La vida del pintor Valentín Sanz,
a través de sus cartas
(1849-1898)
horS. PADRÓN AGOSTA
PREÁMBULO
Bl 27 de febrero de 1949 cúmplese el primer centenario del nacimiento
de Valentín Sanz Carta. He aquí el motivo que me impulsa a
dar a conocer un epistolario intieresante de Valentín Sanz, que poseemos,
y que Se completa con otras cartas y documentos que existen en
nuestro archivo y que proyectan nueva luz en torno a la personalidad
del gran paisajista.
Antes de entrar en la materia que es objeto principal de cSte trabajo,
séame permitido esbozar algunas noticias acerca de Valentín
Sanz, anteríoreis a la época en que comienza lel epistolario. El 5 de junio
de 1848 contraen matrimonio, en la Parroquia Matriz de Santa Cruz
de Tenerife, don Valentín Sanz Ganso y doña Catalina Carta Quinte-ro
naturales de esta capital. Don Valentín nació el 15 de febrero de
1815, y doña Catalina el 19 de agosito de 1824 (1). Frutos de eiste enlace
fueron Valentín, Lucía, Francisco, Miguel y CaitaÜna.
Lucía nació d 1 de enero de 1854 (2); Francisco, al 24 de febrero
de 1859 (3); y Miguel, el 28 de (Septiembre de 1862 (4).
(1) Libro XIV de matrimonios de la Parroquia Matriz de Santa Cruz,
folio 46. Libro XV de bautismos de idem, folio 240. Libro XVI de bautismos
de idem, folio 131.
(2) Libro XXV de bautismos de la Parroquia Matriz, folio .')7.
(3) Libro XXVI de bautismos de la idem, folio 323.
(4) Libro XVIII de bautismos de la idem, folio 106.
15
Bl hijo primogénito de cistc matrimonio fué Valentín, que nació el
27 de febrero de 1849, y fue bautizado, en la Parroquia Matriz, el 4
de marzo del referido año, por don Lorlenzo Siberio. Como no Sc ha
publicado copia literal de la partida de nacimiento de Valentín Sanz
Carta, inser^támosla a continuación:
En cuatro de marzo de mil ochocientos cuarienta y nueve.
Yo Dn. Lorenzo Siberio Pro. con i'ic." del Sor. D,n. José González
Ve. Bendo. Rector Scrvor. de las Igls. Parroqs. de esta
Villa de Sta. Cruz bautizó, puse óleo y crisma, y por nombre
Valentín, a un niño quie nació el veinte y sidte del mes ppdo.,
hijo lexmo. de Dn. Valentín Sanz y de D." Catalina Carta,
nats. de eista Villa. Abs. pats, Dn. Pedro Sanz, de Ca Gomera,
y D.' Lucía Gonze, y mats. Dn. Miguel Carta y D." Juana
Quintero, de esta dicha Villa. Fué su padrino Dn. Tomás Be-thcncourt,
de Fuei^teventura, a quidn advertí la congnon. cspl.
y su obliga :íón según el Ritual Romano. Y p." q. 1, conste lo
firmo.—González.—Lorenzo Siberio. (5)
El padre de Valentín Sanz Carta fué marino, asi como también Su
abuelo paterno don Pedro Salnz Laneta, que era natural de la Gomera.
Su abuela paterna doña Lucía Ganso Candona tuvo su oana en Yai-za
(Lanzarote). El padrino de bautismo de Valentín Sanz, que lo fué
también de matrimonio de su padre, don Tomás Bethencourt, legó a
nuestro biografiado 3.600 realeSi vellón (6).
El padre de Valentín Sanz Ganso poseía do(S casas, enclavadas
una en la calle del Pilar y otra etn la de San Lorenzo, heredadas de su
madre doña Lucía Ganso Candona. La primera estuvo Señalada con el
nnm. 20 en 1882. La segunda, primeramente con el núm. 31, y en d
momento de otorgarse la cisicribura citada, con el inúm. 6 (7). Doña Lucía
Ganso falleció en 1854, y desde esta fecha tuvo don Valentín la
propiedad de las referidas fincáis urbanais.
La vocación de pintor despertóse en Valentín Sanz d^sde Sus primeros
años, pueis cuando frisa en los once de edad, aparece matriculado
en la Academia de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, durante
el año académico de 1860-1861, en el que Sc le adjudica el primer accésit
por la cabeza núm. 19 que había hecho para '-'a exposición del referido
curso. El Jurado que sc formó para la adjudicación de loB pnemios
(5) Libro XXII de bautismos de la Parroquia Matriz, folio 174.
(()) Copia d« la eicritura otorgada ante el notario Don Rafael Calzadi-
11a el 11 de Marzo d(! 1882, en Santa Cruz de Teuerife, por Don Valentín
Sanz Ganso.—Archivo del autor.
(7) ídem, folios 3 y 6. Debemos advertir que en la escritura de referencia
sustituyese siempre el apellido de Ganso por el de Garcés, tanto al referirse
al padre del artista como al citar a la abuela paterna de éste, sin que
sepamos la causa de ello.
16
estaba compuesto por los pintores don Nicolás Alfaro Bricva (1826-
¡905) (8), don Gumersindo Robayna Lazo (1829-1898) (9) y don Cirilo
Truilhé (1813-1904) (10), por el naturalista don Sabino Berthclot
(1794-1880) (11) y por el arquitecto don Manuel Oráa (1822-1889)
(12).
Un nuevo galardón recibe Valentín Sanz en 1863: un ttercer premio
por un dibujo a dos lápices. Y en el curiso de 1863-1864 se le concede
un accésit en la c'.^s« de figura, Seociótti de grupas, por el núm. 7 de la
exjposición. Pasó luego a la claSe de paisaje y fué discípulo de Nicolás
Alfaro. Asistió a la Academia de Bellas Artets de Sta. Cruz durante
diez años, hasta su definitiva clauisura, ocurrida después del curso
1868-1869 (13).
En el año 1869 initerviene en contiendas políticas de la época, y
hasta su firma aparece al pife de un «Manifiesto a los habitantes de la
Provincia de Cañaríais», del que conservamos copia, inserta en un inédito
cuaderno de Memorias que nos donó él 30 de marzo de 1947 un
profesor de la Escuela de Artes y Oficios de esta capital (14).
En el año 1875 la Esputación Provincial lo penisiona para perfeccionar
en Madrid sus estudioBi. En sesión celebrada por la referida entidad
el 20 de abril de 1875, bajo Sa presidencia del Maiqués viudo de
Las Palmas, el diputado don Pedro Machado Benítez de Lugo propone
que Se conceda al joven pintor don Valentín Sanz, por el tiempo de
dos afios, una pemsión de 2.000 pesetas, en cada uno de éstos, «con objeto
de que pueda pasar a perfeccionar sus estudios en Sevilla y Madrid
». La proposición dd Sr. Machado Benitez de Lugo es aceptada
por unanimidad (15).
II
EL PINTOR EN MADRID
Valentín Sanz Se embarca para la Península c ingresa en la Escuela
Superior de Pintura, Escultura y Grabado, de Madrid, en el cur-
(8) Libro XVII de bautiímos de la Parroquiíi Matriz de Santa Cruz,
folio 42.
(9) Libro XVII de bautisraoH de la P. M. de Santa Cruz, folio 92. Libro
XXXVII de defunciones de la P. M. de 8 C. folio 259.
(10) Libro XIV de bautismos de la P M de Santa Cruz, folio 346. Libro
XXXIX de defancioneg de la P. M. de S. C , folio 174 vuelto.
(11) Libro XXXII de defunciones de la P. M. de S. C , folio 168.
(12) Libro XXXV de defunciones de la P M. de S C, folio 266.
(13) MIGUEL TARQUIS, LOS años de aprendizaje de Valentín Sanz, «El
Dia», 22 Agoíto 1947.
(14) ARTURO LÓPRZ DE VBRGARA AI.BBRTOS, Veinte páginas azules, folios
10 y 11.—Archivo del autor.
(15) IDHM, folio 13.
Arriba, izquierda: Valentín Sanz, en 1878, estudiante en Madrid; derecha:
catedrático de la Academia de San Alejandro, en La Habana. Centro; el
pintor, en sus últimos añoi. Abajo: Dolores d é l a Cruz Muñoz, en 1892,
después esposa del artisto
17
fio académico de 1875-1876 y se matricula en las disciplinas de Colorido,
Natural, Antiguo y Ropaje, Anatomía, Perspectiva, Historia y
Paisaje.
El artista cuenta a la Sazón veintiséis años de edad y Se hospeda
en una pensión de la calle de Bordadores. En este curBo obtiene en la
Escuela Superior dos medallas de Colorido y Dibujo (16).
Cuando Valentín se entrevista con el pintor Carlos Haes y sus
discípulos contemplan los cuadro® del' artista itincrfefto, surgen comentarías
entre Haes y sus díBcípulos, que a veces dirigen a éste pre-gunitas
un tanto impertinentes. Valentín sc preocupa y se entristece un
poco. Quédansele clavadas en el espiritiu algunas fraSfes del maestro
HaeS y a''.gunos interrogantes de sus discípulos. Valentín decídese a escribir
una caita, tranisparente y desesperanzada, a su amigo Cirilo
Truilhé. E&te contesta a Valentín con una admirable epístola, que por
estar llena de enseñanzas inSieTtamoS aquí. La carta, que tiene fecha
24 de enero de 1876 y que está escrita en Santa Cruz de Tenerife, dice
así:
Mi querido amigo: He recibido su muy grata de V. de fecha
2 del corriente, y le agradezco sobremanera las indicaciones
que me hace respecto al empleo de varios coíoreS, asi como
las noticias que me da de la entrevista con Haes y sus
discípulos, que he leído con mucho interés, habiendo V. hecho
perfectamente en referirla con todos Sus detalles, porque
de eSa manera se puede juzgar con más acierto lo que Se dice
y hasta calcular lo que se piensa. Desde l'Uego hay que convenir
en que d efecto de Btis cuadros de V. ha Soirprendido
agradablemiente a los discípulos, y esto me prueba que Su estilo
no tiene nada de común con el de los demás pintores, y
por consiguiente hay que convenir también que eSa circunstancia,
asi como la dei efecto del claro obscuro que V. da a
Sus cuadros, constituye una ventaja que no puede menos de
llevarse la preferencia Sobre los que carecen de eSos requisitos
tan indispensables.
Ese mismo efecto que desde luego llamó la atención de loB
discípulos de Haes, éste no sólo no lo ha negado sino que
además convino en que había aire y cosas muy buenas, pero...
Este pero debe darle a V. muy poco cuidado, porque asi como
podrá referirse al abuso de algunos de sus colores conSiSi-tirá
en otros descuidos que V. mismo irá advirtiendo con el
estudio y la práctica, y también con las diferentes observaciones
que los conocedores £e irán haciendo.
(16) MAHÍA RO.SA AI.ON.SO, índice cronológico de. pintores canarios, en
Rcviita dt Hittoria, núra. 67, piig. 268. S. 1'ADRÓN ACOSTA, Kl Centenario de
Valentín ^anz. «La Tarde», 3(» de septiembre de 1348,
18
Estas observaciones y pareceres diisitintos, que rara vez deben
tomarse en cuenta para Sujetarse completamente a ellos,
son siempre convenientes porque de todo se Baaa lo que más
en armonía esté con nuestra manera de ser y trabajar.
Nada me ha indigeíStado tanto como lo que Haes dijo cuando
uno de sus discípulos le preguntó si Alfaro pintaba mejor
que V. Esta pregunta, que considero imi>ertinente en presencia
de V., quedó sin contestar, como era de esperar, y sólo
por decir algo Se salió con observaciones que en mi concepto
no Son juStaB y en particuVaT la de los resabios que Supone
adquirió con V., porque si Se exceprtüa uno o dos bocetos de
las de la Matanza en que algo •quiso' imitarle, todos Sus cuadros
y los demás bocetos conservan el mismisimo estilo que
de Madrid «trujo».
V. sabe perfectamente que todo pintor que goza de alguna
celebridad, cree, como es natural, que su estiío es el mejor, y
si no recuerde V. la opinión de Rico, de la cual me habló V.
en 'Su carta anterior, y eso mismo le persuadirá a V. que por
buena que sea una obra nunca Sc escapa de la critica, y ésta.
como V. Sabe, rara vez es imparcial y juiciosa.
Por consigiuiertte lo que dijo Haes no as motivo para que V.
Se desanime, ni mucho menos que prescinda de su estilo y empiece
a copiar los estudios de Bélgica.
Siga V. su camino y ríase V. de lo demás. Tan buena senda
es para V. la que ha tomado, como para lo© discípulos de HaeS,
la que su maestro ies ha trazado. En ella sería V. un discípulo
más, y en la de V. será V. solo, que no es poca ventaja.
Respecto del consejo de los cuadrasi grandes para la exposición,
no estoy de acuerdo con los que a'SÍ opinan, porque el mérito
de una obra no Se mide por el tamaño del lienzo. Deje V.
esos grandes basitidorcs para más adeflante, cuando V. haya adquirido
máis práctica y conocimientos pata poderlo ejecutar con
al mayor acierto posible.
Creo haberle dicho a V. lo bastante acerca de lo que V. me
ha referido para que no tome al pie de la letra todo lo que le
dicen y Se considere muerto, como V. dice, cuando prácticamente
es ahora cuando V. empieza a vivir. Mi hijo estuvo ausente
de París un poco de tiemp>o y a su regreso nos escribió que venia
a Madrid, y que le dirigiéramos 'las cartas a D. Julio To-losa,
CampomancS, 12, principal, derecha. Consérvese V. bueno,
y disponga de este amigo que le aprecia de veras, Cirilo Truilhé.'»
(17).
(17) 8. PADRÓN AOOSTA, De Cirilo Truilhé a Valentín Sanx, «La Tarde
», 7 octubre 1948.
19
Carta admirable es ía que acabamos de transcribir, por la discreción
y Serenidad que en ella se reflejan. Epístola propia no sólo de un amigo,
sino también de un inteligente y ecuánime mentor, que quiere salvar, a
toda costa, la esencia del artista: su originalidad. Posiblemente, durante
Su vida de pintor, nunca recibió Valentín Sanz una carta tan jugosa de
crJSIeñanzas como (a que desde San'ta Cruz le dirige el 24 de enero de
1876 el paisajista canario Cirilo Tpuilhé.
El epistolario que de Valcntin Sanz conservamos consta de unas sesenta
cartas, que escribe principalmente a su madre y hermanas. AcuSa
el epistolario un espíritu preocupado en sumo grado por el arte y un carácter
un poco versátil. Cuai ráfagas fugitivas, pasan por estas cartas
rasgos de humor, y se rcmiansa en ellas una gran inquietud y un gran optimismo,
que a rato® ®e viste de falsos y fúnebres colores. La psicología
del pintor Se delínea aquí con caracteres inconfundibles. El artista
goza el espectáculo de la vida y bebe a grandes sorbos &] licor de la ilusión
de"! momento que pasa. Relata sus éxitos y sus penurias, con la misma
inganuidad con que un niño enseña sus juguetes. En un instante de
gozo todo Se le ilumina, y al momento, el mundo Se le entenebrece. Es
úa versatilidad propia de todo artiEita que smefta con todais las rosas y
quiere alcanzar todas las estrellas. Los nervios le juegan una mala partida
a Valentín Sanz.
El pintor embárcase para la Península desde el puerto de Santa Cruz
en octubre de 1875. En uJia epístola de rasgos deSicripltivoS y humorísticos,
y que es k primera de nuestro epistolario, nos dice:
He llegado a Cádiz. Esta me ha parecido de marfil. Qué mujeres
más raras y qué tacones; los curros con cada calañés que
parecen lebrillos; qué trapisonda, qué gastadero de dinero. No
me conviene. Aprovecho una ocasión para ir a Madrid por Lisboa.
Qué calor imsoportable. Cuando llegue a Madrid seré más
largo.
En noviembre de 1875 arriba al pueíto de Santa Cruz don Valentín
Sanz Ganso, de regreso de un viaje a Terranova. El pintor, refiriéndose
a la llegada de su padre, escribe:
Papá Supongo que vendrá gordo con el bacalao de Terranova.
Sentí mucho que habiendo Venido a Sevilla, no se hubiese
dado lun salto por aquí, que el viaje corría de mi cuenta.
(18)
El 24 de diciembre de 1875 ea la primera vez que Valentín Sanz
pasa la Nochebuena en Madrid, en ia que por cierto sc quedó sin cenar.
(18) Carta de Valentín Sanz a su madre, lo de noviembre de 187ft.
20
La Nochebuena la paSc como cualquier hijo de vecino, pero
sin paisteles ni mistela; tampoco sin cenar sino una& copitas
de licor que tomé en caSa de las hermanas de Bello, con turrón
que llamaban de Cádiz, y listo hasta ti otro día. Yo anduve
con Zerolo esa noche buscando donde cenar, pero todos
los restaurantes estabctn llenas de gfente y no encontramos
sitio. EiJ día este es una cosa atroz; la gente que va a la plaza
del Mercado a comprar el indispensable besugo y el consabido
pavo y galloO capoincs; yo tuve qiae salir pronto porque
me tenían aturdido con estos y otros ofrecimientos. Señorito,
¿quiere V. este par de capones? Vamos, lléveselos V. Oh, señorito,
cargue V. con eise pavo, que parece un ternero. En
fin, la mar que lo volvía a uno loco. Luego una partida de
panderos y tambores y una cosa como un caldero tapado com
pergamino que llaman zambomba, que no sabía explicar para
qué eran todos esos instrumentos; pero llegando la noche, aquí
que te las quiero ver, una de pan, pon, taran, taráin por todas
partes que había que taparse los oídos.
Luego habla de su obra de artista:
Me parece que los cuadros que estoy pintando no van a ir
a la Exposición porque me han hecho ofrecimientos y si me
dan lo que les pido, se los vendo y me voy a París, que siempre
tiempo hay de exposiciones, pueis fui a ver cuánto costaban
las molduras, que no ios admiten Sin ellas, y me vienen
saliendo un dineral. (19)
Valentín Sanz deíScrlbe la gran nevada que hubo en Madrid a mediados
de enero de 1876 y evoca a Su gato «Chipé», que dejó en Canarias,
en Su casa de Santa Cruz:
Estos dias ha caído una gran nevada, que es lo mismo que
si dijera que han forrado con algodón en rama toda la ciudad.
Por donde quiera que uno va, no ve más que blanco, pues las
calles tienen media vara de nieve; en ñn, anda uino enterrado
hasta lila rodilla; el tejado que veo de mi cuarto y que dista
de él como dos varas, tiene lo menos un metro de nieve, y así
es que no puedo parar dentro del cuarto, porque se me enfrian
los pies y la® manos, em tales términos que Se me ponen
doloridos. Pongo tanta ropa sobre la cama, que no puedo con
ella, parezco un morrocoyo metido en ésta, sin poder sacax ni
la cabeza porque se yela. Para levantarme me cuesta trabajo,
para ir Saliendo de la concha, para entrar en ella no digo na-
(19) ídem, 31 de diciembre 1875.
21
da, pues quedo hecho un ovillo, y poco a poco, según se va
calentando, voy estirando las piernas; pero eso muy lentamente,
con decirle que llega el dia y todavia estoy hecho <an garabato
con ellas. Pero deSpués de levantado, el frió me tiene
isin cuidado, pues lo paiso sin camisilla de punto; lo único que
me he puesto es un chaleco viejo y a vivir.
Mi patrona tiene un gato que llaman «Palomito»; es un mi-cifuz
muy mcú'ancólico y que parece estar enamorado del ama.
Me acordé la otra moche de «Chipé» y quise hacer lo mKsmo
con él, que era ponerlo sobre la cama para cpue me calentara
los pies. En efecto, lo hice así. Estúvose muy quieto; pero ya
iba cogiendo yo el sueño, cuando me despierta un fuerte estrépito.
Hecho mano al revólver; pero un fuerte maullido me
hizo reconocer ail enemigo. Era eil dichoso «Palomito», que,
queriendo Salír del cuarto ¡saltando por un tragaluz, había tirado
una tabla y otrois cachivaches que estaban Sobre una
cómoda. ¡Zape!, grité. Un «mau» más fuerte contestó. Le tiré
los zapatos, los libros, cuanto a la mano iSe me venía; peor.
Quise no hacerle caso metiéndome la cabeza dentro de ílas sábanas;
pero ni por esaB, siempre maullaba; acordábase tal vez
de la cama de Su ama y heme aquí hacer el gran sacrificio de
Salir de la cama a abrirle la puerta. Oesde eSa noche he renunciado
al calor gatuno.
Pasaba flargas veladas, en el mes de enero, en casa' de las hermanáis
del pintor Lorenzo Bello Espinosa (1816-11890), que era de La La-g'una
y que fué discípulo de la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Valentín tocaba el violan y las hermanas de Bello el piano. El
artista afirma:
Sigue el chorizo y el jamón cfn mesa redonda, que ya me va
cansando; tengo ganas de comer pescado salado y papas (20).
Como en la vida siempre hay alguien que deisempeña oficios celestinescos,
un día dijeron al padre de Valentín durante una de Sus permanencias
en Santa Cruz, de regreso de sus viajes, que el pintor había
vendido cuadros a 500 pesetas cada uno. Como Valentín Sanz no envió
dinero a Su familia de la veinta de estas obras, el padre del artista
se i'i'o dijo a su esposa. El pintor quejase de este infundio y expone en
una epístola, dirigida a 'Su madre, la verdad acerca de este asunto. A
pesar de la indignación que Valentín Sanz revela en su misiva, ino puede
él prescindir de siuis rasgos de humor y asi, antes de entrar en ma-
(20) ídem, 15 de enero ISTO
22
teria, dice que vio a «la Burriquita casada con un militar, gorda como
una lechona, y al hijo del pintor Trui^hé, flaco como un bacalao». Esto
ocurre en abril de 1876. Y luego añade:
Bsa persona ha oído ruido y no Sabe dónde, pues lo único
que hay en eSte particular es que habiendo pintado un cuadro
para comprar alguna ropa que me hacía falta, itratc de venderlo,
y fiué ajuistado en 125 duros por un señor marqués. El
tal marqués tuvo deBpués unas grandes pérdidas en cuestión
de elecciones y en sus fincas de Cuba, y no llegó a comprarlo,
por lo que lo conservo todavía para mejor ocasión. Esto es
todo lo que hay en este astinto. Muchísimo siento que papá
haya salido de ahí en esa creencia. (21)
No puedo dejar de transcribir íntegra una carta que Valentífi dirige,
ci 15 de junio de 1876, en la que comunica a su madre su primer
triunfo de artista en la Villa y Corte, carta que contiene, además, otros
puntos que confirman una vez más el amor dal paisajista a su tierra:
He tenido la Suerte de haber ¿añado en el examen de oposición
los do® premios consistentes en dois medallas correspondientes.
La enfermedad de la hermana de Zerolo ya yo la
Sabia por él, pero él ignoraba la gravedad, pues yo no he querido
decirle nada por no disgustaí'o. En el próximo correo ya
estará ahí. El ha tenido también la Suerte de salir sobresaliente
en sius eisitudiofi, pues eS el mejor estudiante que ha salido
de las Mas CanarilaS; isu profesor dice que le espera un gran
porvenir en la Medicina. Su hermano Antonio es tan bueno
como él en sus estudios. Respecto a lo que me dice del «Bu-fadero
», me desconsuela mucho no estar yo por ahí, pues es
uno de los valles que más me gustan, y lo de las papáis no digo
nada, pues ya tengo muchas ganas de darme un atracón de
ias de ojo aaul, con pescado salado y con su correspondiente
aceite y vinagre y el vinillo matancero. En fin, dejo eato porque
se me hace la boca agua. Las papéis de aquí son muy malas,
aguachentas, que no Se pueden comer, y hace mucho tiempo
que no veo una, pues aquí son más aficionados a garbanzos.
Hoy día de Corpus estoy para ir a ver la procesión, que
«a'e a las doce de la mañana. Las calles por donde paSa están
cubiertas por encima coni un toldo que es tan grande como
ellas.
Qué dineral habrá costado, pues eS tan largo como desde el
Castillo de San Cristóbal en la Plaza de la Constitución has-
(21) ídem, 5 de mayo de 1876.
88
ta casi *La Cuesta». Detrás de la prcxresión irá la Corte. En
fin, ya veremos. Salud y pesietas. (22)
En noviembre de 1877 hállase eí pirttcr totalmente consagrado a
Su labor de artista:
Estuvo aquí a visitarme Elíseo Lecuona, pero yo estaba en
el campo pintando, que si llego a estar en casia hubiera mandado
unas pinturitas y dibujos para algunos amigos, entre ellos
Canseco; pero cuando llegué a casa era ya de noche, y como
!Se iba eisa misma noche a las 8^ no me dio más tiempio que ir
a verlo a la fonda.
Estoy pintando un ouadrito para la exposición, que es en
enero; no vaya a creer que será una gran coSa, pues lo pongo
sin opcixfm a premio, pues no merece entrar en lucha; pero Solamente
i-o hago para venderlo Si Se encuentra quien lo compre;
allá veremos. No diga esto a nadie, pues Se armarla la
gorda al saber que iba a presentar en la exposiición.
Las oposiciones calladas todavía; fie espera que sean paia
desipués de pasada la exposición. Para el quince le diré si el
cuadro gusta, pues me parece tenerlo condluido para entonjccB.
Me va a isalir de gastos entre ouadro y moldura, pues tiene
dos meltros de alto, por unos 40 ó 50 duros; pero espero que
alguna cosa han de dar por él. Dios lo quiera. (23)
El 15 de 1878 reseña el resucitado de las oposiciones en que tomó
parte. Estla carita revela el pesimismo que va iniciándose en eil alma dd
artista ante el predominio de las influencias sobre la justicia y el mérito
personal:
«Las oposiciones no dieron el resultado que esperaba a causa
de las tropelías ejercidas por el jurado para poder dar la plaza
a uno de mis contrincantes, cuyo padre eS tenedor de libros de
Ita casa del Duque de Montpenedcur y por consiguiente recomendado
por éste. Sin embargo de tener yo buenas influencias,
no bastaron a poder neutralizar las de otros, pues muchos de
los jueces, para no comprometerse, dejaron de votiar ni por mi,
ni por él. En fin, en cate país, aunque uno sepa más que Salen
món, Si no tiene buenos padrinos, se queda a la luna de Valencia.
Sin embargo, la cosa todavía puede tener remedio, pues el
caballero que está interesado por mi, que es el Sr. de Macanas,
Director General de la Deuda, hombre influyente, trabaja sin
deiscanso para que salga al fin victorioso. Por eSo esitoy deteni-
(22) ídem, 15 de junio de 1876.
(23) ídem, 30 de noviembre de 1877.
u
do aqui, que Si no me hubiera ya marchado a París o a otra
paite cualquiera donde no haya tanta canallada. En fin, allá a
fin de mes sabré ya el result¿ido definitivo, si es que no sacan
otra vez lais plazas a nuevas oposiciones, pues es lo que dicen a
caiusia de las proteotas que han llovido sobre el Jurado por su
demasiada parcialidad, que entonces será más larga, sin embargo
que no pienso volver a prasemtarme. Esto comprendo
que le causará diísgojisto; pero no hay que tenerlo, pues el pabellón
quedó muy bien pue5>to a juicio del público y de la prensa.
pues sin disputa mi cuadro entre los cuadros será el mejor. En
fin, Antonio Zerolo, que vá a eSa le enterará de Cos pormenores
No escribo a la Diputación dándole las gracia® hasta no
tener definitivamente arreglado este asunto, pues es cuestión de
días.» (24)
Acerca de estos ejercicios de oposición, por su temperamento nervioso
y por Su brevedad en exponer sus ideáis, eS poco preciso. Unía carta
qpie D. Tomás Zerolo, cunigo intimo del Valentín, y a la sazón estudiante
de Medicina en Meidrid, dirige al poeta canario Ramón Gi'i Roldan
y Ríos, concreta más la materia de que Se trata. Zerolo, en febrero
de 1878, le dice lo que sigue: «Las oposiciones al premio de Roma
eatán anunciadas para el mes que empieza mañana-, el amigo Sanz está,
pues, en Capilla» (25). Y el 15 de abril del mismo año, Zerolo escribe;
«Ya han empezado las oposiciones a los premios de Roma
por los de historia; de un día a otro llamarán a los de paisaje;
tendré a V. al corriente de lo que ocurra, aunque no podré comunicar
a V. muy pronto los resultados, porque los ejercicios
durarán por lo menos dos meses. Los opositores a todos los
ramos paSian de cincuenta; pero Itos contrincantes de Sanz no
Son más que mueve. Descuide V. que no le faltará al artista mi
aguijón.» (26).
«Voy—^escribe Valentín en octubre de 1878—a ver si saco 50
Toletes por semana. El cuadro que vendí es como de media vara
y represantaba una carreta tirakla por vacas, cargada de yerba
y sus correspondientes personas montadas y un perro delante.
El que tengo ahora es del miismo tamaño, pero es un paisaje
con árboles y agua llovisnoSa. Del primero pude sacar
100 duros, que es 'lo que pedia, pero mi corredor se precipitó
y lo largó enseguida para irse a almorzar a un rcstaurant con
unos amigos que le esperaban.»
(24) ídem, 1,^ de julio de 1878.
(25) Carta de Don Tomás Zerolo a Don Ramón Gil-Roldán y Ríos, Madrid,
28 de febrero de 1878.—Arohivo del autor.
(26) ídem, 15 de abril de 1878.
V a l e n t í n Sanz> Hctntlo ¡Iv U. Vdlcnlhi Sítn: (larrcs. ¡xidrr ili'l phitoi;
Musoo Muiiicipiíl (1(> Sania Vvw/. do Toiiorifiv
V a l e n t í n Sanz. Ilrlmlo (!<• n." CitUilniu Cdiln Oninlrro. DKidrc lUI itrlislii.
Musco Mmiicipnl di-SÍIIIIM ('nr/, I1<^'rciicrilV.
V a l e n t í n Sanz. liclmio <l<' su csiiosn D." Dolaren ilc la Cric Miii'ioi
M\iso(> Muiiici|ii>l (lo S:nit;i Vvu/. de 'l'i'iiViil'o.
Manuel G o n z á l e z Méndez. Hr-lml» ¡li-l ¡¡hilor ValrnHn Sam. ISSI.
l'ropiedíKi (i(> I). Tomás '/erólo Kii(>nt<'s.
Cada uno de estos óleos los pinta el artista en el espacio de tías
dias, que, sumados a otros tres, que Se Invierten en barnizar y secar el
lienzo, suman seis. Estos paisajes los vende Valentín casi siempre al
precio de 250 pesetas. El que adquirió el cuadro de la exposición de
que hablamos antes, encargó a Valemtín otro de idénticas dimensioins,
para «hacer juego» oon aquél, y «ha de ser el encargado ahora paisaje
di primavera».
Valemtín Sanz, después de esto, dice:
«Aunque Ja gente no tiene un cuarto, pues casi todos los que
compran cuadros. Se han dejado el dinero en la Exposición de
París y vieínen desplumados, isin embargo espero que no dejará
de haber alguno que caiga.»
Durante esta época ejecutó un retrato del Comandante Viña, residente
a la Sazón en la Villa y corte. (27).
Bn diciembre de 1878, a su hermano Francisto Sanz Carta, que era
miay aficionado a la Música, le dice en una carta que dirige a D." Catalina
Carta Quintero:
«A Paco que ya le mandaré la parütura para orquesta de
una famosa overtura de Ambrosio Tomás, titulada «Poeta y
Aldeano», que es magnífica y se toca aquí en los grandes conciertos
de primavera, que si la escuchara se volvería loco, pues
no puede tener luna idea de lo que son estas orquestas de por
aquí.» (28).
Este hermano de Valentín Sanz murió el 23 de j'u'io de 1879 en la
ciudad de La Laguna. Era de 21 años de edad y célibe. Su cadáver fué
traidladado a Sanlta Cruz de Tenerife y se le dio sepultura en el Cementerio
de San Rafal y San Roque. (29).
La afición de Valentín Sanz al cultivo dci retrato, que le produjo
bastante dinero, no le agriada mucho a su padre, que se da cuenta exacta
de que el verdadero camino de su hijo e& el paisaje. De ello habla repetidas
veces al arti&ta. En una carta que dirige el padre de Valentín a Doña
Catalina Carta, desde La Guaiía, en ago.sto de 1877, afirma: «Ya tu
me comunicaste en la tuya que Valentín había mandado un retrato para
la Diputación, pero me parece que lo que debió mandar es un buer paisaje
y no rotrato.» (30).
(27) Carta de Valentín San/, a su madre,, 16 de octubre de !S78.
(28) Ídem, 15 de diciembre de 1878.
(29) Libro XI de defunciones de la Parroquia Matriz, de Santa Cruz de
Tenerife, folio 158.
(80) Carta de Don Valentín San/. Ganso a Doña Catalina Carta, desde
La Guaira, el 3 de aijosto de 1877.
26
Ante la tenaz insistencia de su padre acerca de este punto, dice
Valentín Sanz:
«Eso que afirman de que he abandonado el paisaje por 'a
figura no es asi, pues si estudio !a figura no eS sino por la necesidad
que hay de Saberla para aplicarla al paisaje. No se lleve
V. de lo que digan porque regularmente esos que liablan
no entienden de este asunto una palotada.» (31)
En esta misma carta hallamos rasgos di Su humor y de sus gustos
de artista:
«En este memento esitá nevando. Caen como copos de algodón.
Si V. pudiera darse un salto, iríamas aJ Teatro Rea],
a oir la ópera, que es casi la mejor de Europa. ¡Qué decoraciones
y qué caatoresi! Yo lo que puedo decirle es que no se
me queda un sábado sin meterme al coleto una ópera. He visto
«La Africana», «Los Hugonotes», «Guillermo Tcll», «Aída»
y la mar.
Con el ordenamiento de la Diputación lo paBo como un
príncipe ruso, comiendo chorizos. Lo único que roe desconsuela
es no poder fumar las tagarninas de a cuarto, que aquí
me parecerían regalías imi>eria!es, pues los cigarros puros aquí
cuestan un sentido, y eSo malísimos.
EfStoy pintando ahora un fuerte cuadro para la exposición
de Abril próximo y otros más según tenga de cuartos. A Gregorio
el Rubio Je dice que aquí los muebles buenos vienen de
París, y que por consiguiente no hay nada de lo que nie dijo;
que llegando a París, que iré a fines de Abril, cumpliré su encargo.
»
Cuando Valentín llega al capítulo de las memorias, -no se olvida
de enviar recuerdos a un importante personaje de su vida de Santa
Cruz: a «Chipé», el gato de que tratamos al habdar del «Palomito» de
la casa de huéspedes de la calle de Bordadores.
El 15 de junio de 1879 esciibe a su madre una carta, que envía
por medio de un pintor que arriba al puerto de Santa Cruz, y cuyo
nombre desconocemos, poique Valentín no lo consigna.
«Eli portador de ésta ha estado dos años viviendo conmigo
y es también pintor. El le enterará de todo lo que V. !e pre-ífunte.
» (32)
Por consejo de don Rafael Bethencourt, regala, en julio de 1879.
31) Carta de Valentín Sanz a su padre, Bin fecha.
32) Carta de Valentín Sanz a BU madre, 16 de junio de 1879.
27
un cuadro a un personaje de la Villa y Corte, el que gustaba mucho
de la pintura de Valentín Sanz. Este obsequio amplió el' círtulo de sus
amistades y relaciones y difundió aun más Su fama en Madrid y le produjo
varios encargos. El personaje de referencia llevó a su cEisa a medio
Madrid para que admiraran el regalo de Valentín. Entre los aris^
tócratas y diputados que desfilaron ante ^a obra del artista, figuraba
un cufiado del Barón del Castillo de Chirel, «una de las fortunas mayores
de Madrid». Este le encarga un cuadro de cortas dimensiones,
plor el que Valentín cobró 500 pesetas. Le encargó asimismo un retrato
de Sius tres hijos pequeños. El óleo, que mediría unas Seis varas, representaría
a los tres niñois déi Castillo de Chirel. Este dice a Valeji-tln
que se encargará de colocarle cuadros entre la aristocracia madrileña.
En es>te año de 1879 don Fernando de León y Castillo y el Conde
de Giequema presentan al Rey una obra de Valentín Sanz, y Su
Majestad promete hacer todo lo que de Su parte esté en favor del at-tibta.
El pintor visitó más tarde al Rey y le hizo un retrato. (33) Por
esta época pensaba Valentín regresar a su tierra para pasarse en ella
ima temporada junto a los suyos, pero los muchosi encargos hiciéronle
prorrogar el viaje para más adelalitc.
En este de 1879 envía el obsequio de un cuadro a la Dipuitación
Provincial, y con tal motivo escribe al poeta Roldan y Ríos y le pregunta
siu parecer acerca del cuadro, pues si él no le cree muy bueno
debe retirarlo, para hacer otro. En esta carta torna a dar noticias de
don Tomás y de don Antonio Zerolo:
«Este año Zerolo ha sido el hombre, pues, como el pasado,
se ha llevado en todas las asignaturas Sa nota de SobreSaJien-ite.
Merece que V. le dé un fuerte abrazo lo mismo que al hermano
Antonio, que también se ha encaramado sobre todos SuS
condiscípulos.» (34)
En septiembre de 1879 pasa Valentín unos díais en Licrganés tomando
baños y aprovecha el tiempo en pintar retratos que le encargan
y paisajes^ La fonda donda Se hospeida le cuesta 22 reales vellón
diarios, y por cada baño le cobran 6, cantidades que sumadas a otros
gastos suman 250 al mes. El día 8 de octubre regresa a Madrid. (35)
Cuaivdo Su familia insiste en que retorne a Tenerife con el fin de
pasar aquí una temporada, el pintor que recuerÜa veladas, envidias y
desencantos de otra época, dice a su padre:
(38) ídem, l.f) de julio de 1879.
(34) Carta de Valentín Sanz a Don Ramón Gil-Roldán y Ríos, el 15 de
julio de Í879.
(85) Carta de Valentín Sanz a sn madre, desde Lierganés, el 29 de septiembre
de 1879.
as
«Mucho quiero el país donde he pasado mis mejores dias,
pero lo que es a la gente, la detesto; e'Sto con sus confespon-dientes
excepciones, pues hay de todo.» (36)
Durante el mes de diciembre, a pesar de que nieva mucho, Sale todos
los días al campo a pintar, pues quiere concluir cuadros empezados,
principalmente de animales y costiumbres campestres. Su padre le
censura potique le han dicho que pierde el tiempo que debe dedicar a
condiciones». Visita «El Escorial» en una tarde en cjue de pronto vió-se
envuelto en una gran tempestad, de la que «casi sale chamuscado».
Asiste a una corrida de toros; y este espcctátulo le desagrada enormemente,
tanto que dice: «No vuelvo más, pues no he visto cosa más
repugnante».
En diciembre de 1879, doña Catalina Carta obsequia a don Tomás
Zerolo con un cuadro de Valentín Sanz, en reconocimiento a la
generosidad con que don Tomás ha atendido a la familia del pintor.
Doña Catalina le ha enviado un cuadro de Valentín Sanz. Zerolo apresúrase
a acusarle recibo de !a fineza y le dice que doña Catalina no
debe tomarse tales molestias, pues sabe que Valentín Sanz «os para él
más que un amigo un hermano». (37)
En 1880 parece que la situación económica de Valentín Sanz es
bastante precaria, tanto que, en un momento de pesimismo, pienSa salir
de España para no volver más. «Creo que la forttuna me sciá propicia
en otros países». (38) Desde el 25 de octubre hasta efi 25 de noviembre
de 1880 está el arti&ta en Fene, aldea situada a más de tres leguas
de El FerroT-, «ocupados él y un discípulo Suyo en pintar sendois
cuadros paria la próxima exposición». (39) Eh marzc y abril de 1881
vuelve a El Ferrol, donde Se consagra a la piníífara de un paisaje para
la próxima exposición, que se celebrará en Madrid en mayo de 1881.
Acabó el cuadro. Valentín lo ha pintado en catorce días, y «tiene
dos metros de largo sin contar el marco». (40) «Está hecho muy a la
ligera, pero, en fin, no creo que haya muchos de Su género que le superen
en mérito». Valentín sale de El Ferrol en dirección a La Cor'u-ña,
Santander y Madrid, el 27 de abril de 1881.
En mayo de 1881 asistíe a las fiestas con que los madrideños conmemoran
el centenario de don Pedro Calderón de la Barca; le describe
a su madre los grandes espectáculos de las fiestas calderonianas y
dice que, pata tomar puesto y ver la gran cabalgata, tuvo que estar
(•%) ídem, Ui de diciembre de 1879.
(37) Carta de D)n Tomás Zerolo a Doña Catalina Carta, Hl de diciembre
de 1879.—Archivo del autor.
(38) Carta de Valentín Sanz a su madre, mayo de 1889.
(39) ídem, 25 de noviembre de 1880.
(40) ídem, 28 de marzo de 1881.
29
arrimado a una columna de la Calle Mayor desde las once de la ma-ñama
hasta las dos y media, que empezó a pasar y tardó hasta las seis
de la tarde». (41).
El pintor está entusiaemado ahora en este mes de noviembre de
1881. Don Fernando de León y Castillo, que eS amigo suyo y Su gran
valedor, le ha prometido un cargo ventajoso y producttivo en 'la isJa de
Cuba.
«Se trata—explica Valentín a su madre—de una comisión
científica para la Isla de Cuba y Puerto Rico, por cuenta del
Gobierno, y el objeto de ella eS la flora de dichas Antillas.
Irán ingenieros agrónomos y yo iré de pintor para ilustrar la
obra, con 5 ó 6 mil duros anuales. Además el viaje pago de
ida y vuelta; eS coSa que durará lo menos de 30 a 40 años,
según han costado otras, por ejemplo, la de Filipinas-, ya se
está trabajando en el Ministerio para Ja plantilla del .personal,
y el Real Decreto saldrá por toido este mes. Mi eistancia en
Cuba será hasta Abril y de aUí me voy a los Estados Unidos
hasta Octubre o Noviembre para paSar los mcscs de la fiebre.
Espero Sacar el doble haciendo retratos.» (42)
En febrero de 1882 dice a su madre:
«Le manifiesto que tengo conseguido el empleo para la Habana
y que regularmente sa''-dré d 18 deil corriente; con que
ya ven V.V. el gran protector que tengo en el Ministro de
Ultramar, D. Fernando de León y Castillo.» (43)
III
EL PINTOR EN LA ISLA DE CUBA
El hombre de Gran Canaria, don Fernando de León y Castillo,
fué cabal en Su palabra. En 25 de febrero de 1882 envia a Valentín
Sanz la siguiente carta:
«Muy señor mío y amigo: Me complazco en remitir a V.
la adjunta credencial nombrándolo Oficial 5.° de la Dirección
General de Hacienda de la Isla de Cuba. De V. atento afmo.
S. S., Fernando de León y Castillo.» (44)
(41) S. PADRÓN AGOSTA. El Centenario de Valentín Sanz, «La Tarde»,
30 de septiembre de 1948.
(42) Carta de Valentín Sanz a Doña Catalina Carta, l.'ide noviembre
de 1881.
(43) ídem, de 1.5 de febrero de 1882.
(44) Carta de Don Fernando de León y Castillo a Don Valentín Sanz,
el 25 de febierode 1882.—Archivo del autor.
Valentín embárcase para la Isla de Cuba, a la que arriba en el
mes de abril. PaSa unos días en La Habana, pero como aquí comienzan
a darse algunos casos de vómito -«-egro, por el que el artista sentia
verdadero pavor, fuéSe al campo, a San Diego Núñez, y establécese
en un ingenio apellidado de «Nuestra Señora de Candelaria», a 16 leguas
de La Habana, con una familia compuesta de un señor de edad,
isu espoSa y un hijo de 20 años, y muchos negritos.
El pintor refiérese en una epístola a eSte (nuevo rumbo de su vida
y afirma:
«Mi campaña de pintura la empezaré en cuanto llegue a La
Habana, pues para eso estoy pintando todos los paisajes que
pueda llevar, para vender allí, y si no a otro ladc' con ' a niú-
Bica. Si hago 10 ó 20 mil peSos en 2 años, en seguida me voy
a Galicia o Santander, compro una casita con su s.u€rte para
cultivo; los mando a buscar a Vdes. y viviremos en paz, yo
con mis cuadros y VdeS. distraídos en el campo, que ya estoy
harto de mundos y deseo la tranquilidad.» (45)
¡Valentín Sanz siempre lleno de ilusión y con su alborotada fantasía
cargada de sueños y con el horóscopo de Su versatilidad!
En Septiembre de 1882 regresa a la capital de Cuba, donde pinta
un retrato que le han encargado. El pintor dice con júbilo zumbón:
«Yo creo que haré fortuna solamente con la pintura, pues
en La Habana—y me atrevo a decir que en toda la Isla de
Cuba—no hay quien me tosa em manejar el pincel. VdeS. verán
fa'*ita de modestia; pero, qué diablos, es la verdad.»
El 4 de noviembre de 1882 escribe:
«Estoy pintando por encargo tres retratos de cuerpo entero
de tamaño natural, y donde pongo los cinco sentidos,
pues elstos retratos me traerán muchos más. También voy a
pintar paisajes, que según me dicen se venderán aqui perfectamente.
En fin, yo seré aquí el Rey de los pintores de Cuba,
y por lo mismo, saquen Vdes. la coresiecuencia en metálico.
PienBo ir a Matanzas con el fin de ver el viaje de Yunuri,
que puede ser que me sirva para uno de los cuadros que pienso
ejecutar.» (46)
Bi padre de Valeíitin Sanz no estaba contento del carácter de su
hijo, principalmente cuando tardaba en enviar éste a su madíe y her-
(45) Carta de Valentin Sanz a Doña Catalina Carta, 20 de, junio de
1882, desde San Diejfo Núñez.
(46) Carta de Valentin Sanz a Dotla Catalina Carta, desde I-a Habana,
el 4 de noviembre de 1882.
31
manas las cantidades de dinero con que «olía ay-adarlas a Subsistir.
Pensó siempre que Valentín era un bohemio perenne, un hombre despreocupado,
versátil y rumboso. En una carta a dofía Catalina afirma
el padre de nuestro artista:
«Valentin es un hombre que tanto se le da por lo que va
como por Co que viene. No me fío mucho de la cabeza de cs^
te muchacho.» (47)
Y cfti otra dice:
«Siempre es el mismo, rumboso, y amigo de eche V. y no
Se derrame; algunos consejos le doy yo, pero a veces es predicar
en desierto; ayer le trajo el sastre unos pantalones de
hilo color obsicuro, y 'una levita de paño, y me dijo que entre
las dos piezas le habían costado 40 duros oro. Yo de ropa no
sé cómo estará, aunque me parece que no será mucha. Ets verdad
que tiene que andar decdnte, pero me parece que debe
ser más económico y mirar más al porvenir.» (48)
El padre de Valenitín retorna de América en enero de 1884 y arriba
a la Isla de La Palma, en la goleta «La Fama», donde muere el 14
de enero del referido año. (49).
B; pintor envía en febrero de 1884 dinero a su madre y hermanas
para que Se celebren honras fúnebres a la memoria de su padre en
la iglesia de San Francisco de esta capital, pues era d templo predir-
Hecto del extinto. El artista no quiere que Se extravíen ninguno de los
objetos que pertencleron a su padre y apresúrase a recobrarlos. Le envía
a Su madre una lista de las cosas que tenia y que él le había visto
anltes de partir de Cuba para Canarias, en su último viaje. Entre ellas
recuerda un sextante, un dstuche lleno de cartas geográficas, libros y
otros objetos.
En 1884 llega a Tenerife el retrato de don Valentin Sanz Ganso,
pintado por Su hijo, y al que «no le falta sino habíar». Según frase de
don José Martínez Castro, que fué amigo de él y que en Cuba era el
eincargado de todos los aBuntos de nuestro paisano, incluso de cobrarle
el sueldo y los importes de los cuadros. (50)
En 1884 regala Valentín a don Fernando de León y Castillo marinas,
paisajes y dibujos, de los que don Fernando le acusa recibo, ape-
(47) Carta de Don Valentín Sanz Ganzo a Doña Catalina Carta. La Habana,
4 (le octubre de 1883.
(48) Ídem, 4 de agosto de 1883.
(49) Carta de Dofía Catalina Carta a su hijo, Santa Cruz, 23 de enero
de 1884.
(50) Carta de Don .losé Martínez Castro a Doña Catalina Carta, La Habana
13 de febrero de 1884. -Archivo del autor.
32
lUdatiido el obsequio «pruebas de Su laboriosidad y de mérito artisti-co
». (51)
Durante los úUimos días de julio y primcrcis de agosto de este
año conságrase a pintar cuatro cuadros para dcti Antonio Cánovas del
Castillo. En la carta donde comunica a Su madre esta noticia, estampa
el pintor una frase que retrata su idiosincrasia, pues Valentín parece
que vive siempre sobre ascuas. La frase es ésta: «Según donde
me empuje el destino, por allí voy». Está, con ella, dicho todo lo ^ue
pudiera decirse de la perenne inquietud del pintor.
Dice éste que en mayo de 1884 ceBará la Comisión Científica a
la que pertenece, y que por conSiguien!e también el' sueldo. (52)
Nosotros Sabemos, por una carta de Su padre, que la referida Co-miBión
convirtióse en «Escuela de Agricultura» y que a ésta siguió
ipcrtencciendo Valentín como oficial I." y cofn el sueldo que antes disfrutaba.
(53)
Así como en su época de Madrid daba lecciones de Dibujo y Pintura,
figurando entre sus alumnoe un hijo del Embajador de Méjico y
una hija de'i Brigadier don Luis Otero (54). Por cierto que en Madrid
en 1876 cobraba 15 pesetas por dos clases semanales de Dibujo.
En 1886, cuando desilusionado por Bu precaria situación económica,
pensaba Salir de Cuba, obtiene una victoria que llena de júbilo
Su espíritu. Ocurre esto en el mes de noviembre del referido año: gana
la cátedra de Paisaje de la Academia de Bellas Aírtes de San Ale;-
jandro, en La Habana. Dejemos que el artista, con sus propias palabras,
nos refiera el hecho:
«Hoy puedo cantar victoria—dice—, pues en el concjrso
para ocupar la Cátedra de Paisaje perteneciente a la Universidad
y a la Academia de San Alejandro, he sido yo el nombrado;
de manera que hoy por hoy soy un señor catedrático
de Universidad, que es más que de Instituto. Por corsi-guiente
con tratamiento de Usía o de Ilustrísimo Señor, etc.,
etc., con medalla de oro al cuello y demás tonterías correspondientes
al cargo; pero lo principal 'es que tengo mil Setecientos
peSoS de oro de sueldo, y si me la dan en propiedad
como lo espero por el Gobierno de Su Majestad y para lo
cual he escrito a León y Castillo, tengo ya esa renta para toda
la vida, sin que nadie pueda quitármela por entrar ya en
(51) Carta de Don Fernando de León y Castillo H Valentín Sanz, Madrid,
8 de junio de 1884.—Archivo del autor.
(52) Carta de Valentín Sanz a su madre, La Habana 15 de mayo de 1884.
(53) Carta de Don Valentín Sanz Ganso a Doña Catalina Carta, La Habana
4 de octubre de 1883.
(54) Carta de Don Luis Otero a Don Francífco Llórente, Madrid, 6 de
marzo de 1882.
la carrera deí; profesorado en la outl se va ascendiendo cada
cinco años, con aumento de Sueldo, jubilación y viudedad
Si me caso, que no lo he pensado todavía y que me parece
que está verde.
Toda esta música me ha costado una lucha tremenda, pues
he tenido que luchar con ocho pintores, dos de ellas venidos
expresamente de España; pero el enemigo peor fue uno de
aquí, pariente del presidente del partido autonomista y al que
el General se la había prcmctido; pero a la mención de los
documentos, como son premios, medallas, títulos alcanzados
durante la carrera artística, nadie pudo competir conmigo, ni
siquiera aproximarse. ABí es que comprendiéndolo el General
no tuvo otro remedio que dñrmela, pues de otra manera
hubiera sido una de las mayores injusticias, que el Gobierno
nunca hubiese aprobado. En fin, la guerra fué hasta con periódicos,
y todo género de influencias se pusieron en j«cgo.
Yo no me moví para nada; así es que no Sc 'o debo a nadie
más que a mí mismo.
Mire V. qué coía más rara, cuando estaba ya para embarcarme
para los BstadoB Unidos, aparece la cátedra como por
encanto. No parece sino que el destino me oblica a estarme
en ésta. Sea lo que Dios quiera.» (55)
Para que no crean nuestros lectores que Valentín Sanz Sube de
punto las cosas en este triunfo de obtener la cátedra de Paisaje de la
Academia de Bellas Artes de San Alejandro, insertamos aquí el breve
y significativo comentario que el periódico cubano «El Eco» puso a
^a victoria de nuestro paiBano con el titulo VALENTÍN SANZ:
«Este inteligente y apreciablc amigo nuestro ha obtenido por
coijcurso la Cátedra de Paisaje de la Acad eniia de San Alejandro,
de esta ciudad. Podemos repetir, con otros apreciables colegas,
«aún hay justicia en la tierra», pues esta vez se ha hecho
justicia al mérito del artista Sanz, a pcSar de la guerra
Sofda e injusta que se le hacia por algunos interesados.
CompadeccmoB a los desdichados que luchaban en contra
del notable artista y del hombre modestísimo, sólo por contraer
méritos con ciertas personalidades, o nulidades, que para
el caso es igual. La Redaccióti de «El Eco» envía al joven
Sanz un cariñoso y estrecho abrazo.»
Un oscritcr cubano, que comenta un paisaje de Valentín Sanz
escribe:
(5r)) Carta de- Valentín Sfiiiz a su tiiaiiie, La Habatin, I?,') de noviembre
de 1886
34
«Lo más difícil para un pintor en Cuba es copiar este cie-
"Jo incandescente que parece desafiar hasta las pupilas del
águila. Los ojos de Sanz Son dos joyeles en que Se recogen
y guardan eSos destellos abrasadores. Bs Sol cubano e'. que
ilumina, llena y baña eSos breñales vírgenes y esos setos
siempre verdes, por donde corre la sangre de la savia sorprendiendo
y asombrando Ha realidad mismla. Hobbema,
Ruysdacl, el Poinssino reconocerían mn hermano en ese aislado
a quien el ruido de'i aplauso parece importunar.»
El «Conde Kostia» afirma lo que he transcrito al referirse a un
paisaje que en 1892 expohe Valeníín en el «Sailón Pola» de La Habana.
En febrero de 1892 pensaba venir a Tenerife, pero el exceso de
encargos de cuadros Se lo impidió. Durante eiste año estuvo en pe'i-gro
de Supresión la Academia de Bellas Artes de San Alejandro, porque
con el nombramiento de Romero Robledo para el Ministerio de
Ultramar, surgió un pJan de economías debido al cual Sc s.uprimieron
muchas Institutos y Centros de Cuba; pero, afortunadamente, la Academia
de San Alejandro salió ileSa del temporal. (56)
Por fin, en agosto de 1892 resuélvese a venir a Tenerife y para
ello solicita del Gobernador General dos meses de anticipo de licencia
para pasar a la Península por motivos de Salud. Y el 17 de agosto
(Se recibe en la Academia de San Alejandro 'a concesión de lo solicitado:
«El Gobernador General se ha servido conceder dos meses
de anticipo de licencia para paSar a la Península por motivos
de Salud, cuyos dos meses empezarán a contarse desde
el 1 del próximo mes de Octubre, en que termina e'i periodo
de vacaciones, en armonía con Ic' que previene la ReaJ Or-de;
n de 20 de Octubre de 1888, remitiéndose al Excmo. Sr.
Ministro de Ultramar la instancia que cursó V. E. en petición
de cuatro meses de licencia.»
El Sr. Director de la Academia propone que se encargue de la cátedra
de Paisaje, durante la ausencia del propietario, don Ángel Porro.
Y Se acepta por el Gobernador General. (57)
Valentín Sanz, desde Barcelona, el 10 de agosto de 1892, dice en
una carta a Su madre:
(")H) ídem. '.'O (IR febrero de 1S0'.>.
(57) Oomuiiicación del catedrático secretario de la Academia de San
Alejandro a Don Valentín Sauz, con fecha 20 de np:oKto de 1892 Archivo
del autor.
35
«Ya estamos en marcha; por todo cl mes que viene estaré
en ésa. Espero que tomen La casa de Geneto o en las afueras
de La Laguna; para eSo les remito la letra. Consérvense buenos
y hasta la vista.»
Este viaje de Valentín a Canarias pruébase asimismo por Una
carta que la joven cubana Srta. Dolores de la Cruz Mañoz, novia de
Valentín deisde 1890, escribe a doña Catalina Carta, en la que haWa
de la estancia del pintón en esta isla y de su regreso a Cuba en 1893. (58)
Con motivo de la visita que los Infantas hacen a Cuba en 1893,
erigióse un arco de triunfo frente ai Parque Central de La Habana,
y el pintor de los lienzos coin que Sc formó el arco de triunfo fué Valentín
Sanz. La afición de Valentín a los objetos antiguos de arte hacíale
gastar mucho dinero, por ello la Srta. de la Cruz Muñoz escribe:
«Valentín gasta eí dinero de una manera que da lástima,
pues íio repara en precios cuando le gusta un objeto antiguo.» (59)
En julio de 1893 alude nuevamente su prometida al viaje de Valentín
en 1892, pues dice;
«El está muy bien de salud; cl viaje a Europa le hizo mucho
bien, pues antes del viaje se había puesto dedicado del
estómago y desde que vino de allá no ha tenido novedad ninguna.
» (60)
En septiembre de 1893 va Valentín Sanz a ver la Exposición de
Chicago, en la que compra varios objetos y dice de ella a su madre:
«La Exposición de Chicago eS la mejor que Se ha hecho
en e;l mundo.»
En eisite año de 1893 pinta Valentín el retrato del Rey y de la
Reina. Le pagan por él 1 400 pesos oro. Es para co" ocarlo en el salón
de actos del Ayuntamiento de Güines, patria del letrado cubano,
que tanto quiso a Canarias, don Gabriel Izquierdo Azcárate. El retrato
que Va'lenitin terminó en octubre de 1893 se colocó solemce-meiite
el 26 de enero de 1894. Cuando se expuso en La Habana, antes
de llevarlo a Güines, los periódicos cubanos lo elogiarcm calurosamente,
entre ellos cl «Diario de la Marina» y «La lucha». Para la
Reina sirvió de modelo a Valentín la Srta. Dolores de la Cruz Mu-
(,")8) Carta de Doña Dolores d(>, ¡u Cm/. Muñoz n l)(.ñ)i Lucia Sauz Carta,
I..a Habana 10 de febrero de K'<!)4.
(,')9) Carta de Doña Dolores (!e la Cruz Muñoz a Doña ("atalina Carta
La Habana, !> de julio d« lS9;i.
(60) Carta de Doña Dolores de la (^niz Muñoz a Doña Lucia Sanz, La
Habana, ü!» de julio de leíKi
36
ño2. (61) Gustó tanto el retrato a los de Güines, que ¡e encargaron
unos medallones para el salón de actos de referencia.
Conservamos una copiosa cantidad de cartas de la novia de Valentín
Sanz, dirigidas a la madre y hermanas de éste. El epistolario
comprende desde 1892 hasta 1916. En ellas, como es natural, surge
Siempre la figura de Valentín Sauz. Las epíetolais rebosan dulzura de
plña de América por todas isus partes. Y la proisa de esta criolla, que
eStá perdidamente enamorada 'del pintor, contiene datos muy curioso®
sobre nuestro artista. En una de estas cartas, fechada en septiembre de
1893, nos dice Su autora que Valentín está acabamdo ya el «retrato de^
Rey y de la Reina» para el Ayuntamiento de Güines y nos lo desicribe.
La dama dice:
«Ahora le hablaré del retrato del Rey ruño y de la Reina.
Está quedando magnífico; es un grupo de los dos y de tamaño
natural. La Reina eistá sentada y el Rey de pie a Su
lado, y ella tiene echado un brazo y lo atrae así hacia Su regazo.
Si lo viera V., madre mía, parece todo natural v no
pintado. El traje de ella es de terciopelo negro, con un delantal
de raSo blanco plata, bordado de oro y per'^as. Qué
bien está todo eSO pintado y detallado, realmente parece un
traje de tela; Sus carnes y el cabello rubio parecen de una
persona viva. El Rey viste un traje de terciopelo azul pru-aia
y lleva un Cuello y unos puños de encaje inglés blancos.
Está también divinamente pintado. El sillón, en el que está
Sentada la Reina, es dorado y de terciopelo rojo con franjas
de oro y estas franjas de un dibujo elegantísimo. La Reina
apoya el pie en un cojín de terciopelo, en el que está muy
bien y divinamente marcado el hundimiento que hace el pie.
Tiene e{ cuadro una gran cortina y una mcsita cubierta por
un rico tapete, sobre el cual están la corona del Rey, el cet
ro y el escudo de armas. La Reina lleva sobre sus cabellos
una diadema de brillantes y perlas, y tales parecen estas piedras.
En fin, todo está magnífico; no hay un pero q«e ponerle
y el cuadro en sí es una obra maestra.» (62)
En eBte año de 1894 pinta «Puente Grande al saür el Sol» y
«Puente Grande al atardecer», para los Estados Unidos, y ejecuta el
retrato de una hija del Sr. Sánchez Mármol, amigo del artista.
Acerca de una exposición de 1894, en que presentaron obras Valentín
Sanz y Nicolás Alfaio, dice nuestro pintor:
«Aquí me encontré con Felipe Verdugo y ya me ha enterado
de lo de la exposición. Vdes han tomado muy en Se-
(fil) ídem, 8 de, diciembre de 1893.
(62) ídem, 2S de, septiembre de 1894.
37
rio eso de que le hayan premiado a Alfaro y a mi no; pue»
a mi de lo que me han servido estas cosas es de diversión,
que a mí me importa todo un comino, pues el cuadro no lo
pinté para exposiciones, que si yo hubiera tenido interés en
ello, ya yo hubiera arreglado las cosas de otra manera y verían
Vdeis. cómo me hubieran dado el premio. Así es que creo
que han tenido razón de hacerlo como lo han hecho.» {63|
En este año envía desde Cuba a su madre y hermanas: pulsera»
de oro, prendedores con brillantes, alfileres para el sombrero y ñnoe
y bellísimos trajes-, y para los pintores Füibeito Lallicr AuSell (1844-
1914) (64) y Eduardo Rodríguez Núñcz (1857-1899) (65), de La Laguna
el primero y de Santa Cruz el segundo, especies botánicas cow
mo jazmines del Cabo y árboles de cacao.
Ante e'i peligro de la guerra de los Estados Unidos con España,
por las cuestiones de Cuba, en abril de 1896, envía a su madre y her.
manas su valiosa colección dt obras de arte, que llegan al puerto dt
Santa Cruz en el vapor «Lover».
El 4 de julio de 1896 contrae matrimonio en La Habana con la
Srta. Dolores de la Cruz Muñoz, cuyos amores habían comenzado en
1890, y para la cual trajo de la Exposición de Chicago un collar de
oro oon piedras del Niágara, que de noche parecen ópalo. Van en
viaje de novios a Nueva York y de aquí a París y Madrid y Se embarcan
luego para Canarias desde Cádiz. Los nuevos cspoSos pasan
una temporada en Tenerife, en este año 1896, en el que Valentín pinta
varios paisajes. En 1897 es)tán de nuevo cp La Habana. El 15 de
julio de cste año, en que el calor de Cuba es fuego, la c&poea del pintor
añora {a isla de Tenerife y dice a doña Catalina Carta:
«Este calor la agobia a una, y estamos clamando por «Las
Gavias» y por la simpática Laguna.» (66)
En 18 de marzo de 1898 habla la esposa de Valentín de depgana
artística de nuestro paisano:
Está muy dejado de la pintura, pues desde que llegamos
quí, que ya hizo un año el día 1." de éste, no ha.pintado nada
más que un paisajito que fué un encargo.» (67)
«
a
(t;3) C.T-ra (i« Valentín San/, a Dofiji Catalina Carta (>>iiiiitern, 10 de,
scptiiMpbro (le 1894.
(G4) I jliro .K ilfl (iefuiiciones d.-, la Ijjlesia do San Francisco do Santa
Cruz de Tenerife, folio !2-28 vuelto.
(<!')) IJbro XXVI do bantimnos de la Parroquia Matriz, f(dio'28 vuelto
Libro XXXVllI de defunciones de la i*arro((uia Matri/.. foUo tiH.
(fití) Cart.x de Doña Dolores de la Cruz Muñoz a Doña Catalina Carta,
If) do junio de 1S97.
(67) ídem, 18 de marzo de 1898.
88
Valentín y &u esposa sintieron siempre la atracción de Nueva
York, donde doña r>otores de la Cruz Muñoz tenía parientes. Los padres
de Valentin vieron en todo momento con desagrado el proyecto
de los esposos de trasladarse a lo® Estados Unidos. En abril de 1883
decía a Valentín su pcidre:
«Sí p>or desgracia llega el caso que preveeS, que Dios no
lo permita, y no encontrares en Cuba qué hacer, no te aconsejo
que vayas a Norte América, tanto porque tú no sabes
el idioma cuanto porque en d Norte hay mucho pintor ita-
'•'iano y francés y muy buenos fotógrafos, y más bien te aconsejo
que vengas para Canarias, que con eSo ves la familia y
puede tal vez que no te falte qué hacer, o cuando no, ya de
aquí estás más cerca si acaso quieres volver a España, que
Siempre será menos costoso que de ahí» (68)
Y a una carta que la madre del pintor escribe a la esposa de éste,
en la que les reitera que no vayan a Nueva York, doña Do lores
de la Cruz Muñoz contesta;
«¡Qué terror le tienen Vdcs. a Nueva York!; bien se conoce
que están muy lejos de esa soberbia ciudad y le temen
a lo que ha de ser el porvenir y el bienestar de Valentín» (69)
Los espoSoS, en marzo de 1898, Se embarcan para los Esrtados
Unidos.
IV
MUERTE
Sin embargo, aquel terror de la madre y de laS hermanas del artista
tuvo categoría de augurio y presentimiento, pues el 7 de octubre
de 1898 comunicase a la Academia de Bellas Artes de San Alejandro,
que el pLhtor Valentín Sanz, que había regresado de su visita a los famosos
lagos de State I'Sland, acababa de morir en Nueva York.
La noticia de la muerte del ilustre paisajista recibióse en Cuba
con imnenso dolor. El «Diarlo de üa Marina» dijo: «El arte en Cuba
está de duelo. Ha perdido a uno de susí más caracterizados representantes
con el fallecimiento de don Valejitin Sanz. Su especialidad—los
paisajes—le habían dado extraordinaria nombradla. Era un maestro
en este tiifícil arte.»
La noticia súpose en Santa Cruz el 2 de noviembre de 1898, y el
68) Carta de Don Valentín Sanz a su hijo, en abril de 1883.
(fi9) Carta de Doña Dolores de la Cruz Muñoz a Doña Cartalina Carta,
9 de diciembre de 1897.
ni)
«Diario de Tenerife» íla insertó eb fti númeio dd 4 de noviembre de
1898. El sentimiento y la sorpresa que produjo tan luctuosa sucesb
fueron grandes.
El 16 de abril de 1899, el Gabinete Instructivo celebró sesión
extraordinaria, en que se tributó un recuerdo a la memoria del insigne
artista. Antonio Zerolo leyó en ella Sentidos y evocadores versos ti-txilados
Después de la noticia, escritos en redondillas, que su autor
había compuesto en noviembre de 1898. En esta sesión del Gabinete
Instructivo evocóse la figura de Gumersindo Robayna Lazo, que había
muerto en Septiembre de 1898; artista santacrucero, nacido en 1829,
que cultivó la pintura histórica, el retrato y la pintura religiosa; pintor
de unos simbólicos traasparentes para unas fiestas de San Pedro, de
Güimar; que hizo dibujos para «La Ilustración de Canarias» y autor
de un buen retrato del Obispo de Tenerife D. Ramón Torrijos y Gómez,
que firmado y fechado figura entre «a colección de retratos que
decoran el Salón del trono del Palacio Episcopal de La Laguna, y del
que hay una réplica en las Salas Capitulares de nuestra Catedral.
Santa Cruz de Tenerife ha sido un poco injusta con paisajista tnn
excelso como Valentín Sanz, porque a pesar de las reiteradas súplicas
de doña Dolores de la Cruz Muñoz para que los restos de VaCentfn
fuesen trasladados a Santa Cruz—según era la voluntad del pintor—.
nada realizó con tal fin.
Todavía el 9 de enero de 1915 doña Dolores escribe a doña Lucia
Sanz, hermana de Valentín, una carta en que dice:
«Desearía sacar los restos de nuestro amado Valentín y
llevarlos a Canarias, pues recuerdo que él siempre me decía
que si algún día tuviera dinero, se iría a pasar Sus últimos
años ahí, al lado de Vdes. y que qfueria cuando muriera sc
enterrado en Santa Cruz» (70).
(70) »"arta de Doña Dolores de la Cru7, Muño/ a Doña Lucia Sanz Carta,
La Habana 9 de enero de 11)15.
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Bibliografía acerca de Valentín Sanz
L. R. OSELEZA, [Pseudónimo—anagrama de Elias Zerolo] «Revista
de Canarias», año 1, núm. VII, 1879, pág. 111 y 112.
ÍDEM. «Revista de Canarias», afío I, núm. IX, 1879, pág. 114.
ÍDEM. «Revista de Canarias», año III, núm. LXVIII. 1881, pág. 208.
«ORTIQUILLA» (LUIS MAFFIOTTE LA ROCHE). «La Ilustración de
Canarias», año I, núm. XIII, 1882, pág. 108.
ANÓNIMO, Memoria leída por el secretario de la Sociedad Filarmónica
Santa Cecilia en Junta general celebrada el 20 de diciembre
de 1881 en cumplimiento del artículo 41 del Reglamento. Imprenta
Isleña, 1882.
ANÓNIMO, Valentín Sanz, «Diario de Tenerife'», de 4 de noviembre
de 1898.
«CONDE KOSTIA», Valetín Sanz Carta, «Diario de Tenerife» de
8 de noviembre de 1898.
«ANQEL GUERRA» (José Betancort), Valentín Sanz. «Diario de Tenerife
» de 15 de abril de 1899.
ANTONIO ZEROLO HERRERA, Después de la noticia. «Diario de
Tenerife» de 22 de abril de 1899.
ANÓNIMO, Valentín Sanz. Opúsculo de «Biblioteca Canaria»,
1940, en el que se insertan varios artículos, algunos de los cuales se han
reseñado antes, aunque en el folleto ciertos títulos se cambian o se suprimen.
Este opúsculo comprende los nueve artículos siguientes:
EDUARDO TARQUIS, Pintores del siglo XIX.
LEONCIO RODRÍGUEZ, Valentín Sanz.
ANÓNIMO, Notas biográficas.
ANTONIO MARTÍ, Las cosas de Valentín Sanz.
JUAN DE ANAQA, El pintor isleño en Cuba.
ANÓNIMO, Un juicio crítico.
ÁNGEL GUERRA, Un recuerdo.
ALFREDO DE TORRES EDWARDS, La pintura en Canarias, Laguna,
1942, págs. 16 y 17.
ANÓNIMO, Exposición de artistas de la Provincia de Tenerife,
Madrid. 1943, págs. 14 y 15.
S. PADRÓN AGOSTA, El pintor Valentín Sanz. «La Tarde» de 19
de septiembre, 1944.
41
MARÍA ROSA ALONSO. índice cronológico de pintores canarios.
«Revista de Historia», núni. 67, 1944, págs. 263 y 264.
EL MARQUÉS DE I.OZOYA, Luis de ¡a Cruz y Ríos, Pintor de Cámara
de Fernando Vil. «Kl Museo Canario», aflo VI, núm. 16, 1945.
MIGUEL TARQUIS, ¿Cuándo nació Valentín Sanz? «El Día» de
6 de agosto de 1947.
ÍDEM, Los años de aprendizaje de Valentín Sanz. «El Dia» de
12, 19 y 26 de agosto y 2 de septiembre de 1947.
S. PADRÓN AGOSTA, El Centenario de Valentín Sanz. «La Tarde»
de 30 de septiembre de 1948.
ÍDEM, De Cirilo Truiltié a Valentín Sanz. «La Tarde» de 7 de
octubre de 1948.
PEDRO TARQUIS El pintaren el Museo Municipal. (La Tarde»
de 31 de diciembre de 1948 y 7 de enero de 1949.
S. PADRÓN AGOSTA, Centenario de Valentín San?.—El nacimiento
del pintor. «La Tarde» de 20 de enero de 1949.
S. PADRÓN AGOSTA, LOS versos de Antonio Zerolo a la muerte
de Valentín Sanz. «La Tarde» de 3 de febrero de 1949.
PEDRO TARQUIS, El Centenario de Valentín Sanz—El pintaren
el Museo Municipal. «La Tarde» de 9 de marzo de 1949
S. PADRÓN AGOSTA, El paisaje canario del siglo XIX y la pintura
de Valentín Sanz. Conferencia para ser leída tn el Círculo de Bellas
Artes, en el homenaje que se tributará a Valentín Sanz en el próximo
mes de abril de 1949, inédita.