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ARCH. SOC. CANAR. OFTAL., 2014; 25: 99-103 CASO CLÍNICO
Neuropatía óptica tóxico-nutricional
atípica
Atypical Toxic-Nutritional Optic Neuropathy
BERNAL L1, RUIZ A2, LOBOS C1, TRUJILLO M2, RODRÍGUEZ M1, CARDONA P3
RESUMEN
Caso Clínico: Varón de 38 años presenta marcha atáxica y pérdida progresiva e indolora de
visión bilateral de un mes de evolución en el contexto de abuso grave de alcohol y desnu-trición.
El deterioro visual se inició con discromatopsia, fotofobia y escotoma central que
progresa hasta la no percepción de luz.
Discusión: Este caso de neuropatía óptica toxico-nutricional es una entidad rara y atípica por
por su evolución subaguda y debut con papiledema. Se trata de un diagnóstico clínico de
exclusión.
Conclusión: Identificar los signos clínicos precoces y el entrenamiento del oftalmólogo en su
manejo es clave para instaurar un tratamiento precoz y mejorar el pronóstico visual final.
Palabras Clave: Neuropatía óptica nutricional, neuropatía óptica tóxica, ambliopía tabaco-alcohol,
escotoma.
ABSTRACT
Case Report: 38-year-old male presented with one-month history of ataxic gait and progres-sive,
painless, bilateral vision loss in the setting of severe alcohol abuse and poor nutrition.
The visual impairment started with dyschromatopsia, photophobia and a central scotoma
that progressed to light perception only. There is not any significant improvement after vita-min
supplementation and alcohol abstinence.
Discussion: This case of Toxic-Nutritional optic neuropathy is a rare and atypical disease due
to its severe and irreversible visual impairment, which occurs despite establishing intensive
nutritional treatment.
Conclusion: Identifying early clinical signs and training physicians in its management is the
key to establishthe treatment and improve the final visual prognosis.
Key words: Nutritional optic neuropathy, toxic optic neuropathy, scotoma, tobacco-alcohol
amblyopia.
Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria. Servicio de
oftalmología.
1 Licenciada en Medicina. Residente de oftalmología.
2 Licenciada en Medicina. Adjunto FEA de oftalmología.
3 Doctor en Medicina y Cirugía. Jefe de servicio de oftalmología.
Correspondencia:
Laura Bernal Montesdeoca: laura_bernal15@hotmail.com
Hospital Universitario Materno Insular de Gran Canaria
Avda. Marítima del Sur, s/n. CP: 35016
BERNAL L, et al.
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INTRODUCCIÓN
La neuropatía óptica tóxico-nutricional
es una entidad poco frecuente cuya inciden-cia
está en descenso. Ambos sexos y razas se
afectan por igual, y todos los grupos de edad
son susceptibles (1).
El término clásico de ambliopía tabaco-alcohol
ha sido redefinido como neuropatía
óptica tóxico nutricional (NOTN). Clínica-mente
se presenta con perdida visual progre-siva,
bilateral e indolora (escotoma central
y discromatopsia) debido al daño del nervio
óptico por una toxina y/o déficit nutricional
acompañante. La papila puede ser normal,
atrófica, edematosa (especialmente tras
exposición a metanol o cloranfenicol) e in-cluso
hiperémica. Se trata de un diagnóstico
clínico de exclusión, ya que no disponemos
de marcadores de laboratorio de confirma-ción
diagnóstica (2).
La fisiopatología es aún poco conocida y
múltiples factores han sido implicados. Los
factores tóxicos (alcohol, tabaco, fármacos)
y nutricionales juegan un papel sinérgico en
esta entidad que parece encontrar su punto
común de acción final en el deterioro de la
fosforilación mitocondrial oxidativa (1-4).
No se dispone de tratamiento específico
para esta patología, aunque se ha visto que la
terapia nutricional intensiva puede revertir en
algunos casos el proceso (3,4).
CASO CLÍNICO
Varón de 38 años con antecedente de abu-so
de alcohol en grado tóxico presenta pérdi-da
de agudeza visual (AV) bilateral progresi-va
durante el último mes.
Se trata de un consumidor de alcohol en
grado tóxico (225 gramos de alcohol/día)
durante los dos últimos años. No fumador ni
otras drogas conocidas. Carece de otros ante-cedentes
médicos y oftalmológicos de interés.
El paciente describe una pérdida indolora
de su visión central bilateral que se inició con
discromatopsia, fotofobia y diplopía en todas
las direcciones de la mirada. Las últimas 48
horas antes de la exploración oftalmológica
había progresado hasta la no percepción de
luz. Además, refiere debilidad proximal en
miembros inferiores de 3 meses de evolución
y un episodio de vómito hemático reciente.
El examen físico mostró signos vitales
estables. Consciente y orientado en tiempo
y espacio, con bradilalia evidente. Ictericia
conjuntival, hábito pícnico, abdomen globu-loso
con estrías cutáneas y flapping tremor.
En la exploración neurológica se detecta
claudicación de miembros inferiores con
marcha en Mingazzini y una marcada ataxia
cerebelosa sin asociar alteración sensitiva ni
de pares craneales.
La exploración neurooftalmológica reve-la:
agudeza visual de movimiento de manos
(MM) en ambos ojos, mirada centrada con
motilidad extraocular conservada, pupilas en
midriasis media isocóricas, no reactivas a la
luz. Presión intraocular y resto de polo ante-rior
dentro de la normalidad.
En la funduscopia se objetiva edema de
papila y afectación del haz papilomacular
bilateral. En ambos ojos se aprecian hemo-rragias
peripapilares que se extienden hasta
arcadas vasculares en ojo derecho (figs. 1a
y 1b). La OCT de nervio óptico muestra au-mento
del espesor de la CFNR AO (figs. 2a y
2b). La OCT de mácula es normal.
La baja agudeza visual impide realizar
campo visual. Los potenciales evocados lo-gran
identificar una onda P-100 de latencia
aumentada y amplitud reducida (fig. 3). El
estudio es compatible con afectación axonal
bilateral.
Las pruebas de neuroimagen (TC y RM
cerebral con Gadolinio) descartan procesos
Fig. 1a:
Retinografía de
OD en el momento
del diagnóstico:
Borrosidad papilar,
tortuosidad de
vasos papilares
y hemorragias
peripapilares
en CFN que
alcanzan arcadas
vasculares.
Fig. 1b:
Retinografía de
OI en el momento
del diagnóstico:
Borrosidad
papilar leve y
hemorragias
peripapilares en
CFN.
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vasculares, tumorales, desmielinizantes o in-flamatorios.
El estudio del paciente incluye
también niveles séricos de B12 y folato, (por
debajo de límites de la normalidad), pancito-penia
macrocítica con reticulocitosis (Hb: 3,7
gr/dL, VCM: 139.6 fL, Leucocitos: 4,3. 103/
μL, plaquetas: 36. 103/μL), hipertransamine-mia
marcada, hipoalbuminemia. ECA, ANAS,
VSG y PCR dentro de valores normales. Test
de metanol: negativo. Se realizó la siguiente
batería serológica que resultó negativa: Sífi-lis
(VDRL y FTA-ABS), VHZ, CMV, VIH,
Toxoplasma gondii y cani, Bartonella Hen-selae.
Dada su afectación hepática se solicitó
serología para VHB y VHC que resultaron
negativas. La endoscopia digestiva alta mues-tra
síndrome de Mallory-Weiss. Se descartó la
punción lumbar por el bajo índice de Quick.
Se ingresa al paciente con sospecha diag-nóstica
de neuropatía óptica tóxico-nutricio-nal,
encefalopatía de Wernicke, hepatopatía
alcohólica descompensada y anemia perni-ciosa.
Se pautan múltiples transfusiones de
sangre durante el ingreso así como reposición
de tiamina, cianocobalamina y acido fólico
durante 6 meses.
Su agudeza visual a los 6 meses del in-greso
es de NPL/ MM con persistencia de
midriasis media arreactiva. Las papilas son
pálidas con resolución del edema y de las he-morragias
peripapilares (fig. 4a). La OCT de
NO (fig. 4b) confirma su evolución hacia la
atrofia óptica.
DISCUSIÓN
La neuropatía óptica tóxico-nutricional
es una entidad rara de etiología incierta que
Figs. 2a y
2b: OCT de
NO que objetiva
aumento
del grosor
generalizado
bilateral en todos
los cuadrantes
de la CFNR, con
mayor afectación
en OD.
Fig. 3: PEV: onda
P-100 de latencia
aumentada y
amplitud reducida.
Fig. 4a:
Retinografía de OI
a los 6 meses del
diagnóstico que
muestra marcada
palidez papilar.
Fig. 4b: OCT
de NO de OI
a los 6 meses
del diagnóstico
que revela su
evolución hacia
la atrofia de la
CFNR (sectores
superior e
inferior).
BERNAL L, et al.
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describe la afectación visual debida al daño
del nervio óptico por una toxina asociado ge-neralmente
a déficits nutricionales.
Sin embargo todavía no se ha podido loca-lizar
la lesión primaria en el nervio óptico por
lo que se cree que el efecto tóxico-nutricional
podría afectar de manera difusa a la retina,
quiasma e, incluso, a los tractos ópticos (1).
Diversos fármacos (tabla 1) (1,5), alcohol
y tabaco actúan sinérgicamente junto con la
malnutrición (hipoproteinemia, déficit de vi-tamina
B1o tiamina B12 y acido fólico). La
acumulación de cianida procede de la meta-bolización
del tabaco y el ácido fórmico re-sulta
del déficit de vitamina B12 y/o fólico
(1,6).Ambos compuestos, cianida y ácido
fórmico, inhiben a nivel celular la oxidación
mitocondrial y la producción de ATP que
daña en última instancia el transporte axonal
dependiente de ATP (1,3,4). El trastorno en
la síntesis de ácidos grasos puede desembo-car
en la producción de mielina alterada (3).
Se postula que esta disrupción mitocondrial
es el mecanismo fisiopatogénico subyacen-te
común de esta entidad. Se concluye por
tanto hoy día que las NOTN son neuropatías
ópticas mitocondriales adquiridas con com-portamiento
clínico y fisiopatogénico similar
entre sí. Este cuadro clínico es extrapolable a
neuropatías ópticas mitocondriales genéticas
(pej: N.O.hereditaria de Leber).
La discromatopsia y la pérdida de ni-tidez
del color rojo unilateral suelen ser
síntomas precoces. A continuación evolucio-na
hacia un escotoma central y disminución
progresiva e indolora de agudeza visual (AV)
que se bilateraliza y que raramente cae por
debajo de 0,05, salvo en casos de ingestión
de metanol en los que es habitual manejar AV
de NPL (1).
Las pupilas suelen mantener una respues-ta
normal a la luz y a la estimulación próxi-ma.
En casos atípicos de ceguera como el
que presentamos, podemos encontrar pupi-las
dilatadas con débil o nula respuesta a la
luz. Característicamente el defecto pupilar
aferente relativo está ausente (5). El disco
óptico puede presentarse normal, hiperémico
en fases precoces (1) o más frecuentemente
atrófico. En fases subagudas como en nuestro
caso, podemos identificar edema de papila.
El edema de papila es un signo atípico en
las NOTN que por el contrario podemos en-contrar
presente en prácticamente todas las
neuropatías ópticas isquémicas y neuritis in-fecciosas.
Sin embargo, la batería de pruebas
serológicas, analíticas y de imagen descarta-ron
ambas opciones.
No disponemos de marcadores de labo-ratorio
diagnósticos de confirmación, aun-que
niveles elevados de cianida y niveles
de vitamina B12 por debajo de 100 pg/mL
orientan, respectivamente, a un probable ori-gen
tóxico (tabaco) y a déficit nutricional se-vero
(asociado a abuso de alcohol) (1,3).
Por tanto, el diagnóstico es clínico y debe
garantizar la exclusión de las siguientes enti-dades:
infarto isquémico, tumor intracraneal,
trastornos desmielinizantes y trastornos neu-rodegenerativos.
Otras entidades oftalmoló-gicas
a considerar son: degeneración macu-lar,
neuromielitis óptica y neuropatía óptica
isquémica (2,4).
Las pruebas de imagen deben incluir RM
con Gadolinio de los nervios ópticos y quias-ma.
El campo visual debe realizarse siempre
que la AV lo permita y mostrará un escotoma
central o cecocentral con una característica
preservación del campo periférico (5). En ca-sos
muy avanzados mostrará una afectación
generalizada.
En los potenciales evocados, típicamente
la amplitud de la onda P100 se encuentra mar-cadamente
disminuida con latencia normal o
elevada en casos por abuso de alcohol y/o ta-baco.
Estas pruebas difícilmente son capaces
de detectar estadios subclínicos de toxicidad,
por lo que ante una sospecha clínica precoz se
recomienda realizar campos visuales y PEV
periódicos.
El caso que presentamos es atípico por
su presentación subaguda con pérdida de
agudeza visual de 1 mes de evolución y pa-piledema
a la exploración. Habitualmente
diagnosticamos a estos pacientes en fase de
atrofia óptica tras consultar por una pérdida
progresiva y paulatina de la AV. Su marcada
Tabla 1. Causas habituales de neuropatía óptica tóxica
Causas habituales de neuropatía tóxica óptica
– Alcohol: metanol, etilenglicol (anticongelante)
– Antibióticos: cloranfenicol,sulfonamidas,linezolid
– Antipalúdicos: cloroquina, quinina
– Fármacos antituberculosos: Isoniacida, etambutol es-treptomicina
– Antiarrítmicos: digitálicos, amiodarona
– Quimioterápicos: 5-Fluorouracilo, cisplatino, carbo-platino,
paclitaxel, vincristina
– Metales pesados: mercurio, talio
– Tabaco, monóxido de carbono
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disminución de AV y su irreversibilidad tras
reposición vitamínica intensa y abstinencia
de alcohol orientan a un intenso y prolongado
hábito tóxico previo. La hipótesis de déficit
nutricional es reforzada por el diagnóstico
concomitante de encefalopatía de Wernicke y
anemia perniciosa.
El primer paso en el manejo será la sus-pensión
de cualquier agente tóxico. No dis-ponemos
de tratamiento específico, pero se
ha visto que la reposición multivitamínica
durante al menos 6 meses (100 mgr/día de
tiamina, 1 mgr/día de ácido fólico, 1 gr/día de
vit. B12) se asocia a recuperación visual así
como disminución de la incidencia y severi-dad
de la NOTN (3,7).
En general, la AV puede recuperarse a lo
largo de semanas, incluso meses. La AV se
restaura antes que la visión de colores, al
contrario de lo que sucede en el debut. Un
paciente con atrofia óptica o intensa y prolon-gada
exposición al tóxico, es mucho menos
probable que recupere su función visual (1).
CONCLUSIÓN
Actualmente se considera que las NOTN
son neuropatías ópticas mitocondriales ad-quiridas
con comportamiento clínico y fisio-patogénico
similar entre sí. Su pronóstico es
variable y depende de la naturaleza del tóxi-co,
exposición total previa a su eliminación
y del grado de pérdida visual en el momento
del diagnóstico.
El descenso de la incidencia en las últimas
décadas de esta patología hace que hoy en
día sea infradiagnosticada o identificada en
etapas muy avanzadas con poca posibilidad
de reversibilidad. Es fundamental identificar
los signos clínicos y sistémicos precoces y el
entrenamiento del oftalmólogo en su manejo
para instaurar un tratamiento precoz.
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