La Virgen de la Peña, patrona
de Fucrtevcntiira.
-T:
ir -
^
NtüvaN
FACUITAD DE mtíSORA Y lETlUa DI U UNIYERSIDAO DI U4AGUNA
REVISTA DE HISTOSIA
Oif««ari «I DMRW, OR. KÍAS SERM R*F0|^
Tema Viil La Laeuna d«T*rt«rlf« (Islas C«n«»las) . AHo XV
¡Usi
\
LA IMPRENTA EN CANARIAS
Documtntos poro «I estudio de s« estubledmlMito (*)
" ' ' ' . • , . • ^
hcm docittnienitc» imcen cuando »e redacfain y sursoriben; mtii^r^ cuftndo pierden
«^bnalidtid y validez; y son lOépultados, iK>r últknay en la ftialdk^ de lo";
ppotoooloe y airchivoe cuando, .por el «blor amarillo, adquieren la gprirveiad'^^S'
tórica de un .perípuBino. LAS an"aqueles de estas neirópcíls de lesajfts fOn 1<»S-idehos
en «pié ywien tsnto luf^kierres cotno li» tfíates cr&nicais, lo wcáatao lips
granees que los pe({ueño« i>roQréclto«, y hasta las :úMnMW9 v^unt^deis, exprWón
vaáa o tuenoa eneuil^erta dé un anaia de súbreviívir,' yacen én estos emge/cAeñM
del p^»l escrU». A^^ -^ loe Séivaneft y aótanos de los archivíoe se asnointozum
° kw doñíanentoe ^'viior, á^ieliois imya-infiína jcatá|rorfa les pd.y6 d« k^ tóng^
dieAiiifirttida de ¿n estante.. AlH eiSt&n los oserioe. Pero deadé <4ét<^*haiS>tá W é»-
ndaa vitrUÍM, panteón de. papeles Rastreé, la patilla %Mla todói IM ptpete»;
imra ella eon idénticos el papel nrinietro y el p&p^ <ie i^náa; Ib ihiitmo el fm-povtanite
docmoento rá papel sellado, que 'lias modestéi notas eseríta» «1 deán»
de un reeibo In&piv Todos i<» eententerios 90^ % ^
L* /poblicadisñ dé un dac^^tnsntali p^iigvió tiene siempre, por esto, el vaior
de iim ^tunad^. A veíes» en yirüad de esta .publicidad, llega a' cotMfair Tiiue-
Va vida; el doouinento mMoe y en esta ve-encaam&ci'óni viVe á tiem^ que dlure
TIV» Is oorioifaiad e Interto por 4 i^Mo, o revista que lo inseitte. Algtmoe, «on-qof
nray pocos, ganan aei la iinmortalidad. lia may9t parte son vueltos a (»epul'
tar mA* o oie^os tank. No pócoB nacen ytk muerto». Bn eetoj^ último» caaoe ei
documento se traalada de oementeiib: éA axohivo pasa a la 1btí>Íiioteoti.
Al
:m
s}?
(*) IVaibaJo premiado en ^ Certamen celebrado erpasado afio por la; Recl
Sociedad EowA^oii de Tenerife, y f>or eUa cedido galantemente a está Revista.
.'ti
188 » '
Trato hoy^de publicar do» tnaiiiiseritos relátivois a Ja introdiucción y primeros
tiempos de la imprenta en Canarias. 9e refiere el primero al "iriodo meno^
coatoao^ establecer ima imprenta"; el segundo da "noticia de las diligenicias
practicadas pai^a que se traiga de Madrid". Amibos documentos recogen un proyecto
nacidio y llevado a la práctiica en el seno de 3a Real Sociedad Bconiómicia
de Amigoa dtel País de Tenerife. Fué en lo« alibores de la Económica, ddecioche®-
cos y optimietas. LQS altos y graves /señores descendían de las graves y altas
cuestiones a'lo.<í asiunifcos más prosaicos, práctico» y menudo». Una ouriosidlad
enciclopédica—^y encícJopedisita!—les emipujaiba -a parar mientes'eft todo. Dejaban,
arjo mejor, el estudio de los "aires fijos" o los cálculos para medir la altara
deJ Teide por triangulaciones, y ise dedicsüban, con igual fervor, al «Mayo dtei
-cultivo de Da patata o dé lá fabricación de peines. La simple*'lii8.ta de das obíius
de cuBÜquier autor dte la épooa refleja daramiente .esta múltiple y generfal pre-ooufpaci
¿.i>.' Junto a unas "Exequias mentales a la muerte del Bey nuestro Se-»
ñor" se encuentra, por ejemplo, "un papell respondiendo a la socieáad medien
BOÍM-e cuál es la causa de producir picazéri en la nariz la» lomlbrioe® que jasnidiain »
en loa intcstínfe"; al lado de unos "Villancicos a la Natividad del Señor y San-»'
tos Reyee", "Un arte die coímena"; y e|l autor "de todos ©stoe trabajo» de dabe-,
T&" haMa. bordado, además, "una alfombra que ten{a diez' varas de largo y cin^
co de ancho, un friso de la misma üongitud, un frontal y uma casulla, diez chupas,
una contina y fxtra» diferente» piejaecillas" (1). Es nota car«w;(íeriÍ3tica de(
s i j ^ . De láis mác encumbradas y laberínticas cuestiones se bajaba a las má?
fádSee y humild«si, pero sin rebajarse. Las bkmcais pelucas dieciocheAcae con lia
mMtoa aigiUdad quie ascendían a las estreülas descendían a|I suelo, ipero isinr enlodarse.
Hasta en los teanas y trabajos má« vulgrare» y corriente» «e mantenía m-
^ t a ki aristocrática «leigunpia versallesca. /
$!n este amibiente optimista y preocupado, culto y práctico, de la Socieded
ESconómIca de Tenerife, se concibió el proyecto de establecer «na buena impren^
ta en la isfla. Converjo en realidad el propósito, losdiacunso» en loe cuales se i
babían expuesto a la Sociedad lo» medios de reaüiziu'lo y Iaií° diversas 'g«8itioinea .
pnxáAcsáaa para ll^vartó a cabo, se archivaron (2). Y «n el archivo o báNioite--
ca, que tanto-da, han estúilo sepulitadQ» liasta.este mometÁa, en (fUe vuelven a
1» Sociedad en la qué hace cerca de do» sigila» nacieran.
%noro la suerte que le espera a este traba^. No «é «i en^errari el vigióos
i;ece»ario paaia dar nuevqvidia a lo» documentos y convertir la exhumaeióin en
«MI re-en^aimación.
Mocbo ipodrá favorecerlos y reavivarlo» la Económica de Tenerife, si Ito»
reei|>e con aanor jie niaidré. Ella puede evitar que seon en «eguida enterradoA en
mi áirchivoHbiblioteoB. Yo «o puedo pasar de! papel de «Lmpie exhumado^. Y aurt-que
ha^o lai exhumación con cariño, mi amor, en fin de cuenta», será inerte y
mecándco aiiMir de «epulturero.
(1) Torre» Villarroel, Vida; trozó V.
(2). AmboA manuscritos «e conservan en la Biblioteca Cervantes áe Santa
Cruz de la Palma. Están guardado» oojt otros documento» correspondiente» a la
Sodedafl. Económica tinerfefia en un legajo dte la Saía Canaria de dicha biblioteca,
y, como Ja totalidad de lo» fondos de ésta, se encuentran rin catalogar. . •
189
El objeto, .pues, de esitas líneas es la puWdiCsiición <íe los dos' documentios citados.,
tumíbos inédi^. 'ET ipriimero, conocido ya por Millares Carió, (3) que lo
califica de cürioisísiimo, confirma ciuanto íw sabe soibre el estableeimiiento de la
primera imprenta en Canan-ias. IJeiva ipor títuJio: Apuntes sobre el hiodo meitoa
costoso de establecer «na imprenta en esta Isla, está fechado en 1780 y, según
eS iseñor Millares, fué ©sírito por don José Bétbencourt y Castrov (4). E3 -seigTjn-do,
al parecer más interesante y (teis.conocidio, está tótulado: Noticias de las diligencias
practicadas para que se traiga de Madrid parte de ana imprenta, lliev^
feoha de 3 de abril de 1785, y, aunque no se expresa 8u autor, creo que sga oibrai
de don Lope Antonáo de la Guerra y Peña (5), Se refiere a Ha introducciÓTi ete
la iinmprenta «m La Laguna. \ i
Veannoia-un resiusnen de la historia d'él establedmifento die < la imprenta en
Tenerife a la luz de amibos documentos (6).
. Hacia el año 1750 llegó üa primiera imprenta a C5anarias. Traída fleadejSe-villa,
la estaWedó en Santa Cruz de TPn^irif* <i'an Pedro José PaiAo Díaz y Eo-mero,
oriundo de aquella capital andaluzíá. Todas las circunstancias pai«cfan
reunirse* para favorecer su desarrollo y pr&spero desenvdivimientó: el .imteírés
desipertado por la novedadi, la falta de otro eatahlecámiento que le hiciese, la
aompetencia, la protección decididtt dé don Juan de Urbina, a la sa'zón Comandante
General y Presidente de la Real Audiencia. Sin embarga», no alcansó el
V' (3) £n su axticak) Los incunables canariog más antiguos (17S2-1753) publicado
en "El Museo Catenrio", año II, n2 8, p&gs. 31-41.
"-" (4) Don Manuel de Ossuha y Van^en-jHeftde,^eñ su folleto sobre la Cultur
ra social de Canarias en los reinados de Carlos 111 y Carios IV, Santa Cruz ^
Tenerife, 1914, páig. 9, al referijwe a don José de Bethéncourt y Castro, dice que
es autor de diferentes ctoifnposdciones poéticas y de los opúsculos Cultiyo dd mof
ral. Memoria sobre la introduccij^n de la patata en Tenerife y el titulado La lia-pfenta
y fadüdM de su estaUecüniento en Canarias. Este último debe de ser, a
pesar de la diferencia de título, el que ahora se publica; no he hallado dato» probatorios
de haiber sido imipreso. Millares», en el artículo correspondiente dé BU
Biobibliografia, teAnbién lo dtá, pero, aiVálogajmente, tampoco consigna «u im^ne
aión. Don J&sé de Bethencourt y Castro nació en la Orotava, viajó por Fraácia ,
e Inglaterra, y fué muy aficionado a las artesj. En 1796 ingresó en la Orden de
, Calatrava. '
(5) FWdo esta creencia en la comunicaciAn de don Agttstfn de Bethencourt
y M«lina a don Lope Antonio de la <lrüerra y Peña, que publico más adelante
<p&g. 143) len nota al segundo discurso, y que se conserva ardiivado en los dos
manuscritos objeto de es.te ^a^tlculo. Dice el diacurso segundo: "En 17 de mayo
!Íe 8S, hice presente la respuesta de dicho don Agustín con fecha 11 de mayo •
etc.* Y'la dtada respuesta está encabezada: "11 de marzo de 1788.—Comunicación
de don Agustín de Bethencourt y Molina al Sor. D. Lope Antonio de la
Guerfa y Peña." Me partee que el cotejo no deja lugar a dudas. Sin embargo,
una fácil investigación ei) los libros de actas de. la Económica tinerfeña acabaría
de adarar este punto.—^ipori Lope Antonio de la Guerra y Peña imció en LA
Laguna, fué regidor perpetuo de Teneri#c, «ocio fundador de la Económica
(1777) y luno de lois coüaboraides itíé» asiduos de Viera y Clavijo.
(6) Cuantas veces tewga que referirme a dichos manuscrito» en «ate articulo
desiftnaré al primero con el título abreviado d« Apuntes ly al segxmdo con
«1 d« NotldA.'
140
éxito que dichas circunstancias hacían presumir: "Don Ptdro Joseph traíst—según
los Apuntes—lUnos caracteres muy (gastados y ruines! empezó a ipedir el doble
de lo que coataiba cualquiera otra que venía de fuera bien iniíprpsa; aibusian-do
de la protección empezó a imprimir aümiahakoa sin más orden que s'U antojo,
estort>arido la intnoducción de los. de fuera, que se venden a seis maravedis eil
pliego y aquí costaba a medio real, él no bajaba de un real plata. De ese modo
más querían ocurrir fuera a imiprimir que executarlo «n el pay®. Comitribuía a
esto el semblante adusto y displisencia del impresor."
En 17'51, iseigún dúce don Luis Maffiotte en su catálogo de Los periódicos de
las Islas Canarias (7), ya "suministraba documentos a 'las ofidnas páblicas a la
vez que editaba novenas y añalejos". Poro no so conoce nimgún trabajo d'e aqun-llia
imprenta .anterior a 1752. "De este año—afirma Millares Canló, en el artículo
citado—data el librito que, hoy por hoy, reputamos por el impreso más antiguo
ejecutado en las IsJae" (8).
Según el tmismo autor, la imprenta estuvo iñstal'ada hasta 1762 en la calle
deJ Sol., ''a la cual volvió en 1767, tra® de haber estado i^urante cinco años-ein
:a del Clavel". Su director y propietario, don Pedro José, se titulaba "impresor
mayor de Guerra" o de "Guerra y Marina". Y sus producciones que ae sucedieron,
a juzígar por el pié de imprenta, hasta el año 177S, por 3o menos, no débein
seV-oalifi'cadas con da dureza y severidad que lo hacen Mafflotte y otros.. Es
«erto que los tipos en ellas emi>leado.s no se dásti-nguen por su precisióm TH cDa-ridad,
ipero "hay algunas ediciones que no desmerecen de las piiblicadias en la
misma época por otras imprentas españolas de,/provincia. Toidos los libras' que
conocemos, salidos de 3a "Real de Guerra y Marina", son eni 89 y en la mayoría
la portada aiparece orlada toscamente".
Cargado de años y de achaques, don Pablo José Díaz, fué afoandomandlo i>o-co
a poco eí trabajo hasta que cerró definitivamente su oficina. Su carácter agrio
y displicente fué causa principal de qué no tuviese a siu lado ayudantes o aprendices.
Y así, al fallecer a fine» de 1780, no dejó ningún discípulo que pudiere
continuar el ejercicio del arte tipográfico en Tenerife.
Sólo con gran reserva y disimulo de lasi intencione», "introduciéndose como
para otros asuntos", pudo alguien, como don Miguel Bermejo, "sujeto muy aipli-cadí)
al grabado e impresión", tomar algunas instrucciones de dicho maestro.
Poco antes del fallecimiento de éste, en el mismo año 1780, proponía don José
Bethencourt y Castro a la Real Sociedad Económica de Tenerife que le ad
ruiriese la imprenta: "Al impresor don Pedro Joseph, que ya no exercita su arte,
se le hará favor en tomarle las prensas y caracteres y demáa que tenga, que
•<7) Tomo I, p&g. 6.
(8) "Breves I meditaciones | sobre los quatro ¡ novíssimos,! distribuidas para
cada día | del mes, con direcciones p^ara vivir | bien en todos tiempos. | Escrita.'»
originaSmente en Lengua ] Toscana por el P. Pinamonty, y tra-1 ducidas nueval-mente
del Inglés | en el Español por | D. Diego Nicolás Roch y Rivas, | Presibíte-ro,
natural, y vezino del Puerto, | de Ha Craa de la Orotava en esta Isla | de T ^
nerife. Quien las | Dedica, I a el g-loriosíssimo P. | S. Diego de | Alcalá, faKÍmira-
We maestro de la Contenuplación. (Año 1752. | Con licencia dte ios
Suiperioree, en Sta. | Cruz de Tlhenerife, «n la Inirprenta I Real de Guerra, calle
del Sol," -Cfr. Millares, art. cit. p. 34.
141
coóno ya tan usado poco piaed'e costar, y aunque no sirva ipara la mejor puede
servir para algo."
Y añadía: "La Soledad puede ir sucesivamente trayendo caracteres, seigún
los quiera..., los que podrá costear 'sin dejar ei dominio de ellos". "CoH' esto podrá
ir «.prendiendo aJi^n otro, y ha'bieiido imprenta establecida es muy posible
que venga alguno que tenga algunos principios y coadjuibe a su adelantaimiento."
Así contestaba Bethencourt y Castro en los Apuntes, qjuizá a uno de aquellos
frecuentes y públicos concursos, organizados por la Bconónüca die Tenerife.
"La Real Sociedad—dice—^, que conoce la iAiportancia que tiene el que haya
imprenta, que tiene pocos fondos para costearla, y que desea.establecerla, propone
«3 <iue se diga el modo menos costoso que halbrá para conseguir el fin." '
En esta prcipasición sobresale por ®u interés la parte relativa a los trabajos
,que en la imprenta podrían hacerse: "Un^ impresor ruanca dexará die tenef
cosas sobradas en que executarse. Todos los días se neceátan conocimiento®, j » -
p e l ^ que poner en iglesias y otras de estas cosas, cédulas de confesión y comunión.
De lias otras islas también piden algunas «osas: Almanakeis, que se pueden
haoer sin las erratas con que los executaba el otro impresor y más baratos;
la Sociedad, que siempre tendrá cosas que iíipriimir, y a falta de esto, que dexa^
rá popo tiempo, se pueden imprimir por suscripción alguna de Jas obras qtJe se
hayan inéditas o xeimipriinir algunas otras de las ya impresas en el siglo pa.-
sadoj'que todas son muy raras y están muy expuestas a consumirse del todo."
Oita, así, la obra de Fr. Alonso de Espinosa, "Del origen y Milagnos de>
Ntna. Sra. de Candelaria", de lá que dice que "sólo se sabe que haya un exiernt-plar
en la librería de Candelaria"; la dte Fr. Luis' de Quirós, 'Sobre los ''Milagro®
del Santo Crucifixo de S. Miguel de las Victorias en La Latguna"; d "Templo
Multante", de Cairasco de Figueroa; el "Poema", de Vianaj del que ignora que
se conserve ejemfplar alguno impreso; las "Sinodales", *de Cámara y Murga; hus
"Vidas de San Francisco y de Fr. Juan de Jesús", por Fr. Andrés de Aforeu; lais
"•Excelencias y Antigüedades de las Islas CanS^ias", por don' Cristóiball Pérea
del Cristo, según dicen, y la, "Conquista y Antigüedades de las Islas de la Gran
Canaria", por Núñeiz de la Peña, de todas las cuales afirma que ®on obras muy
raras.
Muerto don José Palblo Díaz, la Real Sociedad Económica de La Lagtnna
aceirtó la 'idea sugerida -por Betíiencourt y Castro en los Apuntes y, en oonse»-
ouenda, compró "los inatnimenitos" de la imprenta, que aquel impresor había
dejado a la Orden Tercera de Sailta Cruz. La escritura de adqH\sidón fué otorgada
en 6 d>e marzo del año precitado (1781), ante el escribano don Vicente Es-pou
de Paz, figurando en ella los sig^iientes objetos.: "diez y siete tableros de letra,
una prensa de imprimir, diez y ocho estampones de cobre, una porción de
ochas de plomo y guamiciones, cosa de tres quintales de letra, dos prensas de
cortar papeJ con S.us dos ingenios respectivos, un tórouip para estampar, una
piedra ée batiar pñpeJ y otra de moler colores".
La cÍTOunistancia que determinó principalmente a la Sociedad Económica a
la adquisición de la ijnprenta fué la felis^llegada a Tenerife del impresor natural
de Liorna dOn Miguel; Ángel Bázzanti. Arribó casualmente al ,pu«rto de Saai-ta
Cru*, a bordo de una en^barcación dinamarquesa, poico después del falleci-
142
miento de Son Pedro José Pablo Díaz. La Real Econ<imica, como aquél mdtó-festaise
deseos de ouedarse, vio que le venía a las"Tnanos la ocasión de poder'
satisfacer sus propósitos relativos a la ¡imprenta. La adquirió inmediatamenite,
como queda dicho, y de acuerdo con el Marqués de la Cañada, Comandante General
a la sazón, (proporcionó a Bazzanti todos los medios ipara que se quedase
en.la isla. Entre otra® condiciones le ofreció "por «término de un año, ¡pag'er
cierta cantidad, y dfer sala en quie «e ipusies© la imprenta, Ínterin, tomaba oono-cimiento
del ipais".
Así se estableció y empezó a funcionar en 1781 lá primera imprenta de La
Lagiuna. ,. , ' '' '
f Como era de esperar, el prototipógrafo lagrunero encontró muy dlefectuoso
y escaso el maiterial que se le émtregaiba, con él oual "era difícM' inxprimir uli
pape] algo largo". Para remediarla falta, la Sociedad encargró "al Sr. D'. Antonio
ide Jos Santos papourase ^persona que trajese aquello que el impresor Bazzanti
pedía, diciendo que su costo sería cien pesos". Cumplido él. encargo por
didio señor, se recibió, pasado algún tiempo, detalle de "los costos de las cosas
que había propuesto el iimpresor", y como excediese mucho su imiporte de las
posibilidades eeonómieas dé la Rea4 Corporación,- se hizo U'n nuevo presupuesto
Hmitado^a lo 'más indisipensable. Se en.o<ynendó la nueva gestión a don Agustín
de Bethi^ncourt y Mollina, "que se bailaba en la Corté y era persona áf intéld-giencia
y a propósito para tal encango, y en 19 de diciembre de 1782 se le librar.
ron cien ,pesos... y se le envió la minuta de los caracteres de imprenta que más
se necesitaban".
Don-Agustín acepta el nombramáenio de apoderado de la Económica en la
Corte, y con fecha 11 de marzo del año fsiigaiiente contesta sobre el encango de
imprenta y envía el resultado de sus iprimeros trabajos. Poco después se ve, sin
embargo, obligado a interrumpir estas gestiones. La suerte Je emipujaba hacia
más albos idestinos. Acababa de ser nombrado -socio honorario de la Real Aoa-diennia
de San Femando y se If^nviaiba a París con eJ fin de que ampliaise srua
iBsbjddos de Física, Química y Geometría. En consecuencia, el 13 de junio de 1788
ftporibe a la Sociedad canta en la que "incliaye razón del costo que podrán tener
los- cairacteres y utepcilios p&ra la imprenta y 'dice como está para salir de la
Corte".
El 23 de flgosito designó la Real Económica sustituto. Recayó el nombra- '
miento en el «ocio de la; misma don Alonso de Nava Grimón, Manques de Vlllií-nueva
del Prado. Y tampoco entonces salió adelante el encango sobre la imprenta.
Don Alonso de Nava determinó también mancihanse a París. Era viaje obligado
para el elegante y el intelectual de la época. Y-fué .preciso acudir coni el.
et>cango a don Agustín Mádan, también residente en Madrid. Pero ahoi'a, quizá
ipara prevenirse la Sociedad de un nuevo tropiezo,' hizo el encargo por duplicado;
le escribió al misino tiempo a don José de Viera y Clavija, igran amigo de
Mádan. Y amboé •contestaron. De «ua respuestas se dio icuenta a la Económica
en la Jiwita d« 17 de abril' de 1784. '
' Mientras tanto don Agustín de í¡ethencourt, que aun .permanecía en Madrid,
continuaba por forturta sus gestiones eli pro de los caracteres de imprenta
quíe se necpeitaban. Y, efectivamente, <í>n posterioridad a laa re8piue(»tas die
• , 143
Viera y Mádaní, se recibe carta suya fechada"*©! "12 de marzo en que ddoe que
los caracteres de imprenta había más de seis meses ,q|ue los tenía encargados
sin halber ipodido conseguir «Jile el úiiico fundidor bueno que había los hiciese
por s«r tanta Ha variedad de letras y ^er corta su cantidad, y que se había valido
d^ don Joaquín Ubarra para que^a instanrias suyas se hiciese cargo de ello® y
los oonoluyese con prontitud, y que con efecto lo había logrado". En esta carta
decía Bethencourt y Molina que el encargo costaba más de cien pesos V repetía
que se imarchaiba para Francia. Como sólo se había girado hasta aquella cantidad,
la Sociedad volvió a escribirle a don Agustín Mádaft para autorizarle a SM-plir
has'^ cincuenta pesos si fuere necesario.
Poco después, se recibió nueva carta de don José de' Viera y_ Clavijo, ya a
punto de emprender su definitivo regreso a Canarias. En ella decía el infatiga^'
ble Arcediano de Fuerteventura que estaban prontos "qiiatro cajones en ipoder
de Ibarra con la imprenta y que se espera por 1.229 reales que faltan para acá
bar de pagar su costo".
Puesto que era indi«pens.ab¡le ed sacrificio, la Real Sociedad hizo a don Agustín
Mádan un nuevo giro de cien pesos, y le encareció la falta que se tenía de
ios deseados tipos. Pero don Agustín Mádan, canónigo de la catedral de Las Pal
imas, había emprendido también la obligada peregrinación dieciochesca: había
salido para'París. La carta y el giro de la Económica tincrfeña le alcaiasaron
en Bilbao; contestó que había dejado encargado de los asuntos de la patriótica
Sociedad a su amanuense don Pedro Ortia, y que éste ya avisaría. Pero hasta el
13 de abril de i786, fecha de la Noticia, ed. señor. Ortiz no había avisado y la&
•caracteres continuaban en Madrid. El final de la Noticia era graciosísimo:
"En resumen, se han enviado doscientos pesos y los caracteres e»tán encajonados
en casa de Ibarra desde agosto del 84 sin que hayan sido bastantes para
sacarlos de la Corte las muchas cartas que se han escrito a don José de Viera,
al Marqués de Villanueva del Prado, a don* Agustín de Bethencourt, a don
Bstanisilao de Lugo y Viña, y a otrosv"
José PÉREZ VIDAL
Agosto de 1941.
(Seguirán apéndices de documentos).
. \ •' • •