Número 56 * - ' * " * 'd V03in^r(f.j I Octubre-Diciembre J» 1941
FACULTAD DE FILOSOHA Y LETRAS DE LA UNIVERSIDAD DE U UGUNA
REVISTA DE HISTORIA
Tomo Vil. La Laguna da Tanerifa (lalas Canarias) AfSo XIV.
HOSPITALES DIÍSAPARECIDOS DE GRAN CANARIA
El Hospital de Curación de la ciudad de Telde
, Cuando entramos en la Ciudad de Teld^, en láscalle llamiada hoy "José Antonio
Primo de Rivera" ¡y antiguamente de San Pedro, Manuel Luengo y Miguel
Primo de Rivera, ños encontramos con un viejo caserón, casi en ruinas, constituido
por unas habitaciones desvencijadas que tienen salida a un extenso solar ein>-
pedrado, el que á su vez, por su lado Sur, está cercado por un muiro de .mampos-teria
que lo separa de los platanares vecinos. A su derecha se encuentran los
restos de una ermita, compúeista por una nave y dos capillas, cuya vida llevó,
aneja a la del hospital, el ctinsuelo de los que en él fallecieron, descíe el año 1551
,.en que fuié bendecida por el Obispo de Marruecos D. Sancho Tn^jillo, hasta 1«\
desaparición del Centro benéfico que me ocupa, en el año 18S6.
Fué bendecida'esta ermita llamada de San Pedro, por el referido Obispo de
Marruecos, ya que el nombrado para esta Mitra de Canaria, Fray Francisco de
la Cerda, de la Orden de los fiominicos e hijo del Cotlde de Cabra, no llegó a tomar
posesión de su DifScesis y-nombró Visitador General al mencionado Sr. Tru-jiljó.
Dicha ibendicién fué solicitada por el entonces Mayordomo, Padre Sebastián
Ramos y llevada a cabo el 14 de Noviembre de 1551.
Este ho^ital, segundo en orclen cronológico de'aparición en la isla de Gran
Canaria, tuvo su origen en el año 1490, es decir, tres años después de la conquista
de la misma y por lo tanto de áu ai^xión a la Corona de Castilla. Debemos al
Licenciado Fernán González de la Costa, en la visita que hizo al mismo, en 16
de Diciembre de 1553) la primera relación de su fundación y si bien se lee eti e^
libro 32 de Relaciones del Aréhivo Parroquial de San Juan Bautista de la dudad
de Télde, "que los vecinos y feligreses luego q' ganaron y s« aveiindiaron avia
una mujer llamada ygnes chamaida, q' tenía una casa y en día recogía los pobres
enfermos y los conquistadores daban y juntaban alguna limosna con q' le
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acudían y por su muerte dexó dha. c^sa, para q' en ella se fundase dho hospital";
también se dice en el libro 10, en perg-amino, guardado en la Cofradía del Hbs-pital
de San Pedro Mártirv*"que este fué fundado en el año 1490". /
FHxé pues una mujer santa y,piadosa, la fundstdora de este hospital, convirtiendo
su casa en centro benéfico para atended ert ella a los enfermos y pobres
que existían en él- pueblo de Telde. Esta mujer se llamó Iiiés Chaimaida, cpn(o
manifiesta en su relación Fernán González de la Costa y si bien es cierto que
los comentaristas la apellidaron Chemida, Chimida y Chamaidad, hay que creer,
siguiendo al referido Licenciado, que su verdadero nombre fué Inés Ghamaida
Ohamovita, de origen puramente canario. Hospedaba, como digo, en su casa a los
enfermos y pobres necesitados y los atendía, caritativamente, en sus comienzos
Con las liiriosnas que recogía de los caballeros conquistadores. A su muerte dejó .
su casa para Hospital, al que di6 el nombíe de San Pedro Mártir, en recuerdo a
la fecha memorable de la Conquista de Gran Canaria,, por las tropas españolas.
En una de las fotocopias que se con'servan en "El Museo Canario", de la
obra "Descriptione et Historia del regno del Isole Canarie giadette le fortunare
con il parere delle loro fortificationi" de Leonardo Torriani Cremonese, perteneciente
al siglo XVI (fig. I), se encuentra dibujado el plano de Telde y en él se
señalan, además del Hospital, otros sitios de interés histórico, como la Iglesia y
Plaza de San Juan, de Santa María y la Fuente. " ,
El objeto-de su fundación fué principalmente, la curación de enfermedades
importadas de Europa, considerándose |Como tales a las enfermedades venéreas,
sarna, tjña y lepra y si bien se ha didho y discutido sobre dicho fin y propósito,
alegando^ que en el año de la Conquista y en los inmediatos posteriores, no se
conocieron en la isla Jas enfermedades-venérea^, también es indu'dable que los
estudios recientes del profesor Verneau, en los cráneos de los guanches custodia-díj'S
en "El JIuseo Canario", han demostrado que la sífilis existió en Canarias,
antes de la incorporación del archipiélago a j a Corona de Castilla. Este propósito
de la fundadora del IJospital de San Pedro Mártir, es una prueba más, que
¡^severa el Hecho científico puesto en claro por aquel profesor francés.
Al comienzo de su fundación, la Casa benéfica se mantenía, con las limos-'
na» que recogía de V>s caballeros conquistaobres, pero más tarde, por Real Cédula
librada por la Reina doña Juana en la Ciudad de Segovia, el 31 de Agosto de
1505, a ins(tancia del reformador de las islas de Gran Canaria, Tfenerife y Palma,
el Licenciado Juan Ortiz de Zarate, fueron señalada®' las' tierras y aguas
qu¿ hahíai) de repartirse entre los conquistadores de esta isla, como pago a los
trabajos y salarios llevados a cabo por aquellos caballeros y por consiguiente
fueron cimentadas las bases, de su sostenimiento. Juan Dalba, Pedro de Burgos,
GSnzalo del SToro. Fernando del Ángel y Bernardino Cairasco del Castillo, entre
otros, dejaron i>árte de sus bienes, obtenidos en virtud de dicha Real Cédula &\
hospital, según resulta del título que conservaba la casa referida;
Estos Uenes añadidos a los que fueron dejando diversos vecinos piadosos,
consistentes en ciertas pensiones de misas, tierras, aguas, cakas y ducados, die- i
ron como resultado, el que' el Hospital, a comienzos, del siglo XVII, tuviera
treinta pof»e8Íoiies detalladas en un cuaderno conservado en el .Arehivo deK
Ayuntamiento, de Telde. De la misma manera se conserva una colección de teé^
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tamentos de los legatarios, entre los cuales el más antiguo eS el de Martín Navarro,
otorgado en 23 de Febrero de 1522, cuya parte dispositiva dice así: "Y
cumplido y pagado este mi testamento y mandas en él contenidas, dexo por mi
lexitimo heredero de lo qué sucediere después de cumplido y pagado este dho mi
testamento como dho es cada uno entregado en lo que yo he aquí mandado lo haya
y herede el Hospital de Señor San Pedro Mártir ques en esta dha ciudad de
Telde, el icual dho que herede como nxi lexitiiíio heredero una hanega de tierra
de rregadío que yo uve y poseo en la vega maior término desta dha ciudad, que
ha por linderos dé la una parte, tierras de señor San Joan y de la otra parte,
tierras de Francisco de Carrión la qual dha suerte uve sin ningún fructo conviene
a saber de las cañas que en ella están plantadas porque son mias y del dho
Prancisco Rs y quiero que gosemos nos los subsodichos de la hoja y soca de resoca
y después se entregue al dho Señor San Pedro en la dicha suerte. Ytem le
mando otra suerte de tierra de rregadío que eá en el valle de los nueve que ha
de linderos por la una parte, tierras de Blas Gomes y .de la otra parte, tierra de
Joan de Alcalá. Ytem le hago heredero de un pedaso de tierra de sequero que he
y tengo en Tent^niguada que podrá aver treinta hanegas poco más o menos que
á por linderos dé la una parte. Joan de Alcalá y de la otra parte, Francisco de
Carrión y de la otra parte del monte y mando que de las rremudas que yo he y
tengo que la mitad sea para la dha Capellanía y la otra mitad para el dího hospital.
Y revoco y anulo cualquier testamento o cqdicilo que yo haya fecho haste
agora, los quales quiero que no valan ni hagan fee sino este que ago agora por
postrema voluntad en firme'sa de lo qual otorgue esta carta ante el escribano y
testigos sobredichos que firman e Otorgada en la ciudad de Telde domingo veinte
y tres días del mes de Febrero año del nascimiento de nuestro Salvador Jeau-christo
de mil y quinientos veinte y dos años, al que fueron presentes xptobid
garda de mogTieí' y garcía de áciego y francisco carrión y juan alonso albañi y
Joan daca y hernando dé carvajal todos vesinoí desta dha ciu4ad e porque dixo
que no sabía el diho mai;tín navarro firmar a su rrueg* lo firftío por él, en el registro
desta carta el dho garcía de aciego; yo diego de león escribano público de
la ciudad de Telde y por ser así por ende hise aquí este mi sino".
Con estas propiedades, obtenía una renta de m&s de 1.300 reales de vellón
anuales, mejorando de tal manera las condiciones económicas del Centro benéfico,
que en el libro 82 de Relacione* del archivo parroquial de San Juan Bautista
se lee "y llegó a hallarse sobrado de dineros de forma, que en el año dé 1548
consta aver prestado cíen doblaa al Hospital de San Martín y trescientas a la
obra de! ía fájbriaa de la I¿\esia Cathedral de q' hasta oy le está debiendo dhi
Cathedral cien dpblas que se que^a haciendo la diligencia para su cobranza, cort
el travajo de ave^ sacado 'la liquido la dha deuda".
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Las primeras cuentas que se conocen del Hospital fueron recibidas por el
Dr. don Vicente Peraza, Obispo de tierra fiarme, visitador de este obispado en 12
de s€ptien?ibr« die 1622. En 16 de julio de 1530 visitaron al mismo y tomaron
también cuentas, don Francisco Zamora, Obispa Tiburense y don Gil de la Fuente,
Arcediano de Canarias por mandato del Iltmo. Sr. Obispo de estas islas don
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Luis Basa. En 26 dé septiembre de 1551, don Sancho de Trujillo ORispo de Marruecos,
lo hizo a su vez por encargo del lltmo, Dr. Fray^rancisco de la Cerda,
Übis|>o de Canarias según dejé manifestado al principio. Más tarde en 1675, el
entonces Mayordomo Alférez Juan Alonso de la Fuente, presentó cuentas al Licenciado
don Andrés Romero, de su administración, durante tres años con ingresos
de 17.730 reales vellón y 2'cuartos, con los cuales no solo llegó a equilibrarse
"el presupuesto, sino que quedó este superado en 103 rv. y 4 cuartos. No duró, sin
embargo, mucho tiempo este período de bienestar económico del centro benéfico
que describo, pues años después, habiendo,dispuesto S. M. Católica, la venta de
las principales fincas del Hospital, quedóse e^te con unos terrenos donde dicen
La Pardilla, con medio día de.agua del Valle de los Nueve, tierras de poca utilidad,
algunos tributos y los intereses del Capital realizado y no satisfechos, con
la puntualidad debidas.
Estas detemriinaclones superiores, estas dificultades que fueron estrechando
la vida económica del Centro, hicieron' que el Hospital comenzara a tener vida
lánguida, no obstante los/esfuerzos llevados a cabo por sus entonces administradores,
el presbítero don Diego Navarro y don Francisco Antonio Riverg y los
bienes dejados al hospital por Fr&nciscó del Toro, según testanlento otorgado
ante Pedro Curra, en 3 de julio de 1763, amén 'de los tributos impuestos sobre
los bienes que dejó al Hospital de San Mastín y de San Pedro Mártir, don Ber-nardino
García del Castillo y con los cuales pagaba a la Colecturía los bienes que
di ntmo. Sr. Obispo don Antonio Tavira agregó al Hospital, pertenecientes a la
Capellanía de Martín Navarro el año de 1795, los que disfrutó hasta el año 1808,
fecha en que aquellos se obtenían de las rentas por extinción de -bolas Reales y
que continuaron hasta el de 1814. Sin embargo, hubo de existir el hospital de
curación de-Telde en el año 1814, a pesar de haberse Vendido las mejores y principales,
fincas del establecimiento para irAponer sus capitales en la Real Caja de
Amortización, ya que se le pagaba, los réditos d^ 25.658 reales de vellón anuales.
Pasada dicha fecha, quedó reducida su renta a la cantidad de 3.150 reales anuales,
cpmo productos o rentas d€ aquellas propiedades y como de esta cantidad
había que deducir las pensiones que tenía que satisfacer por los siguientes gravámenes,
220 reales de tributo a la Colecturía de Telele, 110 rv. importe de la
función de San Pedro Mártir, 320 que se pagaban a la persona que se cuidaba
del aseo de la ermita y asistía a ayudar las misas, hasta tanto se reedificase la
parroquia de San Juan Bautista que se consagró en 7 de Diciembre de 1846, y
800 reales que se asignaba al Secretaíio para gastos de papel, amanuense y de-máise
anejos, puede colegirse que con estos recursos, el hospital poco después
tenía que desaparecer o dejar de existir, como tal hospital de existencia propia
e indepndiente.
" En efecto, el deplorable estado a que en estos tiempos lleg« ©1 establecimiento
benéfico se debió en gra.-n parte, como dejo referido, a la disposición de
S. M. CafcSlica ordenando la venta de sus fincas y dotaciones, por cuya razón no
se satisfacían sus réditos y por consiguiente, a duras i>enas, se atendía a uno
o dos enfermos.
Para evitar esta desaparición, se estudiaron diferentes soluciones, tendentes
al mej^oramiento de su marcha económica. Tratóse de agregar al patrimonio
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del hospital, la Capellanía fundada por Francisco de Cárrión en la Ciudad de
Telde y que el Cabildo Eclesiástico se abrogd, sin facultad alguna, por lo que a
instancias del Personero de dioha ciudad y a petición del Fiscal de la R«al Audiencia,
dispuso esta en 16 de junio de 1815, que se remitiesen los autos originales
al Consejo Supremo de la Cámara, por corresponderle, privativamente, Ja
conmutación de las'últimas voluntades y ser el que en último exvremo había de
sehtenciar sobre tal capellanía. Tratóse desagregar también a dicho establecimiento,
los productos de la Cofradía de ánimas sita en la, Parroquia de dicha ciudad,
por estar sostenida por el pueblo con sus limosnas y la casa que sirvió por
entonces de convento y huerta a los padres de.San Francisco, dedicando la primera
a los fines de curación y la segunda al cultiivo de las verduras necesarias
para alimentación de los enfermos. Con estos recursos se pensó que el pueblo
quedaría bien servido y que jamás verían sus vecinos perecer a los infelices enfermos
como hasta el día sucedía y que nunca vieron cuando con sus legítimos
ingresos se atendía a docenas de pacientes. ^
Estas soluciones no merecieron la estima de ser atendidas, antes por el contrario,
esta situación agobiante, esta imposibilidad de continuar funcionando el
Centro benéfico fundado por Inés Chamaida, se confirmó de una manera evidente,
por las cuentas que presentó el Administrador don Adrián Naranjo Cubas el
16 de Febrero de 1835, comprensivas del período de 15 de octubre de 1829 a 22
de octubre de 1834, que ofrecían un Cargo de 20.302 rv. 3 mr. una data de 8.890
rv 24 m r y un alcance d» 11.811 rv y 13 mr, sin que en la data figurase cantidad
alguna por asistencia de enfermos.
En cuanto a Patronos, ño se han conocido en el Hospital mes que una Hermandad
o Confraternidad constituida en el año 1490, con el nombre de San Pedro
Mártir, por los mismos vecinos que cuidaban de la hospitalidad y procedían
al nombramiento de su Mayordomo. Más tarde, los Obispos tuvieron la autoridad,
nombrando Mayordomos que le rendían sus cuentas, cuando aquellos efectuaban
sus visitas al hospital. En 1783, se fundó la Hermandad de la Vera Cruz,
que tuvo como Mayordomo al Alíérez García Ruiz de Mantanez y se encargó, a
la par que de los cuidados de la Hospitalidad, de la procesión del Jueves Santo,
sermones de los Viernes de Cuaresma, cera, monumento y fiesta jle la Cruz; actos
religiosos que se celebraban en la Iglesia que sé fabricó colindante con ellios-pital,
la Ermita de San Peñro, a la muerte de Inés Chamaida Ohamóvita.
En el año 1808, la Real Audiencia de estas islas dado el mal estado a. que
había llegado el hospital, por no reunir las condiciones de capacidad necesarias
a su objeto, por su estado ruinoso y pKjrque'carecía de lo necesario para su funcionamiento,
mandó suspender el título al Mayordomo nombrado entonces por
el Obispo, y dé acuerdo con el Ayuntamiento, proceder al nombramiento de otro,
estaWéciendo una Jup.ta pára-el gobierno del Centro benéfico, el que pasó, más
tarde a cargo de la Corporación Municipal de Telde, hasta el año 1837, en que
fué incorporado al Hospitail de San Martín de Las Palmas.
En efecto, mientra^ se cobraban los réditos de sus bienes, el hospital mantenía
doce enfermos con un gasto diario de 5 rv, por cada uno. Cuando aquellos
dejaron de abonarse,^an solo'se sostenían uno o dos, por lo que la Junta de Caridad
y General Socorro que administraba la vida económica del hospital de San
Martín, en el año 1836, antes de su^ desaparición, quiso liquidar la situación del
•de la Ciudad de Telde. Para ello dirigióse al entonces Gobernador civil de la
Provincia, don Mariano Cadenas, en Junio I de este año, solicitando la agregación
de los bienes y rentas, en atención a que estos eran cortos para rehabilitarlo.
Didha autoridad de acuerdo con la Diputación Provincial, dispuso con fecha
16 de enero de 1837,
1.2 Incorporar provisionalmente el hospital de Teldei al de San Martín, lo
que se hizo con fecha 2i4 de noviembre de 1837,
2.9 Está alegación se refería solo a los bienes que estuviesen al corriente
corf más los que se hubiesen producido del' año 1833, al de 1836,. y con ellos proporcionar
cinco camas más, al hospital de Las Palmas.
3.9 Establecer en Telde, la Junta de Beneficencia, con el fin de llevar a ca-
'bo los siguientes fines, a) Nombrar los individuos que habían de ocupar las dichas
cinco camas, b) Vigilar el mejor estado y conservación de los bienes del
hospital de San Pedro Mártir, recaudando todo el dinero que existiese en poder
de los administradores o sus herederos y el rédito anual, con sus atrasos, de los
capitales impuestos en la Real Caja de Amortización, de los que no podía disponer
sin orden de la Diputación Provincial y c) Promover los medios de^resta-ibleoer
el hosipital de Telde y de que hubiese en dicho pueblo,, un niédico y botica,
para una vez logrados, disponer la reinstalación de aquel establecimiento piadoso.
Fundamentaba esta resolución el Gobernador civil, en la ley de 23 de enero
de 1822, que disponía hubiese en cada provincia. Casas de Maternidad y de Socorro,
hospitales de enferm«s, convalecientes y locos y la hospitalidad y socorros
domiciliarios y que se agregaran y formaran uno solo, los .que no contaban con
recursos para subsistir aisladamente. '
Después de varios incidentes surgidos, con motivo de esta resolución del organismo
superior, entre la Junta de Beneficencia de Telde, Las Palmas, y la Diputación
Provincial, el 10 de febrero de 1838 se reunió la comisión constituida
por los señores don Andrés Antopio de Vega, Fraiícisco Torres, Fernando Zumbado
Palacios, Manuel de Lugo y Juan Nepomueeno de Santa' Ana, como Secretario,
en representación de Telde y Las Palmas, para proceder al inventario' de
libros^ papelea y documentos pertenecientes al hospital de San Pedro.
' E n virtud del mismo, quedaron incorporados 85 legajos al Hospital de San
Martín y con la sola excepción de unos pocos, que pasaron al seno de este último,
se tomó el acuerdo de que quedasen provisionalmente en poder de la Junta
de Beneficenciíi de Telde los restantes. De ia misma manera se procedió a la entrega
de la Iglesia compuesta de una nave y dos capillas, en las que se hallaban
tres altares con sus imágenes y demás enseres del hospital con los pocos mué-
Bles que poseía.
Una vez decidido el oierre del hospital, los .enfermos de Telde eran enviados
ai. de San Martín, unos por orden del. Alcalde Constitucional de dicíha Ciudad,
previas certificaciones y. }íapeletas expedidas por la Junta de Beneficencia del
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mismo, y otros por las Autoridades de Las Palmas. La vieja casa de Inés Oia-maida,
a cargó del Ayuntamiento, sirvió de alberg^ue, años más-tarde, al' Regimiento
de la demarcación y como en el año 1860 amenazaba ruina fué reparada
por su iiiquilino, el qufe le añadió una nueva ventana, levahtó los' techos de
la sala grande y reparó el muro del jardín que daba a la acequia dé riego. Pagaba
de alquiler al año 200 reales de vellón. En la actualidad está ocupado el edificio
por la Institución llamada "Auxilio Social" y consta de 4 habitaciones, dos
de ellas de mayor tamaño que las otras dos, destinadas a comedores y que eran
antiguamente salas para enfermos. Tiene además un patio de 560 metros cuadrados,
una huerta fon, 1.073 y el todo ocupa una superficie de 2.174 metros ciia-dirados.
El perímetro de la Iglesia, hoy en ruinas, ocupa una superficie de 400
metros cuadrados (figs. 2 y 3).
Aun cuando la plaza de Médico titular fué creada en 14 de agosto de 1843,
fué el 12 de diciembre de 1856 la fecha en que el Alcalde de Telde, don José Na-ranjo.
vee dirigió en instancia al Jefe Civil del Distrito de Gran Canaria, solicitando
la reinstalacción del hospital primeramente, por existir en dicha ciudad
médico (don Domingo Cálimano Penjchet, con título de la Isla de Cuba y por
consiguiente primer titular de la ciudad) y farmacéutico y secundariamente
porque el ijiimero de enfermos enviados al de San Maítín no pasaba de diez en
cada año y-mucihosi de ellos preferían ser víctimas de su enfermedad antes que
trasladarse al mismo, pot lo que si los productos del hospital no eran suficientes
para sostener en él las cinco camas señaladas en el de San Martin, estarían
mejor servidos dos o tres qué podían instalarse en el de Telde. i
Esta instancia* fué puesta en conocimiento 4e la Junta de Beneficencia de
Las Palmas, la cual propuso su denegación a la Diputación Provincial, por las
siguientes razones:
12 Por el mal estado de la> casa-hospital que requería toparos considerables
y dispendiosos de que se carecía y por la falta dé útiles necesarios para esta
clase de establecimientos. Las rentas en esta época que poseía el establecimiento,
deducidos los oensos y otros gravámenes, ascendieron a 3.027 rv. y 27
Inr., por lo que no fué posible atender a mayor número de los enfermos que de
dicho pueblo eran asistidos en el de San Martín. '
22 Que no solamente la ley de 23 de enero de 1822, que hemos transcrito,
sino las leyes y disposiciones posteriores, como la R. O. de 3 de abril de 184€,
la de 20 de junio de 1849, el Reglamento de 14 de mayo de 1852 y el R. D. de 6
de julio de lá53, dispusieron la creación de establecimientos de Beneficencia Provinciales
en Las Palmas, suprimiendo el de Telde, sin que contra esta determinación
el Ayuntamiento de esta Ciudad reclamara en tiWpo y forma.
En el año 1879 volvió el Ayimtamiento de Telde a solicitar que los Capitales,
y rentafi del hospital prooedehtes de los productos actuales se aplicasen a los
'suel«to8 de los dos médicoc titulares de la misma ciudad y ail valor de las medici-iMw
que anualmente consumían los pobres enfermos de aquella jurisdiccüón y que
importaroú 4.260 peseta*.
I
i
23.085,55
M.875,67
•86.974,22
312.000,00
384.964,22
rv.
»
»
828
Los ingresos en dicho año fueron los sig^ulentes:
Una lámina de renta pei^etua intra.nsferible al 3% con valor
nominal de
Una lámina de renta perpetua al 3% intransferible con valor
nominal de
Una lámina de renta diferida
De dicho capital nominal no se abonó por el Estado más que el 1%, es decir,
Rv. 3.498, los que añadidos a los censos que se'cobrab.án de San Pedro Mártir y
que importaban anualmente 1.083,24, sumaban la cantidad, para' dicho hospital, ,
de Rv. 4.672,24. Cantidad que, traducida en pegetas, representaba un total de
1.147, que no llegaba, ni con mudho, a la solicitada por el Ayuntainiento de
Telde. •
La Comisión Provincial de la Diputación de Canarias desestimó dicha solicitud
en 21 áe febrero de 1880 y contra dicho acuerdo presentó recurso de alzada
el Ayuntamiento. Resuelto éste por el Ministerio de la^ Gobernación en R. O. de
21 de agosto de 1883, se dispuso que fuera reintegrado el Ayuntamiento de Telde
de los Capitales procedentes del Hospital de San Pedro Mártir y de todos
los documentos que le pertenecieran, es decir, concedió su administración al
Ayuntamiento de dicha'Ciudad,
Durante el tiempo en que eltuvo agregado al Hospital de San Martín, perdióse
la lámina N2 86.900, con un capital de 213.236 rv. y 21 mr. y cuando años
más tarde, en 1903, se abrió al servició público el Hospital municipal de San
Pedro Miártir y Santa Rosalía, a cargo de las Siervas de María, en la casa situada
en la calle de Licenciado Calderín número 2, legada por el benemérito patricio
don Gregorio Chil y Naranjo, los productos de todos sus bienes ascendían
a la cantidad de 1.779,21 poseías, por cenaos e intereses de una inscripción. Con
estos ingresos, que eran en aquella fecha los del Hospital de San Pedro Mártir,
no fué posible costear los del nuevo Hospital y ella fué la causa de que pasase
más tarde, en ^907, su administración al Ayuntamiento de Telde y posteriormente
al Cabildo Insular, en virtud de la ley Administrativa del año 1912.
Permanece, pues, no obstante los 450 años transcurridos desde su fundación
y el estado ruinoso en que se encuentran las paredes y techos del segundo Hospital
de la isla, firme inmutable la obra benemérita de Inés Chamaida. Cuando
la idea fes bíiena, la obra es griandíe. Por ello debiera declararse lugar histórico
el sitio donde está emplazado el antiguo Hlospital de San Pedro Miártir y venerar
la memoria de su,fundadora, que suipo, en todo momento, derramar el bien
para alejar el nu\L
Fué creada la plaza do Médico titular el 14 de agosto de^ 1848, con el sueldo
anual de 8/)00 reales vellón, pero hasta el año 1856, como expuse anteriormente.
no fué cubierta por el primer facultativo don Donjingfo^ Calimano Penicíhet. Posteriormente
ocuparon dicha plaza y por tanto la de Médico del Hospital de San
Pedro Mártir, los sigruíentes facultativos: don Vicente Ruano Urquía, en 1870;
aon Andrés Navarro Torrens, en 1880; don Antonio Miguel Calderín Calderín,
en 1880; don José Bénjuinea, en 1883; don Carlos Navarro Ruiz, en 1885; don
Antonio Sierra Carbó, en 1890, y don Manuel Miralles García, en 1899.
Los farmacéuticas titulares fueron: don Femando Bojart Jaubert, en L870-
don Fernando Flores de la Iglesia, en 1880; don Rufino González Alvarez, en
1880; don, Antonio Cedrés Llovera, en 1881; don José Simpn Martínez, en 1886
y don Agustín OlAzaga Martín, en 1890.
l>r. JUAN BOSCH MILLARES.