Revista Latina de Comunicación Social
43 – julio - agosto de 2001
Edita: Laboratorio de Tecnologías de la Información y Nuevos Análisis de Comunicación Social
Depósito Legal: TF-135-98 / ISSN: 1138-5820
Año 4º – Director: Dr. José Manuel de Pablos Coello, catedrático de Periodismo
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La Guinea Ecuatorial, a través de sus medios de comunicación
Dr. Victoriano Darias ©
La Laguna
Tras un ejemplar proceso emancipador, la Guinea Española alcanza su prematura independencia el 12-X-1968, recibiendo de la
antigua administración colonial una más que aceptable herencia mediática. En ella debe incluirse una flamante y potente
emisora y estudios de TV inaugurados unos meses antes (12-VI-1968), dos excelentes emisoras de radio, Radio Fernando Poo,
en Santa Isabel, actualmente Radio Nacional de Guinea Ecuatorial, y Radio Ecuatorial en Bata, tres dignos rotativos, Ébano,
Poto-Poto y la Hoja del Lunes de Fernando Poo de los que sus lectores, aún reconociendo sus limitaciones, se sentían
orgullosos, amén de una serie de otras publicaciones de menor frecuencia entre las que es obligado destacar "La Guinea
Española" que venía siendo publicada desde abril de 1900 (1), donde velaron sus primeras armas informativas muchos de los
futuros intelectuales y políticos guineanos (Nze Abuy, S. Ibongo, A. Mañé, S. Moto) y que constituía una auténtica memoria
histórica del país.
Estos medios fueron testigos de una efervescente actividad comunicadora en los meses que rodearon el admirable proceso de
la independencia acogiendo los artículos de sus principales figuras (F. Macías, B. Ondó, E. Bosio o A. Ndongo, entre otros) (2)
(3). Desgraciadamente no parece haberse conservado las hojas informativas, panfletos, carteles propagandísticos,
publicaciones y cartas públicas, a través de los cuales los diferentes grupos independentistas y los principales partidos de la pre-independencia
trasmitían su ideario político y sus objetivos. Muchos eran de distribución subterránea y en general de escasa
tirada.
Tras la independencia, el periodismo ecuato-guineano ha tenido un atribulado y complicado recorrido en el que es fácilmente
observable, al igual que sucede en muchos países africanos, el afán de los responsables políticos por amordazar, si bien
inútilmente, la libertad informativa.
La historia persecutoria se inicia a los pocos meces de la toma de posesión del primer presidente Francisco Macías, que se
reconvierte en dictador paranoico manifestando explícitamente su "enemiga" a la libre información de la que recelaba.
Obsesionado por el dominio absoluto de los medios, los manipula en su propio beneficio, prohibe la menor crítica a su persona,
acaba entre otros muchos con la vida de S. Ibongo, primer periodista universitario y excelente profesional y criminaliza la
introducción en Guinea de cualquier tipo de prensa extranjera. Su incompetencia y megalomanía hace que se deterioren las
técnicas mediáticas, que la prensa pierda su regularidad y prácticamente desaparezca: Ébano, que pasa a denominarse, en
1973, "Unidad de Guinea Ecuatorial", cierra en 1975 al agotarse en el mes de marzo el papel de prensa, del nuevo "Diario de
Guinea Ecuatorial" sólo se publican veinte números, la admirable revista "La Guinea Española" obligada a cambiar su cabecera
por el de "La Guinea Ecuatorial" sólo producirá algún número más (4). Desaparecen igualmente la "Hoja del Lunes de Fernando
Poo", el semanario continental "Poto-Poto" que había trocado su título por el de "La Libertad", órgano del partido único P.U.N.T.
y su suplemento juvenil "En Marcha" e incluso el "Boletín Oficial" que en su época colonial tenía una historia de más de sesenta
años y que, con una frecuencia quincenal, recogía los aspectos administrativos desde mayo de 1905 (5). La televisión que había
sido motivo de enconadas disputas por su control y estricta obediencia desde los primeros momentos de la independencia, e
incluso antes, lo que obligó a la desbandada de los técnicos y profesionales metropolitanos (6), cesa en sus emisiones y se
clausura en 1975 y el país prácticamente retorna a la época del tan tan, a pesar que el pomposamente llamado Ministerio de
Educación Nacional intenta sostener, tras el fallido "golpe de estado" de marzo de1969, la publicación "Mundo Cultural". Durante
la sangrienta dictadura de Macías Nguema se pierde además por incuria y desidia la memoria escrita guineana, al ser
destruidos y expoliados los archivos coloniales y hemerográficos, siendo saqueada la muy digna Biblioteca Nacional en julio de
1973, pues se había ordenado la quema de todos los libros (7) (8). F. Macías se aprovechará además en sus primeros años del
silencio impuesto en España por el régimen del general Franco sobre las noticias guineanas al ser declarada la información
sobre esta joven nación "materia reservada" (mayo 1971 a octubre 1976) (4) (9). A medida que aceleradamente se oscurece la
situación política e informativa, los intelectuales y los profesionales independientes se van al exilio donde intentarán crear
grupos opositores, desgraciadamente muy dispersos, con sus correspondientes órganos informativos entre los que habría que
citar por su relativo mayor impacto, "Tan tan de alerta – Nkul akong", quizás el pionero de ellos, editado por el FRELIGE (Frente
de Liberación de Guinea Ecuatorial) en 1971, que también comienza a editar en Santa Cruz de Tenerife "La Perdiz", ave
desgraciadamente de corto vuelo (10), "Guinea Ecuatorial, hoy" y "La Voz del Pueblo" (Ginebra, abril de 1976) editadas por la
ANRD (Alianza Nacional para la Restauración Democrática) y "Nueva Generación" (Madrid 1977) de la URGE (Unión
Revolucionaría de Guinea Ecuatorial).
Macías en su soberbia e incompetencia produce la ruina económica guineana y pretende borrar la huella española en Guinea
Ecuatorial, estando a punto de conseguirlo con la desaparición de los medios de comunicación.
Tras el llamado golpe de la libertad llevado a cabo por el sobrino del dictador, Teodoro Obiang en agosto de 1979, en el que se
depositaron enormes esperanzas que se verán pronto defraudadas, se inician los oficialmente llamados "años de la
reconstrucción". Regresan del duro y numeroso exilio muchos intelectuales y opositores políticos esperando contemplar un
renacer democrático, como así parece entreverse en los primeros meses. Al nuevo líder se le concede un enorme crédito
internacional que desgraciadamente despilfarrará en pocos años (11). En el aspecto mediático solicita y obtiene, especialmente
de España, generosa ayuda técnica y económica para la recuperación de los medios informativos arruinados: Ébano, que
conoce una II época en 1980 y una III época en 1990, Poto-Poto, con reapariciones intermitentes y el Boletín Oficial del Estado
desde el 23 de agosto de 1979, y que dos meses después será sustituido por un boletín informativo meramente
propagandístico.
Obiang, que se erige en cabeza del gobierno militar supremo y se esfuerza en los primeros momentos en lograr una buena
imagen ante la opinión pública internacional preocupándose obsesivamente por los medios de comunicación extranjeros que al
reflejar la corrupta e ineficaz realidad de su gestión hieren su hipersensible ego. Les acusará de manipular y falsear la situación
real y de interferir en los asuntos internos guineanos entorpeciendo seriamente su labor informativa (castigando a los
interlocutores, hostigando y expulsando a periodistas considerados incómodos, prohibiendo en agosto de 1981 el acceso de la
prensa española a Guinea...), por lo que será calificado en algunos años por instituciones internacionales de prestigio como
"enemigo de la libertad de prensa" y "violador de los derechos humanos" (13) (14).
En el interior, los únicos medios medianamente regulares y de fácil acceso son los gubernamentales que lógicamente refieren
las bondades del régimen. Dentro de ellos Obiang se preocupa prioritariamente de radio y de la TV, que rinden una
abochornante labor hagiográfica en un país en el que, a pesar del enorme esfuerzo de los cooperantes y misioneros españoles,
se tienen tasas de analfabetismo que superan el 65%. El gobierno en el poder, cuyos medios audiovisuales critican
constantemente a la oposición y a la prensa independiente, solamente permite un acceso restringido a los mismos partidos
opositores en época de elecciones y eso por imposición internacional (15).
La inicial "luna de miel" entre Obiang y la oposición anti-Macías no dura mucho. Desconfiado y suspicaz, endurece
progresivamente su postura y su errático y caprichoso comportamiento propicia un nuevo y aún más prolongado exilio donde se
relanzarán las publicaciones opositoras nuevamente fragmentadas, de escasa difusión cuyo seguimiento es harto problemático
por sus irregulares trayectorias y por estar contaminadas por factores no solamente políticos y territoriales sino también étnicos,
así los bubis editan "Bojuelo" y "E’Waiso", los annobonenses "Viyil" (Barcelona 1986), y los pueblos playeros, ndowe, "Sango"
(Madrid 1983) (16). Muchos de ellos languidecerán por falta de unión y de apoyo financiero, obligando a sus redactores a
colaborar muy esporádicamente en publicaciones periódicas españolas, al fin y al cabo su cultura, o en publicaciones de ONGS,
de sindicatos o de sociedades e instituciones africanistas. Ha de significarse que si bien algunas publicaciones opositoras en el
exilio ("Voces de Guinea", el bimensual "La Diáspora" (Berlín, 1977), poseen cada vez mayor calidad y prestigio, Radio Exterior
de España y su boletín de las 17 horas es considerada durante todos estos años la mejor fuente informativa para los guineanos
del interior por lo que el actual régimen que la considera, junto con la prensa española, su "bete noire", intenta interferirla con
auténtico ahínco. Sus noticias más importantes serán recogidas en la publicación "La Diáspora" (17) (18).
Iniciada la década de los 90 y ante la explotación de la enorme riqueza petrolera de Guinea, se aconseja a Obiang Nguema
mantener al menos una apariencia de democracia (desaparición del partido único, celebración de elecciones con apariencia de
limpieza, tolerancia de una simbólica oposición...) y una cierta apertura informativa. Al ser los periódicos y revistas extranjeros
prohibitivos económicamente para los guineanos, comienzan a aparecer debidamente autorizados una serie de rotativos
guineanos independientes y críticos, entre los que es obligado citar "El Sol", que tras su aparición en 1992 sufre el constante
acoso gubernamental (suspensiones, prohibiciones, expulsiones de profesionales) hasta su desaparición en 1998, "La Verdad",
cuya excelente profesionalidad y dinamismo son duramente alterados, sin olvidar "Tu Guía" (1992) órgano del PCDC (Partido de
la Coalición Social Democrática) y el mensual "Tan Tan Expres" (1993), subtitulado "Periódico Independiente de la Guinea
Ecuatorial", que bautizado en diciembre de 1993 debe emigrar a Madrid (19). En el año 2000 y tras una espera de varios años
obtienen autorización para su difusión dos nuevos periódicos "La Opinión" y "El Tiempo", cuyas andaduras se vislumbran llenas
de obstáculos (20). Es decir, el régimen de Obiang acosa y dificulta constantemente a los medios de comunicación críticos.
Las dificultades impuestas a estos medios obliga a la oposición y a las agencias informativas internacionales, (France Press,
Misna, Efe, etc.), a recurrir a dar noticias a través Internet, donde es posible encontrar una variable serie de páginas, algunas de
magnífica calidad.
Las organizaciones internacionales y de cooperación colaboran, si bien asépticamente, para lograr mayor variedad informativa
guineana: la UNESCO patrocina en 1991 la creación de la Agencia Nacional de Prensa de no muy larga existencia, UNICEF
edita en 1996 el boletín "Ventana Abierta". La cooperación francesa publica en francés el mensual "Bioko", al ser considerado
este idioma cooficial en un acto de esquizofrenia idiomática de Obiang La cooperación española, a través del Centro Cultural
Hispano-Guineano, da a conocer el trimestral "Africa 2000" desde 1985 (21), también una emisora cultural del mismo nombre
inaugurada en 1989 (22), una breve "Colección de ensayos" y un bien ilustrado texto de flora medicinal guineana (23)
posteriormente editará "El Patio" (1990). La UNED edita "Horizontes" (1993). De esta loable labor editorial desconocemos en
estos momentos sus actuales circunstancias.
Del 4 al 7 de gosto de 1997, Obiang aparece presidiendo paradójicamente en Malabo el seminario "Prensa y Democracia en
África Central" (?), lo que posibilita que se amplíe la apertura informativa, tolerándose ese mismo mes la creación de la
"Asociación Nacional de Prensa" que pretende lanzar al año siguiente "La Hoja del Periodista", al parecer sin éxito (24).
En el segundo lustro de los noventa se propicia la aparición de prensa adicta al régimen, de mejor calidad técnica, con la que se
pretende mejorar su imagen de "jeque democrático" y así aparece con proyección internacional "La Gaceta de Guinea
Ecuatorial", en mayo de 1996, editada por una sociedad privada (?) Sogedisa que a mediados de 2000 lanza también el
semanario de información local "El Correo Ecuatoguineano", ambos constituyen quizás la prensa de mayor tirada en la historia
guineana. Asimismo, en 1999 coincidiendo con la celebración de la "Cumbre de Jefes de Estado de la Comunidad Económica
de África Central", aparece con 100 páginas excelentemente impresas en Madrid el primer número y hasta ahora único, al
parecer por enfriamiento de las inicialmente fluidas relaciones con el director español Javier Bleda, de la revista "Malabo",
subtitulada "Revista de Guinea Ecuatorial" (25). Son todas ellas las llamadas publicaciones con un "marcado olor a petróleo" o
mejor "la desinformación a través del petróleo".
Teodoro Obiang ha establecido, según algunos estudiosos de su régimen, una perfecta "democratura" donde se practica el
"clanibalismo", y en la cual molesta la prensa independiente, por ello intenta afanosamente comprar credibilidad democrática y
una mejor imagen mediática a cambio de dinero.
El África sursahariana en general y dentro de ella la Guinea Ecuatorial no parece poseer en estos tiempos un clima propicio
donde cultivar la libertad informativa.
BIBLIOGRAFÍA
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FORMA DE CITAR ESTE TRABAJO EN BIBLIOGRAFÍAS:
Darias, Victoriano (2001): La Guinea Ecuatorial, a través de sus medios de comunicación. Revista Latina de
Comunicación Social, 43. Recuperado el x de xxxx de 200x de:
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