ARCH. SOC. CANAR. OFTAL., 2003; 14: 49-52
La ptosis palpebral.
Nuestra experiencia
Ptosis palpebral. Our experience
PÉREZ SILGUERO D1, MEDINA RIVERO F1, PÉREZ SILGUERO A1,
GARCÍA DELPECH S1, JIMÉNEZ GARCÍA A2, BERNAL BLASCO I2
1 Doctor en Medicina y Cirugía.
2 Licenciado en Medicina y Cirugía.
Correspondencia:
David Pérez Silguero
H. Materno Infantil
Avda. Marítima, s/n
Las Palmas de Gran Canaria
España
RESUMEN
Nuestro objetivo es exponer la experiencia en la ptosis palpebral de la recién creada unidad de
oculoplastia del H. Universitario Materno Infantil, H. Universitario de Gran Canaria Dr.
Negrín.
Presentamos los casos intervenidos, desglosando los aspectos quirúrgicos, epidemiológicos y
complicaciones.
Palabras clave: Ptosis palpebral, superficie ocular.
SUMMARY
Our purpose is to show our experience about eyelid ptosis in the new Oculoplastic Service of
H. Universitario Materno-Infantil, H. Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín.
We present the cases performed, showing the technics, epidemiology and complications.
Key words: Eyelid ptosis, ocular surface.
ARTÍCULO ORIGINAL
INTRODUCCIÓN
El objetivo de este trabajo es dar a conocer
la actividad desarrollada en nuestra unidad
de oculoplastia con respecto a la ptosis pal-pebral.
A pesar de la actividad desarrollada en
este campo en nuestro Servicio desde hace
años, no ha sido hasta enero de 2002 cuando
surgió la necesidad de crear la Unidad tal y
como hoy la conocemos. La idea se gestó
siendo Jefe de Servicio el Dr. Fco. Pérez
Hernández, afianzándose en su organización
tras la jubilación del mismo, bajo la direc-ción
del actual Jefe el Dr. Carlos Piñana
Darias. Los responsables de la Sección son el
Dr. David Pérez Silguero y el Dr. Fco. Medi-na
Rivero, siendo consultor de órbita el Dr.
Juan José Ramos.
MATERIAL Y MÉTODOS
En el transcurso del pasado año intervini-mos
13 ptosis: 4 aponeuróticas (figs. 1 y 2),
8 congénitas (figs. 3-6), y 1 miopática. Dos
de las congénitas correspondían a reinterven-ciones
de ptosis operadas en otros hospitales
con mal resultado estético.
Excepto una de las ptosis congénitas, la
demás correspondieron a varones. Las ptosis
aponeuróticas presentaron una relación 3:1
de mujeres sobre hombres.
El rango de edad de las ptosis congénitas
iba desde los 3 a los 34 años, presentándose
el 90% de las mismas por encima de los 18
años de edad. Las ptosis aponeuróticas fue-ron
todas de carácter senil.
Con respecto a la función del elevador,
destacar que:
Las ptosis congénitas presentaron función
entre 2 y 6 mm de excursión, excepto una de
ellas que fue secundaria a un problema de
malformación facial derivado de complica-ciones
infecciosas maternas durante la gesta-ción
que presentó 11 mm de excursión pal-pebral
(no hemos podido definir la naturale-za
la dicha infección por imposibilidad de
obtención de historia clínica, al acontecer el
parto en otro país y no disponer de informes).
Con respecto al Bell, reseñar que en todas
las congénitas era defectuoso, excepto en la
malformativa; en las aponeuróticas, 3 mos-traban
un Bell normal y la restante diminui-do.
La técnica quirúrgica utilizada en las pto-sis
aponeuróticas es la descrita por Anderson
(1); en la suspensión al frontal realizamos la
técnica de Crawford (2); para la resección
aponeurótica en ptosis congénitas nos guia-mos
por la técnica descrita por Salcedo (3),
aunque preferimos buscar el tarso y a partir
de ahí identificar las estructuras anatómicas,
en vez de incidir directamente sobre el septo.
RESULTADOS
Todas las ptosis seniles se resolvieron con
la reposición de la aponeurosis a su lugar
correspondiente (figs. 1 y 2). De las congéni-tas,
4 fueron sometidas a resección de la apo-
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PÉREZ SILGUERO D, et al.
Fig. 1: Ptosis
aponeurótica
(senil).
Preoperatorio.
Fig. 2:
Postoperatorio
inmediato de
paciente de figura
1.
Fig. 3: Ptosis
unilateral
congénita, mala
función, Bell
defectuoso,
preoperatorio.
neurosis (figs. 3 y 4), 3 de ellas con buen
resultado estético, y la cuarta requirió nueva
intervención (suspensión al frontal). Todos
eran adultos y con función del elevador entre
3 y 6 mm de excursión. Las otras 4 (más una
quinta si contamos la reintervención), que
presentaban una función menor de 3 mm, se
solucionaron con suspensión al frontal (figs.
5 y 6).
De las 14 por nosotros realizadas, 2 preci-saron
reintervención: Una de ellas, congéni-ta
(en adulto), por la insuficiente elevación
conseguida tras la resección de la aponeuro-sis,
en un ojo con 3 mm de función del ele-vador.
La reintervención, una suspensión al
frontal con fascia lata, consiguió un excelen-te
resultado. La necesidad de la segunda rein-tervención
derivó de una retracción palpebral
secundaria a cirugía de aponeurosis en una
ptosis senil, que elevó el párpado 2 mm por
encima del limbo, impidiendo el cierre pal-pebral
y ocasionando erosión corneal (fig. 8).
La reintervención consistió en liberación de
la aponeurosis de sus anclajes en el tarso,
momento en que observamos importantes
tractos fibrosos en dichos puntos, permitien-do
entonces una libre aposición de la apo-neurosis,
sin sutura. El resultado estético y
funcional fue bueno, con resolución del cua-dro
corneal.
Complicaciones: 3 casos de erosión cor-neal
(figs. 7 y 8), 2 de ellas en personas
ancianas, mujeres, y secundarias a cirugía de
aponeurosis por ptosis senil aponeurótica.
Una de ellas requirió reintervención, tal y
como explicamos en dicho apartado, mien-tras
la otra respondió bien a lubricantes y
oclusión nocturna. Esta última presentaba un
Bell defectuoso, que provocó dicha compli-cación,
a pesar de que intentamos ser preca-vidos
optando por una elevación que coloca-ba
el párpado superior 1 mm bajo el limbo
esclero-corneal. La tercera de las erosiones
ocurrió en una paciente con miopatía mito-condrial;
la intervención fue una suspensión
al frontal con fascia lata, y a pesar de estar
programada para una incompleta elevación,
como prevención para evitar problemas de
exposición, aconteció la erosión bilateral.
Mostraba 2 mm de función del elevador y
Bell defectuoso. Respondió de manera tórpi-da
al tratamiento oclusor y posteriormente
lubricante intensivo, aunque lentamente fue
recuperándose (fig. 7), por lo que no hizo fal-ta
reintervenir.
Un caso de extrusión del nudo frontal
medial de la fascia lata, que no respondió al
cierre cutáneo simple y requirió la formación
de un nuevo bolsillo para reubicar el nudo y
la revitalización y cierre por planos de los
bordes quirúrgicos.
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La ptosis palpebral. Nuestra experiencia
Fig. 4:
Postoperatorio del
paciente de la
figura 3,
resección de
aponeurosis, una
semana tras
cirugía.
Fig. 5: Ptosis
congénita
unilateral,
preoperatorio.
Fig. 6:
Postoperatorio del
paciente de la
figura 5,
suspensión al
frontal, 7 días tras
cirugía.
CONCLUSIONES
Destacamos los siguientes puntos, deriva-dos
de nuestra experiencia:
— Debemos abordar la ptosis como un
problema funcional, y secundariamente esté-tico.
— Debemos conseguir que las expectati-vas
de la familia y del paciente con respecto
a la cirugía sean lo más parecido posible a las
nuestras, es decir, a la realidad.
— Poner especial atención en la superfi-cie
ocular en las primeras semanas tras la
cirugía.
— No olvidar explicar la ley de Herring a
los pacientes y familiares, ya que la ptosis
nos podría parecer unilateral en una insufi-ciente
exploración, y el otro párpado puede
sufrir una pequeña caída tras la cirugía, con
el consiguiente engorro de tener que explicar
a los familiares la fisiopatología de la ley
referida.
— Consideramos imprescindible la reali-zación
de fotos pre y postquirúrgicas. No nos
fiemos de nuestra memoria, y mucho menos
de la del paciente.
BIBLIOGRAFÍA
1. Anderson RL, Dixon RS. Aponeurotic ptosis
surgery. Arch Ophthalmol 1979; 97: 1123.
2. Crawford JS. Use of fascia lata in the coreection
of ptosis. Adv Ophthal Plast Reconstr Surg
1982; 1: 121.
3. Salcedo C. Técnicas Quirúrgicas. In: Salcedo C.
Ptosis Palpebral, Diagnóstico y Tratamiento.
México: McGraw-Hill Interamericana; 1997;
96-114.
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PÉREZ SILGUERO D, et al.
Fig. 7: Lesión
corneal epitelial
en vías de
resolución tras
erosión corneal
tórpida, en
miopatía
mitocondrial.
Fig. 8: Erosión
corneal tras
cirugía
aponeurótica en
ptosis senil.
Requirió
reintervención.