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CACAO Y PODER EN VENEZUELA: ALGUNOS COMERCIANTES, HACENDADOS Y PROPIETARIOS CANARIOS EN LOS VALLES DE ARAGUA (1760-1810) MANUEL CASADO ARBONIÉS 1. RÉGIMEN COLONIAL Y ÉLITES EN VENEZUELA (1760-1810) El estudio de las élites y la propiedad territorial en Venezuela a finales del período colonial es un elemento indispensable para analizar la sociedad venezolana que impulsó la Independencia en 1810. El modelo no sólo ha sido utilizado en otros países hispanoamericanos posteriormente (Colombia, Argentina, Chile, etc.), sino que también se ha aplicado a la capital Caracas', faltando profundizar en más en el mismo y extenderlo a las restantes provincias venezolanas, donde no existían burguesías comerciales tan definidas. Tipológicamente la independencia venezolana es una revolución elitista y de transición jurídica en la que participaron además de los comerciantes otras fuerzas como los propietarios de las haciendas, el bajo clero, militares y algunos nobles, siendo necesaria la localización de esas élites en territorios como el Oriente (Cumaná) y suroriente del país (Guayana y los Llanos). Pero en el occidente, donde sí hubo un posicionamiento más favorable a la Corona por parte de las oligarquías, acabaron incorporándose al movimiento hacia la revolución. Los distintos grupos sociales jugaron además papeles muy diversos, difíciles de explicar si no se estudia la sociedad que precedió a la revolución, tal como por ejemplo la actuación de los negros y libres que acaudilló el jefe realista Boves, o la de los indios de la región occidental (Mérida). Su conocimiento es de gran interés y de un indudable valor para la comprensión de la identidad cultural venezolana. La localización y dimensiones de las grandes haciendas cacaoteras de los valles de Aragua y la fijación de sus propietarios, junto al complejo sistema de relaciones comerciales de Caracas, permite apreciar con cierta ' LUCENA SALMORAL, Manuel: «La sociedad de la provincia de Caracas a comienzos del siglo XIX». Anuario de Estudios Americanos, 37 (1983), págs. 157-189. 69 perspectiva las posiciones favorables o contrarias a la Corona, o los movimientos claramente revolucionarios por parte de esas oligarquías. Sigue sin afrontarse el estudio de uno de los problemas fundamentales de la nacionalidad venezolana, la sociedad prerrevolucionaria, factor decisivo en el detonante independentista, fenómeno que consideramos no se produjo por causas extemas, sino internas. En el contexto económico-social general de la Provincia de Caracas, hay que destacar las actividades económicas de exportación (cacao fundamentalmente) y las posibles vinculaciones con las actividades comerciales de la compañía Guipuzcoana, presente en Puerto Cabello, en la ciudad de San Felipe, etc. Para ello resulta fundamental el análisis de las transferencias de capital (sobre todo comercial) y propiedades, así como del funcionamiento de la usura, en una economía marcada por la falta de circulante. Estamos ante un grupo social que, desde el siglo xvi es propietario de tierras y encomiendas, controlando la explotación cacaotera en el siglo XVIII y comienzos del xix, manteniendo la vinculación a esos antecedentes encomenderos para posibilitar la expansión económica que vivirá Venezuela con el cultivo y exportación legal e ilegal del cacao. La Historia Colonial de Venezuela, desde la óptica de las élites y grupos de poder que funcionaron en la sociedad colonial, está marcada por su casi absoluto control del poder económico, social, político e intelectual. Desde la manipulación de las instituciones, el acceso a la educación, el ingreso a órdenes militares o la obtención de títulos nobiliarios, hasta la compra de oficios públicos importantes, plenamente conscientes de que la historia que escriben los poderosos, olvidando interesadamente el papel representado por otros sectores sociales significativos. Esas élites son además las beneficiarias de la corrupción de la Real Hacienda venezolana hasta la puesta en práctica de las reformas borbónicas. En tal sentido, ha de buscarse el reflejo de los cambios de propiedad y de propietarios presentes en la contabilidad de la Real Hacienda. A través del ramo de alcabalas se pueden desentrañar cuestiones relacionadas con las escrituras de venta y los contratos públicos. Y se puede buscar el cargo impositivo sobre la producción específica del cacao, o en otros ramos relacionados directa o indirectamente con su producción. Piezas clave para comprender el papel jugado por estas élites como grandes hacendados pueden ser el propio funcionamiento de la Junta General de Hacendados de Caracas y sus actuaciones a propósito de las temporalidades de los jesuítas o los intereses económicos de otras órdenes religiosas. 70 Cronológicamente nos movemos en un marco temporal que abarca desde 1760 hasta 1810, es decir, el período de las reformas borbónicas, una etapa crucial en el desarrollo social y político de la colonia. Reformismo administrativo, aumento demográfico, sociedad estamental y desarrollo económico fueron los elementos que caracterizaron el último período colonial hasta fines del siglo xviii, seguidos luego, a comienzos del xix, por anquilosamiento administrativo, inconformismo social y crisis económica, que prologaron la independencia. Al iniciarse el período, la gobernación de Venezuela constituía una gran unidad administrativa. Como resultado del proyecto de 1740, que pretendió someter una enorme área geográfica a la sola autoridad del virrey de Santafé de Bogotá, Venezuela se había separado del virreinato en 1742, aunque este seguía incluyendo la Guayana, convertida en Comandancia en 1762 por recomendación de la Comisión de Límites. Venezuela dependía de nuevo de la Audiencia de Santo Domingo, y aunque la Real Hacienda estaba centralizada en Bogotá, Caracas mantenía algunos ramos fiscales organizados, tras su llegada a Caracas en 1770, por el contador de cuentas don José de Avalos, quien comenzó su gestión confiscando todos los artículos de contrabando, medida que estuvo a punto de provocar una verdadera rebelión^. El plan de reforma fiscal emprendido por José de Avalos le facilitó al ministro José de Gálvez la creación de la Intendencia de Venezuela en 1776, que incluía las provincias de Venezuela, Maracaibo, Cumaná, Trinidad, Margarita y Guayana, desde la que se intentaría que los territorios venezolanos gozasen de los beneficios otorgados por el Reglamento de Libre Comercio (1777), del que habían sido excluidos, cosa que no se lograría hasta el año 1781. Los gobernadores de Venezuela se ocuparon de la defensa del territorio y del mantenimiento de los privilegios de los hombres de la Compañía Guipuzcoana, que controlaba el territorio, pero la creación del Consulado habría de esperar a 1793. En cuanto a organización religiosa, el Obispado de Venezuela también dependerá del Arzobispado de Santo Domingo hasta la creación en 1804 del Arzobispado de Caracas, con el que se completaba su autonomía territorial. Podemos hablar de proteccionismo en economía y de una verdadera sociedad ilustrada en Venezuela a finales del período colonial, en la que comerciantes y hacendados desempeñarán un papel trascendental. ^ LUCENA SALMORAL: Sociedad y economía de la región norandina durante el período postcolonial (1760-1830). Inédito. 71 2. LA SOCIEDAD VENEZOLANA A FINALES DEL PERIODO COLONIAL Disponemos de datos sobre la demografía de la Venezuela colonial a través del riguroso estudio de John V. Lombardi' para la Provincia de Caracas, cuya población cifra en 427.205 habitantes a principios del siglo XIX, pero nos faltan datos sobre la población global de la Capitanía. Aurrecoechea" la cifraba en 786.000 habitantes para fines del siglo xvni; Depons^ en 728.000 para 1800; Dauxion* en 975.972 para 1807; y Humboldt^ en 900.000 para 1810. Territorio Venezuela Venezuela hacia 1800^ Superficie (Km^) 916.445 Habitantes 728.000 Densidad 0,8 Fuentes: Lombardi y Depons. Venezuela tiene una población apreciable dentro del conjunto del área norandina en función de su territorio, por lo que mantiene la densidad regional 0,8 h/km^, y si hacemos un reparto subregional podemos apreciar mejor el poblamiento: ^ LOMBARDI, John V.: Venezuela. La búsqueda del orden. El sueño del progreso. Barcelona. 1985. Págs. 107-168; detacar también sus trabajos LOMBARDI: People and places in Colonial Venezuela. Bloomington. 1976; y LOMBARDI: The decline and aboli-tion of Negro slavery in Venezuela, 1820-1854. Connecticut. 1971. '' «Memoria geográfico-económico-política del Departamento de Venezuela por D. José María de Aurrecoechea». En Relaciones Geográficas de Venezuela. Recopilación, estudio preliminar y notas de Antonio ARELLANO MORENO. Caracas. 1964. Pág. 554. ' DEPONS, Francisco: Viaje a la parte Oriental de Tierra Firme de la América Meridional. Caracas. 1960. ' DAUXION LAVAYSSE, J.J.: Viaje a las islas de Trinidad, Tobago, Margarita y a diversas partes de Venezuela en la América Meridional. Caracas. 1967. ' HUMBOLDT, Alejandro de: Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Contienente. Caracas. 1985. ' LUCENA SALMORAL: «Neu-Granada/Grosskolumbien. Aus dem Spanischen übersetzt ven Brunhild und Rolf Seeler». Handbuch der Geschichte Lateinamerikas. Band 2. Klett-Cotta, 1992. Pág. 211. 72 Venezuela hacía 1800' Territorio Caracas Maracaibo Barinas Cumaná y Barcelona Margarita Guayana TOTAL Habitantes 440.000 100.000 60.000 80.000 14.000 34.000 728.000 Fuentes: Lombardi y Depons. La primera consideración evidente es que una provincia marcada por la capitalidad de Caracas, como es Venezuela, concentra en ella un gran contingente poblacional. El caso venezolano resulta muy significativo ya que la provincia de Caracas representa el 60'4% de su población subre-gional. Como criterios globalizadores de la sociedad venezolana encontramos fundamentales las redes de parentesco y la acción eclesiástica, cuando la dispersión de intereses en grupos oligárquicos poco integrados regional-mente, pero con fuerte implantación en la capital, hace que esa regionali-zación, tan necesaria para un crecimiento económico fuerte, esté siempre frenada por la falta de circulante. Sólo cuando haya un mayor volumen de numerario y hagan su aparición determinados factores sociales unificado-res y formadores, será posible esa común idiosincrasia regional que se produce a finales del siglo xviii. Las oligarquías, los principales vecinos, comerciantes, hacendados y encomenderos, son los encargados de organizar la vida en las ciudades y en todo el territorio venezolano, manteniendo el orden social establecido, que ningún grupo social cuestiona. Los criollos no se plantearon crear una sociedad distinta a la que habían heredado de los conquistadores, prefiriendo seguir el «modelo elitista» que les permitía seguir usufructuando con cierta comodidad la capacidad de trabajo de los restantes grupos sociales. Esta sociedad colonial venezolana se había configurado por la delimitación de sus actividades económicas, políticas y sociales, merced a la intervención ordenadora ejercida desde la metrópoli por el estado repre- ' LUCENA SALMORAL: «Neu-Granada/Grosskolumbien. Aus dem Spanischen übersetzt von Brunhild und Rolf Seeler». Handbuch der Geschichte Lateinamerikas. Band 2. Klett-Cotta, 1992. Pág. 212. 73 sentado por la Corona española. Sin embargo, es una sociedad que dará muestras de una cierta movilidad como resultado de los comportamientos específicos de cada grupo de poder, que interactúan en función de unos intereses muchas veces no fáciles de definir en una estructura tradicional, máxime cuando algunos de los apellidos'° de pobladores de las propias zonas llaneras permiten ver la posibilidad de una relación familiar que extendería hasta los Llanos la tradición de la aristocracia territorial caraqueña. Para conocer los estamentos sociales utilizaremos los datos porcentuales procedentes de las informaciones de Lombardi para Caracas. La extrapolación de los datos de Caracas para toda la provincia de Venezuela la hacemos, a pesar del error, para disponer de unos datos meramente indicativos. Venezuela hacia 1800" Territorio Venezuela Blancos 26,0% Indios 15,0% Libres 51,0% Esclavos 8,0% Fuente: Lombardi. Con una actividad ocupacional similar a la de otros territorios americanos, dentro de estos grupos podemos destacar que el sector predominante eran los libres, con el 51% de la población, mientras que el sector que trabajaba asalariadamente, los indios, el 15%, era superior al que lo hacía de forma obligatoria, los esclavos (8%). Se trata de un dato bien significativo pues demuestra que la productividad de la región corría principalmente a cargo de jornaleros y no de indios y esclavos'^, en una sociedad cada vez más caracterizada por su blanqueamiento, en el sentido de no tener mezcla de negro. El importante grupo de libres tiene su contrapartida en la gran cantidad de esclavos concentrada en Venezuela, un 8%, dada su importante producción cacaotera y azucarera. Españoles y criollos controlaban la administración civil y eclesiástica, la milicia, la propiedad de la '" RODRÍGUEZ MIRABAL, Adelina: La formación del latifundio ganadero en los Llanos de Apure: 1750-1800. Caracas. 1987. " LUCENA SALMORAL: «Neu-Granada/Grosskolumbien. Aus dem Spanischen übersetzt von Brunhild und Rolf Seeler». Handbuch der Geschichte Lateinamerikas. Band 2. Klett-Cotta, 1992. Pág. 217. '^ ORTEGA, Miguel Ángel: La esclavitud en el contexto agropecuario colonial. Siglo XVIII. Caracas. 1992. UOpágs. 74 tierra y de los bienes, así como la oferta de trabajo, en esa sociedad pretendidamente ilustrada, pero en la cual libres, indios y esclavos llevaban una vida miserable". En el territorio venezolano encontramos a los blancos, españoles o criollos; los mulatos o pardos, un grupo cada vez más numeroso; y los negros, un grupo que también irá incrementándose paulatinamente. A excepción del primer grupo, el constituido por los españoles y criollos, cuya preeminencia reside en la tenencia de bienes, los restantes grupos tienen adjudicada la actividad económica fundamental: el trabajo. Con esta situación social, el comportamiento de los grupos dirigentes se convierte en el responsable de la configuración de un orden social casi estamental, en el que la propia organización de las actividades productivas lleva a una marcada interrelación que confunde en gran medida los caracteres sociales de los distintos grupos que conforman la compleja sociedad colonial venezolana. Para un primer análisis de la sociedad venezolana, podemos establecer una tipificación racial y una distribución geoétnica que nos sirva de base político-demográfica, según la cual encontramos unos grupos privilegiados de poder, constituidos por españoles -peninsulares o criollos-, integrados por la «aristocracia»'"* del territorio, el grupo burocrático letrado y los militares. Un segundo conjunto social se configura en tomo a los grupos ascendentes, fundamentalmente los comerciantes y transportistas (por vía marítima o terrestre); el complejo mundo social tejido en tomo a la actividad desarrollada en las grandes haciendas, agrícolas o ganaderas; y en este mismo gmpo se situarían los pequeños propietarios agrícolas y ganaderos. Y, finalmente, el mundo social del trabajo, con sus fórmulas que van desde el trabajo obligatorio, como en el caso de los esclavos negros, hasta los gmpos asalariados, con sus expectativas desde el reducido trabajo libre, pasando por el concertado, individual o colectivo. Organizados tras esa «aristocracia» de burócratas, militares, hacendados y comerciantes que controlan la administración colonial encontramos a los restantes gmpos sociales, dentro de una estmctura de marcado desequilibrio con su problemática propia de razas y castas, que genera tensiones entre los distintos estamentos y subestamentos sociales. Dentro del gmpo " LANGUE, Frédérique: «Desterrar el vicio y serenar las conciencias: mendicidad y pobreza en la Caracas del siglo xviii». Revista de Indias, 201 (1994), págs. 355-382. '"* La «aristocracia de la tierra» que, en palabras del profesor Federico BRITO FIGUE-ROA, el siglo siguiente comenzaría su andadura para llegar a convertirse en la «aristocracia del dinero». Ver su Historia económica y social de Venezuela. Caracas. 1966 (1." edición). 75 blanco, los españoles tendrán unas funciones bien delimitadas y en estrecho contacto con el mundo de la administración: la defensa del territorio y el mantenimiento de los flujos de comercio exterior hacia la metrópoli. Este grupo de poder lo conforman los funcionarios, civiles y eclesiásticos; los comerciantes; y los hacendados agrícolas y ganaderos. Pero todos ellos con unas importantes cotas de participación en todo tipo de negocios, principalmente a través de sus vínculos con las familias criollas. La sociedad colonial venezolana se va completando con el grupo social que emerge alejado de esa élite dominante de españoles y criollos privilegiados, integrado por los blancos de orilla y los pardos, pero participando de sus mismos principios de acumulación de riqueza. Y, junto a todos ellos, las clases explotadas y desposeídas de toda riqueza, la poderosa mano de obra que soporta el peso del trabajo en haciendas, plantaciones, hatos, puertos, etc, ya sean indígenas encomendados o en misiones, negros esclavos o libres, mulatos y zambos. Las oligarquías coloniales, que controlaban muy particularmente los cabildos, estaban especialmente interesadas en conservar y preservar de cualquier intromisión su espacio de poder político, frente a las élites de la burocracia metropolitana. Dueños del poder económico, los criollos defenderán criterios de conservación y resistencia como factores de mantenimiento de su poder frente a cualquier injerencia procedente de la metrópoli. Desde los cabildos se instrumentaUzarán los resortes necesarios para preservar sus esferas de poder, junto a una labor lenta y llena de dificultades tendente a infiltrarse en otras instituciones políticas coloniales para aumentar así su autonomía frente al poder de la metrópoli. Los criollos, ganada la batalla económica, ansiaban conquistas políticas y alcanzar los puestos más relevantes de la administración colonial, gozando de un enorme poder, constituidos dentro de una sociedad oligárquica cerrada que reproducía modos de vida señoriales, quedando lejos además de las responsabilidades a las que se veían sometidos los propios funcionarios peninsulares y siendo además estos grupos los que rechazarán abiertamente cualquier fórmula de control. Como dueños absolutos de las propiedades urbanas y rurales, intervenían y controlaban los cabildos para todo lo referente a cuestiones locales. Detentaban por lo tanto un poder que no tenía parangón en otros territorios de la Corona. Para comprender todo el complejo entramado de circunstancias que rodean a esa sociedad que hizo posible la Independencia, es fundamental comprender el fenómeno criollo y su control de la sociedad venezolana en sus sectores agropecuario y comercial. Los españoles peninsulares enriquecidos, asistieron muy pronto a la transferencia de sus patrimonios a manos de sus des- 76 cendientes criollos. La intervención de mecanismos como la dote o el mayorazgo hicieron además que se llegase a una gran concentración de la propiedad en un reducido grupo de esa oligarquía criolla, constituida como verdadera élite social. Pero no se puede intentar comprender los mecanismos de poder que interactúan en el territorio venezolano sólo a partir de los comportamientos de corrupción o de abuso de autoridad puestos en práctica por unos y otros. Si se analiza con detenimiento el funcionamiento del sistema social, se aprecian las relaciones concretas de poder dentro del grupo blanco, sin que se puedan ver diferencias significativas de comportamiento dentro de ese gran grupo de «españoles». Las grandes familias criollas, por relaciones de parentesco, matrimonio o compra, se integran en los mecanismos del poder político, social, económico, cultural y religioso, participando plenamente de la vida colonial desde posiciones de absoluto privilegio. Dentro de los grupos dirigentes de la sociedad venezolana, los distintos funcionarios o burócratas no eran, de hecho, un grupo cerrado o endogámico, sino que en su seno se producía una cierta movilidad, impensable en situaciones similares en la metrópoli. Este grupo de españoles y poderosos criollos detenta la dirección política, militar, judicial, financiera y fiscal del territorio venezolano, gozando de un rango social destacado. Y junto a la administración civil, la eclesiástica, plenamente controlada por los criollos, actúa merced a un poderoso clero que se ocupa de todo el complejo de la vida espiritual, que comprende el ámbito cultural en toda su amplitud, desde la propia beneficencia a la educación superior. La realidad laboral era el sometimiento de los restantes grupos sociales a los blancos, soportando el peso del trabajo en las explotaciones agrícolas y ganaderas, dentro del funcionamiento económico del territorio venezolano. En la hacienda, entendida como explotación agrícola de tipo industrial en la que se practica el monocultivo y en la que se realizan trabajos de semielaboración de un determinado producto como pueda ser el cacao, para su distribución en el mercado internacional, se requería del empleo de mano de obra esclava. Precisamente, una de las características generales de la hacienda será, -junto a la inversión de capital, la necesidad de una gran extensión de tierra y lo imperioso de disponer de unas instalaciones adecuadas y unas herramientas costosas-, contar con esa mano de obra negra esclava o asalariada. Frente a ellos, los grandes terratenientes, la iglesia -el primer propietario de tierras-, los cabildos, la propia Corona y los criollos. Estos últimos concentraban grandes patrimonios familiares, al tiempo que la encomienda seguía teniendo un gran peso específico en el territorio venezolano. 77 La hacienda está plenamente configurada como una unidad de producción, agrícola, ganadera o mixta, en manos de un solo propietario, con unas características generales de escasa inversión, ocupar trabajadores asalariados encargados de producir alimentos y contar con un mercado cercano, la propia capital Caracas, o los puertos de salida para sus productos. Para alcanzar una cierta tranquilidad social hubieron de acometer los graves problemas sociales derivados de la pugna entre una sociedad criolla y una sociedad española cada vez más estancada, y la población negra y libre. La intervención de los comerciantes en las haciendas era cada vez mayor, produciendo con su participación en la actividad agrícola y ganadera una serie de cambios en la sociedad venezolana, aparentemente rígida y cerrada en la jerarquía impuesta desde la conquista por el sistema de encomienda. Su afán inversor les iba llevando a otras zonas del territorio venezolano, en las que habían comenzado a emerger nuevas oligarquías de propietarios de tierras y ganados, una nueva élite regional. Esa nueva casta social compuesta por elementos relativamente nuevos, la conforman los negociantes favorecidos por las nuevas condiciones de explotación y comercio, en un proceso reproducido en distintas zonas del territorio venezolano. Panorama de un territorio y una sociedad, la venezolana, en la cual los españoles y junto a ellos los criollos, dominaban el comercio y las explotaciones agrícolas y ganaderas, al tiempo que desempeñaban los cargos de la administración política, que naturalmente también comprendía la militar y eclesiástica. La alianza entre el dinero y el poder siempre daba paso a situaciones de parentesco entre los funcionarios reales y los miembros de las oligarquías, en una sociedad en la que el mestizaje también tiene un papel importante, al tiempo que se conforman los elementos económicos, sociales y de mentalidad. Estos son los valores de una sociedad que vive con la cara vuelta hacia la metrópoli, dependiente en definitiva de la sociedad española, cuyo modelo más tradicional defenderán incluso contra los propios peninsulares cuando lo vean amenazado por nuevos plantemientos políticos o nuevas corrientes de pensamiento. 3. COMERCIANTES Y HACENDADOS CANARIOS EN LA VENEZUELA COLONIAL Caracas, donde residían habitualmente los miembros de las élites venezolanas, es la capital del territorio y la que centraliza todos los órganos de poder económico y político de la Provincia de Caracas y después Capitanía 78 General de Venezuela. Su proximidad al puerto de La Guaira, lugar de salida y entrada para los productos negociados por el comercio de la zona, hacía de Caracas el centro de reunión de los grandes comerciantes del territorio, por lo que la ciudad conoció la fundación del único consulado de Venezuela'^, ya a finales del siglo xviii. Muy interesante resulta la distribución de las propiedades de esta élite colonial a todo lo largo del territorio venezolano, si bien la mayor parte de sus tierras y haciendas estaban situadas en los ricos valles cercanos a la ciudad de Caracas. La gran mayoría de estas haciendas eran dedicadas al cultivo del cacao, sobre todo las radicadas en los valles de Aragua, y a la ganadería, especialmente las de la zona del Apure. Los productos agropecuarios serán la base fundamental de un comercio en el que los propios productores, los hacendados, estarán muy interesados en permanecer cerca de los centros comerciales donde se negocian las mercancías. Hacendados y ganaderos optarán por residir en Caracas la mayor parte del año, dedicados muchas veces a la comercialización de sus propios productos. Disponemos de una nómina de unas 250 personas pertenecientes a los grupos de poder del Consulado, compuesta por los comerciantes, hacendados y ganaderos más importantes residentes en la ciudad de Caracas, muchos de ellos canarios, pertenecientes a la burguesía comercial y agraria tinerfeña'*. La mayor parte de estos individuos mantenían estrechos lazos familiares y mercantiles hasta el punto de que unas cuantas familias van a destacar económicamente durante el período 1760-1810, superándolo en muchos casos y siendo firmes colaboradores en la Independencia de la Colonia, por lo que mantendrán su posición privilegiada también con el nuevo sistema republicano. El poder económico que detenta esta élite, se puede cuantificar a través del avalúo de sus fortunas", gracias a los datos aportados por los tes- " Sobre el Consulado las obras clásicas son las de ÁLVAREZ, Mercedes: El Tribunal del Real Consulado de Caracas. Contribución al estudio de nuestras instituciones. Caracas. 1967. NUNES DÍAS, Manuel: ElReal Consulado de Caracas (1793-1810). Caracas. 1971. TANDRÓN, Humberto: El Real Consulado de Caracas y el Comercio exterior de Venezuela. Caracas. 1976. '^ HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Manuel: «Reflexiones sobre la identidad canaria en América». En el camino (Canarias entre Europa y América). Textos compilados por José Ramón Santana Godoy. Las Palmas de Gran Canaria. 1992. Págs. 73-91. HERNÁNDEZ GONZÁLEZ: La Ilustración en Canarias y su proyección en América. Las Palmas de Gran Canaria. 1993. Págs. 37-43. HERNÁNDEZ GONZÁLEZ: «La emigración tinerfeña a América en el siglo xix». Revista de Historia Canaria, 177 (1992), págs. 111-140. " LANGUE: «El círculo de las alianzas. Estructuras familiares y estrategias económi- 79 lamentos de algunos de sus miembros, en acusado contraste con la miseria'* en que estaban sumidos amplios sectores de población de la ciudad de Caracas. Se trata, en su mayor parte de capitales fundamentados en bienes raíces, haciendas en los valles más ricos e inmuebles ubicados en Caracas, siendo muy pocos destacan por el numerario que poseían. El circulante era un bien escaso en Venezuela, sobre todo a causa de la falta de minas que produjeran el suficiente metal precioso para amonedar, y al realizarse una actividad comercial mucho más importadora que exportadora, con la consiguiente detracción de riqueza hacia el exterior. En la documentación de Real Consulado encontramos los nombres de los comerciantes, mercaderes, hacendados y cosecheros de Caracas, La Guaira y Puerto Cabello convocados para la primera Junta para la erección del Consulado de Caracas, que fueron los que más adelante anotamos", destacando con un asterisco los de origen canario^". La importancia de este órgano mercantil fue fundamental a la hora de establecer la política comercial de la Intendencia de Venezuela y llegó a ser un punto de apoyo al mantenimiento del poder español en la Colonia hasta que los intereses de sus miembros se vieron mermados por la influencia de la situación española en el comercio. La solicitud para la erección del Consulado de Caracas se debió al Intendente Francisco de Saavedra en carta de 2 de mayo de 1785^', lo que dio vía libre a la creación de nuevos consulados, en Buenos Aires (1794), Cartagena, Veracruz, Santiago (1795), Guatemala, La Habana, Guadalajara y Manila. La significativa presencia de canarios en Venezuela nos conduce directamente al tema de las relaciones canario-americanas, para las que son clave dos factores tales como el comercio y la emigración. cas de la élite mantuana (Siglo xvín)». Boletín de la Academia Nacional de la Historia, 309 (1995). Págs. 97-121. '" LANGUE: «Desterrar el vicio y serenar las conciencias: mendicidad y pobreza en la Caracas del siglo xviii». Revista de Indias, 201 (1994), págs. 355-382. " ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN (AGN). Caracas. Real Consulado. Correspondencia. Lib. I, fol. 5-6. Lista de cosecheros, comerciantes y mercaderes de la provincia de Venezuela que se deben declarar matriculados en la Cédula de Erección. Cfr. Documentos sobre el Real Consulado de Caracas. Selección de Ildefonso Leal. Caracas. 1964, págs. 74-77. ^^ Contrastados con informaciones del Dr. Manuel Hernández González, Profesor de la Universidad de La Laguna. Tenerife. Sobre estos listados de «cosecheros, comerciantes y mercaderes» de la antigua provincia de Venezuela se encuentra trabajando nuestro compañero el Dr. Emihano Gil Blanco, en quien confiamos para que desentrañe nuevas informaciones sobre estos personajes. ^' LUCENA SALMORAL: Vísperas de la independencia americana: Caracas, págs. 263-264. 80 Por una parte, las Islas Canarias^^ eran para la Península un enclave estratégico del que importaban cueros, orchilla, pez, maderas, azúcar y a la que exportaba aceite, jabón, almendras, sedas, lienzos, arroz, etc. Pero las Canarias ya contaban con su propio circuito comercial, con conexiones entre las distintas islas gracias a un intenso comercio de cabotaje, unido al cabotaje que a su vez tenía cada una de ellas, y ahora quieren participar del comercio americano, para completar su complejo mundo cada vez más alejado del ámbito isleño, pero al que llegan de forma efectiva los hombres y los productos canarios. Su circuito comercial se extiende desde el poco conocido marco continental de África (Guinea, Levante y Berbería), pasando por el español peninsular, hasta llegar al europeo (Inglaterra, Flan-des, Portugal, etc). América constituye, por tanto, otro extremo en ese alejamiento progresivo. Desde finales del siglo xvn", el continente americano y de un modo especial Venezuela, pero también Cuba y Puerto Rico, comenzaron a recibir desde Canarias^"* aportes no sólo de vino sino también humanos, debidamente reglamentados. En 1718 con la concesión del Reglamento de Comercio para el comercio con América^', se abría una nueva etapa en las relaciones comerciales, que tendrá su colofón en 1778 con la promulgación del Reglamento de Libre Comercio^'. Barcos y mercancías son los elementos que nos permitirían tener una idea del comercio global en el que se inserta el cacao, siendo además necesario conocer la infraestructura para desarrollar su comercio, los puertos principales de salida y llegada, y los hombres que intervienen en el negocio: comerciantes, pilotos, capitanes de ribera, negociantes encargados de efectuar las transacciones, etc. Pero también fijar los puertos y su dimensión histórica, sus etapas de crecimiento y las sustituciones de unos enclaves por otros. El conocimiento de las mercancías comerciadas y la propia diversidad '"• HUMBOLDT; Viaje a las Islas Canarias. Edición, estudio crítico y notas de Manuel Hernández González. La Laguna. 1995. 209 págs. ^' En 1678 el rey Carlos II restringió el comercio insular con el Nuevo Mundo a 600 toneladas, pudiéndose desplazar a América cinco familias colonizadoras por cada cien toneladas de mercancías. ^^ HERNÁNDEZ GONZÁLEZ: «La migración canaria dentro de la política misional en Indias: el Oriente de Venezuela (siglos xvn-xvm)». Almogaren, 13 (1994), págs. 149-168. " Se volvía a permitir que las Islas Canarias negociasen mil toneladas con América, incluidas las 400 que ya se le habían autorizado para el comercio con Puerto Rico. ^ Reglamento y Aranceles Reales para el Comercio Libre de España a Indias de 12 de Octubre de 1778. Sevilla. 1979. 107 págs. 81 de renglones producidos en Canarias^', junto con el tráfico comercial y los barcos, y en la medida de lo posible los niveles de fraude y contrabando, tienen su contrapunto también en la importante emigración canaria a Venezuela. Hubo una emigración voluntaria, junto a la obligatoria por el derecho a comerciar con América, la ilegal y la de militares cualificados o soldados enganchados. En las cartas de poder, de obligación, los reconocimientos de deudas o en los testamentos, y también en las dotes, donaciones y capellanías, la presencia canaria es significativa, sin que por ello debamos olvidar que la mayoría de los emigrantes canarios acabaron sus días en América sin haberse enriquecido para volver a su tierra natal con un status social muy superior al de partida. Caracas Comerciantes Ignacio Xedler Joseph de Fierro * Esteban Otamendi Manuel de Francia Pedro Iriarte Pedro Martín Iriarte Juan Iriarte Juan Miguel Echezuria Juan Joseph Echenique Juan Bautista Echezuria Joseph Joaquín de Ansa Joseph Ignacio Michelena Juan Agustín Zuasnavar Domingo Zulueta Felipe Llaguno Juan Benítez de Lugo * Femando Monteverde * Francisco J. de Longa Luis López Méndez Diego Rodríguez Núfiez Joaquín Castillo Veitia Benito Pazos Francisco Ventura Terreros Antonio Egaña Mercaderes Francisco Alvarado Pedro Delgado Correa * Joseph Lázaro Echenique Antonio Orihuela * Manuel Hernández * Pedro Pérez Velázquez * Pedro Velázquez * Lucas Francisco Seijas * Jacinto Núñez * Esteban Núfiez * Antonio Díaz * Francisco Míreles * Miguel de Vargas * Hacendados Conde de Tovar Marqués de Mijares Conde de San Javier Marqués del Toro Juan Nicolás de Ponte Manuel Felipe Tovar Santiago de Ponte Marcos de Rivas * Juan Javier Solórzano Feliciano Palacios y Soto Alejandro Pío Blanco Femando Ascanio Femando Blanco Mijares Joseph de Arviriguera Joseph Domingo Blanco Diego Moreno Manuel Joseph Urleña Jacinto Ybarra Manuel Monserrat Francisco García de Quintana Ignacio Rengifo Joseph de Cocho Iriarte * Vicente Verois Juan Luis Escalona " FARIÑA GONZÁLEZ, Manuel: Aportación al estudio de las relaciones canario-americanas, 1678-1718. Tesis de Licenciatura. Universidad de La Laguna. Tenerife. Estudio que prolonga en su tesis doctoral hasta 1778. 82 Comerciantes Antonio Mora Mercaderes Hacendados Joseph Ignacio Uztariz Diego Blanco Joseph Escorigueta Joseph Plaza Liendo Blas de Paz Castillo * Juan de la Vega Gabriel de Bolívar Martín de Aristiqueta Jerónimo Blanco Juan de Soto Antonio Soto FéUx Pacheco Joseph Manuel de los Reyes Nicolás del Toro La Guaira Comerciantes Martín de Iriarte Juan de Mayora Miguel de Larmleta Joseph Francisco Ezcurra Mercaderes Marcos Santana * Miguel Zamorano Joseph Miguel de Olavarría Sebastián de Amiama Hacendados Andrés Azcárate Joaquín Azcárate Felipe Echarri Ignacio Eizaguirre Joseph de España Femando Cardona Luis de Agreda Puerto Cabello Comerciantes Joseph de Herrera Domingo de Mera Juan Bautista Arrillaga Domingo Echave La élite mercantil venezolana^* comprende una tipología bien diferenciada, en la que destacan los comerciantes, dedicados básicamente a todo tipos de negocios de exportación e importación al por mayor. Estos grandes comerciantes son de origen español o naturalizados, muchos de ellos ^ GIL BLANCO, Emiliano: «Élites y propiedad territorial en Venezuela (1760-1810). Notas de aproximación a sus fuentes: los comerciantes». Estudios de Historia Social y Económica de América, 11 (1995), págs. 587-591. 83 canarios. Económicamente su capital se puede cifrar en tomo a los 30.000 pesos, mientras que su condición social les sitúa en un rango similar al del hacendado^'. Los mercaderes tienen asignada una función más restringida dentro del sistema mercantil venezolano, ocupándose del comercio al por menor en tiendas abiertas en las ciudades. Su consideración como tales pasa por acreditar unos bienes valorados en 15.000 pesos, corriendo a su cargo la comercialización'" y venta de los géneros introducidos al por mayor por los grandes comerciantes. El escalón siguiente corresponde a los bodegueros, quienes canalizan la distribución de los vinos y víveres importados por los comerciantes. A diferencia de los mercaderes, su extracción social es inferior, aunque su situación comercial es sin embargo equiparable. Una diferencia significativa con comerciantes y mercaderes viene marcada por el hecho de no estar excluidos del servicio militar'^ En términos económicos, sus bienes no ascendían por encima de los 15.000 pesos. Dentro del grupo dedicado a las actividades mercantiles, encontramos en último término a los pulperos'^. Su principal cometido es comercializar, al por menor, un conjunto de productos agrícolas de producción venezolana, y, marcan sus diferencias frente a los vendedores ambulantes por el hecho de disponer de tienda fija''. Quincalleros, canastilleros, placeros, buhoneros, barateros, etc, se dedicarán a vender sus productos de mercado en mercado y de ciudad en ciudad, sin tener relación con el comercio de importación. La extracción social de estos últimos grupos que intervienen en la actividad comercial es eminentemente criolla'''. Los grandes comerciantes y los mercaderes estarán exentos de formar parte de las milicias coloniales venezolanas, no así los restantes grupos. ^' LUCENA SALMORAL: Vísperas de la Independencia Americana: Caracas, págs. 196-208. '° LUCENA SALMORAL: Vísperas de la Independencia Americana: Caracas, págs. 208-212. Sobre el comercio caraqueño de la época, LUCENA SALMORAL: Los mercados exteriores de Caracas a comienzos de la Independencia. Caracas. 1992. 396 págs. '' LUCENA SALMORAL: Vísperas de la Independencia Americana: Caracas, págs. 212-215. '^ HERNÁNDEZ GONZÁLEZ: «Identidad y papel social de los canarios en la Venezuela del siglo xvm». Eres (Antropología), 3 (1991), págs. 95-109. ^' CASTELLANOS, Rafael Ramón: Historia de la pulpería en Venezuela. Caracas. 1989. 294 págs. ^^ LUCENA SALMORAL: Vísperas de la Independencia Americana: Caracas, págs. 215. 84 que quedaban fuera de la jurisdicción del Consulado de Caracas. La lista compuesta por esta entidad en 1805 es muy clarificadora, por lo que la reproducimos a continuación. Se trata de una relación pormenorizada de las personas que debían ser excluidas del citado servicio para su posterior remisión al Intendente". En dicha lista se distingue entre comerciantes propiamente dichos, dependientes^* o mancebos de estos, y por último se anotan los nombres de los que no reúnen la condición para pertenecer a esa clase mercantil privilegi-da que define el propio Consulado. La base fundamental del comercio caraqueño serán productos agrícolas y ganaderos, por lo que los más interesados en permanecer cerca de los centros donde se negocian dichas mercancías serán los propios productores, por lo que los hacendados y ganaderos más importantes van a tener casa abierta en Caracas la mayor parte del año, llegando a comercializar ellos mismos sus productos. Comerciantes Gerónimo Alzualde Francisco Aramburu Bruno Ignacio Abasólo Joaquín Altuna Tomás Borges * Jaime Bolet Bernardo Blanco Strickland * Antonio Carballo * José Carbonell Sebastián de Córdoba José Antonio Cortegno^' Antonio Díaz Flores * José de Elias Pablo Echezuria Juan José Echenique José Gabriel García * Salvador González * Dependientes Bartolomé de Echenique Miguel Ignacio Aguirre Pedro Ramón Vázquez José Policarpio Rodríguez Juan Francisco Altuna - - Antonio Monzón * - Antonio Giter Pedro Córdoba Pedro Pablo Díaz Francisco Vadillo - - Conrado García - 55 ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN (AGN). Caracas. Real Hacienda. Lib. 2529. Actas del Real Consulado (1803-1806), fols. 163v-164v. 5' Ponemos un guión cuando no tienen dependientes, y dejamos un vacío cuando no tenemos noticia de que tengan o no dependientes. 5' Transeúnte. 85 Comerciantes Bartolomé García Francisco González de Linares Juan Pascual Herrera Juan y José Antonio Yllas Isidoro López Méndez Joseph Landaeta Joseph de las LLamosas Vicente Linares Domingo López Barricón de la Torre Mario Lugea'^ Simón de May ora José Martínez * José Bernardo Mintegui^' Felipe Mayo"*" Pedro de la Orata Manuel Navarro'*' Ramón Pérez de la Portilla Gerardo Patrullo * Antonio Arrizurrieta José Joaquín Argos Pedro Ignacio Aguerrebere José Benito Austria Manuel M" de Cascasa Martín de Bereciarte Miguel Antonio Barrera Francisco Báez * Pedro Antonio Barrenechea Francisco Carrasco Benito Capó*^ José Pando Juan Nepomuceno Domínguez Juan Esteban y Pedro Echezuria Juan Espar Pedro"*^ y Juan Eduardo * Dependientes — José Rubín Antonio Oramás * José Pacanins Miguel de Zalzamendi - José Ramón Losaya Andrés Linares - Miguel de Iparraguirre - Antonio Lucio - -- - Francisco Supervia Miguel Barrenechea Manuel Martínez Juan Jerónimo Echenique Joseph Torres - - Marcelino Aragón Ramón de Barrenechea - Francisco Capó - Marcos Echezuria Juan Espar y Camps Gabriel Sáenz Rubio '* En Compañía Coro. '' En compañía con Eugenio de Orlo. * En compañía con Maricuro Lugea. •" En compañía con Benito Capó. ••^ En asociación con Manuel Navarro. "•^ HERNÁNDEZ GONZÁLEZ: «Pedro Eduardo, un comerciante canario ante la emancipación venezolana». (Separata). Las Palmas de Gran Canaria, s/f. Págs. 351-366. 86 Comerciantes Joaquín Emasabel José Vicente Galguera Vicente Gómez Antonio Goicoechea Ignacio García Pérez Antonio Hernández de Orta * Femando Key Muñoz * José Manuel de Lizarraga Juan Bernardo Larraín Juan José Lander Manuel Llanger Miguel Llanger Felipe Mayo Félix Martínez de Ávila * Agustín Madariaga Marqués de Mijares"*^ Femando de la Madrid José Meló Navarrete * Pedro Navas Telesforo Orea * Antonio y Pablo Oramás * Francisco Palacios Blanco José Joaquín Purroy Domingo Alejandro Pérez * Francisco Rodriguez de Payba * José Agustín Rodríguez Gerónimo Font"' Matías González Sopranis * Manuel M" Socy Antonio Timudo * Nicolás Velasco Simón Ugarte Juan José Hurtado Juan Antonio Zubieta Isidoro Quintero * Rafael Riberol * Próspero Ramírez"** Dependientes Luis de Gárate José Hernando - - - - Ciríaco y Julián Mongui - - Francisco de la Chichorreta - - - - Toribio Aguirre Narciso Cereceda Guillermo Pilgron Antonio Torres - Sebastián García Villalobos Silvestre Hemández - Juan Esteban Iravequi Isidoro Antonio Pérez - Miguel Rodríguez - Pedro Sallas Antonio Socy -- Martín de Aguirre -- Francisco de Quevedo - - En compañía con José María Uztáriz. En compañía con Juan Olivert. En compañía con Martín Tovar y Ponte. 87 Comerciantes Joaquín Segura y Grau Mateo Salazar * Vicente Geircía * Martín Tovar y Ponte"' José Luis Ugarte José M" Uzlariz"^ Dependientes Juan Vicente Goicoechea Matías Freytes - Manuel Negrete Manuel José González Domingo Zulueta y Uñarte Excluidos de la clase de comerciantes Miguel Antonio de Aranzadi"' Pedro González^" * Marcos Santana'' * Manuel Franco'^ Bartolomé González^^ * Pedro Urraza'" Mauricio y Pablo Carbonell y Vila^' Narciso Oropesa^* * Esteban Padrón^' * Excluidos de la clase de dependientes José Machín'^ Sebastián Sorondo^' Manuel de Arozamena* José Ventura Santana*' José Rovira*^ Juan Bautista Carvajal*^ '" En compañía de Próspero Gómez. *^ En compañía con el Marqués de Mijares. "' Por ser mercader. '" Por haber pasado a ser hacendado. " Por continuar manejando y administrando tiendas de mercería sin separación de sus almacenes. '^ Lo mismo que para Marcos Santana. '^ Por ausente. '" Por ausente. " Por el oficio que ejercen. ''' Por seguir administrando sus bodegas. " Lo mismo que para Narciso Oropesa. '* Por haber salido de la casa que servía. *' Lo mismo que para José Machín. *" Lo mismo que para José Machín y Sebastián Sorondo. *•' Por emplearse a un mismo tiempo en el manejo de las tiendas de sus principales. '^ Lo mismo que para José Ventura Santana. *^ Lo mismo que para José Ventura Santana y José Robira. 4. LA ECONOMÍA VENEZOLANA A FINALES DEL PERIODO COLONIAL La economía colonial de Venezuela", marcadamente proteccionista, negociaba plata a cambio de manufacturas, lo que no era precisamente el sistema de intercambio ideal entre Venezuela y España, cuando además la región se benefició muy poco de las facilidades para el intercambio otorgadas por el Reglamento de Libre Comercio, ya que las continuas guerras habidas desde fines del siglo xviii impidieron un comercio regular con la metrópoli, cuando las potencias extranjeras propiciaban un fuerte contrabando para introducir sus excedentes en las colonias españolas. En materia de agricultura se aprovechan los diversos pisos térmicos creados por la orografía dentro del medio tropical, en las tierras calientes se producían los frutos básicos para una agricultura comercializable, mientras que las frías y templadas proporcinan básicamente alimentos de auto-consumo. La mayor parte del cacao producido en la región norandina procede de Venezuela, los valles de Aragua y Maracaibo, aunque también de Guayaquil en Ecuador. Este cacao venezolano se enviaba principalmente a España, mientras que en el caso ecuatoriano, a partir de 1789 la Corona eliminó las barreras para el comercio cacaotero de la línea Guayaquil-Quito- México, dada la importancia del mercado novohispano. Otro importante producto de exportación como el añil''\ sólo se introdujo en Venezuela a partir del último cuarto del siglo xviii, y su fuerte producción sólo comenzó a decaer a principios del siglo xix. El algodón llegó a ocupar un lugar importante en las exportaciones, pero fue desplazado por el norteamericano, y el trigo también acabó siendo importado de Estados Unidos. La región tabacalera por excelencia de Venezuela será Barinas, destacando por la calidad de su producción. La caña de azúcar también tenía un cultivo destacado en Venezuela. El café se introdujo también en Venezuela a finales del período colonial, y su expansión fue notable al cultivarse en las laderas de las montañas, en unas zonas anteriormente improductivas, mediante fuerza laboral de tipo familiar. Y, " ARCILA PARIAS, Eduardo: Economía Colonial de Venezuela. Caracas. 1973 (2." edición). 2 tomos, 360 y 347 págs. « PACHECO TROCONIS, Germán: «Las haciendas de añil de los Valles de Aragua en las últimas décadas del período colonial (1767-1830)». Estudios de Historia Social y Económica de América, 11 (1994), págs. 349-364. SÁNCHEZ NARIO, Adela: «La introducción del añil como planta comercializable en Venezuela». En Venezuela en el Siglo de las Luces. Sevilla-Bogotá. 1995. Págs. 67-82. finalmente, el maíz, el plátano -proporciona sombra a los árboles de cacao-, la yuca, etc, también contribuían a cubrir las necesidades internas de la región. Como modelo de propiedad agrícola regional, en Venezuela destaca la hacienda, firmemente arraigada, determinando una producción de monocultivo con mano de obra esclava, y orientada al comercio exterior sobre la base de esos tres artículos señalados: cacao, añil y algodón. Por otra parte, la ganadería vacuna ocupaba extensas zonas de los Llanos. La carne se consumía en el mercado regional, exportándose pequeñas partidas de tasajos y con una gran producción de cueros al pelo, 120.000 anuales. En el Oriente venezolano también pervivía la ganadería mular, que había tenido épocas anteriores de gran esplendor**. El importante comercio interno de la época debió jugar también un papel muy destacado dentro de la economía venezolana, si bien la pieza clave está en el comercio extemo, que fue el que entró en una grave crisis a finales del período colonial. Venezuela vivía de dicho comercio, exportando sus frutos a cambio de trigo, tejidos ligeros y la plata necesaria para hacer funcionar una economía marcada por la falta de circulante. Si comparamos las cifras de producción y las exportaciones tenemos que Venezuela a comienzos del siglo xix*^, tenía una producción de cacao que se situaba alrededor de las 206.000 fanegas; el añil en unas 800.000 libras; y el algodón en 800.000 libras. Para el año 1807, concretamente en Caracas, disponemos de cifras para el tabaco, 90.000 fanegas, y para el café, 3.000.000 de libras. Y en el año 1809 sus exportaciones anuales se cifran en 122.000 fanegas de cacao, 800.000 libras de añil, 800.000 de algodón y 3.000.000 de libras de café, lo que significa que exportaba casi todo el añil, algodón y café que producía. En cuanto al azúcar, las cifras de exportación van de 50.000 a 500.000 libras, además de unos 80.000 cueros al pelo. La situación bélica de continuas guerras con Inglaterra, la primera potencia naval en esos momentos, dificultarán la negociación de dichas exportaciones, que aportaban el numerario más imprescindible, especialmente cuando en 1810 el comercio exterior se vea amenazado por otro posible bloqueo inglés. Por último, decir que la Real Hacienda ejerció una enorme presión sobre Venezuela, sobre todo a partir de 1777 con la generalización de los '* LUCENA SALMORAL: Sociedad y economía de la región norandina durante el período postcolonial (1760-1830). Inédito. " LUCENA SALMORAL: Sociedad y economía de la región norandina durante el período postcolonial (1760-1830). Inédito. 90 estancos sobre los productos de mayor circulación, como el tabaco^^ el aguardiente, la sal, los naipes o la pólvora. El estanco eliminaba posibles competidores e imponía los precios a los consumidores, lo que ocasionaba el descontento popular. Fueron precisamente las reformas borbónicas las que lograron aumentar en pocos años la recaudación fiscal, aplicando dos medidas directas: acabar con el arrendamiento de los estantos para ponerlos bajo administración directa, y naturalmente aumentar los impuestos. Estas medidas tuvieron una especial incidencia en Venezuela, donde la situación era más grave por el hecho de que los estancos retenían el poco numerario existente, mientras que el comercio no ingresaba el necesario. Los Intendentes de Venezuela se vieron por ello en la necesidad de poner en circulación el dinero de los estancos, aceptando libranzas pagaderas en la Península. Eran momentos en los que los gastos de defensa mermaban cada vez más la hacienda, determinando que la crisis económica que padecía una región como Venezuela, se viera agravada por una Real Hacienda que aumentaba su presión fiscal, colocando a sus habitantes ante una coyuntura incierta. 5. LAS HACIENDAS-ARBOLEDAS DE CACAO EN LOS VALLES DE ARAGUA: ALGUNOS PROPIETARIOS CANARIOS*' El siglo XVIII venezolano cuenta ya con una élite dominante, social-mente configurada como clase y económicamente poderosa. El sistema político, social y económico que representa, netamente colonial, determina la explotación de la mano de obra negra esclava, amparándose siempre en las enormes riquezas acumuladas y en sus prejuicios hacia los restantes grupos sociales, especialmente los esclavos. Cada vez más controlados por la aristocracia terrateniente, ese pequeño grupo de familias emparentadas entre sí, se apoderan de los Cabildos y del poder económico que le facilita el control de la producción y de la mano de obra. La situación de privilegio derivada del monopolio económico ejercido por las élites venezolanas se extiende, por tanto, a otros ámbitos como el ^^ ARCILA PARÍAS: Historia de un monopolio. El estanco del tabaco en Venezuela, 1779-1833. Caracas. 1977. 364 págs. ' ' Muestra sacada de los tomos I-IX a.i. de la sección Archivo Aragua del Archivo General de la Nación (AGN) de Caracas; en un primer momento se ha levantado hasta el tomo XL; una segunda etapa será para los tomos XLI a LXX a.i. Los datos se han contrastado con los existentes en los registros del Archivo Arzobispal de Caracas. 91 político, el militar o el intelectual de la época, influyendo decisivamente en las costumbres y hábitos sociales y, en definitiva, en la conformación de la mentalidad de la sociedad colonial venezolana. El propio Humboldt se refiere a ellos en estos términos: «Pequeño número de familias que en cada comuna, sea por opulencia hereditaria, sea por hallarse establecido de muy antiguo en las colonias, ejercen una verdadera aristocracia municipal. Gustaría más verse privado de ciertos derechos que compartirlos con todos; preferían una dominación extranjera a la autoridad ejercida por americano de una casta inferior, aborrecen toda constitución política fundada sobre la igualdad de derechos, temiendo sobre todo la pérdida de esas condecoraciones y esos títulos que les ha costado tanto adquirir y que constituyen una parte esencial de su dicha doméstica»"*. Esas familias se mueven con marcado interés en el amplio espacio geográfico de los valles de Aragua-Tuy^', zona que ha sido objeto de numerosos estudios globales en la historiografía venezolana, aunque resulta siempre difícil aprehender una realidad histórica concreta como la propiedad territorial en los valles de Aragua-Tuy con las imbricaciones de sus poderosas familias terratenientes. El proceso de composiciones de tierras que tiene lugar durante el siglo xvín nos aporta informaciones sobre solicitud de confirmaciones de tierras en distintos lugares, muchas veces datos del valor de las tierras y casi nunca su extensión. Pero los datos de la Contaduría de la Real Hacienda pueden apuntalar la hipótesis de que las composiciones contribuirían a una concentración excesiva de la propiedad territorial en pocas personas tanto en los valles de Aragua como en otros lugares de la Capitanía General de Venezuela. Como otra fórmula de propiedad territorial encontramos el mayorazgo^^, institución con cierta relevancia en la Venezuela colonial, cuyo carác- ™ HUMBOLDT: Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Contienente. Caracas. 1985. •" A través de los testamentos consevados de la Sección Archivo de Aragua del Archivo General de la Nación y en la de Testamentarías del Archivo Arzobispal de Caracas, disponemos de datos interesantes sobre bienes, deudas y en menor medida la situación social, importantes para fijar la situación económica de determinados miembros de las élites caraqueñas a través de su patrimonio. Estos datos se completan con la documentación notarial existente en el Archivo del Registro Principal (protocolos), base fundamental para el estudio de la tierra en Venezuela. Consideramos los archivos venezolanos fundamentales para la realización de una investigación de estas características, tanto el Archivo General de la Nación, Arzobispal y también el del Registro Principal, como fondos complementarios conservados en el Archivo de la Academia Nacional de la Historia, que contienen en su mayor parte documentación posterior al período objeto de estudio, sin olvidar los importantes archivos estatales y locales venezolanos. " DÍAZ SEQUÍN, Yurivia: «El Marqués del Valle de Santiago: Historia de un mayo- 92 ter restringido lo convertía en un derecho sólo al alcance de miembros muy destacados de la sociedad venezolana. La separación de determinados bienes patrimoniales permitía mantener indefinidamente el poder económico a una familia. El mayorazgo perdía con ello su mera condición de propiedad territorial para convertirse en una herencia, en el solar de la familia, transmitida de generación a generación. En ellos serán las relaciones endo-gámicas las que caractericen las uniones matrimoniales para conservar y extender las riquezas de los mayorazgos, perfectamente definidos dentro de la élite colonial venezolana, con capacidad para perpetuarse como un poderoso grupo social familiar dentro de la ya de por sí reducida estructura económica colonial venezolana. Sin entrar esta vez en los ricos datos cuantitativos y cualitativos de Real Hacienda o en cuestiones de formación de mayorazgos, sí podemos aportar agunos datos sobre las haciendas cacaoteras de los valles de Aragua a finales de la colonia, de 1760 a 1810, con especial referencia a los propietarios canarios, dentro del esquema patrimonial en el que se mueven las élites caraqueñas conformadoras de la sociedad que hizo posible la Independencia. En las haciendas-arboledas de cacao el cultivo del plátano es importante por razones de orden técnico, ya que el cacao requiere sombra en los primeros años, y los árboles de plátano se la proporcionan. Hemos de fijar su extensión", los tipos de árboles de cacao, su número^'' y edad, así como los deslindes de tierras en las distintas haciendas-arboledas de cacao. Y en el caso de la producción, su valor en fanegas y libras de cacao. Todo ello a partir de los datos anotados en los avalúos de los testamentos, en los cuales quedan además reflejados otros temas como número de esclavos y precios, productos de las tiendas-pulperías y sus precios, los propios gastos funerarios", y, naturalmente, la procedencia o nacimiento. Y, junto a ellos. razgo (1713-1824)». Estudios de Historia Social y Económica de América, 11 (1994), págs. 345-348. " Consideramos haciendas cacaoteras a aquellas que cuentan con más de 500 hectáreas. En el caso de las haciendas de añil, se consideran haciendas medianas las que cuentan entre 24-160 hectáreas y grandes entre 188-600 hectáreas. '" ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN (AGN). Caracas. Diversos. Tomo 27, n." 6, fols. 348r/359v. Padrón de haciendas de cacao ordenado por el gobernador Gabriel de Zuloaga (1744-1746). «Certificación dada con cotejo del padrón de hacendados de la Provincia, por don Gregorio del Portillo, escribano público que fue de esta ciudad». El total de árboles que aparece reflejado es de 5.132.921 a comienzos de 1744. El documento ha sido transcrito y publicado por RENGIFO, Diana: La unidad regional Caracas-La Guaira- Valles de 1775 a 1825. Caracas. 1983. Págs. 131-159. '' El tema de la pobreza, con criterios muy particulares, ha sido estudiado por GARCÍA 93 cuestiones relacionadas con la utilización de las aguas, temas de censos, capellanías y obras pías, y la contabilidad fundamental que registra las salidas- ventas de cacao. En el inventario de los bienes de Bartolomé de Betancourt^*, vecino del Valle de Choroní muerto ab intestato, en el que está fechado a 5 de abril de 1741, se consigna una arboleda de cacao, heredada de los padres de María Sebastiana Alcalá, compuesta por 1500 árboles de todas calidades, casas, muebles esclavos y animales, pero sin más tierra para que ésta pueda ser aumentada. Igualmente fechados en Choroní, a 8 de abril de 1747, encontramos los autos judiciales de un pleito que llegará hasta 1764, sobre la propiedad de una hacienda de cacao situada en dicho valle, heredada por Manuel de Ovalle" de sus padres, Lorenzo de Ovalle y Francisca Guevara, en los que interviene su apoderado Antonio Pulido contra Francisco Javier de Odrio-zola, apoderado de Juana María Rubio, viuda de Miguel de Zuloaga, y los otros reclamantes. También en Choroní, a 6 de febrero de 1748, los autos entre Francisco Romero y Domingo Correa^*, incluyen títulos de composición y posesión judicial a propósito de una hacienda-arboleda formada por 1000 árboles de cacao como se sigue: «(...) que consta de 447 árboles frutales de cacao, a razón de 8 reales de plata cada árbol; con más de fallas 553; y dicha hacienda está lindando por la parte del oriente con el Conuco Grande, y por el poniente con el pié de la serranía que pertenece a los herederos del capitán Lorenzo de Ovalle; por el norte con tierras de Juan Romana; y por el sur con la quebrada de La Isleta, y tierras de ella que pertenecen a Juan Figuera, con más tierras en que pueda plantar 1000 árboles de cacao de a 14 tercias de postura de un árbol a otro, que lindan con la parte de arriba con tierras pertenecientes a dicha hacienda, y por la pendiente de oriente, río por medio, con el Conuco Grande. Dichas tierras y hacienda arboleda de cacao son libres de tributo e hipoteca, con todas sus entradas y salidas, usos y costumbres y servidumbre (...) por precio y cuantía de 596 pesos 1 real de a ocho reales de plata acuñada, cada un peso que dicha posesión de arboleda y tierras, medio y pago en dinero de contado a toda satisfacción y voluntad del dicho comprador (...)» PONCE, Antonio / TUROWIESCKI, José: «Perfil necrodemográfico de la colonia canaria en Caracas (1880-1907)». Estudios de Historia Social y Económica de América, 10 (1993), págs. 265-283. '* ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN (AGN). Caracas. Archivo de Aragua. Tomo 1, n.° 3, fols. 13v-17r. " AGN. Archivo de Aragua. Tomo 1, n." 7, fols. 73r y ss. ™ AGN. Archivo de Aragua. Tomo 1, n.° 10, fols. 158v-159r. 94 Este es el tipo de información que nos proporcionan los fondos documentales consultados, muy interesante por el aporte de datos cuantitativos para conocer las dimensiones de las haciendas y el número de árboles plantados en ellas. Y en ocasiones también se anota la razón de las partidas de cacao que ha producido una determinada hacienda, como en el caso del cacao producido en la hacienda de los herederos de Micaela de Ovalle'', durante la administración de Miguel de Zuloaga, quien entró el 12 de diciembre de 1755. Partidas discriminadas de cacao: - Cargo: 111 fanegas, 28 libras - Descargo: 116 fanegas, 6 libras - Alcance: 4 fanegas, 93 libras Se trata de los autos judiciales por el embargo de dicha hacienda, seguidos por Juana María Rubio, viuda de Miguel de Zuloaga, contra los herederos de Micaela de Ovalle, fechados en Choroní a 29 de octubre de 1757. En algunos casos, aparece discriminado el número y tipo de árboles de cacao de la hacienda. Así, en el inventario y avalúo de los bienes del difunto capitán Vicente Ñañez^", fechado en julio de 1764 en Maracay, se alude a una arboleda compuesta de 961 árboles de cacao frutales, baja de riego, situada «en la vega del río de este valle»; y más adelante, en el inventario^', se habla de 872 árboles de cacao horqueteados, 85 resiembros y 204 fallas, todo bajo riego; para afinar aún más el recuento*^ de árboles en la fanegada y media de tierra, hasta un total de 1812 árboles: - Frutales: 1018 árboles - Horqueteados: 292 árboles - Resiembros: 47 árboles - Fallas: 455 árboles Por su parte, en el testamento de Andrés José de Ovalle^\ firmado en Choroní a 10 de diciembre de 1764, éste afirma tener en dicho valle una hacienda arboleda de cacao en el Conuco Grande, en el sitio denominado como la «Hormiga», cuya planta consta de 5500 árboles, y define los linderos como sigue: «(...) ítem 15. Tengo un pedazo de arboleda de cacao en dicho valle sitio de Conuco Grande, con las tierras que desde dicha arboleda corren por el sur hasta topar con la hacienda que llaman del "Casivo", con una quebrada de por ™ AGN. Archivo de Aragua. Tomo 2, n.° 5, fols. 11 Ir y ss. x" AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 5, fols. 93r-94v. *' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 5, fols. lOOr-lOlr. *2 AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 5, fols. 124r-132r. *' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 8, fols. 271v y ss. 95 medio; y por el naciente me tocan todas las dichas tierras que hay de labor, con más la sabaneta que a ellas sigue y está en el cerro que muere sobre dichas tierras, ítem 16. Me parece tendrá dicho pedazo de hacienda de cacao como hasta 2500 árboles de planta, y hasta dentro del dicho principal de las haciendas de Conuco Grande, la dicha quebrada del "Casivo " me toca y pertenece junto con dicha sabaneta (...)» En los autos judiciales, Choroní 2 de septiembre de 1765, sobre la testamentaría de Miguel Lorenzo Rodríguez*'*, en los que interviene Francisco José Romero como tutor de las tres nietas del difunto, se alude a una arboleda de cacao en el lugar llamado «La Isleta», cuyos linderos se delimitan como sigue, conteniendo 8252 árboles en total: «(...) por el naciente linda con el río principal de ese valle [Choroní]; por el norte, mirando al poniente, con la quebrada que llamamos de la Isleta; y por el sur con la casa o sitio que era de Marcelino Goto, mirando línea recta a la quebrada dicha. La cual hacienda se halla plantada hoy día con 3835 árboles de cacao frutales, 1868 árboles horqueteados, 807 resiembros y 1742 fallas. Debajo de dichos linderos, cuatro fanegadas de tierras baldías de bajo riego, y otras tantas dichas, poco más o menos, fuera de riego (...)» Más adelante se anotan otros datos sobre los bienes, gastos, etc.**^, de este difunto vecino del valle de Choroní; se hace una descripción detallada de la estructura de su hacienda cacaotera**; y finalmente se computan también las cuentas de recogida de cacao para los años 1767 a 1771, un total de 218 fanegas y 8 libras, haciendo constar los gastos derivados de la misma en pesos y reales de plata*''. Fechada en Maracay a 20 de agosto de 1774 encontramos la petición judicial de los derechos de propiedad de una importante hacienda en el sitio de «El Piñonal»**, efectuada de mutuo acuerdo por sus legítimos propietarios, el capitán Agustín de Córdoba y Luis Pérez, que incluye árboles de cacao, constando el valor de la misma en moneda de plata: «(...) hacienda de trapiche y arboleda de cacao en el sitio de "El Piñonal", cercano a este pueblo de Maracay, con 323 1/2 fanegadas de tierras (...) Pablo Cazorla, heredero de Antonio Pérez, a quien fue dicha hacienda y tierras en cantidad de 5110 pesos, reconocidos 3360 (...) que Agustín de Córdoba entre en dicha sociedad con la cantidad de 1538 pesos y 5 1/2 reales (...)» AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 12, fols. 311r y ss. AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 12, fols. 346r-352v. AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 12, fols. 368r-371v. AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 12, fols. 373v-380v. AGN. Archivo de Aragua. Tomo 5, n.° 14, fols. 354r y ss. 96 Se hace un avalúo de bienes que arroja un total de 13156 pesos y 2 1/2 reales, y algunos de los que en el reparto le corresponden a Agustín de Córdoba al entrar en la sociedad son los que detallamos a continuación*^: - En las tierras donde se halla plantado el cacao recibió 5 fanegadas de tierras, a 50 pesos cada una, lo que supone 262 pesos y 4 reales. - Un total de 316 árboles de cacao frutales, a 3 reales cada uno, más 437 horqueteados, a 2 reales cada uno, que importan 227 pesos y 6 reales. - Unos achilados de 4000 matas de plátanos. - También 17 tablones de caña en la parte del monte de la hacienda, de todas cantidades y tamaños, a 100 pesos cada uno, en total 1700 pesos. - Más 156 fanegadas de tierras en dicha posesión de «El Piñonal», del Camino Real hacia la laguna de sabanas y montaña, a 50 pesos cada una, lo que importa 7825 pesos. - Y la mitad de la acequia que riega la posesión. En la partición y avalúo de los bienes de Úrsula Catalina GiP", muerta ab intestato, que lleva fecha en Choroní a 22 de agosto de 1776, se hace el recuento de un total de 925 árboles de cacao en las arboleditas de cacao que le pertenecen, en el sitio de «La Isla», tal y como sigue: «(...) un pedacito de arboleda de cacao en tierras de los naturales, lindando por el naciente con la hacienda de Juan Bonifacio Coriano; por el poniente con el río de Tipire; por el sur con la hacienda de Miguel Pacheco; y por el norte con tierra de dichos naturales (...)» En este «pedacito», la planta es de 329 árboles: 107 frutales, 143 horqueteados y 79 resiembros. «(...) otro pedazo en la misma [hacienda] linda por el naciente con la hacienda de "Las Animas "; por el poniente con tierras de los naturales; por el sur con la hacienda de Francisco de las Nagas [?]; y por el norte con la casa de Joaquín Bravo (...)» El remate de los árboles de este «pedazo» fue de 500: 242 frutales, 183 horqueteados y 75 resiembros. «(...) y pasamos a otro que se halla en el sitio de Tipire, lindando por el naciente con tierras de los naturales; por el poniente con la hacienda de José Rodríguez; por el sur la hacienda del dicho; y por el norte lo mismo (...)» «' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 5, n.° 14, fols. 355r-359r. '^ AGN. Archivo de Aragua. Tomo 5 bis, n.° 11, fols. 295r y ss. 97 Este último es un pedazo más pequeño, con 96 árboles: 57 frutales, 37 horqueteados y 2 resiembros. En los autos judiciales entre Esteban José Pérez y Juan Ignacio Eiza-guirre'' por la propiedad de una arboleda de cacao heredada por el primero de su padre Salvador Pérez, fechados en Choroní 15 de septiembre de 1777, consta como: «(...) Francisco Ignacio de Eizaguirre, vecino del valle de Choroní, compré una haciendita arboleda de cacao a Ana Juana Quintero, vecina del mismo y viuda de Salvador Pérez, en el pasaje que llaman La Isleta de los Indios Naturales, cuya arboledita se compone de 400 árboles, poco más o menos, bajo los linderos siguientes: por la parte del naciente con el Camino Real que va a la playa; por el poniente con el río que va a Tipire; por el norte con la arboleda de cacao de Simón de Urra y Juan Francisco de Ojeda; y por el sur con el dicho Camino Real; la cual compra hice a razón de 4 reales por árbol frutal, por estar dicha haciendita en tierras de dichos naturales (...)» El largo expediente, fechado en Maracay en 1778, con los autos judiciales entre los herederos'^ del sitio de «El Piñonal» incluye aclaración de linderos y partición de tierras, y abundantes datos referentes a la capellanía que sustenta, de los cuales entresacamos: «(...) Antonia Pérez, Agustín de Córdoba y Luis Pérez, moradores del dicho pueblo de Maracay, sus herederos (...) quedaron por bienes de la dicha Antonia Pérez, en el sitio de "El Piñonal" (...) 48fanegadas de tierras, y en ellas 10 tablones de caña dulce, apreciados en 422 pesos; 1190 árboles de cacao, apreciados en 446 pesos, 2 reales; casas,molienda, canoas, puertas y ventanal, apreciado todo en 355pesos, 6 reales; 6 muías y un buey, por valor de 110pesos (...) principal de dicha capellanía 100 fanegadas de tierras de labor y montes, 1000 pesos. Todas estas tierras unidas y contiguas, lindan por el oriente con el río del valle de Maracay desde el paso real para abajo, hasta donde se parte su madre vieja y de allí la misma madre vieja hasta la Laguna, con advertencia que 10 1/2 fanegas de las dichas tierras, postrimero la dicha madre vieja, a la parte del poniente y por los otros tres vientos, lindan con tierras del señor Marqués de Mijares y de los herederos de Agustín de Oviedo, quienes las cedieron a Silvestre Hernández (...) capellanía que viene expresada por precio de 3370 pesos de a 8 reales de plata (...)» También fechada en Maracay, a 22 de febrero de 1779, hay una partición judicial solicitada por María Martínez^', entre ella y otros tres hermanos, de una cuadra de 600 varas que incluye arboleda de cacao, heredada de sus padres, sin que se especifique número o tipo de árboles. " AGN. Archivo de Aragua. Tomo 5 bis, n.° 26, fols. 273r y ss. '^ AGN. Archivo de Aragua. Tomo 7, n.° 1, fols. lr-279v. «3 AGN. Archivo de Aragua. Tomo 7, n.° 3, fol. 287r. En Choroní con fecha 28 de abril de 1779 se realiza el señalamiento de linderos de una hacienda en el lugar llamado «La Cumbre»^'', efectuado por Antonio José Ovalle, apoderado de Pedro José Ovalle, para otorgarle la correspondiente escritura de venta a Agustín Rubio. Se trata de una arboleda de cacao vendida «en precio y cantidad de 1000 pesos, 500 a recibir de pronto, y los otros 500 a reconocer». En Choroní a 30 de junio de 1779, en los autos judiciales seguidos por los herederos de Domingo Correa y Juana Josefa Quiñones'' para obtener la partición de las tierras altas del Conuco Grande y las del sitio llamado de «Torres», estas últimas reclamadas por uno de los herederos como suyas, puede leerse: «(...) hipotecamos la hacienda de cacao que tenemos en este referido valle, que se compone de 4000 árboles de cacao, con sus aguas correspondientes y utensilios, y demás bienes habidos y por haber; el dicho Juan Víctor Correa con los 7175 árboles de cacao de todas calidades que componen mi hacienda, con los utensilios y demás bienes habidos y por haber; y la referida hacienda linda por el oriente con la serranía del valle de Chuao; por el poniente con la hacienda de Domingo de Sosa; por el norte con el cerrito donde está la casa de vivienda y el repartimiento, todo de bajareque cubierto de paja; y por el sur con tierras que hoy están de cacao del dicho [Domingo de] Sosa. Y en este día es hipoteca y finca especial del censo de 2000 pesos del principal del referido bachiller don José Antonio Vieira, y por otra por el citado Juan Víctor Correa (...)» Resulta interesante el contrato judicial fechado en el valle de Patanemo el 3 de mayo de 1781, suscrito por Francisco Gómez y Pedro Félix de Laya'*, según el cual el primero vende una posesión de tierras sembradas de cacao, que el segundo compra por inventario, contados los árboles, dando en pago un «mulatico» de 10 años, valorado en 200 pesos, una muía y el resto en dinero. En el inventario que contiene dicho contrato consta: «(...) haber contado en dicha posesión árboles frutales apreciados a cinco reales cada uno, por no tener riego, su valor, 303 pesos 6 reales. Horqueteados 319 pesos. Apreciados a 2 1/2 reales, montan 99 pesos 5 reales. Resiembros se contaron 86 a real y medio cada uno, montan 13 pesos 5 reales. Fallas se contaron 62, apreciadas medio real cada una, 3 pesos 7 reales. Resiembros se contaron 145 apreciados a un real y cuartillo cada uno, 27 pesos 6 reales. Fallas se contaron 6, apreciadas a medio real cada una, 3 reales. Frutales se contaron 232, apreciados a 5 reales cada uno, 145 pesos. Horqueteados se contaron 325, apreciados a 2 1/2 reales, montan 105 pesos 5 reales. Resiembros se contaron 97, apreciados a real y cuartillo, montan 15 pesos 1 real 2 cuartillos. Fallas se contaron 182, apreciadas a medio real cada una, importan 11 pesos 3 reales. Se con- '" AGN. Archivo de Aragua. Tomo 7, n.° 8, fol. 327r. '5 AGN. Archivo de Aragua. Tomo 7, n.° 11, fol. 357r-v. "• AGN. Archivo de Aragua. Tomo 8, n.° 29, fols. 226v y ss. 99 taron 24 árboles de nísperos, apreciados a 2 pesos cada uno, 48 pesos. Siete matas de coco, apreciadas a 8 reales cada una, 7 pesos. Una casita cubierta de cogollo, apreciada en 6 pesos 4 reales. Se ha mensurado una fanegada de tierra en el valor de 40 pesos. Se ha mensurado una cuarta parte de fanegada de tierra en el valor de 3 pesos 1 real. Total, 831 pesos 6 reales (...) Pedro Félix de Laya (...) Frutales 718. Horqueteados 644. Resiembros 32. Fallas 250 (...)» En la partición de bienes por muerte del capitán Juan Castellanos'^ fechada en Maracay a 22 de julio de 1781, se incluye en el inventario de sus bienes una hacienda muy montuosa y anegada de agua por el «mucho invierno», a la que sigue la enumeración y avalúo de otras propiedades, obligaciones, etc. «(...) una hacienda arboleda de cacao que se fue contando de la forma siguiente: 80 árboles de cacao frutales; 709 horqueteados; 348 resiembros; 844 fallas. Sigue al día siguiente: 120 frutales; 437 horqueteados; 302 resiembros; 1825 fallas. Sigue: 109 frutales; 333 horqueteados; 127 resiembros; 1635 fallas (...)» La hacienda totaliza, por tanto, 309 árboles de cacao frutales, 1479 horqueteados, 777 resiembros y 4304 fallas. En el testamento de Domingo Álvarez no podemos ver la fecha'^ pero sí leer algunos datos de interés, como que natural de La Laguna en la isla de Tenerife y vecino del puerto de Maracay, jurisdicción de la ciudad de Valencia, y como en el ítem 16 se anota: «Declaro por mis bienes la arboleda de cacao contigua a esta casa de mi habitación, compuesta por 700 árboles más o menos, incluyendo los 150 que tengo dicho traje al matrimonio (...)» En otros ítems se refiere a más tierras y a un tabloncillo de añil contiguo a la hacienda de cacao. También se incluye un inventario-avalúo'' del cuerpo de bienes, incluyendo esclavos, animales, casas, etc. En los autos para practicar inventarios, división y partición de los bienes que quedaron tras la muerte de Luis Pasquier'"", interviene Severina de Medina, vecina y hacendada del Valle de Cata, su viuda, por no haber otorgado éste testamento. Las partes son Severina de Medina, mujer que fue de Francisco Javier, el bachiller Diego Remoro, Petronila, Isabel Antonia, María de Jesús y María Reducinda Pasquier. Actúa como juez José Antonio de Osorio, Teniente de Justicia Mayor del Valle de San Sebastián de Ocumare. " AGN. Archivo de Aragua. Tomo 8, n.° 31, fol. 282r-v. '* AGN. Archivo de Aragua. Tomo 9, n.° 12, fol. 146v-147r; muy deteriorado. " AGN. Archivo de Aragua. Tomo 9, n.° 12, fol. 168r-173r; muy deteriorado. ™ AGN. Archivo de Aragua. Tomo 11, n.° 13, fol. 154r-174v. 100 Se realizan inventarios de esclavos, herramientas, muebles y alhajas; se efectúan mesuras de tierras, reconocimiento de tributos y deudas; y se establece un cuerpo de bienes incluyendo una arboleda de cacao de las siguientes características: «En el Valle de Cata a 16 días del mes de agosto de 1784, el dicho Teniente de Justicia Mayor del Valle de San Sebastián de Ocumare y su jurisdicción pasé, con los contadores nombrados, a la casa y sitio de Santo Domingo del Castillo, perteneciente a los herederos de Luis Pasquier, y estando en ella se dio principio a contar y se contó la arboleda de cacao siguiente (...)» Se detallan a continuación las clases de árboles, el valor en reales de cada uno y el total en pesos: Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 1.765 500 65 43 2.373 Número 1.400 492 51 5 1.948 Número 1.094 1.050 207 8 2.359 Valor unidad"*' 8 4 2 1 Valor unidad 8 4 2 1 Valor unidad 8 4 2 1 Total"'^ 1.765 - 250 - 16 2 5 3 2.036 5 Total 1.400 - 246 - 12 6 - 5 1.659 3 Total 1.094 - 525 - 51 6 - 1 1.671 6 Reales. ' Pesos y reales. 101 Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Árboles de cacao Frutales Horqueteados'"^ Resiembros Fallas TOTALES Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 479 894 314 25 1.706 Número 271 1.050 662 59 2.042 Número 668 1.381 831 121 3.001 Número 595 501 320 43 1.459 Valor unidad 8 4 2 1 Valor unidad 8 4 2 1 Valor unidad 8 4 2 1 Valor unidad 8 4 2 1 Total 479 - 445 4 77 6 3 1 1.005 3 Total 271 - 125 - 165 4 7 3 568 7 Total 668 - 690 4 207 6 15 1 1.581 3 Total 595 - 250 - 80 - 5 3 930 3 "" En el valor de los 1.050 árboles horqueteados hay sin duda un error evidente, ya que deberían anotarse 525 pesos en lugar de los 125 pesos que figuran. 102 Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembres Fallas TOTALES Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 876 2.000 325 66 3.267 Número 645 371 59 20 1.095 Número - 599 1.531 1.618 3.748 Valor unidad 8 4 2 1 Valor unidad 8 4 2 1 Valor unidad 8 4 2 1 Total 876 - 1.000 - 82 - 8 - 1.966 - Total 645 - 185 4 14 6 2 4 847 6 Total 299 4 382 6 202 2 884 2 Este inventario se concluyó el día 21 de agosto de 1784, arrojando unas cifras totales para la arboleda de 7.793 árboles frutales de cacao que a 8 reales cada uno importan 7.793 pesos. El valor de los 8.425 árboles de cacao horqueteados a 4 reales cada uno es de 4.210 pesos. Los 4.362 árboles de cacao resiembros a 2 reales cada uno importan 1.090 pesos. Y el avalúo de las 2.008 fallas, a razón de un real cada una arroja la cantidad de 502 pesos; en el documento se escribe quinientos dos pesos, pero se anota, por error, la cifra de 251. El total es de 13.595 pesos, si bien la cantidad que figura en la suma es de 13.334 pesos a causa de ese error. Los peritos realizan otras mediciones de tierras de siembra'** en el cita- ' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 11, n.° 13, fol. 170v. 103 do sitio de Santo Domingo del Castillo en el Valle de Cata, midiendo las fanegadas de tierra desde la quebrada llamada el «Tibrón», que linda al norte con el mar, por el este con la Serranía del Valle de Cuyagua, por el oeste con la hacienda de los herederos de Luis Pasquier, y por el sur con el repartimiento y tierras propias. En total 13 fanegadas, 2 de ellas con riego que dejan sembrar, una en la propia quebrada del «Tibrón»; de las 11 fanegadas restantes, 5 son inútiles por «aguachinarse», y las otras 6 se dejan sembrar. El valor de las mismas es de 30 pesos para cada una de las fanegadas con riego, mientras que todas las restantes se avalúan a 20 pesos cada una. El total es de 280 pesos. Finalmente, en el cuerpo de bienes"" se fija el valor de la arboleda de cacao en 13.172 pesos para los 22.368 árboles de cacao, entre frutales, horqueteados, resiembros y fallas. El avalúo que se hace de 10 esclavos asciende a 2.736 pesos. Y todo ello, uno a alhajas y demás, arroja una cifra total de 15.908 pesos. El inventario de bienes de Francisco de Horta y su partición'*, fechado en 1786, y en el que interviene José Matías de Garay, Teniente del Justicia Mayor del pueblo de Maracay, se incluye su testamento"", en el que puede leerse: «(...) Francisco de Horta, vecino del pueblo de Maracay, natural de la isla de Tenerife, una de las Canarias, en el lugar de Tegueste, hijo legítimo de Antonio de Horta y de María Francisca de Fuentes (•••)» En el mismo se alude a una arboleda de cacao de más de mil árboles sin agua propia, herencia de los padres de su mujer, y a una labor de añil con cinco o seis tablones de menos de una fanegada y sus tanques sencillos de mano y todos los demás elementos. Y en el inventario propiamente dicho"'^ con sus avalúos y cuerpo de bienes por un valor total de 2.106 pesos y 2 reales, se describe una arboleda de cacao compuesta de 1.292 árboles de cacao. Dichos árboles de cacao son 763 frutales, sin riego, por una valor de 381 pesos y 4 reales; 357 horqueteados por un valor de 89 pesos y 2 reales; y 172 resiembros, a real cada uno, que suman 19 pesos y 4 reales. Más dos palmas de coco nuevas frutales, a 10 pesos cada una, que representan 20 pesos; y, por último, siete hileras, de noventa varas, de yuca. "« AGN. Archivo de Aragua. Tomo 11, n.° 13, fol. 173v. "» AGN. Archivo de Aragua. Tomo 17, n.° 1, fol. Ir. '"' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 17, n.° 1, fol. 2r-10r. '»* AGN. Archivo de Aragua. Tomo 17, n." 1, fol. 16r-55r. 104 En relación con una hacienda de cacao encontramos el siguiente documento"", fechado en Caracas a 6 de mayo de 1791: «Don Juan Guillelmi, Caballero del Orden de Santiago, Coronel de los Reales Ejércitos, Presidente, Gobernador y Capitán General de estas Provincias vuestras, hago saber al Teniente del Justicia Mayor del pueblo de Maracay, cómo en los autos que en este Tribunal se siguen de concurso de acreedores contra los bienes de Bartolomé Gómez, seguida ésta por todos sus testimonios, se sentenció definitivamente con graduación de sus acreedores, dándose en ella el tercer lugar a Agustín Gómez Montalvo por la cantidad de 2.000pesos, cuyos bienes avaluados se sacaron a la almoneda y remate y, por no haber habido postor, la parte del mencionado Montalvo pidió se le hiciese adjudicación de los asignados para el pago de su demanda y costas, que son los mismos que el mencionado Bartolomé había hipotecado a la satisfacción de esta acreencia, y en vista de lo representado en este y otro pedimiento, he mandado librar el presente despacho, con las inserciones siguientes, hoy día 26 de dicho mes y año (•••)» Se refiere a que como comisionado para ello, el Teniente interino acompañado de los peritos y testigos, entró en una finca perteneciente a Bartolomé González cuyos linderos por el norte son las tierras de Teodora González; por el sur las tierras del canónigo Hermoso; por el este con las serranía del Valle de Cata; y por el oeste con el río. Dicha hacienda la componen árboles de cacao de toda planta, que los peritos dijeron contar, discriminar y avaluar de la siguiente forma: Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 2.512 5.702 2.640 647 11.501 Unidad»» 8 4 2 2 En reales 20.099 22.808 5.280 1.694 49.881 En pesos 2.512 - 2.851 - 660 - 211 6 6.234 6 En otro documento muy deteriorado'", en el que la fecha ha desaparecido, consta la intervención de tres peritos para el avalúo de la denominada hacienda de Onoto, compuesta por 533 árboles de cacao frutales, que valen a razón de 8 reales cada uno, 533 pesos; 2.246 árboles horqueteados, que valen a razón de 4 reales cada uno, 1.223 pesos; 1.444 árboles resiembros, que valen a razón de 2 reales cada uno, 361 pesos; y 2.088 fallas, que valen a razón de un real cada una, 261 pesos. "» AGN. Archivo de Aragua. Tomo 26, n.° 11, fol. 117r-126r. "° En reales. 1" AGN. Archivo de Aragua. Tomo 27, n.° 24, fol. 332r-334v. 105 El avalúo continúa, y se suman 1.400 pesos más, que corresponden al valor de 14 fanegadas de tierra con su agua correspondiente, siendo su valor de 100 pesos por fanegada, localizadas también en el sitio de Onoto. Más 440 pesos por 28 fanegadas de tierra alta, camino de Choroní, a pie de cuesta. La medición continúa, y se anotan 3 fanegadas de tierra, desde la orilla de la hacienda hacia el norte, a 60 pesos cada, en total 180 pesos. Otras 9 fanegadas de tierras de labor útiles, con agua, a 100 pesos cada una, en total 900 pesos. Otras 28 fanegadas de tierras altas, a 5 pesos cada una, en total 140 pesos. Y, finalmente, otra arboleda de cacao"^, de la que se dice que su defecto es hallarse sembrada a 9 tercias de un árbol a otro, debiendo guardar al menos la distancia de 12 tercias, y no siendo además «toda la mayor parte de la sombra aparente», con los siguientes árboles y su valor: Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 1.494 2.647 85 1.524 5.750 Valor unidad'" 4 2 1 1/2 Total"" 747 - 616 6 10-5 95 2 7.219 5 También sin fecha en el documento"', encontramos un inventario levantado a lo largo de varios días en distintas haciendas de cacao con especificación de sus nombres: «(...) en dicho valle a 26 de dicho mes y año, como a las cinco de la tarde, se me presentaron los peritos nombrados para contar y valuar las haciendas arboledas de cacao del difunto Diego García, y expusieron haber contado en el sitio nombrado la «otra banda», los árboles siguientes (•••)» Los árboles de cacao que se van contando sucesivamente en los distintos lugares son los que figuran a continuación con sus totales correspondientes. "2 AGN. Archivo de Aragua. Tomo 27, n." 24, fol. 354v; repetido en fol. 364r/v. '" Reales. "" Pesos y reales. "5 AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30, n." 14, fol. 162r-166v. 106 Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Lindando, Arboles Frutales Horqueteados Fallas TOTALES Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Sitio de la «Otra Banda» Número 1.050 579 213 408 2.250 Valor unidad'"' 8 4 2 1 otro pedacito llamado sitio de Carrizales: Sitio de Carrizales Número 9 18 400 427 Valor unidad 8 4 1 Sitio del Guarique Número 1.156 632 203 274 2.265 Valor unidad 8 4 2 1 Sitio de «Cuatro en Cuatro» Número 647 550 161 652 2.010 Valor unidad 8 4 2 1 Total'" 1.050 - 289 4 53 2 51 - 1.443 6 Total 9 - 9 - 50 - 68 - Total 1.156 - 316 - 50 6 34 2 1.557 - Total 647 - 275 - 40 2 81 4 1.043 6 ' Reales. ' Pesos y reales. 107 Sitio de Doña Leonor Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 58 102 84 499 743 Valor unidad 8 4 2 1 Sitio de La Alforna Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas"^ TOTALES Número 77 107 100 284 Valor unidad 4 2 1 Sitio de La Hormiga Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Sit Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 383 467 611 2.975 4.436 Valor unidad 8 4 2 1 io de La Sabaneta Número 1.033 570 82 5.546 7.231 Valor unidad 8 4 2 1 Total 58 - 51 - 21 - 62 3 192 3 Total 38 4 26 6 12 4 776'" Total 383 - 233 4 152 6 371 7 1.141 1 Total 1.033 - 285 - 20 4 693 2 2.031 6 "* Dos fanegadas de tierra con las fallas de toda la poseión, a 50 pesos cada una, en total 100 pesos. '" Total: 177 pesos 6 reales; sumados 100 pesos por las 2 fanegadas de tierra de todas las fallas de la posesión. 108 Se incluye además un avalúo de las tierras de sequero, sin sembrar, en los lugares antes citados, a 10 pesos cada fanegada de tierra de sequero y a 75 pesos la fanegada de tierra de riego, repartidas de la siguiente forma: Lugar Sitio de la «Otra Banda» Sitio de «Cuatro en Cuatro» Sitio de Doña Leonor Sitio de La Alfoma Sitio de La Hormiga Sitio de La Sabaneta'^' Total: Fanegadas 20 6 1 10 10 1/2 1 48 1/2 Valorizo 200 60 10 100 100 5 75 550 El total de todas las partidas del avalúo de arboledas de cacao y tierras'^^ monta la cantidad de 12.471 pesos 2 reales, mientras que en el cuerpo de bienes y reparto'" la cifra total que se anota es de 13.259 pesos 7 reales. En el inventario de bienes de Catalina Correa'^'' encontramos distintos avalúos de propiedades, 12 fanegadas de tierra de sequero diferentes de la hacienda, a 15 pesos, que hacen un total de 180 pesos, pero no se puede hacer lo mismo con otras tierras por no saberse cuántas son. En cambio, si se puede hacer la medición de una arboleda de cacao: «En dicho valle de Choroní a 7 de febrero de 1795, se presentaron Antonio José Ovalle e Ignacio de Zuloaga, vecinos de él, peritos nombrados para contar la hacienda arboleda de cacao que quedó por fallecimiento de Catalina Correa, sita en el sitio de "La Rinconada ", que linda por el naciente con la quebrada de Payare; por el poniente con haciendas de Juan Antonio Hernández y Francisco Perdomo; por el norte con la hacienda de Francisco Perdomo; por el sur con tierras altas de la misma hacienda (...)» Los citados peritos expusieron haber encontrado en las tierras de la hacienda los árboles siguientes: "" En pesos. '^' En el Sitio de La Sabaneta hay media fanegada de tierra de sequero (5 pesos) y una fanegada de tierra de riego (75 pesos). '22 AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30, n.° 14, fol. 179v-183v. •23 AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30, n.° 14, fol. 198r-217v. "' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30-B, n.° 5, fol. 216v-218r. 109 Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 915 935 665 754 3.269 Valor unidad 8 4 2 1 Total 915 - 467 4 166 2 94 2 1.643 - El avalúo final de toda la hacienda arboleda de cacao está fechado en Choroní el 27 de abril de 1795'^^ y en él consta esa misma cantidad de 1.643 pesos. Catalina Correa, «(...) natural y vecina de este valle de Santa Clara de Choroní, hija legítima de Domingo Correa y Juana Josefa de Quiñones f...J»'^*, tal y como consta en su testamento, había fallecido el 4 de septiembre de 1794, fecha a partir de la cual, y hasta el 6 de marzo de 1795, se levanta una cuenta de todo el cacao cogido y recogido'^^, elaborada por Diego Antonio García, depositario y administrador de dicha hacienda arboleda de cacao, perteneciente a su difunta suegra. Como su albacea testamentario se hizo cargo de sus bienes, teniendo que ser sustituido por su cuñado Ignacio Espinosa pasando a poder de Francisco Simancas, quien los tuvo dos meses, hasta que de nuevo pasaron a Diego Antonio García, el 6 de mayo de 1795. Levanta el cargo del cacao que iba embarcando, libre de diezmo, alcabala, flete, donativo y camino, anotando cada partida conforme salía para el embarque y el valor en dinero del cacao libre de los demás pechos. Las dos partidas de cacao recogido, por meses son las siguientes, una de ellas reflejando los precios: Meses'^^ Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Enero Cantidad'29 2 68 82 1 88 73 2 31 1/2 '2= AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30-B, n.° 5, fol. 247r/v. '^•^ AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30-B, n.° 5, fol. 262r-270r. •" AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30-B, n." 5, fol. 288r/v. '^« Años 1794 y 1795. ™ En fanegas y libras de cacao. 110 Meses Cantidad Febrero 68 Mayo 130 6 1/2 TOTAL 15 47 Meses"' Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Enero Febrero Mayo"^ Junio TOTALES Día embarque 4 22 20 10 1 2 4 18"5 23 2 Cantidad'32 - 41 1 10 1 30 - 74 1 70 - 67 1 8 2 - 2 16 2 - 14 28 Precio'" 17 2 17 6 18 4 18 6 16 4 16 2 17 6 17 6 18 5 185 1/2 Total'34 5 5 19 2 23 5 12 4 1/2 26 3 1/2 9 5 1/2 19 35 4 40 2 37 3 1/2 254 7 1/2 El valor total del cacao asciende a 254 pesos 7 1/2 reales. Hay que contabilizar también 16 pesos y 5 reales que entregó Francisco Simancas de las sobras del gasto de la hacienda en el tiempo de dos meses que la tuvo como depositario'". "° No figuran los meses de marzo y abril. "' Años 1794 y 1795. "^ En fanegas y libras de cacao. "' En pesos y reales por fanega. Al ñnal del período estudiado, en el año 1810 el cacao, principal producto de exportación de Venezuela, fluctuaba en el mercado de Caracas entre 15 y 20 pesos por fanega, LUCENA SALMORAL: «La agricultura comercializable caraqueña en el techo de sus posibilidades». Revista Universitaria de Historia, 9 (1985-1987), pág. 33. "" Valor total del embarque en pesos y reales. "^ En la partida de embarque del 18 de febrero de 1795 figuran 99 libras de una fanega neta que entregó Francisco Simancas para incorporar al cargo. '"* No figuran los meses de marzo y abril. '" AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30-B, n.° 5, fol. 289r-290r; figura el descargo de las cuentas. También aparece el cuerpo de bienes, fols. 309r-312v. 111 En el testamento de Juan Víctor Correa, sin fecha"^ «(...) natural del valle de Choroní y vecino de este pueblo de San José de Maracay, hijo legítimo de Domingo Correa y Juana Josefa de Quiñones, ya difuntos, vecinos también del valle de Choroní (...)», se alude a su escasa fortuna, debiendo escapar a la enajenación de sus bienes subsistiendo modestamente, pero entre los cuales se encuentra una corta hacienda arboleda de cacao, nombrada el «Ahilado», en el sitio que llaman la Rinconada, situada en dicho valle de Choroní y que se compone de: 596 árboles de cacao frutales 221 árboles de cacao horqueteados 142 árboles de cacao resiembros 553 árboles de cacao fallas En total 1.512 árboles de cacao en tierras que lindan por el naciente con la acequia que riega dicha arboleda; por el poniente con la quebrada que atraviesa, llamada de Payare; por el norte con la hacienda de Agustín Rubio; y por el sur con la toma o madre de donde se saca el agua para regar dicha «(...) haciendilla o arboleda que me pertenece (.. J » " ' . También se alude a otra pequeña hacienda arboleda de cacao en el testamento de Nicolasa García, sin fecha, «(...) hija legítima de Diego García y María del Rosario Romero, ya difuntos (...)»""', de la que debe deshacerse por la utilidad que le resulta de su venta. Igualmente vende una fanegada de tierra de sequero que posee en el sitio que llaman de Doña Leonor, situada junto a la posesión de su cuñado Bruno Perdomo. La citada arboleda de cacao, sita en la Alfoma, linda por el naciente con el Guarique, por el poniente con una fanegada de sequero de la misma hacienda; y por el sur y norte con la hacienda de Bruno Perdomo. El valor de peritación que se le asigna a dicha hacienda arboleda de cacao es de 129 pesos y 2 reales, mientras que el avalúo de la fanegada de tierra alta de sequero asciende a 10 pesos. Igualmente, en una escritura de venta real, sin fecha'"", encontramos el valor de otra hacienda arboleda de cacao en dicho valle de Choroní, compuesta por 1.103 árboles de cacao de todas edades y cualidades. La escritura de venta está suscrita por «(...} Francisco Padrón y María Sebastiana Alcalá, marido y mujer legítimos, vecinos de este pueblo (...}» [Choroní]. La venta se realiza en virtud de juro de heredad, «(...) desde ahora para siempre jamás (...)», a Bemardino Correa, también vecino del valle de ' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30-C, n.° 11, fol. 293r-303r. ' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30-C, n.° 11, fol. 301v. ' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 31, n.° 7, fol. 87r-94v. ' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 31, n.° 29, fol. 247r-254v. 112 Choroní, y por él sus hijos y sucesores. La hacienda arboleda de cacao está en tierras al frente del valle, siendo sus linderos por el norte con la hacienda de Juan José Quiñonero; por el sur con la hacienda del comprador, Bemardino Correa; por el naciente con la serranía de Chuao; y por el poniente con el río principal de la hacienda del citado comprador. El valor de la misma queda reflejado en la escritura como sigue: «(...) y como tal nuestra propia la hemos vendido bajo dichos linderos, con todas sus entradas y salidas, usos y costumbres, pertenencias y servidumbres, libre de censo e hipoteca especial ni general, en precio y cantidad de 1.134 pesos 3 reales, de a ocho reales cada uno de plata, moneda acuñada y corriente, que de dicho comprador hemos recibido, de lo que otorgamos recibo en forma (...)» Entre los mismos documentos encontramos otra escritura pública de venta, ésta fechada en Choroní a 18 de marzo de nQO'"*^, por la cual el propio Bemardino Correa, vecino de Maracay y residente en Choroní, da en venta real por juro de heredad a Agustín Rubio, también avecindado en Choroní, una hacienda arboleda de cacao en el valle y sitio de Conuco Grande, parte de la cual le había correspondido por herencia de sus legítimos padres, Domingo Correa y Juana Josefa de Quiñones, y el resto se lo había comprado a Francisco Padrón y María Sebastiana Alcalá, tal y como consta en la escritura que éstos otorgaron con fecha 3 de agosto de 1772. Estas agregaciones hacen que la hacienda quede compuesta de los siguientes árboles: 1.296 árboles de cacao frutales 1.097 árboles de cacao horqueteados 1.006 árboles de cacao resiembros 500 árboles de cacao fallas En total 3.899 árboles de cacao, en tierras que Undan por el sur con la hacienda de Francisco Romero; por el poniente con el río principal del valle; por el norte con la hacienda de Micaela Palominos; y por el oriente con tierras pertenecientes al propio Bemardino Correa en el lado de la quebrada a la que llaman «Caga la Soga», siendo su avalúo «(...) todo en precio y cantidad de 2.100 pesos, los mismos que he recibido del expresado Agustín Rubio, en dinero de contado, plata acuñada y corriente moneda de peso y ley, a toda mi satisfacción (...)». En una copia del testamento original que queda en el registro perteneciente a «(...) Francisco Santiago Marrero, natural de la isla de Canaria, y vecino de este valle de Choroní, hijo legítimo de José Marrero y Juana María Vende, vecinos de dicha isla, ya difuntos (...)»'''\ éste declara entre • AGN. Archivo de Aragua. Tomo 31, n.° 29, fol. 251r-254v. ' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 34, n.° 7, fol. 27r-32r. 113 sus bienes ser propietario de cuatro pedazos de hacienda arboleda de cacao reconocidos a tributo a favor del Santísimo y de la Patrona del pueblo, Santa Clara, por un valor de 1.660 pesos, bien entendido que dicha cantidad le fue entregada como si se tratase de tierra propia. Los linderos de los cuatro pedazos de hacienda son los siguientes: el primero, nombrado «Santa Clara», por el naciente con la hacienda de Nicolás Rangel, por el poniente con el río principal, por el sur con la hacienda de Andrés Franco y por el norte con las tierras de indios que pertenecen a María Alejandrina; el segundo, que llaman «El Santísimo», linda por el naciente con el río principal, por el poniente con el camino real, por el sur con la hacienda de Clara Quintero y por el norte con la de Nicolás Rangel; el tercero lo hace por el naciente con la hacienda de Soledad Caro, por el poniente con la de Gaspar Agote, por el sur con la de Cayetano Veria y por el norte también con la de Gaspar Agote; y el cuarto y último pedazo linda por el naciente y el poniente con la hacienda de José Calderón, por el sur con las tierras de los naturales y por el norte con la hacienda de Felipe de la Peña. El avalúo de la hacienda del difunto Francisco Marrero'"^, peritada por José Ignacio Zuloaga y Juan José Valle, fechado en Choroní el 15 de febrero de 1796, consta de varias partidas: Sitio de La Isla'« Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL Sitio de Pórtete y Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL Número 654 559 980 254 2.447 La Playa'^« Número 395 270 628 145 1.438 '*• AGN. Archivo de Aragua. Tomo 34, n.° 7, fol. 35r. "' Medición realizada el 15 de febrero de 1796 por la mañana. '* Medición realizada el 15 de febrero de 1796 por la tarde. 114 Sitio de Pórtete y Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL La Playa'^^ Número 190 189 434 103 916 En total suman 4.801 árboles de cacao, sobre los que se realiza la tasación correspondiente, que arroja un saldo de 2.321 pesos. Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 1.239 1.018 2.042 502 4.801 Valor unidad'"** 8 4 2 1 Total'*" 1.239 - 509 - 510 2 62 6 2.321 - En el avalúo de los bienes de María Rita Rodríguez, sin fecha''", realizado por los peritos Damián Correa e Ignacio de Azuaje, para su hija María Alejandra Roldan, se alude a una «haciendita de cacao» de 200 pesos de principal, atributo de censo para Nuestro Padre San Antonio. En el testamento otorgado en calidad de cerrado con fecha 21 de febrero de 1791, «f... ^ Francisco José de Romero, natural de la isla de Tenerife y vecino de este valle de Choroní (...)»^^\ declara entre sus bienes una hacienda arboleda de cacao en el sitio que llaman la «Isleta» arriba, con su casa de bajareque, cubierta de teja y otros bohíos para la habitación de los esclavos, todo ello comprado a Miguel Blanco y Villegas. Declara otro pedazo de arboleda de cacao, fundada por él mismo, en el lugar que llaman la «Cocorzonera», que linda por la parte de abajo con la hacienda de la «Isleta». Declara asimismo entre sus bienes otra hacienda arboleda de "' Medición realizada el 16 de febrero de 1796 por la mañana. '*' En reales. ''" En pesos y reales. ™ AGN. Archivo de Aragua. Tomo 34, n.° 13, fol. 99r-102r. '5' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 38, n.° 12, fol. 311r/v. 115 cacao en el sitio de «Playa Grande», con su casa de bajareque cubierta de cogollo, que había comprado a Femando Blanco y Mijares, y dos pedaci-llos más comparados a Juan Luis Atalaya y Millán Hoces, de todos los cuales tiene las oportunas escrituras. Igualmente, otra hacienda arboleda de cacao con una casa de tapia y rafas, cubierta de teja, en el sitio llamado «Santa Polonia», lindando por el norte con la posesión de su yerno Diego García; por el sur con la de su hijo Matías; y por el naciente con el río. Esta última hacienda procede del remate de los bienes de Nicolás Hernández, hecho a su nombre, gestión realizada por su yerno Diego en Caracas en el tribunal del Gobernador, ante el escribano Antonio Juan Tepera. En otra copia del testamento de Francisco José Romero'" se detalla el número de árboles de cada una de las haciendas de cacao, cuya cuenta'" comienza con fecha 18 de diciembre de 1798 y se extiende a lo largo de varios días, por lo que se anotan numeradas las mediciones parciales en cada uno de los lugares. La Isleta Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL I 219 761 555 723 2.258 II 130 613 612 741 2.096 III 194 651 621 905 2.371 IV 71 219 1.255 571 2.116 V 55 803 455 843 2.156 VI - 110 172 272 554 Total 669 3.157 3.670 4.055 11.551 La Veguita del Santísimo Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL Número 234 203 92 144 673 Junto a las arboledas de cacao también se realiza la mensura de tierras sin sembrar: 3 1/2 fanegadas de riego; 6 1/2 fanegadas de sequero, de las ' " AGN. Archivo de Aragua. Tomo 38, n.° 13, fol. 319r-329r. '" AGN. Archivo de Aragua. Tomo 38, n.° 13, fol. 366v-371r. 116 cuales 3 1/2 están comprendidas en la vega que llaman la «Charanga»; y 5 palmas de coco. Y se continúa contando árboles de cacao en los demás lugares. La Rinconada Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL I 545 635 186 548 1.914 11 470 497 300 757 2.024 III 222 376 217 298 1.113 IV 84 352 247 323 1.006 V 137 563 749 710 2.159 VI 235 719 894 309 2.157 VII 194 550 520 721 1.985 Total 1.887 3.692 3.113 3.666 12.358 Se realiza también una mesura de tierras que representa 5 fanegadas de tierra de cerro y una palma de coco. La Soledad Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL I 172 161 1.897 68 2.298 II - - 2.104 - 2.104 III 400 512 107 237 1.256 Total 572 673 4.108 305 5.658 Se apunta otra mesura de tierras que supone 17 1/2 fanegadas de tierra de sequero. Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL I 690 880 767 472 2.809 Playa Grande 11 - 370 1.816 37 2.223 III - 1.273 801 48 2.122 IV 80 313 853 1.432 2.678 V 56 256 413 982 1.707 Total 826 3.092 4.650 2.971 11.539 117 Los peritos expusieron también haber encontrado una tierra para 2.000 árboles de cacao plantada de yuca hecha, y haber mesurado una fanegada de tierra de riego en el mismo sitio, y así lo firma el capitán Antonio José de Ovalle, teniente interino del presente teniente, Domingo de Sosa. Los avalúos'^" de todas estas haciendas arboledas de cacao quedarían como sigue: La Isleta Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 669 3.157 3.670 4.055 11.551 Valor unidad''^ 8 4 2 1 Total''* 669 - 1.578 - 917 4 506 7 3.671 3 La Veguita del Santísimo Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 234 203 92 144 673 Valor unidad''^ 8 4 2 1 Total''** 234 - 101 4 23 - 18 - 376 4 Además de las 3 1/2 fanegadas de tierras de riego en ladera muy inútiles, a 25 pesos, que suman 87 pesos y 4 reales. De las 3 fanegadas de sequero, a 5 pesos, que suponen 15 pesos. Las 3 1/2 fanegadas de la vega de Charanga, a 10 pesos, que representan otros 35 pesos. Y las 5 palmas de coco, a 20 reales cada una, que son 12 pesos y 4 reales más. En total 130 pesos a añadir a los 4.047 pesos y 7 reales de las dos haciendas arbola AGN. Archivo de Aragua. Tomo 38, n.° 13, fol. 412r-414r. '*' En reales. '* En pesos y reales. '" En reales. '^^ En pesos y reales. 118 ledas de cacao, la Isleta y la Veguita del Santísimo, que totalizan 4.177 pesos y 7 reales. El avalúo continúa con las demás haciendas arboledas de cacao, distintos tipos de tierras (siembra, riego, altas), palmas de coco, etc. La Rinconada Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 1.237 1.508 703 1.603 5.051 Valor unidad"' 8 4 2 1 Total'» 1.237 - 754 - 175 6 200 3 2.367 1 A los que se añaden los 120 pesos de 12 fanegadas de tierra de pan sembrar, a 10 pesos cada una, en total 2.487 pesos y 1 real. Santa Polonia Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 650 2.184 2.410 2.063 7.307 Valor unidad'*' 8 4 2 1 Total'«2 650 - 1.092 - 502 6 257 7 2.502 5 Además, 150 pesos por 30 fanegadas de tierras altas, a 5 pesos cada una, y 2 pesos y 4 reales por una palma de coco (20 reales), en total 2.655 pesos y 1 real. ' En reales. ' En pesos y reales. ' En reales. • En pesos y reales. 119 La Soledad Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 572 663 4.180 305 5.720 Valor unidad'*^ 8 4 2 1 TotaP"^" 572 - 336 4 1.027 - 38 1 1.973 5 Se añaden 87 pesos y 4 reales por 17 fanegadas de tierras altas, a 5 pesos cada una, y 2 pesos y 4 reales por una palma de coco (20 reales), en total 2.063 pesos y 5 reales. Playa Grande Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 826 3.192 4.650 2.971 11.639 Valor unidad""' 8 4 2 1 Total'«« 826 - 1.596 - 1.162 4 371 3 3.955 7 Y por último, 40 pesos por un pedazo de tierra plantada de yuca seca, y 100 pesos por una fanegada de tierra de riego que sirve de guardaviento, en total 4.095 pesos y 7 reales. 6. CONCLUSIONES Y ORIENTACIÓN BIBLIOGRÁFICA A partir de los datos aportados podemos determinar el valor y número de árboles de cacao en cada hacienda arboleda y componer la nómina de los grandes hacendados cacaoteros pertenecientes a los grupos de poder del Consulado, residentes en los pueblos de los Valles de Aragua (Turme-ro, Ocumare, Maracay, etc) o en la ciudad de Caracas, buena parte de ellos "•^ En reales. '" En pesos y reales. "' En reales. '* En pesos y reales. 120 de origen canario. Pero también desentrañar los estrechos lazos familiares y mercantiles de una serie de familias que destacan económicamente por la explotación cacaotera y que tendrán fuertes implicaciones en el proceso de Independencia de la Colonia, manteniendo además su status con el nuevo sistema establecido por la República. El paso siguiente es cuantificar el poder económico de estas élites a través de sus fortunas, detalladas en los testamentos de algunos de sus miembros, lo que nos permite trazar su esquema patrimonial y anotar algunos rasgos microbiográficos'*''. Grandes capitales que en la mayoría de los casos provienen de bienes raíces, fundamentalmente las enormes haciendas arboledas de cacao y las casas ubicadas en Caracas, siendo muy pocos los que destacan por el numerario que poseían, ya que el circulante era un bien escaso en Venezuela ante la falta de minas que produjeran el suficiente metal precioso para amonedar, y por el peso de las importaciones frente a las exportaciones, con la consiguiente detracción de metales hacia el exterior. Una vez establecido el marco de distribución de las propiedades territoriales de estas élites por todo el ámbito venezolano, la zona preferencial la constituyen los valles de Aragua y los alrededores de la ciudad de Caracas, con haciendas dedicadas al cultivo del cacao básicamente, pero también del añil y a la actividad ganadera. Hemos conseguido así un objetivo importante, disponer de una mayor información sobre los grandes hacendados cacaoteros en los núcleos del ámbito territorial venezolano de los Valles de Aragua de cara a la elaboración de un primer cuadro base, que contenga ya las principales figuras económicas de la explotación cacaotera, su relación con el factor tierra y sus vinculaciones con el poder político. Se impone seguir profundizando en la formación y evolución de la propiedad territorial en Venezuela, si queremos comprender en toda su complejidad la estructura económica colonial de un territorio como el venezolano, desentrañando todo el sistema de intereses que mueven las élites de hacendados, terratenientes, burócratas peninsulares, comerciantes y mercaderes que, en definitiva, son el reflejo del absoluto control y de la manipulación que unos grupos marcadamente «aristocráticos» ejercen no sólo sobre la sociedad que encabezan sino también sobre sí mismos, de ahí que esté integrado exclusivamente por blancos, criollos o peninsulares. Ese mismo control absoluto que ejercen sobre el comercio, los altos cargos administráis Fecha y lugar de nacimiento; progenitores; carrera; distinciones honoríficas; capital; inventario patrimonial; disposiciones de última voluntad; etc. 121 tivos y de gobierno, o las máximas jerarquías eclesiásticas y militares, unido a la acumulación patrimonial, la propiedad de la tierra, las grandes fortunas, constituyen los factores que definen estas élites venezolanas. Para comprender el papel jugado por esas élites en la formación de la propiedad territorial colonial venezolana, se pueden reconstruir las propiedades de las distintas familias de cara a establecer no sólo su acumulación de riqueza, sino también el control que ejercían sobre las redes comerciales del mercado interno e intercontinental. El resultado será completar una primera relación de élites económicas y políticas, y configurar el esquema de propiedad territorial en el área geográfica regional de los valles de Aragua entre 1760 y 1810. Finalmente, decir que la bibliografía venezolana sobre élites y propiedad entre 1760 y 1810 es muy abundante, y junto a las aportaciones más recientes'*^ disponemos de una serie de obras clásicas sobre el tema, como ">* Como resultado del proyecto «Élites y propiedad territorial en Venezuela (1760- 1960)», dirigido por los doctores Federico BRITO FIGUEROA -recientemente fallecido- y Manuel LUCENA SALMORAL, se han publicado dos bloques temáticos: «Tierras de Venezuela I». Estudios de Historia Social y Económica de América, 11 (1994), págs. 311- 364, recopilación de ocho trabajos: TAVERA-MARCANO, Carlos Julio: «La propiedad territorial en el Valle de Aragua (1590-1700)»; CHACÓN S., Résmil E.: «El desarrollo de la propiedad cacaotera en Cancagua durante el siglo xviii»; MENDOZA, Irma M.: «Formación de la propiedad territorial en la jurisdicción de Nirgua colonial. Siglos xvn y xvm»; RODRÍGUEZ MIRABAL, Adelina : «Ocupaciones-confirmaciones y composiciones: el fundamento jurídico del régimen de tenencia de la tierra en Venezuela (con particular referencia a los Llanos)»; OLIVARES, Pedro Pablo: «La tenencia de la tierra en la villa de San Jaime y su influencia en la conquista de la banda sur del río Apure»; DÍAZ SEQUIN, Yurivia: «El Marqués del Valle de Santiago: Historia de un Mayorazgo (1713-1824)»; PACHECO TROCONIS, Germán: «Las haciendas de añil en los valles de Aragua en las últimas décadas del periodo colonial (1767-1830)». Y un segundo bloque «Tierras de Venezuela II». Estudios de Historia Social y Económica de América, 12 (1995), págs. 427-598, que comprende nueve trabajos más: ROJAS, Reinaldo: «El conflicto Iglesia-Estado-Encomenderos en el pobla-miento colonial de la región Barquisimeto (1530-1718)»; ROJAS, Reinaldo: «Élites y propiedad territorial en Barquisimeto, provincia de Venezuela, siglo xvm»; RODRÍGUEZ MIRABAL, Adelina: «Amos del suelo y propiedad territorial en los Llanos venezolanos a fines del siglo xvm»; RODRÍGUEZ MIRABAL, Adelina / OLIVARES, Pedro Pablo: «Las líneas de la "frontera llanera" en las últimas décadas del régimen colonial venezolano»; ANDRADE JARAMILLO, Marcos: «La tenencia de la tierra en la Guayana venezolana, 1760-1800»; CASADO ARBONIÉS, Manuel: «Datos para el estudio de las haciendas-arboledas de cacao en los valles de Aragua a finales del período colonial (1760-1810)»; RODRIGO BRAVO, Femando: «Las élites militares en Venezuela (1760-1810)»; GIL BLANCO, Emiliano: «Élites y propiedad territorial en Venezuela (1760-1810). Notas de aproximación a sus fuentes: los comerciantes»; BANKO, Catalina: «Los comerciantes extranjeros de La Guaira frente a las reformas econórrücas de José Tadeo Monagas (1848-1850)». 122 las de Iturriza Guillen"'' quien ha establecido la genealogía de las principales familias venezolanas desde sus orígenes hasta el siglo xx. Estos trabajos genealógicos han sido continuados en estudios que intentaban establecer otros factores de la vida colonial e independiente en Venezuela, entre los que cabe destacar los de Álvarez Freites"", Dávila"', Izard"^, Ladera de Díez'^' o Ramírez de Arellano"", sin olvidar los de Reyes Baena"', Rivas Rivas'•'^ Rodríguez"', Sucre"* y Amezaga Aresti"'. Todos ellos constituyen una importante fuente para conocer cuáles fueron las más importantes familias y su relación entre ellas, bien con fines territoriales o de estrategia mercantil. Y teniendo en cuenta la importancia del Consulado de Caracas en el mantenimiento de los intereses de buena parte de la aristocracia mercantil venezolana, citar los estudios sobre el mismo de Álvarez'*", del propio Arcila Parías en la introducción a la recopilación de documentación sobre 169 ITURRIZA GUILLEN, Carlos: Algunas familias valencianas. Tipografía Londres. Caracas. 1955. 285 págs. Iturriza: Algunas familias caraqueñas. Escuela Técnica Industrial Salesiana. Caracas. 1967. 2 vols. ™ ÁLVAREZ FREITES, Mercedes M.: Comercio y comerciantes y sus proyecciones en la Independencia Venezolana. Tipografía Vargas. Caracas. 1963. 171 págs. '" DÁVILA, Vicente: Diccionario geográfico de ilustres proceres de la independencia suramericana. Imprenta Bolívar. Caracas, 1924. 2 vols. Dávila: Encomiendas. Tipografía Americana. Caracas, 1927-1949. 5 vols. '" IZARD, Miquel: «Contrabandistas, comerciantes e ilustrados». Boletín Americanista, 28 (1978), págs. 1-23. "' LADERA DE DIEZ, Elizabeth: Contribución al estudio de la «aristocracia territorial » en Venezuela Colonial. La familia Xerez de Aristeguieta. Siglo xviii. Academia Nacional de la Historia. Caracas. 1990. 284 págs. "* RAMÍREZ DE ARELLANO Y FERNÁNDEZ ORTIGOSA, Joaquín Alfonso: Las primeras familias de Caracas. Editorial Panapo. Caracas. 1986. 327 págs + Cuadros genealógicos. '" REYES BAENA, Juan Francisco: Treinta y dos figuras. Ediciones «Aula Nuestra». La Nación. Caracas. 1954. '™ Veinticinco venezolanos, textos biográficos. Editorial Trazos. Caracas. 1976. ' " RODRÍGUEZ, Ramón Armando: Diccionario biográfico, geográfico e histórico de Venezuela. Imprenta de los Talleres Penitenciarios de Alcalá de Henares. Madrid. 1957. 887 págs. "* SUCRE, Luis Alberto: Gobernadores y capitanes generales de Venezuela. Cuatri-centenario de Caracas. Litografía Tecnocolor. Caracas. 1964. 2." edición. 323 págs. '™ AMEZAGA ARESTI, Vicente de: Hombres de la Compañía Cuipuzcoana. Banco Central de Venezuela. Caracas. 1963. 395 págs. '*" ÁLVAREZ, Mercedes: El Tribunal del Real Consulado de Caracas. Contribución al estudio de nuestras instituciones. Cuatricentenario de Caracas. Banco Central de Venezuela. Caracas. 1967. 2 vols. 123 el mismo realizada por Leal'^', de Nunes Dias'^^ o de Tandrón'^^ a la hora de poder conocer su funcionamiento, historia y componentes de sus juntas desde su fundación en 1793. En cuanto al espacio geohistórico y económico definido por los valles de Aragua, la bibliografía está marcada por los trabajos de Macpherson'^", Álamo'»', Vila'8«, Castillo Lara'*^ González'»», Castillo Díaz'»», Ramos Guédez'9o, Rengifo'»' y Botello'»^ '*' Documentos del Real Consulado de Caracas. Instituto de Estudios Hispanoamericanos. Facultad de Humanidades y Educación. Universidad Central de Venezuela. Caracas. 1964. 259 págs. '*2 NUNES DÍAS, Manuel: El Real Consulado de Caracas (1793-1810). Academia Nacional de la Historia. Caracas. 1971. 646 págs. '*^ TANDRÓN, Humberto: El Real Consulado de Caracas y el Comercio exterior de Venezuela. Universidad Central de Venezuela. Caracas. 1976. 314 págs. '*•• MACPHERSON, Telasco A.: Diccionario histórico, geográfico, estadístico y biográfico del Estado Miranda. El Correo de Caracas. Caracas. 1891. (Reimpresión, s.f. por Arlit de Venezuela). 556 págs. '*' ÁLAMO, Francisco de Paula: El Estado Miranda. El Cojo. Caracas. 1911. 337 págs. '*' VILA, Marco Aurelio et al.: El Estado Miranda. Sus tierras y sus hombres. Editorial Sucre. Caracas. 1959. 377 págs. VILA: Aspectos geográficos del Estado Aragua. Corporación Venezolana de Fomento. Caracas. 1966. 257 págs. '*' CASTILLO LARA, Lucas Guillermo: Materiales para la historia provincial de Aragua. Academia Nacional de la Historia. Caracas. 1977. 417 págs. CASTILLO LARA: Curiepe. Orígenes históricos. Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos. Caracas. 1981. 358 págs. '** GONZÁLEZ, Godofredo: Crónicas de Maracay. Ensayo sobre la vida colonial. Publicaciones de la Asamblea Legislativa del Estado Aragua. Maracay. 1980. 2.' edición. 145 págs. "' CASTILLO DÍAZ, Asdrúbal R.: Perfil histórico de la ciudad de Cagua. Publicaciones del Concejo Municipal del Distrito Sucre. Estado Aragua. Cagua. 1984. 157 págs. "" RAMOS GUÉDEZ, José Marcial: Historia del Estado Miranda. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas. 1981. 222 págs. RAMOS GUÉDEZ: Apuntes sobre la economía de Barlovento y los Valles del Tuy, 1873-1910. Agricultura, artesanía y manufactura. Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos. Los Teques. 1992. 121 págs. '" RENGIFO, Diana: La unidad regional Caracas-La Guaira-Valles de 1775 a 1825. Academia Nacional de la Historia. Caracas. 1983. 375 págs. 192 BOTELLO, Oldman: La villa del Caracol. Orígenes de San José de Cagua. Ejecutivo del Estado Aragua. Maracay. 1977. 30 págs. BOTELLO: El pueblo de doctrina de Tur-mero. Concejo Municipal del Distrito Marino. Maracay. 1979. 61 págs. BOTELLO: Cinco proceres del Municipio Girardot. Alcaldía del Municipio Girardot. Villa de Cura. 1991. 47 págs. BOTELLO: Historia de Maracay. Tomo I. Editorial Miranda. Villa de Cura. 1991. 200 págs. + Apéndice. BOTELLO: Choroní Costa de la Mar Abajo. Alcaldía del Municipio Girardot. Villa de Cura. 1992. 192 págs. 124
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Título y subtítulo | Cacao y poder en Venezuela : algunos comerciantes, hacendados y propietarios canarios en los Valles de Aragua (1760-1810) |
Autor principal | Casado Arboniés, Manuel |
Publicación fuente | Tebeto : anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura (Islas Canarias) |
Numeración | Número 13 |
Sección | Historia |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | Fuerteventura |
Editorial | Cabildo Insular de Fuerteventura |
Fecha | 2000 |
Páginas | p. 067-124 |
Materias | Emigrantes canarios ; Historia ; Venezuela ; Siglo 18-19 |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 2324364 Bytes |
Texto | CACAO Y PODER EN VENEZUELA: ALGUNOS COMERCIANTES, HACENDADOS Y PROPIETARIOS CANARIOS EN LOS VALLES DE ARAGUA (1760-1810) MANUEL CASADO ARBONIÉS 1. RÉGIMEN COLONIAL Y ÉLITES EN VENEZUELA (1760-1810) El estudio de las élites y la propiedad territorial en Venezuela a finales del período colonial es un elemento indispensable para analizar la sociedad venezolana que impulsó la Independencia en 1810. El modelo no sólo ha sido utilizado en otros países hispanoamericanos posteriormente (Colombia, Argentina, Chile, etc.), sino que también se ha aplicado a la capital Caracas', faltando profundizar en más en el mismo y extenderlo a las restantes provincias venezolanas, donde no existían burguesías comerciales tan definidas. Tipológicamente la independencia venezolana es una revolución elitista y de transición jurídica en la que participaron además de los comerciantes otras fuerzas como los propietarios de las haciendas, el bajo clero, militares y algunos nobles, siendo necesaria la localización de esas élites en territorios como el Oriente (Cumaná) y suroriente del país (Guayana y los Llanos). Pero en el occidente, donde sí hubo un posicionamiento más favorable a la Corona por parte de las oligarquías, acabaron incorporándose al movimiento hacia la revolución. Los distintos grupos sociales jugaron además papeles muy diversos, difíciles de explicar si no se estudia la sociedad que precedió a la revolución, tal como por ejemplo la actuación de los negros y libres que acaudilló el jefe realista Boves, o la de los indios de la región occidental (Mérida). Su conocimiento es de gran interés y de un indudable valor para la comprensión de la identidad cultural venezolana. La localización y dimensiones de las grandes haciendas cacaoteras de los valles de Aragua y la fijación de sus propietarios, junto al complejo sistema de relaciones comerciales de Caracas, permite apreciar con cierta ' LUCENA SALMORAL, Manuel: «La sociedad de la provincia de Caracas a comienzos del siglo XIX». Anuario de Estudios Americanos, 37 (1983), págs. 157-189. 69 perspectiva las posiciones favorables o contrarias a la Corona, o los movimientos claramente revolucionarios por parte de esas oligarquías. Sigue sin afrontarse el estudio de uno de los problemas fundamentales de la nacionalidad venezolana, la sociedad prerrevolucionaria, factor decisivo en el detonante independentista, fenómeno que consideramos no se produjo por causas extemas, sino internas. En el contexto económico-social general de la Provincia de Caracas, hay que destacar las actividades económicas de exportación (cacao fundamentalmente) y las posibles vinculaciones con las actividades comerciales de la compañía Guipuzcoana, presente en Puerto Cabello, en la ciudad de San Felipe, etc. Para ello resulta fundamental el análisis de las transferencias de capital (sobre todo comercial) y propiedades, así como del funcionamiento de la usura, en una economía marcada por la falta de circulante. Estamos ante un grupo social que, desde el siglo xvi es propietario de tierras y encomiendas, controlando la explotación cacaotera en el siglo XVIII y comienzos del xix, manteniendo la vinculación a esos antecedentes encomenderos para posibilitar la expansión económica que vivirá Venezuela con el cultivo y exportación legal e ilegal del cacao. La Historia Colonial de Venezuela, desde la óptica de las élites y grupos de poder que funcionaron en la sociedad colonial, está marcada por su casi absoluto control del poder económico, social, político e intelectual. Desde la manipulación de las instituciones, el acceso a la educación, el ingreso a órdenes militares o la obtención de títulos nobiliarios, hasta la compra de oficios públicos importantes, plenamente conscientes de que la historia que escriben los poderosos, olvidando interesadamente el papel representado por otros sectores sociales significativos. Esas élites son además las beneficiarias de la corrupción de la Real Hacienda venezolana hasta la puesta en práctica de las reformas borbónicas. En tal sentido, ha de buscarse el reflejo de los cambios de propiedad y de propietarios presentes en la contabilidad de la Real Hacienda. A través del ramo de alcabalas se pueden desentrañar cuestiones relacionadas con las escrituras de venta y los contratos públicos. Y se puede buscar el cargo impositivo sobre la producción específica del cacao, o en otros ramos relacionados directa o indirectamente con su producción. Piezas clave para comprender el papel jugado por estas élites como grandes hacendados pueden ser el propio funcionamiento de la Junta General de Hacendados de Caracas y sus actuaciones a propósito de las temporalidades de los jesuítas o los intereses económicos de otras órdenes religiosas. 70 Cronológicamente nos movemos en un marco temporal que abarca desde 1760 hasta 1810, es decir, el período de las reformas borbónicas, una etapa crucial en el desarrollo social y político de la colonia. Reformismo administrativo, aumento demográfico, sociedad estamental y desarrollo económico fueron los elementos que caracterizaron el último período colonial hasta fines del siglo xviii, seguidos luego, a comienzos del xix, por anquilosamiento administrativo, inconformismo social y crisis económica, que prologaron la independencia. Al iniciarse el período, la gobernación de Venezuela constituía una gran unidad administrativa. Como resultado del proyecto de 1740, que pretendió someter una enorme área geográfica a la sola autoridad del virrey de Santafé de Bogotá, Venezuela se había separado del virreinato en 1742, aunque este seguía incluyendo la Guayana, convertida en Comandancia en 1762 por recomendación de la Comisión de Límites. Venezuela dependía de nuevo de la Audiencia de Santo Domingo, y aunque la Real Hacienda estaba centralizada en Bogotá, Caracas mantenía algunos ramos fiscales organizados, tras su llegada a Caracas en 1770, por el contador de cuentas don José de Avalos, quien comenzó su gestión confiscando todos los artículos de contrabando, medida que estuvo a punto de provocar una verdadera rebelión^. El plan de reforma fiscal emprendido por José de Avalos le facilitó al ministro José de Gálvez la creación de la Intendencia de Venezuela en 1776, que incluía las provincias de Venezuela, Maracaibo, Cumaná, Trinidad, Margarita y Guayana, desde la que se intentaría que los territorios venezolanos gozasen de los beneficios otorgados por el Reglamento de Libre Comercio (1777), del que habían sido excluidos, cosa que no se lograría hasta el año 1781. Los gobernadores de Venezuela se ocuparon de la defensa del territorio y del mantenimiento de los privilegios de los hombres de la Compañía Guipuzcoana, que controlaba el territorio, pero la creación del Consulado habría de esperar a 1793. En cuanto a organización religiosa, el Obispado de Venezuela también dependerá del Arzobispado de Santo Domingo hasta la creación en 1804 del Arzobispado de Caracas, con el que se completaba su autonomía territorial. Podemos hablar de proteccionismo en economía y de una verdadera sociedad ilustrada en Venezuela a finales del período colonial, en la que comerciantes y hacendados desempeñarán un papel trascendental. ^ LUCENA SALMORAL: Sociedad y economía de la región norandina durante el período postcolonial (1760-1830). Inédito. 71 2. LA SOCIEDAD VENEZOLANA A FINALES DEL PERIODO COLONIAL Disponemos de datos sobre la demografía de la Venezuela colonial a través del riguroso estudio de John V. Lombardi' para la Provincia de Caracas, cuya población cifra en 427.205 habitantes a principios del siglo XIX, pero nos faltan datos sobre la población global de la Capitanía. Aurrecoechea" la cifraba en 786.000 habitantes para fines del siglo xvni; Depons^ en 728.000 para 1800; Dauxion* en 975.972 para 1807; y Humboldt^ en 900.000 para 1810. Territorio Venezuela Venezuela hacia 1800^ Superficie (Km^) 916.445 Habitantes 728.000 Densidad 0,8 Fuentes: Lombardi y Depons. Venezuela tiene una población apreciable dentro del conjunto del área norandina en función de su territorio, por lo que mantiene la densidad regional 0,8 h/km^, y si hacemos un reparto subregional podemos apreciar mejor el poblamiento: ^ LOMBARDI, John V.: Venezuela. La búsqueda del orden. El sueño del progreso. Barcelona. 1985. Págs. 107-168; detacar también sus trabajos LOMBARDI: People and places in Colonial Venezuela. Bloomington. 1976; y LOMBARDI: The decline and aboli-tion of Negro slavery in Venezuela, 1820-1854. Connecticut. 1971. '' «Memoria geográfico-económico-política del Departamento de Venezuela por D. José María de Aurrecoechea». En Relaciones Geográficas de Venezuela. Recopilación, estudio preliminar y notas de Antonio ARELLANO MORENO. Caracas. 1964. Pág. 554. ' DEPONS, Francisco: Viaje a la parte Oriental de Tierra Firme de la América Meridional. Caracas. 1960. ' DAUXION LAVAYSSE, J.J.: Viaje a las islas de Trinidad, Tobago, Margarita y a diversas partes de Venezuela en la América Meridional. Caracas. 1967. ' HUMBOLDT, Alejandro de: Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Contienente. Caracas. 1985. ' LUCENA SALMORAL: «Neu-Granada/Grosskolumbien. Aus dem Spanischen übersetzt ven Brunhild und Rolf Seeler». Handbuch der Geschichte Lateinamerikas. Band 2. Klett-Cotta, 1992. Pág. 211. 72 Venezuela hacía 1800' Territorio Caracas Maracaibo Barinas Cumaná y Barcelona Margarita Guayana TOTAL Habitantes 440.000 100.000 60.000 80.000 14.000 34.000 728.000 Fuentes: Lombardi y Depons. La primera consideración evidente es que una provincia marcada por la capitalidad de Caracas, como es Venezuela, concentra en ella un gran contingente poblacional. El caso venezolano resulta muy significativo ya que la provincia de Caracas representa el 60'4% de su población subre-gional. Como criterios globalizadores de la sociedad venezolana encontramos fundamentales las redes de parentesco y la acción eclesiástica, cuando la dispersión de intereses en grupos oligárquicos poco integrados regional-mente, pero con fuerte implantación en la capital, hace que esa regionali-zación, tan necesaria para un crecimiento económico fuerte, esté siempre frenada por la falta de circulante. Sólo cuando haya un mayor volumen de numerario y hagan su aparición determinados factores sociales unificado-res y formadores, será posible esa común idiosincrasia regional que se produce a finales del siglo xviii. Las oligarquías, los principales vecinos, comerciantes, hacendados y encomenderos, son los encargados de organizar la vida en las ciudades y en todo el territorio venezolano, manteniendo el orden social establecido, que ningún grupo social cuestiona. Los criollos no se plantearon crear una sociedad distinta a la que habían heredado de los conquistadores, prefiriendo seguir el «modelo elitista» que les permitía seguir usufructuando con cierta comodidad la capacidad de trabajo de los restantes grupos sociales. Esta sociedad colonial venezolana se había configurado por la delimitación de sus actividades económicas, políticas y sociales, merced a la intervención ordenadora ejercida desde la metrópoli por el estado repre- ' LUCENA SALMORAL: «Neu-Granada/Grosskolumbien. Aus dem Spanischen übersetzt von Brunhild und Rolf Seeler». Handbuch der Geschichte Lateinamerikas. Band 2. Klett-Cotta, 1992. Pág. 212. 73 sentado por la Corona española. Sin embargo, es una sociedad que dará muestras de una cierta movilidad como resultado de los comportamientos específicos de cada grupo de poder, que interactúan en función de unos intereses muchas veces no fáciles de definir en una estructura tradicional, máxime cuando algunos de los apellidos'° de pobladores de las propias zonas llaneras permiten ver la posibilidad de una relación familiar que extendería hasta los Llanos la tradición de la aristocracia territorial caraqueña. Para conocer los estamentos sociales utilizaremos los datos porcentuales procedentes de las informaciones de Lombardi para Caracas. La extrapolación de los datos de Caracas para toda la provincia de Venezuela la hacemos, a pesar del error, para disponer de unos datos meramente indicativos. Venezuela hacia 1800" Territorio Venezuela Blancos 26,0% Indios 15,0% Libres 51,0% Esclavos 8,0% Fuente: Lombardi. Con una actividad ocupacional similar a la de otros territorios americanos, dentro de estos grupos podemos destacar que el sector predominante eran los libres, con el 51% de la población, mientras que el sector que trabajaba asalariadamente, los indios, el 15%, era superior al que lo hacía de forma obligatoria, los esclavos (8%). Se trata de un dato bien significativo pues demuestra que la productividad de la región corría principalmente a cargo de jornaleros y no de indios y esclavos'^, en una sociedad cada vez más caracterizada por su blanqueamiento, en el sentido de no tener mezcla de negro. El importante grupo de libres tiene su contrapartida en la gran cantidad de esclavos concentrada en Venezuela, un 8%, dada su importante producción cacaotera y azucarera. Españoles y criollos controlaban la administración civil y eclesiástica, la milicia, la propiedad de la '" RODRÍGUEZ MIRABAL, Adelina: La formación del latifundio ganadero en los Llanos de Apure: 1750-1800. Caracas. 1987. " LUCENA SALMORAL: «Neu-Granada/Grosskolumbien. Aus dem Spanischen übersetzt von Brunhild und Rolf Seeler». Handbuch der Geschichte Lateinamerikas. Band 2. Klett-Cotta, 1992. Pág. 217. '^ ORTEGA, Miguel Ángel: La esclavitud en el contexto agropecuario colonial. Siglo XVIII. Caracas. 1992. UOpágs. 74 tierra y de los bienes, así como la oferta de trabajo, en esa sociedad pretendidamente ilustrada, pero en la cual libres, indios y esclavos llevaban una vida miserable". En el territorio venezolano encontramos a los blancos, españoles o criollos; los mulatos o pardos, un grupo cada vez más numeroso; y los negros, un grupo que también irá incrementándose paulatinamente. A excepción del primer grupo, el constituido por los españoles y criollos, cuya preeminencia reside en la tenencia de bienes, los restantes grupos tienen adjudicada la actividad económica fundamental: el trabajo. Con esta situación social, el comportamiento de los grupos dirigentes se convierte en el responsable de la configuración de un orden social casi estamental, en el que la propia organización de las actividades productivas lleva a una marcada interrelación que confunde en gran medida los caracteres sociales de los distintos grupos que conforman la compleja sociedad colonial venezolana. Para un primer análisis de la sociedad venezolana, podemos establecer una tipificación racial y una distribución geoétnica que nos sirva de base político-demográfica, según la cual encontramos unos grupos privilegiados de poder, constituidos por españoles -peninsulares o criollos-, integrados por la «aristocracia»'"* del territorio, el grupo burocrático letrado y los militares. Un segundo conjunto social se configura en tomo a los grupos ascendentes, fundamentalmente los comerciantes y transportistas (por vía marítima o terrestre); el complejo mundo social tejido en tomo a la actividad desarrollada en las grandes haciendas, agrícolas o ganaderas; y en este mismo gmpo se situarían los pequeños propietarios agrícolas y ganaderos. Y, finalmente, el mundo social del trabajo, con sus fórmulas que van desde el trabajo obligatorio, como en el caso de los esclavos negros, hasta los gmpos asalariados, con sus expectativas desde el reducido trabajo libre, pasando por el concertado, individual o colectivo. Organizados tras esa «aristocracia» de burócratas, militares, hacendados y comerciantes que controlan la administración colonial encontramos a los restantes gmpos sociales, dentro de una estmctura de marcado desequilibrio con su problemática propia de razas y castas, que genera tensiones entre los distintos estamentos y subestamentos sociales. Dentro del gmpo " LANGUE, Frédérique: «Desterrar el vicio y serenar las conciencias: mendicidad y pobreza en la Caracas del siglo xviii». Revista de Indias, 201 (1994), págs. 355-382. '"* La «aristocracia de la tierra» que, en palabras del profesor Federico BRITO FIGUE-ROA, el siglo siguiente comenzaría su andadura para llegar a convertirse en la «aristocracia del dinero». Ver su Historia económica y social de Venezuela. Caracas. 1966 (1." edición). 75 blanco, los españoles tendrán unas funciones bien delimitadas y en estrecho contacto con el mundo de la administración: la defensa del territorio y el mantenimiento de los flujos de comercio exterior hacia la metrópoli. Este grupo de poder lo conforman los funcionarios, civiles y eclesiásticos; los comerciantes; y los hacendados agrícolas y ganaderos. Pero todos ellos con unas importantes cotas de participación en todo tipo de negocios, principalmente a través de sus vínculos con las familias criollas. La sociedad colonial venezolana se va completando con el grupo social que emerge alejado de esa élite dominante de españoles y criollos privilegiados, integrado por los blancos de orilla y los pardos, pero participando de sus mismos principios de acumulación de riqueza. Y, junto a todos ellos, las clases explotadas y desposeídas de toda riqueza, la poderosa mano de obra que soporta el peso del trabajo en haciendas, plantaciones, hatos, puertos, etc, ya sean indígenas encomendados o en misiones, negros esclavos o libres, mulatos y zambos. Las oligarquías coloniales, que controlaban muy particularmente los cabildos, estaban especialmente interesadas en conservar y preservar de cualquier intromisión su espacio de poder político, frente a las élites de la burocracia metropolitana. Dueños del poder económico, los criollos defenderán criterios de conservación y resistencia como factores de mantenimiento de su poder frente a cualquier injerencia procedente de la metrópoli. Desde los cabildos se instrumentaUzarán los resortes necesarios para preservar sus esferas de poder, junto a una labor lenta y llena de dificultades tendente a infiltrarse en otras instituciones políticas coloniales para aumentar así su autonomía frente al poder de la metrópoli. Los criollos, ganada la batalla económica, ansiaban conquistas políticas y alcanzar los puestos más relevantes de la administración colonial, gozando de un enorme poder, constituidos dentro de una sociedad oligárquica cerrada que reproducía modos de vida señoriales, quedando lejos además de las responsabilidades a las que se veían sometidos los propios funcionarios peninsulares y siendo además estos grupos los que rechazarán abiertamente cualquier fórmula de control. Como dueños absolutos de las propiedades urbanas y rurales, intervenían y controlaban los cabildos para todo lo referente a cuestiones locales. Detentaban por lo tanto un poder que no tenía parangón en otros territorios de la Corona. Para comprender todo el complejo entramado de circunstancias que rodean a esa sociedad que hizo posible la Independencia, es fundamental comprender el fenómeno criollo y su control de la sociedad venezolana en sus sectores agropecuario y comercial. Los españoles peninsulares enriquecidos, asistieron muy pronto a la transferencia de sus patrimonios a manos de sus des- 76 cendientes criollos. La intervención de mecanismos como la dote o el mayorazgo hicieron además que se llegase a una gran concentración de la propiedad en un reducido grupo de esa oligarquía criolla, constituida como verdadera élite social. Pero no se puede intentar comprender los mecanismos de poder que interactúan en el territorio venezolano sólo a partir de los comportamientos de corrupción o de abuso de autoridad puestos en práctica por unos y otros. Si se analiza con detenimiento el funcionamiento del sistema social, se aprecian las relaciones concretas de poder dentro del grupo blanco, sin que se puedan ver diferencias significativas de comportamiento dentro de ese gran grupo de «españoles». Las grandes familias criollas, por relaciones de parentesco, matrimonio o compra, se integran en los mecanismos del poder político, social, económico, cultural y religioso, participando plenamente de la vida colonial desde posiciones de absoluto privilegio. Dentro de los grupos dirigentes de la sociedad venezolana, los distintos funcionarios o burócratas no eran, de hecho, un grupo cerrado o endogámico, sino que en su seno se producía una cierta movilidad, impensable en situaciones similares en la metrópoli. Este grupo de españoles y poderosos criollos detenta la dirección política, militar, judicial, financiera y fiscal del territorio venezolano, gozando de un rango social destacado. Y junto a la administración civil, la eclesiástica, plenamente controlada por los criollos, actúa merced a un poderoso clero que se ocupa de todo el complejo de la vida espiritual, que comprende el ámbito cultural en toda su amplitud, desde la propia beneficencia a la educación superior. La realidad laboral era el sometimiento de los restantes grupos sociales a los blancos, soportando el peso del trabajo en las explotaciones agrícolas y ganaderas, dentro del funcionamiento económico del territorio venezolano. En la hacienda, entendida como explotación agrícola de tipo industrial en la que se practica el monocultivo y en la que se realizan trabajos de semielaboración de un determinado producto como pueda ser el cacao, para su distribución en el mercado internacional, se requería del empleo de mano de obra esclava. Precisamente, una de las características generales de la hacienda será, -junto a la inversión de capital, la necesidad de una gran extensión de tierra y lo imperioso de disponer de unas instalaciones adecuadas y unas herramientas costosas-, contar con esa mano de obra negra esclava o asalariada. Frente a ellos, los grandes terratenientes, la iglesia -el primer propietario de tierras-, los cabildos, la propia Corona y los criollos. Estos últimos concentraban grandes patrimonios familiares, al tiempo que la encomienda seguía teniendo un gran peso específico en el territorio venezolano. 77 La hacienda está plenamente configurada como una unidad de producción, agrícola, ganadera o mixta, en manos de un solo propietario, con unas características generales de escasa inversión, ocupar trabajadores asalariados encargados de producir alimentos y contar con un mercado cercano, la propia capital Caracas, o los puertos de salida para sus productos. Para alcanzar una cierta tranquilidad social hubieron de acometer los graves problemas sociales derivados de la pugna entre una sociedad criolla y una sociedad española cada vez más estancada, y la población negra y libre. La intervención de los comerciantes en las haciendas era cada vez mayor, produciendo con su participación en la actividad agrícola y ganadera una serie de cambios en la sociedad venezolana, aparentemente rígida y cerrada en la jerarquía impuesta desde la conquista por el sistema de encomienda. Su afán inversor les iba llevando a otras zonas del territorio venezolano, en las que habían comenzado a emerger nuevas oligarquías de propietarios de tierras y ganados, una nueva élite regional. Esa nueva casta social compuesta por elementos relativamente nuevos, la conforman los negociantes favorecidos por las nuevas condiciones de explotación y comercio, en un proceso reproducido en distintas zonas del territorio venezolano. Panorama de un territorio y una sociedad, la venezolana, en la cual los españoles y junto a ellos los criollos, dominaban el comercio y las explotaciones agrícolas y ganaderas, al tiempo que desempeñaban los cargos de la administración política, que naturalmente también comprendía la militar y eclesiástica. La alianza entre el dinero y el poder siempre daba paso a situaciones de parentesco entre los funcionarios reales y los miembros de las oligarquías, en una sociedad en la que el mestizaje también tiene un papel importante, al tiempo que se conforman los elementos económicos, sociales y de mentalidad. Estos son los valores de una sociedad que vive con la cara vuelta hacia la metrópoli, dependiente en definitiva de la sociedad española, cuyo modelo más tradicional defenderán incluso contra los propios peninsulares cuando lo vean amenazado por nuevos plantemientos políticos o nuevas corrientes de pensamiento. 3. COMERCIANTES Y HACENDADOS CANARIOS EN LA VENEZUELA COLONIAL Caracas, donde residían habitualmente los miembros de las élites venezolanas, es la capital del territorio y la que centraliza todos los órganos de poder económico y político de la Provincia de Caracas y después Capitanía 78 General de Venezuela. Su proximidad al puerto de La Guaira, lugar de salida y entrada para los productos negociados por el comercio de la zona, hacía de Caracas el centro de reunión de los grandes comerciantes del territorio, por lo que la ciudad conoció la fundación del único consulado de Venezuela'^, ya a finales del siglo xviii. Muy interesante resulta la distribución de las propiedades de esta élite colonial a todo lo largo del territorio venezolano, si bien la mayor parte de sus tierras y haciendas estaban situadas en los ricos valles cercanos a la ciudad de Caracas. La gran mayoría de estas haciendas eran dedicadas al cultivo del cacao, sobre todo las radicadas en los valles de Aragua, y a la ganadería, especialmente las de la zona del Apure. Los productos agropecuarios serán la base fundamental de un comercio en el que los propios productores, los hacendados, estarán muy interesados en permanecer cerca de los centros comerciales donde se negocian las mercancías. Hacendados y ganaderos optarán por residir en Caracas la mayor parte del año, dedicados muchas veces a la comercialización de sus propios productos. Disponemos de una nómina de unas 250 personas pertenecientes a los grupos de poder del Consulado, compuesta por los comerciantes, hacendados y ganaderos más importantes residentes en la ciudad de Caracas, muchos de ellos canarios, pertenecientes a la burguesía comercial y agraria tinerfeña'*. La mayor parte de estos individuos mantenían estrechos lazos familiares y mercantiles hasta el punto de que unas cuantas familias van a destacar económicamente durante el período 1760-1810, superándolo en muchos casos y siendo firmes colaboradores en la Independencia de la Colonia, por lo que mantendrán su posición privilegiada también con el nuevo sistema republicano. El poder económico que detenta esta élite, se puede cuantificar a través del avalúo de sus fortunas", gracias a los datos aportados por los tes- " Sobre el Consulado las obras clásicas son las de ÁLVAREZ, Mercedes: El Tribunal del Real Consulado de Caracas. Contribución al estudio de nuestras instituciones. Caracas. 1967. NUNES DÍAS, Manuel: ElReal Consulado de Caracas (1793-1810). Caracas. 1971. TANDRÓN, Humberto: El Real Consulado de Caracas y el Comercio exterior de Venezuela. Caracas. 1976. '^ HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Manuel: «Reflexiones sobre la identidad canaria en América». En el camino (Canarias entre Europa y América). Textos compilados por José Ramón Santana Godoy. Las Palmas de Gran Canaria. 1992. Págs. 73-91. HERNÁNDEZ GONZÁLEZ: La Ilustración en Canarias y su proyección en América. Las Palmas de Gran Canaria. 1993. Págs. 37-43. HERNÁNDEZ GONZÁLEZ: «La emigración tinerfeña a América en el siglo xix». Revista de Historia Canaria, 177 (1992), págs. 111-140. " LANGUE: «El círculo de las alianzas. Estructuras familiares y estrategias económi- 79 lamentos de algunos de sus miembros, en acusado contraste con la miseria'* en que estaban sumidos amplios sectores de población de la ciudad de Caracas. Se trata, en su mayor parte de capitales fundamentados en bienes raíces, haciendas en los valles más ricos e inmuebles ubicados en Caracas, siendo muy pocos destacan por el numerario que poseían. El circulante era un bien escaso en Venezuela, sobre todo a causa de la falta de minas que produjeran el suficiente metal precioso para amonedar, y al realizarse una actividad comercial mucho más importadora que exportadora, con la consiguiente detracción de riqueza hacia el exterior. En la documentación de Real Consulado encontramos los nombres de los comerciantes, mercaderes, hacendados y cosecheros de Caracas, La Guaira y Puerto Cabello convocados para la primera Junta para la erección del Consulado de Caracas, que fueron los que más adelante anotamos", destacando con un asterisco los de origen canario^". La importancia de este órgano mercantil fue fundamental a la hora de establecer la política comercial de la Intendencia de Venezuela y llegó a ser un punto de apoyo al mantenimiento del poder español en la Colonia hasta que los intereses de sus miembros se vieron mermados por la influencia de la situación española en el comercio. La solicitud para la erección del Consulado de Caracas se debió al Intendente Francisco de Saavedra en carta de 2 de mayo de 1785^', lo que dio vía libre a la creación de nuevos consulados, en Buenos Aires (1794), Cartagena, Veracruz, Santiago (1795), Guatemala, La Habana, Guadalajara y Manila. La significativa presencia de canarios en Venezuela nos conduce directamente al tema de las relaciones canario-americanas, para las que son clave dos factores tales como el comercio y la emigración. cas de la élite mantuana (Siglo xvín)». Boletín de la Academia Nacional de la Historia, 309 (1995). Págs. 97-121. '" LANGUE: «Desterrar el vicio y serenar las conciencias: mendicidad y pobreza en la Caracas del siglo xviii». Revista de Indias, 201 (1994), págs. 355-382. " ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN (AGN). Caracas. Real Consulado. Correspondencia. Lib. I, fol. 5-6. Lista de cosecheros, comerciantes y mercaderes de la provincia de Venezuela que se deben declarar matriculados en la Cédula de Erección. Cfr. Documentos sobre el Real Consulado de Caracas. Selección de Ildefonso Leal. Caracas. 1964, págs. 74-77. ^^ Contrastados con informaciones del Dr. Manuel Hernández González, Profesor de la Universidad de La Laguna. Tenerife. Sobre estos listados de «cosecheros, comerciantes y mercaderes» de la antigua provincia de Venezuela se encuentra trabajando nuestro compañero el Dr. Emihano Gil Blanco, en quien confiamos para que desentrañe nuevas informaciones sobre estos personajes. ^' LUCENA SALMORAL: Vísperas de la independencia americana: Caracas, págs. 263-264. 80 Por una parte, las Islas Canarias^^ eran para la Península un enclave estratégico del que importaban cueros, orchilla, pez, maderas, azúcar y a la que exportaba aceite, jabón, almendras, sedas, lienzos, arroz, etc. Pero las Canarias ya contaban con su propio circuito comercial, con conexiones entre las distintas islas gracias a un intenso comercio de cabotaje, unido al cabotaje que a su vez tenía cada una de ellas, y ahora quieren participar del comercio americano, para completar su complejo mundo cada vez más alejado del ámbito isleño, pero al que llegan de forma efectiva los hombres y los productos canarios. Su circuito comercial se extiende desde el poco conocido marco continental de África (Guinea, Levante y Berbería), pasando por el español peninsular, hasta llegar al europeo (Inglaterra, Flan-des, Portugal, etc). América constituye, por tanto, otro extremo en ese alejamiento progresivo. Desde finales del siglo xvn", el continente americano y de un modo especial Venezuela, pero también Cuba y Puerto Rico, comenzaron a recibir desde Canarias^"* aportes no sólo de vino sino también humanos, debidamente reglamentados. En 1718 con la concesión del Reglamento de Comercio para el comercio con América^', se abría una nueva etapa en las relaciones comerciales, que tendrá su colofón en 1778 con la promulgación del Reglamento de Libre Comercio^'. Barcos y mercancías son los elementos que nos permitirían tener una idea del comercio global en el que se inserta el cacao, siendo además necesario conocer la infraestructura para desarrollar su comercio, los puertos principales de salida y llegada, y los hombres que intervienen en el negocio: comerciantes, pilotos, capitanes de ribera, negociantes encargados de efectuar las transacciones, etc. Pero también fijar los puertos y su dimensión histórica, sus etapas de crecimiento y las sustituciones de unos enclaves por otros. El conocimiento de las mercancías comerciadas y la propia diversidad '"• HUMBOLDT; Viaje a las Islas Canarias. Edición, estudio crítico y notas de Manuel Hernández González. La Laguna. 1995. 209 págs. ^' En 1678 el rey Carlos II restringió el comercio insular con el Nuevo Mundo a 600 toneladas, pudiéndose desplazar a América cinco familias colonizadoras por cada cien toneladas de mercancías. ^^ HERNÁNDEZ GONZÁLEZ: «La migración canaria dentro de la política misional en Indias: el Oriente de Venezuela (siglos xvn-xvm)». Almogaren, 13 (1994), págs. 149-168. " Se volvía a permitir que las Islas Canarias negociasen mil toneladas con América, incluidas las 400 que ya se le habían autorizado para el comercio con Puerto Rico. ^ Reglamento y Aranceles Reales para el Comercio Libre de España a Indias de 12 de Octubre de 1778. Sevilla. 1979. 107 págs. 81 de renglones producidos en Canarias^', junto con el tráfico comercial y los barcos, y en la medida de lo posible los niveles de fraude y contrabando, tienen su contrapunto también en la importante emigración canaria a Venezuela. Hubo una emigración voluntaria, junto a la obligatoria por el derecho a comerciar con América, la ilegal y la de militares cualificados o soldados enganchados. En las cartas de poder, de obligación, los reconocimientos de deudas o en los testamentos, y también en las dotes, donaciones y capellanías, la presencia canaria es significativa, sin que por ello debamos olvidar que la mayoría de los emigrantes canarios acabaron sus días en América sin haberse enriquecido para volver a su tierra natal con un status social muy superior al de partida. Caracas Comerciantes Ignacio Xedler Joseph de Fierro * Esteban Otamendi Manuel de Francia Pedro Iriarte Pedro Martín Iriarte Juan Iriarte Juan Miguel Echezuria Juan Joseph Echenique Juan Bautista Echezuria Joseph Joaquín de Ansa Joseph Ignacio Michelena Juan Agustín Zuasnavar Domingo Zulueta Felipe Llaguno Juan Benítez de Lugo * Femando Monteverde * Francisco J. de Longa Luis López Méndez Diego Rodríguez Núfiez Joaquín Castillo Veitia Benito Pazos Francisco Ventura Terreros Antonio Egaña Mercaderes Francisco Alvarado Pedro Delgado Correa * Joseph Lázaro Echenique Antonio Orihuela * Manuel Hernández * Pedro Pérez Velázquez * Pedro Velázquez * Lucas Francisco Seijas * Jacinto Núñez * Esteban Núfiez * Antonio Díaz * Francisco Míreles * Miguel de Vargas * Hacendados Conde de Tovar Marqués de Mijares Conde de San Javier Marqués del Toro Juan Nicolás de Ponte Manuel Felipe Tovar Santiago de Ponte Marcos de Rivas * Juan Javier Solórzano Feliciano Palacios y Soto Alejandro Pío Blanco Femando Ascanio Femando Blanco Mijares Joseph de Arviriguera Joseph Domingo Blanco Diego Moreno Manuel Joseph Urleña Jacinto Ybarra Manuel Monserrat Francisco García de Quintana Ignacio Rengifo Joseph de Cocho Iriarte * Vicente Verois Juan Luis Escalona " FARIÑA GONZÁLEZ, Manuel: Aportación al estudio de las relaciones canario-americanas, 1678-1718. Tesis de Licenciatura. Universidad de La Laguna. Tenerife. Estudio que prolonga en su tesis doctoral hasta 1778. 82 Comerciantes Antonio Mora Mercaderes Hacendados Joseph Ignacio Uztariz Diego Blanco Joseph Escorigueta Joseph Plaza Liendo Blas de Paz Castillo * Juan de la Vega Gabriel de Bolívar Martín de Aristiqueta Jerónimo Blanco Juan de Soto Antonio Soto FéUx Pacheco Joseph Manuel de los Reyes Nicolás del Toro La Guaira Comerciantes Martín de Iriarte Juan de Mayora Miguel de Larmleta Joseph Francisco Ezcurra Mercaderes Marcos Santana * Miguel Zamorano Joseph Miguel de Olavarría Sebastián de Amiama Hacendados Andrés Azcárate Joaquín Azcárate Felipe Echarri Ignacio Eizaguirre Joseph de España Femando Cardona Luis de Agreda Puerto Cabello Comerciantes Joseph de Herrera Domingo de Mera Juan Bautista Arrillaga Domingo Echave La élite mercantil venezolana^* comprende una tipología bien diferenciada, en la que destacan los comerciantes, dedicados básicamente a todo tipos de negocios de exportación e importación al por mayor. Estos grandes comerciantes son de origen español o naturalizados, muchos de ellos ^ GIL BLANCO, Emiliano: «Élites y propiedad territorial en Venezuela (1760-1810). Notas de aproximación a sus fuentes: los comerciantes». Estudios de Historia Social y Económica de América, 11 (1995), págs. 587-591. 83 canarios. Económicamente su capital se puede cifrar en tomo a los 30.000 pesos, mientras que su condición social les sitúa en un rango similar al del hacendado^'. Los mercaderes tienen asignada una función más restringida dentro del sistema mercantil venezolano, ocupándose del comercio al por menor en tiendas abiertas en las ciudades. Su consideración como tales pasa por acreditar unos bienes valorados en 15.000 pesos, corriendo a su cargo la comercialización'" y venta de los géneros introducidos al por mayor por los grandes comerciantes. El escalón siguiente corresponde a los bodegueros, quienes canalizan la distribución de los vinos y víveres importados por los comerciantes. A diferencia de los mercaderes, su extracción social es inferior, aunque su situación comercial es sin embargo equiparable. Una diferencia significativa con comerciantes y mercaderes viene marcada por el hecho de no estar excluidos del servicio militar'^ En términos económicos, sus bienes no ascendían por encima de los 15.000 pesos. Dentro del grupo dedicado a las actividades mercantiles, encontramos en último término a los pulperos'^. Su principal cometido es comercializar, al por menor, un conjunto de productos agrícolas de producción venezolana, y, marcan sus diferencias frente a los vendedores ambulantes por el hecho de disponer de tienda fija''. Quincalleros, canastilleros, placeros, buhoneros, barateros, etc, se dedicarán a vender sus productos de mercado en mercado y de ciudad en ciudad, sin tener relación con el comercio de importación. La extracción social de estos últimos grupos que intervienen en la actividad comercial es eminentemente criolla'''. Los grandes comerciantes y los mercaderes estarán exentos de formar parte de las milicias coloniales venezolanas, no así los restantes grupos. ^' LUCENA SALMORAL: Vísperas de la Independencia Americana: Caracas, págs. 196-208. '° LUCENA SALMORAL: Vísperas de la Independencia Americana: Caracas, págs. 208-212. Sobre el comercio caraqueño de la época, LUCENA SALMORAL: Los mercados exteriores de Caracas a comienzos de la Independencia. Caracas. 1992. 396 págs. '' LUCENA SALMORAL: Vísperas de la Independencia Americana: Caracas, págs. 212-215. '^ HERNÁNDEZ GONZÁLEZ: «Identidad y papel social de los canarios en la Venezuela del siglo xvm». Eres (Antropología), 3 (1991), págs. 95-109. ^' CASTELLANOS, Rafael Ramón: Historia de la pulpería en Venezuela. Caracas. 1989. 294 págs. ^^ LUCENA SALMORAL: Vísperas de la Independencia Americana: Caracas, págs. 215. 84 que quedaban fuera de la jurisdicción del Consulado de Caracas. La lista compuesta por esta entidad en 1805 es muy clarificadora, por lo que la reproducimos a continuación. Se trata de una relación pormenorizada de las personas que debían ser excluidas del citado servicio para su posterior remisión al Intendente". En dicha lista se distingue entre comerciantes propiamente dichos, dependientes^* o mancebos de estos, y por último se anotan los nombres de los que no reúnen la condición para pertenecer a esa clase mercantil privilegi-da que define el propio Consulado. La base fundamental del comercio caraqueño serán productos agrícolas y ganaderos, por lo que los más interesados en permanecer cerca de los centros donde se negocian dichas mercancías serán los propios productores, por lo que los hacendados y ganaderos más importantes van a tener casa abierta en Caracas la mayor parte del año, llegando a comercializar ellos mismos sus productos. Comerciantes Gerónimo Alzualde Francisco Aramburu Bruno Ignacio Abasólo Joaquín Altuna Tomás Borges * Jaime Bolet Bernardo Blanco Strickland * Antonio Carballo * José Carbonell Sebastián de Córdoba José Antonio Cortegno^' Antonio Díaz Flores * José de Elias Pablo Echezuria Juan José Echenique José Gabriel García * Salvador González * Dependientes Bartolomé de Echenique Miguel Ignacio Aguirre Pedro Ramón Vázquez José Policarpio Rodríguez Juan Francisco Altuna - - Antonio Monzón * - Antonio Giter Pedro Córdoba Pedro Pablo Díaz Francisco Vadillo - - Conrado García - 55 ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN (AGN). Caracas. Real Hacienda. Lib. 2529. Actas del Real Consulado (1803-1806), fols. 163v-164v. 5' Ponemos un guión cuando no tienen dependientes, y dejamos un vacío cuando no tenemos noticia de que tengan o no dependientes. 5' Transeúnte. 85 Comerciantes Bartolomé García Francisco González de Linares Juan Pascual Herrera Juan y José Antonio Yllas Isidoro López Méndez Joseph Landaeta Joseph de las LLamosas Vicente Linares Domingo López Barricón de la Torre Mario Lugea'^ Simón de May ora José Martínez * José Bernardo Mintegui^' Felipe Mayo"*" Pedro de la Orata Manuel Navarro'*' Ramón Pérez de la Portilla Gerardo Patrullo * Antonio Arrizurrieta José Joaquín Argos Pedro Ignacio Aguerrebere José Benito Austria Manuel M" de Cascasa Martín de Bereciarte Miguel Antonio Barrera Francisco Báez * Pedro Antonio Barrenechea Francisco Carrasco Benito Capó*^ José Pando Juan Nepomuceno Domínguez Juan Esteban y Pedro Echezuria Juan Espar Pedro"*^ y Juan Eduardo * Dependientes — José Rubín Antonio Oramás * José Pacanins Miguel de Zalzamendi - José Ramón Losaya Andrés Linares - Miguel de Iparraguirre - Antonio Lucio - -- - Francisco Supervia Miguel Barrenechea Manuel Martínez Juan Jerónimo Echenique Joseph Torres - - Marcelino Aragón Ramón de Barrenechea - Francisco Capó - Marcos Echezuria Juan Espar y Camps Gabriel Sáenz Rubio '* En Compañía Coro. '' En compañía con Eugenio de Orlo. * En compañía con Maricuro Lugea. •" En compañía con Benito Capó. ••^ En asociación con Manuel Navarro. "•^ HERNÁNDEZ GONZÁLEZ: «Pedro Eduardo, un comerciante canario ante la emancipación venezolana». (Separata). Las Palmas de Gran Canaria, s/f. Págs. 351-366. 86 Comerciantes Joaquín Emasabel José Vicente Galguera Vicente Gómez Antonio Goicoechea Ignacio García Pérez Antonio Hernández de Orta * Femando Key Muñoz * José Manuel de Lizarraga Juan Bernardo Larraín Juan José Lander Manuel Llanger Miguel Llanger Felipe Mayo Félix Martínez de Ávila * Agustín Madariaga Marqués de Mijares"*^ Femando de la Madrid José Meló Navarrete * Pedro Navas Telesforo Orea * Antonio y Pablo Oramás * Francisco Palacios Blanco José Joaquín Purroy Domingo Alejandro Pérez * Francisco Rodriguez de Payba * José Agustín Rodríguez Gerónimo Font"' Matías González Sopranis * Manuel M" Socy Antonio Timudo * Nicolás Velasco Simón Ugarte Juan José Hurtado Juan Antonio Zubieta Isidoro Quintero * Rafael Riberol * Próspero Ramírez"** Dependientes Luis de Gárate José Hernando - - - - Ciríaco y Julián Mongui - - Francisco de la Chichorreta - - - - Toribio Aguirre Narciso Cereceda Guillermo Pilgron Antonio Torres - Sebastián García Villalobos Silvestre Hemández - Juan Esteban Iravequi Isidoro Antonio Pérez - Miguel Rodríguez - Pedro Sallas Antonio Socy -- Martín de Aguirre -- Francisco de Quevedo - - En compañía con José María Uztáriz. En compañía con Juan Olivert. En compañía con Martín Tovar y Ponte. 87 Comerciantes Joaquín Segura y Grau Mateo Salazar * Vicente Geircía * Martín Tovar y Ponte"' José Luis Ugarte José M" Uzlariz"^ Dependientes Juan Vicente Goicoechea Matías Freytes - Manuel Negrete Manuel José González Domingo Zulueta y Uñarte Excluidos de la clase de comerciantes Miguel Antonio de Aranzadi"' Pedro González^" * Marcos Santana'' * Manuel Franco'^ Bartolomé González^^ * Pedro Urraza'" Mauricio y Pablo Carbonell y Vila^' Narciso Oropesa^* * Esteban Padrón^' * Excluidos de la clase de dependientes José Machín'^ Sebastián Sorondo^' Manuel de Arozamena* José Ventura Santana*' José Rovira*^ Juan Bautista Carvajal*^ '" En compañía de Próspero Gómez. *^ En compañía con el Marqués de Mijares. "' Por ser mercader. '" Por haber pasado a ser hacendado. " Por continuar manejando y administrando tiendas de mercería sin separación de sus almacenes. '^ Lo mismo que para Marcos Santana. '^ Por ausente. '" Por ausente. " Por el oficio que ejercen. ''' Por seguir administrando sus bodegas. " Lo mismo que para Narciso Oropesa. '* Por haber salido de la casa que servía. *' Lo mismo que para José Machín. *" Lo mismo que para José Machín y Sebastián Sorondo. *•' Por emplearse a un mismo tiempo en el manejo de las tiendas de sus principales. '^ Lo mismo que para José Ventura Santana. *^ Lo mismo que para José Ventura Santana y José Robira. 4. LA ECONOMÍA VENEZOLANA A FINALES DEL PERIODO COLONIAL La economía colonial de Venezuela", marcadamente proteccionista, negociaba plata a cambio de manufacturas, lo que no era precisamente el sistema de intercambio ideal entre Venezuela y España, cuando además la región se benefició muy poco de las facilidades para el intercambio otorgadas por el Reglamento de Libre Comercio, ya que las continuas guerras habidas desde fines del siglo xviii impidieron un comercio regular con la metrópoli, cuando las potencias extranjeras propiciaban un fuerte contrabando para introducir sus excedentes en las colonias españolas. En materia de agricultura se aprovechan los diversos pisos térmicos creados por la orografía dentro del medio tropical, en las tierras calientes se producían los frutos básicos para una agricultura comercializable, mientras que las frías y templadas proporcinan básicamente alimentos de auto-consumo. La mayor parte del cacao producido en la región norandina procede de Venezuela, los valles de Aragua y Maracaibo, aunque también de Guayaquil en Ecuador. Este cacao venezolano se enviaba principalmente a España, mientras que en el caso ecuatoriano, a partir de 1789 la Corona eliminó las barreras para el comercio cacaotero de la línea Guayaquil-Quito- México, dada la importancia del mercado novohispano. Otro importante producto de exportación como el añil''\ sólo se introdujo en Venezuela a partir del último cuarto del siglo xviii, y su fuerte producción sólo comenzó a decaer a principios del siglo xix. El algodón llegó a ocupar un lugar importante en las exportaciones, pero fue desplazado por el norteamericano, y el trigo también acabó siendo importado de Estados Unidos. La región tabacalera por excelencia de Venezuela será Barinas, destacando por la calidad de su producción. La caña de azúcar también tenía un cultivo destacado en Venezuela. El café se introdujo también en Venezuela a finales del período colonial, y su expansión fue notable al cultivarse en las laderas de las montañas, en unas zonas anteriormente improductivas, mediante fuerza laboral de tipo familiar. Y, " ARCILA PARIAS, Eduardo: Economía Colonial de Venezuela. Caracas. 1973 (2." edición). 2 tomos, 360 y 347 págs. « PACHECO TROCONIS, Germán: «Las haciendas de añil de los Valles de Aragua en las últimas décadas del período colonial (1767-1830)». Estudios de Historia Social y Económica de América, 11 (1994), págs. 349-364. SÁNCHEZ NARIO, Adela: «La introducción del añil como planta comercializable en Venezuela». En Venezuela en el Siglo de las Luces. Sevilla-Bogotá. 1995. Págs. 67-82. finalmente, el maíz, el plátano -proporciona sombra a los árboles de cacao-, la yuca, etc, también contribuían a cubrir las necesidades internas de la región. Como modelo de propiedad agrícola regional, en Venezuela destaca la hacienda, firmemente arraigada, determinando una producción de monocultivo con mano de obra esclava, y orientada al comercio exterior sobre la base de esos tres artículos señalados: cacao, añil y algodón. Por otra parte, la ganadería vacuna ocupaba extensas zonas de los Llanos. La carne se consumía en el mercado regional, exportándose pequeñas partidas de tasajos y con una gran producción de cueros al pelo, 120.000 anuales. En el Oriente venezolano también pervivía la ganadería mular, que había tenido épocas anteriores de gran esplendor**. El importante comercio interno de la época debió jugar también un papel muy destacado dentro de la economía venezolana, si bien la pieza clave está en el comercio extemo, que fue el que entró en una grave crisis a finales del período colonial. Venezuela vivía de dicho comercio, exportando sus frutos a cambio de trigo, tejidos ligeros y la plata necesaria para hacer funcionar una economía marcada por la falta de circulante. Si comparamos las cifras de producción y las exportaciones tenemos que Venezuela a comienzos del siglo xix*^, tenía una producción de cacao que se situaba alrededor de las 206.000 fanegas; el añil en unas 800.000 libras; y el algodón en 800.000 libras. Para el año 1807, concretamente en Caracas, disponemos de cifras para el tabaco, 90.000 fanegas, y para el café, 3.000.000 de libras. Y en el año 1809 sus exportaciones anuales se cifran en 122.000 fanegas de cacao, 800.000 libras de añil, 800.000 de algodón y 3.000.000 de libras de café, lo que significa que exportaba casi todo el añil, algodón y café que producía. En cuanto al azúcar, las cifras de exportación van de 50.000 a 500.000 libras, además de unos 80.000 cueros al pelo. La situación bélica de continuas guerras con Inglaterra, la primera potencia naval en esos momentos, dificultarán la negociación de dichas exportaciones, que aportaban el numerario más imprescindible, especialmente cuando en 1810 el comercio exterior se vea amenazado por otro posible bloqueo inglés. Por último, decir que la Real Hacienda ejerció una enorme presión sobre Venezuela, sobre todo a partir de 1777 con la generalización de los '* LUCENA SALMORAL: Sociedad y economía de la región norandina durante el período postcolonial (1760-1830). Inédito. " LUCENA SALMORAL: Sociedad y economía de la región norandina durante el período postcolonial (1760-1830). Inédito. 90 estancos sobre los productos de mayor circulación, como el tabaco^^ el aguardiente, la sal, los naipes o la pólvora. El estanco eliminaba posibles competidores e imponía los precios a los consumidores, lo que ocasionaba el descontento popular. Fueron precisamente las reformas borbónicas las que lograron aumentar en pocos años la recaudación fiscal, aplicando dos medidas directas: acabar con el arrendamiento de los estantos para ponerlos bajo administración directa, y naturalmente aumentar los impuestos. Estas medidas tuvieron una especial incidencia en Venezuela, donde la situación era más grave por el hecho de que los estancos retenían el poco numerario existente, mientras que el comercio no ingresaba el necesario. Los Intendentes de Venezuela se vieron por ello en la necesidad de poner en circulación el dinero de los estancos, aceptando libranzas pagaderas en la Península. Eran momentos en los que los gastos de defensa mermaban cada vez más la hacienda, determinando que la crisis económica que padecía una región como Venezuela, se viera agravada por una Real Hacienda que aumentaba su presión fiscal, colocando a sus habitantes ante una coyuntura incierta. 5. LAS HACIENDAS-ARBOLEDAS DE CACAO EN LOS VALLES DE ARAGUA: ALGUNOS PROPIETARIOS CANARIOS*' El siglo XVIII venezolano cuenta ya con una élite dominante, social-mente configurada como clase y económicamente poderosa. El sistema político, social y económico que representa, netamente colonial, determina la explotación de la mano de obra negra esclava, amparándose siempre en las enormes riquezas acumuladas y en sus prejuicios hacia los restantes grupos sociales, especialmente los esclavos. Cada vez más controlados por la aristocracia terrateniente, ese pequeño grupo de familias emparentadas entre sí, se apoderan de los Cabildos y del poder económico que le facilita el control de la producción y de la mano de obra. La situación de privilegio derivada del monopolio económico ejercido por las élites venezolanas se extiende, por tanto, a otros ámbitos como el ^^ ARCILA PARÍAS: Historia de un monopolio. El estanco del tabaco en Venezuela, 1779-1833. Caracas. 1977. 364 págs. ' ' Muestra sacada de los tomos I-IX a.i. de la sección Archivo Aragua del Archivo General de la Nación (AGN) de Caracas; en un primer momento se ha levantado hasta el tomo XL; una segunda etapa será para los tomos XLI a LXX a.i. Los datos se han contrastado con los existentes en los registros del Archivo Arzobispal de Caracas. 91 político, el militar o el intelectual de la época, influyendo decisivamente en las costumbres y hábitos sociales y, en definitiva, en la conformación de la mentalidad de la sociedad colonial venezolana. El propio Humboldt se refiere a ellos en estos términos: «Pequeño número de familias que en cada comuna, sea por opulencia hereditaria, sea por hallarse establecido de muy antiguo en las colonias, ejercen una verdadera aristocracia municipal. Gustaría más verse privado de ciertos derechos que compartirlos con todos; preferían una dominación extranjera a la autoridad ejercida por americano de una casta inferior, aborrecen toda constitución política fundada sobre la igualdad de derechos, temiendo sobre todo la pérdida de esas condecoraciones y esos títulos que les ha costado tanto adquirir y que constituyen una parte esencial de su dicha doméstica»"*. Esas familias se mueven con marcado interés en el amplio espacio geográfico de los valles de Aragua-Tuy^', zona que ha sido objeto de numerosos estudios globales en la historiografía venezolana, aunque resulta siempre difícil aprehender una realidad histórica concreta como la propiedad territorial en los valles de Aragua-Tuy con las imbricaciones de sus poderosas familias terratenientes. El proceso de composiciones de tierras que tiene lugar durante el siglo xvín nos aporta informaciones sobre solicitud de confirmaciones de tierras en distintos lugares, muchas veces datos del valor de las tierras y casi nunca su extensión. Pero los datos de la Contaduría de la Real Hacienda pueden apuntalar la hipótesis de que las composiciones contribuirían a una concentración excesiva de la propiedad territorial en pocas personas tanto en los valles de Aragua como en otros lugares de la Capitanía General de Venezuela. Como otra fórmula de propiedad territorial encontramos el mayorazgo^^, institución con cierta relevancia en la Venezuela colonial, cuyo carác- ™ HUMBOLDT: Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Contienente. Caracas. 1985. •" A través de los testamentos consevados de la Sección Archivo de Aragua del Archivo General de la Nación y en la de Testamentarías del Archivo Arzobispal de Caracas, disponemos de datos interesantes sobre bienes, deudas y en menor medida la situación social, importantes para fijar la situación económica de determinados miembros de las élites caraqueñas a través de su patrimonio. Estos datos se completan con la documentación notarial existente en el Archivo del Registro Principal (protocolos), base fundamental para el estudio de la tierra en Venezuela. Consideramos los archivos venezolanos fundamentales para la realización de una investigación de estas características, tanto el Archivo General de la Nación, Arzobispal y también el del Registro Principal, como fondos complementarios conservados en el Archivo de la Academia Nacional de la Historia, que contienen en su mayor parte documentación posterior al período objeto de estudio, sin olvidar los importantes archivos estatales y locales venezolanos. " DÍAZ SEQUÍN, Yurivia: «El Marqués del Valle de Santiago: Historia de un mayo- 92 ter restringido lo convertía en un derecho sólo al alcance de miembros muy destacados de la sociedad venezolana. La separación de determinados bienes patrimoniales permitía mantener indefinidamente el poder económico a una familia. El mayorazgo perdía con ello su mera condición de propiedad territorial para convertirse en una herencia, en el solar de la familia, transmitida de generación a generación. En ellos serán las relaciones endo-gámicas las que caractericen las uniones matrimoniales para conservar y extender las riquezas de los mayorazgos, perfectamente definidos dentro de la élite colonial venezolana, con capacidad para perpetuarse como un poderoso grupo social familiar dentro de la ya de por sí reducida estructura económica colonial venezolana. Sin entrar esta vez en los ricos datos cuantitativos y cualitativos de Real Hacienda o en cuestiones de formación de mayorazgos, sí podemos aportar agunos datos sobre las haciendas cacaoteras de los valles de Aragua a finales de la colonia, de 1760 a 1810, con especial referencia a los propietarios canarios, dentro del esquema patrimonial en el que se mueven las élites caraqueñas conformadoras de la sociedad que hizo posible la Independencia. En las haciendas-arboledas de cacao el cultivo del plátano es importante por razones de orden técnico, ya que el cacao requiere sombra en los primeros años, y los árboles de plátano se la proporcionan. Hemos de fijar su extensión", los tipos de árboles de cacao, su número^'' y edad, así como los deslindes de tierras en las distintas haciendas-arboledas de cacao. Y en el caso de la producción, su valor en fanegas y libras de cacao. Todo ello a partir de los datos anotados en los avalúos de los testamentos, en los cuales quedan además reflejados otros temas como número de esclavos y precios, productos de las tiendas-pulperías y sus precios, los propios gastos funerarios", y, naturalmente, la procedencia o nacimiento. Y, junto a ellos. razgo (1713-1824)». Estudios de Historia Social y Económica de América, 11 (1994), págs. 345-348. " Consideramos haciendas cacaoteras a aquellas que cuentan con más de 500 hectáreas. En el caso de las haciendas de añil, se consideran haciendas medianas las que cuentan entre 24-160 hectáreas y grandes entre 188-600 hectáreas. '" ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN (AGN). Caracas. Diversos. Tomo 27, n." 6, fols. 348r/359v. Padrón de haciendas de cacao ordenado por el gobernador Gabriel de Zuloaga (1744-1746). «Certificación dada con cotejo del padrón de hacendados de la Provincia, por don Gregorio del Portillo, escribano público que fue de esta ciudad». El total de árboles que aparece reflejado es de 5.132.921 a comienzos de 1744. El documento ha sido transcrito y publicado por RENGIFO, Diana: La unidad regional Caracas-La Guaira- Valles de 1775 a 1825. Caracas. 1983. Págs. 131-159. '' El tema de la pobreza, con criterios muy particulares, ha sido estudiado por GARCÍA 93 cuestiones relacionadas con la utilización de las aguas, temas de censos, capellanías y obras pías, y la contabilidad fundamental que registra las salidas- ventas de cacao. En el inventario de los bienes de Bartolomé de Betancourt^*, vecino del Valle de Choroní muerto ab intestato, en el que está fechado a 5 de abril de 1741, se consigna una arboleda de cacao, heredada de los padres de María Sebastiana Alcalá, compuesta por 1500 árboles de todas calidades, casas, muebles esclavos y animales, pero sin más tierra para que ésta pueda ser aumentada. Igualmente fechados en Choroní, a 8 de abril de 1747, encontramos los autos judiciales de un pleito que llegará hasta 1764, sobre la propiedad de una hacienda de cacao situada en dicho valle, heredada por Manuel de Ovalle" de sus padres, Lorenzo de Ovalle y Francisca Guevara, en los que interviene su apoderado Antonio Pulido contra Francisco Javier de Odrio-zola, apoderado de Juana María Rubio, viuda de Miguel de Zuloaga, y los otros reclamantes. También en Choroní, a 6 de febrero de 1748, los autos entre Francisco Romero y Domingo Correa^*, incluyen títulos de composición y posesión judicial a propósito de una hacienda-arboleda formada por 1000 árboles de cacao como se sigue: «(...) que consta de 447 árboles frutales de cacao, a razón de 8 reales de plata cada árbol; con más de fallas 553; y dicha hacienda está lindando por la parte del oriente con el Conuco Grande, y por el poniente con el pié de la serranía que pertenece a los herederos del capitán Lorenzo de Ovalle; por el norte con tierras de Juan Romana; y por el sur con la quebrada de La Isleta, y tierras de ella que pertenecen a Juan Figuera, con más tierras en que pueda plantar 1000 árboles de cacao de a 14 tercias de postura de un árbol a otro, que lindan con la parte de arriba con tierras pertenecientes a dicha hacienda, y por la pendiente de oriente, río por medio, con el Conuco Grande. Dichas tierras y hacienda arboleda de cacao son libres de tributo e hipoteca, con todas sus entradas y salidas, usos y costumbres y servidumbre (...) por precio y cuantía de 596 pesos 1 real de a ocho reales de plata acuñada, cada un peso que dicha posesión de arboleda y tierras, medio y pago en dinero de contado a toda satisfacción y voluntad del dicho comprador (...)» PONCE, Antonio / TUROWIESCKI, José: «Perfil necrodemográfico de la colonia canaria en Caracas (1880-1907)». Estudios de Historia Social y Económica de América, 10 (1993), págs. 265-283. '* ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN (AGN). Caracas. Archivo de Aragua. Tomo 1, n.° 3, fols. 13v-17r. " AGN. Archivo de Aragua. Tomo 1, n." 7, fols. 73r y ss. ™ AGN. Archivo de Aragua. Tomo 1, n.° 10, fols. 158v-159r. 94 Este es el tipo de información que nos proporcionan los fondos documentales consultados, muy interesante por el aporte de datos cuantitativos para conocer las dimensiones de las haciendas y el número de árboles plantados en ellas. Y en ocasiones también se anota la razón de las partidas de cacao que ha producido una determinada hacienda, como en el caso del cacao producido en la hacienda de los herederos de Micaela de Ovalle'', durante la administración de Miguel de Zuloaga, quien entró el 12 de diciembre de 1755. Partidas discriminadas de cacao: - Cargo: 111 fanegas, 28 libras - Descargo: 116 fanegas, 6 libras - Alcance: 4 fanegas, 93 libras Se trata de los autos judiciales por el embargo de dicha hacienda, seguidos por Juana María Rubio, viuda de Miguel de Zuloaga, contra los herederos de Micaela de Ovalle, fechados en Choroní a 29 de octubre de 1757. En algunos casos, aparece discriminado el número y tipo de árboles de cacao de la hacienda. Así, en el inventario y avalúo de los bienes del difunto capitán Vicente Ñañez^", fechado en julio de 1764 en Maracay, se alude a una arboleda compuesta de 961 árboles de cacao frutales, baja de riego, situada «en la vega del río de este valle»; y más adelante, en el inventario^', se habla de 872 árboles de cacao horqueteados, 85 resiembros y 204 fallas, todo bajo riego; para afinar aún más el recuento*^ de árboles en la fanegada y media de tierra, hasta un total de 1812 árboles: - Frutales: 1018 árboles - Horqueteados: 292 árboles - Resiembros: 47 árboles - Fallas: 455 árboles Por su parte, en el testamento de Andrés José de Ovalle^\ firmado en Choroní a 10 de diciembre de 1764, éste afirma tener en dicho valle una hacienda arboleda de cacao en el Conuco Grande, en el sitio denominado como la «Hormiga», cuya planta consta de 5500 árboles, y define los linderos como sigue: «(...) ítem 15. Tengo un pedazo de arboleda de cacao en dicho valle sitio de Conuco Grande, con las tierras que desde dicha arboleda corren por el sur hasta topar con la hacienda que llaman del "Casivo", con una quebrada de por ™ AGN. Archivo de Aragua. Tomo 2, n.° 5, fols. 11 Ir y ss. x" AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 5, fols. 93r-94v. *' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 5, fols. lOOr-lOlr. *2 AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 5, fols. 124r-132r. *' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 8, fols. 271v y ss. 95 medio; y por el naciente me tocan todas las dichas tierras que hay de labor, con más la sabaneta que a ellas sigue y está en el cerro que muere sobre dichas tierras, ítem 16. Me parece tendrá dicho pedazo de hacienda de cacao como hasta 2500 árboles de planta, y hasta dentro del dicho principal de las haciendas de Conuco Grande, la dicha quebrada del "Casivo " me toca y pertenece junto con dicha sabaneta (...)» En los autos judiciales, Choroní 2 de septiembre de 1765, sobre la testamentaría de Miguel Lorenzo Rodríguez*'*, en los que interviene Francisco José Romero como tutor de las tres nietas del difunto, se alude a una arboleda de cacao en el lugar llamado «La Isleta», cuyos linderos se delimitan como sigue, conteniendo 8252 árboles en total: «(...) por el naciente linda con el río principal de ese valle [Choroní]; por el norte, mirando al poniente, con la quebrada que llamamos de la Isleta; y por el sur con la casa o sitio que era de Marcelino Goto, mirando línea recta a la quebrada dicha. La cual hacienda se halla plantada hoy día con 3835 árboles de cacao frutales, 1868 árboles horqueteados, 807 resiembros y 1742 fallas. Debajo de dichos linderos, cuatro fanegadas de tierras baldías de bajo riego, y otras tantas dichas, poco más o menos, fuera de riego (...)» Más adelante se anotan otros datos sobre los bienes, gastos, etc.**^, de este difunto vecino del valle de Choroní; se hace una descripción detallada de la estructura de su hacienda cacaotera**; y finalmente se computan también las cuentas de recogida de cacao para los años 1767 a 1771, un total de 218 fanegas y 8 libras, haciendo constar los gastos derivados de la misma en pesos y reales de plata*''. Fechada en Maracay a 20 de agosto de 1774 encontramos la petición judicial de los derechos de propiedad de una importante hacienda en el sitio de «El Piñonal»**, efectuada de mutuo acuerdo por sus legítimos propietarios, el capitán Agustín de Córdoba y Luis Pérez, que incluye árboles de cacao, constando el valor de la misma en moneda de plata: «(...) hacienda de trapiche y arboleda de cacao en el sitio de "El Piñonal", cercano a este pueblo de Maracay, con 323 1/2 fanegadas de tierras (...) Pablo Cazorla, heredero de Antonio Pérez, a quien fue dicha hacienda y tierras en cantidad de 5110 pesos, reconocidos 3360 (...) que Agustín de Córdoba entre en dicha sociedad con la cantidad de 1538 pesos y 5 1/2 reales (...)» AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 12, fols. 311r y ss. AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 12, fols. 346r-352v. AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 12, fols. 368r-371v. AGN. Archivo de Aragua. Tomo 3, n.° 12, fols. 373v-380v. AGN. Archivo de Aragua. Tomo 5, n.° 14, fols. 354r y ss. 96 Se hace un avalúo de bienes que arroja un total de 13156 pesos y 2 1/2 reales, y algunos de los que en el reparto le corresponden a Agustín de Córdoba al entrar en la sociedad son los que detallamos a continuación*^: - En las tierras donde se halla plantado el cacao recibió 5 fanegadas de tierras, a 50 pesos cada una, lo que supone 262 pesos y 4 reales. - Un total de 316 árboles de cacao frutales, a 3 reales cada uno, más 437 horqueteados, a 2 reales cada uno, que importan 227 pesos y 6 reales. - Unos achilados de 4000 matas de plátanos. - También 17 tablones de caña en la parte del monte de la hacienda, de todas cantidades y tamaños, a 100 pesos cada uno, en total 1700 pesos. - Más 156 fanegadas de tierras en dicha posesión de «El Piñonal», del Camino Real hacia la laguna de sabanas y montaña, a 50 pesos cada una, lo que importa 7825 pesos. - Y la mitad de la acequia que riega la posesión. En la partición y avalúo de los bienes de Úrsula Catalina GiP", muerta ab intestato, que lleva fecha en Choroní a 22 de agosto de 1776, se hace el recuento de un total de 925 árboles de cacao en las arboleditas de cacao que le pertenecen, en el sitio de «La Isla», tal y como sigue: «(...) un pedacito de arboleda de cacao en tierras de los naturales, lindando por el naciente con la hacienda de Juan Bonifacio Coriano; por el poniente con el río de Tipire; por el sur con la hacienda de Miguel Pacheco; y por el norte con tierra de dichos naturales (...)» En este «pedacito», la planta es de 329 árboles: 107 frutales, 143 horqueteados y 79 resiembros. «(...) otro pedazo en la misma [hacienda] linda por el naciente con la hacienda de "Las Animas "; por el poniente con tierras de los naturales; por el sur con la hacienda de Francisco de las Nagas [?]; y por el norte con la casa de Joaquín Bravo (...)» El remate de los árboles de este «pedazo» fue de 500: 242 frutales, 183 horqueteados y 75 resiembros. «(...) y pasamos a otro que se halla en el sitio de Tipire, lindando por el naciente con tierras de los naturales; por el poniente con la hacienda de José Rodríguez; por el sur la hacienda del dicho; y por el norte lo mismo (...)» «' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 5, n.° 14, fols. 355r-359r. '^ AGN. Archivo de Aragua. Tomo 5 bis, n.° 11, fols. 295r y ss. 97 Este último es un pedazo más pequeño, con 96 árboles: 57 frutales, 37 horqueteados y 2 resiembros. En los autos judiciales entre Esteban José Pérez y Juan Ignacio Eiza-guirre'' por la propiedad de una arboleda de cacao heredada por el primero de su padre Salvador Pérez, fechados en Choroní 15 de septiembre de 1777, consta como: «(...) Francisco Ignacio de Eizaguirre, vecino del valle de Choroní, compré una haciendita arboleda de cacao a Ana Juana Quintero, vecina del mismo y viuda de Salvador Pérez, en el pasaje que llaman La Isleta de los Indios Naturales, cuya arboledita se compone de 400 árboles, poco más o menos, bajo los linderos siguientes: por la parte del naciente con el Camino Real que va a la playa; por el poniente con el río que va a Tipire; por el norte con la arboleda de cacao de Simón de Urra y Juan Francisco de Ojeda; y por el sur con el dicho Camino Real; la cual compra hice a razón de 4 reales por árbol frutal, por estar dicha haciendita en tierras de dichos naturales (...)» El largo expediente, fechado en Maracay en 1778, con los autos judiciales entre los herederos'^ del sitio de «El Piñonal» incluye aclaración de linderos y partición de tierras, y abundantes datos referentes a la capellanía que sustenta, de los cuales entresacamos: «(...) Antonia Pérez, Agustín de Córdoba y Luis Pérez, moradores del dicho pueblo de Maracay, sus herederos (...) quedaron por bienes de la dicha Antonia Pérez, en el sitio de "El Piñonal" (...) 48fanegadas de tierras, y en ellas 10 tablones de caña dulce, apreciados en 422 pesos; 1190 árboles de cacao, apreciados en 446 pesos, 2 reales; casas,molienda, canoas, puertas y ventanal, apreciado todo en 355pesos, 6 reales; 6 muías y un buey, por valor de 110pesos (...) principal de dicha capellanía 100 fanegadas de tierras de labor y montes, 1000 pesos. Todas estas tierras unidas y contiguas, lindan por el oriente con el río del valle de Maracay desde el paso real para abajo, hasta donde se parte su madre vieja y de allí la misma madre vieja hasta la Laguna, con advertencia que 10 1/2 fanegas de las dichas tierras, postrimero la dicha madre vieja, a la parte del poniente y por los otros tres vientos, lindan con tierras del señor Marqués de Mijares y de los herederos de Agustín de Oviedo, quienes las cedieron a Silvestre Hernández (...) capellanía que viene expresada por precio de 3370 pesos de a 8 reales de plata (...)» También fechada en Maracay, a 22 de febrero de 1779, hay una partición judicial solicitada por María Martínez^', entre ella y otros tres hermanos, de una cuadra de 600 varas que incluye arboleda de cacao, heredada de sus padres, sin que se especifique número o tipo de árboles. " AGN. Archivo de Aragua. Tomo 5 bis, n.° 26, fols. 273r y ss. '^ AGN. Archivo de Aragua. Tomo 7, n.° 1, fols. lr-279v. «3 AGN. Archivo de Aragua. Tomo 7, n.° 3, fol. 287r. En Choroní con fecha 28 de abril de 1779 se realiza el señalamiento de linderos de una hacienda en el lugar llamado «La Cumbre»^'', efectuado por Antonio José Ovalle, apoderado de Pedro José Ovalle, para otorgarle la correspondiente escritura de venta a Agustín Rubio. Se trata de una arboleda de cacao vendida «en precio y cantidad de 1000 pesos, 500 a recibir de pronto, y los otros 500 a reconocer». En Choroní a 30 de junio de 1779, en los autos judiciales seguidos por los herederos de Domingo Correa y Juana Josefa Quiñones'' para obtener la partición de las tierras altas del Conuco Grande y las del sitio llamado de «Torres», estas últimas reclamadas por uno de los herederos como suyas, puede leerse: «(...) hipotecamos la hacienda de cacao que tenemos en este referido valle, que se compone de 4000 árboles de cacao, con sus aguas correspondientes y utensilios, y demás bienes habidos y por haber; el dicho Juan Víctor Correa con los 7175 árboles de cacao de todas calidades que componen mi hacienda, con los utensilios y demás bienes habidos y por haber; y la referida hacienda linda por el oriente con la serranía del valle de Chuao; por el poniente con la hacienda de Domingo de Sosa; por el norte con el cerrito donde está la casa de vivienda y el repartimiento, todo de bajareque cubierto de paja; y por el sur con tierras que hoy están de cacao del dicho [Domingo de] Sosa. Y en este día es hipoteca y finca especial del censo de 2000 pesos del principal del referido bachiller don José Antonio Vieira, y por otra por el citado Juan Víctor Correa (...)» Resulta interesante el contrato judicial fechado en el valle de Patanemo el 3 de mayo de 1781, suscrito por Francisco Gómez y Pedro Félix de Laya'*, según el cual el primero vende una posesión de tierras sembradas de cacao, que el segundo compra por inventario, contados los árboles, dando en pago un «mulatico» de 10 años, valorado en 200 pesos, una muía y el resto en dinero. En el inventario que contiene dicho contrato consta: «(...) haber contado en dicha posesión árboles frutales apreciados a cinco reales cada uno, por no tener riego, su valor, 303 pesos 6 reales. Horqueteados 319 pesos. Apreciados a 2 1/2 reales, montan 99 pesos 5 reales. Resiembros se contaron 86 a real y medio cada uno, montan 13 pesos 5 reales. Fallas se contaron 62, apreciadas medio real cada una, 3 pesos 7 reales. Resiembros se contaron 145 apreciados a un real y cuartillo cada uno, 27 pesos 6 reales. Fallas se contaron 6, apreciadas a medio real cada una, 3 reales. Frutales se contaron 232, apreciados a 5 reales cada uno, 145 pesos. Horqueteados se contaron 325, apreciados a 2 1/2 reales, montan 105 pesos 5 reales. Resiembros se contaron 97, apreciados a real y cuartillo, montan 15 pesos 1 real 2 cuartillos. Fallas se contaron 182, apreciadas a medio real cada una, importan 11 pesos 3 reales. Se con- '" AGN. Archivo de Aragua. Tomo 7, n.° 8, fol. 327r. '5 AGN. Archivo de Aragua. Tomo 7, n.° 11, fol. 357r-v. "• AGN. Archivo de Aragua. Tomo 8, n.° 29, fols. 226v y ss. 99 taron 24 árboles de nísperos, apreciados a 2 pesos cada uno, 48 pesos. Siete matas de coco, apreciadas a 8 reales cada una, 7 pesos. Una casita cubierta de cogollo, apreciada en 6 pesos 4 reales. Se ha mensurado una fanegada de tierra en el valor de 40 pesos. Se ha mensurado una cuarta parte de fanegada de tierra en el valor de 3 pesos 1 real. Total, 831 pesos 6 reales (...) Pedro Félix de Laya (...) Frutales 718. Horqueteados 644. Resiembros 32. Fallas 250 (...)» En la partición de bienes por muerte del capitán Juan Castellanos'^ fechada en Maracay a 22 de julio de 1781, se incluye en el inventario de sus bienes una hacienda muy montuosa y anegada de agua por el «mucho invierno», a la que sigue la enumeración y avalúo de otras propiedades, obligaciones, etc. «(...) una hacienda arboleda de cacao que se fue contando de la forma siguiente: 80 árboles de cacao frutales; 709 horqueteados; 348 resiembros; 844 fallas. Sigue al día siguiente: 120 frutales; 437 horqueteados; 302 resiembros; 1825 fallas. Sigue: 109 frutales; 333 horqueteados; 127 resiembros; 1635 fallas (...)» La hacienda totaliza, por tanto, 309 árboles de cacao frutales, 1479 horqueteados, 777 resiembros y 4304 fallas. En el testamento de Domingo Álvarez no podemos ver la fecha'^ pero sí leer algunos datos de interés, como que natural de La Laguna en la isla de Tenerife y vecino del puerto de Maracay, jurisdicción de la ciudad de Valencia, y como en el ítem 16 se anota: «Declaro por mis bienes la arboleda de cacao contigua a esta casa de mi habitación, compuesta por 700 árboles más o menos, incluyendo los 150 que tengo dicho traje al matrimonio (...)» En otros ítems se refiere a más tierras y a un tabloncillo de añil contiguo a la hacienda de cacao. También se incluye un inventario-avalúo'' del cuerpo de bienes, incluyendo esclavos, animales, casas, etc. En los autos para practicar inventarios, división y partición de los bienes que quedaron tras la muerte de Luis Pasquier'"", interviene Severina de Medina, vecina y hacendada del Valle de Cata, su viuda, por no haber otorgado éste testamento. Las partes son Severina de Medina, mujer que fue de Francisco Javier, el bachiller Diego Remoro, Petronila, Isabel Antonia, María de Jesús y María Reducinda Pasquier. Actúa como juez José Antonio de Osorio, Teniente de Justicia Mayor del Valle de San Sebastián de Ocumare. " AGN. Archivo de Aragua. Tomo 8, n.° 31, fol. 282r-v. '* AGN. Archivo de Aragua. Tomo 9, n.° 12, fol. 146v-147r; muy deteriorado. " AGN. Archivo de Aragua. Tomo 9, n.° 12, fol. 168r-173r; muy deteriorado. ™ AGN. Archivo de Aragua. Tomo 11, n.° 13, fol. 154r-174v. 100 Se realizan inventarios de esclavos, herramientas, muebles y alhajas; se efectúan mesuras de tierras, reconocimiento de tributos y deudas; y se establece un cuerpo de bienes incluyendo una arboleda de cacao de las siguientes características: «En el Valle de Cata a 16 días del mes de agosto de 1784, el dicho Teniente de Justicia Mayor del Valle de San Sebastián de Ocumare y su jurisdicción pasé, con los contadores nombrados, a la casa y sitio de Santo Domingo del Castillo, perteneciente a los herederos de Luis Pasquier, y estando en ella se dio principio a contar y se contó la arboleda de cacao siguiente (...)» Se detallan a continuación las clases de árboles, el valor en reales de cada uno y el total en pesos: Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 1.765 500 65 43 2.373 Número 1.400 492 51 5 1.948 Número 1.094 1.050 207 8 2.359 Valor unidad"*' 8 4 2 1 Valor unidad 8 4 2 1 Valor unidad 8 4 2 1 Total"'^ 1.765 - 250 - 16 2 5 3 2.036 5 Total 1.400 - 246 - 12 6 - 5 1.659 3 Total 1.094 - 525 - 51 6 - 1 1.671 6 Reales. ' Pesos y reales. 101 Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Árboles de cacao Frutales Horqueteados'"^ Resiembros Fallas TOTALES Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 479 894 314 25 1.706 Número 271 1.050 662 59 2.042 Número 668 1.381 831 121 3.001 Número 595 501 320 43 1.459 Valor unidad 8 4 2 1 Valor unidad 8 4 2 1 Valor unidad 8 4 2 1 Valor unidad 8 4 2 1 Total 479 - 445 4 77 6 3 1 1.005 3 Total 271 - 125 - 165 4 7 3 568 7 Total 668 - 690 4 207 6 15 1 1.581 3 Total 595 - 250 - 80 - 5 3 930 3 "" En el valor de los 1.050 árboles horqueteados hay sin duda un error evidente, ya que deberían anotarse 525 pesos en lugar de los 125 pesos que figuran. 102 Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembres Fallas TOTALES Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 876 2.000 325 66 3.267 Número 645 371 59 20 1.095 Número - 599 1.531 1.618 3.748 Valor unidad 8 4 2 1 Valor unidad 8 4 2 1 Valor unidad 8 4 2 1 Total 876 - 1.000 - 82 - 8 - 1.966 - Total 645 - 185 4 14 6 2 4 847 6 Total 299 4 382 6 202 2 884 2 Este inventario se concluyó el día 21 de agosto de 1784, arrojando unas cifras totales para la arboleda de 7.793 árboles frutales de cacao que a 8 reales cada uno importan 7.793 pesos. El valor de los 8.425 árboles de cacao horqueteados a 4 reales cada uno es de 4.210 pesos. Los 4.362 árboles de cacao resiembros a 2 reales cada uno importan 1.090 pesos. Y el avalúo de las 2.008 fallas, a razón de un real cada una arroja la cantidad de 502 pesos; en el documento se escribe quinientos dos pesos, pero se anota, por error, la cifra de 251. El total es de 13.595 pesos, si bien la cantidad que figura en la suma es de 13.334 pesos a causa de ese error. Los peritos realizan otras mediciones de tierras de siembra'** en el cita- ' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 11, n.° 13, fol. 170v. 103 do sitio de Santo Domingo del Castillo en el Valle de Cata, midiendo las fanegadas de tierra desde la quebrada llamada el «Tibrón», que linda al norte con el mar, por el este con la Serranía del Valle de Cuyagua, por el oeste con la hacienda de los herederos de Luis Pasquier, y por el sur con el repartimiento y tierras propias. En total 13 fanegadas, 2 de ellas con riego que dejan sembrar, una en la propia quebrada del «Tibrón»; de las 11 fanegadas restantes, 5 son inútiles por «aguachinarse», y las otras 6 se dejan sembrar. El valor de las mismas es de 30 pesos para cada una de las fanegadas con riego, mientras que todas las restantes se avalúan a 20 pesos cada una. El total es de 280 pesos. Finalmente, en el cuerpo de bienes"" se fija el valor de la arboleda de cacao en 13.172 pesos para los 22.368 árboles de cacao, entre frutales, horqueteados, resiembros y fallas. El avalúo que se hace de 10 esclavos asciende a 2.736 pesos. Y todo ello, uno a alhajas y demás, arroja una cifra total de 15.908 pesos. El inventario de bienes de Francisco de Horta y su partición'*, fechado en 1786, y en el que interviene José Matías de Garay, Teniente del Justicia Mayor del pueblo de Maracay, se incluye su testamento"", en el que puede leerse: «(...) Francisco de Horta, vecino del pueblo de Maracay, natural de la isla de Tenerife, una de las Canarias, en el lugar de Tegueste, hijo legítimo de Antonio de Horta y de María Francisca de Fuentes (•••)» En el mismo se alude a una arboleda de cacao de más de mil árboles sin agua propia, herencia de los padres de su mujer, y a una labor de añil con cinco o seis tablones de menos de una fanegada y sus tanques sencillos de mano y todos los demás elementos. Y en el inventario propiamente dicho"'^ con sus avalúos y cuerpo de bienes por un valor total de 2.106 pesos y 2 reales, se describe una arboleda de cacao compuesta de 1.292 árboles de cacao. Dichos árboles de cacao son 763 frutales, sin riego, por una valor de 381 pesos y 4 reales; 357 horqueteados por un valor de 89 pesos y 2 reales; y 172 resiembros, a real cada uno, que suman 19 pesos y 4 reales. Más dos palmas de coco nuevas frutales, a 10 pesos cada una, que representan 20 pesos; y, por último, siete hileras, de noventa varas, de yuca. "« AGN. Archivo de Aragua. Tomo 11, n.° 13, fol. 173v. "» AGN. Archivo de Aragua. Tomo 17, n.° 1, fol. Ir. '"' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 17, n.° 1, fol. 2r-10r. '»* AGN. Archivo de Aragua. Tomo 17, n." 1, fol. 16r-55r. 104 En relación con una hacienda de cacao encontramos el siguiente documento"", fechado en Caracas a 6 de mayo de 1791: «Don Juan Guillelmi, Caballero del Orden de Santiago, Coronel de los Reales Ejércitos, Presidente, Gobernador y Capitán General de estas Provincias vuestras, hago saber al Teniente del Justicia Mayor del pueblo de Maracay, cómo en los autos que en este Tribunal se siguen de concurso de acreedores contra los bienes de Bartolomé Gómez, seguida ésta por todos sus testimonios, se sentenció definitivamente con graduación de sus acreedores, dándose en ella el tercer lugar a Agustín Gómez Montalvo por la cantidad de 2.000pesos, cuyos bienes avaluados se sacaron a la almoneda y remate y, por no haber habido postor, la parte del mencionado Montalvo pidió se le hiciese adjudicación de los asignados para el pago de su demanda y costas, que son los mismos que el mencionado Bartolomé había hipotecado a la satisfacción de esta acreencia, y en vista de lo representado en este y otro pedimiento, he mandado librar el presente despacho, con las inserciones siguientes, hoy día 26 de dicho mes y año (•••)» Se refiere a que como comisionado para ello, el Teniente interino acompañado de los peritos y testigos, entró en una finca perteneciente a Bartolomé González cuyos linderos por el norte son las tierras de Teodora González; por el sur las tierras del canónigo Hermoso; por el este con las serranía del Valle de Cata; y por el oeste con el río. Dicha hacienda la componen árboles de cacao de toda planta, que los peritos dijeron contar, discriminar y avaluar de la siguiente forma: Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 2.512 5.702 2.640 647 11.501 Unidad»» 8 4 2 2 En reales 20.099 22.808 5.280 1.694 49.881 En pesos 2.512 - 2.851 - 660 - 211 6 6.234 6 En otro documento muy deteriorado'", en el que la fecha ha desaparecido, consta la intervención de tres peritos para el avalúo de la denominada hacienda de Onoto, compuesta por 533 árboles de cacao frutales, que valen a razón de 8 reales cada uno, 533 pesos; 2.246 árboles horqueteados, que valen a razón de 4 reales cada uno, 1.223 pesos; 1.444 árboles resiembros, que valen a razón de 2 reales cada uno, 361 pesos; y 2.088 fallas, que valen a razón de un real cada una, 261 pesos. "» AGN. Archivo de Aragua. Tomo 26, n.° 11, fol. 117r-126r. "° En reales. 1" AGN. Archivo de Aragua. Tomo 27, n.° 24, fol. 332r-334v. 105 El avalúo continúa, y se suman 1.400 pesos más, que corresponden al valor de 14 fanegadas de tierra con su agua correspondiente, siendo su valor de 100 pesos por fanegada, localizadas también en el sitio de Onoto. Más 440 pesos por 28 fanegadas de tierra alta, camino de Choroní, a pie de cuesta. La medición continúa, y se anotan 3 fanegadas de tierra, desde la orilla de la hacienda hacia el norte, a 60 pesos cada, en total 180 pesos. Otras 9 fanegadas de tierras de labor útiles, con agua, a 100 pesos cada una, en total 900 pesos. Otras 28 fanegadas de tierras altas, a 5 pesos cada una, en total 140 pesos. Y, finalmente, otra arboleda de cacao"^, de la que se dice que su defecto es hallarse sembrada a 9 tercias de un árbol a otro, debiendo guardar al menos la distancia de 12 tercias, y no siendo además «toda la mayor parte de la sombra aparente», con los siguientes árboles y su valor: Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 1.494 2.647 85 1.524 5.750 Valor unidad'" 4 2 1 1/2 Total"" 747 - 616 6 10-5 95 2 7.219 5 También sin fecha en el documento"', encontramos un inventario levantado a lo largo de varios días en distintas haciendas de cacao con especificación de sus nombres: «(...) en dicho valle a 26 de dicho mes y año, como a las cinco de la tarde, se me presentaron los peritos nombrados para contar y valuar las haciendas arboledas de cacao del difunto Diego García, y expusieron haber contado en el sitio nombrado la «otra banda», los árboles siguientes (•••)» Los árboles de cacao que se van contando sucesivamente en los distintos lugares son los que figuran a continuación con sus totales correspondientes. "2 AGN. Archivo de Aragua. Tomo 27, n." 24, fol. 354v; repetido en fol. 364r/v. '" Reales. "" Pesos y reales. "5 AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30, n." 14, fol. 162r-166v. 106 Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Lindando, Arboles Frutales Horqueteados Fallas TOTALES Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Sitio de la «Otra Banda» Número 1.050 579 213 408 2.250 Valor unidad'"' 8 4 2 1 otro pedacito llamado sitio de Carrizales: Sitio de Carrizales Número 9 18 400 427 Valor unidad 8 4 1 Sitio del Guarique Número 1.156 632 203 274 2.265 Valor unidad 8 4 2 1 Sitio de «Cuatro en Cuatro» Número 647 550 161 652 2.010 Valor unidad 8 4 2 1 Total'" 1.050 - 289 4 53 2 51 - 1.443 6 Total 9 - 9 - 50 - 68 - Total 1.156 - 316 - 50 6 34 2 1.557 - Total 647 - 275 - 40 2 81 4 1.043 6 ' Reales. ' Pesos y reales. 107 Sitio de Doña Leonor Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 58 102 84 499 743 Valor unidad 8 4 2 1 Sitio de La Alforna Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas"^ TOTALES Número 77 107 100 284 Valor unidad 4 2 1 Sitio de La Hormiga Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Sit Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 383 467 611 2.975 4.436 Valor unidad 8 4 2 1 io de La Sabaneta Número 1.033 570 82 5.546 7.231 Valor unidad 8 4 2 1 Total 58 - 51 - 21 - 62 3 192 3 Total 38 4 26 6 12 4 776'" Total 383 - 233 4 152 6 371 7 1.141 1 Total 1.033 - 285 - 20 4 693 2 2.031 6 "* Dos fanegadas de tierra con las fallas de toda la poseión, a 50 pesos cada una, en total 100 pesos. '" Total: 177 pesos 6 reales; sumados 100 pesos por las 2 fanegadas de tierra de todas las fallas de la posesión. 108 Se incluye además un avalúo de las tierras de sequero, sin sembrar, en los lugares antes citados, a 10 pesos cada fanegada de tierra de sequero y a 75 pesos la fanegada de tierra de riego, repartidas de la siguiente forma: Lugar Sitio de la «Otra Banda» Sitio de «Cuatro en Cuatro» Sitio de Doña Leonor Sitio de La Alfoma Sitio de La Hormiga Sitio de La Sabaneta'^' Total: Fanegadas 20 6 1 10 10 1/2 1 48 1/2 Valorizo 200 60 10 100 100 5 75 550 El total de todas las partidas del avalúo de arboledas de cacao y tierras'^^ monta la cantidad de 12.471 pesos 2 reales, mientras que en el cuerpo de bienes y reparto'" la cifra total que se anota es de 13.259 pesos 7 reales. En el inventario de bienes de Catalina Correa'^'' encontramos distintos avalúos de propiedades, 12 fanegadas de tierra de sequero diferentes de la hacienda, a 15 pesos, que hacen un total de 180 pesos, pero no se puede hacer lo mismo con otras tierras por no saberse cuántas son. En cambio, si se puede hacer la medición de una arboleda de cacao: «En dicho valle de Choroní a 7 de febrero de 1795, se presentaron Antonio José Ovalle e Ignacio de Zuloaga, vecinos de él, peritos nombrados para contar la hacienda arboleda de cacao que quedó por fallecimiento de Catalina Correa, sita en el sitio de "La Rinconada ", que linda por el naciente con la quebrada de Payare; por el poniente con haciendas de Juan Antonio Hernández y Francisco Perdomo; por el norte con la hacienda de Francisco Perdomo; por el sur con tierras altas de la misma hacienda (...)» Los citados peritos expusieron haber encontrado en las tierras de la hacienda los árboles siguientes: "" En pesos. '^' En el Sitio de La Sabaneta hay media fanegada de tierra de sequero (5 pesos) y una fanegada de tierra de riego (75 pesos). '22 AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30, n.° 14, fol. 179v-183v. •23 AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30, n.° 14, fol. 198r-217v. "' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30-B, n.° 5, fol. 216v-218r. 109 Árboles de cacao Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 915 935 665 754 3.269 Valor unidad 8 4 2 1 Total 915 - 467 4 166 2 94 2 1.643 - El avalúo final de toda la hacienda arboleda de cacao está fechado en Choroní el 27 de abril de 1795'^^ y en él consta esa misma cantidad de 1.643 pesos. Catalina Correa, «(...) natural y vecina de este valle de Santa Clara de Choroní, hija legítima de Domingo Correa y Juana Josefa de Quiñones f...J»'^*, tal y como consta en su testamento, había fallecido el 4 de septiembre de 1794, fecha a partir de la cual, y hasta el 6 de marzo de 1795, se levanta una cuenta de todo el cacao cogido y recogido'^^, elaborada por Diego Antonio García, depositario y administrador de dicha hacienda arboleda de cacao, perteneciente a su difunta suegra. Como su albacea testamentario se hizo cargo de sus bienes, teniendo que ser sustituido por su cuñado Ignacio Espinosa pasando a poder de Francisco Simancas, quien los tuvo dos meses, hasta que de nuevo pasaron a Diego Antonio García, el 6 de mayo de 1795. Levanta el cargo del cacao que iba embarcando, libre de diezmo, alcabala, flete, donativo y camino, anotando cada partida conforme salía para el embarque y el valor en dinero del cacao libre de los demás pechos. Las dos partidas de cacao recogido, por meses son las siguientes, una de ellas reflejando los precios: Meses'^^ Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Enero Cantidad'29 2 68 82 1 88 73 2 31 1/2 '2= AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30-B, n.° 5, fol. 247r/v. '^•^ AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30-B, n.° 5, fol. 262r-270r. •" AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30-B, n." 5, fol. 288r/v. '^« Años 1794 y 1795. ™ En fanegas y libras de cacao. 110 Meses Cantidad Febrero 68 Mayo 130 6 1/2 TOTAL 15 47 Meses"' Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Enero Febrero Mayo"^ Junio TOTALES Día embarque 4 22 20 10 1 2 4 18"5 23 2 Cantidad'32 - 41 1 10 1 30 - 74 1 70 - 67 1 8 2 - 2 16 2 - 14 28 Precio'" 17 2 17 6 18 4 18 6 16 4 16 2 17 6 17 6 18 5 185 1/2 Total'34 5 5 19 2 23 5 12 4 1/2 26 3 1/2 9 5 1/2 19 35 4 40 2 37 3 1/2 254 7 1/2 El valor total del cacao asciende a 254 pesos 7 1/2 reales. Hay que contabilizar también 16 pesos y 5 reales que entregó Francisco Simancas de las sobras del gasto de la hacienda en el tiempo de dos meses que la tuvo como depositario'". "° No figuran los meses de marzo y abril. "' Años 1794 y 1795. "^ En fanegas y libras de cacao. "' En pesos y reales por fanega. Al ñnal del período estudiado, en el año 1810 el cacao, principal producto de exportación de Venezuela, fluctuaba en el mercado de Caracas entre 15 y 20 pesos por fanega, LUCENA SALMORAL: «La agricultura comercializable caraqueña en el techo de sus posibilidades». Revista Universitaria de Historia, 9 (1985-1987), pág. 33. "" Valor total del embarque en pesos y reales. "^ En la partida de embarque del 18 de febrero de 1795 figuran 99 libras de una fanega neta que entregó Francisco Simancas para incorporar al cargo. '"* No figuran los meses de marzo y abril. '" AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30-B, n.° 5, fol. 289r-290r; figura el descargo de las cuentas. También aparece el cuerpo de bienes, fols. 309r-312v. 111 En el testamento de Juan Víctor Correa, sin fecha"^ «(...) natural del valle de Choroní y vecino de este pueblo de San José de Maracay, hijo legítimo de Domingo Correa y Juana Josefa de Quiñones, ya difuntos, vecinos también del valle de Choroní (...)», se alude a su escasa fortuna, debiendo escapar a la enajenación de sus bienes subsistiendo modestamente, pero entre los cuales se encuentra una corta hacienda arboleda de cacao, nombrada el «Ahilado», en el sitio que llaman la Rinconada, situada en dicho valle de Choroní y que se compone de: 596 árboles de cacao frutales 221 árboles de cacao horqueteados 142 árboles de cacao resiembros 553 árboles de cacao fallas En total 1.512 árboles de cacao en tierras que lindan por el naciente con la acequia que riega dicha arboleda; por el poniente con la quebrada que atraviesa, llamada de Payare; por el norte con la hacienda de Agustín Rubio; y por el sur con la toma o madre de donde se saca el agua para regar dicha «(...) haciendilla o arboleda que me pertenece (.. J » " ' . También se alude a otra pequeña hacienda arboleda de cacao en el testamento de Nicolasa García, sin fecha, «(...) hija legítima de Diego García y María del Rosario Romero, ya difuntos (...)»""', de la que debe deshacerse por la utilidad que le resulta de su venta. Igualmente vende una fanegada de tierra de sequero que posee en el sitio que llaman de Doña Leonor, situada junto a la posesión de su cuñado Bruno Perdomo. La citada arboleda de cacao, sita en la Alfoma, linda por el naciente con el Guarique, por el poniente con una fanegada de sequero de la misma hacienda; y por el sur y norte con la hacienda de Bruno Perdomo. El valor de peritación que se le asigna a dicha hacienda arboleda de cacao es de 129 pesos y 2 reales, mientras que el avalúo de la fanegada de tierra alta de sequero asciende a 10 pesos. Igualmente, en una escritura de venta real, sin fecha'"", encontramos el valor de otra hacienda arboleda de cacao en dicho valle de Choroní, compuesta por 1.103 árboles de cacao de todas edades y cualidades. La escritura de venta está suscrita por «(...} Francisco Padrón y María Sebastiana Alcalá, marido y mujer legítimos, vecinos de este pueblo (...}» [Choroní]. La venta se realiza en virtud de juro de heredad, «(...) desde ahora para siempre jamás (...)», a Bemardino Correa, también vecino del valle de ' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30-C, n.° 11, fol. 293r-303r. ' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 30-C, n.° 11, fol. 301v. ' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 31, n.° 7, fol. 87r-94v. ' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 31, n.° 29, fol. 247r-254v. 112 Choroní, y por él sus hijos y sucesores. La hacienda arboleda de cacao está en tierras al frente del valle, siendo sus linderos por el norte con la hacienda de Juan José Quiñonero; por el sur con la hacienda del comprador, Bemardino Correa; por el naciente con la serranía de Chuao; y por el poniente con el río principal de la hacienda del citado comprador. El valor de la misma queda reflejado en la escritura como sigue: «(...) y como tal nuestra propia la hemos vendido bajo dichos linderos, con todas sus entradas y salidas, usos y costumbres, pertenencias y servidumbres, libre de censo e hipoteca especial ni general, en precio y cantidad de 1.134 pesos 3 reales, de a ocho reales cada uno de plata, moneda acuñada y corriente, que de dicho comprador hemos recibido, de lo que otorgamos recibo en forma (...)» Entre los mismos documentos encontramos otra escritura pública de venta, ésta fechada en Choroní a 18 de marzo de nQO'"*^, por la cual el propio Bemardino Correa, vecino de Maracay y residente en Choroní, da en venta real por juro de heredad a Agustín Rubio, también avecindado en Choroní, una hacienda arboleda de cacao en el valle y sitio de Conuco Grande, parte de la cual le había correspondido por herencia de sus legítimos padres, Domingo Correa y Juana Josefa de Quiñones, y el resto se lo había comprado a Francisco Padrón y María Sebastiana Alcalá, tal y como consta en la escritura que éstos otorgaron con fecha 3 de agosto de 1772. Estas agregaciones hacen que la hacienda quede compuesta de los siguientes árboles: 1.296 árboles de cacao frutales 1.097 árboles de cacao horqueteados 1.006 árboles de cacao resiembros 500 árboles de cacao fallas En total 3.899 árboles de cacao, en tierras que Undan por el sur con la hacienda de Francisco Romero; por el poniente con el río principal del valle; por el norte con la hacienda de Micaela Palominos; y por el oriente con tierras pertenecientes al propio Bemardino Correa en el lado de la quebrada a la que llaman «Caga la Soga», siendo su avalúo «(...) todo en precio y cantidad de 2.100 pesos, los mismos que he recibido del expresado Agustín Rubio, en dinero de contado, plata acuñada y corriente moneda de peso y ley, a toda mi satisfacción (...)». En una copia del testamento original que queda en el registro perteneciente a «(...) Francisco Santiago Marrero, natural de la isla de Canaria, y vecino de este valle de Choroní, hijo legítimo de José Marrero y Juana María Vende, vecinos de dicha isla, ya difuntos (...)»'''\ éste declara entre • AGN. Archivo de Aragua. Tomo 31, n.° 29, fol. 251r-254v. ' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 34, n.° 7, fol. 27r-32r. 113 sus bienes ser propietario de cuatro pedazos de hacienda arboleda de cacao reconocidos a tributo a favor del Santísimo y de la Patrona del pueblo, Santa Clara, por un valor de 1.660 pesos, bien entendido que dicha cantidad le fue entregada como si se tratase de tierra propia. Los linderos de los cuatro pedazos de hacienda son los siguientes: el primero, nombrado «Santa Clara», por el naciente con la hacienda de Nicolás Rangel, por el poniente con el río principal, por el sur con la hacienda de Andrés Franco y por el norte con las tierras de indios que pertenecen a María Alejandrina; el segundo, que llaman «El Santísimo», linda por el naciente con el río principal, por el poniente con el camino real, por el sur con la hacienda de Clara Quintero y por el norte con la de Nicolás Rangel; el tercero lo hace por el naciente con la hacienda de Soledad Caro, por el poniente con la de Gaspar Agote, por el sur con la de Cayetano Veria y por el norte también con la de Gaspar Agote; y el cuarto y último pedazo linda por el naciente y el poniente con la hacienda de José Calderón, por el sur con las tierras de los naturales y por el norte con la hacienda de Felipe de la Peña. El avalúo de la hacienda del difunto Francisco Marrero'"^, peritada por José Ignacio Zuloaga y Juan José Valle, fechado en Choroní el 15 de febrero de 1796, consta de varias partidas: Sitio de La Isla'« Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL Sitio de Pórtete y Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL Número 654 559 980 254 2.447 La Playa'^« Número 395 270 628 145 1.438 '*• AGN. Archivo de Aragua. Tomo 34, n.° 7, fol. 35r. "' Medición realizada el 15 de febrero de 1796 por la mañana. '* Medición realizada el 15 de febrero de 1796 por la tarde. 114 Sitio de Pórtete y Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL La Playa'^^ Número 190 189 434 103 916 En total suman 4.801 árboles de cacao, sobre los que se realiza la tasación correspondiente, que arroja un saldo de 2.321 pesos. Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 1.239 1.018 2.042 502 4.801 Valor unidad'"** 8 4 2 1 Total'*" 1.239 - 509 - 510 2 62 6 2.321 - En el avalúo de los bienes de María Rita Rodríguez, sin fecha''", realizado por los peritos Damián Correa e Ignacio de Azuaje, para su hija María Alejandra Roldan, se alude a una «haciendita de cacao» de 200 pesos de principal, atributo de censo para Nuestro Padre San Antonio. En el testamento otorgado en calidad de cerrado con fecha 21 de febrero de 1791, «f... ^ Francisco José de Romero, natural de la isla de Tenerife y vecino de este valle de Choroní (...)»^^\ declara entre sus bienes una hacienda arboleda de cacao en el sitio que llaman la «Isleta» arriba, con su casa de bajareque, cubierta de teja y otros bohíos para la habitación de los esclavos, todo ello comprado a Miguel Blanco y Villegas. Declara otro pedazo de arboleda de cacao, fundada por él mismo, en el lugar que llaman la «Cocorzonera», que linda por la parte de abajo con la hacienda de la «Isleta». Declara asimismo entre sus bienes otra hacienda arboleda de "' Medición realizada el 16 de febrero de 1796 por la mañana. '*' En reales. ''" En pesos y reales. ™ AGN. Archivo de Aragua. Tomo 34, n.° 13, fol. 99r-102r. '5' AGN. Archivo de Aragua. Tomo 38, n.° 12, fol. 311r/v. 115 cacao en el sitio de «Playa Grande», con su casa de bajareque cubierta de cogollo, que había comprado a Femando Blanco y Mijares, y dos pedaci-llos más comparados a Juan Luis Atalaya y Millán Hoces, de todos los cuales tiene las oportunas escrituras. Igualmente, otra hacienda arboleda de cacao con una casa de tapia y rafas, cubierta de teja, en el sitio llamado «Santa Polonia», lindando por el norte con la posesión de su yerno Diego García; por el sur con la de su hijo Matías; y por el naciente con el río. Esta última hacienda procede del remate de los bienes de Nicolás Hernández, hecho a su nombre, gestión realizada por su yerno Diego en Caracas en el tribunal del Gobernador, ante el escribano Antonio Juan Tepera. En otra copia del testamento de Francisco José Romero'" se detalla el número de árboles de cada una de las haciendas de cacao, cuya cuenta'" comienza con fecha 18 de diciembre de 1798 y se extiende a lo largo de varios días, por lo que se anotan numeradas las mediciones parciales en cada uno de los lugares. La Isleta Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL I 219 761 555 723 2.258 II 130 613 612 741 2.096 III 194 651 621 905 2.371 IV 71 219 1.255 571 2.116 V 55 803 455 843 2.156 VI - 110 172 272 554 Total 669 3.157 3.670 4.055 11.551 La Veguita del Santísimo Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL Número 234 203 92 144 673 Junto a las arboledas de cacao también se realiza la mensura de tierras sin sembrar: 3 1/2 fanegadas de riego; 6 1/2 fanegadas de sequero, de las ' " AGN. Archivo de Aragua. Tomo 38, n.° 13, fol. 319r-329r. '" AGN. Archivo de Aragua. Tomo 38, n.° 13, fol. 366v-371r. 116 cuales 3 1/2 están comprendidas en la vega que llaman la «Charanga»; y 5 palmas de coco. Y se continúa contando árboles de cacao en los demás lugares. La Rinconada Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL I 545 635 186 548 1.914 11 470 497 300 757 2.024 III 222 376 217 298 1.113 IV 84 352 247 323 1.006 V 137 563 749 710 2.159 VI 235 719 894 309 2.157 VII 194 550 520 721 1.985 Total 1.887 3.692 3.113 3.666 12.358 Se realiza también una mesura de tierras que representa 5 fanegadas de tierra de cerro y una palma de coco. La Soledad Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL I 172 161 1.897 68 2.298 II - - 2.104 - 2.104 III 400 512 107 237 1.256 Total 572 673 4.108 305 5.658 Se apunta otra mesura de tierras que supone 17 1/2 fanegadas de tierra de sequero. Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTAL I 690 880 767 472 2.809 Playa Grande 11 - 370 1.816 37 2.223 III - 1.273 801 48 2.122 IV 80 313 853 1.432 2.678 V 56 256 413 982 1.707 Total 826 3.092 4.650 2.971 11.539 117 Los peritos expusieron también haber encontrado una tierra para 2.000 árboles de cacao plantada de yuca hecha, y haber mesurado una fanegada de tierra de riego en el mismo sitio, y así lo firma el capitán Antonio José de Ovalle, teniente interino del presente teniente, Domingo de Sosa. Los avalúos'^" de todas estas haciendas arboledas de cacao quedarían como sigue: La Isleta Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 669 3.157 3.670 4.055 11.551 Valor unidad''^ 8 4 2 1 Total''* 669 - 1.578 - 917 4 506 7 3.671 3 La Veguita del Santísimo Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 234 203 92 144 673 Valor unidad''^ 8 4 2 1 Total''** 234 - 101 4 23 - 18 - 376 4 Además de las 3 1/2 fanegadas de tierras de riego en ladera muy inútiles, a 25 pesos, que suman 87 pesos y 4 reales. De las 3 fanegadas de sequero, a 5 pesos, que suponen 15 pesos. Las 3 1/2 fanegadas de la vega de Charanga, a 10 pesos, que representan otros 35 pesos. Y las 5 palmas de coco, a 20 reales cada una, que son 12 pesos y 4 reales más. En total 130 pesos a añadir a los 4.047 pesos y 7 reales de las dos haciendas arbola AGN. Archivo de Aragua. Tomo 38, n.° 13, fol. 412r-414r. '*' En reales. '* En pesos y reales. '" En reales. '^^ En pesos y reales. 118 ledas de cacao, la Isleta y la Veguita del Santísimo, que totalizan 4.177 pesos y 7 reales. El avalúo continúa con las demás haciendas arboledas de cacao, distintos tipos de tierras (siembra, riego, altas), palmas de coco, etc. La Rinconada Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 1.237 1.508 703 1.603 5.051 Valor unidad"' 8 4 2 1 Total'» 1.237 - 754 - 175 6 200 3 2.367 1 A los que se añaden los 120 pesos de 12 fanegadas de tierra de pan sembrar, a 10 pesos cada una, en total 2.487 pesos y 1 real. Santa Polonia Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 650 2.184 2.410 2.063 7.307 Valor unidad'*' 8 4 2 1 Total'«2 650 - 1.092 - 502 6 257 7 2.502 5 Además, 150 pesos por 30 fanegadas de tierras altas, a 5 pesos cada una, y 2 pesos y 4 reales por una palma de coco (20 reales), en total 2.655 pesos y 1 real. ' En reales. ' En pesos y reales. ' En reales. • En pesos y reales. 119 La Soledad Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 572 663 4.180 305 5.720 Valor unidad'*^ 8 4 2 1 TotaP"^" 572 - 336 4 1.027 - 38 1 1.973 5 Se añaden 87 pesos y 4 reales por 17 fanegadas de tierras altas, a 5 pesos cada una, y 2 pesos y 4 reales por una palma de coco (20 reales), en total 2.063 pesos y 5 reales. Playa Grande Árboles Frutales Horqueteados Resiembros Fallas TOTALES Número 826 3.192 4.650 2.971 11.639 Valor unidad""' 8 4 2 1 Total'«« 826 - 1.596 - 1.162 4 371 3 3.955 7 Y por último, 40 pesos por un pedazo de tierra plantada de yuca seca, y 100 pesos por una fanegada de tierra de riego que sirve de guardaviento, en total 4.095 pesos y 7 reales. 6. CONCLUSIONES Y ORIENTACIÓN BIBLIOGRÁFICA A partir de los datos aportados podemos determinar el valor y número de árboles de cacao en cada hacienda arboleda y componer la nómina de los grandes hacendados cacaoteros pertenecientes a los grupos de poder del Consulado, residentes en los pueblos de los Valles de Aragua (Turme-ro, Ocumare, Maracay, etc) o en la ciudad de Caracas, buena parte de ellos "•^ En reales. '" En pesos y reales. "' En reales. '* En pesos y reales. 120 de origen canario. Pero también desentrañar los estrechos lazos familiares y mercantiles de una serie de familias que destacan económicamente por la explotación cacaotera y que tendrán fuertes implicaciones en el proceso de Independencia de la Colonia, manteniendo además su status con el nuevo sistema establecido por la República. El paso siguiente es cuantificar el poder económico de estas élites a través de sus fortunas, detalladas en los testamentos de algunos de sus miembros, lo que nos permite trazar su esquema patrimonial y anotar algunos rasgos microbiográficos'*''. Grandes capitales que en la mayoría de los casos provienen de bienes raíces, fundamentalmente las enormes haciendas arboledas de cacao y las casas ubicadas en Caracas, siendo muy pocos los que destacan por el numerario que poseían, ya que el circulante era un bien escaso en Venezuela ante la falta de minas que produjeran el suficiente metal precioso para amonedar, y por el peso de las importaciones frente a las exportaciones, con la consiguiente detracción de metales hacia el exterior. Una vez establecido el marco de distribución de las propiedades territoriales de estas élites por todo el ámbito venezolano, la zona preferencial la constituyen los valles de Aragua y los alrededores de la ciudad de Caracas, con haciendas dedicadas al cultivo del cacao básicamente, pero también del añil y a la actividad ganadera. Hemos conseguido así un objetivo importante, disponer de una mayor información sobre los grandes hacendados cacaoteros en los núcleos del ámbito territorial venezolano de los Valles de Aragua de cara a la elaboración de un primer cuadro base, que contenga ya las principales figuras económicas de la explotación cacaotera, su relación con el factor tierra y sus vinculaciones con el poder político. Se impone seguir profundizando en la formación y evolución de la propiedad territorial en Venezuela, si queremos comprender en toda su complejidad la estructura económica colonial de un territorio como el venezolano, desentrañando todo el sistema de intereses que mueven las élites de hacendados, terratenientes, burócratas peninsulares, comerciantes y mercaderes que, en definitiva, son el reflejo del absoluto control y de la manipulación que unos grupos marcadamente «aristocráticos» ejercen no sólo sobre la sociedad que encabezan sino también sobre sí mismos, de ahí que esté integrado exclusivamente por blancos, criollos o peninsulares. Ese mismo control absoluto que ejercen sobre el comercio, los altos cargos administráis Fecha y lugar de nacimiento; progenitores; carrera; distinciones honoríficas; capital; inventario patrimonial; disposiciones de última voluntad; etc. 121 tivos y de gobierno, o las máximas jerarquías eclesiásticas y militares, unido a la acumulación patrimonial, la propiedad de la tierra, las grandes fortunas, constituyen los factores que definen estas élites venezolanas. Para comprender el papel jugado por esas élites en la formación de la propiedad territorial colonial venezolana, se pueden reconstruir las propiedades de las distintas familias de cara a establecer no sólo su acumulación de riqueza, sino también el control que ejercían sobre las redes comerciales del mercado interno e intercontinental. El resultado será completar una primera relación de élites económicas y políticas, y configurar el esquema de propiedad territorial en el área geográfica regional de los valles de Aragua entre 1760 y 1810. Finalmente, decir que la bibliografía venezolana sobre élites y propiedad entre 1760 y 1810 es muy abundante, y junto a las aportaciones más recientes'*^ disponemos de una serie de obras clásicas sobre el tema, como ">* Como resultado del proyecto «Élites y propiedad territorial en Venezuela (1760- 1960)», dirigido por los doctores Federico BRITO FIGUEROA -recientemente fallecido- y Manuel LUCENA SALMORAL, se han publicado dos bloques temáticos: «Tierras de Venezuela I». Estudios de Historia Social y Económica de América, 11 (1994), págs. 311- 364, recopilación de ocho trabajos: TAVERA-MARCANO, Carlos Julio: «La propiedad territorial en el Valle de Aragua (1590-1700)»; CHACÓN S., Résmil E.: «El desarrollo de la propiedad cacaotera en Cancagua durante el siglo xviii»; MENDOZA, Irma M.: «Formación de la propiedad territorial en la jurisdicción de Nirgua colonial. Siglos xvn y xvm»; RODRÍGUEZ MIRABAL, Adelina : «Ocupaciones-confirmaciones y composiciones: el fundamento jurídico del régimen de tenencia de la tierra en Venezuela (con particular referencia a los Llanos)»; OLIVARES, Pedro Pablo: «La tenencia de la tierra en la villa de San Jaime y su influencia en la conquista de la banda sur del río Apure»; DÍAZ SEQUIN, Yurivia: «El Marqués del Valle de Santiago: Historia de un Mayorazgo (1713-1824)»; PACHECO TROCONIS, Germán: «Las haciendas de añil en los valles de Aragua en las últimas décadas del periodo colonial (1767-1830)». Y un segundo bloque «Tierras de Venezuela II». Estudios de Historia Social y Económica de América, 12 (1995), págs. 427-598, que comprende nueve trabajos más: ROJAS, Reinaldo: «El conflicto Iglesia-Estado-Encomenderos en el pobla-miento colonial de la región Barquisimeto (1530-1718)»; ROJAS, Reinaldo: «Élites y propiedad territorial en Barquisimeto, provincia de Venezuela, siglo xvm»; RODRÍGUEZ MIRABAL, Adelina: «Amos del suelo y propiedad territorial en los Llanos venezolanos a fines del siglo xvm»; RODRÍGUEZ MIRABAL, Adelina / OLIVARES, Pedro Pablo: «Las líneas de la "frontera llanera" en las últimas décadas del régimen colonial venezolano»; ANDRADE JARAMILLO, Marcos: «La tenencia de la tierra en la Guayana venezolana, 1760-1800»; CASADO ARBONIÉS, Manuel: «Datos para el estudio de las haciendas-arboledas de cacao en los valles de Aragua a finales del período colonial (1760-1810)»; RODRIGO BRAVO, Femando: «Las élites militares en Venezuela (1760-1810)»; GIL BLANCO, Emiliano: «Élites y propiedad territorial en Venezuela (1760-1810). Notas de aproximación a sus fuentes: los comerciantes»; BANKO, Catalina: «Los comerciantes extranjeros de La Guaira frente a las reformas econórrücas de José Tadeo Monagas (1848-1850)». 122 las de Iturriza Guillen"'' quien ha establecido la genealogía de las principales familias venezolanas desde sus orígenes hasta el siglo xx. Estos trabajos genealógicos han sido continuados en estudios que intentaban establecer otros factores de la vida colonial e independiente en Venezuela, entre los que cabe destacar los de Álvarez Freites"", Dávila"', Izard"^, Ladera de Díez'^' o Ramírez de Arellano"", sin olvidar los de Reyes Baena"', Rivas Rivas'•'^ Rodríguez"', Sucre"* y Amezaga Aresti"'. Todos ellos constituyen una importante fuente para conocer cuáles fueron las más importantes familias y su relación entre ellas, bien con fines territoriales o de estrategia mercantil. Y teniendo en cuenta la importancia del Consulado de Caracas en el mantenimiento de los intereses de buena parte de la aristocracia mercantil venezolana, citar los estudios sobre el mismo de Álvarez'*", del propio Arcila Parías en la introducción a la recopilación de documentación sobre 169 ITURRIZA GUILLEN, Carlos: Algunas familias valencianas. Tipografía Londres. Caracas. 1955. 285 págs. Iturriza: Algunas familias caraqueñas. Escuela Técnica Industrial Salesiana. Caracas. 1967. 2 vols. ™ ÁLVAREZ FREITES, Mercedes M.: Comercio y comerciantes y sus proyecciones en la Independencia Venezolana. Tipografía Vargas. Caracas. 1963. 171 págs. '" DÁVILA, Vicente: Diccionario geográfico de ilustres proceres de la independencia suramericana. Imprenta Bolívar. Caracas, 1924. 2 vols. Dávila: Encomiendas. Tipografía Americana. Caracas, 1927-1949. 5 vols. '" IZARD, Miquel: «Contrabandistas, comerciantes e ilustrados». Boletín Americanista, 28 (1978), págs. 1-23. "' LADERA DE DIEZ, Elizabeth: Contribución al estudio de la «aristocracia territorial » en Venezuela Colonial. La familia Xerez de Aristeguieta. Siglo xviii. Academia Nacional de la Historia. Caracas. 1990. 284 págs. "* RAMÍREZ DE ARELLANO Y FERNÁNDEZ ORTIGOSA, Joaquín Alfonso: Las primeras familias de Caracas. Editorial Panapo. Caracas. 1986. 327 págs + Cuadros genealógicos. '" REYES BAENA, Juan Francisco: Treinta y dos figuras. Ediciones «Aula Nuestra». La Nación. Caracas. 1954. '™ Veinticinco venezolanos, textos biográficos. Editorial Trazos. Caracas. 1976. ' " RODRÍGUEZ, Ramón Armando: Diccionario biográfico, geográfico e histórico de Venezuela. Imprenta de los Talleres Penitenciarios de Alcalá de Henares. Madrid. 1957. 887 págs. "* SUCRE, Luis Alberto: Gobernadores y capitanes generales de Venezuela. Cuatri-centenario de Caracas. Litografía Tecnocolor. Caracas. 1964. 2." edición. 323 págs. '™ AMEZAGA ARESTI, Vicente de: Hombres de la Compañía Cuipuzcoana. Banco Central de Venezuela. Caracas. 1963. 395 págs. '*" ÁLVAREZ, Mercedes: El Tribunal del Real Consulado de Caracas. Contribución al estudio de nuestras instituciones. Cuatricentenario de Caracas. Banco Central de Venezuela. Caracas. 1967. 2 vols. 123 el mismo realizada por Leal'^', de Nunes Dias'^^ o de Tandrón'^^ a la hora de poder conocer su funcionamiento, historia y componentes de sus juntas desde su fundación en 1793. En cuanto al espacio geohistórico y económico definido por los valles de Aragua, la bibliografía está marcada por los trabajos de Macpherson'^", Álamo'»', Vila'8«, Castillo Lara'*^ González'»», Castillo Díaz'»», Ramos Guédez'9o, Rengifo'»' y Botello'»^ '*' Documentos del Real Consulado de Caracas. Instituto de Estudios Hispanoamericanos. Facultad de Humanidades y Educación. Universidad Central de Venezuela. Caracas. 1964. 259 págs. '*2 NUNES DÍAS, Manuel: El Real Consulado de Caracas (1793-1810). Academia Nacional de la Historia. Caracas. 1971. 646 págs. '*^ TANDRÓN, Humberto: El Real Consulado de Caracas y el Comercio exterior de Venezuela. Universidad Central de Venezuela. Caracas. 1976. 314 págs. '*•• MACPHERSON, Telasco A.: Diccionario histórico, geográfico, estadístico y biográfico del Estado Miranda. El Correo de Caracas. Caracas. 1891. (Reimpresión, s.f. por Arlit de Venezuela). 556 págs. '*' ÁLAMO, Francisco de Paula: El Estado Miranda. El Cojo. Caracas. 1911. 337 págs. '*' VILA, Marco Aurelio et al.: El Estado Miranda. Sus tierras y sus hombres. Editorial Sucre. Caracas. 1959. 377 págs. VILA: Aspectos geográficos del Estado Aragua. Corporación Venezolana de Fomento. Caracas. 1966. 257 págs. '*' CASTILLO LARA, Lucas Guillermo: Materiales para la historia provincial de Aragua. Academia Nacional de la Historia. Caracas. 1977. 417 págs. CASTILLO LARA: Curiepe. Orígenes históricos. Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos. Caracas. 1981. 358 págs. '** GONZÁLEZ, Godofredo: Crónicas de Maracay. Ensayo sobre la vida colonial. Publicaciones de la Asamblea Legislativa del Estado Aragua. Maracay. 1980. 2.' edición. 145 págs. "' CASTILLO DÍAZ, Asdrúbal R.: Perfil histórico de la ciudad de Cagua. Publicaciones del Concejo Municipal del Distrito Sucre. Estado Aragua. Cagua. 1984. 157 págs. "" RAMOS GUÉDEZ, José Marcial: Historia del Estado Miranda. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas. 1981. 222 págs. RAMOS GUÉDEZ: Apuntes sobre la economía de Barlovento y los Valles del Tuy, 1873-1910. Agricultura, artesanía y manufactura. Biblioteca de Autores y Temas Mirandinos. Los Teques. 1992. 121 págs. '" RENGIFO, Diana: La unidad regional Caracas-La Guaira-Valles de 1775 a 1825. Academia Nacional de la Historia. Caracas. 1983. 375 págs. 192 BOTELLO, Oldman: La villa del Caracol. Orígenes de San José de Cagua. Ejecutivo del Estado Aragua. Maracay. 1977. 30 págs. BOTELLO: El pueblo de doctrina de Tur-mero. Concejo Municipal del Distrito Marino. Maracay. 1979. 61 págs. BOTELLO: Cinco proceres del Municipio Girardot. Alcaldía del Municipio Girardot. Villa de Cura. 1991. 47 págs. BOTELLO: Historia de Maracay. Tomo I. Editorial Miranda. Villa de Cura. 1991. 200 págs. + Apéndice. BOTELLO: Choroní Costa de la Mar Abajo. Alcaldía del Municipio Girardot. Villa de Cura. 1992. 192 págs. 124 |
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