarse gráficamente así:
bityón cabozo
cabozo
El sustantivo cabozo procede del portugués caboz 'nome vulgar que
se refere a peixes teleósteos das fam. dos Blenídeos, Batraquídeos e
Gobiídeos'. Buyón, por su parte, parece tener su origen en el español
biidión, que designa al gobio en ciertos puntos de las islas orientales.
2.2.9. El cantarero
Pez de entre 15 y 40 centímetros de longitud, de color rojo o cane-loso,
cabeza gruesa y espinosa y una aleta dorsal erizada de espinas que
le sirven para defenderse, produciendo picadas muy dolorosas. Cuando
es pequeño, recibe en Lanzarote y Fuerteventura la denominación de
rascado (o rascando, con apéntesis nasal) y en Gran Canaria la de
carrancio"*^. Esta oposición podría representarse gráficamente así:
rascarlo (carranclo) cantarero
cantarero
41. J. de MELÓ OSÓRIO DE CASTRO. Nomenclatura, p. 121.
42. Esta misma distinción se hace en Castro Urdíales (Santander) con los términos obis-pillo
'rascando cuando es joven'/ obispo 'rascando cuando es adulto'. José P. SÁNCHEZ
LLAMOSAS, El habla de'Castro. Madrid, 1982, s. v.
186
La forma cantarero tiene su origen en el portugués cantareiro, que,
según J. de Meló Osório de Castro, emplean los pescadores portugueses
para designar el pez que los biólogos denominan Pontinus Kuhlii''\
que pertenece a la misma familia que el cantarero canario. Debe ser el
mismo pez que C. de Figueiredo describe bajo la variante formal can-tarilho:
'pequeño peixe vermelho, com espinhas ñas barbatanas e cabega
óssea, parecida á ruivo'"'*. Por su parte, la forma rascado (rascando)
es una mera especialización semántica del sustantivo español rascado
'escorpina'. Por último, la forma de Gran Canaria carrancio parece el
resultado de una mera metátesis de la forma insular rascando, inducida
probablemente por el sustantivo carrancio, que significa en esta misma
isla 'parásito semejante a la garrapata que se suele pegar a la piel
de ciertos animales', 'coche viejo' y 'persona vieja y que chochea'.
2.2.10. El cazón
En Fuerteventura, la cría de este pez selacio del orden de los escuálidos
recibe el nombre de canino. Cuando es adulto, se denomina cazón,
si es macho, y cazona, si es hembra. En representación gráfica, así:
canino cazón (cazona)
cazón
La denominación canino parece una simple aplicación del adjetivo
español canino, que representa, básicamente, los tres sentidos siguientes:
'relativo al can', 'se dice de las propiedades que tienen semejanzas
con las del perro' y 'se dice del hambre muy intensa'. Cualquiera de las
dos acepciones citadas en primer lugar pudo haber sido la motivación
inicial de la aplicación ictionímica que consideramos. No se olvide que
los pescadores suelen emplear con frecuencia nombres de animales
terrestres para designar los seres del medio marino.
43. Nomenclatura, p. 159.
44. Dichmário da Língiia Pi>rtiigiie.<ia, s. v. Aunque los pescadores de Fuerteventura y
Lanzarote consideran que lo que ellos llaman rascando y cantarero constituyen dos fases
de edad de una misma especie marina, lo cierto es que, según los biólogos, se trata de dos
especies distintas: el término rascado designa el Scorpaena canariensis, el Scorpaena
maderensis. el Scorpaena norata y el Scorpaena porciis, en tanto que el térmno cantarero
designa el Scorpaena escrofa.
187
2.2.11. La chacarona
Cuando es joven recibe la denominación de guachinango; cuando es
adulta la de chacarona. Gráficamente, así:
guachinango chacarona
chacarona
El sustantivo guachinango se emplea también en las Antillas y en
México como nombre del pargo (Mesoprion campechianus [PoeyJ^^.
2.2.12. El cherne (Polyprion americanus)
Pez de color pardo que puede alcanzar hasta los dos metros de longitud.
Habita en zonas rocosas, entre los 200 y los 800 metros de profundidad.
Se alimenta principalmente de cefalópodos y de pequeños
peces. Es pescado muy apreciado y, en las islas, se ha consumido principalmente
salado. Al individuo joven de la especie se le denomina con
el derivado diminutivo de chernito. Se constituye así una oposición conceptual
que podemos representar en esquema de la siguiente manera:
chernito cherne
cherne
2.2.13. El chicharro (Trachurus picturatus, T.E. Bowdich, 1825)
Pez de color plateado por su parte inferior y más oscuro por su parte
superior, que raramente alcanza en Canarias más de los 20 centímetros.
Se trata de una especie costera que habita entre la superficie y los
200 metros de profundidad. Vive en cardumes y se alimenta de pequeños
peces e invertebrados. En la isla de Gomera, cuando es pequeño,
recibe el nombre de civil, en tanto que el individuo adulto recibe el
nombre de cliicharro, que, además, designa genéricamente a todo el grupo.
Gráficamente, así:
45. Marcos A. MORÍNIGO, Diccionario de americanismos, Barcelona, 1985, s. v.
chicharro
chicharro
2.2.14. El escolar (Ruvettus pretiosus [Coceo, 1829])
Pez de cuerpo alargado, con escamas muy pequeñas, que puede
alcanzar hasta los 50 kilos de peso. Vive en veriles y en llanuras abisales.
Su carne no es muy apreciada, por ser purgante. Se trata de un
término que forma parte de la ictionimia oficial española, pero que no
recoge el DRAE, tal vez por no ser popular en el mundo hispánico. Es
muy probable que dicha voz haya llegado a las islas a través del portugués,
donde escolar es denominación del mismo pez que en Canarias.
El individuo joven de esta especie marina recibe en Lanzarote y en
Fuerteventura la denominación de raspagote (rascagote). Nos encontramos,
pues, ante una oposición conceptual que podemos representar
gráficamente así:
raspagote escolar
escolar
No sabemos con seguridad cuál puede ser la etimología de raspagote.
Teniendo en cuenta la propensión que muestran los pescadores a
usar nombres de comportamiento para designar los individuos más jóvenes
de la especie, no parece muy descabellado relacionarlo con un derivado
del andaluz raspago (dcriv. de raspar) 'persona atrevida, respondona""^.
2.2.15. El guelde (Atherina presbyter [Cuvier, 1829])
Pez semejante a una sardina pequeña, que no suele superar los 10
centímetros de longitud y que vive en cardumes, en aguas costeras,
sobre rocas y callaos. Los pescadores lo suelen utilizar como carnada.
Se trata del ictiónimo popular del port. de Azores y de Madeira gueiro
'Atherina presbyter'^^. El individuo pequeño de la especie recibe el
nombre de gueldín en Gran Canaria y el de arestín en Fuerteventura. Se
46. A. ALCALÁ VEKCESLADA. Vocabulario andaluz, s. v.
47. Pérez VIDAL, Los portugueses en Canarias, pp. 283-284.
ha formalizado aquí, por tanto, una oposición semántica que podemos
representar gráficamente así:
giieldín (arestín) guelde
giielde
Obviamente, giieldín es un derivado diminutivo de guelde, en tanto
que arestín parece una mera aplicación marinera del sustantivo español
arestín, que presenta, entre otras, las acepciones de 'excoriación que
padecen las caballerías', 'fuego o encendimiento de la sangre, en algunos
animales', 'sarna', en Andalucía, Argentina y Chile, y 'cosa muy
pequefía', en Tenerife. El carácter despectivo del nombre está perfectamente
justificado, por cuanto que las crías del guelde son tan pequeñas,
que no sirven ni como cebo para peces ni como alimento para personas.
2.2.16. La jaca
Se trata de un cangrejo marino de medianas proporciones, con caparazón
duro y pequeñas patas cubiertas de vello. Es de color amarillento
y vive bajo las piedras y en los agujeros del litoral. Está provisto de
pinzas muy potentes. Se trata del sustantivo portugués jaca, que los
madeirenses usan para designar una 'especie de caranguejo de cor escura,
muito miúdo, que frequenta as praias pedregosas e que serve para a
pesca de diversos peixes, principalmente bodioes""*. Cuando es pequeño,
este cangrejo recibe en Fuerteventura la denominación de jaquilla
(derivado diminutivo de jaca). Tenemos entonces una oposición semántica
que podemos representar gráficamente así:
jaquilla jaca
jaca
2.2.17. La lisa
Algunos pescadores del archipiélago distinguen tres fases en el desarrollo
de esta especie marina: lisa 'individuo pequeño de la especie'.
48. A.A, NUNES, Peixes da Madeira. Ilha da Madeira, 195.3, p. 267.
190
Usóte 'lisa cuando es de tamaño mediano' y lebrancho iisa cuando es
adulta'. Gráficamente, de la siguiente forma:
lisa Usóte lebrancho
lisa
El término lisote es un mero derivado diminutivo de lisa, en tanto
que lebrancho (lebranche) "se corresponde con nombres de gabato o
cría de la liebre en el occidente peninsular: ast. lebranchu, RATO; gall.
lebracho, lebrachino, RODRÍGUEZ GONZÁLEZ; port. lebracho, en
Huelva, como lusismo, laboracha y libracha, ALVAR, Port.", como
señala Pérez Vidal'*'^. De ser así, nos encontraríamos ante uno de los tantos
casos en que un nombre de animal terrestre pasa a designar a un animal
marino.
2.2.18. La manta (Mobula mobular, Bonnaterre, 1788)
Especie de raya que puede alcanzar los dos metros y medio de longitud
y los 500 kilos de peso. Está provista de espinas venenosas en la
cola. Vive en los fondos arenosos del litoral, hasta los cien metros de
profundidad. Se alimenta de pequeños peces e invertebrados. El DRAE
recoge la voz sin indicación diatópica. No obstante, el pez al que se
asigna este nombre ('pez del mar de las Antillas mostruoso, que llega
a tener dos toneladas de peso') no guarda ninguna relación con el que
acabamos de describir para Canarias. Éste coincide, por el contrario, con
el pez que designa el sustantivo manta en Galicia y en Portugal*.
Cuando es pequeño, recibe en Lanzarote la denominación de maroma.
Se constituye así una oposición conceptual que podemos representar gráficamente
de esta manera:
maroma manta
manta
49. Los portugueses en Canarias, p. 284.
50. M.° del C. RÍOS PANISSE. Namenclawra de la flora y fauna marítimas de Galicia.
I. Invertebrados y peces. Vigo, 1977. pp. 191-192. En adelante citaremos por Nomenclatura.
191
Probablemente, este canarismo no sea otra cosa que el sustantivo
maroma que emplean los pescadores portugueses para designar la Manta
hirostris (DonnodorfO'^'.
2.2.19. El medregal (Serióla carpenteri [Mather, 1971] y Serióla
dumerili [Risso, 1810])
Pez grande, de color plateado oscuro, de peso medio de cinco o seis
kilos. Vive en parejas o en grupos numerosos, en los lugares donde
abundan especies pequeñas, como longarón, guelde, etc. Se trata de una
denominación que se encuentra también en Cuba y en Venezuela, designando
el 'Serióla coronata'""-. Cuando es joven, este pez recibe la denominación
de pampanito, en Fuerteventura, y la de boquín, en Tenerife,
constituyendo así una oposición semántica que puede representarse de
la siguiente manera:
pampanito (boquín) medregal
medregal
El nombre boquín es un derivado diminutivo del español boca, y
puede estar motivado por la forma un tanto prolongada que presenta la
boca del mencionado pez. Pampanito es un derivado del sustantivo pámpano,
que, curiosamente, se usa en Canarias para desiganr dos especies
de peces distintos: Brama brama (Bonnaterre, 1788) y Schedophilus
ovalis (Valenciennes, 1833), que nada tienen que ver con el medregal.
2.2.20. El mero
Los pescadores canarios distinguen, por lo general, dos etapas en la
vida de este pez: cachorro 'mero cuando es pequeño' y mero 'individuo
adulto de la especie'. En algunos puntos de Tenerife, el número de
distinciones se eleva, sin embargo, a tres: mermerito 'cría del mero',
cachorro 'mero mediano' y mero 'individuo adulto de la especie'. En
representación gráfica, de la siguiente manera:
51. J. de MELÓ OSORIO DE CASTRO. Nomenclatura, p. 59.
52. Marcos A. MORÍNIGO. Diccionario de americanismos, s. v.
192
mermen to cachorro mero
mero
Teniendo en cuenta la circunstancia de que los pescadores emplean
muchos nombres terrestres para designar seres marinos (conejo, cabrilla,
paloma, gallo, burro, perro...), no puede descartarse la posibilidad
de que el cachorro canario sea una mera aplicación marinera del sustantivo
español cachorro 'perro de poco tiempo', 'hijo pequeño de otros
mamíferos, como león, tigre, lobo, oso, etc.'. Tampoco sería descabellado
pensar en la posibilidad de que se trate de un arcaísmo hispánico,
pues, según Corominas'^\ el sustantivo que nos ocupa significó antiguamente
'cierto pez malacopterigio'. A pesar de todo ello, lo más
problable es que dicho canarismo sea un descendiente del cachorro que
emplean los pescadores portugueses para designar la especie de mero
que los científicos denominan Serramis giiaza^'^. En Madeira, se usa el
derivado cachorréte para designar el 'bodiáo pequeño'^'. Mermero parece
un derivado de mero, pero nos es desconocida su génesis.
2.2.21. La morena
En esta especie marina distinguen los pescadores de Fuerteventura
entre budión 'morena pequeña' y morena 'individuo adulto de la especie',
además de ser la denominación genérica de todo el grupo. En
representación gráfica, así:
budión morena
morena
En el español general, el sustantivo budión presenta el sentido de
'pez teleósteo, del suborden de los acantopterigios, caracterizado por los
dobles labios carnosos que cubren sus mandíbulas; es de forma oblonga
y está revestido de escamas', que nada tiene que ver con el budión
que nos ocupa. El nombre majorero debe de ser el resultado de un cruce
entre la mencionada forma española y el canarismo murión 'morena
53. Diccionario crítica etimológico de ¡a lengua castellana, Madrid, 1976, s. v. cachorro.
54. J. de MELÓ OSÓRIO DE CASTRO, Nomenclatura, p. 133.
55. E. ANTONIO PESTAÑA, Linguagem popular da Madeira. Funchal, 1970, p. 50.
193
de color canelo intenso y muy gruesa, que llega a pesar los cuatro kilos',
que procede del portugués de Madeira moreao, designativo de la especie
de morena que los científicos denominan Synaphobranchus pinna-tiis^^.
Resulta así que la mencionada voz portuguesa ha dado lugar a que
el sustantivo español biidión desarrolle un nuevo sentido ictionímico en
el archipiélago.
2.2.22. La palometa
Mientras que el individuo adulto de esta especie recibe el nombre de
palometa en todo el archipiélago, como en el español general, el individuo
joven se denomina palanquín en Fuerteventura, marismero en
Lanzarote y paloinetón en Gran Canaria. Esta oposición semántica puede
representarse gráficamente así:
palanquín (marismero, palometón) palometa
palometa
En ciertos puntos de las islas orientales, sin embargo, se hace una
oposición semántica trimembre, en que palometón se usa para designar
el individuo adulto de la especie, con lo que la estructura de este pequeño
campo léxico quedaría así:
palanquín palometa palometón
palometón
Desde el punto de vista etimológico, palanquín es una mera aplicación
metonímica del sustantivo canario palanquín 'sinvergüenza, fresco,
bribón', aplicación que se explica por el comportamiento un tanto
travieso que atribuyen los pescadores al pez que nos ocupa. Marismero
parece un derivado del sustantivo español marisma. Palametón es un
mero derivado aumentativo de palometa.
56. A. de A. NUNES, Peixes de Madeira. p. 165. Respecto de la confusión murión-hiidión
en Fuerteventura, vid. F. NAVARRO ARTILES Y F. CALERO CARREÑO,
"Vocabulario de Fuerteventura", Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, XXI
(1965), p. 266.
194
2.2.23. El pejerrey (Pomatomus saltator [Linnaeus, 1766])
Pez predador que puede alcanzar hasta los 50 centímetros de longitud
y de tres a ocho kilos de peso. Vive en pequeños grupos, entre la
superficie y los 120 metros de profundidad, persiguiendo bancos de sardinas,
longarones, bogas, etc. Se trata de un sustantivo compuesto de
las formas españolas peje y rey, que en la lengua estándar designa un
pez pequeño que no guarda ninguna relación con el que aquí nos ocupa".
Este pez, cuando es joven, recibe en Fuerteventura la denominación
de gállete o galletón, derivados ambos del sustantivo gallo. Nos
encontramos, pues, ante una oposición semántica que podemos representar
gráficamente así:
gállete (galletón) pejerrey
pejerrey
2.2.24. La roquera (Pagrus auriga [Valenciennes, 1843])
Especie de sama de color rosado, con listas transversales más o
menos claras, que se cría en fondos marinos rocosos. Se trata de un derivado
del sustantivo roca. La motivación semántica de este nombre se
debe precisamente al lugar donde se cría la mencionada especie marina.
En Fuerteventura, recibe el nombre de catalineta cuando es joven.
En otros sitios se usa la variante catalineja para esta misma edad. La
oposición semántica resultante puede representarse gráficamente así:
catalineta (catalineja) roquera
roquera
La Academia, que recoge el término catalineta para Cuba, con el
sentido de 'pez de unos 30 centímetros de largo, de color amarillo con
fajas oscuras, cola ahorquillada y escamas ásperas', nos dice que se trata
de un derivado del nombre propio Catalina.
57. Vid. M. MORERA, "PEJERREY-AJOVA: ¿Un caso de sinonimia?", en Las hablas
canarias. Cuestiones de lexicología. Tenerife, 1991, pp. 153-165.
195
2.2.25. La salema
En algunos puntos de Canarias, se distinguen dos fases en la vida de
este pez: cuando es joven recibe el nombre de panchona en las islas
orientales, pachona en La Palma y en algunos puntos de Lanzarote,
machete en Tenerife y en El Hierro, y machetona en La Gomera; cuando
es adulta se denomina con el nombre de salema, que es también la
denominación genérica de la especie. En representación gráfica, así:
panchona (pachona,
machete, machetona)
salema
salema
En puntos de Tenerife, se hacen, sin embargo, las tres distinciones
siguientes: machete, cuando es joven; machetado (machetón), cuando es
mediana; y salema, cuando es adulta. Gráficamente, así:
machete machetado (machetón) salema
salema
En castellano, se llama pancho a la cría del besugo y en gallego-portugués
a las crías del aligóte, de la breca, del dentón, de la chopa, etc.'".
De cualquiera de estas dos lenguas puede proceder el panchona canario.
Pachona parece una mera variante formal de panchona, con la primera
nasal sincopada. Machete es un derivado diminutivo del sustantivo
español macho, como el machuelo estudiado antes (2.2.2.).
Machetón, machetona y machetado, procedentes a su vez, por derivación,
de dicha forma diminutiva.
2.2.26. La sama
Los pescadores de las islas orientales distinguen dos fases en el desarrollo
de la sama: cuando es pequeña, se denomina cernida en las islas
orientales y en Tenerife, y cuando es adulta sama (pargo, si es macho),
oposición semántica que puede representarse gráficamente así:
58. M." del C. RÍOS PANISSE, Nomeiiclawra. pp. 268, 278-279 y 280.
196
cernida sama (pargo)
sama
Como señalamos, ya, cernida es un mero derivado del sustantivo
canario carro 'aleta dorsal del pez'. Esta denominación está motivada
precisamente porque la sama pequeña presenta un filamento largo en su
aleta dorsal, filamento que pierde cuando se hace adulta'^.
2.2.27. La sardina
También en relación con esta especie marina hacen los pescadores
de Lanzarote y Fuerteventura una doble distinción según la edad: si se
trata de los individuos jóvenes de la especie, se denomina con el nombre
de majiiga; si por el contrario, se trata de los individuos adultos,
entonces se emplea la denominación de sardina, gráficamente, así:
majiiga sardina
sardina
El DRAE registra la voz manjúa con los sentidos de 'cardumen, banco
de peces', para Cantabria, y 'pececillo teleósteo del suborden de los
fisóstomos, de unos diez centímetros de longitud, de color plateado y
boca muy abierta, que forma grandes bancos', para Cuba. La forma
canaria, de la que muy probablemente procede la voz cubana, tiene sin
duda su origen en el portugués niajiiga (fr. sant. manjue 'comida') 'sar-dinha
pequeña, o mesmo que petinga'''". En esta misma lengua existen
también las variantes manjiia, que se encuentra más próximo del étimo
y que presenta el sentido provincial 'sardinha pequeña' y los sentidos
antiguos 'alimento' y 'pastagem'''' y majiiga 'sardinha juvenil, de ta-manho
inferior a 6 cm.'". Es voz que ha desarrollado en Canarias un
59. Como escribe M. PIZARRO. "a lo largo de su vida (de la sama) se producen espectaculares
cambios en su aspecto y coloración; cuando son jóvenes tienen el tercer radio de
la aleta dorsal muy largo; (...); al filamento le dicen virgo, porque suponen que lo pierde
al llegar a la madurez sexual; la pérdida se produce antes de que lleguen a los dos kilos
de peso". Peces de Fuerleveiuiira. 109.
60. C. de FIGUEIREDO. Dicioiu'irio da Língiia Portuguesa, s. v.
61. Op. cir., s. V.
62. A. A. NUNES. Pei.xes da Madeira. p. 269.
197
campo de usos muy variado: 'banco de pescado menudo', 'banco de
pescado de paso que huye del pescado grande', 'besugo pequeño', 'conjunto
de pescado muy pequeño que come el cebo de los anzuelos, evitando
que piquen los mayores', 'chiquillería', 'manada de cabras' y
'comida'.
2.2.28. El verrugato (Umbrina canariensis [Valenciennes, 1843])
Pez del género corvina, que puede alcanzar hasta los 60 centímetros
de largo. Su cuerpo es un poco oblongo, comprimido por los lados y de
color oscuro o plateado. Generalmente vive solitario sobre fondos rocosos
o arenosos y se alimenta de crustáceos y moluscos. Es de carne
apreciada. Cuando es pequeño recibe el nombre de maría francisca en
algunos puntos de las islas, originando así una oposición conceptual que
podemos representar gráficamente así:
maría francisca verrugato
verrugato
Como es obvio, el nombre maría francisca es una mera aplicación
ictionómica del mismo nombre propio de mujer.
2.2.29. La vieja (Sparisoma cretense [Linnaeus, 1758])
Pez con boca en forma de pico de loro, que puede alcanzar hasta el
medio metro de longitud y los tres kilos de peso. Presenta colores muy
variados, predominando el gris y el rojo. Vive en pequeños cardumes,
en fondos rocosos y sobre praderas marinas, desde la línea de la costa
hasta los 50 metros de profundidad. Por la noche se aleja de la orilla y
se va a dormir a ciertos lugares que los pescadores de las islas denominan
dormideros. Se alimenta de algas, pequeños crustáceos y moluscos.
Su carne es muy apreciada. Muy probablemente, se trata del sustantivo
veja que en Azores designa el mismo pez que en Canarias, tal
y como sugiere Pérez VidaK'^ Los individuos pequeños de la especie
reciben el nombre de chifla, en La Gomera y en El Hierro, chifleta, en
Lanzarote y Fuerteventura, tarrafa o tarraya, en Gran Canaria, y purriela,
en Tenerife, dando lugar a una oposición léxica que podríamos representar
gráficamente así:
6.1. Los portugueses en Canarias, p. 288.
198
chifla (chifleta, tarrafa,
tarraya, purriela) vieja
vieja
En la isla de La Graciosa la parcelación que se hace de este continuo
referencial es algo más matizada: chifleta o chufleta 'vieja pequeña',
cagaleta 'vieja mediana' y vieja 'individuo adulto de la especie'
además de ser el nombre genérico de todo el grupo. Gráficamente, así:
chifleta (chufleta) cagaleta vieja
vieja
El origen de estos términos parece ser el siguiente: chifla es mera
aplicación ictionímica del chifla español; chifleta es un derivado diminutivo
de chifla; purriela 'cualquier cosa despreciable, de mala calidad,
de poco valor'; cagaleta, que presenta en Andalucía el sentido de 'cagalera'*^,
es un derivado del español cagar; tarrafa (port. tarrafa 'rede de
pesca que se arremessa de la^o'^'^) y tarraya son aplicaciones metoní-micas
de estas dos denominaciones de redes. Las cuatro primeras tienen
su motivación semántica en el poco valor que tiene la vieja pequeña
para el pescador. Las otras dos, en el hecho de que se hayan
empleado las mencionadas redes en su captura.
3. CONCLUSIONES
El análisis sincrónico y diacrónico del material léxico que usan los
campesinos y los marineros canarios para designar los individuos de las
distintas especies animales según su edad, nos permiten extraer las
siguientes conclusiones:
3.1. Las distinciones de edad que establece el hombre en el mundo
de los animales están determinadas, fundamentalmente, por razones
pragmáticas. Los animales no tienen el mismo aprovechamiento ni dan
el mismo rendimiento cuando son jóvenes que cuando son adultos.
64. A. ALCALÁ VENCESLADA. Vocabulario Andaluz, s. v.
65. J. ALMEIDA COSTA E SAMPAIO E MELÓ, Dicinnário da Língiia Portuguesa,
Porto, 1990.
199
3.2. El hecho de que los animales domésticos vivan en contacto con
el hombre y que le presten un altísimo número de servicios (alimento,
transporte, tiro, compañía...) determina que las distinciones de edad que
se hacen en su seno sean generalmente más matizadas que las que se
hacen en relación con los animales salvajes o con los peces. En aquéllos
llegan a establecerse incluso distinciones de edad específicas para
cada sexo o para cada destino de la especie: si el animal está castrado
o entero (por ejemplo, en español se distingue entre toro 'macho de la
vaca entero' y buey 'macho de la vaca castrado'; los saharauis distinguen
entre jahal 'camello entero' y aziizal 'camello castrado'); si se cría
para carne o para reproducción , etc. Recuérdese, por ejemplo, las distinciones
que hace el inglés entre cow, calf, sheep y swine, que designan
'vaca', 'ternera', 'oveja' y 'cerdo' en tanto que seres vivos, y beef,
vea!, imitton y pork, que designan estos animales en tanto que carne.
3.3. En la parcelación que se hace del ciclo vital de las distintas
especies animales suelen tenerse en cuenta más determinadas características
físicas o capacidades propias de cada fase de desarrollo (mamar,
salir los cuernos, reproducirse, dar leche, trabajar...) que el período de
tiempo que dura cada una de ellas*^*^. De esta forma, resulta mucho más
fácil establecer distinciones en el mundo de los animales terrestres, que
están a la vista, que presentan características físicas muy destacadas y
que incluso conviven a veces con el hombre, que en el mundo de los
seres marinos, cuya vida se desenvuelve en un medio totalmente extraño
a las personas. Por eso, las distinciones de edad que hace el pueblo
en las especies de este medio se basan principalmente en el tamaño.
Esto no quiere decir que a veces no haya diferencias morfológicas considerables
(color, aspecto...) entre las distintas fases de desarrollo de los
peces. Hasta tal punto estas diferencias existen en determinados casos,
que pueden llegar a parecer individuos de especies distintas. A la inversa,
en determinadas ocasiones, los marineros clasifican como edades de
una misma especie individuos que pertenecen a especies distintas. Es,
por ejemplo, lo que ocurre en Fuerteventura con la oposición rascado/
cantarero, vista más atrás.
3.4. En general, los microcampos léxicos que resultan de la parcelación
del ciclo vital de los animales presentan una estructura de tipo
inclusivo, en que el término que designa la última fase de su vida actúa
también como nombre genérico (como archilexema, dirían algunos
66. Obviamente, los animales no tienen tanta importancia como para que el hombre
recuerde su cumpleaños.
200
semantistas modernos) de toda la serie. Es decir, se trata de oposiciones
conceptuales que los estructuralistas denominan neutralizables''^.
3.5. El carácter tradicional de las denominaciones de edad de los animales
terrestres hace que éstos carezcan, por lo general, de motivación
léxica ajena al mismo concepto de edad. Así, por ejemplo, majalulo,
giielfo, becerro, cordero, borrego, etc., significan única y exclusivamente
camello, vaca y oveja en una determinada fase de su vida. El único
móvil semántico que actúa aquí es el de la edad y, por ello, el nombre
de la cría es muy frecuentemente la forma diminutiva del nombre
del individuo adulto*"**: v.gr., cabrito, lobezno, corcino, lebrato, cigoñino,
aguilucho, viborezno, osezno, borrico, etc. Algunos de estos sufijos
de cuantificación interna, como -ezno, parecen muy característicos de
esta parcela designativa.
Al contrario de lo que ocurre con los nombres de edad de los animales
terrestres, el carácter menos estable de los nombres de edad de
los peces determina que muchos de sus elementos se encuentren
semánticamente motivados. Las motivaciones semánticas que operan
más frecuentemente en esta parcela designativa son las siguientes: a) La
idea de tamaño a secas, que se suele expresar, como en el caso de
muchos nombres de animales terrestres, mediante sufijos de cuantificación
interna (diminutivos y aumentativos, pricipalmente): v.gr., pejín,
palletín, palometón, gueldín, jaquilla, chernito, besuguito, machuelo,
machete, machetón, mermerito, etc. Frecuentemente, también los nombres
específicos de edad pequeña aparecen combinados con morfemas
67. Aunque, evidentemente, la neutralización del significado es imposible, el principio
de arbitrariedad que rige la relación entre éste y la designación, hace posible que un mismo
valor semántico pueda designar cosas distintas. Lo que hay aquí no es, pues, neutralización
de la significación, sino polisemia designativa.
68. Por eso dice BELLO que "hay multitud de sustantivos que sirven para designar a
los animales de tierna edad (...) y que podemos asociar por eso a los diminutivos, aun cuando
no se formen a la manera de éstos. Asi llamamos cordero, corderillo, a la cría de la oveja;
borrego, el cordero de uno a dos años; potro, potrillo, el caballo de poca edad; potranca,
la yegua de poca edad; chivato. chivatiUo. el cabrito que llega al año; jabato, el hijo
pequeño de la jabalina; lechan, lechoncillo. el cerdo que todavía mama; ballenato, el hijo
pequeño de la ballena; lebrato, lebralillo. el de la liebre; corcino, el de la corza; cachorro,
cachorrillo, el hijuelo de un cuadrúpedo carnívoro; lobato, lobatillo. lobezno, el de la loba;
pollo, el ave de poca edad; ansarin<i. el pollo del ánsar o ganso; anadino, anadón, el de
ánade; palomino, el de la paloma; pichón, el de la paloma casera; cigoñino, el de la cigüeña;
pavipollo, el de la pava; aguilucho, el del águila; ranacuajo o renacuajo, la rana pequeña
o de poca edad; viborezno, la víbora recien nacida, etc." Gramática de la lengua castellana
(Edic. de Ramón Trujillo). Tenerife, 1981, pp. 226-227.
Como señala el mismo gramático venezolano, también algunas plantas se designan con
la forma diminutiva de su nombre cuando son pequeñas o tiernas. Es lo que sucede con
cebollino, colino, lechuguino y pínrinii, diminutivos de cebolla, col, lechuga y puerro.
Ibídem.
201
diminutivos: v. gr., tarrafilla, chamorrito, chifletilla, etc. Obviamente,
los sufijos que predominan aquí son distintos de ios que predominan en
el campo de edad de los animales terrestres; b) La idea de cosa inservible
o de poco valor, como sucede en los casos de cagaleta, arestín,
purriela, chifla, etc., denominaciones de la vieja mediana, el primero,
del guelde pequeño, el segundo, y de la vieja pequeña, los dos últimos.
El hecho de que el pescado tenga una utilidad puramente alimenticia
justifica esta consideración. Los peces, cuando son pequeños, no solamente
suelen carecer de valor comercial, sino que además molestan al
pescador cuando intenta capturar especies mayores; c) La idea de característica
física sobresaliente del cuerpo del pez: v. gr., cernida, boquín,
etc.; d) La idea de comportamiento del animal: v. gr., palanquín, mocoso,
etc.; e) El paralelismo con especies terrestres: v. gr., cachorro, galle-te,
lebrancho, etc.; f) El lugar en el que se puede encontrar el pez: v.
gr., marismero; g) La red que se emplea en su captura: malla, tarrafa,
tarraya, etc.; h) Nombres de mujer, como María Francisca, Catalina.
Obviamente, la inmensa mayoría de estas motivaciones semánticas no
operan en las nomenclaturas de los animales terrestres.
3.6. El hecho de que estas denominaciones tan específicas pertenezcan
exclusivamente al ámbito reducido de aquellos grupos humanos que
tratan con los animales que designan y que estos grupos, generalmente
apegados a su medio, apenas tengan contacto entre sí, determina la enorme
variedad diatópica que se observa en la parcela léxica que estudiamos'^'-'.
Las consecuencias lingüísticas más destacadas de ese aislamiento
son las siguientes:
a) Diferencias en la parcelación del ciclo vital de las distintas especies.
Así, por ejemplo, mientras que en Fuerteventura y en La Gomera
se distinguen cuatro fases en el desarrollo de la vida del bocinegro
(gambusino, chamorro, pallete y bocinegro, en la primera, y el peludo,
pallete, cachipote y bocinegro, en la segunda), en Lanzarote y Tenerife
se distinguen tres (mocoso, pallete y bocinegro, en la primera, y palle-tín,
pallete y bocinegro, en la segunda) y en muchos puntos de las islas
solamente dos (pallete y bocinegro). En el mundo de los pescadores, es
frecuente que, mientras que unas comunidades hacen una o varias dis-
69. Estas diferencias son tanto mayores cuanta mayor sea la distancia que existe entre
los puntos considerados y las particularidades de su fauna. Así, por ejemplo, en Castro
Urdíales (Santander), se hacen distinciones como clavo 'merluza pequeña'/ merluza 'individuo
adulto de la especie", aircón 'niújol pequeño'/;m(We 'mújol adulto', chicotillo 'congrio
joven, de pequeño tamaño'/ congrio 'individuo adulto de la especie', chicharrillo 'jurel
pequeño'/ chicharro 'jurel adulto', pericato 'caballa pequeña'/ caballa 'individuo adulto de
la especie', pulpe 'pulpo pequeño'/ pulpo 'individuo adulto de la especie' (José P.
SÁNCHEZ-LLAMOSAS, El habla de Castro}, que no se dan en el español canario.
202
tinciones de edad en el ámbito de una determinada especie, en otras no
hacen, sin embargo, ninguna. Por ejemplo, mientras que los pescadores
majoreros distinguen el pejerrey pequeño del pejerrey adulto mediante
la oposición léxica gállete/ pejerrey, en el resto de las islas se habla simplemente
de pejerrey. Discrepancias de este tipo se dan a veces hasta
en el interior de una misma isla.
b) Diferencias en los nombres empleados, incluso en aquellos casos
en los que hay coincidencia en la parcelación que se hace de la realidad.
Así, por ejemplo, aunque Fuerteventura y La Gomera coinciden en
la parcelación del ciclo vital del bocinegro, discrepan, sin embargo, en
buena medida en los materiales lingüísticos empleados para la formali-zación
de esa parcelación, como vimos ya.
c) Diferencias en el significado de un mismo nombre: v. gr., maju-ga
designa 'sardina pequeña' en Lanzarote y Fuerteventura y 'besugo
pequeño' en La Gomera; pallete es 'bocinegro algo menor que el individuo
adulto de la especie' en Fuerteventura, 'bocinegro algo mayor que
el peludo y algo menor que el cachipote' en La Gomera, 'bocinegro
mediano' en Lanzarote, norte de Fuerteventura y Tenerife, y 'breca
pequeña' en Gran Canaria; cernido es 'bocinegro pequeño' en El Hierro
y 'sama pequeña' en las islas orientales; baifo es 'cría de la cabra desde
que deja de mamar hasta que le apuntan los cuernos' en puntos de
Fuerteventura, 'cría de la cabra desde que nace hasta que deja de
mamar' en La Gomera y 'cría de la cabra', a secas, en muchos lugares
del archipiélago. Obviamente, estas diferencias se dan también entre el
español canario y el español general: v.gr., chivo y novillo significa, respectivamente,
en el español general 'cría de la cabra desde que no mama
hasta que llega a la edad de procrear' y 'res vacuna de dos a tres años,
en especial cuando está domada', en tanto que en puntos del español
canario presenta los sentidos de 'cría de la cabra desde que nace hasta
que puede procrear' y 'res vacuna de alrededor de un año'. Los cambios
semánticos que se observan en las aplicaciones de un mismo nombre
de edad pueden clasificarse en dos grandes grupos:
Primero, desplazamientos de lugar dentro del mismo sistema. Es lo
que sucede, por ejemplo, con los términos citados baifo, novillo, chivo.
Estos desplazamientos se encuentran favorecidos por la misma naturaleza
gradual de las distinciones de estos microcampos léxicos. De esta
forma imperceptible se pasa de un grado a otro de la misma escala conceptual.
Es un fenómeno que se observa en otros sectores del léxico con
una estructura más o menos similar a la de los microcampos semánticos
que analizamos aquí, como el de las comidas del día, el de las estaciones
del año, etc.
203
Segundo, desplazamientos de unas especies a otras. Es un fenómeno
que suele afectar, sobre todo, a los nombres de edad de los peces.
Así, como señalamos ya, pallete, no es solamente nombre de edad de
la especie bocinegro, sino también de la especie breca. Estos desplazamientos
pueden hacer incluso que el nombre de edad de una especie
concreta pase a adquirir un uso genérico. Es lo que sucede con maju-ga,
chamorro y gállete en Fuerteventura, que, además de designar la cría
de la sardina, del bocinegro, del mero y del pejerrey, respectivamente,
suelen usarse también como denominación genérica de las crías de peces
de gran porte, los segundos. Estos desplazamientos se dan con mucha
frecuencia en aquellos casos en que el material procede de una lengua
extranjera: v. gr., mientras que los términos chamirro y cachorro designan
'congrio pequeño' y 'vieja pequeña' en portugués, sus descendientes
canarios chamorro y cachorro designan 'bocinegro pequeño' y 'mero
pequeño', respectivamente.
En realidad, parece que en el vocabulario de edad de los animales
de una lengua hay un conjunto de piezas básicas generales que las diferentes
comunidades pueden organizar de manera distinta dentro de ciertos
límites. Evidentemente, este hecho plantea importantes problemas de
adaptación y de organización semántica.
Es obvio, pues, que algunos de estos signos presentan un valor denotativo
particular en cada uno de los sistemas en que opera y que es una
equivocación tratar de darles una definición general. En este sentido,
hay que tener muy en cuenta el concepto de lengua funcional de
Eugenio Coseriu^".
3.7. En aquellos casos en que una misma especie animal presenta
varias denominaciones más o menos denotativamente sinónimas, se
observa cierta tendencia a especializarlas en la designación de edades
distintas. Es lo que ocurrió con los términos morena/budión {<bu-rióiKmiirión)
y rascando/cantarero en Fuerteventura. Se cumple así la
ley lingüística que Bréal denomina repartición samántica^'.
3.8. Como el resto del vocabulario relacionado con los animales^^,
muchos de los nombres estudiados en este trabajo, suelen usarse para
70. Vid. Lecciones de lingüística general, ya citado. Para una aplicación de este concepto
del profesor rumano a la semántica dialectal, vid. R. TRUJILLO, "Análisis de estructuras
semánticas dialectales". Anuario de Letras Je la Universidad Autónotna de México,
XVIl (1979), pp. 1.-Í9-170.
71. "Llamamos "repartición" al orden intencional por cuya virtud palabras que deberían
.ser sinónimas, y que lo eran . en efecto, han adquirido, sin embargo, sentidos diferentes, y
no pueden ya emplearse una por otra." Ensayo de semántica. Madrid (sin fecha), p. 24.
72. Vid. al respecto M. MORERA. "Influencias campesinas en el vocabulario canario",
en La formación del vocabulario canario. Tenerife, 199.'í, pp. 185-217.
204
designar, figuradamente, determinados aspectos de la vida del hombre:
V. gr., machorra se emplea con el sentido de 'mujer joven' en Gran
Canaria; majalitlo es 'persona torpe y de movimientos lentos' en
Fuerteventura y en la misma isla de Gran Canaria; guecho es 'hombre
bruto, rudo' en Tenerife; pollanca es 'chica joven que ya tiene cuerpo
de mujer'; majuga se usa en Fuerteventura con el sentido figurado de
'chiquillería', etc.
Asimismo, se trata de denominaciones que suelen aparecer en
expresiones idiomáticas, como echarle un puño a la baifa ('pelar la
pava'), estar como una haifa ('estar chiflado'), saltar como un baifo chico
('saltar mucho'), la mujer chica siempre es novilla (expresión que se
usa para indicar que la mujer pequeña siempre parece joven), etc.
Obviamente, por su cercanía al hombre, los elementos que más suelen
aparecer en estas funciones referenciales son los correspondientes a
los animales terrestres. Los nombres de edad de los peces apenas si aparecen
en este tipo de designaciones.
3.9. El vocabulario canario de edad de los animales contiene, de forma
resumida, los ingredientes culturales más esenciales de la sociedad
isleña posterior a la conquista bethencourtiana: a) Elementos de procedencia
hispánica, como vaca, camello, burro, becerro, cordero, gallina,
etc.; b) Elementos de procedencia portuguesa, como chamorro, pallete,
guecho, tarrafa, majuga, gambusino, lebrancho, maroma, budión, cantarero,
etc., pertenecientes sobre todo al mundo de la mar; c) Elementos
de procedencia aborigen, como baifo, tajerase y jaira, pertenecientes al
mundo de la ganadería; d) Elementos de procedencia árabe, como maja-lulo,
perteneciente al mundo del camello; e) Elementos de procedencia
americana, como guachinango; O Elementos de procedencia andaluza,
como bocinegro; g) Elementos de creación propia, como forrefo, guel-fo,
pollanca, machuelo, peludo, cachipote, mocoso, malla, macarola,
mermerito, palanquín, merismero, mermero, cerruda, purriela, tarraya,
panchona, etc.
En el ámbito de los animales terrestres, es la lengua española la que
aporta los elementos fundamentales, como todos los nombres genéricos,
en tanto que las otras lenguas se limitan a introducir alguna matización
de los aspectos generales del sistema. En el ámbito de los seres marinos,
las cosas son distintas: aquí la lengua que aporta más datos es el
portugués, cuya enorme influencia en la cultura marinera canaria está
todavía por evaluar en su justa medida.
205