Números 115-116 Julio-Diciembre de 1956
SEtRETKRUOQ DE PDKliClItlOIIES DE U flNIlERSlDIlD DE I I LAGDIII
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
REVISTA DE HISTORIA
Dlrcctort el Decanoi Dr. Elias Serra RáfoU
Tome Hll li Ligui U Tiiirifi (Islit Cinriis) Mi U\l
Notas sobre los reyes de Tenerife y sus familias
Por Leopoldo de LA ROSA OLIVERA
En el anuario del Instituto de Estudios Caparios «Tagoro»,
publicamos en 1944, con el Dr. Serra, Los * reinos* de Tenerife,
donde aceptábamos la tesis que había sustentado nuestro llorado
amigo B. Bonnet en El mito de los nueve menceyes, inserto en el
número 42 de REVISTA DE HISTORIA, en cuanto a las fantásticas
genealogías que de los reyes guanches habían forjado algunos de
nuestros historiadores; pero, en cambio, rechazábamos su supuesto
de inexistencia de los nueve bandos o reinos en que la Isla estaba
dividida al tiempo de su conquista por Fernández de Lugo.
Aportamos entonces en apoyo de nuestra posición diversos
documentos, muy particularmente escrituras de datas del Adelantado
en las que se hacía mención de tales reinos, y posteriormente
la misma ha sido plenamente confirmada por el contenido de la
Reformación del repartimiente de Tenerife en 1506, como notamos
en la página XI de su introducción.
En otros dos trabajos, La égloga de Dácil y Casiillo y Don
Fernando Guanarteme y Fernando Guanarteme (REVISTA DE HISTORIA,
núms. 90-91), dimos noticia de algunos parientes de los
KHL, 1
2 [2]
antiguos menceyes de ia Isla, al tiempo que notamos que los Baute
o Ibaute, tenidos por nuestros genealogistas como descendientes
del rey de Daute, eran sólo «de los antiguos hidalgos de Naga»,
como afirman probanzas más cercanas a la conquista, y aclaramos
la distinta personalidad del famoso don Fernando Guanarteme de
la de un su homónimo y pariente.
Aprovechadas ya estas noticias, muy particularmente por
Rumeu de Armas en su interesante monografía Alonso de Lugo en
la corte de los Reyes Católicos, algunos nuevos datos que las completan
y en parte rectifican nos han inducido a recogerlos y darlos
ahora a la luz, ya que, si no exhaustivos, si los consideramos de
interés con el fin de contribuir a aclarar en lo posible esta oscura
parte de la historia insular.
Recogemos aquí sólo las noticias que hemos podido comprobar,
cuando la condición de mencey o de hijo o pariente cercano
de los mismos así se expresa, o bien cuando el uso del don induce,
sin género de dudas, a afirmar tal parentesco.
Es de notar —y nada tiene de extraño— que así como las
noticias sobre los reyes o sus deudos de los bandos de paces son
relativamente numerosas, salvo del de Güímar, de los que hasta
ahora no tenemos referencia, en cambio de los de guerra, si las
hay, son escasísimas, ya que por muy cercano que fuese el parentesco
no escaparon a ser buena presa del conquistador, y de ello
tenemos conocido ejemplo con el hijo de Bentor, el digno sucesor
de Benitomo de Taoro.
Adviértese también en los documentos notariales de los comienzos
de la colonización la posición relativamente importante
de algunos guanches, principalmente de los bandos de paces, que
no eran hijos ni parientes inmediatos de los reyes, lo que nos
hace pensar que se trata de eficaces auxiliares de los castellanos,
que lograron conservar sus bienes.
Debemos hacer constar que el uso del nombre del bando
como apellido no índica necesariamente parentesco con sus reyes,
sino sólo procedencia del lugar; y es sabido que en muchos casos
los apellidos adoptados por los indígenas fueron ios de sus padri-^
nos, o bien, como en el de los hijos del rey don Diego de Adexe,
su patronímico Díaz. Por ello, repetimos, sólo cuando se expresa
[3] 3
tal circunstancia o se da el uso del don hay prueba evidente del
tal rango o parentesco.
Bajo los epígrafes que siguen agrupamos las noticias que de
los personajes de aquellos bandos tradicionales —Abona, Adexe,
Anaga, Tacoronte y Tegueste— hemos podido reunir, para luego
referirnos al «bando de Imobad», que aún no hemos podido precisar
con exactitud, si bien creemos se trata del de Taoro.
La familia del rey de Abona
De una hermana y cuatro hijos del rey de Abona nos dan
noticias los documentos de la época: la hermana se llamó doña
Mencía y su nombre y parentesco consta del testamento de Francisca
de Tacoronte, la mujer de Gonzalo del Castillo, la cual confiesa
deber a aquélla cierta cantidad;^ de los hijos del rey, uno es
varón, «don Pedro, guanche, hijo del rey de Abona, ya difunto...»,
como dice escritura que otorgó Antón de los Olivos, su tutor,
con Alonso Sánchez de Morales, el 27 de mayo de 1510,' y las
tres restantes hembras.
De éstas, doña Ana de Abona o Ana Márquez, «criada» de
Antón de los Olivos, casó con Hernando de Ibaute, «de los hidalgos
antiguos de Naga», y éste le otorgó escritura de recibo de
arras, ante Sebastián Péez, el 3 de noviembre de 1507.* No tuvo
hijos de su matrimonio, como declara su marido en el testamento
que otorgó, ante Juan del Castillo, el 16 de mayo de 1536.
Otra se llamó doña Isabel, fue casada con Miguel de Güimar,
y en unión de su citada hermana reconoció deuda a Alonso Ve-lázquez,
como consecuencia de pleito que sostenían con Juan
Delgado, ante Antón de Valle jo, el 13 de febrero de 1512, documento
en que se expresa que eran hijas del rey de Abona.^
' Ante Alonso Gutiérrez, el 18 de abril de 1520. En La égloga de Dócil y
Castillo dijimos, por error, que era hija del rey de Abona; pero el texto del documento
no deja luyar a dudas.
' Ante Antón de Vallejo, Rey. 605, f° 268 v.
' Reg. 2. f 687. En este documento dice que era hija del rey de Abona.
• Rtg. 606, r 46 V.
4 [4]
Y la tercera fue doña Constanza, que estaba bajo la tutela de
don Pedro de Adexe el 21 de enero de 1508, cuando hace obligación
a su favor Miguel Pérez de Marchena, ante Sebastián Páez."*
La menor edad de dos de los hijos del rey de Abona en 1508
y 1510 hace pensar que este mencey era todavía joven al tiempo
de la conquista, aunque hemos visto que en esta última fecha ya
había muerto, y acaso desde la anterior, si bien no sabemos
dónde ni el lugar en que pasara los años de su destierro.
Estas son las noticias comprobadas sobre los hijos del último
rey de Abona. Pero hemos de rechazar la afirmación de nuestros
genealogistas de que un Gaspar Hernández, guanche rico que se
nombra en varios documentos de los primeros años posteriores a
la conquista, fuese el propio mencey de este bando. Aparte de
que Gaspar era vivo después del 1510, en que era «ya difunto»
dicho rey, tal indígena ni siquiera era del bando de Abona, sino
del de Anaga, como lo prueban dos documentos de 1508: el 25
de agosto de dicho año Gaspar Fernández y Sebastián de Naga
dan poder a Juan González; y éste, el 2 de octubre siguiente,
«como procurador de Gaspar y Sebastián de Naga>, sustituye tales
poderes en Diego Dorador." Gaspar otorgó testamento, ante
Alo'nso Gutiérrez, el 4 de octubre de 1527,' y de él volveremos
a ocuparnos más tarde.
Tampoco nos merecen mayor crédito las noticias de los
testigos de las informaciones hechas por Luis García Izquierdo
y su primo Martín Cabeza, ante el Teniente de Corregidor de
Tenerife Ldo. Rada y el escribano Luis Méndez, el 15 de julio de
1611,^ que los hace descendientes de Catalina García, hija del
rey de Abona, y de doña Mencía, la que afirman q\xe a su vez lo
• Re?. 2, í° 534.
« Ante S. Páez, Rey. 1, f° 311 y f° 267.
' A. Gutiérrez, Reg. 59, f° 528. En los folios anteriores y posteriores hay
diversos documentos de otros indíg^enas: Pedro Azano; Juan Azaten; Pedro Mada-lena;
Juan Fernández, hijo de Juan de Teg'ueste; Pero Fernández.
' De testimonio en informaciones genealógicas de don Juan Agustín de Linares
Garcia del Castillo, 1804. Archivo Parroquial de la Concepción de Santa
Cruz de Tenerife, Fondo Avecilla, Leg. V-3, Doc. 2.
[5] 5
era del mencey de Taoro. La fantasía de tal probanza, y de todas
las de sus descendientes sobre el tronco de esta familia, Hernán
García, al decir que era natural del lugar del Castillo, en la provincia
de Trasmiera, del arzobispado de Burgfos, conquistador de Tenerife,
capitán y hasta caballero de la orden de Santiago, es hoy
bien notoria, cuando sabemos que era natural de Alcaraz, de donde
tuvo que huir por haber tenido relaciones conuna cuñada suya; que
vino por primera vez a las Islas con Fernández de Lugo en 1497,
finalizada totalmente la conquista; y que no fue capitán ni caballero
de ninguna orden, sino clérigo, canónigo y vicario de la Isla;* y
así mal podemos creer lo que digan de aquella abuela indígena.
Ahora bien, la tradición de que los García del Castillo de
Chasna, sus descendientes, procedían dte los reyes guanches no
fue rechazada por la Inquisición, como resulta, entre otros, del
expediente de fray Pedro García del Castillo, aprobado el 9 de
noviembre de 1653, en el qué los siete testigos que deponen declaran
que descendía de los primeros reyes de la Isla, pues para
algunos lo era del rey Bencomo, para otro del de Taoro y para
un tercero del de Anaga." No rechazamos tal posibilidad,
pero hemos de advertir que no conocemos ningún documento
de la primera mitad del XVI que la confirme.
El rey de Adexe y su familia
No son nuevos los conocimientos sobre el rey que gobernaba
el bando de Adexe, a raíz de la conquista, bautizado con el
' En El Adelantado don Alonso de Lugo y su residencia por Lope de Sosa,
«Fontes Rerum Canariarum», III, Instituto de Estudios Canarios, La Lajfuna, 1949,
Introducción, pkg. XVll, nota 39, dimos como hijos de Hernán Garcia a María,
Luis, Diego y Pedro, admitidos por los g'enealogfistas. De los instrumentos que
hemos podido consultar sólo constan documentalmente los dos primeros. Tampoco
hemos hallado la escritura que se dice otorgfada ante Alonso Gutiérrez, en la
que nombra a la abuela materna de sus hijos. Sobre su naturaleza, el proceso ante
la Inquisición (El Museo Canario, 1530) dice que tuvo que huir de Alcaraz, por
el indicado motivo, y se fue a Castilla y de allí a Canarias.
"• Inquisición, El Museo Canario, Inf. de fray Pedro Garcia del Castillo, natural
de Chasna, XXXV, 2.
6 [6]
nombre de Diego. En diversas escrituras y datas se le dice así:
«Don Diego, rey que érades de Adexe...»
Es también sabido que este rey fue el único de ios de Tenerife
que logró eludir su viaje a Almazán, para aquella simbólica presentación
a los Reyes Católicos, como piensa Rumeu;'^ o quién sabe
si hizo el viaje y consiguió regresar a la Isla. Como quiera que
fuera, hay que pensar que su constante fidelidad a Fernández
de Lugo y el valor de su ayuda le fueron extremadamente útiles
en el futuro.
Lo que consideramos que es pura invención de los genealo-gístas
es que se le concediera el siguiente escudo de armas: En
campo de oro, dos palmas de su color cruzadas, coronadas de oro;
a diestra y siniestra una R y una D, y en la parte media dos rejas
abiertas, con tres ovejas blancas dentro, y al pie de las rejas dos
lobos blancos con collares rojos.
El Adelantado le dio en repartimiento el fértil valle de Masca,
con todas sus tierras y aguas, «para vuestros ganados e para que
fagáis vuestras heredades», salvo tres fanegas que ya había dado a
Pedro de Talavera, y cien fanegas de tierra de sembradura de
sequero en Taxo o Taxon, o sea en el valle de Santiago, abajo de
Arjo, el actual Erjos.^' También logró otras tierras dentro de su
antiguo reino, qus Jerónimo de Valdés, Guillen Castellano, Francisco
de Espinosa y Andrés Suárez Gallinato le señalaron, con
poderes del Adelantado, el 11 de julio de 1504, en la cantidad de
treinta fanegas, «en el reino de Adexe, donde se parten los términos
con Abona», así como el agua necesaria para su riego del
«agua de Chasna».^^
Poco después musre don Diego, ya que en cabildo de 17 de
noviembre de 1505 los regidores se quejan de que los herederos
" ANTONIO RUMEU DE ARMAS, Alonso de Lago en la corte de los Reyes
Católicos (1496-1497), Madrid. C. S. I. C, Biblioteca «Reyes Católicos», s. f.
11954], 4°.
" Lib. I de Datas ori;., 7-35, publicada en Los «reinos» de Tenerife, pájf.
123. En el Lib. I de Datas por testimonio, f 68 y f° 136, y en el II, id., f° 74, dice
Taxon, mientras en «1 original sólo Taxo.
»» Lib. de II Datas oriy., 17-23.
nCMtKÜTECA P.
t^J t- Santa Cr.^ ^, r«,er,fe
del rey de Adexe, como también Cristóbal de Ponte y Gonzalianes, .;.
incumplían ordenanza sobre la carne.** ^>v?í
El 17 de abril de 1529 el beneficiado del lugar de Icod Ruy
Blas dictó su codicilo, y en él dice: «Mando que digan por el ánima
de don Diego, rey de Adexe, defunto, un treintanario cerrado por
su ánima, porque se lú debo». Como puede verse, este clérigo
no se había apresurado a cumplir la voluntad del jefe indígena, y
el temor de la muerte se lo hizo recordar.*''
Los genealogistas llaman a su esposa doña Catalina de Lugo,
pero hasta ahora no conocemos documento en que se la cite por
su nombre. Ella o su hija fue forzada por Jerónimo de Valdés, el
hijo de Pedro de Ja Algaba y sobrino del Adelantado, caballero
inquieto y donjuanesco, hecho que motivó gran escándalo y obligó
a Fernández de Lugo a desterrarlo a Tagaos." De los hijos de
don Diego de Adexe conocemos a los que siguen:
Don Alonso, citado en dos documentos: en uno, de 29 de
abril de 1509, transa, en unión del que luego sería su cuñado,
Andrés de Güímar, con Antón de Ortega, apoderado del Adelantado,
pleito que tenían con éste sobre ciertas cabras," noticia que
sirvió al cronista de Icod don Emeterio Gutiérrez para su articulo
El pleito de los dos Alonsos;^^ y el otro, de 26 de noviembre de
1624, sobre división de las tierras del valle de Santiago, del que
resulta que don Alonso había vendido su parte en las mismas a
Gonzalo de Guadalcanal.*^
Don Fernando, al que instituyó heredero su primo y homónimo
Fernando Díaz, en testamento que otorgó el 3 de septiembre
" Acuerdo» del Cabildo de Tenerife,-1497-1507. «Fonte» Rerum Canariarum»,
Inatituto de Estudios Canarios, La Laj^una, 1949, pájr. 189.
'* Archivo de protocolos notariales de Garachico, en el Ayuntamiento de
dicho puerto. Leg. titulado «Papeles ilesribles».
" El Adelantado don Alonso de Lugo g su residencia..., cit. páy. 68.
" Ante S. Páez, Re». 9, i° 3.
" EMETERIO GUTIÍRREZ LÓPEZ, Historia de la ciudad de Icod de los Vinos en la
isla de Tenerife, Instituto de Estudios Canarios, La Lajfuna de Tenerife, 1941,
pájf. 39.
" Ante Alonso de Llarena, Rey. 19, f° 426. Dice «... deziraos que por quanto
nosotros [Andrés de Llerena y Guadalcanal] juntamente con Juan de Bonilla
8 [8]
de 1513,^" y al que pudiera referirse Antón González, natural de
la Isla, cuando en el suyo, otorgado ante Juan Núñez Jáimez, el
24 de enero de 1556, dice que como no tiene herederos forzosos
deja sus bienes a «Juan Fernandas Hidalgo, hijo de don Fernando,
casado con mi sobrina Juana Peres».*^
El tercer hijo varón es don Diego, heredero asimismo de su
primo Fernando Díaz y casado con Leonor de Vera, a la que dotó
Francisco de Tacoronte, en 1513, como hija de su mujer Leonor
Afonso.^^
De dos hijas tenemos también noticias: doña Inés Díaz, que
vivió casada con Juan de Bonilla, guanche, vecino de Daute en
1530 y con el que tuvo dos hijos, Melchora de Bonilla y Alonso
Díaz, casado éste con Angela Gómez;^^ y doña María Díaz o doña
María de Lugo o doña María de Adexe, que estuvo casada primero
con don Pedro de AdeXe, sin duda hermano o pariente muy
cercano de su padre, que estaba preso por el alcalde mayor en
1502'* y que murió después de 12 de agosto de 1512 y antes de
mediados de 1513, ya que el 31 de julio de este año se otorgfa
escritura para nombramiento de curador de sus hijos,^" posible-tenemos
c.ient fanegas de tierra en el valle de Santiag^o, las cuales fueron dadas a
don Diego, rey de Adex, e delias el dicho Andrés de Llerena e a su mujer, su hija,
pertenesce la terzia parte deltas, e a su mujer del dicho Juan de Bonilla la otra
terzia parte, como a uno de tres herederos del dicho don Diego, e a Alonso Dias,
hijo del dicho rey de Adex, e a vos el dicho Gonzalo de Galdalcanal, por compra
que del hezistes, la otra parte las ovistes, e dichas tierras an estado proindivisas...»
f Ante A. de Llerena, Reg. 27, f° 832.
*' Reg. 235, i" 276. No obstante, de la relación del documento transcrito
parcialmente en la not« 19 parece deducirse que los bienes de don Diego se dividieron
sólo entre tres herederos, lo que hace suponer que- los otros hijos le pre-murieron
o no dejaron herederos. De ser asi, cabe pensar que este don Fernando
fuera el rey de Anaga, que tomó este nombre, según aos ha comunicado el Dr.
Rumeu de Arma*.
« Ante Hernán Guerra, Reg. 21. f 693.
** Notas genealógicas por el P. BERMEJO, cuya copia nos ha facilitado don
Andrés de Lorenzó-Cáceres y Torres.
** Acuerdos del Cabildo de Tenerife cit., pág. 51.
" Ante S. Páez da poder el 2 de agosto de 1512, Rég. 10, f° 715, y ante A. de
Llerena, Reg. 27, f° 381, curaduría de iui hijos.
[9] 9
mente cuando doña María ¡ba a contraer su segundo matrimonio
con Andrés de Güímar, guanche principal del bando de su apellido,
que, esclavo de guerra, pese a ser de uno de los reinos de
paces, pasó a la propiedad y servicio del regidor Fernando de
Llerena, cuyo apellido tomó y es conocido indistintamente con
ambos nombres. Catalina Fernández, tía de Andrés de Güímar,
que tenía regular tortura en tierras y casas en la ciudad, lo dejó
por su heredero, por testamento que otorgó ante Sebastián Páez,
el 4 de noviembre de 1505, precisamente para que con el producto
de la herencia se «ahorrase», y nombra albacea al propio Fernando
de Llerena.2" Las relaciones entre éste y su antiguo esclavo continuaron
siendo buenas, ya que Andrés le dio poder al regidor,
el 2 de septiembre de 1510, para resolver sus pleitos y cobrar
sus deudas.*'
La personalidad de Andrés de Güímar o de Llerena es interesante.
Perseguido por el Adelantado, que sin duda continuaba
considerándolo presa de buena guerra, quién sabe si porque fue
alguno de los que de su bando siguieron a los que defendieron
la independencia de la Isla, es el caso que logró de los Reyes
cartas de seguro en abril del año 1515; una por sí y en nombre de
los guanches de la Isla contra las medidas del Adelantado en que
les prohibía llevar armas y les obligaba a ir a la ciudad con gran
perjuicio para sus bienes; otra por la cual se ordenaba a don
Alonso que pagara a aquél el resto de los maravedís que le debía
como consecuencia de pleito que habían sostenido, en el que el
Gobernador había sido condenado; y la tercera, porque «se teme
que por odio e enemistad e malquerencia que con él han e tienen
don Alonso Fernández de Lujo e sus parientes e ornes e criados...
le ferirán o matarán o lisiarán o perderán o le tomarán o ocuparán
sus bienes contra toda razón e derecho...» pide y le dan carta
de seguro."
" Rejf. 3, f° 13.
»' Ante S. Páez, Re?. 8, f° 90.
'• D. J. WoLFEL, La curia Romana y la Corona de España en la defensa de
loe aborigene» canarios, en «Anthropoí», Wien, 1930, páj?». 1080 a 1083.
10 [10]
Doña María de Adexe tuvo hijos de sus dos matrimonios:
del primero, a Marcos Pérez, Hernán Pérez, Diego Pérez, Juan de
Regla e Isabel Pérez. Los dos primeros los cita su padrastro en
su testamento. Hernán casó con Antonia Hernández, hija de
Pedro Vizcaíno, guanche, y tuvo de su matrimonio a Isabel Pérez,
con numerosa posteridad de su enlece con Pedro de Vargas.
Juan de Regla vivió casado con Luisa Delgado y también dejó
descendencia.^^
Con Andrés de Llerena tuvo doña María cuatro hijos: Diego
de Llerena, María Díaz, de la que luego hablaremos, Andrés de
Llerena y Catalina de Luij^o, que tomó el nombre de su abuela, si
realmente asi se llamó. Del primero y la última nada sabemos;
los otros dos dejaron numerosa posteridad.
Andrés de Llerena otorgó su testamento ante Alonso Gutiérrez,
el 4 de septiembre de 1527, cuando iba de cabalgada a Berbería
con el segundo Adelantado, don Pedro Fernández de Lugo,
y probablemente murió en esta expedición.^^
María Díaz, su hija, casó con Juan Gaspar, hijo de los citados
Gaspar Fernández y Catalina Francisca, guanches importantes del
bando de Anaga. Pretendieron reivindicar las tierras del barranco
de Masca, que habían sido dadas al rey don Diego, y al efecto
Juan Gaspar, «natural e vezino que soy desta ysla de Thenerífe,
asy como marido e conjunta persona que soy de María Díaz, mi
legítima muger, nieta del rey de Adexe don Diego, difunto, questá
en gloria», otorgó poder en Garachico, ante Antón Martín, el 16
de octubre de 1547.81
De este matrimonio fue hija única Juana Díaz, mujer sin hijos
de Juan Marrero, que siguieron pleito, para reivindicar Masca, con
Baltasar Asensio y otros, y a este efecto hicieron informaciones
en 1594, a virtud de receptoría de la Audiencia de Canarias, para
probar que Juana era bisnieta de don Diego, «que al tiempo que
fallecieron sus padres quedó niña de poca edad e después se casó
•• P. BlRMQO, Cit.
»• Ante A. Gutiérrei. Rey. 59. í" 522.
" Archivo de Garachico cit., f 331 T.
[11] 11
con Juan Marrero e durante su matrimonio ovieron por sus hijos
lexítimos...>*''
Más de un siglo después los hermanos Juan Alonso Bencomo
y el alférez Diego Alonso, vscinos de Güímar, hicieron información
probatoria de ser tataranietos de Juana Díaz, mujer de Juan
Marrero, y afírman que ésta fue «heredera universal del rey don
Diego». Aún entonces seguían pleito sobre el valle de Masca y
demás bienes del mencey, ahora con un Sebastián Bello.^'
No vamos a seguir, por ser ajeno a nuestro propósito, la descendencia
de don Diego de Adexe, por demás numerosa, pero si
a referirnos a otros parientes cercanos suyos a raíz de la conquista.
Ya hemos citado a Fernando Díaz, que dice en su testamento
ante Llerena, el 3 de septiembre de 1513, que era sobrino de don
Diego y nieto de María de Daute, e intituye herederos, para el
caso de no tener posteridad de su mujer. Barbóla de Adexe, a la
que deja en cinta, a sus primos don Fernando y don Diego. Pero
tuvo una hija postuma, María, a la que dan por tutor a su primo
don Diego, al siguiente año 1514, ante Hernán Guerra, cuando su
viuda Barbóla iba a casar de nuevo con otro guanche de su
bando, Juan de Adexe.
También hemos mencionado a don Pedro de Adexe, yerno
del rey, aquel que estaba preso en 1502 y que varios guanches
piden sea puesto en libertad para ir a reprimir a los alzados de
aquel bando, en cabildo de 25 de noviembre de aquel año.**
Pero todavía de otro pariente de don Diego tenemos noticias
indubitadas: se llamaba, después de la conquista, Juan Delgado,
y en un albalá de fecha 21 de junio de 1514 se dice «... a vos Juan
Delgado, primo del rey que fue de Adexe...» En otros documentos
que se aportaron a la información hecha en Icod por sus descendientes
los hermanos Lorenzo y Juan Díaz Delgado, en 1646,
" Testimoniadas en las informaciones hechas por el capitán don José de
Sosa Miranda y La Rosa, en La Laguna, 1791. Archivo del autor.
" B. BoNNET, El menee]/ de Adeje g aus descendientes, en REVISTA DE HISTORIA,
núms. 47-48.
** Acuerdas, pá/. 51.
12 [12]
se le llama «Juan Delgfado Bensa», y a su mujer «Juana Hernández
Carujame». Pensamos que estos dos últimos nombres deben corresponder
a los que tenía antes de su bautismo.^^'
De otro indígena de nombre don Diego nos hablan los documentos
tinerfeños de esta época; pero no se trata de un guanche,
sino de un natural de Gran Canaria, y debe de corresponder, sin
ningún género de dudas, a alguno de los antiguos jefes de dicha
isla, aunque no lo hemos podido identificar. Habla de él su hija
Leonor Hernández en un poder que da a su marido, Juan Cabello,
para que «saque una suerte de tierra que tiene en Telde, en la
vega, de manos de quien la tuviere>. Lo extendió ante Sebastián
Páez, el 6 de febrero de 1507, y en él nombra a su padre, «don
Diego, defunto», y a su hermano Luis Hernández. Ante el propio
escribano.el 18 de junio de 1511, los dos hermanos dan poder al
propio Cabello para acabar el pleito que sostenían con Alonso de
Matos sobre tales tierras. De Juan Cabello ya teníamos noticias:
natural de Gran Canaria, conquistador de La Gomera, La Palma y
Tenerife y poblador de esta última isla, en unión de Juan Beltrán
se había dirigido a ios Reyes en queja de los abusos que, se cometían
con los canarios establecidos en Tenerife, y obtuvo, en enero
de 1515, cartas reales de seguro.^"
Anaga
Tuvo su morada el rey de este bando en Las Mesas de Jiménez,
en las cuevas llamadas de Araguaite, que los herederos de
Miguel Perdomo y Mencía de Cabrera vendieron en 150 reales a
Cristóbal de Aroche el 14 de diciembre de 1603. El documento
dice así: «Unas cuevas de Araguayte, que fueron moradas del rey
de Anaga, que son en las mesas de Jiménez, que lindan por una
''' Testimoniados en informaciones practicadas por el capitán don Celedón
Aguado de Náyera, ante Pedro de Higueras, 1673, Reg. 1013, í° 359 y sij^s.
' M Rejr. 2 [de S. Páei], f° 159 y Rej. 8, f° 323. Las cartas reales en D. J. WOL-íiL,
La Curia..., cit. pág. 1076 a 1080.
[13] 13
parte con el valle de Areheta y de otro lado con un barranquillo
que va de las dichas mesas y por arriba una pared [roto el papel]
de las mismas mesas»."
Esperamos que nuestro querido amigo el catedrático de la
Universidad de Madrid don Antonio Rumeu de Armas publique
documentos cuyo hallazgo nos ha comunicado, que darán luz sobre
la vida de este jefe indígena.
De dos de sus hijos tenemos noticia cierta: Don Diego, del
que se conservan diversos contratos y poderes de los años 1506 a
1510, vende unas cabras a Antón de Tegueste, criado de los frailes
de San Francisco, el 30 de mayo de 1506, y da a renta a Gaspar
de Taoro, Fernando de Tacoronte y Juan Palomo, guanches, una
yunta de bueyes el 20 de octubre siguiente.*"* Ante el mismo
escribano, el 27 de abril de 1509, da poder a procuradores,»» y el
9 de junio de 1510 declara tener deuda con Fernando de Talavera,
de cinco doblas y media de oro, por sentencia que se dio en su
contra, e hipoteca en garantía el ganado cabrío que tiene en
esta isla.*"
Pero el de personalidad más interesante de los hijos de este
rey es don Enrique de Anaga. Ante Páez dio poder a Antón de
Ortega el 18 de septiembre de 1508, *como denunciador de los
guanches libres, que fueron vendidos por cativos», para que pleitee
por su libertad.'^ Como dijimos en nuestro estudio El Adelantado
don Alonso de Lugo y su residencia por Lope de Sosa, este
poder lo dio don Enrique para denunciar los abusos que con los
antiguos subditos de su padre había cometido y tolerado el Adelantado.*^
Pero, naturalmente, el Adelantado no se lo perdonó, y
aprovechando quién sabe qué pretexto, encontramos a don Enrique
preso en la cárcel del concejo el 23 de diciembre del propio año
1508, cuando Fernández de Lugo había logrado se le restituyese
" Ante Francisco Sánchei Zambrana, Reg. 513, f" 457.
" Rey. 2 [de S. Páei], f 6 v. y 159 v.
»» Reg. 9, f° 39. /
« Reg. 8 [de S. Páez], f° 389.
" Reg. 2, f°. 307.
« El Adelantado, págs. XVIII y 42.
14 [14]
la vara de la justicia.^^ El caso es que con su actitud logró que una
de las resoluciones dadas por la reina doña Juana, por consecuencia
de la residencia, fechada en Sevilla el 7 de junio de 1511, dirigida
a Lope de Sosa, fuese para que pusiera en libertad a los guanches
del bando de Anaga y de otros indebidamente cautivados.^^
No podemos dejar de mencionar aquí a los Baute o Ibaute.
Tenidos equivocadamente por descendientes del rey de Daute,
una probanza del año 1611 viene a aclarar su condición, al decir,
como hemos repetido, que eran <de los hidalgos antiguos de
Naga»;*^ y un expediente de deslinde de 1528 nos aclara totalmente
su procedencia, el actual valle de San Andrés, uno de los
lugares de la Isla que más cambiaron de nombre en los primeros
años de la colonización. El documento comienza con estas palabras:
«En el lugar del valle de Sant Andrés, ques en la isla de
Thenerife, que de antes sé solia nombrar el valle de las Higueras
y de Abicore e Ibaute, en diez e seis días del mes de diziembre,
año del nacimiento de N. S. Jesucristo de mil e quinientos e veinte
e ocho años...».^^ Pero no sólo fueron estos tres nombres los que
ha tenido, sino también el de valle de Salazar, por el apellido
de aquellos a quienes lo dio el Adelantado.
Parece del contexto del documento que a tos dos barrancos
que surcan el valle y que vienen a unirse casi en su desembocadura
llamaban los indígenas Abicore e Ibaute, y este nombre es el que
tomaron, ya cristianos, «hidalgos guanches» de este bando, acaso
de los amigos de los conquistadores. La similitud con Daute permitió
a los genealogistas atribuirlos al bando de este nombre.
El citado valle fue dado por el Adelantado a Lope de Salazar,
conquistador de la Isla y de los que habían antes de su dominación
concertado paces con el rey de Anaga,^^ así como a su hermano
Sancho de Salazar, con autorización de que también lo
*' Acuerdos, II, págs. 25-26.
** El Adelantado, pkg. US.
« Doc. cit. en la nota 35.
" Libro IV de Data» por test., f" 133.
*' Reformación del Repartimiento de Tenerife en 1506, «Pontea Rerum Ca-nariarum
», V, Santa Cruz de Tenerife, 1953, pájf. 195.
[15] 15
pobló su cuñado Pedro Perdomo. De las datas consta que Lope
de Salazar era primo del famoso conquistador Lope Fernández,
y su parentesco con Pedro Perdomo nos dice que eran de «las
Islas», esto es, de Lanzarote o Fuerteventura, aun cuando al venir
a Tenerife estuviese avecindado en Gran Canaria.
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Loi nueve bandos de Tenerife
Pero los Ibaute sienten añoranza por las tierras en que nacieron,
y Diego, uno de ellos, logró, en 1515, y como consecuencia
de pleito que ganó a Lope de Salazar, que se le dieran doce fanegas
de tierra en las cabezadas de Ibaute, su antiguo dominio.*^
" Expediente citado en la nota 46. Diego de Ibaute, lograda a su favor la
sentencia, se posesionó de las doce fanegas de tierra el 20 de mayo de 1515.
16 [16]
Los bandos de Tacoronte y Teguesie
Si ninguna noticia tenemos de los reyes de estos dos bandos,
los documentos nos han leg[ado el nombre de dos guanches a los
que se les da el don: don Juan de Tegueste y don P.edro de
Tacoronte.*'''
Aquél pudiera ser el Juan de Tegueste cuyo testamento publicamos
en Los <reinos* de Tenerife; don Pedro de Tacoronte era
primo de la mujer del conquistador Gonzalo del Castillo; y uno y
otro aparecen contratando con él y seguramente bajo su protección.
¿Eran hijos de los antiguos reyes de estos bandos? Probablemente;
pero no los mismos reyes, como los genealogistas han
sospechado.
El bando de Imobad ,
Este nombre, con la ortografía Imobach, aparece en la famosa
acta de posesión nominal de Tenerife por Diego de Herrera,
de 21 de junio,de 1464, cuando dice que se presentó a sometérsele
«el Gran Rey Imobach de Taoro>. En los documentos notariales
de la primera época aparece con las formas Imobad o Imobar,
como apellido de varios guanches: Bastían de Imobar es uno de
los del grupo de indígenas que dio poder a Anión Azate, ante
Sebastián Páez, el 2 de agosto de 1512;^*' Pedro de Imobade,
sirviéndose como lenguas de Diego Ruiz de Abona y de Pedro
de ^4obade, guanches, otorga poder a Guillen Castellano, para
que por él haga testamento, porque está enfermo de San Lázaro, y
declara sus deudas, entre ellas a Juana de Tegueste y a Fernando
Codrahi, guanches, y deja legado para ahorrar a su hermana Catalina
de Tenerife.^^
** LEOPOLDO DE LA ROSA, La égloga de Dácily Castillo, en REVISTA DE HISTORIA,
númí. 90-91, páy. 125.
»» Rey. 10. f° 715.
» Ante Antón de V.Uejo, Reg. 605, f 402 bi».
[17] 17
Otros varios de igual nombre encontramos en los documentos;
pero, además, en el testamento que otorgó el regidor Jerónimo de
Valdés, el sobrino del Adelantado, ante Antón de Vallejo, en
noviembre de 1507, nombra a «Pedro, mi esclavo, del bando de
Imobad...»^*
¿Cuál era el bando de Imobad? Si creemos a Fernando de
Párraga, el que escribió el acta de posesión de 1464 —y no parece
pueda dudarse en cuanto al nombre del rey de Taoro—, hemos de
identificar el bando de Imobad con el de Taoro.
Notemos que Tenerife, como apellido, sólo lo hemos encontrado
hasta ahora, en los documentos, en el nombre de la hermana
de Pedro de Imobad.
* * *
No hemos pretendido, ni mucho menos, agotar el tema; pero
esperamos que estas noticias sirvan para ir haciendo luz sobre
lo que fue de algunos de los jefes de los bandos de la isla de
Tenerife y de sus parientes más cercanos.
« * *
Adición.—Impresas ya las anteriores líneas, hemos comprobado
que, tanto en el testimonio del acta de 1464, hecho sobre el
original en pergamino que estaba en poder de Gonzalo Argote de
Molina y que éste firma, en unión del escribano de Fuerteventura
Pedro Negrin Galán, copia que se conserva en el Archivo Histórico
Provincial de Tenerife (Leg. 1178, f° 55), como en el reproducido
por Núñez de la Peña (pág. 91 de su obra), se dice *el Gran Rey
de Imobach de Taoro», no *el Gran Rey Imobach de Taoro», lo
que demuestra que Imobach no era el nombre del jefe de ese bando,
como se ha supuesto, sino el de la comarca o lugar en que mandaba
o donde tenía su morada, si bien no parece —queremos también
rectificar >el criterio antes expuesto— que Imobach y Taoro sean
distintos nombres de un mismo bando.
" Reg. 11, f 7.
RHL, 2