En torno al Certamen de ía
Real Sociedad de Ai^^igós del País
/ ProbUmas de Historia, Bibíio-
> grafía y cultiirjo general
Caracteres de verdadero scontecimiento, por las transceiidenta:les consecuencias
que segurainiente ha de^reportar en el impulso y progreso de la cultura
isleña, revistió la solemne celebración pública del Certamen histórico-literario
(de que nuestros lectores tienen cabal noticia por el núm. 54 de esta Revista),
Que tuvo lugar, ante numerosa y seleefa, concurrencia, en el salón de actos de
la Real Sociedad Econópiica de Amigos del País de Tenerife, el domingo, 12 de
octubre último, Dfei de la Razia. ,
Sería acaso oportuno consignar aquí'la'" opinión, común en, nuesitros días,
recelosa de que un concurso o certamen, que exige la presentación a plazo fijo
de trabajos científicos o literarios, pudiera fomentar la exhibición de improvisaciones.
Sin perjuicio de sostener que la resoloicióii d^ los raültiples problemas
aUe Qa cultura'del País Canario pjantea, habría'de requerir una estructuración
de amplia base, en la que la debida continuidad y la obligada eapecialización
íuesen adecuadamente atendidas, creemos que én el caso presente sólo fecun-
4os resultados pueden derivarse de la apelación hecha por Ik nombrasda. Sociedad
a los estudiosos insulares. - * ^
En efecto, este Concurso ha tenido el acertado carácter de una máxima generalidad
en el señalamiento de temas, con el único y plauaible límite de la es-pecialisación
regiona(l, y así pudo comprobarlo, complacido, el público que aais-tió
a la velada del Día de la Raza, en La Laguna. La Real Económica mostróse
;DÍgna de su brillante historia en el fomento de una empresa cultural de características
perfectamente ajustadas a las exigencias modernas.
Comenzó el 'acto con- oportunas, aalabras' del digno Presidente de la Sociedad,
poniendo de relifeve 4a concordancia entre la secular y augusta tradición
de la Económica y el elevado propósito del Concurso que motiva estas líneas.
En días ya lejanos, la Sociedad í e Amiífos del País fué alma mater de todo noble
impulso hacia el perfeccionamiento moral, intelectual y material del Archipié-.
lago. No en vano tales beneméritáa agrupaciones, aristocráticas y dejnófilas,
ideadas por el insigne Mumibe (Peñaflorida), encarnaban en la sesTVinda mitad
del setecientos el afán entusiasta y ponderado por las más variadas innovacio-
, nes del siglo, de la "Ilustración", que nuestros refinados "cabaHeritos" asimila-'-
ban con omnímoda a l a p a r que prudente ansia: desde la Química y la Minería,
hasta la Filolo'gía, el Folk-lore o la Educación religiosa. Y no en vano es, el
XVIII, con el período posterior inmediato, para Canarias y especialmente para
la vieja Agüere, la época más interesante, sin duda, de su historia, después de
aquella de la conquista, o mejor dicho, de su entroncamiento con ia Híapamdad.
Vinieron después, como recordó el mismo Presidente, tiempos de superficialidad,
materialismo y aplebeyamiento. Entre los incidentes de encrucijada,
entre las turbulentas vicisitudes de entonces, las Reales Económicas de Amigos
del País vieron cercenados, por no decir aherrojados, sus prestigios hegemóni-eos
en la sociedad, sus posibilidades de actuación altamente dirigente en el orden
político-económico-cultural.
Y ahora, dentro de, los límites materialmente restrintgidos, ha de abrirse
vara ésas patrióticas entidades un amplio campo de, realizaciones,' no menos
íructí^ras por su tono amortiguado y-recoleto. La.,Reail Sociedad de Tenerife
se propone, en este sentido, no desertar de su puesto. ,La Historia regional, la
Genealogía, la Pedagogía, la Lingüística, la Literatura, las Ciencias y Artes en
general, reclaman su atención preferente. Para todo-ello, su notable Biblioteca,
especializada, dentro de los temas característicos de una época, y su Archivo
sin par, modernamente acrecentados por el cuidadoso desinterés del Mtimo
Marqués de Villanueva del Prado y la laboriosidad inteligente de Rodríguez
Moure, ofrecen a los amantes de la región canaria magníficas coyunturas para
su exaltación. Esta es la labor que pausada, y fecundamente ha emprendido la
Sociedad tineríeña de Amigos del País en los últimos años,, como s<e mostró en
el breve diacurso prdiminar del acto que nos ocupa. Ciertamente, nauiie mejor,»
en esitas elevadas esferas de selección y cultura, que la relevante personalidad
de su Presidente, de linajudo ábolertgo canario, aureoladorpor la.» "luces platé»-
da-s de la Ilustración", el Dr. D, Tomás Tabares de Nava, Caballero de Malta,
para dirigir esperanzadamente tan noble y alentadora empresa.
A continuación de las palabras del Sr. Presidente, leyóse el razonado dictamen
del íurado calificador, constituido por los Dres. Serra Rafols, Alvarez ~Del-gado
y Tabares de Nava.. ''
I Abiertas l%s plicas correspondientes, resultó galardonado con el primer premio
para trabajos históricos (conforme a las condiciones del Concurso, qué*
nuestros lectores conocen), el estudio de nuestro compañero D. Buenaventura
Bonnét y Reverón, consagrado a la famosa "Junta Suprema de Canarias" que
aqiíí se constituyó en 1808 para el' gobierno de todo.el Archipiélago. Magnifico-tema
y'nunca más afortunada elección de especialista para exhumarlo, incorr
porándolo-debidamente-a la historiografía de-este país. En una conferencia da»-
da en La Laguna en septiembre de 1938, al tratar superficialinente.de esta ma-
^ teria, se hacía notar su originalidad,. pues aunque algunos escritores canarios
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la han rozado de pasada, falta un trabajo de conjunto y de envergadura que
pueda compararse a los publicados sobre casi todas las zonas perlinsulares durante
la misma época, aunque en ella no ofreciesen tan singular interés como
las Canarias. Por eso, concluía el conferenciante: "sería interesante que un patriota
hijo del país emprendiese es«a benemérita labor, de realización muy factible",
dada la existencia de revistas e impresos coetáneos y de documentos y manuscritos
oonservadog en corporaciones y sociedades y por los descendientes
del Marqués de Villanueva del Prado, de D. Juan Tabares dé Roo, etc. (1).
Las excepcionales circunsitancias que entonces hacían a España y en general
a Europa víctima de la ambición napoleónica, prestan espeeialísiTno interés
a la situación de Canarias, cuya espontánea decisión había de.ser tan significativa
cuando casi toda la Península estaba sometida al invasor. Fué notable el
proceso inicial del levantamiento patriótico, impulsado principalmente por personalidades
isleñas que no eran las más obligadas, oficialmente, a dirigirlo. Su
audacia, no exenta de ponderación, al asumir el omnímodo gobierno de las Canarias,
enconitró, por ciento, sórdida oposición en escrúpulos oíicialescos basados
en un mezquino y rutinario prurito burocrático. Y es lo más curioso que
Mquellas autoridades, vacilantes y pasivas ante la perfidia bonapartista, preocupadas
principalmente por su, frumentaria posición respecto del centralismo
madrileño, no reparasien en decidirse por el triste ca,mino de avivar las tradicionales
rencillas entre las is.las hermanas. Pero el hecho fué que la Junta Suprema
de Cajiiarias llegó en sus atribuciones hasta el nombramiento de Generales,
JJar'iscales de Campo, y que-«3tos nombramientos fueron reConoeidos por el Gobierno
patriota de la Península.
Por los fragmentos que del trabajo premiado se leyeron en 1^ velada de la
Fiesta de la Raza, pudo deducir el público la perfección con que el Sr. Bonnet
,ha estudiado los diversos y transcendentales aspectos de esta cues-tión histórica
regional. Las características de las insignes personalidades que más activamente
figuraron en el patriótico movimiento, la efectiva colaboración de las tropas
, canarias en la guerra anti-napoleónica de Europa, la organización de todos los
órdenes del Poder en el país donde ejerció gobierno la Junta Suprema de Canarias,
sus relaciones con los dirigentes en la Península de la "causa de la Independencia,
su tacto y energía ante los lamentables! particularismos internos del Archipiélago,
el paralelismo que se ofrece entre la situación de Canarias y las de
otros territorios de Ultramar, son ejemplo de los importantísimos problemas que
han atraído, por fortuna, la atención del Sr. Bonjiet y que ha 4(isarrollado se-gur%
mAite con la maestría que tiene demostrada en estas lides de investigación
histórica. «1
Atendiendo a todas estas consideraciones, puede afirmarse, sin hipérbole,
que la obra del Sr. Bonnet señalará un all)o hito en la historiografía del/País.
Este trabajo fué presentado bajo el lema "Nivaria" y se le adjudicó como
pr/cmio la mesa-fuinador donada por el Excmo. Sr. Gobernador civil D. Francisco
de La-Roche. . •
No dudamos que en breve plazo podrá el público estudioso disifrutar la con-
(1) Ver REVISTA DE HISTORIA, tomo VI, págs. 122-4. '
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s.ulta de la obra del Sr. Bonnet, pues el Jurado consideróla digna de lá más alta
(üstinción en el Concurso y su publicación adecuada por la Real Sociedad patrocinadora
del mismo.
El segundo premio de la misma sección, consistente en una escribanía con
, pie de alabastro, donada por el Excmo. Ayunta^miento de esta ciudad, fué adjudicado
al trabajo presentado por D. José Pérez Vidal, bajo el lema "Guten-berg".
Se trata de un estudio más breve y de intento más modesto, pero que
merece atención especial por rcfefiriie a un tema que constituye uno de los más
sugestivos problemas culturales de esta tierra: la Bibliografía.
Un erudito bibliólogo, D. Juan Allende Salazar, en una importante obra
laureada eñ Concurso Nacional (2), planea admirablemente, a nuestro juicio,
esta cuestión.
^ "La Bibliografía de una región no abraaa sólo la enumeración crítica de las
obras de los escritores de la inisnia, sino que coiniprende también los trabajos
referentes a los libros escritos en la lengua peculiar del mismo país, sobre él,
o publicados en el mismo". Y tomando como ejemplo a Galicia, explica ía forma
en que una completa Bibliografía de este país habría de abarcar las cuatro secciones
siguientes: "Primero. Una bibliografía gallega i)or su asunto; segUTtdo:
una bibliografía gallega por sus autores; tercero: una bibliografía gallega por
la l«ngua; cuarto: una bibliografía gallega por el lugar de la impresión. Todas
la.s obras que tratan urta u otra fase de la Bibliografía de una región son muy
apreciadas." Menciona Allende Salazar como ejemplo del primer caso la Bibliografía
de Extremadura por Barrante. Del. segundo el libro sobre "Conquenses
iluis«tres", de Fernán Caballero. Del cuarto la obra sobre la Imprenta en Valencia,
por D. José Villarroya. Del tercer caso no halla un ejemplo adecuado (5),
' como lo hubiera encontrado, de no haberse malogrado-su vida juvenil y estudiosa,
en la Bibliografía de te lengua vasca que Julien Viw.s,on publicó a fine» dl6
íiiglo, con ajiéndices que llegan hasta 1912.
En general], los bibliólogos y bibliófilos españoles han cultivado preferentemente,
acaso por el ejemplo del insigne Nicolás 'Antonio, el s^egundo y cuarto
de los aspectos antes indicados: autor o imprenta de determinado país. Aunque,
en realidad, el primer punto de vista—el asunto—resulta el más interesante.
'Hay ciertamente preciosos compendios como el de Foulché-Delbosc, o el de Sánchez
Alonso, para determinadas disciplina?. Pero lo que aqpí queremos iiwjicar
es la necesidad de un repertorio bibliográfico, lo menos incompleto posible, so-
_bre las diversas materisfe estudiables en un país.
Para Canarias ha de citarse en primer lugar ía excelente obra de Millares
Carió "Bio-bibliografía de escritores naturales de las Islas Qanarias. Siglos XVI,
XVII y XVJir'. Entra de lleno en la segunda de las secciones de la clasificación
(2) "Biblioteca del basnófilo. Ensayo general de un-cataloga sistemático'
y crítico". Obra premieíá en Concuaso de la Biblioteca Nacionaí en 1877. Publicación
postuma en 1887. . •
(3), Obra, citada, "Introducción", pégs. 24 y 25. Los subrayados son nues-
. tros. - , • -
866 - % . '
antes indicada, aunque, naturalmente, contiene preciosos! materiales para la primera
y la última, pues la tercera (obra¡< escritas «n la lengua del país) carece
de «ignificación l>ara Canarias. Tiene, además, la notable Bio-bibliografía una
limitación en el tiempo: 1800.
Para reaüizar la obra de la Bibliografía general canaria, habrían de ser uli-lizado,
s, además del citado-trabajo de Millares Cario, otros que, aunque.no están
consagradas solamente al intento bibliográfico, contienen copiosas y selectas
noticias y referencias de publioaciones, especialmente del siglo~^IX, sobre diversas
materias relacionadas- con el Archipiélago canario. Recordamos, a título
de ejemplos, la obra de Torres'Campps "Carácter de la conquista y colonización
d« las Islas Ca^a^ias" (Madrid, 1901), y la de O.ssuna y Van-den-Heed«, "El regionalismo
en las Islas Canarias" (Santa Cruiz de Tenerife, 1904),.
Perfectamente de acuerdo con nuestro propósito está la miniiciosa sección
bibliográfica que publicaba la benemérita,revista \de Las Palmas "El Museo Canario",
«uyoa ocho números (1933-6), contienen virtualmente todo—un millar^de
fichaf—lo que apareció en libros, revistas y diarios, durante esos años, que pueda
interesar a quienes dediquen su atención a la cxiltura de este país.
La imiportancia de la revista, que acabamos de mencionar nos sugiere la po-
'sibilidad de añadir un apéndice a la clasificacióti de Allende Salazar; el referente
á la prensa periódica. Las puiblicaciones periódicas tienen un carácter mixto
desde los puntos de vista del asunto, del autor y del lugar de imprenta. Sirven,
además, de ¡reflejo a reseña d« los librqs publicados en su tiempo. En este sentido
es preciso citar la valiosa obra de D. Luis Maffiotte "Los periódicos de las
Isflas Canarias. Apuntes para un catálogo", Madrid, 1905. Tomando como base
este trabajo, habría de intentarse la recolección de'la inmensa cantidad de materiales,
interesantes envíos distintos órdenes culturales, diseminados en los periódicos
y revistas de la región (4), sin olvidar los de las colonias canarias en
Ultramar. Naturalmente, habría de concederse la merecida importancia a los
trabajos de aisunto canario publicados en revistas científicas o literarias 'de fuera
del ÁrcMpiélaigo. ^
Combinando 3a exploración de esas fuentes—^Bibli^gráfías, publicaciones periódicas—
con la de las bibliotecas más ricas en fondo» canarios, como las die
Maffiotte, Museo Canario y Seminario .eclesiástico en Las Palmas, Económica
" de Amigos del País y Provincial en La Laguna, Muflicipal de Santa Cruz, Nacionales
de Madrid, ,París, Londres y otras, incluso al'gunas particulares, puesto
qu€ no hemos de olvidar que una Bibliografía es el repertorio o Catálogo presupuesto
de una Biblioteca ideal, podríase dar'cima a esta obra capital y previa
de la cultuía canaria. No nos atreveríamos a decir^ como en 1938; que esta empresa
está redamando la actividad de un patriota especializado. Porque creemoá
qué una eolaj^oración colectiva es el método oblig-ado en labores de tipo análogo
al de ésitá", entre las cuales no» place—y placeta a otros, seguramente—-apuntar
en este" móm«nt<> una: la Toponimia.
(4) En la extensa Bibliogrpafía, de desigual vaíor, que inserta Pére« de
Barradas en su Memoria aoeiwa de los estudios realizados en 1938 e'n el Museo
Canario, «on de gran interés las citas de "Varios artículos de viejas revistas in-'
solares hoy rarísimas". (Véase E. Sefra, REVISTA DE HISTORIA, núm. 51).
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En laureado trabajo del Sr. Pérez Vidal está orientado dentro del marco
de la Bibliografía del Sr. Millares. Ofrece, no' obstante, Verdadero interés, por
que al e&tudiar los oríftenes de la Imprenta en Canariks, presenta las circunstancias
que llevaron a la Real' Saciedad Económica'a preocuparse de la subsistencia
y mejora de una imprenta en la Isla, añadiendo en este punto, .a To indicado
por autores anteriores, documentación completa redactada en aquel momento
histórico y conservada en los archivos de la Real Económica de Ten^i-fe.
Estimaríamos i[ue,la mono'g:rafía del Sr. Pérez Vidal viese la luz en estas
páginas, donde d'público podría apreciar su valiosa labor.
Entre los asuntos literarios del mismo Concurso, mereció"^el primer premio,
consistente en un juego de escritorio, donado por el Excmo. Cabildo Insular
de Tenerife, el trabajo que, con el lema "Proa'a las Islas", presentó D. Lui^s Die-
' go Cuscoy. •
Su lectura fué muy "Sel agrado de lo« asistentes a la Velada, pues con admirable
galanura literaria desenvuelve un tema tan simpático y sugfestiyo como
corresponde al títulp del libro—"Episodios y ecos de l a s Canarias. Lecturas escolares"—,
del que forman parte los capítulos c|ue se leyeron en la Fiesta. Acaso
el estilo de esta obra sea más digno de ser saboreado por personas ya avezadas
a gustar de sazonados frutos literarios y susceptibles de apreciar evocaciones
históricas. Así, jios presenta el Sr. Diego Cuscoy a IQS esforzados normandos
de Fuerteventura congregados en fastuosa y caballeresca reunión. Lainna^i-nación
del lector culto penetra insensiblemente en las ancestrales^ gestas, de
aquella estirpe: desde los sanguinarios piralag wikingos, reyerde los m a r » del
Norte, y «I «udo Rpllon, que^l cristianizar aírranca un trozo de jufosa tierra
francesa al rey Carlos el Simiple, hasta los fieros Ehroqjón, Birazo de Hiétrd, Roberto
el Zorro—con los otros nueve hijos de Tanctejlo.^, Guillermo el Conquistador,
Bohemundp, etc., que, como nosfcáTgicos de las antiguas aventuras marinas,
irrumpen en,el siglo XI por Ifi Gran Bretaña, por Sicilia o por la» ínsulas
¡sarracenas de Oriente. Pocos siglos más- tarde, esos otro.<» nornnandos de nuestras
AfWrtunada¡s de Occidente, no menos decididos y valerosos qtie s«s antepasado
», brillan con refinados destellos quatrocenttetas. La lectura de este capítulo
nrfS dio la impresión de que está inspirado en el "Canarien", famoso texto en la
hjstorio^afía, de este apchipiélago.
También fué distinguido con ^el obsequio del Excmo. Sr. Capitán General de
Canarias ,el trabajo de D. Víctor GaJtier Montero, presentado bajo el lema "Tei-de"
con el título "Cielo atlántico". Forma una bneve colección de tres narraciones
que, según el dictamen deS Jurado, a través de ambientes históricos de estas
islas, presentan una honda emoción y una notable inquietud d^ modemMad.
Al felicitar sincexaniiente. a lo» autoretpremiados, renovamos nuestro aplauso
a la Rfal Sociedad Económiíca de Anúgos del País de Tenerife por la organización
de estos actos de tan elevada espiritualidad y fecundas consecuencia» para
el progreso intelectual de la región.
- Odén DE APRAIZ