LOS GUANCHISMOS Y LAS TRAMPAS
ORTOGRÁFICAS: «VERDONES», DEL ESP.
«BORDONES»
FRANCISCO NAVARRO ARTILES
Hay voces que pasan por guanches y que no lo son. Algunas de ellas
caen en lo que llamo «trampas ortográficas».
Así ha sucedido con la voz verdones, «varas largas», erróneamente
considerada como voz guanche.
Aparece por primera vez en Glas' en esta forma:
VERDONES Long Poles ('palos largos')
TOMASAQUES Long Poles ('palos largos'»)
La voz vuelve a aparecer en las Noticias, de Viera ^, con este texto:
TAMASAQUES: Varas largas.
VERDONES: LO mismo ^.
Viera tomó la voz verdones de Glas; pero introdujo una variación
respecto a su fuente: para Glas, verdones, «long poles», es una voz propia
de El Hierro"*; para Viera es voz de El Hierro y La Gomera^. Y
claro está, automáticamente surgen tres interpretaciones. La voz verdones,
«varas largas»: a) ¿es dicción de los aborígenes de El Hierro?; b)
¿lo es de los de La Gomera?; c) ¿es voz común a los de El Hierro y a los
de La Gomera? Las tres opciones quedan abiertas.
1. GLAS, George: The History ofthe Discovery and Conquest ofthe Canary Islands:
Translated from a Spanish Manuscript, lately found in the Island of Palma. Etc., London,
MDCCLXIV.
Glas confeccionó un pequeño vocabulario guanche (pp. 174-180) y para ello tomó las
voces «from the History of the Discovery and Conquest [of the Canery Islands]», que es la
Historia de la Conquista de las siete Islas de Canaria, de Fr. Juan de Abreu Galindo.
Glas tradujo al inglés la obra de Abreu, valiéndose de un manuscrito que encontró en
La Palma («translated from a Spanish manuscript, lately found in the Island of Palma»,
dice en la portada).
2. VIERA Y CLAVIJO, José de: Noticias de la Historia general de las Islas de Canaria.
Etc. Tomo I, Madrid, 1772.
3. Id., ibíd, p. 155. El texto está en el Libro II, núm. 5: Sus idiomas: 5. Algunas
Dicciones de las Lenguas del Hierro y Gomera.
4. «Hierronian Dialect», dice: Glas, ob. cit., p. 175.
5. Vid. supra nota 3.
251
La voz la recoge también Alvarez Rixo en su Catálogo^ en estos
términos:
«VERDONES: Id. ['varas largas']»^.
Alvarez Rixo tomó la voz de Viera; el mismo Alvarez lo manifiesta;
la Parte Segunda del Catálogo, precisamente donde figura la voz verdones,
está encabezada por estas palabras: «Algunas dicciones de la lengua
canaria copiadas de la Hist. de Viera; [...]»^.
Y al igual que Viera y Clavijo, incluye la voz verdones en el grupo
conjunto de «Hierro y Gomera».
La voz la recoge también Berthelot en su Ethnographie ^ en esta forma:
«VERDONE: Grand baton. H[ierro].
G[omera]. V[ie]r[a]» "'.
El mismo texto, en la traducción española, dice:
«VERDONE: Gran palo. H. G. Vr.»''.
Berthelot coloca la voz en el grupo «Armas», de donde se puede
deducir que verdone es «un gran palo usado como arma». Toma la información
de Viera y, como éste, dice que es voz de El Hierro y de La
Gomera.
Pero lo más importante es que introduce una innovación: el sing.
verdone, frente al plural, verdones, de su fuente, Viera. El pl. verdones
tiene desinencia española -es; lo esperable sería un sing. *verdón '^.
Más tarde la voz pasa a los Estudios, de Chil y Naranjo ^^, con esta
forma:
6. Catálogo ¡dej Voces de indígenas/ canarios./ordenado/ por/D. Joe (sic) Agustín Alvarez
/ Rixo.
Copiado pr. A. Millares/1880.
Ms. en la Biblioteca de «El Museo Canario», Las Palmas de Gran Canaria: sgtra.
V-B-46.
7. Id., ibíd., fol. 27r., col. 2."
8. Id., ibíd., fol. 25r.
9. BERTHELOT, Sabine: L'Ethnographie et Annales de la conquete des Mes Cañarles,
en P. BARKER-WEBB et Sabine BERTHELOT Histoire naturelle des lies Cañarles,
París, 1842, tomo I, parte I.
10. Id., ibíd.. I, 186. (Cito a través de Wólfel, Monumenta, 536 IV, núm. 278.)
11. BERTHELOT, Sabine: Etnografía y anales de la conquista de las Islas Canarias,
escrita en francés y traducida al castellano por don Juan Arturo Malibrán, Santa Cruz de
Tenerife, 1849. (Cito por la ed. de «El Museo Canario», Colección «Arcón Canario», Las
Palmas de Gran Canaria, 1978, tomo II p. 235.)
12. Con ello aumenta el distanciamiento gráfíco: verdones es lectura errónea de bordones;
el sing. "verdón se correspondería con el sing. del esp. bordón, fonéticamente cercano.
Pero verdone está más alejado, fonética y gráficamente del esp. bordón: la trampa
ortográfica gana en eficacia.
13. CHIL Y NARANJO, Gregorio: Estudios históricos, climatológicos y patológicos
252
«VERDONE: "gran palo" (Viera)».
Así, en la lista de La Gomera (II, 123) y en la de El Hierro (II, 150).
La fuente de Chil es Berthelot, quizá a través de la traducción de
Malibrán ^'^.
La voz pasó luego a la Historia de Canarias, de Millares Torres ^^,
con dos entradas, como en Chil:
«Verdone 'Gran palo'» '^.
«Verdone 'Palo grande'» '^.
Millares distribuyó las listas de voces guanches ateniéndose a dos
criterios: 1.°, por islas: así formó siete grandes grupos; 2.°, dentro de
cada isla, por temas: Conceptos religiosos, Títulos honoríficos, Armas,
etc., hasta diez grupos.
El agrupamiento por islas tenía una larga tradición: Glas, Viera,
Chil. Pero Millares lo tomó directamente de Chil '^.
El agrupamiento por temas lo tomó directamente de Berthelot, único
vocabulista que hasta entonces había presentado las voces guanches
agrupadas por temas '^.
Por otra parte, sabemos también que Millares tomó todas sus voces
sólo de las listas de Chil •^°.
Ya he consignado que Millares colocó la voz verdone en la lista de El
Hierro, apartado 8, Varios (vid. supra nota 16). Deduzco que no siguió
el criterio de Berthelot que colocó a la voz en el apartado Armas.
También he consignado que incluyó a verdone en la lista de La Gomera,
apartado 9, Frases (vid. supra nota 17). Esta inclusión es, a todas
luces, errónea porque verdone es una palabra y no una frase. Creo que
este desliz es producto de las prisas con que Millares trabajaba al final
de su Historia, y del cansancio que le causaron los diez tomos de su larga
obra, y, además, el propio tema —voces guanches, definiciones léxicas,
de las Islas Canarias. Las Palmas de Gran Canaria: tomo I, 1876; tomo II, 1880, y tomo
III, 1899.
14. Vid. supra notas 9 y 11.
15. MILLARES TORRES, Agustín: Historia general de las Islas Canarias. Las Palmas
[de Gran Canaria], 1893-1895, 10 tomos. (Cito por la edición del vocabulario de
Millares, que estuvo a mi cuidado, en id., ibíd., tomo V, pp. 300-332.)
16. Id., ibíd., V, 330, apartado 8, de Varios, de la lista de El Hierro.
17. Id., ibíd, V, 235, apartado 9, de Frases, de la lista de La Gomera.
18. No lo tomó de Viera, quien formó sólo cinco grupos; y tampoco de Glas, que
presentó seis grupos.
19. ©erthelot distribuyó las voces entre veinte grupos temáticos. Millares redujo los
grupos a diez. (Para más información sobre este punto, véase mi Introducción a Millares,
Historia general, tomo V, pp. 300-301, y nota 4.
20. Sobre esta cuestión véanse los análisis estadísticos que hice en la Introducción
citada en la nota anterior, p. 301 y nota 4.
253
listas de voces (hasta 65), grafías extrañas, etc.— bien alejado de sus
hábitos de historiador ^^
La voz verdone aparece, de nuevo, en Antonio M/ Manrique: Estudios
sobre el lenguaje de los primitivos canarios o guanches ^^. En ella
aparece:
«VERDONE: 'palo grande o vara larga'» ^^.
Y vuelve a aparecer en un artículo publicado por Antonio M." Manrique:
«En la Gomera y el Hierro, verdone era un gran palo» ^'*.
Hay una menuda cuestión de fechas que conviene tratar en relación
con el ms. y el artículo publicado, ambos de Antonio M." Manrique: el
artículo (vid. nota 24) salió en la Revista de Canarias núm. 70, correspondiente
al día 23 de octubre de 1881.
Sin embargo, no están tan claras las noticias en relación con la fecha
de la versión manuscrita: R. Muñoz Jiménez dice que la «obra inédita de
Manrique, titulada Estudios sobre el lenguaje, etc., fechada en 1896»^^;
pero también publica el prólogo o advertencia de Antonio M." Manrique
a sus Estudios sobre el lenguaje, etc., que está fechado en julio de 1877^^.
21. Datos concretos sobre este punto se encuentran en mi citada Introducción, p. 301,
y notas 8 y 9.
El desliz de incluir verdone entre las Frases no es singular. En el mismo apartado están,
también en la lista de La Gomera, las siguientes palabras: guan, «el hijo»; juraque, «ovejas
negras», y juvaque, «ovejas gordas».
Este análisis confirma, desde otra perspectiva, que la única fuente de Millares fue el
vocabulario de Chil.
22. Ms. inédito de Antonio M." Manrique. Está (o estuvo) en la casa de Agustín de la
Hoz, recientemente fallecido (el 11 del VIII de 1988). Tuve la ocasión de hojear este ms.
en la casa de mi querido amigo Agustín de la Hoz en el verano de 1985; y dejé la consulta
detenida del mismo para más adelante.
Más tarde Agustín de la Hoz cedió el ms., o copia del mismo, al arabista Rafael Muñoz
Jiménez, quien publicó un artículo titulado Antonio María Manrique: vida y obras. En
torno a su obra inédita «Estudios sobre el lenguaje de los primitivos canarios o guanches»
(en «Revista de Historia Canaria», La Laguna de Tenerife, tomo XXXVII (1980), pp.
221-231).
Rafael Muñoz da cuenta de numerosos datos de contenido del ms., que suplen, ahora,
la información débil obtenida por mí, sólo hojeando el ms.
23. MUÑOZ JIMÉNEZ, Rafael, art. cit., p. 239: voz núm. 276.
Entre otros muchos datos de interés, R. Muñoz Jiménez publica una lista de voces
guanches y de sus respectivas definiciones que corresponde a las que Antonio M." Manrique
estudia en el ms. que^nos ocupa. Las voces, tiumeradas desde el 1 hasta el 284.
Ordenado, también, alfabéticamente, si bien con escasa regularidad.
24. MANRIQUE/Antonio María: Estudios sobre el lenguaje de los primitivos canarios,
en «Revista de Canarias», Año III, núm. 70 (23 de octubre de 1881), p. 306, ccl. 2.'
25. MUÑOZ JIMÉNEZ, R.: art. cit., p. 230, núm. 22.2.
26. Id., ibíd., pp. 230-231, núm. 22.2.
254
Esta cuestión de fechas del ms. es importante para conocer las fuentes
de información de que pudo disponer Antonio M." Manrique: sí la
fecha 1877, de la advertencia, es la correcta, su aprovechamiento de
fuentes llegaba hasta Berthelot, sea en francés (1842), sea en la traducción
castellana (1849); si la correcta es la del año 1896, entonces pudo
disponer, además, de Chil, Estudios, tomo 11 (1880), y de Millares, Historia
general, tomo X (1895).
La anunciada publicación del ms., por parte de R. Muñoz Jiménez,
junto con sus estudios y aclaraciones, resolverán, sin duda, las perplejidades
en que ahora me encuentro.
Por tanto, cualquier intento de fijación de fuentes de las definiciones
de verdone en el ms. de Antonio M." Manrique se tropieza con la variable
1877 a 1896, años en los que entran en escena o se quedan fuera dos
importantes fuentes: Chil y Naranjo y Millares Torres.
Más adelante, en 1929, aparece la voz verdone en Darías y Padrón:
«He aquí alguno de los vocablos [de los aborígenes de El Hierro]
catalogados en su Etnografía por Berthelot: [...]; Ver domo [sic], palo o
instrumento de guerra; [...]»^^.
Y un poco más adelante dice:
«Dado el pacifismo que parece reinó siempre entre estos indígenas
[de El Hierro], no conocieron al parecer otras armas que unos largos
bastones o astas llamados verdonas, [sic] que barnizaban con médula de
cabra» ^^.
En estos textos advertimos, de inmediato, las formas verdomo y ver-donos,
frente al continuado uso de verdone(s) en todas las citas anteriores:
pienso que estas variantes son simples erratas de imprenta, que
abundan a lo largo de todo el libro ^^.
Veamos qué ha pasado con las definiciones.
A la perplejidad que producen estas dos fechas —1877, según la advertencia inicial, y
1896, según la datación del ms.— hay que añadir la datación de fuentes utilizadas hecha
por Antonio M." Manrique: «Sabin de Berthelot (1840)», que, según mis noticias, es 1842
para la versión francesa, y 1849 para la traducción al castellano de Juan A. Malíbrán (vid.
supra notas 9 y 11); «Agustín Millares (1861 y 1881)», fechas que no sé a qué obras
corresponden, pero que, sin duda, no compaginan con la fecha de publicación del Vocabulario
de Millares Torres, del cual sabemos, de forma segura, que se publicó en 1895.
27. DARÍAS Y PADRÓN, Dacio Victoriano: Noticias generales históricas sobre la
Isla del Hierro, una de las Canarias, por Cronista de la Villa de Santa María de
Valverde y oficial de la expresada isla, 2.' ed. (aunque es reproducción fotográfica de lá 1."
ed. de 1929), Santa Cruz de Tenerife, 1980, p. 21.
28. Id., ibíd., p. 25.
29. Esta 2." edición tampoco las corrige porque es una simple reproducción fotográfica
de la 1.' edición.
255
En el primer texto, Darías y Padrón define: «verdomo, 'palo o instrumento
de guerra'». Proviene de la definición de Berthelot, sea en el
texto original francés —«grand báton»—, sea en la versión castellana
—«Gran palo»—; y la alternativa «Instrumento de guerra» proviene
también de Berthelot, que incluye a la voz verdone en el grupo «Armas
».
En el segundo texto —«largos bastones o astas (...) que barnizaban
con médula de cabra»— creo que proviene de estas fuentes:
«Largos bastones»: del texto francés de Berthelot —«grand báton»—
, traducido con mayor o menor acierto.
«O astas»: parece un cuasi sinónimo del anterior «bastones», a juicio
de Darías y Padrón.
Y el dato «que barnizaban con médula de cabra» creo que está tomado
de Abreu Galindo, quien a este propósito dice: «[...] unos bordones
que traía cada uno [de los aborígenes de El Hierro] [...] que untaban con
tútanos (sic) de cabra para ponerlos amarillos, [...]»^''.
Darías y Padrón tuvo a la vista el texto que explica la transformación
del esp. bordones en el falso guanchismo verdones (en Darías, ver do-nos);
pero, no sabemos por qué, abandonó los bordones del texto de
Abreu y optó por los bastones, del texto francés de Berthelot —báton—,
con escaso acierto.
Por fin en 1949 aparece la primera mención de verdone en la que se
señala que se trata de un falso guanchismo: la de Giese, que dice:
«Varias veces palabras españolas fueron consideradas como guanches:
[...]; verdone, 'gran palo', La Gomera, El Hierro (Viera) = esp.
bordón»^^.
El texto de W. Giese —entrada y definición— está tomado de Chil y
Naranjo ^^.
Más tarde, 1965, aparecen los Monumenta, de Wólfel^^, donde se
halla un detenido estudio de la voz verdone(s), en dos apartados.
En el primero, Wolfel recoge varios textos relacionados con la voz
que estudiamos:
30. ABREU GALINDO, Fr. Juan de: Historia de la conquista de las siete Islas de
Canaria. Edición crítica con introducción, notas e índice por Alejandro Cioranescu, Santa
Cruz de Tenerife, 1977, p. 88.
31. GIESE, Wilhem: Acerca del carácter de la lengua guanche, en «Revista de Historia
», La Laguna, XV (1949) 194.
32. Estudios, tomo II, pp. 123 y 150.
33. WÓLFEL, Dominik Josef: Monumenta Linguae Canariae. Die Kanarischen
Sprachdenkmáler. Eine Studie zur Vor-und Friihgeschichte Weissafrikas, Graz (Austria),
1%5.
La obra se publicó después de fallecido el autor: Wolfel (1888-1963).
256
a) Bordones: texto de Abreu Galindo.
b) Verdones: textos de G. Olas, Viera y Clavijo y Alvarez Rixo.
c) Ver done: textos de S. Berthelot, Chil y Naranjo y Millares Torres.
En el segundo apartado Wólfel explica que verdones es un error de
lectura de G. Glas producido cuando leyó el manuscrito de Abreu; y que
este error pasó a las Noticias de Viera, y de éste pasó, sucesivamente, a
Berthelot, Chil y Millares. Señala, también, que Abreu dice que los bordones
(voz española) que usaban los herreños recibían en su lengua los
nombres de banodes y tomasaques (voces guanches); pero que Glas
leyó, erróneamente, verdones donde decía bordones, y que, además, cometió
el error de considerar a verdones como voz propia de la lengua de
los aborígenes de El Hierro ^'^.
Creo que también he contribuido a borrar a verdone de la lista de los
guanchismos. Así, en el Prólogo de mi Teberite dije:
«Otra fuente de variantes, ahora de falsos guanchismos, tiene su origen
en el alejamiento de la grafía habitual de voces españolas (52), a
veces con ligeras variantes fonéticas (53).»
Y en las notas decía «(52) Como es el caso de beril, por el esp. veril,
de vera, "orilla".»
(53) Como es el caso de verdone, por el esp. bordón»^^.
En el texto del diccionario me manifesté en el mismo sentido:
«VERDONE: E H 'vara larga' (vid. s.v. bordón). //NOTA: NO es voz
prehispánica: se trata de una variante gráfica, quizá por falsa lectura, del
esp. bordón, 'cayado de pastor'» ^^.
«BORDÓN: EH "palo largo de tres varas de longitud".//NOTA: La voz
bordón es esp.; pero ha originado la var. verdone (vid) que se presenta
como voz prehispánica» ^^.
Cerca ya del final transcribo el texto de Abreu Galindo. En él se
prueba, de forma contundente, que bordones es voz española, y que la
lectura de Glas, verdones, es errónea.
Ya Wólfel había publicado este texto, y lo había puesto en relación
con la voz verdones; no obstante, lo reproduzco, con más extensión que
la que tiene en los Monumenta, y valiéndome de la magnífica edición
crítica del doctor Cioranescu (Santa Cruz de Tenerife, 1977), privilegio
34. Id., ibíd., 538: IV, núm. 278.
35. NAVARRO ARTILES, Francisco: Teberite. Diccionario de la lengua aborigen
canaria. Las Palmas de Gran Canaria, 1981, p. 29 (para el texto) y p. 41 (para las notas).
36. Id., ibíd., 266, s.v.
37. Id., ibíd., 106, s.v.
257
que no pudo disfrutar Wólfel, que había fallecido con anterioridad, en
1963.
El texto de Abreu dice así:
«Vivían [los aborígenes herrenes] debajo de un solo señor o rey, y
así estaban en quietud, sin usar el arte de la milicia, por no tener contra
quien la ejercitar; y por esto no tenían ningún género de armas, si no
eran unos bordones que traía cada uno, muy liso, de tres dedos de
grueso y de tres varas en cumplido, que untaban con tútanos de cabra
para ponerlos amarillos, que llamaban banodes y tomasaques. Y aunque
estos bordones servían de armas, mas los traían para ayudarse a
caminar, por la fragosidad de la tierra, que para su defensa» ^**.
Conviene precisar el significado de la voz esp. bordón y ver cómo la
usa Abreu Galindo en el texto.
El Tesoro, de Covarrubias (1611) ^^, es un repertorio léxico cercano a
la época de Abreu Galindo. De bordón dice:
«BORDÓN: El báculo en que se sustenta el que camina a pie y le
sirve de caballo, aunque bastardo; y por eso se llamó bordón, o burdo,
como se dijo muleta de mulo. Y porque los religiosos de la orden de
San Francisco caminan de ordinario a pie con alguna cayada o báculo,
le llamaron el cavallo de San Francisco. [...]»'*".
El Diccionario de Autoridades (1726)"*^ dice:
««BORDÓN: S. m. Báculo o palo, que suele ser más alto que la
estatura de un hombre, con un recatón (sic) de hierro á la punta, y en
el medio y la cabeza unos botones que le adornan. Usan de él los peregrinos
y los Religiosos Franciscanos. (...). Chron. Gen., part. 3, fol. 67:
«E fuesse para León con dos Caballeros non más, é con su esportilla
38. Abreu, ob. cit., pp. 88-89: Libro I, cap. XVI. (Vid. supra nota 30.)
39. COVARRUBIAS OROZCO, Sebastián de: Tesoro de la lengua Castellana o Española.
Compuesto por el Licenciado don Capellán de Su Majestad, Maestrescuela
(sic) y Canónigo de la Santa Iglesia de Cuenca, y consultor del Santo Oficio de la Inquisición.
Dirigido a la Majestad Católica del Rey Don Felipe III, nuestro señor. Madrid [Ediciones
Turner], 1979. (Edición facsímil de la de lólL)
40. Id., ibíd., 229, 1.' col., s.v. bordón (art. 1."); el autor se extiende en otros tipos de
cayados o báculos que no son ahora de interés. Además dedica otro artículo a bordón,
«instrumento musical», «tipo de versos» y «muletilla al hablar», que tampoco interesan
ahora.
4L REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua castellana, en que se
explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las phrases o refranes,
y otras cosas convenientes al uso de la lengua. Dedicado al Rey Nuestro Señor Don Phelipe
V (que Dios guarde), a cuyas reales expensas se hace esta obra, compuesta por la —.
Tomo primero. Que contiene las letras A. B., Madrid [Editorial Credos], 1964.
258
assí como romera é su bordón en la mano». Fr. Luis de Granada.
Symb., part. 2, cap. 27, q\l: «Entonces una de las Madres, que trahía
un bordón en las manos, se lo dio, pareciéndole que tendría necesidad
de él para andar» '*^.
Según el DRAE, 1984''^
«BORDÓN: m. Bastón o palo más alto que la estatura de un hombre,
con una punta de hierro y en el medio de la cabeza unos botones que lo
adornan.//(...)''^.
Veamos cuáles son las notas que aportan los repertorios léxicos escogidos
para definir al bordón:
a) Es un «báculo» (Tesoro y Dice. Aut.) o «bastón», y DRAE,
1984.
b) Es más alto que la estatura de un hombre (Dice. Aut. y DRAE,
1984).
c) Sirve «para ayudarse al caminar» (Tesoro y Dice. Aut.) (También
está la idea en «báculo» y es «bastón»).
d) Tiene «una punta de hierro» (Dice. Aut. y DRAE, 1984).
e) Tiene «unos botones de adorno»:
I) «En medio y en la cabeza» (Dice. Aut.).
II) «En el medio de la cabeza» (DRAE, 1984).
f) Sirve «para ayudarse al caminar» (Tesoro y Dice. Aut.): la idea
está también en «báculo» y en «bastón» (vid. supra).
g) Lo suelen usar «los frailes Franciscanos» (Tesoro y Dic. Aut.) y
«los peregrinos» (Die. Aut.).
De estas notas podemos hacer tres grupos:
I) Descriptivas:
a) Materia: «palo (de madera)»: también la idea, parcialmente,
en «báculo» y en «bastón».
b) Medida: «más alto que la medida de un hombre».
c) Elementos singulares: 1) «una punta de hierro»; 2) «unos
botones» (metálicos): «en el medio y en la cabeza»/ «en el
medio de la cabeza».
II) Funciones:
a) «Para ayudarles a caminar», «báculo», «bastón».
42. Id., ibíd.. I, 651, col. 1.% s.v. bordón. Trae, además, tres acepciones y un refrán
no relacionados con nuestro tema.
43. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española. Madrid,
1984, 20.' edición.
44. Id., ibíd., s.v. bordón. Trae siete aceps. más, no relacionadas con nuestro tema.
259
III) Usuarios
a) «Frailes Franciscanos».
b) «Peregrinos».
Las notas que Abreu aporta para completar la referencia a bordón,
previamente clasificadas, son las siguientes:
I) Descriptivas:
a) Materia: No la señala.
b) Medidas: I) longitud: «tres varas» (= 2,50 m.); II) grueso:
«tres dedos».
c) Elementos singulares: No señala ninguno.
d) Práctica complementaria: «Untarlo con tútano de cabra».
NOTA: Aunque nuestros léxicos no señalan esta práctica,
sabemos que los objetos de madera por donde pasan las
manos se untan con sebo para que no se astillen.
II) Funcionales:
a) «Para ayudarse al caminar».
b) «Como arma», eventualrnente.
III) Usuarios: «los aborígenes de El Hierro».
Abreu Galindo prescinde automáticamente de las notas que dependen
del contexto cultural hispánico. Así, como los aborígenes canarios
no conocían los metales, no figuran «la punta de hierro» ni «los botones
(metálicos) de adorno»; tampoco figuran los usuarios «frailes franciscanos
» y «peregrinos», de tal manera ligados a la voz esp. bordón, que hoy
lo asociamos fácilmente con un «peregrino (a Santiago)» y en los siglos
XVI y XVII se asociaba, además, con un «fraile franciscano»: en su
lugar aparecen los «aborígenes de El Hierro».
En cuanto a las medidas, Abreu es más explícito que nuestros lexicógrafos:
da las medidas con exactitud; y da grueso y longitud.
En cuanto a la funcionalidad del bordón coincide plenamente con
nuestros lexicógrafos —«para ayudarse a caminar»—, y añade un uso
eventual: como arma.
Finalmente aporta el dato «untarlo con tútano de cabra» incrustado
en la cultura ganadera prehispánica canaria. Nuestros lexicólogos no lo
aportan de forma explícita, pero sabemos que también se practica en la
cultura hispánica.
En resumen: creo que Abreu y Galindo ha usado con toda propiedad
y precisión el término bordones en el texto que nos ocupa, y que, hechas
las acomodaciones obligadas por los contextos culturales, la voz bordón
expresa perfectamente lo que Abreu quería expresar. (Mejor, incluso,
que nuestros lexicógrafos, que para explicarse usan voces como báculo o
260
bastón, que tienen semejanza sólo en la función —«para ayudarse al
caminar»—).
Andando el tiempo, un inglés, George Glas, lee mal un manuscrito
de Abreu Galindo: donde dice vordones lee verdones. Y, además, interpreta
mal el texto: Abreu dice que «unos bordones [verdones para Glas]
que traía cada uno [cada aborigen de El Hierro] [...] de tres dedos de
grueso y de tres varas en cumplido, etc. [a ese objeto], llamaban [los
aborígenes de El Hierro], banodes y tomasaques.
Abreu aporta dos nombres guanches: banodes y tomasaques. Glas,
en su Vocabulario, no recoge banodes, sí recoge tomasaques y, además,
incorpora como voz guanche a verdones, que no es otra cosa que el
producto de haber leído mal la voz esp. bordones (grafiada vordones).
Glas cayó en la «trampa ortográfica, y cayeron, uno tras otro. Viera,
Alvarez Rixo, Berthelot, Chil, Millares Torres, Antonio M." Manrique y
Darías Padrón.
Paralela y sucesivamente aparece una variada gama de definiciones
para el nuevo guanchismo: verdones: «long poles», «varas largas»,
«grand báton», «gran palo».
Desde Glas (1764) hasta W. Giese (1949), nadie, que yo sepa, se
planteó la cuestión de verificar la fuente: ni en el ilustrado siglo xvill ni
en el positivista siglo XIX. Viera tomó la voz de Glas, y los demás se
limitaron a decir que «dicen que dijo Viera».
En 1949, W. Giese señaló, de pasada, que verdone, «gran palo», es
un falso guanchismo y que se trata de la voz esp. bordón.
En 1965 se publica la ingente obra Monumenta linguae canariae.
Wólfel, entre otros fines, se propuso la crítica y depuración de las fuentes.
Avanzó mucho en esta línea y fue mucho lo que consiguió.
Por mi parte, en Teberite me propuse señalar los falsos guanchismos,
y di cuenta, en breves notas, de todos los pseudoguanchismos de los que
me constaba su falsedad.
Ahora bien: tengo la seguridad de que quedan muchos, muchísimos,
falsos guanchismos que desenmascarar: mientras redactaba las fichas de
mi Teberite, pasé, deprisa, por multitud de formas sospechosas, tales
como erratas de imprenta, falsas lecturas, grafías italianas, portuguesas,
francesas y hasta españolas antiguas... y modernas.
Los falsos guanchismos descubiertos, y los muchos que quedan aún
por descubrir, deben conducirnos, como primera medida, a un planteamiento
crítico de las fuentes de información y de las vías por las que se
transmiten; la alegría con que muchos vocabulistas e investigadores
aceptan las voces guanches, tanto en la vertiente fonética como en la
semántica, hace que gran parte de las investigaciones lingüísticas guanches
sean algo perfectamente inútil.
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Queda aún dar cuenta de una reciente cita del falso guanchismo ver-done.
Me refiero a la de Ossorio, en Agual guanche^^, que dice así:
«VERDONE: "Palo grande para saltar riscos". Palabra documentada
en el polígrafo Viera y Clavijo para El Hierro y Gomera» *^.
Este texto, de 1985, está lleno de sorpresas. En realidad, todo es
sorprendente:
Uno: Sorprende que todavía haya alguien que siga creyendo que ver-done
es un guanchismo.
Dos: Sorprende que verdone sea un «palo grande para saltar riscos»,
cuando nadie ha dicho que servía para tal fin.
Tres: Sorprende que el autor diga que Viera dijo que el verdone era
«un palo grande para saltar riscos», cuando lo que Viera dijo es que los
verdones eran unas «varas largas».
En resumen: un salto atrás en materia de falsos guanchismos y un
salto adelante en materia de ciencia-ficción.
45. OSSORIO ACEVEDO, Francisco Antonio: Agual Guanche. Breve diccionario
de la lengua. La Laguna [Tagala Ediciones] 1985.
46. Id.,íWd., 117, s.v.
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