' HfMFROTfCA P MUV! cTIíl
Número 57 "^ , ,1', » - » Enero-Marzo de 1942
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS DE LA UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA
REVISTA DE HISTORIA
Director: el Decano, DR. EllAS SERRA RAFOIS
T o m o Vlil L a L a g u n a de T«?rner-i fe ( I s l a s C a n a r i a s ) Año XV
P E R í S E V t l ^ A N C I A
Ha sido añoja > acertada cDsluinbrí' de los «'dilorcs ¡le esta REVISTA DE
HISTORIA dirigirsi' a sus lectores, recapitulando sobriamente el esfuerzo realizado,
cada vez que han iniciado un nue\(> vcdnuien de la serie ya copiosa que ella
ha venido a formar. Ahora, con el presente uúniíTi), c(Miienzamos con más entusiasmo
y esperanzas que nunca, contando con las anH'íuas aportaciones y además
con medios nuevos, como óruano de la Facultad de Letras de nuestra Universidad,
otro tomo, el VIH de la serie, que corresponde al año XV de publicación;
pues, si bien ésta fué iniciada en 1921. con lo que deberíamos contar con 19 años
de vida, de hecho la Revista sufrió una forzosa interrupción en época difícil.
Aquella obra que entonces emprendieran con ilusión y desinterés una minoría
do patriotas estudiosos, entre los que debemos destacar nuestros amigos I). José
Peraza de Ayala, 1). Dacio V. Parias y I'a<lróii y I). Huenaventura Uonnet y
Re.vcrón, demostró su eficacia en la persistencia del propósito, que no se rindió
a contrariedades de todo orden y que ha permitido ahora a nuestra joven Facultad
hallar ya hecho el cauce donde verter las nuevas iniciativas y deberes que
la animan. Poblé es, en efecto, el estimulo que ahora nos sostione: la voluntnd
fin desmayos de aquellos patricios, pues por fortuna todos los nombrados y otros
más nos aportan su trabajo y su consejo; y la misión pública de exteriorizar IB
labor científica de un Centro oficial de altos estiulios. Los (jue tenemos a nuestro
cargo la obligación de Ihinar las actividades de una Facultad universitaria,
no podemos olvidar el denso contenido que a la luisión de la Universiadd exige
la hora presente, con precisión sei'ialado por el Excmo. Sr. Ministro de Educación,
I). José Ibáñez .Marín, on su Piscurso de octubre pasado en el aula máxima
de Barcelona. Nos parece particularmente oportuno evocar ahora el doble
carácter que atribuye a la Universidad, por encima de toda aparente contradic-
ción: por un lado no debe desviarse de aquel carácter corporativo con que lai
definía el Rey Sabio, "ayuntamiento de maestros y escolares"; de otro ladrt
'nuestra Universidad es hoy instrumento del Estado para cumplimiento de sus
fines espirituales y su misión debe estar dominada por la idea de servicio, de consagración
disciplinada y constante a una alta finalidad, en lu^ar de abandonarse
al fácil camino de la fantasía individual.
Reflejo de esta preocupación' en nuestra Revista, es el deseo de darle urt
estricto tono científico y de mantener una severa exigencia tanto con nuestrtí!
propia colaboración como al enjuiciar la labor ajena que cae en el campo de es^
tudios que aquí nos hemos acotada. Esta exigencia, en efecto, no es ya la de
un grupo de particulares más o menos autorizados, sino la del Estado mismo',
controlando por uno de sus órganos, la Universidad canaria, un dcter;minad«)|
círculo científico, el de los estudios de historia canaria. Por esto nuestras críti-,
cas, si prudentes y comedidas tanto en el elogio como en la censura, tendrán que
ser siempre exigentes, sin ánimo de herir susceptibilidades, pues la alta respon-
.Habilidad que móralmente contraemos nos lo impone ineludiblemente.
Y en cuanto al espíritu corporativo de la Universidad procuramos reflejarlo
en la íntima cordialidad y compañerismo que hemos mantenido feli/.men-.
te maestros y discípulos y que ha culminado en la franca alegría de las pocas
excursiones colectivas que las circunstancias han permitido hacer. Y en el terreno
de nuestra publicación esta colaboración de los dos elementos que ya para
Alfonso el Sabio eran igualmente esenciales a la Universidad, debía manifestarse
en la aportación a estas columnas de los primeros ensayos científicos producidos
al calor de la incipiente vocación de cada uno. Y si bien algo de cf^to.
hemos conseguido y de no escaso valor, también debemos confesar que todavía»
no hemos podido vencer Fa aprensión o desmayo de la mayoría de nuestros estudiantes,
que ni nos aportan iniciativas de trabajo, ni se decidon a consagrar
todo su entusiasmo a los trabajos de curso que tienen encomendados, más importantes
para demostrar su tensa voluntad de estudio, que la labor cotidiana
de clase. Creemos, empero, que pasada la desorientación del primer momento,
el ejemplo de los primeros arrastre pronto la decisión de los demás.
Por otro lado podemos anunciar con satisfacción que las aportaciones y colaboraciones
de las más diversas procedencias han sido tantas y de tanta calidad
que, repleta nuestra cartera de redacción, el espacio de que disponemos resulta
insuficiente para dar cabida inmediata a los originales que están esperando
tumo. Bien hubiésemos deseado acudir a una ampliación del número dte páginas,
a la par que a un aumento de tiraje, pero nada de ello permiten las ac-"
tuales circunstancias y así nos vemos forzados a diferir publicaciones que (Quisiéramos
ver impresas enseguida. Pero son preferibles estas dificultades, a ver
languidecer por falta de entusiasmo los estudios a que nos consagramos.