Lexicología canaria
Ilí
por MAX STEFFEN
1. Farrobo 2. Alícacán
Para la bibliografía remitimos a los dos trabajos nuestros, aparecidos
en esta misma Revista, XI, 1945, págs. 131 ss. y XIV, págs.
139 ss. Con todo añadimos:
Millaret Augusto Millaret, Diccionario de americanismos, 3.*
ed., Buenos Aires, 1946.
Steiger Arnald Steiger. Contribución a la Jonética del hispa-no-
árabe y de los arabismos en el ibero-románico y el
siciliano, Madrid, 1932.
Viera, Flor. José de Viera y Clavijo, La flora de Canarias (Catálogo
de las plantas peculiares del país), Santa Cruz
deTenerife, «Biblioteca Canaria», s. a. (Este catálogo
fué publicado y anotado por D. Doniinf^o Bello y
Espinosa en la «Revista de Canarias»,IV, 1882, números
77-80. Obra de 1808, véase Agustín Millares Cario,
ensayo de una hio-bibliografía de escritores naturales
de las Islas Canarias, Madrid, 1932, páginas
551-552).
can. FARROBO
La cesalpiniácea 'Ceratonia siliqua L.', esp. algarrobo, pert. al-farrobeira,
fr. carouhier, alem. Johannisbrotbaum, originaria del
Mediterráneo oriental, es un árbol tan conocido, que huelga la descripción
botánica. Las voces con que se designa a esta especie en el
ibero-románico —y en las lenguas romances en general— son, más o
menos, uniformes, y, con todo, no carecen de interés las denominaciones
canarias.
Los nombres populares de la 'Ceratonia siliqua' en la Península
ibérica proceden del árabe (aljxarrub (con x, fricativa postvelar
12 [2]
sorda, que corresponde aj española); del árabe penetró la voz, de
una manera independiente y en diferentes épocas, en Italia y FVan-cia
por una parte, y en España y Portugal por otra (REIF 40^9. a).
En España se cultiva el algarrobo en la costa mediterránea desde
Málaga hasta Gerona, pero principalmente en las provincias valencianas
y en la de Tarragona; vegeta también en las provincias de
Cádiz, Sevilla y Huelva; se conocen numerosas variedades; casadas,
doncell, llisas, matalajeras, melars, mollar, rehordonida, roya vera
(Dantín). En Portugal se cultiva el árbol, sobre todo, en el Algarve
(donde también es subespontáneo) y en algunos puntos del Alemtejo
y de Estremadura; en l'ortugal se conocen, según el Diccionario
Enciclopédico Hispano-Americano, las variedades canela, mulata,
galhosa, burro^.
El fruto del algarrobo es una vaina —que puede alc;mzar hasta
30 cm. de largo— comprimida, polisperma, con pulpa carnosa y
azucarada; estas legumbres son comestibles y «muy del gusto de la
gente ordinaria, sin embargo que suelen ocasionar retortijones y
diarreas» (Viera, I/^l), y se usan, sobre todo, para alimentar el
ganado caballar y vacuno; véase también Covarrubias sub algarroba:
<En Valencia dan a las bestias algarrobas; en Castilla las venden en
las tiendas por golosina para los nuichachos, y en algunas partL-s,
es pasto de gente miserable». La algarroba es también el fruto con
que el hijo pródigo hubiera querido aplacar su hambre, si alguien
se lo hubiese dado: «et cupicbat implere ventrem suum de siliquis,
quas porci manducabant: et nemo illi dabat», San Lucas, XV, 16;
en el texto griego del INuevo Testamento: Keration (en gen. pl-)-
Es sabido que la nomenclatura de las plantas cultivadas es muchísimo
menos variada que la de las espontáneas; en el caso que
nos ocupa, todas las voces provienen de la palabra árabe indicada.
La poca variedad en las denominaciones del algarrobo es, seguramente,
la causa por la que la voz no ha sido incluida en el Cuestionario
del Atlas Lingüístico de España (cpr. Rev. Dialect. y Tradic.
/>ojo«¿., I[1945], p. 422).
Damos, a continuación, una lista de las palabras con que se
designan, en la i'enínsula ibérica, (a) el árbol; (b) el fruto; (c) la
semilla; (d) el sitio poblado de algarrobos; (e) algunos derivados.
Sabemos que esta lista no (;s completa, pues nos faltan muchas
fuentes; pero creemos que hemos logi'ado reunir lo principal.
El Dice. Acad. y Dantín, N.° 436, registran, sin itidicación geográfica:
1 Voz que recuerda borrel -espoeie do alírarroho» del botánico anónimo
hispano-musulmán (siglo Xl-Xll); véase MIIÍUEL ASÍN PArACios,
Glosario de voces romances, Madrid-(íranada, 1943, núm. 86 < nUKIlUS
«rojo»; cpr. la variedad española roya vera -«KUBEUS «rojo».
[3] 13
(a) a/garrobo, alf¡;arrobera, algarrobero, ant. garrobo^,
garrejera vera'^.
(b) algarroba; garroba (Dice. Aut. para la Mancha),
garrofa'^.
(d) algarrobal, garrobal, garrofal.
Cataluña (formas citadas según el Dircionari Enciclopedic de
la Llengua Catalana, 4 tomos, Barcelona, 1934):
(a) garrofer, garrofera.
(b) garrofa; Steiger, págs. 109 y 229, trac esta voz catalana
como anticuada; cita algorfa (¿aquí Algorfa,
lugar de la ()rovincia de Alicante!''), que encontramos
en el Dice. Eiicicl. citado sólo como sinónimo de
golfa «cámara, desván, buhardilla», como el esp.
algorfa; para su etimología, véase Steiger, p. 117.
garrafiña «el fruit del garrofer sortit per la tardor;
garrofa pctita, que surt innnediatament dcsprés de
la fior>.
(c) garrofí «pinyol o llavor de la garrofa» y «garrofa que
neix del polsim»; Civera Sormani trae garrofí «algarroba
tierna».
(d) garroferar.
Baleares (formas que trae el Vocabulario para la en.scñanza
del castellano en Mallorca, arreglado por un Maestro
nacional; Palma, 1933):
[a) garrover (p. 48).
(b) garroves (p. 52).
Alicante (c) garrofin (Dantín), cpr. cat. garrofí.
Valencia (a) garrofer (Dantín).
(b) garrofes (Laguna en Dioscóridcs, n. 101), garrofe
{Dice Aut. sub. algarroba), garrofa (Dice. Aut. y
Dantín), garrobla (fíElV 40r^9íx).
Murcia (a) garrofero (Dic. Acad-; García Soriano), garrofera
(García Soriano), algarroher (Dantín).
(b) garrofa, garrofe (Dice. Aut. sub algarroba).
2 CovAUUUiUAS garrova «fruta del árbol diolio garrobo; vide alga-rroua
».
3 Para distinguirlo del árbol de la niisina familia "(yercis siliquas-trum
L.', conocido con los nombres de ártml del amor, —de, .luden,—de .Judas,
ciclamor, algarrobo loco y, en Levante, garrofer borl. VIKHA, 1/52 cree
que el árfeoí rfc ./wda.s es la 'Cerntonia siliqua': «(!)omo esto árbol abunda
en las inmediaciones de .lerusalén, han creído, (luo en él se ahorcó el traidor
discípulo, y so le llamó después árbol de .liidas*.
4 Sobre la alternancia b:f (algarroba, algarrofa), véase STKIGER,
págs. 109-110.
14 [4]
Andalucía (a) algarrobo (Dantín).
(b) algarroba (Dantíii), carrubia (Alcalá Venceslada),
voz que recuerda el ital. carrubbio; véase también
garrubia para el 'Doliclios unguiculatus L.' y garru-hia
para la semilla de la 'Vicia monanthos Desf.' de
que hablaremos a continuación.
Aragón (b) garrofa (Borao; cpr. también Antonio Badía Marga-rit,
Contribución ai vocabulario aragonés moderno,
Zaragoza, 1948); voz probablemente introducida,
con la cosa, de Levante.
Galicia (a) alfarrobeira (Carré, Irmandades da Fala).
(b) alfarroba (ídem),
(d) alfarrobal (Carré).
Portugal (a) aljarrobeira, farrobeira {F\¡r,utúrcAo).
(b) alfarrouas (Laguna en Dioscórides, p. 101), alfarroba,
farroba y el desusado ferraba^ en Figueiredo y
Steiger.
(d) alfarrobal (Figueiredo).
(e) alfarrobeiráo (ídem) dial, del Algarve «individuo
masculino da alfarrobeira, geralmente infrutífero,
quando insulado».
alfarrobado (ídem) adj. «diz-se da anieixa e de ou-tras
frutas, que se deformaram, fazendo lembrar a
alfarroba».
farrobento (ídem) adj. dial, del Algarve «que tem
sabor áspero, como o da alfarroba>.
farrobe (ídem) «grande árvore leguminosa da Guiñé
'Parkia biglobosaS^bis
Cieza de León'' habla en tres ocasiones del algarrobo; p. 193:
«en la espesura de los valles hay algarrobas algo largas y angostas,
no tan gordas como vainas de habas; en algunas partes hacen pan
destas algarrobas, y lo tienen por bueno»; p. 195: «los algarrobos y
otros árboles se extienden gran trecho, causado de la humidad que
hallan abajo sus raíces»; p. 210: «hay en este valle grandes espesuras
de algarrobales» Por lo que dice el autor, en la p. 193, podemos
deducir —también la cronología lo corrobora, ya que el Perú
5 BLÜTEAU, bajo ferrobilha, remite a farrohüha que falta en el lugar correspondiente;
¿tiene que ver algo con la palabra que estamos estudiando?
5 bis. BlCHAUD THOMAS LOWE, A manual flora of Madeira and the
adjaceni islands of Porto Santo and the Desertas, London, 18tí8, p.230: alfarroba
para 'C. siliqua' y para 'Gleditschia triaoanthos L.', otra oesalpiniácea.
6 CIEZA DE LEÓN, La Crónica del Perú, Col. Austral, núm. 507. Cieza
de León 1518-1560; en 1547 recorrió detenidamente el Perú; en 1553 imprimió,
en Sevilla, la primera parte de su Chrónica. Ya que el autor habla de
árboles, no puede tratarse de la algarroba «arveja».
[6] 16
fué conquistado de 1531 a 1534—que no se trata de la 'Ceratonia
siliqua', conocida en España, sino de un árjjol afín; probablemente
es uno de esos árboles que cita Suárez para el cubano algarrobo
criollo, que es la cesalpiniácea, originaria de América del Sur, 'Hy-menoea
courbaril L.', o uno de los dos árboles de la familia de las
mimosáccas, originarios de América Central, 'Prosopis juliflora
D. C , (cub. algarrobo del Brasil) o 'Pitliecolobium saman Benth.'
(cub. algarrobo del paísP. En Bolivia se da el nombre de algarrobo
a la 'Prosopis nigra' «Kosmos» XXVil [1930], p. 22). Sobre los nombres
españoles que se aplican a especies distintas de la flora americana,
ya hablamos en RIii.it., X [1944], p. 43.
Steiger, p. 218, explica cómo la fricativa postvelar sorda (hoyy
y, en la transcripción fonética, x) era un sonulo totalmente extraño
al castellano basta el siglo XVII. y cómo los mozárabes, al incorporar
arabismos al romance, trataron de representar el sonido especial
de laya árabe equiparándolo a aquellos cuyos timbres les parecerían
más adecuados. Así la ja árabe va sustituida por la grafía / e n el
ibero-románico, casi única y exclusivatnente en portugués, mientras
que en español tatubién tiene algún arraigo k y g. En el caso que
estamos estudiando vemos que las foriuas con / pertenecen exclusivamente
al gallego-portugués, mientras que las con g (véase la k en
el andaluz carruhia) son propias del español. Por lo tanto no parecen
voces genuinamente [)ortuguesas las que trac Figueiredo, donde,
por lo demás, 'sorprende r en lugar de rr: algaroba, Brasil «planta
medicinal do Ilio-Grandc-do-Sul, aplicada contra as oftalmias; alfa-rrobeira
leguminosa ("('eratonia siliqua')»; algarobilho «árvore do
México ('Cacsalpinia brevifolia Benth.'), cujas vagens sao ricas em
tanino, empregado em curtimento de peles>; algarabo «árvore leguminosa
do Brasil ('Prosopsis [sic! | algarobilla Cries.')».
Con esta distribución geográfica concuerda también la toponimia;
véanse los nombres propios de villas, feligresías y cortijos que
hemos logrado recoger. Los datos, para Portugal, deben de ser incompletos;
^;no existen topónimos de nlfarrobo en el Algarve?
Algarrobera (Mallorca); Garro/era (Valencia); Garrobillo de
Cope (Murcia); Algarrobo (Murcia, Almería, Málaga); Garrobos
(Murcia, Almería); Garrobal (Málaga); Algarrober (Málaga); Algarrobillo
(Cádiz); Algarrobo o Garrobo (Sevilla) —sin hablar de los
muchos topónimos suramericanos derivados de algarrobo; en los
topónimos levantinos sorprende el consonantismo b en lugar d e /
(salvo en Garro/era); sólo un estudio comparativo de las más antiguas
variantes de esos nombres de lugares podría aclarar esta in-
7 Ejemplares de los tres árboles con que so pueden identificar los al-ííarrobos
de Cieza de León existen en el Jardín Botánico do La Orotava
(Tenerife); véase Catálogo 1923, p. 25, v Ouía ttu£va, N." 100 v N." 122.
16 [6]
congruencia sorprendente. Frente a esos topónimos levantinos encontramos
en Portugal Farrobeira (Alemtejo); Aljarrobeira (cerca
de Lisboa); Farrobo de Cima y Farrobo de Baixo en la isla de Porto
Santo del archipiélago de la Madera (en el mapa de la Rev. Port. de
FiloL, I [1947], entre las págs. 340 y 341).
En Canarias se cultiva con bastante frecuencia la 'Ceratonia
siliqua', que se encuentra, a veces, subespontánea como maleza o
árbol en la zona marítima. En estas Islas el árbol lleva los nombres
de farrobo, farroguero, alfarroguero, garrobo, garrofa^ y algarrobo'^,
y el fruto, farroba, nlfarroba, Jarroga, alfarroga, garroba, garrofa
(véanse Viera, 1/51; Maffiotte, sub al/arroba, Jarroba, farroguero,
y garroba; Arribas, p. 373 y p. 379; también Pérez Galdós, p. 36,
a p u n t a / o r r o ^ a ^ . Estas voces canarias no se dejan distribuir geográficamente,
ya que en un mismo pueblo y hasta en el mismo individuo
se oyen diferentes formas. Es muy probable que la forma más
antigua y, en tiempos pasados, más popular, sea Jarrobo, que, por
su consonantismo, no puede desmentir su procedencia del (gallego)-
portugués'". No basamos nuestra opinión exclusivamente en el
hecho de que B e t a n c o u r t " , e s e hombre que escribió sin pretensiones
literarias y que dejó correr la pluma, usara en su Diario —fuente
importantísima para el estudio del habla popular canaria—p. 155
farrobo («En este Doiningo..., 18 de maio de 1806, en el rrisco de
S. Nicolás, junto al farrobo, estando en un baile de parida, abicndo
llegado el corregidor..., le dieron una pedrada y un palo...»), ni en
la sola declaración de un viejo pescador de San Andrés (Tenerife)
según la cual la gente vieja dica farrobo y 1a gente «nueva»'^ algarrobo,
sino también, y principalmente, en los nombres canarios de
otras plantas —de que hablaremos a continuación— que proceden de
(aljfarrobo, y en la toponimia canaria: Olive registra Farrobo {véase
8 ViKRA, 1/51, registra el nombro canario garrafa (usí también en la
primera edición, 1/41), (lue no liemos oído nunca; se trata, muy [irobabie-mente,
do una errata por garrofa.
9 Rs verdad (lue algarraho, es decir la voz reíristrada por la Academia,
es hoy la más usada en Santa Ciw/. do Tenerife; desde la Capital se
extiende la palabra por los cami)os, lo (]ue explica la gran inseguridad en
los campesinos.
10 Ponemos «gallego» entre parént(^sis por creer gall. alfarroheira,
etc. palabras portuguesas: en (¡alicia no juega ningún papel el cultivo de
la 'Ceratonia siliqua' (véase el mapa en Espasa Calpr sub algarrobo).
11 Diario de Don Antonia Beta/iirourt, comerciante en Las Palmas de
Gran Canaria (fines del siglo XVIII y principiis del XIX); extractado, comentado...
por AotisTÍN MILLARES CÚHAS; Madrid, s. a. [¿lO.'UV.
12 Nuevo «joven». Aunque se encuentra también en espaí'íol, esporádicamente,
nuevo «joven» (el adjetivo viejo tiene dos contrarios: joven y
nuevo), p.e. en CoVARiuiniAH, que parece usar nuevo sólo al hablar de animales
(cpr. novillo < (BOS) (NOVKLLIIS): cachorro «el perro nuevecito», gazapo
«el conejo nuevo», pollino «el borrico nuevo», poíro «caballo nuevo» o
en ANDRÉS BERN.VLDEZ, Historia de los Reyes Católicos Don Fernando y Doña
[71 17
el mismo topónimo en Porto Santo) para un caserío en el térm.
jurisdicc. de La Guancha en Tenerife^^; Farrobillo para un caserío en
el térra, jurisdicc. de Santa Úrsula (Tenerife); Cruz del Farrobo para
una casa de labranza del térm. jurisdicc. de Santa Brígida (Gran
Canaria), mientras que faltan topónimos con g: (Al)Carr-.
¿Podemos deducir de este hecho que los portugueses introdujeron
la 'Ceratonia siliqua', junto con el nombre, en estas Islas!' No tene-luos
ninguna prueba material que nos lo corrobore, pero es harto
probable. Sobre esta primera capa de indudable procedencia (galle-go-)
portuguesa se extendieron, a continuación, las voces de la España
levantina, y hoy día cotiviven las dicciones de ambos orígenes.
El canario tiene formas que no se explican por su procedencia
peninsular: (al)forroga y (nljjarroguero. En Canarias, como en
muchas partes de la Penítisula, hay trueque entre la bilabial
sonora h y la velar sonora^—tanto oclusivas como fricativas—ante
vocal velar o r^*; así se oye frecuentemente en Canarias: gojes «bofes
», gomitar, gronia, gromistn, griinia «bruma» etc., al lado de
agüelo, -a, güeno; güey, golver (en toda su conjugaci<')n), y el contrario
abuja «aguja», (a)bujcro «agujero», busano «gusano», ele. El
paso de farrobo > jarrogo sería, pues, nuiy posible; pero no
hemos oído ni encontrado en los libros canarios sobre botánica esta
forma fárrago, que, por otra parte, bien pudiera existir frente a
Jarroga^^. B >• G ante vocal palatal y a es mucho menos frecuente;
para Mérida apunta Zamora Vicente, § 27, larga «larva», y Maldo-nado
para la Ribera, § 7 3 , aguiso «aviso, cencerro». Para Canarias
trae Reyes regasar «rebasar, exceder»; y nosotros hemos recogido,
en La Laguna, guillarlo, guiyaiio 'Milvus regalis', 'Milvus milvus'
<: billano «milano»'''. El ejemplo más conocido es, sin duda, buban-go,
bugango, con que se designa, en estas Islas, una variedad de
Isabel, cColeceión Crisol», Madrid, 1946, p, 241: «las utias... son del tamaño
de un conejo nuevo», y, p. 62, refiriéndose a personas: «...se decía un cantar
en Castilla que decían las gentes nuevas, a quien la música suele apla-cer...
», creemos, visto el uso corriente on Portugal y el uso casi exclusivo
en el campo canario, que nurvo «joven» es, a pesar del diptongo, un portuguesismo
en Canarias. LI.OHKNTK, MAI-UONAOO, p. 197, considera niiero «joven
», en la Ribera, también como portuguesismo.
13 Hemos oído llamar a este caserío tambi^m Ferrobn (así consta en
el Anuario Comercial, Industrial y Profesional de Canarias, 1945, p. 138);
cpr. el port. ferroba, pero es posible que el cambio a >• e sea canario.
14 Véanse, p. e., R. MENÉNOEZ PIOAI,, Gram. Hid., § 72, p. 196; GARCÍA
SURIANO para el murciano,§ 41,4 y § 54,2; ZAMORA VICKNTK para Mérida, § 27;
Li.oRKNTK MAI.DONAOO para la Ribera, § 73, I, a.
15 NO puede tratarse tampoco de una asimilación g...h>- g...g, ya que
el cambio h>- g ocurre sólo en las palabras con f •< ja árabe.
16 Kl nombre más corriente, en Canarias, para el 'Mi'vus" es Milano,
bij/ano (escrito generalmente villano: «Revista de Canarias», núm. 48 [1880],
p. 352; Reyes, 224: Arribas, 366). En Tacoronte, Tenerife, hemos oído
btíwwo—ñfiW 5578 registra el andaluz vilano, que falta en Alcalá Vences-
c
18 [«J
'Sechium e d u l e ' " . Más fácilmente se explican (al)farroga, (al)fa-rroguero
áe. garrofa, garrofa, por metátesis recíproca, como p. e. en
el esp. golfines, folguines (véase Arcipreste de Hita, Libro de Buen
Amor, coplas 374 y 39',i, y notas correspondientes en la ed. de «rBi-blioteca
Clásica Universal», Madrid-Buenos Aires, 1939); esta metátesis
vendría favorecida por /arrobo.
REfV 4059a registra esp. algarrobilla y port. algarroba para una
clase de guisantes "Ervuní monanthos L . ' = ' V i c i a monantlios Desf.'
y atribuye, con razón, estas denominaciones a las vainas que son
ropias de los dos vegetales. También en árabe hay el mismo cam-io
semántico, véase Asín Palacios, ob. cit., N " 490 Jurrub nabati
«algarrobo nabateo», que Meyerhof, 180 (según Asín Palacios), identifica
con la papilionácea 'Anagyris foetida L.', esp. altramuz hediondo,
—del diablo, collar de bruja (Lázaro, IÍ/411). Según Lázaro,
11/458 y Dantín, N.'' 44 y N." 241, se llama la 'Vicia monanthos',
en la Península, algarroba (de Castilla) —no algarrobilla— '**, y su
semilla {al)garroba,garrubia (cpr. el andaluz carruhia. aducido para
el fruto de la 'Ceratonia siliqua', y garrubia para el 'Dolichos' que
trataremos a continuación). Figueiredo registra para esta misma
lada, pero que va apuntado en el Dice. Acad., sin indicación fíeográfica,
como término anticuado--; en La Laguna hemos recogido, como (lueda
dielio, giiiyann. VA can. bülano, giiiyano, con -/(-(>• -)/•) es el portugués milhano
( < esp. milano, según REW 5578) con el cambio tan frecuente de m : b; cpr.
p. e. vilano «flor del cardo», (\ne debe de venir de vilano «apéndice de pelos
o filamentos que corona el fruto de muchas plantas compuestas y le sirve
para ser transportado por el aire» y ([ue Covarrubias transcribe rw/ianos
«milanos llaman los niños las flores del cardo secas, que buelan por el
aire». En Canarias son los billanos, según la creencia infantil, los que
traen los niños y los tiran ])or la chimenea.
17 ¿Ks hubango, bugango verdaderamente un guanchismo en el canario
actual, como se pretende? ¿Tiene comunidad primitiva con la forma
egipcia bettonke, como supone Álvarez Delgado en RHisL, XI [19+5',
págs. 264 sigtes.? Para el estudio de la etimología de esta voz habrá (lue
tener en cuenta las formas portuguesas (Figueiredo) boganga «espí-cie
de abóbora 'Cucúrbita melanosperma Braun.'—al lado de otras acepciones—
y moganga,-ango «variedade de abóbora menina». Para -ango,
-anga cpr. el port. morango, moronga; este último designa, en Portugal, una
variedad de uva y otra de cereza, y, en el Brasil, una variedad de «abóbora
» (Figueiredo y Nascentes). LOWE, 06. cit, da, p. 284, para la Madeira,
abóbora (o boganga) de Machado para la 'Cucúrbita Pepo L.'; p. 287, boganga
para la 'Cucúrbita melanosperma Braun'; para la variedad 'picta': boganga
brava, boganga rajada, boganga Tenerifa; para la variedad 'láctea': boganga
blanca. El nombre boganga Tenerifa podría hacer suponer que la variedad
y, tal vez, el nombre procedan de las Canarias. A. X. PEREIRA COL'TINHO,
Flora de Portugal, 2.* ed., Lisboa, 1939, registra, p. 852, tagassasto para 'Cyti-sus
proliferus L. fil.', arbusto originario de las Canarias, subespontáneo en
los alrededores de Tavira (p. 391), que es, evidentemente, el nombre canario
tagasaste introducido en el Algarve con la planta.
18 Dice. Aut. sub algarroba: «se llama también en Castilla la Nueva
cierta semilla redonda y chata como la lanteja, pero algo mayor, y de co-
19J 19
especie —llamada comúnmente parda o ervilhaca parda, Cotit., p.
433— garroba, recogido en Barca-de-Alva'", y, en las adiciones a
la sexta edición, H/1253, algarroba; además trae garroba para una
especie de lenteja que i\o se cultiva como la «parda», pero no da el
nombre científico. No sabemos lo que dice D." Carolina Michaélis,
al hablar de algarroba, en la Rev. Lus. Xin/230; pero la g, en lugar
de l a / esperada, hace suponer procedencia española.
En España hay aún otras papilionáceas que llevan el nombre de
algarroba, etc.
ü a n t í n , N.°229, para la arveja o veza 'Vicia sativa L.': algarroba,
-común, -vera, -veía, algarrobilla {que será la del REJV), garrobilla,
-de Europa; cat. garrofins (Dice. Encicl. citado) «nom que s' aplica
a les veces que teñen la llavor blanquinosa; pertanyen a 1' especie
'Vicia sativa'.
Dantín, N.° 52 y N." 53 para 'Phaseolus compressüs L.' y 'Ph.
lunatus L.', en Valencia, garrojó.
Dantín, N." 56, para 'Dolichos unguiculatus L.' garrubias.
Las hojas y la corteza de la 'Ceratonia siliqua' contienen gran
cantidad de tanino, y, por eso, son utilizadas en tenería. El Dice.
Acad. trae garrobilla «astillas o pedazos de algarrobo, de que usan,
con otros ingredientes, para curtir los cueros y darles un color como
leonado»; aproximadamente la misma definición en el Dice. Aiit.
con un testimonio de Antonio de Herrera. Alcalá Venccslada registra
el adjetivo andaluz algarrohado de la obra do Arturo Reyes, De
mis parrales: «un viejo curtido y algarrohado por los años», que el
autor del vocabulario andaluz define como «persona encorvada>;
^;no sería más bien sinónimo de «curtido»?
En Canarias, los pescadores usan las vainas aun verdes de la
'Ceratonia siliqua' para frotar con ellas las liñas-'", porque su jugo
lór ceniciento... Hn Castilla la Vieja so llama garroba sin el artículo al: y
uunfiuo algunos confunden esta especio con la Arbeja, í> Yervo, os mui diferente.
Sirvo sin moler para alimento de palomas, y otras aves, y molida
para pasto de los bueyes y vacas» (cpr. Dantín, N.° 46: yeros, hierns, yerbo,
alverja para 'Krvum ervilia L.').
19 Barca-do-Alva está situado junto al Duero y muy próximo a la
frontera os[)anola. Si tenemos en cuenta ((ue la máxima producción do
algarroba 'Vicia monantlios' corresponde a la vecina provincia de Salamanca
(véase el mapa on la línciclopedia KSPASA sub algarrobo), podemos
asegurar, sin temor a equivocarnos, que algarroba, en Uarca-de-Alva, es
voz salmantina. A garroba 'Vicia' se refieren probablemente los nombres
toponímicos Garrorilía (Hadajoz) y Garrorillas (Cácoros).
20 En Canarias se desconoce la voz «sedal» y, en su lugar, se usa exclusivamente
el portuguesismo Uña., que se aplica, además, on estas Islas,
a «cuerda» en su sentido genérico, «zumbel», y, entre los pescadores, como
medida equivalente a 25 brazas; Pf-.iiKZ VTO.\L se ocupó en diferentes ocasiones
de este portuguesismo; RHist., X [1944J, {>. 252; MCan. IX ^1944] p. 38
y últimamente, en LUOO/PÉHKZ VII).\L, págs. 128-129.
20 [\0]
resinoso las preserva de una pronta corrupción en el agua (Viera,
1/51) y les da un color oscuro que las hace menos llamativas. No
conocemos la extensión de esta práctica fuera de las Canarias; no
encontramos referencias a este uso ni en la Enciclopedia Espasa, ni
en el Diccionario Enciclopédico Hispano-Atnericano, ni en Valmont-
Bomare, ni en el Dict. scienc. nat.^ ni en Dioscórides/Laguna. En
Tenerife hemos visto emplear la 'Ceratonia' por los pescadores de
San Andrés. En toda la isla de Gran Canaria, los pescadores tiiien
las liñas con algarroba verde, según amable comunicación del
Sr. Secretario de Él Museo Canario don Alfonso de Armas Ayala^'.
En algunas partes de Portugal se prepara el sedal de la misma manera:
al/arrobar (Figueiredo) «esfregar [linhas de pesca], com
alfarróba verde, para as tornar mais rijas e mais escuras», y el mismo
diccionario da, para la Madera,ye/To/>a/" (véase el ant. port. Je-rrobn,
aducido anteriormente) «tingir de escuro flinhas de pesca]»,
donde no sabemos si es con la 'Ceratonia' o con otra planta^^. En
Cuba se da el nombre de algarrobas (Suárez, Millaret) a ciertas raíces
de mangle, 'Avicenna', cuya corteza y hojas contienen abundante
tanino, por lo que se emplean como curtientes; y estas raíces sirven
para algarrobar. Es verdad que no comprendemos muy bien en
qué consiste este algarrobar, que Suárez explica: «el acto de preparar
el cordel para pescar con algarrobas»; Millaret: «preparar el
cordel para pescar añadiéndole algarrobas o raíces de mangle»;
Alemany: «en Cuba, preparar el cordel de pescar con raíces de
mangle». ¿En qué consiste esta preparación!' ü e las definiciones no
se deduce, y parece como si los mismos lexicógrafos no lo supieran
a ciencia cierta (véase, p. e., algarrobas [Alemany] «en Cuba, las
raíces del mangle que sirven para pescar», de donde sería permitido
concluir que las raíces del mangle sirviesen de sedal). Pero es
niuv probable que, en Cuba, los pescadores usen el jugo de las raíces
del mangle para curtir y teñir el sedal y que tanto la palabra como
la práctica hayan sido introducidas en las Antillas de alguna parte
de la Península levantina, ¿o de Canarias?"'"''.
21 El mismo comunicante nos imee saber (jue los pescadores gran-canaríos
suelen meter las redes, antes fie usarlas, en agua hirviendo con
corteza de pino.
22 El dialecto miñoto conoce el verbo w¡«ísrar (FKÍUKIKRDO) «tingir
[redesI em cozimento de casca de salgueiro» ='Salix': véase MAKIA TERESA
DE MENOONCA LINO NfTTTO, A Unguagem dos ¡¡escadorese lairradores do cori-celho
de Vüa do Conde, en Rev. Port. de Filol, 1 [1947J, p. 91. Véase también la
nota anterior.
22Ws Redactado ya este artículo, encontramos en FKANCISCO J . SANTAMARÍA,
Diccionario general de americanismos, 3 tomos, Méjico 1942, el verbo
algarrobar tea Cuba,preparar el anzuelo de pescarcon algarrobas [rafeesde
mangle que se usan para algarrobar] como cebo'; pero mangle «sus hojas,
lo mismo que su fruto y la corteza, se emplean en tenería, a causa del tanino
que contienen». Si la definición de Santamaría es exacta —lo que con-
[11] 21
Eti Canarias no es solamente el fruto de la 'Ceratonia siliqua' el
í]iu' los pescadores emplean para frotar las liñas y preservarlas así
<le la inlíuencia corruptiva del agua. Por falta del algarrobo se sirven
también de diferentes clases d e heredes^, a los ctiales, por esa razón,
han pasado los nombres de la 'Ceratonia\
lanz. (AL)FARROBA
El 'Sempervivum (Aeonium) balsamiferuní \VB.', de la familia
de las crasuláceas (WB, 1/192 sgte.; VV 191; Burch. 136) es una clase
de hierba puntera propia exclusivamente de Lanzarote y Fuerte-ventura:
hojas espatuladas, carnosas, glutinosas, de color verde
claro; forman rosetas de hasta 20 cm. de diámetro; flores amarillas.
Esta planta se llan)a en Lanzarote /arroba o al/urroba; es notable
por el jugo viscoso que trasuda y que se emplea para reforzar las redes
y las liñas. Según WH se usa, para el mismo Un, en la isla de la
Madera, el •Sempervivum glutinosum L.', llamado allí ensaido {\case
eiisaiáo, Figueiredo, para la Madera, «planta crassulácea»)2^"».
Es interesante la nota de WB: «Nomen in dialecto Lancerottcnsi
Jnrroba seu aljarroba originen! trahit a vocc I lispuno-Arabe aljarja
seu aljarje quae rete pico illitum signilicat, visco enim hujus stirpis
retia et lineas roborant piscatores. Quomodo hoc (iat videndum est
in disputatiuncula el. Lowei de Aeoiiio glutinoso Maderae sub nomine
ciisaiáo noto, quodque usui illic eidem inscrvit». La etimología
propuesta porWB está equivocada: para aljarja, que es «la parte
más central y más tupida del oljerije—red muy grande para pescar
que se usaba antiguamente», véase Steiger, [). 145, nota 1, y para
aljerije, p. 119 y p. 189.
Copiamos in e.xtcnso, por creerlo interesante, lo que dicen Vi B,
1/192-193, acerca del port. ensuiáo: «üe hoc vocabulo annotatiun-culam
eruditain ab illustri Scalabis [en nota: V'icomtc de Santarem]
vicecomite, Lusitanorum longe doctissimo, accepimus, quam liíc
latine redditam transcribimus: \()\ saydo sive eiisaydo antiquissima
est, ejusque originem ita exponit doctus Ducange. 'Saiones... cui
saio d i c t u s . . . quasi sakio a Slavo-Gothico Sakan". Post Gothorum et
Visigothorum occupationem in antiquissimis documentis Lusilanis
atque llispanis occurrit. In fragmento poematis de irruptione Arábica
saeculi VIII (auno 714) apud castellum da Louzda a Lusitanis
sub rege Sanctio I. captuin, invento, cujusque auctor fuit, uti cre-tinuamos
poniendo en duda—deberte ser acepción secundaria, derivada
de «curtir el sedal con algarrobas».
23 Bajo el nombre de berodet se conocen, en Canarias, diferentes especies
de crasuláceas (géneros Sempervivum, Aeonium) y de compuestas
(géneros Senecio, Kleinia), con hojas carnosas.
23 bis. LowK, 06. cit., da para la Madera, p. 332: etisaiao d<- pasta, pas-tinha
para 'Sempervivum glandulosum Ait.'; p. 335: eniniSo, ensaySo para
'S. glutinosum Ait.'; p. 337: saiáo para 'S. arboreum L.'
22 Ll2j
ditur, Gothorum ultimus rex Rodericus, legimiis, 'Tomaron por
Vultos de algoz sayons". Ad fines usque saeculi XV, eadeni saepissi-me
vox usurpatur, postea obsolevit. Lexicographi omnes tam Lusi-tani
quam Hispani verbi originem a veste quadam longa, et specia-tini
a veste carnificis (algoz) sayo dicto, diicunt, ita ut in scriptis
plurimis medii aevi sayo vestem carnificis, et carnificem ipsum sig-nificat.
Est auteni credenduin jam a saeculo XV, piscatores Lusitanos
substantiam quá retia induebant, sayáo sive vestem appellare,
por o sayáo ñas redes, et hinc sayáo seu ensayáo Sempervivum ipsum
dictum, aut nomen forsan carnificis in peninsula Mispanica perpetuo
usu Ínter capite damnatos renovati, unde nunquam mori vetus
verbum, plantae vivacissimae impositum, Sempervivum enim arbo-reum
Lusitanis saiao (Biot[ero] FI[ora] Lu9[itanica], V. 2., p. 378»;
obra publicada en 1804).
Etimológicamente no tiene nada que ver saido, esp. sayón «verdugo
» con saio, saia «prenda de vestir», ya que el primero <: gót.
SACIO «recaudador» {REW 1501) y el segundo < lat. SAGUM «capa
corta> (RFJW 1^\5). No quiere decir esto que no haya podido
haber confusión entre las dos voces; cpr. esp. verdugo «vastago de
un árbol», «sayón» y, como sinónimo de verdugado «Vna saya a
modo de campana,toda de arriba a baxo guarnecida con vnos ribetes,
que por ser redondos corno los verdugos del árbol, y por ventura
de color verde» (Covarrubias), y «vestidura que las mujeres usaban
debajo de las basquinas, para ahuecarlas [por el verdugo, renuevo
o vastago, con que en un principio se formaron estas armazones]»
(Dice. Acad.) y el port. verdugo (¥\^ue\Tc,áo=verdugada «círculo de
varinhas ou barbatanas, com que se dava roda ao vestido das mu-
Iheres», y verdugadim «vestido de muiher, com verdugada».
¿Hay relación entre saiáo 'Sempervivum arboreum L.', saiao
curto 'S. tectorum L.' (ambos en Coutinho, págs. 'Ali^ y 880) y saio
«manto»!'' Parece que el maderense ensaido 'Sempervivum' tiene su
prefijo en de un verbo supuesto en -\~ postverbal de saido, «embadurnar
con saiáo».
tínerfeño FARROBO, ALFARROJA, ALFARROBA
La compuesta 'Senecio appendiculatus Sch. Bip.' (sinónimos:
'S. populifolius D. C ; 'Cacalia appendiculata L. fil'; 'Cineraria
populifolia L'Hér."; 'Cineraria appendiculata Poir.') (Viera, 11/22
sgte; Viera, Flor., p. 46; WB, Il/.'i27 sgtes; PP, p. 235 sgte; Burch.,
p. 207 sgte., sin nombre vulgar) es una especie propia exclusivamente
de las Canarias (Tenerife, Gran Canaria, La Palma, La Gomera).
Desde la zona silvestre, húmeda y más o menos sombreada, desciende,
a lo largo de los arroyos y de las atarjeas, a la zona marítima
superior. Sus retoños no florecidos tienen gran parecido con los
de 'Populus alba L.'; cpr. los nombres científicos. Tallos cubiertos
[13] 23
de una borra blanca muy corta; parte superior de las hojas lampiña
y de un verde intenso; el envés afelpado y blanquecino, de
donde el nombre canario hoja blanca; corola amarilla. La planta,
según Burchard, está sometida a una gran variabilidad con respecto
a la forma más o menos anclia de las hojas y en cuanto a la formación
o a la falta parcial o total de apéndices del pecíolo.
Viera y también Arribas, p. 381, dan, para esta especie, la denominación
canaria hoja blanca (vide supra). WB la llaman palomera
para Tenerife'*; nosotros hemos recogido, en el Puerto de la
Cruz (Tenerife), la \QZ palomina, que consta así también en el Catálogo
7679, p. 9 ".
l'ara esta misma especie trae Arribas, p. [VI9, Jarrobo, sin loca-lización;
pero debe de referirse a alguna parte de Tenerife. Nosotros
hemos recogido, para esta planta, en el Valle de Santiago (Tenerife),
al/arroja y alfarroba, este último menos frecuente. En la Playa de
Santiago, los pescadores frotan con las hojas y raíces de esta especie
24 Parece que se da, en Tenerife, el nombre de palomera a diferentes
especies de 'Senecio'. Riirchird, p. 207, trae palomera para 'S. Iieritiorii I). C
(sinónimos: 'Cineraria ianata L. Hér."; 'l'eriealiis lanata Webb'), especie
exclusiva de Tenerife; se encuentra en las hendeduras de las rocas a la
orilla de los bosques, de donde baja a los barrancos de la zona marítima
media. Planta característica do todas las bandas del Sur, donde, a veces,
forma vegetación en masa. Hojas como las de la hiedra, en la parto superior
lampinas, en el envés aiho-tomentosas; epr. los nombres científicos.
Flores purpúreas.
El licenciado en farmacia don E. Rodríguez Ndnez, en sus apuntes
l)ara un diccionario popular do Botánica de la Isla de Tenerife (1891) —el
manuscrito, que abarca la letra A y va hasta barhiitano, se conserva, con el
número 11-4-18, en la Kililioteca Munici[)al de Santa Cruz do Tenerife- re-ííistra,
en una hoja suelta, palomera, recogido en Arona (Sur de Tenerife),
para 'Senecio tussilaginis Less.' (sin.: 'Doronicum tussilaginis Sch. Pip."],
otra planta peculiar de las Canarias.
25 Una anciana, en el Puerto de la Cruz, nos aseguró que se usaba la
palomina 'Senecio appendiculatus' contra la mclancoUa; lo cpie no nos fué
confirmado por otros informadores. Melanrolia, melancoma o malincolía se
llama, en Tenerife y en La Palma por lo menos, aquella enfermedad cutánea
que la medicina conoce con el nombre de iiUiligo («El pigmento cutáneo
puede estar alterado por defecto o por exceso... Cuando se desarrolla
la atrofia pigmentaria con carácter idiopático, constituye un vitíligo, caracterizado
por manchas blancas que van extendiéndose, produciendo un
aumento de pigmento en sus inmediaciones». Compendio de Dermatología,
Pareelona, 1947, p. 86). Esta enfermedad se considera como una clase de
lepra; el Cahpino ociolingtiae da, para Vitíligo, el esp. lepra blanca, aliiara-zos;
véase Dice. Acad. sub albarazo; Covarrubias da alvarazos como «enfermedad
de bestias». Melancolía, ¿por considerar el vitíligo provocado por
una afección hepática? El canario malincolía, melancolía «vitíligo» parece
ser un portuguesismo, cp. en Figueiredo el término popular mclancoUa «o
mesmo que vitilegem». En el Puerto de la Cruz se habla, jocosamente, de
melancolía chasnera ( < Ghasna=Vilaflor «municipio de Tenerife») al referirse
a una cara sucia, cubierta en parte de barro, etc.; ¿por qué precisamente
chasnero?
24 [141
las liñas para curtirlas y teñirlas de oscuro. El -Senecio appendi-culatus'
tiene un zumo de color devino tinto, y las liñas se ponen
del mismo color rojo: al/arroja •< aljarroba -|- rojo.
En el mismo distrito de Valle Santiago se da el nombre de alja-rrojo
rnadio a una especie afín que aun no hemos identiílcado.
palmero FARROBAR
A la amabilidad de nuestro amigo don Juan Régulo Pérez debemos
los siguientes informes de La Palma: para oscurecer e impermeabilizar
las liñas (para (/ar/e.s C£/er/jo^ usan los pescadores de La
Palma una crasulácea, llamada allí hejeque. Ya en nuestros Problemas
léxicos, p, 140, nota 28, hemos dicho (jue, en La Palma, se dn
el nombre de bejeque (voz considerada como aborigen) a casi todas
las especies de los géneros 'Senipervivum' y 'Aeonium' (WB, en la
introducción al género 'Aeonium', I/lK.j: «apud Canarienses nomen
ómnibus (juasi genericum Berode vel VeroJe, quod cum 'Kleinia
ncriifolia' commune babeiit; Palmensibus Jhjeque seu Beheque vo-cantur
»). De ninguna manera puede ser el hejeque palmero el 'Sem-pervivum
glutinosum' como afirma Alvarez, Henahonre, p, 87, ya
que esta especie no existe en las Canarias (véanse WB, PP, Hurchard).
Uoii Juan Régulo nos trajo una roseta del bejeque que, en La Palma,
usan para «darle cuerpo a la liña». Las hojas de este Ixíjeque son
espatuladas, con and)os lados de un color verde azulado mate; la faz
estrechamente orlada de color de sangre seca; borde cortamente ciliado;
en el envés el nervio principal de color de sangre seca; manchas
V rayas del mismo color sobre todo en la parte más ancha del
envés; llores amarillas. Se trata, evidentemente, del 'Aeonium (Sem-pervivum)
cruentum WB' (W13, 1/186; PP 189; Burch. 140-141),
especie peculiar de las Canarias, que se encuentra sólo en La l'alma
y El Hierro en la región marítima superior, en las rocas y muros
soleados-''*"''. Por las manchas y rayas sanguinolentas, el nombre
botánico (véase WB). Praeger,La S^mpervivurn canariense, en MCan.,
X [1944], p. 7.5 nota y p. 87, indica esta especie como variedad de
'Ae. spathulatum (Hornem.) Praeger'. Con la corteza machacada de
esta especie se frota, en La Palma, la liña. Es interesante que esta
operación se llame, al lado de dar hejeque, también/arrobar o fa-rrobal
(con r •>• I bastante frecuente hasta en los infinitivos) y que
falte, en La Palma, el substantivo correspondiente. Un pescador dijo
a Régulo Pérez: «después de farrobada la liña, se mete en orines
chuecos [^corrompidos, podridos] tibios^" envuelta en una pieza;
86 lava en agua y se abriga de nuevo 10 ó 12 horas».
25bif BüRCitARD, p. 140, considera 'Ae. cruentum' como variedad de
'Sempervivum strepsicladum \V. B.'
26 En la confección de los tintes vegetales entran, a veces, los orines
(15J • 25
palmero ALICACAN
En Rllixt., XI [1945], p. 149, al hablar de la sibalbcra 'Rusciis
androgyiius L.', hemos aducido, de paso, el notnhre vulgar de La
l'alma, suministrado por W'H, ÍII/321, alicacán. Esta vox viene confirmada
por el «sujet» de Breña Alta (Régulo Péreír, Cuestionario,
ftreguntas 153 y 189). Es sabido que la decocción de las hojas, de
os frutos o de la raíz del 'Ruscus' se considera, desde la antigüedad,
propia para combatir la ictericia (véanse Plinio, lib. XXHI, cap. 9:
<myrthus silvestris...; radix ejus in honore est morbo regio...; rus-cus
ad eosdom usus»; Dioscórides, en la traducción de Laguna, lib.
IV, cap. 147: «beuidas las hojiís y el fruto con vino, prouocan la
o r i n a . . . sanan... la ictericia»; para los tiempos más modernos: Val-niont-
Bomare, ¥11/169-170; Flcury/Salas, p. 83).
Nos parece indudable que hemos de relacionar la palabra palmera
alicacán con la peninsular aliacán «ictericia» < árabe yaracán
(véase Steiger, p. 300 y p. 311, y el Dice. Aut. sub Aliacán:
«Nombre con que se conoce en el Reino de Murcia la enfermedad
llamada tiricia, I'almireno [Lorenzo Palinireno, Vocabulario de lux
aves] la llama Aliacrán; pero es mas propio escribir y pronunciar
Aliacán, por ser voz Árabe, que según el P. Alcalá es en aquella
lengua lARACAN, que signilica ictericia, ó tiricia, como se dice
vulgarmente: y uniéndola como acostumbramos el artículo AL forma
aliaracán, y mudando lugar l a / ? , y quitando la una A, dixitnos
aliacrán, y quitando la R otros para facilitar el pronunciarla, se
dixo aliacán»; véase Dice. Aiil. también sub aliacrán).
El sricKO íeleros designa tanto la «ictericia» como «cierta ave»
que Plinio, lib. XXX, cap. 11, quiere identificar con el lat. galgiilus,
al hablar del morbiis regias: «...avis icterus vocatur a c o l o r e . . . ; hanc
puto Ijatine vocari gaíguluní». Esta ave parece corresponder a la
oropéndola 'Oriolus orioius' u 'Oriolus gálbula"'". En la antigüedad
se creía además que los ictéricos, al mirar el íctcros, sanarían de su
mal y que el ave moriría, Plinio, loe. eit.: «avis icterus vocatur a
colore, quae si spectetur, sanari id malum [la ictericia] tradunt,
et avem mori»; véanse Covarrubias sub tiricia, y Dice. Aut. sub
aliacrán.
El paso de aliacán «ictericia» a alicacán «Ruscus» no es muy
lógico; esperaríamos un derivado como hierba lombriguera, hierba
piojera, hierba pulmonaria. Tal vez tengamos que partir de hierba
del aliacán, como hierba de la gota, -de la sarna, -de las cuartanas.
va corrompidos; véanse VIERA, 11/161 sub orrhüla v VALMONT-BOMAKE,
IX/544-548 sub orscülr.
27 El comentarista de Plinio,Harduinus,dice, al iiablar del ave idcrus:
«Ab ea ave, quod sit colorís fellei, Graecos dedisse huic morbo nonien,
scribit Caelius Aurel., lib. VJI, cap. 5>.
26 • [16]
Pero, también es posible que, en La Palma, la voz aliacán^'* «ictericia
» no fuera conocida mas que entre los médicos y farmacéuticos,
y que por ellos se recomendara el uso del 'Ruscus' contra el aliacán
y que, de este modo, el nombre de la enfermedad pasara a designar
la planta, lo que explicaría la forma palmera corrompida alica-cán,
facilitada quizá por el «reflejo de un sonido en sílaba vecina>
(véase Menéndez Pidal, Cantar del Mío Cid, I, p. 197) o por influencia
de otro nombre botánico: canario alicaneja 'Cynoglossum
pictum Ait '.
Podemos aducir como ejemplo paralelo a aliacán «ictericia» >•
alicacán «planta con que se combate la ictericia» el peninsular
—¿de qué parte?— podagra, que, según Lázaro 111/213, es la 'Cuscuta
epilinum Weihe' y según Caballero^" la 'Cuscuta epithymum
L.' Figueiredo apunta podagrdria para una planta medicinal que
se aplicaba contra la podagra, sin dar el nombre científico. Se aconsejó
el uso de la 'Cuscuta epithynuim' en las afecciones reumáticas
{Dictionnáire des Sciences naturelles, Strasbourg-Paris, 1818, tomo
Xli, p. 250).
No podemos dar ninguna prueba que apoye nuestra suposición.
El reumatismo y la podagra son dos enfermedades distintas aunque
puedan confundirse. Hemos oído muchísimas veces, en Suiza, quejarse
las personas de dolores en las articulaciones y decir que no
sabían si era Gicht «gota» o Rheumatismen'^". Evidentemente no
queremos probar con esto que la misma confusión existe también en
los dialectos españoles. Para las Canarias hemos podido afirmar que
la voz aliacán «ictericia» no es popular y que por eso ha podido ser facilitado
el paso de «enfermedad» >• «planta que cura esta enfermedad
». Para podagra «gota en el pie» no nos atrevemos a afirmarlo, ya
que ni siquiera sabemos-en qué parte se usa podagra «cuscuta».
Entre otros nombres populares se le da, en español, a la compuesta
'Xanihium strumarium L.' el de /aw/;oro//eí, seguramente
porque con ella se curaban los lamparones «escrófulas en el cuello»;
véanse Lázaro, 111/349: «se usó contra las... escrófulas», y Volmont-
Bomare VI/155-156, ñuh glaiteron 'Xanthium strumarium': «on tire
le suc des feuilles pour guérir les écrouelles». Probablemente en
lamparones hemos de ver una expresión abreviada de hierba de los
lamparones; cpr. el gallego herba dos lamparones (Mantero, p. 24)
para «verónica», probablemente 'Verónica officinalis L.' y para la
'Bryonia dioica Jacq.' (Mantero, p. 144). No hemos logrado averiguar
si estas dos plantas son antiescrofuíosas o no.
28 La voz corriente, hoy en día, en las Canarias, es lirisia, terisia, ambas
formas también en Covarrubias.
29 ARTURO CABALLERO, Flora analítica de España, Madrid, 1940, p. 661.
30 El Sprach-Brockhaus, Leipzig, 1935, da Gicht, como palabra dialectal,
para «inflamación».