Tebeto. Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura,
N.º 20, Puerto del Rosario (2012), pp. 459-481, ISSN: 1134-430-X
COSTUMBRES BEREBERES Y RAÍCES CANARIAS:
ASPECTOS DE VIDA FEMENINA
MASSIMO DALL' AGNOLA
Universitá Ca Foscari di Venezia
© Del documento, los autores. Digitalización realizada por ULPGC. Biblioteca Universitaria, 2018
2 Massimo Dall' Agnola: Costumbres bereberes y raíces canarias: aspectos ...
Yo hizo que la mujer egipcia pudiera irse por su camino;
sus viajes se extendieron hasta donde quería,
sin que nadie la asaltara en su recorrido
(desde un papiro egipcio)
Resumen: a través del análisis y de la comparación de algunas peculiaridades
históricas yetnográfü:as, el autoridentifica la condición femenina particularmente
favorecida en las comunidades, bereberes que sobreviven aisladas,
así como en la sociedad aborigen canaria; éomo la derivación ancestral de un
abanico de costumbres prehistóricas, que puede fecharse acerca de la civilización
bereber, la cual dejó profundas huellas en las culturas históricas norafricanas
preislámicas. '
Palabras clave: condición femenina; civilización protobereber; sociedades
norafricanas; costumbres b.e reberes; cultura paleocanaria. '
Abstract: following the analysis and comparation of sorne historical and
ethnographical peculiarities, the author identifies the particularly favorable
female condition ofberber still surviving communities, and also in the ancient
indigenous canarian society, as the ancestral derivation of a range of prehistorical
characteristics, that can be interpreted as relics of protoberber civilization, that
caused important consequences in the environment of historical north-african
pre-islamic cultures.
Key words: female condition; protoberber civilizacion; north-african societies;
berber uses; paleocanarian culture.
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Massirno Dall' Agnola: Costumbres bereberes y raíces canarias: aspectos ... 3
1. LA MμJER EN LA ANTIGÜEDAD EGIPCIA
En las grandes civilizacione_s antiguas fue raro que la mujer tuviera
un papel importante en la sociedad. En Mesopotamia y en Persia, por
ejemplo, el poder central estaba planteado ~obre estflJcturas guerreras y
militares, por eso las mujeres estaban rekgadas hacia los márgenes de
la sociedad civil. Pero en el territorio norafricano las cosas fueron muy
distintas, con toda probc:1bilidad in:fluenciaqas, directa o indirectamente,
por las costumbres de Ja civilización protobereber, que se había establecidq
en aquellas tierras desde la Prehistoria más lejana .. Su influjo en toda
la llamada «África Blanca» dejó huellas ip.delebles en todos los grupos
humanos, incluso en los.aborígenes canarios.
El. estrecho vínculo entre ,mujer y mundo natural, que desde la más
remota prehistoria había caracterizado la espiritualidad de las poblaciol).
es norafricanas, sobrevivió t¡1mbién en la religiosidad. del Egipto
antigu,o,, y permanece en las· figuras prestigiosas que muchas diosas
tenían en el culto, como Maat, HathÓr, Nekhbet y otr.as, pero sobre
todo·s_e ve claramente en el c~lto de la que se conside.raba la «reina»
entre todas las divinidl!des femeninas, o. sea Isis .. También para su
cu\to,mileQario se identifican las huellas d.e su íntimo vínculo con los
ritmos estacionales, característica típica de las sociedl!des agrícolas y
pastorales prehistóricas, que habían dejado una profunda her\;:ncia en
la teología egipcia, como se puede c;om11render en.este trozo de una
antigul;l plegaria dedicada a Isis:
Gracias a ti las estrellas se convierten propicias,
'gracias a ti regresan las estaciones,
· los Dioses se alegran y los elementos son tus esclavos.
Después de una señal tuya soplan los vientos, las nubes dan nutrimento,
las semillas germinan, los botones se, crecen.
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4 Massimo Dall'Agnola: Costumbres bereberes y raíces canarias: aspectos .. :
Efectivamente en la sociedad egipcia las mujeres podían llegar
incluso a ocupar los cargos más importantes del aparato estatal, sin
que ninguna posibilidad fuera impedida. Ciertamente resultó influenciada
hasta la legislación egipcia, por lo menos en lo que concierne
a la condición femenina y su papel en la sociedad; sin duda desde el
Reino Antiguo la mujer se encontraba parificada al hombre, pues en
este aspecto la cultura egipcia demostró un nivel de evolución muy
alto. La mentalidad egipcia considyraba que un hombre no podfa estar
completo sin una mujer a su lado, la cual de esta forma lo integraba
como persona: esta dualidad de cada ser se encontraba en todos los
asuntos del pensamiento egipcio, incluidas la filosofía y la teología,
donde para cada entidad y para cada divinidad se concebía también su
correspondiente femenino: estos dos componentes complementarios se
consideraban indisolubles. Se trata del así llamado «dualismo cosmológico
», también conocido en la cultura aborigen canaria, como atesta
Abreu Galindo cuando afirma que las divinidades eran distintas por
sexo, una masculina para los hombres y una femenina para las mujeres;
En la vida material las mujeres egipcias dividían la vida social con los
hombres, pues tenían un patrimonio de propiedad propia que, en el
momento de casarse, traían como dote al marido: pero si se convertían
en viudas recuperaban legalmente sus propiedades. Para garantizar este
derecho existían verdaderos contratos matrimoniales. De esta manera, lá
ceremonia del matrimonió era una fiesta entre las dos familias, doride·se
marcaba la transferencia de la esposa en·la casa del marido, exactamente
como ocurría en las costumbres bereberes. La posibilidad de divorcio
era también prevista y, en este caso, el marido tenía que entregar un
cierto valor de alimentos ·para el mantenimiento de su ex mujer. En
los períodos más.antiguos de la historia egipcia solamente el hombre
podía pedir el divorcio, pero en época tardía se convirtió también en
un derecho de la mujer. De todas formas la propiedad de bienes de la
mujer era garantizada de medida mayor que la del hombre. Por eso el
divorcio resultaba muy desventajoso para el hombre, el cual tenía que
poner a disposición de la mujer una parte de sus bienes y también pagar
una multa, que muchas veces podía llegar a ser notably, puesto que era
fijada por la mujer. Si el hombre no estaba ecc.mómicamente en condición
de afrontar estos empeños, sus biene.s pasaban prioritariamente a
la mujer, a pesar de que esto podía significar ,quitar la herencia al hijo
mayor. Pues con el tiempo cambiaron las fórmulas escritas sobre los
contratos matrimoniales: las frases más antiguas decían
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Si yo te desprecio, si tomo otra mujer, iré darte ...
mientras que las más recientes se convirtieron así:
A partir desde hoy solamente tu podrás marcharte. Yo iré darte ...
Hasta en la muerte los derechos entre ·el hombre y la mujer eran
igualitarios y la mujer podía elegir tener un enterramiento todo suyo así
como el marido. Unirse a una mujer y formar una familia era considerada
una necesidad absoluta en la cultura egipcia, como nos demuestra
un trozo del papiro Prisse (hoy en la Bibliotheque Nationale de París),
un texto educativo escrito por el visir Ptah-Hotep (V dinastía), donde
se enseña:
Si tu eres sabio, construye una casa y fonda un hogar. Ama a tu mujer
como se debe, nútrila y véstila.
Cuando buscaban marido o mujer, los jóvenes del antiguo Egipto
tenían una libertad que en el resto del mundo contemporáneo era inconcebible,
y podían decidir su unión sin pedir el permiso a sus familias,
una característica que solo encontramos en las sociedades bereberes,
donde se mantuvo hasta hoy, aunque en contraste con las costumbres
islámicas.
2. LA MUJER BEREBER
El papel de la mujer en la civilización bereber resulta absolutamente
privilegiado cuando lo comparamos con la situación femenina de las
otras so'ciedades musulmanas: muchos autores han declarado que, desde
sus orígenes, el Islam fue acogido entre las comunidades bereberes con
muy poco entusiasmo. En algunos grupos bereberes de Marruecos la
mujer, pai:á poder poner fin a su matrimonio, podía pedir al marido ser
repudiada (la equivalencia de nuestro divorcio); esta cláusula no existe
en el derecho coránico, pues en· todas las otras sociedades islámicas
la mujer no tiene dicha posibilidad, pudiendo ser repudiada solamente
cu~ndo el marido lo d~cide. Pero entre los derechos del marido existe la
posibilidad de que él se oponga a un nuevo matrimonio de su ex mujer
con otro hom,bre, pero en ese caso la mujer bereber tiene la posibilidad
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de librarse fácilmente de este veto masculino, simplemente pagando
una cierta cantidad de dinero.
En la tradición bereber, la condición social de la mujer siempre se
ha caracterizado por una posición de gran respeto. Este elemento estuvo
siempre tan presente en la cultura protobereber, que logró perdurar en
estas poblaciones durante todas sus migraciones, hasta transmitirse a los
grupos protobereberes que llegaron a colonizar el archipiélago canario,
tal y como nos Jo confirman los textos de los cronistas de la conquista.
En cierto modo, esta peculiaridad cultural también resistió a la islamización
del norte de África, donde aún hoy en día encontramos mujeres
bereberes que gozan de un rol social muy superior al de cualquier otra
mujer del mundo islámico, caracterizado por una dimensión femenina
completamente sometida a la masculina.
En la región de Orán (norte de Argelia) las viudas y las mujeres
repudiadas gozan de buen respeto, siendo indicadas con una palabra
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genérica e inofensiva, azriya, que significa simplemente «mujer que no
tiene marido». Ellas no son aisladas del resto de la sociedad, y tampoco
consideradas inmorales o impuras, pues pueden conducir una vida familiar
normal, por ejemplo estableciéndose en casa de sus madres. Las
mujeres conyugadas también acogen a estas mujeres solas sin ninguna
limitación y sin condena moral. En la sociedad guanche de Tenerife
estaba también prevista la posibilidad de divorcio sin complicaciones,
como leemos en el texto de Espinosa:
Y como el casamiento era fácil de contraer, fácilmente se dirimía,
porque disgustando el marido de la mujer, o al contrario, la enviaban
a su casa. (1-7, pág. 40)
La información encuentra confirmación también en Abreu Galindo
y en Torriani. En el derecho tradicional bereber además hay otras peculiaridades
concernientes al mundo femenino. Por ejemplo en el Alto
Atlas del este (Kabylia) existe el así llamado anhad, o sea el derecho de
prelación sobre el matrimonio de una chica sin marido, ejercitado por los
veinte varones célibes más próximos a ella en parentesco. Esta regla es
aparentemente más rígida que la prevista por la ley coránica, donde solo
el hermano del sobrino tiene este privilegio. Pero en la práctica ocurre
que si un pariente se opone al matrimonio de la chica con un «extranjero»
para ejercitar su prelación, pero luego sin casarla efectivamente, todos
los otros pierden dicho derecho.
Tenemos que decir que el aislamiento de las comunidades bereberes,
desperdigadas por un territorio inmenso en su mayoría desértico, ha
producido algunos cambios en las costumbres, que a veces pueden llegar
a ser muy relevantes; en ciertas zonas esto, unido a la imposición del
islam, ha turbado completamente las antiguas raíces protobereberes y las
costumbres que durante siglos habían regulado la sociedad. Por lo tanto,
se pueden también observar etnias bereberes donde el antiguo sistema de
descendencia matrilineal fue totalmente substituido por el patrilineal, y
donde el dominio machista era absoluto, hasta el punto que un etnógrafo
africano ha escrito estas crudas palabras:
La concepción del matrimonio es tal que casarse significa: tener una
mano de obra, una limpiadora, una cocinera, un vientre que transporta
y hace a los niños, un orificio que se puede penetrar para eyacular y
satisfacerse1•
1 Chikhaoui, 1995, p. 68. Véase bibliografia.
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N~turalmente dichos cambios negativos no pudieron.alcanzar Canarias,
donde sobrevivió el más puro sustrato protoberebérhasta la llegada
de los conquistadores, En otras regiones norafricanas esto también pudo
conservarse, especialmente donde la presión de las leyes islámicas fue
por cualquier razón menos insistente. El papel principal de la mujer fue
a menudo mortificado por las leyes coránicas, particularmente en Kabylia,
donde se observan las condiciones femeninas correspondientes al
derecho islámico más arcaico: después de la muerte del marido una mujer
no puede heredar, sino que ella misma forma parte de la herencia y una
vez que sea viuda no puede disponer de su propia manc:i para unirse a
otro hombre, además, la mujer repudiada no puede casarse otra vez sin
el asenso de su antiguo marido.
Estas duras leyes hacia la mujer de Kabylia fueron parcialmente
abolidas solamente en el siglo XVIII, después de una decisión autónoma
de los consejos de ancianos de las tribus Zouaoua, que concedieron ·a
las mujerés el derecho de.heredar, como prescribía el código musulmán
turco coritemporáneo: Hay opiniones discordes sobre este asunto, porque
hay quien opina que la negación del derecho de heredar pertenece, por
lo menos en Kabylia, a una costumbre preislámica, destinada a proteger
los, bienes ·de familia, como dice. un proverbio local:
'.
la mujer que hereda hará la suerte de lafamiliadel,mari{io,.empo-vrecendo
la propia.
En todas las sociedades nómadas pastoriles existe el concepto de que
el nivel de prestigio de un clan es.directamente proporcional al.número
de.cabezas de ganado que. se. poseen, porque los animales son el capital,
es decir, fa riqueza misma, distintamente de las sociedádes residentes;
para. las cuáles. el capital está constituido por la tierra. Por eso se utiliza
cada parte de animal matado;. además del nutrimento, sacado .de las
carnes comestibles, se usarán.las pieles para hacer vestidos,calzados.y
contenedores; los dientes para adornos personales. o amúletos; .. el. pelo
para vestidos pesantes, chorros o:entripados varios; los· cuernos para
mangos de utensilios o partes de armas; los tendones como cuerdas para
arcos o partes de trapa; y hasta los excrementos'q~e, secados, se ·podrán
qu~mar como con{bústibl~ y las orinas; útiÍes como de.sinfectante o como
mordiente para curtir pieles. En muchos grupos nómadas la tienda misma
se compone de material animal. Por eso, para los pueblos pastores los
ganados podrán ser la razón de guerras o saqueos, así como 9e alianzas
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entre clanes, de vínculos entre familias o de matrimonios entre individuos.
Dichá centralidad del animal se encuentra también en composiciones
literarias y poéticas, como en el trozo tomado desde un canto de bodas de
los bereberes de Túnez, donde una mujer, para afirmar su propia belleza,
compara el blancor de su piel con el del manto de una oveja:
La blanca dice: « Yo soy bella,
como la oveja vendida por el mercante».
La documentación directa recogida por Attilio Gaudio durante sus
investigaciones acerca de las comunidades bereberes permitió reconstruir
la jornada típica de la mujer bereber. de etnia ait seghruchen. Los
trabajos femeninos empiezan antes del amanecer, articulados así:
· moledura del grano al molino colectivo;
· limpieza y arreglo de la casa;
· ericeridido del fuego (después de haber recogido la leña necesaria);
· preparación de la sopa de levadura para el .desayuno de la familia.
Después el desayuno los niños salen de casa con el ganado y el hombre
va a trabajar en el campo, pues los trabajos de la mujer siguen así:
· al río a sacar agua (pocas casas pueden gozar de un pozo propio);
· preparación de la sopa (de nabos o de habas) para la comida del
. mediodía;
· (en el entretiempo el marido regresa del campo) la mujer sirve la
comida en la habitación de los hombres o en el patio;
· luego lá mujer puede comer (sola) cerca del hogar; . . . ' '
· ordeño del ganado (vacas y ovejas o cabras);
· preparación para la _noche de los corderos y su recogida en una parte
distinta del establo;
· ( cerca del ocaso) encender otra vez el fuego;
· · encender también las lámparas de la casa;
· preparación de la comida de la 'noche;
· (después de la cena)tóstadura y moledura del trigo;
·_ la mujer se acuesta.
A todo eso se añaden los trabajos estacionales. Generalmente la
mayoría del trabajo del campo (aradura, siembra, cosecha) se considera
como actividad solo masculina, así como la de acompañar el ganado al
pastoreo; pero al final de verano, cuando es tiempo de recoger los higos,
se pide también la colaboración femenina. Si es necesario las mujeres
trepan a los ár~olés para coger higos, luego los ponen en cestas y los
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traen a su casa, donde se pondrán sobre una estera y expuestos al sol
por el tiempo.necesario para secarlos, para poderlos conservar por largos
períodos. Como se ve, el trabajo femenino cierto no es más ligero que el
masculino, apesar de que elpapel:de la mujer bereber es notablemente
más favorecido que en la- sociedad islámica tradicional.
El régimen matriarcal vigente entre los tuaregs es único en su género,
basándose en una estructura sólidamente femenina, que arregla la
autoridad así como la hereditariedad. La religión islámica, en abierto
contraste ,con ·estos principios, se pone. en segundo plano, dejando la
supremacía al derecho consuetudinario tradicional· bereber. Por eso la
libertad de la mujer bereber se puede notar particularmente en los grupos
tuareg, donde las diferencias con la general tradición islámica son más
evidentes. Una de estas evidencias s~ º?~erv¡i con o_casión de las fiestas
ahal. Se trata de noches especiales de entretenimiento para los jóvenes
que. se desarrollan bajo una tienda, pern la particularidad es que son
organizadas por una mujer no casada y que tódo ocurre sin presencia de
padres o mie~bros ancianos. Única presencia adulta es la de la mujer
-q~é organiza el ahal, cuyo papel es el dé mediadora y de coordinadora,
casi corrio el director de un espectáculo·. Durante dichas fiestas se dedica
mucho espacio a la musica y al baile, pero liky ta~bieO: momentos de
recitación de versos poéticos. Participan chicos y cliicas adolescentes
de la tribu, en un conjunto que en muchas sociedades rigurosamente
islámicas sería simplemente impe9sable, p~es se_ trata 'de wia sobrevivencia
de antiguos ritos preislámi~os. Es importante observar que esta
fiesta no es un simple entretenimient~ de una noche, sino· que .toma el
carácter solemne de un verdadero rito de pasaje, púestó que'los jóvenes
que participan, desde aquel momento, se· considera;iri de edad' adulta,
por eso la preparación es muy cuidadosa y este a6ontecimiento ~s muy
esperado. No faltan algurios aspectos de sutil erotismo, sobre todo para
las participantes femeninas, qué d~muestran mucha atencióri en sus
trajes: las chicas llevan una larga.falda blanca, a:~oplada ~on un corsé
muy pintado. Para completár ese traje se añaden muchas jo:r;as sobre el
vestido, la mayoría en plata, muy vistosos y a mentido muy pesados. La
cara no está escondida detrás de velos2
, pues es posible aplicar embellecimientos
cosméticos, los ojos con tinta azul y. un fondo de ocre en.las
mejillas; el pelo se recoge en elaboradas trenzas. Muchas chicas saben
tocar los instrumentos de. cuerda tradicionales, ·como el violín amzad,
.' En la or:todoxia islámica este particular se consideraría como.ina_ceptable_y pecaminoso .•
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que se toca con ·el arquillo; cada una es libre de tocar, en su turno, el
repertorio que prefiera, a menudo de tono sentimental o nostálgico. Los
chicos se sientan enfrente y escuchan; terminada esta fase se abrirá una
especie de duelo verbal entre los dos sexos, donde será admitido criticarse
recíprocamente sin piedad, sobrelineando las faltas de los otros e intentando
ridiculizarlas: No .se exceptúan las atenciones para las carencias
físicas, que se critican muy duramente, a menudo con tono de irrisión o
hasta ofender. Pero en .este punto se evidencia el carácter ritual de esta
disputa; porque todo ésó se acepta como parte de la ceremonia, y luego
nadie tendrá que resentirse, exactamente como si se tratara de un juego
o de una recitación entre actores.
Luego llega el turno de. los muchachos, que se. exhiben con composicione.
s poéticas·, preparadas o también improvisadas, a menudo
de contenido picante, dirigidos a la chica deseada, pero sin nombrnrla
nunca .. La fiesta sigue después con cantos y bailes colectivos, aumentando
la familiaridad y la confianza entre los dos grupos. Al final cada
chica podrá invitar fuera de'la tienda el chico elegido; pues en la tribu
nadie. considerará inmoral esta libertad prematrimonial, puesto que será
simplemente concebida'como un aspecto de la vida normal de un adolescente.
Solamente después del matrimonio se pedirá a la mujer tuareg
una conducta de fidelidad conyugal, pero siempre teniendo en cuenta
la posibilidad de pedir el divorcio, aun sin asenso del marido. Resulta
claro .el evidente. contraste hacia los rígidos esquemas que aprisionan a
la mujer en la tradición islámica clásica ..
. La así llamada Crónica Anónima (manuscrito ovetense) contiene
una información que .se_ refiere a: semejantes fiestas_corimnitarias en la
sociedad tinerfeña prehispánica:·
Tenía,:¡_ dichos Guanartemes casas -de recreación y pasatiempos,
donde sejuntaban hombres y mujeres a cantar y bailar( ... ) y acabadas
sus comidas y bcmq_uetes' '.
En las sociedades bereberes norafricanas que a veces parecen todavía
vinculadas a una distribución del poder de tipo feudal, la figura
del amenok_al corresponde a la de un pequeño rey medieval, con poder
total;· quien gobierna y administra la justicia en su clan. Este personaje
es :flanqueado por un colegio de consejeros, formado por parientes Y
amigoso,Es sigt,1ificativo ob~ervar que las mujeres núbiles del clan, de
cualquier edad .,que sean, so_n consultadas para escuchar sus opiniones
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sobre los asuntos discutidos por el consejo, pues, aún no perteneciendo
a él, ellas demuestran que el papel de la mujer en la sociedad bereber se
pone a un nivel muy alto, participando en las decisiones del clan con gran
libertad y autonomía, hasta el punto que puede ser el mismo amenokal
el que las consulte .
. Según la acreditada opinión de Álvarez Delgado la locución tinerfeña
de «mencey» podría derivar desde MN, una raíz protobereber que
significaría «fuerza» o «poder». Muy semejante es también la idea de
Cioranescu, el cual identifica la locución líbica MNKD, con significado
de <~efe supremo», pues en un sistema de escritura donde se consideran
solamente las consonantes esto resulta muy próximo al vocablo. bereber
aMeNoKal. Es muy importante recordar que en las costumbres bereberes
el amenokal mismo, para poder ser reconocido como jefe, tiene
que poseer de~cendencia noble, transmitida por vía matrilineal. En las
sociedades bereberes esta se evidencia también a través de la etimología
de algunos vocablos, como revela el P. Foucauld en su diccionario, donde
la palabra «tegueze», en idioma tuareg del' Ai"r, equivale al «tegehe» en
la hablada del Hoggar: ambas se podrían traducir como «herede», pero
más exactamente como «el que tiene el derecho de suceder por línea
materna». Un recuerdo de dicha locución sobrevive en el ántropónimo
canario -Teguise.
Entre los tuareg el jefe se elige entre los descendientes de mujeres
pertenecientes a la tribu Kel Rela, considerada la más noble entre todas.
Generalmente las mujeres tuareg son más instruidas que los maridos y su
papel en la sociedad es muy prestigioso. En este contexto otro rito muy
interesante es el pacto tata, basado en la importancia de la descendencia
por vía femenina y por eso sobre la importancia misma-de la mujer en la
sociedad. Cuando dos grupos o familias tienen que estipular un acuerdo
importante entre ellos, por ejemplo una alianza, todos los componentes
se reuneñ bajo una tienda única para comer juntos. La comida es de tipo
particular, aun tratándose del cous-cous tradicional, porque este es bañado
con leche de mujer, y todos lo comen. Además, todas las mujeres
de ambos grupos que se encuentran en período de amamantamiento se
intercambian los niños, con el fin de nutrirlos con leche de hembras del
otro grupo. Puede parecer un rito solamente simbólico, aunque en su
solemnidad, pero sus implicaciones legales se consideran de tanta importancia
que son irreversibles: entonces, a partir de ese mome;n:to, los
dos grupos son considerados en todos los sentidos comQ: miembros de
la. misma familia; comportándose en consecuencia, hasta eL punto que
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Massimo Dall' Agnola: Costumbres·bereberes y rafees canarias.· aspectos ... 13
también se prohibirán los matrimonios en el interior de esta «familia» engrandecida,
como-si én verdad se tratara de consanguíneos. Los niños que
fueron nutridos con.los dos tipos de leche irán considerándose hermanos
en todos los sentidos. En tiempos más recientes, este rito séfuvo algunas
veces ablandado, manifestándose de forma más simbólica, a través del
simple intercambio de vasijas de leche o de vestidos; pero también en
esta forma atenuada.se mantuvojurídicamente el mismo valor.
Una costumbre muy parecida también existía en la sociedad aborigen
canaria, por lo menos en la isla de El Hierro, como leemos en la crónica
de Gaspar Frutuoso, donde se narra de la paz entre el <<réy» Ossinisso
y los capitanes Machín e Ayala, que se hizo por medio de una comida.
Podría parec·er una normal comida en común, como aquellas que se
usan corrientemente en ámbitos diplomáticos, pero el cronista añade
una frase reveladora: .
. . . y de esta manera se hermanaron todos en breve espado.·:.
Si consideramos que,en dicha comida el alimento principál fue la
leche (aunque de cábra), la semejanza· con la costumbre bereber resulta ·
evidente:. ·
Otra ceremonia de fiesta és el Agdud, probablemente de antiguo origen
pagano, que se celebra cada año el 23 y el 24 de septiembre en Imchil,
localidaq de montaña en el Atlas marroquí, sobre una meseta de 2. 000
metrós de altura; en esta fecha se reúnen en el lugar muchos centenares
de chicas y chicos, para encontrarse y elégirsé como futuros esposos. El
nombre «Agd'ud» deriva de la tribu bereber de los Ait Haddidu. En las
tradiciones matriarcales de está etnia había la costumbre de que fueran
las mujeres a· elegir el qué tenía qiie · ser el compañero de su vida, otra
vez más en clara oposición con las costumbrés del islamismo, donde
no se podría concebir una tan grande libertad para las mujeres. Pero el
Agdudresistió en los siglcis, y constituye líoy laníás grande oportunidad
de encuentro de todá la región norte del Alto Atlas, hasta el·punto que
muchas mujeres recorren hasta 70 kms caminando para alcanzar el lugar.
Obviamente es una buena ·oportunidad también para organizar un mercado;
pues pür aquellos dos días este lugar de alta montaña se convierte
en una gran extensión de tiendas, animales y''inercancías, con músicas,
cantos y bailes animando las dos jornadas. De esta forma se desarrolla
una verdadera feria, donde·:se hacen 'compras y se tratan negocios, en el
entretiémpo se QOme' carne de montero asada én el lugar, bajo el ritmo
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14 Massimo Dall 'Agnola: Costumbres bereberes y raíces.canarias: aspectos ...
de caritos tradicionales. Existe hasta una «tienda restaurante»·, donde se
sir,ven broquetas de hígado, huevos hervidos,.polló a, la olla, carne de
montero coni:ebolla,todosazonado con abundancia·de especias,.sobre
todo el tradicional·pimentón rojo. Sobre las·esteras.de los mercantes se
ofrecen muchos tipos de productos de artesanía;como-almoliadas; vasijas
de metal o de terracota, trajes varios. Cada uno se coínuníca las noticias·de
todo un año, sobre el·ganado, las coseéhas, etc., y para mucha gente este
es ~!.único acontecimiento del año en el cual ver~e. Todo eso.continúa por
muchas horas después del ocaso, bajo la luz.de miles de.hachas, bebiendo
el-té delante :de lós fuegos. Pero claro que los protagonistas de este gran
evento sonJos1jóvenes llegados aquí para e!}contrar el alma de su vida,
poLeso en esa.ocasión llevan los particulares .trajes tradicionales .. Los
chicos llevan pantalones cortos, zapatos de cuero, camisas con:mangas
largas y.abiertas sobre el pecho, y en la cabeza un turbante de tejido;.en
la cinta llevan un bolsillo para el tabaco y una pipa, y un cuchillo-navaja
para cuidarse la barba.
Las chicas llevan la gandura, una túnica blanca larga que recuerda
las <,i,e le!- Antigüedad_ clásica (y quiz~ es ep verdad una reminiscencia de
época griega y roma11a),. en las c;aderns una cinta-de _Ia!}.:t negra y sobre
las espaldas un chal también negro pero con tiras de varios colores; aJ
cuello ponen un pañl!elQ enriqu~cido ~cm pequefj.as wedallitas lucientes.
Siel)q9 \a túnica sin, manga~·, los. brazqs permanecen_desnμdos, y pueden
s.er a9qrn~dos con. las típicas. y muy vistosas pulser~s_ de plata maciza,
mientras que.~l cuello _~e pondr.áIJ varios collares, también de plata, más
raramente de ª_ml;>ar. Para_ las mujer.es liay también, calzados de cuero.
AJrededo:rde los ojos se ponen.abundante ti11ta koh/, (azul obscuro, casi
negrQ),mieQtré!S que ep._el:resto del rostro.se d,ecorap_c<;>n dibujos hech.o.s
ºº·n he.nna, sobre todo epJas; !Jlejill~s y en )a l;,arbilla; en algt!llOS casos
~e usa una tinta nar~nja e_xtraída de la raíz de .nogal, para hacer_los labios
más evidentes,
Los. priμi~rps contac:t~)s se realizan de forma muy simple; P..as.e_<!,ndo
ar.riba y a_pajo y obseryªndose entre grupitos _efe.chic.os y.chi_q1~, copla
fip.alid,ªd de bus~ar la per_sona p;iás interesante para, elegir: la _rpay9ría
d.e las jóvenes mujeres rechazan, las primeras invitacion_e~ de sus ad~
miradores, c:ontestanc;l~> con fr~se~ _de. desprei;:io, p.ero _ est9 perten.ege
a lª ritualidac:l,_porque p_odrí11 parecer _de:qiasi~do )ndec;orosoaºeptar_
prontq la invitacj(m c;ie UJr descqnqcido_. · Efectiyamente,. apenas so!:?re-:
p,asada esta fase, I.a.s p~rej.:ts; qμe se h.~br4n ªprecjado se cogen la m~no
y vª_nj11Qtq_s hªcia la tienda ~el ca[d (el jefe del c:lan), para anunciar SlJ
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Massimo Dall 'Agnola: Costumbres bereberes y raíces canarias:. aspectos ... 15
unión y para oficializarla bajo-su autoridad. Todo eso ocurre durante
el primero de los dos días de la gran reunión, porque el segundo día
será casi todo dedicado a festejar los nuevos noviazgos con músicas,
bailes y comidas. Pero al final todas estas nuevas parejas tendrán que
dividirse otra vez, puesto que cada uno volverá a su propio pueblito de
origen, para organizar sus verdaderas bodas; solamente en aquel día las
parejas se unirán definitivamente, empezando sus vidas conyugales.
Estas costumbres, aunque distintas entre ellas, confirman la gran
autonomía gozada, en general, por la mujer bereber, en una condición
que las otras mujeres del mundo islámico ni siquiera pueden esperar.
En el ámbito literario, sobre todo en el poético, la sensibilidad femenina
y el derecho de expresión de la mujer se tornan en gran consideración,
sobre todo entre los tuaregs, donde no es raro que la poesía y la composición
musical sean obra de la creatividad femenina, corno en los
siguientes versos de amor compuestos por una poetisa tuareg:
[ ... ]esperaré que, así como un cazador
persiguiendo su presa,
al fif!al el me encuentra.
¿Pero por qué no vienes ,bajo mi tien,qa?
Encontrarás, para· calentarte,
un corazón quemando para ti,
así como ~~ena quemando bajo efsol.
,, 1 ,_ 1
Versos audaces, que sin duda aparecen inmorales e indecentes delante
de los ojos de la ortodoxia islámica:. En la literatura tradicional la estética
de la composición poética es enseñada por los imdiazenes, maestros
nómadas que viajan entre los pueblos para enseñar el arte de la creación
en versos. Entre los alumnos de.estos cursos las mujeres son numerosas,
y se les confía la producción poética del clan, corno nos atestigua un
etnógrafo moderno: .. ,. , ,
f V ¡ ,\ ,, O 1 ' () Ó ..f ••
... demuestran ser mujeres de cultura, poetisas muy expertas ... 3
Pero aquí se evidencia.el profundo contraste con el régimen social
tr~ído por las leyes coránicas, para las cuales la mujer tiene importancia
muy es·casa, por eso en algunas z6nas de Argelia y Marruecos el porcentaje
de analfabetismo femenino lle~a'hastá el 90%,
3 Lacoste-Dujardin, 1993, p. 42. Véase bibliografía.
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La libertad social de la mujer bereber representa entonces un
fenómeno único en las sociedades islámicas. La baja consideración
de la mujer en el mundo islámico, sobre todo en un contexto de integralismo,
se identifica, por ejemplo, con la creencia de que en el
infierno la población mayoritaria es la femenina. En un texto islámico
no muy conocido en Occidente, titulado Sahih Al-Bukhari, también
conocido como Sunna, se recogen una serie de frases y obras atribuidas
a Muhammad, profeta del islam. Su autor, Al-Bukhari, vivió
un par de siglos después de la muerte de Muhammad (fechada en el
632 d.C.), y dedicó toda su vida a recoger las tradiciones orales que
se iban transmitiendo de generación en generación entre los árabes
musulmanes de aquella época. Se estima que la colección de Bukhari
es la que goza de un mayor prestigio entre todas las tradiciones islámicas
hasta ahora conocidas. Léase, pues, bajo este punto de vista
lo que sigue:
El Mensajero deAllah (que la paz sea con Él) las aleccionó diciendo:
« Vosotras, las mujeres, deberíais ofrendar incluso vuestras joyas, porque
el día de la Resurreción constituiréis la mayor parte de los habitantes
del Infierno. (Transmitido por Al-Tirmidhi Hadith, 1808).
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Massimo Dall' Agnola: Costumbres bereberes y raíces canarias: aspectos ... 17
Distribución de las tribus bereberes en Noráfrica.
3. LA MUJER ABORIGEN CANARIA
En varias ocasiones se intentaron identificar en la cultura aborigen
canaria influjos de la prehistoria europea, por eso se habló, a menudo
con pocos elementos, de megalitismo, de presumidos contactos con
culturas celtas, etc.; todos aspectos muy discutibles, que son solamente
una herencia del difusionismo del siglo XIX. Por lo que concierne a la
condición de la mujer en la sociedad indígena paleocanaria solo se puede
explicar teniendo en cuenta sus ancestrales raíces protobereberes.
La continuidad cultural entre las costumbres populares bereberes y
canarias se puede apreciar incluso en algunos aspectos de los adornos
personales femeninos, como en el caso del sombrero tradicional de las
muJeres.
Sabemos que en la tradición prehispánica de Gran Canaria el linaje de
los guanartemes se mantenía por vía matrilineal, en el origen dinástico así
como en la sucesión, una vez más evidenciándose un paralelismo directo
con el sistema de descendencia de los amenokales bereberes. Un caso
análogo de dicho paralelismo es representado por la costumbre del así
llamado avunculado, o sea la transmisión del poder desde el tío, que ya
lo había conseguido en nombre de su hermana, al sobrino, o sea el hijo
de la misma hermana, presentándonos por lo tanto un sistema de poder
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18 Massimo Dall 'Agnola: Costumbres bereberes y raíces canarias: aspectos ...
hereditario por vía uterina. Podemos decir que el prestigio femenino en la
sociedad paleocanaria fue parecido al vigente hoy día en las comunidades
bereberes tradicionales, donde la mujer, aun no interviniendo directamente
en la gestión del poder, hemos visto que lograba mantener una
gran influencia y, a menudo, hasta condicionar los éxitos. Esta situación
parece evidenciarse más fuertemente en los relatos históricos relativos a
los eventos de Fuerteventura, como en el texto de Abreu Galindo (XI),
donde se dice que ciertas mujeres podían:
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Massimo Dall' Agnola: Costumbres bereberes y raíces canarias: aspectos ...
... apaciguar las disensiones y cuestiones que sucedían entre los
reyes y capitanes, a la cual [la mujer] tenían mucho respeto.
En este propósito Wolfel llegó a afirmar que:
En la isla de Fuerteventura la dirección de los asuntos de Estado
estaban en manos de dos mujeres, a una de las cuales estaba sometido
el dominio cultural, en tanto que la otra dirigía los asuntos de justicia
y todo lo terrenal4
.
19
Esta conclusión parece quizá un poco exagerada, pero, ciertamente,
cercana a la realidad: en las sociedades bereberes, como se dijo, la intervención
femenina es indirecta y reservada, pero igualmente eficaz.
Tenemos noticia por Abreu Galindo de que entre las maguadas o harimaguadas
de Gran Canaria existía una especie de «superiora» o «maestra»,
una suma sacerdotisa bajo cuya autoridad estaban sometidas las jóvenes
chicas. Se trataba de una mujer madura, que tenía gran prestigio también
fuera de la comunidad femenina, llegando incluso, en un famoso episodio,
hasta impedir que fueran metidos en la hoguera 80 cristianos. Como nos
hace notar Pérez Saavedra (pág. 93):
No necesitó mantener la virginidad para alcanzar la cumbre de la
santidad y del prestigio religioso entre los canarios.
El prestigio de la mujer en la sociedad canaria prehispánica, unido a la
aureola de sacralidad conexionada al mundo femenino, había originado
la costumbre del derecho de asilo en la «casa» de las harimaguadas,
como atesta Abreu Galindo:
Los malechores que se acogían a sus casas no eran castigados5.
En la isla de Lanzarote las mujeres contribuían en todas las fases de
los trabajos agrícolas, así como en el almacenamiento de cereales; eso
ocurría también en las otras islas y, ciertamente, existía una relación
mágica entre el mundo femenino y la fertilidad agrícola. Desde su vínculo
con la magia de la tierra y de la fecundidad, la mujer paleocanaria
4 Wolfel, D. J. «Las religiones de la Europa pre-indogermánica», en: Cristo y las Religiones de la Tierra, B.A.C.,
Madrid 1968, tomo , pp. 444-445.
5 Op. cit. , véase también p. 135, nota 223.
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gozaba en consecuencia también de un papel profético que la sociedad
le atribuía, como ya había sobrelineado Pérez Saavedra (pág. 69):
Las facultades proféticas atribuidas a la mujer son una lógica consecuencia
de la aureola mágica en que se envuelve la maternidad y sus
fenómenos conexos.
Otra estrecha afinidad con las culturas protobereberes es la representada
por la producción de cerámica, ya que, la de los antiguos canarios
tenía las mismas características de la Berbería, o sea:
· no se usaba el tomo;
· las vasijas eran cocidas en hornos muy elementales o directamente
en el aire abierto;
· la producción estaba completamente en manos femeninas.
La transmisión de los conocimientos técnicos acerca de la cerámica
puede constituir incluso un indicador antropológico, como ocurre en La
Palma, donde las uniones matrimoniales, implicando el traslado de las
mujeres, contribuyeron en la distribución de los tipos cerámicos más
refinados y de más difícil realización, como los globulares.
Ejemplo de cérámica ti-adicional bereber.
'. En el ámbito de la artesanía de Tenetife, la·ptoduccióri de cerámica
tradicional ha continuado siendo una actividad femenina hasta una época
muy reciente. Como se sabe, la cerámica de Gran Canaria representa un
ejemplo del más alto nivel logrado por la civilización paleocanaria en
este sector, por eso, evidentemente, la decoración pintada era obra de las
mujeres, como parece sugerimos Abreu Galindo, cuando dice que:
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Massimo Dall' Agnola: Costumbres bereberes y raíces canarias:' aspectos:.: 21
. , , había pintores, que era-oficio más de-mujeres que de hombre.s , , :
¿Quizá podemos deducir que inclus.o }a Cueva Pinta~~ de., G~lqar
fuera realizada por marias femeninas? · ·. '_ · .
Para sintetizar el feliz papel de la, mujer en la sociedad 'paleocanaria
podemqs concluir con las magistrales palabras, ,d~ Pérez Saavedra
(pág.125):
Un pueblo que tanto momifica a los. hombres. como á las mujeres,
· que rinde pleitesía a una diosa,madre y prqhibe a fos hom.bres acercarse
a las mujeres en solitario, bajo pena de muerte, en el cual las
hembras participan en sus faenas agrícolas y en sus fiestas de manera
destacada, 1en que la esposa puede sépararse de su marido.por su.propia
voluntad e iniciativa, no podemos decir:que'las tuviesen postergádas u
oprimidas.
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