Las Datas en Tenerife
POB BUIAS SRRRA
Loa albalás de DaU
Aunque •!* v<w data no figure con este sentido en el Diccionario de la Academia,
eata fué la halbitualmente usadia en el castizo lengruaje de lo« comquiei'
^'*<íore8 oasbelkiTi-ois dte estas Mas para expresar los lotes o suertes do tierrAs,
*Sua®, cueva», etc., cancedádos por quien tenia faoultad' real para eJlo, A lost
miamos conquistadores y otrois pobladlores de las Mas. Y todavía em, an atett-tido
máa concreto ha sido más <tarde haibitual llamar datas a 1«U6 céduiais o db-cumeiritoe
que «e «otreig&ban fdnmadaa ¡por el donainte a cada donatairio y eml
oaida ocasión que éste recibía bienes. Por esto se ¡habla de datas «riginales y
datas por tfaslado, sii bien creo que ©ate «so no es contetnporáneo dte los documentos,
«n loe <que aparece cosmuunen'be la palabra aübalá en el ex'preSado sentido;
'P«iaibra ésta que, ipor cierto, es con frecuencia femendniu
Versión dd P. BApinosa
SI dllig«nte cronista Fray Alonso de Ssipdnoea se ocupe con alguna exten-
"ii<5in de estoe repartimiernto» en ©1 ca,pítullo XII del Mbro 39 de au obra bi«n conocida
(1). Aamque anteriormente {caip. X) dSce expresamente que «1 ipodter
«H» ttivo el Adelantado para repartir Jas tierras y aijruaiS de la. Ma íe fué otorgado
(por Su» Altezas en 5 dte noviejnbi-e dfe Í496, en el citado capítulio XII dice
ío que a continuación copiamos:
"Habiendo consádlera*) los caballeros de la conquista 9a tierra y caMdades
deíla, poredéndloles que para su vijrienda era a;pacible y agradlable, determina-
(1) DeJ origen y mfflagrois de Nuestra Señora de Candelaria... Sevilla, 1848.
wtnna reedición, incompleta como las otras, en Biblioteca Canaria, "La Prensa",
«WO, ooo «1 título' "La piriimitiv» historia de Tenerife",
ron dte pablarla y repartirla entre sí, pues la habían g-amado, que ésta era la
voluntad de los reyes que a ella les habían enviado; y así el Gobernador Alonso
de Lugo, tenáendo noticia de las partes y imerecimientos de eadia cual, y d«
lo que em la conquista había trabajado, fué haciendo repartimientos de tierras
y aguas, el año de mil y quindentos y uno; y por que nadie se paidiese quejar,
habiendo priimero hecho medir la tierra que al parecer era mejor, y dividiéndola
por suertes de cada seis fanegadas, í*. echaron suertes entre los conqiiis-tadores,
a quien cayese que se la llevase, teniendo escritas los nombres de cadií
oual en su cedulita dentro de un cántaro y las suertes en otro. Y porque ailgu-riToia
venían de fuera a poblar la tierra y otros conquistadores no habían recibido
aún eil premio de sus trabajos, ni temían tierras donde vivir y cultivar',
por quitarse el Gobernador de algún traibajo, o aliviarse, y honrar a sus amir
gas, el año de mil y quinientos y dos, por enero, di6 todo su ipodter irrevocaible
cual de Sus Altezas lo tenía, a Hernando de Trujillo, a Lope PVniández de la
Guerra, a Pedro de Vengaira, alcalde «mayor, y a Guillen Castellano., para que
reQjartiesen las tierras y aigua® a quien debían, con tal que al de a caballo die-sem
-dos suertes y al peón una. Esto se entendía de las tierra» dte regadío, ¡piar
que de las de sequero áe ciento en ciento se repartían los caihizes.
Estos caballeros hicieron muchas repartimientos y les tenía tanto respeto
el Gobemadlor que cuando daba alguna cédula dte reiplurtimieníio' rebaba de
esta «suerte: Vo, Alonso de Lugo, Gobernador y repartidor de las tierras y
aguas desta isla por Sus Majestades: Doy a vos, fulano, por que fuiste com-qnisfeadoT,
o por que ayudante en 3a conquista, o por que venís «'pobiar, tantais
fsnegBS de tien?a y aguas en tal parte, en repartimiento, con tal quic H«manido
<ie Tnnjfllo, o Lope FeraéTidez d« la Guerra, o Pedro de Vengara, no las halfan
dado a otro."
A pesar de la ie«riedad y cuidado qu« en sus notícias demostró él ba<b
dominico, en este ca*o d«ibemos manifestar que no nos ha isido iposübte comi-prnAar
el fundamento de niinguna de estas afimnadonies y, en cambio, podemos
aseg^wair que por lo TWenos «iligunasi de ellaie son erróneas. E>n 1501 hacía tafioH
eme el Adelantado ©stalba haciendo cuotidiano uso de sus facultades repairtidio-ras;
hay datas de 1497 en adelante por lo menos (2). Naida hemos vi«to refet-rente
a sorteo de tierras si no es de unais paTcedae para viña en San li&rairol
(La Laguna) que en 1511 ise distrilbufam entre los ya vecinos "por suertes" (S);
la forma que, como veremos, revestían de ordinario lovs tiSb^ikii dé data;-no «fño
no aliude a ello, sino que más bien excluye tal fsupuesto. En fin, 3a foirmulMlla
que dá Bspjnoga, no «olo TÍO e» la corriente, si no que no hemos tenido todavía
ooarfón de verla en caso alguno. Alsrunas veces habla Alímso de Lueo de repartidores,
pero «61o «e trata de detegado» suyo* que miden y dan la "pos.isión''
« lo» interesados, de las tierras otorgada» por éT, y ®ólo por #1 (4). NíngnmH
<9> TT. 17. 49; TT. IS. 48; TT. 18. 15. etc.
r8> TT. 19. fifi; TI. 2 1 . ?R; IT. Zl.SO;!!, 21. S.<?: Ür. 21. S9, etc.
(A) "mnndo a vos P^diro <{» Ym-trara.. reryartidor de las tier*-«« del l»fljiro
auestá sobre la T.nwqinn..." MI. 21. 71^; "mando a Fernandio de Llerena, Tlegi-
(\nr OMPí vr«,q Tniq (íí" flT. 21. R1^: "min+.-oTiiprit'^'í fnriep^^'*í d^ ^iyo-ryí^ d'e fií^^n^^TO...
ía« oue ovlipre nnpdldBis por Tos PpnnrnHiíores diesta vola, d» biwTr» m*»d'da..."
fl. 2. IflV "mando n vos T,oi>p TVmsSnd'ez e a vos GrlUon C«ste11ano, Tf.e<Hd(we.s
e Repartidores de las tierras de sequero que deys a Pedro Majda..." (I, 2, 19);
s« podrá presetitax «luecvita. por las peronaiS' citadais por Espinosa o, por lo m»-
noa, niiiigunia ihemoe viisto, oríginai o trasilaidaída. Creo qxiie La supuesta sub-Auto-liziación
para reparto a estos caballeros sólo responde a que ellos ejercieron di-oho
cargo de repartidores a las órdenes del Adelantado, por cuyo trabajo no
diejatran de obtener recoanipenisa..
IJOS libros de Datas de Fenerife
Es eata una prueba más de cuan necesario ee buscar la confirmación dor
uumeiiital <iie liaa tPóniucíMS por más ve.ríolicas que isiean. Y en eiste caiso es ello
posiibile. Los archivos del anitigiuo Cabildo de Tenerife, transformado en Ayun-tOiBiiento
de La Laguna, nos han llegado lo bastante intactos para que posea^
nios todavía, por rara fortuna, tes colecciones originales casi completas de estos
aiLbaláiS o datas ei\tregados a los interesados por Alonso Fernáindez de Lu^o
en el momento de reipoblar la Isla, y que lueigo fueron recoigidOiS' con motivo
de aJiguna revisión o coinfirmación general ée las dalas cuya fecha exacta no
hemos podido todavía fijar. Algunos particulai-es consiguieron lueigo especial
aiutorización para retirar eus albaláis originales, si bien en tal caso el EscrübA-no
piibJico del Repartimiento las sustituía generalmente por copia» intercaladas
«ntre los oiiginaliea donde estuvo el dooumento devuelto, copias de«igrr«icia-dftitiiwite
muy poco cuidiadosos en la ortografía y a veces en la lectura, misma
del texto, aun siendo escritas con muy poco tiempo de intervalo. Adema» de.
esta colección de originalesi, existen volúanenes de "Datas por testimonio", que
no aé ú aon g^net^almeate distinta» de la colección originial', si bien en alc^ún
caso .por lo menos he hallado la miaina data en ambas codeociones' (6). Recif
procamenite los vol-úmienes dfe testiimiomos contienen a veces alguna data ori-gTmal
firmada de iniianio del Adelantado, como una moiy interesunite de 1520» a
faivor del guandie Andrés de Güíniar. Alrededor de esta fecha es cuando se
ievantaroin estos copiosos vodúmenea de traslados.
Decíaimos que es una rara fortuna la conservación de estos preciosos maf-terialea
histórico», porque, seigún nuestras noticias, no exisite nada equivalenite
I>ara niniguina de lais seis reatantes ls5a.s Canariais, En lias Isilas tseñoriaüiea
^ dudoso que ise usase Uini tan perfecto y riíguroso método administrativo co-
"«> eJ de que se hiao gada en las realengas, por lo menos en lAs adm.inistrad«i9
por Lugo. En itodto «aso no se conservan.. Las noticias literarias nos hablan «n
Gran Canairia de repartimientos análoigos hasta en las prroitestas y quejas qulB
inevitalblemenite originaron, pero es lo cierto que hoy d imási antiguo libro que
se ciita se remonta sólo a 1534, imá.s de iniedio isíglo después de la lieal Cédiula
Por la que los Beyas Catolicéis conferían a Pedro de Vora esta importante misión
(1480) (6). ÍEH la Isla de la Palma se conservan muchos documentois (fcl
"Guillen Castedlamo... otro medio cafis que aigora vos doy de nuevo e por eJ tra-
'>ajo ávido en eJ repartimiento que aveis repartido por mi mandado en esta dicSva
ysía de Tenerife ansy de las tierras de riego como las de sequero"... (I, 1, 18).
(5) II, 17, 35 en originales y II, fol. 74 en testimonios.
(6) Vide JIMÉNEZ SÁNCHEZ, Primeros repartimiento^ de tierras y aguas
en Gran Canaria, Las Palmas, Piel, 1940.
6
síiglo XVI en su actual Mu/OLcipio-caipitail, heredero <iel anUg<uio lOaibildo, {>erd
no pudimos dciacuibrir eji él ningún "libro de diataa", cuya destamccióa se a>tri-bwye
al laaqueo de la ciudad i>or el piraita írancés Pié de Palo, <si bieu otra versión
»e reíiere al interés de ciertos vecinos j)udieinte«, de hacer diesaiparecer las
pruebas dfi las apropiaciones iLícitas que habían reaiizado. Lo cierto es que |pu-dimos
ver Reales Cédulas anteriores a 1653, año de aquel incendio.
Tenerife, en cambio, ]>os€e sois documentos fundacionales por varios cojir
ceptos notabilísimos. De©de luego los Libros de Datas de Tenerife están lejoa
de ser desconocidos de los historiadore de la Isla. Desde los primerosi, por ^o
menos desde Núñez de la Peña, hasta los actualeis, han tomado noticias de ellos
a manos llenas. Ahora bien, lo que en estos textos redactadoe a raíz mismo de
la conquista se iha Ibusicad'Q, ha sido casi siempre antecedentes genealdgicoui,
;U>sorbente (preocupación de la mayoría d>e los historiógrafos de 1» Isla, Ya
Niúñez de la Peña se limitó a levantar un índice de donatarios, que ha eolido
paisax por comjpleta En general se han bascado a(pellidios de conquisftadoa:»» y
primieros pobladores, anteipasadlos de lais antiguas famüLia» insulareA, i>ara demostrar
su lejano abolengo en Isilais, pues incluso se había presumido, erróneamente,
que todo beneficiario de datas como conquistador tenia que ser de calidad
hidaliga. Moa tarde, cuando el romanticismo hisitórico dio a/uige al preati-gk>
de ki raza aborigen, se han buscado nombres de indágenas aigraciados con
daitaiA, primero [para entroncarlos con las viejais familiee y darles asi una ascen-deivcia
regia gentil, luego para demostrar la persietencia de La raza desipuféa
de la conquista y el trato generoso que los ee{)añoles le dispensaron. Te^nací
.siin dudia interesantes en cuyo est<udio se distinguieron D. Rosendo García R«-
moa, D. Ciipriano Arribáis y D, Nicolás Díaz Dorta (7). Pero aiparte la faillta
de un nuétodo ri^uroao en buena parte de estos trabajosi, todois eHos se han U'-
mitadlo a aprovechar ipara un fiíi concreto un caudal Limitado de ios rico» materiales
históricois de primera mano—vivos diríamos—que se atesoran en lo«
alibalée die datas.
La experiencia enseña a quien ise dedica a estudios hiistóricos, que con frecuencia
el onayor interés que loírecen ilos' documentos tiene poco que ver o es
del todo ajeno a la finalidad misma com que fueron expedidoidi. Taá documento
initereea por la forma de su datación, tal otro por cierto testigo que \¡o «oíscri-be,
otro por unos nomibres de liugar que en él aparecen como simjpléis afronta-clones,
etc., etc. Nuestras Datas, en cambio, sólo habían interesado com» taie«
datas, «orno demostrativa» de que en tal fecha el Adelantada) dio tales hierei-dlanúentois
a tal ¡penaona. Y a priori se podía sospedhaír que de ellas se podía
extraer algo más, por muy concisa que fuiese »u redaedóin.
Materiales hútóríooa de las Datas
Por mi parte no había sialudiado estas interesantes volúmenes hasta qjue
por iniciativa y en colaiboración die mi amigo D. Leopoldo de la Rom, secretario
del Instituto «le Elstudioe Canariosi, nos propudmos conuprobar en ellos l»s
(7) GARCÍA RAMOS, Antigüedades canarias, artículos en "Diario de Tenerife",
1899; ARRIBAS, Nota sobre algunos indígenas, en ©I md«mo diairio, 7
HEM^^'^lfCA P. V.UNICIPAl
Síü'.a Cra de Ttóisrifí ]
(litas de r«ye8 o menceyes giuanches, que con frecuencia aparecen eii los (ge-iiealogiatas.
Una ligera pebu*ca nos dio resiultodoe isorprendentes. Lo die menoes
eran las «lenciones d-e reyes indígenais, ipues salvo D. Diego de Adeje, de ninr
guno más coniata dte una manera clara que fuese tal ex-rey, sino el enorme cau-diai
de interesantes datos» de todo orden sobre la vida indígena y sobre 1« naciente
sociedad colonial, que aparecían por doquier.
Eis ímUiCiho más lo que las Datas nos pueden dar sobre nuestros guanches:
•tonubrea de liugar, restos materiales mencionados como pun/tois de referencia
topográfica, cultivo®, etc., ai>arecen esporádica,mente. Todo ello me decidió a
unía tarea ;niiuy ardua, acawo por esto no idealizada por nadie todavia, el des(po-jo
isiis.temático die todia la colección de Datas, reduciendo a papeJebas todos los
materiales die interés histórico que contengan. La labor es' ingente, aun -siendo
»ín número liimitado los volúimenes a examinaír y adiemási buena .parte de «uisi
resultados no podarán aprecianse hasita el final, convo son todos los de tipo estadístico.
Es preonaturo, en efecto, antes de terminar, hablar como se ha hecho
a veces del número de guanchee o de conquistadores que figuran en las diatas.
Hstos cáleuiois .«e han hecho a hase de la lista de Núñez de la Peña, corregida
mejor o (peor aprovechando los índices que, como luego diremos, acomipañaait
a los libros, y que apenas son útiles niara nada. Una lectura de todiosi y cada
uno de los documento's nos presenta inuchois más nomibreis, ya sean varios^ los
donatarios incluiídoB en un misimo aJbalá, ya se nos den detaiUes sobre pepeo»
nais citadas sólo como colindantes, anterioreis poseedores, etc.
Dejando, ipues, do lado por ahora estos cálculo» numéricosi, de varios órdenes,
que luego se podrán hacer, hemos olbtenido ya materiales interesankeis
de otros tipos: un gran caudal de inoimtorie.si de luigar y de persona indígenaa;
detalles sobre las iprimerais explotaciones económicas españolas: ingenios de
azúcar, regadíos, aproivechamieratos forestales, molÍTios, etc.; vooabviiliario castellano
con esipeciales sentidios arcaioosi, artesanos establecidas y su proeedlen-cia,
en fin, datos isueltos die verdiadero carácter histórico en sentido estricto.
Aquí no .podemos ni nos iproponemos dar a conocer todo lo obtenido en /tam
varios aspectos y nos limitaímos a dar algauíos ejeimiplos al aaar qaa puteden
servir de medida del valor de tales materiales. Pero antes convendHi dar una
'dea die la formación y estructura de esitas Dataw, puesi dte sus especiales caracteres
depende en gran parte el interós de los datos que de ellas se extraen.
Forma de las Datas
Los libros d!e Datas originales no están formados de hojas de formato igual
o aproximado, sino de cjédulas de papel de tamaños y calidades completamente'
diapares., desde folio a simples cachos irregulares. También van escritos por
manos íwuiy diversas y su redacción no es uniforme. Se presentan haibitualmen-te
como breves escritos encabezados en primera persona por el nombre y títiu-loa
idei primer Adelantado, con es.pecial mención de los poderes que le autori-zan
al reparto, iseguidlos de un texto en que se da el nomibre de la persona be-abril
del propio año; DÍAZ DORTA, Apuntes históricos del pueiMo de Bucnavi»-
ta, 1908 y Cuaderno de la descendencia dtel gran Tinerfe, 1913.
neíidada y 6« señalan más o ««nos ¿etajllad'aineivte la ouantía y ei. lugar de ia
data; pocas veces «e da una razón especial de ella, aparte i a de "vecindad", tales
como "'por cuanto teneys en esiLa üiicha isla vueistra casa poblada con mu-ger
e hijos", "coniio conqiuistador que luistes", "porque sois' olicial", "soys oni-t>
ve die qiue seguirá niiuiciíios provechos a ia isla", etc. Se oríieiiia d'Uieigo al líiscri-
Oano del liepartunienito que to asiente en su libro y todavía en aiigiUiiiOtj cafcoisi
que lois "nepartidores" ae lo nuúian o el alguacil mayor le ponga en posesión de
io dado, i'inaimente vienie la 'suscnpción autograía d^ Adelantado que casi nunca
se limita a su tirma, siino que és.ta va precedida por ailgunasi pailaibra» iL||Uie
muy a meuiudo niodiíican o iprecisan el texto anterior.
Ea eí'ecto, la redacción uiel texto ea eingañasa; en realidad se trata de ver»-
daderaia líoücitudes de parte interesada, redactadas en ioi'ina de concesión i>a-ra
ganar iionipo y pítpel, pea-o que todavía no cuentan con la anuenoia del Adelantado,
por lo iinenioia en su detalle, liiciuso excepcionalinente hay algunas que
astAn redactadas netaanente coono instancias, aipos'tilladíis también al l'in por el
Adelaai'tadio, de su puño y letra, eji íoainuí análoga a ias deimás. Y en niuchaíi
a Ja, (par que ate hace hablar al Adelantado en primera persona, ise le inomibi'íi.
por doscuido, más abajo, en la segunda! Pongamoa unos ejeaiiplos típicos; data
corriente:
[En el margen s.uperior y de otra letra: "Rodrigo el Coxo"J = Yo dio».
Aloinso Fernandea de huago, Adelantado de lais Mas de Canaria, <jioivemadOT de
las Lslas de Tenerife y !áant Mlguell de la Palma y Justicia Mayor deJlaa poir
su Aiteaa, por virtud de ios pod^erea que de aiu Alteza ten^o (para el reiparti-núento
de las tierrais, aguas e otTO(S qualesquiera eredamieinitos de las didb^iis
lakts, doy a vos Rodrigo el Cojo y a vo» Fernando de León, de la Grand Cañar
ria, seys catfises d* tyerras de siequero en Tabycan que fueron d«l Bey de Guy-mia,
con una fuente .pequeña que será para bever ganado y la gente cotn una»
quevao que juntan con la fuente. E mando al Escribano del Reipartinrüento que
vos lo aeieaite en su registro. Fecha primero de marjo de M d vj añosi = que vos
do tres cahyses de sembradura y la fuente syn perjuy^io. = El adelantado.
I>ataís II, 14, 43. Lo isuibrayado de letra del Adelantado.
Otro ejemplo podemos reproducirlo íotocópicamente gracias a nuestro
aimiígo D, Buenaventura Bonniet, cuyo es el grabado. Lo traruscribimois así:
Yo don Alonisio Hernández de Lugo, Adelarntado de las yislas de Canana,
por virtud de lois poderes que tengo de sus AUtezaiSi, doy en reipartLmyento e por
vezindad a vos Juan Estevez, media hanega de tierra de Beqviero lánde con la
viña que hera áe Acen^io Gómez e linde del barranco e del otro calbo Juan Pi-ñ
«rio. Fecho a xxix de agosto de M dvi años. Digo que vos lo doy sy no fuere
dado.=£a Adelantado.
No conocemos la signatura. Cuanto a la mano que la escribió, creemos que
como en el caso anterior, sólo es deJ Adelantado la confirmación y firma, aunque
es intiegable el lyarecido que tienien sus trazas con los del aimanuens« que
estaimpó el resto. Ettlo no quiere decir que no existan algunas datas totalmente
escritas tpor Alonso de Lugo (8).
(8) Por ejemplo I, 2, 11, de 1 de enero de 1501; y II, 18, 33, de 28 de enero
de 1508.
-Y-rS -^
Otra, en forma de instancia:
Teresa Deligada. Pedro Gel:tiknarao.=Muy manifico s«ñor, Teresa Delagada
(aic)=:Beso las manios de vuestra Señoría a. la cual fago saber coino Pedro Xin-iiumanao
me dio un peda«;o de tierra con una alvalá de vuestra Señoría para
mi y para mi fijo que tenigo e con él, el <'ual ten^ro aquí y no tiene nada m yo
tampoco ipara dalle, nial pecado, la cual tierra está daquel cabo del barranco
doonde ise derrisicó Bentorey, del camino para arriba, la cual tierra será de tres
cafises por lo cual soplico a vuestra Señoría que pues Jtiela dio por ante testí--
SOS, vuestra Señdría nos la confirme ipues somos pobres y emois miedo que, no
^ 'j-e^-^ B-e- ^\ML<£l^ « e ^y ewy^<8-
nos la confirmando vuestra Señoría, míe metan a pleyto otros. Nuestro Señor
acreciente vida y estado de vuestra Señoría como desea, amén. Fecha xiij dfe
albril de M d v años — que vos do los dichos tres cahyces de tierra en el dicho
lugar, los cuales dichos cahyses vos confirmo por fale^imionto de Pedro Synit.r-,
marao [casa iborradto] El adelantado. =: A dos de agosto de M dviij9 [esta fecha
ea de otra mano y se refiere aJ registro del documento] Keverso: "Pedro «....rao.
En xxviij denero la presentó Pedro Delgado por el menor do Pedro Sintyl
man... e .pidió le fuera confirmado"
Datas II, IS, 19.
Bn fin, dos curiosos ejemplos de mezcla de las pei'sonas que hablan en el
documento:
Yo Alonso dle Lmgo, Governador de las islas de Tenerife y San Múguel de
la Palmai, éo a vos Diego Man^anufyo, una tierras que son sobre el rroque jun
to con las tyerras de Juan de FVyas, fasta las montañctas de Ui Matanza y fasta
las cuevas queatan en (sir) barranico de la Maian<;a y las cuevas questan sobre
el roque y otras que ison mías y de Juan Delgado, questan en el barranco
de Fanfam, geirca de tierra de Yigojimiad, porqués asy que vois fes do, vos do es
te alvalá fyrmado de my nombre, fecho xx días del mes de otubre de xc y ¿yete
años; y estas cuevas questan sobre el rroque son para myy Pero Gíir5ia.=:
Dénsele tres cayzes de sembradura donde demanda. Alonso de Lugo.
Datas II, 14, 3.
10
Catalina Gaspar =; Yo don Alonso Feriiandes <ie Lingo... doy a vos Catalina
Gaspar e a vuestra hija Francisca, criada de Antón Sanches, seis eayces de
tienra de sequero, los tres para vos la dá'cha Catalina Gasijar, e lois tres para la
dioha vuestra hija, engiina délas cuevas que di a Maria Hernandes e a Kodrigo
al Coxo qiue dicen en lihaiga, que es en aquel loiino por donde vuesitra Señoría
subió para Dabte, hazla la mar, e par este mando al Kscribano que lo asyente
on el registro. l''eciha a xiij de agosto de M diij. = Que digo que se vos asyente,
para vuestra hija Francisca veinte fanegas, e para vos e para vuestro marido
un caliys de sembradura, si no es dado.==Ki Adelantado.
Datas II, 13, 36.
Hemos conservado un esta tranaci'ipcióii la ortografía anárquica de lois originales,
salvo, para conwdidad del lector í'l uso de mayúscula.^, üe u y v, üe Ki
puntuación y acentos y desarrollo de las abreviaturas (9).
.Estos albales tan dispares se cosieron toscamente, cuando fueron recogidos,
formando can ellos cuadem^is o iplieigos co.n unas hojas clie guarda en ^as
que se escribió un índice, con los nomibres, con frecuencia equivocados, de loa
primeros donatarios (caso de haber varios) de cada uno de ellocs. IniútM decir
que los que esitabaii escrito.s con poco margen, que .son muchos, o erau demasía
do anchos, sufrieron grandes desperfectos. Tales cuadernos a su vez fueron recogidos
en encuadern^aciones que apenas pueden llamarse volúmenes, tan rudi
mentarlas e irregulares son, pero ¡bajo esta protección nos han llegado mejor
de lo que podía esperarse. Están muy manchados de humedad y aún rotos, (muchos
tienen las indelebles marcas y pliegueis grasientos de haberse manoseado
y llevado largo tiempo en la faltriquera de tíus dueños, antes de éstos entregarlos
en la Escribanía; pero todios estos alibalás están intactos de polilla, raxo
fenómeno sólo explicable por el cilima ideal de La Laguna, que falto de los calores
del verano, no tiene época favoraiblo a La i'eprodiiicción del insecto. A diferencia
de la vecina Santa Cruz, parece esta ciudad lugar exiprofeso para la
conservación de documentos (10).
Queda por explicar la signatura adoptada para citar las datas. Como dentro
die cada pliego o cuaderno, se numeraron de antiguo con relativa regularidad
las al'balás que lo componen y los cuadernos recibieron al contrario una
nuimeración correlativa que pasa de un volumen a otro (así el volumen I comprende
los cuadernos 1 a 12; el II, del IB al 21, etc.) se podría presoindir de citar
el volumen, pero esta menicion se ha conservado para comiodidad' del invee-tigador;
aprovechando estas signaturas antiguas hemos fonmado la cota, lo
más concisa posible pero suficiente para remitir sin error a cualquiera de éstos
dooumenitois; acotación que será conveniente adopten cuantos los citen, como ya
han liedho los científicos a quienes he tenido el placer de comunicar estos materiales.
La palabra "Datas", Ja cifra romana correspondiente al volumen, el
(9) Sólo en textos transcritos para fines concretamente paleográficos, es
de aconsejar reproducir estos detalles y poner en cursiva las letras suplidas en
las abreviaituras. Y en tal caso lo imejor es acompañar fotocopia
(10) En caimtoio el archivo die Protocolos Notariales, hace pocos años concentrado
en la capital actual de la i&la, se halla en estado lamentable, pasto de
los insectos y de las iniundaciones, pues en dicha ciudad como llueve rarameiite,,
cuando lo toce isie anegan todos los sótanios; y una pieza de esta naturaleza ha
sido reservada a didho archivo, a&mo es corriente por desgracia
u
itúanéro d«l ¿Uademo y el d^ albalá, aéiparado del anterior por uim coma, como
Kemoa pueato al pié de los cíjpiados arril». En cuanto a las "d^atas itar testimonio"
cooio van copiadas una tras otra en votlúwienes reguíares es preferibte el
sistema habitual de indicar el volúnieu y oi folio, recto o verso, pero deberá
añadirse la paJaibra "teetimoniois" dieispués del volumen. Creemosi, en cambio,
inútil poner la palabra "originales" en la otra serie; y además ya he indicado
que por excepción se hallan copias en los volúmenes de originales y vioeversia.
Naturalimente hay que indicar el archivo en que «e guardan cuando por referirse
a variois o no haberlo dicho una vez por todas, ello sea preciso. No creemos
odoisas €«rtais indicaciones, porque precisamente la carencia de esitos detalles,
formales si se quiere, pero importantíimo para el valor"científico de los trabajos,
es uno de kw defectos de que con más frecuencia adolecen los de erudición
histórica d« los autores canarioa.
Materiales lingüísticos
El traitarsie en das Data® de Tenerife, como vemos, de verdaderas solicitudes
de parte, resueltas al pié por el Adelantado, tiene considerable importancia
paxa el interés de estoa documentos: la iiTegularidad del íorm.ulario, la con-sldieraible
variedad de letras nos indica que son en gran parte autóigrafos de los
solicitantes; en otros casos, las i>ersonas importantes acudirían a un escribano
(y de hewho las datas más considerables siuelen ser las más cnfadosaimeaite recargadas
de cláusulas curialescas inútiles y más escasas de datos interesian-tes);
y otros m.U'Cihos donatarios no estarían en condiciones de redactar por sí
mismos un documento por somero que fuese. Pero en cualquier caso es evidente
q(uie el escribiente lo haría casi al dictado, sobre todo cuanto a los nomlbres
de personas y lugares. Por esto esitán plagadas de portuguesisimois las datas de
los oriundos de Portugal; y se explica que los nombres en lengua indígemia
atounden en las albalóis a favor de naturales, ya guanches, ya canarios, para loa
oualee el idioma era conocido o fácilimente inteligible, y sean más escasos en
las datas a españoles!.
Un típico ejemplo de este lujo de nomenclatura indígena lo ofrece esta data
a favor del guanche Dieigo de Ibaute (acaso el ex-mencey de Daute) o .próximo
pariente suyo:
Diego de Yibaute = Yo don Alonso Fernandez de liUigo, Adelantado de las
üsüaa de Canaria, Governador e Justicia mayor desta Isla de IThenerife e de la
de San Miguel de la Palma por sus Altezas e por virtud del poder que tengo
paxa dar e repartir la» tierras e aguas e heredades desta Isla, doy a vos» Dieigo
de Baute, vecino desta Isla, en repartimiento e vecindad hocho hanegas de tierra
de isequero que son en hanaigua en la somada de AJauga de la banda de
l>asa Abyoor que se llamava, e otro pedazo de tierra que esta en un vadle quessta
delante de donde mora Sa'lazar, de la banda de fa^a Jauga que avra un cayz de
tierra de «enbradúra e tres cuevas que están encima de las tierras e del otro
<^o del barranco que son las dichas cuevas en el barranco de Yancas que 6»
en el lioano, do cual todo v(>.« doy en vecindad coaivo dicho es e i^or esto mando a
•O? «soribaaios del Cabildo que lo asienten en el libro del repartimiento. Fecha
a xxvlii de enro de M dxHi años. E son W nomibres de las cuevas eetoe: Ada-
bitojais, la una; e la otra Daguar^a e la otra Choba. Digo que vos do las dicluut
tierras en el dicho lugar sin perjuicio de tercero con tai que no sean de riego. =
i<;i Adelantado
Datas 11, 13. 1,
tji cany>aramos eatos nombres tomados de viva voz eu 1513 coii la íormia
en que s« aoa ihaii trasmiitido la mayoría áe voces inidígenas, unas (ios topónimos
y las pailaüras comunes aun vivas) oraknente a través de adaptaciones de
innúinieras generacioneís, otras por m«dio de no menoa iiitinitas cotpias de cró-ixicaü
y textos de manos todavía naás descuidadas, comprenderenvos el valor de
aqueiiocs noanibres para el lingüisita, tan necesitado de ¡materiales genuinos y seguros
de nuestras lenguas indígenas. Kl mismo docujuento que acaibamoi» de copiar
nos da una contraprueba de ia coiU'ianza que merecen Jas copia»; hemos
visto una del mismo de 1 de diciembre del propdo año 15il3 (11, 20, 1): en (alia
son innúmeraa las alteraciones ortográficas en las voces castellanas y ademáa
escribe ahanaga por hanagua y ahicore por aibycor dei original.
Levantar una lista coinipleta y justiíicada de los indiígena* ibenefkúado» con
datas no es tarea fácil. De ordinario se ocultan bajo nombres tan castellano»
como Juan García, Antonio de la Hierra, Pedro de Lugo, etc. y sólo a vecea
uioonipañados de la advertencia "ombre de la Grand Canaria", "natural de la
Grand Canaria", o "natural de esta Isla". Es preciso recoger cuidad!o3ament«
todas estas imenciones para llegar a distinguirlo» de los esipañoles' de origen y
siempre quedarán algunos casos dudosos como son aquellos que vemos mezclados
y mencionados junto con canarios nativos sin que se especifique que ellos
lo sean. Unos (pocos conservan con más o menos constancia su nomibre alborf-gen
al que suelen anteponer un nombre crisitiano dé bautismo, práctica desgraciadamente
pronto abandonada.
Pero no insistiremos en este aspecto de los materiales recogidos pues no
nos proponemos invadir el campo de la filología que no es el nuestro; y además
el repertorio copioso de voces indígenas de cualquier clase, ya anotado
(topónimos, onomásticos, algún nomibre común) lo hemos siuministrado enee-guida
a los que competentemente pueden atproveoharlo (11). Sólo de los eisca-sos
noimbres comunes que aparecen inoonporados al lenguaje casitdzaimente castellano
de los conquistadores, diremos algo por que ello cae fuera de la lin-güísitica
estricta. Varias veces hemos copiado la paOaibra auchón y no menos
frecuente es la cita de tagoros. Los autores nos han conservado el sentido di*
este último vocablo, lugar de asamblea o consejo y la aflamblea másma. Aquí
hallamos: "cae la dicha tierra des un tagoro" (I, 12, 48); "en Heneito y se llama
la tierra Axafie, abaxo de un tagoro de los guanches" (II, 16, 61); "Bolr^
entre d'oe taigoros" (II, 18, 40). Esta misma albundancia TKHS hace «osipeclvaal
un sentido algo más amiplio que el dado tradicionalmente y d'esde luego oon-fiírma
que estos lugares tendrían alguna particulafr disposición que los hacía»
recognoscibles cuando ya haibían dejado de llenar su primitiva misión entre
los naturales.
Más arduo es hallar un sentido preK-iso a la palabra auchón, pues el de
(11) Los profesores J. D. WíiLFEL, para sus Monumenta linguae canaríae,
de próxima puiblicación, y J. ALVAREZ, que ya ha usado de ellos en SM Misceli-nea
guanche, I, y en otros trabajos menores.
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"cueva habitación", que se admite, no satisfa^'e del todo ya que, salvo un caso
en que daramente se dice que el aucihón e.s unn ctieva. en los demás que he hallado
más ibien parecen oponerse amibos conceptos: "luui cueva para panado que
esta cave el camino dcmde esta el auchón de los p:uancheis, frontero de un drago
igrande" (II, 18, 27); "En Taoro... cabe las cuevas que llaman los guanches
Taforya serca d*l auohón que era deH rey de Taoro (IT, 13,14); "un pedazo de
tierra que esta entre el hahuohón y el camino viejo" (M, 14. 6): "una cueva
con el audhón d« arrilba" (II, 14, 57); "vos do un aucihón questa dentro de Oas
tierrais, quie&ta cabe el risco conla madera que tiene" (II, 14, 58); "mas vos doy
un auchón qu€sta en el misimo barranco y allí un asiento para coJimenas" (II,
15, 32); "un manantial en Tahoro arriba del auch6n del Rey Grande" (II. 18. 17);
"el auchón diel Rey" (II, 18, 34); "una cueva que era auohón del Rey de Taco-ronta"
(II, 18, 48). El auchón será en todo caso una cueva labrada, adaptada
artificialmente, acaso una verdadera conistrucción en ¡la cual tiene parte im-
. portíuite la madera.
En f!n, más difícil es salber que quiere decir uchén, que una ««oila vez he
visto, "en Io9 llano® de Ycode junto con el piñal en lo llano, cuatro cahyces d^e
semibraduna que son uchán" (II, 18, 37). ¿Querrán decir que eran cultivadlais
de antiguo?, esto es, que eran tierra de propiedad, en oposición al monte libre...
De otro lado hay escasa diferencia fonética entre esta vo7, y auchón antes
examinaidia.
(ConclnirA.)