TEBETO. Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura
N.º 20, Puerto del Rosario (2012), pp. 297-333, ISSN: 1134-430-X
LA ESTIRPE OROTAVENSE DE LOS
SEÑORES DE FUERTEVENTURA.
ARTE Y CULTURA
·cARMEN FRAGA GONZÁLEZ
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2 Cannen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ...
Resumen: en 1704, al fallecer D. Femando Matías Arias y Saavedra, pasó el
señorío de Fuerteventura a su nieto Francisco Alejandro Bautista Benítez de Lugo
y Arias de Saavedra, menor de edad aún, que formaba parte de una acendrada
familia de La Orotava. Ambas estirpes supieron comunicar a su descendencia el
patrocinío artístico y cultural como exemplum virtutis. Éste se expresó en distintas
manifestaciones: la vivienda particular y el patronato de la capilla mayor del convento
franciscano de S. Lorenzo, incluyendo la imagen del santo titular, en la citada
Villa; el mantenimiento de la arquitectura castrense en Tenerife y Fuerteventura,
aquí mediante la carga impositiva de los «quintos»; el Jardín Botánico en el Puerto
de la Cruz ... Así, con el transcurrir del tiempo pasaron del patrocinio religioso y
el tributo castrense al mecenazgo cultural, característico de la Ilustración.
Palabras clave: patrocinio artístico; La Orotava; Jardín Botánico; Fuerteventura.
Abstract: in 1704, upon the death ofD. Femando Matías Arias y Saavedra,
the title of Lord of Fuerteventura passed to his underage grandson Francisco
Alejandro Bautista Benítez de Lugo y Arias de Saavedra, a member of an important
family ofLa Orotava. Both lines of progenitors inculcated their descendants
with patronage ofthe arts and the culture as exemplum virtutis. This was
expressed in diverse manners: the private home and the patronage ofthe major
chapel of the Franciscan convent of Saint Laurent, including the image of the
titular Saint, in the afore-mentioned Villa ofLa Orotava; the maintenance ofthe
military architecture in Tenerife and Fuerteventura, by means of taxes known
as «quintos»; the Botanical Garden in Puerto de la Cruz ... Thus, over time, the
members of the family progressed from religious and military patronage to the
cultural patronage, characteristic of the Illustration Period. .
Key words: artistic patronage; La Orotava; Botánica! Garden; Fuerteventura.
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Cannen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ... 3
Las familias más encumbradas en la pirámide social de Canarias
durante la Edad Moderna alentaron unir sus apellidos para perpetuar
su raigambre así como su poder económico y político. Ello explica
perfectamente el matrimonio contraído en 1693 por don Francisco _Alejandro
Bautista Benítez de Lugo y su prima, doña Elena Josefa Arias
y Saavedra, hija y sucesora del señor de Fuerteventura, don Femando
Matías Arias y Saavedra y de su esposa, doña María Agustina Interián 1
•
Para estos últimos significaba que su prosapia se asentaba aún más en
la isla de Tenerife, donde residía el comandante general de Canarias,
y entroncaba con una alcurnia muy selecta cual era la constituida por
las Doce Casas de La Orotava. Linaje y autoridad buscaban el nexo
que consolidara su puesto, perpetuando los vínculos hereditarios, algo
nada baladí si se tiene en cuenta la historia del señorío de Fuerteventura,
marcada por los litigios que hubo de afrontar2
• Por su parte, don
Francisco Alejandro Bautista podía alardear de sus ancestros, pues
habían dejado palpable huella en el transcurso histórico y el patrimonio
artístico de La Orotava. ·
Así pues, recayó el señorío de Fuerteventura en la línea principal
del árbol genealógico de los descendientes de don Bartolomé Benítez
Pereyra de Lugo, quien vendió su señorío de Montillas al duque de
Medina Sidonia para afrontar los gastos de la conquista de Tenerife3
•
El primer Adelantado de Canarias, su tío, le recompensó sus servicios
con tierras y aguas en el Valle de La Orotava, enraizando su prole allí
como integrante de las selectas Doce Casas. Para comprender mejor
el ambiente cultural en el que se insertó mediante matrimonio el título
1 Lope Antonio de la GUERRA Y PEÑA: Memorias. Tenerife en la segunda mitad del siglo XVIII. Estudio
y notas por Enrique Roméu Palazuelos. Ediciones del Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas de Gran
Canaria, 2002, p. 480.
2 Sobre ellos han tratado distintos autores, por ejemplo José M" HERNÁNDEZ-RUBIO CISNEROS: Fuerteventura.
Tomo II, Hasta la abolición de los señoríos (1477-1837). Cabildo Insular de Fuerteventura, 1991, pp. 183-203.
3 Francisco FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT: Nobiliario de Canarias. Edición revisada y ampliada por varios
autores. Juan Régu!o'Editor, La Laguna, tomo I (1952), pp. 32 y siguientes.
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4 Carmen Fraga González: la estirpe oratavense de los señores de ...
del señorío majorero expondremos en primer lugar el mecenazgo de
los progenitores de ambos contrayentes, con la finalidad de subrayar
lo que desde la cuna percibieron ambos, cual aristocrático aprendizaje
de exemp/um vitae.
1. DON FERNANDO MATÍAS ARIAS Y SAA YEDRA
Vio la primera luz en La Laguna, donde fue bautizado el 28 de
enero de 164 7, en el seno del hogar compuesto por don Fernando Arias
de Saavedra y doña Inés de Llarena y Ayala, su prima hermana. Oficialmente
en sesión capitular del 3 de mayo de 1667 fue proclamado
por su progenitor como heredero del señorío de Fuerteventura4, mas
la toma de posesión de los bienes del mayorazgo no tendría lugar
sino en 1675, al año siguiente de fallecer su padre5. El 4 de enero de
1671 había desposado con doña María Agustina Interián del Hoyo,
la boda se celebró en Garachico, aunque vivieron después en La Laguna6
y Tacorónte, así pues residió casi siempre en Tenerife, donde
fue regidor.
A pesar del cúmulo de problemas legales que hubo de afrontar se
caracterizó, según anotación de Viera y Clavijo7, por su humanidad y,
sorteando los duros golpes a sus derechos, no dudó en desprenderse
de fondos pecuniarios para atender donaciones artísticas en la isla que
había albergado a sus ascendientes. Es así que, según dio a conocer el
canónigo D. Santiago Cazorla8, en el inventario del primer recinto de
Nuestra Señora de la Peña en Río de Palmas -fechado el 2 de enero
de 1679- se lee que «Don Fernando Mateos <sic> Arias y Saavedra,
Señor de esta Isla, Lanzarote y Alegranza y Capitán de Guerra de ésta
por su Majestad, que Dios guarde, como tan devoto de esta Divina
Señora» había costeado «un retablo dorado que coge casi el respaldo
4 Acuerdos del Cabildo de Fuerteventura 1660-1728. Edición y estudio de Roberto Roldán Verdejo, con la
colaboración de Candelaria Delgado González. Instituto de Estudios Canarios, La Laguna, 1967, pp. 14-7 y 78,
acta nº 87.
' M' del Rosario CERDEÑA RUIZ: "El fondo «Betancuria» del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura:
noticias históricas, organización e inventario". Tebeto, Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura,
11 (1989), p.,292.
6 L.A. de la GUERRA Y PEÑA, op. cit., p. 268. Indica que moraron allí en una casa de «la otra esquina del
principio de la calle del Santi Spiritus».
7 José de VIERA Y CLAVIJO: Noticias de la Historia General de las Islas Canarias. Sexta edición. Introducción
y notas por Alejandro Cioranescu. Goya Ediciones, Santa Cruz de Tenerife, 1967; tomo I, pp.828-31.
8 Santiago CAZORLA LEÓN: "Las ermitas de Nuestra Señora de la Peña y de San Miguel de Fuerteventura."
Tebeto, Anuario del Archivo Histórico _Insular de Fuerteventura, anexo JJJ, 1996, pp. 47 y 54.
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del altar hasta el techo de la capilla con una rejerilla de fierro estañado
con su llave que sirva como puerta al nicho que ocupa la imagen de
esta milagrosa Señora», además había regalado un «frontal pintado de
colores en bastidor».
A todas luces fue grande su esplendidez, si tenemos en cuenta lo que
suponía en aquella época tales dádivas, seguramente compradas en Gran
Canaria o Tenerife. Cuando se edificó la nueva iglesia de esa advocación
mariana en la segunda década del siglo XVIII, se trasladó el mencionado
retablo, pero ante su mal estado hubo que sustituirlo por otro, hecho por
el carpintero José Jiménez, vecino de La Palma. No se restringió con ello
las atenciones de don Femando Matías al recinto sacro, pues entonces
figura también como donante de «Seis candeleros de palo con veitun?
<sic> colorado caños y planta.de hojalata». Costeó además «Dos velos
que deben a los cielos en donde está N' Sª, el uno blanco de seda listada
de colorado, y el otro de chamelote azul»9•
No se olvidaba de la tierra que le vio nacer, aunque viviera en
Tenerife, y unos lustros después, en 1695, escribe al padre guardián del
cenobio majorero pidiendo que se favorezca a éste y no se hagan más
fundaciones en la isla, manifestando el «afecto que tengo a laReligión de
Nuestro Padre S. Francisco, y a la cueva y sanctuario que fundó nuestro
Padre San Diego, adonde han de ir mis huesos y los de mis dessendentes,
como están los de mis padres y ascendentes»'º.
Tal propósito no ac~eció ya que murió en su hacienda de Tacoronte,
aledaña al barranco de los Guanches y puesta bajo el patrocinio de
san José, de quien debían ser devotos ambos esposos como lo evidencia
el segundo nombre de su hija, además, en los libros parroquiales
consta" que el 27 de diciembre de 1682 hubo celebración navideña en
«la ermita de D. Femando Matías», pero dos años después el 26 del
citado mes allí se hizo fiesta y procesión a san José, al igual que en
1686 y 1687. Su hacienda respondía a la arquitectura de ese género
en Canarias, integrada habitualmente por tres tipos de construcciones
en medio de las huertas: la casa principal para morada de los señores
y los recintos laborales constituían los dos primeros, pero ·a ellos se
añadía una ermita, la cual en este caso concreto tiene traza rectangular
y cubierta a cuatro aguas. La cita Núñez de la Peña en una relación de
9 lbídém, p. 48.
10 Acuerdos del Cabildo de Fuerteventura 1660-1728, op. cit., ap_éndice documental, nº 23, p. 335.
11 Jesús CASAS OTERO: Estudio histórico artístico de Tacoronte. Aula de Cultura de Tenerife (Cabildo Insular),
Santa Cruz de Tenerife, 1987, p. 31, nota a pie de página n~ 28.
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6 Cannen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ...
templos12 fechada en 1689, aunque hoy está desacralizada y no acoge
las funciones religiosas para las que fue alzada.
Su carácter dadivoso también lo mostró en Tacoronte, donde los libros
parroquiales de la iglesia de Santa Catalina confirman tal comportamiento:
«D. Femando Matías Arias y Saavedra de la isla de Fuerteventura
dio a dicha fábrica un órgano», el cual fue colocado en una tribuna hasta
ser sustituido por otro importado de Londres13• Ésa y las donaciones
hechas al majorero templo de Nuestra Señora de la Peña explican bien
los términos que le aplicó Viera y Clavijo en su básica obra sobre la
Historia de Canarias.
Allí falleció en 1704, tres años después que su hija Elena Josefa,
esposa de don Francisco Alejandro Bautista Benítez de Lugo, pero fue
enterrado en la iglesia de Ntra. Sra. de los Remedios14, actual catedral
nivariense. Entonces, a efectos legales, asumiría las funciones del señorío
su viuda, doña María Agustina lnterián del Hoyo, en calidad de
tutora de su nieto Francisco Bautista Benítez de Lugo y Saavedra, la
cual entre 1708 y 1713 efectúa distintos nombramientos para cargos en
Fuerteventura según las actas capitulares.
2. DON FRANCISCO BAUTISTA DE LUGO Y CASTILLO
Nació en 1603, VI del mayorazgo del citado linaje orotavense
como hijo del maestre de campo don Francisco Bautista Benítez de
Lugo y Pereyra y de doña Marina Ximénez del Castillo 15, miembros
ambos de acrisoladas familias tinerfeñas. Desposó él mismo en
segundas nupcias con dama de igual círculo social, doña Marina
González Interián del Castillo y del Hoyo 16, siendo sus descendientes:
el mencionado Francisco Alejandro Bautista, primogénito que
continuará la línea del apellido y el mayorazgo; Marina Leonor de
Gracia, sucesora en uno de los vínculos instituidos por doña Marina
12 Mª del Cannen FRAGA GONZÁLEZ: La arquitectura mudéjar en Canarias. Aula de Cultura de Tenerife
(Cabildo Insular), Santa Cruz de Tenerife, pp. 108 y 111. ·
13 J. CASAS OTERO, op. cit., pp. 46 y 87.
14 C. RODRÍGUEZ MORALES: X Jornadas de Estudios sobre Fuerteventuray Lanzarote, Arrecife, 2004, p. 141.
15 Se le citaba generalmente como D. Francisco Bautista Pereira de Lugo, su testamento se guarda en el Archivo
Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife {A.H.P.T.), escribanía de Francisco Bienvenido, La Orotava,
P.N. 2826,junio de 1633. Había desposado cuatro veces, siendo las sucesivas consortes D' Francisca de Ponte y
Pagés, D' Luisa de Vargas Franchi Fonte del Castillo, D' Marina Fonte y Mesa, D' Marina Inés Jiménez Fonte
del Castillo.
16 F. FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT, op. cit., tomo!, pp. 42-3.
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Carmen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ... 7
Franchi Fonte del Castillo17 y de otros bienes por parte de su abuela
paterna, entre los que cabe destacar una de las dos «casas de los
balcones» en la .calle de San Francisco; Isabel Agustina, sucesora
en un vínculo del antedicho abuelo; Elena, que falleció aún niña.
Como se observa, cada uno de ellos heredaría bienes determinados
previamente por vía legal.
Don Francisco Bautista Benítez de Lugo18 y Castillo era regidor perpetuo
de Tenerife, además de señor en parte de las islas de La Gomera
y El Hierro, título éste que provocará largo litigio entre unas ramas y
otras 19
, todavía en 1684 su viuda debió arrostrar el pleito a causa de
ello20
• Su actuación personal denota un talante proclive a las bellas
artes. Si bien fueron motivos económicos a cuenta del cultivo de una
viña los que en 1659 llevaron al pintor Gaspar de Quevedo a firmarle
una carta de poder, cuatro años antes ese aristócrata había intervenido
como fiador en la carta de aprendizaje del joven Feliciano de Abreu
con dicho pintor21
, ¿en aquellos tiempos cuántos aristócratas hubieran
aceptado tal función?
Desde su infancia hubo de conocer lo inherente al patrocinio de
la Orden Seráfica, pues el fundador del cenobio de San Lorenzo en
La Orotava fue su antepasado don Bartolomé Benítez de Lugo, pero
ello no fue óbice para contactar con otros religiosos. Es raro hallar en
pleno siglo XVII un aristócrata cuyas incursiones en el campo de las
Bellas Artes sean tales que no resulte fácil dilucidar si obraba cual entendido,
comitente o incluso tracista de construcciones tan importantes
como la iglesia de San Agustín en la misma Villa, en cuyo patrocinio
intervino con lo más granado de la sociedad y cuyo alzado dirigió en
sus comienzos.
17 A cuenta de la herencia de esta dama y como tutora de la joven Marina Leonor, en 1682 su madre doña Marina
González del Castillo Interián será de'Ilandada ante la Justicia por don Juan Francisco de Franchi. Vide Carmen
FRAGA GONZÁLEZ: «Vínculos hereditarios y patrocinio artístico en las familias Ponte y Franchi», Anuario de
Estudios Atlánticos, Patronaio de la Casa de Colón, Madrid-Las Palmas, nº 53 (2007), pp. 476-79.
18 En este linaje con frecuencia eluden el primero de los apellidos, simplificando el Benítez de Lugo por el uso
de Lugo solamente.
19 Gloria DÍAZ PADILLA y José Miguel RODRÍGUEZ YANES: El señorío en las Canarias occidentales. la
Gomera y El Hierro hasta 1700. Cabildos Insulares de El Hierro y La Gomera, 1990, pp. 77 y ss.
20 A.H.P.T., eser. Sebastián de Bethencourt, La Orotava, P.N. 2857, fol. 253.
21 M" del Carmen FRAGA GONZÁLEZ: Gaspar de Quevedo, pintor del siglo XVII. Premio Museo, Santa Cruz
de Tenerife, 1977; apéndice documental números 3 y 4. En el primero de esos documentos textualmente se cita
al «Capp:. D. Fran~. Bautista Juárez y Lugo Regidor desta Ysla», utilizándose los apellidos de su abuelo paterno,
aunque en la firma no incluyó el Xuárez.
ÍDEM: El licenciado Gaspar de Quevedo, pintor canario del siglo XVII. Caja General de Ahorros de Canarias,
Santa Cruz de Tenerife, 1991, pp. 23 y 50. ·
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8 Carmen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ...
En relación con dicho monasterio ha de subrayarse que fue don Francisco
Bautista quien hizo traer y costeó la imagen de la patrona, Nuestra
Señora de Gracia, realizada por el gran escultor barroco Manuel Pereyra,
nacido en Oporto en 15 8 8 pero instalado en Madrid ya en los años veinte
de la siguiente centuria. Por su designio, llevó a cabo las pertinentes
diligencias del encargo, incluido el transporte desde la capital del Reino,
el licenciado D. Blas Hernández de Carranza, hasta ser instalada la
hermosa talla en la entonces pequeña iglesia de la comunidad, todo lo
cual ha dado a conocer la Dra. M. Rodríguez González22 •
El 11 de febrero de 1672 don Juan Francisco Bautista de Lugo y Castillo
se concertó con los caballeros orotavenses para asumir la edificación de la
definitiva iglesia del convento agustino de Nuestra Señora de Gracia, de modo
que entregaría cada uno de ellos quinientos ducados, comprometiéndose él
a levantar el recinto por once mil ducados en un plazo de seis años, según
las medidas y los elementos detallados en la escritura. Al exterior se abrirían
tres puertas, la principal en la fachada y otras dos, respectivamente, en las
naves de la Epístola y el Evangelio. Tendría el cuerpo del templo noventa y
seis pies de largo, cuatro arcos a cada lado-treinta y cinco pies de altura, con
cantería labrada- comunicarían la nave central con las laterales, cada una de
éstas mediría veinte pies de ancho. Las techumbres serían de madera de tea,
siguiendo las pautas de la arquitectura tradicional en este archipiélago. La
capilla mayor llevaría cuatro arcos -cuarenta pies de alto-, debiendo seguir
el modelo de la.parroquial de Santa Ana en Garachico. En ese mismo año
contrató a los maestros de albañilería Baltasar Rodríguez y Gabriel González
para que alzaran todas las tapias precisas23 •
En relación con ese modelo arquitectónico del presbiterio hemos de
puntualizar que don Francisco Bautista de Lugo y su esposa habían contraído
matrimonio en Garachico, además son citados en un documento
del año 1672 por una herencia de éste precisamente allí24
• Es obvio que
conocía bien su traza y pudo haber influido sobre los otros comandatarios
para que aceptaran tal diseño en La Orotava. En 24 de junio de 1679 él
personalmente adjuntó ante el escribano Sebastián de Bethencourt las
cuentas relativas a la fábrica del templo de los agustinos25 •
22 Margarita RODRÍGUEZ GONZÁLEZ: Obra de Manuel Pereyra en La Orotava. Instituto de Estudios Canarios,
La Laguna, 1986.
23 Carmen FRAGA GONZÁLEZ: «Encargos artísticos de las Doce Casas de La Orotava en el siglo XVII». IV
Coloquio de Historia Canario-Americano ( 1980). Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas, 1982, tomo
11, pp. 359-62.
24 A.H.P.T., eser. Sebastián de Bethencourt, P.N. 2849, fol. 435 vto.
25 C. FRAGA GONZÁLEZ: «Encargos artísticos de las Doce Casas ... », op. cit., apéndice documental, pp. 380-85.
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Carmen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ... 9
Pero el interés puesto en tal edificación fue detenido por la muerte,
que sesgó sus propósitos e incluso arrostraría problemas a su familia.
Don Francisco Bautista falleció en diciembre de 1680, constando que
dictó sus últimas voluntades en la escribanía de Francisco Hemández26
,
y en 1686 el abogado de su viuda se presentó ante la Justicia para defenderla
del litigio que habían entablado a cuenta de esa edificación, pues el
marqués de Villafuerte y otras personas le pedían responsabilidades. El
proceso tardará un tiempo en resolverse, guardándose parte de la documentación
en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife27•
La sentencia, en principio, no fue favorable a los descendientes de don
Francisco Bautista, como prueba la escritura que firma su viuda doña
Marina, señalando que el día 6 de diciembre de 1689 la Real Audiencia
había condenado a sus hijos a pagar 80.000 reales a cuenta de la fábrica
del convento agustino y éstos habían presentado ya la correspondiente
apelación, pues ella en calidad de tutora nci tenía dinero para abarcar tal
cantidad pecuniaria28•
Entretanto, distintos maestros canteros y albañiles se iban sucediendo
en la construcción del recinto: Domingo Rodríguez Rivero y Juan González
Agalé, Domingo Rodríguez Bello, Diego y Lázaro de Miranda29
.Los
asuntos judiciales llevaban tiempo; pero también se demoraba la
culminación de los proyectos arquitectónicos. Todavía en 1696 figuran
escrituras de pago por las obras del templo de Ntra. Sra. de Gracia y
convento de San Agustín, una de ellas se fecha en 18 de enero de ese
año, cuando el maestro de carpintería Diego Díaz de Armas asume haber
recibido setecientos setenta reales por hacer seis cimbras de la nave de
abajo en dicha iglesia30. La constancia, el tesón puesto por unos y otros
daría el anhelado fruto a pesar de las divergencias, hoy ese conjunto es
todo un ejemplo de lo que fue el mecenazgo señorial en la Villa.
3. LOS BENÍTEZ DE LUGO, SEÑORES DE FUERTEVENTURA
Tanto el linaje orotavense como el majorero aquí estudiados respondieron
a los ideales de vida propios de su época, por ejemplo, el supeditar
26 F. FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT, op. cit., tomo I, p. 43.
27 A.H.P.T., eser. Sebastián de Bethencourt, P.N. 2858, mes de abril de 1686.
28 Ibídem, P.N. 2859, años 1687-90, fol. 543.
29 Alfonso TRUJILLO RODRÍGUEZ: «San Agustín de La Orotava. Paradigma aproximativo a la arquitectura de
Canarias». Revista de Historia Canaria. Universidad de La Laguna (Tenerife), nº 171 (1978), pp. 141-42.
30 Carmen FRAGA GONZÁLEZ: «Diccionario de ens~mbladores y carpinteros de lo blanco (siglos XVI y XVII)».
Anuario de Estudios Atlánticos. Madrid-Las Palmas, nº 39 (1993), pp. 208-9.
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10 Carmen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ...
ciertos bienes y privilegios (morada particular, hacienda, aguas, joyas,
patrocinio de recintos sacros, títulos de propiedad ... ) a la primogenitura,
pauta seguida por las grandes familias que denotaba el rango del apellido.
Ya en 1559 don Francisco Benítez de Lugo -hijo del conquistador
Bartolomé Benítez de Lugo y su primera esposa-fundó el mayorazgo31
que alcanzaría renombre, aunque otras ramas colaterales también instituirían
los suyos. En la estirpe majorera sucedió igual, por ejemplo, don
Andrés Lorenzo Arias de Saavedra y su esposa doña María Muxica (sic),
señores de Fuerteventura y Alegranza, en la primavera del año 1623 en
Garachico (Tenerife) dotaron otro mayorazgo ante el escribano público
Gaspar Delgadillo32 .
Primogénito del enlace conyugal, celebrado en 1693 en Tacoronte,
entre don Francisco Alejandro Bautista Benítez de Lugo y doña Elena
Josefa Arias y Saavedra fue don Francisco Bautista Benítez de Lugo y
Arias de Saavedra (1697-1771 ), el cual fue tutelado por su abuela doña
María Agustina Interián del Hoyo durante su minoría de edad, pues quedó
huérfano de madre en 1701 y de padre en 1704. En la década siguiente,
en 14 de julio de 1 713, expide ya nombramiento de un regidor como IX
señor de Fuerteventura, aceptándolo el cabildo de esta isla, aunque mantuvo
su residencia y vínculos en Tenerife, concretamente en La Orotava,
donde él y sus descendientes ejercieron su patrocinio artístico, al igual
que habían hecho sus ancestros y harán sus descendientes.
Eil todo caso es perceptible un cambio en su modo de actuar, acorde
con las formas de pensamiento que se van desarrollando paulatinamente.
Se mantiene el deseo de poseer una gran construcción doméstica vinculada
al mayorazgo y los patronatos eclesiásticos, pero se va pasando de
una cultura marcada por el signo religioso a otra de carácter laico. En
el último tercio del siglo XVIII el impulso renovador de la Ilustración
deja su huella y el mecenazgo no fijará su atención únicamente sobre
las parroquias, ermitas o conventos, sino que se llevan a cabo fundaciones
cívicas y éstas lo atraerán. La estirpe orotavense que estudiamos
no será ajena a esa mentalidad y a ese comportamiento, ahora bien, la
consideración social de aristócratas la mantendrán intacta dentro y fuera
de las islas, por comunicación oral o escrita, tal hecho lo evidencia en
1785 Emmanuel Louis Joseph d'Hermand, cónsul de Francia en las Islas
Canarias, cuando prepara un mapa del archipiélago, luego enviado a su
31 Nobiliario de Canarias, op. cit., tomo 1, p. 36.
32 A.H.P.T., eser. Gaspar Delgadillo, P.N. 2276, 15 de mayo de 1623.
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Carmen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ... 11
país y conservado en la Biblioteca Nacional de París, en el anexo escribe
sobre Fuerteventura: <<Elle appartient a dif.férents propiétaires. Don
Francisco Benítez de Lugo y Saavedra en est le Seigneur titulaire»33,
es decir, aunque perteneciera a diferentes propietarios, don Francisco
Benítez de Lugo era el señor titular.
4. ARQUITECTURA DOMÉSTICA EN LA OROTAVA
Tuvieron moradas importantes en Betancuria y La Orotava, pero no
se han conservado las más antiguas. Sobre la alzada en esta última Villa
conocemos el calificativo aplicado por Juan Núñez de la Peña, cuando
en su libro Conquista y Antigüedades de las islas de la Gran Canaria y
su descripción (año 1676) narra acerca del monasterio franciscano: «su
Patrones Don Francisco Bautista y Lugo, que tiene sus casas frontero de
dicho Convento, muy buenas»34
• Efectivamente allí se alzaba la primera
adscrita al vínculo de mayorazgo, mas con el transcurso del tiempo ha
desaparecido.
Databa del siglo XVI, como lo evidenciaba la belleza de su portada
renacentista, la cual era tan hermosa que incluso ya en ruinas fue plasmada
por Manuel González Méndez. Esta pintura, firmada y fechada en
1886, se hallaba en poder del marqués de San Andrés y vizconde del
Buen Paso en La Orotava, donde la pudo ver el Dr. Trujillo Rodríguez,
quien asimismo analizó a fondo los restos pétreos existentes en una
propiedad particular aledaña al convento franciscano, integrando la
denominada Capilla de San Lorenzo «de Piedra», y los comparó con la
representación visualizada en dicha acuarela. Entre ellos están sendos
medallones -similares a los figurados por el artista palmero- con retratos
que corresponderían a don Bartolomé Benítez Pereyra de Lugo y
su primera esposa doña Mencía Sánchez de la Cuerda y Losada, según
el antedicho profesor universitario, quien, respecto a las anejas armas
del blasón, dedujo que pertenecerían a don Francisco Benítez de Lugo,
segundo patrono del convento franciscano y fundador del vínculo de
mayorazgo en el seno familiar35•
33 Carie et Vue des Iles Canaries. Por Emmanue/ Louis Joseph, d'Hermand, cónsul de Francia en las Islas
Canarias,_ 1785. Museo Militar Regional de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 2000.
34 Edición facsímil. Introducción de Antonio Bethencourt y Massieu. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria,
1994, p. 340.
"Alfonso TRUJILLO RODRÍGUEZ: San Francisco de La Orotava. Instituto de Estudios Canarios, La Laguna,
1973, pp. 14-9 y lámina'?.
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12 Carmen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ...
Esa gran morada paulatinamente hubo de recibir labores de mantenimiento.
Como ejemplo señalaremos lo indicado por doña Marina
González del Castillo, viuda de don Francisco Bautista de Lugo, cuando
a finales del siglo XVII dispone sus últimas voluntades36. Declara las
cuentas habidas durante la tutoría de sus hijos y, entre ellas, cita haber
pagado en 1681 al carpintero Pedro Alonso por «unas canales» y al
mencionado Baltasar Rodríguez -contratado antes por su marido para
alzar las paredes de la iglesia de los agustinos- con relación a distintos
trabajos en «la casa grande». En 1682 continuó con los gastos, de manera
que alude a una cerca puesta en los solares y arreglo de la calle, pues
en tales fechas el urbanismo en muchas ocasiones era simplemente una
cuestión de intereses particulares. Durante los años 1683 y 1684 apunta
de nuevo los desembolsos pecuniarios hechos en «la casa del mayorazgo
en la villa», aludiendo a su propio hogar37• Los términos utilizados por
doña Marina en ese documento se explican teniendo en cuenta que su
familia poseía distintas construcciones por herencia y por compra. Es
así que la propia doña Marina, en 1686, adquiere de Sebastián Martín
Murga y su mujer una casa en la calle de Salazar38, es decir, cerca del
antiguo convento franciscano.
No debemos soslayar la cita de la hacienda «El Durazno» que
dicha familia tenía en el Valle de Taoro, aunque su mansión principal
fuera la del casco urbano. Ahora bien, el paso del tiempo y algunos
quebrantos económicos irían degradando esta última, el resultado fue
que debieron abandonarla, no obstante, doña María del Carmen de
Lugo-Viña y Molina (1755-1823), esposa de don Francisco Bautista
Benítez de Lugo y Ponte, X señor de Fuerteventura, tuvo medios pecuniarios
para fabricar otra vivienda en las huertas del mayorazgo de
su marido39, la cual se conserva. Tiene planta compuesta en forma de
doble L enfrentada una con otra, pero es irregular ligeramente al ser
un lado más corto y el otro más largo, en medio resta un patio abierto
hacia atrás para permitir la aireación y luminosidad del conjunto.
Presenta fachadas hacia la calle Hermano Apolinar, nº 3 7, y plaza
36 Su entierro fue anotado en el Archivo Parroquial de Ntra. Sra. de la Concepción en La Orotava, Libro de Defunciones
nº 7, fol. 27, año 1699. lbídem, fol. 89 vto., se indica que había hecho testamento cerrado ante Pedro Álvarez
de Ledesma el 14 de junio de 1697 y en 5 de mayo de 1699 ante ese mismo escribano un codicilo abierto.
37 A.H.P.T., eser. P~dro Álvarez de Ledesma, P.N. 3244, 5 de mayo de 1699.
38 A.H.P.T., eser. Sebastián de Bethencourt, P.N. 2858, fols. 632-33.
39 Antonio LUQUE HERNÁNDEZ: La Orotava, corazón de Tenerife. Ayuntamiento de La Orotava, 1998, pp.
459-60 y 467.
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Carmen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ... 13
de San Francisco. El frente principal, hacia la mencionada vía, tiene
cinco vanos en cada uno de los dos pisos, marcando un eje central la
puerta y la ventana superior, coronada por un frontón triangular. El
carácter ilustrado de ese clásico elemento se contrapone a la huella.
de lo tradicional, efectiva en el uso de la mampostería encalada para
el alzado de los muros y la cantería para el entorno de los vanos;
mantiene, además, esa pauta de lo antiguo el empleo de las ventanas
de guillotina y la teja árabe.
Es todo un «racionalismo»40 funcional, en aras de la nobleza de
unos apellidos. Nos preguntamos si la traza no sería hecha por don
José de Betancourt y Castro, quien casó en 1796 con doña María Rosa
Lugo-Viña y Massieu, siendo autor de proyectos arquitectónicos tan
interesantes como la fachada para la casa Lugo-Viña en la calle de La
Carrera en la Villa41 . Hoy la edificación que comentamos pertenece
al Ayuntamiento de La Orotava, habilitada para funciones administrativas,
aunque se ha hablado de organizar allí un centro museístico.
Su interés artístico nos indujo en 1981 a catalogarla en el Inventario
Arquitectónico de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, por encargo
del Ministerio de Cultura42
•
5. ARTE RELIGIOSO
5.1. LA ORDEN SERÁFICA
Tanto la estirpe de los Arias de Saavedra en Fuerteventura como la
de los Benítez de Lugo en Tenerife fueron afectas a los franciscanos.
Respecto a los primeros, basta indicar que en 1674 murió don Fernando
Arias de Saavedra y «fue enterrado en la capilla mayor de S. Diego de
Betancuria, donde tenía su sepulcro, junto a la Sta. Cueva», al igual que
sus ancestros don Gonzalo y don Andrés Lorenzo Arias de Saavedra, así
como la esposa de este último, doña María de la O Muxica43
, en calidad
40 A. Sebastián HERNÁNDEZ GUTIÉRREZ: Arquitectura en el Centro Histórico de La Orotava. Gobierno de
Canarias, Ayuntamiento de La Orotava, Cabildo Insular de Tenerife, C.I.C.O.P., La Orotava, 2003, pp. 112-13.
41 Manuel RODRÍGUEZ MESA: Un canario al servicio de Carlos 111: José de Betancourt y Castro. Instituto de
Estudios Canarios, La Laguna, I 988, pp. I O 1-2 y capítulo XI.
42 Catalogación del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de carácter histórico-artístico de la provincia de Santa
Cruz de Tenerife. Por M" del Carmen FRAGA GONZÁLEZ (directora), Gerardo FUENTES PÉREZ y Margarita
RODRÍGUEZ GONZÁLEZ. Ministerio de Cultura, Madrid, 1981. Ficha T(Tenerife)03 (La Orotava)-025.
43 P. Fray Diego de INCHAURBE: Noticias sobre los Provinciales Franciscanos de Canarias. Instituto de Estudios
Canarios, La Laguna, '19~6, p. 61.
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14 Carmen Fraga González: la estirpe orotavense de los señores de ...
de señores de dicha isla tenían ese privilegio. Debe. recordarse que la
tumba en el presbiterio de los recintos sacros se reservaba generalmente
a sus grandes benefactores. Constan buenos ejemplos documentales que
avalaban esa relación, el 15 de julio de 1642 el antedicho don Fernando
Arias y Saavedra, «Señor de las islas de Lanzarote, Fuerteventura y Alegransa
y Capitán a Guerra desta por su Magestad» dicta órdenes sobre
la celebración anual de San Buenaventura44
, el «Doctor Seráfico» ya
había sido nombrado con anterioridad patrono de la isla y era el titular
del convento.
Su aprecio por la comunidad franciscana se manifestó, asimismo,
en Tenerife el 6 de septiembre de 1659, cuando se integró entre los
fundadores de la Esclavitud del Santo Cristo en el monasterio de La
Laguna, entonces fue, además, nombrado «Esclavo mayor» y se le cita
como «Señor de la isla de Fuerteventura, Regidor perpetuo y Alguacil
mayor de Tenerife»; ese cargo lo volvería a ocupar su primogénito don
Fernando Matías en 1683, figurando como maestre de campo y señor de
dicha isla45 . Todo ello indica no sólo su afecto por la Orden Seráfica sino
también la nobleza de su linaje, teniendo en cuenta las pautas sociales
de aquellos tiempos.
Igual comportamiento tuvieron los miembros de la otra estirpe.
El convento de San Lorenzo de La Orotava fue establecido en 1519
merced a don Bartolomé Benítez Pereyra de Lugo, como señala
Viera y Clavija, aunque otros vecinos también contribuirían a la
ampliación territorial del cenobio, comprando a Juan de Neda un
solar contiguo46
. El fundador dispuso en su testamento -otorgado
el 11 de julio de 1526 ante el escribano Sebastián Ruiz de Estradaque
sus herederos costeasen la capilla mayor de su templo, con su
altar y tumba para su familia, así como la celebración de la fiesta
del santo titular47
. Tal proceder fue continuado a lo largo de tres
siglos por sus descendientes y hay también muchos documentos
-quelo atestiguan.
44 Acuerdos del Cabildo de Fuerteventura /605-1659. Edición y estudio de Roberto Roldán Verdejo, con la
colaboración de Candelaria Delgado González. Instituto de Estudios Canarios, La Laguna, 1970, ,apéndice
documental, nº 22, p. 365.
45 Buenaventura BONNET Y REVERÓN: El Santísimo Cristo de La Laguna y su culto. Primera edición, 1950.
Segunda edición, Cabildo Insular de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 1995, pp. 142 y 209-1 O.
46 Lorenzo SANTANA RODRÍGUEZ: «El origen del Santísimo Cristo de La Laguna y de su devoción». En
programa de las Fiestas del Santísimo Cristo de la Laguna. 2000, Tenerife.
47 Fr. Diego de IN CHA URBE, op. cit., p. 276. En las páginas 12-3 dicho autor incluye entre los provinciales de la
Orden Seráfica en Canarias al P. Lorenzo de Lugo, que lo fue desde 1595 a 1598, pero no señala relación familiar
con los descendientes del citado D. Bartolomé.
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Carmen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ... 15
Sus hijos, el regidor don Francisco Benítez de Lugo, don Diego Benítez
Suaso de.Lugo, ambos per se y en nombre de su hermano ausente, el capitán ·
don Pedro Benítez de Lugo, el 16 de agosto de 1548, ante el escribano Ruy
García de Estrada, firmaron la escritura de patronazgo de la recién alzada
capilla mayor, además, don Francisco, en su testamento otorgado en abril
de 1559, creó el mayorazgo que vinculaba esos derechos con sus prerrogativas48.
Él mismo, en 1545, había contratado a Arlandes de Viamonte,
oficial de imaginero, para la finalización de «la capilla de San Lorenzo»,
con su ornato escultórico así como el paso de Jesús en el sepulcro49. Su
nieto don Francisco Xuárez de Lugo, en un documento del año 1629, cita
obras de edificación en ese conjunto monástico50
, además al año siguiente,
el 9 de mayo de 1630, se presenta en la esctibanía el maestro mayor de
albañilería Juan de Valencia, vecino de dicha Villa, declara haber recibido
de fray Francisco Rodríguez, predicador y definidor de la provincia de San
Diego, y de don Francisco Bautista Benítez de Lugo y Pereyra, hijo del
antedicho y síndico del citado convento, 3.715 reales y dos cuartos por la
obra del recinto que allí había edificado51
• Precisamente en el convento
franciscano de La Laguna para celebrar la festividad del 14 de septiembre
actuó como donante de la pieza argéntea en que figura su nombre: «El
m<aestr>e de campo de la gente de guerra del beneficio de Taoro de norte
a svr Fr<ancis>co Baptista Pereira de Lvgo regidor desta isla y s<e>ñ<o>r
de las islas de la Gomera y Hyerro, hiso servisio al s<anti>s<i>mo Xpo.
desta crvx y clavos de plata a<ñ>o de 1630 siendo proveedor de sv santa
fiesta». Se ha subrayado lo que significaba tal nombramiento como signo
de nobleza en aquellos tiempos, de modo que el elegido hacía gala de su
poder económico y desprendimiento a la hora de engalanar los actos y
efectuar dádivas, así lo señaló B. Bonnet al referirse a «la cruz de plata
que sustituyó a la de madera en que vino la Imagen, que se conserva en el
convento de la Monjas Claras de La Laguna.»52
•
48 Carmen FRAGA GONZÁLEZ: «La aristocracia y la burguesía canarias ante el arte. Importaciones artísticas».
Anuario, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Centro Asociado de Las Palmas, nº 5 (1979), pp.
190-91.
José Luis MACHADO: Una aproximación a la vida señorial en Tenerife. La familia de Sebastián Machado y su
descendencia. Ediciones Búho, Tenerife, 1995, p. 97.
F. FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT, op. cit., tomo l, p. 36.
40 Lorenzo SANTANA RODRÍGUEZ: El secreto de los.Lercaro. Criptojudaísmo en el Arte Canario. Tenerife,
2007, pp. 19-20. .
'º A.H.P.T., eser. Juan González de Franquis, P.N. 2997, fol. !30. Era hijo de don Andrés Xuárez Gallinato de
Lugo, quien desposó con doña Maria de Ponte y de las Cuevas. ·
51 A.H.P.T., eser. Francisco Bienvenido, P.N. 2825, fol. 163.
52 B. BONNET Y REVERÓN, op. cit., p. 150.
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I,
16 Cannen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ...
Aquí es evidente ese comportamiento señorial. Cuando los franciscanos
eligieron a dicho caballero sabían de su munificencia con el recinto
monacal de La Orotava, en esta Villa, el 7 de mayo de ese año firmaría
el contrato con el orfebre Antonio de «Alpuin» para que hiciera la cruz
de plata que iba a regalar, documento publicado por L. Santana53
• Se ha
supuesto que era francés, sin embargo, a pesar de su relación con artífices
de esa procedencia54, nos inclinamos a pensar que era portugués, pues
trató a otros profesionales de este origen y además ese apellido -escrito
Alpoin o Alpuim, con la consonante «m» al final- se encuentra en el
ámbito geográfico del vecino país y antiguos territorios coloniales como
Brasil. Lo cierto es que su trabajo le avaló suficientemente para recibir
un encargo de la importancia que tiene el aquí comentado, no obstante
éste ha sido juzgado por el catedrático D. Jesús Hemández Perera55 con
estos términos: «precisamente uno de los obsequios más antiguos que
recibió el templo <del Cristo de La Laguna> fue una cruz de madera
revestida de planchas de plata·, burdamente grabadas con rayas cruzadas,
que aún conserva la imagen desde que el maestre de campo don Francisco
Bautista Pereira de Lugo, señor de las islas de la Gomera y El Hierro, la
donó» ... En cualquier caso, ha de considerarse un factor nada desdeñable
su pervivencia a pesar del cambio de estilos con el paso del tiempo.
En La Orotava la comunidad franciscana también siguió recibiendo
apoyo de esta familia, en 1634 don Lorenzo de Ponte Pereira y Lugo,
hermano del antedicho, y don Doménigo Grimaldo Risso de Lugo acuerdan
con Ana Francisca que dore el retablo de la capilla mayor, una vez
que tuviera el material aurífero encargado a Inglaterra56
, lo cual indica
que ese conjunto lignario fue realizado en Tenerife posiblemente por un
artífice local. El mismo don Lorenzo, tres años más tarde, como síndico
del convento firma un contrato con el maestro de cantería Diego «Pineda»
-Penedo- para hacer un cuarto57•
" Lorenzo SANTANA RODRÍGUEZ: «Las primeras cruces del Cristo de La Laguna». En Victoria, tú reinarás.
La Cruz en la iconografia y en la historia de La Laguna. Junta de Hennandades y Cofradías. Ayuntamiento de
La Laguna, CajaCanarias, Gobierno de Canarias. La Laguna, 2007, pp. 43-5.
" En 1641 el platero francés Claude Bigot fonnaría con él y con Lorenzo de la Torre así como Bernardo Lorenzo
una sociedad comercial para liquidar un contrabando confiscado en Las Palmas. Vide Carmen FRAGA GONZÁLEZ:
«La Iglesia y los artistas extranjeros en el siglo XVII». Almogaren. Revista del Centro Teológico de Las
Palmas, nº 13 (junio de 1994), p. 216.
" Jesús HERNÁNDEZ PERERA: Orfebrería de Canarias. Instituto «Diego Velásquez». (C.S.I.C.), Madrid,
1955, p. 277.
"Cannen FRAGA GONZÁLEZ: «La fonnación de Cristóbal Hernández de Quintana: La pintura del siglo XVII
en La Orotava». Serta Gratvlatoria in hanorem Juan Régulo. Universidad de La Laguna, tomo IV (1990), pp.
149-50.
"A.H.P.T., eser. Juan González de Franquis, P.N. 3003, fol. 555 vto.
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Carmen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ... 17
Ya a mediados de dicha centuria, en 1657, Onofre Jordán, en su
nombre y en el de los herederos del mencionado Juan de Neda, el viejo,
dieron carta de pago a don Lorenzo de Valcárcel y Lugo, quien como
esposo de doña Inés de Franchy y Alfaro, descendiente de don Francisco
Benítez de Lugo, hubo de entregar una cantidad de dinero justipreciada
por la Real Audiencia. Así, Onofre Jordán posteriormente contrató a
los albañiles Francisco Rodríguez y Felipe González para levantar la
capilla y su correspondiente altar que tenían obligación de hacer en la
iglesia franciscana, encargando al maestro carpintero Sebastián Martín
una techumbre de madera, con sus correspondientes pechinas y florón
en el centro, similar a la existente en la portería58.
La vinculación de la estirpe que estudiamos con la Orden Seráfica
perduró, el patrocinio detentado por su familia política sobre la capilla
mayor no era óbice para implicarse en otras manifestaciones pías allí,
y doña Marina Ximénez del Castillo, viuda del maestre de campo don
Francisco Bautista de Lugo y Pereyra, en 1670 figura declarando que
está fundada la hermandad de Ntra. Sra. del Carmen en el convento de
La Orotava, para lo que se habían efectuado los trámites ante el obispo
don Bartolomé García-Xirriénez59, obispo de Canarias entre 1665 y 1690.
Posteriormente, la primera imagen de esa advocación mariana fue sustituida
por otra cuyo autor sería Luján Pérez60 según varios historiadores
del arte, aunque últimamente se ha publicado como cuestionable tal
atribución61 • Tras la exclaustración eclesiástica fue trasladada y hoy se
conserva en la iglesia de San Juan, en la misma Villa.
Pero los desvelos de los titulares del mayorazgo no podían sustraerse
de lo vinculado y en su codicilo doña Marina González del Castillo,
nuera de la antedicha, como esposa de don Francisco Bautista de Lugo
y Castillo, afirma62 que le había costado ochocientos reales aderezar la
imagen de San Lorenzo, patrono de. ese convento, más hacer y dorar
sus andas. Tal dato es importante para fecharla mejor. El Dr. Trujillo
Rodríguez indicó qu, e, después de la exclaustración, había pasado a la
antedicha iglesia de San Juan Bautista, calificándola como obra anónima
"C. FRAGA GONZÁLEZ: «Encargos artísticos de las Doce Casas de La Orotava en el siglo XVII», op. cit., 356.
"A.H,P.T., eser. Alonso Viera, P.N. 3028, fol. 369. En el folio 372 las constituciones de la hermandad.
60 A. TRUJILLO RODRÍGUEZ, San Francisco de La Orotava, op. cit., pp. 63.-7.
61 Juan Alejandro LORENZO LIMA: «En torno a las esculturas de Luján Pérez en la Semana Santa de La Orotava.
Arte, historia y religiosidad de talante ilustrado». Semana Santa 2008, La Orotava, pp. 44-5.
62 A.H.P.T., eser. Pedr~ Álvarez de Ledesma, P.N. 3244, 5 de mayo de 1699.
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18 Carmen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ...
de un metro de altura «probablemente de la segunda mitad del siglo XVII
o principios del XVIII»63 .
Con posterioridad, otros investigadores también han tratado de esa
interesante pieza escultórica, atrasando su fecha: el restaurador P. Amador
Marrero considera que fue hecha durante el siglo XVI en Sevilla64,
y el historiador del arte J.A. Lorenzo Lima incide en ello, subrayando
su «marcada inexpresividad, el hieratismo y el convencionalismo iconográfico
(porta en su mano la parrilla y palma del martirio)» como
elementos formales a tener en cuenta, aunque una restauración durante el
siglo XVIII habría dejado su impronta en el estofado65
• Ahora mediante
las declaraciones testamentarias de doña Marina González del Castillo
sabemos que esta dama ordenó aderezar la imagen de San Lorenzo ya en
torno a 1680, dato que reafirma la atribución de una mayor antigüedad a
sus líneas estilísticas y la existencia de posteriores restauraciones.
El paso del tiempo fue dejando las secuelas del deterioro, asimismo
en la arquitectura y en el inicio del último tercio del siglo XVIII, se
decidió reedificar el templo conventual. Pensamos que a ello se debe la
insistencia en apuntalar mediante una estricta legalidad el vínculo de la
capilla mayor, pues en 1777 y a nombre de don Francisco Benítez de
Lugo y Viña, cuñado del X señor de Fuerteventura, se sacó copia de la
escritura de patronato y se llevó a cabo la inscripción en el registro de
instrumentos públicos66. Hemos de subrayar que los Lugo-Viña también
se relacionaron con la Orden Seráfica en Santa Cruz de La Palma, de
modo que el 10 de octubre de 1727 el padre del antedicho en su casa
orotavense y ante el escribano público declaró haber dado poder a Diego
Viñolis, alférez y «mró. Artista de Platero», vecino de la capital palmera,
para que administrara sus bienes en dicha isla, de modo que Viñolis, con
tal escritura de poder, impuso un censo a favor del convento franciscano
de la Inmaculada Concepción allí67.
La economía de esa aristocrática familia había sufrido un grave
quebranto en una transacción comercial en el tercer cuarto del s.
63 A. TRUJILLO RODRÍGUEZ, San Francisco de La Orotava, op. cit., p. 68.
64 Pablo AMADOR MARRERO: «Imaginería andaluza en Canarias en tiempos de Juan de Mesa. Estado de la
cuestión y nuevos estudios». Juan de Mesa (1627-2002). Visiones y revisiones. Actas del congreso, Córdoba,
2003, p. 255.
"Juan Alejandro LORENZO LIMA: El legado del Farrobo. Bienes patrimoniales de la parroquia de San Juan
Bautista, La Orotava. Villa de La Orotava, 2008, pp. 53-4.
66 Fray Diego de INCHAURBE, op. cit., p. 277.
67 A.H.P.T., Conventos de La Palma, legajo nº 167, cuaderno 3, fol. 3.
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XVIII; lo cierto es que, según relata don Lope Antonio de la Guerra,
en el mes de abril de 1783, tras ser reedificada «a solicitud y expensas
de los Padres de Provincia», se inauguró la nueva iglesia del convento
de San Lorenzo en La Orotava, el cual era el mayor de la Orden
Seráfica en Canarias y donde se hacían los Capítulos. Pero puntualiza
también: «Es actual Patrono Don Francisco Bautista Benítez de
Lugo <X> Señor de Fuerteventura Regidor <,> séptimo Nieto» del
fundador del conjunto68 . Esos desvelos recibirían un fatal desenlace
cuando en 1801 un voraz incendio acabó con todo el esplendor allí
atesorado; la importancia del conjunto era tan grande que Viera y
Clavijo lo calificó como El Escorial de Canarias, aunque sobre esto
último sospechamos que sólo trató de hacer una metáfora basada en
la común identidad del santo titular en ambos casos. Aparte del daño
sufrido por el patrimonio artístico, se ha subrayado lo concerniente
a fuentes documentales y biblioteca, si se tiene en cuenta lo que ello
ha supuesto para la posterior investigación de su historia. No bastaría
con ese duro golpe, al afrontarse la reconstrucción, sino que, unas
décadas después, se le asestaría el de la desamortización eclesiástica,
signando la marcha de la Orden Seráfica. ·
5.2. OTRAS MANIFESTACIONES
Como era habitual durante la Edad Moderna, la vida comunitaria
en gran medida se desarrollaba en tomo a la respectiva parroquia. Aquí
confluían las distintas clases sociales, no era un ámbito meramente señorial
pero su presencia se dejaba sentir muchas veces, así ocurrió con
la iglesia de Santa María de Betancuria. Sucedió igual con los Lugo en
los templos de Ntra. Sra. de la Concepción y San Juan Bautista en La
Orotava mediante algunas intervenciones suyas. Había otras entidades en
las que lo religioso y lo humanitario se imbricaban, no faltando tampoco
su aportación, de todo ello constan buenos ejemplos.
En 1585, la Hermandad de la Santa Vera Cruz y Misericordia, adscrita
al orotavense Hospital de la Trinidad, acordó encargar a Ruiz Díaz que
tallara una nueva imagen del Crucificado, la cual fue policromada por
el pintor Juan de Arfián. Posteriormente, en 17 de noviembre de dicho
año y ante el escribano, se reunieron unos señores para dar el correspondiente
visto bueno, figurando entre ellos D. Francisco Benítez de Lugo,
" L.A. de la GUERRA Y PEÑA, op. cit., p. 676.
TEBETO, n.º 20. Puerto del Rosario (2012), pp: 297-333, ISSN: 1134-430-X
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20 Carmen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ...
el cual no era la primera vez que asumía una decisión en esa comunidad,
pues trece años antes había tenido el nombramiento de «Proveedor». El
resultado artístico fue tan admirable que luego los cofrades buscaron un
emplazamiento más digno que su humilde recinto, optando por un altar
-posteriormente capilla- en el propio templo parroquial, de modo que su
transcurrir quedará unido a él. Sin duda, ese trabajo en el «Cristo de la
Misericordia» debió de prestigiar a su artífice; varios lustros más tarde,
en 1604 y en Las Palmas de Gran Canaria, se le contrató para hacer una
imagen de San Francisco de Asís con destino al convento de la Orden
Seráfica en Betancuria69 .
La colaboración de la familia con esa hermandad prosiguió hasta fechas
muy posteriores, siendo significativo que en 1795 don Francisco Bautista
Benítez de Lugo y Saavedra, X señor de Fuerteventura, fuera comisionado
para presentar ante el obispo don Antonio Tavira y Almazán los nuevos
estatutos de ella y, además,junto con don Francisco de Castilla y Valcárcel,
gobernador en Perú, fuera elegido «Preboste» encargado de la celebración
de la fiesta de la Vera Cruz70. Debía de tener muy presente el recuerdo
del magno regalo de la cruz de plata que su ancestro había hecho en La
Laguna, cuando tuvo igual nombramiento allí en el año 1630.
También se relacionaron con la parroquia de San Juan Bautista en la
misma Villa. Es así que en 1759 allí se fundó de modo oficial la «Esclavitud
de la Prodigiosísima Imagen del Santísimo Cristo a la Columna»,
aludiendo a la espléndida talla que el canónigo don Francisco Leonardo
de la Guerra trajo de Sevilla y regaló en 1689, la cual generalmente ha
sido atribuida al gran escultor barroco Pedro Roldán, lo cual reafirmarían
los últimos estudios 71 . La hermandad instituida a su alrededor estaba compuesta
en principio por ochenta y cuatro miembros, entre eclesiásticos y
seculares, incluyéndose a don «Francisco Bautista Saavedra y Lugo»72
,
inferimos que se refieren de esa manera al IX señor de Fuerteventura,
aunque se haya alterado el orden de los apellidos.
69 Manuel RODRÍGUEZ MESA: «Imágenes del siglo XVI, en la antigu~ iglesia de la Concepción de La Orotava
». Homenaje a Alfonso Trujillo. Aula de Cultura de Tenerife (Cabildo Insular), Santa Cruz de Tenerife, 1982,
pp. 813-19.
70 Manuel Ángel ALLOZA MORENO y Manuel RODRÍGUEZ MESA: Misericordia de la Vera Cruz en el
beneficio de Taoro, desde el siglo XVI. Santa Cruz de Tenerife, 1984, pp. 137-38.
71 VARIOS AUTORES: El Señora la Columna ysu Esclavitud. Ayuntamiento de La Orotava, Venerable Esclavitud
del Stmo. Cristo a la Columna, C.l.C.O.P., 2009.
72 Manuel Ángel ALLOZA MORENO y Manuel RODRÍGUEZ MESA: La Prodigiosísima Imagen del Santísimo
Cristo a la Columna. La Orotava, Tenerife, 1983, p. 142, nota 2.
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6. CONSTRUCCIONES MILITARES EN TENERIFE Y
FUERTE VENTURA
21
Durante las centurias de la Edad Moderna la arquitectura militar se
plasmó en la construcción de pequeños baluartes junto a las costas insulares.
En el Puerto de la Cruz desde mediados del siglo XVI se intentó alzar
un fuerte, pero se fue atrasando el proyecto a pesar de algunos estudios
hechos por parte de ingenieros. Esa edificación decidió impulsarla de
nuevo el capitán general de Canarias don Juan de Ribera Zambrana en
febrero de 1630 cuando nombró, para dirigir los trabajos, al maestre de
campo don Francisco Xuárez de Lugo73 -bisabuelo de don Francisco
Alejandro Bautista Benítez de Lugo-, quien aportó para ello tiempo y
dinero. Dicha fortaleza en principio debía llamarse San Juan de Ribera y
ser fabricada por el maestro de cantería lusitano Manuel Penedo, teniendo
en cuenta lo previamente trazado por el ingeniero Próspero Casola
durante su visita a ese lugar. Mas no llegó a culminarse ese proyecto74
,
hecho éste no imputable a dicho cantero, avalado por su buen hacer en
La Laguna y Garachico, al contrario, debió de quedar buena impresión
de él, pues pocos años después se le encomienda levantar la capilla de
Ntra. Sra. del Rosario en el convento dominico de La Orotava75
•
Todavía en 1638 el maestre de campo Lorenzo Pereira de Ponte y
Lugo, alcalde mayor de La Orotava, efectúa un contrato con Antonio
de Qrbarán para hacer allí una defensa. Será ya a mediados de siglo,
en 1655, cuando el general don Alonso de Ávila y Guzmán disponga
el alzado de «la fuerza que se nombra San Phelipe y un reduto de siete
piesas que se llama San Josephe y todas las <lemas trincheras ... ». Bajo
un nuevo nombre se aludía a la misma obra, contándose también con la
aportación monetaria de los caballeros orotavenses76
•
No cejaron los miembros de esta familia en mostrar su fidelidad a la
patria, y José Agustín Álvarez Rixo (1796-1883), quien fuera alcalde del
Puerto de la Cruz, refiriéndose al año 1771 escribió en sus Anales: «Don
Francisco Bautista Benítez de Lugo que era Capitán de la compañía de
73 F. FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT, op. cit., tomo 1, pp. 39-40.
74 Carlos RODRÍGUEZ MORALES: «Arquitectura militar en el Puerto de la Cruz. Próspero Casola, Manuel
Penedo y el fuerte de San Juan de Ribera». La torre. Homenaje a Emilio A/faro Hardisson. Artemisa Ediciones,
La Laguna, 2005, pp. 517-22 y ss.
"A.H.P.T., ante el escribano Francisco Bienvenido, P.N. 2826, La Orotava, año 1633, fol. 750. La escritura está
otorgada por su mujer Margarita Jorge y su hijo Diego Penedo.
76 C. RODRÍGUEZ MORALES, op. cit., p. 521.
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milicianos de este Puerto y como tal cuando era preciso atendía a su
defensa, volvió a reparar las trincheras de esta marina las cuales siendo
de piedra seca, pronto se deterioraban; dicho caballero hacía esto a su
costa y por patriotismo»77
•
Indudablemente, su fidelidad a la Corona era la misma en una y otra
isla, variaban las circunstancias no la lealtad a unos ideales. El derecho
del señor de Fuerteventura a ser nombrado «Capitán a Guerra» y «Govemador
de las Armas de esta dicha Y sla» fue discutido desde distintos
estamentos políticos y sociales, a pesar de ir perdiendo prerrogativas se
mantuvo durante décadas hasta quedar, finalmente, como tratamiento casi
honorario78
• Muy controvertido79 fue asimismo el sistema tributario de
los señoríos de esa isla y la de Lanzarote, pues a quienes lo detentaban
correspondería el monopolio de las salinas y la orchilla, además de los
«quintos» sobre el comercio exterior de granos y ganado, aunque recaería
en ellos mantener a punto las defensas castrenses. Las construcciones
militares no fueron alzadas simplemente por su patrocinio, sucedía que
esa pesada carga impositiva sobre el pueblo habría de emplearse con ese
fin, si se aplicaba una estricta legalidad. Tal hecho se confronta, asimismo,
en Lanzarote, cuando los vecinos de esta isla tratan de llegar a un acuerdo
con el marqués de Velamazán, titular de su señorío a mediados del siglo
XVIII, reseñan ése entre varios puntos para zanjar el litigio existente80
•
La vigilancia frente a incursiones piráticas o bélicas no era ajena a
los titulares de los señoríos y, cuando los profesionales castrenses visitan
Fuerteventura, tienen en cuenta esa circunstancia administrativa.
Ante tal orden de cosas es significativo el hecho de que en 1667, en
Betancuria, al acto de nombramiento de don Femando Matías Arias
y Saavedra como «heredero de ese estado» acuda el ingeniero militar
Lope de Mendoza y Salazar81
• En la obra que escribe sobre este
archipiélago en 1669 acerca de dicha isla señala: «aunque el marqués
11 José Agustín ÁLVAREZ RIXO: Anales del Puerto de la Crnz de La Oratava 1701-1872. Introducción M" Teresa
Noreña Salto. Cabildo Insular de Tenerife-Ayuntarniento del Puerto de la Cruz, 1994, p. 91.
78 Roberto ROLDÁN VERDEJO: «Doscientos años de vida política y económica de Fuerteventura». En Acuerdos
del Cabildo de Fuerteventura 1605-1659, op. cit., pp. 28-9.
ÍDEM: «Fuerteventura 1660-1728». En Acuerdos del Cabildo de Fuerteventura 1660-1728, op. cit., pp. 16-7.
79 José Ramón SANTANA GODOY «Motines en Lanzarote y Fuerteventura». En 1 Jornadas de Historia sobre
Fuerteventuray Lanzara/e. Cabildo de Fuerteventura, 1987, pp. 91-120.
80 Pedro C. QUINTANA ANDRÉS y Francisca Maria PERERA BETANCORT: Fuentes para la Historia de
Lanzara/e. Retazos de un tiempo pasado (1700-1850). Cabildo de Lanzarote, 2003, pp. 55-9.
"Acuerdos del Cabildo de Fuerteventura 1660-1728, op. cit., acta nº 87. Es citado como Lope de Mendoza
Sandoval.
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Carmen Fraga González: La estirpe orotavense de los señores de ... 23
de Lanzarote tiene las onze partes de los quintos de los frutos que
se sacan y navegan y D. Fernando Arias y Saavedra una, tiene con
ella toda la jurisdision y mucha azienda en cortijos y ganados, y es
capitán a guerra por su majestad, y por eso se llama señor de estya
isla». Añadiendo: «Y aunque los señores y generales an deseado azer
un castillo <nota> ensima de la billa en el llano de Santa Catalina
lo an dejado de poner en execusión porque como a de ser la fábrica
de los quintos y allí el más interesado en ellos es el marqués y don
Fernando de Saavedra // es el capitán a guerra se resisten por estas
rasones. Con todo el señor D. Luis Fernández de Cordoua, gouernador
y capitan general, ynstó a que se ysiere y tubo muchos materiales
sacados y juntos y la cal cosida, y como le mudaron el gouierno se
dexó en aquel estado.»82
•
Dichos planteamientos también se reflejaron en la primera parte de
la centuria siguiente, con los Benítez de Lugo detentando el señorío. Se
tenía conciencia de la necesidad de pertrechar la defensa, pero se hacía
dificil plasmarla en obras. El ingeniero militar Antonio Riviere emitió
un informe, fechado en 17 de julio de 1741, para edificar «tres torres
fuertes, la una en Caleta de Fustes, otra en Tarajalejo y la tercera en el
puerto de Tostón», instando asimismo a elevar «un retiro fortificado
al medio de la isla», el cual, además, serviría como depósito del grano
recolectado83 • De dicho proyecto sólo se hizo realidad la fábrica de dos
torres, las de «Nuestra Señora del Pilar y San Miguel» en el Tostón y
«San Buenaventura» en Caleta de Fustes, a semejanza de las de Gando
en Gran Canaria y del Águila en Lanzarote. Se alzaron bajo la dirección
del ingeniero militar Claudio de l'Isle (o Lisle)84.
Este oficial había servido al ejército en Lombardía y Sicilia en 1735,
tres años después, cuando se hallaba en Barcelona, fue destinado a
Canarias formando parte de una comisión integrada también por los
ingenieros Antonio Riviere, Francisco La Pierre, Tomás Varlucel Dotell ·
y Manuel Hernández, pero se le concedió un permiso de cuatro meses
82 Lope de MENDOZA Y SALAZAR: Discurso y plantas de las islas de Canaria. Estudio y edición de Eduardo
Aznar Vallejo y Juan Manuel Bello León. Ediciones del Cabildo de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria,
1999, pp. 79-80.
83 Juan TOUS MELIÁ: Descripción geográfica de las Islas Canarias (/ 740-1743) de don Antonio Riviere y su
equipo de ingenieros militares. Museo Militar Regional de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 1997, p. 180. ·
84 Antonio RUMEU DE ARMAS: Canarias y el Atlántico. Piraterías y ataques navales contra las Islas Canarias.
Primera edición, 1947. Segunda edición, Gobierno de Canarias, Cabildos Insulares de Gran Canaria y Tenerife,
1991, tomo JII, Segunda parte, pp. 606-8. ·
José María PINTO DE LA ROSA: Apuntes para la Historia de las Antiguas Fortificaciones de Canarias. Museo
Militar Regional de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 1996, pp. 125-31.
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1.
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para restablecer su salud en Francia y no llegó hasta junio de 1740 a
Santa Cruz de Tenerife85
• Luego marcharía a Fuerteventura, donde se
hizo cargo de alzar sus defensas costeras, de modo que en noviembre de
1741 don José Sánchez Umpiérrez, «Gobernador de las Armas» de esa
isla, comunica desde Tenerife que ya iban a embarcar madera «para la
construsión de dichas torres de Caleta de Fustes, Tarajalejo y Tostón»,
esperando que estuvieran finalizadas en el verano siguiente, añade en su
misiva un saludo para «Don Claudio de Lila», quien habría de dar cuenta
del estado de las obras. Este último, a principios del mes de junio de 17 43,
ordenó que se pagara a Ginés de Cabrera «trezientos reales corrientes
para la satisfazión de los operarios empleados en la fábrica de la torre
de Tostón como consta de Relazión de dicho sobreestante»86• Pero diez
días después, el 15 de junio, fue sepultado en el convento franciscano de
Betancuria ese «imgeniero de su Majestad natural de la ciudad de León»,
según anotación inserta en el pertinente libro parroquial87•
Décadas más tarde, José Ruiz Cermeño, acompañado por el también
ingeniero militar Luis Marqueli, realiza una inspección, escribiendo
otro texto datado en 1762. Acerca de esa visita el Dr. Rumeu de Armas
aclaró que tenía «un objetivo secreto y otro público», pues «los mandatarios
querían informarse con la mayor discreción de lo que importaba
anualmente el tributo señorial de quintos». En su escrito Ruiz Cermeño
afirma: «Es voz común que los señores de esta isla y de la de Lanzarote
trataron, después de conquistada, con algunos vecinos acaudalados el que
se les concediese el tributo llamado de quintos con el fin de fortificarla y
ponerla al abrigo de las incursiones de los moros que eran frecuentes, y
haviéndose concedido y continuado hasta oy día este impuesto <nota>,
resulta de que parece regular que todos los gastos de fortificaciones se
saquen de este fondo y, por consiguiente, la dotación anual de sesenta
pesos para la conservación y entretenimiento de las dos torres, que me
parece lo suficiente a este efecto»88
•
El costo de las defensas majoreras era crucial, pero a la vez considerable
si se tasaba con las cada vez más exiguas rentas en estos lugares,
por esa causa, quienes ostentaban el señorío velaban para que no recayera
"J. TOUS MELIÁ, op. cit., pp. 13 y 25.
86 Acuerdos del Cabildo de Fuerteventura 1729-1798. Edición y estudio de Roberto Roldán Verdejo. Instituto de
Estudios Canarios, La Laguna, 1966, p. 304, docs. 18 y 14.
87 lqídem, p. 291, doc. 4. Entiéndase «Lyón».
88 Antonio RUMEU DE ARMAS: «Estructura socioeconómica de Lanzarote y Fuerteventura en la segunda
mitad del siglo XVIII». Anuario de Estudios Atlánticos, Patronato de la Casa de Colón, Madrid-Las Palmas, nº
27 ( 1981 ), pp. 427 y 452, Apéndice documental.
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sobre sus economías, máxime cotejando la evidente pérdida de autoridad
y poder decisorio que iban teniendo. Han de considerarse esas razones
para explicar que el 14 de noviembre de 1768 don Francisco Bautista
Benítez de Lugo y Saavedra, IX señor de Fuerteventura, gobernador de
armas y capitán de guerra de la misma, se dirija al veedor de guerra de
Canarias con la petición de que no se le moleste para el nombramiento
de oficiales de milicias en aquel territorio89
• Ese deseo no significaba
menoscabo en su nominal titularidad, de modo que el ingeniero militar
Andrés Amat de Tortosa en 1779 redacta un «Plan Militar y Político»
del archipiélago, señalando respecto a dicha isla: «Es de Señorío dividido
en diferentes: D". Francisco Bautista Benítez de Lugo y Saavedra,
se intitula Señor actual de Fuerteventura. Sus fortificaciones se reparan
del Valor de Quintos»90
•
Los comandantes generales no olvidaban reclamar a los titulares
del señorío las aportaciones tributarias para la defensa, a pesar de que
paulatinamente les fueron relegando con los nombramientos vitalicios
de los coroneles, quienes a lo largo del Setecientos se fueron haciendo
no sólo con el control militar de la isla sino también con su autoridad
política y poder económico. En Fuerteventura, durante el siglo XVIII,
fue decayendo la importancia de los Benítez de Lugo, aunque en Tenerife
su prestigio social se mantenía, cual se evidencia en los últimos tiempos
de dicha centuria merced a diversas actuaciones.
7. MECENAZGO CULTURAL
Aunque ese linaje tenía su morada en la Villa de La Orotava, sus propiedades
se situaban a lo largo del valle homónimo y el vecino Puerto de
la Cruz conoció la esplendidez de esta familia, cuyos primogénitos tenían
la atribución del cargo de aferidor, privilegio para contrastar los pesos y
medidas como almotacén de la isla de Tenerife. En su interés por abrir
las puertas a la exportación de los frutos de sus tierras no dudaban en
propiciar las obras públicas en esa :Zona, así se evidenció en 1768 cuando
el comandante general de Canarias propuso rematar el muy destruido
muelle en Santa Cruz de Tenerife y se hizo consulta a distintas entidades.
89 Manud RODRÍGUEZ MESA y Francisco J. MACÍAS MARTÍN: Rodríguez Maure y La Laguna de su tiempo.
Su legado documental y bibliográfico a la Real Sociedad Económica de Tenerife. Real Sociedad Económica de
Amigos del País de Tenerife y Ayuntamiento de La Laguna, 2000, pp. 364 y 597.
90 Plan Militar y Político de las Islas de Canaria. Por Andrés Amar de Tortosa, ingeniero militar. 1779. Museo
Militar Regional de Canarias, 2000, p. 6.
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Hubo disparidad de respuestas, pero es significativo que el antedicho
don Francisco Bautista Benítez de Lugo, IX señor de Fuerteventura, y
don Gaspar de Franchi, ambos cual representantes en el Cabildo general
abierto, junto con los diputados del comercio don Guillermo Mahony y
don Diego F ourlong, abogaran por llevarlo a cabo en la costa portuense,
añadiendo incluso el pertinente plano91 •
Tenían tierras y aguas, de modo que, en calidad de cosecheros, el l.º
de mayo de 1 789 don Francisco Bautista de Lugo y Ponte, hijo del antedicho
y X señor de Fuerteventura, junto con los marqueses de Celada y
Villanueva del Prado, don Juan Antonio de Urtusáustegui, don Femando
Hurtado de Mendoza y lo más selecto del entorno insular, firmaron un
escrito con la finalidad de favorecer el proyecto del comerciante don
Francisco Sarmiento para exportar sus vinos a Norteamérica92 • El protagonismo
social del linaje se mantenía alto, aunque cada vez más los
sectores de la burguesía irían restando presencia a su ámbito de acción,
que no podía permanecer sujeto a las rentas de un señorío o de una agricultura
tradicional sin comercializar.
Los ideales de la Ilustración habían llegado a sus lares y buscaban el
contacto con el mundo exterior, fuera de las fronteras hispanas, no sólo
para salir del pozo financiero sino para enriquecer su ámbito cultural. ·
Eso explica que el mismo don Francisco Bautista, lustros antes, en 1777,
fuera una de las selectas personas admitidas en la fundación de la Real
Sociedad Económica de Amigos del País en La Laguna, figurando como
«Señor de la Isla de Fuerteventura, Almotacen mayor, y Regidor perpetuo
de esta de Tenerife». Aparece inscrito en la misma relación que el
Excmo. Sr. D. Eugenio Femández de Alvarado, marqués de Tabalosos,
entonces al frente de la Comandancia General de Canarias93, lo éual es
bastante significativo.
Las Sociedades de Amigos del País no lograron instalarse en islas
como Lanzarote y Fuerteventura, a pesar de que para ello la Audiencia
de Canarias, el 6 de mayo de 1778, acordó remitir los correspondientes
oficios94
. Ya un año antes el Cabildo majorero se había reunido para tratar
de la fundación de una «Sociedad de Agricultura»95
, decidiendo instar
91 A. RUMEU DE ARMAS: Canarias ye/ Atlántico. Piraterías ... , op. cit., p. 419.
92 J.A. ÁLVAREZ RIXO, op. cit., p. 124, nota a pie de página.
93 Estatutos de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife. Con estudio preliminar de Enrique
Romeu Palazuelos, conde de Barbate, y facsímil de Estatutos Originales. La Laguna, 2006, pp. 116 y 118.
94 Santiago de LUXÁN MELÉNDEZ: «El proceso de fundación de las Sociedades Económicas de Canarias
1776-1778: El caso de Fuerteventura y Lanzarote. Algunas consideraciones». Tebeto IV, Anuario del Archivo
Histórico Insular de Fuerteventura, Puerto del Rosario 1991, p. 38 y ss.
"Acuerdos del Cabildo de Fuerteventura 1729-1798, op. cit., pp. 182 (acuerdo 271) y 284 (acuerdo 2~2).
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ayuda económica para afrontarla, pues eran años de gran necesidad. No
se cita el nombre de don Francisco Bautista de Lugo en ningún momento,
como si ese tipo de asociaciones fuera ajena a su jurisdicción.
En esos ámbitos culturales, su actividad biográfica va a quedar memorizada
no sólo por haber participado en la señera institución de La
Laguna, sino particularmente por su dadivoso proceder en la creación de
un Jardín de Aclimatación de Plantas en Canarias. Efectivamente, él sería
quien cediera en el valle de La Orotava las cuatro fanegadas de terreno,
con su correspondiente agua, en que se hizo realidad el proyecto. Se ha
destacado el papel primordial ejercido al efecto por don Alonso de Nava
Grimón y Benítez de Lugo (1757-1836), VI marqués de Villanueva del
Prado, cuyo recuerdo evoca un busto escultórico allí emplazado, mas
no ha de soslayarse el recuerdo de su pariente el señor de Fuerteventura,
precisamente los lazos familiares contribuyen a entender mejor la raíz
de su generosidad.
En efecto, del enlace entre don Francisco Bautista Benítez de Lugo
y Arias de Saavedra con doña Paula de Ponte Ximénez nacieron varios
hijos: el antedicho D. Francisco Bautista (i 735-1806), Dª Marina Leonor,
que casaría con el conde de la Gomera y marqués de Adeje, Dª Elena, la
cual desposó con D. Tomás de Nava Grimón, V marqués de Villanueva
del Prado y padre de D. Alonso ... En esa característica endogamia de
la aristocracia canaria, tío y sobrino coadyuvarían su esplendidez para
convertir a Tenerife en punto de enlace botánico entre España y las tierras
del otro lado del Atlántico e incluso del Pacífico.
A don Alonso de Nava Grimón y Benítez de Lugo se le comunicó
la Real Orden del 17 de agosto de 1788 para crear un centro botánico
en esa isla que permitiera acercar a suelo hispano plantas exóticas de
remotos parajes. Puso gran celo en realizar el cometido y, tras las pertinentes
pruebas en La Laguna, Santa Úrsula y valle de La Orotava, optó
por este último, de modo que cerca del Puerto de la Cruz se dispondría
sobre un terreno rectangular de 18 7 varas los lados mayores y 115 varas
los menores, respectivamente, el cual cedió don Francisco Bautista de
Lugo y Ponte por servir a Su Majestad el Rey, ofreciendo más extensión
de tierra si fuera preciso, según hace constar. Además, el señor de
Fuerteventura responde en nombre de los propietarios del agua que dan
su conformidad a la entrega del líquido elemento96•
96 Vicente RODRÍGUEZ GARCÍA: «La historia del -Jardín.Botánico de Tenerife en el siglo XVIII. Las fuentes
documentales del A.G.I. de Sevilla». Actas del II Coloquio de Historia Canario-Americana (1977). Cabildo
Insular de Gran Canaria, 1979, tomo 11, p. 336.
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Una vez que se contaba con el terreno había que disponerlo de
acuerdo a un proyecto que abarcara las superficies para las plantaciones
y las correspondientes construcciones. Entonces recurrió una vez más
don Alonso de Nava Grimón a su círculo personal. Conocía muy bien
a los miembros de la familia Eduardo, los Edwards de origen irlandés
instalados en La Laguna, tenía noticia del papel tan importante que
estaba asumiendo en la arquitectura canaria uno de sus integrantes, el
clérigo don Diego Nicolás, quien estaba al frente de los trabajos de
conclusión de la catedral en Las Palmas de Gran Canaria, de modo que
le encargó la traza del Jardín de Aclimatación de Plantas en el Puerto
de la Cruz. Quizás no fuera ajeno tampoco a esa decisión don Francisco
Bautista Benítez de Lugo y Ponte, pues don Diego había llevado a la
vecina isla como maestro mayor de obras al cantero Patricio García,
natural de La Orotava.
Efectuó el racionero catedralicio hacia 1790 los pertinentes dibujos,
los cuales formaron parte de su documentación personal pero quedaron
en la diócesis canariense, donde los examinó el catedrático D. Enrique
Marco Porta97
, no faltando referencias posteriores98
• En esos bocetos
previos, uno muestra el esbozo de una verja; hay otro con la planta y
fachada del jardín; el tercero es un plano del conjunto, el cuarto una casa
de campo y jardín. Ellos permiten colegir las variaciones existentes con
la traza final que adquirió ya en la centuria siguiente.
Las diferencias acometidas en el proyecto de Diego Nicolás Eduardo
se comprenden teniendo en cuenta que entre 1733 y 1798 transcurrió su
vida99
, falleció en Tenerife antes de culminarse tal conjunto. La planta
rectangular se mantuvo, pero no se llegó a elevar la edificación que abocetó
para situar en un costado y donde son obvias las normas estéticas de
la Ilustración'ºº; ha sido una lástima que no se realizara, pues las pautas
arquitectónicas de su fachada neoclásica están bien resueltas: se articula
en tres secciones, separadas por sendas pilastras, una escalinata central
daría acceso a la puerta coronada por el característico frontón; los dos
pisos estarían horadados por sencillas ventanas rectangulares, pero en la
97 Enrique MARCO DORTA: Planos y dibujos del Archivo de la Catedral de las Palmas. El Museo Canario,
Las Palmas, 1964, fig. 50 y ss.
98 Pedro TARQUIS RODRÍGUEZ: «Diccionario de Arquitectos, Alarifes y Canteros que han trabajado en las Islas
Canarias (siglo XVIIl)». Anuario de Estudios Atlánticos. Madrid-Las Palmas, nº 12 (I 966), p. 466.
09 Carmen FRAGA GONZÁLEZ: «Diego Nicolás Eduardo Villarreal». Estudio incluido en Biografías de Canarios
Célebres por Agustín MILLARES TORRES. Edirca, Las Palmas de Gran Canaria, 1982, pp. 176-82.
100 Fernando BEAUTELL STROUD: «El Jardín Botánico, Eduardo y la ilustración arquitectónica». Periódico El
Día, 'La Prensa del domingo·, 3 de septiembre de 1989, p. 3.
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parte superior una balaustrada remataría el frontispicio con plintos para
alzar sobre ellos estilizados jarrones. Dichas líneas estilísticas eran muy
adecuadas en ese tipo de instituciones, estimuladas por los intelectuales
de la época, cual se verifica en el diseño que efectuó el arquitecto Juan
de Villanueva para el Jardín Botánico en Madrid.
Ante la muerte de don Diego buscaría el marqués otra persona entendida
en el tema que le pudiera asesorar y la halló en monsieur Louis
le Gros, quien era vicecónsul de su país aquí. El vizconde de Buen Paso
relató de él que había nacido en La Rochela, aunque había pasado algún
tiempo en París, ocurrió que viajaba en una embarcación con naturalistas
que se dirigían a la isla de Trinidad, pero el navío sufrió una gran
tormenta y arribaron a Tenerife, decidiendo aquél no seguir su periplo.
La buena acogida que recibió del citado aristócrata'º' no ha de extrañar,
apreciaba la cultura francesa y la hallaba representada en este caso por
una persona con amplia formación, cuya actividad pictórica y docente
de las bellas artes fue patente, conociendo además la botánica.
Don Alonso de Nava Grimón le encomendó la traza de una casa suya
con jardín en la calle de los Álamos en La Laguna, pero también sería
quien le pidiera su participación en el Jardín Botánico del Valle de La
Orotava. Tal hecho no ha de ponerse en duda, pues D. Francisco Mª de
León Morales (1799-1871) escribió de esa institución que el terreno lo
había donado don Francisco Bautista de Lugo, señor de Fuerteventura, y
que se había hecho «con la dirección del Ingeniero francés Mr. Le Gros
emigrado a estas islas, y con más de 30.000 pipas de su propio caudal que
expendió el marqués de Villanueva del Prado» 1º2
• No obstante, debemos
precisar que la intervención del monsieur sería corta, el vizconde de Buen
Paso en su diario anota el 26 de julio de 1800 que éste había disculpado su
inasistencia a una reunión en Valle Guerra, al tener que acudir al Puerto
de la Cruz «a asuntos relativos a su empleo», y dos años después, el 1 º
de noviembre de 1802, apuntó la noticia de «estar despedido de la casa
del marqués de Villanueva el sübcomisario de Francia Gros»'º3•
La historia seguiría marcando sus definitivos pasos, arrostrando
épocas de crisis y dificultades económicas, p~es no han de olvidarse
'" Juan Primo de la GUERRA: Diario/, /800-/807. Edición e introducción por Leopoldo de la Rosa Olivera.
Aula de Cultura, Cabildo Insular de Tenerife, 1976, pp. 44-5 y 137.
'°2 Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife, Sección de manuscritos, números 18-20. Francisco Maria de
LEÓN MORALES: Apuntes para la continuación de las Noticias históricas de las Islas Canarias desde 1776
hasta 1838. Tomo I, p. 12.
'°3 J.P. de la GUERRA, op. cit., tomo I, pp. 48 y 137.
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los avatares bélicos que caerían sobre el reino hispano tras la invasión
napoleónica y la posterior decadencia en todo el siglo XIX. Pese a ello
se continuó avanzando, como evidencia la representación coloreada del
plano de este «Jardín Real Botánico» que hacia 1850 hizo el prebendado
don Antonio Pereyra Pacheco y_ Ruiz. La ejecutó a escala de cien varas,
incorporando nueve epígrafes textuales para visualizarlo mejor: 1.
«Cuatro Cuarteles» conteniendo las veinticuatro secciones del sistema
de Linneo; 2. «Cuatro platabandas» como suplemento para plantas con
pequeño espacio de terreno; 3. «Casa del Jardín»; 4. «Corral para el
estiércol»; 5. «Invernáculo»; 6. «Terreno en fi~ de parterre destinado a
las simientes»; 7. «Dos partes de terreno destinadas para planteles»; 8.
Jardín para plantas acuáticas y palmas; 9. Estanque superior que «provea
continuam10
• de agua a los vasos inferiores» 104
•
Los problemas se fueron soslayando gracias a los desvelos de quienes
trabajaron por este jardín botánico, que aúna plantas de uno y otro
punto de la geografia mundial, con variado suelo y climatología. Resulta
atractivo pensar que la Naturaleza desarrolla todo su verdor aquí gracias,
entre otros, a quien ostentara el señorío de la isla de Fuerteventura,
donde sus pobladores han debido luchar precisamente contra el rigor
de la sequedad. Ese metafórico antagonismo se convierte en simbiosis
cuando lo definimos como fruto exquisito de un mecenazgo artístico y
cultural.
104 J. TOUS MELIÁ, op. cit., pp. 11 O y 115-6.
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ÁRBOL GENEALÓGICO
Bartolomé Benítez de Lugo (t 1526)
Mencía Sánchez de la Cuerda
Francisco Benítez de Lugo (t 1559)
Ana Lobón Xuárez Gallinato
i
Andrés Xuárez Gallinato de Lugo (1540-1573)
Maria de Ponte y de las Cuevas
Francisco Xuárez de Lugo ( 1561-1633)
Catalina de Ponte y de las Cuevas
Francisco Bautista Pereira de Lugo
(1593-1633)
Marina Inés Ximénez del Castillo
i
Francisco Bautista Benítez de Lugo y
Castillo (1633-1680)
Marina González Interián de·! Castillo ( t 1699)
Francisco Alejandro Bautista Benítez de Lugo
( 1678-1706)
Andrés Lorenzo Arias de Saavedra
señor de Fuerteventura
Maria de la O Muxica Arias de Saavedra
Femando Arias de Saavedra
1612-1674) señor de Fuerteventura
Inés de Llarena y Ayala
i
Femando Matías Arias de Saavedra
(1647-1704) señor de Fuerteventura
M" Agustina Interián del Hoyo
i
Elena Josefa Arias de Saavedra
(tl701)
Francisco Bautista Benítez de Lugo y Arias ----------- Paula de Ponte y Ximénez
Saavedra (1697-1771), IX señor de Fuerteventura (tI778)
Francisco Bautista Benítez de Lugo y Ponte
( 1735-1806), X señor de Fuerteventura
i
l
Francisco Bta. Benítez de Lugo y Lugo-Viña ---(
1782-1816), Xl señor de Fuerteventura
l Elena S. Benítez de Lugo y Urtusáusteguí -------
(1816-1887)
Mª del Carmen Lugo-Viña y Molina
(1755-1823)
M" Concepción Urtusáustegui y Monteverde
(tl860)
Luis Jerónimo Benítez de Lugo y del Hoyo
Solórzano, marqués de la Florida ( 1805-1856)
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2. Antigua casa de D' Concepción Lugo-Viña y Molina, c/ Hennano Apolinar nº 37, La Orotava. Fotografia
año 1980.
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4. Imagen del Cristo de La Laguna, sobre cruz de plata labrada por Antonio de Alpoin.
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