LA fflSTORIA NATURAL EN LA EXPEDICIÓN
GEODÉSICA AL PERÚ:
LAS APORTACIONES DE JORGE JUAN Y
ANTONIO DE ULLOA
MIGUEL ÁNGEL PUIG-SAMPER
Departamento de Historia de la Ciencia
Centro de Estudios Históricos del CSÍC
Madrid
1. LA EXPEDICIÓN GEODÉSICA AL VIRREINATO DEL PERÚ
Las actividades de Jorge Juan y Antonio de Ulloa en su viaje a la América del
Sur hay que enmarcarlas en la conocida expedición geodésica hispanofrancesa a
Quito (1735-1744), organizada por L'Académie Royal de Sciences de París*.
La expedición fue una consecuencia de la polémica surgida entre los científicos
cartesianos y newtonianos, en tomo a la figura de la Tierra, lo que ocasionó
que el Ministro de Marina francés. Conde de Maurepas, miembro de la
Academia, consiguiera la aprobación real para la medida de algunos grados
del meridiano terrestre en el Ecuador, tras una propuesta del afamado astrónomo
Louis Godin^.
El equipo francés designado para llevar adelante esta expedición científica
estuvo compuesto por Louis Godin, astrónomo y jefe de la expedición. Charles
de la Condamine, geógrafo y académico; Pierre Bouguer, matemático y
astrónomo; Joseph Jussieu, médico encargado de los estudios de historia
natural; Jean Seniergues, cirujano; Verguin, ingeniero de la marina; Morain-ville,
dibujante de historia natural; Couplet y Godin de Odonnais, ayudantes,
y Hugot, relojero e insfrumentista.
Como la expedición tenía como territorio de destino el importante virreinato
del Perú, el gobierno francés se vio obligado a elevar una petición al ministro
español de Marina, José Patifio, a la que se adjuntaba un memorial con
todos los extremos de dicha empresa. Básicamente se pedía autorización para
recorrer el Perú para hacer observaciones útiles a la navegación, estudios de
Historia Natural, realizar observaciones astronómicas por debajo del Ecuador
y medir allí los grados de longitud y latitud, para poder determinar exactamente
la figura de la Tierra.
* Trabajo realizado dentro del proyecto financiado por DGICYT, PB91 -0068.
1. LAFUENTE, Antonio, y MAZUECOS, Antonio (1987): Los caballeros del punto fijo,
Barcelona-Madrid, Serbal-CSIC.
2. LAFUENTE, Antonio, y DELGADO, Antonio J. (1984): La geometrización de la Tierra
(1735-1744), Madrid. CSIC.
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El Consejo de Indias aprobó la expedición geodésica con algunas observaciones,
como la de que se incluyera en ella a «dos sujetos inteligentes en la
matemática y astronomía», cargo que más tarde ocuparan los guardiamarinas
Jorge Juan Santacilia y Antonio de Ulloa de la Torre-Giral.
En relación a la Botánica y su aplicación médica, los expedicionarios españoles
recibieron unas instrucciones particulares para no quedar al margen de
las indagaciones francesas:
"Siempre que los académicos de la geometría y botánica hicieran sus dimensiones y examen
de algunas plantas o yerbas, tendrán especial cuidado en dibujarlas con la mayor propiedad
que les sea posible, anotando sus virtudes y efectos, y lo que sobre esto informaron los habitantes
del país"'.
La aprobación final del proyecto hispanofrancés tuvo lugar el 14 de agosto
de 1734, con la emisión de la real cédula por la que se autorizaba el paso a
América de los académicos franceses y sus acompañantes españoles.
Realmente, la reunión de los expedicionarios españoles y franceses se produjo
en Cartagena de Indias, lugar al que llegaron de forma separada. Joseph
de Jussieu describe en una carta dirigida a su hermano este encuentro:
"Allí encontramos a los dos oficiales de la marina española que el rey Felipe V nos ha señalado
como adjuntos, son dos amables caballeros de carácter extremadamente dulce, muy
sociables, nobles y que conocen muy bien las matemáticas, ambos hablan francés para hacerse
entender f ácUmente'"*.
Allí comenzaron las primeras noticias de Historia Natural dadas por Juan y
Ulloa, que se extenderán a lo largo de todo el viaje americano y que hemos
seguido preferentemente a través de su Relación Histórica del Viage a la
América Meridional, por contener mucha más información que las Noticias
Secretas de América, donde aparecen muy resumidas algunas de las mismas
observaciones zoológicas y botánicas, en tanto que faltan muchas otras^.
2. LA AMENIDAD DE LAS PLANTAS DE CARTAGENA
Las primeras observaciones de carácter naturalista hechas por Jorge Juan y
Antonio de Ulloa aparecieron en Cartagena de Indias, paraje que como a
otros viajeros europeos pareció extremadamente fértil y exuberante, hasta el
3. Archivo General de Indias (AGÍ), Lima 590, fols. 68v y ss. Ciudo en RAMOS GÓMEZ,
Luis J. (1985): Las «Noticias Secretas de América» de Jorge Juan y Antonio de Ulloa (1735-
1745). Madrid, CSIC, t. L p- 24.
4. LAFUENTE, A., y MAZUECOS, A., op. cií.. pp. 96-98.
5. JUAN, Jorge, y ULLOA, Antonio de (1748): Relación histórica del viaje a la América
meridional. Introducción y edición de José P. Merino y Miguel M. Rodríguez, Madrid, 1978,
Fundación Universitaria Española. 2 vols. (en adelante Relación...).
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extremo de justificar en parte la pereza de sus habitantes, argumento también
repetido a lo largo de la exploración ameíricana:
"Es tan común, y permanente la fertilidad de las Campañas de todo aquel País cercano á
Cartagena, que causa admiración ver la frondosidad, con que lo adornan las varías Plantas
silvestres, que se crian en él; y que nunca llegan a perder estas aquellos lozanos bríos, con
que la Tierra las produxo: y siendo constante el verdor, y tan varío según la diversidad de
tantas Hojas, con que se visten los Arboles, y esmaltan los Prados, y las Selvas, goza la vista
en ellos el recreo de estenderse siempre sobre la perpetua Primavera de aquel Oima: pero
aquellos Naturales poco inclinados a la Agricultura se aprovechan perezosamente de los primores,
con que Naturaleza lo dotó"*.
Sobre las especies vegetales observadas en Cartagena, Juan y Ulloa describen
la utilidad de las maderas de cedros (Cedrela sp.) y caobos (Swietenia
sp.) para fabricar canoas y champanes, muy usados en la pesca y en el tráfico
comercial desarrollado por los esteros y ríos. Asimismo, se detienen brevemente
en las apreciadas resinas conocidas como «Aceyte de María» y el
«Bálsamo de Tolú», de virtudes apreciables. Del primero sabemos que se
trata de un bálsamo obtenido del árbol conocido como María (Calophyllum
Calaba Jacq.), después de practicar incisiones en el tronco que dan un líquido
verdoso y resinoso, con propiedades vulnerarias, en tanto que el bálsamo de
Tolú se obtiene del árbol Myroxylon balsamum (L.) Harms., de muy buena
madera y ampliamente utilizado en farmacia.
Sobre los árboles productores de frutos comestibles, indican los tamarindos
(Tamarindus indica L.), los nísperos (Achras Sapoía L.), los zapotes (Calo-carpum
Sapota (Jacq.)) Merr., los papayos {Carica papaya L.), los guayabos
(Psidium guajava L.), los cañafístolos (Cassia sp.), palmas y manzanillos.
Sobre estos últimos hacen observaciones interesantes, indicando que su fruta
es similar a las manzanas, pero de contraria naturaleza, ya que a pesar de su
aparente hermosura encierran un veneno pernicioso. Para poder identificar
claramente de qué árbol de los conocidos como «manzanillos» se trata es preciso
oír las palabras de los expedicionarios españoles:
"el Árbol es grande, y coposo, y su Madera recia de color algo amarillo. Quando se corta
destUa con abbundancia un jugo blanco algo parecido al de las Higueras, aunque no tan sólido,
ni blanco; pero tan ponzoñoso como la Frota, pues llegando a tocar alguna parte de la
carne la cauteriza, e inflama; y este daño se comunica a todo lo restante del Cuerpo hasta que
con remedios exteriores se procuran contener sus progresos".
Comentan que ya en tiempos de la Conquista los castellanos sufrieron los
efectos del manzanillo que hacía reventar sus cuerpos y sólo pudieron contrarrestarlos,
según Herrera, utilizando aceite común, que actuaba como poderoso
antídoto. Otro dato significativo añadido es la cualidad atribuida a
algunos de estos árboles de producir los mismos efectos dañinos simple-
6. Relación..., I, p. 66.
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mente con tocar sus hojas o exponerse a la sombra de su follaje, por lo que
los animales huyen de sus cercanías. Podría tratarse, por tanto, del manzanillo
de cerro (Rhus striata R. & P.), al que se atribuyen los efectos descritos,
pero el hecho de ser un árbol lactífero hace pensar más bien en el manzanillo
de playa (Hippomane Mancinella L.), cuya leche y frutas son
venenosas y cáusticas, además de atribuírsele también los peligros comentados
respecto a la exposición a su sombra.
Sobre las palmas, que daban una hermosa perspectiva a aquellos montes,
Juan y Ulloa hablan de cuatro especies importantes, sobre todo por su
fruto, como eran la productora de cocos {Cocos nucífera L.), otra de dátiles
{Phoenix dactylifera L.), especie introducida de África; la palma real,
Roystonea regia (H.B.K.) Cook, productora de palmitos, y, por último, la
conocida como corozo, probablemente Acrocomia sclerocarpa Mart. o
alguna especie similar, puesto que se indica que de ella se obtenía el vino
de palma, tras provocar una incisión en su tronco y fermentar posteriormente
el jugo obtenido, siendo ésta una bebida muy usada «entre los
Indios y Negros».
Asimismo, se señalan como especies muy estimadas en España y abundantes
en aquellos montes, el guayacán (Guajacum officinale L.), de madera
muy dura y conocido desde la conquista por sus propiedades medicinales
como «palo sano» y «palo santo»; y los «Evanos» (Caesalpinia sp.),
«cuya fortaleza quiere competir con el Hierro».
Entre las plantas menores de los bosques llamó la atención de los expedicionarios
la «Sensitiva» (Mimosa púdica L.), conocida también como
«vergonzosa» y «doncella», por la propiedad de sus hojuelas de cerrarse al
menor contacto:
"... luego que se toca alguna de sus Hojitas, se cierran todas las de aquella rama, y aprietan
unas contra otras con tanta prontitud, que no parece sino que los resortes de todas ellas
estuvieron esperando aquel instante con prevención, para jugar todos a un mismo tiempo:
después que ha pasado algún espacio no muy largo vuelven pausadamente á desplegarse...".
Parece que en Cartagena aplicaban otro nombre a la sensitiva que Juan y
Ulloa no se atreven a repetir, creyendo las gentes del país que la planta se
cerraba al oírlo avergonzada por la injuria, «y assi admiraban que en una
Yerba huviesse Sentido».
Entre los bejucos, tan abundantes en los montes de Cartagena, llamó su
atención la «Habilla de Cartagena» (Feuillea Sp.), cuyas semillas amargas
constituían un eficaz antídoto contra las mordeduras de serpientes, teniendo
en cuenta que la dosis era de menos de la cuarta parte de una, por su
naturaleza «cálida», «y que es menester precaberse de no beber inmediatamente
á haverla comido ningún Licor cálido como Vino, Aguardiente, ü
otro de esta especie»'.
7. Relación....l,pp. 66-12.
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3. NOTICIA DE LOS ANIMALES DE CARTAGENA
En su estancia en Cartagena, Jorge Juan y Antonio de Ulloa se preocuparon
también de anotar los datos correspondientes a las especies animales más
notables:
"Si es fértil Cartagena en Arboles, y Plantas, como queda visto, no es escaso á proporción su
Distrito en toda suerte de Animales; unos Domésticos para el sustento, y regalo e sus Habitadores;
otros Silvestres, en quienes la diversidad de propiedades, y especies causa no pequeña
admiración en el Entendimiento, considerando en tanta variedad de obras al Supremo Artífice,
que todas las dispuso: otros feroces, que guardan, y defienden lo inculto de las Selvas; y
entre unos, y otros Quadrupedos, Reptiles, y Volátiles no son en numero menor los que se
visten de pintadas, y vistosas Plumas, que los que encubren la natural fiereza de jaspeadas, y
coloridas Pieles, ni menos los que esconden violentissimos venenos con las brillantes escamas;
porque de todas especies abunda aquel Territorio."
Entre los animales comestibles destacan el ganado vacuno y de cerda, este
último muy apreciado, los venados, conejos, jabalíes, las gallinas, palomas,
perdices y patos. Sobre la caza de los patos insertan unas notas curiosísimas
sobre el sistema de captura utilizado, que consistía en echar en la «Ciénaga de
Tescas» unas calabazas grandes, llamadas «Totumos», para que los patos se
acostumbrasen a su presencia, para pasados tres o cuatro dfas introducirse un
cazador en la laguna con una de estas calabazas, con agujeros para ver y respirar,
en la cabeza hasta llegar a las cercanías de los patos, que eran cazados
fácilmente.
Entre los animales salvajes destacan dos especialmente dotados por la naturaleza
para su defensa: el «zorro» y el armadillo:
"La propiedad, que se nota generalmente en los TLonos, de defenderse de los Perros, y otros
Animales, que los persiguen, con el arbitrio de orinarse en su propia Cola, y rociarles con
ella, logra mas activos efectos en aquel País; porque el olor de sus Orines es tan fétido, que
hace perder el sentido al que los sigue, y los perturba de modo, que da lugar á que el Txirro
escape."
El zorro es descrito como un animal pequeño, similar en tamaño a un gato
grande, de pelaje fino y color canela, cola no muy larga de pelo esponjoso
formando un penacho y «agraciada la figura de todo el conjunto de sus partes
». Suponemos que se trata de una especie del género Mephitis, que tienen
como característica, entre otras, de estar provistos de unas glándulas junto al
ano que provocan el olor desagradable que describen los expedicionarios y
que confunden con la orina.
El armadillo (Dasypus sp.), mamífero desdentado que siempre llamó la
atención de los exploradores europeos y era utilizado como alimento por
«Negros» e «Indios», es descrito por Juan y Ulloa como un animal del tamaño
de un conejo pero semejante a un puerco en cuanto al hocico, pies y rabo.
Su «armadura» es el elemento más distintivo:
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"Todo su Cuerpo esta cubierto de una Concha dura, y fuerte, la qual conformándose en todo
con las irregularidades de su estructura lo abriga de los insultos de los demás animales, y no
le estorva para andar libremente: además de la Concha principal tiene otra á la manera de
Capilla articulada con la primera; y esta le sirve para guarecer con ella la Cabeza, con lo qual
están seguras todas sus partes: por la exterior tienen estas Conchas varias labores formadas
con el realce de ellas mismas, y distinguidas de colores pardos, y claros: con que no solo le
son de defensa, pero también de adorno."
Entre los monos, aparecen nombrados como los más comunes los Micos,
del tamaño de un gato y color pardo blancuzco, en tanto que de la variedad de
aves hacen los expedicionarios un verdadero canto a las maravillas de su
naturaleza:
«La diversidad de Aves, que se reconocen en aqueUa cálida Athmosphéra, es tanta, que solo
la admiración puede expressarlo, la hermosura de sus Plumages tan particular, que apenas
havra voces, con que ponderarla; y la variedad de Graznidos, y Cantos tan grande, que confundidos
los suaves, y apacibles con los ásperos, y desagradables no dexan libertad al oido
para que guste de los unos, 6 pueda distinguir la dissonancia de los otros.»
Entre éstas destacan el guacamayo (Ara sp.), de tan vivos y exquisitos
colores en su plumaje, y el predicador o tucán (Rhamphasiidae), al que dedican
una atención especial, dadas sus características exóticas. Así, describen
su color, negro salpicado de plumas purpúreas, amarillas, turquíes, etc..., su
enorme cabeza en correspondencia al desproporcionado pico, amarillo, púrpura
y carmesí, su lengua, etc., para detenerse en el origen del nombre de
predicador dado a esta ave, que es fácilmente domesticable:
"El nombre de Predicador, que dan á este Pájaro, conviene con su exercicio; porque puesto
en algún Árbol, donde esté mas alto que sus Compañeros quando duermen, hace un ruido, en
que parece que prorrumpe algunas palabras, y lo esparce á todos lados, para que las Aves
Carniceras no se atrevan confiadas del silencio á hacer garra en las de su especie."
De las aves cañoneras fijan su atención en los gallinazos, muy frecuentes
en las ciudades, en las que se encargan de la limpieza de los restos de otros
animales, por lo que son considerados muy útiles, como lo eran también los
llamados Reyes de Gallinazo, algo mayores que los anteriores.
Los murciélagos, que cubrían la ciudad a la caída del sol, son descritos por
sus actividades de vampirismo:
"Estos son allí diestros Sangradores de Personas, y de Irracionales; porque siendo tan excesivos
los calores, y dexandose por ellos abiertas las Puertas, y Ventanas de las Piezas donde
se duerme, para no sufocarse en ellas, con esta oportunidad entran en los Dormitorios, y
hallando descubierto el Pie de alguna Persona le van picando sutilmente hasta encontrar
alguna Vena: entonces chupan la Sangre, y luego que han saciado con ella su apetito, se van
dexando perenne la Sangría."
Entre los reptiles, Juan y UUoa fijaron su atención en las «culebras» y entre
éstas en las más «ponzoñosas», como eran las conocidas como corales, muy
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vistosas de colores y de mordedura mortal; las cascabeles, cuyo sonido interpretan
como el aviso que les dio la naturaleza para prevenir a sus posibles víctimas,
y las de bejuco, así llamadas por suspenderse habitualmente de los árboles
y asemejarse a éstos. A pesar del peligro de estos reptiles, Juan y UUoa
advierten que generalmente no causan daño a nadie, si no son molestadas o
pisadas inadvertidamente, siendo lo más común que se hallen aletargadas.
Asimismo, la presencia de cientopies y alacranes, de diversas especies,
ocupa parte de las descripciones de Juan y Ulloa, quienes advierten de los
peligros a que se exponen sus potenciales víctimas, a pesar de que los habitantes
de Cartagena estaban acostumbrados a ellos y cogían a los alacranes
con la mano. Describen también una curiosa y cruel experiencia que ellos
mismos hicieron con estos animales para comprobar el efecto letal de su
veneno:
"Hemos experimentado, que tapándolo con im vaso de Chrístal, dentro del qual haya algún
poco de humo de Tabaco, le es tan insoportable este olor, que él mismo empieza a dar^e
punzadas en la Cabeza con la Punta donde tiene el veneno, y se mata; con que no hay duda á
vista de esta experiencia, repetida en distintas ocasiones, que el mismo efecto causa el veneno
en su Cuerpo, que el que produce en un extraño.»
Otro «animalillo» que llama su atención es el que denominan caracol soldado,
al que describen como de figura de un caracol vulgar con la parte anterior
similar a un cangrejo. Este cangrejo ermitaño, al que atribuyen efectos
venenosos, utilizaba la concha de un verdadero caracol hasta que ya no le servía
por haber crecido demasiado, circunstancia que también fue comprobada
por los marinos:
"Refieren los Naturales del País, que cuando crece tanto, que no cabe en el caracol, se va a
la Playa, y busca otro mayor, mata al animal su legitimo Dueño, y se apropia la habbitacion;
que es lo mismo que hace para adquirir la primera. Esta particularidad, y el deseo de ver su
figura nos obligó á Don Jorge Juan, y á mi a que solicitassemos haer algunos, en quienes se
acreditó á excepción del efecto de la picada (que no se hizo la experiencia) todo lo demás,
que nos tenian informado."
Tras exponer la belleza de las mariposas cartageneras y la incomodidad
producida por los mosquitos, zancudos, gegenes y mantas blancas, se detienen
en el animal que es conocido en Cartagena con el nombre de nigua
(Tunga penetrans) y en el Perú con el de Pique, similares a pulgas que se
introducen en los pies, penetrando bajo la piel y produciendo una perlilla,
muy dolorosa de extraer, como pudieron comprobar los propios expedicionarios
españoles y el botánico francés Jussieu.
Entre los insectos dañinos para la madera, los tejidos y otras mercaderías,
destacan el comegén, neuróptero tan sumamente voraz que hacía peligrar los
productos que entraban al puerto de Cartagena*.
8. Relación..., I, pp. 73-93.
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4. LOS FRUTOS Y ALIMENTOS DEL PAÍS DE CARTAGENA
Entre los alimentos básicos utilizados en Cartagena, Juan y Ulloa destacan
el bollo, hecho a base de maíz molido y envuelto luego en hoja de plátano o
de «Vijahua» (Calathea sp.), y el cazabe, hecho con raíces de yuca (Manihot
sp.), ñames (Dioscorea sp.) y «moniatos», que sustituían al pan de trigo, sólo
utilizado por los europeos o por los criollos para tomar el cacao, producto
muy abundante en las orillas del río Magdalena, o algunos dulces de almíbar.
Además, señalan la utilidad del camote, Impomoea batata (L.) Poir., semejante
según los expedicionarios a la batata de Malaga y utilizadas en diversas
conservas, y la abundancia de cañaverales de azúcar, de los que obtienen mieles
y aguardiente.
Sin duda, fueron las frutas americanas lo que llamó más la atención de los
viajeros, tal como lo expresan en las páginas de su Relación:
"A estos, y otros frutos, que son los mas seguros tesoros, de que la Naturaleza pudo dotar
aquel Territorio, le agrego el feudo de las muchas, y sabrosas Frutas, con que incansables los
Attjoles, y Plantas, que lo pueblan, ostentan la perenne fertilidad de su terreno.»
Entre las peculiares del país nombran los nísperos (Acfiras Sapota L.), más
delicados y dulces que los conocidos en Europa; las papayas (Carica papaya
L.), de carne interior blanca muy jugosa, algo fibrosa y gusto algo agrio; las
guanábanas (Anona muricata L.), semejantes a los melones, aunque con un
olor empalagoso y algo indigestas; las guayabas (Psidium guajava L.), apre-ciables
por su fragancia; los «sapotes», Calocarpum Sapota (Jacq.) Merr., de
color musco algo colorado, de poco jugo, de carne pegajosa, fibrosa, sólida y
de buen gusto; el mamey (Mammea americana L.), que les recuerda el melocotón;
los cocos (Cocos nucífera L.), de la que se saca una leche utilizada en
Cartagena para hacer el arroz, y los plátanos (Musa paradisiaca L.), en los
que distinguen tres variedades: las bananas, que son las mayores; los dominicos,
algo más cortos y delgados, y los guineos, más pequeños y de más sabor.
Sobre estos últimos, tenidos por los naturales de aquel país como poco
saludables, por su naturaleza «cálida», Juan y Ulloa comentan su incredulidad
hacia tal afirmación e incluso dan una receta para preparar un plato delicioso:
"... uno de los modos de comerlos, y no el menos gustoso es asándolos dentro de su cascara,
y poniéndolos después a que se reconcentren con un poco de Aguardiente, y Azúcar; de cuya
forma se servían diariamente en nuestra Mesa..."
Los limones criollos son también objeto de su atención y los diferencian de
los europeos por ser más pequeños, su cascara delgada, muy ácidos y con
mucho zumo, por lo que son corrientemente utilizados en la preparación de
numerosas comidas. La pifia. Ananas comosus (L.) Merr., también ocupó la
atención de Juan y Ulloa, quienes la describen como de forma similar a las de
Europa, de ahí su nombre, dotada de una exu-aordinaria fragancia, muy jugosa
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y de sabor agridulce. Por últímo, dedican algunos párrafos al tamarindo
(Tamarindus indica L.), utilizado en refrescos, y al maní (Arachis hypogaea
L.), cuyas semillas se consumían tostadas y confitadas, aunque Juan y UUoa
consideran que no deben ser muy saludables para aquel clima por su naturaleza
«cálida».
Para finalizar sus descripciones de los frutos y alimentos de Cartagena, los
expedicionarios comentan la buena calidad de las comidas del país y explican
alguno de sus platos más sabrosos:
"El Agi-aco es uno de los más introducidos, y es rara la Mesa donde falta, al qual bastana la
abundancia de especies, que lo componen, para hacerlo gustoso: porque en el entra Puerco
frito, Aves, Plátanos, Pasta de Maíz, y otras varias cosas sobresaliendo en él el picante de
Pimiento, o Aji (como alñ llaman) para que incite mas al apetito"*.
5. CURIOSIDADES DE PORTOBELO, EL RIO CHAGRE Y PANAMÁ
A pesar de que en su estancia en Portobelo las descripciones de Juan y
UUoa, en lo que se refiere a Historia Natural, son muy escasas, hay dos que
merece la pena resaltar: la de los pericos ligeros, más conocidos por nosotros
como perezosos, y la de los sapos. Sobre los primeros, que algunos de los primeros
cronistas de Indias creían que se alimentaban del aire, Juan y Ulloa
apuntan:
"Entre los muchos, y particulares Animales, que se registran en aquel Pais debe tener su
lugar el Perico ligero, nombre irónico, que se le da por su mucha lentitud, y pesadez. Tiene
este la ñgura de un Mono mediano; feo de Cara, porque toda ella está Uena de armgas: su
color es entre ceniciento, y pardo: y peladas la mayor parte de las Manos, y Pies: tiene tanto
sosiego, que puesto en su sitio, ni necesita de cadena, ni ha menester jaula, para que no se
vaya; porque está sin moverse, hasta que obligado del hambre le es preciso buscar el alimento:
la Gente no le espanta, ni la ferocidad de otros Animales altera su quietud: quando se
mueve, acompaña cada acción con un grito tan desapacible, y lamentabble, que a un mismo
tiempo produce en el oyente compassion y enfado: esto lo executa aun en aquellos movimientos
mas tenues, de levantar la Cabeza, Brazo, 6 Pierna; y según toda apariencia es efecto
de una general crispatura en todos los Músculos, y nervios de su Cuerpo, los quales le
causan vehemente dolor, al tiempo de quererlos laxar para su uso."
En cuanto a su alimentación, apuntan que este animal consume frutas silvestres,
bien del suelo o en los árboles, a los que trepa tranquilamente. Asimismo,
apuntan cómo para descender de los árboles y ahorrarse las penalidades
de la subida, se hace un ovillo y se deja caer a plomo.
Sobre los sapos de Portobelo, apuntan su extremada abundancia fuera de
sus lugares naturales, puesto que se hallaban en calles, patios y parajes descubiertos,
sobre todo después de caer un aguacero, de forma que las csdles y plazas
parecían estar empedradas con ellos. Es interesante la interpretación que
9. Relación..., l,pp.94-l(yj.
89
hacen Juan y Ulloa sobre la aparición súbita de estos animales tras la lluvia,
ya que la opinión vulgar en Portobelo era que cada gota era capaz de producir
un sapo por una especie de generación espontánea, lo que explicaba su abundancia,
en tanto que los expedicionarios refutan esta explicación, dado que
consideran que estos animales proceden de los «huevezuelos» preexistentes
que se vivificaban por efecto de la humedadi".
En el tránsito de Portobelo a Cruces, al navegar por el río de Chagre, los
expedicionarios pudieron observar los caimanes y otros animales de sus orillas,
así como la riqueza de su flora:
"La frondosidad de los Bosques en las llanuras, lanzando sus copas hasta el Rio; la espesura
en las Colinas con la variedad de especies en los tamaños, estruaura de las hojas, hediuras
de sus pimpollos, y diversidad de colores hacen el obgeto mas entretenido, que se puede
desear, y si se considera la abundancia de Animales, que los matizan, no queda arbitrio en
las palabras, para poderlo comparar. Las distintas Castas de Monos, saltando en quadrillas de
unos á otros Arboles, colgados de las ramas, y encadenados seis, ocho 6 mas en otras partes,
para hacer el salto de algún transito: cargadas con sus hijuelos en las espaldas las Madres, y
haciendo gestos, y visiones, parecerá pura fantasía, á quien no haya examinado por si tanta
variedad de ojetes: si se vuelve la atención á las Aves, no havrá menos, que reparar, pues
ademas de las nombradas,..., se agregan otras comestibles como Pabas Montesas, y Reales,
Faysanes, Torlolas, y Garzas»^^.
En Panamá las observaciones se centraron en la iguana, reptil que los habitantes
comían frecuentemente y que es definido por Juan y Ulloa, quienes
también lo probaron, como anfibio, de figura como de una lagartija, aunque
mayor en el tamaño, de color verdoso, con los dedos unidos por una membrana
suelta, con una fila de escamas verticales desde la cabeza a la cola, la boca
guarnecida de afilados dientes y ovíparos. Asimismo, comentan la existencia
de una culebra de dos cabezas, igu¿ de venenosa que la coral y la cascabel,
de la que dicen:
"... las Cabezas distintas de las de otras Culebras; porque son foimadas de la misma prolongación
del Cuerpo: es muy factile, que no teniendo mas que una, y siendo de esta estructura,
sea muy semejante a la Cola, y que por esta razón hayan juzgado, que tienen dos;..."
Como otra posible maravilla de la naturaleza panameña se habla de la yerba
de pollo, o del gallo, que según los naturales tenía la sorprendente propiedad
de restablecer la vida de uno de estos animales después de haberle sido cortada
la cabeza, lo que es interpretado por Juan y Ulloa como una creencia vulgar,
basada en las posibles propiedades cicattizantes de la hierbal^.
Sobre uno de los productos naturales que más ingresos producían en Panamá,
Juan y Ulloa nos hablan de las preciosas perlas que se obtenían en las
islas del Rey, Taboga y otras muchas de aquella jurisdicción, para luego ser
10. Relación...,!,^. 135-138.
11. Re/acion..., I, pp. 149-150.
12. /fe/aci"ón.... I, pp. 166-169.
90
exportadas a Europa y al reino del Perú. Se utilizaban para su captura a
pobres negros esclavos, que muchas veces morían víctimas de «monstruos»
marinos como «Taburones», tintoreras y mantas^^.
6. LAS AMENIDADES NATURALES DE GUAYAQUIL
Aunque las descripciones de la naturaleza guayaquilense no aparecen de
forma tan ordenada como en el caso de Cartagena, Juan y Ulloa prestaron
atención a algunos seres naturales de aquel Corregimiento, al hablar de sus
partidos.
En la Punta de Santa Elena detallan cómo se recogía una púrpura muy fina,
con la que coloreaban el algodón, de forma similar a como lo hacían los
«Antiguos», a partir de cierto molusco abundante en aquellas costas:
"Hallase en unos Caracoles (a manera de los que se llaman Bulgados) los quales se crian en
las Peñas, que lava el Mar, y son con muy poca diferencia del porte de nueces, 6 poco mayores;
estos tienen un licor, 6 humor, que extraído es el verdadero color Purpura"^*.
La jurisdicción de Máchala y el Naranjal eran productoras de cacao (Theo-broma
Cacao L.), uno de los productos más importantes de estos territorios de
Guayaquil. En las inmediaciones de sus playas, así como en la isla de Puna,
destacaban unos vegetales desconocidos en Europa, los mangles o manglares
(Rhizophora mangle L.), formados por árboles y arbustos que viven en zonas
inundadas diariamente por las aguas del mar, en tierras cenagosas!'.
Al hablar de los métodos de pesca empleados en el río de Guayaquil, Juan
y Ulloa prestan atención al sistema de represar el río para añadir después bar-basco
(Jacquinia sp.):
"Lo primero es cercar la boca de esta (laguna), y después machacan la Yeiba (cuyo nombre
es Barbasco) incorporándola al mismo tiempo con algún Cebo, que coma el Pescado; lo cual
echan en la Laguna, 6 Remanso; y es tanta la fortaleza del jugo de esta Yerba, que luego que
el Pescado come de ella se emborracha, y sobrenada como muerto: assi no tiene mas trabajo,
que el de cogerlo."
Entre las especies de pescados más abundantes se encontraba el bagre
(Pimelodus ornatus), uno de los mayores peces que allí se cogían, en tanto
que era muy apreciado el robalo (Brycon sp.), más difícil de conseguir por
encontrarse en los altos esteros del río^*. Asimismo, se sorprenden de la abundancia
extrema de caimanes o «lagartos»:
13. Relación..., I, pp. 172-176.
14. Relación...,!, p. 242.
15. Relación...,l,pp.246-24S.
16. Relación..., I, pp. 267-268.
91
"Este Animal es Amphibio; tanto habita en el Agua como en las Riberas, y vegas inmediatas
al Rio, aunque por lo regular se alexa poco de sus Orillas: es tanta la cantidad de los que se
vén en las Playas, que no se pueden contar, salen á ellas para secarse al Sol, quando están
satisfechos, y no parecen sino muchos Troncos de Madera medio podrida, que el Rio ha
arrojado á ellas,..."'''.
Entre los productos naturales que eran objeto de comercio por el río Guayaquil,
Juan y Ulloa destacan la cera, el tabaco (Nicotiana Tabacum L.), el
maní (Arachis hypogaea L.), el ají (Capsicum sp.) y la lana de Ceibo (Ceiba
pentandra Gaertn.), de la que explican su origen:
"La Lana de Ceibo es la producción de un Árbol muy crecido, y coposo, que tiene el mismo
nombre; cuyo tronco es derecho, y no muy desigual: su hoja mediana, y de fígura redonda:
vístese frondosamente de una Horecita blanca, y ea ella forma un Capullo, o botón, que se
va engrosando hasta pulgada, y media, 6 dos de largo, y como una de diámetro; dentro de la
qual se contiene la que llaman Lana"^^.
En el viaje de Guayaquil a Quito, ya en la zona de montaña, abundante en
aves, «culebras» y «monos», destacan la importancia de las cañas, bejucos y
de las Vijahuas (Calathea sp.), plantas similares al platanillo (Heliconia sp.),
ya conocidas por los primeros cronistas por su interés para envolver alimentos,
techar las casas y fabricar chozas, aplicaciones que también son anotadas
por Jorge Juan y Antonio de Ulloa. Como curiosidad indican la existencia de
un árbol conocido como Matapalo, nombre que suele aplicarse a algunas
especies de Ficus y a un bejuco (Hydrangea peruviana), por las características
de su crecimiento:
«Este crece endeble, y menudo al lado de otro corpulento; y junto á el se va remontando,
hasta que consigue quedarle superior: entonces esparce mucho su copete, y le quita el Sol; va
nutriéndose, y engrosándose con el jugo, que havia de chupar, el que le sirvió de escala, para
subir, hasta que lo aniquila, y destruye; y queda él, hecho señor del sitio,...»".
7. LA FERTILIDAD DEL TERRITORIO DE QUITO
Entre las numerosas especies vegetales utilizadas en alimentación en este
territorio, Juan y Ulloa citan algunos de los ya tratados como los camotes,
(Ipomoea batatas) (L.) Poir., la yuca (Manihot sp.), los plátanos (Musa paradisiaca
L.), el ají (Capsicum sp.) o pimienta de las Indias, la pina, Ananas
comosus (L.) Merr., la guayaba (Psidium guajava L.), para detenerse después
en otros como las arracachas (Arracada esculenta D.C. / A. xanthorrhiza
Bancr.), más conocidas después como zanahorias blancas o del país, los higos
de Tuna (Opuntia sp.), las limas dulces (Citrus limetta Risso & Poit.), las
17. Relación.... I, pp. 268-273.
18. Relación.... I, pp. 275-277.
19. /?e/aci<5n.... I, pp. 297-301.
92
limas agrias (Citrus aurantiifolia (Roem.) Swingle), las cidras (Citrus decu-mana
L.), las toronjas {Citrus granáis Osbeck), el durazno (Prunas pérsica
(L.) Stokes), etc..
Una de las frutas en la que se detienen, por no haber aparecido antes en la
Relación, es la chirimoya (Anona cherimolia Mili.), de la que comentan:
"La Chirimoya es, según el común sentir, la Fruta mas gustosa, y delicada, no solamente de
las que se conocen en las Indias, pero aun de todas aquellas, de que se tiene noticia en Europa."
Asimismo, fueron objeto de su atención entre las frutas: el aguacate (Persea
americana Mili.), conocido entre los indios con el nombre de palta, de
figura semejante a los calabacitos que se utilizaban como tabaqueras y de
sabor nada dulce, por lo que se solían tomar con algo de sal; las guabas (Inga
sp.), conocida también por los indios como «Pacáes»; las granadillas (Passi-flora
sp.), de gusto agridulce y fresco, producida por una planta que «echa
una flor semejante á las que llaman de Passion, pero de una fragancia delicada
»; y la Frutilla o Fresa del Perú (Fragaria chiloensis (L.) Duch.), que es
comparada con la europea:
"Distingüese esta de la de Europa en su magnitud, 6 grandor, en el qual la excede con
mucho; pues aunque sean las regulares de una pulgada de largo, y dos tercios de Diámetro;
suele haverlas mayores en otras partes del Perú: no son de tanto gusto como las de Europa,
por contener mas jugo, pero no dexan de ser en algún modo agradables al Paladar: la Planta
se diferencia solo de la de España en ser las hojas algo mayores."
Entre las raíces empleadas en alimentación por los quiteños indican como
la principal las Papas (Solanum tuberosum L.), utilizadas desde la antigüedad
en toda la región andina, y la Oca (Oxalis tuberosa Mol.), de sabor parecido a
las castañas, aunque algo dulce, que es descrita como una «raíz» gruesa de
dos o tres pulgadas, con nudos y un pellejo delgado y fino, de color entre
amarillo y colorado.
En cuanto a los cereales, destacan el amplísimo uso del Maíz (Zea mays
L.), alimento indígena por excelencia del que además obtenían la conocida
«chicha», bebida «que usaron los Indios en tiempo de su Gentilidad»; y la
quinoa (Chenopodium quinoa Willd.), pseudocereal con propiedades medicinales
utilizado tradicionalmente en la alimentación indígena^".
Respecto a la fauna, fundamentalmente aquella destinada a la alimentación,
Juan y UUoa describen que en el corregimiento de Otavalo, en los lagos de
San Pablo y Cuicocha, se encontraban muchos «patos y gallaretas», así como
cuyes del monte (Cavia porcellus), también conocidos como cobayos o conejillos
de Indias, y venados (Odocoileus virginianus ustus y Mazama rufina
rifina)^^.
20. Relación..., I, pp. 391-400.
21. Relación...,I,p.4\6.
93
8. LOS PRODUCTOS DE LOJA: LA QUINA Y LA GRANA
Los expedicionarios españoles dejaron constancia en su Relación de la calidad
de la famosa quina de Loja (Cinchona sp.), así como del viaje de su compañero
Jussieu:
"En el Territorio de este Corregimiento se produce, y saca el célebre Especifico contra las
Calenturas intermitentes conocido por el nombre de Cascarilla de Loja, ó Quina-Quina:
hallase esta de diversas calidades; y entre ellas una, que es mas perfecta en la eficacia de su
virtud. Mr. de Jussieu,..., hizo determinadamente viaje á Loja, para reconocer el Árbol, que
la produce; y en una dilatada descripción,...; distingue las especies, y relaciona las mas pro-lixas
circunstancias para la satisfacción de los Botánicos, y espectacion de los Curiosos"^.
Realmente se había adelantado a la descripción del botánico francés su
compatriota y jefe de la expedición La Condamine, aunque este autor reconoce
en su trabajo la deuda contraída con el naturalista y las circunstancias en
que se produjo el reconocimiento de la «nueva» especie medicinal:
"29 de mayo de 1737. Como se juzgase necesario mi viaje de Quito a Lima para los negocios
de la compañía, y haviendo por otra parte la estación lluviosa suspendido nuestras operaciones,
salí de Quilo el 28 de enero de 1737, y de los dos caminos que hay para ir de esta Ciudad
á Lima, uno por Guayaquil, y otro por Cuenca, elegí este ultimo, aunque mas largo, y
trabajoso, por pasar por Loxa, y observar allí el árbol de la Quina; de que hasta ahora no se
ha tenido en Europa mas que un conocimiento muí imperfecto.
Mr. de Jussieu uno de mis compañeros del viaje Dr. en Medicina de la Facidtad de Pans, y
hermano de los dos Académicos del mismo apellido, encargado mas particularmente de las
observaciones botánicas, me dio quando salí de Quito una apuntación de diversos puntos históricos,
y físicos concernientes á dicho árbol, que necesitaban de algutia ilustración...»^.
La Condamine apuntó en su Memoria la situación exacta de Loja, los lugares
mejores para la obtención de quina, las diferentes especies conocidas
(roja, amarilla y blanca), la manera de extraer la corteza, la época de recolección,
la estructura de sus hojas, flores, fruto y semillas, la historia de su
hallazgo, las falsificaciones del específico, su uso en tintes y una interesante
discusión sobre el nombre de quina^.
Dos años pasaron antes de que Joseph de Jussieu hiciera el viaje relatado
por Juan y Ulloa a Loja, lo que le permitió escribir más tarde la Description
de l'arbre á Quinquina, que suponía un relativo avance de la memoria de su
compañero de expedición, por su mayor precisión en la descripción de las
especies y en los caracteres botánicos necesarios para su correcta clasificación.
Desafortunadamente la memoria científica de este botánico no se publi-
22. Relación..., I, pp. 440-441.
23. «Descripción del árbol de la Quina. Hecha en 1737. Por Mr. de la Condamine de la Real
Academia de Ciencias de París. (...). Traducción de Sebastián Josef López Ruiz. Año de 1778.».
Ms. Archivo del Real Jardín Botánico de Madrid. Fondo J. C. Mutis.
24. LAFUENTE, A., y ESTRELLA, E. (1986): «La Condamine en la América meridional»,
en La Condamine, Viaje a la América Meridional por el río de las Amazonas. Estudio sobre la
quina. Barcelona.
94
có en su momento y tuvo que esperar hasta 1936 para que se conocieran sus
hallazgos".
Otro de los tesores descubiertos en Loja fue la cría de la grana o cochinilla
(Coceas cacti), insecto que se cultivaba en unas plantas conocidas en Oaxaca
con el nombre de nopal (Opuntía coccinillífera L.), de estructura similar a las
tunas de Andalucía, para obtener un tinte utilizado en los tejidos de esta localidad.
Sobre el insecto, comentan Juan y UUoa:
"La Grana, 6 CochinUla huvo tiempo, en que se creyó ser Fruto, o Semilla de ciertos Arboles,
o Plantas, originándose acaso esta opinión de la confusa idea de criarse en ellos, y de
carecerse de todas las luces, tocantes al modo de su propagación. Ya al presente nadie ignora
ser Viviente; descifrando su segundo nombre la similitud, que guarda con las CochiniUas,
que se suelen criar en los lugares húmedos; y con masabundancia en los Jardines;..."
Tras estudiar la forma de reproducción y el método de cultivo del nopal,
los expedicionarios españoles recomiendan su introducción en Andalucía,
tanto por la naturaleza de su clima como por haberse comprobado el crecimiento
fácil de las tunas^*.
9. EL CONSUMO DE LA COCA EN POPAYAN Y OTRAS CURIOSIDADES
Entre las plantas de la jurisdicción de Popayán, sobre todo en la región de
Timana, descubrieron Juan y UUoa el cultivo de la Coca (Erythroxylum coca
Lam.), «Yerba tan estimada de los Indios en algunas Provincias del Perú»,
que la usan para mascarla junto a una especie de greda que llaman «Mámbi»:
"Esles de gran alimento; pues mientras la tienen, no se acuerdan de comer, y se passan los
dias enteros trabajando súi tomar otro mas, que el de esta Yerva: añaden también los mismos
indios, y lo tiene en ellos acreditado la experiencia, que les da mucha fortaleza; la qual echan
menos, quando les falta; y además de estas dos singulares propiedades le adaptan la de consolidar
las Endas, y vigorizar el Estomago."
Aunque la planta era conocida en la época precolombina y luego fue descrita
por autores como Francisco Hernández, la primera descripción científica moderna
de la coca estuvo basada en la realizada por el botánico francés acompañante
de Jorge Juan y Antonio de Ulloa, Joseph de Jussieu, en la cordillera andina.
Jussieu envió plantas vivas de coca a su hermano Antoine, quien las aclimató
en sus invernaderos y las utilizó para la descripción del género. Asimismo,
fueron estas plantas enviadas por Jussieu las que utilizó Lamarck para
describir la especie Erythroxylum coca, tal como él mismo señala al indicar la
referencia del herbario peruano y los dibujos de Jussieu^''.
25. JUSSIEU, Joseph de (1936): Description de l'arbre á Quinquina. Paris, M. Pancier.
26. /fe/actón.... I, pp. 441-448.
27. LAMARCK, J. B. (1786): Encydopedie Méthodique. Botanique., Paris, t. ü , p. 393.
95
Sobre su utilización en el Perú, Juan y Ulloa comentan que se utilizaba frecuentemente
en los «Asientos de Minas», donde los indios la consumían para
poder trabajar, «por cuya razón los Dueños de Minas tienen siempre porción
prevenida para darles la que piden á quenta de sus Jómales»^*.
Como representante más curioso de la fauna entomológica de la jurisdicción
de Popayán, en los valles de «Neyba», Juan y Ulloa hablan de un insecto
sumamente particular y maligno, por la potencia de su veneno:
"Es este un insectillo á manera de Araña 6 Garrapata tan pequeño, que no llega en él bulto á
el de una mediana Chinche: conócese por el nombre de Coya, y otros le llaman Coyba; su
color es rojo encendido, y esta regulamiente, como las Arañas, en los rincones, que hay en
las Piedras, y entre las Yervas: el humor, que encierra en su coita extensión es un veneno tan
particular en el efecto, que solo con que se icbiente el Insecto, y lo esparza sobre el cutis de
alguna Persona, 6 Irracional, introduciéndose por sus poros, y mezclándose con la sangre, y
demás humores del Cuerpo, produce en el ima pronta, y formidable hinchazón, á la qual es
consiguiente la muerte en poco rato"29.
Sobre las producciones del gobierno de Atacames, siguiente jurisdicción
comentada por los expedicionarios, Juan y Ulloa describen sus riquezas en
cacao (Theobroma Cacao L.), vainilla (Vanilla sp.), achote {Bixa Orellana
L.), Zarzaparrilla (Srrúlax sp.) y yerba de Tinta Añil (Indigofera sp.)^.
10. LA TffiRRA DE LA CANELA
Al hablar de la gobernación de «Quixos», los científicos españoles describen
que este país de montañas está repleto de bosques y corpulentos árboles,
entre los que se cría la «canela» (Ocotea quixos Lam.), aunque diferente de la
de Ceilán (Cinnamomum zeylanicum Breyn.), por lo que aquellos parajes fueron
conocidos por los conquistadores con el nombre de Canelos:
"La calidad de esta Canela no es tan buena, como la de la Incüa Oriental; pero no se diferencia
mucho en los accidentes, pues el olor, gruesso del cañuto, y la fíbrazon es casi la misma;
el color algún tanto mas obscuro, y el gusto causan la mayor, que hay entre los dos; teniendo
el que dexa en el Paladar la de Quixos mas fortaleza en el picante; y este no con la delicadeza,
que es propia en la de Oriente. La hoja es la misma, y su olor sobresale tanto como el de
la corteza: la flor, y semilla exceden en la calidad á la de la India; y en la fragancia mucho
mas la primera, que no admite comparación por la mayor abundancia de paites aromáticas,
que encierra. Por esto se cree, y no sin algún fundamento, que si se les diera cultivo a los.
Arboles, podría mejorarse la calidad tanto, que á no exceder, no fuese nada inferior á la celebrada
de Ceylan."
Lamarck determinó más tarde esta planta, basándose en el herbario de
Joseph de Jussieu, conservado en el Jardín de Plantas de París. Asimismo, se
28. Relación..., I, pp. 468-470.
29. Relación..., I, pp. 466-468.
30. Relación..., I, p. 476.
96
conserva la descripción del propio Jussieu en una carta dirigida a su hermano
Bemard, fechada en abril de 1748:
"J'y reconnu le charactere de la Canelle de Quixos ansí apeUeton la canelle du Perou pour le
nom des peuples qui habitent la contiée ou se lecueille la Canelle apellé Quixos. C'est un
aibre tres haut d'un bois fort, bon et capable de la menuisene avec la propieté d'étre d'un
bonne ordeur. Ses feuilles sont longues semblades a celles de notre laurier, ses íleurs et ses
fruits du genre établi par le Pere Humier de Borbonia et ü on peut nomer l'aibre de la Canelle
Boibonia peruviana laurifolio cúpula fructus ampia aromática cortice ligni cinnamomeo"^^.
Juan y Ulloa observaron también la existencia de canela americana en el
territorio perteneciente a Macas, considerando a ésta de superior calidad que
la de Quijos, quizá por hallarse «en descampado, libres de la sufocación de
otros copetes, que les dificulten el sol; y desembarazdaos de agenas raices,
que quitándoles el nutrimento, los dexen sin el que necessitarian para dar
sazón al Fruto, y perfeccionarlo en todas sus qualidades...»^^.
De la fauna de esta tierra de la canela destacan los leones bastardos, los
osos y las Dantas o Gran Bestias (Tapirus pinchaque), además de las serpientes
particulares de Macas conocidas por los indios con el nombre de Curi-
Mullinvo, de piel dorada y «labrada, como la de los Tigres»^^.
11. NOTICIAS NATURALES DEL RIO MARAÑON
Aunque las noticias sobre las especies animales del Amazonas son relativamente
breves y se limitan a decir que hay abundancia de caymanes o de tortugas
de gustosa carne, o que existen cuadrúpedos, aves, reptiles e insectos de
multitud de especies, hay algunas descripciones que por su curiosidad merecen
ser transcritas, como la referente al pez buey, que sin duda se trata del
manatí (Manatus americanus):
"Entre los Pescados se particulariza el Pexe Buey, ó Baca Marina; por cuyo ncxnbre se descifra
la similitud, que en parte se le observa con el Ganado Bacuno: es de las mayores especies,
que se crian en los Rios; pues suele tener de largo de 3 á 4 varas, y proporcionado el
gruesso: su carne es muy gustosa, y según el sentir de los que la han comido no difiere
mucho de la de Baca. Sustentase con la Yerba, que nace en las orillas, pero no sale del Agua
para comerla; porque la estructura, y disposición de su Cueipo no se lo permite. La Hembra
tiene Tetas, con que alimenta á sus hijuelos; y aunque algunos han pretendido darle mayor
semejanza a la especie Terrestre de su nombre, ni tiene Cuemos, ni Pies como ellos; si solo
dos Aletas, con las quales al passo que le sirven para nadar, y govemarse en el agua, se ase
en las Orillas, ínterin que está cogiendo el pasto."
Asimismo, es interesante la noticia sobre la enorme «culebra» conocida
como Yacu-Mama o Madre del Agua, de tal corpulencia que es capaz de
31. Archive du Muséum National d'Histoire NatureUe. París. Ms. 179.
32. Relación..., I, pp. 481-82 y 485-86.
33. Relación..., I. pp. 491-92.
97
engullir entero cualquier animal o incluso un hombre y con la asombrosa propiedad
de poseer un «aliento ponzoñoso» capaz de atraer a sus presas sin
moverse de su sitio, cualidad que es discutida como posible fábula por Jorge
Juan y Antonio de UUoa. Es muy probable que esta grandiosa culebra sea la
anaconda (Eunectes murinus), la mayor en tamaño de América, que además
posee la característica de producir un olor muy desagradable, lo que explicaría
el «aliento» del que hablan los expedicionarios.
Sobre la frondosidad de las orillas y cercanías del gran río, los científicos
españoles apuntan la gran variedad de plantas y árboles que allí existían, destacando
la presencia de cacao silvestre, zarzaparrilla, vainilla y corteza de
clavo.
Respecto a las formas de caza de pesca utilizadas en el Marafión, indican
que una de las formas corrientes es la utilización de barbascos, como se hacía
en el río de Guayaquil, aunque también se empleaban flechas envenenadas
para la caza y la pesca. Sobre este «curare» hacen la siguiente descripción:
"La Composición del Veneno, de que se sirven, consiste principalmente en el jugo de un
Bejuco, como de quatro dedos de ancho, y chato por los dos lados, cuyo color exterior se
inclina algo a musco: este se cria en los lugares muy húmedos, y para hacer el Veneno lo
cortan primero á pedazos; lo machacan un poco; y ponen á cocer: dánle punto, y después se
coagula: con el untan la punta de la Flecha, y si esta seco por haver passado dias de haverle
untado, la humedecen con saliva: su qualidad es frígidissima, y con ella hace retirar repentinamente
toda la Sangre, que circula, ¡J Corazón;..."*'.
12. PARTICULARIDADES DE LOS PARAMOS ANDINOS
La primera característica señalada en los páramos andinos es la existencia
de una especie de paja, en las zonas más altas, conocido como Pajón, quizá el
conocido icho o paja del Potosí (Stipa ichu), junto al que crecen un árbol llamado
Quinual (Polylepis racemosa I P. villosa) y una planta que los indios
llamaban Palo de luz, por su propiedad de encenderse como una vela, lo que
nos hace pensar en el conocido incienso o frailejón de arbolito, Espeletia
neriifolia (H.B.K.) Sch. Bip., utilizada por estas mismas circunstancias en los
Andes de Colombia y Venezuela.
Asimismo, Juan y Ulloa comentan la presencia de otra planta conocida
como Achupalla, que se compone de diferentes pencas y es comestible. Es la
llamada también aguarongo (Pourretia pyramidata R. & P.), en Loja, que se
utilizaba como verdura para ensaladas y como alimento indígena en épocas
de mala cosecha.
En la zona superior de aparición del pajón se encontraban también unos
«Mogotes» llamados por los indígenas Puchugchu, formados por una hierba
con hojas redondas, haciendo la figura de una «Mosqueta», así como la Can-
34. «í/acíó«.... I, pp. 535-540.
98
chalagua, nombre con el que se designan varias especies americanas correspondientes
a los géneros Erythraea, Schultesia, Cyphea y Polygala, con propiedades
medicinales muy conocidas en Europa. Por esta misma razón, Juan
y Ulloa se detienen en la Calaguala (Polypodium Sp.), cuya virtud es la de
«evacuar toda suerte de Apostemas interiores, y exteriores», además de tener
fama de antisifílítica, y en la conocida Contrayerba (Dorstenia Contrajerva
L./ D. tubicina R. & P.), reputada como poderoso contraveneno y de acción
sudorífica, útil para combatir la disentería.
De la fauna presente en los páramos, destacan los venados, que pastaban
regularmente el pajón, los conejos (Syhilagus brasiliensis I Logostomus tri-chodactylus)
y algunos zorrillos. Respecto a las aves, comentan la presencia,
no muy abundante, de perdices (Tinamidae), la de mayores rapaces carroñe-ras,
los cóndores (Sarcorhamphus cóndor), la de un ave nocturna conocida
como zumbador y otra llamada Canción, utilizada en alimentación. Asimismo,
dan cuenta de unas pequeñas aves, los colibríes, conocidos allí con los
nombres de picaflor, quinde, rabilargo y lisongero, muy abundantes en las
huertas y jardines de aquellas regiones.
En cuanto a la fauna andina domesticada, Juan y Ulloa quedaron maravillados
con la utilidad de las Llamas (Lama glama). las Vicuñas (Vicugna vicug-na)
y el Guanaco (Lama guanicos). Además, indican que en las casas se criaba
un animal conocido como chucha o muca-muca, de figura similar a las
ratas y hocico como el de un puerquecillo, con una bolsa en la parte inferior
del vientre cuya función explican:
"Después que pare los hijos, los recoge en aquel seno, y cierra, de modo que los mantiene
allí semejando una segunda preñez; hasta que llegando á ser grandes, quando los quiere destetar,
afloxa los Músculos, y los echa fuera, como si los volviera á parir."
Por la descripción que hace parece tratarse de una zarigüeya (Gen. Didelp-hus
I Metachirus), mamífero didelfo americano que llamó la atención a los
europeos desde los tiempos de la conquista por esta peculiaridad que resaltan
Jorge Juan y Antonio de Ulloa'^.
13. LA FERTILIDAD DE LIMA Y OTROS TERRITORIOS
Siguiendo el curso de la narración del viaje, según aparece en la Relación
de Jorge Juan y Antonio de Ulloa, tras la descripción general de las maravillas
naturales de los páramos andinos, penetran en el territorio de Lima, que
diferencian del de Quito por parecerse más a los de las zonas templadas, por
lo que se cosechaba sin dificultad el trigo, la cebada, la alfalfa y la caña, además
de cultivarse el olivo y las viñas, favorecidas además por la abundancia
35. /íeZacíÓB..., I, pp. 580-591.
99
de aguas y el abono natural que ofrecía el guano, utilizado sobre todo en el
cultivo del maíz.
Entre los pescados y oü^os productos del mar que se consumían en Lima
destacan las Cortinas (Cynoscion sp.), los «Pege-Reyes», las «Anchovas» o
«anchovetas», «ostiones» y «camarones». Las islas próximas contaban con
numerosas especies de aves marinas, que fundamentalmente se alimentaban
de «anchovas» y que genéricamente se denominaban «guanaés», por habitar
las islas guaneras, cuyo método de pesca es descrito por Juan y Ulloa:
"... se mantienen girando á una cierta altura del Agua, la qual aunque grande es naturalmente
proporcionada a su vista, y luego que descubren el Pez, se dexan precipitar con la Cabeza
abaxo, y las Alas cerradas; pero lo hacen con tanta violencia, que se percibe el golpe desde
distancia, y se vé el borbollón de Agua, que levantan: cogenlo, y vuelven a salir volando, y
engulléndolo.»
Sobre las bebidas habituales en Lima indican que no se consume mucho el
chocolate, que es sustituido por la infusión de hierba nmte (Ilex paraguarien-sis),
que tomaban dos veces al día, costumbre extendida por los territorios
que a continuación describen, que comprendían desde el Perú hasta el Paraguay.
En éstos aparecen solamente ligeras descripciones de los cultivos más
frecuentes, quizá por no diferir en mucho a todo lo ya comentado anterior-mente^
s. Quizá la excepción sean las islas de Juan Fernández, donde señalan
la presencia de ballenas, lobos marinos, leones marinos, pardelas y abundante
pesca (bacalao, lenguados, rodaballos, etc.), así como la de «árboles de
Pimienta», de calidad semejante a la de Chiapa en Nueva España".
Asimismo, en el reino de Chile, apuntan la abundancia de aves (palomas,
tórtolas, perdices, becadas, avecafinas, zarapicos, dispertadores, cernícalos,
gavilanes, gilgueros, piches...), la ausencia de reptiles venenosos o de animales
feroces, la incómoda presencia de niguas, la abundancia de «mariscos» y
la similitud de las plantas con las europeas. De sus costas destacan las ballenas,
toninas, lobos marinos y "pájaros niños"^».
14. LAS APORTACIONES DE JORGE JUAN Y ANTONIO DE ULLOA A
LA HISTORIA NATURAL
Como hemos podido ver a lo largo del análisis de la obra de Jorge Juan y
Antonio de Ulloa, sus contribuciones a la Historia Natural americana fueron
de sumo interés para la ciencia de su época, aunque desgraciadamente sus
observaciones carecen del rigor que la nueva ciencia natural había establecido,
lo que muchas veces convierten estas noticias en meras curiosidades naturales.
36. Relación..., H, pp. 121 y ss.
37. /?eZaci<Jn...,n.pp. 275-293.
38. /íe/acK}n...,n,pp. 314-328.
100
En su descargo hay que decir que estos dos científicos llevaban el encargo
de hacer observaciones astronómicas y geodésicas, muy alejadas del campo
de la Historia Natural, como ellos mismos señalan en el prólogo de la Relación:
"En una, y otra Parte de esta Obra se describen los Mares, por donde navegamos; y los Países,
por donde se transito con aquellas particularidades, que parecieron más dignas de atención,
assi, por lo perteneciente á costumbres, propiedades, y naturaleza de sus Habitadores,
como por lo correspondiente á los Qimas, Temperamraitos, Plantas particulares, que se producen
en ellos, y otras especulaciones curiosas de Historia Natural; si bien me es forzoso
advertir, que los Naturalistas, 6 Botánicos de profession no hallaran las descripciones tan
completas, y prolixas como las desean; porque la indispensable aplicación a las Observaciones
Astronómicas, y Geométricas en los parages, donde hicimos mansión, 6 transito, como
obgeto principal de nuestra mission, no nos daba lugar a poner toda la atención en los assun-tos,
a que solo podíamos destinar los breves ratos, que nos quedaban desembarazados de
aquellas precisas ocupaciones"^'.
Por otra parte, hay que considerar que la expedición geodésica llevaba en
su seno a un naturalista profesional, Joseph de Jussieu, quien tenía el encargo
específico de hacer las descripciones en una forma más rigurosa, lo que excusa
en parte las posibles deficiencias en la obra de Juan y UUoa.
A pesar de estas circunstancias, el censor de la Relación, Andrés Marcos
Burriel, consideró de interés estas noticias de Historia Natural contenida en el
trabajo de los expedicionarios españoles:
"Una de las cosas que más adornan esta obra, y que no sólo la adornan, sino la hacen útil, es
la relación de todo lo que pertenece al adelantamiento de la Historia Natural, la cual se ha
hecho facultad de Príncipes y grandes señores, en casi toda la Europa,..."'*".
39. Relación..., I, prólogo, fols. 3-4.
40. Relación..., I, p. XLVIH.
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