INFORME DEL AGREGADO MILITAR BRITÁNICO EN
CUBA, 1898
JOSÉ A. SÁNCHEZ MEDEROS
Las Palmas de Gran Canana
Este artículo es producto del hallazgo de este y otros documentos relativos
a Cuba en el Public Record Office en Kew Carden [Londres]. El texto
trata de un observador militar británico en el conflicto de 1898 entre España
y los Estados Unidos, realizando un minucioso examen de la situación al finalizar
el enfrentamiento entre ambos bandos.
En esta exposición de la situación que hace el Agregado militar —Mayor
G. F. Leverson— de la que reproduzco lo que considero más esencial y suprimiendo
algunos fragmentos, debemos destacar diferentes aspectos, como
el propiamente militar, en el que indica que el problema que tiene el ejército
español era la improvisación para todo tipo de acción militar —ya fuera de
campaña o logística— y es producto de la falta de organización y desidia por
parte de"los mandos del mismo ejército español en Cuba. Por otro lado, señala
el informe inglés, que había insuficientes cañones modernos con los que
oponerse a la poderosa y nueva armada americana; y para colmo de males
ante la falta de cañones desde España —como afirmaba un oficial español—
se enviaban a la plaza de La Habana los que se desechaban en la Península
y que, a su vez, desde La Habana aquellos que se consideraban no aptos se
redistribuían a los restantes puertos de la isla, con lo que en lugar de mejorar
las posiciones defensivas lo que se hacía era invitar a las cañoneras enemigas
a bombardear posiciones totalmente indefensas aunque, técnicamente, los cañones
estuvieran emplazados para la defensa, que como ya hemos señalado
era más testimonial que efectiva, tal como fue el caso de Matanzas. Dentro
del aspecto militar el autor reseña la escasa capacidad de los españoles para
llevar una resistencia ulterior en el interior de la isla frente a los americanos
por dos razones fundamentales:
La primera se debe a que existe un predominio de la ciudad costera sobre la ciudad
interioi lo que implica que todas las actividades se centran en la costa y que las vías de
comunicación se desarrollan a través del mar más que por tierra ello supone que toda la
fuerza estratégica está concentrada en la costa descartando la imposibilidad de la defensa
interior por la falta de una estructura de predominio estratégico, esto es el asentamiento
y dominio del territorio interior de la isla.
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Y la segunda característica es producto de esa falta de presencia en el interior puesto
que para el control de las vías de los caminos y vías de accesos a los pueblos del interior
se necesitarían muchísimas tropas para poder defender todo el territorio, tropas que no
se tienen.
Esto lo podemos observar en los comentarios que realiza sobre los mapas
y planos de Cuba y sus comunicaciones, «los mapas de Cuba son confiables
excepto que la hace aparecer más habitada y mejor comunicada de lo que realmente
son», pues muchas de las Villas no existen o son Haciendas azucareras
y muchos de los caminos son intransitables en invierno y en verano, si no lo
es por las fuertes lluvias caídas lo es por lo exhuberante de la vegetación la
cual siempre entorpece cualquier acción militar.
Sin embargo, por lo que respecta a la valoración de otro elemento militar,
el humano, este oficial inglés, resalta las cualidades innatas del soldado
español diciendo de éstos: «el soldado español es un maravilloso ejemplo de
resignación cuando está enfermo, mal alimentado y raramente pagado... siendo
capaz de resistir enfermo y agotado en su propia trinchera.»
Reseña, además, que Santiago de Cuba no era una fortaleza como tal,
sino que se vio envuelta en el conflicto por la decisión del Almirante Cervera
de refugiarse en ese puerto, pues desde principios del conflicto los americanos
no tenían ninguna intención de acercarse a Santiago ya que la idea era
tomar Puerto Rico y, después, cuando cesara la estación de las lluvias y llegara
la estación seca dirigirse contra La Habana. Mas el hecho de refugiarse
en el puerto de Santiago, por parte del Almirante Cervera, contribuyó a cambiar
todos los planes de los americanos respecto a Santiago y no sólo los planes
de los americanos, sino también tal como señala en el documento los planes
de resistencia de los españoles.
Otro aspecto que analiza es el económico en el que se indica los problemas
del erario piíblico, pues las de fuentes de financiación como eran las tasas
de aduanas, las tasas de entrada a extranjeros, que era en gran medida
de donde se nutría el erario no era fuente de beneficio pues con el bloqueo
se había acabado todo tipo de actividad en los puertos que es uno de los centros
naturales de la riqueza de Cuba. Y aunque el dinero estuviese en La Habana
quienes lo poseen no están interesados en desprenderse de éste, pues
o simpatizan con la insurrección o desean que la guerra acabe para poder iniciar
sus negocios y dedicarse a la especulación. Y ante esta falta de dinero y
que no llega desde la Metrópoli, por la razón de que existe un bloqueo y ésta
sólo está interesada en recibir ingresos de Cuba y no realizar inversiones en
ella conlleva a que los pagos en la Administración se atrasen en meses lo que
incentiva aún más la corrupción en todos los sectores de la administración tanto
a nivel del funcionariado como a nivel militar; pues entre los militares, se
dan casos como el de unos oficiales de Jiicaro que cuando fueron embarca-
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dos para Cienfuegos con las tropas embarcaron los cañones de bronce de la
guarnición que eran inservibles con la probable intención de venderlos como
bronce para fundir. Pero ello es producto de las situaciones que se producían
en el estamento militar, tales como que los encargados de pagar las soldadas
a los oficiales las cuales se pagaban en oro, retenían una parte de la soldada
para sí y esto se producía entre oficiales, y si a esto añadimos que se tardaba
en pagar es fácil comprender que cada uno buscaba la manera más o menos
honrada de obtener dinero para en unos casos subsistir y en otros enriquecerse,
y por lo que respecta a los soldados, éstos estaban en una situación
aun peor que los oficiales pues a ellos se les pagaba en plata o en billetes del
Banco de Cuba, eso si había dinero para pagarles o como en otro caso cuando
se les daba su ración, ésta consistía, que era lo más común, la mitad en
alimentos y la otra mitad en dinero, que como señala este oficial inglés, raramente,
este dinero llegaba a manos de los soldados.
Dentro del plano económico, también destaca los problemas en los que
se hallan las grandes haciendas azucareras, pues en muchos casos son ellas
las que aún, después de la insurrección y en plena contienda hispano-ameri-cana,
sobreviven producto de dos actitudes bien diferentes de sus propietarios:
La primera porque se han pagado un ejército privado que protege la Hacienda y a sus
moradores pero todo ello a costa de grandes gastos o, en el otro caso, pagando a los insurgentes
un impuesto para que no le hagan daño a la Hacienda. Y por lo que señala este
oficial es más barato en todos los casos la segunda opción pues, sin lugar a dudas, a la
hora de tener daños y sufrir expolios sólo se reciben daños y expolios del ejército cuando
entra en las haciendas para aprovisionarse. Mas en el primer caso, hay que analizar que
de nada te han servido los grandes gastos que se han realizado para mantener un ejército
de mercenarios si te entra el ejército y se lleva todo tu ganado (caballos o vacunos) y después
entran los insurgentes y éstos, en la mayoría de los casos, dejando la Hacienda destruida.
Por lo demás, la alimentación y manutención de los soldados y la población
era completamente diferente, pues si bien los primeros tenían en su ración
un poco de arroz y frijoles y casi nada de carne, sólo aquella que podían
obtener en los campos debido a que aun en las haciendas existía ganado para
realizar las labores agrícolas. En las ciudades, sólo existían los alimentos obtenidos
de los cultivos adyacentes a las mismas, que aunque poco daba para
subsistir siendo los más cultivados maíz y papas, y en algunas poblaciones,
en este caso las costeras, esta dieta se veía aumentada cuando algún barco
rompía el bloqueo existente. Sin embargo, en ciudades como La Habana, el
pan no les faltó a los soldados y sí a la población, es más, los soldados vendían
el pan a los propietarios de los restaurantes y muchos civiles sólo comían
pan en estos restaurantes mientras que en la misma ciudad aumentaba
el número de muertos por inanición.
57
Sumándose así la muerte por inanición a las muertes comunes por enfermedad
tropical, que según señala descendieron en La Habana en el año 1898;
aunque la malaria, fiebre tifoidea, fiebre amarilla y consunción seguían siendo
enfermedades mortales tanto en el ejército como entre los civiles, tanto
que por orden del ejército toda la tropa tenía prohibido vivaquear en el campo
para así reducir las enfermedades tropicales entre la tropa, así como señala
el documento se puede observar en el lado americano las enfermedades
que sufrieron por tener que acampar en el campo.
Aunque no sólo las enfermedades eran propiciadas por el medio tropical
sino también el hacinamiento de la población, aumentada por el número de
huidos del interior hacia las ciudades de costa y reconcentrados, por la falta
de higiene en las ciudades ya sea por su descuidado sistema de alcantarillado
como por la faha de limpieza de la ciudad, tómese por caso Santiago y la labor
que tuvieron que realizar los americanos cuando llegaron, aunque caso
aparte fue La Habana que de ser una de las ciudades más sucias durante la
guerra pasó a ser de las más limpias pues el Gobernador Civil a todos los parados
los «colocó» limpiando las calles. Aunque esta faRa de higiene se encuentra
en muchos casos como señala, este oficial inglés, entre los mismos
soldados que descuidan su aseo e higiene personal.
Y en referencia a los ferrocarriles indica que si bien todos tienen las medidas
inglesas debido a que son propiedad de empresas o capital inglés, tanto
el cuidado de las vías como la maquinaria están totalmente descuidadas por
desidia. Y uniéndose a ello que el material pese a su procedencia americana
es de mala calidad muchos de los accidentes no ocurren por culpa de los insurrectos
sino por el estado de las vías y de la maquinaria pues en muchos
de los casos las compañías se amparan en el temor a los insurrectos para no
limpiar las vías de hierbas y maleza y que tengan un mantenimiento adecuado.
Culpando a los insurrectos cada vez que se produce un descarrilamiento.
Y por último, aunque los toca muy brevemente pues sólo los nombra debido
a las críticas que reciben de los americanos, el general Lawton en particular,
el cual habla de los insurgentes diciendo que son tan buenos guías
para las tropas como malos luchadores pues se les distingue más por una banda
de ladrones.
Sin embargo, este oficial señala que estos han llegado a colocar a sus agentes
y simpatizantes en el Palacio de La Habana, pues llegó a ser confidente
de los insurrectos hasta el propio abogado del Gabinete del General Blanco.
Además, de todos aquellos perdonados o simpatizantes que estaban distribuidos
dentro de todas las estructuras sociales, económicas y políticas de la
vida cubana.
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INFORMES DE LOS AGREGADOS MILITARES CON LAS
FUERZAS ESPAÑOLAS Y DE LOS ESTADOS UNIDOS EN CUBA Y
PUERTO RICO
Intelligence División
War Office
[A 601]
CONTENIDOS
Preámbulo 3
Organización de las unidades 5
Ordenes de marcha de la infantería y la caballería 19
Artillería 21
Composición de las guarniciones 23
Organización de los servicios de transportes y suministros 26
Hospitales y servicios médicos 31
Recursos financieros 33
Posibilidades de seguir la guerra en el interior después de la pérdida
de las ciudades costeras 34
Condiciones sanitarias del ejército y de los civiles en las grandes ciudades
35
Naturaleza de las defensas 40
Fábrica de cartuchos, munición, minas submarinas y torpedos . . . . 65
El soldado español en Cuba 66
Estado del país 67
Comunicaciones 68
Situación después de la caída de Santiago 70
Táctica de los insurgentes y españoles durante la insurreción 71
Operaciones alrededor de Santiago 73
Registro de procedimientos para la capitulación de Santiago 74
Epilogo 79
Mapas y Planos
Campo de trincheras de Cabana.
Plano general de las defensas de La Habana.
Puerto de Santiago de Cuba.
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Londres 8 de noviembre de 1898.
Mi Lord,
Tengo el honor de presentar el siguiente informe de mi reciente misión
como agregado militar con las fuerzas españolas en Cuba.
Lamentablemente, no arribé a la isla hasta después de la capitulación de
Santiago y, por consiguiente, no estuve presente en las operaciones miHtares.
Por cortesía del Capitán General Blanco y de su staff tuve las facilidades
necesarias para inspeccionar los preparativos españoles para la defensa.
Antes del cese de las hostilidades ya había visitado tanto Matanzas como
La Habana, y había viajado por gran parte del país por ferrocarril. Posteriormente
crucé la isla por tren hasta Cienfuegos, donde visité sus defensas. Más
tarde me dirigí a Santiago por mar, visitando algunos puertos más pequeños
que encontramos en el camino.
En Santiago el General Lawton y el General Wood del Ejército de los
Estados Unidos, más el staff de oficiales, se ofrecieron amablemente para
acompañarme al campo de batalla y a los fortines. En algunos puntos que
menciono, al no haber tenido noticias del agregado militar con las fuerzas de
los Estados Unidos que estuvo en Santiago, me he aventurado en añadir algunas
puntualizaciones sobre las operaciones en Santiago.
En esta guerra no ha sucedido nada especial para tomar en consideración,
aunque hay que reseñar tres puntos:
1. El relativo daño sufrido por las improvisadas defensas costeras hechas
de tierra o arena. A partir de ello, está visto que no es necesario mantener
todos los grandes cañones, ni siquiera los de los fuertes costeros, montados
permanentemente. Así los trabajos provisionales pueden ser reaUzados
en un corto espacio de tiempo y con la misma solidez.
2. El estado de improvisación de ambos bandos y la consecuente carencia
de preparación. Esto fue demostrado por los errores y dificultades de las
fuerzas de los Estados Unidos en cuanto a la organización y al transporte de
las tropas. Y en el lado español, por la ausencia de una organización adecuada
para oponerse a un enemigo exterior y por la insuficiencia de modernos
cañones para la defensa costera.
3. La gran dificultad creada al defensor que no tiene buenas comunicaciones
en su territorio. Esto dejó prácticamente aisladas a muchas de las tropas
españolas.
En conclusión, deseo expresar mi gran reconocimiento al Cónsul General
en funciones de Su Majestad Mr. L. J. Jerome. La cortesía mostrada por los
oficiales españoles fue, yo estoy seguro, debido en gran medida a las buenas
relaciones existentes entre este funcionario y el gobierno español en Cuba.
G. F. Leverson, Mayor.
Agregado Militar con el Cuartel General Español.
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INFORME DEL AGREGADO GENERAL CON LAS FUERZAS
ESPAÑOLAS EN CUBA 1898. ORGANIZACIÓN DE LAS UNIDADES
La declaración de guerra tomó a las fuerzas españolas en Cuba desprevenidas
para enfrentarse a un enemigo exterior y a los insurgentes al mismo
tiempo, y en la reorganización de las principales unidades con la distribución
y adecuación de las tropas existentes. Por consiguiente, no existía uniformidad
en la composición de los cuerpos de ejército, división y brigadas.
Principales unidades
Por Orten Militar fechada el 22 de abril de 1898, las fuerzas estuvieron
divididas, en un principio, en tres cuerpos de ejército y una división independiente
para la Trocha Oriental. La modificación principal introducida por el
Ejército con las órdenes del 12 y 15 de mayo de 1898, fue estructurar los cuerpos
de ejércitos de Cuba en dos.
Con las alteraciones posteriores, la organización final quedó como sigue:
Capitán General y General en Jefe Su Excelencia General Blanco.
Segundo en mando: General de División Parrado.
Jefe de staff: Teniente General Pando.
Segundo jefe de staff: General de Brigada Solano.
NOTA. El General Solano fue virtualmente Jefe de staff, pues la guerra
tomó al General Pando en una misión especial en México y no regresó hasta
después de que el bloqueo fue levantado. El General Pando efectuó también
el envío de goletas con provisiones desde México que rompieron el bloqueo
por Batábano.
I. Cuerpo de Ejército, La Habana
Mayor General Parrado
1." División, Pinar del Río
General de Brigada Hernández de Velazco
1." Brigada, Guanajay
2.° Brigada, Bahía Honda
2.' División, La Habana
General de Brigada Valderrama
1." Brigada, Calabazar
2." Brigada, Cárdenas
3." División, Matanzas
General de Brigada Molina
1." Brigada, Jaruco
.. 2." Brigada, Cárdenas
61
4." División, Cárdenas
Mayor General Bernal
1." Brigada, Varadero
2." Brigada, Cárdenas
II. Cuerpo de Ejército, Cienfuegos
Mayor General Aguirre
1." División, Santa Clara
Mayor General Aldave
1/ Brigada, Sagua
2/ Brigada, Cienfuegos
3." Brigada, Trinidad
2." División, Sancti Spiritus
General de Brigada Manrique de Lara
III. Cuerpo de Ejército, Puerto Príncipe
Teniente General Salcedo
1." División, Puerto Príncipe
Mayor General March
1.' Brigada, Puerto Príncipe
2.' Brigada, Puerto Príncipe
2." División, Holguín
Mayor General Luque
1." Brigada, Holguín
2." Brigada, Puerto Padre
IV. Cuerpo de Ejército, Santiago de Cuba
Teniente General Linares
1." División, Santiago de Cuba
Mayor General Toral
1." Brigada, Santiago y San Luis
2.° Brigada, Guantánamo
2." División, Manzanillo
General de Brigada Escario
í." Brigada, Manzanillo
2.' Brigada, Manzanillo
División defensiva. Fortaleza de La Habana
Mayor General Arólas
Brigada independiente. La Habana
General de Brigada Tejeda
(Bajo el mando del Comandante en Jefe)
División independiente de La Trocha, desde Júcaro a San Fernando
Teniente General Jiménez Castellanos
62
Unidades menores
El batallón es la unidad de Infantería. Con la excepción de la guarnición
de Cuba, todos los regimientos tuvieron solamente un batallón.
Infantería
A la llegada, los batallones tenían ocho compañías cada uno, pero pronto
fueron reorganizados en seis compañías. Por enfermedad y otros tipos de bajas,
el batallón quedaba reducido a un promedio de 600 hombres.
La constitución del batallón era, por lo tanto, de:
Estructura nominal
Compañías de Combate n . - 1, 2, 3 y 4 2OO hombres cada una
Guerrilla Montada Compañía n.° 5 J^Q „„u„nQ„
Compañía de Apoyo n.° 6
Algunos batallones intentaron reclutar una 7." compañía de movilizados
(voluntarios), pero el intento fracasó.
La guerrilla montada correspondió originalmente a la infantería montada
pero era tratada más como caballería que como infantería.
Aunque 600 hombres fuese la composición de los batallones, muchos estaban
compuestos por menos hombres; así, a principios de agosto, el batallón
del 4.° Regimiento de Cazadores (rifles) era de sólo 200 hombres.
Por otra parte, los batallones acuartelados en La Habana, Cienfuegos y
otras ciudades, estuvieron frecuentemente conformados por L200 hombres
dados de aha del hospital.
Caballería
El regimiento debería contar con cerca de LOOO hombres y 800 caballos,
pero fueron reducidos a un cuerpo de 600 caballos, divididos en cuatro escuadrones
de 150 cada uno.
NOTA. Muchos batallones de infantería y los regimientos de caballería
tuvieron tres mayores {majors), de los cuales el más antiguo no acompañaba
a la tropa en el campo de batalla, permaneciendo en el cuartel general a cargo
de las actividades administrativas del regimiento.
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Artillería
La artillería de montaña estaba organizada en dos regimientos de seis baterías
con seis cañones cada una. La artillería de guarnición consistía en dos
regimientos de ocho compañías cada una. Las compañías variaban en números,
pero el promedio estaba en cerca de 150 regulares, complementados el
resto por movilizados.
Ingenieros
La organización estaba dividida en batallones de ingenieros de telégrafos
y ferrocarriles, y de zapadores y mineros, distribuidos entre las diferentes
compañías. Como los mandos actuaban de manera independiente, las disposiciones
de sus tropas no pudieron ser obtenidas en el Cuartel General.
El siguiente cuadro muestra el estado de las tropas en el mes de junio de
1898 de acuerdo con los datos del Cuartel General.
Infantería
Marina
Caballería
Artillería
Ingenieros
Guardia C.
Administr.
Médicos
Total
Voluntarios
TOTAL
Oficial
318
11
49
14
10
25
3
2
432
49
481
REFUERZOS
Subofic.
4.257
123
507
216
170
218
90
24
5.605
1.792
7.397
Soldado
120.841
2.833
7.894
5.653
5.789
4.796
2.116
1.945
151.867
59.586
202.453
Oficial
7
0
0
0
0
0
0
0
7
0
7
ENFERMOS
Subofic.
272
7
15
10
2
1
0
1
308
30
338
Soldado
20.856
546
881
460
367
167
0
62
23.340
1.183
24.523
64
Infantería
Marina
Caballería
Artillería
Ingenieros
Guardia C.
Administr,
Médicos
Total
Voluntar.
TOTAL
ACUARTELADOS
Oficial
182
4
29
14
10
21
3
2
265
39
304
Subofic.
2.092
38
304
206
168
185
90
23
3.106
1.442
4.548
Soldado
51.111
634
3.831
5.196
5.422
4.083
2.116
1.882
74.272
41.683
115.955
EN EL CAMPO
Oficial
129
7
20
0
0
4
0
0
160
10
170
Subofic.
1.893
78
188
0
0
32
0
0
2.191
320
2.511
Soldado
48.874
1.653
3.182
0
0
546
0
0
54.255
7.720
61.975
Nota: 1. Estos datos son obtenidos del Cuartel general, pero por lo visto los
oficiales médicos no están incluidos debido, quizá, a que utilizan un gran número
de médicos civiles retirados. 2. El número de suboficiales incluye un
gran número de oficiales no comisionados promovidos a 2° teniente durante
la insurrección.
EJERCITO DE OPERACIONES EN CUBA. CUARTEL DEL ESTADO
MAYOR
Orden de Ejército, fechada en La Habana a 22 de abril de 1898.
Su Excelencia el Comandante en Jefe ha aprobado lo siguiente:
1.° La división de Holguín estará constituida por:
1." Batallón del Regimiento de La Habana
2.° Batallón del Regimiento de La Habana
Regimiento Aragón
Regimiento Extremadura
Regimiento de Provisionales, Puerto Rico n.° 5
Regimiento Vergara, Regimiento Peninsular n.° 8
Regimiento Sicilia
2° Batallón del 2° Regimiento de Infantería de Marina
2° Batallón del 3." Regimiento de Infantería de Marina
3." Escuadrón del Regimiento Hernán Cortez
65
1/ Batería de la 4." Batería de Montaña
Una sección de la 2/ Batería del 5.° de Artillería de Montaña
5.' Compañía del 3." Regimiento de Zapadores y Mineros
Un escuadrón de la Guardia Civil
El Mayor General Agustín Luque será su comandante.
2.° La división cubana:
1." Batallón del Regimiento de Cuba
2° Batallón del Regimiento de Cuba
1." Batallón del Regimiento Simancas
2." Batallón del Regimiento Simancas
Regimiento Asiático
Regimiento San Fernando
Regimiento Constitución
Regimiento de Provisionales, Puerto Rico n.° 1
Regimiento Príncipe
Regimiento Córdoba
Regimiento Toledo
Regimiento Talavera
Regimiento Zamora
1.°, 2." y 4.° Escuadrón del Regimiento del Rey
6." Batería del 4." de Artillería de Montaña
4.' Compañía del 10.° Regimiento de Artillería de Guarnición
1." y 5." Compañías de Telegrafistas
5.', 7." y 8.' Compañía de Zapadores y Mineros
1." Compañía de Transporte
Un escuadrón de la Guardia Civil
El Mayor General Arsenio Linares será su comandante.
3.° División de Manzanillo:
Regimiento de Baza
Regimiento Vizcaya
Regimiento Andalucía
Regimiento Álava
Regimiento Unión, Regimiento Peninsular n.° 2
Regimiento Alcántara
1." Batallón Regimiento Isabel la Católica
2.° Batallón Regimiento Isabel la Católica
3." Escuadrón Regimiento del Rey
í." Batería del 5.° de Artillería de Montaña
Una compañía de Zapadores y Mineros
14." Compañía de Transporte
El Mayor General José García Aldave será su comandante.
66
4.° División de Puerto Príncipe:
1." Batallón Regimiento Tarragona
2° Batallón Regimiento Tarragona
Regimiento Almanza
Rifleros de Cádiz
1." y 3." Escuadrón Regimiento Alfonso XIII
1.° y 2." Escuadrón del Regimiento Hernán Cortez
Una sección, 2.' Batería del 5.° de Artillería de Montaña
2/ Compañía del 3." Regimiento de Zapadores y Mineros
Regimiento de Provisionales, Puerto Rico n.° 2
Batallón de Voluntarios de Madrid
4.' Compañía de Transporte
Un escuadrón de la Guardia Civil
El Mayor General Emilio March detentará el mando
5.° Las arriba mencionadas cuatro divisiones continuarán formando el Cuerpo
de Ejército de Cuba y Puerto Príncipe.
6." La Trocha de Júcaro a San Fernando:
1.", 2." y 3." Batallón del Regimiento Alfonso XIII
Regimiento Tarifa
Regimiento Albufera
Regimiento Reus
Regimiento Chiclana
Regimiento Llerena
Regimiento Arapiles
Regimiento Careliano
Regimiento Murcia
Regimiento de Caballería Príncipe
3." Batallón del 4." de Artillería de Montaña
4." Compañía del 4.° de Zapadores y Mineros
2.\ 3.', 5." y 6." Compañía del Batallón de Trenes
5." Compañía de Transporte
Formará una división independiente, al mando del Mayor General
Adolfo Jiménez Castellanos y el General de Brigada Arturo Alsina
Netto es el segundo en mando.
7.° El Cuerpo de Ejército Las Villas estará conformado por: 1." Brigada, Sa-gua;
2.% Cienfuegos; 3.% Trinidad; 4.% Yagujay y 5.', Sancti Spiritus.
Los tres primeros forman el Santa Clara y los otros dos forman el Sancti
Spiritus, siendo sus respectivos comandantes el General de Brigada Diego
Figueroa y Calixto Ruiz y el comandante del Cuerpo de Ejército General
Ernesto Aguirre y Bengoa.
67
La organización del Cuerpo de Ejército del Oeste será organizada de la
manera más conveniente en combinación con las fuerzas confiadas a la
defensa de la fortaleza de La Habana, siendo las instrucciones dadas al
efecto.
EJERCITO DE OPERACIONES EN CUBA. CUARTEL DEL ESTADO
MAYOR
Orden de Ejército, fechada el 12 de mayo de 1898.
Su Excelencia el Comandante en Jefe ha aprobado lo siguiente:
1.° Los batallones de Arapiles, Careliano y Murcia (estos tres batallones
fueron tomados de La Trocha) con el 3." escuadrón del Regimiento del
Rey formarán una brigada destacada al Cuartel de Estado Mayor y comandada
por el General de Brigada don Figueroa y Hernández.
2." La división de La Trocha Júcaro-San Fernando se mantendrá como
se indicaba en la orden del 22 último, menos los tres batallones mencionados
en el apartado anterior. Será mandada por el Teniente General A. Jiménez
Castellanos y tendrá un mando independiente, entendiéndose que todas las
fuerzas que compongan La Trocha estarán bajo las órdenes directas del General
al mando.
3.° El Cuerpo de Ejército de Las Villas formará el 2.° Cuerpo y estará
al mando del General E. de Aguirre y Bengoa, estando compuesto por la División
de Santa Clara bajo el mando del General de Brigada J. Manrique de
Lara, con la 1." Brigada, Sagua (General de Brigada Alsina y Nett); 2.' Brigada,
Cienfuegos (General de Brigada J. Alvarez Chacón) y la 3." Brigada
(Coronel B. Areces) y la División de Sancti Spiritus bajo el mando del General
de Brigada I. Estruch con la 1.' Brigada, Remedios (General de Brigada
J. Oses) y la 2.\ Sancti Spiritus (Coronel A. Ruiz).
4.° El Cuerpo de Ejército del Oeste será el 1." Cuerpo y el Mayor General
J. G. Parrado seguirá al mando. Seguirá igual que antes, salvo el Batallón
Otumba, destinado de la 2.' a la 1.° Brigada de la División, siendo esta
última mandada por el General de Brigada C. R. Ortega. El Coronel J.
D'Hancourt y Morlones cesa como comandante.
5.° El General de Brigada R. de Bruna asume temporalmente el mando
de la División de Manzanillo y de Santa Cruz del Sur hasta próximas instrucciones.
El Mayor General J. García Aldave permanece bajo el mando del Comandante
en Jefe para ser destinado donde sea considerado.
Por orden de Su Excelencia,
L. M. Pando, Teniente General en Jefe del Estado Mayor.
68
EJERCITO DE OPERACIONES EN CUBA. CUARTEL DEL ESTADO
MAYOR
Orden de Ejército, fechada el 15 de mayo de 1898.
Su Excelencia el Comandante en Jefe ha tenido el placer de aprobar lo
siguiente:
1.° La división ligera es eliminada.
4.° El Primer Cuerpo de Ejército estará formado por cuatro divisiones; la
primera, Pinar; la segunda, Habana; la tercera. Matanzas; la cuarta. Cárdenas;
siendo sus respectivos comandantes el General de Brigada C.
Hernández de Velazco, L. Valderrama y L. Molina y el Mayor General
F. F. Bernal, los tres primeros en funciones.
5.° Estas divisiones estarán conformadas como sigue:
1." División
1." Brigada. Bajo el mando del Comandante de División en funciones
La misma tropa que estaba en la Brigada de Pinar menos el Regimiento
Cantabria
2." Brigada. Comandante en funciones Coronel Aguilera
Regimientos Catabara, Arapiles, Careliano y Murcia
2." División
1." Brigada. General de Brigada A. Maroto
Regimiento San Quintín. Península n.° 7
Regimiento Provincial de Baleares
Regimiento Otumba
Regimiento de Caballería Borbón
Regimiento Villaviciosa
2." Batería de la 4." Batería de Montaña
2.' Brigada. General de Brigada Calixto Ruiz
Regimiento de Barbastro
Regimiento Canarias (Provincial)
Regimiento Lealtad
Regimiento de Caballería Pizarro
Regimiento de Caballería Bayamo
4.' Batería del 4.° de Artillería de Montaña
3.' División
1." Brigada. General de Brigada S. D. Ceballos
Regimiento Guadalajara
Regimiento Guipúzcoa
69
Regimiento España
1." y 3." Escuadrón del Regimiento Numancia
1." y A.° Escuadrón del Regimiento Alfonso XIII
2." Brigada. General de Brigada J. Franco
1." Batallón Regimiento M/ Cristina
2." Batallón
3." Batallón
Regimiento Cuenca
Regimiento Península n.° 2, Unión
2.° Escuadrón Regimiento Sagunto
5/ Batería del 5.° de Artillería de Montaña
Un escuadrón de la Guardia Civil
4/ División
1." Brigada. General de Brigada D. Figueroa
Regimiento Navarra
Regimiento Saboya
2." Batallón del 1.° de Infantería de Marina
Un escuadrón de la Guardia Civil
2." Brigada, General de Brigada Marina
Regimiento Valencia
Regimiento Princesa
Regimiento Zamora
2.° y 4.° Escuadrón del Regimiento Numancia
6." Batería del 5.° de Artillería de Montaña
16." Compañía de Transporte
6.° El distrito de la 3.' División (Mantanzas) estará incluido desde Boca Ja-ruco
hasta el río Canimar, los límites entre las dos Brigadas están en Ca-nasi
y los límites entre las provincias de La Habana y Matanzas.
De esa la 4." División (Cárdenas) estará desde el río Canimar al río Las
Palmas, en los límites entre las provincias de Santa Clara y Matanzas.
Las tropas de las dos Brigadas están siendo distribuidas según requieran
las circunstancias.
Por orden de Su Excelencia para información y conformidad,
L. M. Pando, Teniente General en Jefe de Estado Mayor.
ORDEN DE MARCHA DE LA INFANTERÍA Y LA CABALLERÍA
Es difícil dar una opinión sobre las órdenes de marcha de las unidades,
dado que no existió la oportunidad de ver grandes cuerpos en movimiento.
70
Infantería
A juzgar por la presencia de tropas en el interior, una amplia disposición
de efectivos de infantería habría sido incapaz de cubrir largas distancias sin
grandes pérdidas, estando algunos de ellos más en el hospital que en filas,
debido a la malaria y a la escasa y mala alimentación. Además, sus vestidos
se hallaban en muy mal estado y algunos estaban casi sin zapatos y botas.
Caballería
Los caballos de la caballería se hallaban en malas condiciones durante el
bloqueo, pues sólo se tenía alimentos para los caballos hierba de guinea (guinea
grass) para dos meses. Hacia finales del bloqueo, sin embargo, con la cosecha
y y maduración del maíz comenzó a mejorar un poco la dieta de los
caballos. Aunque los caballos parecen escuálidos y marchitos, son fuertes y
con capacidad para realizar gran cantidad de trabajos. Los caballos de la
guerrilla montada de infantería parecen incluso peores, pero son muy activos.
Esta tropa se emplea usualmente en la protección de las ciudades y ferrocarriles
contra los insurgentes.
Si se requiriera, puedo asegurar que las tropas montadas pueden emprender
largas marchas en cualquier momento. El paso regular de la tropa montada
cuando está sola es la marcha, ritmo peculiar del pequeño caballo cubano,
y este paso sobre el terreno es un ritmo rápido que fatiga poco al caballo
y al jinete.
Los caballos, dicho sea, pueden continuar en este ritmo durante varias horas.
Este paso, que no sacude al jinete, es muy propio de caballos del sur de
España y México, siendo un paso muy sereno y suave.
Al regresar de visitar parte de las baterías de Cienfuegos, nuestro grupo
de 11 oficiales, con escolta de 8 hombres, cubrió 5 km al mediodía de finales
de agosto en 25 minutos. Este es un ritmo propio de la infantería montada.
Duración de las marchas
Durante la insurrección, el promedio de la marcha estaba entre 22 y 24 km
al día, aunque frecuentemente se recorría más. Así, una columna fue de Hol-guín
a Puerto Padre, una distancia de 42 km, en un día. Un oficial con una
escolta a caballo de 100 hombres, recorrió la distancia de Cienfuegos a Trinidad
(100 km) en un día. La marcha más reciente la ha realizado el General
Escario, de Manzanillo a Santiago. Para el auxilio de esta última localidad,
la distancia, 170 km, fue cubierta, en 13 días, teniendo la tropa que luchar a
71
lo largo del camino con los insurgentes. La tropa consistía en 3.800 infantes
(cinco batallones), dos cañones de montaña y una compañía de transporte.
30.000 raciones fueron tomadas para Santiago, y gran parte de éstas fueron
acarreadas por los soldados. Debe recordarse que todas estas marchas fueron
realizadas por un terreno que carecía prácticamente de caminos.
Marcha de la brigada
Esta estructura era para una brigada en marcha sin que tuviera que dividirse
para operar en el campo.
La composición de la columna consistía en 1 ó 2 batallones y 2 escuadrones,
con apoyo de artillería de montaña.
La brigada de Calabazar consistía en 3 batallones, 2 regimientos de caballería,
1 batería de artillería de montaña, 1 compañía de transporte (100 mu-las).
El orden de marcha de la brigada era:
Vanguardia — 1/2 regimiento de caballería
Grupo de reconocimiento — 1 regimiento de caballería
1 batallón
Staff
Batería de artillería de montaña
Transporte
Retaguardia — 1/2 regimiento de caballería
NOTA. En la defensa de La Habana, muchos de los regulares no estaban
para reforzar las posiciones. Estos eran, sin duda alguna, hombres que
habían estado en el hospital y no eran aptos para ta marcha.
ARTILLERÍA
Artillería de Montaña
Hay dos regimientos en Cuba: el 4." armado con cañones Krupp QF de
7,5 cm de 1895, y el 5." armado con los viejos cañones Plasencia RBL de 8 cm.
Existe otro regimiento de cañones Krupp en España, y otros dos de los
Plasencia. Los regimientos se constituyen en seis baterías de seis cañones cada
una.
Los cañones son transportados por muías y cuyas albardas han sido modificadas
cuando llegaron a las islas para adaptarlas al transporte de los ca-
72
ñones. Los ejes también son acarreados para utilizarlos cuando se marchase
por los caminos.
El siguiente esquema muestra la distribución de las baterías:
4.° Regimiento (Krupp)
1.° Batería Holguín
6." Batería Santiago
3." Batería La Trocha
2." Batería Calabazar
4.' Batería Campo Florido
5." Batería La Habana
5.° Regimiento (Plasencia)
Sección 2." Batería Holguín
1." Batería Manzanillo
Sección 2." Batería Puerto Príncipe
5." Batería Matanzas
6." Batería Cárdenas
4." Batería Cienfuegos
Sección 2." Batería Cienfuegos
3.' Batería Pinar del Río
Baterías de campaña
Debido a la naturaleza del terreno, las baterías de campaña no fueron llevadas
a Cuba, aunque algunos cañones se hallaban allí y fueron destinados
a las defensas. Las baterías españolas de campaña no son las más móviles de
las armas y eran tiradas por muías.
COMPOSICIÓN DE LAS GUARNICIONES
Los batallones eran mucho más fuertes que aquéllos en el campo y en las
guarniciones, hallándose todos en comunicación por ferrocarril con La Habana.
Antes del bloqueo, algunos enfermos habían sido enviados al hospital
en esa ciudad, y los refuerzos habían ido a parar allí; pero cuando se estableció
el bloqueo los hombres destinados para Santiago y otras guarniciones
de Oriente no pudieron ser enviados allá. Ello consecuentemente propició aumentar
los batallones en La Habana y otros lugares.
73
De los convalecientes dados de alta del hospital, algunos todavía parecían
enfermos y cansados con lo que de poco sirven.
Todas las guarniciones estaban compuestas en su mayoría por voluntarios.
Estos batallones variaban mucho en su potencial, pero por lo general
su promedio era una fuerza completa de 1.000.
Habana
La primera organización de las defensas se hizo el día 22 de abril de 1898,
inmediatamente después del bloqueo, de tal manera que se estructuró en cinco
secciones; cuatro para la defensa de las fortalezas y la quinta para preservar
el orden en la ciudad.
Las tropas consistían en seis batallones de infantería, 13 batallones de voluntarios,
cuatro batallones de bomberos, un batallón de policía, un regimiento
de caballería regular, cuatro escuadrones de caballería de voluntarios, tres
baterías con cuatro cañones de sitio cada una, junto a un batallón de infantería
de marina y artilleros de guarnición y voluntarios.
[...] La última división fue en cuatro secciones de defensa terrestre y dos
costeras: La defensa de la costa oriental comprendía desde El Morro a Co-jimar
incluyendo el campo atrincherado de Cabana y la sección occidental se
extendía desde la batería de Punta hasta La Chorrera.
Los siguientes datos son de la 2." sección de defensa terrestre del 23 de
agosto.
2.» BRIGADA. DIVISIÓN DEFENSIVA DE LA HABANA
Regimiento Zaragoza n.° 12
Cazadores Barcelona n.° 3
Batallón Prov. Habana
Tiradores de España
Ingenieros
Artillería
Mobilizados
TOTAL
Voluntarios, total: 5.264
Oficiales
de campo
3
3
3
1
10
Oficiales
42
50
12
11
7
1
1
124
Suboficiales
y soldados
1.242
1.241
92
287
170
18
27
3.077 (*)
Caballos
69
24
93
Muías
23
24
47
(*) De estos, una tercera parte estaban enfermos, y de éstos la mayoría eran
casos sin importancia, estando una cuarta parte actos para el servicio. [...]
74
Matanzas
La guarnición contaba con cerca de 3.000 hombres además de 4.478 voluntarios.
[...!
Manzanillo
La guarnición estaba constituida por 8.000 infantes y LOOO irregulares.
Trinidad
Estos eran dos batallones de infantería regular con un destacamento de
Casilda.
Cienfuegos
La guarnición consistía en:
4 batallones (Luzón, Colón, Burgos y Cataluña) de infantería
2 batallones de tropas irregulares
1 batería y una sección de artillería de montaña
1 compañía de ingenieros y
500 hombres de la guerrilla montada
Organizados en:
a) Dos batallones de infantería regular guarneciendo la entrada del puerto.
Los batallones eran de 1.200 hombres divididos en seis compañías. El batallón
del lado oeste era de la guerrilla montada y el del lado este era de la
guerrilla montada del lugar.
b) Una compañía de tropas irregulares en cada reducto del frente terrestre.
ORGANIZACIÓN DE LOS SERVICIOS DE TRANSPORTE Y
SUMINISTROS
Estos servicios estaban confiados a la «Administración Militar».
75
Transporte
El transporte era realizado por 17 compañías de muías, que se habían
constituido en 1895 con una fuerza de 200 muías por compañía pero con el
bloqueo se redujo a 100 por compañía. Los hombres procedían de España.
Las muías y toda su parafernalia para estas compañías fueron traídas de Su-damérica.
Existían también dos compañías de carros de transportes que no podían
ir más allá de las ciudades, y éstas se hallaban principalmente en La Habana.
La capacidad de estas compañías también se redujo bastante con el bloqueo
y las muías, que eran empleadas generalmente como ambulancias o transporte
de raciones, en caso de ataque de La Habana habrían sido requeridas para
desplazar de posición los cañones fijos.
Las 17 compañías de muías de carga fueron distribuidas lo mejor posible
entre las brigadas, pero a los Cuerpos de Ejército II y IV y a la División de
La Trocha, aparentemente no hubo tiempo de reforzarlos, de modo que tuvieron
solamente una compañía por división.
Cuando en el campo las tropas se movían con viveza, y los regimientos
llevaban su equipo, cada batallón tenía cinco o seis muías de transporte.
Suministros
Los depósitos se encontraban en todas las grandes ciudades, donde los suministros
eran enviados por ferrocarril si era posible. Si las ciudades no estaban
por donde pasaba la línea del tren, los almacenes eran abastecidos por
las compañías de transporte de la estación más cercana.
En el campo el transporte no llegaba hasta la tropa, la cual tenía que llevarse
raciones para dos días en sus mochilas. Las raciones para cuatro, cinco
días, o más, eran transportadas por las muías del regimiento * (sin embargo,
se demostró posteriormente que cada muía no podía llevar más de 100 raciones).
Estas estaban calculadas para durar hasta que las tropas regresaran a
su cuartel o, lo que raramente ocurría, hasta que alcanzaran otro depósito.
Arsenales
Estaban establecidos en Santiago, Manzanillo, Puerto Príncipe, Santa Clara
y La Habana, además de otras localidades más pequeñas como Matanzas
y Pinar del Río.
La munición para las baterías costeras eran prácticamente almacenadas
en las mismas baterías.
76
Víveres
Las raciones de campaña estaban establecidas en 1,1/2 libras de carne,
con verduras; café por las mañanas y brandy o ron después de una marcha.
En realidad, la tropa recibía sus raciones irregularmente y a un reducido
ritmo.
Excepto en las grandes ciudades donde había panaderías del Gobierno,
en lugar del pan se suministraba generalmente rosquillas, y la ración de carne
era incierta.
En la marcha, así como en la guarnición, la mayor parte de la carne era
obtenida al ser requisado el ganado, por lo que el propietario no siempre obtenía
compensación, aunque fuera por regla cargada para su pago al Gobierno
por los oficiales al mando.
La ración más usual en las ciudades parece ser, además del pan, un po-tage
de arroz o frijoles con un poco de carne o bacon, y de este potage el
soldado sólo recibía una pequeña ración.
En el campo la práctica más común, era dar la ración mitad y mitad, mitad
en comida y mitad en dinero. Pero a juzgar por los informes de venta al
por mayor, existen dudas si el dinero alcanzaba frecuentemente a los soldados.
Habana. Hay un suministro abundante de pan para las tropas. El Gobierno
ha incautado para su uso la harina y otras provisiones enviadas por el
Gobierno americano para el auxiUo de los reconcentrados antes del comienzo
de la contienda. Gran cantidad de harina ha entrado también en La Habana
tras romperse el bloqueo impuesto, que también ha tenido éxito para
Matanzas y otros puertos norteños, siendo estos suministros enviados a La
Habana por tren.
A principios de agosto se decía que sólo había harina para la tropa para
3 ó 4 meses. Esto fue probablemente cierto, pues antes de fin de las hostilidades,
los civiles tenían permitido comprar harina para 4 días.
El pan estaba hecho en la panadería del Gobierno en el Vedado, y era
de excelente calidad. Algunos de ellos vendían la mitad de su pan a los restaurantes
de la ciudad. La ración de carne variaba, pero era generalmente escasa.
En Matanzas, las tropas de la ciudad tenían su ración de pan regularmente
pero para los servidores de las baterías, debido a la mala disposición del
transporte, tenían medias raciones o menos.
En Cienfuegos y Manzanillo, las tropas estaban escasas de carne pero no
de pan.
En Santiago estaban casi hambrientos, y vivían del arroz y un poco de carne.
No tenían pan, pero no habían por el momento comenzado a comer car-
77
ne de caballo, así podrían probablemente haber resistido un poco más de
tiempo si se lo ordenaran.
En la marcha y en el campo se puede decir que la tropa vive tanto como
le es posible del territorio.
El General Salcedo, Comandante del III." Cuerpo de Ejército, informa
que sus tropas en Puerto Príncipe han tenido suficiente pan en todo momento,
al haber garantizado sus suministros con la harina traída de Nuevitas y
Gibara al haberse roto el bloqueo por esos puertos. En cambio, a los de Hol-guín
les faltó el pan muy pronto y vivieron de la carne de los caballos y mu-las.
Atribuyendo la mala salud de su tropa, y del resto, a que han tenido para
comer sólo un poco de bacalao salado y nada de carne.
Población civil
Existía una gran miseria y hambre entre la población, de la cual los más
pobres vivían casi del maíz y un poco de arroz. Los ciudadanos no pueden
comer pan a menos que comieran en los restaurantes, donde el propietario
siempre lograba tener cierta cantidad, ya que gran parte del pan se lo compraba
a la tropa.
La carne, así como toda clase de alimentos, era muy echada en falta, consecuentemente
el hambre era muy común, aunque la administración lo negara.
En La Habana, los pobres eran cogidos de las calles y llevados al hospicio
* (antiguamente una prisión) donde al principio no recibían su comida,
pero eran luego alimentados aquellos que habían permanecido en la prisión.
Sin embargo, la situación de estos comienza a mejorar a finales de junio cuando
las cocinas libres fueron instaladas en las calles por el Gobernador Civil.
Estas estuvieron patrocinadas por la caridad, se incrementaron hasta finales
de julio, alimentando a casi 30.000 personas a diario. Hasta el 15 de septiembre,
un mes después de levantarse el bloqueo, el número de personas alimentadas
de este modo rondó las mismas cifras.
A pesar de la escasez de las provisiones, que fue sentida mayormente en
julio, es cierto que hubo suficientes alimentos en la parte occidental de la isla
para que los españoles continuasen con la resistencia.
Algunos comerciantes habían almacenado las provisiones con el objetivo
de realzar los precios, y estos almacenes comenzaron a suministrar al mercado
antes que el bloqueo fuera levantado, cuando los rumores de paz estaban
circulando. Periódicamente desembarcaban pequeñas cantidades traídas por
los que rompían el bloqueo y, además, la cosecha comenzaba a madurar hacia
finales de julio. Aunque el terreno cultivado fue mínimo, no obstante
hubo una gran producción de maíz y papas disponible gradualmente para el
78
consumo. Las zonas de cultivo donde éstas crecían eran las que rodeaban la
ciudad y aquellas que los españoles habían logrado defender, confirmando
que la cosecha permitiría subsistir a la población hasta al menos finales de
año. La fruta también fue abundante.
Las tropas, y eso puedo garantizarlo, también habrían sido capaces de procurarse
cierta cantidad de carne pues el ganado de la isla no estuvo de ningún
modo acabado, ya que existía gran cantidad en las haciendas que se dedicaban
para el trabajo. Así el arroz y las judías habrían completado la dieta.
HOSPITALES Y SERVICIOS MÉDICOS
Oficiales
Existen dos clases de oficiales, los doctores o cirujanos y los farmacéuticos.
Estos últimos atienden sólo los servicios de dispensarios y farmacia, y
sólo acceden hasta el grado de Coronel.
Los oficiales médicos, hasta el rango de capitán, sirven en los regimientos,
por encima de este rango cumplen el servicio en los hospitales.
Números en la Tropa
Como norriía un doctor es destacado a un batallón y existen dos enfermeros
por compañía. Este número fue doblado con la guerra este año, por
lo que cada batallón tiene dos doctores y cada compañía tiene ocho camilleros
para cuatro enfermeros y un hospital por lo general. Los camilleros provenían
de las mismas compañías, algunas veces habían cuatro camilleros por
enfermero, o sea, 16 camilleros por compañía.
Debido a la ausencia general de carreteras las ambulancias no acompañan
a la tropa en las operaciones. Hay muy pocas ambulancias en la isla. La
Habana aparentemente es el único lugar que dispone de ellas.
Hospitales
Los hospitales de campaña no acompañaban a las tropas, una caseta transitoria
es levantada para los enfermos cuando se realizaba un alto en el camino.
Las explicaciones de estas medidas es que el hospital era inadecuado
durante la rebelión.
En todas las ciudades donde existen guarniciones habían o eran estable-
79
cidos los hospitales y tan pronto como el enfermo podía ser trasladado era
enviado a estos hospitales.
Hospital de La Habana
En La Habana el hospital militar más grande se hallaba cerca del Castillo
del Príncipe. Habían otros más pequeños, además de un gran almacén en Regla
con una capacidad para 3.000 enfermos los cuales estaban muy ajustados.
El hospital cerca del Castillo del Príncipe fue reconstruido en su mayor
parte en 1896, después de que una gran parte del viejo castillo fuese destruido
por un incendio. Estando ocupado sólo la parte renovada. Estaba constituido
por bastos barracones, bien ventilados, construidos a partir de columnas
de ladrillos estando tres barracones reservados para los oficiales.
El director decía que podría atender 2.400 casos pero aUí no parecía haber
más espacio con los 1.700 enfermos.
Existían pabellones aislados para la fiebre amarilla pero habían menos de
30 casos aparte de los 1.700 enfermos.
La administración del hospital aparenta ser buena y la limpieza se observa
por doquier. Hay 31 hermanas enfermeras.
Disponían de excelentes baños y duchas en un pabellón separado, así
como una lavandería de vapor y desinfectante y una cocina que estaba a cargo
de las hermanas enfermeras. La comida la cual era cocinada principalmente
al vapor era de buena calidad y sana. Todas las instalaciones eran alumbradas
por luz eléctrica.
Enfermedades en la campaña
Durante las anteriores etapas de la rebelión las tropas sufrieron mucho
de malaria a consecuencia de vivaquear. Las instrucciones posteriormente dadas,
con la obtención de buenos resultados sanitarios, fue que las tropas deberían
pasar la noche en las ciudades o en granjas deshabitadas.
Esto fue llevado a cabo durante los tres años de la rebelión y de la guerra
hasta el 1 de agosto de 1898, cuando España contabilizó 80.000 bajas entre
muertos y enfermos y de los que entre 45.000 a 50.000 habían sido de inválidos
enviados a España.
Servicios veterinarios
Cada escuadrón de caballería tenía, por lo general, un veterinario y ocho
farriers [sic]. El doctor y el veterinario de los cuarteles de ejército también
80
se hacían cargo del transporte y de la artillería de montaña. Ninguna disposición
especial parece haber sido hecha para su destino cuando fuese diferente.
RECURSOS FINANCIEROS
El Gobierno lo tenía muy difícil ir más allá sobre todo aquellos que no
fuesen los balances de tesorería y las aduanas pues esos balances eran muy
bajos. Las entradas por aduanas habían sido prácticamente «nil» [sic] desde
el bloque...
Habían ciertos impuestos como las cédulas de extranjeros pero su aportación
fue escasa durante el bloqueo. Hubo también una cierta entrada con
los gravámenes del ferrocarril.
Siempre existió una abundante circulación del dinero pero el Gobierno declara
sólo haber adquirido una porción de éste y del ganado y de los restantes
alimentos de los almacenes.
La mayoría del dinero estaba, por supuesto, en La Habana pero la suscripción
realizada allí para costear la guerra fue muy pequeña. Probablemente,
esto fue debido a que algunos de los capitalistas simpatizaban con la causa
de los rebeldes, aunque no lo demostraban abiertamente.
Paga de los oficiales y de la tropa
Todo el funcionariado sufría atrasos de muchos meses. La paga a los oficiales
del ejército también sufría atrasos aunque los oficiales no estaban tan
mal como los funcionarios. Oficiales y comisarios tenían medios particulares
de subsistencia, o amplios medios, derivados de la corrupción; pero la tropa
y algunos oficiales, cuando ellos recibían su paga, en algunos casos sólo recibían
una parte de ella.
El pago se efectuaba en oro para los oficiales, y de este pago un porcentaje
era generalmente restado por el oficial que lo pagaba, y la tropa era afortunada
si lo recibía en plata o, de otra manera, en billetes del Banco de Cuba.
[...] Las tropas han servido pacientemente sin recibir su paga durante meses
pero era, por supuesto, incierto si habrían continuado algunos meses más,
en especial, cuando el dinero dejó de llegar a la isla y las oportunidades para
hacer dinero estaban siendo menos para los oficiales.
81
POSIBILIDADES DE CONTINUAR LA GUERRA DESPUÉS DE LA
TOMA DE LAS CIUDADES COSTERAS
Después de la caída de las ciudades de costa los españoles podrían continuar
la guerra durante un corto espacio y sin esperanza de tener éxito.
La mayoría de las ciudades importantes están situadas en la costa, los principales
puntos de aprovisionamientos y arsenales se perderían, así como los
ferrocarriles, las únicas comunicaciones de confianza, empezando desde estas
ciudades, los americanos las habrían interrumpido u obtenido su control,
aun cuando ellas no proporcionaran el grueso de las mercancías cuando se
tomó las ciudades.
Debido al control de las carreteras, los españoles habrían tenido enormes
dificultades en mover un gran número de tropas, y habrían estado obligados
a dispersar a muchos soldados para mantener este control al igual que para
procurar comida. Habiendo muy pronto consumido todos los alimentos del
interior. Y también habrían perdido fuerzas al acosar a los insurgentes, así
como al aumento de las bajas por enfermedad, pues el interior de la isla es
mucho más insalubre para la tropa que la costa.
Cuando tenían la posesión de las ciudades costeras y el ferrocarril tuvieron
gran dificultad para suministrar a sus tropas en el interior, por ello, habría
sido mucho más difícil para ellos mantener el combate con todas sus fuerzas
después de perder la costa.
SITUACIÓN SANITARIA DEL EJERCITO Y DE LA POBLACIÓN
CIVIL EN LAS GRANDES CIUDADES
Afortunadamente, aunque la tasa de mortalidad era en todos sitios alta,
el verano de 1898 fue inusualmente saludable y no hubo ninguna epidemia
de fiebre amarilla. La mayor parte de las muertes fueron resultado, directa
o indirectamente, por inanición.
Los ingenieros militares españoles eran sensibles a la necesidad de salubridad,
y deploraban su ausencia, lo cual es observable en sus barracones, y
en especial en los barracones transitorios. El soldado español y el nativo cubano
aparentan ser ignorantes en la higiene y la mejor muestra la representa
su ausencia de aseo y limpieza.
En las ciudades suelen haber pequeños pozos de drenaje mas en las ciudades
costeras desembocan en los muelles.
Los animales muertos son frecuentemente abandonados y no se recogen
hasta que los buitres, los cuales abundan en gran número, han dejado muy
poco que retirar.
La llegada de reconcentrados, especialmente de los alrededores de las ciu-
82
dades del interior, aumentaban materialmente las condiciones de insalubridad.
Las calles estaban raramente pavimentadas en el interior y en la costa era
mala generalmente, de modo que, después de las lluvias torrenciales eran impracticables...
El agua de abasto es muy buena, pero debido a la existencia de tubos defectuosos
el abastecimiento es irregular como en Cienfuegos y en Santiago.
En La Habana el suministro es excelente.
Durante el bloqueo, la población de las ciudades se redujo, debido a que
muchos abandonaron la isla. Las ciudades, sin embargo, han estado más limpias
que en tiempos de paz. Este es, en especial el caso, de La Habana donde
el Gobernador Civil utilizó a los parados para los trabajos.
Enfermedades existentes
No es posible obtener estadística alguna acerca de la salud de las ciudades
pero las enfermedades existentes se mantenían de manera crónica: malaria
y fiebre tifoidea, consunción y fiebre amarilla.
En el ejército había gran cantidad de casos de disentería, y la anemia fue
también causa de algunas muertes.
Habana
En Cónsul General en funciones informa: «Previo a la guerra, la población
estimada era de 200.000, más la guarnición de 6.000 hombres.»
En el mes previo a la declaración de la guerra, un éxodo general tuvo lugar,
que con el tiempo se ha convertido en estampida. La Secretaría para las
Colonias estimó que la población durante el bloqueo, incluida las tropas, era
cerca de 90.000.
En febrero y marzo hubo una epidemia de viruela, una cierta cantidad de
muertes entre los reconcentrados fueron por inanición, fiebres tifoideas. La
disentería comenzó a ser fatal en mayo. Aunque han de ser reseñados unos
pocos casos de fiebre amarilla.
Promedio del número de muertes por día:
Marzo 35
Abril 40
Mayo 45
Junio 60
Julio 60
Agosto 70
83
Los informes diarios de principios de septiembre muestran un promedio
entre 55 a 60 muertos. Algunos casos de fiebre amarilla han sido informados
y otros casos se deben a la pobreza y a la mala alimentación.
NOTA. El número de muertes dadas diariamente por los periódicos no
incluyen tres de los más populosos distritos de La Habana, en el cual está situado
el Hospital Militar, ni existen datos de El Vedado, Carmelo, Regla o
Guanabacoa las cuales están incluidas dentro de la línea defensiva.
El 30 de julio, el General Blanco dijo que los enfermos en la guarnición
eran:
En abril L500
El 30 de julio de 1898 6.000
la mayoría de los casos eran de malaria y disentería con sólo 68 casos de fiebre
amarilla.
Al mismo tiempo, el corresponsal del «The Times» informó, según lo que
le dijo el secretario del General Blanco, que la media total de muertes en la
ciudad era del 45 %. Esto parece una exageración; el 30 % sería aparentemente
más aceptable.
El número de enfermos en el hospital militar fue siempre alto, ya que
siempre que era posible, el enfermo era enviado desde otras guarniciones y
posiciones de la isla.
Matanzas
Hubieron L468 defunciones de todas las causas entre el 21 de abril y el
24 de agosto de 1898.
' La población, debido a las ausencias, era por lo menos de 40.000.
Manzanillo
Durante la primera mitad de julio el número de muertos fue de 112. La
población estaba sobre 20.000 personas pero la ciudad no aparenta alcanzar
tal número; no dudo que el número incluya todo el municipio.
El 4 de septiembre hubo 817 enfermos en el hospital militar. En estos se
incluyen otros puestos pero el número es aún aho considerando que sólo había
un total de 4.000 hombres dentro y en los alrededores de la ciudad. Habiendo
204 casos de fiebre amarilla en los tres meses previos a la contienda,
de las cuales el 25 % de las bajas se saldaron fatalmente.
Este promedio por muerte de fiebre amarilla era casi la media en toda la
isla.
84
Santiago
Aunque esta ciudad era excepcionalmente sucia no había existido ninguna
enfermedad hasta después de la capitulación que es cuando parece que las
enfermedades arriban a la ciudad.
Previamente al ataque por los americanos, hubo un éxodo de 20.000 personas,
casi la mitad de la población, a Caney, una pequeña población de 1.500
habitantes.
La gente huía con rapidez teniendo un largo paseo bajo un sol abrasador
y cargando con todos sus bienes; calculando estar ausentes al menos dos días,
pero fue mucho más tiempo, y durante ese tiempo las enfermedades fueron
contraidas por contagio o insalubridad, provocada por el exceso demográfico.
El Cónsul General en funciones declaró, el 6 de septiembre, que habían
acaecido entre esta gente 2.000 muertos, mientras aquellas que permanecían
en Santiago estaban tan sanas como antes y totalmente seguras del fuego enemigo.
Desde la ocupación, los americanos han llevado a cabo el objetivo de limpiar
la ciudad, acabando con la suciedad de cuatro siglos.
El número diario de muertos a principios de septiembre fue hasta el momento
de 20.
DATOS MILITARES
Los datos oficiales para 1898 aún no estaban preparados en septiembre.
Por lo general, la salud de la tropa en el interior no fue tan buena como en
la costa. El 8 de septiembre, en Sancti Spiritus, 20 de 33 conductores de artillería
estaban enfermos de malaria y fiebre amarilla. Las condiciones de la
tropa en el cuartel parecen ser casi tan malas como en campaña.
' Es interesante la nota de los datos de las páginas 4 y 5, el ratio es mucho
más bajo entre los voluntarios (nativos) que entre los regulares. Para los nativos
era sobre el 2 % para los regulares sobre el 15 %.
Es también interesante el hecho que ambos, soldados y habitantes, declaren
que la insolación es prácticamente desconocida en Cuba. Señalando
que los efectos de la luna son mucho más peligrosos.
NATURALEZA DE LAS DEFENSAS
Defensas
Hasta la ruptura de las hostilidades no existían casi defensas costeras sólo
estaban completos los trabajos del antiguo fuerte el cual no tenía gran uso,
85
luego, como quiera que sea los trabajos para la defensa se realizaron con
gran presteza tal que a finales de julio los principales puertos estaban provistos
de buenas defensas, con la excepción de La Habana, donde existían un
gran número de potentes cañones, los cañones eran casi todos viejos artilu-gios
que se cargaban por la boca. Sólo los cañones modernos que estaban fuera
de La Habana se encontraban montados en unas cañoneras en Santiago y
Cienfuegos.
Un oficial de artillería afirmó que los cañones que eran desechados en España
se enviaban a La Habana y ésta, a su vez, colocaba sus viejos cañones
en los otros puertos cubanos.
Algunos cañones más modernos bien situados habrían hecho de los puertos
con tan angostas entradas, como las de Santiago y Cienfuegos, inexpugnables.
A pesar de la pobreza de las defensas de cualquier modo ha tenido buenos
resultados contra otros barcos, enfatizando las dificultades que han tenido
las cañoneras para producir daños en las improvisadas posiciones de tierra
y arena y al estar las posiciones bien camufladas, los americanos dispararon
a ciegas.
Durante el bombardeo de Santiago, solamente quedó fuera de combate
un viejo cañón de bronce de 16 cm RML de la batería del lado este del Morro,
mientras que un cañón naval de la batería de Socapa fue dañado pero no quedó
inutilizado. Como estos cañones estaban por encima del nivel del mar, la
mala preparación ha inducido a errar los disparos. Casi todos los obuses han
quedado cortos en sus tiros y producido profundos cráteres a los pies de las
baterías sin producir, daños de importancia, en los parapetos.
En Manzanillo hubo una pequeña batería de cañones de 9 cm RBL en la
línea entre el campo y la costa. Los americanos tocaron a uno de estos el
cual fue reparado en un día, los impactos producieron, además, profundos y
peligrosos socavones en el centro y en el escalón exterior del parapeto siendo,
también, reparados con sacos de arenas en los intervalos que habían entre
bombardeo y bombardeo. El bombardeo fue probablemente llevado a
cabo principalmente por pequeñas embarcaciones aunque los españoles apuntan
a que entre ellos se encontraba uno de la clase «New York». Pues cayeron
obuses de 6 pulgadas y algunos de 8 pulgadas en la zona, una gran proporción
de estos obuses no detonaron.
Puestos a hacer demasiadas cosas, por ejemplo, armar todos los puertos
a menudo con cañones inservibles contra los modernos navios de combates,
los españoles prácticamente invitaban al bombardeo de puertos tales como
Manzanillo, Júcaro, Tunas, Casilda y Batábano en la costa sur, al igual que
otros en la costa norte. Habría sido mejor en algunos casos no haber situado
cañones pues el objeto de la misión de los americanos era destruir barcos y
cortar las líneas telegráficas, siendo sus órdenes abstenerse de disparar a las
86
pequeñas poblaciones al menos que éstas les dispararan. Los españoles al ver
aproximarse los barcos, naturalmente, disparaban sus cañones y los americanos
les replicaban.
Habana
Defensa de costa
Los nuevos trabajos habían comenzado tiempo atrás, pero fueron parados
por carencia de fondos en 1896 cuando la mayoría del trabajo de albañi-lería
había sido completado y la mayor parte de los cañones habían sido montados,
quedando estos cañones prácticamente en l'air [sic], no teniendo ninguna
protección de tierra.
Tan pronto como se declaró la guerra los trabajos se reanudaron y el gasto
se llevó de manera independiente y con gran vigor, de modo que el puerto,
el cual antes casi estaba abierto estaba muy bien defendido a fines de julio.
Las obras quedaban todavía por terminarse cuando cesó las hostilidades
pero las baterías estaban armadas y las protecciones con tierras fue completada.
Naturalmente no hubo tiempo para alterar el propósito de los trabajos y,
así, no han sido completados hasta la fecha.
Todas las baterías fueron protegidas con arenas y cubiertas con unos pies
de tierra, sobre la cual se cosechaba el maíz, judías y papas que eran cultivadas.
Ninguna de las baterías está muy por encima del nivel del mar y están
cerca de la línea de costa.
Los cañones se encuentran en barbette [sic], pero estas formas transversales
son muy prominentes y de largos brazos, mostrando plenamente la posición
de los cañones, los cuales también están expuestos por su baja ubicación.
Las defensas costeras de la zona este está aumentada con el campo atrincherado
de Cabana, la cual contiene casi una línea continua de trincheras y
puntos fuertes, algunos de ellos a modo de baterías móviles, que se extiende
desde Cojimar a Cabana.
Cojimar es el lugar donde los ingleses desembarcaron en 1762, los españoles
han dado nombre a una calle para rememorarlo.
Todas las principales baterías costeras, excepto la antigua de Velazco, están
rodeadas por una fuerte pared de ladrillos con troneras para el disparo
de los mosquetes.
El trabajo más pesado era acarrear arena y tierra para la defensa de las
baterías. Esto era traído generalmente desde cierta distancia por vagonetas
87
dispuestas cuesta abajo. Para proveer de arena y tierra a la batería n.° 4
(Chorrera), un fuerte puente para las vagonetas fue levantado a través del
río Alméndarez hasta cerca de su posición. La tierra también era traída desde
considerable distancia para el campo fortificado de Cabana, ya que la excavación
fue ardua, puesto que el campo era un terreno rocoso. La mayoría
de la tierra fue traída en sacos de arena, cuyo trabajo fue lento y costoso.
En Villareal, donde una nueva posición (San Pedro) había comenzado a levantarse
poco antes del cese de las hostilidades siendo la tierra llevada sobre
la colina de más de 60 pies de altura por civiles.
La posición de todas las baterías de costa se muestran en el plano que se
acompaña de las defensas de tierra de La Habana y la situación de las posiciones
del campo atrincherado de Cabana son ofrecidos en el plano sobre el
mismo.
Muy pocos de los cañones BL han sido disparados desde las baterías por
lo tanto el disparo se fallará en su primer tiro.
ARMAMENTO DE LAS DEFENSAS COSTERAS DE LA HABANA
[...] La sección oriental está comandada por un General de oficio (Brigadier
general Ruberte) y la occidental por un coronel.
Todos los cañones navales están manejados por marineros. Los telémetros
Salmoraighi de la sección este están en San Diego y Cabana. Ellos estaban
dispuestos para actuar como localizadores de posición en conexción con
los instrumentos en Castillo del Príncipe gozando allí de la más completa comunicación
telefónica desde Cojimar a Chorrera.
Defensas terrestres
La disposición de los trabajos, su objeto y carácter general, son dados en
los planos y descripciones siguientes.
Los trabajos estaban mayormente realizados de manera semipermanente
sin intentar hacer un balance de remblai [sic] y deblai [sic] de tierra. Ellos
estaban diseñados para cubrir tres salientes respectivamente:
1. Al este, Guanabacoa.
2. En el centro, el camino a San José de las Lajas.
3. Al oeste, el camino hacia Marianao.
con defensas intermedias, todas ellas conectadas por trincheras.
Ellas estaban organizadas en cuatro secciones, viz.:
1. Chorrera a Puentes Grandes.
2. Puentes Grandes a Luyano.
3. Luyano a Guanabacoa.
4. Guanabacoa a Cojimar.
La línea unía el campo atrincherado de Cabana en Ingénito (n.° 12). Una
brigada estaba asignada a cada sección. Había una completa comunicación telefónica,
a través de toda la línea de defensa, comunicaciones desde el Cuartel
General con la brigada de Bomberos, Guardia Civil y policía en la ciudad.
-üx
Las trincheras utilizadas en las defensas eran las trincheras españolas del
tipo, «trinchera carlista», la cual no era más que una trinchera sin parapeto,
la tierra era extendida por delante y por detrás de la trinchera para que no
fuera vista u obstruyese el tiro por la espalda. Por lo general, la trinchera no
tenía más de dos pies de profundidad y apenas ancho.
NOTA. Alrededor de las defensas y en la de defensa costera, los españoles
han hecho uso de los alambres de púas. Ello es utilizado en toda la isla.
Campo atrincherado de Cabana
Siguiendo el plano se observará que la posición principal es a lo largo de
una cresta que va de Este a Oeste y que en su parte final va de Norte a Sur
manteniendo a su izquierda la batería n." 1.
Debido a la escarpada vertiente del lado Sur o cara opuesta de esta cresta,
ésta fue muy usada para establecer depósitos de munición y refugios para
la tropa. El fondo del valle es pantanoso y habría sido difícil para el enemigo
acercarse.
Todas las posiciones se encuentran entre la maleza y es difícil de localizarlas
de frente. Las posiciones están abiertas y tienen fuertes parapetos. Los
reductos y baterías tienen 6 m de tierra. Las trincheras tienen parapetos de
89
1 a I.V2 metros de espesor y están camufladas con arbustos. Gran cantidad
de alambre de púas está situado a lo largo, como una gran maraña, alrededor
de las posiciones y por delante de las trincheras.
Los depósitos y casamatas, donde hay posiciones, están fuertemente protegidas.
Siendo todos los revestimientos de sacos de arena.
Los cañones están situados a todo lo largo pero no en las posiciones diseñadas
para el fuego de infantería.
La «Casa del Inglés», marcada como una casa para la defensa, fue demolida
por los españoles quienes dejaron sólo 6 piezas de un muro de fuerte cantería.
HABANA.- No 1 BATTERY
Sketch-Escala aproximada 1:2500
\H ti/
1,2,3,4
QF
MQ
ES
AS
T
O
H
LH
W
15 cm. Cañones ordoñez RBL
(Arco de fuego 132 grados)
5.7 cañones Maxim-Nordenfeldt
Casamatas
Almacenes
Arsenal
Traversa
Puesto de obsei-vación
Barracones de amdera para la tropa
Troneras
Pared para los mosquetes
90
No. 2 Batería
Escala aproximada 1:2500
1, 2, 5,
3, 4
QF
\ /^
15 citi. howitzers Ordoñez RBL
30.5 cm cañones Krupp
5.7 cm cañones Maxim-
Nordenfeldt
Batería Velasco
Nota. Existía un proyector entre esta batería
y la no. 2.
,J. i, if I
A * A » I
1, 2, 3 28 cm Cañones krupp
A 12 cm Cañones navales Hontoria
tomado del barco "Filipinas"
B 57 mm cañón QF
XXX Emplazamiento completados con
viejos cañones
91
BATERÍA DE SANTA CLARA
S/Ti KT^ fu f "ÜTfUT] h^
\ » I 1 1—•—<—""^—'—'—^—^—"—'--~*~*~—--^..^ ^
niaoffiíhe
•5- E
Tramwjy.
Q] Observafory
A .. 4 Howitzers
B .. 3 cañones Krupp
C .. 2 cañones Ordoñez
D .. 2 cañones Maxim-Nordenfeldt
E .. 3 cañones ML
H .. Barracones
BATERÍA N= 3C
rT~~]
zoo»-
Nota. El boceto no es a escala
1, 2
3, 4
M
S
H
. 2 cañones Ordoñez de 14 cm
. 2 cañones Ordeñes de 24 cm
. Arsenal
. Alinacen
. Barracones
BATERÍA LA REINA
\- C /» C ¿ •a f,J-^i n ,
S ;
1/
I
K'
V
- -70' - -
+ 27
/7-A~
Notas. Las dimensiones son aproximadas
AA .... 7 Howitzers de 21 cm
BB .... 3 Cañones Hontoria del Buque "Alfonso XIII" de 16 cm.
ce .... 2 cañones Parrot de 25 cm.
BATERÍA N' 3
izo :*"
Nota. El boceto no es a escala.
1, 2, 3, 4 ... Howitzers Ordoñez
M ... Almacén
H ... Barracones
BATERÍA N' 4 CHORRERA
Ti\ I
No. 4, CnoRUEnA, BATTEUT.
=^^Í:j;L:..j¡u><b^
o~
1. 2, 3, 4
5, 6, 7
QF
TT
M
H
4 cañones Ordoñez
3 cañonep- navales Hontoria
2 cañones Maxim-Nordenfeldt
Traversas de madera.
Arsenal
Barracones
DIVISIÓN DEFENSIVA DE LA HABANA. CUARTEL GENERAL DE
INGENIEROS
Descripción de los trabajos realizados en la defensa de la fortaleza desde
abril a agosto de 1898
En la declaración de guerra entre España y los Estados Unidos de América,
en el 28 de abril de este año, fue inmediatamente acordado por las Autoridades
de la isla en poner la capital de la isla de Cuba en condiciones de
ofrecer una seria resistencia a un ataque por parte del enemigo.
Las baterías costeras estaban en ese momento sin finalizar y los trabajos
de armarlas no habían concluido, el mando de ingenieros de la fortaleza se
pone a completarlos. El trabajo pesado comenzó de esta manera a acumularse
en esta sección y originó la idea de crear otro mando de ingenieros, destacada
a la división defensiva de La Habana, y confiados al trabajo de fortificación,
con la rapidez que las circunstancias lo requiso, al completar la defensa
frontal de La Habana, sobre las cuales existía sólo unos pequeños e insignificantes
fortines construidos en 1895, para resistir un coup de main [sic]
de las fuerzas insurrectas, y tres puestos permanentes, viz, el Castillo del Príncipe,
el de Atares, y el fuerte de San Diego (n.° 4) cercano a Cabana.
96
Los siguientes pasos a tomar fue seleccionar las posiciones para los puestos
principales, la idea era formar con ellos una línea de defensa, pretendiéndose
que cupiese otros puestos intermedios acorde al tiempo del que se pudiese
disponer; a continuación formar una segunda línea y finalmente formar
una tercera línea bastante cerca de la ciudad, que llegase hasta las afueras
de los suburbios, en donde se instalarían obstáculos tales como barricadas,
edificios preparados para la defensa y otros, para aumentar la resistencia.
Todas las posiciones seleccionadas tienen su mando y dominan una considerable
extensión de terreno debido a que el mismo que circunda La Habana
posee caracteres distintivos suficientemente definidos.
También se tomó en cuenta arreglar los caminos y sendas practicables,
las cuales convergen en la ciudad, al igual que los vados de los tres ríos, Al-mendarez
(que desemboca en la costa Norte cerca de El Vedado), Luyano y
Martín Pérez que desembocan en la bahía.
Los trabajos fueron calculados para una guarnición de 20.000 infantes y
115 cañones de todos los tipos y calibres, ya que fue decidido el uso de la
artillería de cañones viejos y modernos, los cuales se hallaban entonces en el
parque de artillería.
Por lo tanto los puestos de las baterías fueron construidos para morteros,
cañones de posición, cañones de campaña, cañones de montaña y cañones
del tipo QF, con la intención de utiUzar todo el maferial disponible.
El trazado de los trabajos había sido adaptado a las condiciones del terreno,
pero como por regla general estaban cercanos, con huecos defensivos esto
es lo que entendemos por trincheras, conectadas y adyacentes, con fácil comunicación
con las posiciones principales.
La estructura es de un grosor de 6 a 8 metros, con dos líneas de fuego,
aunque algunas defensas son de tres líneas. Todas las posiciones tienen refugios
a prueba de bombas para la guarnición, al igual que los arsenales para
la munición.
Los revestimientos empleados son ladrillos, sacos de arena, piedra de cantera,
madera y césped.
Todas las posiciones tienen defensas fijas, como alambres enrollados (4 a
8 m de alambre) hecho de alambre de púas, trous de loup [sic] (hoyos militares)
con estacas y fougasses [sic], todas las posiciones están alumbradas por
electricidad.
En todas las posiciones importantes, existen preparadas cámaras para las
reservas de alimentos, cocina, bidones de agua, letrinas; en una palabra toda
clase de parafernalia.
Un completo circuito telefónico, con extensiones a todas las posiciones,
lo que los tiene en comunicación unos a otros y en comunicación directa con
el mando central de la División, el jefe de staff, y comandantes de ingenieros
y artillería.
97
Se habían elaborado planes para inundar dos valles adyacentes, con la
idea de aumentar los obstáculos al enemigo, y para aumentar el nivel del río
Almendárez para suministrar a la ciudad en caso de que el enemigo cortase
el canal de Vento.
Asimismo, la construcción de globos había comenzado, para emplearlo si
fuera necesario, ya sean cautivos o libres.
Finalmente, todas las palomas mensajeras existentes en la ciudad fueron
confiscadas para mantenerse en contacto con el exterior en caso de que fuera
necesario.
Las tropas, que realizaban los trabajos, eran cinco compañías de zapadores
y un batallón de telégrafos. Estos estaban asistidos por algunos batallones
de infantería y algunos Obreros civiles para remover el terreno.
Es remarcable, el gran trabajo desplegado en las instalaciones las cuales
habrían sido finalizadas a final de agosto. No habían sido suspendidas el 12
de agosto cuando los preliminares de paz fueron acordados.
Los trabajos realizados son los siguientes, comenzando desde el Oeste al
Este:
1. Trabajos principales
Bl *. Reducto, La Tropical, y trincheras anexas.
AL Reducto Buena Vista.
A) Reducto La Ceiba.
B) Reducto Bello.
— Campo atrincherado en la villa de Puentes Grandes.
D) Batería, Loma Rosario, y trincheras anexas.
C) Batería, Corral Falso.
F) Reducto, Chipre.
— Trincheras de la carretera de Cojimar.
— Campo atrincherado y emplazamiento en el campo de batalla de las
defensas de Guanabacoa, las lomas Fray Alonso y Ermitaño, la entrada de
Cojimar, y
IL Vista Hermosa.
2. Trabajos en primera línea
Ll. Batería del Acueducto, y trincheras adyacentes.
— Batería de morteros de Mordazo, y campo atrincherado adyacente.
98
1. Reducto de Mordazo y trincheras anexas.
2. Campo atrincherado de Palatino.
3. Reducto de la Cruz del Padre y trincheras conectadas.
4. Reducto del Mazo.
— Trincheras intermedias entre Mazo y Timón.
5. Batería de Timón, y trincheras intermedias entre Timón e Ingénito.
6. Reducto, Ingenito-Luyano, y cuatro trincheras intermedias entre Ingénito
y Río Hondo.
7. Batería de Río Hondo y trincheras anexas.
8. Lunette [sic] de Jacomino.
— Batería de Jacomino y trincheras anexas.
9. Batería de San Felipe.
— Reducto de San Felipe.
10. Reducto Loma Grande.
11. Reducto de Aguadita.
— Trincheras intermedias entre Aguadita e Ingénito de Guanabacoa.
12. Reducto de Ingénito de Guanabacoa.
— Batería de mortero de Ingénito de Guanabacoa, y trincheras anexas.
3. Trabajo en la tercera línea
II. Reducto de la Azotea y trincheras anexas.
Lunette [sic] y reducto de San Antonio.
IV. Lunette [sic] de Monserrat y trincheras anexas.
V. Batería de Campamento de las Animas y trincheras anexas.
Trincheras de la carretera de Belascoin.
Trincheras del suburbio del Cerro.
Campo atrincherado de la Loma de Joaquín.
Campo atrincherado de la Loma de Brabo.
Campo atrincherado de la barricada de Jesús del Monte y Víbora.
Campo atrincherado de la cantera de Morales.
Campo atrincherado de la Loma de Guillen.
Campo atrincherado de la Hacienda de La Gloria.
Campo atrincherado de villa Luyano.
Campo atrincherado de la Loma del Infierno y Luz.
99
Añado un plano general del territorio que rodea La Habana con todas las
posiciones marcadas.
Con ello van los planos de los reductos de La Ceiba, Bello, Buena Vista,
La Tropical, batería del Timón, y reducto y batería de la Loma Cruz de Gua-nabacoa
desde la cual será posible tomar una idea de todos los trabajos realizadas.
Habana.
15 de septiembre de 1898.
Matanzas
Esta tiene un excelente puerto que, por lo visto, se accede a él por un
esfecho.
Por alguna razón conocida hubo un retraso en el comienzo de las nuevas
defensas, las cuales no estaban cuando el primer bombardeo de la villa... Los
antiguos fuertes de ladrillos eran considerados prácticamente inútiles y demasiados
alejados del puerto, consecuentemente, las baterías mostradas en
el plano fueron comenzadas hacia finales de mayo y completadas dos meses
más tarde. , \
Estas consistían en baterías de sitio, primordialmente, construidas de arenas
y cerca de la orilla del mar con lo cual están muy bajas y cercadas por
los arbustos.
Los cañones de los que se disponían eran casi todos obsoletos, algunos
de ellos cañones de bronce de 16 cm ML que databan de 1721 los cuales habían
sido rayados con amplias estrías hacia 1840. Por lo visto todos, los viejos
cañones que se tenían habían sido distribuidos a otros puntos; los únicos
cañones aún disponibles, en la plaza, eran una batería de cañones de montaña
Plasencia.
Las baterías fueron construidas por los mismos artilleros, entre los que
habían muchos voluntarios que no tuvieron ni sacos ni otros ingenios con que
reforzar las posiciones. Para cubrir éstas utilizaron principalmente arbustos y
palmas y para los refugios talaron palmeras. Las baterías eran muy discretas
y, probablemente, no habrían sido fácilmente localizadas y dañadas pero sus
cañones habrían hecho un ligero daño a los modernos navios de guerra.
En el lado oriental, las posiciones eran muy insalubres cercanas a los pantanos
y a la espesura, éstas estaban protegidas de los insurgentes por las fuerzas
estacionadas a lo largo de la costa y en los campos aledaños.
Las comunicaciones con la ciudad eran muy malas excepto por mar.
En el lado occidental las posiciones eran más saludables pero expuestas
a los insurgentes contra quienes las guarniciones mantenían un constante es-
100
tado de alerta. Los campamentos estaban bien cuidados y tenían cultivos pero
el agua era transportada a la ciudad por muías o carros de bueyesa lo largo
de un difícil sendero.
En ambas zonas, las guarniciones vivían en cabanas abiertas cubiertas de
paja. Los cañones de 16 cm disparaban un obús de 40 k. Los howitzers de
21 cm tenían un alcance de 5.000 metros. En la batería de Punta Maya estaba
en reserva dos Hontoria QF de 7 cm. Tenían un alcance de 3.000 m y disparaban
obuses de 7 k.
Matanzas.- Batería de Punta Maya
C^^A/LAAAJ^}
QF.
0 f"^^
1 - 6 .. Howitzers
QF .. Cañones en carros para ser situados
donde fueran necesarios
T .. Trincheras para la infantería
M .. Arsenales
H .. Barracones
101
Í7T7777,
20'
La Batería de Punta Maya y Murillo son muy similares,
Batería Punta Prácticos
o
» ' -4
•'i í- ^ ,
_jn_ju_rn
1, 2, 3, 4 .... cañones
Batería Punta Gorda
' ^ .
1, 2
3, 4, 5, 6
M
T
• Cañones
. Cañones
. Arsenal
. Trincheras para la infantería
o
Matanzas.- Batería de Punta Sabanilla
f50>
1, 2, 3, 4
G
T
Mag
Hosp
H
. Cañones de bronce
. Trinchera de cañones preparada para artillería
de montaña
. Trincheras para infantería
. Arsenal
,. . BHaorsrpaictoanle s
•1' lll
Santiago - Batería del Morro
0»\t tn Can U\%.
1, 2, 3, 4 , 5, .... Cañones de bronce
6,7 .... Cañones de hierro fundido
Batería de Socapa CQ
o
Os
1, 2
3, 4, 5
Cañones Hontoria
Cañones de hierro fundido
Section A- -B.
Mí.jáim
^^^"^^
*• '^
I'6*
Cemcnf
La Trocha de Júcaro-San Fernando
Este obstáculo se extendía desde Júcaro en la costa Sur hasta San Fernando
en el Norte, fue originalmente un obstáculo construido contra los insurgentes
pero fue mantenido hasta el final lo que restaba gran cantidad de
efectivos. Su recorrido era sobre unos 70 km a lo largo, en un terreno de malezas
y arbustos, completamente insalubre en todo su recorrido y, especialmente,
al final del tramo Norte donde pasaba a través de terrenos pantanosos
y los mosquitos, según se decía, eran una plaga.
Existía un tren militar, que puede utilizarse para viajar por el público pagando,
que recorre la distancia completa.
Las defensas de la Trocha son:
— Cada kilómetro un fuerte de 30.hombres.
— A la mitad entre cada fuerte un fortín de 25 hombres.
— Entre cada fuerte y fortín, 3 escuchas [sic] de 8 hombres cada cada
uno.
Un batallón estaba asignado cada 5 km y para su cuartel general tenían
un cuartel de defensa.
Un campamento de 200 hombres (1 compañía) estaba establecido cada
10 km, los fuertes estaban hechos de hormigón, los fortines de madera llenado
de tierra y las escuchas [sic] de matorrales y otros elementos.
Un alambre enrollado de 8 a 12 m estaba situado en frente de las posiciones
a una distancia de 20 m. El ferrocarril pasa a 100 m tras los alambres.
El terreno ha sido aclarado y limpiado de arbusto en un radio de 500 m.
En los fuertes existían proyectores de oxígeno y toda la línea estaba en
comunicación telefónica.
La Trocha Oeste había sido abandonada y no resultaba un obstáculo importante.
Santiago
Como en los demás puertos no existen modernas defensas permanentes,
las baterías fueron improvisadas con tierra y arena para que los cañones estuvieran
en disposición.
La disposición de las baterías está marcada en el cuadro adjunto, en la
cual está también señalada la posición en la cual se encuentra hundido el
Merrimac y el Reina Mercedes. Se observará que el Merrimac no obstruye
el canal y que, consecuentemente, el intento valeroso del Teniente Hobson
fue en reahdad un error. Los acontecimientos lo demostraron, siendo esta
107
una afortunada circunstancia para los Estados Unidos, pues la flota española
salió para la destrucción.
El Castillo del Morro es tan inútil como peligroso contra los modernos
navios, los españoles no tenían ningún cañón allí pero construyeron una batería
a 11 yardas de distancia al Este del faro. Y la batería correspondiente
a Socapa defendía la otra parte del muelle. La batería cerca del Morro (situada
a unos 160 pies sobre el nivel del mar) era poco visible desde el mar
pero la tierra que protegía a la batería de Socapa (con una altura entre 140
a 150 pies) era muy notable.
Cuando las fuerzas de los Estados Unidos tomaron posesión de las baterías
se encontraron con que los cañones a la derecha de la batería del Morro
habían sido desmantelados por los disparos y que el cañón n." 2 de Socapa
había sido tocado y dañado, sin embargo, podía entrar en acción.
Aunque los barcos americanos tenían órdenes de no disparar al Castillo
del Morro éste fue tocado varias veces. Posiblemente, esto fue debido a errores
de cálculo en el tiro pero ya se había disparado en los bombardeos anteriores
antes que el Teniente Hobson fue apresado allí y las órdenes estuviesen
dadas. El faro había sido gravemente dañado por el fuego artillero.
El armamento de las baterías era:
Morro:
5 cañones de bronce de 16 cm BML.
2 cañones de hierro fundido de 8 pulgadas RML.
Socapa:
2 cañones navales de 16 cm RBL Hontoria.
3 cañones de hierro fundido de 8 pulgadas.
Punta Gorda:
2 cañones de 16 cm RBL, probablemente navales.
Estos cañones eran de la marca «Forbes & Chantier», «Havre», «Vavas-seur
», 1888.
2 cañones de sitio de bronce Plasencia de 15 cm RBL montados en carros.
Baterías QF y ametralladoras:
4 ametralladoras de I.V2 pulgadas Hotchkiss.
1 cañón QF naval sobre 6 cm Plasencia.
108
Cienfuegos
Defensa cosiera
La defensa costera está cerca de Sagua en la entrada al puerto.
Los trabajos, por sí mismos, son excelentes ya que no había carencia de
pertrechos pero su armamento era muy pobre.
Las otras defensas consistían en minas submarinas siendo la línea posterior
de minas mecánicas y, entre estas, tienen una defensa adicional de botes
hundidos o amarrados.
La batería de Carbonel está situada a unos 50 pies sobre el nivel del mar
y estaba bien camuflada por los arbustos entre los que estaba construida.
Grandes esfuerzos se hicieron para construir un camino para esta batería.
Las baterías de Cocal y Pasacaballos están cerca del mar para defender
el canal. Y están bien protegidas.
Todas las baterías son semi-permanentes, excepto la batería del faro que
es una batería de sitio hecha en tres semanas, después de que el faro fuese
destruido por los americanos, parece que no han hecho más daño que destruir
la caseta del cable que se haya cerca de él. Los cascotes y rastros de sus
golpes pueden ser vistos en el suelo y entre los arbustos; pero los españoles
señalan que no tuvieron ningún herido entre los 80 soldados que en ese momento
estaban en el lado Este. Los americanos podrían no haberlos visto debido
a que les cubría los arbustos y, probablemente, su objetivo era cortar
el cable el cual estos, sin lugar a dudas, no lo consiguieron.
La defensa estaba dirigida por el Teniente Coronel de artillería desde la
central telefónica de la batería de howitzer.
La estación de telémetro ha sido situada en las baterías de Carbonel y
Faro.
Defensas terrestres
Las defensas terrestres estaban dispuestas principalmente contra los insurgentes
y no podrían haber ofrecido mucha más oposición a cualquier otro
enemigo. Esta consistía en una pequeña línea abierta de reducto de infantería,
numeradas del 1 al 12, extendiéndose desde el río Caunao y Salao y defendidas
por una línea de alambres de púas y pequeños parapetos y trincheras.
Los reductos fueron mejorados por los infantes con altos y resistentes parapetos.
Detrás de cada reducto había grandes casetas cubiertas de pajas donde
se aloja la guarnición.
Las defensas eran complementadas por artillería de montaña, 1.1/3 batería,
acuartelada en la ciudad.
109
Defensas menores
Pequeños puertos en la costa norte
Otros puertos han dispuesto de una protección insignificante, así se habían
organizado en la costa norte:
Caibaren:
4 cañones de bronce de 8 cm ML
Sagua La Grande:
2 cañones de bronce de 12 cm
2 cañones de bronce de 8 cm
Cárdenas:
4 cañones de bronce de 9 cm
Pequeñas baterías muy parecidas a aquéllas fueron dispuestas en Matanzas.
Pequeños puertos en la costa sur
En la costa sur se encontraban:
Batábano:
3 cañones de 10 pulgadas, los cuales han sido montados en plataformas
transversales en una batería sin ninguna protección
Casilda:
2 cañones Krupp de 8 ó 9 cm
Tunas:
2 cañones de bronce de 12 cm
(Después del cese de las hostilidades estos cañones con su munición y sus
soldados fueron trasladados por mar a Cienfuegos. Estos, desde luego, no tenían
valor pero probablemente algún oficial intentó apropiarse para venderlo
como bronce.)
2 viejos cañones Krupp de 8 cm en una pequeña batería de tierra
Júcaro:
2 cañones de campaña
2 cañones de bronce de 12 cm
110
En Manzanillo había sólo:
2 cañones Krupp de bronce de 9 cm RBL
2 cañones de montaña de 8 cm
2 cañones de campaña Krupp RBL de 8 cm
Un oficial médico español el cual se hallaba en la ciudad indicó que los
americanos bombardearon Manzanillo en cuatro ocasiones y que el total de
bajas fue de quince muertos, incluidos los civiles.
Indicó que la mayoría de las bajas habían ocurrido durante la noche cuando
uno de los navios disparó alrededor de 20 minutos; sin embargo, un oficial
americano decía que ellos no habían disparado por la noche.
Cierto es que hubo ligeros daños en la ciudad aunque los trazos de los
obuses que impactaron en los edificios eran evidentes y que un gran número
de proyectiles americanos habían caído en el lugar.
FABRICA DE CARTUCHOS
Esta es la Pirotécnica, cercana al Castillo del Príncipe. En ella se encuentra
una planta con capacidad para la fabricación de 70,000 cartuchos de Re-mington
diarios. Aunque el 5 de agosto había hecho una media de 30.000 debido
a la escasez de materias. El Gobierno estaba comprando todo el latón
y metal necesario para hacer cartuchos, peines y carcazas. En una parte de
la fábrica también se fabricaban cartuchos de Mauser pero estaba parada
como al igual que gran parte de la fábrica... Todo el edificio tenía suministro
de luz eléctrica.
Munición
Habían almacenado en la Pirotécnica y en Cabanas 400 toneladas de pólvora
negra alemana. La pólvora sin humo era utilizada en los cañones QF y
en los rifles Mauser.
Se suministraba gran cantidad de cartuchos Mauser a todos los cuarteles
y a todas las baterías costeras; teniendo acumuladas grandes cantidades de
munición, había 400 disparos por cañón en las baterías de costa de La Habana,
siendo la disposición de 300 listos para disparar y 100 en reserva.
Las baterías de Cienfuegos disponían de 300 disparos por cañón. En Matanzas,
los depósitos estaban al completo y en Santiago los depósitos estaban
casi llenos cuando los americanos ocuparon las baterías.
La tropa cargaba con 200 balas de Mauser en un saquito de cuero adap-
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tado a su cinturón. En cambio, los irregulares las llevaban de muy diferentes
formas más aunque la mayoría lo prefería llevar ceñida en bandoleras. No
existía ningún sistema de aprovisionamiento estipulado para las campañas.
Minas submarinas y torpedos
Existían dos clases de minas submarinas —de observación y Bustaman-te—.
La primera era una caja rectangular con 40 kg de algodón de pólvora,
de creación española que no surtió ningún efecto... En Santiago, el General
americano dijo, que después de la capitulación 18 minas Bustamante fueron
recogidas y de ellas sólo 8 estaban activadas. Indicó, además, que en el momento
del hundimiento del Merrimac el Teniente Hobson sintió que una mina
explosionó bajo su casco. Por otra parte, cuando los navios americanos arribaron
a Guatánamo, los españoles observaban expectantes que algún barco
fuese destruido por una mina, sin embargo, aunque el buque insignia se enredó
en un cable ninguna explosionó.
EL SOLDADO ESPAÑOL EN CUBA
El soldado español goza de unas cualidades las cuales le harían, adecuadamente
dirigida, una máquina luchadora de lo más valiosa. Por negligencia
e insuficiente alimentación nos encontramos con muchos soldados que no son
aptos para las marchas ni la lucha. Pero pese a las enfermedades y sufrimientos,
la mayoría eran capaces de sortear cualquier tipo de eventualidad.
El ejército español degeneró en las tropas irregulares pero el soldado español
con su natural obediencia aprendería muy pronto la disciplina necesaria
para luchar contra el enemigo en igualdad de condiciones.
ESTADO DEL PAÍS
Mapas
Los mapas de Cuba son generalmente confiables excepto al querer hacer
aparecer la isla como más habitada y mejor provista de carreteras de las que
realmente posee. Muchos de los lugares marcados ahora ya no existen y gran
número de ellos son ingenios los cuales pueden reconocerse en el mapa por
el signo lo (Ingénito).
113
De hecho, muchos de los ramales del tren son, sencillamente, privados
pertenecientes a las haciendas.
Staff americano. Notas militares
Los informes militares de Cuba recogidos por el Departamento de Información
Militar de los Estados Unidos dando justa cuenta de las localidades,
carreteras y vías de tren, poseyendo útiles planos pero la descripción de las
defensas son poco significativas pues carecen de información actualizada de
las mismas.
Estado del territorio
Como es bien conocido, el país ha sufrido la desidia y los saqueos de los
insurrectos durante la larga rebelión dejándolo salpicado de edificios en ruinas
y campos quemados. A primera vista, el terreno no está tan quemado
como parece pues en algunos de los campos incendiados había comenzado a
crecer la hierba y maleza.
Defensas de las ciudades contra los insurrectos
Muchos de los pueblos y aldeas habían desaparecido completamente,
mientras otras estaban en ruinas, sus habitantes al igual que los reconcentrados
vivían en chozas hechas de cortezas de palmas. Todos los pueblos, sin
embargo, tenían una pequeña guarnición para defensa. Los pueblos estaban
rodeados por una cerca o muro de piedra y en los ángulos e intervalos a lo
largo de la misma. Cuando ésta era muy larga había troneras y fortines, estando
todo cercado por alambres de púas separado del muro en una distancia
de 50 yardas y entre el espacio existente entre el muro y los alambres existía
un espacio para cultivar en el cual los habitantes obtenían pequeñas pero
buenas cosechas de maíz al igual que papas y judías. Por la noche, el ganado
y los caballos eran recogidos detrás de las defensas.
Grandes haciendas
Las grandes haciendas azucareras sobrevivieron al conflicto por dos caminos:
a) manteniendo a costa de grandes gastos una guardia privada para
su protección, así como la creación de excelentes defensas, b) o pagando un
114
impuesto revolucionario a los insurgentes. Este método, cuando era posible,
era el más barato dado que el dueño sólo estaba sujeto a las requisas de las
tropas españolas, mientras que en el primer caso estaba sujeto a ser requisado
por uno y por otro y se arriesgaba a encontrar su hacienda en ruinas si
ésta era tomada por los insurgentes.
COMUNICACIONES
Carreteras
Aunque existen numerosos caminos marcados en el mapa, hay que señalar
que en el verano o en la estación.de las lluvias prácticamente desaparecen.
Hasta el viejo pavimento se hace difícilmente reconocible. Solamente
existen pistas por las que moverse y son casi intransitables por el agua y el
barro. Por lo general, las carreteras y los buenos caminos salen desde las ciudades
y en un corto trecho salvo dos caminos desde La Habana; de los que
uno va hasta San José de Las Lajas y el otro hasta Marianao, en la provincia
del Pinar del Río.
En el interior, los habitantes hacían los caminos siguiendo las vías del tren.
Ferrocarriles
Casi todas las líneas siguen las medidas inglesas establecidas, las principales,
por ejemplo, todas aquellas que comienzan desde La Habana están en
manos de compañías inglesas o con capital inglés. Las líneas no están bien
trazadas y, de manera permanente, se hallan en mal estado pero ello viene
determinado porque las compañías ferroviarias no están dispuestas a llevar a
cabo las reparaciones o Umpieza de malezas y hierbas de las vías por temor
a los insurgentes.
Todo el material rodante procede de América y gran parte de éste en malas
condiciones. Exceptuando las líneas occidentales, la madera era el combustible
de las locomotoras durante el bloqueo.
Para la protección del ferrocarril se levantaron fortines para vigilar los
puntos vitales así como los puentes.
Todo tren era precedido por una locomotora piloto (exploradora) transportando
un vagón acorazado con 20 ó 30 soldados y otro vagón era situado
al final del convoy, todos los pasajeros iban armados con revólveres, la mayoría
de los vagones acorazados iban reforzados con maderos, después del
cese de las hostilidades se mantuvo sólo el vagón acorazado de cola.
115
El cuidado del material era tan malo que el accidente más común era el
descarrilamiento más que el intento por los insurgentes.
SITUACIÓN ANTERIOR Y POSTERIOR A LA CAÍDA DE
SANTIAGO
Tal como yo planteo, los españoles estaban completamente desprevenidos
para una guerra contra los americanos y su tarea llegó a ser más difícil
teniendo a los insurgentes informando al enemigo, pues los insurrectos tenían
constante comunicación con sus simpatizantes y agentes en las ciudades.
Los insurgentes no sólo recibían ayuda de sus agentes sino también de algunos
presentados [sic] o insurgentes perdonados, los simpatizantes de la causa
rebelde llegaron a tener algunos hombres en Palacio, contándose entre
ellos el propio abogado del General Blanco.
La falta de carreteras fue un gran inconveniente para los españoles, al dejar
las diversas fuerzas de la mitad oriental de la isla aislada y con la casi total
ausencia de trenes en dicha parte de la isla, especialmente el llamado ferrocarril
central, aislándose por ello de la parte occidental de la isla casi totalmente.
Sabiendo esto y que el extremo occidental era la parte más valiosa e importante
de la isla, los españoles hicieron, especialmente de La Habana, el
sostén de las provincias occidentales su objetivo principal habiendo estacionado
sus tropas en puntos estratégicos desde los cuales podrían concentrarse
en dicha dirección. No era, por tanto, considerable que perdiendo Santiago
se perdiese toda la isla, sin embargo, el Almirante Cervera entró en el puerto
de Santiago y permaneció allí alterando los cálculos de ambos bandos. Los
oficiales americanos me señalaron que su plan original no era atacar Santiago
sino capturar la isla de Puerto Rico en primera instancia y después en la
estación seca, sobre octubre, atacar Cuba probablemente La Habana pero
cuando el Almirante español se encerró en Santiago los americanos dirigieron
su atención hacia esa plaza.
Posible resistencia posterior
Hasta después de la pérdida de Santiago, la flota y todas las comunicaciones
por mar, los españoles podían haber ofrecido una resistencia muy fuerte
centrada en La Habana que habría sido fuertemente fortificada y que a través
del ferrocarril podían concentrar todas las tropas de oriente, si la situación
lo requiriera. La división de La Trocha, los Cuerpos de Puerto Príncipe
y los restos muy concentrados y comunicados suficientemente entre ellos para
116
oponerse al desembarco en los puertos bajo su control en la costa norte y sur
y cubrir la capital. Las Brigadas en el Campo Florida, Calabazar y Guanajay
estaban prácticamente defendiéndola y las líneas de ferrocarriles podían re-situarlas
en un breve plazo de tiempo. Sin embargo, debería haberse planteado
el retorno de las fuerzas a su campo atrincherado aunque los españoles
no tuvieron intención de retirarse dentro de este recinto.
Los periódicos del 31 de julio de 1898 señalaron que las tropas estaban
siendo gradualmente retiradas de Puerto Príncipe y el Este y que estaban siendo
concentradas en la provincia de La Habana.
TÁCTICAS DE LOS INSURGENTES Y ESPAÑOLES DURANTE LA
INSURRECCIÓN
Un presentado (insurgente perdonado) afirmó que a través de la rebelión
el objetivo de su organización había sido la destrucción de la propiedad y de
las comunicaciones sin lucha, si era posible, debido a que por su pequeño número
no podían soportar grandes pérdidas. Por lo tanto, los españoles tenían
dificultades al intentar rodearlos.
Los oficiales españoles me indicaron que su objetivo, por un lado, era obtener
posiciones ventajosas frente a los insurgentes y sólo de este modo intentar
golpearlos a su paso, por ejemplo, perseguirlos a caballo apoyado por
el fuego de la infantería. Así, si se encontrasen ocupando un desfiladero entre
dos colinas, situarían a la infantería en las coUnas mientras la caballería
cargaba a través del desfiladero tras el enemigo.
Infantería Infantería
Caballería
Ello raramente coincidía encontrando al enemigo en esa situación. Probablemente
el fracaso de las tropas españolas era debido a su falta de movilidad
al poder ausentarse solamente de la base por unos pocos días por temor
a que les faltase provisiones y también se debió, sin duda, a que algunos
117
de los comandantes españoles estaban maldispuestos a luchar contra los insurrectos.
Los insurgentes, en la mayoría de los casos, estaban obligados a robar ganado
para proveerse de alimentos. Sus filas estaban compuestas de aventureros
de todas las nacionalidades y sus armas eran de los más diversos modelos;
Remingtons, Martini-Henry y Mausers.
El machete
Todo el mundo, desde luego, portaba machetes. Este arma fue adoptada
por los españoles en campaña. Es realmente una pequeña espada muy parecida
a la bayoneta llevada por los músicos de la banda en nuestro ejército.
Es muy útil para cortar la maleza o los alambres. Debido a las tácticas
de las emboscadas y huidas, las pérdidas de los insurgentes eran insignificantes.
OPERACIONES EN TORNO A SANTIAGO
Insurgentes
El General Lawton dijo que los insurgentes eran útiles como guías para
hacer pistas con sus machetes pero inútiles como soldados. Había 40.000 de
ellos con los americanos el 1 de julio pero ellos no tomaron parte en el ataque
prefiriendo ir a la retaguardia a robar a los muertos y llevarse las mochilas
que los americanos habían dejado tras de sí.
Los americanos en Santiago
Durante la ocupación, a principios de septiembre, se produjo una gran
epidemia (malaria y fiebre amarilla) entre la tropa muchos de los cuales eran
voluntarios acampados fuera de la ciudad en pequeñas tiendas de campaña.
Estas tiendas son, desde luego, de poca protección contra la estación calurosa
y lluviosa.
118
Voluntarios
Las enfermedades entre los americanos fueron, sin lugar a dudas, en aumento
por falta de precauciones sanitarias y por usar el mismo terreno, que
fue señalado por un oficial americano, para acampar en varias ocasiones.
La batalla de Santiago
La munición en el lado americano estaba escaseando al terminar la lucha
el 1 de julio, por lo que se decidió dar órdenes de cesar el fuego para reservar
munición cuando un sargento, conocido por su buen tiro, observó al General
Linares montado sobre su caballo blanco en medio de su staff, pidió
permiso para dispararle. Permiso que debía ser obtenido del general americano
antes de permitir disparar y a una distancia de 1.000 yardas y al segundo
tiro acertó al general español.
La flota española
El cónsul británico en funciones en Santiago dijo que a los barcos españoles
les escaseaba el carbón y la munición para sus cañones y algunos de sus
hombres sintiendo que estaban siendo llevados a la destrucción intentaron desertar
de sus barcos, la noche antes de salir. También dijo que mientras la
flota estaba en el puerto una señal enviada a un mineralero de LOOO o más
toneladas de carbón para que entrase. Este carbón habría sido muy valioso
para los españoles pero el coUier fue capturado por dos pequeños remolcadores
o ironfighters [sic].
REGISTRO DE PROCEDIMIENTOS
En la ciudad de Santiago de Cuba, a 15 de julio de 1898, reunidos, según
se reseña, Su Excelencia el General J. Toral y Velázquez, Comandante en
Jefe en funciones; General de Brigada F. Escario; Coronel Oliveros de la
Guardia Civil; Teniente Coronel J. Cortina del Batallón Asiático; J. Punet
del Batallón Constitución; P. Rodríguez del Batallón Talavera; S. Pérez del
Batallón San Fernando; J. Escudero del Batallón de Provisionales de Puerto
Rico n.° 1; L. Melgar de Artillería; R. Avana de Rifles de Puerto Rico, Comisario
de 1." clase J. Cuevas, Subinspector de 2.^ clase del servicio médico
P. Martín y el Capitán de Ingenieros J. D. Muelas, todos como miembros y
el último como secretario.
119
El Presidente explica que Santiago de Cuba no está considerada una gran
fortaleza y estando en comunicación directa con el Comandante en Jefe del
cual recibió órdenes precisas y en el sentido de formar una Junta de Defensa,
mencionada en el artículo 683 de la Regulación de Servicios de Campaña,
no habiendo sido impulsada antes, él desea conocer la opinión de dicha
Junta constituida (en razón de los términos de la Regulación ya referida) de
Tenientes Coroneles de Batallones como sea que en vistas de las circunstancias
en las cuales están las tropas defensoras, él procedería a prolongar la defensa
o, por otro lado, capitularía en las condiciones más ventajosas y tomando
en consideración que Santiago de Cuba no posee fortificaciones de carácter
permanente salvo un castillo sin artillería en la boca del puerto y unos pequeños
fortines de escasa resistencia en el recinto, tal que la real y casi única
defensa consiste en las trincheras abiertas, de forma conveniente, circunvalando
la ciudad y otras posiciones de tierra en la misma estructura defensiva
y en avanzada situación pese a la presión del tiempo y de la carestía de materiales.
Tomando en consideración que la línea defensiva de trincheras tiene una
extensión de 14 km y que sólo hay 7.000 soldados de infantería y 1.000 soldados
de guerrilla destinados en las trincheras y careciendo de tropas suficientes
para la defensa y sin contar con reservas de ningún tipo. Viendo que
el resto de la tropa pertenece a otras armas; ambas guarnecidas en El Morro
y en las baterías de Socapa y Punta Gorda y siendo empleadas en diferentes
servicios, entre otros el transporte de agua a las posiciones, las guardias en
la ciudad y otras acciones las cuales podrían ser realizadas por los habitantes
si la ciudad fuese leal pero está abandonada completamente a su suerte pese
a lo cual el ejército tiene que cumplir:
Tomando en consideración que la extensión de la arriba mencionada línea,
la disposición de las tropas en ella, las dificultades en las comunicaciones
y la proximidad del enemigo a nosotros hace difícil que las tropas apostadas
a lo largo de una parte del recinto apoyen rápida y oportunamente a
las tropas situadas en otro lado:
Tomando en consideración que, hasta el presente, no hay más artillería
disponible en el recinto defensivo que cuatro cañones de bronce rayado de
16 cm, uno de 12 cm, uno de bronce prensado de 9 cm, dos cañones de bronce
rayado de 1 cm y cuatro cortos del mismo calibre, dos cañones Plasencia
y dos Krupp de 75 mm, añadido a que las circunstancias que los cañones de
16 y 12 cm tienen tendencia a volcar, según los informes de los expertos, y
que los cañones Krupp de 75 cm no tienen munición. Que lo mencionado es
toda la artillería que se opone a los numerosos cañones del enemigo:
Tomando en consideración que los millones de cartuchos Mauser que estaban
disponibles en almacenes y polvorines han desaparecido en dos o tres
asaltos hechos por el enemigo...:
120
Tomando en consideración lo eficaz del embargo comercial a la ciudad,
la carencia de carne y otros productos de la ración de la tropa, debido a la
necesidad de mantener los escasos recursos para el hospital y a la falta de artículos
que no le permite al soldado que tener para su manutención arroz,
sal, vinagre, café, azúcar y brandy y, además, sólo para diez días:
Tomando en consideración que si la alimentación para 1.700 soldados enfermos
en el hospital es insuficiente y para aquellos que pasan día y noche
en las trincheras y que en tres años y tres meses de campaña no han podido
comer carne salvo en ocasioi;es excepcionales y que desde hace un tiempo la
ración ha sido reducida:
Tomando en consideración que con esta falta de raciones al soldado se le
va reduciendo considerablemente su capacidad física por encontrarse en un
estado de fatiga continuo no se puede acudir a que dé más de sí porque está
pobremente alimentado:
Tomando en consideración que existe un alto número de soldados en las
unidades que estando enfermos se abstienen de pasar por el hospital y sólo
les mantiene en la trinchera su alto espíritu. Si no fuera por esta circunstancia
la única línea defensiva que sostiene la ciudad caería:
Tomando en consideración que las dificultades que desde el corte del
acueducto y conocida la falta de medios necesarios para el transporte del agua
a las fuerzas estacionadas en las trincheras del recinto defensivo y más, especialmente,
las costeras. Dificultades que aumentan con el bombardeo de
la ciudad por tierra y por mar, existiendo entre los soldados el temor que llegará
un momento en el que estarán sin agua y sin poder salir de las trincheras:
Tomando en consideración la superioridad numérica del enemigo que
cuenta con 40.000 hombres según los informes, con 60 piezas de artillería y
con el apoyo de la flota:
Tomando en consideración que en estas condiciones la prolongación de
esta desigual contienda conduciría a la frustración y al sacrificio de un gran
número de vidas:
Y tomando en consideración, por último, que el honor del ejército está
enteramente salvado por el exiguo número de tropas que han luchado bravamente
y con una elegante conducta que ha sido reconocida por su propia
gente y forasteros y que las ventajas son las que se podría capitular no serían
mejores después que las hostihdades hallan acabado:
Esta reunión decide que es el mejor momento para la capitulación. En
testimonio de la cual los anteriormente mencionados firman esta acta.
121
EPILOGO
Cooperación entre las fuerzas marítimas y terrestres
La desastrosa experiencia española en Santiago demuestra que cuando
una flota está apoyando a las fuerzas de tierra la diversificación de mandos
no debería permitirse. Así, el General Blanco, Capitán General de Cuba, habría
ejercido un mando total. Su staff en La Habana indicó que el General
Blanco ansioso de que el Almirante Cervera abandonase Santiago le ordenó
zarpar por la noche rehusando el Almirante recibir órdenes del Capitán General.
Por otra parte, un oficial del staff del Ministerio de la Guerra en Madrid
dijo que el General, simplemente, envió unas palabras al Almirante para
saUr cuando le gustase recayendo así la culpa en el General Blanco. No obstante,
aparentemente el Gobierno español culpa al Almirante ya que Su Majestad
la Reina Regente, quien sin duda sabía por sus consejeros que las órdenes
fueron dadas desde el gobierno central, indicó que ella no atribuía de
ninguna manera el desastre al General Blanco sino al Almirante Cervera por
permanecer en el puerto.
122
Ayuda a Santiago
Posiblemente el General Blanco debía haber enviado más tropas en ayuda
de Santiago. El General Salcedo, Comandante del Tercer Cuerpo de Ejército,
expuso que él pidió permiso para tomar doce batallones del Cuerpo de
Ejército de Puerto Príncipe pero que el General Blanco no dio su consentimiento.
Aunque el General Salcedo plantea que él habría alcanzado Santiago a
tiempo es dudoso que hubiese llegado a tiempo ya que los cinco batallones
de Manzanillo llegaron sólo para ser incluidos en la capitulación.
123
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