ARCH. SOC. CANAR. OFTAL., 2004; 15: 17-20
Estudio de las anomalías oculares
en la población infantil de la
Comarca de Acentejo
(Isla de Tenerife)
Ocular anomalies in the infantile population of
the District of Acentejo (Tenerife Island)
ABREU REYES JA1, ICETA GONZÁLEZ I2, QUINTANA HERRERA C3
Hospital Universitario de Canarias. La Laguna. Tenerife. España.
1 Doctor en Medicina. Especialista en Oftalmología.
2 Licenciado en Medicina. Especialista en Oftalmología.
3 Licenciada en Medicina. Especialista en Pediatría.
Proyecto de Investigación PI 61/98 financiado por la Fundación Canaria de Investigación y Salud (FUNCIS).
Correspondencia:
J.A. Abreu Reyes
Avda. de Tinguaro, 9
38370 La Matanza (Tenerife)
España
E-mail: jabreu@oftalnet.nu
RESUMEN
Objetivo: Conocer la incidencia de patología visual en la población infantil de la Comarca de
Acentejo (La Matanza-La Victoria) en Tenerife , zona rural distante de los ambulatorios con
asistencia especializada, contando con la colaboración de la pediatra del centro de salud.
Métodos: La pediatra fue la responsable del despistaje inicial (comprobar la existencia de alte-raciones
anatómicas en ojos o anejos hasta los 4 años, añadiendo el estudio de la agudeza
visual a partir de dicha edad), con posterior valoración en el propio centro por un oftalmó-logo
desplazado para dicha labor, de los niños que mostraban alguna alteración anatómica
o que tenían una agudeza visual anormal.
Resultados: Han sido revisados 920 niños por la pediatra, remitiendo 59 considerados con
alguna anormalidad para estudio por el oftalmólogo que confirmó la existencia de patolo-gía
en 14, estando previamente diagnosticados 4. Los otros 45 niños se consideraron den-tro
de la normalidad.
Conclusiones: Consideramos que el pediatra de los centros de salud tiene un importante papel
en la detección de las anomalías visuales en la infancia, debiendo disponer para ello de los
medios diagnósticos necesarios; si además cuenta con la asistencia periódica de un oftal-mólogo
al centro de salud para realizar los estudios específicos y confirmación de los casos
patológicos, disminuiría de manera importante la demanda de consulta a los ambulatorios
con asistencia especializada.
Palabras clave: Ambliopía, prevención, infancia.
ARTÍCULO ORIGINAL
INTRODUCCIÓN
Se puede afirmar que la base de muchos
fracasos escolares está en un problema de
visión. Hay que tener en cuenta la importan-cia
de la eficiencia visual en clase ya que el
75 % del tiempo académico requiere el fun-cionamiento
del sistema visual. Si se previe-ne
este fracaso por causa visual se evitaran
alteraciones en su desarrollo personal, con
consecuencias importantes para la integra-ción
social futura.
La ambliopía (ojo vago) afecta al 1-3% de
la población general y a más del 5% de los
preescolares. Entre sus causas más frecuen-tes
están el estrabismo y las alteraciones
refractivas. En los preescolares es asintomá-tica,
y si no es secundaria a estrabismo sólo
se detectará casualmente salvo que se reali-cen
programas de despistaje.
Actualmente no existe duda de que el nivel
visual que se alcanza con tratamiento ade-cuado
es mayor cuanto menor es la edad del
niño a la que se detecta la ambliopía. Por este
motivo nos planteamos la posibilidad de rea-lizar
una campaña de detección precoz en
una población eminentemente rural, con
importante aislamiento respecto al acceso a
la atención especializada, contando con la
colaboración de la pediatra del centro de
salud para la realización del estudio inicial, y
el desplazamiento al propio centro de un
oftalmólogo para practicar las pruebas espe-cíficas
a los niños que fueron considerados
como patológicos inicialmente.
Con nuestro estudio se pretendió detectar
y tratar inicialmente las anomalías visuales
causantes o no de ambliopía. Así mismo que-ríamos
comprobar la eficacia de una nueva
vía de medicina preventiva agilizando la
asistencia al desplazarse un oftalmólogo al
centro de salud para el estudio selectivo de
los pacientes detectados como patológicos
por el pediatra, pues en una experiencia ante-rior
realizada en colegios se hizo sin colabo-ración
de este por lo que fue necesario la
revisión personal de todos los niños lo que
significó la inversión de mucho tiempo (1).
MATERIAL Y MÉTODO
La Comarca de Acentejo, situada en el
norte de Tenerife, está constituida por los
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ABREU REYES JA, et al.
SUMMARY
Objective: To study the incidence of visual pathology in the infantile population of the district
of Acentejo (La Matanza-La Victoria) in Tenerife, a rural area distant from the health cen-ters
with specialized attendance counting with the help of a paediatrician.
Methods: The paediatrician was responsible for the initial exploration (to check out the exis-tence
of anatomical alterations in eyes or adnexa until the age of 4 years, and to study of
the visual acuity from this age). Children who showed some kind of anatomic alteration or
who had abnormal visual acuity were later evaluated by the ophthalmologist in the centre.
Results: 920 children were revised by the paediatrician, remitting 59 considered with some
abnormality for study for the ophthalmologist that confirmed the existence of pathology in
14, being previously diagnosed 4. The other 45 children were considered inside the norma-lity.
Conclusions: We consider that the paediatrician of the primary assistance centres, provided
with the necessary devices to diagnose, has an important role in the detection of the visual
anomalies in the childhood. The periodic attendance of an ophthalmologist to the primary
assistance centre to carry out the specific studies and to confirm the pathological cases,
would decrease in an important way the demand of consultations of the specialized health
centre.
Key words: Amblyopia, prevention, childhood.
municipios de La Matanza y La Victoria. El
estudio se ha realizado a los niños que acu-den
a revisiones pediátricas programadas. Se
incluyeron a un total de 920 niños de 0 a 14
años, todos ellos revisados por la pediatra,
que previamente se reunió con el oftalmólo-go
para unificar criterios de exploración y de
normalidad o patología según las diferentes
edades.
Hasta los 3 años la exploración realizada
consistió en detectar malformaciones palpe-brales
(ptosis, blefarofimosis, asimetrías,
etc.), patología de la vía lagrimal (lagrimeo,
supuración, etc.), malformaciones del globo
ocular (microftalmos, megalocórnea, defor-maciones
pupilares, catarata, etc.) y trastor-nos
en la motilidad ocular (estrabismo). A
partir de los 3 años y hasta los 14 también se
realizó la toma de la agudeza visual utilizan-do
los optotipos de Pigassou o de Wecker
según el grado de colaboración.
Los niños detectados como patológicos
fueron citados en el propio Centro de Salud
para ser sometidos a una exploración com-pleta
(incluyendo estudio de refracción bajo
cicloplejía) por el oftalmólogo, y determinar
así la existencia o no de una alteración
visual. A las familias de los niños con pato-logía
se les informó del defecto encontrado,
se le instauró tratamiento inicial, y con el
debido informe fueron remitidos al oftalmó-logo
de zona para seguir su evolución.
RESULTADOS
De los 920 niños valorados por la pediatra
59 fueron considerados patológicos, siendo
posteriormente valorados por el oftalmólogo;
de ellos, 45 no presentaban alteración oftal-mológica
alguna (76% de falsos positivos,
respecto a los que el pediatra sugirió valora-ción
por el oftalmólogo) y de los otros 14
con patología ya 4 estaban en tratamiento
oftalmológico (fig. 1). El elevado porcentaje
de falsos positivos se debe a que solo se ha
hecho un solo grupo de pacientes patológi-cos,
descendiendo el mismo si solo se valo-ran
los niños que colaboran en la toma de la
agudeza visual.
De los 4 niños con patología ya en trata-miento,
2 lo eran por presentar estrabismo y
2 por tener una ametropía bilateral. De los 10
niños con patología desconocida, 2 estaban
en el grupo de edad de 1-3 años (1 con nis-tagmus
y 1 con estrabismo-ambliopía), 1 en
el grupo de edad de 4-5 años (astigmatismo
bilateral), 3 en el grupo de edad de 6-7años
(1 con anisometropía-ambliopía, 1 con mio-pía
bilateral, 1 con astigmatismo e hiperme-tropía),
1 en el grupo de edad de 7-8 años
(astigmatismo bilateral), 1 en el grupo de
edad de 9-10 años (estrabismo), 2 en el gru-po
de edad de 11-13 años ( 1 con anisome-tropía-
ambliopía, 1 con miopía bilateral)
(figs. 2 y 3).
De los 14 niños patológicos, 8 presentaban
ambliopía (57,14%), y solo 2 (14,28%) habían
recibido tratamiento.
Encontramos mayor cantidad de niños
patológicos a partir de los 5 años, pudiendo
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Defectos visuales en la infancia
Fig. 1: Gráfica
resumen de la
población
estudiada.
Fig. 2:
Distribución de
los niños por
edades a los
cuales se les
detectó patología
desconocida
previamente al
examen.
Fig. 3:
Distribución de
las patologías
detectadas a los
niños.
ello estar justificado por la no asistencia a los
controles pediátricos.
DISCUSIÓN
Hasta los 3 años la exploración realizada
por la pediatra consistió en detectar malfor-maciones
palpebrales (ptosis, blefarofimosis,
asimetrías, etc.), patología de la vía lagrimal
(lagrimeo, supuración, etc.), malformaciones
del globo ocular (microftalmos, megalocór-nea,
deformaciones pupilares, catarata, etc.)
y trastornos en la motilidad ocular (estrabis-mo).
A partir de los 3 años y hasta los 14
también se realizó la toma de la agudeza
visual utilizando los optotipos de Pigassou o
de Wecker según el grado de colaboración.
Consideramos que es la manera más eficaz
para la detección de anomalías visuales sobre
todo de tipo refractivo, como opinan otros
autores (2).
La causa más frecuente de patología
visual hallada fueron los defectos de refrac-ción
seguidos de los estrabismos como ocu-rre
en otras series (3,4).
Uno de los problemas con los que se
encuentran los programas de despistaje no
realizados por oftalmólogos en niños que no
colaboran en la toma de la agudeza visual, es
el elevado número de falsos positivos: 76%
en nuestro estudio y 75% en el de William-son
(3). En nuestro trabajo debe tenerse en
cuenta que la pediatra es la primera vez que
participa en un estudio de patología visual
donde se incluyen niños de 0 a 3 años, sien-do
posible que ante la duda citara los casos
límite para valoración por el oftalmólogo.
Hemos encontrado que de los 14 niños con
patología 10 no lo sabían (71%), cifra supe-rior
al 50% encontrado en un estudio realiza-do
por pediatras en Puerto Rico(5), si bien
solo se incluyeron en el mismo niños de 3 a
5 años.
Nosotros pensamos a la vista de los resul-tados
que el pediatra debe y puede hacer el
despistaje entre los niños que colaboren en la
toma de la agudeza visual, mientras que los
no colaboradores, los de alto riesgo (bajo
peso al nacer, historia familiar de estrabismo,
anormalidades oculares congénitas y enfer-medades
sistémicas asociadas con manifesta-ciones
oculares) serían revisados directa-mente
por el oftalmólogo.
Coincidimos con Barry (6) en que resulta-ría
muy costoso implantar un sistema de des-pistaje
llevado a cabo por oftalmólogos, aun-que
si bien ello es necesario cuanto se revi-san
niños en edades en que la exploración
tiene que ser objetiva. Creemos que los
pediatras son una buena opción cuando es
posible realizar una exploración subjetiva,
sobre todo si tenemos en cuenta que en
muchas ocasiones el fallo en la toma de la
agudeza visual en edades tempranas es debi-do
al retraimiento que experimentan los
pequeños ante un adulto nuevo.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a la Dra. Alicia Suárez Gutié-rrez,
Directora de la Zona Sanitaria de Acente-jo,
y al personal de enfermería de la misma, su
ayuda entusiasta y desinteresada en el desarro-llo
de este proyecto de investigación.
BIBLIOGRAFÍA
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