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ARCH. SOC. CANAR. OFTAL., 2013; 24: 54-58 ARTÍCULO ORIGINAL
Estudio de las características
epidemiológicas de las enucleaciones
y evisceraciones realizadas en nuestro
centro hospitalario durante el periodo
2007-2012
Review of the enucleations and eviscerations that
were performed in the Hospital Universitario Nuestra
Señora de la Candelaria in the period 2007-2012
Pérez Muñoz DC1, Gil Hernández MA2, Acosta Acosta B3 Abreu Reyes P4
RESUMEN
Objetivo: Describir las características epidemiológicas de las evisceraciones y enucleaciones
que se han realizado en el Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, valoran-do
sus causas y si hay un cambio de actitud quirúrgica en la técnica efectuada.
Método: Se realizó un estudio retrospectivo de las historias clínicas de los pacientes a los que
se les realizó enucleación o evisceración entre los años 2007 y 2012, teniendo en cuenta
los datos demográficos de los pacientes, el diagnóstico preoperatorio y el tipo de cirugía
realizada.
Resultados: En el periodo estudiado, en un total de 69 pacientes, se realizaron 20 enucleacio-nes
(28,57%) y 50 evisceraciones (71,42%). Con respecto al sexo, 23 eran mujeres y 46 va-rones.
La edad media en el momento de la cirugía era de 60,7 años, con un rango entre 18 y
95 años. En 59 pacientes (84,29%) se colocó un implante orbitario (Medpor®). La principal
causa de la cirugía fue la ptisis bulbi (45,71%), seguida de proceso infeccioso/panoftalmia
(22,86%), la perforación corneal espontánea (12,86%), los tumores malignos (11,43%), el
glaucoma absoluto (4,28%) y, tras traumatismo ocular (2,86%).
Conclusiones: Durante el periodo de tiempo estudiado la causa principal de evisceración fue
la ptisis bulbi. Excepto ante la presencia de tumor maligno intraocular y panoftalmia, el
procedimiento realizado con mayor frecuencia fue la evisceración debido a los beneficios
postquirúrgicos que ésta aporta, como la mejor movilidad del implante y menor número de
complicaciones.
Palabras clave: enucleación, evisceración, diagnóstico preoperatorio.
Servicio de Oftalmología. Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria. Santa Cruz de Tenerife.
1 Licenciada en Medicina. Residente de Oftalmología.
2 Doctora en Medicina y Cirugía. Adjunto F.E.A. de Oftalmología. Jefe de sección.
3 Licenciada en Medicina. Adjunto F.E.A. de Oftalmología.
4 Licenciado en Medicina y Cirugía. Jefe de Servicio de Oftalmología.
Correspondencia:
Dácil Pérez Muñoz dacilpmu@hotmail.com
Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria.
Ctra. Rosario nº 145. 38010. Santa Cruz de Tenerife.
Estudio de las características epidemiológicas de las enucleaciones y evisceraciones realizadas en nuestro centro hospitalario durante el período 2007-2012
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INTRODUCCIÓN
La controversia sobre la realización de enu-cleación
frente a la evisceración ha persistido
en la literatura durante más de 100 años (1).
La técnica de evisceración fue introducida por
Bear en 1817, consiste en la resección del con-tenido
intraocular dejando intacta la esclera y
los músculos extraoculares (2). La enucleación
consiste en resecar todo el globo ocular (3).
Para decidir el procedimiento más ade-cuado
se deben tener en cuenta varios facto-res
que se mencionan a continuación:
– Presencia de tumor maligno intrao-cular.
La evisceración está contraindicada
ante la presencia o sospecha de éste (1,3).
– Infección intraocular. Ante la endof-talmitis,
algunos cirujanos prefieren realizar
evisceración, pues se extirpa el contenido
ocular sin invadir la órbita reduciéndose el
riesgo de contaminación (3).
– Dolor ocular con amaurosis. Los ojos
dolorosos sin visión útil se pueden tratar me-diante
la enucleación o la evisceración, pues
ambas técnicas son efectivas para controlar el
dolor (1,3).
Las ventajas de la evisceración frente a la
enucleación incluyen: una menor alteración
de la anatomía orbitaria, mejor movilidad de
la prótesis puesto que no se altera la función
de los músculos extraoculares, tratamiento
más efectivo de la endoftalmitis al reducir el
riesgo de contaminación de la órbita, la inter-vención
es más sencilla y hay menor frecuen-cia
de migración y extrusión del implante (3).
Las principales desventajas de la eviscera-ción
son la diseminación de un tumor malig-no
intraocular no sospechado y el incremento
teórico del riesgo de oftalmía simpática (4).
Se ha estimado la incidencia de oftalmía sim-pática
después de un traumatismo ocular en
0,1% a 0,3% y después de la cirugía ocular
en 0,02%. (1).
La pérdida del globo ocular produce un
trauma psicológico en el paciente (5) por lo
que se deben realizar esfuerzos para que el
resultado estético sea el mejor posible (1). La
discusión de los riesgos y beneficios de cada
procedimiento, como parte del consentimien-to
informado, ayudará al cirujano y al pacien-te
a decidir el procedimiento quirúrgico más
adecuado (1).
MÉTODO
Se realizó un estudio retrospectivo de las
historias clínicas de los pacientes a los que se
ABSTRACT
Purpose: To identify the number of eviscerations and enucleations that were performed in the
Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria in the period 2007-2012 together
with what the causes were and to evaluate if there has been an attitude change in the choice
of evisceration versus enucleation.
Method: We performed a retrospective study of medical records from all patients who were
identified as having undergone enucleation or evisceration between the years 2007 and
2012, we determined the demographic data, the pre-operative diagnosis and the kind of
surgery that was performed.
Results: In the study period, 20 enucleations (28,57%) and 50 eviscerations (71,42%) were
performed in 69 patients, 23 patients were women and 46 patients were men. Mean age at
the time of the surgery was 60,7 with a range between 18 and 95 years. An orbital implant
(Medpor®) was inserted in 59 patients (84,29%). The primary cause of eye removal was
the phthisis bulbi (45,71%), followed by infectious processes/panophthalmitis (22,86%),
spontaneous corneal perforation (12,86%), malignant tumors (11,43%), absolute glaucoma
(4,28%) and after ocular trauma (2,86%).
Conclusions: During the study period the primary cause of evisceration was the phthisis bulbi.
Except for the presence of malignant tumors and infectious processes, the most frequently
procedure performed was the evisceration due to its postoperative benefits, like the better
mobility of the implant and fewer complications.
Key words: Enucleation, evisceration, pre-operative diagnosis.
PÉREZ MUÑOZ DC, et al.
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les realizó enucleación o evisceración desde
el 1 de enero del 2007 al 31 de diciembre del
2012. Se tuvo en cuenta los datos demográfi-cos
de los pacientes, el diagnóstico preopera-torio
y el tipo de cirugía realizada. Cuando un
paciente presentaba más de una patología ocu-lar
se seleccionó la que dio lugar a la decisión
de realizar enucleación o evisceración. En la
evisceración se realiza queratectomía comple-ta
con secciones esclerales, radiales, en 2 o 4
fragmentos y colocación de un implante orbi-tario
poroso de polietileno (Medpor®).
Dependiendo del estado general del pa-ciente
y del estado ocular se decide colocar el
implante en el mismo acto quirúrgico, pospo-nerlo
o no colocarlo en este caso. En la enu-cleación
se aíslan los cuatro músculos rectos,
se recubre el implante orbitario con esclera y
se suturan a ésta los músculos rectos en sus
localizaciones anatómicas normales.
RESULTADOS
En el periodo de 2007 a 2012 se realizaron
un total de 20 enucleaciones (28,57%) y 50
evisceraciones (71,42%) en 69 pacientes, de
los cuales 23 pacientes eran mujeres (33,33%)
y 46 pacientes eran varones (66,66%). La
edad media de los pacientes en el momento
de la cirugía era de 60,7 años, con un rango
entre 18 y 95 años.
La principal causa de la cirugía fue la
ptisis bulbi (45,71%), seguida de procesos
infecciosos/panoftalmia (22,86%), la perfo-ración
corneal espontánea (12,86%), los tu-mores
malignos (11,43%), el glaucoma abso-luto
(4,28%) y el traumatismo ocular (2,86%)
(fig. 1).
La ptisis bulbi fue secundaria, de mayor
a menor frecuencia, a glaucoma absoluto
(40,63%), seguido por los procesos infeccio-sos
(21,88%), traumatismos (15,63%), des-prendimiento
de retina total con proliferación
vitreorretinana (9,38%), perforación corneal
(3,13%), patología inflamatoria (3,13%) y sin
causa especificada (6,25%) (fig. 2).
Los tumores malignos fueron siete casos
melanomas de coroides, y un melanoma de
iris-cuerpo ciliar.
En los casos en los que se realizó evis-ceración
o enucleación por perforación cor-neal
espontánea, ésta se realizó como última
opción quirúrgica en ojo ciego, después de
hacer recubrimientos conjuntivales, esclera-les
o trasplante de córnea, tras los cuales se
produjo nuevamente perforación ocular con
pérdida del contenido ocular y desestructura-ción
ocular.
No se han realizado enucleaciones ni evis-ceraciones
por enfermedades perinatales.
Fig. 1: Gráfico en
el que se muestran
las causas de la
realización de
la enucleación/
evisceración.
Fig. 2: Causas de
la ptisis bulbi.
Fig. 3: Número
de evisceraciones
y enucleaciones
realizadas en cada
grupo de edad.
Fig. 4: Número
de evisceraciones
y enucleaciones
realizadas en cada
año estudiado.
Estudio de las características epidemiológicas de las enucleaciones y evisceraciones realizadas en nuestro centro hospitalario durante el período 2007-2012
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Valorando el número de evisceraciones y
enucleaciones realizadas teniendo en cuenta
la edad de los pacientes (fig. 3) se observa que
es mayor a partir de los 50 años de edad. Sólo
cuatro pacientes tenían menos de 30 años en
el momento de realizar la cirugía ocular, los
diagnósticos de estos pacientes fueron 1.º pti-sis
bulbi secundaria a traumatismo ocular, 2.º
ptisis bulbi secundaria a glaucoma con ante-cedente
de traumatismo ocular en la infancia,
3.º melanoma de coroides y 4.º endoftalmitis.
Con respecto a la técnica efectuada en
cada año (fig. 4), observamos una diferencia
entre el número de enucleaciones realizadas
en el año 2007 con respecto a los siguientes
años, donde predomina la técnica de evisce-ración
coincidiendo con la patología que pre-sentaban
los pacientes (fig. 5).
Al considerar el tipo de procedimiento
realizado según el diagnóstico (fig. 6) en to-dos
los casos de melanoma se realizó enuclea-ción.
En nueve de dieciséis casos de procesos
infecciosos/panoftalmia el procedimiento fue
la enucleación, la tendencia actual es a reali-zar
evisceraciones. En el resto de patologías
se realizó con mayor frecuencia evisceración.
Fig. 5: Gráficos
en los que se
muestran las
causas de la
cirugía en cada
año estudiado.
PÉREZ MUÑOZ DC, et al.
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En 59 pacientes (84,29%) se colocó un
implante orbitario (Medpor®). Se aprecia un
incremento en el número de implantes orbita-rios
empleados, pues en el año 2007 se colocó
en el 30% de los pacientes, siendo este por-centaje
mayor en los siguientes años (fig. 7).
Con respecto a las complicaciones de dichos
implantes, durante el periodo de tiempo estu-diado
solo se han detectado dos extrusiones,
en una de ellas se empleó injerto dermograso
y en la otra se colocó una nueva prótesis sin
requerir injerto dermograso.
CONCLUSIONES
En general, los motivos que llevan a ex-traer
el globo ocular van desde traumatismos
severos donde es imposible reconstruir el glo-bo
ocular (esta causa es cada vez menos fre-cuente),
ojos que han perdido su visión y pro-ducen
dolor, o globos oculares sin visión que
han quedado severamente desestructurados.
Efectuar hoy en día la enucleación o evis-ceración
depende de la indicación específica
y de la preferencia del oftalmólogo. Está bien
establecido que la evisceración reporta mejo-res
resultados estéticos al conservar la movi-lidad
ocular, disminuye el riesgo de enoftal-mía
posquirúrgica y posibles complicaciones
de la cirugía. Los resultados cosméticos des-pués
de una enucleación, aun en el caso de in-clusión
de un implante orbitario, serán peores
que cuando se ejecuta una evisceración.
En nuestra revisión, durante el periodo de
tiempo estudiado, la causa más frecuente de
extracción del globo ocular fue la ptisis bul-bi,
y la menos frecuente la secundaria a trau-matismo
ocular. Dentro de la ptisis bulbi son
los glaucomas absolutos los que presentan un
mayor porcentaje.
Con respecto a las complicaciones pos-tquirúrgicas,
a pesar de aumentar el número
de implantes orbitarios no apreciamos un au-mento
de las mismas.
Excepto ante la presencia de tumor malig-no
intraocular y procesos infecciosos, el pro-cedimiento
realizado con mayor frecuencia
fue la evisceración debido a los beneficios pos-tquirúrgicos
que ésta aporta, como son: mejor
estética orbitaria al respetar más la anatomía
y presentar menos migraciones, mejor movili-dad
del implante y menor número de compli-caciones
como la extrusión. Por ello, creemos
que la evisceración es la técnica de elección,
siempre y cuando se pueda preservar el tejido
escleral y no exista un tumor intraocular.
BIBLIOGRAFÍA
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5. Soares IP, França VP. Evisceration and enuclea-tion.
Semin Ophthalmol. 2010; 25(3): 94-97.
Fig. 7: Número
de implantes
orbitarios
colocados en cada
año estudiado.
Fig. 6: Tipo
de cirugía
realizada según el
diagnóstico.