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ARCH. SOC. CANAR. OFTAL., 2012; 23: 1-2 EDITORIAL
Profilaxis de la endoftalmitis
postquirúrgica en cirugía de catarata
Abreu JA, Aguilar JJ, Abreu R, Cordovés L
La frecuente práctica de la operación de la catarata, convierte a la misma en la primera causa
de endoftalmitis, a menudo con severas consecuencias clínicas, elevado costo sanitario y, ade-más,
frecuente causa de reclamación por negligencia profesional. La infección postoperatoria
es la forma más común de endoftalmitis bacteriana exógena.
Respecto a si hacer o no profilaxis antibiótica se considera que en una cirugía limpia no
está justificada, salvo que se realice implantación de prótesis (1), como ocurre en la cirugía
de la catarata con implantación de lente intraocular, aunque lo más importante es disminuir o
eliminar los factores de riesgo tanto de causa externa como propios del paciente, puesto que la
profilaxis antibiótica no ofrece una cobertura universal frente a todo tipo de gérmenes (2). Entre
los externos hay que considerar una técnica quirúrgica aséptica que minimizaría la contamina-ción
a través del instrumental, sustancias usadas en cirugía, flora del personal de quirófano, etc.
El personal, la esterilización del material quirúrgico, y la higiene del quirófano como factor de
riesgo de desarrollar una endoftalmitis (3), tanto infecciosa como estéril (toxic anterior segment
syndrome, TASS) (4), habitualmente están subestimados.
El análisis constante de la evidencia disponible desde la perspectiva de los diferentes esce-narios
clínicos, permite establecer grados de recomendación para el ejercicio de procedimientos
diagnósticos, terapéuticos, preventivos y económicos en salud. Actualmente la evidencia avala
la eficacia de la povidona yodada (PI) como antiséptico en el preoperatorio para limpieza de
piel y superficie ocular (5), y el estudio multicéntrico europeo llevado a cabo por la ESCRS
(Sociedad Europea de Cirujanos de Catarata y Refractivos) (6), el uso de la cefuroxima intra-camerular
al finalizar la cirugía. El uso de moxifloxacino tópico –es la indicación que figura en
su ficha técnica–, valorando las publicaciones existentes sobre su tolerabilidad y eficacia por
esta vía (7-9), y/o administrado intracamerular (10), demuestra ser seguro eficaz en el postope-ratorio
disminuyendo la carga bacteriana de la superficie ocular, además del posible beneficio
derivado de su penetración intraocular.
Siguiendo la clasificación del OCEBM (Oxford Centre for Evidence-based Medicine) (11),
el uso de la PI en el preoperatorio tiene un nivel de evidencia (NE) 1c-2a y un grado de reco-mendación
(GR) B; el uso de la cefuroxima intracamerular tiene un NE 1b y un GR A (3); el
uso de moxifloxacino tópico y/o intracamerular tiene un NE 4 y un GR C.
En la actualidad son varias las propuestas de profilaxis de la endoftalmitis postquirúrgica.
Nuestro objetivo ha sido –tras recoger la información referente a los niveles de evidencia de
eficacia de los diferentes fármacos propuestos actualmente–, obtener un protocolo adecuado
mediante el uso combinado de los mismos.
En la edición de FacoElche 2011 (12) propusimos como protocolo de profilaxis el que hemos
denominado «Protocolo PCM» (P=Povidona, C=Cefuroxima, M=Moxifloxacino): povidona iodada
(PI) al 5% en la superficie ocular en el preoperatorio inmediato, cefuroxima (1 mg/0,1 ml) intraca-merular
al finalizar la cirugía, y moxifloxacino al 0,5% tópico en el postoperatorio (4xdía, 7 días).
La cefuroxima intracamerular es desde 2006 en Europa la principal forma de profilaxis
antibiótica en cirugía intraocular. Como no disponemos en la actualidad de una preparación
comercial para uso intraocular, se puede solicitar su preparación a través de los servicios de far-macia
hospitalaria, o directamente en el quirófano. De forma práctica se puede consultar cómo
realizar su preparación en la web Facoelche, dentro de su sección utilidades (12).
El protocolo PCM cumple con la «Lex Artis» (hacer lo que su ciencia, su arte, indiquen
como adecuado en cada momento y circunstancia), lo que sería un atenuante ante una deman-da
por una endoftalmitis que puede tener otras muchas causas como el incumplimiento de las
ABREU JA, et al.
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instrucciones dadas al paciente; no debemos olvidar algunas sentencias desfavorables para el
oftalmólogo basadas en el «daño desproporcionado»: afectación del resultado funcional –inclu-so
pérdida anatómica del globo ocular–, por una «simple» cirugía de catarata (lo de calificar de
«simple» ha sido propiciado por algunos oftalmólogos que en su afán de «captar» pacientes, la
venden así).
Entendemos que en este momento el Protocolo PCM es la mejor opción de profilaxis de la
endoftalmitis postquirúrgica a nuestro alcance; serán futuros estudios y nuestra propia eviden-cia
clínica quien demostrará su seguridad y costo-efectividad.
BIBLIOGRAFÍA
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11. Oxford Centre for Evidence-based Medicine (CEBM). Centre for Evidence Based Medicine - Levels of
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12. Facoelche. Disponible en: http://www.facoelche.com [Consulta: 15 enero de 2012].