mdC
|
pequeño (250x250 max)
mediano (500x500 max)
grande
Extra Large
grande ( > 500x500)
Alta resolución
|
|
REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 11 Revista de Historia Canaria, 199; abril 2017, pp. 11-37; ISSN: e-2530-8270 EL REDESCUBRIMIENTO DE LAS ISLAS CANARIAS EN EL ANNO DOMINI 1339 Alberto Quartapelle cronicascanarias@gmail.com Resumen Este estudio se propone reunir, por primera vez en un único texto, todo lo que sabemos acerca del redescubrimiento de las Islas Canarias por parte del genovés Lanzarotto Malocello. Además de los documentos más conocidos se presenta: el mapa BL ms 25691 de Angelino Dulcert, que podría ser el primero en representar las Islas Canarias; un relato del historiador árabe al-Maqrízi, que nos habla de una expedición de galeras genovesas al archipiélago que tuvo lugar en 1339; la noticia de la muerte de un Lanselot Malozèl en Chipre en 1372; unas nuevas actas notariales que nos aclaran que no hubo uno, sino dos Lanzarotto Malocello. El conjunto de estas referencias no nos da una respuesta definitiva. Sin embargo, lo que sabemos gracias a ellas apunta hacia una única fecha probable para el redescubrimiento de las Islas Canarias: el año de 1339*. Palabras clave: Islas Canarias, descubrimiento, Portulano Dulcert, Lanzarotto Malocello, al-Maqrízi, Jbn el Jaldun. Abstract «The rediscovery of Canary Islands in ad 1339». This study aims to gather, for the first time in a single text, all we know about the rediscovery of the Canary Islands by Lanzarotto Malocello. In addition to the best-known documents, it will be also presented here: Angelino Dulcert’s BL ms 25691 map, which could be the first to represent the Canary Islands; the narration of the Arab historian Al-Maqrizi about an expedition of Genoese galleys to the archipelago that took place in 1339; the news of the death of a Lanselot Malozèl in Cyprus in 1372; some new affidavits which clarify that there was not one, but two Lanzarotto Ma-locello; a new translation of al-Maqaddima by Ibn el Jaldun. The set of all these references does not give us a definitive answer. However, the knowledge we have so far given these documents points to a single probable date: the year 1339. Keywords: Canary Islands, discovery, Portulano Dulcert, Lanzarotto Malocello, al-Ma-qrízi, Jbn el Jaldun. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 12 1. INTRODUCCIÓN ¿Cuándo se redescubrieron las Islas Canarias? En los últimos dos siglos, la respuesta a esta pregunta ha sido objeto de un número relevante de estudios e investigaciones, lamentablemente sin que se haya podido llegar a una conclusión definitiva. Tal vez sea porque, la respuesta no está a nuestro alcance. Sin embargo, no hay duda de que, si existiera, la respuesta solo podría encontrarse en los pocos escritos, mapas y relatos que por suerte han llegado hasta nosotros desde el lejano siglo xiv.D espués de analizar estos documentos, los historiadores han llegado, por ejemplo, a la conclusión unánime de que el primer europeo que puede considerarse el redescubridor de las Islas Canarias fue el navegante genovés Lanzarotto Maloce-llo, natural de la ciudad de Varazze en la Liguria. Sin embargo, no ha sucedido lo mismo en lo que se refiere a la fecha de su llegada, ni a los porqués, ni al tiempo de permanencia en ellas1. El francés Charles de la Roncière, en su Histoire de la marine française (1900)2; el alemán Richard Hennig (1944), en Terrae incognitae3, y Alejandro Cioranescu (1960)4 han propuesto como fecha de llegada el año 1312, mientras que el belga Charles Verlinden (1958)5 y el español M.A. Ladero Quesada (1979)6, el año 1336. Por su parte, Serra Ràfols (1961)7 sitúa el viaje de Lanzarotto en un largo intervalo de tiempo que va desde el año 1302 al 1338. En buena medida, el motivo de esta incertidumbre reside en la escasez de documentos disponibles, algunos de los que, por cierto, no han tenido suficiente difusión en Canarias, como el relato de al-Maqrízi o el mapa ms 25691 de Dulcert, que se encuentra en la British Library de Londres. Por otra parte, la incertidumbre se debe, a veces, a la dificultad de consultar los documentos en su versión original, * Un sincero agradecimiento al profesor Maximiano Trapero, catedrático de Filología Española (Lexicología y Semántica) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; a la pro-fesora María Jesús Viguera Molins, miembro de la Facultad de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Complutense de Madrid; a Tony Campbell, investigador independiente, chair of Imago Mundi Ltd e ex Map Librarian at the British Library; Humberto Dib, traductor, escritor y amigo. Un agradecimiento especial a la paleógrafa Giustina Olgiati, del Archivio Nazionale di Genova, cuyos esfuerzos han permitido encontrar nuevos documentos fundamentales para el conocimiento de la vida de Lanzarotto Malocello. 1 Tejera Gaspar, A. (2012): Lancelotto Malocello, redescubridor de las islas Canarias, Jor-nadas de Lanzarote, junio de 2012. 2 De la Roncière, C. (1900): Histoire de la marine française, Ed. Plon-Nourrit, Paris, p. 103. 3 Henning, R. (1953): Terrae incognitae 1200-1415, Leiden - E.J. Brill 1953, p. 176. 4 Cioranescu, A. (1960): «El descubrimiento de Canarias», Reseña, 1, pp. 15-24. 5 Verlinden, C. (1958): «Lanzarotto Malocello et la découverte portugaise des Canaries», Revue belge de philologie et d’ histoire, pp. 1173-1209. 6 Ladero Quesada, M.A. (1979): Los primeros europeos en Canarias (siglos xiv y xv). Col. La Guagua, Las Palmas de Gran Canaria, p. 10. 7 Serra Ràfols, E. (1961): «El redescubrimiento de las Islas Canarias en el siglo xiv», Revista de Historia Canaria, n.o 135-136, p. 223. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 13 hecho que ha complicado algunas investigaciones8. Para solucionar este último problema, los escritos se ofrecen en castellano y en el idioma original, con excepción de los textos árabes, y los mapas se presentan en reproducciones de alta resolución, dos de las cuales han sido realizadas especialmente para este trabajo. Por último, para permitir que el lector desarrolle libremente sus propias convicciones, en la presentación de los documentos se ha intentado mantener una posición neutral, sin agregar comentarios, dejando para las conclusiones la demos-tración de la tesis del presente trabajo: que el redescubrimiento de las Islas Canarias fue realizado por Lanzarotto Malocello en el año 1339. 2. LOS TRES PORTULANOS Y MAPAS DE ANGELINO DULCERT En una hipotética clasificación de los documentos más importantes acerca de la historia de las Islas Canarias, el primer lugar, probablemente, lo merece el portulano dibujado en 1339 por Angelino Dulcert, un cartógrafo perteneciente a la escuela cartográfica mallorquina (foto 1). Descubierto en 1885 en la Biblioteca Nacional de Francia, en París, este mapa, que está dibujado sobre dos piezas de pergamino unidas y cuyas dimensio-nes son de 75 × 102 centímetros, representa gran parte de Europa y el norte del continente africano. Su importancia para la historia del archipiélago canario reside en las muchas informaciones que nos ha proporcionado. Ante todo, es el primer documento en el que aparecen, en el océano Atlántico a la altura del cabo Non, tres de las islas canarias, a saber, Lanzarote, Lobos y Fuerteventura. En segundo lugar, nos ha trasmitido el nombre y la nacionalidad del probable descubridor, al llamar a la isla de Lanzarote «Insula de Lanzarotus Marocelus» y al identificarla con el pendón de plata que tiene la cruz de gules de la República de Génova. En tercer lugar, porque, al ser datado en el mes de agosto de 13399, el portulano establece la fecha antes de la cual tuvo necesariamente que haber ocurrido el descubrimiento del archipiélago. Por último, y no menos importante, al representar solo tres islas, hace suponer que los primeros descubridores, por alguna circunstancia adversa, no llegaron a visitar todo el archipiélago, hazaña que se realizó solo dos años más tarde, en 1341, con la expedición de Niccoloso da Recco. Si el portulano Dulcert de 1339 (BnF Dulcert 1339) puede considerarse el icono de la historiografía canaria, no puede decirse lo mismo de otros dos mapas de la misma época: el Dalorto-Corsini de 1330 y el manuscrito anónimo sin fecha 8 Tal vez por este motivo el nombre de la isla de Lobos que aparece en el portulano Dul-cert de 1339, li vegi marin (foto 5), ha sido interpretado por diferentes autores como vegi mari, vesci marini, leuegimari. 9 «Hoc opus fecit Angelino Dulcert ano mcccxxxviiii de mense Augusti in civitate maioricarum». REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 14 conocido como ms 25691, que se encuentra en la British Library de Londres (BL ms 25691). El primero de estos mapas fue encontrado en 1887, en Florencia, en la colección del príncipe Corsini. En un primer momento, sin duda a causa de las malas condiciones del manuscrito, aunque también debido a la disputa sobre la primacía nacional entre los cartógrafos italianos y catalanes10, el mapa fue atribuido a Angelinus de Dalorto y su fecha de producción fijada en 132511. Sin embargo, en la actualidad los historiadores concuerdan en atribuírselo a Angelinus de Dulceto, 10 Rosselló i Verger, V.M. (2011): La carta de navegar. Un instrumento mediterráneo de amplia difusión, Medievalismo, 21, pp. 55-79, p. 61), «Cuando la carta del príncipe Corsini se presentó en sociedad, el año 1887, nadie puso en duda la lectura que había hecho P. Amat di San Filippo: Angellinus de Dulceto. [...]. Diez años después (1897) de la aparición de la carta Corsini, un impetuoso Alberto Magnaghi (1874-1945) irrumpía en el asunto para defender el honor italiano, forzando la lectura de Dalorco, (y), al año siguiente (1898), el mismo autor se inclinaba por de Dalorto y la fecha de 1325. [...]. La disputa paleográfica tenía un trasfondo indentitario: Dalorco podía ser un antropotopónimo ligur, “italiano”, por tanto Dulcert —inaudito— debía ser apellido catalán. Hubiera convenido más argumentar un Dulceto, latinización del genovés Dolcedo, documentado, o incluso del catalán Dolcet, corriente. Lo curioso de la estéril controversia es que Magnaghi tenía razón en el punto básico: el origen ligur de las cartas portulanas, incluida la derivación catalanomallorquina». 11 «Hoc opus fecit Angelinus de Dalorto año dni mccxxv de mense martii composuit hoc». Foto 1. Portulano BnF Dulcert 1339. Biblioteque Nacional de France, Paris. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 15 es decir, al mismo Dulcert del portulano de 1339, y afirman que el año de su pro-ducción fue 133012. Como puede verse en la foto 2, en el mapa de 1330, frente al cabo Non no aparece ninguna isla, lo que haría suponer que las Islas Canarias para esa fecha todavía no habían sido descubiertas13. A propósito, el mapa Dalorto-Corsini 1330 confirma en este aspecto la información ofrecida por otros dos mapas anteriores: el mapa de Marino Sanudo de 1320, que, a la altura del estrecho de Gibraltar, tiene la siguiente inscripción: «Más allá de Gades, en los reinos de España, Portugal y Galicia, 12 «Hoc opus fecit Angelinus de Dulceto año dni mccxxx de mense martii composuit hoc». 13 Serra Ràfols, Ibidem, p. 223: «Que las Islas no estén en la carta Dalorto, de 1330, ya se ha dicho que es poco probatorio, pues por la forma de ella no quedaba espacio». Foto 2. Mapa Dalorto-Corsini 1330. Colección del Príncipe Corsini en Florencia. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 16 no se han encontrado islas de algún valor»14, y el portulano del genovés Giovanni da Carignano (1329-133015), que tampoco presenta islas frente a cabo Non16. Por lo tanto, si el mapa BnF Dulcert 1339 establece sin posibilidad de error el terminus ante quem del descubrimiento de las Islas Canarias, asimismo el mapa Dalorto-Corsini 13317 probablemente nos indica el terminus post quem tuvo lugar el descubrimiento, quedando así restringido este intervalo entre el mes de marzo de 1330 y el mes de agosto de 1339. El tercer mapa que compone el conjunto de mapas conocido como «grupo Dulcert/Dalorto» es el manuscrito anónimo y sin fecha BL ms 25691 de la British Library de Londres (foto 3). Atribuido por todos los cartógrafos al taller de Angelino Dulcert, este mapa ha generado algunas discrepancias con relación a su datación, habiendo quienes lo consideran como el más antiguo de los tres, anterior al Dalorto-Corsini 133018, y otros que, por el contrario, lo consideran como el más moderno. Desde los años 80 del siglo pasado, esta última tesis ha ganado fuerza gracias a los trabajos de Cortesão19, quien ubica la época de su producción entre el 1340 y el 1350, y de Pujades20, quien fija la fecha en 1340. En una posición similar está Campbell21, que sostiene que la datación podría abarcar los años 1339-1342, siendo sin embargo posterior al mapa BnF Dulcert 133922. 14 Quartapelle, A. (2015): 400 años de crónicas de las Islas Canarias, Vereda Libros- Tenerife, p. 46, «Ultra Gades, per regna Yspaniae, Portugaliae et Galitiae, non inveniuntur insulae alicuius valoris». 15 Campbell, T. (1987): Portolan charts from the late thirteenth century to 1500, en The History of Cartography, volume i. Un. of Chicago Press, 74th edition, p. 406. 16 Lamentablemente, en 1943 el portulano del genovés Giovanni da Carignano (1330) fue destruido por un incendio. A un costado del portulano podía leerse una escritura en latín que probablemente decía «decem spacium denotat mediana quinquaginta... tis per terram dpt unas inte-rislas » - «... hay colocadas unas islas que componen un Archipiélago». Debido a su mala calidad, las fotografías disponibles no permiten entender si la indicación se refería a islas reales o imaginarias, como San Borondon y Brasil. Sin embargo, ninguno de los cartógrafos que pudieron estudiar el ori-ginal en los siglos xix y xx comenta la presencia de las Islas Canarias. Lo que parece confirmar que en 1330 el archipiélago canario no era aún conocido por los cartógrafos. Licata, A. (2012): Lanzarotto Malocello, dall’Italia alla Canarie, Commissione Italiana Storia Militare, p. 134. 17 Arthur, R. (1929): Dalorto, Angelino. The portolan chart of Angellino de Dalorto, mc-ccxxv, in the collection of Prince Corsini at Florence London: Royal Geographical Society. Web. 8 noviembre 2016, http://nla.gov.au/nla.obj-233481158. (De libre reproduccion por autorización de la Nacion Library of Australia). 18 Winter, H. (1958): Catalan maps and their place in the total view of cartographic devel-opment, Imago Mundi xii, E.J. Brill-Leiden, p. 7. 19 Cortesão, A. (1969-1971): History ofPortuguese Cartography, Coimbra, Junta de Inves-tigações do Ultramar, 1969-71, vol. ii, p. 42. 20 Pujades I Bataller, R.J. (2007): Les cartes portolanes: la representació medieval d’una mar solcada. Barcelona. 21 Campbell, T. (2011) Complete chronological listing of works assigned to the period pre-1501. 22 Comunicación personal del 25/11/2016. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 17 Un aspecto interesante de este mapa está relacionado con los nombres que aparecen escritos en correspondencia con las tres islas canarias, los cuales difieren parcialmente de los nombres que se aprecian en el BnF Dulcert 133923. A pesar de las malas condiciones del manuscrito BL ms 25691, que no permite leer con claridad los nombres de las islas por la presencia de borraduras en la tinta, no hay prácticamente duda de que, en ambos mapas, la isla de Fuerteventura es llamada «la forte ventura» (foto 4). Por el contrario, podría haber algunas diferencias en el nombre de la isla de Lobos: mientras que en el BnF Dulcert 1339 se ha interpretado comúnmente, no sin dificultades, como «li vegi marin», en el BL ms 25691 podría leerse «li ve[xx] marin/marón». Finalmente, la diferencia más relevante entre los dos mapas se registra en el caso de la isla de Lanzarote, que es llamada «Insula de Lanzarotus Marocelus» en el BnF Dulcert 1339 y más sencillamente «Insula de Lanzarot» en el BL ms 25691 (foto 6)24. Acerca de la última letra, que se parece más bien a una «r» que a una «t», 23 Cortesão, ibidem, vol. ii, p. 42, lee: Insula de lanzarotus, liuechi marini y la forte ventura. 24 La diferencia entre los distintos nombres que aparecen en los dos mapas Dulcert, «Lanza-rotus Marocelus» y «Lanzarot», no permite establecer una anterioridad entre ellas, al considerar que los Foto 3. Mapa Anónimo BL ms 25691. British Library en Londres. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 18 hay que recordar que, de acuerdo con Rosselló i Verger, «cualquier medievalista sabe que la r y la t son dos letras muy parecidas»25. Acerca del significado de este nombre, no han faltado en el pasado expli-caciones fantasiosas, como la de Antonio de Nebrija (Decadas-1495), que afirmaba que el nombre Lanzarote procede del conquistador Jean de Béthencourt «porque él mismo la llamó así, lanza rota o quebrada»26, por habérsele roto la lanza en el momento de saltar a tierra para su conquista. Hoy hay casi unanimidad en indicar mapas sucesivos utilizan indiferentemente ambos nombres: Mediceo 1351 «I. de Lanzaroto», Pizzigagni 1367 «laurenza», Creques 1375 «Insula de lanzaroto maloxelo», Nápoles c. 1400 «insula de lançaroto maloçelo», Viladeste 1413 «Insola de lamzarot meloyelo», Giroldi 1426 «Y. de lanceloto», Vallseca 1439 «lançalot maroyçelo», T. Vallseca 1440 «lansalot», Benincasa 1468 «Lansilotto maroxllo». Tous Meliá, J. (2014): Las Islas Canarias a través de la Cartografía, Gaviño de Franchy Editores - Islas Canarias. 25 Rosselló i Verger, V.M. (2011): ibidem, p. 62. 26 Quartapelle, A. (2015): ibidem p. 142. Foto 4a. BnF Dulcert 1339. Foto 4b. BL ms 25691. Foto 6a. BnF Dulcert 1339. Foto 6b. BL ms 25691. Foto 5a. BnF Dulcert 1339. Foto 5b. BL ms 25691. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 19 que el origen del nombre de la isla de Lanzarote se remonta a su descubridor Lan-zarotto Marocello27. En lo que concierne a las otras dos islas, en el caso de Lobos el nombre vegi marin, que aparece en el portulano Dulcert 1339, se refiere con toda evidencia a la foca monje que poblaba la isla28, por ser llamada así en dialecto ligur29. Un to-pónimo similar, Golfo de vegio marin, se encuentra por ejemplo en un mapa de las costas de Brasil de los primeros años del siglo xvi30. Es interesante notar que en el BL ms 25691 en lugar de vegi marin tal vez pueda leerse vells marin/marón, lo que es significativo, pues «en dialecto mallorquín existe la expresión vell marin para referirse a la foca monje»31. Por cierto, el topónimo se encuentra en el litoral catalán (Vells Marin Alts y Vells Marin Baixo) y en la isla de Mallorca (Sa cova d’es vell marì). También una ordenanza del Consell de la ciudad de Valencia de 134332 regulaba la comercialización de las pieles de los vells marins, lo que atestigua la presencia de la 27 De opinión diferentes Hernández, según el cual «la expresión lanzarotus marocelus parece ser fruto de una mala lectura del mapa (de Dulcert 1339): solamente la isla se llama Lanzarote, nombre de gran predicamento en la época por llamarse así el principal protagonista de la materia de Bretaña, Lanzarote del Lago, siendo entonces marocelus una localización prescindible, o bien un sinónimo de lago; en latín el nombre de Lanzarote es una deformación de Lancelot». Hernández, O. (2008) ¿Y si Lanzaroto Malocello nunca existió?(i), El Diario.es, web: http://www.eldiario.es/canariasahora/ canariasopina/Lanzarote-Marocelo-existio-Octavio-Hernandez_6_285981458.html (25/11/2016). 28 Como se puede leer en Le Canarien (1402): «allí (en Lanzarote) acude un número increíble de lobos marinos, y cada año podría obtenerse por las pieles y las grasas un beneficio de más de 500 doblas de oro» En Quartapelle A. (2015): ibidem, p. 82. Interesante también es la información que nos ofrece Leonardo Torriani (1592) de la presencia de la foca monje en Gran Canaria y en Lanzarote: «En la isla de Canaria, en su costa este, ciertos pescadores vieron en años pasados a un hombre marino, debajo del agua, sentado en la entrada de una cueva. Decía que no tenía diferencia con nosotros, más que en los pies y en las manos, que eran como aletas de peces. En Lanzarote, a la parte del Poniente, también se ha visto por tres veces otro hombre marino parecido, saliendo del mar para sentarse al sol encima de una piedra alta. Estaba totalmente cubierto con bellísimas escamas blancas, encarnadas y azules, con los pelos y la barba larga. Las manos y los pies tenían forma de aletas de pez; pero los que lo vieron pensaban que debajo de las aletas tenía manos como las nuestras, y pies, porque sin ellos es de creer que no hubiera podido caminar con tanta agilidad». Torriani, L. (1592): Descripción de las Islas Canarias, Goya Ediciones, 1959, p. 260. 29 Canale, M.G. (1855): Della Crimea, del suo comercio e dei suoi dominatori, Ed. dè sordo-muti Genova, p. 369. Baldelli Boni, G.B. (1857): Il milione di Marco Polo, Giuseppe Pagani Firenze, p. clv, Atti del terzo congresso geográfico italiano, vol. 2, 1899, p. 427. La nuova rassegna (1894), p. 414. 30 Levillier, R. (1948): América, la ben llamada, vol. ii, Bajo la Cruz del Sur Editorial G. Kraft, p. 72. Memorie geografiche (1958), vol. 4, p. 250. 31 Trapero, M. «La toponimia de Le Canarien: Problemática de una toponomástica inau-gural », en Le Canarien: Retrato de dos mundos. ii. Contextos (ed. Eduardo Aznar, Dolores Corbella, Berta Pico y Antonio Tejera). La Laguna: Instituto de Estudios Canarios, 2006: 273-329. 32 «Sobre la treta de blats i la manufactura de pells de vells marins – Die martis xiiiº kalendas febroarii anno Domini millesimo cccº xl tertio». Furiò i Diego, A. (2007): Llibre d’establiments i ordenacions de la ciutat de València, vol. i: (1296-1345), Sobre la treta de blats i la manufactura de pells de vells marins, Universitat de València, p. 416. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 20 foca mediterránea o foca monje en sus aguas33. Según Maximiano Trapero34, Vegi marin asimismo podría proceder «de la expresión del latín vulgar vesci marini, que tendría el significado de devoradores marinos». En lo que respecta a Fuerteventura, su nombre sería según Trapero «el resultado de una composición del adjetivo fuerte y el sustantivo ventura, nombre posiblemente impuesto por los navegantes catalano-mallorquines, quienes visitaron las Islas a lo largo de todo el siglo xiv y quisieron darle el sentido de la gran afortu-nada ». No obstante, es más probable que Fuerteventura pueda tener el significado opuesto, esto es, «la mala suerte», de acuerdo con el Cancionero de Francisco Petrar-ca35, o «destino adverso», como en la Vita Nova de Dante36. El significado negativo de «desventura»37 se confirma también, dos siglos más tarde, con Torquato Tasso38. En conclusión, los datos disponibles no permiten afirmar con seguridad cuál de los dos mapas pueda ser el más antiguo. Algunos indicios incluso podrían apoyar la tesis de que el primer mapa conocido de las Islas Canarias sería el BL ms 25691: – El manuscrito BL ms 25691, al representar solo tres de las Islas Canarias, sin duda ha sido dibujado antes del 1342, pues para esta fecha la noticia del descubrimiento de todo el archipiélago por parte de Niccoloso da Recco seguramente ya había llegado a Mallorca. Y con mucha probabilidad fue dibujado utilizando las mismas informaciones de que se disponía al dibujar el portulano BnF Dulcert 1339, ya que el autor comete en los dos mapas los mismos errores: en la dimensión y posición de Lobos y en la forma de Fuerteventura. – Al darle el nombre a las islas, Angelino Dulcert utiliza idiomas diferentes en los dos mapas: en uno llama a Lanzarote «Insula de Lanzarot», en italiano, y en el otro «Insula de Lanzarotus Malocelus», en latín. Del mismo modo, en uno llama a la isla de Lobos «li vells marin», en catalán/mallorquín, y en el otro «li vegi marin», en italiano/ligur. Esta diferencia del idioma utilizado, más culto en el BnF Dulcert 1339 y más popular en el BL ms 25691, hace suponer que este último podría haber sido una hoja de trabajo del taller 33 Guerra Rosado, F.J. y otros, (2008): Interpretación del patrimonio: Diseño de programas de ámbito municipal, Editorial UOC, p. 156. 34 Trapero, M. (2008): Sobre los nombres antiguos y modernos que tuvieron y tienen las Islas de Canarias, en Estudios de traducción, cultura, lengua y literatura. In memoriam Virgilio Moya Jiménez (ed. Isabel Pascua, Bernardette Rey-Jouvin, Marcos Sarmiento). Universidad de Las Palmas de Gran Canaria: Servicio de Publicaciones, 2008: 71-100. 35 «o mia forte ventura, a che mi adduce» - «¿Dónde me llevas tú, mala ventura?». Petrar-ca, F. (1336): Cancionero, Canción ccvii, línea 73. 36 «vedete cuanto è forte mia ventura» - «pueden ver cuán adverso fue mi destino». Alighie-ri, D. (1293): Vita Nova, lxxxix, línea 5. Ver Treccani, L’enciclopedia Dantesca (1971): lema «forte». 37 En el Atlas Mediceo, además de la isla de Fuerteventura, aparece también la isla de «Senza Ventura» - «Sin Suerte», que podría ser El Hierro. 38 «e del Mondo, e di mia forte ventura» - «y del Mundo y de mi desventura». Tasso, T. (1575): La Gerusalemme conquistata, Canto ix, xlvii. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 21 mallorquín, útil para agregar los cambios y los nuevos descubrimientos antes de dibujar los mapas definitivos. – Por último, al observar los mapas dibujados en épocas sucesivas39 (tabla 1), se constata que en todos se utiliza el nombre de Fuerteventura/Forteventura, y lo mismo sucede con el nombre Lanzarot/Lanzarotus Marocelus. Por el con-trario, el nombre catalán de Lobos, li vells marin, desaparece por completo en favor de la versión en italiano/ligur li vegi marin, que se afirma como nombre estándar en todos los mapas posteriores. Este aspecto hace pensar que li vells marin fue un nombre provisorio, utilizado inmediatamente después del descubrimiento y que más tarde sería abandonado en favor del nombre más culto li vegi marin. TABLA 1. EVOLUCIÓN DEL NOMBRE DE LAS TRES ISLAS EN LOS MAPAS SUCESIVOS AL 1339 Mapa BL ms 25691 Dulcert 1339 Pizzigani 1367 Mediceo 1351 Cresques 1375 Soler 1385 Anonimo 1400 Lanzarote Insula de Lanzarot Insula deLanza-rotus Marocelus Lanceroto Lanzarote Insula de Lanza-roto maloxelo Lanzaroto Maloxello Insula de Lanzaroto Maloxelo Lobos Li vells marin Li vegi Marin Vegimarin Insula de linegi marin Li Vegi Marini Insula de leugi marin Fuerteventura La Forte ventura La Forte Ventura Forteven-tura Forteventura Fortoventura Forteventura Forte Ventura Con todo, aunque las pequeñas diferencias en los nombres de las islas no permitan establecer con seguridad la anterioridad de uno de los dos mapas, lo cierto es que ambos confirman el nombre de Lanzarotto Malocello como redescubridor de las Islas Canarias. 3. EL RELATO DE AL-MAQRÍZI Otro documento importante para conocer la historia más antigua de las Islas Canarias es, sin duda, el relato que nos ha dejado el historiador árabe Ibn el Jaldun en su texto de geografía al-Maqaddima, que se presenta aquí en la nueva traducción de Ruiz Girela40: «Primer clima –En su extremo occidental se hallan las 39 No han sido comprobados personalmente los nombres que aparecen en los mapas Pizzigani (1367), Medici (1351), por lo que se ha utilizado Porro Gutièrrez, J.M.a (1998): El reflejo de las Canarias en la cartografía anterior al siglo xiv, xiii Coloquio de historia canario-americano, p. 3310. 40 Para permitir una comparación con la traducción de Ruiz Girela se adjunta la anterior traducción de Serra Ràfols: «El clima primero —En él están situadas, por su parte occidental, las Islas Eternas [o Afortunadas], desde las que comenzó Ptolomeo la medición de las longitudes terrestres. No están en el continente del clima, sino en el mar Circundante [Océano], y forman un archipiélago compuesto de muchas islas de las cuales tres son las mayores y más famosas. Se afirma que están habitadas. Ha llegado a nuestra noticia que unos barcos de los Francos pasaron por ellas, a mediados REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 22 “Islas Eternas” a partir de las cuales comienza Ptolomeo a medir las longitudes de los lugares. No forman parte del continente de este clima, sino que se hallan en el Mar Circundante. Son muchas, de las que tres son las mayores y mejor conocidas. Se dice que están pobladas. Hemos oído decir que llegaron a ellas navíos cristianos41 a mediados de este siglo (1350) que lucharon contra sus habitantes, los saquearon, tomaron cautivos y vendieron algunos prisioneros en las costas del Occidente Extremo (grosso modo el actual Marruecos), y que éstos entraron al servicio del sultán. Cuando aprendieron la lengua árabe informaron sobre las particularidades de sus islas [...]»42. De acuerdo con el relato de Jbn el Jaldun, publicado en 1370, de este siglo, y que, habiendo combatido con sus habitantes, raptaron y cautivaron a algunos de ellos, parte de los cuales vendieron más tarde en las costas de Marruecos. Estos cautivos vendidos, pasados al servicio del Sultán, una vez que aprendieron la lengua árabe, dieron noticias sobre sus islas [...] [...] diciendo que remueven la tierra para la sementera con cuernos, por no existir hierro en su suelo; que se alimentan de cebada; que sus rebaños son de cabras; que pelean con piedras, que tiran hacia atrás, y que su culto consiste en prosternarse ante el sol saliente, pues no tienen otra religión ni ha llegado hasta ellos ninguna misión profética. No se da con el lugar de estas islas, de no ser que se las tope por casualidad, y nunca de propósito. [...]». Quartapelle, A. (2015): ibídem p. 66. 41 traducido con «cristianos» también en la traducción al inglés (Rosenthal, F. 1958: Pantheon Books, New York); traducido con «Francos» en el texto de Serra Rafols y en la traducción en francés (de Slane, W. 1863: Les Prolégomènes, Premièr partie, p. 169); El hecho de que se utilice el término de «los francos» podría hacer pensar que se trata de genoveses que vivían en la Roca de Mónaco, los «exstrinseci Ianuenses morantes in Castro de Mónaco», o sea, los representantes de las familias nobles de Génova obligados por el pueblo a abandonar la ciudad en 1339 como consecuencia de la guerra civil entre guelfi partidarios de Roberto d’Angió, y los ghibellini, que apoyaban al Emperador. El 23 de setiembre del mismo año el pueblo de Génova tomó en sus manos todo el poder y instituyó, por primera vez, una magistratura vitalicia aclamando al mercader Simón Boccanegra como primer Doge, máximo magistrado de la Republica. Quartapelle, A. (2015), El Hércules de las islas Canarias y otras historias, Vereda Libros, p. 192. 42 Sigue traducción de Ruiz Girela [...] y dijeron que araban la tierra, para sembrarla, con cuernos, porque no se conocía el hierro en su tierra; que hacían el pan de cebada, que sus rebaños eran de cabras y que luchaban con piedras que lanzaban hacia atrás. Su adoración consistía en prosternarse ante el sol levante, pero no tenían religión (revelada) ni había llegado allí nadie que se la enseñase. Al lugar en el que se encuentran estas islas sólo se llega por azar, no porque nadie se dirija a ellas, ya que la navegación por mar depende sólo de los vientos y del conocimiento del lugar del que provienen y hacia donde se dirigen exactamente cuando se pasa por un lugar en el que tales vientos soplan. Así, cuando cambia el viento y se conoce con precisión de dónde procede, se tienden las velas con el án-gulo adecuado y el barco es llevado según las reglas seguidas por los navegantes y los marineros que patronean los barcos en el mar. Los países que están en las costas del Mediterráneo y en su otra orilla aparecen descritos, de manera ordenada, en unos mapas que recogen lo que en ellos hay y su posición en las riberas del mar. Los vientos que en ellos soplan y sus direcciones también están señalados en esos mapas, que se llaman Compás y que es lo que los marineros usan en sus viajes. Pero todo esto falta por completo para el Mar Circundante, y por ello los barcos no se adentran en él ya que, si las costas desaparecen de la vista, es difícil que encuentren el camino para regresar a ellas. Además, la condensación del aire de ese mar y las nieblas que se producen en la superficie del agua dificultan a los barcos la navegación. Por otra parte, la lejanía hace que los rayos del sol reflejados en la superficie de la tierra se difuminen y no puedan llegar a ellos, lo que hace arduo el encontrar el camino hacia las islas y difícil el obtener información sobre ellas». Ruiz Girela, F. (2008): Introducción a la historia universal (Al Muqaddima), Ed. Almuzara: Cordoba, pp. 90-91. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 23 la expedición debió haber ocurrido «a mediados de este siglo (1350)», es decir, diez años después de que las Islas Canarias aparecieran dibujadas por primera vez en el mapa de Angelino Dulcert de 1339. Sin embargo, otro texto del historiador árabe al-Maqrízi, traducido y comentado recién en 1992 por María J. Viguera Molíns43 y poco conocido en Canarias, nos ofrece nuevas y más precisas informaciones acerca del viaje relatado por Jbn el Jaldun: «Nos contó Abü Zayd (Ibn Jaldun) que alrede-dor del año 740 (de la Hégira, julio 1339-junio 1340)44 llegó el sultán benimerín Abü l-Hasan a Ceuta y hasta él cruzaron un grupo de genoveses en dos galeras por el mar. Le informaron cómo habían partido de Génova, tras disponer provisiones para dos años, y marchado por el mar queriendo abarcar el conocimiento de lo que en él había y circunvalar lo que rodea la tierra habitada. [Yendo] por él pasaron por las Islas Canarias (al-Yuzur al-Jalidat: las islas eternas): sus pobladores iban desnu-dos, desconociendo los vestidos que la gente conoce y tapando mínimamente sus vergüenzas. Cuando desembarcaron en esta isla, saliéronles al paso sus pobladores para expulsarles, pero no resistieron las flechas y huyeron ante ellos. Ellos, los ge-noveses, dominaron la isla y examinaron qué riquezas había, sin hallar más animal que cabras, y que (los nativos) araban la tierra con cuernos de cabra para sembrar cebada, único alimento (cereal) que tienen. No conocen las armas, solo tiran pie-dras; dan vuelta al adversario y le arrojan de prisa las piedras. Cuando aparece el sol por el confín del Este, ante él se prosternan. Al no encontrarles ni riquezas ni vestidos, (los genoveses) se aprovisionaron de su agua, apresaron a algunos y partie-ron. Siguieron por el mar, hasta casi agotárseles la provisión de agua, y careciendo de su abastecimiento, y temiendo morir, regresaron a la aguada más próxima atrás dejada; se abastecieron y volvieron, mas ya no se alejaron de tierra sino en distancia retornable. Añade (el narrador) que el sultán Abü Salim (uno de los hijos del sultán Abü 1-Hasan) les pidió entonces algunos cautivos de las Islas, y le hicieron presente de dos hombres, a quienes puso con su servidumbre para que aprendieran la lengua árabe, y así contaron cosas de su situación y decían que las gentes de aquellas Islas nunca supieron del Islam ni tuvieron de él referencia ninguna». Como puede apreciarse, el relato de al-Maqrìzi repite fielmente lo que había contado Jbn el Jaldun acerca de los hábitos de los antiguos pobladores de las Canarias, ubicando sin embargo los acontecimientos con mayor precisión «alrededor del año 740 (de la Hégira, julio 1339-junio 1340)». 43 Viguera Molins, M.J. (1992): Eco árabe de un viaje genovés a las Islas Canarias antes del 1340, Medievalismo n.o 2, pp. 257-258. En Quartapelle, A. (2015): ibídem pp. 48-49. 44 «Este viaje de los genoveses ocurre alrededor de 1340, contando Jbn el Jaldun diez años, pero la invasión y estancia de Túnez de los meriníes entre la primavera de 1347 hasta diciembre de 1349 haría que tuviera conocimientos de la noticia del desembarco genovés en Canarias; otra posi-bilidad es que le llegara noticia del mismo estando ya instalado en la capital meriní de Fez, a partir de 1354, o a través del sultán Abu Salim, gran amigo y protector, al que sirvió en el Mágreb durante su reinado entre 1359-1361». Franco Sánchez, F. (2008): Geografía y cartografía en la obra de Ibn Jaldun, en Miradas Españolas sobre Ibn el Jaldun, Garrot y Martos Ed. p. 211. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 24 En segundo lugar, el relato de al-Maqrízi nos consigna la historia de unos navegantes genoveses que no tenían conocimiento previo de la existencia de las islas, y que, por una circunstancia adversa, tuvieron que interrumpir el viaje de descubri-miento antes de recorrer todo el archipiélago. 4. EL VERDADERO Y EL «FALSO» LANZAROTTO MALOCELLO A pesar de ser el protagonista del descubrimiento de las Islas Canarias, poco se sabe de Lanzarotto Malocello. Es desconocida la fecha de su nacimiento y su nombre aparece solo en unos pocos documentos45 y con diferentes grafías, lo que no permite establecer con seguridad si se trata de la misma persona: – En 1329, un Lanselot Mal Auseyl se encuentra en Mallorca, donde el 24 de mayo de 1329 pide el pago de un laudo por cuatro partidas de paños que transportaba de Colliure, en Francia, a Mallorca46. – En 1846, el historiador italiano Canale dijo haber encontrado en los archivos de Génova un documento que, supuestamente, hablaba de un tal Lancerotto Marocello, testigo en un acta notarial47. Al no haberse encontrado nunca el original, el documento se había considerado perdido, e incluso algunos 45 La transcripción íntegra de las cuatro actas notariales del Archivio Nazionale di Genova que se presentan están disponibles en Academia.Edu —[search] Alberto Quartapelle— Gli atti notarili di Lanzarotto Malocello presenti nell’Archivio di Nazionale di Genova. 46 Quartapelle, A. (2015): ibídem, p. 37 «A favor de Lanselot mal auseyl, de Génova. A Usted, noble señor de Arnaud de cardaylaco (Villasloda), lugarteniente del Reino de Maiorice (Mallor-ca), humildemente suplica y se declara Lansatralet malauzel, genovés y ciudadano de Génova, porque el mismo hoy, llevando consigo cuatro partidas de paños, arribó (sic) a Cocumliberum (Colliure)... Pro Lanselot mal auseyl, de Janua. Vobis, nobili viro domino Arnaldo de cardaylaco, locumtenentis in Regno Maiorice, humiliter suplicat signifficat lansalet malauzel, Januensis ciuis Janue, quod ipse nudius afferens secum quatuor carricos pannorum aplicuit (sic) apud Cocumliberum ...verum Guillelmus Bugarre, deputatus in Cocolibero ad colligendum et recipiendum laudum constitutum inibi contra Januenses pro satisfaciendo subditis,... lugarteniente del Reino de Maiorice (Mallorca), humildemente suplica y se declara Lansalet malauzel, genovés y ciudadano de Génova, porque el mismo hoy, llevando consigo cuatro partidas de paños, arribó (sic) a Cocumliberum (Colliure)...». Ortega Villoslada, A. (2011): «Del Mediterráneo al Atlántico: apertura/reapertura del estrecho de Gibraltar en la edad media: Estado de la cuestión», Revista d’Estudis Històrics, Any cxxvi, núm. 865 p. 121. 47 Canale, M. (1846): Nuova Istoria Della Repubblica di Genova, Epoca Tercera, Capitolo 12, Par. lxxiii, p. 343. «Tre atti da me trovati nel fogliazzo de’ notai mi danno lume su di ciò; ivi il primo aprile del 1330 figura nella qualità di testimonio Lancerotto Marocello, il 22 febbraio del 1384 e il 18 marzo del 1391 è nominata Eliana del q. Bartolomeo Fiesco, o moglie del q (abreviación del latin quondam —fue) Lanzerotto Marocello. Io non oserei dire che questi fosse quel desso lo scopritore, ma se ben si osservi tutto si accorda e l’epoca medesima lo persuade» - «Tres actos que he encontrado en los protocolos notariales me dan luz sobre esto; en uno, el primero de abril de 1330 figura en calidad de testigo Lancerotto Marocello, en otros dos, el 22 de febrero de 1384 y, el 18 de marzo de 1391 se nombra a Eliana [hija] del finado Bartolomeo Fiesco, o mujer del fallecido Lanzerotto Marocello. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 25 historiadores pusieron en duda su existencia, acusando a Canale de haberlo «inventando» en su afán por demostrar el origen genovés de Lanzarotto. Recientemente, gracias a la paleógrafa Giustina Olgiati, del Archivo di Stato di Génova, han salido a la luz dos documentos que confirman las afirma-ciones de Canale. El 4 de abril de 1330 un tal Pompeo Malocello, hijo de Domenico, llama como testigo a un pariente suyo, Lanzarotus Marocellus, para que confirme que es mayor de veintitrés años48. Hay que recordar que la edad mínima para poder ser testigo en un acta notarial, como en el caso de Lanzarotto, era de 25 años49. – En 1999, en el Archivio di Stato de Génova, el historiador italiano Pellegrini en-contró el original de otros dos documentos citados por Canale; sin embargo, por error invirtió las fechas de redacción50. En el primero, del 22 de febrero de 1384 (1391 para Pellegrini), Pietro Ma-rocello nombra a Eliana Fieschi, esposa del difunto Lanzaroto Marocello, como procuradora para que maneje sus intereses económicos51. El segundo, del 22 de febrero de 1391 (1384 para Pellegrini), nos informa que entre sus últimas voluntades «Pietro Malocello reconoció que le debía» 400 liras genovesas a Eliana, hija del difunto Bartolomeo de’ Fieschi y esposa del difunto Lanzaroto Marocello52. No me atrevo a decir que este fuera el descubridor (de las Canarias), pero si hay que constatar que todo concuerda y que la época es la misma lo hace pensar». 48 «Asserens me esse maiorem annorum xxiii, iurans ad sancta Dei Evangelia corporaliter tactis scripturis predicta omnia et singula attendere et observare bona fide et in nullo contrafacere vel venire. Faciens predicta consilio testium infrascriptorum quos in hoc casu meos propinquos, consiliatores et viciniores elligo et appello. Actum Ianue in platea Malocellorum, testes Lanzarotus Marocellus, Leonardus Cucarellus et Ianotus Marocellus, anno dominice nativitatis m°ccc°xxx°, inditione xii.a, die iiii° aprilis, hora vesperarum». ASGe, Notai antichi, 341,cc. 230v.-231r. y ASGe, Notai antichi, 341,cc. 231r. Transcripción de Giustina Olgiati – Archivio di Stato di Genova. 49 De Simone, C. (1874): Giornale ligústico p. 225. Statuti Criminali Genovesi, lib. i y cap. 38. 50 Pellegrini, S.: Lazzarotto Malocello. La fama de un mapa náutico, xiv Coloquio de Historia Canario Americana, p. 790. 51 «Don Pietro Malocello “miles” (caballero, título honorifico) hizo, estableció y ordenó como su certera mensajera y procuradora, como mejor no se podía hacer, a Eliana, esposa del difunto Lanzaroto Marocello, estando ella presente acepta de su voluntad el mandato para pedir, requerir, exigir, recuperar todo y cualquier cosa que el mismo constituyente debe recibir y recobrar o tendrá que recibir y recobrar...». «Dominus Petrus Marocelus miles fecit, constituit, creavit et ordinavit suam certam nuntiam et procuratricem prout melius fieri et esse potest Elianam, uxorem quondam Lanzaroti Marocelli, presentem et presens mandatum in se sponte suscipientem, ad petendum, requirendum, exigendum et recipiendum omne id et totum quicquid et quantum ipse constituens habere et recipere debet seu potest, debebit seu poterit...». ASGe, Notai antichi 445. ii cc. 46r.v. Transcripción de Giustina Olgiati —Archivio di Stato di Genova. 52 «... Eliana, hija del difunto Bartolomeo de’ Fieschi y esposa del difunto Lazzarotto Ma-locello [...] prestó 400 liras genovesas al difunto don Pietro, y se afirma que el difunto don Pietro, en sus últimas voluntades, reconoció que debía estas 400 liras genovesas reconoció a la mencionada Eliana...». «Eliana filiam quondam Bartholomei de’ Flisco et uxorem quondam Lanzaroti Marocelli REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 26 Hasta el momento, ningún historiador había podido encontrar ninguna noticia que nos ayudara a establecer el momento y las circunstancias de la muerte de Malocello. Sin embargo, cabe decir que en el Chronikon (siglo xiv-xv) de la coronación del rey de Chipre, Pedro ii, el historiador Leontio Machairas hace refe-rencia al asesinato de un tal Lanselot Malozèl el 12 de octubre de 1372: «Y desde el balcón (del palacio real) fueron arrojados hacia abajo, al portón, Lanselot Malozèl (Λανσελώτ Μαλοζέλ) junto con otros»53. Hay que recordar también que la familia Malocello tenía un importante establecimiento comercial en Chipre54 y que en esos mismos acontecimientos, fue asesinado también un Pietro Malocello, quien fuera chambelán del rey Pedro i desde 1360 hasta 1372, famoso porque en su villa de Sturla (Génova), en 1363, posiblemente fuera envenenado el dux de Génova, Simone Boccanegra55. Todas estas noticias podrían hacer suponer que se cuenta con una biografía bastante completa de Lanzarotto Malocello, si no fuera por la costumbre, típica de la época, de volver a utilizar el mismo nombre durante varias generaciones, como signo de respeto a los antepasados ilustres de la familia, lo cual pone en duda mu-chos de estos datos. En un acta notarial del 8 de noviembre de 1352 se menciona a un Lanzaroto, hijo del difunto Argone Marocello, quien se encontraba bajo la tutela de un Pietro Marocello: «Yo, Pietro Malocello, hijo de Domenico56, en calidad de procurador de alias mutuasse dicto quondam domino Petro libras quadringentas ianuinorum, et quas libras quadringentas ianuinorum dicunt quondam dominum Petrum in suis ultimis dixisse se debere dicte Eliane...» ASGe, Notai antichi 448, cc. 91r.-v. Transcripción de Giustina Olgiati —Archivio di Stato di Genova. Las informaciones contenidas en el acta permiten presumir que Pietro Malocello tuvo también una hermana, cuyo nombre es desconocido, que estaba casada con Egidio Lomellino, con quien tuvo tres hijos, Giovanni, Valentino y Gregorio. 53 Machairas, L. (siglo xiv-xv): Chronique de Chipre, por E. Miller, Ernest Leroux Édi-teur, Paris (1882) p. 181. 54 Podría haber sido un Malocello el no identificado genovés «Lanzaroto, almirante del rey de Chipre» - «Lanzaroto, armirario de miser lo re de Zipro» cuyo nombre aparece en una carta del veneciano Marc Micheli de 1298. En Mas Latrie, L. (1873): Nouvelles preuves de l’ histoire de Chypre sous le règne des princes de la maison de Lusignan, J. Baur et Détaille, Paris, p. 44. 55 Pietro Malocello aparece en el Chronikon Kiprou de Machairas con el nombre de Malozel (Μαλοζέλ) y Malouzè (Μαλουζέ). En la traducción en italiano del Khronikon Diomede Strambaldi (siglo xv), utiliza las diferentes grafías de Malozel, Malose, Maloses, Malusa, Malier. El veneciano Pietro Bustron (siglo xv), en su Historie di Cipri, lo llama Pietro Malosello. Por su parte Francesco Amadi (siglo xvi), en su Cronica, llama otro miembro de la familia Malocello con el apellido de Melosel. Strambaldi, D. (siglo xv): en Mas Latrie, Chroniques d’Amadi et de Strambaldi, ii partie, Paris Imprimerie National. Bustron, F. (siglo xv): Historie di Cipri en Mas Latrie, Chronique de l’ île de Chypre par Florio Bustron, p. 277. Amadi, (siglo xvi): en Mas Latrie, Chroniques d’Amadi et de Strambaldi, I partie, Paris Imprimerie National, p. 231. 56 Domenico Malocello, además de Pietro y Pompeo, es probablemente el padre de Eliano, nacido en 1309 y casado en 1326 con Orietta de’ Negri. Owens Hughes, D. (2004): Domestic ideals and social behavior: evidence from medieval Genoa, en Medieval Families: Perspectives on Marriage, Household, and Children, Ed. Carol Neel, Medieval Academy of America, p. 140. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 27 Lanzaroto, hijo del difunto Argone57 Marocello...»58. La misma acta nos informa también que este personaje tenía apenas quince años, al terminar con las palabras: «Yo Lanzaroto juro tener más de quince años de edad»59. Por lo tanto, en la misma época nos encontramos con la absoluta evidencia de que existían dos Lanzarotto Malocello: uno de, por lo menos, veinticinco años en 1330, cuando cumple el papel de testigo, y otro que tenía quince años en 1352. Lo mismo pasa también con Pietro Malocello, muerto en Chipre en 1372 y no obstante vivo en 1384, cuando le otorga un poder a Eliana Fieschi, pero definitivamente muerto en 1391. A pesar de las dificultades e incertidumbres que se encuentran para ordenar estas informaciones, todos los documentos parecen hablar de una única relación, tanto familiar como de negocios, que se desarrolla a lo largo de los años dentro de una misma familia, como era normal en la Génova de la época60. En la fig. 1 se indica con flechas rojas las relaciones de negocio, atestiguadas por las actas notariales, entre Lanzarotto y Pompeo, y entre Pietro y Lanzarotto Jr. 57 Argone tuvo que haber nacido después de 1289, ya que el nombre «Argono» se remonta al kan de Persia Arghun, quien envió al genovés Buscarello Ghisolfi como su embajador en Occidente, en 1289. Buscarello le pondría el nombre del kan (Argonus) a su hijo. 58 «Ego, Petrus Marocellus filius Dominici, curator et curatorio nomine Lanzaroti filii quondam Argoni Marocelli, de qua cura constat in actis publicis...». Archivio di Stato di Genova, Notai Antichi 237, cc. 280v,-281r. Transcripción de Giustina Olgiati —Archivio di Stato di Genova. La existencia de este documento es mencionada solo por el historiador Desimoni (1874) en Giornale Ligustico Anno primo, pp. 225-226. 59 «Confitens ego dictus Lanzarotus me ese maiorem annorun xv iuro et cetera». 60 El censo poblacional de Génova de 1356 indica que para esa fecha solo 19 familias estaban inscritas en el «albergo Malocello», peculiar institución genovesa que albergaba a todas las familias que tuvieran el mismo apellido y cuyas relaciones parentales e intereses económicos fuesen comunes, y que normalmente vivieran juntas en la misma zona de la ciudad. Grendi, E. (1975): Profilo storico degli alberghi genovesi, Mélanges de l’Ecole française de Rome. Moyen-Age, Temps modernes, tome 87, n.o 1. 1975, p. 301. Fig. 1. Relaciones familiares y de negocio de la familia Malocello. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 28 /Eliana. Como fundador del linaje se indica un Pietro por la costumbre italiana de darle al primer nieto varón el nombre del abuelo y, a veces, al segundo el nombre de un tío61. Tal vez este abuelo podría ser el Pietro Malocello que en 1312 había fletado una coca a un Nicolaus Burgarus para transportar mercancías desde Mallorca a Brujas, en Flandes62. Entonces, ¿qué documentos se refieren al Malocello «redescubridor»? Proba-blemente no lo hacen las actas notariales de 1352, 1384 y 1391, que parecen referirse a la relación entre Pietro Malocello63 y la familia de Lanzarotto Jr. Más difícil es establecer si el Chronikon, que nos cuenta sobre la muerte de un Lanselot Malozèl el 12 de octubre de 1372, se refiere al Lanzarotto Jr. de 35 años o al anciano «redescubridor», de 70. Por lo tanto, se llega a la conclusión de que los únicos documentos cono-cidos en la actualidad que podrían referirse al Lanzarotto «redescubridor» serían el laudo de Mallorca de 1329, el acta notarial de 1330 y, tal vez y no sin dudas, el Chronikon de 1372. 5. LANZAROTTO MALOCELLO: LAS REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Además de estos documentos y de los mapas, el nombre de Malocello aparece también en otros cuatro textos: el Libro del conosçimiento de todos los reinos, escrito por un franciscano natural de Sevilla, probablemente cerca de 1376; Le Canarien, la crónica de la conquista de Canarias llevada a cabo por Jean de Béthencourt y Gadifer de la Salle, escrita entre 1402 y 1404; una carta escrita en 1659 por el navegador francés Paulmier de Gonneville, en la que se relata la llegada del francés Lancelot de Maloisel a las islas, en 1312; y los documentos Almeida, que hablan de la conquista de Lanzarote por parte de un Lamsarote da Framqua. 61 Rossi, A. (2011): Ceppaloni. Storia e società di un paese del Regno di Napoli, Pro loco Ceppaloni, p. 323. 62 «En el contrato suscrito en Génova el 13 de marzo de 1312, Nicolaus Burgarus declara que Petrus Marocellus, que le ha fletado una coca para transportar mil seiscientas cantarias de mer-cancías desde Mallorca a Brujas, puede transbordar las mercancías a otro leño o leños para llevarlas “recto itinere” a Brujas, respetando las condiciones acordadas previamente con el patrón: «In nomine domini amen. Ego Nicolaus Burgarus confiteor tibi Leoni Printi et tibi notario infrascripto scriptori et recipienti in officio publico nomine Petri Marocelli, actum fuisse inter me et ipsum Petrum in instrumento naulizacionis sive locationis quam ipse mihi fecit de quadam cocha sua pro deferendo pro me et meo nomine cantaría mille sexcenta de rebus et mercibus de Maionicis ad partes Bruges...». Doehaerd, R. (1938): «Les galères génoises dans la Manche et la Mer du Nord», Bulletin de l’Institut historique belge de Rome, volumen 19, Institut historique belge de Rome, p. 60, doc. xxvi. «Por cierto el nombre Pietro era común en la familia. En 1329 otro Pietro Malocello fue nombrado Obispo de Ventimiglia, un importante puerto cerca de Francia». 63 Se ha indicado como fecha de muerte de Pietro Malocello Jr. la fecha de la apertura de sus últimas voluntades (1391). REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 29 El primer documento, el Libro del conosçimiento de todos los reinos et tierras et señoríos que son por el mundo, et de las señales et armas que han cada tierra et señorío por sy et de los reyes et señores que los proveen, es uno de los primeros textos de geografía universal escrito en la Edad Media. Publicado por primera vez en 1877, el Libro es muy interesante para entender cuál era el conocimiento que se tenía entonces de la tierra. Es probable que haya sido escrito por un fraile y se remonta, ciertamente, al siglo xiv, ya que fue citado por el fraile Pierre Boutier en su crónica de la conquista de Canarias, Le Canarien. A lo largo del Libro, el relato de un viaje tal vez imagina-rio por todo el mundo conocido, sabemos que el autor nació en España en 1304 o en 1305, aunque no hay indicaciones de la época de su redacción. Por este motivo, los historiadores han tratado de deducirla utilizando los acontecimientos narrados en el texto, lo que llevaría a fijarla después de 137564. En el Libro del conosçimiento se hace una específica referencia a la presencia de Malocello en las islas al decir que «la isla de Lançarote et dizen le asy porqué las gentes desta isla mataron a un ginoves que dezian Lançarote»65. Conocido como Le Canarien, el segundo documento que atestigua la pre-sencia de Malocello en las Islas Canarias fue escrito por los frailes franciscanos Jean Le Verrier y Pierre Boutier. Se trata de la crónica de la expedición de conquista de las Islas Canarias organizada a principios del siglo xv por el barón normando Jean de Béthencourt y por Gadifer de La Salle. La crónica francesa nos informa sobre la existencia de una construcción en la isla realizada por Malocello: «Reunieron gran cantidad de cebada y la metieron en un viejo castillo que, según dicen, había hecho construir antaño Lancelot Maloisel, cuando conquistó el país»66. El tercer documento, cuya validez histórica ha sido puesta en duda, es una carta enviada en 1659 por el navegador francés Jaime Paulmier de Gonneville al historiador Andrés du Chesne. En ella Paulmier escribe: «Sin embargo, no sé si ellos (los Béthencourt) pueden jactarse de haber llegado (a las Islas Canarias) antes que Lancelot de Maloisel, del cual se consideran descendientes los señores de las islas 64 Los estudios del historiador y experto francés en heráldica Martin de Riquer han per-mitido plantear la hipótesis de una fecha de redacción posterior a 1375. Para llegar a esta conclusión, Riquer ha estudiado no solamente la descripción de los lugares y acontecimientos presentes en el Libro, sino también el centenar de armas heráldicas de soberanos, países y ciudades ilustrados con dibujos realizados de forma razonablemente correcta. El blasón más interesante para el tema de la datación del Libro es el del rey de Francia, que «á por señales un pendón azul con tres flores de lis de oro». De acuerdo con Riquer, los reyes de Francia, en toda clase de documentos y de ornamentos desde Felipe Augusto (1179-1223) hasta el 1376, usan un emblema con un sembrado de flores y solo Carlos v, desde el año 1376, lo hizo con un escudo con apenas tres flores de lis. Ver De Riquer, M. (1987): «La heráldica en el Libro del Conoscimiento y el problema de su datación», Cuadernos de Filología Hispánica, n.o 6, 313-319. Edit. Universidad Complutense de Madrid. 65 Quartapelle, A. (20054): ibídem, p. 58. 66 Aznar, E., Corbella, D., Pico, B. y Tejera, A. (2006): «Le Canarien-Retrato de dos mundos», Instituto de Estudios Canarios 2006, Ms. G. Cap. xxxii, p. 99 y Ms. B. Cap. xxxii, p. 183. «Si assamblerent grant quantitè d’orge et la mistrent en un vieu chastel que Lancelot Maloisel avoit jadis fait faire, quant il canquist le pays, selon ce que l’on dit». REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 30 Maloisel, caballeros de la Baja Normandía, los cuales afirman tener documentos que acreditan que Lancelot logró la conquista en el año 1312 gracias a las noticias que de las islas le ofrecieron ciertos marinos de Cherburgo, los que, mientras co-merciaban en las costas de España, y a causa de una tormenta, fueron arrojados a las playas de las mencionadas islas, conocidas por los antiguos de otros tiempos con el nombre de Afortunadas, las que después permanecieron escondidas por muchos siglos...»67. En la carta, Paulmier también menciona un documento, supuestamente publicado por la familia Maloisel en 1632, para demostrar la primacía de Lancelot en el descubrimiento del archipiélago, documento éste que hasta el momento no ha sido encontrado. Por último, la cuarta referencia a Lanzarote se encuentra en un grupo de documentos publicados en 1925 por el historiador portugués Fortunato de Almei-da en su Historia de Portugal. Los documentos, ahora perdidos, testimoniaban las hazañas en las Islas Canarias de un cierto almirante Lansarote da Framqua (da Franca), descubridor de dos islas en el Atlántico, quien, años más tarde, moriría en una lucha contra los indígenas al intentar conquistarlas. Con el primer documento, fechado en 1370, el rey D. Fernando de Portugal concedía al almirante Lanzarote da Franca el Señorío de las islas de Nossa Senhora da Framqua (Lanzarote) y de la Gumeyra (Gomera). «Don Fernando, por gracia de Dios Rey de Portugal y del Algarve ... queriendo hacer gracia y merced a Lansarote da Framqua, almirante, 67 Quartapelle, A.(2015): ibídem, p. 475. «Ne ne sçay toutesfois s’ils (los Béthencourt) se peuvent venter d’y avoir abordè (las islas Canarias) avant Lancelot de Maloisel, duquel les sieurs des Isles Maloisel, gentils hommes basnormands, se disent descendus et avoir par devers eux des pièces qui justifient que leur Lancelot en entreprist la conqueste en l’an 1312, sur la cognoissance qui luy en donnèrent quelques matelots de Cherbourg, lesquels, trafficants aux costes d’Espagne, furent jetés par un coup de tempeste aux bords de ces isles, cogneues autrefois par les anciens sous le nom de Fourtunées et depuis demeurées comme cachées durant quelques siècles. Nos historiens françois ayant passè sous silence l’hèroique expèdition de Bethencourt, et les Hespagnols et estangers en ayant, a notre honte, touchè quelque chose, mais lègérement, elle a enfin paru entière, et son naifveté originaire en l’annèe 1630, après avoir souffert plus de deux cents ans de prison domestique, dans le cabinet des descentants du sr. De Bethencourt. Sa publication revèilla les Sieur de Maloisell, et en 1632 ils firent imprimer à Caen un petit discours, pour conserver à ce Lancelot au prèjudice de ce Jean de Bethencourt, la qualitè de premier conquèrant des Canaries: qualitè fondèe entr’autres choses sur un inventaire gènéalogique, baillé par leurs prèdècesseurs aux eslùs de Costances l’an 1453, lequel fait une ample mention de l’emntreprise de ce Lancelot; et de plus combattant les De Bethencourt par leur propre histoire. ils leur en objectent le chapitre xxxii. qui parle d’un viel chasteau lequel Lan-celot de Maloisel, dit cette histoire, avoit jadis fait fere en l’Isle Lancelote, qu’on appelle maintenant Lanzarotte; noms que lesdit sierus de Maloisel pretendent luy avoir esté donné par leur Lancelot, qu’ils disent y avoir commandè plus de xx. ans, et iusques a un soulevement général des Insulaires, qui l’en chasserent a l’ayde de leurs voissins. Cecy a d’autant plus de probabilitè que le nom natural de cet isle, puisque de temps de Bethecourt ses habitants le nommoient encor Tie-Roy-Gatra, comme en fet foy le 71 chapitre de son histoire. Mait soit qu’on juce ce procés en faveur de l’un, ou de l’autre, il será toujours vidè á l’avantage d’un François, et ainsi l’honneur demeurrera à nostre France d’avoir la permiér, pas ses entreprises, sur le Canaries, exitéles autres Europeans, à pousser la point de la navigation, si loing que toute la terre nous est en quelque façon ouverte». Bibl. Nat. De France, 7454 fº 70. En Licata A. (2012): ibidem, pp. 143-144. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 31 [...] de las islas que encontró y nos ganó, que están en el mar del Cabo Non, las cuales no están pobladas, porque de ellas no hemos hecho merced a la persona que las habría de poblar y gobernar, ... hacemos libre y pura donación ... al mencionado Lansarote, nuestro almirante, para sí y para todos sus herederos y sucesores, de las dos primeras islas que encontró, de Nosa Señora a Framqua y de la Gumeyra, con todas sus tierras y rentas que tengan y hayan de tener...»68. En el segundo documento, fechado en 1377, el rey D. Fernando informaba que Lansarote todavía no había podido tomar posesión de dichas islas en razón de la guerra entablada contra sus habitantes, los gaãchos, y los castellanos «... ni al mencionado Lançarote se le ha entregado su natural posesión (de las islas), por razón ... de la guerra que hubo entre los mencionados gaãchos y los castellanos. Sin embargo, [...] como muy bien lo merece, confirmamos y mantenemos como Capitán Mayor de dichas islas al mencionado Lamsarote da Framqua, nuestro almirante de las galleas...»69. Con el último documento, de 1385, el rey D. João informaba que Lansarote da Framqua había tenido una honorable muerte en las Islas Canarias «... conside-rados los muchos y buenos servicios (de Lamsarote), que Dios lo perdone, Capitán Mayor de las islas (de Lanzarote y de la Gomera) [...] que ahora ha tenido honrado fin en Lanzarote...»70. Elías Serra Ràfols, catedrático de Historia de la Universidad de La Laguna, ha tratado de demostrar que los documentos de Almeida eran escritos falsos, indignos de cualquier crédito, subrayando varios supuestos anacronismos entre el texto y los conocimientos geográficos e históricos que se tenían en la época de su redacción71. Por ejemplo, al referirse a la expresión «Mar del Cabo de Non» del documento de 1370, afirma que «esta idea de los mares particulares, como partes del mar general u Océano, era totalmente desconocida hasta para los geógrafos teóricos del Rena-cimiento ». En realidad, en el De insulis, el islario escrito por De Silvestri cerca del 140072, se indican más de veinte mares particulares de todo el mundo, como el He-lesponto, el Índico, el Adriático, el de Córcega, el Egeo y el Rojo. Otra afirmación no correcta es que el uso del nombre gaãchos (guanches), que emplea el texto de 1376 68 Dom Fernando, per a graça de Deus rrey de Purtugall e d’Algarve ... querendo fazer graça e mercee a Lansarote da Framqua, almirante, [...] as yllas que trobou e nos gaañou, que som no mar de Cabo Nom, as quaaes nom som pobradas,porque dellas nom teemos feito mercee a pessoa que as aia de pobrar e gouuir, [...] ao dicto Lansarote, noso Almirante, para ssy e para todos seus erdeyros e successores, das duas yllas primas que trobou, de Nossa Señora da Framqua y de Gumeyra, com todas sas terras e rremdas que teñam e ajam de teer...». 69 «... per rezom daficada guerra que ouve com os dictos gaãchos e castellãos. Porem, que-reendolle fazer graça e mercee, como boo merecente, confirmamos e manteemos capitom moor das dictas yllas o sudicto Lamsarore da Framqua, nosso almirante das galles». 70 «Visto os muytos e boons seruyços (de Lançarote), a que Deus perdoe, capitán moor das yllas [...] e que hora teve honrado fim na de Lamsarote...». 71 Serra Ràfols, E. (1961): «El redescubrimiento de las Islas Canarias en el siglo xiv», Revista de Historia Canaria, n.o 135-136, pp. 220-234. 72 Quartapelle, A. (2015): ibídem p. 67. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 32 «para designar cualesquiera nativos de las Islas Canarias, es modernísimo, pues no se remonta más allá del siglo pasado. Lo cierto es que fue adoptado por ciertos eruditos, sobre todo extranjeros, como Bertelot y Verneau, felices de disponer de un nombre propio para la supuesta nación indígena». Sin embargo, el uso del gentilicio guanche para designar a los habitantes de todas las islas, y no solamente a los de la isla de Tenerife, lejos de ser un modernismo inventado por Bertelot y Verneau, se remonta al siglo xvi, pues fue Alonso de Santa Cruz73 el primero en utilizarlo en 1546: «Y tomaron en ella (Tenerife) tierra y comenzaron a hacer guerra a los guanches, que así se llamaban los habitadores de aquellas yslas...»74. Al igual que estos dos, también los otros supuestos «anacronismos» presentados por Serra Ràfols no son tales75 y por lo tanto no permiten demostrar con total seguridad la falsedad o veracidad de los documentos Almeida76. 6. LA NAVEGACIÓN EN EL ESTRECHO DE GILBRALTAR «ALREDEDOR DEL 740 DE LA HÉGIRA» Con respecto al redescubrimiento de las Islas Canarias, es oportuno también considerar las dificultades a las que tuvo que enfrentarse la navegación comercial atlántica en los años cercanos al 740 de la Hégira (1339-1340). No hay que olvidar que el periodo que transcurre entre 1338 y 1342 se caracteriza por el enfrentamiento que tuvo la marina musulmana con las principales marinas europeas, transformando al estrecho de Gibraltar en el teatro de una guerra permanente en la que los que un día eran amigos y aliados, en pocos meses se volvían enemigos cuyos barcos podían ser atacados y hundidos. 73 Quartapelle, A. (2015): ibídem, p. 144. 74 En el mismo sentido general lo usaron también Pérez de Torres (1586) «estas son las Islas de las Canarias, stan de España trecientas leguas, llamamos a su gente guanches» ibidem p. 284; Jan van Linschoten (1610) «Las islas Canarias [...] hoy están habitadas por españoles mezclados con los naturales del país llamados Guancha» ibidem p. 349; Fernandez Brandao (1618) «que las Islas Canarias, que estaban pobladas, antes de ser descubiertas por los castellanos, por personas a las que llaman Guanches» ibidem, p. 389; y José de Sosa (1678) hablando de los habitantes de Gran Canaria los llama «canarios guanches» ibidem p. 494. 75 Una crítica a todos los supuestos «anacronismos» propuestos por Serra Ràfols: Quartape-lle, A. (2015): El Hércules de las Islas Canarias y otras historias, Vereda Libros -Tenerife, pp. 155-198. 76 La prioridad en el descubrimiento portugués de las Islas Canarias había sido reclamada el 12 de febrero de 1345 por el rey Alfonso iv de Portugal en una carta dirigida al papa Clemente vi, estaba en contra de la coronación de Luis de la Cerda como Príncipe de la Fortuna en 1344: «... los primeros descubridores de las predictas islas fueron (navegantes) de nuestro reyno» - «... predictarum insularum fuerunt prius nostri regnicole inventores». De acuerdo con el contenido de la carta, el descubrimiento portugués, reclamado por Alfonso iv, debía haber tenido lugar entre 1336 y 1341. Ver Verlinden, ibidem, pp. 1188-1189. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 33 Desde el lado castellano-aragonés la campaña naval del estrecho puede divi-dirse en tres fases: en la primera, organizada para evitar la invasión de la península77, el rey Alfonso xi y su aliado el monarca aragonés Pedro iv lograron derrotar al sultán mariní Abu l-Hasan y tomaron el control del estrecho (septiembre de 1339). En la segunda fase, Abu l-Hasan logró la destrucción de la flota cristiana en la batalla de Getares (abril de 1340), en la que murió también el almirante castellano Jofre Tenorio y el control del estrecho volvió a estar en manos de los benimerines. En la tercera fase, Alfonso xi, con el apoyo de 15 galeras de Génova y de 12 galeras del rey de Aragón, en la batalla de Guadalmesi (mayo 1342) destruyó la flota benimerín y volvió por segunda y definitiva vez a tener el control de las aguas de Gibraltar. En lo que concierne al reino de Mallorca78, el periodo analizado se caracteriza por la finalización de la contienda con Génova (1336), que durante seis años había afectado las rutas de Berbería y las del estrecho, y por la paz con Granada (1336) y con Túnez (1337). Sin embargo, quedaba todavía abierto el enfrentamiento con los benimerines, el cual se había iniciado en 1333 con el asalto de una galera sarracena protagonizado por dos cocas mallorquinas79. El conflicto se prolongó en el tiempo e incluyó un intento de asalto al puerto de la Ciutat de Mallorques, en agosto de 133880. A causa de este enfrentamiento, el comercio atlántico de los mallorquines se redujo sensiblemente, tanto que entre 1337 y 1338 se registran solo dos viajes a la costa atlántica de Marruecos: un viaje a Nife, en 1337, y otro a Salé, en 1338. La conciliación con los benimerines se concretó en abril de 1339 gracias a un acuerdo con el monarca mariní, quien garantizó protección y libre tránsito de los súbditos de ambos reinos y de sus mercancías. 77 Se ha utilizado Muñoz Bolaños, R. (2015): «La campaña naval del Estrecho (1340- 1344): el fin de la amenaza norteafricana», RUHM, vols. 4/8 2015, pp. 115-133. 78 Se ha utilizado Ortega Villoslada, (2014): «Mallorca y la importación de trigo atlántico (1230-1350)», SUMMA, n.o 3, pp. 73-91. 79 La respuesta del sultán Abu l-Hasan fue contundente y en 1334, como compensación, incautó en sus tierras mercancías por valor de 18.000 doblas de oro. 80 «... tenemos noticias seguras de Argel, Cherchel, Honein, Mestghamen y Sevilla, a través de cartas de muchos comerciantes y de algunos armadores de barcos y también de dos espías que regresaron de aquellos lugares, que el rey Garbo (Abu l-Hasan) ha reunido entre 35 y 40 navíos, entre las cuales hay veinte grandes galeras, o incluso más, junto a las cuales [...] debe haber cuatro galeras de los guelfi de Genova, y se dice que vendrán a ocupar las islas del reyno de Mallorca y que deben congregarse y estar listas para zarpar cerca de la fiesta de Santa María en el mes de agosto...». «Roge-rius de Rouenacho etc... Locum tenenti Minorice. Tenore presentium vobis significamus certa noua habere de algeer, de Sarcello, de hone, de Mostagani et de Sibilia per litteras plurium mercatorum et ab aliquibus patronis lignorum ac etiam a duobus spiis nostris que de illis partibus reuenerunt quod Rex Garbi facit congregacionem de xxxv ad xl vela, inter que erunt viginti Galee grosse et ultra, cum quibus... debent esse quatuor Galee januensium guelforum de quibus dicitur quod venient ad offendendum insulas Regni Maioricarum, et debent esse congregate et ad recedendum parate circa festum Sancte Marie mensis augusti...». Ortega Villoslada (2014): ibidem p. 86. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 34 Todos estos acontecimientos encontraban a Génova81, la más importante de las repúblicas marineras italianas, en la mejor situación para emprender viajes al archipiélago, al mantener alianzas tanto con Granada y con Fez como con Castilla82. En 1338, negociaba con Abu l-Hasan el alquiler de cuarenta galeras, mientras que los guelfi de Génova enviaban cuatro para atacar Palma de Mallorca. Al final del mismo año, la Gran Crónica relata que la flota castellana encontró «en alta mar una gran nave tripulada por musulmanes y christianos malos, que posiblemente haya sido un barco genovés al servicio del sultán mariní»83, utilizado para el traslado de tropas a la península. Más tarde, en septiembre de 1339, al atacar Ceuta, el almirante aragonés Jofre Gilabert Cruillas encontró una galera de Génova en el puerto de la ciudad84. Con todo, dos años más tarde, después de que el almirante Jofre Tenorio fuera derrotado y muerto en la batalla de Getares (1341), los genoveses decidieron apoyar el bando de los castellanos, y el almirante genovés Egidio Boccanegra acabó participando con 15 galeras en el bloqueo del estrecho, pero esta vez en función de una postura antimusulmana. En palabras de Alfonso xi, «los genoveses siempre encontraban una manera de ayudar a quienes les dieran dinero, y sobre este aspecto no tenían en cuenta ni el ser cristiano ni ninguna otra cosa»85. 81 Se ha utilizado Segura González, W. (2005): «La batalla del Salado (año 1340)», Al Quantir, n.o 3, 2009, pp. 1-32. 82 Muñoz Bolaños, R. (2015): «La campaña naval del Estrecho (1340-1344)», RUHM, vols. 4/8 2015, p 116. 83 «E quando ésto vieron los del almirante, díxéronles que amaynasen las velas de parte del almirante de Castilla; e ellos dixeron que non querían. E quando esto vieron los del almirante de Castilla; e ellos dixeron que non querían. E quando esto vieron las del almirante armaronse, et conbatieron la carraca a la rredonda. E una pieça del día se defendieron, assí que non la podían entrar como quiera que a la çima la entraron por fuerça e mataron al señor della e quantos moros e christia-nos alli hallaron. E después que la carraca fue entrada, lleváronla a Sancta Maria del Puerto. Et esta fue la gran carraca que fue llamada la Bestia». Gran crónica de Alfonso xi, cap ccxlv. En Calderón Ortega, J.M., Dìaz Gonzàlez, F.J. (2001): Los almirantes del siglo de oro de la Marina castellana medieval, En la España Medieval, 2001-24, p. 321. 84 Zurita, J. (1562-1580): «Hazaña y victoria del almirante de Aragón: «[...] Salió el almirante de Aragón a 6 del mes de septiembre de Algecira con ocho galeras para ir a descubrir el puerto de Ceuta; y, llegando de noche, descubrió que había en él trece galeras de moros y siete leños armados y una galera de genoveses y otros navíos que habían de pasar aquella noche el estrecho; y a la alba embistió en la armada de los moros tan de rebato que los desbarató y ganó algunas galeras; y se volvió con la presa a Algecira». Anales de Aragón, tomo iii, lib. vii, cap. l. 85 «ca los genoueses siempre encontraban una manera de ayudar a quien les diese dinero, y sobre esto non catauan christiandad nin otro bien ninguno». Segura González, W. (2007): «Batalla naval de Guadalmesí (año 1342)», Al Qantir, 15, p. 6. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 35 7. CONCLUSIONES En este estudio se han presentado varios elementos, algunos muy conoci-dos y otros tal vez hasta ahora no suficientemente valorados. En opinión del autor, todos ellos apuntan de manera convergente hacia una única posible dirección: que la expedición de los genoveses de 1339, descrita en el relato de al-Maqrízi, haya sido la primera en llegar al archipiélago y que a su mando se encontraba Lanzarotto Malocello, el redescubridor de las Islas Canarias: 1. El mapa Dalorto-Corsini 1330 indica que en 1330 no se tenía noticia del ar-chipiélago. 2. El portulano BnF Dulcert 1339 y el mapa BL ms 25691 confirman que en 1339 solo se conocía la existencia de las tres islas, Lanzarote, Lobos y Fuerteventu-ra, y de forma sumaria, por cierto, al considerar que la dimensión y posición de Lobos y la forma de Fuerteventura son muy diferentes de las reales. 3. El portulano BnF Dulcert 1339, el mapa BL ms 25691 y el relato de al-Maqrízi confirman las mismas hipótesis acerca de las circunstancias del descubri-miento: que los navegantes eran genoveses y que visitaron apenas unas islas al interrumpir el viaje antes de recorrer todo el archipiélago, probablemente debido a unas circunstancias adversas. 4. La fecha del viaje de los genoveses tuvo lugar «alrededor del año 740 de la Hégira (julio 1339 - junio 1340)», o sea, 1338 o 1339, y es compatible con la fecha del portulano Dulcert de agosto 133986. Si se considera que los meses de mayor actividad naval en el estrecho eran los meses de verano87, puede suponerse que la expedición de los genoveses tuvo lugar entre mayo y julio de 1339. 5. Nada indica que en 1339 los genoveses tuvieran un conocimiento previo de la existencia de las Canarias. De acuerdo con Ibn el Jaldun, la llegada tuvo lugar de modo fortuito porque «al lugar en el que se encuentran estas islas solo se llega por azar, no porque nadie se dirija a ellas». 6. El viaje de los genoveses no se dirigía hacia las Canarias. La descripción de al-Maqrízi es similar a la que nos ha dejado Jacopo Doria del viaje de los hermanos Vivaldi en 1291, en la que escribe que «dispusieron (los Vivaldi) de dos galeras de manera espléndida. Tras abastecerlas con agua y otras necesidades, se dirigieron, en el mes de mayo, por el estrecho de Ceuta a fin 86 Las presencias historicamente documentadas del sultán Abü l-Hasan a Ceuta son en 1340, en ocasión de la Guerra del Estrecho, narradas por Jbn el Jaldun. En Segura González, W. (2013): La batalla de Tarifa en las historias musulmanas, Al Qantir 15 (2013) pp. 132-137. Sin embargo, «el sultán tenía una residencia privada en una de las torres del alcazar» de Ceuta. Hita Ruiz, J.M. y Villada Paredes, F.: Ceuta durante el periodo mariní: estado de la questión y nuevas perspectivas, p. 234. 87 López Fernández, M. (2008): Algunas precisiones sobre la aplicación del Tratado de Madrid de 1339, entre Aragón y Castilla, UNED. Espacio, Tiempo y Forma Serie iii, H.a Medieval, t. 21, p. 186. Ortega Villasloda, A. (2008): El reino de Mallorca y el mundo Atlántico, 1230-1349: evolución político-mercantil, Netbiblo S.L., p. 164. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 36 de que las galeras pudieran navegar por el mar océano»88. Los navegantes de 1339, al igual que los Vivaldi en 1291, «habían partido de Génova tras disponerse de provisiones para dos años y marchado por el mar queriendo abarcar el conocimiento de lo que en él había y circunvalar lo que rodea la tierra habitada». El objetivo del viaje de 1339 era encontrar un camino alternativo a las Indias y no llegar a las Islas Canarias, de las cuales, con toda probabilidad, se desconocía su existencia. 7. El relato de al-Maqrízi nos informa también que los navegantes genoveses «al no encontrar ... riquezas ... partieron». La supuesta falta de bienes económica-mente aprovechables en las islas explicaría por qué, a pesar de ser conocida la noticia del descubrimiento en Mallorca desde mediado de 1339 y utilizada por Dulcert en su portulano, no hubo expediciones mallorquinas conocidas a las islas hasta mediado de 1342. 8. Por el contrario, el interés mallorquín se despierta rápidamente después del viaje de da Recco en 1341, cuando llega la noticia de las riquezas encontradas en las islas: «Muchas pieles de carneros y de cabras, sebo, aceite de pescado, cadáveres de focas, maderas rojas que tiñen como hace la col pequeña ..., y también cortezas de árboles aptas para teñir en rojo, así como tierra roja y sustancias similares»89. Tan solo cinco meses después de que la noticia del viaje llegara a Sevilla, en noviembre de 134190, Jaime iii, rey de Mallorca, otorgaba la autorización para partir hacia las Islas Canarias a Gulliem Pere el 15 de abril y a Francisco Desvalers el 16 de abril de 134291. 9. La hipótesis de que la expedición de 1339 fue la primera en descubrir las Islas Canarias parece confirmada en 1342 por los mismos contemporáneos a los acontecimientos. Boccaccio en su De Canaria habla de las Canarias como «de insulis reliquis ultra Hispaniam in Oceano noviter repertis», las ínsulas recién descubiertas más allá de España en el océano, y el rey de Mallorca 88 Quartapelle, A. (2015), ibidem, p. 46. «Nam armaverunt optime duas galeas et de victualibus aqua et aliis necessariis in eis impositis, miserunt eas [in]dè mense madii, deversùs strictum Septae ut per mare Oceanum irent ad partem Indiae». 89 Quartapelle, A. (2015): ibidem, p. 50. 90 Quartapelle, A. (2015): ibídem, p. 50. 91 Quartapelle A. (2015): ibídem, p. 54: «ales illes noueylament trobades en les parts de ponent»; Ortega Villoslada, A. (2011): De Mallorca al Atlántico bajo la dinastía privativa, MRAMEGH, 21 (2011), p. 20, nota 29. Sin embargo, tampoco en el caso de estas expediciones mallorquinas se tenía un completo conocimiento de la situación de las Islas, si en el texto latín de la autorización real, se preveía que en caso de conquistas de ciudades, fortalezas o campamentos militares se reconocía el dominio al rey de Mallorca. Al no ser estas simplemente formulas generales para todas las expediciones de conquista y no simplemente comerciales: «Promiserunt (los patrones y armadores) dicto domino Locumtenenti quod si contingat eos, tam per se quam per gentes in dictis cochis euntes et navigantes, adquirere sese capere aliquam ex dictis insulis ve1 aliquam villam, populationem seu fortalissium aut castrum quodlibet, quod in illis sic adquisitis, recognoscent in principem et dominum dictum dominum nostrum Regem». Sevillano Colom, Francisco, Anuario de Estudios Atlanticos, 18, 1972, p. 33. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 37 Jaime iii las llama «illes noueylament trobades en les parts de ponent»92, las islas recién descubiertas en las partes de Poniente93. 10. Por último, el significado del nombre de la isla «la forte ventura», como hemos visto, es «la mala suerte», «el adverso destino» o «la desventura». Ciertamente, es difícil imaginar un destino más aciago para unos navegantes que habían soñado con «abarcar el conocimiento de lo que en el mar había y circunvalar lo que rodea la tierra habitada» que el regreso anticipado a Génova, después de pocos meses y sin haber encontrado ninguna riqueza. Esta circunstancia, así como las demás informaciones ofrecidas por el relato de al-Maqrízi, hacen suponer que los dos mapas de Dulcert no sean otra cosa que la transposición cartográfica del viaje de los genoveses de 1339. En conclusión, probablemente las Islas Canarias no tendrán nunca su Día del Descubrimiento, su 12 de octubre de 1492, como sucede con el continente ame-ricano. Sin embargo, los portulanos, mapas y relatos que han llegado hasta nuestros días apuntan de forma convergente hacia una misma fecha, el anno Domini 1339, y hacia una misma expedición, la de unos genoveses que querían conocer el mundo, probablemente al mando de Lanzarotto Malocello. Recibido: 24-2-2016; aceptado: 17-3-2016. 92 Ortega Villoslada, A. (2011): De Mallorca al Atlántico bajo la dinastía privativa, MRAMEGH, 21 (2011), p. 20, nota 29. 93 Quartapelle, A. ibídem, p. 54.
Click tabs to swap between content that is broken into logical sections.
Calificación | |
Título y subtítulo | El redescubrimiento de las Islas Canarias en el Anno Domini 1339 |
Autoría principal | Quartapelle, Alberto |
Entidad | Universidad de La Laguna. Facultad de Geografía e Historia e Historia del Arte y Filosofía |
Publicación fuente | Revista de historia canaria |
Numeración | Número 199 |
Sección | Artículos/Articles |
Tipo de documento | Artículo |
Lugar de publicación | La Laguna (Santa Cruz de Tenerife) |
Editorial | Universidad La Laguna. Servicio de Publicaciones |
Fecha | 2017 |
Páginas | pp. 011-037 |
Materias | Arte ; España ; Canarias ; Historia ; Lingüística ; Publicaciones periódicas ; Descubrimiento ; Portulano Dulcert ; Lanzarotto Malocello ; Al-Maqrízi ; Jbn el Jaldun |
Enlaces relacionados | Enlace a la Revista: http://publica.webs.ull.es/publicaciones/lista-volumenes/revista-de-historia-canaria/ |
Notas | Este estudio se propone reunir, por primera vez en un único texto, todo lo que sabemos acerca del redescubrimiento de las Islas Canarias por parte del genovés Lanzarotto Malocello. Además de los documentos más conocidos se presenta: el mapa BL ms 25691 de Angelino Dulcert, que podría ser el primero en representar las Islas Canarias; un relato del historiador árabe al-Maqrízi, que nos habla de una expedición de galeras genovesas al archipiélago que tuvo lugar en 1339; la noticia de la muerte de un Lanselot Malozèl en Chipre en 1372; unas nuevas actas notariales que nos aclaran que no hubo uno, sino dos Lanzarotto Malocello. El conjunto de estas referencias no nos da una respuesta definitiva. Sin embargo, lo que sabemos gracias a ellas apunta hacia una única fecha probable para el redescubrimiento de las Islas Canarias: el año de 1339*. |
Copyright | http://biblioteca.ulpgc.es/avisomdc |
Formato digital | |
Tamaño de archivo | 515144 Bytes |
Texto | REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 11 Revista de Historia Canaria, 199; abril 2017, pp. 11-37; ISSN: e-2530-8270 EL REDESCUBRIMIENTO DE LAS ISLAS CANARIAS EN EL ANNO DOMINI 1339 Alberto Quartapelle cronicascanarias@gmail.com Resumen Este estudio se propone reunir, por primera vez en un único texto, todo lo que sabemos acerca del redescubrimiento de las Islas Canarias por parte del genovés Lanzarotto Malocello. Además de los documentos más conocidos se presenta: el mapa BL ms 25691 de Angelino Dulcert, que podría ser el primero en representar las Islas Canarias; un relato del historiador árabe al-Maqrízi, que nos habla de una expedición de galeras genovesas al archipiélago que tuvo lugar en 1339; la noticia de la muerte de un Lanselot Malozèl en Chipre en 1372; unas nuevas actas notariales que nos aclaran que no hubo uno, sino dos Lanzarotto Malocello. El conjunto de estas referencias no nos da una respuesta definitiva. Sin embargo, lo que sabemos gracias a ellas apunta hacia una única fecha probable para el redescubrimiento de las Islas Canarias: el año de 1339*. Palabras clave: Islas Canarias, descubrimiento, Portulano Dulcert, Lanzarotto Malocello, al-Maqrízi, Jbn el Jaldun. Abstract «The rediscovery of Canary Islands in ad 1339». This study aims to gather, for the first time in a single text, all we know about the rediscovery of the Canary Islands by Lanzarotto Malocello. In addition to the best-known documents, it will be also presented here: Angelino Dulcert’s BL ms 25691 map, which could be the first to represent the Canary Islands; the narration of the Arab historian Al-Maqrizi about an expedition of Genoese galleys to the archipelago that took place in 1339; the news of the death of a Lanselot Malozèl in Cyprus in 1372; some new affidavits which clarify that there was not one, but two Lanzarotto Ma-locello; a new translation of al-Maqaddima by Ibn el Jaldun. The set of all these references does not give us a definitive answer. However, the knowledge we have so far given these documents points to a single probable date: the year 1339. Keywords: Canary Islands, discovery, Portulano Dulcert, Lanzarotto Malocello, al-Ma-qrízi, Jbn el Jaldun. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 12 1. INTRODUCCIÓN ¿Cuándo se redescubrieron las Islas Canarias? En los últimos dos siglos, la respuesta a esta pregunta ha sido objeto de un número relevante de estudios e investigaciones, lamentablemente sin que se haya podido llegar a una conclusión definitiva. Tal vez sea porque, la respuesta no está a nuestro alcance. Sin embargo, no hay duda de que, si existiera, la respuesta solo podría encontrarse en los pocos escritos, mapas y relatos que por suerte han llegado hasta nosotros desde el lejano siglo xiv.D espués de analizar estos documentos, los historiadores han llegado, por ejemplo, a la conclusión unánime de que el primer europeo que puede considerarse el redescubridor de las Islas Canarias fue el navegante genovés Lanzarotto Maloce-llo, natural de la ciudad de Varazze en la Liguria. Sin embargo, no ha sucedido lo mismo en lo que se refiere a la fecha de su llegada, ni a los porqués, ni al tiempo de permanencia en ellas1. El francés Charles de la Roncière, en su Histoire de la marine française (1900)2; el alemán Richard Hennig (1944), en Terrae incognitae3, y Alejandro Cioranescu (1960)4 han propuesto como fecha de llegada el año 1312, mientras que el belga Charles Verlinden (1958)5 y el español M.A. Ladero Quesada (1979)6, el año 1336. Por su parte, Serra Ràfols (1961)7 sitúa el viaje de Lanzarotto en un largo intervalo de tiempo que va desde el año 1302 al 1338. En buena medida, el motivo de esta incertidumbre reside en la escasez de documentos disponibles, algunos de los que, por cierto, no han tenido suficiente difusión en Canarias, como el relato de al-Maqrízi o el mapa ms 25691 de Dulcert, que se encuentra en la British Library de Londres. Por otra parte, la incertidumbre se debe, a veces, a la dificultad de consultar los documentos en su versión original, * Un sincero agradecimiento al profesor Maximiano Trapero, catedrático de Filología Española (Lexicología y Semántica) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; a la pro-fesora María Jesús Viguera Molins, miembro de la Facultad de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Complutense de Madrid; a Tony Campbell, investigador independiente, chair of Imago Mundi Ltd e ex Map Librarian at the British Library; Humberto Dib, traductor, escritor y amigo. Un agradecimiento especial a la paleógrafa Giustina Olgiati, del Archivio Nazionale di Genova, cuyos esfuerzos han permitido encontrar nuevos documentos fundamentales para el conocimiento de la vida de Lanzarotto Malocello. 1 Tejera Gaspar, A. (2012): Lancelotto Malocello, redescubridor de las islas Canarias, Jor-nadas de Lanzarote, junio de 2012. 2 De la Roncière, C. (1900): Histoire de la marine française, Ed. Plon-Nourrit, Paris, p. 103. 3 Henning, R. (1953): Terrae incognitae 1200-1415, Leiden - E.J. Brill 1953, p. 176. 4 Cioranescu, A. (1960): «El descubrimiento de Canarias», Reseña, 1, pp. 15-24. 5 Verlinden, C. (1958): «Lanzarotto Malocello et la découverte portugaise des Canaries», Revue belge de philologie et d’ histoire, pp. 1173-1209. 6 Ladero Quesada, M.A. (1979): Los primeros europeos en Canarias (siglos xiv y xv). Col. La Guagua, Las Palmas de Gran Canaria, p. 10. 7 Serra Ràfols, E. (1961): «El redescubrimiento de las Islas Canarias en el siglo xiv», Revista de Historia Canaria, n.o 135-136, p. 223. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 13 hecho que ha complicado algunas investigaciones8. Para solucionar este último problema, los escritos se ofrecen en castellano y en el idioma original, con excepción de los textos árabes, y los mapas se presentan en reproducciones de alta resolución, dos de las cuales han sido realizadas especialmente para este trabajo. Por último, para permitir que el lector desarrolle libremente sus propias convicciones, en la presentación de los documentos se ha intentado mantener una posición neutral, sin agregar comentarios, dejando para las conclusiones la demos-tración de la tesis del presente trabajo: que el redescubrimiento de las Islas Canarias fue realizado por Lanzarotto Malocello en el año 1339. 2. LOS TRES PORTULANOS Y MAPAS DE ANGELINO DULCERT En una hipotética clasificación de los documentos más importantes acerca de la historia de las Islas Canarias, el primer lugar, probablemente, lo merece el portulano dibujado en 1339 por Angelino Dulcert, un cartógrafo perteneciente a la escuela cartográfica mallorquina (foto 1). Descubierto en 1885 en la Biblioteca Nacional de Francia, en París, este mapa, que está dibujado sobre dos piezas de pergamino unidas y cuyas dimensio-nes son de 75 × 102 centímetros, representa gran parte de Europa y el norte del continente africano. Su importancia para la historia del archipiélago canario reside en las muchas informaciones que nos ha proporcionado. Ante todo, es el primer documento en el que aparecen, en el océano Atlántico a la altura del cabo Non, tres de las islas canarias, a saber, Lanzarote, Lobos y Fuerteventura. En segundo lugar, nos ha trasmitido el nombre y la nacionalidad del probable descubridor, al llamar a la isla de Lanzarote «Insula de Lanzarotus Marocelus» y al identificarla con el pendón de plata que tiene la cruz de gules de la República de Génova. En tercer lugar, porque, al ser datado en el mes de agosto de 13399, el portulano establece la fecha antes de la cual tuvo necesariamente que haber ocurrido el descubrimiento del archipiélago. Por último, y no menos importante, al representar solo tres islas, hace suponer que los primeros descubridores, por alguna circunstancia adversa, no llegaron a visitar todo el archipiélago, hazaña que se realizó solo dos años más tarde, en 1341, con la expedición de Niccoloso da Recco. Si el portulano Dulcert de 1339 (BnF Dulcert 1339) puede considerarse el icono de la historiografía canaria, no puede decirse lo mismo de otros dos mapas de la misma época: el Dalorto-Corsini de 1330 y el manuscrito anónimo sin fecha 8 Tal vez por este motivo el nombre de la isla de Lobos que aparece en el portulano Dul-cert de 1339, li vegi marin (foto 5), ha sido interpretado por diferentes autores como vegi mari, vesci marini, leuegimari. 9 «Hoc opus fecit Angelino Dulcert ano mcccxxxviiii de mense Augusti in civitate maioricarum». REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 14 conocido como ms 25691, que se encuentra en la British Library de Londres (BL ms 25691). El primero de estos mapas fue encontrado en 1887, en Florencia, en la colección del príncipe Corsini. En un primer momento, sin duda a causa de las malas condiciones del manuscrito, aunque también debido a la disputa sobre la primacía nacional entre los cartógrafos italianos y catalanes10, el mapa fue atribuido a Angelinus de Dalorto y su fecha de producción fijada en 132511. Sin embargo, en la actualidad los historiadores concuerdan en atribuírselo a Angelinus de Dulceto, 10 Rosselló i Verger, V.M. (2011): La carta de navegar. Un instrumento mediterráneo de amplia difusión, Medievalismo, 21, pp. 55-79, p. 61), «Cuando la carta del príncipe Corsini se presentó en sociedad, el año 1887, nadie puso en duda la lectura que había hecho P. Amat di San Filippo: Angellinus de Dulceto. [...]. Diez años después (1897) de la aparición de la carta Corsini, un impetuoso Alberto Magnaghi (1874-1945) irrumpía en el asunto para defender el honor italiano, forzando la lectura de Dalorco, (y), al año siguiente (1898), el mismo autor se inclinaba por de Dalorto y la fecha de 1325. [...]. La disputa paleográfica tenía un trasfondo indentitario: Dalorco podía ser un antropotopónimo ligur, “italiano”, por tanto Dulcert —inaudito— debía ser apellido catalán. Hubiera convenido más argumentar un Dulceto, latinización del genovés Dolcedo, documentado, o incluso del catalán Dolcet, corriente. Lo curioso de la estéril controversia es que Magnaghi tenía razón en el punto básico: el origen ligur de las cartas portulanas, incluida la derivación catalanomallorquina». 11 «Hoc opus fecit Angelinus de Dalorto año dni mccxxv de mense martii composuit hoc». Foto 1. Portulano BnF Dulcert 1339. Biblioteque Nacional de France, Paris. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 15 es decir, al mismo Dulcert del portulano de 1339, y afirman que el año de su pro-ducción fue 133012. Como puede verse en la foto 2, en el mapa de 1330, frente al cabo Non no aparece ninguna isla, lo que haría suponer que las Islas Canarias para esa fecha todavía no habían sido descubiertas13. A propósito, el mapa Dalorto-Corsini 1330 confirma en este aspecto la información ofrecida por otros dos mapas anteriores: el mapa de Marino Sanudo de 1320, que, a la altura del estrecho de Gibraltar, tiene la siguiente inscripción: «Más allá de Gades, en los reinos de España, Portugal y Galicia, 12 «Hoc opus fecit Angelinus de Dulceto año dni mccxxx de mense martii composuit hoc». 13 Serra Ràfols, Ibidem, p. 223: «Que las Islas no estén en la carta Dalorto, de 1330, ya se ha dicho que es poco probatorio, pues por la forma de ella no quedaba espacio». Foto 2. Mapa Dalorto-Corsini 1330. Colección del Príncipe Corsini en Florencia. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 16 no se han encontrado islas de algún valor»14, y el portulano del genovés Giovanni da Carignano (1329-133015), que tampoco presenta islas frente a cabo Non16. Por lo tanto, si el mapa BnF Dulcert 1339 establece sin posibilidad de error el terminus ante quem del descubrimiento de las Islas Canarias, asimismo el mapa Dalorto-Corsini 13317 probablemente nos indica el terminus post quem tuvo lugar el descubrimiento, quedando así restringido este intervalo entre el mes de marzo de 1330 y el mes de agosto de 1339. El tercer mapa que compone el conjunto de mapas conocido como «grupo Dulcert/Dalorto» es el manuscrito anónimo y sin fecha BL ms 25691 de la British Library de Londres (foto 3). Atribuido por todos los cartógrafos al taller de Angelino Dulcert, este mapa ha generado algunas discrepancias con relación a su datación, habiendo quienes lo consideran como el más antiguo de los tres, anterior al Dalorto-Corsini 133018, y otros que, por el contrario, lo consideran como el más moderno. Desde los años 80 del siglo pasado, esta última tesis ha ganado fuerza gracias a los trabajos de Cortesão19, quien ubica la época de su producción entre el 1340 y el 1350, y de Pujades20, quien fija la fecha en 1340. En una posición similar está Campbell21, que sostiene que la datación podría abarcar los años 1339-1342, siendo sin embargo posterior al mapa BnF Dulcert 133922. 14 Quartapelle, A. (2015): 400 años de crónicas de las Islas Canarias, Vereda Libros- Tenerife, p. 46, «Ultra Gades, per regna Yspaniae, Portugaliae et Galitiae, non inveniuntur insulae alicuius valoris». 15 Campbell, T. (1987): Portolan charts from the late thirteenth century to 1500, en The History of Cartography, volume i. Un. of Chicago Press, 74th edition, p. 406. 16 Lamentablemente, en 1943 el portulano del genovés Giovanni da Carignano (1330) fue destruido por un incendio. A un costado del portulano podía leerse una escritura en latín que probablemente decía «decem spacium denotat mediana quinquaginta... tis per terram dpt unas inte-rislas » - «... hay colocadas unas islas que componen un Archipiélago». Debido a su mala calidad, las fotografías disponibles no permiten entender si la indicación se refería a islas reales o imaginarias, como San Borondon y Brasil. Sin embargo, ninguno de los cartógrafos que pudieron estudiar el ori-ginal en los siglos xix y xx comenta la presencia de las Islas Canarias. Lo que parece confirmar que en 1330 el archipiélago canario no era aún conocido por los cartógrafos. Licata, A. (2012): Lanzarotto Malocello, dall’Italia alla Canarie, Commissione Italiana Storia Militare, p. 134. 17 Arthur, R. (1929): Dalorto, Angelino. The portolan chart of Angellino de Dalorto, mc-ccxxv, in the collection of Prince Corsini at Florence London: Royal Geographical Society. Web. 8 noviembre 2016, http://nla.gov.au/nla.obj-233481158. (De libre reproduccion por autorización de la Nacion Library of Australia). 18 Winter, H. (1958): Catalan maps and their place in the total view of cartographic devel-opment, Imago Mundi xii, E.J. Brill-Leiden, p. 7. 19 Cortesão, A. (1969-1971): History ofPortuguese Cartography, Coimbra, Junta de Inves-tigações do Ultramar, 1969-71, vol. ii, p. 42. 20 Pujades I Bataller, R.J. (2007): Les cartes portolanes: la representació medieval d’una mar solcada. Barcelona. 21 Campbell, T. (2011) Complete chronological listing of works assigned to the period pre-1501. 22 Comunicación personal del 25/11/2016. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 17 Un aspecto interesante de este mapa está relacionado con los nombres que aparecen escritos en correspondencia con las tres islas canarias, los cuales difieren parcialmente de los nombres que se aprecian en el BnF Dulcert 133923. A pesar de las malas condiciones del manuscrito BL ms 25691, que no permite leer con claridad los nombres de las islas por la presencia de borraduras en la tinta, no hay prácticamente duda de que, en ambos mapas, la isla de Fuerteventura es llamada «la forte ventura» (foto 4). Por el contrario, podría haber algunas diferencias en el nombre de la isla de Lobos: mientras que en el BnF Dulcert 1339 se ha interpretado comúnmente, no sin dificultades, como «li vegi marin», en el BL ms 25691 podría leerse «li ve[xx] marin/marón». Finalmente, la diferencia más relevante entre los dos mapas se registra en el caso de la isla de Lanzarote, que es llamada «Insula de Lanzarotus Marocelus» en el BnF Dulcert 1339 y más sencillamente «Insula de Lanzarot» en el BL ms 25691 (foto 6)24. Acerca de la última letra, que se parece más bien a una «r» que a una «t», 23 Cortesão, ibidem, vol. ii, p. 42, lee: Insula de lanzarotus, liuechi marini y la forte ventura. 24 La diferencia entre los distintos nombres que aparecen en los dos mapas Dulcert, «Lanza-rotus Marocelus» y «Lanzarot», no permite establecer una anterioridad entre ellas, al considerar que los Foto 3. Mapa Anónimo BL ms 25691. British Library en Londres. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 18 hay que recordar que, de acuerdo con Rosselló i Verger, «cualquier medievalista sabe que la r y la t son dos letras muy parecidas»25. Acerca del significado de este nombre, no han faltado en el pasado expli-caciones fantasiosas, como la de Antonio de Nebrija (Decadas-1495), que afirmaba que el nombre Lanzarote procede del conquistador Jean de Béthencourt «porque él mismo la llamó así, lanza rota o quebrada»26, por habérsele roto la lanza en el momento de saltar a tierra para su conquista. Hoy hay casi unanimidad en indicar mapas sucesivos utilizan indiferentemente ambos nombres: Mediceo 1351 «I. de Lanzaroto», Pizzigagni 1367 «laurenza», Creques 1375 «Insula de lanzaroto maloxelo», Nápoles c. 1400 «insula de lançaroto maloçelo», Viladeste 1413 «Insola de lamzarot meloyelo», Giroldi 1426 «Y. de lanceloto», Vallseca 1439 «lançalot maroyçelo», T. Vallseca 1440 «lansalot», Benincasa 1468 «Lansilotto maroxllo». Tous Meliá, J. (2014): Las Islas Canarias a través de la Cartografía, Gaviño de Franchy Editores - Islas Canarias. 25 Rosselló i Verger, V.M. (2011): ibidem, p. 62. 26 Quartapelle, A. (2015): ibidem p. 142. Foto 4a. BnF Dulcert 1339. Foto 4b. BL ms 25691. Foto 6a. BnF Dulcert 1339. Foto 6b. BL ms 25691. Foto 5a. BnF Dulcert 1339. Foto 5b. BL ms 25691. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 19 que el origen del nombre de la isla de Lanzarote se remonta a su descubridor Lan-zarotto Marocello27. En lo que concierne a las otras dos islas, en el caso de Lobos el nombre vegi marin, que aparece en el portulano Dulcert 1339, se refiere con toda evidencia a la foca monje que poblaba la isla28, por ser llamada así en dialecto ligur29. Un to-pónimo similar, Golfo de vegio marin, se encuentra por ejemplo en un mapa de las costas de Brasil de los primeros años del siglo xvi30. Es interesante notar que en el BL ms 25691 en lugar de vegi marin tal vez pueda leerse vells marin/marón, lo que es significativo, pues «en dialecto mallorquín existe la expresión vell marin para referirse a la foca monje»31. Por cierto, el topónimo se encuentra en el litoral catalán (Vells Marin Alts y Vells Marin Baixo) y en la isla de Mallorca (Sa cova d’es vell marì). También una ordenanza del Consell de la ciudad de Valencia de 134332 regulaba la comercialización de las pieles de los vells marins, lo que atestigua la presencia de la 27 De opinión diferentes Hernández, según el cual «la expresión lanzarotus marocelus parece ser fruto de una mala lectura del mapa (de Dulcert 1339): solamente la isla se llama Lanzarote, nombre de gran predicamento en la época por llamarse así el principal protagonista de la materia de Bretaña, Lanzarote del Lago, siendo entonces marocelus una localización prescindible, o bien un sinónimo de lago; en latín el nombre de Lanzarote es una deformación de Lancelot». Hernández, O. (2008) ¿Y si Lanzaroto Malocello nunca existió?(i), El Diario.es, web: http://www.eldiario.es/canariasahora/ canariasopina/Lanzarote-Marocelo-existio-Octavio-Hernandez_6_285981458.html (25/11/2016). 28 Como se puede leer en Le Canarien (1402): «allí (en Lanzarote) acude un número increíble de lobos marinos, y cada año podría obtenerse por las pieles y las grasas un beneficio de más de 500 doblas de oro» En Quartapelle A. (2015): ibidem, p. 82. Interesante también es la información que nos ofrece Leonardo Torriani (1592) de la presencia de la foca monje en Gran Canaria y en Lanzarote: «En la isla de Canaria, en su costa este, ciertos pescadores vieron en años pasados a un hombre marino, debajo del agua, sentado en la entrada de una cueva. Decía que no tenía diferencia con nosotros, más que en los pies y en las manos, que eran como aletas de peces. En Lanzarote, a la parte del Poniente, también se ha visto por tres veces otro hombre marino parecido, saliendo del mar para sentarse al sol encima de una piedra alta. Estaba totalmente cubierto con bellísimas escamas blancas, encarnadas y azules, con los pelos y la barba larga. Las manos y los pies tenían forma de aletas de pez; pero los que lo vieron pensaban que debajo de las aletas tenía manos como las nuestras, y pies, porque sin ellos es de creer que no hubiera podido caminar con tanta agilidad». Torriani, L. (1592): Descripción de las Islas Canarias, Goya Ediciones, 1959, p. 260. 29 Canale, M.G. (1855): Della Crimea, del suo comercio e dei suoi dominatori, Ed. dè sordo-muti Genova, p. 369. Baldelli Boni, G.B. (1857): Il milione di Marco Polo, Giuseppe Pagani Firenze, p. clv, Atti del terzo congresso geográfico italiano, vol. 2, 1899, p. 427. La nuova rassegna (1894), p. 414. 30 Levillier, R. (1948): América, la ben llamada, vol. ii, Bajo la Cruz del Sur Editorial G. Kraft, p. 72. Memorie geografiche (1958), vol. 4, p. 250. 31 Trapero, M. «La toponimia de Le Canarien: Problemática de una toponomástica inau-gural », en Le Canarien: Retrato de dos mundos. ii. Contextos (ed. Eduardo Aznar, Dolores Corbella, Berta Pico y Antonio Tejera). La Laguna: Instituto de Estudios Canarios, 2006: 273-329. 32 «Sobre la treta de blats i la manufactura de pells de vells marins – Die martis xiiiº kalendas febroarii anno Domini millesimo cccº xl tertio». Furiò i Diego, A. (2007): Llibre d’establiments i ordenacions de la ciutat de València, vol. i: (1296-1345), Sobre la treta de blats i la manufactura de pells de vells marins, Universitat de València, p. 416. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 20 foca mediterránea o foca monje en sus aguas33. Según Maximiano Trapero34, Vegi marin asimismo podría proceder «de la expresión del latín vulgar vesci marini, que tendría el significado de devoradores marinos». En lo que respecta a Fuerteventura, su nombre sería según Trapero «el resultado de una composición del adjetivo fuerte y el sustantivo ventura, nombre posiblemente impuesto por los navegantes catalano-mallorquines, quienes visitaron las Islas a lo largo de todo el siglo xiv y quisieron darle el sentido de la gran afortu-nada ». No obstante, es más probable que Fuerteventura pueda tener el significado opuesto, esto es, «la mala suerte», de acuerdo con el Cancionero de Francisco Petrar-ca35, o «destino adverso», como en la Vita Nova de Dante36. El significado negativo de «desventura»37 se confirma también, dos siglos más tarde, con Torquato Tasso38. En conclusión, los datos disponibles no permiten afirmar con seguridad cuál de los dos mapas pueda ser el más antiguo. Algunos indicios incluso podrían apoyar la tesis de que el primer mapa conocido de las Islas Canarias sería el BL ms 25691: – El manuscrito BL ms 25691, al representar solo tres de las Islas Canarias, sin duda ha sido dibujado antes del 1342, pues para esta fecha la noticia del descubrimiento de todo el archipiélago por parte de Niccoloso da Recco seguramente ya había llegado a Mallorca. Y con mucha probabilidad fue dibujado utilizando las mismas informaciones de que se disponía al dibujar el portulano BnF Dulcert 1339, ya que el autor comete en los dos mapas los mismos errores: en la dimensión y posición de Lobos y en la forma de Fuerteventura. – Al darle el nombre a las islas, Angelino Dulcert utiliza idiomas diferentes en los dos mapas: en uno llama a Lanzarote «Insula de Lanzarot», en italiano, y en el otro «Insula de Lanzarotus Malocelus», en latín. Del mismo modo, en uno llama a la isla de Lobos «li vells marin», en catalán/mallorquín, y en el otro «li vegi marin», en italiano/ligur. Esta diferencia del idioma utilizado, más culto en el BnF Dulcert 1339 y más popular en el BL ms 25691, hace suponer que este último podría haber sido una hoja de trabajo del taller 33 Guerra Rosado, F.J. y otros, (2008): Interpretación del patrimonio: Diseño de programas de ámbito municipal, Editorial UOC, p. 156. 34 Trapero, M. (2008): Sobre los nombres antiguos y modernos que tuvieron y tienen las Islas de Canarias, en Estudios de traducción, cultura, lengua y literatura. In memoriam Virgilio Moya Jiménez (ed. Isabel Pascua, Bernardette Rey-Jouvin, Marcos Sarmiento). Universidad de Las Palmas de Gran Canaria: Servicio de Publicaciones, 2008: 71-100. 35 «o mia forte ventura, a che mi adduce» - «¿Dónde me llevas tú, mala ventura?». Petrar-ca, F. (1336): Cancionero, Canción ccvii, línea 73. 36 «vedete cuanto è forte mia ventura» - «pueden ver cuán adverso fue mi destino». Alighie-ri, D. (1293): Vita Nova, lxxxix, línea 5. Ver Treccani, L’enciclopedia Dantesca (1971): lema «forte». 37 En el Atlas Mediceo, además de la isla de Fuerteventura, aparece también la isla de «Senza Ventura» - «Sin Suerte», que podría ser El Hierro. 38 «e del Mondo, e di mia forte ventura» - «y del Mundo y de mi desventura». Tasso, T. (1575): La Gerusalemme conquistata, Canto ix, xlvii. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 21 mallorquín, útil para agregar los cambios y los nuevos descubrimientos antes de dibujar los mapas definitivos. – Por último, al observar los mapas dibujados en épocas sucesivas39 (tabla 1), se constata que en todos se utiliza el nombre de Fuerteventura/Forteventura, y lo mismo sucede con el nombre Lanzarot/Lanzarotus Marocelus. Por el con-trario, el nombre catalán de Lobos, li vells marin, desaparece por completo en favor de la versión en italiano/ligur li vegi marin, que se afirma como nombre estándar en todos los mapas posteriores. Este aspecto hace pensar que li vells marin fue un nombre provisorio, utilizado inmediatamente después del descubrimiento y que más tarde sería abandonado en favor del nombre más culto li vegi marin. TABLA 1. EVOLUCIÓN DEL NOMBRE DE LAS TRES ISLAS EN LOS MAPAS SUCESIVOS AL 1339 Mapa BL ms 25691 Dulcert 1339 Pizzigani 1367 Mediceo 1351 Cresques 1375 Soler 1385 Anonimo 1400 Lanzarote Insula de Lanzarot Insula deLanza-rotus Marocelus Lanceroto Lanzarote Insula de Lanza-roto maloxelo Lanzaroto Maloxello Insula de Lanzaroto Maloxelo Lobos Li vells marin Li vegi Marin Vegimarin Insula de linegi marin Li Vegi Marini Insula de leugi marin Fuerteventura La Forte ventura La Forte Ventura Forteven-tura Forteventura Fortoventura Forteventura Forte Ventura Con todo, aunque las pequeñas diferencias en los nombres de las islas no permitan establecer con seguridad la anterioridad de uno de los dos mapas, lo cierto es que ambos confirman el nombre de Lanzarotto Malocello como redescubridor de las Islas Canarias. 3. EL RELATO DE AL-MAQRÍZI Otro documento importante para conocer la historia más antigua de las Islas Canarias es, sin duda, el relato que nos ha dejado el historiador árabe Ibn el Jaldun en su texto de geografía al-Maqaddima, que se presenta aquí en la nueva traducción de Ruiz Girela40: «Primer clima –En su extremo occidental se hallan las 39 No han sido comprobados personalmente los nombres que aparecen en los mapas Pizzigani (1367), Medici (1351), por lo que se ha utilizado Porro Gutièrrez, J.M.a (1998): El reflejo de las Canarias en la cartografía anterior al siglo xiv, xiii Coloquio de historia canario-americano, p. 3310. 40 Para permitir una comparación con la traducción de Ruiz Girela se adjunta la anterior traducción de Serra Ràfols: «El clima primero —En él están situadas, por su parte occidental, las Islas Eternas [o Afortunadas], desde las que comenzó Ptolomeo la medición de las longitudes terrestres. No están en el continente del clima, sino en el mar Circundante [Océano], y forman un archipiélago compuesto de muchas islas de las cuales tres son las mayores y más famosas. Se afirma que están habitadas. Ha llegado a nuestra noticia que unos barcos de los Francos pasaron por ellas, a mediados REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 22 “Islas Eternas” a partir de las cuales comienza Ptolomeo a medir las longitudes de los lugares. No forman parte del continente de este clima, sino que se hallan en el Mar Circundante. Son muchas, de las que tres son las mayores y mejor conocidas. Se dice que están pobladas. Hemos oído decir que llegaron a ellas navíos cristianos41 a mediados de este siglo (1350) que lucharon contra sus habitantes, los saquearon, tomaron cautivos y vendieron algunos prisioneros en las costas del Occidente Extremo (grosso modo el actual Marruecos), y que éstos entraron al servicio del sultán. Cuando aprendieron la lengua árabe informaron sobre las particularidades de sus islas [...]»42. De acuerdo con el relato de Jbn el Jaldun, publicado en 1370, de este siglo, y que, habiendo combatido con sus habitantes, raptaron y cautivaron a algunos de ellos, parte de los cuales vendieron más tarde en las costas de Marruecos. Estos cautivos vendidos, pasados al servicio del Sultán, una vez que aprendieron la lengua árabe, dieron noticias sobre sus islas [...] [...] diciendo que remueven la tierra para la sementera con cuernos, por no existir hierro en su suelo; que se alimentan de cebada; que sus rebaños son de cabras; que pelean con piedras, que tiran hacia atrás, y que su culto consiste en prosternarse ante el sol saliente, pues no tienen otra religión ni ha llegado hasta ellos ninguna misión profética. No se da con el lugar de estas islas, de no ser que se las tope por casualidad, y nunca de propósito. [...]». Quartapelle, A. (2015): ibídem p. 66. 41 traducido con «cristianos» también en la traducción al inglés (Rosenthal, F. 1958: Pantheon Books, New York); traducido con «Francos» en el texto de Serra Rafols y en la traducción en francés (de Slane, W. 1863: Les Prolégomènes, Premièr partie, p. 169); El hecho de que se utilice el término de «los francos» podría hacer pensar que se trata de genoveses que vivían en la Roca de Mónaco, los «exstrinseci Ianuenses morantes in Castro de Mónaco», o sea, los representantes de las familias nobles de Génova obligados por el pueblo a abandonar la ciudad en 1339 como consecuencia de la guerra civil entre guelfi partidarios de Roberto d’Angió, y los ghibellini, que apoyaban al Emperador. El 23 de setiembre del mismo año el pueblo de Génova tomó en sus manos todo el poder y instituyó, por primera vez, una magistratura vitalicia aclamando al mercader Simón Boccanegra como primer Doge, máximo magistrado de la Republica. Quartapelle, A. (2015), El Hércules de las islas Canarias y otras historias, Vereda Libros, p. 192. 42 Sigue traducción de Ruiz Girela [...] y dijeron que araban la tierra, para sembrarla, con cuernos, porque no se conocía el hierro en su tierra; que hacían el pan de cebada, que sus rebaños eran de cabras y que luchaban con piedras que lanzaban hacia atrás. Su adoración consistía en prosternarse ante el sol levante, pero no tenían religión (revelada) ni había llegado allí nadie que se la enseñase. Al lugar en el que se encuentran estas islas sólo se llega por azar, no porque nadie se dirija a ellas, ya que la navegación por mar depende sólo de los vientos y del conocimiento del lugar del que provienen y hacia donde se dirigen exactamente cuando se pasa por un lugar en el que tales vientos soplan. Así, cuando cambia el viento y se conoce con precisión de dónde procede, se tienden las velas con el án-gulo adecuado y el barco es llevado según las reglas seguidas por los navegantes y los marineros que patronean los barcos en el mar. Los países que están en las costas del Mediterráneo y en su otra orilla aparecen descritos, de manera ordenada, en unos mapas que recogen lo que en ellos hay y su posición en las riberas del mar. Los vientos que en ellos soplan y sus direcciones también están señalados en esos mapas, que se llaman Compás y que es lo que los marineros usan en sus viajes. Pero todo esto falta por completo para el Mar Circundante, y por ello los barcos no se adentran en él ya que, si las costas desaparecen de la vista, es difícil que encuentren el camino para regresar a ellas. Además, la condensación del aire de ese mar y las nieblas que se producen en la superficie del agua dificultan a los barcos la navegación. Por otra parte, la lejanía hace que los rayos del sol reflejados en la superficie de la tierra se difuminen y no puedan llegar a ellos, lo que hace arduo el encontrar el camino hacia las islas y difícil el obtener información sobre ellas». Ruiz Girela, F. (2008): Introducción a la historia universal (Al Muqaddima), Ed. Almuzara: Cordoba, pp. 90-91. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 23 la expedición debió haber ocurrido «a mediados de este siglo (1350)», es decir, diez años después de que las Islas Canarias aparecieran dibujadas por primera vez en el mapa de Angelino Dulcert de 1339. Sin embargo, otro texto del historiador árabe al-Maqrízi, traducido y comentado recién en 1992 por María J. Viguera Molíns43 y poco conocido en Canarias, nos ofrece nuevas y más precisas informaciones acerca del viaje relatado por Jbn el Jaldun: «Nos contó Abü Zayd (Ibn Jaldun) que alrede-dor del año 740 (de la Hégira, julio 1339-junio 1340)44 llegó el sultán benimerín Abü l-Hasan a Ceuta y hasta él cruzaron un grupo de genoveses en dos galeras por el mar. Le informaron cómo habían partido de Génova, tras disponer provisiones para dos años, y marchado por el mar queriendo abarcar el conocimiento de lo que en él había y circunvalar lo que rodea la tierra habitada. [Yendo] por él pasaron por las Islas Canarias (al-Yuzur al-Jalidat: las islas eternas): sus pobladores iban desnu-dos, desconociendo los vestidos que la gente conoce y tapando mínimamente sus vergüenzas. Cuando desembarcaron en esta isla, saliéronles al paso sus pobladores para expulsarles, pero no resistieron las flechas y huyeron ante ellos. Ellos, los ge-noveses, dominaron la isla y examinaron qué riquezas había, sin hallar más animal que cabras, y que (los nativos) araban la tierra con cuernos de cabra para sembrar cebada, único alimento (cereal) que tienen. No conocen las armas, solo tiran pie-dras; dan vuelta al adversario y le arrojan de prisa las piedras. Cuando aparece el sol por el confín del Este, ante él se prosternan. Al no encontrarles ni riquezas ni vestidos, (los genoveses) se aprovisionaron de su agua, apresaron a algunos y partie-ron. Siguieron por el mar, hasta casi agotárseles la provisión de agua, y careciendo de su abastecimiento, y temiendo morir, regresaron a la aguada más próxima atrás dejada; se abastecieron y volvieron, mas ya no se alejaron de tierra sino en distancia retornable. Añade (el narrador) que el sultán Abü Salim (uno de los hijos del sultán Abü 1-Hasan) les pidió entonces algunos cautivos de las Islas, y le hicieron presente de dos hombres, a quienes puso con su servidumbre para que aprendieran la lengua árabe, y así contaron cosas de su situación y decían que las gentes de aquellas Islas nunca supieron del Islam ni tuvieron de él referencia ninguna». Como puede apreciarse, el relato de al-Maqrìzi repite fielmente lo que había contado Jbn el Jaldun acerca de los hábitos de los antiguos pobladores de las Canarias, ubicando sin embargo los acontecimientos con mayor precisión «alrededor del año 740 (de la Hégira, julio 1339-junio 1340)». 43 Viguera Molins, M.J. (1992): Eco árabe de un viaje genovés a las Islas Canarias antes del 1340, Medievalismo n.o 2, pp. 257-258. En Quartapelle, A. (2015): ibídem pp. 48-49. 44 «Este viaje de los genoveses ocurre alrededor de 1340, contando Jbn el Jaldun diez años, pero la invasión y estancia de Túnez de los meriníes entre la primavera de 1347 hasta diciembre de 1349 haría que tuviera conocimientos de la noticia del desembarco genovés en Canarias; otra posi-bilidad es que le llegara noticia del mismo estando ya instalado en la capital meriní de Fez, a partir de 1354, o a través del sultán Abu Salim, gran amigo y protector, al que sirvió en el Mágreb durante su reinado entre 1359-1361». Franco Sánchez, F. (2008): Geografía y cartografía en la obra de Ibn Jaldun, en Miradas Españolas sobre Ibn el Jaldun, Garrot y Martos Ed. p. 211. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 24 En segundo lugar, el relato de al-Maqrízi nos consigna la historia de unos navegantes genoveses que no tenían conocimiento previo de la existencia de las islas, y que, por una circunstancia adversa, tuvieron que interrumpir el viaje de descubri-miento antes de recorrer todo el archipiélago. 4. EL VERDADERO Y EL «FALSO» LANZAROTTO MALOCELLO A pesar de ser el protagonista del descubrimiento de las Islas Canarias, poco se sabe de Lanzarotto Malocello. Es desconocida la fecha de su nacimiento y su nombre aparece solo en unos pocos documentos45 y con diferentes grafías, lo que no permite establecer con seguridad si se trata de la misma persona: – En 1329, un Lanselot Mal Auseyl se encuentra en Mallorca, donde el 24 de mayo de 1329 pide el pago de un laudo por cuatro partidas de paños que transportaba de Colliure, en Francia, a Mallorca46. – En 1846, el historiador italiano Canale dijo haber encontrado en los archivos de Génova un documento que, supuestamente, hablaba de un tal Lancerotto Marocello, testigo en un acta notarial47. Al no haberse encontrado nunca el original, el documento se había considerado perdido, e incluso algunos 45 La transcripción íntegra de las cuatro actas notariales del Archivio Nazionale di Genova que se presentan están disponibles en Academia.Edu —[search] Alberto Quartapelle— Gli atti notarili di Lanzarotto Malocello presenti nell’Archivio di Nazionale di Genova. 46 Quartapelle, A. (2015): ibídem, p. 37 «A favor de Lanselot mal auseyl, de Génova. A Usted, noble señor de Arnaud de cardaylaco (Villasloda), lugarteniente del Reino de Maiorice (Mallor-ca), humildemente suplica y se declara Lansatralet malauzel, genovés y ciudadano de Génova, porque el mismo hoy, llevando consigo cuatro partidas de paños, arribó (sic) a Cocumliberum (Colliure)... Pro Lanselot mal auseyl, de Janua. Vobis, nobili viro domino Arnaldo de cardaylaco, locumtenentis in Regno Maiorice, humiliter suplicat signifficat lansalet malauzel, Januensis ciuis Janue, quod ipse nudius afferens secum quatuor carricos pannorum aplicuit (sic) apud Cocumliberum ...verum Guillelmus Bugarre, deputatus in Cocolibero ad colligendum et recipiendum laudum constitutum inibi contra Januenses pro satisfaciendo subditis,... lugarteniente del Reino de Maiorice (Mallorca), humildemente suplica y se declara Lansalet malauzel, genovés y ciudadano de Génova, porque el mismo hoy, llevando consigo cuatro partidas de paños, arribó (sic) a Cocumliberum (Colliure)...». Ortega Villoslada, A. (2011): «Del Mediterráneo al Atlántico: apertura/reapertura del estrecho de Gibraltar en la edad media: Estado de la cuestión», Revista d’Estudis Històrics, Any cxxvi, núm. 865 p. 121. 47 Canale, M. (1846): Nuova Istoria Della Repubblica di Genova, Epoca Tercera, Capitolo 12, Par. lxxiii, p. 343. «Tre atti da me trovati nel fogliazzo de’ notai mi danno lume su di ciò; ivi il primo aprile del 1330 figura nella qualità di testimonio Lancerotto Marocello, il 22 febbraio del 1384 e il 18 marzo del 1391 è nominata Eliana del q. Bartolomeo Fiesco, o moglie del q (abreviación del latin quondam —fue) Lanzerotto Marocello. Io non oserei dire che questi fosse quel desso lo scopritore, ma se ben si osservi tutto si accorda e l’epoca medesima lo persuade» - «Tres actos que he encontrado en los protocolos notariales me dan luz sobre esto; en uno, el primero de abril de 1330 figura en calidad de testigo Lancerotto Marocello, en otros dos, el 22 de febrero de 1384 y, el 18 de marzo de 1391 se nombra a Eliana [hija] del finado Bartolomeo Fiesco, o mujer del fallecido Lanzerotto Marocello. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 25 historiadores pusieron en duda su existencia, acusando a Canale de haberlo «inventando» en su afán por demostrar el origen genovés de Lanzarotto. Recientemente, gracias a la paleógrafa Giustina Olgiati, del Archivo di Stato di Génova, han salido a la luz dos documentos que confirman las afirma-ciones de Canale. El 4 de abril de 1330 un tal Pompeo Malocello, hijo de Domenico, llama como testigo a un pariente suyo, Lanzarotus Marocellus, para que confirme que es mayor de veintitrés años48. Hay que recordar que la edad mínima para poder ser testigo en un acta notarial, como en el caso de Lanzarotto, era de 25 años49. – En 1999, en el Archivio di Stato de Génova, el historiador italiano Pellegrini en-contró el original de otros dos documentos citados por Canale; sin embargo, por error invirtió las fechas de redacción50. En el primero, del 22 de febrero de 1384 (1391 para Pellegrini), Pietro Ma-rocello nombra a Eliana Fieschi, esposa del difunto Lanzaroto Marocello, como procuradora para que maneje sus intereses económicos51. El segundo, del 22 de febrero de 1391 (1384 para Pellegrini), nos informa que entre sus últimas voluntades «Pietro Malocello reconoció que le debía» 400 liras genovesas a Eliana, hija del difunto Bartolomeo de’ Fieschi y esposa del difunto Lanzaroto Marocello52. No me atrevo a decir que este fuera el descubridor (de las Canarias), pero si hay que constatar que todo concuerda y que la época es la misma lo hace pensar». 48 «Asserens me esse maiorem annorum xxiii, iurans ad sancta Dei Evangelia corporaliter tactis scripturis predicta omnia et singula attendere et observare bona fide et in nullo contrafacere vel venire. Faciens predicta consilio testium infrascriptorum quos in hoc casu meos propinquos, consiliatores et viciniores elligo et appello. Actum Ianue in platea Malocellorum, testes Lanzarotus Marocellus, Leonardus Cucarellus et Ianotus Marocellus, anno dominice nativitatis m°ccc°xxx°, inditione xii.a, die iiii° aprilis, hora vesperarum». ASGe, Notai antichi, 341,cc. 230v.-231r. y ASGe, Notai antichi, 341,cc. 231r. Transcripción de Giustina Olgiati – Archivio di Stato di Genova. 49 De Simone, C. (1874): Giornale ligústico p. 225. Statuti Criminali Genovesi, lib. i y cap. 38. 50 Pellegrini, S.: Lazzarotto Malocello. La fama de un mapa náutico, xiv Coloquio de Historia Canario Americana, p. 790. 51 «Don Pietro Malocello “miles” (caballero, título honorifico) hizo, estableció y ordenó como su certera mensajera y procuradora, como mejor no se podía hacer, a Eliana, esposa del difunto Lanzaroto Marocello, estando ella presente acepta de su voluntad el mandato para pedir, requerir, exigir, recuperar todo y cualquier cosa que el mismo constituyente debe recibir y recobrar o tendrá que recibir y recobrar...». «Dominus Petrus Marocelus miles fecit, constituit, creavit et ordinavit suam certam nuntiam et procuratricem prout melius fieri et esse potest Elianam, uxorem quondam Lanzaroti Marocelli, presentem et presens mandatum in se sponte suscipientem, ad petendum, requirendum, exigendum et recipiendum omne id et totum quicquid et quantum ipse constituens habere et recipere debet seu potest, debebit seu poterit...». ASGe, Notai antichi 445. ii cc. 46r.v. Transcripción de Giustina Olgiati —Archivio di Stato di Genova. 52 «... Eliana, hija del difunto Bartolomeo de’ Fieschi y esposa del difunto Lazzarotto Ma-locello [...] prestó 400 liras genovesas al difunto don Pietro, y se afirma que el difunto don Pietro, en sus últimas voluntades, reconoció que debía estas 400 liras genovesas reconoció a la mencionada Eliana...». «Eliana filiam quondam Bartholomei de’ Flisco et uxorem quondam Lanzaroti Marocelli REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 26 Hasta el momento, ningún historiador había podido encontrar ninguna noticia que nos ayudara a establecer el momento y las circunstancias de la muerte de Malocello. Sin embargo, cabe decir que en el Chronikon (siglo xiv-xv) de la coronación del rey de Chipre, Pedro ii, el historiador Leontio Machairas hace refe-rencia al asesinato de un tal Lanselot Malozèl el 12 de octubre de 1372: «Y desde el balcón (del palacio real) fueron arrojados hacia abajo, al portón, Lanselot Malozèl (Λανσελώτ Μαλοζέλ) junto con otros»53. Hay que recordar también que la familia Malocello tenía un importante establecimiento comercial en Chipre54 y que en esos mismos acontecimientos, fue asesinado también un Pietro Malocello, quien fuera chambelán del rey Pedro i desde 1360 hasta 1372, famoso porque en su villa de Sturla (Génova), en 1363, posiblemente fuera envenenado el dux de Génova, Simone Boccanegra55. Todas estas noticias podrían hacer suponer que se cuenta con una biografía bastante completa de Lanzarotto Malocello, si no fuera por la costumbre, típica de la época, de volver a utilizar el mismo nombre durante varias generaciones, como signo de respeto a los antepasados ilustres de la familia, lo cual pone en duda mu-chos de estos datos. En un acta notarial del 8 de noviembre de 1352 se menciona a un Lanzaroto, hijo del difunto Argone Marocello, quien se encontraba bajo la tutela de un Pietro Marocello: «Yo, Pietro Malocello, hijo de Domenico56, en calidad de procurador de alias mutuasse dicto quondam domino Petro libras quadringentas ianuinorum, et quas libras quadringentas ianuinorum dicunt quondam dominum Petrum in suis ultimis dixisse se debere dicte Eliane...» ASGe, Notai antichi 448, cc. 91r.-v. Transcripción de Giustina Olgiati —Archivio di Stato di Genova. Las informaciones contenidas en el acta permiten presumir que Pietro Malocello tuvo también una hermana, cuyo nombre es desconocido, que estaba casada con Egidio Lomellino, con quien tuvo tres hijos, Giovanni, Valentino y Gregorio. 53 Machairas, L. (siglo xiv-xv): Chronique de Chipre, por E. Miller, Ernest Leroux Édi-teur, Paris (1882) p. 181. 54 Podría haber sido un Malocello el no identificado genovés «Lanzaroto, almirante del rey de Chipre» - «Lanzaroto, armirario de miser lo re de Zipro» cuyo nombre aparece en una carta del veneciano Marc Micheli de 1298. En Mas Latrie, L. (1873): Nouvelles preuves de l’ histoire de Chypre sous le règne des princes de la maison de Lusignan, J. Baur et Détaille, Paris, p. 44. 55 Pietro Malocello aparece en el Chronikon Kiprou de Machairas con el nombre de Malozel (Μαλοζέλ) y Malouzè (Μαλουζέ). En la traducción en italiano del Khronikon Diomede Strambaldi (siglo xv), utiliza las diferentes grafías de Malozel, Malose, Maloses, Malusa, Malier. El veneciano Pietro Bustron (siglo xv), en su Historie di Cipri, lo llama Pietro Malosello. Por su parte Francesco Amadi (siglo xvi), en su Cronica, llama otro miembro de la familia Malocello con el apellido de Melosel. Strambaldi, D. (siglo xv): en Mas Latrie, Chroniques d’Amadi et de Strambaldi, ii partie, Paris Imprimerie National. Bustron, F. (siglo xv): Historie di Cipri en Mas Latrie, Chronique de l’ île de Chypre par Florio Bustron, p. 277. Amadi, (siglo xvi): en Mas Latrie, Chroniques d’Amadi et de Strambaldi, I partie, Paris Imprimerie National, p. 231. 56 Domenico Malocello, además de Pietro y Pompeo, es probablemente el padre de Eliano, nacido en 1309 y casado en 1326 con Orietta de’ Negri. Owens Hughes, D. (2004): Domestic ideals and social behavior: evidence from medieval Genoa, en Medieval Families: Perspectives on Marriage, Household, and Children, Ed. Carol Neel, Medieval Academy of America, p. 140. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 27 Lanzaroto, hijo del difunto Argone57 Marocello...»58. La misma acta nos informa también que este personaje tenía apenas quince años, al terminar con las palabras: «Yo Lanzaroto juro tener más de quince años de edad»59. Por lo tanto, en la misma época nos encontramos con la absoluta evidencia de que existían dos Lanzarotto Malocello: uno de, por lo menos, veinticinco años en 1330, cuando cumple el papel de testigo, y otro que tenía quince años en 1352. Lo mismo pasa también con Pietro Malocello, muerto en Chipre en 1372 y no obstante vivo en 1384, cuando le otorga un poder a Eliana Fieschi, pero definitivamente muerto en 1391. A pesar de las dificultades e incertidumbres que se encuentran para ordenar estas informaciones, todos los documentos parecen hablar de una única relación, tanto familiar como de negocios, que se desarrolla a lo largo de los años dentro de una misma familia, como era normal en la Génova de la época60. En la fig. 1 se indica con flechas rojas las relaciones de negocio, atestiguadas por las actas notariales, entre Lanzarotto y Pompeo, y entre Pietro y Lanzarotto Jr. 57 Argone tuvo que haber nacido después de 1289, ya que el nombre «Argono» se remonta al kan de Persia Arghun, quien envió al genovés Buscarello Ghisolfi como su embajador en Occidente, en 1289. Buscarello le pondría el nombre del kan (Argonus) a su hijo. 58 «Ego, Petrus Marocellus filius Dominici, curator et curatorio nomine Lanzaroti filii quondam Argoni Marocelli, de qua cura constat in actis publicis...». Archivio di Stato di Genova, Notai Antichi 237, cc. 280v,-281r. Transcripción de Giustina Olgiati —Archivio di Stato di Genova. La existencia de este documento es mencionada solo por el historiador Desimoni (1874) en Giornale Ligustico Anno primo, pp. 225-226. 59 «Confitens ego dictus Lanzarotus me ese maiorem annorun xv iuro et cetera». 60 El censo poblacional de Génova de 1356 indica que para esa fecha solo 19 familias estaban inscritas en el «albergo Malocello», peculiar institución genovesa que albergaba a todas las familias que tuvieran el mismo apellido y cuyas relaciones parentales e intereses económicos fuesen comunes, y que normalmente vivieran juntas en la misma zona de la ciudad. Grendi, E. (1975): Profilo storico degli alberghi genovesi, Mélanges de l’Ecole française de Rome. Moyen-Age, Temps modernes, tome 87, n.o 1. 1975, p. 301. Fig. 1. Relaciones familiares y de negocio de la familia Malocello. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 28 /Eliana. Como fundador del linaje se indica un Pietro por la costumbre italiana de darle al primer nieto varón el nombre del abuelo y, a veces, al segundo el nombre de un tío61. Tal vez este abuelo podría ser el Pietro Malocello que en 1312 había fletado una coca a un Nicolaus Burgarus para transportar mercancías desde Mallorca a Brujas, en Flandes62. Entonces, ¿qué documentos se refieren al Malocello «redescubridor»? Proba-blemente no lo hacen las actas notariales de 1352, 1384 y 1391, que parecen referirse a la relación entre Pietro Malocello63 y la familia de Lanzarotto Jr. Más difícil es establecer si el Chronikon, que nos cuenta sobre la muerte de un Lanselot Malozèl el 12 de octubre de 1372, se refiere al Lanzarotto Jr. de 35 años o al anciano «redescubridor», de 70. Por lo tanto, se llega a la conclusión de que los únicos documentos cono-cidos en la actualidad que podrían referirse al Lanzarotto «redescubridor» serían el laudo de Mallorca de 1329, el acta notarial de 1330 y, tal vez y no sin dudas, el Chronikon de 1372. 5. LANZAROTTO MALOCELLO: LAS REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Además de estos documentos y de los mapas, el nombre de Malocello aparece también en otros cuatro textos: el Libro del conosçimiento de todos los reinos, escrito por un franciscano natural de Sevilla, probablemente cerca de 1376; Le Canarien, la crónica de la conquista de Canarias llevada a cabo por Jean de Béthencourt y Gadifer de la Salle, escrita entre 1402 y 1404; una carta escrita en 1659 por el navegador francés Paulmier de Gonneville, en la que se relata la llegada del francés Lancelot de Maloisel a las islas, en 1312; y los documentos Almeida, que hablan de la conquista de Lanzarote por parte de un Lamsarote da Framqua. 61 Rossi, A. (2011): Ceppaloni. Storia e società di un paese del Regno di Napoli, Pro loco Ceppaloni, p. 323. 62 «En el contrato suscrito en Génova el 13 de marzo de 1312, Nicolaus Burgarus declara que Petrus Marocellus, que le ha fletado una coca para transportar mil seiscientas cantarias de mer-cancías desde Mallorca a Brujas, puede transbordar las mercancías a otro leño o leños para llevarlas “recto itinere” a Brujas, respetando las condiciones acordadas previamente con el patrón: «In nomine domini amen. Ego Nicolaus Burgarus confiteor tibi Leoni Printi et tibi notario infrascripto scriptori et recipienti in officio publico nomine Petri Marocelli, actum fuisse inter me et ipsum Petrum in instrumento naulizacionis sive locationis quam ipse mihi fecit de quadam cocha sua pro deferendo pro me et meo nomine cantaría mille sexcenta de rebus et mercibus de Maionicis ad partes Bruges...». Doehaerd, R. (1938): «Les galères génoises dans la Manche et la Mer du Nord», Bulletin de l’Institut historique belge de Rome, volumen 19, Institut historique belge de Rome, p. 60, doc. xxvi. «Por cierto el nombre Pietro era común en la familia. En 1329 otro Pietro Malocello fue nombrado Obispo de Ventimiglia, un importante puerto cerca de Francia». 63 Se ha indicado como fecha de muerte de Pietro Malocello Jr. la fecha de la apertura de sus últimas voluntades (1391). REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 29 El primer documento, el Libro del conosçimiento de todos los reinos et tierras et señoríos que son por el mundo, et de las señales et armas que han cada tierra et señorío por sy et de los reyes et señores que los proveen, es uno de los primeros textos de geografía universal escrito en la Edad Media. Publicado por primera vez en 1877, el Libro es muy interesante para entender cuál era el conocimiento que se tenía entonces de la tierra. Es probable que haya sido escrito por un fraile y se remonta, ciertamente, al siglo xiv, ya que fue citado por el fraile Pierre Boutier en su crónica de la conquista de Canarias, Le Canarien. A lo largo del Libro, el relato de un viaje tal vez imagina-rio por todo el mundo conocido, sabemos que el autor nació en España en 1304 o en 1305, aunque no hay indicaciones de la época de su redacción. Por este motivo, los historiadores han tratado de deducirla utilizando los acontecimientos narrados en el texto, lo que llevaría a fijarla después de 137564. En el Libro del conosçimiento se hace una específica referencia a la presencia de Malocello en las islas al decir que «la isla de Lançarote et dizen le asy porqué las gentes desta isla mataron a un ginoves que dezian Lançarote»65. Conocido como Le Canarien, el segundo documento que atestigua la pre-sencia de Malocello en las Islas Canarias fue escrito por los frailes franciscanos Jean Le Verrier y Pierre Boutier. Se trata de la crónica de la expedición de conquista de las Islas Canarias organizada a principios del siglo xv por el barón normando Jean de Béthencourt y por Gadifer de La Salle. La crónica francesa nos informa sobre la existencia de una construcción en la isla realizada por Malocello: «Reunieron gran cantidad de cebada y la metieron en un viejo castillo que, según dicen, había hecho construir antaño Lancelot Maloisel, cuando conquistó el país»66. El tercer documento, cuya validez histórica ha sido puesta en duda, es una carta enviada en 1659 por el navegador francés Jaime Paulmier de Gonneville al historiador Andrés du Chesne. En ella Paulmier escribe: «Sin embargo, no sé si ellos (los Béthencourt) pueden jactarse de haber llegado (a las Islas Canarias) antes que Lancelot de Maloisel, del cual se consideran descendientes los señores de las islas 64 Los estudios del historiador y experto francés en heráldica Martin de Riquer han per-mitido plantear la hipótesis de una fecha de redacción posterior a 1375. Para llegar a esta conclusión, Riquer ha estudiado no solamente la descripción de los lugares y acontecimientos presentes en el Libro, sino también el centenar de armas heráldicas de soberanos, países y ciudades ilustrados con dibujos realizados de forma razonablemente correcta. El blasón más interesante para el tema de la datación del Libro es el del rey de Francia, que «á por señales un pendón azul con tres flores de lis de oro». De acuerdo con Riquer, los reyes de Francia, en toda clase de documentos y de ornamentos desde Felipe Augusto (1179-1223) hasta el 1376, usan un emblema con un sembrado de flores y solo Carlos v, desde el año 1376, lo hizo con un escudo con apenas tres flores de lis. Ver De Riquer, M. (1987): «La heráldica en el Libro del Conoscimiento y el problema de su datación», Cuadernos de Filología Hispánica, n.o 6, 313-319. Edit. Universidad Complutense de Madrid. 65 Quartapelle, A. (20054): ibídem, p. 58. 66 Aznar, E., Corbella, D., Pico, B. y Tejera, A. (2006): «Le Canarien-Retrato de dos mundos», Instituto de Estudios Canarios 2006, Ms. G. Cap. xxxii, p. 99 y Ms. B. Cap. xxxii, p. 183. «Si assamblerent grant quantitè d’orge et la mistrent en un vieu chastel que Lancelot Maloisel avoit jadis fait faire, quant il canquist le pays, selon ce que l’on dit». REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 30 Maloisel, caballeros de la Baja Normandía, los cuales afirman tener documentos que acreditan que Lancelot logró la conquista en el año 1312 gracias a las noticias que de las islas le ofrecieron ciertos marinos de Cherburgo, los que, mientras co-merciaban en las costas de España, y a causa de una tormenta, fueron arrojados a las playas de las mencionadas islas, conocidas por los antiguos de otros tiempos con el nombre de Afortunadas, las que después permanecieron escondidas por muchos siglos...»67. En la carta, Paulmier también menciona un documento, supuestamente publicado por la familia Maloisel en 1632, para demostrar la primacía de Lancelot en el descubrimiento del archipiélago, documento éste que hasta el momento no ha sido encontrado. Por último, la cuarta referencia a Lanzarote se encuentra en un grupo de documentos publicados en 1925 por el historiador portugués Fortunato de Almei-da en su Historia de Portugal. Los documentos, ahora perdidos, testimoniaban las hazañas en las Islas Canarias de un cierto almirante Lansarote da Framqua (da Franca), descubridor de dos islas en el Atlántico, quien, años más tarde, moriría en una lucha contra los indígenas al intentar conquistarlas. Con el primer documento, fechado en 1370, el rey D. Fernando de Portugal concedía al almirante Lanzarote da Franca el Señorío de las islas de Nossa Senhora da Framqua (Lanzarote) y de la Gumeyra (Gomera). «Don Fernando, por gracia de Dios Rey de Portugal y del Algarve ... queriendo hacer gracia y merced a Lansarote da Framqua, almirante, 67 Quartapelle, A.(2015): ibídem, p. 475. «Ne ne sçay toutesfois s’ils (los Béthencourt) se peuvent venter d’y avoir abordè (las islas Canarias) avant Lancelot de Maloisel, duquel les sieurs des Isles Maloisel, gentils hommes basnormands, se disent descendus et avoir par devers eux des pièces qui justifient que leur Lancelot en entreprist la conqueste en l’an 1312, sur la cognoissance qui luy en donnèrent quelques matelots de Cherbourg, lesquels, trafficants aux costes d’Espagne, furent jetés par un coup de tempeste aux bords de ces isles, cogneues autrefois par les anciens sous le nom de Fourtunées et depuis demeurées comme cachées durant quelques siècles. Nos historiens françois ayant passè sous silence l’hèroique expèdition de Bethencourt, et les Hespagnols et estangers en ayant, a notre honte, touchè quelque chose, mais lègérement, elle a enfin paru entière, et son naifveté originaire en l’annèe 1630, après avoir souffert plus de deux cents ans de prison domestique, dans le cabinet des descentants du sr. De Bethencourt. Sa publication revèilla les Sieur de Maloisell, et en 1632 ils firent imprimer à Caen un petit discours, pour conserver à ce Lancelot au prèjudice de ce Jean de Bethencourt, la qualitè de premier conquèrant des Canaries: qualitè fondèe entr’autres choses sur un inventaire gènéalogique, baillé par leurs prèdècesseurs aux eslùs de Costances l’an 1453, lequel fait une ample mention de l’emntreprise de ce Lancelot; et de plus combattant les De Bethencourt par leur propre histoire. ils leur en objectent le chapitre xxxii. qui parle d’un viel chasteau lequel Lan-celot de Maloisel, dit cette histoire, avoit jadis fait fere en l’Isle Lancelote, qu’on appelle maintenant Lanzarotte; noms que lesdit sierus de Maloisel pretendent luy avoir esté donné par leur Lancelot, qu’ils disent y avoir commandè plus de xx. ans, et iusques a un soulevement général des Insulaires, qui l’en chasserent a l’ayde de leurs voissins. Cecy a d’autant plus de probabilitè que le nom natural de cet isle, puisque de temps de Bethecourt ses habitants le nommoient encor Tie-Roy-Gatra, comme en fet foy le 71 chapitre de son histoire. Mait soit qu’on juce ce procés en faveur de l’un, ou de l’autre, il será toujours vidè á l’avantage d’un François, et ainsi l’honneur demeurrera à nostre France d’avoir la permiér, pas ses entreprises, sur le Canaries, exitéles autres Europeans, à pousser la point de la navigation, si loing que toute la terre nous est en quelque façon ouverte». Bibl. Nat. De France, 7454 fº 70. En Licata A. (2012): ibidem, pp. 143-144. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 31 [...] de las islas que encontró y nos ganó, que están en el mar del Cabo Non, las cuales no están pobladas, porque de ellas no hemos hecho merced a la persona que las habría de poblar y gobernar, ... hacemos libre y pura donación ... al mencionado Lansarote, nuestro almirante, para sí y para todos sus herederos y sucesores, de las dos primeras islas que encontró, de Nosa Señora a Framqua y de la Gumeyra, con todas sus tierras y rentas que tengan y hayan de tener...»68. En el segundo documento, fechado en 1377, el rey D. Fernando informaba que Lansarote todavía no había podido tomar posesión de dichas islas en razón de la guerra entablada contra sus habitantes, los gaãchos, y los castellanos «... ni al mencionado Lançarote se le ha entregado su natural posesión (de las islas), por razón ... de la guerra que hubo entre los mencionados gaãchos y los castellanos. Sin embargo, [...] como muy bien lo merece, confirmamos y mantenemos como Capitán Mayor de dichas islas al mencionado Lamsarote da Framqua, nuestro almirante de las galleas...»69. Con el último documento, de 1385, el rey D. João informaba que Lansarote da Framqua había tenido una honorable muerte en las Islas Canarias «... conside-rados los muchos y buenos servicios (de Lamsarote), que Dios lo perdone, Capitán Mayor de las islas (de Lanzarote y de la Gomera) [...] que ahora ha tenido honrado fin en Lanzarote...»70. Elías Serra Ràfols, catedrático de Historia de la Universidad de La Laguna, ha tratado de demostrar que los documentos de Almeida eran escritos falsos, indignos de cualquier crédito, subrayando varios supuestos anacronismos entre el texto y los conocimientos geográficos e históricos que se tenían en la época de su redacción71. Por ejemplo, al referirse a la expresión «Mar del Cabo de Non» del documento de 1370, afirma que «esta idea de los mares particulares, como partes del mar general u Océano, era totalmente desconocida hasta para los geógrafos teóricos del Rena-cimiento ». En realidad, en el De insulis, el islario escrito por De Silvestri cerca del 140072, se indican más de veinte mares particulares de todo el mundo, como el He-lesponto, el Índico, el Adriático, el de Córcega, el Egeo y el Rojo. Otra afirmación no correcta es que el uso del nombre gaãchos (guanches), que emplea el texto de 1376 68 Dom Fernando, per a graça de Deus rrey de Purtugall e d’Algarve ... querendo fazer graça e mercee a Lansarote da Framqua, almirante, [...] as yllas que trobou e nos gaañou, que som no mar de Cabo Nom, as quaaes nom som pobradas,porque dellas nom teemos feito mercee a pessoa que as aia de pobrar e gouuir, [...] ao dicto Lansarote, noso Almirante, para ssy e para todos seus erdeyros e successores, das duas yllas primas que trobou, de Nossa Señora da Framqua y de Gumeyra, com todas sas terras e rremdas que teñam e ajam de teer...». 69 «... per rezom daficada guerra que ouve com os dictos gaãchos e castellãos. Porem, que-reendolle fazer graça e mercee, como boo merecente, confirmamos e manteemos capitom moor das dictas yllas o sudicto Lamsarore da Framqua, nosso almirante das galles». 70 «Visto os muytos e boons seruyços (de Lançarote), a que Deus perdoe, capitán moor das yllas [...] e que hora teve honrado fim na de Lamsarote...». 71 Serra Ràfols, E. (1961): «El redescubrimiento de las Islas Canarias en el siglo xiv», Revista de Historia Canaria, n.o 135-136, pp. 220-234. 72 Quartapelle, A. (2015): ibídem p. 67. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 32 «para designar cualesquiera nativos de las Islas Canarias, es modernísimo, pues no se remonta más allá del siglo pasado. Lo cierto es que fue adoptado por ciertos eruditos, sobre todo extranjeros, como Bertelot y Verneau, felices de disponer de un nombre propio para la supuesta nación indígena». Sin embargo, el uso del gentilicio guanche para designar a los habitantes de todas las islas, y no solamente a los de la isla de Tenerife, lejos de ser un modernismo inventado por Bertelot y Verneau, se remonta al siglo xvi, pues fue Alonso de Santa Cruz73 el primero en utilizarlo en 1546: «Y tomaron en ella (Tenerife) tierra y comenzaron a hacer guerra a los guanches, que así se llamaban los habitadores de aquellas yslas...»74. Al igual que estos dos, también los otros supuestos «anacronismos» presentados por Serra Ràfols no son tales75 y por lo tanto no permiten demostrar con total seguridad la falsedad o veracidad de los documentos Almeida76. 6. LA NAVEGACIÓN EN EL ESTRECHO DE GILBRALTAR «ALREDEDOR DEL 740 DE LA HÉGIRA» Con respecto al redescubrimiento de las Islas Canarias, es oportuno también considerar las dificultades a las que tuvo que enfrentarse la navegación comercial atlántica en los años cercanos al 740 de la Hégira (1339-1340). No hay que olvidar que el periodo que transcurre entre 1338 y 1342 se caracteriza por el enfrentamiento que tuvo la marina musulmana con las principales marinas europeas, transformando al estrecho de Gibraltar en el teatro de una guerra permanente en la que los que un día eran amigos y aliados, en pocos meses se volvían enemigos cuyos barcos podían ser atacados y hundidos. 73 Quartapelle, A. (2015): ibídem, p. 144. 74 En el mismo sentido general lo usaron también Pérez de Torres (1586) «estas son las Islas de las Canarias, stan de España trecientas leguas, llamamos a su gente guanches» ibidem p. 284; Jan van Linschoten (1610) «Las islas Canarias [...] hoy están habitadas por españoles mezclados con los naturales del país llamados Guancha» ibidem p. 349; Fernandez Brandao (1618) «que las Islas Canarias, que estaban pobladas, antes de ser descubiertas por los castellanos, por personas a las que llaman Guanches» ibidem, p. 389; y José de Sosa (1678) hablando de los habitantes de Gran Canaria los llama «canarios guanches» ibidem p. 494. 75 Una crítica a todos los supuestos «anacronismos» propuestos por Serra Ràfols: Quartape-lle, A. (2015): El Hércules de las Islas Canarias y otras historias, Vereda Libros -Tenerife, pp. 155-198. 76 La prioridad en el descubrimiento portugués de las Islas Canarias había sido reclamada el 12 de febrero de 1345 por el rey Alfonso iv de Portugal en una carta dirigida al papa Clemente vi, estaba en contra de la coronación de Luis de la Cerda como Príncipe de la Fortuna en 1344: «... los primeros descubridores de las predictas islas fueron (navegantes) de nuestro reyno» - «... predictarum insularum fuerunt prius nostri regnicole inventores». De acuerdo con el contenido de la carta, el descubrimiento portugués, reclamado por Alfonso iv, debía haber tenido lugar entre 1336 y 1341. Ver Verlinden, ibidem, pp. 1188-1189. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 33 Desde el lado castellano-aragonés la campaña naval del estrecho puede divi-dirse en tres fases: en la primera, organizada para evitar la invasión de la península77, el rey Alfonso xi y su aliado el monarca aragonés Pedro iv lograron derrotar al sultán mariní Abu l-Hasan y tomaron el control del estrecho (septiembre de 1339). En la segunda fase, Abu l-Hasan logró la destrucción de la flota cristiana en la batalla de Getares (abril de 1340), en la que murió también el almirante castellano Jofre Tenorio y el control del estrecho volvió a estar en manos de los benimerines. En la tercera fase, Alfonso xi, con el apoyo de 15 galeras de Génova y de 12 galeras del rey de Aragón, en la batalla de Guadalmesi (mayo 1342) destruyó la flota benimerín y volvió por segunda y definitiva vez a tener el control de las aguas de Gibraltar. En lo que concierne al reino de Mallorca78, el periodo analizado se caracteriza por la finalización de la contienda con Génova (1336), que durante seis años había afectado las rutas de Berbería y las del estrecho, y por la paz con Granada (1336) y con Túnez (1337). Sin embargo, quedaba todavía abierto el enfrentamiento con los benimerines, el cual se había iniciado en 1333 con el asalto de una galera sarracena protagonizado por dos cocas mallorquinas79. El conflicto se prolongó en el tiempo e incluyó un intento de asalto al puerto de la Ciutat de Mallorques, en agosto de 133880. A causa de este enfrentamiento, el comercio atlántico de los mallorquines se redujo sensiblemente, tanto que entre 1337 y 1338 se registran solo dos viajes a la costa atlántica de Marruecos: un viaje a Nife, en 1337, y otro a Salé, en 1338. La conciliación con los benimerines se concretó en abril de 1339 gracias a un acuerdo con el monarca mariní, quien garantizó protección y libre tránsito de los súbditos de ambos reinos y de sus mercancías. 77 Se ha utilizado Muñoz Bolaños, R. (2015): «La campaña naval del Estrecho (1340- 1344): el fin de la amenaza norteafricana», RUHM, vols. 4/8 2015, pp. 115-133. 78 Se ha utilizado Ortega Villoslada, (2014): «Mallorca y la importación de trigo atlántico (1230-1350)», SUMMA, n.o 3, pp. 73-91. 79 La respuesta del sultán Abu l-Hasan fue contundente y en 1334, como compensación, incautó en sus tierras mercancías por valor de 18.000 doblas de oro. 80 «... tenemos noticias seguras de Argel, Cherchel, Honein, Mestghamen y Sevilla, a través de cartas de muchos comerciantes y de algunos armadores de barcos y también de dos espías que regresaron de aquellos lugares, que el rey Garbo (Abu l-Hasan) ha reunido entre 35 y 40 navíos, entre las cuales hay veinte grandes galeras, o incluso más, junto a las cuales [...] debe haber cuatro galeras de los guelfi de Genova, y se dice que vendrán a ocupar las islas del reyno de Mallorca y que deben congregarse y estar listas para zarpar cerca de la fiesta de Santa María en el mes de agosto...». «Roge-rius de Rouenacho etc... Locum tenenti Minorice. Tenore presentium vobis significamus certa noua habere de algeer, de Sarcello, de hone, de Mostagani et de Sibilia per litteras plurium mercatorum et ab aliquibus patronis lignorum ac etiam a duobus spiis nostris que de illis partibus reuenerunt quod Rex Garbi facit congregacionem de xxxv ad xl vela, inter que erunt viginti Galee grosse et ultra, cum quibus... debent esse quatuor Galee januensium guelforum de quibus dicitur quod venient ad offendendum insulas Regni Maioricarum, et debent esse congregate et ad recedendum parate circa festum Sancte Marie mensis augusti...». Ortega Villoslada (2014): ibidem p. 86. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 34 Todos estos acontecimientos encontraban a Génova81, la más importante de las repúblicas marineras italianas, en la mejor situación para emprender viajes al archipiélago, al mantener alianzas tanto con Granada y con Fez como con Castilla82. En 1338, negociaba con Abu l-Hasan el alquiler de cuarenta galeras, mientras que los guelfi de Génova enviaban cuatro para atacar Palma de Mallorca. Al final del mismo año, la Gran Crónica relata que la flota castellana encontró «en alta mar una gran nave tripulada por musulmanes y christianos malos, que posiblemente haya sido un barco genovés al servicio del sultán mariní»83, utilizado para el traslado de tropas a la península. Más tarde, en septiembre de 1339, al atacar Ceuta, el almirante aragonés Jofre Gilabert Cruillas encontró una galera de Génova en el puerto de la ciudad84. Con todo, dos años más tarde, después de que el almirante Jofre Tenorio fuera derrotado y muerto en la batalla de Getares (1341), los genoveses decidieron apoyar el bando de los castellanos, y el almirante genovés Egidio Boccanegra acabó participando con 15 galeras en el bloqueo del estrecho, pero esta vez en función de una postura antimusulmana. En palabras de Alfonso xi, «los genoveses siempre encontraban una manera de ayudar a quienes les dieran dinero, y sobre este aspecto no tenían en cuenta ni el ser cristiano ni ninguna otra cosa»85. 81 Se ha utilizado Segura González, W. (2005): «La batalla del Salado (año 1340)», Al Quantir, n.o 3, 2009, pp. 1-32. 82 Muñoz Bolaños, R. (2015): «La campaña naval del Estrecho (1340-1344)», RUHM, vols. 4/8 2015, p 116. 83 «E quando ésto vieron los del almirante, díxéronles que amaynasen las velas de parte del almirante de Castilla; e ellos dixeron que non querían. E quando esto vieron los del almirante de Castilla; e ellos dixeron que non querían. E quando esto vieron las del almirante armaronse, et conbatieron la carraca a la rredonda. E una pieça del día se defendieron, assí que non la podían entrar como quiera que a la çima la entraron por fuerça e mataron al señor della e quantos moros e christia-nos alli hallaron. E después que la carraca fue entrada, lleváronla a Sancta Maria del Puerto. Et esta fue la gran carraca que fue llamada la Bestia». Gran crónica de Alfonso xi, cap ccxlv. En Calderón Ortega, J.M., Dìaz Gonzàlez, F.J. (2001): Los almirantes del siglo de oro de la Marina castellana medieval, En la España Medieval, 2001-24, p. 321. 84 Zurita, J. (1562-1580): «Hazaña y victoria del almirante de Aragón: «[...] Salió el almirante de Aragón a 6 del mes de septiembre de Algecira con ocho galeras para ir a descubrir el puerto de Ceuta; y, llegando de noche, descubrió que había en él trece galeras de moros y siete leños armados y una galera de genoveses y otros navíos que habían de pasar aquella noche el estrecho; y a la alba embistió en la armada de los moros tan de rebato que los desbarató y ganó algunas galeras; y se volvió con la presa a Algecira». Anales de Aragón, tomo iii, lib. vii, cap. l. 85 «ca los genoueses siempre encontraban una manera de ayudar a quien les diese dinero, y sobre esto non catauan christiandad nin otro bien ninguno». Segura González, W. (2007): «Batalla naval de Guadalmesí (año 1342)», Al Qantir, 15, p. 6. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 35 7. CONCLUSIONES En este estudio se han presentado varios elementos, algunos muy conoci-dos y otros tal vez hasta ahora no suficientemente valorados. En opinión del autor, todos ellos apuntan de manera convergente hacia una única posible dirección: que la expedición de los genoveses de 1339, descrita en el relato de al-Maqrízi, haya sido la primera en llegar al archipiélago y que a su mando se encontraba Lanzarotto Malocello, el redescubridor de las Islas Canarias: 1. El mapa Dalorto-Corsini 1330 indica que en 1330 no se tenía noticia del ar-chipiélago. 2. El portulano BnF Dulcert 1339 y el mapa BL ms 25691 confirman que en 1339 solo se conocía la existencia de las tres islas, Lanzarote, Lobos y Fuerteventu-ra, y de forma sumaria, por cierto, al considerar que la dimensión y posición de Lobos y la forma de Fuerteventura son muy diferentes de las reales. 3. El portulano BnF Dulcert 1339, el mapa BL ms 25691 y el relato de al-Maqrízi confirman las mismas hipótesis acerca de las circunstancias del descubri-miento: que los navegantes eran genoveses y que visitaron apenas unas islas al interrumpir el viaje antes de recorrer todo el archipiélago, probablemente debido a unas circunstancias adversas. 4. La fecha del viaje de los genoveses tuvo lugar «alrededor del año 740 de la Hégira (julio 1339 - junio 1340)», o sea, 1338 o 1339, y es compatible con la fecha del portulano Dulcert de agosto 133986. Si se considera que los meses de mayor actividad naval en el estrecho eran los meses de verano87, puede suponerse que la expedición de los genoveses tuvo lugar entre mayo y julio de 1339. 5. Nada indica que en 1339 los genoveses tuvieran un conocimiento previo de la existencia de las Canarias. De acuerdo con Ibn el Jaldun, la llegada tuvo lugar de modo fortuito porque «al lugar en el que se encuentran estas islas solo se llega por azar, no porque nadie se dirija a ellas». 6. El viaje de los genoveses no se dirigía hacia las Canarias. La descripción de al-Maqrízi es similar a la que nos ha dejado Jacopo Doria del viaje de los hermanos Vivaldi en 1291, en la que escribe que «dispusieron (los Vivaldi) de dos galeras de manera espléndida. Tras abastecerlas con agua y otras necesidades, se dirigieron, en el mes de mayo, por el estrecho de Ceuta a fin 86 Las presencias historicamente documentadas del sultán Abü l-Hasan a Ceuta son en 1340, en ocasión de la Guerra del Estrecho, narradas por Jbn el Jaldun. En Segura González, W. (2013): La batalla de Tarifa en las historias musulmanas, Al Qantir 15 (2013) pp. 132-137. Sin embargo, «el sultán tenía una residencia privada en una de las torres del alcazar» de Ceuta. Hita Ruiz, J.M. y Villada Paredes, F.: Ceuta durante el periodo mariní: estado de la questión y nuevas perspectivas, p. 234. 87 López Fernández, M. (2008): Algunas precisiones sobre la aplicación del Tratado de Madrid de 1339, entre Aragón y Castilla, UNED. Espacio, Tiempo y Forma Serie iii, H.a Medieval, t. 21, p. 186. Ortega Villasloda, A. (2008): El reino de Mallorca y el mundo Atlántico, 1230-1349: evolución político-mercantil, Netbiblo S.L., p. 164. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 36 de que las galeras pudieran navegar por el mar océano»88. Los navegantes de 1339, al igual que los Vivaldi en 1291, «habían partido de Génova tras disponerse de provisiones para dos años y marchado por el mar queriendo abarcar el conocimiento de lo que en él había y circunvalar lo que rodea la tierra habitada». El objetivo del viaje de 1339 era encontrar un camino alternativo a las Indias y no llegar a las Islas Canarias, de las cuales, con toda probabilidad, se desconocía su existencia. 7. El relato de al-Maqrízi nos informa también que los navegantes genoveses «al no encontrar ... riquezas ... partieron». La supuesta falta de bienes económica-mente aprovechables en las islas explicaría por qué, a pesar de ser conocida la noticia del descubrimiento en Mallorca desde mediado de 1339 y utilizada por Dulcert en su portulano, no hubo expediciones mallorquinas conocidas a las islas hasta mediado de 1342. 8. Por el contrario, el interés mallorquín se despierta rápidamente después del viaje de da Recco en 1341, cuando llega la noticia de las riquezas encontradas en las islas: «Muchas pieles de carneros y de cabras, sebo, aceite de pescado, cadáveres de focas, maderas rojas que tiñen como hace la col pequeña ..., y también cortezas de árboles aptas para teñir en rojo, así como tierra roja y sustancias similares»89. Tan solo cinco meses después de que la noticia del viaje llegara a Sevilla, en noviembre de 134190, Jaime iii, rey de Mallorca, otorgaba la autorización para partir hacia las Islas Canarias a Gulliem Pere el 15 de abril y a Francisco Desvalers el 16 de abril de 134291. 9. La hipótesis de que la expedición de 1339 fue la primera en descubrir las Islas Canarias parece confirmada en 1342 por los mismos contemporáneos a los acontecimientos. Boccaccio en su De Canaria habla de las Canarias como «de insulis reliquis ultra Hispaniam in Oceano noviter repertis», las ínsulas recién descubiertas más allá de España en el océano, y el rey de Mallorca 88 Quartapelle, A. (2015), ibidem, p. 46. «Nam armaverunt optime duas galeas et de victualibus aqua et aliis necessariis in eis impositis, miserunt eas [in]dè mense madii, deversùs strictum Septae ut per mare Oceanum irent ad partem Indiae». 89 Quartapelle, A. (2015): ibidem, p. 50. 90 Quartapelle, A. (2015): ibídem, p. 50. 91 Quartapelle A. (2015): ibídem, p. 54: «ales illes noueylament trobades en les parts de ponent»; Ortega Villoslada, A. (2011): De Mallorca al Atlántico bajo la dinastía privativa, MRAMEGH, 21 (2011), p. 20, nota 29. Sin embargo, tampoco en el caso de estas expediciones mallorquinas se tenía un completo conocimiento de la situación de las Islas, si en el texto latín de la autorización real, se preveía que en caso de conquistas de ciudades, fortalezas o campamentos militares se reconocía el dominio al rey de Mallorca. Al no ser estas simplemente formulas generales para todas las expediciones de conquista y no simplemente comerciales: «Promiserunt (los patrones y armadores) dicto domino Locumtenenti quod si contingat eos, tam per se quam per gentes in dictis cochis euntes et navigantes, adquirere sese capere aliquam ex dictis insulis ve1 aliquam villam, populationem seu fortalissium aut castrum quodlibet, quod in illis sic adquisitis, recognoscent in principem et dominum dictum dominum nostrum Regem». Sevillano Colom, Francisco, Anuario de Estudios Atlanticos, 18, 1972, p. 33. REVISTA DE HISTORIA CANARIA, 199; 2017, PP. 11-37 37 Jaime iii las llama «illes noueylament trobades en les parts de ponent»92, las islas recién descubiertas en las partes de Poniente93. 10. Por último, el significado del nombre de la isla «la forte ventura», como hemos visto, es «la mala suerte», «el adverso destino» o «la desventura». Ciertamente, es difícil imaginar un destino más aciago para unos navegantes que habían soñado con «abarcar el conocimiento de lo que en el mar había y circunvalar lo que rodea la tierra habitada» que el regreso anticipado a Génova, después de pocos meses y sin haber encontrado ninguna riqueza. Esta circunstancia, así como las demás informaciones ofrecidas por el relato de al-Maqrízi, hacen suponer que los dos mapas de Dulcert no sean otra cosa que la transposición cartográfica del viaje de los genoveses de 1339. En conclusión, probablemente las Islas Canarias no tendrán nunca su Día del Descubrimiento, su 12 de octubre de 1492, como sucede con el continente ame-ricano. Sin embargo, los portulanos, mapas y relatos que han llegado hasta nuestros días apuntan de forma convergente hacia una misma fecha, el anno Domini 1339, y hacia una misma expedición, la de unos genoveses que querían conocer el mundo, probablemente al mando de Lanzarotto Malocello. Recibido: 24-2-2016; aceptado: 17-3-2016. 92 Ortega Villoslada, A. (2011): De Mallorca al Atlántico bajo la dinastía privativa, MRAMEGH, 21 (2011), p. 20, nota 29. 93 Quartapelle, A. ibídem, p. 54. |
|
|
|
1 |
|
A |
|
B |
|
C |
|
E |
|
F |
|
M |
|
N |
|
P |
|
R |
|
T |
|
V |
|
X |
|
|
|