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ARCH. SOC. CANAR. OFTAL., 2008; 19: 42-46 CASO CLÍNICO
Quiste estromal de iris.
A propósito de un caso
Iris stromal cyst. Case report
DEL-RAZO-MARTÍNEZ OE1
RESUMEN
Los quistes de iris, en conjunto con los nevos de iris, son los tumores benignos más frecuentes
del segmento anterior.
Son lesiones poco comunes que con frecuencia son advertidas por el propio paciente, refirien-do
una lesión blanquecina de varios meses, incluso años de evolución, indoloros, y con
aumento progresivo de volumen. Suelen también encontrarse durante una exploración oftal-mológica
de rutina.
En el pasado, antes del uso de las técnicas de ecografía ocular y ultrabiomicroscopia, muchas
de estas lesiones llevaban a la decisión de enuclear, ante el temor de encontrarse frente a
una lesión maligna, principalmente melanoma.
Palabras clave: Quiste iris, quistes epiteliales, quistes estromales, ultrabiomicroscopía.
ABSTRACT
Iris cysts, together with iris nevus, are the most frequent benign tumors of the anterior segment.
They are uncommon lesions that frequently are noticed by the patient, who refers a white
lesion of several months, or even years of evolution, painless, and with progressive volume
increase. Frequently they are also discovered during a routine ophthalmologic examination.
In the past, before ocular echography and ultrabiomicroscopy techniques appeared, many of
these lesions led to the decision of enucleating, because of the fear of having a malignant
lesion, especially a melanoma.
Key words: Iris cyst, epithelial cyst, stromal cyst, ultrabiomicroscopy.
Asociación para Evitar la Ceguera en México. Hospital Dr. Luis Sánchez Bulnes. México, D.F.
1 Residente de tercer año de Oftalmología.
Trabajo presentado en el Congreso de Segmento Anterior del CMCC (Consejo Mexicano de Cirujanos de
Catarata) en Cancún (Quintana Roo, México, 2006).
Correspondencia:
Oscar Eduardo Del-Razo-Martínez
Vicente García Torres, n.º 46
Col. San Lucas Coyoacan 04030 México D.F.
México
doctoroscardelrazo@hotmail.com
INTRODUCCIÓN
Los quistes de iris son lesiones benignas
que pueden originarse de los diferentes teji-dos
del órgano, representan las lesiones que,
con mas frecuencia son confundidas con
melanoma del iris (1), pues presentan carac-terísticas
clínicas que pueden confundirlos
con tumores malignos intraoculares (2), de
hecho, en el pasado, algunos casos de ojos
con estas lesiones quísticas fueron enuclea-dos
ante la fuerte sospecha de melanoma
maligno (3), principalmente antes del uso de
las técnicas de ecografía ocular y biomicros-copía
ultrasónica. Son, en conjunto con los
nevos, las lesiones tumorales benignas mas
frecuentes del segmento anterior (4).
Los quistes de iris se clasifican en prima-rios
aquellos cuya etiología es desconocida, y
en secundarios aquellos cuya etiología es
secundaria a trauma, fármacos, tumores
malignos o parásitos (tabla I) (5).
Estas lesiones de iris son poco comunes,
Shields y cols describen que la mayoría de
los quistes primarios tanto en niños como en
adultos derivan del epitelio pigmentado del
iris. Encuentran una incidencia en niños de
77% para aquellos epiteliales, y 16% para los
estromales (6). Algunos autores describen
quistes múltiples en hasta el 37,8% de los
casos (7). En la actualidad el tratamiento de
estas lesiones es aun controvertido, no encon-trándose
aun consenso para su manejo, y es
este, tan variado como el tipo de quiste iri-diano
ante el que el médico oftalmólogo se
encuentre.
Gracias al avance en las técnicas de ima-gen
en oftalmología, lesiones como estas
pueden ser reconocidas con gran certeza
diagnóstica pese al gran reto que esto repre-senta,
más si embargo, la exploración biomi-croscópica
minuciosa, es indispensable para
una apropiada conducta terapéutica.
Los quistes estromales espontáneos de iris
son raros entre las lesiones quísticas de este
órgano, y usualmente se identifican en edades
tempranas. A diferencia de otros tipos de
quistes estos no están relacionados con ante-cedente
de trauma.
En este artículo, describimos el caso de un
paciente de la cuarta década de la vida con un
quiste estroma, el cual fue tratado mediante
cistotomía con Nd: YAG láser.
DESCRIPCION DEL CASP
Se trata de una paciente de 34 años de
edad, que consulta en nuestra institución por
notar una masa blanquecina, indolora, en el
ojo derecho de tres años de evolución (fig. 1),
y con aumento progresivo de volumen. Al
interrogatorio no se encontraban anteceden-tes
familiares de un caso similar.
La paciente padece esclerodermia, la cual
fue diagnosticada 3 meses atrás, y se encuen-tra
en tratamiento a base de Prednisona 5
mg/día, Hidroxicloroquina 200 mg/día, y
Metotrexate 12,5 mg/semana. La paciente
negaba antecedentes de cirugía o trauma ocu-lar.
Al examen oftalmológico la agudeza
visual del ojo derecho era de 2,5/10, que
mejoraba con estenopéico a 10/10, y de 10/10
Quiste estromal de iris. A propósito de un caso
Tabla I. Clasificación de los quistes de iris (Shields)
I. Quistes primarios
A) Del Epitelio Pigmentario
1. Centrales
2. De la zona media
3. Periféricos (iridociliares)
4. Libres
B) Del Estroma
1. Congénitos
2. Adquiridos
II. Quistes secundarios
A) Epiteliales
1. Proliferación epitelial
Posquirúrgicos
Postraumáticos
2. Quistes perlados
3. Quistes inducidos por medicamentos
B) Secundarios a tumores intraoculares
1. Meduloepitelioma
2. Melanoma uveal
3. Quistes por parásitos
Fig. 1:
Tumoración de iris
en ojo derecho.
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en el ojo izquierdo. Su refracción era de OD:
+0,00 -2,25 x 130°, OI: +0,00 -0,50 x 85°. La
presión intraocular (PIO) de 12 mmHg en
ambos ojos. El examen palpebral era de
características normales, sin masas ni lesio-nes.
La conjuntiva de ambos ojos era de
características normales. La biomicroscopía
del ojo derecho mostraba una masa de aspec-to
quistico translúcida en el sector inferior
temporal del iris, con aparente líquido claro.
A través de la masa se apreciaba el epitelio
pigmentado del iris (EPI); la masa mostraba
toque endotelial corneal en ese mismo sector,
aproximadamente en un área de 5,0 x 3,0
mm, no había edema corneal, pero provocaba
deformación pupilar (fig. 2). No tenía células
en la cámara anterior (CA).
Bajo dilatación farmacológica se apreciaba
un aspecto fusiforme del quiste con dimensio-nes
de aproximadamente 6,0 x 5,0 mm (fig. 3).
En esta misma zona el ángulo camerular se
encontraba cerrado, y el resto en grado IV de
Shaffer (8). El cristalino se encontraba trans-parente
sin desplazamiento. El polo posterior
y periferia del ojo derecho eran de caracterís-ticas
normales. El ojo izquierdo era de carac-terísticas
normales.
Se efectuó ultrabiomicroscopia (UBM) de
alta frecuencia (50 MHz), el cual confirmó la
naturaleza quística de la masa, y se describió
una lesión única de 5,0 x 5,0 mm, anecoica,
sin septos en su interior, dependiente de iris
en el meridiano de las VII, y delimitada por
ambos epitelios iridianos (figss 4 y 5).
En vista del tamaño de la lesión, se propuso
efectuar cistotomía con Nd: YAG láser, la cual
se llevó a cabo sin complicaciones, y se mane-jó
con tratamiento a base de Prednisolona tópi-ca
al 1% en esquema de reducción, y Timolol al
0,5% cada 12 horas durante 5 días. La paciente
cursó con mínima inflamación de la cámara
anterior (células 1+), y la PIO se mantuvo den-tro
de rangos normales. El quiste disminuyó su
diámetro, y el borde pupilar se normalizó. Tres
meses después el quiste ha permanecido sin
cambios posterior al tratamiento (figs. 6 y 7).
DISCUSIÓN
Los quistes de iris son tumores poco fre-cuentes
que presentan una evolución impre-decible,
la cual puede cursar con estabilidad
de la lesión sin crecimiento, aumento de
volumen progresivo, o regresión con colapso
espontáneo del mismo (9,10).
Los quistes estromales, pueden ser congé-nitos
o adquiridos de acuerdo a la clasifica-ción
propuesta por Shields y cols (5). Los
DEL-RAZO-MARTÍNEZ OE
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Fig. 2:
Tumoración de
iris de 5.0 x 3.0
mm, sin edema
corneal, y con
deformación
pupilar.
Fig. 3:
Tumoración de
iris bajo
dilatación
farmacológica.
Fig. 4:
Ultrabiomicros-copía
que
demuestra la
naturaleza
quística de la
masa, de 5,0 x 5,0
mm, anecoica, sin
septos en su
interior,
dependiente de
iris en el
meridiano de las
VII, y delimitada
por ambos
epitelios iridianos.
congénitos clínicamente se aprecian como
masas quísticas, translucidas de paredes del-gadas
con liquido claro en su interior, y pue-den
presentar ligero cúmulo de pigmento;
pueden adherirse al endotelio corneal, pero
esto depende de su tamaño. Se originan de el
tercio medio y externo de la periferia del iris,
comúnmente entre los meridanos de las 5 a 7
(11). La etiología es aún incierta, con diver-sas
teorías propuestas que van desde a) for-mación
por elementos derivados del neuroec-todermo
(12), b) fallas en la fisura embriona-ria
(13), c) derivadas de elementos ductales
ectópicos de la glándula lagrimal (14,15),
hasta d) formación por epitelio conjuntival
retenido al momento de la separación de la
vesícula cristaliniana del ectodermo de
superficie (16).
Es obligatorio realizar el diagnóstico dife-rencial
con el melanoma uveal, principal-mente
con melanomas del cuerpo ciliar, debi-do
a que existen lesiones malignas de esta
naturaleza con aspecto quístico similar a un
quiste primario (17). Es indispensable des-cartar
entre los diagnósticos diferenciales el
nevus del iris, el adenoma de iris, el melano-ma
de iris (dado que es la lesión maligna pri-maria
mas frecuente de este órgano) (18), el
melanocitoma y el meduloepitelioma.
El estudio debe complementarse con ultra-sonido
modo A y modo B, así como con UBM
de alta frecuencia (50 mHz), para estudiar las
características ultrasonográficas de la lesión, y
ayudar a los diagnósticos diferenciales.
Las complicaciones descritas de los quis-tes
iridianos incluyen edema corneal, forma-ción
de catarata, glaucoma de ángulo abierto
y cerrado, síndrome de dispersión de pig-mento
y síndrome de iris plateau (1).
El manejo propuesto es discutible, pues
existen diferentes trabajos que hablan del uso
de iridectomía en sector (19,20), punción del
quiste (6), crioablación (21), fotocoagulación
con láser de Argón (22-25), y unos reportes
en la literatura con cistotomía con Nd: YAG
láser (26-29), con buenos resultados posterior
al procedimiento, sin recurrencia, pero con
un seguimiento menor a un año en todos los
casos. De igual forma, en nuestro paciente
pudimos observar una adecuada evolución
con el uso de cistotomía asistida por Nd:
YAG láser, sin recurrencia a los 3 meses pos-terior
al procedimiento.
CONCLUSIONES
Consideramos importante la exploración
oftalmológica biomicroscópica minuciosa y
detallada para la orientación diagnóstica de
este tipo de lesiones, así como el uso de las
Quiste estromal de iris. A propósito de un caso
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Fig. 5:
Ultrabiomicros-copía
que
demuestra la
naturaleza quística
de la masa, de 5.0
x 5.0 mm,
anecoica, sin
septos en su
interior,
dependiente de iris
en el meridiano de
las VII, y
delimitada por
ambos epitelios
iridianos.
Fig. 6: Quiste tres
meses después de
posterior al
tratamiento.
Fig. 7: Quiste tres
meses después de
posterior al
tratamiento.
DEL-RAZO-MARTÍNEZ OE
46 ARCH. SOC. CANAR. OFTAL., 2008; 19: 42-46
técnicas de ultrasonografía ocular para el
apoyo diagnóstico. El uso de láser Nd: YAG
se ha reportado como un método terapéutico
exitoso en diversas publicaciones, pero consi-deramos
que aun falta realizar un estudio
prospectivo controlado para valorar sus ven-tajas
y complicaciones a largo plazo.
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