B i b l i o g r a f ía
Recuerdos del tiempo viejo. Por Ber»
nardo Chevüly. Santa Cruz de Tenerife.
Imprenta García Cruz, 1932. Prólogo,
de Benito Pérez Armas.
"Gorliendo a exhortaciones úo sus amigos i-cuiu' ahora Ghovilly en
un folíelo, crónicas que habla inihlicailo on "La Prensa", rememorando
sucesos y actuaciones de nuesti'a vida i)ro\ inciana. espeeialmenle en
orden a la política y el periodismo. Ksla tiien qiw esas hojas volanderas
no se extravíen, ¡porque constituyen un docuiui'nto Teliaeiente, de gran
valor, el dia en que con la perspectiva indis|»ensal)le, se escriba la historia
de nuestros tiempos".
Isla de Promisión. Por Andrés de Lo»
renzO'Cáceres. Tenerife, Imprenta Ca»
tólica, 1932.
"Isla de Promisión" es el texto de una conferencia leída en la .\so-
(•ia<:ión de Estudiantes l^niversitarios de \A\ Lagunn, el dia .") de l)icit>m
bre de 1Ü30. En este mismo año se editó en Santa iCruz de TeiuM'ife una
revista titulada "Cartones", ouyo único número confesaba el propósito
regional de la publicación, saludada con júbilo y cariño desde "La (la<'e
ta Literaria", ])or Ernesto Giménez Caballero. Por aquel entonces se dis
cutió ampliamenel entre la generación joven y la madura sobre temas
de Arte y Literatura regionales. La Escuela "Lujan Pérez", de Las Pal-
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mas, triunfaba juslamonte en Gran Canaria, primero, y en Tenerife,
(iespuós, con los tral)a.jos plásticos de sus aliiinuos. de un acusado sabor
social. FA ambiente intelectual era, pues, el nii'is propicie» pai'a. uua exposición
sobre temas de Arte y Literatiu-a canarios.
•'Isla d(; Promisión" nació en aquel nituiio emocional y se publico
días después de pronunciada eu el diario "La Tarde'" y eu sus núiin'i-os
^lel 9 y el 10 de diciembre. '"El Sol", de Madrid, reseñó la conferencia (pie
entonces llevaba jpor título "nouvíU'sación sobre motivos regionales", y
algunos amigos del autor-íuvierou la aleni'ión de refutar públicanieute
sus conclusiones. Hec'lia la anterior explicación para la uu\jor inteli
gencia de una obra /pu' ve la luz jiública en una bora dt; luievo interés
por la cultura regional, sólo me resta dedicarla, (ionl'orme (-on mis afecciones,
a mis rpjeridos confundadores del reciente fnstitutt» de Estudios
Canarios, a mis antiguos compañeros en la Directiva y Comisión de Cultura
de la F. U. E., a los obreros, con quienes trabajé, de a<piella ab'gre
fábrica poética de ''Cartones", y mii\- ¡larticularmenle a mi siempre auii
go Francisco Aguilar. que tuvo la gentileza <le hacer mi lu-esentación
ant(í ios comunes camaradas y com|iart¡r, conmigo, atpu'lla obra inolvidable
entre las cinco y las seis de la tarde de aquel 5 ¡de diciembre, bru
moso y frío, en una aula de la Universidad de La Laguna.
Agustín Millares Carió: "Ensayo de
una bio'bibliografía de escritores natu»
rales de las islas Canarias". (^>
Si hay un libro grato al escritor (]ue Irabaja en la soledad ite las
islas, en la reducida biblioteca de escasos libros, junto a un público indiferente
y en la agobiante escases de materiali's de trabajo, será justamente,
el de don Agustín Millares el que nuls lo sea: su libro, tanto como
a admiración, mueve a simpatía; ya estanu)S diciendo (pu' don Agustín
Millares será uno de los sabios más queridos Je los canarios y su nombre
el que traigamos a los labios [tara [irestigiar los talentos insulares y
'1) Ensayo de una bio-bibllografía de escritores naturales de las islas Ca
narias (Siglos XVI, XVII y XVIII), por Agustín Millares Carió, Catedrático de
Paleografía y Diplomática Españolas en la Universidad Central y Archivero-
Bibliotecario del Ayuntamiento de Madrid. Obra premiada por la Biblioteca Nacional
en público certamen e impresa a sus expensas.—Madrid. Tipografía de
Archivos. Olózaga, núm. 11932.
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honrarnos con él, como el \W nmi de nucHlras primeras cabezas, tal voz
la que mejor obra haya ofrecido a su patria en los últimos años.
Su bio-bibliogral'ía, documentado estudio de los autores canarios de
los siglos XVI, XVII y XVIII, envuelve una tácita invitación a los jóvenes
canarios a seguir las filas tan honrosamente nutridas que Millares
ha encauzado en su libro. Con que cada canario regalase a su patria una
obra de su especialidad, el caudal regional se enriquecería hasta hacernos
sentirnos juslamontc orgullosos de su grandeza; esto es, cabalmente,
lo que las Islas piensan sobre el caso ttaldús; esto, también, lo que las
Islas agradecen a Viera que, con un tesón admirai)le, luego de ser esli-ma'do
en otros campos, deja aparte sus justas quejas y se pone a trabajar
en tantas obras como le deben sus comprovincianos; esto, tal vez.
haya pensado Millares cuando ¡i sus obras ha añadido este nuevo volu
men, tan fundamental para la (lultura del Arcbipiélago que se contiene
en ella mrtgistralmente—como de su autor—tratada. Su extenso catálogo,
sus interesantes documentos, sus notas exactas, le hacen el libro
grande de las Canarias, el libro que recoge a todos los oíros libros y es
como la casa donde han ido a refugiarse los nu\jores espíritus de las
islas, los que han colocado su nomltre sobre la caducidad e insconstan-eia
de los tiempos.
A. de L. t.