CARLOS AGÜERO: UN GENERAL MAMBÍ
HUMBERTO BALLESTEROS RODRÍGUEZ
(t Historiador. Matanzas. Cuba)
Cuando el general mambí Carlos Agüero y Fundora caía en horas de
la noche del día 22 de marzo de 1885, víctima de una traición muy bien
orquestada por el Comandante de la Compañía de Reserva de Voluntarios
de Calimete, don Manuel Carreño y Fernández y el sargento de segunda
de la guardia Civil del puesto de Cuatro Caminos, don Raymundo Gómez
Zamora, las fuerzas insurrectas cubanas perdían a uno de sus hombres más
audaces de todos los tiempos.
Tildado como bandolero* por las fuerzas españolas e incluso por algunos
historiadores contemporáneos que han repetido la historiografía colonial
haciéndole juego sin querer, fue sin lugar a dudas, el mambí que más
batallas libró en el territorio matancero, en los casi tres años que en esta
provincia mantuvo la antorcha de la libertad, antes de la Guerra de Independencia.
En ese tiempo, se cuentan más de 100 hechos que van desde la requisitoria
de caballos, dinero, armas, quemas de ingenios, caseríos, hasta combates
frente a frente con los españoles como la toma de importantes pueblos
de la época.
Agüerito, como le decía Henry Reeve' se había sumado a la gesta
mambisa de los Diez Años con sólo 14 años de edad, aproximadamente
* El concepto de bandolerismo social ha sido aplicado a este fenómeno en Cuba por
Manuel de Paz Sánchez, en colaboración con los historiadores cubanos José Fernández y
Nelson López. En un amplio estudio: El bandolerismo en Cuba. Presencia canaria y
protesta rural. El profesor Manuel de Paz Sánchez plantea un valiosísimo análisis que
cuestiona el concepto tradicional de bandolerismo = delito, tal como inicialmente planteamos
en este estudio. No obstante, consideramos interesante insistir sobre este acercamiento
a la figura del bandolero-insurrecto Carlos Agüero y Fundora.
' En carta desde aguada de Pasajeros, el 4 de febrero de 1876, Henry Reeve le informa
al teniente-coronel Manuel Sanguily en los siguientes términos «... Agüerito hace días en
Colón, pues como fue herido Augusto, tuve que mandarlo allá...». Existen otras referencias
hasta en la prensa española donde se le cita así, quizás para diferenciarlo con el también
general camagüefio Carlos Agüero García.
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en 1870, y ya al penetrar en territorio matancero en 1875 ostentaba el
grado de teniente, pese a su corta edad. Joven de temperamento violento,
acrecentado por los rigores de la guerra y forjado bajo el mando de
Máximo Gómez, Julio Sanguily, Cecilio González y del propio Henry
Reeve, hace de éste una persona impetuosa, temeraria, rebelde y por
ende, indisciplinado en muchos actos de su vida y por el cual fue criticado
-por uno de ellos- en 1877 por su antiguo jefe, el General Gómez^
aunque el Generalísimo también años después^ le recomendaría prudencia
en la lucha, tácitamente aprobando la guerra desigual que libraba en
los llanos de Matanzas.
1. EN LA GUERRA DE LOS DIEZ AÑOS
Carlos Agüero y Fundora penetra por primera vez en el territorio
matancero, como la vanguardia de Henry Reeve el 30 de noviembre de
1875, fecha que cruza por el río Hanábna para penetrar hasta el partido de
Macurijes, donde queman campos de caña del ingenio Dos Hermanos así
como en días posteriores, efectúan acciones en Sarabanda, Quemado Grande
y otros lugares al sur de Matanzas.
En enero de 1876, el ya Teniente Carlos Agüero, al mando de un grupo
de mambises, saqueó la tienda del importante caserío de Cuatro Caminos,
muy cerca de Calimete.
El oficial mambí no se detiene en sus combates, desplegando una
actividad que le hace granjear el respeto de sus hombres así como de los
campesinos y hombres de campos, especialmente en la zona de la jurisdicción
de Colón y Ciénaga, lugares que sin predecirlos, sería la zona principal
de operaciones en la lucha sin cuartel contra la metrópoli española.
Entre las acciones más importantes se encuentran la destrucción del
ingenio Jabaco, la Caridad, el paradero de retamal, dos tiendas en Macuriges
y como colofón de esta serie de encuentros, llevando la tea incendiaria al
Occidente del país, en la noche del 23 al 24 de julio de 1876, toman el
' Máximo Gómez señala en su folleto, «Convenio de Zanjón», que los jefes de Cama-güey
no habían apoyado el manifiesto de Santa Rita el 11 de mayo de 1875, con excepción
de dos, haciendo referencia a Carlos Agüero y un capitán de apellido Bombero, según
también Femando Figueredo Socarras en su libro La Revolución de Yara 1868-1878.
' El diario matancero Aurora del Yumurí, (9 de marzo de 1885, año 57 núm. 156, P. 3,
C. 1) hace referencia al del La Lealtad en que refiere que entre la correspondencia encontrada
a Agüero había una de Máximo Gómez, recomendándole que hiciese el menor daño
posible, pues su misión era atraer voluntades preparando el terreno para su venida a Cuba
y fuera recaudando fondos.
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fuerte Galdós en el municipio de Jagüey Grande, donde sus diez ocupantes
resultaron muertos, carbonizados".
El 4 de agosto, resultaría para las fuerzas insurrectas un día nefasto,
caería en las inmediaciones de Yaguaramas, Henry Reeve, el Ingelisto,
quien fuera hasta ese momento jefe de Agüerito.
Una de las últimas acciones del valiente camagüeyano fue el asalto al
poblado de Calimete en la noche del 30 de septiembre al 1 de octubre de
1876, bajo las órdenes del jefe Cecilio González, donde incendian varias
casas, entre ellas la tienda del concejal del Ayuntamiento de Colón, don
Manuel Carreño y Fernández.
La insurrección en el Occidente del país, se hizo prácticamente insostenible.
El apoyo que debían brindar las fuerzas del Oriente, no llegaron.
Cecilio continuó no obstante, en la zona de la jurisdicción de Cienfuegos
y Colón, combatiendo sin descanso y teniendo como refugio la Ciénaga de
Zapata.
Agüero marchó al Camagüey a fines de 1876 de donde había salido
casi un año antes.
La indisciplina en el ejército mambí, el espíritu provinciano de Las
Villas, la falta de material de guerra, la sedición de Las Lagunas de Varona,
la revuelta de Santa Rita el 11 de mayo de 1877 -a la que se sumó
Agüero-, más la política de paz enarbolada por el nuevo capitán general
de Cuba, don Arsenio Martínez Campos, fueron en gran medida, lo que a
poco conduciría al nefasto Pacto de Zanjón.
Si Agüero, capitán entonces del Ejército Mambí, apoyó los manifiestos
y reformas políticas, tenemos que, primero entender, que el principal promotor
lo fue el general Vicente García y un grupo de valerosos oficiales
-confundidos o no- a los cuales por su arrojo y valentía, tenían puntos de
coincidencia con el camagüeyano, además de la simpatía personal por ellos.
De todas formas, Agüerito continuó peleando, hasta que viendo la
imposibilidad de la lucha en esos momentos, y después de haber capitulado
numerosos soldados, oficiales y jefes, lo hizo él mismo, el 30 de octubre
de 1877 con cinco más entregando seis tercerolas remigton, municiones,
cuatro caballos, además junto a él tres mujeres y cuatro niños' a poco
más de tres meses al Pacto de Zanjón.
" En el periódico Aurora del Yumurí, (miércoles 9 de agosto de 1876, año 48 núm. 382
P. 2, C. 7) inserta un parte del Estado Mayor General del Ejército Español publicado en la
Gaceta Oficial, que dice en una de sus partes: «... en la noche del 23 sorprendió una partida
enemiga el fuerte situado en el potrero Galdós incendiándole y dando muerte a su guarnición
compuesta de diez hombres, que aparecieron carbonizados».
' Aurora del Yumurí, 10 de noviembre de 1877, año 50 núm. 60, P. 2, C. 6.
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Si alguna duda podía albergarse en las intenciones de Carlos Agüero al
capitular antes de la firma del Zanjón, se desmoronaría al vérsele participar
activamente en la Guerra Chiquita que dirigiera Calixto García Iñíguez.
«Fue hecho prisionero y permaneció un año confinado en La Habana
donde logró fugarse posteriormente. En la primera mitad de 1882 marchó
a los EE.UU. con el ánimo de solicitar ayuda, apoyo y recursos en la
emigración revolucionaria, para continuar la guerra independentista... en
estrecha coordinación con las organizaciones políticas cubanas en el exilio,
regresar a la Isla...S>.
2. MATANZAS: CENTRO DE SU LUCHA
Cuando Agüero reinicia en la provincia de Matanzas sus acciones revolucionarias,
los peninsulares alarmados, deciden dar un escarmiento entre
los colaboradores asesinando a mansalva a varios en el actual territorio de
Calimite.
El 10 de abril de 1883, fueron asesinados los hermanos Brígido y Lino
Morejón Saavedra, en un lugar conocido como Canoa, Amarillas', escapándose
el otro hermano, Julio* y el día 20 fueron muertos, aplicando la
ley de fuga a don Andrés Dueñas y al pardo Nazario Álvarez en el camino
del Caimito y según la prensa' también iba preso Casimiro Sotolongo, que
al salirle al paso su hermano Toribio, puede escapar de los españoles en
los momentos que asesinaban los dos primeros.
Estos cuatro fusilamientos provocó una airada reacción entre los liberales
agrupados en el Partido Autonomista, haciéndoles público dicho suceso,
por lo que hubo discordia con los conservadores del Partido Unión
Constitucional'".
En realidad, uno y otro partido era lo mismo, pues «el autonomismo
nació respondiendo a la necesidad de crear en el orden político un organis-
' RODRÍGUEZ LA O, Raúl: «Ni se rindió ni traicionó». En Mar y Pesca, abril de
1986, págs. 40-43.
' Archivo Histórico Provincial de Matanzas. Fondo Bandolero, legajo núm. 3, núm. 28a.
' Aurora del Yumurí. 23 de marzo de 1883, año LV, núm. 221, P. 2, C. 4.
' Aurora del Yumurí. 23 de marzo de 1883, año LV, núm. 221, R 2, C. 3, 4, 5.
'" El Partido Autonomista fue fundado el 3 de agosto de 1878 en los altos del Louvré
con la creación de la Junta organizadora. Este partido Liberal, abría las esperanzas de un
cambio en el orden político sin ir mucho más allá de las pretensiones y en la práctica un
freno para las ansias independentistas. Los recalcitrantes españoles, fundaron el Partido
Conservador: la Unión Constitucional. El 16 de agosto de 1878 se reunieron en la morada
de Eugenio Moré, rico hacendado y lanzaron un manifiesto al país y finalmente el 20 de
noviembre de 1878 quedó constituido.
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mo intermedio entre separatistas e integristas... alentase la esperanza de
los separatistas haciéndoles confiar en que lograrían por la evolución lo
que no habían podido conseguir con la revolución...»".
Precisamente al celebrarse las elecciones en mayo de 1883 en la jurisdicción
de Colón, fueron elegidos los 10 concejales del Ayuntamiento,
entre ellos, por el barrio de Amarillas, a don Manuel Carreño Fernández y
por el de Jagüey Grande, don Pelayo Villanueva quien ostentara la alcaldía
municipal.
El día 8 de junio, Carlos Agüero y su partida se esconden hábilmente y
cerca de Guareiras'^ capturan sobre las cuatro de la tarde a Manuel Carreño,
lo cual después de internarlo en el monte, le hacen firmar un documento de
rescate por valor 3.000 pesos oro, el que hacen efectivo y el día 9 en posesión
del valor del rescate, lo dejan en libertad en las cercanías de Calimete.
Este secuestro y exigencia de dinero, fue un verdadero escándalo, dado
la personalidad de Carreño", motivando nuevamente que liberales y conservadores
a través de sus órganos de prensa, como Aurora del Yumurí, El
Combate, El Diario de Matanzas, El Triunfo y otros, se enfrascaran en
apoyar o no las acciones de los insurrectos.
La realidad es que, los liberales de esta zona, jurisdicción de Colón y
Cienfuegos, veían con simpatía la lucha que llevaban los mambises comandado
por Agüero, e incluso hay referencia de ayuda a la partida por
parte de los Autonomistas, aunque esto es motivo de otro trabajo.
En junio de 1883, Maceo convoca una reunión donde participan Gómez,
Roloff, Flor y otros a los efectos de trazar una línea política ante posibles
levantamientos armados aislados en Cuba, decidiendo no sacrificar vidas
en tentativas como éstas, sin embargo los Clubes revolucionarios de New
" ESTE VE ROMERO, Luis: Desde El Zanjón hasta Baire. Tomo I, Editorial de Ciencias
Sociales, La Habana, 1974, pág. 58. En referencia al general Polavieja, memoria al
ministro de Ultramar, 22 de diciembre de 1892.
" De acuerdo a las fuentes consultadas no está muy claro el lugar del secuestro. En el
Archivo Histórico Provincial de Matanzas, fondos Bandoleros-Insurrectos, legajo 1, núm.
115, en telegrama fechado el 9 de junio al gobernador civil, señala que fue detenido en la
jurisdicción de Cienfuegos, Yaguaramas. Sin embargo en el Diario de Matanzas, 16 de
junio (año 6 núm. 142, P. 2 C. 6, señala que fue en Guareiras. La Aurora del Yumurí, en
referencia al diario de Cárdenas, también inserta que fue en Guareiras. Nos inclinamos no
obstante que fue en las cercanías de este último lugar.
" Manuel Carreño y Fernández, además de ser dueño de los ingenios La Paz y La
Esperanza y de grandes propiedades de tierra en la zona de Calimete y Aguada de Pasajeros,
fue designado por el capitán general de la Isla durante la Guerra Chiquita para que
formara una compañía o guerrilla que protegiese la comarca de Colón, organizando la
llamada Compañía de Reserva de Calimete.
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York, Cayo Hueso, etc., tenían otra idea; hacerles la vida imposible a los
españoles en cualesquiera circunstancias.
En horas de la noche del 19 de junio, se alza en Colón, uno de los
hombres más discutido: José de Santa Rosa Álvarez y Arteaga más conocido
por Matagás, quien pese a una conducta prácticamente fuera de toda
ley, al lado de Agüero, supo reivindicarse a tal punto, que al caer éste, es
quien asume el mando de la partida y mantiene en jaque a las fuerzas
españolas por más de 10 años, y al arribar Antonio Maceo en su invasión
a Occidente le da instrucciones y manifiesta su confianza en él, del que
sabe un valiente'".
En el segundo semestre de 1883, Agüero y su partida de valerosos
mambises, pese a la persecución que mantenían las fuerzas españolas, los
voluntarios, parte del escuadrón María Cristina y otras, asaltan los ingenios
Serafina, Antón, Caney y el paradero de Agüica'^
Existe una anécdota curiosa en el asalto al ingenio Caney -en la zona
de Calimete- del rico hacendado José María Hernández Mederos, quien
además era propietario de las fábricas de azúcar Columbia, Laberinto, y
San José, y diera más de 400 pesos oro para la captura de Agüero"' y es
que en el momento que estaban requisando armas y dinero, se aparece el
doctor Adolfo Maregliano y cuando lo detienen y le exigen la contribución,
éste dice:
- Señores, ya yo pagué mi contribución el otro día, ahora creo merecer
la absolución.
- Si, si con usted no va nada.
Y el médico se libró en esta ocasión de aportar a la causa revolucio-
3. AGÜERO: GENIO DE LA LUCHA GUERRILLERA
La presencia de Agüero no sólo se hacía sentir en la jurisdicción de
Colón sino también en los límites con Cienfuegos, lo que hizo que el
'" En el acta de defunción que el autor del presente trabajo halló en el Registro Civil
de Colón (tomo 16, folio 567, núm. 53) señala en una de sus partes: «... falleció a consecuencia
de heridas de armas de fuego que recibió en combate con las fuerzas del Ejército
Español estando perteneciendo al Ejército Liberador de Cuba con el grado de comandante,
hechos que ocurrieron el día 3 de febrero de 1896, en los campos inmediatos al poblado de
Álvarez, provincia de Santa Clara y donde fue sepultado el cadáver...».
"Aurora de Yumurí, 29 de junio de 1883, año 55, núm. 252, P. 1, C. 1.
"• Archivo Histórico Provincial. Fondo Bandolero-Insurrectos, legajo 1 núm. 133.
" Diario de Matanzas. 5 de julio de 1883, año VI núm. 158 P. 2, C. 7.
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Capitán General ordenara a las autoridades militares de Las Villa que se
concentrara en aquella Comandancia para perseguir sin descanso a la partida
capitaneada por Agüero'*.
El 30 de agosto una fuerte columna de caballería procedente de La
Habana pernoctaba en el ingenio Quesada distante a un kilómetro de Colón
con el objeto de perseguir al mambí camagüeyano'''.
Por su parte el diario de Cárdenas de fecha primero de septiembre
anunciaba la salida hacia Colón desde el día anterior de una fuerza veterana,
y en la que había reunido cinco escuadrones de caballería, toda la
Guardia Civil y un batallón de Infantería compuesto de 700 plazas^", lo
que sumada a las fuerzas movilizadas en Santa Clara y Cienfuegos enumeradas
más arriba, así como las propias de la zona de Calimete, Amarillas
y Colón, la partida de Agüero en esos días, debió tener tras de si, más de
tres mil hombres.
El día 4, el gobernador civil de Matanzas, don José E. Bemiz llegó a
Colón, no tan solo ya para la preocupante de Agüero, sino también para
analizar los problemas que había confrontado el alcalde don Pelayo
Villanueva en la administración del Ayuntamiento, al cual se le pedía su
renuncia.
En esta época el comandante militar de Colón lo era don Ignacio Romero
y el de la Guardia Civil, el teniente coronel don José Miranda.
Paralelamente al esfuerzo militar, también se hacía gestiones a nivel
gubernamental para la salida de Agüero del país, cuestión ésta que se
conocía públicamente, pues el 7 de agosto de 1883, la Aurora del Yumurí,
insertaba una especie de editorial en la que daba a conocer que se gestionaba
el indulto y el columnista amenazaba con «la voz llegará... a donde
debe llegar para que no se cometa un desacierto que escandalizaría a todas
aquellas personas que esperan del Gobierno protección para sus vidas y
haciendas...».
La Aurora del Yumurí no estaba equivocada, a fines de octubre y
principios de noviembre se realizaron las gestiones pertinentes y como lo
informara Ignacio Romero al comandante militar de Cárdenas, don Bemaldo
González de Rubín en carta de fecha 2 de noviembre^', Julio Sanguily en
acuerdo con las autoridades españolas, le extiende los salvaconductos necesarios
para Carlos Agüero y dos más de su partida.
" Diario de Matanzas. 26 de agosto de 1883, año 6 núm. 158, núm. 202, P. 2, C. 6.
" Diario de Matanzas. 2 de septiembre de 1883, año 6 núm. 209, P. 2, C. 6.
^° VILLANUEVA, Pelayo: Apuntes para la Historia de Colón. Tomo II, pág. 148,
Colón, 1933.
"' PIRALA CRIADO, Antonio: Anales de la Guerra de Cuba. Tomo II, pág. 894.
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Agüero salía por el puerto de La Habana con pasaporte de beligerante
y hacía su llegada a Cayo Hueso el 16 de noviembre de 1883 donde se le
tributó un caluroso recibimiento en el club San Carlos.
Pero lo más importante no sería en Agüero su salida del país y su
regreso del que escribiremos más adelante, sino, el haber efectuado una de
las operaciones más comentada por la prensa de la época y a la que también
hoy día, podíamos calificarla de audaz, a escasos 30 días de su partida.
Agüero, operó en lo fundamental en la provincia de Matanzas, especialmente
al sur y este hacia los límites de Las Villas.
Como habíamos dicho, a fines de agosto y principios de septiembre en
la jurisdicción de Colón se habían agrupado varias unidades militares españolas
así como las fuerzas auxiliares en número superior a los tres mil
hombres, lo que prácticamente había tomado militarmente el sur yumurino,
un estado de guerra, que ni en la época de más acciones bélicas de la
Guerra de los Diez Años -1976- se había contado con tanta fuerza para
capturar a una veintena de mambises.
Y Carlos Agüero, atravesando la Ciénaga de Zapata, da un golpe fulminante
en la provincia de La Habana, al desembarcar por el sur y tomar
el poblado de Caimito, San Nicolás de Bari, el 7 de octubre.
El experto mambí, en un bote pequeño, al mando de ocho hombres,
desembarcó por Tasajera a escasa distancia del poblado de playa Caimito
el domingo 7 de octubre a las seis de la tarde y después de alarmar a la
población, hace contribuir para la causa de la independencia a los dueños
de las tiendas de don Rafael Capdevila y Pedro Fernández.
A las 10 de la noche en el bote del pescador don Liborio Valenzuela se
retiraron rumbo a Maniadero, en la ensenada de la Broa. Media hora después
de la partida del contingente mambí, llegaba la noticia a Nueva Paz
pero totalmente deformada^^ pues se decía que habían desembarcado 100
hombres por Playa Caimito.
La Comandancia militar de Güines ordenó a las fuerzas navales de
Batabanó que registraran la ensenada de la Broa y sus alrededores. La
Guardia Civil y los voluntarios por tierra en el área de Caimito, entretanto
las fuerzas de Alfonso XII (Alacranes) se internaban por el sur hacia la
Ciénaga.
Cuando el lunes 8, los españoles cumplimentaban las medidas, el jefe
mambí con sus hombres, estaban bien lejos de la acción, y aunque no
tenemos datos que lo demuestren, estamos seguros que ese golpe en la
provincia de La Habana, a pocas millas de Batanó, cerca de Güines, debió
"" Diario de Matanzas. 12 octubre de 1883, año 6, núm. 240 P. 2, C. 6.
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desconcertar a las autoridades españolas, máxime si tenían empeñado miles
de hombres en la jurisdicción de Colón.
En esos momentos, si sumamos las fuerzas de las jurisdicciones de
Güines -incluidas las de Batanó-, las de Colón, Santa Clara y Cienfuegos,
más de cinco mil hombres perseguían a esta pequeña pero valiente partida
de mambises, demostrando su jefe, el genio de la lucha guerrillera.
Las autoridades no podían esperar más. El golpe decidió que había
que sacar por cualquier vía a Agüero del país, aprovechando la coyuntura
en el exterior en la que reclamaban su presencia ante las incomprensiones
que sobre su actividad, aunque autorizada, se discutía".
4. AGÜERO EN EL EXTERIOR. DESEMBARCO
La presencia de Agüero en Cayo Hueso fue motivo de un acto en el
mismo día de su llegada en el club San Carlos, fundado el 11 de noviembre
de 1871, donde la asociación patriótica de Cayo Hueso, presidida por
José Dolores Poyo y Estenoz, le ofrece la bienvenida.
Más tarde se entrevista con Juan Amao, decano de los luchadores de la
libertad de Cuba, a la sazón presidente del Comité Revolucionario de New
York que acuerda ofrecer toda la ayuda para continuar la llama de la
libertad en la isla mediante acciones -concretas según las ideas prevalecientes
en los fervorosos clubes patrióticos de la emigración.
Así, Amao no sólo le otorga el grado de brigadier a Agüero sino nombra
además al coronel Rosendo García Medrano segundo jefe de la expedición
y de una docena de combatientes que salieron sobre las once de la
noche del día 1 de abril de 1884 desde Cayo Hueso.
El jefe mambí tuvo que soportar los tentáculos de la metrópoli española
en los propios EE.UU. España pidió su extradición bajo la acusación de
bandidaje y es detenido el 24 de enero de 1884, y pese a los esfuerzos
realizados por el cónsul español don Augusto Bermúdez y del representante
peninsular en el acto de juicio Walter C. Maloney Jr., el juez Locke lo
absolvió, siendo llevado en hombros por los simpatizantes de la causa
cubana por todas las calles de Cayo Hueso^".
Entre el tumulto de personas que agasajaban a Agüero se encontraba
Manuel Pérez Barreiro, agente español y quien ya se había ganado la
confianza en la emigración de ser patriota cubano.
" SANABRIA, Nydia: Noticias Confidenciales sobre Cuba, 1870-1895. Editora Política,
La Habana, 1985, págs. 102, 103-104.
" Periódico GIRÓN: «Un desembarco audaz por Varadero». 2 de abril de 1989, año 29,
núm. 78, pág. 2.
181
Por sus conocimientos marinos es designado para llevar a tierras cubanas
la expedición pero en contubernio con las autoridades españolas, debía
llevar al grupo de mambises a las playas de Cojímar donde les estarían
esperando los peninsulares^'.
Raúl Rodríguez la O, en su artículo «Ni se rindió ni traicionó» (en
revista Mar y Pesca, abril de 1986), señala: «... estuvo a punto de caer en
manos españolas cuando el traidor trató de introducirlo en el puerto de La
Habana. Suerte que a tiempo fue descubierto por Agüero y obligado -a
punta de revólver- a llevarlo a otro lugar».
Si así sucedió, lo cierto es, que Agüero, que nunca dejó para luego lo
que debía hacer hoy, y más con un traidor, demora en aplicarle la justicia
revolucionaria y puede salvarse este Manuel, el día 4 en horas de la noche,
según el diario de operaciones.
De todas formas, así, en pleno día, en una acción audaz y temeraria,
donde no puede desembarcar todos los equipos que traían en la goleta
comandada por el capitán Johnson, sorprende a las autoridades bajo el
mando del comandante militar interino don Julián Lillo e Izquierdo y del
capitán del puerto don Ramón Requena los que enterados muchas horas
después no logran frustrar el inicio de las operaciones por el territorio
matancero de uno de los mambises más osados en la llamada Tregua Fecunda.
5. LAS PRIMERAS ACCIONES EN MATANZAS
Su temperamento y joven avezado en la lucha, enseñanzas adquiridas
bajo los grandes maestros de la Guerra de los Diez Años, le hizo tomar
decisiones audaces al penetrar en el territorio matancero, como la de utilizar
eficientemente al alcalde de barrio Epifanio Beltrán e internarse en
los montes de San Cayetano, en Cárdenas, donde recibió ayuda de unos
asiáticos, que no lo denuncian aunque tratan al parecer, de quedar bien con
las autoridades españolas^*.
Después de ser sitiado a dos leguas del desembarco, pueden escapar
por la noche, con la novedad de la traición del gallego (Manuel).
A partir de ese momento cruza vertiginosamente el territorio de Cárdenas,
penetrando por el ingenio Mercedes, en Limonar, el Resolución del
^ PIRALA CRIADO, Antonio: Anales de la Guerra de Cuba. Tomo IH, págs. 894-895.
^^ Aunque Juan Jiménez Pastrana, plantea en Los Chinos en las luchas por la liberación
cubana 1847-1930, que los chinos que ayudaron a Agüero, guardaron el secreto, sin
embargo, Antonio Pirala, en Anales de la Guerra de Cuba, deja ver cierta ayuda en información
a los españoles.
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municipio de El Roque, hasta que el día 8 a las 10 de la noche entra en el
poblado de Manguito, quemando tres tiendas, el paradero y un almacén de
azúcares, ocupando varias armas, aunque el parte español señalaba que
fueron tres casas las incendiadas y que los mismos, 16 en total, habían
tomado rumbo al ingenio La Vega^'.
El dueño del ingenio La Vega era don Tirso Mesa, cuñado del doctor
Ensebio Hernández, quien junto a José Martí organizaba el movimiento
insurreccional a raíz del Pacto de Zanjón desde La Habana y para todo
Occidente.
Cuando Ensebio trata con Tirso Mesa para que éste o a nombre de él,
se recibieran en la estación de Manguito cajones con armas y municiones
donde las sacarían los hermanos Betancourt trabajadores del ingenio y
combatientes de la Guerra del 68, misteriosamente fueron descubiertas las
armas y macheteados los hermanos mambises.
Quizás la causa principal, y que no se supo entonces, estaba en el
propio dueño del ingenio La Vega, pues si bien Tirso aceptó quizás por
compromiso familiar, fue el mismo que cinco años después se convirtiera
en el primer propietario que aportara una fuerte suma de dinero para la
captura de Carlos Agüero, llegando a dar en dos ocasiones que lo hiciera,
la suma total de 374 pesos oro, según consta en una acta levantada el 30
de abril de 1885^^
Puede que aquí esté también la causa de haberse descubierto toda la
conspiración -de forma abierta- y en la que fueron detenidos y deportados
varios dirigentes del movimiento, entre ellos Martí, con excepción de
Ensebio Hernández -cuñado de Tirso Mesa- que puede embarcar sin mayores
contratiempo.
6. MOVILIDAD Y ACCIÓN: TÁCTICA USADA POR AGÜERO
Hay que señalar que nuevamente Agüero, hace movilizar a miles de
hombres tras de él. Antes de tomar a Manguito, los peninsulares, que no
sabían a ciencias ciertas donde se encontraban las fuerzas insurrectas, se
habían movilizado hacia Limones, Sumidero, Coliseo, San Miguel, Tosca
y Sabanilla^', pero días después se encontraba una columna comandada
por el coronel Navarrete tras Agüero, mientras que desde el puerto de
Casilda, tres compañías del batallón de Tarragona, eran trasladadas hacia
Matanzas para la persecución de los mambises.
" Archivo Histórico Provincial. Fondo Bandoleros, legajo 1, núm. 122.
^' Archivo histórico Provincial. Fondo Bandoleros, legajo 1, núm. 133.
'' Aurora de Yumurí, 9 de abril de 1884, año 56, núm. 183, P. 3, C. 2.
183
Agüero, estratega en la lucha irregular -guerra de guerrillas- fracciona
su personal en varios grupos que pone en tela de juicio la capacidad de los
españoles para poder contrarrestar este tipo de lucha.
En el mes de mayo, quemaron una tienda en Cuatro Esquina, Macagua
propiedad de don Miguel Errandorrea'", mientras que caía en la jurisdicción
de Cienfuegos uno de los capitanes, José Varona en cruento combate
contra los peninsulares.
En los meses siguientes, los patriotas mantienen en jaque a los españoles,
realizando acciones en la zona de Jagüey Grande, Macagua, Familia,
Manguito, Cuevitas, Colón y Ciénaga de Zapata.
En enero de 1885, la partida de Agüero no pierde movilidad: si el día
8 se encontraba en la zona de Cárdenas a mediados de mes estaba en
Amarillas.
A principios de febrero, se produce el combate del potrero Habana,
jurisdicción de Colón, donde según Agüero en su diario, duró más de hora
y media, perdiendo la vida un hombre y un herido así como dos caballos
muertos y seis lesionados.
El general mambí con 16 hombres, se enfrentó a una poderosa fuerza
compuesta por el batallón de Bailen, caballería Príncipe y del Cuerpo a las
órdenes de los jefes de línea de Guamutas, Sabanilla y San José'' y según
su diario, hizo numerosas bajas.
El general camagüeño no debió escribir exageraciones pues existe una
comunicación al Gobernador Civil de Matanzas que revela la importancia
que concedían a este mambí y sus acciones cuando dice: «Movilice todas
las fuerzas de que puedas disponer para que sea incesante la persecución
de la partida, hasta su total exterminio, (fdo.) Fajardo»'^.
El día 18 secuestró al dueño del ingenio Aurora y ex-alcalde municipal
de Cárdenas, don José Belauzarán exigiéndole 3.000 pesos oro, el que
entregó y el día 20, se le concedió libertad.
Realmente el hecho de que en medio de cientos de soldados españoles,
voluntarios y guerrilleros al servicio de España, que en esos días se encontraban
en la zona de Guamutas-Colón, el haberle secuestrado a un rico
propietario y ex-alcalde en las propias narices, produjo un escándalo mayúsculo,
lo que hizo que el Gobernador General llamara a González Muñoz
y «le exigió que abandonara las demás atenciones de su cargo y se
concretara a perseguir y dar muerte a Agüero»'^
'" Archivo Histórico Provincial. Fondo Bandoleros-Insurrecto, legajo 1, núm. 128.
" Ibídem.
'^ Archivo Histórico Provincial. Fondo Bandoleros-Insurrecto, legajo 1, núm. 133.
^' VnJLANUEVA, Pelayo: Apuntes para la historia de Colón. T. H, pág. 162, Colón, 1933.
184
7. 'COMO SE FRAGUO LA TRAICIÓN
Lo que no pudieron las armas, lo hizo la traición.
Desde mucho antes de recibir la orden González Muñoz, el sargento
Raymundo Gómez Zamora, quien había arribado en 1874 a Cuba en
plena Guerra de los Diez Años como un oscuro soldado de fila, se había
puesto de acuerdo con Manuel Carreño Fernández, a fin de atraer al
general mambí a una celada mediante los espías o colaboradores nombrado
Federico Prendes, mulato y patrocinado de don Evaristo Prendes y
del negro Sixto Hernández. Estos logran atraer al general hasta las cercanías
de las viviendas de Prendes, a fin de que no sólo unirse ellos, sino
otros más, a los que conocía Agüero.
Los que debían unirse eran, el negro Luciano Morejón, don Jacinto
Mollinea Galindo y el también negro Atanasio Ordóñez.
El sargento Gómez Zamora junto al invitado teniente del batallón de
Bailen, don José Rodríguez de Longo, y once guardias más, se esconden
detrás de la cerca de piedra de la aguada de la finca Prendes.
Sobre las ocho y media de la noche, al arribar el general Agüero y el
capitán José Morejón, seguidos de otros miembros de la partida, «dejaron
que Federico saliera al encuentro y como a dos varas de distancia del
sargento, supo entretener a los dos primeros bandoleros, como un cuarto
de hora, hasta que el sargento Gómez hiciera la señala, pues que era un
tiro, pero le falló, y apercibido por uno de los sotolongos, preguntó: ¿Quién
está detrás de la cerca? No obteniendo contestación se dirigieron cuatro
bandoleros hacia el sargento que dio la voz de ¡fuego! y ¡al machete!
ejecutando así, cayeron de los caballos Agüero y Morejón dirigiéndose al
primero el sargento y el pardo Federico que con dos machetazos terribles
corrió hasta encontrar en el frente al teniente Longo que disparó un tiro
hiriéndole entre ceja y ceja cayendo para siempre; los morenos Sixto y
Luciano batieron a Morejón hasta dejarlo muerto de un balazo de la primera
descarga y dos machetazos. Los dos sotolongos que quedaron en la
retaguardia escaparon pero uno herido gravemente en el brazo»'".
En esta acción, el sargento recibió una contusión y herido de bala de
forma leve, el espía Atanasio Ordóñez.
" Hay numerosas versiones de la muerte de Agüero, aunque todas coinciden en lo
fundamental, pero de las aparecidas en Xa. Aurora del Yumurí {A de marzo de 1885); (6 de
marzo de 1885) y otras, y referencias al Crónica Liberal de Cárdenas, el Diario de Cárdenas
y otras publicaciones, se ajusta más a los hechos la publicada en lo que respecta en
la acción en sí, en la Unión Constitucional de Colón de fecha 5 de marzo de 1885, la que
reproducimos en parte.
185
A las doce de la noche, fue trasladado al paradero de Calimete, los
cadáveres de Agüero y Morejón, en la que más de 500 personas le reconocieron,
entre ellos don Manuel Carreño artífice del siniestro.
A las cinco de la mañana del día 3 de marzo, llegaron a Colón los
restos mortales de los oficiales mambí y se expusieron en la puerta de la
cárcel, hasta que a las seis de la tarde, los enterraron en una humilde fosa.
Habían enterrado a uno de los mambises más valiente de toda la historia
cubana, el cual dedicó más de la mitad de su vida, a la causa de la
independencia de Cuba, y cuyas enseñanzas adquiridas a través de prestigiosas
figuras como Gómez, Reeve, o a través de libros como del genial
guerrillero José Garibaldi y otros, lo puso en práctica en la provincia de
Matanzas, para demostrar que si se podía hacer la lucha de guerra de
guerrillas en terrenos llanos y mantener en jaque a numerosas fuerzas
españolas.
8. EL DISCÍPULO MATAGÁS
Su discípulo José Álvarez Arteaga conocido por Matagás, quien asumiera
el mando al caer Agüero, con el grado de comandante, supo ganarse
el prestigio y la confianza que depositó en él, el general Carlos Agüero.
Basta recordar, que si Matagás, hasta junio de 1883, su trayectoria
variaba entre bandido e insurrecto, a partir de esa fecha que se incorpora
a la partida de Agüero, sus acciones van encaminadas a la lucha revolucionaria.
El alumno, como bueno al fin, superó al maestro -Agüero- en el arte
militar, y Álvarez Arteaga se mantuvo combatiendo al sur y este de Matanzas
e incursionando en las jurisdicciones limítrofes, durante más de 10
años^\
Y no cabe duda de la honestidad de Matagás, cuando en dos ocasiones,
Antonio Maceo le escribe y en una de ella, el 19 de diciembre de 1895
le dice: «... tengo de usted los mejores informes, y antecedentes como
militar organizado, como valiente y audaz...» lo que prueba el bien ganado
'^ José de Santa Rosa Álvarez y Arteaga o José Calazán Álvarez Arteaga, conocido por
Matagás, murió el 3 de febrero de 1896 en las cercanías del poblado de Álvarez en la
provincia de Santa Clara donde fue sepultado su cadáver. Había nacido en 1845 en Caimito
del Hanábana, y después de una juventud tumultuosa, en la que fue acusado en varias
ocasiones por robo y asalto, se incorporó en junio de 1883 a las fuerzas del general Carlos
Agüero y Fundora, manteniendo una conducta limpia a la cual no escapó a la observación
del mayor general Antonio Maceo, en la que en unas de sus cartas dirigidas a él, le dice:
«coronel».
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derecho que se había adjudicado, siguiendo el ejemplo de su jefe, el general
Carlos Agüero y Fundora.
9. AGÜERO: UN GENERAL MAMBÍ
El general Carlos Agüero y Fundora, no ha tenido la misma suerte en
la historiografía cubana como con los que sí fueron bandidos, y devinieron
en insurrectos -Matagás, Manuel García, etc.-, quizás el hecho de haber
estado fuera de la ley por causas de robos y hechos criminales y el haber
llegado hasta el inicio de la Guerra de Independencia como mambises,
manteniéndose en el monte mucho más tiempo, haya sido motivo para la
popularidad de que han disfrutado, y tácitamente el reconocimiento.
Sin embargo, Agüero, quien nunca tuvo fuera de la ley, solamente el
derecho de pelear por la plena independencia de Cuba, ha sido incluido
dentro de esa clase a la cual, él distaba mucho, y sus puntos de contactos
con los mismos, fueron para aunar voluntades y hacerles ver el camino
correcto, como lo hiciera con Matagás, los hermanos Sotolongo, y otros.
La verdad se abre paso y no se puede pensar como lo hacían los
españoles, que justificaban su sistema llamando bandidos, a los que pelaban
en los campos, así llamaron a Gómez, a Maceo... así también a Carlos
Agüero, aunque cuando le convenían, en algunas informaciones de prensa,
en la que salían victoriosos, según ellos, decían o aparecía como «general
Agüero».
Este artículo, pretende sólo, dar a conocer las proezas de un verdadero
general mambí en territorio matancero y situarlo en su verdadero lugar: el
de los generales inclaudicables e insobornables.
10. BIBLIOGRAFÍA
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Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 198 L
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187
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ViLLANUEVA, Pelayo: Apuntes para la historia de Colón. Imprenta Paltenghi,
Colón, 1933.
188
11. TESTIMONIO GRÁFICO
Carlos Agüero y Fundara en su traje de campana.
189
José Serafín Fiallo González de 98 años de edad, residente en Cuatro Caminos, Calimete,
en la casa de su padre y abuelo se le presentó Agüero una noche exigiendo contribución
para la güera. También Matagás hizo lo mismo años después.
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En la foto (Cuatro Esquinas) se observa a la derecha una casa, en su lugar existía un
fuerte donde se hospedaban los soldados que custodiaban el lugar. De aquí y por el
camino que se pierde en la distancia, hasta la finca Prendes, salieron los soldados que
emboscaron a Carlos Agüero.
191
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En la foto, el legajo donde se expresa la cantidad donada por cada
hacendado o dueño de Ingenio para la captura de Agüero. Encabeza
la lista Tirso de Mesa, dueño del Ingenio La Vega.
192
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-ii
Solicitud del Cónsul de los Estados Unidos en Matanzas al Gobernador
de la provincia, para que le brinde detalles de la muerte de Agüero
y Morejón. Fecha 3 de marzo de ¡885.
193
Estación de ferrocarril de Calimete. Aproximadamente a las doce de la noche del 2 de
marzo fueron tirados los cadáveres de Agüero y Morejón en el andén, aproximadamente
por donde están los dos hombres parados.
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