"Los Llanos de Artdane"
NOTAS LINGÜÍSTICAS
POR J. ALVARKZ DELGADO
Hace UTi«js isetnanais se ha hecho ipúiblica la deci^iión del Ayuntamiento de
bos LJainos, iLsla de la Palma, aprobada por el G<xbierno Nacional, de cambiar su
nombre por el de Los Llanos de Aridane.
Elsto nos da. pie para uiiia rectificación que vamos a 'hacer de una opimián
errada que emitimios en Miscelánea Guanche. 1. Benahoare, p&g. 69, is<oibre la piro-cedenoia
d«l nomlbre die aqued término.
Presoiindimos aquí, por «ser problema que sólo indirectamente afecta a nuestros
estudios 'Idinigrüistioos, de la importancia del cambio de nombre en si. Aunque
no podemos enjuiciar las raaone® de la Corporación (que desconocemos) para
el caimihio ipropueisito, no dejaremos de consá-gnar que iversonalmente somo® «puestos
a estos caimbios de nom'bre, que por lo general no trascienden a la práctica.
Por otra iparte en el caiso en cuestión amibas palabras son equivalentes, como
veremios, aunque la deisiignación aparezca en Aloreu Galindo. Finañmente los
nonubreis largios en la» poiblacinineis, (además die este caso de Los Llanos, recien-tentente
ise imipuso también el canubio en Las Palmas de Gran Canaria), tienen
un inconveniente ya hace tiemipo advertido en esta región donde tanto abundan
nombres largos de poiblaiciones como Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de la
Paüma, Puerto die la Oruiz..., que ipara muchos servicios como el telegr^áfico, eJ
comiercial, etc., ae imipone la aibrcviación, diciéndose, por ejemplo, a seca» Tenerife,
ipara desAgnar la capital de Santa Cruz de Tenerife.
(Pero dejando a un lado este punto de vista sobre el que no cabe intervenir,
puaa es yot un hecho consumado el cambio de nombre, estudiemos el valor lingüístico
de la forma Aridane, que ha intervenido en el cambio, y rectifiquemos
aquella opinión nuestra.
En el citado pasaje de Miisoelánea Guanche, suipuse que los Llanos era calco
o versión déla forma indígena Taburiente.
Oonfieao, aunque ello no me absuelva de mi error (consuélome con el refrAn
de sabios es mudar de parecer, aunque preferiría no mudar ipor estar siempre en
lo cierto), que a esa 0!pi™ón me empujó una nota manuscrita de D. Juan B. Lo-lenzo,
cuyos informes tanto recogió aquel estudio mío en referencias palmeras,
en la que »e indicaiba qiie Taftnviente era una zona del término de los Llamos.
Ai>oyaJba aquella eugerencia la frase de Barker-Webb y Sabino Berthedot, cita-
da'igrualmente par el Dr. Cbii en sus Estudios (;pág. 197), en la que coinaíig'ila
que el príncipe Tanausisú había estaiblecido su residencia en la llanura de Tabu-venta
o Tabunente. Y a pesar de la interpretación del propio Berthelot die la
forma Taburiente por "fuente", no caí de mi error por que me haibía Imaginado
(basad» en el texto de Abreu que cito en primer loigar seguidamente) que a toda
ía zona ee Uamalba Aridane, y Taiburiente, Eoeró, Tajuya, ...eran lo» nom'bres
parciales del territorio, oomo i>arece ser el sentido qae corrientemieTite se d» a
aquella voz haiblando casi siempre del "Valle de Aridane", y que debió ser lo que
movió a la Corporación miunicipail ai ceimibia
Pero ail estudiar para mi tralbajo en preparación Toponimia tinerfeña el to-pónimio
Tahureo de Teño, que había relacionado (ob. cit.) con Taburiente, me
paireció totalmente clara la coincidencia etimológiica de esas palalbras, desoom
poniendo Taburco en ta - bur - co y Taburiente = ta - bur - ¡en - te, con la misi-ma
raíz y afijos de Buracas, tamarco, Budién, Galién, Paigién, y Tacoronte. Pero
Ja valorización semántica no era conforme: Taburco de Teño no «s una llanura,
sino una lomada o cabezo al que no puede en caso aliguno apUcaTiseí la denominación
die llano qiue había supuesto paira Taburiente. Se inupoinila por tanto
un cambio de orientación, y como consecuencia del estudio realizad>o, la de eliom-pre:
no podemos fiarnos de ios textos de los cronistas examinados superficialmente,
ain una exógeisis .meticulosa de suis referencia y de la» fuentes de sua inr
formaoiones.
***
En Torriani, Espinosa y otras fuentes antiguas no hallo citadas Taburiente
ni Aridane, pero el libro 3^ de la Historia de la conquista de las Siete Islas (le.
Gran Canaria del fraile franciscano Juan Aibreu Galindo, tiene algoina» de Aridane,
pero no encontré Talburiente.
Cap. III, "Tazacorte y los Llanos... todo este espacio y término de tiieirra
llamaban antiguamente los palmercis en general Aridane, y era señor y capitán
un palmero que se decía Mayantigo..."
Cap. V: "bajó del Roque con su gente al llano de Aridlane."
Oap. VI: "Dieron salte en el término de Aridane, señorío de Mayantigo,
que ahora dicen Los Llanos."
Cap. VIII: "vino a los Llanos de Aridane."
Si cotejamos todos estes ,p»sajes con las referencias que en los mismos capítulos
da Abreu Galindo de todo el distrito de Mayantigo, venimos en conocimiento
de que el señorío de aquel príncipe comprendía Aridane (Las Llanos),
Tazacorte (hoy municipio aparte). El Paso (también municipio inidependiente),
Amiagar-Tijuya (hoy Tajuya), Argual, ete...; y que en la época de Abreu se
identificó el único municipio allí existente, que tomó el nombre de su cabeza o
punte más importante Aridane o Los Llanos, para designar íntegro el señorío de
Mayantigo. Lo imismo ocurrió con Tedote o Las Breñas, que comprendía zona
más extensa de la que hoy recibe «se nomlbire.
Este mismo nos indica que Aridane no puede interpretarse (como había ®os-l-
echado aunque con duda) como transformación de Adirane y sentido de "agua"
" "fuente", sino que hay que suponer que la grafía legítima primitiva es Aridane
y la otra eirómea.
Es notable adornas que Abreií Galindo no cite Taburiente hablando tantas
veees de La Caldera, cuyo noímbre indiana Eceró repite intsíistentemerrte, y citando
oitros topónimois de ¡parajes colindantes como Idafe, Axerjo, o Adirjirja,
Adamancasis, Behemauno o Bejaneo, etc... Pero oibsérveí»e, para lo que lueg'o de-cimois,
que todos estos pnrrajes están aituadoa en la zona que va del Paso al centro
die la CaiLdera.
Batos elementos nios hicieron reexaminar el problema ccn más detallo y
crítica. He aquí nuevos elementoe de juicio.
En un ma^a dibujado por los servicios técTíicos del Excmo. Caibildo Insular
de La Palma, que debemcs a ia jfentileza de aquella Coriporación, a.parec€ con-siignado
ej nomibre Taburiente sobre la vertiente de la Caldera eita entre loí> altos
roques de Tijarafe y el conocido picacho Idafe del interiior de la miísma.
En el Diccionario estadístico-administrativo de Olive, no aiparece citado Taburiente
ni en el artículo (general; de la IsJa, ni en winguno de los deddc^dos a los
distintos municipios de ella que en genenal lindan con La Caldera, salvo en el
Tijarafe, en ed cual se dice textualmente: "Ctonfijia el término por N. con Ja ju-riwiicción
de Puntagonia; por E. con la montaña o Caldera de Taburiente; por
S. con Los Llanos y por O. oon ed mar."
Como Olive confeccionó su Diccionario con los datos estadíetico^i qvte le su-n.
inigitaron los propios municipios, nos hace pensar que el topónimo Taburiente
iiio era muy empleado en los imunicipios de Los Llanos, El Paso, Puiitagoirda,
etc... qvM no la UevaTon a isu descriipción propia al citar entre su» linderos L»x
Caldera; y que en cambio era muy conocida en el de Tijarafe, donde servia pala
desiiígnar la montaña de Taiburiente, o el cerro que formaba el borde de La
Caldera. Así se explica iperfectamente que Abreu Galindo, poco conocedor de la
zona de Tijarafe (de tan difíciles accesos hasta hoy día), no citara este topónimo,
como tampoco cita Tenerra, en el iTiterior de La Caldera y en la misma vertiente
limítrofe a Tijarafe; y s.e comprende también que como se apunta en la
cescriipción trascrita'—, los vecinos de Tijarafe llamaran montaña de Taburiente
o La Caldera indistintamente al cerro, cabezo o cumbre que limitaba su territorio
en las aituras, y a la misma caldera que sin solución de continuidad se situaba
a au lado.
Resulta por consiigiuiente, a vista de los textos de Abreu Galindo alusivos
d Aridane, y de estás ireferencias geográficas corresipondientes a Taburiente,
para el sentido etimológico de esta» palabrais que:
Aridane tiene el sentido de "los llanos' o llanura.
Taburiente tiene el gignificadio de "caibeio o lomada".
Tratemos de explicar ahora con aJgún mayor detalle el valor preciso eti
mológioo de la forma Aridane, cuyo sentido genérico indicado es seguro, aunque
en lo que siga queden aligiunos puntos como más problemáticos.
En un estudio que preparo sobre la Gomera recojo la forma Timidane, que
una información que personalmente no he podido comprobar atribuye a los campeadnos
de Fuenoaliente (La Paüma) como desd^ación de la isla de la Gomera
en frases como ésta: "tíioy Tlmidiane eskk claro", ipirioce<lenié ée loe indigeilaiS y
conservada «n uiso actual hasta hace algunos años. Nueva oonfinnació'n e» ésta
de lo que dije en iná citado estudio (pág. 63) sobre la necesidad que tenían los
indiígrenas de nonubrar las demáts i'süaa que tenían aote sa vieta.
Por otra parte en lo. toponiniia de Cañaríais, ya desde hace tiemipo se había
Observado la ipresencia de un prefijo ar - antepuesto o su'primido sin norma
aparentemente clara en la trasmisión de nuestros cronistas, como Aracusien v
Acusa, Artazo y Ta«o, Aregaldian y Gáldar, Aragralán y Aigalán, etc...; por lo
que ise le 'ha dado un vador grenérdco como lugar o zona, que presenta esta mis
niia raíz en berelber, segpán parece.
Oomo el iprimer elemento de Timidane es perfectamente conocido en la lengona
canaria, y ha sido por nosotros estudiando en REVISTA DE HISTORIA,
núm. 67,.ipág. 7, podemos establecer que Timidane = Timi - dañe o tim - idane, y
que Aridane = ar - idane o ar - idanen si hay caída de consonante, final en la
traismisióin de esta voz.
Abdicando a Ar - idane(n) el laentido de Loe Llanos que arriba sentamos,
tendríamos que su etimología y vailor preciso sería exactamente "lugar Hano"
o "líos lugares llamos" = Los Llanos. Y asigna<ndo en igual forma a Tim - idane
loa valores precisois de sus componentes tenda-íamoe "iñisco llano", (o en pliu,-
lal "riscos llanos" = Timidane(n), desiigneciéin que a la x>erfección conviene al
cwpecto y a la realidad die la Isla die la Gomera, constituida por una extensa altiplanicie,
que aunque cortada, ipor profundoa barrancos baja desde «a» bordes
rápidamente en altos acantilados sobre el mar, ofreciendo de lejos al observador
el aisipecto de un risco o cortina rocosa casi llana en su parte sufperior con aolo
cortas 'Prominencias.