EL INMIGRANTE DE
ISLAS CANARIAS
DOLORES GUERRA LÓPEZ
Las migraciones de población son una condición general de la existencia
del hombre, característica por cualquier agrupación humana más o menos
significativa en todas las épocas.
Varios años de estudio sobre la presencia española en la América His-pano-
Portuguesa, nos entrega un balance favorable en publicaciones, creativo
en metodologías y novedoso en cuanto a las fuentes que se estructuran
tanto en los países de origen como en los receptores del continente migrante'.
Los trabajos que abordan el tema inmigratorio comienzan por recabar
toda la información cuantitativa necesaria para evaluar numéricamente el
proceso.
Estos análisis confirman que el traslado de europeos hacia América en
el siglo XIX puede calificarse como un movimiento de inmigración "masivo",
el que se acentúa en los cincuenta años que van desde 1880 a 19301
Para valorar este fenómeno como proceso social hay que tener en cuenta
tres factores esenciales: el individuo, el lugar de procedencia y la zona de
asentamiento.
Aunque la definición del concepto inmigración se encuentra entre uno
de los problemas que más se debaten en la actualidad, las definiciones dadas
al mismo por los diversos autores no tienen igual acepción.
Establecer límites reales a un proceso general como este no es tarea sencilla.
Algunos investigadores intentan resolverlo a través de un enfoque limitativo
de las ideas al separar del conjunto algunos elementos, lo que establece
fronteras para el pensamiento de carácter subjetivos según la orientación
teórica del investigador.
' Entre los trabajos cabe destacar, la serie "Estudios Migratorios Hispanoamericanos"
de CELMA, Buenos Aires. Serie Inmigraciones del IPGH; Una obra de conjunto, "Españoles
hacia América".
"La inmigración en Masa, 1880-1930", de NICOLÁS SÁNCHEZ ALBORNOZ, editor,
la revista "The Hispanic American Historical Review", que ha publicado varios artículos
sobre el tema.
^ Se estima que en siglo XIX entre 40 a 50 millones de europeos abandonaron su continente
para dirigirse a América y Australia.
83
Sin duda este parecer desempeña cierto papel positivo, pero en lo fundamental
esa forma de establecer los parámetros, dentro de los marcos de
la agrupación social, nos conduce, en ocasiones, a que adoptemos un criterio
no riguroso de selección de los fundamentos.
Por otra parte tenemos un amplio conocimiento sobre los problemas migratorios,
que se elabora durante una larga evolución sin establecer restricciones
que permitan destacar el fenómeno como objeto de investigación específico.
Lo común de estas dos tendencias para los objetivos de nuestro estudio
es que la inmigración puede ser definida como una forma de movilidad espacial,
que se verifica entre dos unidades geográficas distintas y que da como
resultado un cambio permanente o temporal de residencia.
Contingentes de hombres, mujeres y niños cruzaron el Atlántico para buscar
nuevos horizontes en un movimiento espontáneo o por el fomento de
los países receptores, con motivaciones de diversa índole.
En el caso de los inmigrantes canarios fueron los que aportaron los mayores
grupos de núcleos familiares masivos^ que de inmediato se adentraron
en los campos, mientras que el resto de la inmigración peninsular iba
en búsqueda de mejores condiciones de vida en los medios administrativos
y comerciales de la Isla.
Desde el siglo XVII comienza a desarrollarse en Cuba el cultivo y comercialización
del tabaco, el cual se fomentó, por el propio estado que veía
en él una magnífica fuente de ingreso. Por su parte, la Corona Española, inicia
sobre todo a partir del primer tercio del siglo XVIII, una política de apoyo
y protección a ese producto.
Con ese mismo fin impulsa la creación de organismos que se relacionan
con el beneficio tabaquero, como la Real Compañía de Comercio de La Habana,
que inicia sus operaciones en 1740 o la Real Factoría de Tabacos, que
se restableció en 1760 \
A la postre la labor tabaquera repercutió y provocó importantes cambios
en los sistemas de propiedad, configuración y tenencia de la tierra e inñuyó
en la población tanto desde el punto de vista demográfico como sociológico.
Esto demostró según los datos del censo de 1825, que aporta Ramiro Guerra
que "El predominio de la pequeña propiedad (...) era evidente. Los cultivos
destinados al consumo, practicado por los pequeños agricultores, producían
seis veces tanto como los cafetales, cinco veces tanto como los
ingenios"^ y fue producto de un trabajo libre desvinculado de la esclavitud.
' Una disposición legal de 1718 estipuló la entrada de 50 familias anuales, según Francisco
Padrón en "Desplazamiento de las Indias desde Canarias", cita de Jesús Guanche en Procesos
Etnoculturales de Cuba. La Habana, Editorial Letras Cubanas, 1983, P. 175-196.
" JOSÉ RIVERO MUÑIZ: Tabaco. Su historia en Cuba. La Habana, 1964. Tomo I, R 15.
' RAMIRO GUERRA SÁNCHEZ: Manual de Historia de Cuba. Barcelona, 1972. R 26.
84
Es así que si las grandes haciendas ganaderas fueron causas de dispersión
poblacional, las vegas desarrollaron condiciones demográficas favorables para
la creación de núcleos urbanos''.
Le tocó entonces al campesino canario de tierra adentro, sobre todo de las
regiones occidentales y centrales de la Isla, desarrollar las vegas tabacaleras.
En definitiva este asentamiento étnico se nos presenta como uno de los movimientos
de población más importante en diferentes regiones y se mantuvo
de manera intermitente desde los siglos XVI hasta el XIX.
1. UNA NOTA METODOLÓGICA
Para una mejor comprensión de los flujos migratorios es necesario la aplicación
de investigación histórico-demográñcas que ayuden a diferenciar a los
individuos o grupos de distintas zonas del país.
En realidad no se pueden desconocer las características de cada región, por
lo que es necesario completar estos análisis con los llamados estudios de caso,
lo que lleva implícito la valoración de las condiciones estructurales que
provocan variaciones en las formas de asentamiento de la población.
Cuando se deja de anaUzar únicamente al individuo, en forma aislada, y
se pasa a ver su comportamiento como parte de la colectividad, la evaluación
del fenómeno migratorio pasa a ser visto a través de una óptica de interdependencia
mutua en vez de personal.
En particular, en el poblado de Jesús del Monte con una población en su
mayoría inmigrante, tanto blanca como negra, el problema crucial que se presenta
es el de estudiar los aspectos positivos que conllevan al crecimiento poblacional
y el movimiento migratorio en esa zona rural.
Desde esta perspectiva, consideramos necesario comenzar a definir los estudios
locales teniendo en cuenta la articulación entre espacio regional y desarrollo
socio demográfico.
Frente a esto, lo que nuestro trabajo intenta es un objetivo de alcance li-nútado
pero se propone abordar esta problemática a través de fuentes documentales
locales, utiUzando como base los censos de población, los padrones
y una muestra de los libros parroquiales.
En el recinto de la Iglesia del Buen Pastor se lleva constancia de los principales
acontecimientos que se producen en el territorio a través de tres tipos
de registros: Bautismos, matrimonios y defunciones.
En sentido general, se organizan en series o grupos y tienen como función
fundamental controlar la población antes de que surgiera el Registro Civil en
el año 1889 junto a los empadronamientos y censos de la época.
' JULIO LE RIVEREND: Historia Económica de Cuba. Barcelona, 1972. P. 26
85
No pudimos hacer una relación total de los años que atesoran por no disponer
del tiempo necesario para enfrentar esta monumental tarea.
Por esta causa seleccionamos una muestra de 29 libros de bautismo de españoles
que abarcan desde el 25 de octubre de 1848 al 4 de diciembre de 1852
y realizamos una valoración particular del libro -^ 65 que recoge el año 1851
porque es a partir de este momento que se produce un incremento de la población
blanca y un ascenso de la presencia canaria en su lugar.
En esta comunicación no incluimos el análisis de los libros ; í l l y ? í l 2 de
Pardos y Morenos por no ser el objetivo del mismo aunque se utilizan algunos
datos para establecer comparaciones con iguales indicadores de los españoles
en la localidad.
El tema que desarrollamos es la presencia canaria en el poblado de Jesús
del Monte en el siglo XIX, a través de los Libros Bautismales.
Dicha temática ha sido poco explorada desde el saber histórico por su complejidad
y gran volumen de información.
Por su parte la sociología o la demografía se encargan de trabajar de forma
general indicadores de población pensando en clave contemporánea, remitiéndose
en algunos casos a un registro de comparación histórica, que no siempre
posee un soporte capaz de sostener interpretaciones regionales sobre el tema.
Nuestra propuesta apunta entonces, a explicitar algunos elementos que nos
permitan aproximamos a una lectura histórica del problema, rastreando las características
de una población de representación local, diferenciada de lo que
tradicionalmente se establece en el orden nacional.
2. EL POBLADO DE JESÚS DEL MONTE Y SU DESARROLLO
SOCIAL
Las referencias más antiguas sobre la fundación del poblado de Jesús del
Monte' datan de la segunda mitad del siglo XIX, según se refleja en las Actas
Capitulares del Cabildo, donde se recogen a partir de 1500 la construcción
de los primeros caminos.
Esta zona era ventajosa por su posición topográfica, al ocupar una gran parte
de territorio elevado*, con tierras fértiles que se utilizaron por los pobladores
para fomentar la cría de ganado y en la agricultura de subsistencia.
' El camino del oeste o sudeste se comunicaba con el interior de la isla y aparece con distintas
denominaciones tales como "Camino de Binoa o Vainoa" "Camino General de la Isla o,
simplemente "Camino de Luyanó" por ser este el punto más cercano a la capital por donde cruzaba.
El camino del este pudo ser utilizado por los primeros vecinos de La Habana para buscar
agua en el río Luyanó. El tercero de estos caminos era llamado "Camino de La Chorrera" porque
en su rumbo a Vuelta Abajo, atravesaba el río conocido con ese nombre, hoy Almendares.
MANUEL PÉREZ BEATO: Habana Antigua. Apuntes Históricos. Imprenta Secano, Fernández
y Cía. La Habana, 1936. P. 10-15.
* Entre las cuales se destacan la loma de Jesús del Monte, la de Luz o Chaple, la del Burro
y la del Timón.
86
Desde mediados del siglo XVII se refiere la existencia de un asentamiento
poblacional atraído por la diseminación ganadera, la incipiente industria azucarera
y el cultivo del tabaco, el cual se representa por una población en su
mayoría canaria de vegueros arrendatarios que conformaron el núcleo poblacional
más antiguo del territorio.
Los habitantes de esta zona se dividieron en blancos, negros, mestizos y a
partir de 1864 de chinos'.
La porción blanca la conformaron los españoles, en su mayoría irmiigran-tes
de Islas Canarias y criollos. La negra se integró casi en su totahdad por
esclavos de origen africano, principalmente de la región del Congo y sus descendientes
nativos. La asiática procedía de Macao y otras partes de China.
Por su composición social se dividían en ricos, acomodados y pobres.
Los ricos eran los grandes propietarios -de estancias y casas quintas-, algunos
de los cuales vivían de forma permanente en el poblado y otros residían
en La Habana, pero pasaban temporadas sobre todo en el verano en sus
propiedades.
La media la totalizaron los comerciantes y algunos empleados, con cargos
de relativa importancia, así como los campesinos.
Otro sector es el de los no propietarios de medios de producción o de servicios
que se componen por blancos, negros y mestizos libres. Este grupo es
el más numeroso y en él aparece una aguda división racial.
Los pobres se integraron por negros esclavos que trabajaban en el campo
o en las labores domésticas al servicio de los propietarios de estancias;
los negros y mestizos libres que se dedicaron a diversos oficios manuales
y a la venta de frutas. También se incluían a los blancos tanto
españoles como criollos, de bajo nivel económico y a los chinos contratados
y libres'".
Esto corrobora que en Jesús del Monte coexisten varios grupos de inmigrantes
con diferente categoría social que se asientan en la zona desde finales
del XVIII y durante el XIX para invertir capitales o en busca de actividades
económicas en que emplearse.
Un resumen de los censos recogidos en los padrones de el barrio en diferentes
años nos ofrecen los siguientes datos:
' Según datos obtenidos en el Libro * 11 (1861-1877) de bautismos de Pardos y Morenos,
la llegada de chinos a Jesús del Monte fue aproximadamente a partir de 1861.
'° Los chinos contratados trabajaban para los propietarios y aunque jurídicamente eran libres
estaban vinculados a los propietarios a través de un contrato de trabajo, por un tiempo determinado
y eran tratados, como esclavos. Los chinos libres eran los que no tenían contratos
y trabajaban vendiendo frutas, como cocineros y en otros oficios. Este grupo es el más heterogéneo
y su mayor diferenciación social está dada por la esclavitud a la cual se une la división
social.
87
CUADRO N° 1
CENSO DE POBLACIÓN CON EXPRESIÓN DEL NÚMERO
DE HABITANTES
AÑOS HABITANTES
1821 3.725
1822 3.725
1846 2.128
1851 2.275
1854 3.992
1865 8.100
1874 11.371"
En esta localidad, la población total en 1821 era de 3.735'^ habitantes y
se puede apreciar que tuvo un ascenso paulatino con las fluctuaciones que
los acontecimientos de carácter nacional le imprimieron.
Si comparamos las cifras del año 1921 con las que nos ofrece el padrón
de 1851 con 2.128", vemos que se produce una disminución sensible con 1.607,
en los 29 años transcurridos.
En este decrecimiento influyen de forma esencial la masa esclava pues
de los 1.462 que existían en 1821, se presenta una cifra de 403 en 1851 para
un total de 1.059.
En cuanto a los blancos y libres "de color" en 1821 habían 2.263 y en
1851 se cuentan 1.725 lo que representa un déficit de 538.
La explicación a esta baja puede estar dada por un detenimiento demográfico
(la mortalidad supera a la natalidad en un 5% anual) y por consiguiente
económico, el cual coincide con la crisis de la producción del tabaco en la
zona, y la instauración de nuevos ingenios.
" Censo de población con expresión del número de habitantes, Archivo Nacional. Gobierno
Superior Civil. Legajo 873, N° 29.505, Archivo Nacional. Gobierno Superior Civil. Leg. 873, N°
29.505.
PEZUELA JACOBO DE LA: Dic. Geográfico, Estadística, Historia de la Isla de Cuba. Tomo
3. P. 483-484.
A.N.G.S.C. Legajo 1.469, N° 58.004.
A.N.G.S.C. Misceláneas de Expe. 3.885/E.
A.N.G.S.C. Gobierno General Legajo 199, N" 6.640
A.N.G.S.C. Gobierno General Legajo 484, N" 23.88L
" Censo de población con expresión del número de habitantes. Archivo Nacional. Gobierno
Superior Civil. Legajo 873. N° 29.505.
" Archivo Nacional. Gobierno Superior Civil, Legajo 1.469, N° 58.004. Expediente sobre Padrones
de Fincas Urbanas, número de habitantes y casas de cada una de las poblaciones del Departamento
occidental, Comisión de Estadísticas. 1851.
Por otra parte, en 1820 se prohibió, de manera oficial, la trata de negros
por parte de España, en cumplimiento de sus compromisos con Inglaterra;
no obstante, su política hacia Cuba fue permitirla de forma ilegal, actividad
que continuó hasta 1861.
Esto encareció el precio de los mismos, lo que trajo como consecuencia
que los propietarios criollos demandaran en forma continua población inmigrante
para usarla como fuerza de trabajo.
Los inconvenientes que crean estos convenios ilícitos, junto con el éxodo
hacia las ciudades de los colonos europeos procedentes de las plantaciones
cañeras, cuyos contratos se vencían, obligaron a buscar nuevas fuentes
de trabajo.
Además, el desarrollo de las contradicciones antagónicas del capitalismo
de plantación provocó en Cuba una honda crisis social en la década de los
años cuarenta del siglo pasado.
En 1845, el reemplazo de la fuerza de trabajo que consumían los ingenios
tomó caracteres de urgencia porque los hacendados se orientan hacia el
bracero contratado lo que provoca que la zona "Blanquee" su población.
A partir de 1865 la vecindad crece de forma acelerada por el desarrollo
comercial e industrial que se produce en el poblado y que se mantiene hasta
fines del siglo XIX.
3. PRESENCIA CANARIA EN LOS REGISTROS BAUTISMALES
El presente epígrafe es el resultado de nuestro trabajo en el archivo parroquial
y su contenido nos permite obtener un conocimiento más amplio sobre
la población canaria en la zona objeto de estudio.
Es bueno aclarar, que la información que reflejan las tablas estadísticas,
corresponde solamente al área que abarca la iglesia y el poblado de Jesús del
Monte.
En cuanto al análisis de los nombres de los bautizados, extensa resulta la
relación y algunos se identifican con datos adicionales.
Con más frecuencia encontramos el de María en 100 oportunidades y el
de José 70 veces, los que a su vez también aparecen como nombres compuestos
asociados a denominaciones religiosas como María de la Merced, María
de la Trinidad, María de la Concepción, José de la Santísima Trinidad,
entre otros.
Resulta de interés también valorar el vínculo existente entre el nombre
del bautizado y su relación con el del padre, abuelos o padrinos que realizamos
a través de la muestra seleccionada del año 1851.
Este indicador se recoge en la tabla estadística siguiente:
CUADRO N° 2
RELACIÓN ENTRE EL NOMBRE DEL BAUTIZADO Y EL DE LOS
PADRES, ABUELOS Y PADRINOS
Grupo étnico
Canarios
Pardos y
morenos
Año
1851
1851
N°de
Bautizados
81
57
Padres
P M
10 12
- 3
Relación con
Abuelos Padrinos
P
16
—
M P M
15 8 13
- - 3
Padres y abuelos: P-Patemo y M-Matemo
Padrinos: P-Padrinos y M-Madrina.
Fuente: Libro * 16 de bautismo de españoles (25.10.1847-4.12.1852)
y Libro T^ 11 de Bautismo de Pardos y Morenos (1851-1867).
Archivo Parroquial de la Iglesia del Buen Pastor. Jesús del Monte.
Elaboración propia.
El cuadro anterior nos permite las siguientes reflexiones: De los 81
bautizados de canarios que se efectuaron en el año 1851 tenían vínculos
con el nombre de los padres, abuelos y padrinos 74 y sólo 7 quedan sin
ninguno.
La mayor relación se da con los abuelos en 31 oportunidades, fundamentalmente
los paternos que aparecen 16 veces y se presenta una pequeña
diferencia de los maternos con 15.
Si lo comparamos con los pardos y morenos en el mismo año se refiere
una incidencia muy discreta con un número de tres en cada caso.
Esto se debe al elevado índice de ilegitimidad de los hijos que a la falta
de los padres y abuelos poseen los padrinos al ocupar la representati-vidad.
En cuanto a la estabilidad familiar para los canarios tuvo la cohesión
necesaria que faltó a los pardos y morenos por lo que sus lazos afectivos
fueron más sólidos y desde luego por ser blancos también su posición
social.
Era comtin el reconocimiento materno del hijo lo cual se amparó por
la legislación civil, que prohibía revelar dato alguno que pudiese indicar
la identidad del padre, por lo que muchos de estos no conocidos eran
personas de la raza blanca, que tenía relaciones con las negras y mestizas.
En cuanto al análisis de los apellidos se obtuvieron los resultados siguientes:
90
CUADRO N° 3
ANÁLISIS DE APELLIDOS
Grupo Año N°de Apellido Propietario Real Casa Total Total
Étnico bautizados Primer Maternidad Vine. No Vine.
Padre Madre (Valdés)
Canarios 1851 81 76 2 - 3 81 -
Pardos y
Morenos 1851 57 3 4 42 - 59 8
Fuente: Libro T^ 16 de bautismo de españoles (25.10.1847 -4.12.52) y Libro 11 de Bautismo
de Pardos y Morenos (1851-1867) Archivo Parroquial de la Iglesia del Buen Pastor.
Jesús del Monte.
Elaboración propia.
De los datos anteriores se puede concluir que para el grupo étnico de los
canarios, la filiación por parte paterna predomina en 76 casos, seguida por
la Real Casa de Maternidad con 3 que adoptan el de Valdés para el caso de
los niños que quedan huérfanos y por último se encuentran los que adquieren
el de la madre con igual número. No existe en ninguna de las actas de
españoles que se analizaron un caso de padre no conocido.
En los pardos y morenos se nos presentan otros elementos debido a que
desde su partida del propio continente africano el esclavo perdía el nombre
y apellidos de origen tribal, y llegaban a las costas cubanas solo con la identificación
de los buques negreros que los transportaban. Algunos de ellos se
distinguían por el lugar de procedencia dominándose Arará, Congo, Macuá,
Carabalí, etc.'^
Estos hombres al venderse en el mercado colonial perdían cualquier vínculo
filiativo y comienzan a imponerle el nombre del negrero o el de alguno
de sus amos sucesivos.
De acuerdo con la legislación española los apellidos de los blancos se regían
por diversas reglamentaciones. En caso de ser hijo legítimo, recibía el
primero del padre incluso cuando era reconocido como hijo natural. Para los
negros tanto la madre como el propio bautizado recibían los del amo.
Al analizar apellidos de los pardos y morenos en el año 1851 puede apreciarse
que la filiación por parte de los propietarios predomina con una frecuencia
de 42 lo que demuestra que la mayoría de la población esclava recibía el del
amo; en orden numérico le sigue la filiación por línea materna con 4, lo cual
ratifica el alto índice de padres desconocidos; son precisamente estos últimos
con 3 los que representan la menor incidencia.
'" FERNANDO ORTIZ, en su obra: Los Negros Esclavos. Revista Bimestre Cubana. La Habana,
1916, hace un análisis completo de las diferentes procedencias que tuvieron los llegados de África.
91
Sólo 8 personas no muestran ningún vínculo con sus familiares o propietarios,
porque al desconocerse el nombre del padre adoptan el de los abuelos
que a su vez poseen el de su tribu de origen.
En otros casos se utiliza el de los padrinos, que en muchas actas eran también
los propietarios del bautizado.
La frecuencia de los apellidos se comportó de la forma siguiente:
CUADRO N° 4
FRECUENCIA DE LOS APELLIDOS CANARIOS. AÑO 1851
Apellidos N° Bautizados Total Primer Apellido Real Casa de Total
Hom.
Valdés
Hernández 20
Acosta 12
Pérez 15
Total 47
Muj.
3
12
9
10
34
3
32
21
25
81
Padre
32
19
25
76
Madre
2
2
Maternidad
3
3
3
32
21
25
81
Fuente: Libro ^ 16 de Bautismo de españoles (25.10.1847-4.12.1852) Archivo Parroquial de
la Iglesia del Buen Pastor. Jesús del Monte.
Elaboración propia.
Al valorar la incidencia de los apellidos vemos que Hernández es el más
común con 32, siguiéndole el de Pérez con 25 y Acosta con 21. Esto demuestra
la importancia socioeconómica de estas familias en Jesús del Monte.
En este mismo aspecto la situación de los pardos y morenos muestra los
resultados siguientes:
CUADRO N° 5
FRECUENCIA DE LOS APELLIDOS DE PARDOS Y MORENOS. AÑO 1851
No Total
Madre Vine.
Apellidos N° Bautizados
Hom. Muj.
Goyri 10 5
Ayala 2
Ulacia 5 1
Cintra 2 2
Torres 3
Palomino 10 2
Total 32 10
Primer Apellido
Propietario Padre
15
2
6
4
3
12
42 3 4 8 57
Fuente: Libro TÍ 11 de Bautismo de Pardos y Morenos (1851-1867) Archivo Parroquial de la
Iglesia del Buen Pastor. Jesús del Monte.
Elaboración propia.
92
En cuanto a los vínculos filiativos de los hijos legítimos e ilegítimos se
ilustra el status jurídico de los mismos en el año 1851.
CUADRO N° 6
STATUS JURÍDICO. AÑO 1851
Gnipo Étnico
Canarios
Pardos y Morenos
Sexo
Mase. Fem.
47 34
32 10
Status
Legítimo
61
2
Jurídico
Ilegítimo
5
40
Natural
15
15
Total
81
57
Fuente: Libro * 16 de Bautismo de españoles (25.10.1847^.12.1952) y Libro *• 11 de Pardos
y Morenos (1851-1867) Archivo Parroquial de la Iglesia del Buen Pastor. Jesús
del Monte.
Elaboración propia.
Para el caso de los canarios se observa un alto índice de hijos legítimos
con 61, siguiendo los naturales con 15 y los ilegítimos con 5. En la muestra
seleccionada se conocen todos los padres de los bautizados.
La ilegitimidad de los blancos es mínima y en este sentido influye, las relaciones
familiares y la estabilidad social que este grupo alcanza.
En otro sentido la resonancia social de la ética y la moral no podía ser igual
para todas las clases, pues la esclavitud truncó esta posibilidad junto a los parámetros
de los blancos que entra en colisión con el de la población negra.
Por su parte el status jurídico de los pardos y morenos nos muestra 15 naturales,
2 legítimos y 40 ilegítimos.
Se observa una desproporción entre los legítimos y los ilegítimos, aspecto
que reañrma el alto porciento que existía en la sociedad cubana del siglo
XIX, particularmente entre la raza negra.
En este sentido debemos valorar que el concepto de la filiación se regía
por los padres, pues el de la madre pocas veces se discutía.
A pesar del alto grado de ilegitimidad encontramos tres clasiñcaciones en
el libro ?í 1, los legítimos, ilegítimos y naturales reconocidos.
Otro dato importante es el lugar de procedencia de los padres:
CUADRO N° 7
LUGAR DE PROCEDENCIA DE LOS PADRES. AÑO 1851
LUGAR
Canarias
La Habana
El Calvario
Güines
Cartagena
México
Total
PADRE
47
33
1
3
1
-
85
MADRE
34
31
1
1
67
TOTAL
81
64
2
3
1
1
152
93
El cuadro anterior nos demuestra que la inmigración canaria que se produce
en la zona es superior a toda la población blanca que se registra en el
año 1851.
Hay que tener en cuenta que después de la tercera y última sublevación
de los vegueros en 1723 la mayoría de los canarios huyeron a otras zonas en
busca de estabilidad económica lo que provocó un decrecimiento de la presencia
de este grupo étnico en el lugar.
Es a partir de la segunda mitad del siglo XIX que esta población reaparece
debido al desarrollo socioeconómico que alcanza la zona. De este
proceso interesa destacar el resurgimiento del cultivo de tabaco en el lugar
que con sus fluctuaciones siempre caracterizó su economía, junto al desarrollo
creciente que alcanzaron los establecimientos comerciales e industriales.
La integración de Jesús del Monte a la capital se produjo a través de la
fundación de nuevos repartos hasta convertirse en parte de ella. Este acercamiento
provocó una traslación importante de personas de La Habana al
poblado en busca de ocupación como se puede apreciar en el cuadro de procedencia
de los padres.
Otros datos que nos ofrecen las actas de bautismo comprenden 30 matrimonios
entre canarios, y 4 hombres casados con habaneras. El resto de las
mujeres lo hicieron con hombres de su procedencia.
Nueve de los bautizados que tienen padres nativos de Islas Canarias son
naturales, lo que demuestra que algunos de ellos no llegaron a contraer nupcias,
aunque predominan los hijos legítimos con 25.
En cuanto a los pardos y morenos pudimos conocer la naturalidad de muchos
de los africanos residentes en la localidad lo que se refleja en el cuadro
siguiente:
CUADRO N" 8
LUGAR DE PROCEDENCIA DE LOS PADRES. AÑO 1851
LUGAR
Congo
Lucumí
Carabalí
Ganga
La Habana
Matanzas
Puerto Príncipe
Total
PADRE
1
4
3
4
7
2
2
22
MADRE
30
8
4
4
21
3
1
71
TOTAL
31
12
7
7
28
5
3
93
Fuente: Libro * 11 de Pardos y Morenos (1851-1867). Archivo Parroquial de la Iglesia del
Buen Pastor. Jesús del Monte.
Elaboración propia.
94
De los orígenes geográficos de los padres aparecen los congoleses con
31, los habaneros con 28 y en ese mismo orden los lucumíes y ganga con 9
cada uno para un total de 57 inmigrantes africanos; el resto con 36 se refiere
a los descendientes.
El proceso de extinción gradual de la esclavitud provoca que los padres criollos
tengan un lugar ascendente dentro de la población aunque no signifique
aún la mayoría, por lo que podemos afirmar que la influencia sociodemográ-fica
más importante en Jesús del Monte es de origen canario como se puede
verificar al estudiar la incidencia de la población en la localidad.
4. A MODO DE CONCLUSIÓN
La información disponible acerca de la inmigración canaria en Cuba en
el siglo XIX confirma, que existe una corriente ininterrumpida desde el siglo
XVI y que alcanza mayores dimensiones en relación con la población
del Archipiélago.
Los proyectos gubernamentales que se relacionan con el desarrollo de
la producción tabaquera incentivaron ese flujo hacia varias provincias de
la Isla.
A pesar de su alto componente rural, los núcleos residentes isleños en el
país aparecen concentrados en puntos geográficos específicos. Estos se in-tregan
por grupos de campesinos que efectúan la primera roturación e incorporan
áreas territoriales compactas a las zonas de cultivos.
En Jesús del Monte las vegas constituían formas de explotación naturales
lo que propició que el asentamiento poblacional que se ocupa de la actividad
tabacalera se represente por labradores inmigrantes canarios.
A éstos les era en algunos casos difícil integrarse a la vida económica,
por ello encontraron una salida al ocupar un espacio pequeño de tierra bien
en renta o propiedad pues necesitaban muy poca inversión de capital, lo que
era idóneo para un agricultor de escasos recursos.
Al mismo tiempo, dedicarse a esta labor de minifundio intensivo, exigía
mucha preparación y cuidado lo cual también requería de un agricultor con
características especiales, tanto en el orden técnico como humano.
Finalmente conviene señalar que la emigración desde España a su mayor
colonia americana, después de la emancipación continental, tuvo componentes
regionales muy diferenciados.
El más antiguo fue el procedente de las Islas Canarias, que tuvo una intensidad
variable y con especial importancia en las décadas centrales del siglo.
En relación con su desplazamiento a la Gran Antilla, es necesario subrayar,
a título de síntesis, la significativa entidad numérica, el carácter familiar
y su inclinación hacia el mundo rural.
95
Una línea de investigación por explorar consiste en sus aportes a la producción
de alimentos para el mercado interior y su influencia indirecta en el
desarrollo urbano de la sociedad cubana.
5. FUENTES
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