Revista Latina de Comunicación Social
La Laguna (Tenerife) – enero - junio de 2005 - año 8º - número 59
D.L.: TF - 135 - 98 / ISSN: 1138 – 5820
http://www.ull.es/publicaciones/latina/200512delolmo.pdf
La gestión del color en los diarios españoles de
difusión nacional
Hablan los directores de arte de “El País”, “El Mundo”, “Abc”,
“La Vanguardia” y “El Periódico de Catalunya”
Dr. Jesús del Olmo Barbero ©
Universidad Carlos III de Madrid
jolmo@hum.uc3m.es
El conjunto de diarios españoles de información general está compuesto por
cinco cabeceras: “Abc”, “El Mundo del siglo XXI”, “El País”, “El Periódico de
Catalunya” y “La Vanguardia”. Entre los cinco diarios nacionales se difunden
cada día 1.389.960 ejemplares y su audiencia suma 5.396.000 lectores.1
La audiencia, la difusión y su influencia estética sirven para justificar esta
selección con el convencimiento de que la gestión del color que lleven a cabo
en los próximos años se verá reflejada en otros diarios de menor difusión que
suelen imitar sus tendencias. En una encuesta realizada a directivos de la
prensa regional española se pone de manifiesto la influencia que sobre ellos
ejerce la prensa nacional y, más concretamente, consideran un modelo de
gestión de color a diarios como “El Periódico de Catalunya”, “La Vanguardia” y
“El País” (Del Olmo, 2004. p. 200)
Dentro de la redacción, el color se gestiona desde el departamento de arte
y más concretamente desde su dirección. Bajo esta consideración, hemos
recurrido a los respectivos directores de arte para conocer el planteamiento con
el que cada medio impreso se enfrenta al diseño en color. A finales de 2004, la
lista de los responsables de estos departamentos es la siguiente:
– Jesús Aycart, director de arte de “Abc”.
– Carmelo G. Caderot, director de arte de “El Mundo”.
– David García, director de arte de “El País”.
– Carlos Pérez de Rozas, director de arte de “La Vanguardia”.
– Ricard Sans, jefe de diseño de “El Periódico de Catalunya”.
La gestión del color desde la dirección de arte
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En el campo del color, dejando a un lado los planteamientos publicitarios, la
dirección de arte desempeña dos tareas fundamentales: por un lado marca el
desarrollo del color y por otro su aplicación.
En el primero de los casos, si la capacidad financiera lo permite, participa
directamente en las decisiones empresariales relativas al color: línea editorial,
capacidad de la rotativa, tipo de papel, etc. En el segundo, desarrolla día a día
las decisiones editoriales que se plasman en un tipo de diseño y una paleta de
color.
La creación de esa paleta de color conlleva muchas decisiones que a
simple vista pueden pasar desapercibidas. No sólo hay que decidir qué colores
forman parte de dicha paleta y cuáles son los porcentajes adecuados en
función de la estética sino que tendrá que establecer, además, unas normas de
aplicación. El diseñador de prensa, sobre todo en diarios, sólo puede elegir
entre las opciones autorizadas por su jefe de sección que a su vez sigue las
normas que marca el director de arte. Se trata de diseñar en función de normas
establecidas y, en la mayoría de los diarios, bajo una ley que establecen
muchos manuales de diseño, la del “menos [cantidad de color] es más
[elegante]” (Kapitzki, 2001. p. 148). La sencillez y la moderación, mucho más
en el caso de los diarios, es una norma de trabajo para los diseñadores
experimentados.
Relaciones entre uso del color y tipo de prensa
La creencia generalizada de que existe una relación entre uso de color y tipo
de prensa mantiene cierto arraigo entre los profesionales de la información. A
priori, se piensa que cierta cantidad de color sensacionaliza la información. La
similitud de este tipo de diseño con la prensa del corazón y la tradición colorista
de los diarios europeos más sensacionalistas contribuyen a mantener viva esta
afirmación.
En este sentido, David García de “El País” se muestra rotundo afirmando
que un diario a todo color no tiene la misma credibilidad que uno en b/n. Para
él, un diario a color es “menos creíble, menos serio y de menor calidad
informativa. Yo creo que cuanto más color menos credibilidad”. Reafirma su
criterio con el ejemplo del diario americano “USA Today”: se trata de un diario
popular por su exceso de contenidos gráficos. La “moderación en los recursos
gráficos se corresponde con un periódico de más calidad y así lo identifica el
lector. [...] Yo mantengo que no da la misma credibilidad un periódico a todo
color que un periódico en b/n”.
El diseño moderado que surge de la mano de García no debe entenderse
como un sometimiento al b/n, ni mucho menos, porque la información, y más
concretamente la televisiva “tiene que ser en color, las noticias son en color, las
agencias mundiales de noticias suministran el material en color, la vida es en
color, hay que respetar el color. Esa es la realidad. Por el contrario cuando se
trata de las tipografías en color, de los vuelos de halo, de los vuelos de
tipografía; ahí empezamos a discutir”. Sobre este tema sería conveniente abrir
un debate para aclarar “qué significa calidad y qué significa popularidad”.
Por su parte, Carmelo Caderot, como director de arte de “El Mundo”
considera, “que la prensa debe ser fundamentalmente un instrumento de
análisis de la realidad, al servicio de la formación y la información. Todo lo que
sea color mal utilizado, es artificial; ofrece artificios que te impiden recibir las
sensaciones que ofrece un periódico, como la tinta, el texto, el mensaje, el
análisis. Para eso sirve el b/n. Además para estos roles, cultural e
históricamente, se ha usado siempre b/n. Incluso para los estudiantes que
tengan veinte o veinticinco años la información todavía es b/n. Me estoy
refiriendo exclusivamente a la información. No olvidemos que la prensa ha de
ser reflexión. En este caso el b/n ayuda a la introspección de la información.
Creo que analizar una fotografía en b/n exige un tiempo, un espacio para el
análisis que sirve para no dejarse obnubilar por los fuegos artificiales del
colorido que es un lenguaje típico de la televisión.[...] Sin embargo en las
generaciones futuras no será así. Sin ninguna duda”. El color ofrece
principalmente una vertiente lúdica. Cuando se trata de entretenimiento, señala
Caderot, y sí se puede usar color si se toman algunas precauciones: “La
distracción es color, sin ninguna duda. El color te da la ventaja de los fuegos
artificiales, el confeti, las chiribitas…”
La portada de “El Mundo” del 23 de marzo de 2003, a raíz de los
bombardeos americanos sobre Bagdad, ofrece una fotografía en la que se ve a
una niña destrozada por un obús en brazos de su padre. “Hay momentos –
señala Caderot en referencia a esta fotografía– en que el color ayuda a
conseguir lo que significa formar e informar de la cruda realidad. A veces el
color bien utilizado es fundamental para ello”.
En la sede de “Abc” apuestan por un futuro en color que hará olvidar la
connotación de credibilidad que ofrece ahora el b/n. Su director de arte, Jesús
Aycart, es consciente de esa relación que otorga seriedad al negro y
sensacionalismo al color pero le parece que “dentro de muy pocos años nadie
se va a acordar de eso. Todo ese tema de que la prensa en b/n es seria, o que
ciertos formatos de periódicos también, es algo que se está desmitificando. Ahí
tenemos por ejemplo ‘The Times’ y ‘The Independent’ que salen en formato
tabloide y sábana simultáneamente. Yo creo que (la relación color y tipo de
prensa) es un mito condenado al olvido. No es que se vaya a contradecir,
simplemente se va a olvidar.”
Es el contenido, y no la forma, lo que permite calificar a un diario de serio o
ligero. En la dirección de arte de “Abc”, un diario que puede calificarse de serio
en cuanto a contenido y moderado en su forma, no se titubea y Aycart afirma
que “la prensa es sensacionalista o amarilla en función de sus contenidos, no
en función de sus formas. Son los contenidos los que clasifican este tipo de
prensa. El color no. Hoy en día hay diarios de prestigio, una inmensa mayoría,
que llevan color. Yo creo que prácticamente ya no queda ningún diario que no
lleve color en sus primeras páginas. Y la tendencia será imprimir los diarios en
full color”.
Desde “La Vanguardia”, su director adjunto de arte se muestra rotundo. “No
y no. Desde el momento en que uno de los diarios de mayor prestigio del
mundo, como el ‘New York Times’, ha decidido poner color en su portada, no
se puede adjudicar al color el contenido de prensa menos seria que cuando se
hacía en b/n. Además […], los diarios van a imprimirse en muy pocos años a
full color y el b/n quedará […] para la historia”.
“El Periódico de Catalunya” es el único diario que se imprime a todo color
en España. Su modelo de gestión de color ha recibido alabanzas y críticas pero
su responsable de diseño, Ricard Sans, se muestra tajante respecto a esa
sensacionalización: “Eso es un tópico (en la prensa española). En la prensa
inglesa sí que los periódicos sensacionalistas se editan en color mientras que
los periódicos serios, tipo ‘The Times’, van mayoritariamente en b/n. En la
prensa alemana pasa igual: que el color lo llevan ‘Bild’ y los que hacen prensa
amarilla. Es una idea importada aquí que luego no ha tenido éxito. Yo creo que
tiene la misma credibilidad que en b/n.”
Coincidiendo con la mayoría de los responsables de diseño consultados,
persiste la creencia de que colocar grandes titulares es un gancho
sensacionalista. Una afirmación que Ricard Sans se cuestiona: “Yo creo que
colocar titulares grandes es un gancho de diseño. Por ejemplo en la portada de
la captura de Sadam nosotros pusimos Lo tenemos que es la frase que dijo el
tipo americano cuando lo cogieron. En cambio ‘El País’ y otros periódicos
titularon Sadam ha sido capturado”. Es necesario recordar –según el criterio de
Ricard Sans– que “gracias a ‘El Periódico’, y a algunos otros diarios que
imprimen color, cada vez hay más periódicos que se apuntan al color. Baste
recordar que hasta hace muy poco (tiempo) las portadas no se hacían en color
y ahora todas (se editan) en color. Eso quiere decir que hay que acostumbrar a
la gente, que la vida es en color y que los periódicos también pueden ser en
color”.
La aceptación y venta de los diarios en color
La oferta del color, como valor añadido al contenido de la prensa, debe
repercutir en la venta de ejemplares: si se mejora la oferta se aumenta la
demanda. Sin embargo, los controles de la Oficina de Justificación de la
Difusión (OJD) indican hasta 2003 un descenso en la venta de los diarios a
pesar de que su presentación ha mejorado notablemente en los últimos años.
Cabe preguntarse si de no haberse mejorado la presentación, el descenso de
lectores hubiese sido todavía mayor.
El color, en un diario que soporta un cromatismo moderado como “El País”,
no parece influir en las ventas. En todo caso –según David García– “depende
de cómo se administra el color. Pero la relación automática de más color,
mayor aceptación […] me parece que no está demostrada”.
En esa misma línea de moderación se muestra el responsable de diseño de
“Abc”. Para Jesús Aycart la presencia o ausencia de color “da lo mismo en este
momento. Lo único que acredita a un medio es la credibilidad, pero no desde el
punto de vista político, sino la credibilidad desde el punto de vista informativo.
Un medio que te informe. El hecho de que dé color o no es algo accesorio. Sin
embargo, sí creo que va a ser fundamental en un futuro muy próximo. Vemos el
color como si fuera la modernidad. Sin embargo el color no es la modernidad.
La vida es en color y me da la impresión de que la modernidad va a ir mucho
más ligada a la calidad del producto que al uso del color. Éste (el color) va a
ser sólo uno de los factores dentro de esa calidad.”
Mucho más seguro se muestra Carmelo Caderot que desde su experiencia
en “El Mundo” afirma que el color influye positivamente en la aceptación de los
diarios “aunque hay distintos tipos de prensa y distintos tipos de lectores”.
Comparte esas opiniones con Pérez de Rozas que se muestra muy seguro
al afirmar que “el color añade información. Otra cosa es que aún hay pocos
diarios que sepan aplicar bien el color en sus páginas. Yo creo que el color
tiene contenido y, por lo tanto, cuando un diario pasa del b/n al color tiene que
replantearse. Por ejemplo, (el color) no sólo sirve para normalizar los diarios
respecto a la televisión, o respecto a las revistas que hace muchos años que se
editan en color, sino que forma parte de un planteamiento económico”.
La experiencia de “El Periódico de Catalunya” revela que a veces el color,
el todo color, puede llegar a influir negativamente en un principio. “Cuando
pasamos al todo color, –señala Ricard Sans– se produjo una pequeña bajada.
El lector es conservador con su periódico y al ofrecerle (un diario a) todo color
piensa que ya no es el periódico que compraba. Cuando se produce un cambio
de diseño se resiente la aceptación. En nuestro caso hubo un cambio de
diseño, aplicando color en todas las páginas y los lectores no estaban
acostumbrados a verlo todo en color. Pero rápidamente volvimos a recuperar
los mismos lectores.”
Color para acercarse a los jóvenes
“Los jóvenes nos encuentran muy viejos”, afirma Mario Gatica al referirse a los
estudios de audiencia que realiza para el diario ‘El Mercurio’ de Santiago de
Chile (Gatica, 2004). Una expresión que, con mucho acierto puede aplicarse
ahora a la prensa española.
En los últimos tiempos, la preocupación de los editores por acercarse a los
jóvenes se ha materializado, sobre todo, en suplementos dirigidos a las
audiencias de 17 a 25 años. El caso más reconocido es “Tentaciones” de “El
País” (desde 1993) que ha servido de modelo a muchos otros diarios. Para
Pérez de Rozas, director adjunto de arte de “La Vanguardia”, se trata de “un
suplemento que causa sorpresa en el mercado y que tiene enseguida un éxito
muy grande, mayor quizá que el que esperaban los propios editores de El
País”.
Sin embargo, García, director de arte de “El País”, se muestra escéptico
porque, a pesar de su éxito como publicación, “captar público joven es muy
difícil”. Los periódicos serios tienen más difícil la captación de los jóvenes
porque todavía no están interesados en estar informados sobre lo que pasa en
el mundo. Les sirve con lo que les da la televisión y ahí se acabó. “La lectura
del periódico –apunta García– tiene que ver con un cierta maduración de la
persona”.
El debate se centra sobre si el color significa más modernidad, modernidad
significa juventud, luego más color significa más juventud. A este respecto la
respuesta de García es condicional: “depende de cómo se administra el color,
porque la relación automática de más color, más joven, me parece que no está
demostrada”.
El planteamiento de “El Mundo” no dista mucho respecto a la de su
competidor. Su director de arte, Caderot, se muestra seguro del acercamiento
que propicia el color a pesar de que “es una baza también perdida de
antemano. Porque tú no puedes competir con instrumentos cuyos lenguajes se
basan fundamentalmente en el color y el movimiento y que son interactivos,
como las televisiones, los ordenadores, Internet y los móviles. Por eso digo que
sí durante un tiempo muy corto. A medio plazo como mucho. A largo plazo ni
color ni puñetas, va a dar exactamente igual. […] Es evidente que con el color
consigues atraer un poco más al público joven porque es un lenguaje común,
habitual en su retina, en su memoria, (para los jóvenes, el entorno) es todo
color evidentemente y no están acostumbrados a otras cosas. En ese sentido
sí, con ese paréntesis muy grande de que es una engañifa para sobrevivir
quince años más”.
Comparte estas mismas opiniones Jesús Aycart, quién desde la dirección
de arte de “ABC” afirma que “sí que puede jugar a favor. […] Desde mi punto
de vista el problema es mucho más amplio, porque me parece mucho más
importante que el papel tenga cierta calidad o que el periódico no manche. La
gente joven, de 14 a 20 años, está perfectamente acostumbrada a navegar por
Internet y, aunque no tienen una capacidad crítica desarrollada, sí saben lo que
les gusta. No son unos grandes analistas pero ya saben lo que les interesa y lo
que no. Reciben la información mucho más fácil a través de Internet aunque
tenga menor calidad que lo que les pueda llegar a través de un periódico
porque, para ellos, (el periódico) es un poco sucio. En una sociedad en la que
existe tanta asepsia, la gente se lava tanto las manos y hay que tener mucho
cuidado con la gripe, la limpieza que ofrece el periódico resulta un poco
anacrónica. Yo creo que no va solamente ligado al tema del color, que puede
ser, sino al tema de la limpieza del producto. Aunque efectivamente hay temas
que les interesen pero como detalle superficial. Lo que pasa con los periódicos,
incluido ‘Abc’, es que han apostado por un mercado de edad media con
formación universitaria y, en el caso concreto de ‘Abc’ quizá un perfil de gente
todavía mayor, con un perfil ganador. Yo creo que existe la falta de creencia de
que eso (la información que ofrecemos) pueda interesar a los jóvenes”.
Para buscar ese acercamiento, señala Aycart, los diarios caen en “la
tentación de bajar el tono para interesar a los jóvenes. Y yo no creo que se
trate de bajar el tono del contenido, sino de hacer cualitativamente un mejor
producto, desde todos los puntos de vista: contenido, impresión, papel e
incluso, obviando impresión y papel, es la empresa de comunicación como tal
lo único que tiene valor. […] Si que es verdad que (el mercado juvenil) es tan
nuevo que abrir brecha es complicadísimo. Creo que el tema debe plantearse,
sobre todo, como una cuestión cualitativa”.
El director de arte de “La Vanguardia” se acoge a un planteamiento más
amplio e integrador. Señala Pérez de Rozas que él no cree “que eso (el color)
sea lo más importante. De todas maneras por supuesto que para modernizar
los diarios ahora hay que contar con el color y hay que hacerlo muy
seriamente. Dar color no es coger la foto que antes se daba en b/n y ahora
darla en color. No. El color afecta a todo. Desde el logotipo de la publicación
hasta la guía (paginación) de un diario pasando por muchas otras
consideraciones. Por lo tanto (el color) sí es un aspecto que puede ayudar a
llegar a los jóvenes, pero yo creo que los problemas que tiene la prensa en
estos momentos se producen por otros motivos. Uno de ellos es que debe
replantearse sus contenidos. [...] Hay un problema para acercarse a la gente
joven: que en estos momentos, a principios del siglo XXI, la información les
llega por muchas vías y siempre gratis. Los jóvenes pueden llegar a pensar que
la información debe ser gratuita y que ellos la pueden recibir de manera
gratuita. Y que pagar por un diario de calidad, de prestigio, pagar por la
información, es algo que les cuesta entender. Algo que no ocurre con
anteriores generaciones”.
A pesar de que el color puede ser un motivo que influya en la compra,
Pérez de Rozas propone acercarse a los jóvenes con “una respuesta diferente
desde la prensa escrita ante el fenómeno de la extensión de los canales de
televisión, las emisoras de radio e Internet. Por ejemplo, en Estados Unidos
están apareciendo bastantes productos nuevos, editados por las grandes
empresas periodísticas. Se trata de diarios dedicados en exclusiva un público
de entre 18 y 34 años que van acompañados de esa frase de promoción:
diarios para gente que está dejando de leer la prensa”.
“El Periódico de Catalunya” tuvo un objetivo muy definido a la hora de
implantar el todo color. Según Ricard Sans, jefe de diseño, “una de las cosas
que se planteaban aquí, con el cambio, era ganar público joven. Las nuevas
tecnologías ayudan a modernizar la sociedad y el color ayuda a modernizar el
medio. Esto (el color) ayuda a que la gente, sobre todo la gente joven, se
enganche al periódico. […] Yo creo que todos los periódicos del futuro tendrán
que editarse en color porque la gente joven lo pide así. Por otro lado, la
juventud cada vez lee menos y hay que ayudar a que lean. Dentro de la
evolución general, la gente que tiene veinte años vive a color, todo es en color”.
La estrategia del color en la competencia con los otros medios
La competencia con los otros medios de comunicación y muy especialmente la
televisión, impulsan el color en los diarios como soporte publicitario. La
disponibilidad de color consigue atraer a la publicidad que, de otra manera,
podría inclinarse más hacia la televisión.
Esa disponibilidad de color se extiende posteriormente a las páginas de
información y esto hace que la mayoría de los diarios cambie totalmente su
imagen. El diseño se renueva y los diarios se enfocan a la cultura visual
predominante. Pero ahora esta tendencia, que parece lógica, y que se ha
mantenido vigente durante los últimos veinte años, comienza a retroceder
liderada por los mismos que en su momento potenciaron esa renovación visual.
Fue Mario García uno de los máximos impulsores que ahora considera
necesaria una vuelta atrás: “Esta es la moda –señala Pérez de Rozas– pero yo
creo que esto ira cambiando (García, 2002). La frase celebre de Mario García
de que los diarios se parezcan más a los diarios de principio de siglo, que los
diarios se parezcan más a los diarios. Mario García dice que ha habido un
exceso de diseño al final de los ochenta y principios de los noventa. […]
Algunos teóricos de la comunicación dicen que los diarios se salvarán por el
texto no por su imagen”.
Se ha realizado un viaje de ida y vuelta. En los ochenta se miraba con
envidia a la prensa americana y hoy asistimos, según Pérez de Rozas, a “una
europeización de la prensa americana que se hace más seria y se acerca más
a la europea. Es el caso de ‘USA Today’, donde no sólo le han quitado color al
diario sino que han unificado la tipográfica en torno a la Gulliver. […] Sin
embargo, yo creo que la solución de los diarios no es quitarles color sino dar
más y mejor. Sin duda alguna”.
El modelo de diario en color
Un espejo donde mirarse. Se busca el diario de referencia y cada uno tiene el
suyo. Desde las direcciones de arte españolas se mira con expectación lo que
hacen los alemanes, los norteamericanos y los ingleses. Si en los años 80 el
diseño español asimilaba estilo y formas germánicas que se imitaron a partir
del éxito de “El País”, en los 90 se contempla al periodismo americano con el
modelo de “USA Today” al frente.
En el 2004, si buscamos un reflejo periodístico similar, no encontramos un
modelo concreto que este liderando el modelo de diario español y cada director
de arte reconoce su admiración por estilos periodísticos muy distantes.
David García, desde “El País” manifiesta admiración por “un clásico como
es ‘Frankfurter Allgemeine Zeitung’ y el ‘New York Times’. Estos dos
constituyen una referencia clave por su calidad de información, por su
valoración de la información, por el criterio con el que se utiliza el diseño y por
los recursos gráficos. Por el orden informativo destacan: ‘Wall Street Journal’,
‘Financial Times’ y ‘Washington Post”. “Los diarios ingleses –continúa García–
están cayendo en el populismo y están considerándose cada vez menos como
periódicos de referencia. ‘Le Monde’ sigue siendo un periódico dónde hay que
mirarse y que ofrece un información de alta calidad”.
Carmelo Caderot, desde “El Mundo” manifiesta cierta predilección por los
diarios germanos. Aunque “cada país tiene sus connotaciones, a mí el que más
me gusta en color es ‘Die Zeit’. Y el domingo ‘Frankfurter Allgemeine’. Los
alemanes son cabezas cuadradas y en ese sentido tienen una parte positiva:
que se lo piensan setenta mil millones de veces y hacen cumplir (al color) una
función muy definida, que no invade otros terrenos ni otros lenguajes. Lo
utilizan a la perfección en este sentido. […] Los periódicos alemanes utilizan el
color con una inteligencia extraordinaria: hasta el (sensacionalista) ‘Bild’.
Facilitan la traslación de la información al lector y proporcionan identidad propia
al contenido. El color está científicamente estudiado”. En el extremo opuesto
coloca Caderot a los diarios ingleses que le “parecen aterradores y horrorosos”.
El modelo americano no recibe críticas tan duras como las que ha dedicado
a los británicos. Para Caderot “lo que ha hecho ‘New York Times’ no me gusta.
Es un color gratuito. […] Todavía no han dado con la fórmula porque se inclinan
demasiado hacia el espectáculo, mientras que ‘Die Zeit’ o el ‘Frankfurter’ de los
domingos no van hacia el espectáculo. Siguen siendo informativos. Utilizan el
color para informar, no para entretener”.
Jesús Aycart, director de arte de “ABC”, prefiere los diarios que ofrecen un
planteamiento premeditado en el uso del color. Por eso, el alemán ‘Die Woche’
me gusta mucho porque, por lo menos, lo han pensado. Aunque parece que
algunas ilustraciones de opinión están enlatadas, alguien ha leído el texto para
hacer la ilustración. No sé si el planteamiento de este periódico es
circunstancial o ha sido la decisión de alguien desde un despacho. […] Prefiero
pensar que ha sido una apuesta empresarial y que lo han pensado”.
La aplicación del color en los diarios nacionales aparece liderada, según
Aycart, por “La Vanguardia” que ofrece una gran diferencia sobre el resto. “Me
parece un periódico muy ágil, que trabaja muy bien los temas, que tiene una
edición fotográfica correcta, que utiliza muy bien los formatos de página, que no
es todo originalidad, que se ha hecho un traje a medida y lo usa todos los días
y le queda bien. Es clásico pero es capaz de romper. […] Tienen una dificultad
en la portada. Normalmente son apuestas muy firmes, muy serias, que están
muy bien para cuando tienes noticias muy claras y muy contundentes, pero
cuando el día es flojo (informativamente hablando) no les funciona. ‘La
Vanguardia’ sigue siendo un periódico vigente, que funciona bien y que no se
desmadra. No se ha quedado anticuado”.
Carlos Pérez de Rozas muestra predilección por el periodismo británico.
“Me gusta bastante la prensa de Londres. Me gusta ‘The Independent’. […]
También me interesa mucho ‘The Guardian’. El diseño es de David Hilman, de
Pentagram, uno de los grandes diseñadores. Prefiero ‘The Guardian’ antes que
‘The Independent’. Habitualmente observo mucho tipo de prensa y, además de
los ingleses, me atraen algunos diarios escandinavos”.
La prensa portuguesa tiene reservado un lugar en la memoria visual de
Pérez de Rozas. El director de arte de “La Vanguardia” manifiesta admiración
hacia la renovación que ha hecho la prensa portuguesa. “Allí Ricardo Bermejo,
Antoni Cases y Pablo Martín han renovado ‘El Journal de Noticias’, ‘El Diario de
Noticias’ y ‘Público”.
Ricard Sans, desde “El Periódico de Catalunya” observa tanto lo que ocurre
al otro lado de los Pirineos como al otro lado del Atlántico. “Uno de los diarios
que siempre hemos seguido ha sido ‘USA Today’. Es uno de los periódicos de
referencia en la utilización del color y en el que nos hemos reflejado bastante.
Pero también vemos periódicos como ‘Liberation’, del que destacaría su
manera de titular y sus portadas conceptuales, en la línea de la portada que
hicimos sobre la guerra de Irak”.
Una gestión inteligente del color
Entre los motivos que condicionan en uso del color en los diarios,
invariablemente aparece el problema del tiempo, el coste de impresión y las
limitaciones técnicas. Si la llegada del full color dependiera solamente de ellos,
es indudable que en un tiempo prudencial estas cuestiones encontrarían una
solución. Pero aparece un nuevo motivo cuya resolución no depende de
adelantos técnicos: el planteamiento editorial.
En “El País” rige “el criterio editorial de mantener la información en b/n”. La
norma es válida, según David García, para los textos de la información y “el
resto, la fotografía, la infografía y los apoyos gráficos pueden incluir color. La
dosis de color es una decisión editorial que corresponde al Comité de Dirección
y en última instancia al director del periódico”.
Las normas de “El País” para el uso del color con fines informativos
(normalmente para reproducir fotografías) lo restringen a la portada y la
contraportada del diario. En el interior se gestiona en exclusiva para la
publicidad. Los suplementos, al margen de esta norma, gozan de posibilidades
de full color. Una situación que se prolongará de momento porque en este
aspecto, según García, “nos mantenemos incólumes”.
Carmelo Caderot, al frente del departamento de arte de “El Mundo”, se
decanta por una gestión inteligente del color porque “nosotros no podemos
incluirlo más que en una serie de páginas. Por eso yo creo que utilizar el color
en información cuando no tienes opción de poder dosificarlo inteligentemente a
través de toda la paginación me parece innecesario. Vamos, un error que se
puede pagar caro. Estás valorando una información más que otra, de una
manera diferente, luego la frivolizas. Tienes que respetar los códigos
(establecidos) con el lector. El lector no tiene que realizar ningún esfuerzo para
entenderlo pero tú se lo tienes que poner en bandeja. Mezclar aleatoriamente
b/n con color crearía confusión”.
La situación de “El Mundo” es similar a la de muchos otros diarios donde,
según Caderot, “no se puede plantear la posibilidad del todo color porque
técnicamente no la tenemos”.
Jesús Aycart, desde “ABC”, justifica que el coste, el tiempo y las
limitaciones técnicas son el principal escollo en la introducción del color y se
muestra escéptico con quienes se inclinan por el b/n a pesar de disponer de
color. “Yo no me lo creo. La autolimitación suele ser técnica o presupuestaria y
quien dice que se autolimita por cuestión editorial lo que intenta es hacer un
punto fuerte de su flaqueza, porque si fuera igual de costoso imprimir en color
con calidad y usar un buen papel, creo que todo el mundo lo haría”.
Para Pérez de Rozas, director de arte de “La Vanguardia”, el mayor
inconveniente que presenta la gestión del color se debe a “la actuales
limitaciones técnicas de impresión. Los otros aspectos (coste y tiempo) son
cada vez menos importantes. Ahora el color es mucho más barato y a medida
que algunos costes suben (coste del papel y costes de distribución), los de
impresión se van reduciendo cada vez más”.
La gestión del color, en este caso, señala Pérez de Rozas, no se ciñe a
cuestiones económicas. “En un diario, ni en el más pequeño diario español
puede plantearse eso. No. Existen problemas mayores en otras áreas: el área
de personal, el coste de papel o la distribución. Esos sí que son gastos
potentes”.
“Llega un momento –continúa Pérez de Rozas– en que tienes que cambiar.
Es verdad que las rotativas en color cuestan más que las de b/n pero llegará un
momento en que todas las rotativas serán en color. Los costes del color, en el
caso de las rotativas, son poco importantes. […] Estamos a muy pocos años
del full color”.
La gestión del color, en un diario como “El Periódico de Catalunya” que lo
tiene todo, debe “ayudar –señala Sans– a que la gente se sienta identificada
con su medio y que le sea más fácil encontrar las cosas en su sitio”. La llegada
del full color provocó todo tipo de respuestas en los lectores. Según Ricard
Sans, “llegaron muchas cartas. Hubo lectores que pensaron que les habían
cambiado el periódico y otros nos felicitaban porque era un paso adelante. Hay
que tener en cuenta que se cambió el diseño, se cambió un poco el formato, se
extendió el color a todo el diario, se crearon nuevas portadas como la de‘Exit’ y
se amplió la oferta del domingo. Esto provocó que algunos lectores se
descontrolasen. No sabían encontrar las cosas nuevas. Siempre que hay un
cambio hay gente a favor y gente en contra pero con el paso del tiempo todo se
normaliza”.
Conclusiones
1. A corto plazo, no se percibe que puedan producirse grandes cambios porque
la prensa no vive un momento dulce. El inmovilismo de los últimos años
continuará hasta que finalice la crisis económica que afecta a los medios.
A medio y largo plazo, los diarios sufrirán una completa transformación. Ya no
serán un medio de comunicación de masas sino un medio elitista, de calidad y
a todo color.
2. Modernidad, calidad informativa y competencia son los tres motivos que
demandan la implantación del color en la prensa diaria. La modernidad es un
concepto de fuerte arraigo en el consumo y muy especialmente entre las
generaciones más jóvenes. La calidad informativa del color es mayor que la del
b/n. La calidad es rentable y con ella, además, se consigue un buen nivel de
credibilidad. Por último, la competencia con los otros medios demanda su
utilización porque en una sociedad con proliferación de color (televisión, cine,
Internet, vídeo, DVD, etc.) su ausencia se interpreta como pobreza informativa
y se traduce en pérdida de audiencia.
3. Técnicamente, la posibilidad de ofrecer color en todas sus páginas se
generalizará en la próxima década, una vez concluida la renovación
tecnológica que están llevando a cabo los diarios. Además, la calidad de
impresión de las rotativas offset color es cada vez mayor y su tecnología
mejora cada día. Sin embargo, el diseño se orienta actualmente hacia un
presentación austera donde todo color no significa necesariamente mucho
color. Los diarios consolidados apuestan por una vuelta a los periódicos de
principio de siglo, austeros en presentación, críticos en opinión y analíticos en
información.
4. No existe la connotación sensacionalista que antes tenía el color en la
prensa diaria. Al contrario, el futuro pasa por el todo color. Sólo la forma de
aplicarlo definirá la seriedad o el sensacionalismo, condicionado a un tipo de
diseño donde el uso incontrolado del color domina tanto en la estructura de la
página que convierte al medio en un producto vulgar.
APOYO 1
LOS ENTREVISTADOS
David García. Director de Arte de “El País” desde 1995 y miembro del Comité
de Dirección. Ha sido director de arte de Canal + y creador de su identidad
visual. Trabajó en J. Walter Thompson como director creativo de publicidad. Su
trabajo ha sido reconocido internacionalmente con premios de la Society for
News Design (SND), León de oro en Cannes y dos medallas de plata en el
Festival de Nueva York. En medios impresos diseña la revista “Tiempo”,
“Tribuna Vasca” y “Ronda Iberia”.
Carmelo G. Caderot. Miembro fundador y director de diseño del diario “El
Mundo”. Junto a su equipo ha llevado el diseño del periódico y sus
suplementos al reconocimiento a nivel mundial. Fue director de arte de “Diario
16” y de varias revistas (Cambio 16, Reporter, Opinión). Licenciado en Ciencias
Políticas y Económicas por la Universidad de París. Durante su carrera
profesional ha obtenido los más prestigiosos galardones otorgados por la
Society of Publication Designers (SPD), el Type Directors Club (TDC), la
Society for News Design (SND)
Jesús Aycart Barba. Director de arte de “Abc”. Licenciado en periodismo. A
principios de los noventa forma parte del equipo de infografía de “Marca”. En el
estudio Arcadia, con Alberto Torregrosa al frente, colabora en el rediseño de
los diarios del grupo Correo. Director de arte de “El Correo” durante siete años,
en marzo de 2003 se incorpora a “Abc”.
Carlos Pérez de Rozas. Director adjunto de Arte de “La Vanguardia” de
Barcelona. Profesor asociado de Diseño Periodístico de la Universitat Pompeu
Fabra. Miembro fundador del Capítulo Español de la Society of Newspaper
Design (SND). Ha sido el secretario de redacción de la revista “Destino” y jefe
de diseño de los periódicos “Diario de Barcelona”, “El Periódico de Catalunya” y
de la edición de Barcelona del diario “El País”.
Ricard Sans Linares. Desde 1987 forma parte del equipo redaccional de “El
Periódico de Catalunya” y actualmente es el redactor jefe de la sección de
compaginación, máximo responsable en el área de diseño. Licenciado en
periodismo. Fue asesor de diseño del diario nicaragüense “Barricada”.
BIBLIOGRAFÍA
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BREVE CURRICULUM AUTOR
Profesor asociado de diseño periodístico en la Universidad Carlos III de Madrid.
Doctor por la Universidad Complutense de Madrid. Ha realizado su tesis
doctoral sobre la gestión del color en la prensa diaria española.
Ha trabajado como diseñador de publicaciones en Tiempo, El Independiente,
Actualidad Económica, Vino y Gastronomía y en Progresa (Grupo Prisa), en el
área de revistas corporativas y en el Anuario El País.
FORMA DE CITAR ESTE TRABAJO DE LATINA EN BIBLIOGRAFÍAS:
Nombre del autor, 2005; título del texto, en Revista Latina de
Comunicación Social, número 59, de enero-junio de 2005, La
Laguna (Tenerife), en la siguiente dirección telemática (URL):
http://www.ull.es/publicaciones/latina/200512delolmo.pdf