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A don José do L. Cúceres y Monleverde
La reciento visita a rsla isla de Tenerife del ilustre l">residonte del
Uousejo de Ministros, General Primo do Rivera, y sus manifestaciones
y plomosas a las representacitJiies de la Ciudad de Icod, l)ajo su Drago
milojiario, han datlo nueva fama a osle glorioso (\jemplar de la llora
cunria, y lo han liecho tema de palpitante actualidad, })or lo que nos
( lods, deseosos de coin[)lacei' a los r t d a c l o n s de RIÍVISTA ItK HISTORIA,
lo utilizamos jiara atender a sus recpierimientos repetidos y cariñosos.
Mucho so lia escrito acerca de los ih'agos de las islas (Canarias, y es-liociainu'iile
del de Icüd, hoy el más fumoso e jem|)lar ipio do esta ospecit>
indígena queda, tanto por sal)ios y viajeros nacionales, como extranjeros.
estos últimos en mayor ahundancia. Butiínicos eminentes y turistas ilustres
han historiado este árhol milenario, y cantado sus oxcelsitudos, por
lo que nosotros, ])rot'anos en la materia, nos limitamos hoy a emborronar
uuafc cuantas cuartillas para vulgarizar el conocimiento de algunos textos
de escritores nacionales con el célebre árbol relacionados.
Empecemos por un hijo do Icod, el doclor don Cristóbal Pérez del
Cristo que ])ublicó en el último tercio del siglo XVII, su discutida obra
EXCELENCIAS Y ANTi(U'KI)AI)i<:S DK LAS SIETE ISLAS DE GANARÍA
(1), en la que, y en el capítulo segnndd, piígina 77, se l(>e; ^'Gría osso
mismo monle también Lauri'lcs, roiilos, lentiscos, barbusanos, viñaticos.
tiUs, hayas, palos blancos, briosos, asebucbos, alamos, cedros, palmas, ci-
;iresos, tabavbas, madroños, granadinos, sabinas, escobones, cardones.
ViRAüOS, y di' aluiíno de eslos habla Plinio quaado dixo, que poblaua a el
Atlante vn gein'ro de árbol no conocido: por que tal os para las otras Naciones
el Drago, y otros de los dichos. Y os grande prueba habla Plinio de
alguno de estos árboles, lo que dison de idlos, estas sus j»alabras :Tenui
a?) ohdici hvniíjjine: (luibns ahdita a ;!, p(>>,M (|iialPs ,«» bonibyce vPstos
eonfhíe, que essos arboles del Atlante crian en si cierto género de lana, de
lii qual beneíiciada se ]m(>do hafor vestidos como de seda: porque este
género de lana se cria en los árboles de esto monto, vistiendo la natura-b^
a con él a los árboles, y lo llaman musgo: aunque nadie hasta aora se
iui adelantado a benonciarlo, liara el ; fiio iiue insinúa Plinio".
(.1) En X'erez de la l'^rmitera. por .Tuan Antonio Tarazoiía. lmpre,snr áf la
(Ciudad. Año 1079.
124 REVISTA DE HISTORIA
Mas adelante, en el Tratado cuarto, capítulo primero, hablando de
lii fertilidad de estas islas, dice; "Fingieron luego, tenían estas vnos
huertos, cuyas manganas eran doradas, y las guardaua vn DRAGÓN vigilante,
a el qual venció Hércules, v robó las manganas de estos huertos".
(2)
"También: porque, como digo el texto dicho, de los huertos de essas
Heg}:érides se digen tres cosas entre otras. La primera, que tenían manganas
doradas. Lo segundo, que vn Dragón las guardaba. Lo tercero, que
Hercules bolvió a España con essas manganas vencido el Dragón, que
estaua de custodia. Y todo lo hallamos verificado en Tenerife, y em su
valle de Taoro. Porque j)rimeramente, si lomamos essa historia como
suena: en él hallamos manganas 'lorndas, esto, es,vnas manganas tan singulares,
que en otra parte no las ay, causa de llenarse a Inglaterra, Flan-des,
Indias, y a los Puertos de líspaña, su color pálido, o dorado; en lo interior
imitan a la nieue; su gusto, y fragancia inexplicable; su tamaño
mas que ordinario. Hallamos fambién Drago, esto es, vnos árboles de
este nombre bien particulares, con que cercaban los árboles de manganas
de. tanta estimación; de que ay nuichos en Tao ro, fundándose quizás en
;óso el degir, que un Drago era custodia de essas manganas"
"Demás de esto, si con otros desciframos el misterio de essas
manganas, y Dragón: Las manganas en sentir de Marco Varron eran cabras,
que estas se significan en Griego con la j)alabra MALA, a que co-rres])
onde en nui'stro Español la ])a]al)fa. MANGANAS, y (isso, y no otro
coí?a es lo que lleuó Hércules de las Hes])érides a Grecia. El Dragón, o era
vn Pastor de este nombre, u como dice Solino. y Piinio, fué vna
intrada de el mar crcana a esstos huertos, (pie ))arecía Dragón a los que
de lexos la mirauan. Digeio en estas jialabras Dominico Mario comen-
Lando a Ouidio de Nuce: "Marciis Vairo áurea mala Hesíperiduin capriíe,
oiie.s* interprc'taur: eiiis v.erba PX 1V( iitido r-Pí niMllce hac .sunl. In Lybia
ad Hes.peiida.*-;, vnde auit^a mala, idee!, M:cimdiun anliqíian coiksuetndinpni
capras, & oues, ((uas Hí^rcules px Aphrica in Gi'eciam exporlaiiit: ea eniín
I lia v(5(',o Greci appellant mala. Hoc idt in Diodoriis etiain lib. 5 referf.Dra-conis
autem ca^todiain id (íirco finxero, qiiia (vi. Pliiiius, & Solinus tra-duln)
lii horticineti fuerunt xuofo inarisineatu, cpii videntibus procuií
Dracunis pr'l>ebal effup>ni. Aly P.isMaren l'nis.vr picdider*, (|ui ob IVri-taíeiii
Di'a<'o fuei'it appeilatus. Siendo el fundamenlo de las manganas,
y Dragón, el (pie dicen essas palabras, nada ay en él, que no Si' piicíia hallar
en al Isla Niuaria, y su monte Taoro abundante siempre (le cabras,
Pastores, y sitios de mar, que a los (pie de lexos miran puedan rej)resen-tar
essa figura". (3).
Pasando por alto otros escritores ilustres, conviene insertar el si-f^
uiente párrafo de una carta (pie el distinguido bolánico de estas islas.
Doctor Masferer, dirigiera, ha ya algún tiempo, al célebre Sabino Ker-thelot,
que tanto enalteciera estas islas: "Creo que los canarios deberían
tener al Drago por árliol santo, y recordando (¡ue los aborígenes de "ste
(2) Página 86 y 88.
1,3) Página 89 y 90.
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Archipiélago lo vi'iu'rabnii como a na giMiio hienhochor, deberían caí'ii-
^íu- al que se atreviera a cotrar nn solo pie del misino. A los actuales
dragos de Icod, Realejo y Geneto se les dehei-ia guardar las mismas consideraciones
que en los ¡¡aíses ilustríidos se tiene a los monumentos artísticos."
Don Rafael Gasset, Ministro de Fomento que fué en los iiltiraos go-l)
icriios del pasado régimen, en el })reambulo o exj)0sición del Real Do-croio
de 25 de febrero de 1917, para ejecución de la Ley Parques Nacional-
s, manifiesta: "Igualmente deben catalogarse todas las demás particularidades
aisladas notables de la Naturaleza patria, como grutas, cascadas,
desfiladeros, y los árboles que por su legendaria edad, como el
Drago de Icod; por ías tradiciones regionales, como el pino de las tre«
ramas jtinto al Santuario de (juerall, o por su simbolismo histórico, como
el árbol de Guernica, gozan va del respeto popular."
VAI el año 1925, el INS^riTUfo GALLACH, de librería y edificiones, de
Barci>lona, |uiblicó un es|)léndido trillado de Botánica, y en él figura dig-luimente
la descripción de los dragos de Canarias, y especialmente el
de Icod, reproducido en hermosa lámina que ocupa dos ¡láginas del libro.
En el Tomo XXVITI de ENCICLOPEDIA UNIVERSAL ILUSTRADA
EUROPEO-AMERICANA y en la página 844 se publica una lámina con
este Drago, asignándole tres mil años de edad.
Todo lo que consignado queda, ha sido recogido de autores nacionales,
pues no hemos querido espigar en i»! campo de la literatura extranjera,
no solo por sernos más difícil sino también por no aumentar las
proporciones do este ya largo artículo, y terminamos haciendo constar
algo de tradición, que siempre es fuente pura.
Existe aquí, en Icod y su comarca, la de que muchas de las reuniones
que para la resolución de los negocios de Estado celebraban los anti-gui>
5 Guanches, tenían lugar bajo las ramas de este árbol original, y todos
los labradores de estos lugares calculan o vaticinan la cosecha del año
siguiente por el florecimiento de las ramas, según la parte por donde se
produce, cuando el florecimiento no es total, en cuyo caso será buena en
todns partes.
Resumiendo, diremos, qii(> este Drago es un .irbol extraordinario
como en lo antiguo lo consideraban aquellos pueblos y autores que al
principio relacionamos, y que todos los peregrinos de la ciencia que llegan
basta Icod no se marchan sin antes saludar a esta maravilla de la
naturaleza, conocida y admirada en todo el mundo científico.
E. GUTIÉRREZ LÓPEZ
Icod, V Noviembre de 1928.