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ETNOLOGÍA ASPECTOS ETNODEMOGRÁFICOS DE LA NACIÓN CUBANA: PROBLEMAS Y FUENTES DE ESTUDIO JESÚS GUANCHE PÉREZ 1. SIGNIFICACIÓN Y ACTUALIDAD DE LOS ESTUDIOS ETNODEMOGRÁFICOS EN CUBA La etnodemografía o demografía étnica es una disciplina que posee un radio de acción colindante con la etnografía (etnología o antropología cultural) y la demografía, pero tiene sus características particulares. Por un lado, la etnología', aunque pertenece, dentro de las ciencias sociales, al subsistema de las ciencias históricas, ocupa un área del conocimiento específico por su objeto de investigación y por los métodos particulares que emplea, entre los que sobresale la observación in situ del fenómeno o proceso social de contenido etnológico. De manera general los etnólogos (etnógrafos, antropólogos culturales y sociales) investigan desde la génesis de los pueblos y su evolución histórica hasta la cultura material y espiritual —tradicional y contemporánea— en permanente transformación; desde las primitivas formaciones gentilicio tribales hasta las actuales naciones multiétnicas o uniétnicas. En este sentido, las teorías de la cultura, la culturología, la sociología cultural y otras ciencias relacionadas con la cultura, deben una buena parte de su desarrollo actual a todo el legado de información factual y al conocimiento acumulado por varias generaciones de etnólogos en todo el mundo, tanto en defensa de la dominación colonial o neoco-lonial, como de los intereses del progreso general de la humanidad o de un pueblo en particular. El objeto principal de la ciencia etnológica son los pueblos (etnos o etnias), una de las formas sociales de agrupación más antiguas, naturales y estables. Los etnos, en sus diferentes formas jerárquicas de existencia, desde las tribus hasta las naciones, han desempeñado y seguirán 1. En Cuba, la denominación de etnología ha tenido más difusión y se ha generalizado más desde el siglo pasado que la de etnografía o la de antropología cultural. 199 desempeñando —como condición inherente a la sociedad humana— un importante papel en el desarrollo histórico del progreso social, en estrecha relación con el ecosistema, las estructuras socioclasistas y económico-estatales correspondientes a las diferentes naciones ^ En la etapa nacional de la existencia histórica de los etnos —y en este sentido Cuba, como nación en desarrollo, se inscribe en este contexto— la investigación de los fenómenos nacionales debe abarcar como cuestión de primer orden la composición numérica de cada componente étnico en su decursar histórico, como vía para determinar en estos instantes, el alto grado de consolidación nacional respecto del abigarrado conjunto multiétnico que sirvió de génesis a la actual nación cubana. De este modo, la aplicación por la etnología de métodos cuantitativos para el estudio de la población, usados comúnmente por la demografía, permiten determinar las características de la estructura nacional desde el punto de vista étnico a partir de sus variaciones en el tiempo y el espacio; es decir, las modificaciones periódicas tanto de los procesos migratorios externos como del crecimiento natural de la población nacida en Cuba y las tendencias principales de asentamiento de cada uno de estos grupos humanos. Dos obras científicas actuales en etapa de culminación, el AÜas Etnográfico de Cuba^ y el Atlas de ¡os Instrumentos de la Música Popular Tradicional Cubana^ dedican sendas secciones a significar la evolución etnodemográfica de la nación cubana desde su fase formativa o etno-génesis hasta el presente \ Todo ello representa una significativa vía para el desarrollo de la cartografía étnica, que abarca desde el poblamiento hasta las diversas manifestaciones de la cultura; o especializaciones como la organología, ya sea por familias de instrumentos musicales, las agrupaciones más características y su regionalización. El estudio de las características cuantitativas de la formación y desarrollo de la población cubana respecto de los componentes étnicos originarios, posee una gran significación científica y práctica, pues permite 2. Véase para un conjunto de definiciones teóricas y metodológicas sobre el etnos y sus relaciones con otros componentes del sistema social a Yu. Bromlei. Etnografía teórica, Moscú, 1986. 3. Obra dirigida por el Departamento de Etnología del Centro de Antropología de la Academia de Ciencias de Cuba, donde participan el Centro Cultural Juan Marinello y el CIDMUC del Ministerio de Cultura. 4. Obra dirigida por el Departamento de Investigaciones del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (CIDMUC). 5. Véase Victoria ELI y Jesús GUANCHE. "Dos nuevos Atlas", en rev. Bohemia, año 82, n.o 32, 10 de agosto de 1990, pp. 91-94. 200 determinar con un alto grado de confiabilidad estadística las diferentes proporciones en la composición étnica histórica y actual de Cuba, el grado de difusión o regionalización de determinada forma de expresión lingüística y cultural, así como las diferencias esenciales en la formación y el desarrollo de unas zonas del país respecto de otras. Es necesario aclarar además, para el contexto cubano, que cuando se hace referencia a la composición étnica de la población de Cuba, no debe confundirse ni identificarse con la composición racial, pues el estudio de las razas abarca fundamentalmente las características bioantro-pológicas de los individuos que componen determinado grupo humano'. De esta composición se han obtenido en Cuba datos censales Umitados sólo al color de la piel, que constituye uno de los múltiples parámetros que existen para conocer las semejanzas y diferencias biológicas de las personas; de modo que los datos sobre composición racial son muy poco confiables, ya que por encima del intento de clasificar a las personas en "amarillos, blancos, mestizos, mulatos, negros" u otra denominación, a partir del grado de pigmentación epitelial, el estudio de la composición racial abarca otros parámetros que profundizan con más precisión en este tema. Los actuales estudios muéstrales tienden a suplir las deficiencias y autolimitaciones de los censos. Por otra parte, el estudio de la composición étnica abarca, en nuestro caso, el enfoque sincrónico-diacrónico de los poblamientos aborigen, hispánico, africano, chino, del Caribe Insular; otros poblamientos de América, Europa y Asia; así como el más importante de todos: el poblamiento cubano; es decir, la base humana que constituye en esencia el principal componente de la actual nación cubana (Gráficos 1-6). El criterio cuantitativo representa una importante vía para determinar el peso específico de cada componente étnico y para diferenciar, en el caso estudiado, el etnos cubano principal (más del 98% de toda la población actual) de los pequeños grupos étnicos representantes de otros pueblos. En este sentido, debe distinguirse operativamente el grupo étnico (pequeña parte de un etnos que reside en el territorio habitado principalmente por uno o más etnos mayores, que constituyen un orga- 6. Las diferencias entre raza y etnos superan ampliamente sus semejanzas; pues si la primera abarca en esencia las características físicas (biológicas) del ser humano y sus mecanismos hereditarios de transmisión; el segundo constituye uno de los tipos más antiguos y estables de organización social, que está condicionado por el modo de pensar y actuar de las personas en sociedad; en síntesis, es la diferencia e interacción entre natura y cultura. Véanse al respecto Víctor KOZLOV y Nicolai CHEBOXAROV. "Razas y etnos", en El racismo y la lucha contra él en el mundo actual, Moscú, 1982, pp. 21-63; y V. ALEXEEV. Formación de las razas (teoría y metodología de estudio), Moscú, 1986. 201 < H O H 115.000 92.000 69.000 46.000 23.000 GRÁFICO 1 DESPOBLAMIENTO ABORIGEN (1510-1555) Estimado - ' f-^- 1 T T ^ ' ^ •:<:•<: :N:X I?X<] Rxl r v \ ! FXÑI F:V=-I • I'--' •"f—'—' • - i — '—' • 1' ' ' • r ' — ' — 1 — ' '' 1' ^ ' 1510 1515 1520 1525 1530 1535 1540 1545 1550 1555 AÑOS GRÁFICO 2 POBLAMIENTO HISPÁNICO EN CUBA 270.000 1861 1877 1887 1899 1907 1919 1931 1943 1953 1970 CENSOS 202 500.000 400.000 300.000 200.000 - 100.000 - GRÁFICO 3 POBLAMIENTO AFRICANO EN CUBA CENSOS 50.000 40.000 30.000 - < H O H 20.000 10.000 GRÁFICO 4 POBLAMIENTO CHINO EN CUBA 1861 1877 1887 1899 1907 1919 CENSOS 1931 1943 1953 1970 203 C/3 z B O Z < H Z < Q < H O z GRÁFICO 5 POBLAMIENTO DEL CARIBE INSULAR EN CUBA Por grupos lingüísticos HISPANOHABLANTES FRANCOHABLANTES ANGLOHABLANTES 1953 CENSOS 10.000 GRÁFICO 6 COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN DE CUBA Por lugar de nacimiento ¡.000 6.000 < 4.000 - H O H 2.000 ;a. :aJL:a a. CUBANOS EXTRANJEROS r- O —< o ^^ m ON ON CT\ CENSOS 204 nismo etnosocial estable con aparato gubernamental o estatal) de la minoría étnica (etnos cuya totalidad o casi totalidad vive en su territorio de pertenencia históricamente determinado, junto a uno o más etnos cuantitativamente mayores dentro del contexto de un gobierno o estado). En este sentido, Cuba no posee minorías étnicas, sino tantos grupos étnicos o representantes particulares de otros etnos, cuantos conjuntos de residentes permanentes viven en el pais en forma de pequeñas comunidades o en familias y que por separado no alcanzan actualmente el 1% de toda la población. En relación con una hipotética "minoría étnica", especulativamente sólo pudiera considerarse a los muy lejanos descendientes de aborígenes agroalfareros que habitan en la parte más oriental de la Isla, pero de hecho y por varias generaciones ellos son cubanos muy mezclados ya con la población local, aunque conservan diversos rasgos físicos de sus ascendientes aruacos; pues como bien se ha señalado, los rasgos raciales no deciden la especificidad del etnos, en relación con los rasgos lingüístico-culturales, psico-sociales y territoriales'. Al mismo tiempo, los pequeños grupos étnicos residentes en Cuba (canarios, catalanes, chinos, españoles, gallegos, haitianos, jamaicanos, japoneses, vascos y otros de variada membresía) poseen los mismos derechos civiles y laborales que el resto de la población del país, y ello ha influido favorablemente en dos tipos de procesos étnicos muy interco-nectados debido a la acelerada mezcla con la población local: — En primer lugar se acrecienta el grado de consolidación del pueblo cubano en tanto etnos-nación en la medida, no sólo que crece respecto de sí (crecimiento natural), sino que asimila para sí a los nacidos en otros pueblos y sobre todo a sus descendientes; y — Al propio tiempo (en segundo lugar) se acelera el proceso de asimilación natural de los grupos étnicos en el etnos nacional a partir de la primera o segunda generaciones, según el grado y la intensidad de la relación lingüístico-cultural (incluso matrimonial) del grupo o sus individuos respecto del etnos nacional cubano. De manera que el referido criterio cuantitativo ayuda a conocer el grado de interacción de los pueblos en contacto y el nivel de desarrollo cualitativo alcanzado por los procesos étnicos históricos y actuales generados por estas relaciones. Con el objetivo de dar respuesta a las necesidades prácticas y al propio quehacer científico, en muchos países la estadística de la población considera usual el estudio de la estructura nacional (étnica) e incluso 7. BROMLEI, Yu: Op. cit., p. 13. 205 lingüística, así como la composición numérica de cada pueblo según el lugar de nacimiento. Sin embargo, en la medida que se desarrollan las investigaciones sobre importantes problemas de la población, particularmente en lo que corresponde a la dinámica de la natalidad, se hace palpable que los demógrafos deben tomar en consideración otros factores condicionantes de esa dinámica, como la cultura popular tradicional, el modo de vida, la familia y la conducta habitual de las personas, cuyas investigaciones han estado constantemente en el centro de observación y acción de la etnología*. Debido al desarrollo de los vínculos entre ambas ciencias ha surgido esta nueva disciplina: la etnodemografía, que es resultado del enfoque multilateral de estas cuestiones y fue orientada inicialmente como auxiliar de las investigaciones etnológicas e histórico-sociales. Tenía por objeto la caracterización en el ámbito nacional (étnico) de las diversas regiones del mundo y la determinación de la composición cuantitativa y cualitativa de los pueblos y grupos étnicos, lingüísticos, religiosos y raciales; así como el estudio de los cambios que se efectúan en la estructura de la población por países y en la composición de los pueblos en su desarrollo histórico. De este enfoque global han surgido obras de gran interés con una valiosa información que se renueva periódicamente '. Posteriormente el campo de la etnodemografía se amplió y actualmente incluye el análisis etnológico de los principales exponentes demográficos como la natalidad, la mortalidad y la nupcialidad, así como los procesos demográficos en su contenido étnico y su relación con la particularidad de los rasgos culturales tradicionales de los pueblos. Cualquier investigador no especializado en cuestiones de etnología puede identificar falsamente a la comunidad étnica (nacional) con la racial, la religiosa e incluso la estatal. Sin embargo, la etnología permite a la estadística demográfica los medios y métodos necesarios para analizar y conocer la composición étnica a través de los censos u otras formas de registro masivo de la población; siempre que estos datos hayan sido previamente obtenidos. Particularmente en Cuba, este estudio es posible realizarlo con mayor precisión entre los censos de 1861 a 1970 8. BRUK, Salomón: La población del mundo. Gula etnodemográfíca, 2." edición, Moscú, 1986. 9. Véanse, entre otras obras: BRUK, Salomón: Procesos etnodemográfícos. La población del mundo en el umbral del siglo XXI, Moscú, 1985; "La población del mundo en la delimitación de los siglos", en revista Ciencias Sociales, Moscú, 1988, pp. 30-45; KOZ-LOV, Víctor. "La demografía étnica", en Teoría de la población, Moscú, 1978, pp. 102- 113; Colectivo de autores. Procesos étnicos en los países del Caribe, Moscú, 1984; y Procesos étnicos en los países de América del Sur, Moscú, 1985. 206 con sus necesarias estimaciones intercensales de las tendencias principales, ya que lamentablemente el censo de 1981 no previo la composición de la población de Cuba por el lugar de nacimiento y volvió a limitar la composición "racial" sólo a su aspecto más superficial en el doble sentido del término; es decir, el color de la piel. La conjunción entre la etnología y la demografía está determinada por el punto de vista étnico en la estadística de la población y sus principales indicadores sociodemográficos y culturales. 2. PRINCIPALES FUENTES CUBANAS PARA LA INVESTIGACIÓN ETNODEMOGRÁFICA La mayor parte de la bibliografía existente en Cuba sobre el estudio nacional de la población está enfocado desde el ángulo estrictamente demográfico'", con algunas referencias a los componentes étnicos originarios", pero con la referida confusión de lo racial por lo étnico'^. Se escapa de esta tendencia la importante obra de Fernando Ortiz (1881-1969) y Juan Pérez de la Riva (1913-1974), a manera de dos significativos ejemplos. La preparación multifacética del primero condujo en determinada etapa de su vida a levantar el estandarte generalizador de la cultura frente al constreñido criterio de la "raza", lo que condujo —junto con una serie de artículos críticos e inspirado en el ideario mar-tiano— a la realización de una de sus más importantes monografías '\ En el segundo, por su formación de geógrafo, historiador y estadista abordó múltiples cuestiones inherentes a la historia étnica de Cuba; y ahondó en el enfoque etnodemográfico de la población aborigen, africana, china y del Caribe Insular'". En este sentido, aportó una amplia 10. Comité Estatal de Estadísticas: Atlas Demográfico de Cuba, La Habana, 1979; y Comité Estatal de Estadísticas e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía. Atlas Demográfico Nacional, La Habana, 1985. 11. MOREJÓN SEIJAS, Blanca: "Distribución de la población y migraciones internas", en La Población de Cuba, La Habana, 1976, pp. 121-171. 12. FERNÁNDEZ TRUJILLO, Josefa; PAVÓN GONZÁLEZ, Ramiro y HERNÁNDEZ CASTELLÓN, Raúl: "Composición de la población", en Op. cit., p. 106. 13. ORTIZ, Fernando: El engaño de ¡as razas. La Habana, 1975. 14. Véanse de Juan PÉREZ DE LA RIVA, entre otras obras: "Desaparición de la población indígena cubana", en revista Universidad de La Habana, n." 196-197, La Habana, 1972; Contribución a ¡a historia de la gente sin historia. La Habana, 1973. El barracón y otros ensayos. La Habana, 1975. ¿Cuántos africanos fueron traídos a Cuba?, La Habana, 1977. El monto de la inmigración forzada en el siglo XIX, La Habana, 1979; y "Cuba y la migración antillana, 1900-1931", en La República Neocolonial, tomo II, La Habana, 1979. 207 bibliografía al respecto que acumula el legado anterior y la convierte en una fuente de primer orden. Al mismo tiempo, una fuente básica para esta investigación es el conjunto de censos de relativa confiabilidad efectuados en Cuba desde el periodo colonial hasta el presente " y que recogen en su información primaria el lugar de nacimiento de las personas residentes en Cuba. A diferencia de los indicadores de "raza" y ciudadanía, el lugar de nacimiento tiende a reflejar mejor que los otros la composición etnorregio-nal de procedencia o de pertenencia; pues —como hemos señalado—, la "raza" está limitada al color de la piel y la ciudadanía indica sólo el status jurídico; de manera que la simple posesión de doble ciudadanía complica en extremo el análisis de este último indicador. Sin embargo, el lugar de nacimiento es un dato global que tampoco indica con precisión la composición étnica, pues tanto la inmigración hispánica como la africana —que son las principales y más estables oleadas de poblamiento externo tras el genocidio aborigen— tienen carácter multiétnico y abarcan amplios territorios de procedencia; pero al menos concretan determinadas cifras operativas respecto del total de la población de la Isla en cada uno de los cortes censales, lo que permite un análisis comparativo con otras fuentes para la investigación. Para dar alternativas de solución a las diversas incógnitas que se presentan existen otras fuentes no muy estudiadas, que son los archivos parroquiales y cuyo análisis muestral nos ha permitido, no sólo caracterizar las áreas y pueblos de procedencia de las inmigraciones hispánica y africana —por ejemplo—, sino de otros lugares de América, Europa y Asia; y conjuntamente medir la significación que tiene desde los primeros años estudiados, la población nacida en Cuba con independencia del origen de los progenitores. En relación con la población hispánica, la información acerca de la procedencia que aparece en los archivos parroquiales es muy heterogénea, pues lo mismo se encuentra registrada a nivel de villa, comarca, pueblo, ciudad, principado o arzobispado; de modo que es necesario cotejar un gran volumen de información para abarcar tanto las regiones históricas como las etnográficas y lingüísticas, hasta inferir, según la naturalidad del residente, su pertenencia étnica. Al propio tiempo, la correlación de la información de archivos con la censal y otros trabajos al respecto, permite valorar cambios cualitativos y cuantitativos en los 15. La mayoría de los demógrafos cubanos coinciden en señalar como confiables o auténticos durante el período colonial los censos de 1774, 1792, 1817, 1827, 1841, 1861, 1877 y 1887. Véanse Las estadísticas demográfícas cubanas. La Habana, 1975, pp. 7-32; y Juan PÉREZ DE LA RIVA. Los demógrafos de la dependencia. La Habana, 1979. 208 procesos migratorios, así como determinar que el mayor peso de la inmigración hispánica, tanto respecto de sí misma como del total de la población de Cuba, no fue durante el período colonial, sino en las tres primeras décadas del siglo XX. En el caso específico de la población de procedencia africana, los archivos parroquiales permiten corroborar que la inmensa mayoría (más del 90%) de la población censada durante el período colonial como "negra" era esclava y africana '*• —por lo que aparece regularmente la denominación genérica o metaétnica del individuo—; y que, opuestamente, la inmensa mayoría de la población censada como "mulata" era libre y nacida en Cuba. Ello también se comprueba a través de la composición sexual de la población según el color de la piel, ya que mientras la población blanca y negra presenta mayores índices de mascu-linidad, la población mulata es muy equilibrada en todos los censos. En sentido contrario, tanto la población negra, libre y nacida en Cuba, como la mulata, esclava y africana no poseen una significación estadística estimable como para refutar la tendencia principal. Al contrario, permite confirmar que el punto culminante de la entrada de africanos a Cuba se efectuó durante la primera mitad del siglo XIX y que este flujo tiende a declinar paulatinamente hasta su virtual desaparición tras la abolición de la esclavitud. Por ello, y por otros estudios más exhaustivos de los procesos transculturales, la inmensa mayoría de las manifestaciones culturales en el siglo XX que han sido calificadas como "africanas" u operativamente "afrocubanas" o de otra latitud según su procedencia, son esencialmente cubanas pues sus portadores y transmisores fundamentales son personas nacidas en Cuba y descendientes por varias generaciones de individuos culturalmente condicionados por el contexto nacional. El análisis de otros poblamientos desde América, Europa y Asia es posible realizarlo mediante la información censal existente, así como compararlos con los resultados de otras investigaciones demográficas y etnológicas. Finalmente, el poblamiento cubano, en tanto resultante histórica de las anteriores formas de asentamiento, aunque la información censal permite su reconstrucción desde mediados del siglo XIX (1861), los datos que se obtienen de los diferentes archivos parroquiales permite medir su alta significación (primero como población criolla) desde la etapa anterior al primer censo efectuado en Cuba (1774) hasta el proceso for-mativo de la nación cubana. 16. Los trabajos del Dr. Rafael L. LÓPEZ VALDÉS caracterizan los "Problemas para el estudio de los componentes africanos en la historia étnica de Cuba"; en Componentes africanos en el etnos cubano. La Habana, 1985, pp. 74-105. 209 Todo ello hace posible una nueva lectura del poblamiento de Cuba desde sus componentes étnicos originarios hasta la población cubana contemporánea. 3. LA UNIETNICIDAD CUBANA Y SU MULTIRRACIALIDAD ACTUAL El pueblo cubano, como sociedad contemporánea formada por más de diez millones de personas, constituye una nación uniétnica y mul-tirracial. Para comprender el alcance y diversidad de este proceso socio-cultural considero necesaria una breve reflexión acerca de la actual uniet-nicidad de la nación cubana y su peculiaridad multirracial, pues representa un hecho muy americano respecto de la mayoría de los pueblos de África, Asia y Europa donde generalmente los diferentes etnos tienen una composición racial menos compleja y diversa que en América. Desde el punto de vista étnico, en la formación histórica de Cuba desempeñan un papel decisivo inicial las migraciones del área sudpe-ninsular e insular de España (Andalucía, Castilla e Islas Canarias fundamentalmente) durante los siglos XVI al XVIII y las migraciones forzadas de la región occidental de África Subsahariana (mayoritariamente los pueblos bantúhablantes y yoruba), cuya entrada masiva tiene su apogeo durante la primera mitad del siglo XIX, tras el cese "legal" de la trata esclavista. Ambos conglomerados multiétnicos de España (canarios, catalanes, españoles, gallegos y vascos principalmente) y de África (achanti, bam-bará, congo, fulbe, ibibio, ibo, malinqué, yoruba y muchos otros) se fusionaron tanto por separado (interhispánicos e interafricanos) como entre ambos (hispanoafricanos), de manera que desde el propio siglo XVI se va formando una población endógena no dependiente sólo de la migración externa, sino de su propia capacidad reproductiva". Anteriormente, el impacto de la conquista hispánica desde 1510 sobre la población aruaca asentada durante milenios en la Isla redujo el monto global estimado de habitantes, de unos 112.000 en el momento del encuentro con el Viejo Continente a sólo 3.900 en 1555 '*; es decir, el 3,48 % de la población inicial en menos de medio siglo. De manera que este componente étnico no desempeñó un papel demográ- 17. GUANCHE, Jesús: Estudio etnohistórico de ¡os componentes hispánicos en ¡a formación del etnos cubano. La Habana, 1990; forma parte de la Sección de historia étnica del Atlas etnográfíco de Cuba (inédito). 18. PÉREZ DE LA RIVA, Juan: "Desaparición de la población indígena cubana", en rev. Universidad de La Habana, n." 196-197, La Habana, 1972, pp. 61-84. 210 fico significativo al quedar inicialmente concentrado en los reductos de Guanabacoa en La Habana y en Jiguaní y El Cobre, en las actuales provincias Granma y Santiago de Cuba, respectivamente; luego se le observó disperso y cada vez más amestizado con la población local del área de Yateras en la provincia Guantánamo, donde aún se encuentran descendientes cubanos de antiguos aruacos. Desde mediados del siglo XIX se incorpora al caleidoscopio étnico de la isla diversos componentes asiáticos procedentes en su mayoría del sur de China y de Islas Filipinas, en calidad de contratados; y más tarde varios miles de chinos provenientes de California que se asientan en áreas urbanas de la parte occidental de Cuba. La convivencia de estos componentes étnicos de diverso origen, que se caracterizan por el alto índice de masculinidad y su obvia relación matrimonial con mujeres nacidas en Cuba —descendientes a su vez de los primeros inmigrantes— van generando procesos de transmisión de rasgos culturales a nivel intergeneracional, condicionados por el activo papel de la madre endógena hacia sus hijos y nietos, también nacidos y educados en un nuevo medio espacio-temporal y cultural, respecto de la procedencia de los pobladores hispánicos, africanos o asiáticos, por señalar los más numerosos. En las nuevas generaciones nacidas tempranamente en Cuba se van formando rasgos de etnicidad que sintetizan aportes hispánicos y/o africanos u otros, según el lugar de asentamiento y el grupo social de pertenencia, que abarcan las más diversas esferas de la vida, pero al mismo tiempo se generan nuevos rasgos étnicos condicionados por el contexto espacio-temporal, aún no nacional, sino limitado durante el período colonial o etapa formativa del etnos cubano, al área de residencia de los pobladores, ya que aún las migraciones internas no desempeñan un papel tan importante en la dinámica demográfica como las migraciones extemas y sobre todo el crecimiento natural de la población cuyo ritmo se hace creciente. Factores como la noción de pertenencia territorial; el uso generalizado de la lengua española con sus matices locales y enriquecida con múltiples topónimos, hidrónimos y otros vocablos de origen arnaco, así como diversos términos de procedencia africana con un alcance más limitado; rasgos culturales y psicológicos condicionados por el tipo de actividad económico-productiva, la pertenencia socio-clasista y estrechamente relacionados con el permanente proceso de información-transmisión a nivel social, familiar e interpersonal; desempeñaron un papel más significativo que las diferencias antropológicas de los individuos en la formación de un ser étnico independiente de sus progenitores históricos. 211 La formación de una autoconciencia étnica que en su desarrollo se identifica en el contexto cubano con la conciencia nacional, como noción y acción identificadora de este grupo humano y a la vez dife-renciadora respecto de otros, tiene su eclosión en las luchas por la independencia anticolonial como resultante histórica de un movimiento global en el continente americano, pero con rasgos particulares, ya que ante la pérdida del continente la metrópoli española se aferra como nunca a la mayor de sus posesiones antillanas. Desde el punto de vista racial, si bien la rama americana de la raza mongoloide representada por los aborígenes aruacos tendió a disminuir aceleradamente en la medida de su desaparición física o de su mezcla y asimilación por otras razas humanas; el tipo mediterráneo de la raza europoide y la raza negroide tendieron a crecer, no sólo respecto de cada una de ellas, sino a partir del relativo equiUbrio en la composición sexual de la mezcla de éstas; es decir, en la población mulata, a pesar del racismo institucional y sociofamiliar existente en las relaciones humanas con un carácter público, ya que de manera privada las estadísticas y las actas parroquiales evidencian lo contrario. Todos los grupos humanos de Cuba se han caracterizado por los matrimonios mixtos tanto desde el punto de vista étnico como racial. En este sentido, el encuentro en un nuevo medio tendió a romper la endogamia étnica de procedencia y condicionó al mismo tiempo la creación de nuevos círculos endogámicos con carácter territorial como una regularidad esencial de cualquier etnos desde su fase formativa. Estos círculos endogámicos se hicieron más acentuados en las poblaciones alejadas de la costa " y disminuyeron relativamente en ciudades costeras como La Habana y Santiago de Cuba por su carácter cosmopolita y su intensa actividad portuaria, generadora de un amplio tráfico mercantil y humano. Si la constitución de una población racialmente mulata fue el resultado evidente de los matrimonios mixtos hispanoafricanos en el sentido más inmediato y superficial del mestizaje; esto también sucede con la mezcla intraeuropoide e intranegroide pero desde el punto de vista étnico. En los estudios muéstrales efectuados en una decena de archivos parroquiales de Cuba durante todo el período colonial^ se constata que 19. Me refiero a ciudades como Sancti Spíritus, Camagüey y Holguín, cuyos matrimonios entre personas nacidas en Cuba durante los siglos XVIII y XIX oscilan de las tres cuartas a las ocho décimas partes de la población muestral estudiada. Véase J. GUAN-CHE, Op. cit., pp. 87-97. 20. El estudio muestral incluye 68.764 padres de niños bautizados y registrados en los libros de "blancos" o "españoles"; o sea, población asentada y biológicamente reproducida. 212 los matrimonios mixtos entre extranjeros europoides (la mayoría inmigrantes hispánicos) y personas nacidas en Cuba, en más del 95 % participan mujeres oriundas de la Isla, como lógica compensación natural al histórico predominio masculino de los inmigrantes. Del mismo modo, en los matrimonios de africanos y descendientes estudiados predominan los interétnicos (8 de cada 10) y dentro de éstos sobresalen los que se efectúan entre africanos y negras o mulatas nacidas en Cuba. La población perteneciente a la rama asiática de la raza mongoloide, representada por los culíes chinos y filipinos, así como por los comerciantes chino-californianos, fue casi exclusivamente masculina y ello influyó sobremanera en su acelerado mestizaje interracial e intercultural. De manera que la multirracialidad inherente a la formación histórica del etnos nacional cubano, lejos de crear componentes étnicos desconectados, tendió a la formación sistémica de un conjunto concatenado de procesos étnicos unifícadores de diferentes alcances territoriales y de variada duración cronológica^'. Desde la asimilación étnica forzada hispano-aborigen que da lugar a la casi extinción física de los primeros pobladores y permite la incorporación de múltiples elementos lingüístico-culturales al patrimonio contemporáneo, hasta la integración hispano-africana que es el resultado y síntesis de diversos procesos de integración interhispánica e interafricana; generan al mismo tiempo una población nacida en la Isla que tiende a reproducirse biológica y culturalmente durante varias generaciones a un ritmo más acelerado que el de las migraciones externas hasta hacerse independiente de ella. A partir de la segunda mitad del siglo XIX la población cubana, con sus rasgos peculiares de etnicidad cambíente es mayoritaria (Tabla 1) respecto de los otros grupos étnicos y demás representantes minoritarios de otros pueblos procedentes de Europa, Asia, América Latina y El Caribe. Durante los primeros treinta años del siglo XX, no obstante el acelerado incremento de la migración externa como principal fuerza de trabajo para la industria y el comercio —tal como puede observarse en los censos de 1907-1931—, cuyas dos terceras partes está compuesta por inmigrantes hispánicos y antillanos, el ritmo de crecimiento intercensal de la población cubana se incrementa. 21. En otros trabajos explico con más detalle el carácter sistémico de la etnogénesis cubana a partir de sus componentes originarios; véanse en este sentido "Hacia un enfoque sistémico de la cultura cubana", en rev. Revolución y Cultura, n." 90, septiembre. La Habana, 1980, pp. 35-40 y "Los procesos etnoculturales", en Procesos etaoculturales de Cuba, La Habana, 1983, pp. 342-351. 213 TABLA I COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN CUBANA RESPECTO DE LA POBLACIÓN EXTRANJERA RESIDENTE EN CUBA Censos 1861 1877* 1887* 1899 1907 1919 1931 1943 1953 1970 1981* Total 1.396.470 1.509.291 1.609.075 1.572.797 2.048.980 2.889.004 3.962.344 4.778.583 5.829.029 8.569.121 9.706.369 Cubanos 601.160 941.948 1.198.922 1.400.262 1.820.239 2.549.922 3.525.447 4.532.032 5.598.598 8.438.877 9.565.626 % 43,05 62,41 74,51 89,03 88,84 88,26 88,97 94,84 96,05 98,48 98,55 Extranjeros 795.310 567.343 410.153 172.535 228.741 339.082 436.897 246.551 230.431 130.244 140.743 % 56,95 37,59 25,49 10,97 11,16 11,74 11,03 5,16 3,95 1,52 1,45 * Estimado. Fuente: Censos de Cuba correspondientes a los referidos años. Elaboración propia. Esto condiciona una tendencia a la consolidación étnica nacional que en índices demográficos se observa tanto a nivel de la composición por sexo en cuanto a la potencial reproducción biológico-cultural del etnos y en la ubicación macrorregional de la población cubana, en relación con el relativo equilibrio de la situación geográfica a partir de un acelerado proceso de urbanización y de migraciones internas ^l El proceso de flujo y reflujo de información cultural y el intercambio de rasgos étnicos que llevan implícitas la^ migraciones internas, también constituyen un factor tendente a la diversificación regional y a una relativa homogeneidad nacional con sus variados matices. Las Principales corrientes cubanas de migración interna (Tabla 2) permiten observar regularidades de carácter general que influyen en las diversas relaciones sociales. Este proceso también ha estado condicionado por el crecimiento natural de la población nacida en Cuba y por el papel socio-cultural que desempeña la migración interna, compuesta mayoritaria-mente por cubanos. 22. Según el censo de 1981, el 50,16% de la población cubana es masculina y si dividimos la Isla en dos macrorregiones este-oeste; el 54,58% de la población cubana vive en el oeste, la región históricamente más poblada (71,80% en 1899) y el 45,42% restante se ubica al este. Véase J. GUANCHE: El poblamiento de Cuba. Sección 1 del Atlas de los Instrumentos de la Música Popular Tradicional Cubana, La Habana, 1990 (inédito). 214 TABLA II PRINCIPALES CORRIENTES CUBANAS DE MIGRACIÓN INTERNA Siglos ?-XV XVI-XVIII XVIII-XIX XX Períodos Precolombino Dirección Este-oeste Causas Penetración sucesiva del poblamiento original por el este Traslado de la sede del gobierno colonial hacia La Habana y función puerto-esala de su puerto; esta región se convierte en un gran centro de atracción humana exterior, sin poder, no obstante, precisarse corrientes internas de migración. 1792-1868 1868-1878 1880-1899 1900-1930 1930-1958 1959-1964 19M-1970 1970-1990 Oeste-este Este-oeste Oeste-este Periferia- Centro de la Isla. ( — 0 — ) Concentración de la población hacia las áreas urbanas. Provincia a provincia. 0<->0. Este-oeste Dispersión hacia las áreas rurales. 0<->0. Este-oeste Primera expansión del azúcar hasta Las Villas. Intenso poblamiento africano hacia centro-occidente. Guerra de los Diez años. Migración de tropas y sus familiares. Abolición de la esclavitud y guerra de independencia de 1895-1898, retirada de tropas españolas y primera ocupación norteamericana. Expansión territorial de la producción azucarera. Incremento de la penetración económica norteamericana. Construcción del sistema vial central. Necesidad de incrementar la fuerza de trabajo barata con inmigrantes. Crisis económica agraria, latifundios y desalojos. Diversificación industrial en la capital. Desnivel de salarios y demandas estacionales de brazos. Triunfo de la Revolución y arribo a la capital de becarios, tropas rebeldes y sus familiares. Movilización de recursos naturales y humanos en regiones antaño subpobla-das. Migración intensa de la región oriental hacia occidente (Predominio de La Habana, Camagüey e Isla de la Juventud). Consecueac/as Mayores densidades humanas al oriente. Agroalfareros. Poblamiento sudpeninsular hacia las áreas urbanas y canario hacia las zonas rurales principalmente. Hegemonía decimonónica de todo Occidente. Creación de la red urbana actual en el centro y occidente de la Isla. Tierras libres de Oriente. Agudiza-miento de la desigual distribución humana y económica. Cambios en la distribución espacial de la población negra y mulata. Despoblamiento relativo de Occidente. Acelerado crecimiento demográfico de las provincias orientales. Brusco aumento de migración externa (Europa-Asia = > Occidente, Caribe insular=> Oriente). Poblamiento lineal notable y urbanización acelerada hacia oriente. Hipertrofia del desarrollo urbano. Surgimiento de los barrios marginales. Movimientos cíclicos por contacto e inestabilidad del poblamiento local. Crecimiento capitaüno. Pequeña explosión demográfica. Desaparición paulatina de vacíos humanos y construcción de pueblos rurales. Desbalance de la fuerza de trabajo joven y más cualificada respecto de su lugar de origen. Paulatino repobla-mieoto de áreas montañosas. Fuente: MOREJÓN SEIJAS, Blanca. "Distribución de la población y migraciones internas", en La población de Cuba, La Habana, 1976, pp. 140-141 y "Las migraciones", en Atlas Demogiáfíco Nicional, La Habana, 1985, pp. 69-76. 215 El estudio muestral realizado en diez archivos parroquiales de Cuba durante el período colonial confirma que de 68.784 sujetos registrados como padres en los libros bautismales de "blancos" o "españoles", 50.696 (73,72%) son nacidos en Cuba y que la proporción de éstos en la región centro-oriental de la Isla (8:10) es muy superior a la del área occidental (6:10), debido al peso absoluto de la migración extema global hacia el oeste de Cuba. El grueso de la población estudiada en esa zona es nacida en Cuba, lo que propicia la transmisión estable de un conjunto de tradiciones culturales de gran arraigo en los diferentes asentamientos humanos. Lo anterior se basa en un predominio de matrimonios homogéneos entre personas nacidas en Cuba (59,39%) y en la decisiva participación de la mujer nacida en Cuba (-1- del 95%) en los matrimonios mixtos con residentes extranjeros. Las antiguas inmigraciones que dan origen a la población actual de ciudades como Sancti Spiritus, Camagüey y Holguín (ubicadas lejos de la costa) poseen menos significación que las relaciones endogámicas intraterritoriales que se efectúan en sendos núcleos urbanos, cuyo peso global de la población endógena entre los siglos XVIII-XIX —según la referida muestra— oscila entre el 87-90 % de toda la población estudiada, con una migración interna y externa muy poco significativa respecto de la región occidental de la Isla. Todo lo anterior permite establecer comió regularidad histórica del poblamiento de Cuba que el peso decisivo en las migraciones internas desde el siglo XVIII hasta el presente lo posee la población exógena (extranjera). El desarrollo alcanzado por la población de Cuba desde sus orígenes hasta el presente permite hablar de una revolución demográfica cuyos antecedentes coinciden con el proceso de formación de la nación cubana a partir de la segunda mitad del siglo XIX. En el estudio monográfico realizado por Raúl Hernández Castellón, la revolución demográfica cubana ha sido dividida en dos etapas: 1. "Cuba mantuvo un crecimiento natural relativamente moderado y estable desde los primeros años del presente siglo y la quinta década [de éste], con los valores que han fluctuado entre 13 y 19 [por mil]. La mortalidad refleja su valor más alto en 1907 y comienza a descender posteriormente, pero en reahdad la tasa se vio afectada por el incremento de la proporción de menores de 5 años, y estas edades son las de mayor riesgo de muerte. En efecto, estas proporciones pasaron de 8,3% en 1899 a 16,8% en 1907. Por otra parte, las tasas brutas de natalidad indican que ésta comenzó su disminución desde el quinquenio 216 1905-1909. Se puede afirmar que la mortalidad comenzó su descenso desde 1900, primero a un ritmo lento y posteriormente acelerándolo. Por su parte la fecundidad se mantuvo elevada y constante hasta alrededor de 1920 [...], aunque es de notar que la natalidad comienza a descender ya desde el segundo quinquenio del presente siglo. Dados los elevados valores de que parten la fecundidad y la mortalidad, se puede afirmar que los umbrales del siglo actual constituyen también los umbrales de la revolución demográfica cubana. Ya alrededor de 1930 la mortalidad registra valores cercanos a 20 [por mil], en tanto que la natalidad experimenta una moderada reducción [al] 35 [por mil]". 2. [La] aceleración de la disminución de la mortalidad [se corresponde con] una relativa aceleración en la disminución de la fecundidad. [...] En efecto, incluso un poco antes de 1930, la esperanza de vida al nacer inicia un pronunciado ascenso que se mantiene hasta los momentos actuales. La tendencia de la fecundidad sufrió un cambio que podría calificarse de temporal, en el marco de la revolución demográfica, ya que después de un descenso moderado, entre 1920 y 1940, según las tasas de natalidad comienza luego una ligera aceleración de este descenso, hasta el triunfo de la Revolución en 1959 [y comienza], posteriormente un ascenso, motivado por la confianza generada en las masas por la Revolución. [...] Esto creó una pequeña explosión demográfica, y puede calificarse asi, porque [...] ya alrededor del quinquenio 1970- 1975 se alcanza un valor algo menor al del quinquenio 1955-1960. [...] La rápida disminución de la fecundidad cubana, a mediados de la década del setenta, conjuntamente con los elevados valores de la esperanza de vida, ambos similares ya al de los países desarrollados, permiten indicar que Cuba por esa fecha estaba concluyendo ya [en 1975] su revolución demográfica"". Desde el decenio posterior a la revolución demográfica hasta el presente, se aprecia el desarrollo de la tendencia a la homogeneización de grupos sociales y por regiones del país con el apoyo que significó la nueva división político-administrativa desde 1976. La fecundidad ha tendido a reducirse junto con los niveles de mortalidad, lo que influye favorablemente en el aumento de la esperanza de vida al nacer para ambos sexos como reflejo social del incremento del nivel de vida. A diferencia del resto de las formas inmigratorias externas del pobla-miento de Cuba, el proceso histórico del poblamiento por personas nacidas en Cuba (criollos y cubanos) tiene un conjunto de peculiaridades que le otorgan, tanto en el ámbito estrictamente demográfico como en 23. HERNÁNDEZ CASTELLÓN, Raúl: La revolución demográfica en Cuba, La Habana, 1988, pp. 90-93. 217 el sociocultural, cualidades nuevas que demuestran, desde múltiples puntos de vista, la formación y existencia de un etnos-nación con características propias que a su vez se relaciona directamente con los procesos neoetnogenéticos de los pueblos (naciones) del continente americano desde el siglo XIX y el posterior proceso de consolidación en las difíciles condiciones actuales para el desarrollo. Si consideramos este proceso histórico a la luz de la teoría etnográfica contemporánea, la población nacida y residente por más de diez generaciones en Cuba ha constituido la base humana, desde el punto de vista genético y cultural, para la formación y consolidación del etnos nacional cubano. El etnos cubano, como organismo social estable y cambiante en el tiempo y el espacio, está conformado por un conjunto de rasgos comunes que lo caracterizan como tal. Con independencia de las modalidades locales y regionales, existen elementos afínes de lengua (materna principalmente en su contenido vernáculo), cultura (en el sentido amplio del término), carácter (en el sentido psicosocial e idiosincrásico) y autoconciencia (noción de pertenencia a este pueblo y de diferencia respecto de otros que se exterioriza en el etnónimo [cubano']), que perfílan la nacionalidad. Junto con lo anterior existe el sentimiento de pertenencia territorial y estatal, así como la peculiar estructura económica y socioclasista caracterizadora en nuestros días de la nación en desarrollo. Cuando se profundiza en los orígenes históricos de la población de Cuba, con independencia de la diversidad de procedencias, sale a la luz de modo sobresaliente la tendencia general y determinante en cuanto al mestizaje biogenético hasta formar diversos círculos endogámicos de lo particular a lo general; es decir, a nivel local, regional y nacional, que no están condicionados precisamente sólo por factores biológicos, sino de tipo socioculturales. De modo que el factor racial no constituye un rasgo principal del etnos cubano, sino sólo su aspecto exterior (biológico). La exacerbación histórica de este factor ha representado una importante traba (en cuanto ideología y práctica racistas) para la integración plena de todos los componentes de la población de la Isla. Contra esta traba han luchado los principales exponentes, desde el período colonial hasta hoy, de las ideas del progreso social y de la unidad nacional. Mayor significación tiene la cultura, como uno de los rasgos esenciales y al mismo tiempo caracterizador de cualquier etnos; pero no la "cultura" entendida como totalidad abstracta de lo que "hace el hombre" y por ello se diferencia de la "natura", ni la estrecha concepción que la reduce a la "cultura artística y literaria", sino el patrimonio representativo y significativo de los rasgos propios de un etnos, es decir, 218 la cultura que hace específíco a ese pueblo respecto de otros, en cuanto cualidad característica y a la vez diferencial, como sistema axiológico y de actividad creadora y reguladora a nivel intrasocial, intersocial y ecológico-natural. En este sentido, la cultura cubana en su desarrollo histórico, no sólo se ha nutrido de sus elementos originarios (componentes étnicos antecedentes); o sea, de sus raíces, sino principalmente de su potencialidad creadora y reproductora propias que generaron a su vez una nueva fuente nutricia (el pueblo cubano); es decir, de sus frutos:, de las decenas de generaciones nacidas en Cuba que han sido capaces —primero— de tomar conciencia de sí como pueblo a partir de una existencia previa y de una tradición de lucha por transformarse en pueblo para si, dueño de su identidad y de su futuro. Esto permite señalar el carácter único (nacional) y diverso (regional y local) de la cultura cubana a partir del papel etnodemográfico determinante de sus principales portadores: la población cubana. 219 BIBLIOGRAFÍA ALEXEEV, A.: Formación de las razas (teoría y metodología de estudio). Editorial Nauka, Moscú, 1986. BROMLEI, Yu: Etnografía teórica. Editorial Nauka, Moscú, 1986. 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"Cuba y la migración antillana, 1900-1931", en La República Neocolonial, tomo II, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1979. Los demógrafos de la dependencia. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1979. 221
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Título y subtítulo | Aspectos etnodemográficos de la nación cubana : problemas y fuentes de estudio |
Autor principal | Guanche Pérez, Jesús |
Publicación fuente | Tebeto : anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura (Islas Canarias) |
Numeración | Número 06 |
Sección | Etnología |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Fuerteventura |
Editorial | Cabildo Insular de Fuerteventura |
Fecha | 1993 |
Páginas | p. 199-221 |
Materias | Etnología ; Demografía ; Cuba |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 950262 Bytes |
Texto | ETNOLOGÍA ASPECTOS ETNODEMOGRÁFICOS DE LA NACIÓN CUBANA: PROBLEMAS Y FUENTES DE ESTUDIO JESÚS GUANCHE PÉREZ 1. SIGNIFICACIÓN Y ACTUALIDAD DE LOS ESTUDIOS ETNODEMOGRÁFICOS EN CUBA La etnodemografía o demografía étnica es una disciplina que posee un radio de acción colindante con la etnografía (etnología o antropología cultural) y la demografía, pero tiene sus características particulares. Por un lado, la etnología', aunque pertenece, dentro de las ciencias sociales, al subsistema de las ciencias históricas, ocupa un área del conocimiento específico por su objeto de investigación y por los métodos particulares que emplea, entre los que sobresale la observación in situ del fenómeno o proceso social de contenido etnológico. De manera general los etnólogos (etnógrafos, antropólogos culturales y sociales) investigan desde la génesis de los pueblos y su evolución histórica hasta la cultura material y espiritual —tradicional y contemporánea— en permanente transformación; desde las primitivas formaciones gentilicio tribales hasta las actuales naciones multiétnicas o uniétnicas. En este sentido, las teorías de la cultura, la culturología, la sociología cultural y otras ciencias relacionadas con la cultura, deben una buena parte de su desarrollo actual a todo el legado de información factual y al conocimiento acumulado por varias generaciones de etnólogos en todo el mundo, tanto en defensa de la dominación colonial o neoco-lonial, como de los intereses del progreso general de la humanidad o de un pueblo en particular. El objeto principal de la ciencia etnológica son los pueblos (etnos o etnias), una de las formas sociales de agrupación más antiguas, naturales y estables. Los etnos, en sus diferentes formas jerárquicas de existencia, desde las tribus hasta las naciones, han desempeñado y seguirán 1. En Cuba, la denominación de etnología ha tenido más difusión y se ha generalizado más desde el siglo pasado que la de etnografía o la de antropología cultural. 199 desempeñando —como condición inherente a la sociedad humana— un importante papel en el desarrollo histórico del progreso social, en estrecha relación con el ecosistema, las estructuras socioclasistas y económico-estatales correspondientes a las diferentes naciones ^ En la etapa nacional de la existencia histórica de los etnos —y en este sentido Cuba, como nación en desarrollo, se inscribe en este contexto— la investigación de los fenómenos nacionales debe abarcar como cuestión de primer orden la composición numérica de cada componente étnico en su decursar histórico, como vía para determinar en estos instantes, el alto grado de consolidación nacional respecto del abigarrado conjunto multiétnico que sirvió de génesis a la actual nación cubana. De este modo, la aplicación por la etnología de métodos cuantitativos para el estudio de la población, usados comúnmente por la demografía, permiten determinar las características de la estructura nacional desde el punto de vista étnico a partir de sus variaciones en el tiempo y el espacio; es decir, las modificaciones periódicas tanto de los procesos migratorios externos como del crecimiento natural de la población nacida en Cuba y las tendencias principales de asentamiento de cada uno de estos grupos humanos. Dos obras científicas actuales en etapa de culminación, el AÜas Etnográfico de Cuba^ y el Atlas de ¡os Instrumentos de la Música Popular Tradicional Cubana^ dedican sendas secciones a significar la evolución etnodemográfica de la nación cubana desde su fase formativa o etno-génesis hasta el presente \ Todo ello representa una significativa vía para el desarrollo de la cartografía étnica, que abarca desde el poblamiento hasta las diversas manifestaciones de la cultura; o especializaciones como la organología, ya sea por familias de instrumentos musicales, las agrupaciones más características y su regionalización. El estudio de las características cuantitativas de la formación y desarrollo de la población cubana respecto de los componentes étnicos originarios, posee una gran significación científica y práctica, pues permite 2. Véase para un conjunto de definiciones teóricas y metodológicas sobre el etnos y sus relaciones con otros componentes del sistema social a Yu. Bromlei. Etnografía teórica, Moscú, 1986. 3. Obra dirigida por el Departamento de Etnología del Centro de Antropología de la Academia de Ciencias de Cuba, donde participan el Centro Cultural Juan Marinello y el CIDMUC del Ministerio de Cultura. 4. Obra dirigida por el Departamento de Investigaciones del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Cubana (CIDMUC). 5. Véase Victoria ELI y Jesús GUANCHE. "Dos nuevos Atlas", en rev. Bohemia, año 82, n.o 32, 10 de agosto de 1990, pp. 91-94. 200 determinar con un alto grado de confiabilidad estadística las diferentes proporciones en la composición étnica histórica y actual de Cuba, el grado de difusión o regionalización de determinada forma de expresión lingüística y cultural, así como las diferencias esenciales en la formación y el desarrollo de unas zonas del país respecto de otras. Es necesario aclarar además, para el contexto cubano, que cuando se hace referencia a la composición étnica de la población de Cuba, no debe confundirse ni identificarse con la composición racial, pues el estudio de las razas abarca fundamentalmente las características bioantro-pológicas de los individuos que componen determinado grupo humano'. De esta composición se han obtenido en Cuba datos censales Umitados sólo al color de la piel, que constituye uno de los múltiples parámetros que existen para conocer las semejanzas y diferencias biológicas de las personas; de modo que los datos sobre composición racial son muy poco confiables, ya que por encima del intento de clasificar a las personas en "amarillos, blancos, mestizos, mulatos, negros" u otra denominación, a partir del grado de pigmentación epitelial, el estudio de la composición racial abarca otros parámetros que profundizan con más precisión en este tema. Los actuales estudios muéstrales tienden a suplir las deficiencias y autolimitaciones de los censos. Por otra parte, el estudio de la composición étnica abarca, en nuestro caso, el enfoque sincrónico-diacrónico de los poblamientos aborigen, hispánico, africano, chino, del Caribe Insular; otros poblamientos de América, Europa y Asia; así como el más importante de todos: el poblamiento cubano; es decir, la base humana que constituye en esencia el principal componente de la actual nación cubana (Gráficos 1-6). El criterio cuantitativo representa una importante vía para determinar el peso específico de cada componente étnico y para diferenciar, en el caso estudiado, el etnos cubano principal (más del 98% de toda la población actual) de los pequeños grupos étnicos representantes de otros pueblos. En este sentido, debe distinguirse operativamente el grupo étnico (pequeña parte de un etnos que reside en el territorio habitado principalmente por uno o más etnos mayores, que constituyen un orga- 6. Las diferencias entre raza y etnos superan ampliamente sus semejanzas; pues si la primera abarca en esencia las características físicas (biológicas) del ser humano y sus mecanismos hereditarios de transmisión; el segundo constituye uno de los tipos más antiguos y estables de organización social, que está condicionado por el modo de pensar y actuar de las personas en sociedad; en síntesis, es la diferencia e interacción entre natura y cultura. Véanse al respecto Víctor KOZLOV y Nicolai CHEBOXAROV. "Razas y etnos", en El racismo y la lucha contra él en el mundo actual, Moscú, 1982, pp. 21-63; y V. ALEXEEV. Formación de las razas (teoría y metodología de estudio), Moscú, 1986. 201 < H O H 115.000 92.000 69.000 46.000 23.000 GRÁFICO 1 DESPOBLAMIENTO ABORIGEN (1510-1555) Estimado - ' f-^- 1 T T ^ ' ^ •:<:•<: :N:X I?X<] Rxl r v \ ! FXÑI F:V=-I • I'--' •"f—'—' • - i — '—' • 1' ' ' • r ' — ' — 1 — ' '' 1' ^ ' 1510 1515 1520 1525 1530 1535 1540 1545 1550 1555 AÑOS GRÁFICO 2 POBLAMIENTO HISPÁNICO EN CUBA 270.000 1861 1877 1887 1899 1907 1919 1931 1943 1953 1970 CENSOS 202 500.000 400.000 300.000 200.000 - 100.000 - GRÁFICO 3 POBLAMIENTO AFRICANO EN CUBA CENSOS 50.000 40.000 30.000 - < H O H 20.000 10.000 GRÁFICO 4 POBLAMIENTO CHINO EN CUBA 1861 1877 1887 1899 1907 1919 CENSOS 1931 1943 1953 1970 203 C/3 z B O Z < H Z < Q < H O z GRÁFICO 5 POBLAMIENTO DEL CARIBE INSULAR EN CUBA Por grupos lingüísticos HISPANOHABLANTES FRANCOHABLANTES ANGLOHABLANTES 1953 CENSOS 10.000 GRÁFICO 6 COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN DE CUBA Por lugar de nacimiento ¡.000 6.000 < 4.000 - H O H 2.000 ;a. :aJL:a a. CUBANOS EXTRANJEROS r- O —< o ^^ m ON ON CT\ CENSOS 204 nismo etnosocial estable con aparato gubernamental o estatal) de la minoría étnica (etnos cuya totalidad o casi totalidad vive en su territorio de pertenencia históricamente determinado, junto a uno o más etnos cuantitativamente mayores dentro del contexto de un gobierno o estado). En este sentido, Cuba no posee minorías étnicas, sino tantos grupos étnicos o representantes particulares de otros etnos, cuantos conjuntos de residentes permanentes viven en el pais en forma de pequeñas comunidades o en familias y que por separado no alcanzan actualmente el 1% de toda la población. En relación con una hipotética "minoría étnica", especulativamente sólo pudiera considerarse a los muy lejanos descendientes de aborígenes agroalfareros que habitan en la parte más oriental de la Isla, pero de hecho y por varias generaciones ellos son cubanos muy mezclados ya con la población local, aunque conservan diversos rasgos físicos de sus ascendientes aruacos; pues como bien se ha señalado, los rasgos raciales no deciden la especificidad del etnos, en relación con los rasgos lingüístico-culturales, psico-sociales y territoriales'. Al mismo tiempo, los pequeños grupos étnicos residentes en Cuba (canarios, catalanes, chinos, españoles, gallegos, haitianos, jamaicanos, japoneses, vascos y otros de variada membresía) poseen los mismos derechos civiles y laborales que el resto de la población del país, y ello ha influido favorablemente en dos tipos de procesos étnicos muy interco-nectados debido a la acelerada mezcla con la población local: — En primer lugar se acrecienta el grado de consolidación del pueblo cubano en tanto etnos-nación en la medida, no sólo que crece respecto de sí (crecimiento natural), sino que asimila para sí a los nacidos en otros pueblos y sobre todo a sus descendientes; y — Al propio tiempo (en segundo lugar) se acelera el proceso de asimilación natural de los grupos étnicos en el etnos nacional a partir de la primera o segunda generaciones, según el grado y la intensidad de la relación lingüístico-cultural (incluso matrimonial) del grupo o sus individuos respecto del etnos nacional cubano. De manera que el referido criterio cuantitativo ayuda a conocer el grado de interacción de los pueblos en contacto y el nivel de desarrollo cualitativo alcanzado por los procesos étnicos históricos y actuales generados por estas relaciones. Con el objetivo de dar respuesta a las necesidades prácticas y al propio quehacer científico, en muchos países la estadística de la población considera usual el estudio de la estructura nacional (étnica) e incluso 7. BROMLEI, Yu: Op. cit., p. 13. 205 lingüística, así como la composición numérica de cada pueblo según el lugar de nacimiento. Sin embargo, en la medida que se desarrollan las investigaciones sobre importantes problemas de la población, particularmente en lo que corresponde a la dinámica de la natalidad, se hace palpable que los demógrafos deben tomar en consideración otros factores condicionantes de esa dinámica, como la cultura popular tradicional, el modo de vida, la familia y la conducta habitual de las personas, cuyas investigaciones han estado constantemente en el centro de observación y acción de la etnología*. Debido al desarrollo de los vínculos entre ambas ciencias ha surgido esta nueva disciplina: la etnodemografía, que es resultado del enfoque multilateral de estas cuestiones y fue orientada inicialmente como auxiliar de las investigaciones etnológicas e histórico-sociales. Tenía por objeto la caracterización en el ámbito nacional (étnico) de las diversas regiones del mundo y la determinación de la composición cuantitativa y cualitativa de los pueblos y grupos étnicos, lingüísticos, religiosos y raciales; así como el estudio de los cambios que se efectúan en la estructura de la población por países y en la composición de los pueblos en su desarrollo histórico. De este enfoque global han surgido obras de gran interés con una valiosa información que se renueva periódicamente '. Posteriormente el campo de la etnodemografía se amplió y actualmente incluye el análisis etnológico de los principales exponentes demográficos como la natalidad, la mortalidad y la nupcialidad, así como los procesos demográficos en su contenido étnico y su relación con la particularidad de los rasgos culturales tradicionales de los pueblos. Cualquier investigador no especializado en cuestiones de etnología puede identificar falsamente a la comunidad étnica (nacional) con la racial, la religiosa e incluso la estatal. Sin embargo, la etnología permite a la estadística demográfica los medios y métodos necesarios para analizar y conocer la composición étnica a través de los censos u otras formas de registro masivo de la población; siempre que estos datos hayan sido previamente obtenidos. Particularmente en Cuba, este estudio es posible realizarlo con mayor precisión entre los censos de 1861 a 1970 8. BRUK, Salomón: La población del mundo. Gula etnodemográfíca, 2." edición, Moscú, 1986. 9. Véanse, entre otras obras: BRUK, Salomón: Procesos etnodemográfícos. La población del mundo en el umbral del siglo XXI, Moscú, 1985; "La población del mundo en la delimitación de los siglos", en revista Ciencias Sociales, Moscú, 1988, pp. 30-45; KOZ-LOV, Víctor. "La demografía étnica", en Teoría de la población, Moscú, 1978, pp. 102- 113; Colectivo de autores. Procesos étnicos en los países del Caribe, Moscú, 1984; y Procesos étnicos en los países de América del Sur, Moscú, 1985. 206 con sus necesarias estimaciones intercensales de las tendencias principales, ya que lamentablemente el censo de 1981 no previo la composición de la población de Cuba por el lugar de nacimiento y volvió a limitar la composición "racial" sólo a su aspecto más superficial en el doble sentido del término; es decir, el color de la piel. La conjunción entre la etnología y la demografía está determinada por el punto de vista étnico en la estadística de la población y sus principales indicadores sociodemográficos y culturales. 2. PRINCIPALES FUENTES CUBANAS PARA LA INVESTIGACIÓN ETNODEMOGRÁFICA La mayor parte de la bibliografía existente en Cuba sobre el estudio nacional de la población está enfocado desde el ángulo estrictamente demográfico'", con algunas referencias a los componentes étnicos originarios", pero con la referida confusión de lo racial por lo étnico'^. Se escapa de esta tendencia la importante obra de Fernando Ortiz (1881-1969) y Juan Pérez de la Riva (1913-1974), a manera de dos significativos ejemplos. La preparación multifacética del primero condujo en determinada etapa de su vida a levantar el estandarte generalizador de la cultura frente al constreñido criterio de la "raza", lo que condujo —junto con una serie de artículos críticos e inspirado en el ideario mar-tiano— a la realización de una de sus más importantes monografías '\ En el segundo, por su formación de geógrafo, historiador y estadista abordó múltiples cuestiones inherentes a la historia étnica de Cuba; y ahondó en el enfoque etnodemográfico de la población aborigen, africana, china y del Caribe Insular'". En este sentido, aportó una amplia 10. Comité Estatal de Estadísticas: Atlas Demográfico de Cuba, La Habana, 1979; y Comité Estatal de Estadísticas e Instituto Cubano de Geodesia y Cartografía. Atlas Demográfico Nacional, La Habana, 1985. 11. MOREJÓN SEIJAS, Blanca: "Distribución de la población y migraciones internas", en La Población de Cuba, La Habana, 1976, pp. 121-171. 12. FERNÁNDEZ TRUJILLO, Josefa; PAVÓN GONZÁLEZ, Ramiro y HERNÁNDEZ CASTELLÓN, Raúl: "Composición de la población", en Op. cit., p. 106. 13. ORTIZ, Fernando: El engaño de ¡as razas. La Habana, 1975. 14. Véanse de Juan PÉREZ DE LA RIVA, entre otras obras: "Desaparición de la población indígena cubana", en revista Universidad de La Habana, n." 196-197, La Habana, 1972; Contribución a ¡a historia de la gente sin historia. La Habana, 1973. El barracón y otros ensayos. La Habana, 1975. ¿Cuántos africanos fueron traídos a Cuba?, La Habana, 1977. El monto de la inmigración forzada en el siglo XIX, La Habana, 1979; y "Cuba y la migración antillana, 1900-1931", en La República Neocolonial, tomo II, La Habana, 1979. 207 bibliografía al respecto que acumula el legado anterior y la convierte en una fuente de primer orden. Al mismo tiempo, una fuente básica para esta investigación es el conjunto de censos de relativa confiabilidad efectuados en Cuba desde el periodo colonial hasta el presente " y que recogen en su información primaria el lugar de nacimiento de las personas residentes en Cuba. A diferencia de los indicadores de "raza" y ciudadanía, el lugar de nacimiento tiende a reflejar mejor que los otros la composición etnorregio-nal de procedencia o de pertenencia; pues —como hemos señalado—, la "raza" está limitada al color de la piel y la ciudadanía indica sólo el status jurídico; de manera que la simple posesión de doble ciudadanía complica en extremo el análisis de este último indicador. Sin embargo, el lugar de nacimiento es un dato global que tampoco indica con precisión la composición étnica, pues tanto la inmigración hispánica como la africana —que son las principales y más estables oleadas de poblamiento externo tras el genocidio aborigen— tienen carácter multiétnico y abarcan amplios territorios de procedencia; pero al menos concretan determinadas cifras operativas respecto del total de la población de la Isla en cada uno de los cortes censales, lo que permite un análisis comparativo con otras fuentes para la investigación. Para dar alternativas de solución a las diversas incógnitas que se presentan existen otras fuentes no muy estudiadas, que son los archivos parroquiales y cuyo análisis muestral nos ha permitido, no sólo caracterizar las áreas y pueblos de procedencia de las inmigraciones hispánica y africana —por ejemplo—, sino de otros lugares de América, Europa y Asia; y conjuntamente medir la significación que tiene desde los primeros años estudiados, la población nacida en Cuba con independencia del origen de los progenitores. En relación con la población hispánica, la información acerca de la procedencia que aparece en los archivos parroquiales es muy heterogénea, pues lo mismo se encuentra registrada a nivel de villa, comarca, pueblo, ciudad, principado o arzobispado; de modo que es necesario cotejar un gran volumen de información para abarcar tanto las regiones históricas como las etnográficas y lingüísticas, hasta inferir, según la naturalidad del residente, su pertenencia étnica. Al propio tiempo, la correlación de la información de archivos con la censal y otros trabajos al respecto, permite valorar cambios cualitativos y cuantitativos en los 15. La mayoría de los demógrafos cubanos coinciden en señalar como confiables o auténticos durante el período colonial los censos de 1774, 1792, 1817, 1827, 1841, 1861, 1877 y 1887. Véanse Las estadísticas demográfícas cubanas. La Habana, 1975, pp. 7-32; y Juan PÉREZ DE LA RIVA. Los demógrafos de la dependencia. La Habana, 1979. 208 procesos migratorios, así como determinar que el mayor peso de la inmigración hispánica, tanto respecto de sí misma como del total de la población de Cuba, no fue durante el período colonial, sino en las tres primeras décadas del siglo XX. En el caso específico de la población de procedencia africana, los archivos parroquiales permiten corroborar que la inmensa mayoría (más del 90%) de la población censada durante el período colonial como "negra" era esclava y africana '*• —por lo que aparece regularmente la denominación genérica o metaétnica del individuo—; y que, opuestamente, la inmensa mayoría de la población censada como "mulata" era libre y nacida en Cuba. Ello también se comprueba a través de la composición sexual de la población según el color de la piel, ya que mientras la población blanca y negra presenta mayores índices de mascu-linidad, la población mulata es muy equilibrada en todos los censos. En sentido contrario, tanto la población negra, libre y nacida en Cuba, como la mulata, esclava y africana no poseen una significación estadística estimable como para refutar la tendencia principal. Al contrario, permite confirmar que el punto culminante de la entrada de africanos a Cuba se efectuó durante la primera mitad del siglo XIX y que este flujo tiende a declinar paulatinamente hasta su virtual desaparición tras la abolición de la esclavitud. Por ello, y por otros estudios más exhaustivos de los procesos transculturales, la inmensa mayoría de las manifestaciones culturales en el siglo XX que han sido calificadas como "africanas" u operativamente "afrocubanas" o de otra latitud según su procedencia, son esencialmente cubanas pues sus portadores y transmisores fundamentales son personas nacidas en Cuba y descendientes por varias generaciones de individuos culturalmente condicionados por el contexto nacional. El análisis de otros poblamientos desde América, Europa y Asia es posible realizarlo mediante la información censal existente, así como compararlos con los resultados de otras investigaciones demográficas y etnológicas. Finalmente, el poblamiento cubano, en tanto resultante histórica de las anteriores formas de asentamiento, aunque la información censal permite su reconstrucción desde mediados del siglo XIX (1861), los datos que se obtienen de los diferentes archivos parroquiales permite medir su alta significación (primero como población criolla) desde la etapa anterior al primer censo efectuado en Cuba (1774) hasta el proceso for-mativo de la nación cubana. 16. Los trabajos del Dr. Rafael L. LÓPEZ VALDÉS caracterizan los "Problemas para el estudio de los componentes africanos en la historia étnica de Cuba"; en Componentes africanos en el etnos cubano. La Habana, 1985, pp. 74-105. 209 Todo ello hace posible una nueva lectura del poblamiento de Cuba desde sus componentes étnicos originarios hasta la población cubana contemporánea. 3. LA UNIETNICIDAD CUBANA Y SU MULTIRRACIALIDAD ACTUAL El pueblo cubano, como sociedad contemporánea formada por más de diez millones de personas, constituye una nación uniétnica y mul-tirracial. Para comprender el alcance y diversidad de este proceso socio-cultural considero necesaria una breve reflexión acerca de la actual uniet-nicidad de la nación cubana y su peculiaridad multirracial, pues representa un hecho muy americano respecto de la mayoría de los pueblos de África, Asia y Europa donde generalmente los diferentes etnos tienen una composición racial menos compleja y diversa que en América. Desde el punto de vista étnico, en la formación histórica de Cuba desempeñan un papel decisivo inicial las migraciones del área sudpe-ninsular e insular de España (Andalucía, Castilla e Islas Canarias fundamentalmente) durante los siglos XVI al XVIII y las migraciones forzadas de la región occidental de África Subsahariana (mayoritariamente los pueblos bantúhablantes y yoruba), cuya entrada masiva tiene su apogeo durante la primera mitad del siglo XIX, tras el cese "legal" de la trata esclavista. Ambos conglomerados multiétnicos de España (canarios, catalanes, españoles, gallegos y vascos principalmente) y de África (achanti, bam-bará, congo, fulbe, ibibio, ibo, malinqué, yoruba y muchos otros) se fusionaron tanto por separado (interhispánicos e interafricanos) como entre ambos (hispanoafricanos), de manera que desde el propio siglo XVI se va formando una población endógena no dependiente sólo de la migración externa, sino de su propia capacidad reproductiva". Anteriormente, el impacto de la conquista hispánica desde 1510 sobre la población aruaca asentada durante milenios en la Isla redujo el monto global estimado de habitantes, de unos 112.000 en el momento del encuentro con el Viejo Continente a sólo 3.900 en 1555 '*; es decir, el 3,48 % de la población inicial en menos de medio siglo. De manera que este componente étnico no desempeñó un papel demográ- 17. GUANCHE, Jesús: Estudio etnohistórico de ¡os componentes hispánicos en ¡a formación del etnos cubano. La Habana, 1990; forma parte de la Sección de historia étnica del Atlas etnográfíco de Cuba (inédito). 18. PÉREZ DE LA RIVA, Juan: "Desaparición de la población indígena cubana", en rev. Universidad de La Habana, n." 196-197, La Habana, 1972, pp. 61-84. 210 fico significativo al quedar inicialmente concentrado en los reductos de Guanabacoa en La Habana y en Jiguaní y El Cobre, en las actuales provincias Granma y Santiago de Cuba, respectivamente; luego se le observó disperso y cada vez más amestizado con la población local del área de Yateras en la provincia Guantánamo, donde aún se encuentran descendientes cubanos de antiguos aruacos. Desde mediados del siglo XIX se incorpora al caleidoscopio étnico de la isla diversos componentes asiáticos procedentes en su mayoría del sur de China y de Islas Filipinas, en calidad de contratados; y más tarde varios miles de chinos provenientes de California que se asientan en áreas urbanas de la parte occidental de Cuba. La convivencia de estos componentes étnicos de diverso origen, que se caracterizan por el alto índice de masculinidad y su obvia relación matrimonial con mujeres nacidas en Cuba —descendientes a su vez de los primeros inmigrantes— van generando procesos de transmisión de rasgos culturales a nivel intergeneracional, condicionados por el activo papel de la madre endógena hacia sus hijos y nietos, también nacidos y educados en un nuevo medio espacio-temporal y cultural, respecto de la procedencia de los pobladores hispánicos, africanos o asiáticos, por señalar los más numerosos. En las nuevas generaciones nacidas tempranamente en Cuba se van formando rasgos de etnicidad que sintetizan aportes hispánicos y/o africanos u otros, según el lugar de asentamiento y el grupo social de pertenencia, que abarcan las más diversas esferas de la vida, pero al mismo tiempo se generan nuevos rasgos étnicos condicionados por el contexto espacio-temporal, aún no nacional, sino limitado durante el período colonial o etapa formativa del etnos cubano, al área de residencia de los pobladores, ya que aún las migraciones internas no desempeñan un papel tan importante en la dinámica demográfica como las migraciones extemas y sobre todo el crecimiento natural de la población cuyo ritmo se hace creciente. Factores como la noción de pertenencia territorial; el uso generalizado de la lengua española con sus matices locales y enriquecida con múltiples topónimos, hidrónimos y otros vocablos de origen arnaco, así como diversos términos de procedencia africana con un alcance más limitado; rasgos culturales y psicológicos condicionados por el tipo de actividad económico-productiva, la pertenencia socio-clasista y estrechamente relacionados con el permanente proceso de información-transmisión a nivel social, familiar e interpersonal; desempeñaron un papel más significativo que las diferencias antropológicas de los individuos en la formación de un ser étnico independiente de sus progenitores históricos. 211 La formación de una autoconciencia étnica que en su desarrollo se identifica en el contexto cubano con la conciencia nacional, como noción y acción identificadora de este grupo humano y a la vez dife-renciadora respecto de otros, tiene su eclosión en las luchas por la independencia anticolonial como resultante histórica de un movimiento global en el continente americano, pero con rasgos particulares, ya que ante la pérdida del continente la metrópoli española se aferra como nunca a la mayor de sus posesiones antillanas. Desde el punto de vista racial, si bien la rama americana de la raza mongoloide representada por los aborígenes aruacos tendió a disminuir aceleradamente en la medida de su desaparición física o de su mezcla y asimilación por otras razas humanas; el tipo mediterráneo de la raza europoide y la raza negroide tendieron a crecer, no sólo respecto de cada una de ellas, sino a partir del relativo equiUbrio en la composición sexual de la mezcla de éstas; es decir, en la población mulata, a pesar del racismo institucional y sociofamiliar existente en las relaciones humanas con un carácter público, ya que de manera privada las estadísticas y las actas parroquiales evidencian lo contrario. Todos los grupos humanos de Cuba se han caracterizado por los matrimonios mixtos tanto desde el punto de vista étnico como racial. En este sentido, el encuentro en un nuevo medio tendió a romper la endogamia étnica de procedencia y condicionó al mismo tiempo la creación de nuevos círculos endogámicos con carácter territorial como una regularidad esencial de cualquier etnos desde su fase formativa. Estos círculos endogámicos se hicieron más acentuados en las poblaciones alejadas de la costa " y disminuyeron relativamente en ciudades costeras como La Habana y Santiago de Cuba por su carácter cosmopolita y su intensa actividad portuaria, generadora de un amplio tráfico mercantil y humano. Si la constitución de una población racialmente mulata fue el resultado evidente de los matrimonios mixtos hispanoafricanos en el sentido más inmediato y superficial del mestizaje; esto también sucede con la mezcla intraeuropoide e intranegroide pero desde el punto de vista étnico. En los estudios muéstrales efectuados en una decena de archivos parroquiales de Cuba durante todo el período colonial^ se constata que 19. Me refiero a ciudades como Sancti Spíritus, Camagüey y Holguín, cuyos matrimonios entre personas nacidas en Cuba durante los siglos XVIII y XIX oscilan de las tres cuartas a las ocho décimas partes de la población muestral estudiada. Véase J. GUAN-CHE, Op. cit., pp. 87-97. 20. El estudio muestral incluye 68.764 padres de niños bautizados y registrados en los libros de "blancos" o "españoles"; o sea, población asentada y biológicamente reproducida. 212 los matrimonios mixtos entre extranjeros europoides (la mayoría inmigrantes hispánicos) y personas nacidas en Cuba, en más del 95 % participan mujeres oriundas de la Isla, como lógica compensación natural al histórico predominio masculino de los inmigrantes. Del mismo modo, en los matrimonios de africanos y descendientes estudiados predominan los interétnicos (8 de cada 10) y dentro de éstos sobresalen los que se efectúan entre africanos y negras o mulatas nacidas en Cuba. La población perteneciente a la rama asiática de la raza mongoloide, representada por los culíes chinos y filipinos, así como por los comerciantes chino-californianos, fue casi exclusivamente masculina y ello influyó sobremanera en su acelerado mestizaje interracial e intercultural. De manera que la multirracialidad inherente a la formación histórica del etnos nacional cubano, lejos de crear componentes étnicos desconectados, tendió a la formación sistémica de un conjunto concatenado de procesos étnicos unifícadores de diferentes alcances territoriales y de variada duración cronológica^'. Desde la asimilación étnica forzada hispano-aborigen que da lugar a la casi extinción física de los primeros pobladores y permite la incorporación de múltiples elementos lingüístico-culturales al patrimonio contemporáneo, hasta la integración hispano-africana que es el resultado y síntesis de diversos procesos de integración interhispánica e interafricana; generan al mismo tiempo una población nacida en la Isla que tiende a reproducirse biológica y culturalmente durante varias generaciones a un ritmo más acelerado que el de las migraciones externas hasta hacerse independiente de ella. A partir de la segunda mitad del siglo XIX la población cubana, con sus rasgos peculiares de etnicidad cambíente es mayoritaria (Tabla 1) respecto de los otros grupos étnicos y demás representantes minoritarios de otros pueblos procedentes de Europa, Asia, América Latina y El Caribe. Durante los primeros treinta años del siglo XX, no obstante el acelerado incremento de la migración externa como principal fuerza de trabajo para la industria y el comercio —tal como puede observarse en los censos de 1907-1931—, cuyas dos terceras partes está compuesta por inmigrantes hispánicos y antillanos, el ritmo de crecimiento intercensal de la población cubana se incrementa. 21. En otros trabajos explico con más detalle el carácter sistémico de la etnogénesis cubana a partir de sus componentes originarios; véanse en este sentido "Hacia un enfoque sistémico de la cultura cubana", en rev. Revolución y Cultura, n." 90, septiembre. La Habana, 1980, pp. 35-40 y "Los procesos etnoculturales", en Procesos etaoculturales de Cuba, La Habana, 1983, pp. 342-351. 213 TABLA I COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN CUBANA RESPECTO DE LA POBLACIÓN EXTRANJERA RESIDENTE EN CUBA Censos 1861 1877* 1887* 1899 1907 1919 1931 1943 1953 1970 1981* Total 1.396.470 1.509.291 1.609.075 1.572.797 2.048.980 2.889.004 3.962.344 4.778.583 5.829.029 8.569.121 9.706.369 Cubanos 601.160 941.948 1.198.922 1.400.262 1.820.239 2.549.922 3.525.447 4.532.032 5.598.598 8.438.877 9.565.626 % 43,05 62,41 74,51 89,03 88,84 88,26 88,97 94,84 96,05 98,48 98,55 Extranjeros 795.310 567.343 410.153 172.535 228.741 339.082 436.897 246.551 230.431 130.244 140.743 % 56,95 37,59 25,49 10,97 11,16 11,74 11,03 5,16 3,95 1,52 1,45 * Estimado. Fuente: Censos de Cuba correspondientes a los referidos años. Elaboración propia. Esto condiciona una tendencia a la consolidación étnica nacional que en índices demográficos se observa tanto a nivel de la composición por sexo en cuanto a la potencial reproducción biológico-cultural del etnos y en la ubicación macrorregional de la población cubana, en relación con el relativo equilibrio de la situación geográfica a partir de un acelerado proceso de urbanización y de migraciones internas ^l El proceso de flujo y reflujo de información cultural y el intercambio de rasgos étnicos que llevan implícitas la^ migraciones internas, también constituyen un factor tendente a la diversificación regional y a una relativa homogeneidad nacional con sus variados matices. Las Principales corrientes cubanas de migración interna (Tabla 2) permiten observar regularidades de carácter general que influyen en las diversas relaciones sociales. Este proceso también ha estado condicionado por el crecimiento natural de la población nacida en Cuba y por el papel socio-cultural que desempeña la migración interna, compuesta mayoritaria-mente por cubanos. 22. Según el censo de 1981, el 50,16% de la población cubana es masculina y si dividimos la Isla en dos macrorregiones este-oeste; el 54,58% de la población cubana vive en el oeste, la región históricamente más poblada (71,80% en 1899) y el 45,42% restante se ubica al este. Véase J. GUANCHE: El poblamiento de Cuba. Sección 1 del Atlas de los Instrumentos de la Música Popular Tradicional Cubana, La Habana, 1990 (inédito). 214 TABLA II PRINCIPALES CORRIENTES CUBANAS DE MIGRACIÓN INTERNA Siglos ?-XV XVI-XVIII XVIII-XIX XX Períodos Precolombino Dirección Este-oeste Causas Penetración sucesiva del poblamiento original por el este Traslado de la sede del gobierno colonial hacia La Habana y función puerto-esala de su puerto; esta región se convierte en un gran centro de atracción humana exterior, sin poder, no obstante, precisarse corrientes internas de migración. 1792-1868 1868-1878 1880-1899 1900-1930 1930-1958 1959-1964 19M-1970 1970-1990 Oeste-este Este-oeste Oeste-este Periferia- Centro de la Isla. ( — 0 — ) Concentración de la población hacia las áreas urbanas. Provincia a provincia. 0<->0. Este-oeste Dispersión hacia las áreas rurales. 0<->0. Este-oeste Primera expansión del azúcar hasta Las Villas. Intenso poblamiento africano hacia centro-occidente. Guerra de los Diez años. Migración de tropas y sus familiares. Abolición de la esclavitud y guerra de independencia de 1895-1898, retirada de tropas españolas y primera ocupación norteamericana. Expansión territorial de la producción azucarera. Incremento de la penetración económica norteamericana. Construcción del sistema vial central. Necesidad de incrementar la fuerza de trabajo barata con inmigrantes. Crisis económica agraria, latifundios y desalojos. Diversificación industrial en la capital. Desnivel de salarios y demandas estacionales de brazos. Triunfo de la Revolución y arribo a la capital de becarios, tropas rebeldes y sus familiares. Movilización de recursos naturales y humanos en regiones antaño subpobla-das. Migración intensa de la región oriental hacia occidente (Predominio de La Habana, Camagüey e Isla de la Juventud). Consecueac/as Mayores densidades humanas al oriente. Agroalfareros. Poblamiento sudpeninsular hacia las áreas urbanas y canario hacia las zonas rurales principalmente. Hegemonía decimonónica de todo Occidente. Creación de la red urbana actual en el centro y occidente de la Isla. Tierras libres de Oriente. Agudiza-miento de la desigual distribución humana y económica. Cambios en la distribución espacial de la población negra y mulata. Despoblamiento relativo de Occidente. Acelerado crecimiento demográfico de las provincias orientales. Brusco aumento de migración externa (Europa-Asia = > Occidente, Caribe insular=> Oriente). Poblamiento lineal notable y urbanización acelerada hacia oriente. Hipertrofia del desarrollo urbano. Surgimiento de los barrios marginales. Movimientos cíclicos por contacto e inestabilidad del poblamiento local. Crecimiento capitaüno. Pequeña explosión demográfica. Desaparición paulatina de vacíos humanos y construcción de pueblos rurales. Desbalance de la fuerza de trabajo joven y más cualificada respecto de su lugar de origen. Paulatino repobla-mieoto de áreas montañosas. Fuente: MOREJÓN SEIJAS, Blanca. "Distribución de la población y migraciones internas", en La población de Cuba, La Habana, 1976, pp. 140-141 y "Las migraciones", en Atlas Demogiáfíco Nicional, La Habana, 1985, pp. 69-76. 215 El estudio muestral realizado en diez archivos parroquiales de Cuba durante el período colonial confirma que de 68.784 sujetos registrados como padres en los libros bautismales de "blancos" o "españoles", 50.696 (73,72%) son nacidos en Cuba y que la proporción de éstos en la región centro-oriental de la Isla (8:10) es muy superior a la del área occidental (6:10), debido al peso absoluto de la migración extema global hacia el oeste de Cuba. El grueso de la población estudiada en esa zona es nacida en Cuba, lo que propicia la transmisión estable de un conjunto de tradiciones culturales de gran arraigo en los diferentes asentamientos humanos. Lo anterior se basa en un predominio de matrimonios homogéneos entre personas nacidas en Cuba (59,39%) y en la decisiva participación de la mujer nacida en Cuba (-1- del 95%) en los matrimonios mixtos con residentes extranjeros. Las antiguas inmigraciones que dan origen a la población actual de ciudades como Sancti Spiritus, Camagüey y Holguín (ubicadas lejos de la costa) poseen menos significación que las relaciones endogámicas intraterritoriales que se efectúan en sendos núcleos urbanos, cuyo peso global de la población endógena entre los siglos XVIII-XIX —según la referida muestra— oscila entre el 87-90 % de toda la población estudiada, con una migración interna y externa muy poco significativa respecto de la región occidental de la Isla. Todo lo anterior permite establecer comió regularidad histórica del poblamiento de Cuba que el peso decisivo en las migraciones internas desde el siglo XVIII hasta el presente lo posee la población exógena (extranjera). El desarrollo alcanzado por la población de Cuba desde sus orígenes hasta el presente permite hablar de una revolución demográfica cuyos antecedentes coinciden con el proceso de formación de la nación cubana a partir de la segunda mitad del siglo XIX. En el estudio monográfico realizado por Raúl Hernández Castellón, la revolución demográfica cubana ha sido dividida en dos etapas: 1. "Cuba mantuvo un crecimiento natural relativamente moderado y estable desde los primeros años del presente siglo y la quinta década [de éste], con los valores que han fluctuado entre 13 y 19 [por mil]. La mortalidad refleja su valor más alto en 1907 y comienza a descender posteriormente, pero en reahdad la tasa se vio afectada por el incremento de la proporción de menores de 5 años, y estas edades son las de mayor riesgo de muerte. En efecto, estas proporciones pasaron de 8,3% en 1899 a 16,8% en 1907. Por otra parte, las tasas brutas de natalidad indican que ésta comenzó su disminución desde el quinquenio 216 1905-1909. Se puede afirmar que la mortalidad comenzó su descenso desde 1900, primero a un ritmo lento y posteriormente acelerándolo. Por su parte la fecundidad se mantuvo elevada y constante hasta alrededor de 1920 [...], aunque es de notar que la natalidad comienza a descender ya desde el segundo quinquenio del presente siglo. Dados los elevados valores de que parten la fecundidad y la mortalidad, se puede afirmar que los umbrales del siglo actual constituyen también los umbrales de la revolución demográfica cubana. Ya alrededor de 1930 la mortalidad registra valores cercanos a 20 [por mil], en tanto que la natalidad experimenta una moderada reducción [al] 35 [por mil]". 2. [La] aceleración de la disminución de la mortalidad [se corresponde con] una relativa aceleración en la disminución de la fecundidad. [...] En efecto, incluso un poco antes de 1930, la esperanza de vida al nacer inicia un pronunciado ascenso que se mantiene hasta los momentos actuales. La tendencia de la fecundidad sufrió un cambio que podría calificarse de temporal, en el marco de la revolución demográfica, ya que después de un descenso moderado, entre 1920 y 1940, según las tasas de natalidad comienza luego una ligera aceleración de este descenso, hasta el triunfo de la Revolución en 1959 [y comienza], posteriormente un ascenso, motivado por la confianza generada en las masas por la Revolución. [...] Esto creó una pequeña explosión demográfica, y puede calificarse asi, porque [...] ya alrededor del quinquenio 1970- 1975 se alcanza un valor algo menor al del quinquenio 1955-1960. [...] La rápida disminución de la fecundidad cubana, a mediados de la década del setenta, conjuntamente con los elevados valores de la esperanza de vida, ambos similares ya al de los países desarrollados, permiten indicar que Cuba por esa fecha estaba concluyendo ya [en 1975] su revolución demográfica"". Desde el decenio posterior a la revolución demográfica hasta el presente, se aprecia el desarrollo de la tendencia a la homogeneización de grupos sociales y por regiones del país con el apoyo que significó la nueva división político-administrativa desde 1976. La fecundidad ha tendido a reducirse junto con los niveles de mortalidad, lo que influye favorablemente en el aumento de la esperanza de vida al nacer para ambos sexos como reflejo social del incremento del nivel de vida. A diferencia del resto de las formas inmigratorias externas del pobla-miento de Cuba, el proceso histórico del poblamiento por personas nacidas en Cuba (criollos y cubanos) tiene un conjunto de peculiaridades que le otorgan, tanto en el ámbito estrictamente demográfico como en 23. HERNÁNDEZ CASTELLÓN, Raúl: La revolución demográfica en Cuba, La Habana, 1988, pp. 90-93. 217 el sociocultural, cualidades nuevas que demuestran, desde múltiples puntos de vista, la formación y existencia de un etnos-nación con características propias que a su vez se relaciona directamente con los procesos neoetnogenéticos de los pueblos (naciones) del continente americano desde el siglo XIX y el posterior proceso de consolidación en las difíciles condiciones actuales para el desarrollo. Si consideramos este proceso histórico a la luz de la teoría etnográfica contemporánea, la población nacida y residente por más de diez generaciones en Cuba ha constituido la base humana, desde el punto de vista genético y cultural, para la formación y consolidación del etnos nacional cubano. El etnos cubano, como organismo social estable y cambiante en el tiempo y el espacio, está conformado por un conjunto de rasgos comunes que lo caracterizan como tal. Con independencia de las modalidades locales y regionales, existen elementos afínes de lengua (materna principalmente en su contenido vernáculo), cultura (en el sentido amplio del término), carácter (en el sentido psicosocial e idiosincrásico) y autoconciencia (noción de pertenencia a este pueblo y de diferencia respecto de otros que se exterioriza en el etnónimo [cubano']), que perfílan la nacionalidad. Junto con lo anterior existe el sentimiento de pertenencia territorial y estatal, así como la peculiar estructura económica y socioclasista caracterizadora en nuestros días de la nación en desarrollo. Cuando se profundiza en los orígenes históricos de la población de Cuba, con independencia de la diversidad de procedencias, sale a la luz de modo sobresaliente la tendencia general y determinante en cuanto al mestizaje biogenético hasta formar diversos círculos endogámicos de lo particular a lo general; es decir, a nivel local, regional y nacional, que no están condicionados precisamente sólo por factores biológicos, sino de tipo socioculturales. De modo que el factor racial no constituye un rasgo principal del etnos cubano, sino sólo su aspecto exterior (biológico). La exacerbación histórica de este factor ha representado una importante traba (en cuanto ideología y práctica racistas) para la integración plena de todos los componentes de la población de la Isla. Contra esta traba han luchado los principales exponentes, desde el período colonial hasta hoy, de las ideas del progreso social y de la unidad nacional. Mayor significación tiene la cultura, como uno de los rasgos esenciales y al mismo tiempo caracterizador de cualquier etnos; pero no la "cultura" entendida como totalidad abstracta de lo que "hace el hombre" y por ello se diferencia de la "natura", ni la estrecha concepción que la reduce a la "cultura artística y literaria", sino el patrimonio representativo y significativo de los rasgos propios de un etnos, es decir, 218 la cultura que hace específíco a ese pueblo respecto de otros, en cuanto cualidad característica y a la vez diferencial, como sistema axiológico y de actividad creadora y reguladora a nivel intrasocial, intersocial y ecológico-natural. En este sentido, la cultura cubana en su desarrollo histórico, no sólo se ha nutrido de sus elementos originarios (componentes étnicos antecedentes); o sea, de sus raíces, sino principalmente de su potencialidad creadora y reproductora propias que generaron a su vez una nueva fuente nutricia (el pueblo cubano); es decir, de sus frutos:, de las decenas de generaciones nacidas en Cuba que han sido capaces —primero— de tomar conciencia de sí como pueblo a partir de una existencia previa y de una tradición de lucha por transformarse en pueblo para si, dueño de su identidad y de su futuro. Esto permite señalar el carácter único (nacional) y diverso (regional y local) de la cultura cubana a partir del papel etnodemográfico determinante de sus principales portadores: la población cubana. 219 BIBLIOGRAFÍA ALEXEEV, A.: Formación de las razas (teoría y metodología de estudio). Editorial Nauka, Moscú, 1986. BROMLEI, Yu: Etnografía teórica. Editorial Nauka, Moscú, 1986. 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