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ARCH. SOC. CANAR. OFTAL., 2006; 17: 1-2 EDITORIAL
La subespecialización
oftalmológica: una necesidad social
Ophthalmological Subspecialization:
a Social Need
AMIGÓ A, PÉREZ SILGUERO MÁ
La oftalmología es una especialidad relativamente reciente en el contexto de las especia-lidades
médicas. De hecho, los asuntos del aparato ocular podíamos aún verlos como una par-te
de la ORL hasta el recién terminado siglo. El desarrollo tecnológico permitió hacer cada
vez más grande aquel pequeño organo visual y que la oftalmología adquiriera entidad de espe-cialidad
diferenciada con especialistas sobresalientes en las enfermedades de los ojos. Estos
nos marcaron y como maestros hemos justamente querido imitarlos en lo posible y ser oftal-mólogos
íntegros e integrales. Sólo que el tiempo continúa transcurriendo y el desarrollo tec-nológico
creciendo al tiempo que las necesidades sociales.
La progresiva complejidad de la oftalmología permite ofrecer tratamientos cada vez más
sofisticados llegando a imposibilitar el dominio de todos los apartados de la especialidad por
una sola persona. Para solventar esta realidad, en los EEUU, como no, la subespecialización
oftalmológica es un hecho que coexiste con los «comprehensive ophthalmologists» denomina-ción
políticamente correcta del oftalmólogo general tan útil como imprescindible en la moder-na
oftalmología.
En España, esta realidad va tomando forma más lentamente y afectando a las diferentes
comunidades de manera centrífuga. Canarias no es ni debe ser una excepción. La subespe-cialización
en segmento anterior y posterior es en la práctica un hecho en nuestras islas pero
se impone aún la necesidad de una mayor diferenciación. Así, la presencia de glaucomatólo-gos,
cirujanos oculoplásticos, cirujanos refractivos u oftalmólogos pediátricos entre otros, es
necesaria en nuestra comunidad si queremos poder cubrir una necesidad social que de otro
modo es causa comprensible de «emigración» temporal de los pacientes en busca de estos
subespecialistas en otras comunidades.
El primer problema que surge es cómo un especialista en oftalmología puede acceder a
la subespecialización. El programa de «fellowship» tan desarrollado, en los EEUU es proba-blemente
un ejemplo a seguir y del que podemos informarnos a través de www.aupofcc.org. En
el seno de su sociedad oftalmológica existe un directorio de ofertas de centros subespecializa-dos
para la formación de los oftalmólogos interesados. Otra cosa es la negociación de las con-diciones
de trabajo que varía necesariamente entre los diferentes ofertas y ha de negociarse.
En España esta surgiendo un incipiente mercado de formación subespecializada. Y una buena
señal es ver cómo en el interior de esta revista podemos leer a jóvenes canarios subespecia-listas,
formados en centros españoles de referencia y que nos actualizan en materias de su
subespecialidad. Pero más aún que el lento progresar de los hechos aislados, se impone la
mentalización de los órganos directivos de la oftalmología canaria en la necesidad de moder-nizar
la especialidad potenciando y difundiendo la formación subespecializada. Sólo así con
el convencimiento de los oftalmólogos canarios podremos mantener el ritmo de modernización
necesario en nuestra pujante comunidad autónoma.