EL LUGAR DEL CANARIO EN LA ESTRUCTURA SOCIAL
DEL SUR HABANERO (1800-1868)
JUAN ORLANDO MESA DÍAZ
Dirección Provincial de Cultura.
La Habana. Cuba
El orden social en el sur habanero en el período estudiado, fue establecido
por la plantación azucarera y se corresponde con modelo sui generis del capitalismo
dependiente. La coexistencia de la fuerza de trabajo libre y esclava
con las leyes del mercado capitalista marcan el derrotero del desarrollo económico-
social.
La gran cantidad de inmigrantes canarios establecidos en la zona no puede
mantenerse al margen de los cambios que trae la plantación.
La visión tradicional que se tiene del «isleño» es que pasa a engrosar, casi
exclusivamente, el numeroso grupo de campesinos que se proletariza o que
emigra con la vega tabacalera hacia el oeste.
Sin embargo, poco se conoce de los canarios que pasan a integrar las filas
de la clase media urbana y rural, y que constituyen un significativo sector que
contribuye decisivamente al desarrollo del mercado interno, de la agricultura
intensiva no cañera y de las fuerzas productivas en general.
Un análisis del lugar del canario en esa estructura social puede ayudar a un
estudio más rico de la real importancia que en todas las aristas de la vida económico-
social y en el proceso de formación de la nacionalidad cubana tiene el
canario.
1. UN PARÉNTESIS INICIAL (1559-1779)
El establecimiento del canario en las zonas —urbanas y rurales— del occidente
cubano data de la segunda mitad del siglo XVI, cuando algunos de los
pocos emigrantes del archipiélago africano comienzan a instalarse en las
inmediaciones de La Habana, esencialmente para dedicarse a la ganadería.
En fechas tan tempranas como 1559 (marzo 4) consta la cesión de un sitio en
Sabanas del Sur al canario Bartolomé Cepero, para la cría de vacas y yeguas'.
1. BERNARIXJYESPADA.R. de,op.cit.,p.45.
385
Una pormenorizada revisión de los archivos parroquiales de Guanabacoa y
Güines, y la confrontación con documentos de archivos particulares y un
Prontuario de Mercedes^ reflejan que en el sur de La Habana, hasta 1700
aproximadamente, un número significativo —comparado con la cantidad total
de inmigrantes canarios— se había asentado en la zona.
Tales son los casos de :
—^El ya citado Bartolomé Cepero.
—Mayo 7, 1587.—Sitio en Embocadero del Rosario concedido a Francisco
Martín.
—Diciembre 11, 1645.—Licencia para la cría de vacas en La Vija y El
Rosario a Manuel Antón'.
—^Noviembre 23,1657.—Sitio de Vegas a Bartolomé Venegas.
—Mayo 26,1673.—Rancho de Julián a Juan de la Gama.
Si damos por válida la información de que entre 1493 y 1600 la cantidad de
canarios llegados legalmente a toda América es de 162 y que en el siglo XVII
aún la emigración canaria era numéricamente débil, nada despreciable es la
presencia de canarios en el área suburbana y rural habanera si sabemos que
un 34,8% de las mercedes concedidas en esta zona son precisamente a los
isleños.
TABLA 1*
Cantidades de mercedes Concecidas a
concedidas (1650-1720) canarios %
41 14 34,8
Resulta bien significativo que:
«Los inmigrantes hispánicos acuden sobre todo a las primeras villas y ciudades fundadas por
los conquistadores y otros especialmente los canarios, conocidos en Cuba por isleños, se
asientan en las áreas rurales cuya colonización resultaba nueva e intensiva debido al carácter
familiar de ese flujo migratorio»'.
2. Debe confrontarse documentos de cesión y propiedad en: Archivo particular de Nicolás
García Pérez y Juvenal Valdés García con BERNARDO ESPADA, R. de, op. cit.
* Todos los datos aparecen en BERNARDO Y ESPADA, R. de, op. cit., pp. 81,99-100,98
y 65, respectivamente.
3. Aparece en BERNARDO Y ESPADA, R. de, op. cit., pp. 99-100, como Antúnez, luego
en Libro Segundo de defunciones de Parroquia de San Julián y San Francisco Javier de los Güines
como Antón.
4. Para conformar la tabla 1 es necesario confrontar el Prontuario... con los documentos del
archivo particular citado.
5. GUANCHE, J., op. cit., pp. 13-14.
386
Estos datos nos pueden conducir a delinear algunas regularidades del asentamiento
canario en las zonas estudiadas:
—^El carácter rural de la mayoría de los asentamientos canarios constituye
una característica cualitativa novedosa en la colonización del occidente cubano,
que unido a lo «familiar de ese flujo migratorio» (sic) permiten el desarrollo
de una agricultura y ganadería que abastece a La Habana y su puerto de
tres de los principales rubros económicos de la época: carne, pieles y madera.
—^La índole familiar del asentamiento canario y su apego a lo rural lo
hacen definitivo, a diferencia de los asentamientos urbanos —específicamente
portuarios—, donde la provisoriedad es más latente.
Debido a estas características, a la feracidad de las tierras del área en cuestión
y al progreso evidente de sus colonos, durante todo el siglo XVII se produce
un progresivo poblamiento de la zona, que se caracteriza por una abundante
producción agrícola y ganadera y sobre todo por la aparición extensiva
de la vega de tabaco, como principal cultivo de la región hacia la segunda
mitad del siglo.
Parecería exagerado afirmar que todo el sur habanero fuera poblado por
emigrantes canarios; sin embargo, no es ocioso apuntar que durante el siglo
XVIII las siete décimas partes de la emigración que llega a La Habana es procedente
de Islas Canarias y Andalucía*.
El desarrollo agrícola a partir de la pequeña propiedad campesina, la ganadería
sobre las bases del desarrollo extensivo del pastoreo y la aparición de la
vega tabacalera, sobre todo desde mediados del siglo XVIII, son las características
económicas de una región que comenzaría a experimentar un brusco
cambio a partir de 1762 cuando ocurre la toma de La Habana por los ingleses.
El ingenio y la plantación azucarera aparecerán dentro de poco con un violento
proceso de expropiación de la pequeña propiedad, desmonte de las tierras
vírgenes y de guerras por las aguas. El isleño, protagonista de este proceso
despiadado y transformador, estará llamado a dejar de ser ese bloque monolítico
que fue hasta el momento; el veguero, el pequeño campesino, necesariamente
habrá de ubicarse en otros estratos sociales a causa de la aparición de
la economía de plantación.
2. EL CANARIO Y «LOS CERCADOS» DEL AZÚCAR (1780-1822)
De acuerdo a la periodización de la historia económica de Cuba que propone
Manuel Moreno Fraginals', en el ciclo del predominio manufacturero en el
azúcar cubano que se produce en el período de 1788-1792 a 1815-1819 —^lo
que ha dado en llamar una «estructuración del nuevo orden económico
social»—, está dado por una extraordinariamente violenta expansión produc-
6. ídem.
7. MORENO FRAGINALS, M., op. cit., t. n. p. 94.
387
tiva, la insütucionalización de la trata, la autonomía económica de la sacaro-cracia
y nuevas características en las instituciones y en la situación sociopolí-tica
de la isla.
Este desgarrador período tiene precisamente como escenario más representativo
el área estudiada y, sobre todo, la zona económica de Güines (que hoy
ocupa todo el sudeste de la actual provincia de La Habana).
Güines poseía todas las condiciones para la expansión azucarera: tierras
fértiles de fácil acceso a los puertos, bosques que proporcionarían la madera
necesaria, ganado, un envidiable sistema de irrigación, fuerza hidráulica y
población proletaria en potencia.
Sobre 1784 sólo había cuatro ingenios; sin embargo, ya se había abierto el
camino Habana-Güines y comenzaba a construirse al sur del poblado un puerto
de tercera. Los precios de sus tierras comienzan a subir estrepitosamente.
La coacción y la violencia por el control de las tierras y las aguas del río de
Güines (o Mayabaque) era cosa cotidiana. Se produce un típico proceso de
disociación del productor directo de los medios de producción o de llamada
acumulación originaria de capital.
Los vegueros —la mayor parte canarios o descendientes— resisten a
como da lugar, pero juegan con cartas marcadas por el contrario. José de
Coca quema impunemente once vegas para erigir su ingenio «El Barbudo».
Arango y Parreño usa su poder y su inteligencia y convierte en propietario
del ingenio «La Amistad» al mismo capitán general don Luis de las Casas.
Pedro Diago utiliza el control de las aguas para rendir a los vegueros y apoderarse
de grandes extensiones para un ingenio. Así, ejemplo tras ejemplo, la
contradicción se resuelve a favor de los productores de azúcar ya para principios
de siglo.
Las enormes proporciones de capital que arriban a la zona se traducen, además,
en el desmonte de nuevas áreas de cultivo hasta ahora vírgenes, donde
aparecen la plantación y el ingenio; ingenieros y técnicos franceses estudian
las aguas, los suelos e introducen nuevas técnicas de producción y nuevas
variedades de caña, la masa esclava se cuadruplica a la vera de un lustro, aparecen
nuevos poblados en la zona (Pipián, 1792; Nueva Paz, 1802; Madruga,
1811, etc.), comienzan los estudios para la consüucción del primer ferrocarril,
que se inauguraría en 1838 y se multiplican los caminos.
La zona de Güines por esta época se convierte en uno de los más importantes
centros económicos de la isla.
La sustitución de la vega por la plantación en la región trajo como consecuencias
lógicas la transhumancia del tabaco a las tierras de Pinar del Río
(al oeste) y la proletarización del veguero que opta por quedarse. Sin
embargo, el capital y la nueva industria traen consigo, además, un auge de
los centros urbanos del área. En el período de 1785-1810 el flujo migratorio
de canarios al lugar, lejos de disminuir, aumenta. Gracias a los archivos
de la Parroquia de San Julián y San Francisco Javier de los Güines y documentos
de su Consejo Municipal —anterior a la escribanía establecida en
1813—, podemos dar fe de que 5.846 blancos en Güines en 1817, probada-
388
mente eran canarios o miembros de sus núcleos familiares (cónyuge o hijos)
2.3528.
Para esta fecha coexisten 33 ingenios, 23 cafetales y 597 sitios de labor en
el campo. Aparecen 22 tiendas, tres molinos para granos, 14 pulperías y otros
comercios.
Un estudio de la propiedad urbana y rural puede, por fin, separamos de la
idea, bastante generalizada, de que el canario o emigró hacia el oeste aferrado
a su vega —afirmación parcialmente real, pero carente de validez cuando se
absolutiza— o se proletarizó en el ingenio azucarero.
Analicemos la «Estadística de la población y riqueza del cuartón 1 de la
Villa de Güines, tomada por el Rejidor Inspector Dn. Diego Zoparda (urbano)
nov. 15/822»'.
TABLA 2
Propietarios
* Ernesto Padrón
* Juan Cabrera
Severina López
•Ignacio Rodríguez
*JuanB. Oliva
Francisco A. Campos
* José Domínguez
Francisco Ferrer
Octaviano Ferrer
Fuerza de
1
3
7
4
7
11
2
1
5
2
2
—
—
—
—
—
—
—
—
trabajo
3
12
1
2
3
4
5
—
—
—
4
—
6
1
2
6
1
2
—
Tipo
5
1
1
1
—
—
1
1
—
1
de comercio c
6
1
—
2
1
1
1
—
—
—
7
—
—
1
1
—
—
—
—
> industria
8 9
1 —
1 —
— —
— —
— 1
— —
— —
— 1
— —
*Constan como naturales de 1. Cananas.
1. Blancos; 2. Negros libres; 3. Esclavos domésticos; 4. Esclavos de labor, 5. Tienda mixta; 6. Almacén;
Tabaquería; 8. Panadería; 9. Otros.
El documento resulta bien significativo; cinco de nueve propietarios de
comercios e industrias locales urbanos son canarios y todos cuentan con una
apreciable fuerza de trabajo. En esta región el desarrollo de la industria local
y el comercio urbano producían grandes beneficios a sus propietarios, dada la
solvencia económica de la mayor parte de la población urbana. Baste saber
que para 1822 el 60% de las casas de la cabecera de partido eran de mampos-tería.
8. Ver HERNÁNDEZ LARRONDO, C : «Miniaturas de historia local», en AdelarUe, julio-agosto
de 1950. Güines. Comparar con Archivo Parroquial, libro de Bautizos 1817 y Archivo
Particular de Nicolás García Pérez y Juvenal Valdés García.
9. Archivo particular citado.
389
En el campo la pequeña propiedad acorralada o desplazada por la plantación
subsiste gracias a la tozudez del agricultor, a la necesidad de otras producciones
agrícolas (viandas, hortalizas y ganado) y a la feracidad de la
región que propicia cierto auge de un cultivo nuevo: el café.
La siguiente tabla puede ejemplificar el estudio del caso:
TABLA 310
Blancos
Libres de color
Esclavos domésticos
Esclavos de labor
Cabs. tierra de riego
Cabs. tierra de agua
Cabs. tierra secano
Cafetales
Ingenios
Potreros
Vegas
Sitios
Trapiches de agua
Máquinas de vapor
Catalina
714
115
11
1.601
—
40
5751/2
2
9
22
—
61
—
3
Anión, Güines,
Gabriel
515
25
45
665
171/3
1495/6
101
6
2
18
12
60
2
—
Babajagua, San Julián
N. de Dios
676
18
87
491
38
1491/4
711/4
2
3
13
—
91
—
—
En los cuartones reflejados en la estadística no consta ningún canario como
propietario de ingenio; sin embargo, de los diez cafetales, uno perteneció a un
canario: Luis Anastasio Aruca, quien hacía alarde de productividad al atender
sus 11 caballerías con 39 esclavos y un mayoral blanco, mientras el coronel
Juan Tirry y el hacendado Juan José de Estrada necesitaban 86 y 80 esclavos
respectivamente para ocho caballerías de cafetal cada uno.
Resulta elocuente que las 12 vegas se encuentran en el cuartón más cercano
a la villa, es decir, en el área suburbana, muy cerca de las tabaquerías y de la
población y que sólo un isleño sea propietario de una vega de 3/4 caballerías
que atendía con la misma fuerza de trabajo de su industria (una tabaquería).
También, de los 50 sitieros (algunos son propietarios de más de un sitio),
18 son naturales de Canarias, quienes se destacarían por la abundancia y
10. ídem. E)ocumentos:
—«Estadística de la población y riqueza de la Catalina fonnada por el Rej."*^ Insp.' D. José
Ma. Montes». Güines, 15 de febrero, 823.
—«Estadística de la población y riqueza del cuartón de Babajagua, San Julián y parte de Nombre
de Dios formado por el Rey Insp^ D. And.s José Abreu». Güines, diciembre, 822.
^-«Estadística de la población y riqueza del cuartón Güines, Gabriel y Antón formado por el
Rcg' Insp» Luis L. Pulgaron». Güines, 23 de noviembre, 822.
390
variedad de sus producciones de viandas y hortalizas, el uso racional y efectivo
de las aguas y la poca fuerza de trabajo que utilizan.
En los cuartones estudiados sólo hay 12 arrendatarios de origen canario, lo
que prueba que no es una inmensa mayoría de pequeños campesinos y vegueros
isleños la que se proletariza, sino más bien es un reordenamiento en la
estructura sociad lo que ocurre.
En este período tan decisivo en la formación de la nacionalidad cubana en el que
se instaura y consolida la economía de plantación el pequeño agricultíH" de origen
canario, veguero o dado a la economía de subsistencia, es compelido por el nuevo
orden que instaura un c^italismo multiestructural y dependiente, a incorporarse a
nuevas reglas dictadas por la plantación, aún y muy a pesar de las tradiciones.
El canario entonces no sólo se mantiene en sus trece como veguero, como
pequeño agricultor o como la razón de ser de una economía de subsistencia,
característica de un período pasado. Ahora, además de eso, se integra al nuevo
orden económico-social, además como clase media urbana (propietario de
comercios e industrias locales) y en ocasiones como clase media rural (medianos
propietarios que producen para el mercado interno y para la exportación).
3. LA CONSOLIDACIÓN DE LA ESTRUCTURA (1823-1868)
Las características fundamentales de este período estarán dadas por la consolidación
de la estructura impuesta en las décadas anteriores por la economía de
plantación. El auge azucarero determina la invasión —casi migratoria— de las
plantaciones e ingenios hacia el este (la zona matancera), donde también hay fértiles
tierras, puertos cercanos y un excelente sistema de irrigación de los terrenos,
alU también sucederá un violento proceso de expropiación de vegueros que tendrán
que asentarse definitivamente en zonas aledañas al sistema montañoso del
centro-sur de Las Villas. Mientras, al sur de La Habana se opera un radical desplazamiento
del café por las viandas, se introduce con éxito el cultivo de la p £^
(patata), también se aplican métodos de agricultura intensiva a partir de un uso
más racional del sistema de regadíos, comienza a aparecer el colonato y su contraparte,
el minifundio viandero. Se consolida el c^italismo agrario y la agudización
de las contradicciones de clases traducidas en la eterna pugna por las aguas.
Sin duda, estamos en presencia de un período de oro para la economía de la
región; los ingenios siguen floreciendo:
TABLA 4
Fuente: Moreno Fraginals, M. op. ciL T.I. p. 140).
391
El desarrollo tecnológico en la industria azucarera comienza a dar resultados
positivos. El primer ferrocarril de Iberoamérica se inaugura en 1838 y
disminuye en un 70% los gastos de transporte. En la década del cuarenta se
introducen en los ingenios los evaporadores al vacío, los trapiches horizontales
duplican la producción; sin embargo, la plantación mantiene la explotación
intensiva del esclavo dentro de una insalvable contradicción; el negro es
medio de producción y a la vez fuerza de trabajo. Esta contradicción empezaría
a despejarse con la introducción, en la década del cincuenta, de fuerza de
trabajo china (colonos) y dos décadas después, con la abolición de la esclavitud,
la concentración de la producción y la separación de la industria y la
agricultura.
Para 1846 se producen en el sur de La Habana 743.513 arrobas de azúcar,
103.940 arrobas de arroz, 1.249 cargas de verduras, 67.000 fanegas de maíz,
4.530 cargas de frutas y 4.403 cargas de viandas, lo que contrasta con la producción
de sólo 47.000 arrobas de café. Para esta fecha la consolidación de
las estructuras económicas fijadas en el período anterior son evidentes. Ahora
existen 66 ingenios y trapiches, 1.351 sitios y estancias, 62 vegas y se destinan
a frutas y vegetales más de 2.000 caballerías de tierra^.
También los negocios urbanos se amplían y engrandecen. El cultivo de granos
implica la aparición de varios molinos que pasan a ser propiedad —en su
totalidad— de los comerciantes canarios, que además controlan 10 de las 12
tabaquerías existentes y más de 30 tiendas mixtas. Otras industrias locales
como herrerías, hojalaterías, hornos de cal, tenerías y tejares amplían la gama
de propiedades de estos comerciantes y sus descendientes.
Sin embargo, es en la agricultura no cañera donde se producen los fenómenos
más interesantes en materia de cambios cualitativos, porque una lógica
inversión paulatina y en cantidades no espectaculares, pero de forma muy
sostenida, le permiten al pequeño y medio productor canario de la región la
ititroducción de la agricultura intensiva como nuevo fenómeno productivo en
el campo cubano, donde la pauta era marcada por el carácter extensivo de la
plantación azucarera.
La tradicional dedicación del isleño a sus cultivos, el uso racional de la
fuerza de trabajo, el ansia de emerger victorioso de la presión que sobre otras
alternativas ejerce la feroz plantación y la utilización adecuada del régimen
de aguas, no sólo constituyeron los elementos con que contó el agricultor
canario para que se afirme que introduce el intensivismo en la agricultura de
la zona.
El conocimiento cabal de los terrenos, así como la aplicación de métodos
modernos de cultivo que desechan viejos esquemas en la atención a la tierra
se ponen en práctica.
Quizá la necesidad de cercar las tierras a causa de la geofagia de los plantadores
y la constante vigilancia armada en defensa del derecho al uso del agua.
11. HERNÁNDEZ LARRONDO, C , ídem.
392
contribuyeran, junto a la cría de animales bajo cualquier circunstancia, a que
el agricultor canario aplicase métodos novedosos en Cuba.
Se sabe que las extensiones de tierra —aun la de los mayores propietarios
canarios— no eran extremadamente grandes; sin embargo, todas estaban des-prejuiciadas
de la máxima que se aplicaba generalmente: «crianza quita
labranza». Casi a la par con Europa, los canarios utilizan las bondades de otro
axioma «no hay cosecha rica sin abono, abono sin animales y animales sin
pastos».
No es extraño observar en la propiedad del isleño el sistema alterno de
cosechas y la supresión del barbecho, siempre que se garantizara la recuperación
de la fertilidad con abono animal.
Común es también la introducción de nuevas variedades de vegetales y
viandas: los agricultores canarios estuvieron entre los primeros en introducir
el cultivo de la patata en el sur habanero, igual sucede con variedades de
tomate procedente de los Estados Unidos. En 1860 Marcelino Tacoronte y
Luis Silva cultivan algodón, y ya para 1862 la cosecha alcanza las 2.000 arro-basi2.
También se dan casos de agricultores canarios como Simón Milián que se
vincula al capital norteamericano al introducir la variedad de tomate conocida
como Marglobe, así como una planta para procesar el fruto y destinarlo a la
exportaciónis.
En fin que, para 1862 si bien la riqueza bruta de la región es calculada en
una cifra superior a los diez millones de pesos fuertes, este bienestar no se
debe solamente a los 87 ingenios con sus 180.000 cajas de azúcar, sus 5.000
pipas de aguardiente y sus 26.000 bocoyes de miel, sino también a sus 561
parcelas de pastos artificiales y sus 2.177 sitios que producían 828.000 arrobas
de maíz, 3.000 cargas de tabaco, 175.000 cargas de plátano, 260.000 cargas
de raíces alimenticias, 76.000 arrobas de frijol, 194.000 arrobas de arroz,
1.000 arrobas de cera y 1.000 barriles de miel de abejas entre otras produccio-nes'*.
En la década del sesenta la prosperidad económica de la clase media canaria
—urbana y rural— permite que los descendientes de éstos comiencen a
establecerse en la zona, en La Habana e incluso en la metrópoli como médicos,
maestros, periodistas y políticos; otros optan por continuar desarrollando
las propiedades de sus mayores.
En esta etapa la estructura clasista establecida agudiza las contradicciones
entre los sectores más prósperos de las capas medias, que ya buscan su alianza
con el capital extranjero por una parte, y de otra, los arrendatarios y el proletariado
agrícola. Los momentos más álgidos de este contrapunto se viven en
la década del ochenta, cuando se crean la Comunidad de Regantes del Río
12. Ver Ayuntamiento de Güines. Actas capitulares, tomos correspondientes 1848, 1853,
1855 y 1860.
13. Ver GÓMEZ RODRÍGUEZ, R. M., op. cit., pp. 249-250.
14. Ver PEZUEUV LOBO, J. de la. op. cit., p. 174.
393
Mayabeque y el Gremio de Labradores, dos instituciones de carácter clasista y
netamente económicas con el objeto de distribuir y utilizar racionalmente las
aguas del río —^la primera— y de protegerse de la comunidad... la segunda.
Esencialmente, el proceso de consolidación de la plantación en la región
estudiada trae como consecuencia, de forma general, la imposición de una
estructura de clases que puede representarse de la siguiente forma:
1. La existencia de una gran burguesía esclavista ausentista, propietaria de
ingenios y plantaciones, que manejaba los negocios desde La Habana, lo que
propicia:
2. El surgimiento de una pequeña burguesía local testaferra que vela en el
terreno por los intereses de la gran burguesía capitalina.
3. La clase media urbana, propietaria de comercios e industrias locales.
Pueden incluirse los profesionales y funcionarios de gobiernos locales.
4. La clase media rural, que se erige sobre la base de la aplicación de métodos
intensivos de cultivos y del constante desarrollo de las fuerzas productivas
en el proceso de producción agrícola.
5. El pequeño propietario campesino (veguero o sitiero).
6. El proletariado urbano, el proletariado de la industria azucarera, el obrero
agrícola, el aparcero, que generalmente conforman el amplio sector social
que labora esencialmente por temporadas (zafra azucarera o cosechas de frutos
y viandas), y que puede considerarse por esta característica como sujjerjK)-
blación relativa estacionaria.
7. El esclavo.
4. EL LUGAR DEL CANARIO EN LA ESTRUCTURA SOCIAL
El orden social en el sur habanero establecido por la economía de plantación
se corresponde con un modelo sui generis del capitalismo, donde la coexistencia
de la fuerza de trabajo libre y esclava, la agricultura extensiva y la
producción para leyes del mercado capitalista marcan el derrotero económico-
social no sólo de la región, sino también de la isla.
Estas particularidades traen consigo la desaparición del antiguo orden
social, así como la aparición de nuevas capas y clases sociales. El inmigrante
canario, que de forma mayoritaria se asentaba en la zona como pequeño propietario
agricultor y ganadero (vegueros o pequeño campesino), se ve forzado
por el nuevo modo de producción a tomar otros rumbos: ahora, bien se proletariza
y pasa a engrosar las filas del numeroso grupo de desplazados por la
geofagia de la sacarocracia, o bien emigra hacia el oeste aferrado a su vega de
tabaco, o cambia de síaíus social.
Los cambios en este caso, se operan a partir de que el canario también se
convierte en clase media urbana, al apoderarse de un importante sector del
comercio y la industria local, que le dan vital fluidez al mercado interno del
área y de la colonia.
394
Por otra parte, de los que logran subsistir el embate azucarero, algunos se
convierten en clase media rural gracias a la novedosa aplicación de métodos
de agricultura intensiva como son: técnicas modernas de cultivo, supresión
del barbecho, uso del abono animal, racional uso de las aguas y de la fuerza
de trabajo esencialmente libre, además de la introducción y experimento con
nuevos cultivos. Algunos de los que pertenecen a este sector logran en las
décadas posteriores (1880-1890) una alianza con capitales extranjeros, fundamentalmente
norteamericanos, y se convierten también en pioneros en el
desarrollo de la industria de procesamiento del tomate.
El estudio del lugar del canario en la estructura social provocada por la
plantación en el sur de La Habana ofrece otra visión sobre el isleño, tradicio-nalmente
señalado dentro del sector del proletariado urbano o rural y del
pequeño campesinado, punto de vista en extremo maniqueo, que puede llamar
a confusión y conducir a ideas erróneas cuando se trate de explicar, por
ejemplo, la gran cantidad de descendientes canarios que ocupan importantes
lugares dentro de sectores profesionales como médicos, periodistas, políticos,
abogados e ingenieros, y que también ha provocado la minimización del
papel del canario en el desarrollo de la economía interna, el mercado local y
de las fuerzas productivas en general.
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