HISTORIA
EL MUNDO DE LA INFANCIA EN FUERTEVENTURA Y
LANZAROTE EN EL SIGLO XVIII
JUAN MANUEL SANTANA PÉREZ
Desde la Edad Media hasta fines del siglo xvii el niño no se diferenciaba
del adulto, una vez que podía valerse por sí solo sin depender de su
madre o de la nodriza. Pero este sentimiento empieza a cambiar, así durante
el siglo XVIII nos vamos a encontrar unido al interés por la higiene y por
la salud física, todo lo que concierne a los hijos, convirtiéndose en algo
serio e importante dentro de la familia. De este modo, ha conquistado un
puesto central, la sociedad no va a interesarse exclusivamente por su futuro,
sino también por su presencia y su mera existencia, las relaciones con
los niños comienzan a transformar la historia de la familia que, al menos
hasta el siglo xvii, era menos significativa, como prueba la ausencia de la
infancia en el arte medieval'.
La aproximación al mundo de la infancia en las dos islas más orientales
del Archipiélago Canario debemos efectuarlo mediatizados por el escaso
conocimiento que nos proporcionan las fuentes documentales. De este
modo, debemos ceñimos a los datos demográficos para ver el peso relativo
de la proporción de niños en el conjunto de la sociedad isleña del siglo
xviii, así como la preocupación que sobre la infancia se empieza a tomar
en esta época y que queda plasmada en la preocupación por la instrucción
pública y el recogimiento de niños abandonados con los intentos por institucionalizar
el problema generado por los niños expósitos, lo que será
especialmente significativo con el predominio filosófico de la ilustración
y recibirá adelantos considerables en los paréntesis liberales del primer
tercio del siglo xix. Normalmente se ignora la importancia de la contribución
económica de los niños cuando se debate sobre los sistemas de pro-
' Contamos con un trabajo monográfico sobre la infancia en Lloyd deMause (ed.):
Historia de la infancia. Alianza, Madrid, 1982; dedica tres capítulos al período que nos
interesa analizando los casos de Francia, Inglaterra y América del Norte, señalando al igual
que nosotros los aspectos relacionados con el mundo de la familia y con la educación, pp.
286-418.
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ducción familiares anteriores al sistema fabriP. Desde bien pequeños, los
niños tenían unas tareas que cumplir, desde los príncipes, que debían
aprender el arte de gobernar, hasta los menores del pueblo llano que tenían
que aprender agricultura y comercio, pasando por los hijos de las clases
altas que debían ser educados en los buenos modales y adiestrarse para
servir al rey.
Los censos demográficos del siglo xviii nos facilitan la proporción de
niños en la sociedad de la época y, al mismo tiempo, la división por grupos
de edades, también nos aproxima a las consideraciones sobre las diferentes
edades del ser humano.
El censo de Aranda ha sido criticado como poco creíble, o al menos
goza de menos confianza entre los estudiosos del tema que los censos posteriores.
No obstante, los trabajos del Instituto Nacional de Estadística
optan por incluirlo entre los censos modernos porque, ciertamente, recoge
la información por individuos separadamente en lugar de hacerlo por familias,
con lo que defienden que España se adelanta en la elaboración de censos
modernos al resto de Europa en casi un siglo. Creemos que esta opinión
denota una supervaloración con poco juicio crítico de las fuentes y un
desconocimiento de otras realidades.
Dicho censo aparece organizado en seis grupos de edades: hasta 7
años, de 7 a 16 años, mayores de 16 a 25 años, mayores de 25 a 40 años,
mayores de 40 a 50 años y mayores de 50 años. A su vez cada uno de esos
grupos está separado por sexos y entre solteros y casados; luego aparecen
los totales por edades, por sexo y por estado civil. De este modo vemos que
la primera edad, que podríamos asimilar con la infancia, incluye a todos los
nacidos hasta los 7 años y un segundo grupo entre 7 y 16 que ya son considerados
jóvenes^ Los jóvenes de ambos sexos en Fuerteventura, menores
de 16 años son 3.775, lo que supone un 42,59% del total de población.
En Lanzarote, los menores de 16 años suman 4.343, el 44,88%.
El 1 de octubre de 1772 fue remitido desde Santa Cruz de Tenerife, un
documento en el que se hace una descripción de Lanzarote y de
Fuerteventura, de carácter eminentemente militar, porque se recogen las
fortificaciones, atalayas, puertos, playas y costas de estas islas y, además,
aparece un recuento de población aunque dado los fines militares aludidos,
^ MAXINE BERG: La era de las manufacturas 1700-1820. Una nueva historia de la
Revolución Industrial británica. Crítica, Barcelona, 1987, p. 151.
3 FERNANDO JIMÉNEZ DE GREGORIO: «La población de las Islas Canarias en la
segunda mitad del siglo xviii» Anuario de Estudios Atlánticos, N. 14, Madrid-Las Palmas,
1968, pp. 87-170.
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no aparecen los menores de 12 años. Esta es la edad en que militarmente
se acaba la infancia y comienza la adultez".
Nos aparece el número de vecinos, en Fuerteventura 1.056, y no de
habitantes, por tanto debemos reconvertirlo aplicando un coeficiente multiplicador,
si aceptamos 4,4, tal como propone Mercedes Coderch para la
segunda mitad del siglo xviii^, lo que creemos que es bastante aceptable,
nos da una población de sólo 4.646 habitantes, que parece muy baja. La
suma de hombres mayores de 12 años asciende a 1.509, con lo que si suponemos
que las mujeres ocupan el 50%, que probablemente sería mayor
porcentaje dada la tasa de masculinidad, fruto de la intensidad del proceso
emigratorio en la segunda mitad del siglo xviii, alcanzaría 3.018 adultos,
esto es, podríamos estimar con ello que los niños menores de 12 años serían
1.628, lo que significa el 35%, inferior a 1768, pero tengamos en cuenta
que aquí sólo están recogidos hasta los 12 años.
Para Lanzarote calcula 1.514 vecinos, aplicando el coeficiente señalado
nos daría 6.662 habitantes. Los hombres de más de 12 años serían
2.136, tomando una tasa de masculinidad del 50%, los menores de 12 años
ascenderían a 2.390, esto es, el 35,87%, porcentaje igual al de Fuerte-ventura.
El Comandante General de Canarias, Eugenio Fernández de Alvarado,
marqués de Tabalosos, realizó un «Plan Político» en 1776 redactado y remitido
a las Cortes al año siguiente, en el que recogía la población, junto
con las cosechas y el ganado de todas las islas.
Fuerteventura tendría 2.792 vecinos, 376 niños de O a 7 años, 797 niñas
de la misma edad, 401 niños de 8 a 15 años, 927 niñas, 1.487 entre 16 y 45
años, 2.496 mujeres, 586 hombres de 46 a 60 años, 797 mujeres, 169 varones
de más de 61 años, 393 mujeres, 23 clérigos y 15 frailes*". En total
suman 8.467 personas, es decir, que en este caso, la conversión de vecinos
en habitantes resulta de multiplicar por 3,03, cifra bastante baja que nos
hace dudar de la exactitud de los datos facilitados. Además, vemos que el
peso de las mujeres en el conjunto es demasiado fuerte, constituyen el
63,89%, aun admitiendo unas considerables salidas emigratorias de hom-
" Archivo General de Simancas (A.G.S.) Secretaría de Guerra. Guerra Moderna, Leg.
3.797, Expediente 1 para Lanzarote y Expediente 2 para Fuerteventura.
5 MERCEDES CODERCH FIGUEROA: Evolución de la población de La Laguna
entre 1750-1860. Instituto de Estudios Canarios, La Laguna, 1975, p. 11.
^ ANTONIO RUMEU DE ARMAS: «Una curiosa estadística canaria del siglo xviii.
El Plan Político del Marqués de Tabalosos». Santa Cruz de Tenerife a 4-V-1977, En la
Biblioteca de la Universidad de La Laguna; este artículo apareció publicado en Revista
Internacional de Sociología. T. IH, C.S.LC, Madrid, 1945, pp. 179-185.
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bres, no podríamos explicar las niñas de O a 7 años sean más del doble que
los niños, dado que este grupo no entraría en dicho flujo emigratorio, unido
a que estadísticamente nacen más varones que niñas en una proporción
de 105%; lo mismo sucede con el grupo entre los 8 y 15 años, con una proporción
aun algo mayor. Tal vez la inflación de féminas menores de 16
años se deba a los intentos de los padres de mantener a sus hijos fuera de
las obligaciones militares, máxime en este informe cuya motivación se
debía a las necesidades defensivas del Archipiélago. En este caso, la edad
considerada infantil aumenta en tres años.
De esta forma el total de niños y niñas menores de 16 años en el conjunto
de Fuerteventura es de 2.501, lo que supone un 29,53%, que es una
proporción muy baja si la comparamos con los datos que arrojan los
recuentos anteriores.
El censo de Floridablanca se inició en los primeros meses de 1787 y su
publicación se prolongó hasta 1788. Desde Madrid fue enviado un estadillo
que debían rellenar las autoridades locales, con la ficha que habían de
cumplimentar, dividida en seis grupos de edades: hasta 7 años, de 7 a 16,
de 16 a 25, de 25 a 40, de 40 a 50 y, de más de 50. Aquí ya vemos una
inconsistencia en los datos, porque no queda aclarado a qué grupo pertenecen
aquellas personas que tienen 16, 25 y 40 años, por lo que tal vez, ni
siquiera se siguiera el mismo criterio en todos los pueblos de la Corona
española''.
En las dos islas que nos ocupan, vemos que Fuerteventura tiene 4.370
niños menores de 16 años, el 41,17%, y el 24,47% son de menos de 7 años.
Por su parte, Lanzarote tenía 5.636 niños menores de 16 años, el 44,08%,
y el 23,18% de la población con menos de 7 años.
La siguiente estadística con la que contamos es la elaborada por
Francisco Escolar y Serrano, cuyos datos poblacionales se refieren al año
18021
La exposición de los datos vuelve a tener algunos defectos formales,
como por ejemplo que se dividen en los siguiente grupos: hasta 7 años, 7-
14, 14-25, 25-40,40-50, 50-60, 60-70,70-80, 80-90, 90-100; por tanto, los
' Este tipo de estadillo que llegó a Canarias podemos verlo publicado en Instituto
Nacional de Estadística: Censo de 1787 «Floridablanca». Santa Cruz de Tenerife.
Cuaderno 9,1.N.E., Madrid, 1986, pp. 539-584. Esta publicación recoge sólo los datos de
las cuatro islas más occidentales de Canarias.
« GERMÁN HERNÁNDEZ RODRÍGUEZ: Estadística de las Islas Canarias. 1793-
1806. De Francisco Escolar y Serrano. T. I, Caja Insular de Ahorros, Las Palmas de Gran
Canaria, 1984; los datos referidos a la población de Fuerteventura están entre las pp. 63-
114, aunque aporta otros datos de la Isla hasta la p. 154.
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límites entre las edades vuelven a no ser claros, a lo que hay que unir que
en estas fechas las edades son aproximadas, porque las personas iban olvidando
su edad precisa. Sin embargo, esta estadística parece bastante fiable,
la proporción de edades, sexo y estado civil es bastante plausible.
Aquí la mayor parte de población tenía menos de 25 años. Denomina
a los dos primeros grupos de edades «Niños» y «Jóvenes».
Este recuento establece los habitantes de Fuerte ventura en 12.451, de
los que 2.272 no llegan a 7 años y 2.090 tienen entre 7 y 14 años. Los niños
son el 18,24%, y estos dos grupos de edades juntos suponen el 35,03%.
Para Lanzarote tenemos una población de 16.160, con 3.442 menores de 7
años y 2.679 entre 7 y 14 años. Los niños son el 21,29% y unido con los
jóvenes ascienden al 37,87% de la población.
Tener hijos era algo peligroso con importantes consecuencias también
en la mortalidad, tanto para los recién nacidos como para las madres y,
generalmente, la supervivencia de la descendencia dependía de los cuidados
maternales. Los niños debían ser bautizados dos o tres días después del
nacimiento, aunque a veces era necesario darles este sacramento con
urgencia porque corrían grave riesgo de muerte y no recibirían la salvación
eterna, sino que en esa época iban al Umbo, espacio sobrenatural relacionado
con este aspecto, porque una vez que las sociedades contemporáneas
han logrado reducir de forma considerable esas tasas de mortahdad, ha
desaparecido y han pasado todos directamente al cielo.
Una vez expuesta la aproximación demográfica y la proporción de
niños y jóvenes para los años en que contamos con recuentos más o menos
aceptables, con las precauciones que hemos apuntado, es preciso acercarnos
al mundo de la enseñanza que comienza a ser objeto de preocupación
por parte de las autoridades y dirigida casi exclusivamente a la infancia.
Desde fines del siglo xvii hubo en Europa una transformación en la
consideración de la infancia en relación con el reforzamiento del patriarcado
y, en consecuencia, nuevas prácticas en la crianza de los niños'. En
las actas del Cabildo de Lanzarote sólo hallamos una referencia indirecta a
los niños, cuando el 3 de marzo de 1634 se cuenta con uno que denominan
«niño chiquillo» para que haga de mano inocente y saque el nombre del
que será elegido Personero, de un sombrero con todos los candidatos'".
' LAWRENCE STONE: The Family, Sex and Marriage in England 1500-1800.
Penguin Books, Middlesex, 1990, pp. 113-136 y 254-299.
'" FERNANDO BRUQUETAS DE CASTRO: Las actas del Cabildo de Lanzarote.
Cabildo de Lanzarote, Arrecife, 1997, p. 98.
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Fuerteventura y Lanzarote durante el siglo xviii hacen intentos educativos,
pero que proporcionan resultados muy bajos.
Siguiendo el esquema desarrollado por Philippe Aries, nos centramos en
estos aspectos; para otros temas que el historiador francés trata como son el
juego y la presencia del niño en la historia del arte, no contamos con referencias
que nos permitan si quiera acercamos someramente a ellos. En
cualquier caso, el centrar nuestro objeto de estudio en el siglo xvm, nos aproxima
a un momento en que las relaciones con los niños comienzan a transformar
la historia de la familia, que, al menos hasta el siglo xvn, era menos
significativa, como prueba la ausencia de la infancia en el arte medieval".
Los principios que habían reclamado los reformadores varias décadas
antes, se van imponiendo progresivamente, recogiéndose definitivamente
en las ordenanzas de 1807 y 1809. Esos logros serán: obligación gubernamental
de difundir la instrucción, enseñanza uniforme y gratuita y vigilancia
del Gobierno. En esta época la enseñanza tiende a ser convertida en un
servicio público y la autoridad del Estado comenzará a ejercerse'^.
Políticos y pensadores admitieron el principio de igualdad de educación,
principio que debemos entender en el sentido de «adecuado a cada
clase social y en función de las necesidades e intereses del Estado». De
este modo, ingleses, franceses y españoles coindieron en reservar la educación
superior a las clases económicamente fuertes, manteniendo al pueblo
en la ignorancia". En esta línea de interés ilustrado, destacan sobre
manera, aunque de forma no compartida por otros filósofos del momento,
las opiniones de Rousseau en El Emilio^*.
Los mayores adelantos en este terreno se producirán lógicamente en
las etapas liberales, desde 1809 podemos ver al Cabildo de Lanzarote
manifestando su deseo de que la Junta Gubernativa se viese aumentada por
una o dos personas que en clase de supernumerarios colaborasen en el duro
trabajo del establecimiento de escuelas'^.
Las disposiciones de Carlos III habían forzado a los municipios a
financiar una escuela primaria donde la enseñanza fuera obligatoria y gra-
" PHILIPPE ARIES: El niño y la vida familiar en el Antiguo Régimen. Taurus, Madrid,
1987, pp. 57 y ss.
'^ JEAN SARRAILH: La España Ilustrada. Fondo de Cultura Económica, México,
1957, p. 229.
" BUENAVENTURA DELGADO: Historia de la infancia. Ariel, Barcelona, 1998, p.
138.
'•• JEAN-JACQUES ROUSSEAU: Emilio o la educación. Alianza, Madrid, 1990.
" BUENAVENTURA BONET Y REVERÓN: La Junta Suprema de Canarias. T. II,
Interinsular Canaria, Santa Cruz de Tenerife, 1980, p. 706.
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tuita para todos los niños, además de atender a la instrucción de las niñas.
Sin embargo en el Archipiélago esto no se cumplió, la participación de los
concejos canarios fue ínfima. Las consecuencias de este abandono las
sufrían principalmente el campesinado, grupo que arrojó las mayores cotas
de analfabetismo. Pero los padres trataron de sufragar por diversas vías los
salarios de los maestros, con lo cual se conseguía algún tipo de instrucción.
Esto revela la importancia que los campesinos daban a la preparación de la
infancia y sobre todo, esto suponía una forma de escaparse de los impuestos,
tan numerosos en el Antiguo Régimen.
En las actas del Cabildo majorero podemos encontrar escritos en los
que se le encarga a la institución que tome a su cuidado el disponer la contratación
de maestros en los lugares que estimase más idóneos, haciendo el
repartimiento que produce la Isla para satisfacerle su trabajo'*.
Estos documentos reflejan que no se llegó a efectuar esta medida y la
reiteración en estas observaciones nos indican que no se avanzó en ese
terreno, a pesar de los deseos de los gobernantes de Fuerteventura.
Las transformaciones en el mundo de la enseñanza, producto de la
imposición del poder monárquico sobre las funciones que cumplía la Iglesia
no fueron buenas para Canarias como llegó a darse cuenta el Consejo
de Castilla. El regalismo tuvo efectos nocivos como el cierre de diversas
escuelas conventuales que no volvieron a abrirse. Tenemos el ejemplo de
Fuerteventura, donde su Cabildo expresa esta idea:
«El Síndico Personero general de esta Isla, deseoso de cumplir con sus deberes,
y como representante de ella, quiere que los naturales, disfruten de las preeminencias
que se han extinguido, y a que estaba obligado el convento de nuestro
seráfico padre San Diego de dar escuela...»".
Esto es especialmente importante por tratarse de una de las islas más
pobres del Archipiélago y con unos niveles de analfabetismo mayores, que
se prolongaron hasta nuestro siglo.
A esta gravedad se une que los cambios educativos que trajo aparejados
la secularización, no se completaron debido a la Guerra de la Independencia,
es decir, que fue un proceso iniciado y posteriormente quebrado.
En Fuerteventura la convocatoria para cubrir las plazas de maestros se
hacía convocando un Cabildo General de la Isla en la forma que se hacía
para otros asuntos, y con acuerdo de los vocales se elegía al individuo'*.
'* Archivo Histórico Insular de Fuerteventura (A.H.I.F.) Antiguo Cabildo, Sig: I, fol.
267 recto.
" A.H.I.F. Antiguo Cabildo, Sig: 5, Órdenes de diversa procedencia, fol. 85 recto.
'« A.H.I.F. Antiguo Cabildo, Sig: 1, fol. 263 vuelto.
41
En dicha isla fueron reiteradas las peticiones para que se crease algún
centro estable en Betancuria (antigua capital) y trataron de aprovechar la
coyuntura secularizadora:
«Hago presente a Usted que la Piedad de nuestro Monarca atendiendo benignamente
a la necesidad que tienen estas Islas de alguna Casa de Estudios para instrucción
de la Juventud se ha dignado condescender a la representación y súplica
que en nombre de mi cabildo y nuo se le hizo pidiendo concediese el Edificio que
en esta Ciudad ocuparon los Individuos de la ya extinguida orden de la Compañía
para erigir en él un Seminario Conciliar y para su establecimiento se ha servido
así mismo aprobar el Plan que le dirigimos...»".
En la capital de Lanzarote, la Villa de Teguise, sabemos que los dominicos
tenían la obligación de dar escuelas de Primeras Letras, a cambio de
unas antiguas donaciones de terreno que databan de principios de la centuria^".
Del mismo modo, está constatado que estos frailes tenían una cátedra
de Artes y otra de Teología y que tanto en el convento de dominicos
como en el de franciscanos se enseñó primeras letras^'.
Tenemos el censo de Floridablanca para 1787 en el que se recoge el
número de estudiantes por islas" (los recuentos globales que no encajan
entre el total de estudiantes de cada pueblo, se debe a fallos del censo), así
en Fuerteventura y Lanzarote serían:
- Fuerteventura 33 Betancuria 10
Pájara 6
La Antigua 1
- Lanzarote 28 Teguise 24
Yaiza 2
Haría 2
Estas cifras son excesivamente cortas porque probablemente sólo se
refiere a los alumnos que están en enseñanza secundaria, los jóvenes
pobres que estaban en Primeras Letras debía incrementar sensiblemente
estos datos, sin embargo es interesante conocer estos números para saber
" A.H.I.F. Antiguo Cabildo, Sig 2, fol. 37 recto.
2° JUAN BOSCH MILLARES: «El hospital del Espíritu Santo en la isla de Lanzarote».
Revista El Museo Canario, N. 85-88, Las Palmas de Gran Canaria, 1963, p. 58.
^' Compendio brebe yfasmosso, histórico y politico, en que [se] contiene la cituazion,
población, división. Gobierno, produziones, fabricas y comercio que tiene la Ysla de
Lanzarote en el año 1776. Introducción y notas de FRANCISCO CABALLERO MUJICA,
Ayuntamiento de Teguise, Teguise, 1991, p. 17. Este mismo documento ha sido publicado
por Manuel Lobo Cabrera y Luis Alberto Anaya Hernández: «Lanzarote en el siglo xviii».
IV Jornadas de Estudios sobre Lanzarote y Fuerteventura. T. I, Arrecife, 1995.
=^ FERNANDO JIMÉNEZ DE GREGORIO: Op. Cit.
42
el bajo grado de jóvenes que eran considerados estudiantes en la sociedad
del momento. Todos los niños aquí señalados eran varones ya que las chicas,
como hemos visto, recibían una enseñanza distinta y no encaminada a
proseguir estudios.
La Real Audiencia a principios de la centuria expresaba la necesidad
de fundar más escuelas públicas primarias. Se dice que en 1804 habían
solamente seis en Gran Canaria y ninguna en Lanzarote, Fuerteventura, La
Gomera o El Hierro, por falta de fondos, y en el caso de las existentes,
algunas de ellas infrautilizadas debido a la mala gestión. Por ello se decide
emprender la elaboración de estatutos y la fundación de nuevos centros
en las localidades más pobladas, bajo el seguimiento directo del Cabildo
de la Isla".
De esas escuelas sólo quince se hallaban dotadas de los fondos públicos,
y ninguna en las islas de Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera o El
Hierro.
Con respecto al tema de las Cunas de Expósitos, en estas dos islas no
hubo una situación general aceptable, ni siquiera si la comparamos con el
resto de Canarias, pero lo cierto es que hubo intentos por establecer instituciones
de este tipo, que hacen que el panorama global aquí sea inferior
al de las islas de realengo, pero mejor que en las otras dos islas señoria-les^".
La ilegitimidad por parte de los padres alcanzó niveles elevados en las
tasas de natalidad, ya que en Lanzarote y en Fuerteventura, la madre tuvo
siempre un sentido acusado de maternidad y, en cierto modo, de moral
franciscana, impuesto, sobre todo, por la propia circunstancia de que en la
Isla era poco menos que imposible abandonar a un niño, por la falta de instituciones
que se encargaran de la criatura y porque al ser una isla poco
poblada, todos se conocían y se hacía muy difícil ocultar la matemidad^^
No hemos podido encontrar fuentes certeras referidas a la apertura en la
capital de Fuerteventura, Betancuria, de la Cuna de Expósitos, aunque por
^' Archivo del Museo Canario (A.M.C.) Colección de Documentos para la Historia de
Canarias de Agustín Millares, T. VII, Legajo 3, fol. 25 recto.
^^ Todas las Cunas de Expósitos que funcionaron en Canarias lo hemos desarrollado en
JUAN MANUEL SANTANA PÉREZ: Cunas de Expósitos y Hospicios en Canarias (1700-
1837). Cabildo Insular de Gran Canaria, Las Palmas de Gran Canaria, 1994.
"' VICENTE MARTÍNEZ ENCINAS: La endogamia en Fuerteventura. Mancomunidad
de Cabildos de Las Palmas, Las Palmas de G.C., 1980, p. 459; el autor se equivoca
cuando en esa misma página afirma que nunca hubo una Cuna de Expósitos en la Isla, aunque
lo cierto es que prácticamente no cumplió un cometido importante y, en pocos años de
existencia.
43
los escritos posteriores, sabemos que la fecha de fundación debió ser a mediados
del siglo XVIII, sin que estemos en condiciones de asegurar cual fue
el año exacto de inauguración del establecimiento. Se debió a la iniciativa
particular de Ana Cabrera, por medio de una cláusula de su testamento.
El documento más antiguo que hemos podido encontrar donde se hace
alusión a la institución de beneficencia majorera es un acuerdo del Cabildo
de la Isla de 1769:
«Mostró por dicho Señor Alcalde Mayor en este Cabildo una Carta del
Ilustnsimo Señor Pedro de Villegas del Consejo de Magistratura y su Residencia
en la Real Audiencia de estas Islas en que Su Señoría Manifiesta los motivos que
le movieron a no haber franqueado el socorro que se le pidió en la primera
Infancia hecha por esta Isla y los que ahora le exitan el favorecer a los Pobres
Moradores con la Caridad de dos o tres mil pesos.. .»^.
En 1790, el Cabildo de Fuerteventura tratará sobre la urgente necesidad
de reimplantar una Cuna de Expósitos en Betancuria, ya que ha crecido
el número de abandonados sin que existiera un lugar en la Isla en el cual
pudieran ser recogidos. Describen las desgracias que le suceden cuando las
madres los dejan en las puertas de los vecinos más pudientes.
Se solicita a la Real Audiencia que informe al Monarca de la necesidad
que hay de un fondo pío para la crianza de expósitos, al igual que ya
funcionaba en otras islas del Archipiélago. La respuesta del organismo ubicado
en Gran Canaria, siguiendo la contestación del Fiscal del Rey, señala
que es el Cabildo quien debe informar sobre los medios convenientes para
el establecimiento de la Casa Cuna. Mientras tanto, las Justicias respectivas
de cada pueblo eran las responsables del amparo de esas criaturas,
valiéndose de algunas limosnas obtenidas de sus vecindarios o bien de
repartimiento entre ellos, llevando una cuenta pormenorizada de todo.
Nuevamente el Ayuntamiento escribe a la Real Audiencia para informar
la imposibilidad de cubrir esos gastos, debido a la falta de propios u
otros arbitrios.
La alternativa viable que se propugna desde Fuerteventura es la de
obtener los recursos precisos de la Causa Decimal ya que los hacendados
de la Isla no llegan a ser lo suficientemente numerosos para que su colaboración
en forma de limosnas fuese eficaz. A lo único que se compromete
el Cabildo majorero es a proporcionar un solar para la construcción de
una Casa Cuna^^.
2'^ A.H.I.F. Antiguo Cabildo, Sig: 1, Leg. 3, Acuerdos del Cabildo 1744-1771, fol. 264
vuelto.
" A.H.I.F. Antiguo Cabildo, Sig: 3, Leg. 2, Acuerdos del Cabildo, 1789-1791, fol. 30
vuelto-34 vuelto.
44
Entrado el siglo xix, vuelve a resurgir el tema de la anhelada Casa
Cuna. El Personero General solicita que se represente a la Real Audiencia
una solución para la Cuna de Expósitos fundada por Ana Cabrera. Para
conseguir dicho objetivo ese organismo había comisionado a José Negrín
quien por no haber concluido la formación del inventario, dejó que los bienes
donados por la susodicha benefactora, fuesen disfrutados por algunos
particulares. Resulta altamente ilustrativo la reproducción de los argumentos
en favor del instituto:
«... con lo que se evitará los graves crímenes que se cometen con los niños
ilegítimos que lejos de terminarse han ido creciendo de día en día, pues el sexo
femenino más frágil por naturaleza, y por no ser descubierta de su miseria, sin
temor de Dios cometen en el atentado de infanticidio, y abortos con las bebidas
que le suministran sus auxiliadores y compañeras en el homicidio; privando de
este modo a la Iglesia de sus miembros, a la Patria de Ciudadanos, a nuestro amado
Monarca de Vasallos, y lo que es más doloroso, a los niños de la salvación y
felicidad eterna»^*.
Recoge con bastante minuciosidad los problemas que ocasiona la
exposición de niños que perecían en las calles.
Un oficio del Regente interino de 17 de diciembre de 1818, nombra
Administrador Depositario de la Cuna a José Mauricio de Ocampos, vecino
de Tetir, para que afianzase y lograse duplicar los recursos con el rendimiento
de las rentas anuales de la testamentaria, dando cuenta a la Real
Audiencia cada seis meses de sus operaciones económicas. Finalmente se
acordó que fuesen reunidos todos los bienes pertenecientes al instituto ya
que hasta ese momento eran pocos y se hallaban divididos^'.
Durante el Trienio Liberal se envió a Fuerteventura una lista de arbitrios
para el pago de intereses, constando de 27 capítulos. El apartado 18
se refiere al producto de las fincas de obras pías y bienes secularizados
unido al producto de los mostrencos mientras no se vendiesen"*. No hemos
encontrado que se le diese respuesta a este envío lo que confirma la inactividad
de la Cuna de Expósitos.
En ese mismo período que se caracterizó por una mayor preocupación
en este terreno, el Secretario de Estado dirigió una carta al Cabildo para
adquirir un conocimiento pormenorizado de todos los establecimientos de
^^ A.H.I.F. Antiguo Cabildo, Sig: 5, Leg. 4, Órdenes de diversa procedencia, fol. 32
vuelto-33 recto.
"•" A.H.I.F. Antiguo Cabildo, Sig: 4, Leg. 2, Acuerdos del Cabildo, 1817-1819, fol. 45
vuelto-48 vuelto.
'" A.H.I.F. Antiguo Cabildo, Sig: 6, Leg. 1, Órdenes de diversa procedencia, 1820, fol.
38 recto.
45
beneficencia, caridad y corrección, de sus recursos y estado en que se
hallaban con las preguntas de la estadística que se había enviado a las
demás instituciones asistenciales de las Islas Canarias".
Tampoco en esta ocasión hubo contestación, apareciendo los impresos
en blanco.
Las últimas referencias en el Antiguo Régimen sobre la Cuna de Expósitos
las hallamos en las actas de la Diputación Provincial de Canarias.
Allí se dio cuenta de oficio del Presidente del Ayuntamiento de Betancuria
con fecha de 13 de mayo de 1822 sobre el restablecimiento de la Cuna de
Expósitos fundada por Ana de Cabrera, resolviendo la Diputación que
pasase a la comisión de beneficencia de dicho organismo'^.
En Lanzarote, a seis años de buen funcionamiento del Hospital del
Espíritu Santo de Teguise, con resultados favorables desde el punto de vista
social para la Isla, se agregó a esta institución la Cuna de Niños Expósitos,
previo convenio con su patrono.
Su apertura tuvo lugar en 1780, con la finalidad de recoger lactantes
abandonados de ambos sexos, que se exponían más usualmente en Teguise
por ser capital de la Isla. Los primeros años, entre seis y ocho crios eran
rescatados semestralmente por el encargado e inmediatamente se daban
para su cuidado a casas particulares.
Del funcionamiento de esta Cuna hasta el término de la centuria nada
más sabemos, no hemos podido encontrar ninguna documentación al respecto,
probablemente se ha perdido de forma definitiva.
Debido a la falta del cobro y la deficiencia infraestructural del centro,
fue preciso que se volviese a disgregar la Cuna de Expósitos que se había
unido, quedando el establecimiento sin fondos económicos para seguir
funcionando, dando lugar a que fuera declarado en estado ruinoso y extinguido
sin tener con que alimentar a los ingresados, sin pagar los emolumentos
de las nodrizas, falleciendo la mayor parte de los niños que se recogían,
aunque eso ya pasaba con anterioridad, se acentuaba si cabe.
En las actas de la Diputación Provincial de Canarias, hasta 1836 sólo
existe un acta -correspondiente a la sesión de 28 de noviembre de 1821-
en la cual fue tratado el tema de la beneficencia conejera aunque tampoco
fue el centro principal del acuerdo, sino que se estaba hablando en general
de la asistencia en el Archipiélago, y la posibilidad que se abría con el nue-
^' A.H.I.F. Antiguo Cabildo, Sig: 6, Leg. 2, Órdenes de diversa procedencia, 1820-
1821, fol. 3 recto.
'^ Archivo de la Mancomunidad Interprovincial de Santa Cruz de Tenerife (A.M.P.I.S/
C.TFE.) Actas de la Diputación Provincial, 1822-1823, 28-XI-1822, fol. 43 recto.
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vo gobierno de dedicar antiguas posesiones religiosas expropiadas a actividades
asistenciales:
«La Villa de Teguise en Lanzarote pide la Casa Convento de los Religiosos de
San Francisco para Hospital, Casa de Expósitos, Hospicio, cuartel y salón de
armas...»^^.
La institución de niños abandonados aun seguía funcionando en 1837
pero en un estado calamitoso. La Junta trató de hacer las diligencias necesarias
para que la Hacienda pública o el organismo correspondiente,
pagase las anualidades adeudadas desde que se había dejado de hacerlo,
elevándose en ese momento a 38.611 ducados y 31 maravedís, aproximadamente
1.312.805 maravedís. Esta cantidad era excesivamente grande y a
pesar de la voluntad gubernamental de impulsar estos centros, resultaban
poco menos que utópicas las aspiraciones conejeras ya que la realidad que
se imponía era otra.
El documento de la Junta concluía pidiendo al poder central que arbitrase
las medidas precisas para el restablecimiento inmediato, tras exponer
detalladamente una descripción de todo el proceso desde su punto de
vista subjetivo. Lo primordial de la solicitud parecen ser las casas del
Convento de Santo Domingo:
«Rendidamente suplica que teniendo en consideración las razones que van
pulsadas, la cronología de los hechos marcados en los documentos que se acompañan,
el origen de esas piadosas fundaciones, los motivos de su extinción y mina
y los medios propuestos de repararlos; se digne por un efecto de vuestra piedad
y magnanimidad conceder a la citada Villa e isla de Lanzarote las casas del
extinguido convento de Predicadores de la misma para hospital de pobres enfermos
y cuna de niños expósitos con las asignaciones que correspondan de los fondos
generales de Beneficencia...»'''.
33 A.M.RLS/C.TFE. Actas Diputación Provincial, 28-XI-1821, fol. 117 vuelto.
^ Archivo Municipal de Teguise (A.M.T.) Sin Catalogar. Hospital del Espíritu Santo y
Cuna de Niños Expósitos, 1837, s/fol. Esta documentación la trabajamos antes de que este
archivo fuese reorganizado y no sabemos si hoy en día esta documentación se encuentra ya
catalogada.
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