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El ingeniero <ianario
'dijti Agustín de Béthencoúrt Molina
(1758-1824)
bor SEBASTIAN PADRÓMACÓStA
I
PREÁMBULO
I. El urimer escritor canario que publica la biografía de don Agus-tíni
de Béthencoúrt Molina es don Aurelio Pérez Zamora, que la in-
8«fita en un periódico locaU al año siguiente de cumplirse el primer
ceQtenatio ael nacimiento del ilustre ingeniero. Aunque al pie de
ella sólo aparece el nombre Aurelio, en otro número del citacfo dia-riOi
adviértese qiíe cuánto en éste bajo tal nombre se publique dé-bfts^
ala.pluma de don Aurelio Pérez Zamora. La obra de referen-ciai
titúlaisfr Apuntes para la biografía de Don Agustín de Béthencoúrt
y-iA^lifia, y está fechada en el Puerto de la Cruz, en febrero de
1359.
,,- Transcurridos veinticuatro años de su publicación, con ligeras
modifípaciones formales y como obra anónima reprodúcese en una
revista de Santa Cruz'. Se han realizado unos juegos malabares que
howan poco al director de la referida publicación, que es don Patricio
Estévanez.
I .1 Ei^iste otra biografía, de autor desconocido". E^ la tercera versión^
de Ja de don Aurelio Pérez Zamora. Añádense algunos datos,
autique pocos; cambiase la forma literaria de la primitiva, y no se
cital,al,autor de ésta. .No sé quién la redactó, ni si fué publicada.
ParAeste fin la escriba su autor porque en ella afirma: «el retrato
quisr esitampamos al frente de este artículo es copia del que sacó su
hija en 1814».
MI «GOO delComeroio», de Santa Cruz de Tenerife», marzo de t»59,
folletín.
2 <La Uustraoión de Canarias», afio 11, núm. I, pág. 2, números 11 y
III, p¿gs. 19-20, de 15 de julio y 10 de agosto de 1883.
-, SI lANÓNlMo] i?. Aguttin de Béthencoúrt jf Molina, ingeniero hidráulico,
Ms., Real Sociedad Eoonómioa de La Laguna.
. 62 [2]
La misma biografía de Pérez Zamora, pero en la versión de don
Patricio, sirve de fuente a don Agustín Millares Cario, que la cita,
para los datos biográficos que acerca de Béthencourt consigna en su
Ensayo de una biobibliografía de escritores naturales de las Islas
Canarias*.
Dos nuevas biografías, procedentes de la versión de Estévanez,
existen: El célebre ivvflftfifí ^^ntAgv^tinidtx^é^hkncourty Molina'^ y
Don AíTustínidei Béthencourt en luiCortt de los Zareis^. Laiprimera
es de M^'ká¿onkM\'{k'^^^UL:k ¿h\ífmM'^'Wjvrdi igón.
Ambos prescinden de referencia»la"lí'.'d|)ra en que se inspiran.
El ingeniero de Caminos don José González Quijano publica en
l^-^^ una bip^rafía de Béthe.ncourt, y cita como una de sus fuentes
la versión de don Patríelo^.
Cuántas notas biográficas se han insertado en libros, folletos,
revistas y periódicos isleños desde 1859 acá proceden de la obra
de Pérez Zamora a través d^íg8(Áxilfi.9i^ Pebo exceptuar la que aparece
en La Junta Suprema de Canarias (pág. 362) de don Buenaventura^
Bonhetjiquei tiene cottioj fuqntcí "laiiobra de'Píói Btfíétjá bue
citomáBjadelantei Nin^unirt de lo9' biógrafos 'árHba'ttiertd^rtiwttS'
hace r^ferenciaia Pérdz Zamorai.-Indudablftmen'te^uvd'rtitdtt fbfttittr
diin Aprelio ¡con^sus meritísímo» Jl¡píirtícs,'tairt nutridtis '*de (juKi(y-'
saBÍnoíicias a-éeroadelúngeniero tinerfeñoJii" ' ' . M'ÍI, IIÍ III .
i Mwchbsld^ los datos pebogidoaipordínn Atirelio d^bier'dft de'ffeflfe'
proport!Íoiiado^"pof la mist^a^ familiid de'Biéth'ettbo'Uí«,'l'^rih(Ji|M(l'J
rtiante por iina hija dte lésté, ^residentefen^Paíí*, dOMÜfe hiiíicliVátiWí'
pérmanehciat Pérez Zarhorai que kñritia vio batead d d Zal^'A^eMn-'
dro, escritas en francés, dirigidas a don Agustín. Debió consuitin'
fuente^ franceBaSienti-e eHas Beupgoingj'Pfotíy,' 'Hi«';^V 'EtCí'pa*"^' »"
biografía. Hcl cí»ínprobado líos .iíJ9u«í*S"de PérftM'ZíraOttt tt» ltl'ttl«i^'
dida que «nle ha- sido'posiblel y^debo aft^mftn'^qHe' no"«8 rlguhírt'^'
mente ¿«acto ^Tiiatranyclripción'de lo«^tíl!nloBi de'algunasi Miffh.'O'-^
rias de Béthencourt; que equivoca la fecha de fündHÉÍón'dfc'lá'
Escuela de¡ GairtinoS; que nb ¡dístingili'e ifttlfn*'Isl WeacJÓH 'del
C u e r ^ de Ingenieros dé Gaminbsy'ifi fuhdái(/ióiíi'idéala E^ufela"
de ingenieras de Gaminos^que sa^on^ eiistientítJ' ení^í859 e'l|'G«'«''
biiiete !He»í de: Máquina» ÓPÍ Pákcioidel Buen Rtetiro]' qué fué d*»^'
trüídioeh' 1808; q«e íia Real Ordiun d é i í l de febíero de 1786,'tfüfe',l
relativa aiRéltHenoottrt, adiice, no se hlilla leW l«t ^Gácítadtí'Mttf;
. t i , " . ' II-1 i . i i ii
4 AGUSTÍN MILLARES CAKLO, Ensayo de una bibliografía de escritoreí no-tara¡
ks<ide<la»'Islagy(kinaMa4(Stfftds <Xrt, JÍVir'^'XVttT);'ÍAA«íeiá, 1932.
p á g . 123. I. .il •!
>'b «La l>rertéa.td&8anl»iGHiz de Tenerife, 6 db jumo de'1í29J '
6 « A B C , d e M a d r W . ' I ' • I - ^ •'• "^ . . ; ; i | •.!...! ¡ ^v t.'l .<¡MI.| I ¡ I
7 MÍó6ÉOoNzALE2'QkrWAN(Nv>fi«fce»i«mr<, «RévísiJa de Obí'as OftblilJas»,
número extraordinario, 20 de^sffdw^'lfitój Madrid, piSgtSjft-S."- '' '•' ''
Don Afíustín (lo Hótlioncourt, y MoliiiM. ("uiuli'd oxistonto
en el Salón de Actos de la Ksenela d<> (^amiiios, Canales y
Puertos de Madrid
Don AííMstín de Hótliciicoiirt y Moliiui, por MÍII'COS I!ÍI('/,ÍI.
MllKOo Muni('i|i;il do Síuitü Crii/ de 'roiici'ilc
T3 , -
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[8) 6S
dtidi^, pero en lo esencial eí autor de gran veracidad, aunque a
veces yerre en la cronología de algunos hechos que narra: muchas
dfe sus aserciones las he comprobado con documentos y obras de
diversos autores que cito en varias notas de este trabajo*.
" L a búsqueda del Expediente de fundación de la Escuela de Ca-ñiiftos
ha sido infructuosa. En enero de 1949 el señor Secretario de
ésta' afirma que de la Escuela lo remitieron al Ministerio de Obras
PÍ5t)licas, y que de éste pasó a los archivos nacionales. En éstos no
sé ha podido localizar.
Expreso aquí mi gratitud a mi distinguido amigo don Manuel
Cencillo de Pmeda, laborioso africanista, autor del interesante libró
El Brigadier Conde de Argelejo y su expedición militar a Fernando
Poo en 1778, por lo mucho que se ha interesado en la bús-d\
ieda de la citada Real Orden en la Hemeroteca Municipal de Madrid
y del Expediente de fundación de la Escuela de Caminos
eti '\69 archivos nacionales.
Intentamos en este trabajo un esbozo de la personalidad de don
Agustín de Bethencourt, dando a conocer cuánto material inédito e
impreso he reunido acerca de figura tan relevante y utilizando como
principal fuente biográfica los tan mal afortunados Apuntes
de don Aurelio Pérez Zamora. Este ensayo, aunque con distinto título
y sin la amplitud y documentación de ahora, fué premiado en
los íiiegos Florales que se celebraron en el Puerto de la Cruz el 25
d¿enfcío de 1947,
II
BIOGRAFÍA
r •
Agustín-José-Pedro del Carmen-Domingo de Candelaria de
Bethencourt Molina nació en el Puerto de la Cruz el 1 de febrero
de 1758 y fué bautizado el inmediato día 7 en la iglesia parroquial de
N.* S.' de la Peña de Francia por don José Manuel Oramas. Era
hijo del Teniente Coronel de Infantería don Agustín de Bethencourt
V Castro, Caballero profeso de la Orden de Calatrava, nacido en
Las Palmas de Gran Canaria el 7 de julio de 1720, e hijo de] Coro-
8 Aurelio Pérez Zamora nace en el Puerto de la Cruz en 1828. Viaja
poí Francia y América. Es poeta, novelista, biógrafo y traductor. Fué administrador
principal de Correos de Santa Cruz de Tenerife, donde muere
eii 191 á. Obras: Las Islas Canarias y el Valle de la Orotava desde el punto de
vista médico e higiénico, de Mr. GABRIEL DE BELOASTEL, traducción del francés,
Santa Cruz de Tenerife, 1862, Imprenta Islefia; Sor Milagros o secretos
da Cuba, Santa Cruz de Tenerife, 1897, Imprenta de Félix S. Molowny; No-
Um biográficas del Excmo. señor D. Feliciano Pérez Zamora, Santa Cruz de Tenerife,
1900, Imp. de A. J. Benítez; Florencia o personajes de otros tiempos,
Stíñi& Cruz de Tenerife, 1902, Imp. A. J. Benítez.
ijiel dpn Jpsé de Bétheacourt CastíO y de D.'iAn» Jacque«,dp MíMJ>
y de D.f Leonor de Molina Brioles, nacida en.iQar^chico el 20,de/
terrero de 1732, hija de los cuartos Marqueses de Villafu¥rte,,yx«-t,
sados en la Villa de La Orotava el día 12 agosto de 1755, reprepen-^,
tando al contrayente, pues contrajeron matrimonio por poder, don
José de Molina Briones, hermano de D." Leonor., Fué abiuelo dedpR,
Agustín de Béthencourt Castro el brigadier de los Reales ,Ej4r«i|tQS,
don Marcos de Béthencourt y Castro, Caballero de la 0xden:d? AH
cántara. Fué padrino de bautismo de nuestro biografia!do¡ai>,,tjp,.?par-terrio
don Nicolás de Molina Briones*. o/ I
La familia Béthencourt-Castro fué de las de más raig^mbriSif^-í
ligiosa del Puerto de la Cruz. Don Agustín de Béthencourt y C^stFpl
ejerció el cargo de tesorero de la Hermandad de Nuestra Seiíorf^ dfi)\
Socorro, en 1759, fundada en el convento de San Pedro Telmfll di^i
la referida población; y su esposa doña Leonor de Molina Brjof),^^,
así como sus hermanas doña María y doña Luisa de BéthenpQJUAt,y,
Castro pertenecieron también a la Hermandad de referencia, i,, ¡
Asimismo formó parte de la famosa Tertulia del MarquéB,di4. ,Vi/
llanueva del Prado; y don Lope Antonio de la Guerra, y Peña r^p»:
cuenta cómo, en unión de los personajes que la integraban,Ja>npri
che del 13 de julio de 1765, contempló, desde los balcQ^e^ de; Í4,
casa de don Agustín de Béthencourt y Castroj los fuegos, .QarrozílPí
Í libreas que, con motivo de las fiestas del Gran Poder de P|io4,|
abía en la plaza de la Iglesia del Puerto de la Cruz; y dpn Josié, d^.
Viera y Clavijo refiere que, acompañado de don Agustín de Béthencourt
y Castro y de otros relevantes sujetos de su tiempo, vio, el 3
de junio de 1769, desde una azotea de la citada población, el paso
de Venus sobre el disco solar."
Hermanos de don Agustín de Béthencourt Molina fueron don
José, don Pablo, don Marcos, doña María, doña Catalinla^ d e ñ a ^ a -
ría del Pilar y doña Luisa. Doña María del Pilar, que naceierílél
Villa de La Orotava, fué Condesa de la Vega Grande d e Güadallu^'
pe, pues casó en Las Palmas en 1800 con el tercer Conde de la Vo^
ga Grande de Guadalupe don Fernando del Castillo Ruizide^Veur»!
gara y Béthencourt y murió én Gran Canaria en ISSOW*'». . i i t ,
Don Agustín comenzó sus estudios de primera enseiñanza' 6h su)
9 Libro VIII de Bautismos de la iglesia parroquial de N.^S.* de la
Pefia de Francia del Puerto de la Cruz, folio 6 vto. Libro XVIII de Bafitis-,
moa del Sagrario Catedral de Las Palmas, folio 100. Libro VIII de 3a«ín
tismos de la iglesia de Santa Ana de Garachico, folio 375 vto. Libro yi de
Matrimonios de N.* S." de la Concepción de La Orotava, folio 2 vto. , >
10 LOPE ANTONIO DE LA GUERRA, Memorias cEl Museo Canario», núroe»,
ros 25-§fi, 1948, pág. 17L—JOSÉ RODRÍGUEZ MOURE, Juicio critico dü hidomwr,
dor de Canarias D. José de Viera y Clavijo, Sta. Cruz, 1918, p&g. 22.-rTj08Íli
DE VlEfliA Y CLAVIJO, Memorias, Orotava, 1927, pág. 1?. ii i .|.
10 bis ANTONIO RAMOS, Descripción genealógica de lat «Ma<i (í» Ab<a
'fB] '«5
todé/blóhatttl'k^ recibió de su {iadfe las'primeras lecciones. Dedicóse
deéblráft: líl estudio df! la matemática, la lengua inglesa y francesa y
*• tfibujo'.'Et 14 de noriembre de 1776 Hace una excursión a la fa-
'nltMa cueva de hjtíd/yentre los que lé acompañan está su hcrmaílb
dóti Jo3¿, que ñVma sus escritos con el ndrtibré José de Béthencoiir't
•ylGaki-á»!.' ' '' ' • ';';
II ' Dtttt J6sé'nacid en el Puerto de la Cruz el día 5 de eOero de nST*.
"CoHtOisU padre, fué Caballero profeso de la Orden de Calatravá, en
la 'q^íe'ingresó él 26 de septiembre de 1796. Mr. Le Dru escribe
acerca de él este elogio: «Es uno de los hombres más instruidos y
'StiléMiéS dte la Isla. Amigo de las artes principalmente de la Aíqui-íectiira,
ha viajado por FVancia, Inglaterra y España; posee una rica
tjiblíoteca; habla nuestra lengua con bastante corrección y es mieril-bro
de rarias sociedades literarias de Europa. He visto en su casa
una pteció^a'colección d« cuadros de Rubens, Vandik, el Españólelo
'y Mirttrida»". i •
11 Escribía versos y dejó varias obras en prosa: Cultivo del moral,
'MtétOri'a sobm Ha introducción de la patata en Tenerife, La impren-tay/
avilidád de su establecimiento en Canarias^* y pescripqión de
lá OáVifrttí que se halla en la isla de Tenerife a una milla acia él
'Norté^ del lugar de Icod^^. Don José Pérez Vidal en su traba|()
*Jj(í ^Itúprenta en Canarias incluye la obra de Béthencourt y Castro
'Apuntes sobre el modo' menos costoso de establecer una imprenta en
' ''RetJrent*m*r»te, riuestro buen amigo don Antonio Vizcaya Cár-
EeníeTj éultrtr de la investigación sobre tipografía isleña, ha déscu-iétto^
otra obra de don José Béthencourt y Castro, autógrafa, aper-
"Ca idftl • teimá de la imprenta en nuestro archipiélago: Discurseen
-qüé^e éxpoirten los medios más fácileá, asequibles y menos costosos
ipárü plantl/iear una imprenta en la Isla de Tenerifé^^.
"í'iWiíí.'Mftdrld, 17&2, págs. 76-7t. FRANCISCO FERNÁNDEZ DE BÉTHENCOURT,
NtbüiarMfi Blatdn de Ganariag, Santa Cruz de Tenerife, 1878, Imprenta Is-
#11 i MIGUEL IMAEIFIOTTE LA ROCHE], Historia de laa Islas Cabrias, Ed(r
pót A: Bénítez, reanta Cruz de Tenérifei, pág. 97. ; ,
Í2 'Libró Vil de Bautismos de la Iglesia de Nuestra Sefiora de la I^e-ña
de Francia del Puerto de la Cruz, folio 20. Mr. LE DRU, Voyage aux íles
de Teneri/jrcParis, 1810, págs. 92-93.
lulS^'MAKÜELIDR OssiriíA VAN DEN HEEDE, Cultura social de Canarias m
los reinados de Garlos III y Carlos IV, Santa Cruz de Tenerife, 19)4, In^p! dé
A. Jj Üenftez, pág. 9. ,,
14 AGUSTÍN MILLARES CARLO, Op. ci(., pág. 6tj9.
"1' il5' • Jb8É'PftRK2 VÍ:DAL, Laimprenla en Canarios, «Revista de Historia»,
núm. 60, 1942, págai 6.37-241.—BUENAVENTURA BONNET REVERÓN, La Junta
iSMfirema de Canarias, I.a Laguna, 1948, cap, XV, págs. 362-363.
' ' ' i'W A. VraOAVA CAHPENTER, La Impt'enta en Las Palmas, «La Tarde», !^
de mayo de 1951.
56 [01
A la adquisición de las obras de arte que poseyó BéthencQúrtiV
Castro, y de que trata Le Dru, cooperó su hermano don A ^ s t í p . A
esta colección de óleos, que en su mayor parte se conserva aÚQ, eo
la Villa de La Orotava, refiérese don Aurelio Pére:; Zamora cuando
en febrero de 1859 escribe: «Hoy día existe en poder de un i|idivir
dúo de su familia una colección de hermosos cuadros de inc^liCul^-
ble mérito. Esta rica colección, única seguramente en su clase en
toda la provincia según los inteligentes, es debida en gran part«: a
[don Agustín de] Béthencourt [Molina], quien contribuyó a que gp
compraran». M I
Don Agustín perteneció al regimiento de Milicias Provia,<;Í9liQp
de La Orotava, en el que ingresó como cadete el 21 de julip de 1777s
asciende a subteniente el 6 de marzo de 1778; a teniente, el \3 á^
mayo de 1778; y el 4 de enero de 1792 es capitán agregado^'. , , i i
Desde joven ocupa sus ocios en el hilado, tejido y tinte déla s«r
da, que a la sazón se hallaba en su apogeo en Tenerife. £n 1778
inventa una máquina epicilíndrica para el hilado de U seda, invento
en el que participó su hermana doña María^^. El doctor don Jui^ii
Coyanes Capdevila, en su opúsculo acerca de las antiguas indusr
trias de la seda en Tenerife, inserta una lámina de esta máquina^*.
Doña María Magdalena de Béthencourt Molina nació en el Puerto
de la Cruz el 16 de diciembre de 1760; el 4 de noviembre de 1779
presenta a la Real Sociedad Económica de La Laguna su Memoria
sobre el modo de obtener el color carmesí; hábil en la confección de
tafetanes, felpas y terciopelos, enseña desinteresadamente su 4rte a
jóvenes orotavenses, que después fueron aventajadas maestras'",, ,
El Maraués de la Sonora, conocedor de la capacidad inteleotuw
Í ' de los annelos de saber de don Agustín de Béthencourt, lo llama a
a Corte para que perfeccione sus estudios, mediando en esto la.inr
fluencia del docto tinerfeño don Estanislao Lugo Molina, director.^
la sazón de los Reales Estudios de San Isidro, én los que inicia sus
tareas escolares el 7 de enero^de 1779. Durante el curso acadéraicu
de 1779 estudia Aritmética, Algebra, Geometría y Trigonometría y
realiza públicos ejercicios de Matemáticas el 4 de julio junto COn
don Carlos Viola Benavente, acto que preside don Vicente Pn,-
rán Sacristán, catedrático de la disciplina. En el curso de 1:780,
17 Archivo General de Simancas, Querrá Moderna, Legajo 2.686, cuaderno
2.°, folio 14.
18 «Boletín de la Real Sociedad Económica de Tenerife», alio I; it» B,
29 de enero de 1899, pág. 40. i
19 J. GOYANES CAPDEVILA, La» antiguas industrias de la seda eii fTene'
rife, Santa Cruz de Tenerife, 1938, Lit. Romero, pág. 11. . i
20 Libro VIH de Bautismos de la parroquia de Nuestra Señora de la
Peña de Francia del Puerto de la Cruz, folio 28 vto.—MANÜBL DB OSBUNA
VAN DEN HEEDE, Op. cit., pág. 10, i i-
HEME;^nT:r>A p. HUNICIPAI
B7
Anáfisis matemático, Teórica de las líneas curvas, Calculó diféfért-cial
e integral y Mecánica, y el 9 de julio tiene dé nuevo ejercicios
'públicos, acto que preside el catedrático don Antonio Rosell Vicia-
•ntf: Conságrase después al estudio de la Física, y a la par al Dibujo
éti la' Academia dé Bellas Artes de San Fernando, de la que era director
don Pascual Mena, la que le nombra socio honorario en 1783.
' En este año el ministro Conde de Floridablanca, dispone que
^Aya a Almadén con objeto de estudiar el estado en que se halfart
los trabajos en aquellas minas. Cumple con escrupulosidad su cometido
y en julio de 1783 presenta al ministro tres Memorias de
litis qiie se tratará en el lugar oportuno. Es en estos años cuando la
'Real Sociedad Económica de La Laguna le nombra su apoderado
éti la Corte, con el fin de que, siendo «persona de inteligencia ya
^propósito para tal encargo», adquiera los caracteres de imprenta
qíie la Real Sociedad necesita. Béthencourt, en carta de 11 ae ma-Í
'O de 1783, acepta el nombramiento que en diciembre de 1782 se
e hizo; prueba su diligencia en cumplir lo que se le encarga; m£|s
«h carta de 13 de junio de 1783 anuncia su próxima ausencia de la
Corte y en otra de 12 de marzo de 1784 afirma que deja el asunto
en manos de don Agustín Ricardo Madan por tener que partir para
Francia".
La causa de su ausencia de Madrid obedece a que el ministro,
satisfecho de su actuación en las minas de Almadén, resuelve que
vaya a París a ampliar sus estudios de Física y Geología. Con tal fin
pal-té en 1784 para Francia, de donde retorna después a España, y
«n febrero de 1786 el Rey Carlos IIÍ, en premio a su laboriosidad,
le conredft una pensión mensual de 1,500 reales vellón para que en
París se dedique al estudio de la Hidráulica y Mecánica.
liita estancia de Béthencourt en París fué de gran trascendencia
para su vida científica, no sólo por los estudios que allí realiza, sino
también por el influjo que en él ejerce la personalidad y amistad
tle Mr. Pcrronet. Este ilustre ingeniero francés, además de director
de la íjscuela de Puentes y Calzadas, fundada en París en 1747, era
Inspector general de Puentes y Calíadas, y el primer ingeniero de
la Escíiela. Había escrito numerosas Memorias científicas; eran
obra suya los planos de varios puentes, entre ellos el de la Pla¿a
de la Concordia, amén de haber inventado una doble bomba, una
draga, un camión automático y otras obras. Perronet no reservó a
2l JOSÉ PÉREZ VIDAL, Op. di., págs. 2422*3. El Sr. Pérez Vidal, ade-ttiftfi
de' lia obra de Béthencourt y Castro, de que se trató \'a, Inserta la que
con sobrada ratón atribuye a D. Lope Antonio de la Ouerra y Pefía: N(ñi'
(4a. dt lat düigenoiae praclicadaa para que s6 traiga de Madrid patie de un»
imprenta, en la que se da cuenta de las cartas que entre D. Agustín de Bó-tnehcoürt
y í). Lope de la Guerra mediaron acerca do la materia a que me
hé'íéfért(9oaíites.
68 [8]
Béihencourt ninsuno de sus conocimientos y fué para él sabio 4e
abierta generusidad, genuino maestro.
La permanencia en Francia no entibia su amor a la patria y t^l
progreso científíco e industrial de ésta, pues en diversas ocasioaeis
retorna a España para comunicar a su regio protector sus iniciatir
vas, trabajos y proyectos y los inventos que surgen en Europa, i
Deseando cruzarse Caballero de la Orden de Santiago, el 8 de
marzo de 1789, dirige, de^de París, a S. M. el Rey don Carlos IV
el siguiente memorial: «Señor: Don Agustín de Betancourt y Moli'-
na, teniente del Regimiento de Milicias provinciales de La Orotava
en la Isla de Tenerife, una de las Canarias, A. I. R. P. de V. M.
expone: Que ha más de once años que tiene el honor de servir a
V, M. en dichas milicias: de cadete siete meses y quince días; de
subteniente dos meses y siete días; y los restantes en su empleo, eo
cuya atención y hallarse ha más de cinco años empleado por V. M.
en la adquisición de Máquinas y conocimientos Hidráulicos en las
Cortes Extrangeras, rendidamente Suplica a V. M. se digne concederle
merced de Hávito en una de las cuatro órdenes militares, sin
eccetuar la de Santiago, y el poder hacer las pruebas por Patria co>-
mún en Madrid, donde residen muchos sujetos naturales de aquellas
Islas que pueden deponer de la calidad y circunstancias del exi-ponente
por aver excistido en ellas todos sus abuelos y parientes,
desde la conquista; como también a causa de lo costoso que le sería
el que pasacen Informantes a dicha Isla, pues los Cavalleros
cruzados aue ay en ella, y que pudieran hacer las pruebas son parientes
del expunente dentro del quarto grado: Gracia que espera
de la piedad ae V. M. París, 8 de marzo de 1789. Señor: Agustín
de Betancourt y Molina.»
El memorial remítese al marqués de Branciforte, Comandante
General de Canarias, para su informe, que es como sigue: «Cóns-tame
ser cierto cuánto el suplicante expone y por sus méritos y circunstancias
de su casa Jo juzgo acreedor a que V. M. le conceda las
gracias de Merced de Ahito que pretende y que puede practicar en
Madrid las correspondientes pruebas por Patria común como lo sor
licita. Respecto a ser de las primeras y más distinguidas familias
destas Islas por ambas líneas. Y. M. resolverá lo que más sea de su
Real agrado y servicio. Puerto y Plaza de Santa Cruz de Tenerife, 4
de junio de 1789. El Marqués de Branciforte».
El Comandante General de Canarias remite su informe al
Excmo. señor don Jerónimo Cavallero. El 16 de julio de 1789 el
Re / concede el hábito de la Orden de Santiago, pues con tal fecha
expresa al Marqués de Hinojosa: «En consideración al mérito y servicios
de Dn. Agustín de Betancourt y Molina, teniente del Regimiento
de Milicias Provinciales de la Orotava en la isla de Tenerife,
he venido en concederle merced de Hávito en la Orden de Sao-
[9] 69
tíago. Tendráse entendido en mi Consejo de las Ordenes para su
camplimiento. En Palacio, a 16 de julio de 1789». La concesión
particípase al Marqués de Branciforte.
Don Agustín, el 4 de enero de 1792, eleva a Carlos IV la siguiente
exposición fechada en Madrid: «Señor: Dn. Agustín de Be-tancourt
y Molina, capitán agregado del Regimiento de la Orotava
en la Isla de Tenerife, una de las Canarias. Con el mayor respeto
hace presente a V. M. como habiéndose dignado conceder merced
de Hávito en la Orden de Calatrava a Dn. Joseph de Betancourt,
hermano entero del exponente, con la circunstancia de poder hacer
IB8 Pruebas por Patria común en Madrid, por no haber en aquella
isla ningún cavallero que pudiera hacerlas, no siendo parientes dentro
del quarto grado, y hallándose el exponente con igual gracia en
la Orden de Santiago, A. V. M. Suplica se digne declarar que la
merced de Hávito que se ha concedido al exponente, es igual a la de
su hermano, para que puedan hacérsele las pruebas por Patria común.
Gracia que espera de la bondad de V. M. Madrid,4 de enero
de 1792».
' El monarca en 23 de enero de 1792, exprésase así en comunicación
al Duque de Híjar: «Dn. Agustín de Betancourt y Molina,
dapitán agregado del Regimiento de Milicias de la Orotava en la
isla de Tenerife, una de las Canarias, me ha hecho presente que,
dfcorde a su hermano entero Dn. Joseph de Betancourt la gracia de
haber hecho sus Pruebas en Madrid por Patria común para vestir
el hávito de Calatrava que obtiene, en cuya atención me ha suplicado
la misma en las que tiene que practicar para ponerse el de
Santiago; y considerando que Dn. Agustín se halla en igual caso
^üe su hermano, he tenido a bien concederle que las haga por patria
común solamente para lo que tenga que probar fuera de la Pen-ítisula.
Tendráse entendido en el Consejo de Ordenes para su cumplimiento.
En Palacio, a 23 de enero de 1792»."
Hechas las pruebas en Madrid, en las que declaran don José de
Medranda y Caraveo, don Cristóbal Fierro Sotomayor, don José
Clavijo Fajardo, don Francisco Fierro Sotomayor, don Domingo
Verdugo Alviturría, don José Icaza Botello, don Gonzalo Acisclo
Machado y don Francisco Javier Wading", fué cruzado Caballero
de la Orden de Santiago en el Real Convento de Comendadores por
«I Conde de Tylli. Titulábase a la sazón Capitán de Milicias Provinciales
de Garachico. El Rey concedióle más tarde el nombra-líiiento
de Mariscal de Campo**.'
22 Archivo General de Simancas, Expedientes personahs, Agustín
de Betancourt y Molina.
23 AGUSTÍN MILLARES GARLO, Op. cíí., pág. 128.
24 AüRKUO PÉREZ ZAMORA, trabajo citado.
60 [lOj
Redacción de Memorias, viajes a Europa para informarse d/el;
progreso científico e industrial con el fin de incorporarlo a Españfij.
sus tareas de Inspector General de Caminos; la formación del Qabir
nete de Máquinas del Buen Retiro; la construcción de muchediim-bre
de obras públicas; la dirección y clases de la Escuela de Cl^tni-'
nos: todo esto llena la vida de don Agustín de Béthencourt durantCi
las dos últimas décadas del siglo XVIII y los primeros años del XIX,
hasta que en 1807, según unos autores, o en 1808, según otros,!
auséntase para siempre de España.
Acerca de la fecha de su alejamiento de la patria y de la caqsq
que lo produjo escribe Dionisio Pérez: «Béthencourt, según otras
testimonios, se instaló en una casa de la Plazuela del Retiro; 9\\í,
vivió hasta 1807, en que se ausentó de España, emigrando con el
propósito de no volver a su patria, hostigado, mortificado, amenazado
por el Príncipe de la Paz, que no había logrado hacer de Per
thencourt uno de sus cortesanos aduladores. El ingeniero había Hígado
a ser Intendente de Carlos IV e Inspector General de Puen^tí*,
y Caminos. Alguna vez el desdichado y apacible Monarca, abando«-
nando su taller de ebanistería, llamaba a Béthencourt, y le guetnba
informarse de los proyectos que planeaba, de las industrias qne dj|-,
rigía. Le oía hablar con asombro de sus investigaciones sobre la,
fuerza expansiva del vapor de agua, sobre la transmisión eléotrii^a,
de la palabra, sobre las obras hidráulicas que podrían hacerse et^
las serranías españolas y para las que Godoy negaba obstinadame^ri
te el dinero de la Hacienda Real. Hacía algo más que negar el di-,
ñero que prodigaba a manos llenas a los logreros que lo adulaban y,
a los agentes que seguían a Napoleón, sugiriéndole la idea dcr^gftr
lar a Godoy el reino de los Algarbes y poner una corona r e ^ l . ^ f u,
cabeza de villano sin escrúpulos, con lo que despertaron y a^i^in
zar,on en el corso el apetito de intervenir en los negocios de Esp^r,
ña. Godoy hizo más que negar al Intendente dinwo para suapfp;,
yectos. Mientras que la Academia de Ciencias y la^scuela de Puentes
y Calzadas de París premiaban las Memorias de Béthcncot^flty
ytúlizaban sus planos y proyectos para obras hidráulicas, God,Qyi
desahogaba 8U envidia y saciaba su odio lanzando contra Béthenv
QOMrtla jauría de sus cortesanos, que lo difamaban y zaherían d^t
clarándodo loco y señalándolo a la Inquisición como hereje» qu.^,
pretendía enviar la palabra con la rapidez del rayo, de que nabUrp,
Lpp^ de Vegai, por linos alambres electrificados. Fué laAcad^mip,
de Ciencias de París la que indicó el nombre de Béthencourt aAiZftT,
de Rusia, como el más hábil, sabio y emprendedor ingeniero, que
podía satisfacer su deseo de transformar el Imperio"*, El autor cita-
25 DIONISIO PÉREZ, Tres españoles representativos en San Petfrsburgt,
«La tarde», de Santa Cruz de Tenerife, 8 de marzo de 1929. Debo de ser reo
producción del artículo que coa el título El ingeniero «apañol quetin/iú al-
m «I
liff.fiigvfif,^í\ian Vín^ale^i, quie sépala «1 añ^ ,1807 gomo, el d& la
partida de Béttiencourtiqe j^spaña y la no^tiUdad de podoy cojijo
qafusa de la misiria^^.. , ^ ,;
, , .Aunqve Van Hal^p noes -r-aegún Menéndez y Pelayp— escritor
4em^cna veracidad, acept,finQS Sus afírmaciofi^s acerca d^, esü
o^^teri^. Van Halep fué qqntemporáneQ y ami^o de Bétlien|C0,urt,"
queJOi prptegi<5 en ,Rusia, y,^de aegup quien Fe expuso 1,^ fpcha y
motivos de su salida de ^sp^na. No tenía pp^ qué mentií en esto el
Oi^pal aventurero. ! , i , , / i;
Sin einbargo, don Manuel Gpdo^jhpmbí"^ fl? disimulos e iotri-l^,
escribe dí;,BétbencQur,t,lo sigt^iente, (^espués de jpcluiflo pptii^
j>9il^Qmbre9 ,4? q^Q^ia d^ la España:del sjg^q X,yííl! f í^as invepcior
j))9« dcj^steüustrpí ingeniero, merecieron un distinguido aprecip etj
i^ifchas,capitales de,E^irppa. Upa de ella^ ponce^n/ente a la .cptis-jtfupción
dfi canales, cuyo principal phjetp,era facilitarla econopnía
|d« \q^ g^stjcts de fistfls abj;as y buscar en ella|S la sencillez, mereció
ei^iFrjEtppi*^ íPO, tan ,^ólo los.f^plausos del Instituto, sino ^t^arabíén qu^
eji .fribmpp, JVÍr^ PiQtet 1P prppusiese al Cuerpo legi,slativo para
qi^el^e^Qi^dppt^dpconip un medio d? ahorro en IPS caudales desr
tip«doi4 a ifls, qbras;d,e est£» clase. Pjpr el invento de^etancourt cada
t
ticftl del, Agua que d^bía, spstenerlos era producido pbr la simple
ifífif^rúóii p, iepj,er8Í(»n de un ppntón ^n el vaso cpntigup. El pofitón
;tf;ni^!Uiq yplunji^n.íguql al del agiia que se necesitaba quií.'^r 9 ¡poner,
y estaba tan equilibrado, que un hombre solo baatfiDa pafia na;
c^r¡0V(b|ir,O/bqjfir ,up bt^rpo por muy grande q,iie éste fu ese» ^% En
loiifiBpspritp,,, en quei Godoy no hace sino repetir las aseverapipnes
de ]\ír. Pictpt, ^e E^lpde a Memoria fobre un, nuevo sistema d^ naye-gifci4n
interior, píesept^da por $^^t|iencpurt ftl InslitfitpNflpional d^
^rf^npia, a]ue ordeno se imprimiese., (fppip^p efecto sp ^jécút,óe¿
jl(8p7, s e ^ p , 8,e verá en el dec^rsp ,dp este enapyo. En cuanto a \^
.cpndMCta, que el Príncipe de la.raz; observaba con Ips hombres de
qi^nciade Ip España de Carloa ÍV, espucherno? lo que acerca de ella
.e^pribe.el ppnde dpToreno: «Tan prpnto protegía a los hombres de
Zar de Rusia, publicó ÜioNisio PÉREZ en *La Voz», de Madrid de 18 de fe-
Tbréró dé| t95é, cfta'dó pbr, Millái-éti Cario.'Nó lo hó podido comprobar por
i»tí'há'b¿i"lograd0'él'nflmí>ró'r6terldo He «Ija Yo».. nr,
I M3A •Sf<iríratwe of D. Juam Van Eale» 'ainprUohttient in Ihe du»^iton»<if
the Inquisitinn at Madrid, and his escape in 1817 and 1818; to which are added
l^inj^f-t^ey to fiusiq, hiacámpaign nilh the wmy ofthe CoucausMS at|4 his
reíurnío Spainin ÍSS^ Londbn/182/, toropll^pág. 54.
! 27 JIÍIANPEI^QQDOY, PHfN0iPK4Dkj:.A PAZ, Cuento dada de SM t)idoÍM)í<Hco,
o wan Memorias óriticas y apologéticas para la historia del reinado rfeí Señor
Don Corlo» JfT, Madrid,,1858, towp II, pág,,6. nota..
feiibet y r,éS]f)'eto, como los'humillabá»". Además Godoy, redábtkfnid'ó
'¿ük¡ Mé'rUóríhs no'és San Agustín escribiendo sus CotifesiÓMi. "I
Don Agustín de Béthencourt y don Manuel Godoy eraft ¿foS
IdlbsinCraáiás dibmetralmente opuestas: Béthencourt, Sobrio, sfenci-
\\ó', desnudo de ti^apacerías, apasionado sólo de la ciencia; Codciy,
e'A"<;'áriibI¿, intrigante y sensual, traidor no sólo a éu rey sino tartl-bfín
á's'ü patria y preocupado únicamente de medros personales f^
efírrterós honoi'es: tenían, pues, que chocar entré sí. ,. ,
Don Agustín se fiusenta de España en 1807 y fija su résideriéíá
ért París. Habíase casado ya con la dama de nacionalidad iriglesa
d'<^fla Arta Jóürdan, en la que hubo cuatro hijos, urt varón y ti'et
Hiátiibrás. En 1859 sólo vivían don Alfonso de Béthencourt JdüídaW,
Vesidénid en Rusia, donde era oficial de la Guardia Imperial; ^ db'-
ñ¿ Ana de Béthencourt Jourdan, casada en París con sujeto dé gi'áñ
Irfc'Hév'e social! Después, establécese definitivamente en Rusia, értiá
'ébrté más fastuosa de Europa. «No hay en ninguna patte comtt eil
Ríiáiti lujo rnás sólido ni mas positivo. En las paredes, hiármbl,'já9-
'p'élj malaquita; dorados los salones y las estatuas. Cuando Sé ¿elfe-ora
algún fastuoso raut, o baile, se llega hasta el alarde de ex^ohét'
'éii escuches y vitrinas, custodiadas, las joyas que no ptido ponefáé ¿á énóima lá dueña de la casa. En las estancias imperiales el áüi'eó
a'ri-oquismo consigue exhuberancias inusitadas. Los retratos dé los
a';it¡gu6s eniperadóres están en unos como altares. Los lacayos lle^
Váh irbreps verde y oro, con el águila bicéfala, de abiertas alá§^
Bói-d'adá ¿n los trajes. Allí 1-efuigcn los diamantes qué fueron ari^áh'-
cádós ál U^al por esclavos que trabajaban desnudos con «fK fin"d¿
(jü'e'iioise pudieran llevar nada»"'. ' "
' El lujo de la corte de los Zares no deslumhra a don AguMÍh qué^
cautivo únicamente de la ciencia, sólo ve en Rusia un vastó tampó
Sai^a su capacidad científica y su ansia de trabajo. Bucedé, adamas;
úé' Aléjándi-ól es eSbíritu constructivo «Si Napoleón se esforíó «ft
érn'i'óseár París, Alejandro I, que había heredado de su abUeU lA
fiebre constructiva, renovaba continuamente la fisonomía de San Pi^-
te'rsljMrgó, acogiendo, gustoso, los más vastos proyectos, inspihatído
'á,los arquitectos y examinando con ellos nuevos planos. Los más acá'-
•ádus monumentos arquitectónicos, así en San Petersbúrgo, cóttió
en ^oscú. fueron erigidos durante el reinado de Alejandro !**<>.
Cuando Béthencourt llega a la corte de Rusia cuenta cincuenta
años de edad. Él Zar Alejandro Pauluwich lo recibe con alborozo;
te señala 25.000 rublos anuales; le confirma en su grado de maris*
28 CONDE DE TOBENO, Historia del hvantamiento, guerra y revolutiinúh
tapona, Madrid, 1835, tomo i n , pág. 85.
29 ANTONIO MARICHALAK, Riesgo y ventura del Duque de Otuná, Madrid,
1939, cap. XLI, pág. 149.
30 NiKOLSKY, Historia del arte ruto, Madrid, 1930, pág. 562. '
m ^
C4^4e,campo; con frecuencia lo invita a su mesa; tiene libre jen^r{|f|f^
(;n palaci?; trabaja con asiduidad en el propio gabinete de A|eiand,r9,
que leijcolpia de distinciones y le trata más que como a subdito cpmo^
t)janijgo; le nombra Inspector general de las vías de comunicación
dfl Imperio y le asciende a Teniente general de los Ejércitos imp^q
nales; le concede la condecoración de San Alejandro Neuski, Ifi Sf;
gMnda «le Rusia; y le regala su retrato guarnecido de brillantes.
, , Breves cartas dirigidas por el Zar a Béthencourt prueban,la.in;i
t,^midad de éste con aquél. En 25 dp febrero de 1811, le dice: ,5lí|9
t^ngp esta tarde mucho que hacer, General, y no queriendo hacer^
Qsp^rar, te suplico que vengas maiíana a las ocho. Todo tuyo, Ajlcr,
jandro». El 26 de enero de 1824 le escribe: «^Todavía me veo obl¡-¡
gado« General, a posponer nuestro trabajo para mañana a la Jta^cf^,,)
por haber estado todo el día ocupado en despachar correos. iT^l^qy
plicq que aceptes mis excusas. Alejandro»". ' '< ¿ i ' i
, Departía una tarde el Zar con don Agustín v el príncipe i^ai|lQy,
que blasonaba de excelente cocinero y se creía capaz de;inv^i^tap,
upa salsa cada día. /i
El Zar le presunta a Kailov en tono zumbón: , i i ,,hi|.
, ,,^^¿Gpmo va la salsa de hoy? 1/ ,|M./
I,,,iTT-Señpr—responde el príncipe—, más difítil es inventt^r V^f,
saj^a que una máquina. ' ,q
, Alejandro le dice: ^ •;,, m
. •—Sí, principalmente cuando el cocinero es Kailov y elinvem^Qf]
B^tliCincourt*'. , |. . ,i
,,,, El prestigio de que gozaba en Busia el ingeniero canarip pri^^rt
ban|p testimonios inconcusos. Agustín Mendia asevera: <E1 gfn^r,a^,
Bé^lfencourt disfrutaba en Rusia de una reputación iqmen»a.Ci|iáp|-,
l;a^ vf ees debí al prestigio de su nombre la acogida qu^ se i^if |i((c^
ep, los eatablecimientos públicos"". ' , , . , .,
I Cuando Juan Van Halen se resuelve ir a Rusia» Kraft, pecreta-
ICÍQ de la embajada rusa en España, le dice que Heve cartas para lp9
hpaibresde más influencia en Rusia, que son los hermai^o^
?;M,en,^f, consejeros de Estado, el conde de Romanzof, gran, ,paipi:|ih
ler,4e^ ImperiO) y dpn Agustín de Béthencourt y Molina'*, , 1 / |,
En 1821 llega a Rusia don Agustín de Monteverde de ^éthen,-;
court, nacido en La Orotava, en 1797, sobrino de don Agustín de
Béthencourt Molina, pues era hijo de doña Catalina de Béthencourt
Molina, que nació en el Puerto de la Cruz en 1765, y de don Anto-
31 [AUTOR ANÓNIMO^ D. Aguslin de Béthencourt Molina, ingeniero kidráu-^
Uto, oitado.
22 Id. id.
)IS AauSTlM MENOfA, Dos año» en Ruña, Valencia, 1849, pág. 48,
34 Pío BAROJA, Juan Van Halen, «I oficial aventurero, Madrid, 1930,'
part 4.% oap. III, pá«. 206. ,!
64 tiii
niodé MqntevéVde Rivaé. Fué general dé l6é éjlárl¿¡t(>8 rú^ós'y'Wñ-ti-
jajó en RuáJa dos énlaCest Con dóñti patttíina'FédéfTi^eii,' éí'pHmeíb'
y éóh dona Sofía S()itz, él Aeguiido. Su hijo dÓti'A^étíh dé Mrintei.'
verde Federsaeu fué teniente del segundo ré^rnTÍéiifo de ia Gütírdá
Imperial y tomó parte en la canipañá de Polonia. Dolí PédhÍ3Íd¿'
Monteyéríe Fédérsseu fué capitán de Huiar'es éhílüdá'. '
' íío pd^emoá dejar de méricióriai'a otro sobrino dé dóln Agtistítíf
hijo también dé'doñ? Cat£l)iná ele Béthencóu'rt: y dé dbtí AritÜnio
Monteverde RiváS^ tjué' nácüó en La Órotavtí en 1798 y ttiüríó'én'
Madrid en 1868: DóH Mariiiel de Moriteverde ¿éthéncourt,' gfettét^l'
de Ingenieros, comendador dé ls( Legión dé Hoh'ór,' é^ridécorado'CóW
las cruées de S. Hermenegildo y Carlos III y maristíal Áe éartlpdJ
Ititérvino brillantemente en diversos hechos dé armas y'furidtí én
Mhdrid la Escuela de Estado Mayor, dé la qüe'fué p'fimér dSrééV
tor'^. ^ don Manuel de MóHteverde atribuye ér^óhéamentéiMillar
ré* Cat'lo, éh su Bioblbliógrafíá, la Relación cí^^cUnstáticladM''^^ la
del-Vota de Nelsbn, irtipresá en Madrid en 1798. El JFi-agtnéhtb de lá'
carta de Viera reproducido por Millares Cario prü¿bá de írtodb'ih*'
dubitable que la ReiaóiórtúitóM'stanciáda^és'áé'áOnláaé'ólé Mbíite-verde
Molina, a, quien, como a autóf'd^'ésta, dirige bl'át^ediano
dé'F Ueírte<rtíñtuia la ¿arta de réféí-éiici'á éxprésíáiíddle áü gratitud
por el ejemplar que de la Relación circunstáncítiddlé é'tiSr'íó'.^ié-niente
coronel don José de Monteyerc^e Molina, á (filien MilíárééClar-
Ib hH itíbluyé ert kii BiobWllH^i-'afík, nació' én Gárachicb eti' H756. Fué
regidor del Cabildo, castellano vitalicio del castillo de Sa'ri'Cribtóbial';
fomdipdrté éti la batalla'd^Nelsyn^ca's'ól én prithéraS nupcias, jcon
dbná Juán'a FfíTnco dé Castilla,' y, én' segundas, có'n do^ia Téféád ÍWay
n'á de la Güé'i'í'á y del Mbj^ó,' Hija de los mar^iüéées d¿ SaH A'ndl^Si'
en La liá'gühá tíh l'Sll, y'l'as ^élaéió'rteS' dé este éhíftc^; 'pót gt-fecía'
especial del Il|tmo. s^ñor Obispo dórt Mahüél Vér'dd^b A'bitütríS,
se celebraron e n l 8 í 4 ' é n ' é l pratório del éitadb'cíaátiUb. Dón'JÓ8¿ de
Moriteverde Molina rnürió en Lá Laguna én 1831Í y sü kégündla'
éípósá, éh'Sknka Cruz ^p 1M8.' Era prinio'dédtin Agustín dé^ Bé^
théücóuirt; hijb del alférez maVóí" de la íslá déla Palrtia dbti Miguel
de Monteverde y tíoyb Iht^ílán y áe doña'be^tl-iz dé Molina' Brió-ñ^
s;'"bífa 'de los márqíiepeá de Viílafüérte»«»'v / ' '
( - i i " . - i ^ i , i ! I , , ' ! -.1 '- , • 1 : !' i •'• 1 ' •• ^1 . . i i . i . ' l . ' •. • , , r . r íi
,. 1 86 Jo8t PE^AZA DE A Y ALA, Hittoria ^ íap caw» 4^ Machado u Motittpf
verde en las Islas dañarías, Madrid, 1930, pags. 238-239.
ANÓNIMO, Biografía del Excmo. Sr. D. Manuel de Monteverde y Bélhen-
«wrí, Santa Oroz de T#íiérif«j 1870. . ;
RAMÓN GIL ROLDAN RÍOS, Don Manuel A/onteverde, «La Ilustración de
Canarias», aflo II, n.' XVIII, 31 de marzo de 1884, págs. 143-147.
35 Mi Libró' X de Bautismos dé la iglesia de Santa Ana de G«raéhico,
folib 9 vtoi. Libro X de Matrimonlbe de la Parroquia Matri* dé SañtaiGruz,
folio 80 vto. Libro XIV de Defunciones de Ntra. Sefloratde lá Gonoepclóndei
K
[ib] 66
Don José Joa(|uín Montcverde Béthencourt, nieto de doña Catalina,
nació en la Villa de La Orotava en 1803; fué oficial de la Jefatura
olítica de Tenerife, y publicó, en colaboración con don José Va-entín
Zufiría, natural de Galicia, la primera guía de nuestro archipiélago:
Guía de las Islas Canarias para 1840, impresa en Las Palmas.
Tornando ahora al prestigio de (juc don Agustín de Béthencourt
Molina gozaba en la Corte de Alejandro I, leamos lo que, pocos
años dsspués de haber muerto el ilustre ingeniero, afirma el escritor
lanzaroteño don Francisco Guerra Béthencourt (1785-1835): «Don
Agustín de Béthencourt [fué], profundo matemático, grande ingeniero
y hábil maquinista. Por su fama fué solicitado del Emperador
Alejandro y llevado a Rusia, donde murió dos años ha, con el empleo
de Director General de Caminos, Puentes y Calzadas de todo
el Imperio. Disfrutaba del íntimo favor de aquel monarca y de la
más alta reputación en Europa. Por su obra se da en el Conservatorio
de París el curso de mecánica aplicada a las artes»'".
«Doce años pasados en suelo extranjero no habían debilitado en
el corazón de Béthencourt y su familia el recuerdo y el amor de la
patria. Sus hijas bordaron con sus propias manos la bandera destinada
al regimiento español que, conducido a Rusia por Napoleón,
fué hecho prisionero en la retirada de Moscú, y que el Zar Alejandro
equipó a su costa antes de enviarlo a la Península. Este regimiento
se llamó desde entonces Imperial Alejandro»".
Después de intensa labor, como luego veremos, murió colmado
de honores, en San Petersburgo, el 14 de julio de 1824.
Cuatro retratos de Béthencourt conocemos: el que honra el Salón
de actos de la Escuela de Caminos, Canales y Puertos; el que
firmado por el pintor portuense Marcos Baeza (1858-1914) integra
la colección iconográfica del Museo Municipal de Santa Cruz de
Tenerife; una miniatura del historiador del Puerto de la Cruz
don José Agustín Alvarez Rixo (1796-1883) y que poseen los herederos
y parientes de éste; y otra de don Antonio Pereyra Pacheco
y Ruiz (1790-1858), que ilustra la Constelación Canaria de Wiera,
que se custodia en la BibliotecaUniversitaria de La Laguna.No menciono
el que, hecho por Robaina, figura en el número de «La Ilustración
de Canarias» en que se inserta la biografía arreglada por
don Patricio Estévanez, porque aquel retrato puede ser hasta de un
Oficial francés del Segundo Imperio; pero nunca el de don Agustín
de Béthencourt.
La Laguna, folio 52 vto. Libro XXIV de Defunciones de la Parroquia Matriz
de Santa Cruz, folio 23.
36 FRANCISCO IIUKRRA BÉTHKNCOURT, Contestación apologética, nota 2.'
en'La Aurora», de Santa Cruz de Tenerife, de 23 de julio de 1848, págs. 371-
372.Este trabajo que reproduce «La Aurora» en 1848, lo habia publicado su
autor en 1830.
37 DIONISIO PÉREZ, trabajo citado.
66 [161
El mejor de los cuatro retratos mencionados es el existente en
la Escuela de Caminos, Canales y Puertos. Don Agustín viste el
uniforme de Teniente General de ios ejércitos imperiales de Rusia.
Es!do regular estatura, de ojos pensativos, un tanto calvo, de finas
maHeras, de expresión melanciílica. Cruza su pecho la banda de la
real V militar Orden de Santiago, cuya roja (>uz l)r¡lla junto a la
placa de la Orden de San Alejandro Neusky. El aire de toda su persona
revela distinción.
111
LABOR CIENTÍFICA
La primera obra que se encomienda a Bétliencourt es la que atañe
a las minas de Almadén. Pérez Zamora, Menéndez Pelayo y
Millares Cario mencionan las tres Memorias que respecto a tal
materia traza don Agustín. Quien mejor las describe es el último de
los tres autores citados: Primera memoria de las aguag existentes en
las Reales aguas de Almadén en el mes de Julio de 1783 y sobre las
máquinas y demás concerniente a su extracción; Segunda memoria
sobré las máquinas que usnn en las minas de Almadén en que se expresan
sus ventajas y dejertosy algunos medios de remediarlos; Tercera
memoria sobre todas las operaciones que se hacen dentro del Cer-cq
en que están los hornos de fundición de Almadén. Los originaleá
db éstas Memorias custódiansc en la Sección de manuscritos de la
Biblioteca Nacional"*^. íín la jirimera de ellas se lee: «Excmo. S."*
Mandóme V. E. pasar a las minas de Almadén, para que me instru-yeie
de los varios trabajos y operaciones que hay en ellas; y creído
ttii obligación aprovechar el tiempo que permaneciese allí; dedicándome
a examinar algunos de los ramos truis principales de aquellas
niinas, y'los métodos que en ellas se observan. Con este objeto las
frecuenté y recorrí varias veces. Plvaminé, inquirí y apunté lo que
juzgué más preciso, y formé planos, perfiles y vistas de lo que me
pareció más útil e instructivo. Todo lo iré presentado a V. Ex." a
pío'borción que ponga en limpio y orden lo que he trabajado. Mi
idéá era formar de todas mis observaciones un cuerno, para evitar
láslrepeticiones y remisiones que seián indispensables, dando mi
trabíljq por partes; pero aquel pensamiento me hubiera tenido de-thasíado
tiempo sin arbitrio para manifestar a V. E. que he procurado
no hacer un viaje inútil y I»*)!" 1<> mismo me he determinado a
darle otra forma, l i e hecho los reconocimientos sin mi espíritu de r e -
38 Biblioteca Nacional, manuseritos números 10.427, 10.428 y 10 429.
Vide .MiLLAKKS CAKLO, op. rit, pftgs. 12-5-126.
MAUCKLINO MKNÉNDKZ Y PKLAYO, ha rienda esp'iíiold, 1947, Huenos Aires,
tomo III, [)ág. 373.
A. I'ÉitKZ ZAMOIIA, trabajo citado.
[171 67
formador, ii¡ de proyectista, |)oique no tenía misión para lo pririie»-
ro, ni lo segundo es de mi genio, y si toco algunas cosas que me
parecían dignas de reminlio, suplico a V. E. las reciba con su acostumbrada
benignidad, como efecto de un üelo que sólo aspira al
niííjor servicio del Uey, y a hacerse digno de la protección de V.E.».
En el reinado de C'arlos III, en que escribe estas Memorias,
fué gran protector suyo el Conde de KIoridablanca, a (¡uien se dirige
Béthencourt en lo que lie trasuntado. iNo liemos tenido la fortuna
de consultar a Maffei Ilua, que acerca de estas Memorias cita
Millares Cario en su concienzuda, erudita y monumental Bibliografía,
va mencionada.
Con objeto de conocer la composición y funcionamiento de un
telar eti que se fabricaban medias de punto cruzado, embarcóse en
1788 para Inglatí^rra, y a pesar de las dificultades que av. le opusieron
por el secreto en que el invento se guardaba, logró verlo y a
su retorno construyó uno en Madrid y otro en París, iguales al visto
en Londres. Presumimos que se trataba del telar mecánico inventado
en 1785 por el inglés Ednmndo Cartwright'*'-'.
Béthencourt fué uno de los primeros ensayistas de la teleigrafía
eléctrica.
«Este ilustre ingeniero —escribe Menéndez y Pelayo— es mucho
más célebre por haber colaborado en la grande obra de Cinemátiúa
de don José Lanz y por haber heiího los primeros ensayos de l a t e -
legrafía eléctrica»*". Acerca de esto exprésase con más detalles EJíiaB
Zerolo en obra editada en París: «Es también importante la Memoria
que sobre un nuevo teléiírajo presentó, en unión de Mr. Bregut*,
al Instituto Nacional de Eraneia. Hállase en el tomo III de las Memorias
de esta sabia corporación)". Los primeros ensayoÉ de
don Agustín sobre telegrafía se hitüeron entre Madrid y Aranjuefc.
En homenaje a estas primeras experiencias, en febrero de 1884, ia
raíz de la inauguración del cable en Santa Cruz de Tenerife, el in>-
geniero don Lorenzo Lapuyade propuso al Gabinete Instrnctivo
solicitar del Excino, Ayuntamiento de Santa Cruz que diese el nombre
de don Agustín de Bélliencoiirt ala calle «Cruz Verde». Y así íe
acordó por el (Jabinete Instructivo'-.
Por disposición del Conde de Aramia, que era «uno de los más
apasionados admiradores del preclaro ingenio» de Bétheiicouft, examina
éste en el jardín de Plantas de París los hornos que Mr. Farfi
.39 ALHKRTO lil.ANO, Los héroes del progreso (Invenios e invenlorrs), 1942,
Barcelona, \ñg». ;!l-32.
40 M. MiíNftNDKZ PKI.AYO, op.r.it., tomo llf, cap. XIII, paj,'. 373;
41 Ei.ÍAS ZKUOI.O, Historia de la máquina de vapor, 1889, París, Garnier
pág. 12.
42 «La Ilustraeión do Cananas»,año 11, n." XVI, 29 do febrero de 1884,
pág. 136.
68 [18]
había construido para la extracción del betún del carbón de piedra
y escribe una Memoria que Menéndez y Pelayo, fuente no citada
por don Agustín Millares Cario, menciona: Memoria sobre el método
de construir y usar los hornos para extraer el betún que tiene el carbón
de piedra, quedando éste purificado al mismo tiempo*^.
Escribe otra Memoria sobre el mejor modo de blanquear la seda.
A instancias suyas establecióse en España una fábrica de cajas de
carey, con maquinaria y artífices traídos de Francia, desde donde,
en otra ocasión, envía los aparatos para demarcar los Pirineos. El
Gobierno español, por medio del Conde de Fernán-Núñez encarga
a Béthencourt los instrumentos que debían llevar las corbetas «Descubierta
» y «Atrevida» que, al mando de los capitanes de navio
don Alejandro Malaespina y don José Bustamante Guerra iban a recorrer
el mundo en viaje de circunvalación en 1789**.
Mr. L'Abbé Hüy en su Traite élémentaire de phisique añrwa acerca
de Béthencourt lo que transcribo: «On ne connessait encoré ici
ríen de plus parfait en ce genre, lorsq'en 1788 Béthencourt ayant
fait un voyage a Londres, y vit une nouvelle machine á vapeur,
exécutée par les soins de Watts et de Belton. On ne contenta de lui
diré qué cette machine avait beaucoup d'avantages sur les autres; mais
du reste on lui fit mystére du mecanisme, et le secret etait bien gar-dé
par la machine elle-mcme, pour un observateur qui ne faisset
euére que passer devant un ensemble de pieces, les unes tout-a-íait
interiures, les autres masquées en parti par la disposition du
bátiment.Cependant devina le principe, et, deretour aParis, il cons-truisít
un modele, oü il fit l'application de ce principe par des moyens
égalemeiit simples et ingénieux»**'"'',
El nombre de don Agustín figura en la historia de la máquina
de vapor, por la aportación que hizo a la inventada por Watts. Son
del citado ingeniero Lapuyade estas afirmaciones: «Si Blasco de
Garay honró a su patria y a su nombre con la última inventiva de
su genio, no menos honró a España y a sí propio Agustín de Béthencourt,
natural del Puerto de la Cruz, el cual hallándose al servicio
del Gobierno español a principios del presente siglo, hizo una serie
de experimentos del agua de vapor a diferentes temperaturas y una
máquina de vapor de doble efecto, con una nueva disposición de
las válvulas, es decir, perfeccionó el invento de Watts, en las máquinas
de vapor»*ó_ Elias Zerolo asevera: «Creada y aplicada la máqui-
43 MENÉNDEZ PELAYO, op. cit., pág. 373.
44 AURELIO PÉREZ ZAMORA, trabajo citado.
NoLO Y COLSÓN, Viaje polítieo-científico alrededor del mundo por las corbetas
>:Descubierta* y t Atrevida» al mando de los Capitanes de Navio D. Alejandro
Malaespina y D. José Buslamanie Guerra desde 1789 a 1794, 1885, Madrid.
44 bis MR. L'ABBE HOY, TraAU élémentaire de physiquc, 1821, París, tomo
I, chap. IV, págs. 277-279.
45 LORENZO LAPUYADE, Una gloria olvidada: Las máquinas de vapor
[IdJ 69
na de vapor actual, de la que hablaremos más adelante, poco han
contribuido los españoles a su perfeccionamiento. De trabajos de
verdadero mérito sólo conocemos los de don Agustín de Béthen-courts>^
8.
Concretemos aún más acerca de esta materia ya que se trata de
uno de sus trabajos más importantes. En 1790 presentó a la Academia
de Ciencias de París su Mémoire sur la forcé expansive de la
vapeur de Veau. \A Academia nombra una comisión de hombres de
ciencia para que informen acerca de ella. La comisión la integran
personas de tanto prestigio como Juan Carlos Borda, inventor de la
regla para el cálculo de la dilatación originada por el cambio de
temperatura; Gaspar Monge, físico francés, fundador de la Escuela
politécnica de París, donde explica Hidráulica; y Bernabé Brisson,
catedrático de la Escuela de Ingenieros de la capital francesa. La
Academia recibe el informe fechado en 24 de septiembre de 1790,
y en él los comisionado? afirman; «En la máquina de don Agustín
de Betancourt el émbolo debiendo obrar en el balancín tanto al
tiempo de subir como de bajar, no podía suspenderse a éste por
medio de una cadena llexible; debía, pues, fijarse por medio de un
vastago, vara rígida y capaz de comunicar el movimiento ascensio-nal,
pero el punto en que esta vara debía fijarse al balancín debía
necesariamente moverse en línea vertical; y no podía lijarse a él,
porque todos los puntos describen arcos de círculo alrededor del
eje de rotación. Mr. Watts resolvió esta dificultad por medio de un
paralelógramo de hierro fijo al balancín y movible alrededor de los
vértices de sus cuatro ángulos. Tres de ellos deben al moverse describir
arcos de círculos; sucede que dando las dimensiones que
prescribe don Agustín de Betancourt en esta Memoria, el cuarto ángulo
se nmeve en línea vertical y en éste es en el que está fijo el
vastago del émbolo». Borda, Monge y Brisson cierran así su informe:
«La Memoria nos parece digna de la aprobación de la Academia y
creemos que debe publicarse entre las Memorias de los sabios extranjeros
»*'.
Él prebendado don Antonio Perevra Pacheco y Ruiz, fuente
no mencionada por Millares Cario, trae ficha bibliográfica de un
ejemplar de esta Memoria, impresa en París en 1790: Mémoire
sur la forcé expansive de la vapeur de Veau, lu a V A cade mié Royale
des Sciencies par Mr. de Betancourt. A París, Cliez Laurent, lihraire,
rue de la Ifarps^^. Escribe una memoria sobre un modelo de draga,
perfeccionadas por un canario, «Revista de Canarias», 23 de enero de 1879,
pág. 203.
46 ELÍAS ZEROLO, op. cil, cap. II, pá>rs. 11 y 12.
47 JOSÉ CLAVI.JO PA.IAKDO, Mercurio histórico y político. Extractos de los
Registros de la Academia de Ciencias de París, febrero de Í791, Madrid.
48 ANTONIO PKREYKA 1'AOIIK(^O Y lUiiz, Contbiuacimí de los escritores
70 Í20j
estando en ParÍB en (791, la que, por medio deJ bailío don Francisco
Antonio Valdés remite a la Junta de Generales de la Armada,
que la aprobó con plácemes. Posiblemente era reproducción de la
draga mecánica que inventó el inglés Saverv para limpiar el cauce
del Támesis y que don Agustín había visto en uno de sus viajes a
Londres, puesto que la primera draga de vapor fue construida en
1796 por Boulton y Watts con arreglo a los planos del ingeniero
Grimshaw*'. Aurelio Pérez Zamora menciona una máquina inventada
por Béthencourt para cortar la hierba en los ríos y canales navegables,
que se adoptó como modelo por la Sociedad de Artes, Manufacturas
y Comercio de Londres. Parece que la exclusa construida
por Béthencourt se utilizó en el canal de Aragón. Posiblemente un
viaje que realiza a Lvon, tuvo por objeto ver el telar automático de
dibujos inventado por José M.''' Jacquard, y que en 1799 habíase ya
introducido en las fábricas de la población citada^".
Funda el Real Gabinete de Máquinas del Palacio-del Buen Retiro
en salas que para tal fin le cedió el rey y del que fué director
con honores de Intendente de Provincia. (Componíase de 270 máquinas
con 358 planos dibujados por Béthencourt; había, además,
allí 100 Memorias escritas por don Agustín, con 92 gráficos.
La iniciativa de la fundación débese al Conde de Fernán Núñez,
quien afirma: «Don Agustín de Betancourt, caballero canario que
con su hermano han estado empleados y pensionados en la Corte
varios años para la hidráulica y maquinaria, han trabajado con el
mayor esmero y distinguídose, muy particularmente el primero,
por su habilidad y talento, mereciendo premios y la mayor aceptación
en la Academia y entre los hombres científicos. Ha enviado
una de las más perfectas de cuantas máquinas pueden imaginarse
en toda clase, y conociendo yo por experiencia que las más veces,
después de hacer gastar mucho al rey, estos envíos se almacenan,
propuse se estableciese un gabinele de mecánica, de que Betancourt
sería director; que en él hubiese catálogo de las máquinas para uso,
que se vendiese al público, y en el que se expresaría lo que costaría
el dibujo o un modelo de cada máquina. De este modo, cualquiera
podría hallar allí la que le conviniese, para los adelantamientos de
sus posesiones, etc., y teniendo siempre en París y en Londres un
sujeto que continuase dando cuenta de lo nuevo que saliese, podría
con poco hacerse un establecimiento muy útil al reino»^'"''*.
canarios, o apéndice a la Biblioteca citada por Viera en el tomo 4, folio 514 y siguientes,
M. 8. Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife, folio 3.
49 REÜLEAUI), Los grandes inventos, traducción de Enrique Urios y
Gras, 1891, Madrid, tomo VII, páj?. 597.
60 ALBERTO LLANO, op. cit.. pág. 33.
50 bis CONDE DE PKHNÁN Nü.ÑRZ, Vida de Carlos Hl, Madrid, 1944,2.*
part., cap. IV, pág. 385.
[21] 71
Lo transcrito danos a conocer, además, aspectos nuevos de la
vida de don José de Bétiiencourt Molina, a t,uien alude el mencionado
autor, y del que ya he tratado anteriormente.
En nuestros días se han dado a conocer fragmentos de una carta
del embajador Fernán-Núñez al conde de Floridablanca, que aluden
al Gabinete de Máquinas del Buen Retiro. Está fechada en 1787:
cHe ido a visitar el taller y los modelos de máquinas que están a
cargo de don Agustín de Betancourt, secundado a su ruego por Tomás
Verg y Juan de la Fuente. El acuerdo y la economía con los
cuales trabajan les hacen tanto honor como a la persona que les ha
confiado tan importante misión: S. M. no gastará ciertamente con
ellos, de que no saquen provecho con usura»*'.
Nuestro ilustre Viera, que siempre dice algo de interés en cuanto
escribe, dedica a esta época di- don Agustín la séptima octava
real de su poema, escrito en 1800, Constelación Canaria, que
trasuntamos:
De otro Real Gabinete primer astro
donde máquinas mil su ingenio ostenta,
Don Agustín de Béthencourt y Castro
nuevo Arquímedes ya se nos presenta:
El adivina, infiere, sigue el rastro
a cuanto en Londres o en París se inventa,
y haciendo a su Minerva sacrificios,
artes ilustra, perfecciona oficios'''^.
Cuando retornó a Es|)aña de uno de sus viajes al extranjero
halló en el mayor desorden su alojamiento del Buen Retiro, y como
el rey le interrogase si se hallaba bien en el local que le había
destinado, repuso Béthencourt:
—-Señor, parece que ya no contaban conmigo. La buena intención
de vuestra majestad ha sido burlada. Ya no sé dónde alojarme
porque han ocupado las salas del Buen Retiro.
El rey señaló a don Agustín nuevo alojamiento y le dijo:
—Tendré buen cuidado de que te respeten éste.
51 PEDUO (IONZXLKZ QdUANO, trabajo citado, pag. 5.
No he podido consultar la serio de cartas que de Fernán Núñez publicó
a fines de la pasada centuria A. Morel-Fatio, de una de las cuales debe
de ser el fragmento reproducido.
62 JOSÉ DE VIERA Y CLAVI.IO, El nuevo Can mayor o constelación canaria
del firmamento español en el reinado del Sr. Don Garlos IV, en Juicio crítico, de
Ro.irfguez Mouro, ya citado, págs. 128-129.
El título con qiie aparece en Moure este poema no os exactamente el
que consigna Viera en sus ya mencionadas Memorias, en las que se lee:
«En este mismo afto 1800, compuso un poema en octavas intitulado: El Can
mayor, o conteslación canaria de trece estrellas isleñas quo han brillado ©n
el firmamento español reinando Carlos IV». Cfr. J. VIERA Y CLAVIJO, Memorias,
citadas, pág. 73.
72 [22]
El hecho reseñado prueba que por allí anduvo el duende avieso
de don Manuel Godoy, y a la par da la razón a Juan Van Halen y
a Dionisio Pérez acerca de la hostilidad del Príncipe de la Paz cont
ra el ilustre ingeniero canario, que, según sus propias afirmaciones
de 8 de marzo de 1789, estuvo «más de cinco años empleado por
S. M. en la adquisición de máquinas y conocimientos hidráulicos
en las Cortes extrangeras».
En la Guía de forasteros de Madrid, de 1803, figura Béthencourt
como Inspector General de Caminos y Director del Real Gabinete
de Máquinas del Buen Retiro^'''.
El ingeniero de Caminos don Carlos Orduña afirma que el Gabinete
de Máquinas duró hasta el 2 de mayo de 1808, en que fué
destruido por la metralla francesa, y que entre las sensibles pérdidas
experimentadas estaba la de la mayor parte de los magníficos
modelos del Museo de Máquinas^'.
Fruto de la laboriosidad de Béthencourt fué otra nueva obra:
Memoria para fundir r barrenar la artillería de hierrO''-\
La existencia en París de la Escuela de Puentes y Calzadas, a
la que tantas veces concurre don Agustín por su afán de saber y
por la amistad que le une a Mr. Perronet, le hizo concebir la idea
de fundar en España la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales
y Puertos.
Don Eduardo Echegaray, fuente no citada por Millares Cario,
escribe: «Convencido el Estado después de medio siglo de aprendizaje,
de la necesidad de hacer grandes reformas en el servicio de
obras públicas, creó, en 1799, la Inspección General de esta clase
de obras, cuya jefatura dio primero al conde de Guzmán, y después
al ilustre ingeniero Betancourt, que formó por último una
Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Al acabar
el siglo XVIII acaba al mismo tiempo el primer período de las obras
públicas en España, el que podemos llamar de aprendizaje, y al
empezar el XIX todo indicaba que éstas iban a entrar en una época
de verdadero progreso. En efecto, reconcentrada su dirección en
unas solas manos, creados facultativos idóneos, establecidos peones
camineros en las carreteras, a uno por legua, y buscados recursos
especiales para la construcción de los caminos, todo parecía marchar
por la senda del progreso. Tanto fué así que durante los primeros
ocho años de este siglo, al terminar el año 1807, había ya
en España 706 leguas de carreteras, 200 de ellas habilitadas que
corresponden a 46 por año»°''.
53 Pío BARO.IA, op. cil., part. 4.", cap. III, nota 3.*, pág. 206.
54 CARLOS ORDUÑA, Memorias de la Escuela de Caminos, 1925, Madrid,
cap. I, pág. 16.
65 A. PEREYRA PACHKCO Y RUIZ, op. cit., folio 3.
56 EDUARDO ECHKOARAY, El arte del ingeniero y el cultivo de las mate-
[23] 73
£1 autor mencionado afirma más adelante: «Cuando todo pareció
sonreír a las obras públicas en España, cruzó por la mente de
Napoleón I la idea de uncir nuestra patria a su carro de triunfo,
sus ejércitos no tardaron en entrar en ella y se empezó aquella terrible
lucha entre los españoles y el coloso del siglo XIX, que duró
seis años. Inútil es deciros que durante este tiempo las ooras públicas
quedaron abandonadas; uno y otro día sus puentes volaban
a impulsos de la pólvora y el resto de sus construcciones desaparecía
bajo las ruedas de los cañones y el paso de los ejércitos. La Escuela
de Caminos, Canales y Puertos desapareció, porque los profesores
y los alumnos, dejando el lápiz y el compás, corrieron a tomar
la espada, y los peones camineros, abandonando los útiles del
trabajo, empuñaron el fusil y se lanzaron por esos cerros de Dios a
matar franceses. La Escuela no se volvió a abrir; sus restos fueron
dispersados; Betancourt abandonó su patria y se puso al servicio del
Emperador de Rusia; la Inspección de Caminos desapareció y sus
componentes fueron a parar unos a la dirección de Correos y otros
a protecturías especiales: todo indicaba un inmenso retroceso^^. Por
fin, y después de cuarenta años de retraso, lució para las obras públicas
de España, una época de bienandanza, aquélla que habría
brillado en tiempos de Betancourt, si no lo hubieran impedido dos
largas guerras y un lamentable reinado»^*.
Con más precisión trata esta materia el secretario y profesor de
la Escuela de Caminos don Carlos Orduña: «Se creó, reinando Carlos
IV, la Inspección General de Caminos, nombrando para este
cargo al conde de Guzmán. La Real Orden fué firmada en Aran-juez
el 12 de junio de 1799, fecha memorable para el Cuerpo de Ingenieros
de Caminos, pues es la fecha de su primera creación.
En el capítulo 9." se dice: «Que para conseguir que se planteen
bien los proyectos relativos al trazado y alineación de caminos y
canales y las obras de mampostería, puentes y demás relativo a la
Comisión, parece indispensable que el ramo de caminos y canales
se componga de tres Comisarios de la Inspección, ocho Facultativos
sobresalientes en calidad de ayudantes, de cuatro Facultativos
de los caminos de Sitios Reales e Imperiales, de un Facultativo en
calidad de Celador para cada diez leguas de las comprendidas en
las seis carreteras principales del Reino y de un Peón caminero en
cada legua, cuyos empleados, a saber: los de primera, segunda y
tercera clase, deberán proponerse por la Junta al señor super-inten-
J i- ._! : J!^ ü 1J—i . 1 j 1
máticas en España, en La España del siglo XIX, colección de conferencias hia-ióricas
pronunciadas en el Ateneo de Madrid en el curso de 1885-Í886, Madrid,
1886, tomo II, pág. 197.
57 Id. id., págs. 197-198.
58 /d. id., pág. 201.
74 [24]
calidades que requieren y exigen cada una de estas clases, con especialidad
los Comisarios, que deberán ser sujetos instruidos en
Matemáticas, exercitados en Geometría práctica y uso de instrumentos,
particularmente en los ramos de arquitectura civil e hidráulica,
además del mucho ingenio y buenas qualidadcs que les
hagan dignos de optar al empleo de Inspector, y todos los demás
empleados se nombrarán por la Junta, en los mismos términos que
se executa en el día». Tal es el origen del Cuerpo de Ingenieros de
Caminos. El numero de individuos que lo constituyeron fué, como
acaba de verse, de quince, y entre ellos figuraba en sitio preeminente
don Agustín de Betancourt, en quien recayó poco tiempo
después de la creación del Cuerpo, el cargo de Inspector general.
A él se debe, principalmente, la organización del servicio, y es el
fundador glorioso de la Escuela del Cuerpo. Por su apellido francés
y por haber hecho sus estudios en Francia, se le ha supuesto de
aquella nacionalidad por algunos extranjeros; pero era español,
nacido en las Islas Canarias. De gran reputación como ingeniero,
fué llamado para secundar al Conde de Guzmán al crearse la Inspección,
y en la consulta que dirigió al Excmo. señor don Pedro
Ceballos, que se tituló Noticia del estado actual de los caminos y
canales de España, causas de sus atrasos y defectos y medios de remediarlos
en adelante, en donde se hace una crítica detallada de
los trazados y de las obras ejecutadas en las carreteras, principalmente
en los puentes —dada «la total ignorancia de los arquitectos
en este género de obras, por no tener la menor idea de los principios
de hidráulica»—, proponía la creación de una Escuela, en la
que recibieran instrucción los jóvenes que habían de dirigir las
obras públicas del Estado, «por que —decía—, ¿qué proyectos ni
qué aciertos se podrán esperar de la clase de estudios que han hecho
la mayor parte de los sujetos que se han ocupado en las obras
públicas, ni qué medios se han puesto para facilitar la instrucción
de las personas en quienes se depositan los intereses, la seguridad^
la confianza y gran parte de la prosperidad de la Naciónr No ha
habido en España donde aprender, no sólo como se clava una estaca
para fundar un puente, pero ni aun cómo se construye un muro.
En la Academia de San Fernando de Madrid, y en las demás
que se titulan de Bellas Artes, no se enseña más que el ornato de
la arquitectura, dándoles a los alumnos la patente para dirigir toda
clase de edificios, puentes, caminos y canales». .
En noviembre de 1802 comenzaron los estudios en la Escuela, aue se instaló en el Palacio del Buen Retiro, y duró hasta el aciago
los de Mayo, en que fué destruida por la metralla francesa»^*.
Menéndez y Pelayo afirma: «Lanz y Béthencourt son los crea-
59 CARLOS ORDUÑA, op. cit., págs. 14-17.
[25] 76
dores déla Cinemática, y su obra mereció elogios de Monge, sirviendo
de texto por muclios años en la Escuela politécnica de París
»"". Cita la segunda y tercera ediciones, de 1819 y 1840, de la
obra a que alude y expresa que desconoce la fecha de la primera
edición. Don Antonio Pereyra Pacheco y Ruiz describe un ejemplar
de esta primera edición: Ecole Imperiale Polytechnique. Pro-gramme
du Cours élémenlaire des machines, pour l'au 1808, par M.
Hachelle. Essaisur la composition des machines, par M. M. Lanz et
Belhencourt. A Paris, d'imprimérie imperiale 1808. Cette ouvrage se
trouve a Paris, chez Bernard, libraire de VEcole Polytechnique.
Además de mencionar otras obras de Belhencourt, escribe acerca
de éste: «Célebre en la Europa por sus conocimientos en la Química
y las Matemáticas, inventor feliz de diferentes máquinas e
ilustrador de artes y oficios»"^.
Mr. Prony, uno de los científicos franceses de más prestigio de
su época, en obra editada en París, recomienda el modelo de una
máquina de doble efecto con nueva disposición de las válvulas, inventada
por don Agustín de Béthencourt'''^ "*.
Notable fué la Memoria sobre un nuevo sistema de navegación interior,
presentada a la Academia de Ciencias de París en 1807, denominada
a la sazón Instituto Nacional de Francia, y que elogiaron
Prony, Bossut y Monge, comisionados para informar acerca de ella.
Millares Cario la describe en su obra citada: Mémoire sur un nou-véau
systéme de navigation intérieur, presenté a l'Inslitut National
de Frunce, par Ai. de Betancourt, Chevalier de POrdre de St. lago,
Inspecteur General des Canaux et grandes routes des royaumes d
Espagne
En 1819 es ya miembro correspondiente de la Academia de Ciencias
de París; este año publica su obra, que Pereyra Pacheco reseña:
Description de la Salle d'exercice de Moscou par M. de Betancour,
Lieutenant general au service de S. M. Imperiale, Directeur general
des voies de Comunication, Chevalier de VOrdre de St. Alexandre, de
Santiago dEspagne, Membre correspondent de I' Académie Royale
des Sciences de Paris.
Grande fué su labor en Rusia. Interviene activamente en la reconstrucción
de Moscú, incendiada en 1812; funda en San Peters-burgo
la Escuela de Ciencias Exactas; la Escuela de Ingenieros
Hidráulicos y reorganiza la Academia Imperial de Bellas Artes;
establece en San Petersburgo una fundición de cañones; construye
la Casa de la Moneda en Varsovia; levanta numerosos puentes, entre
ellos el de San Isaac sobre el Neva y publica en 1820 sus Plans
60 M. MKNftNDEZ Y PELWO, op. di., tomo III, cap. XI, pág. 353-
61 A. PhJKKYRA PACHKCO Y RuiZ, op. cit., foÜO 2.
61 bis MH. PKONY, ArchUecture hidrauUqut, tomo I, pág. 674.
76 [26]
du pont des bateaux sur le Grande Neva; idea una draga para limpiar
el puerto de Cronstad; erige el picadero de Moscú*', del que
se han publicado dos láminas en «Revista de Obras públicas», de
Madrid»""».
Pío Baroja, le atribuye la erección de la Iglesia de San Isaac**.
Ignoramos en qué consistió la intervención de Béthencourt en este
templo. Sus planos fueron obra de Montferrant, y la construcción
duró cuarenta años*^.
El gran proyecto de don Agustín era la creación del Canal Alejandrino
para unir las aguas del Báltico con las del Mar Caspio y
Mar Negro, proyecto que si se realizara —decía Béthencourt— inmortalizaría
al Zar Alejandro"^.
La feria más famosa de Rusia —y una de las más célebres del
mundo— era la de Makeriep'^'''. Un voraz incendio destruyó los edificios
de ésta. Se reconstruyeron en 1816 bajo la dirección de Béthencourt
y de los tres oficiales españoles Bauza, Espejo y Viada,
que trazaron los planos. La obra costó 10 millones de rublos*'. Entre
una iglesia y un edificio del Gobierno —escribe Baroja— se levantan
veinte galerías sostenidas por columnas de hierro que forman
un inmenso paralelógramo"*.
La construcción del emplazamiento y edificios de la famosa feria
dio mucha fama a Béthencourt. Se halla en la confluencia de los
ríos Volga y Oka, contiene edificios para 3.000 tiendas espaciosas,
delante de las cuales se prolonga una galería de 3.200 columnas de
hierro fundido**. Los productos para e,sta feria llegaban, remontando
el Volea, en barcos de vapor. Éstos fueron construidos por
don Agustín de Béthencourt'".
62 A. PÉREZ ZAMORA, trabajo citado; Pío BAKOJA, op. di., nota 3.*,
pág. 206; BUENAVENTURA BONNET REVERÓN, op. cit., nota 8.*, pág. 362; JUAN
DE LA PUERTA CANSECO, Descripción geográfica de las Islas Canarias, 1897,
Santa Cruz de Tenerife, pág. 24; DACIO V. DARÍAS PADRÓN, Breves nociones
sobre la historia general de las Islas Canarias, 1932, Laguna, Apéndice n.° 1,
pág. 223. ID. Sucinta relación de hijos ilustres de Canarias y de indígenas notables,
adición a Historia de la Conquista de Oran Canaria, de Pedro Gómez
Escudero, 1936, Gáldar, pág. 107.
62 bis «Revista de Obras Públicas», citada, pág. 4-5.
63 Pío BAROJA, op. cit., nota 3.*, pág. 206.
64 JAIME RUIZ MANENT, Geografía Universal, 1931, Barcelona, tomo II,
pág. 517.
65 A. PÉREZ ZAMORA, trabajo citado.
66 RKÜLEAUX, op. cit., tomo VIII, pág. 17.
67 Pío BAROJA, op. cit., part. IV, pág. 219.
68 ID. id. id.
69 A. PÉREZ ZAMORA, trabajo citado.
70 DICCIONARIO ENOICLOPÉDICO DE LA LENGUA ESPAÑOLA, 1896, tomo
I, págs. 363-364. Entre sus redactores figura José Plácido Sansón, santacru-
[271 77
Además de Pereyra Pacheco, José Agustín Alvarez Rixo trazó un
breve apunte sobre Béthencourt, inédito entre sus valiosos manuscritos,^
y del que me ha dado copia mi buen ami";o don Antonio
Ruiz Alvarez, que en la prensa local ha publicado interesantísimas
páginas d,e la historia del Puerto de la Cruz. El mayor interés de la
nota de Alvarez Rixo es la fuente francesa que aduce para el conocimiento
de Béthencourt. Nuestro paisano escribe al fin de su apunte:
«Falleció este sabio oficial en dicha ciudad [San Petersburgo],
colmado de honores, a 14 de julio de 1824, a los 66 años, 5 meses,
13 días de edad. Dejó un hijo, oficial de la Guardia Imperial Rusa,
y 2 hijas. Y quien quiera formar cabal idea del gran merecimiento
que desde el año 1793 adornaba a este Caballero, lea el Resumen
del Tablean de l'Espagne Modenie, por Mr. Reurgoing, T. 3, p. 309,
edic. de París de 1799».
En 1888, don Gumersindo Vicuña Lezcano, Catedrático de la
Facultad de Ciencias de Madrid, public() en «Revista de Ciencias
Exactas, Físicas y Naturales» un trabajo intitulado Lanz y Béthencourt
Y su obra, que Menéndez y Pelayo califica de interesante'*.
Trata también, aunque sucintamente, de Réthencourt, y acaso con
datos facilitados por don Antonio Pereyra Pacheco, Francis Cole-man
Mac-Gregor, en Die Canarischcn Insclti nacJi ihrem gesenwaer-tigen
Zustande, und mit hesondercr licziehung auj Topografic und
Statistik, Gewerbe/leiss, Handcl und Sitien von vormaligen Koeni-glich
Groosbritannisdicn Cónsul auj genannten Inseln, llannover,
1831, pág. 138.
IV
PERVIVENCIA DE SU NOMBRE
La fama de don Agustín de Béthencourt Molina como trabajador
infatigable de la ciencia perdura todavía. Los historiadores evocan
su nombre. Pío Zabala, Catedrático de la Universidad de Madrid, al
estudiar el movimiento científico del siglo XVIII, escribe: «La saludable
reacción en pro de los estudios experimentales se tradujo en
el siglo XVIII en un notorio aumento de especialistas en el cultivo
de las ciencias naturales, físicas y exactas. En efecto, destacáronse
como ilustres naturalistas: La Casca, Rojas Clemente, José Rodríguez,
Cavanilles, Mutis Sessi, Cornide, Parga y Puga, Gunlernat y
Clavijo'''; brillaron como químicos y físicos eminentes; Luis de Lucero,
su nombre aparece en la portada, junto a los do otros colaboradores.
71 M. MKNÉNDEZ PKLAYO, op. cil., nota, pAfí. 353.
72 Refiérese el autor a José Clavijo Fajardo, que nació en Teguise
(Lanzarote) en 1726, y autor de El Pensador, El Mercurio histórico y po-
78 [28]
zurriaga, Béthencourt, Lanz y los hermanos Elhuyar Munarriz»'^".
Luis UUoa Cisneros aíirma: «Para las aplicaciones <ie las ciencias
matemáticas no deben callarse los nombres de Lanz y Béthencourt,
autores de un Ensayo sobre la composición de las máquinas; Gla-vijo"'^.
inventor del sistema de bombas de vapor para el desagüe en
1796; ni de Fernández Solano, López Arroyo y aun otros que construyeron
diversas máquinas»'^.
El artículo más importante que en nuestros días se ha publicado
acerca de Béthencourt, débese a la pluma del ingeniero de caminos
don Pedro González Quijano, inserto en la citada «Revista de Obras
Públicas». De él son estas aseveraciones: «Para los ingenieros de
Caminos la memoria de don Agustín de Béthencourt es imperecedera:
su retrato figura en la sala de actos de la Escuela a la derecha
de su protector el rey Carlos IV, que tiene a su izquierda a uno de
sus más distinguidos discípulos: don Juan Subercasse, primer director
de la nueva escuela, instalada definitivamente al empezar el
reinado de doña Isabel II. Y no es solamente esa efigie lo que nos
queda: aun recuerdo que en mi ya remota época de estudiante, setenta
años después de su muerte, aun resonaba su nombre en nuestras
enseñanzas, ya en la atrevida armadura de madera del picadero
de Moscú, que nos explicaba todavía el profesor de Construcción don
José Rebolledo, ya en la esclusa de su invención, que venía expuesta
todavía con todo detalle en la obra de Guillernain, entonces de
texto: Navigation intérieur. Rivieres et Canaux. Hoy la técnica adelanta
a pasos agigantados, y es poco lo que podría aprovecharse de
las realizaciones prácticas tan notables en otra época; pero hay algo
tico, Vocabulario de Historia Natural, ron sus acepciones en castellano, latín y
francés y del Catálogo científico del Oabinete de Historia Natural, de Madrid,
del que fué secretario, y según Juan F. lela Utrillo (Historia de la civilización
española en sus relaciones con la universal, 1928, Madrid, pág. 403)
cofundador. Tradujo la Historia Natural, do Buffon, en 24 volúmenes,
1785, traducción que Menéndez Pelayo califica do clásica y magistral. Vide
MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO, Historia de las ideas estéticas en España,
1940, Santander, tomo 111, cap. III, ,págs. 277-279. Id. La ciencia española,
edic. citada, tomo III, pág. 396. ANCEL VALHÜENA I'UAT, Historia de la
literatura española, 1946, Parcolona, tomo 11, cap. Lili, págs. 436-4:<7.
73 PÍO ZAHALA LERA, Historia universal, 1933, Barcelona, tomo IV,
pág. 430.
74 Alude Ulloa a otro paisano nuestro: Rafael Clavijo, quo nació en
Teguise en 1757. ingeniero naval do gran renombro, caballero de la Orden
de Alcántara, incluso por Viera en su «Constelación Canaria» y citado por
Guillermo Coxe en su obra «España bajo los Borbones», (edic. 1847, Madrid,
tomo IV, pág. .517). No murió en Cartagena como afirman sus biógrafos
sino en Sania Cruz de Tenerife, el 13 do junio do 1813, según roza su |)Hrt¡,
da de defunción registrada en el folio 92 del Libro X VI de defunciones de la
Parroquia Matriz de Santa Cruz.
75 LUIS ULLOA CISNEKOS, Historia de España, 1943, Barcelona, tomo V,
pág. 163.
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que no pasa, y son los grandes ejemplos, que ahí quedan para enseñanza
de las generaciones futuras. Ija materia perece; el espíritu
es inmortal. Que el espíritu que animtS a Hetancourt siga animando
a la actual y a las futuras generaciones de Ingenieros»"'.
Así fué la vida y obra de don Agustín de Iléthencourt Molina,
incansable trabajador de la ciencia, que ocupa puesto de honor entre
los hijos ilustres de Canarias, y a quien Kspaña, Francia y Rusia
deben los frutos de su laboriosidad.
76 JOSÉ (IONZAI.EZ QUMANO, trabr.jo citado, «Revista do Obras públicas
» mencionada, pág. 8.