Notas acerca del habla de la isla de La Palma
Por Juan RÉGULO PÉREZ
I. INTRODUCCIÓN
1. El marco geográfico
Las Canarias constituyen un Archipiélago en el cual cada
isla, geológicamente, es un «continente», una formación autónoma.
Hasta hoy, la explicación más recibida acerca de la génesis del
Archipiélago es la dada por la teoría de Wegener, del desplazamiento
de los continentes, según la cual las Canarias serían fragmentos
desprendidos durante la deriva del Continente Americano
al este escindirse de África. La volcanología parece apoyar esta
hipótesis, pues justamente tales residuos geológicos son lugares
de numerosas erupciones volcánicas, que en nuestro caso han
acabado por cubrir casi por completo el basamento cristalino de
cada isla, aunque este resulta evidente, y hasta visible, en todas.
La zoología y la botánica, con especies indígenas, de plantas y de
animales, muy arcaicas, distintas de las conocidas en Europa, apoyan
asimismo la teoría de Wegener, pues las Islas son relicario de
una fauna y flora un tiempo comunes a África y América.
El Archipiélago Canario está constituido por dos grupos de
islas perfectamente definidos. En uno están las dos islas orientales,
[2] 13
Lanzarote y Fuerteventura, con sus islotes adyacentes; en el otro,
el resto del Archipiélago. La edad de las islas va de Oriente a
Occidente. Lanzarote y Fuerteventura son las islas más viejas; La
Palma es la más joven. En las dos islas orientales la meteorización
ha desg'astado sus montañas, y ambas se nos presentan casi planas,
con ondulaciones suaves. La Palma, por el contrario, es la isla de
pendientes más acentuadas de todo el Archipiélago.
Las Canarias constituyen, pues, un país agreste, lleno de cráteres
y mantos de lava, o de profundos barrancos que descienden
rápidamente desde sus altas cumbres. Situado el Archipiélago en
la zona subtropical del Norte, sería un desierto, continuación del
Sahara, si su situación oceánica y la altura de su relieve en general
no lo salvara. Porque donde la altura del relieve no es una
barrera que determina la condensación de las nubes, como en
Lanzarote y Fuerteventura, domina el desierto; y donde, por el
contrario, como en La Palma, el obstáculo de los montes sobresale,
se da un paisaje de verdura.
Presentan las Canarias, además, dos vertientes, claramente
definidas en el grupo occidental, orientadas al Norte y al Sur,
respectivamente, que en el País se llaman bandas. La banda Norte
es fértil; la banda Sur se hace desértica, a medida que las islas
se acercan a Oriente.
Estas condiciones dan origen a una vegetación escalonada,
debida a las diferencias de nivel, y a las más variadas formas de
paisaje. Si geológicamente cada isla es un continente en miniatura,
su aspecto externo lo corrobora igualmente, por la variedad
de formas, difíciles de hallar, en otras latitudes, en tan pequeño
espacio. La Palma, por ejemplo, en relación a su perímetro, es la
isla más alta del mundo.
Este marco geográfico, principalmente en las islas occidentales,
y de una manera más acusada en La Palma, ha condicionado
la vida isleña, en su aspecto rural sobre todo. La diferencia de
altura permite los cultivos más diversos. El campesino —y hasta
hace poco el predominio del campo sobre la ciudad era muy
fuerte—, por regla general posee cultivos en las costas, en las
medianías y en las zonas altas. Pero estos cultivos no son simultáneos,
sino de rotación, y así resulta que el campesino canario
14 [3]
no descansa, no tiene vacaciones. De este hecho se desprenden
dos conclusiones importantísimas: 1) el campesino canario, ocupado
constantemente en su trabajo, apenas hace vida de sociedad;
2) el campesino canario, al tener que trabajar sin interrupción, da
a su trabajo un ritmo lento, porque, de ser rápido, no lo podría
soportar. Estas circunstancias explican la dispersión que se nota
en la ubicación de las viviendas campesinas, y ese otro fenómeno
espiritual, de la lentitud del canario, hoy llamado aplatanamiento.
Hasta hace relativamente poco tiempo, el campesino canario,
excepto en las fiestas de los santos patronos locales, en los bautizos
y en las bodas, en las gallofas o juntadas, apenas se reunía con
sus semejantes. La vida de cafés, por ejemplo, era totalmente
desconocida, y no ha comenzado a practicarse en los campos hasta
después de la guerra civil española de 1936-1939. El ritmo
moderno, con el trasiego de gente que ha impuesto; el establecimiento
de nuevos cuarteles y guarniciones en las Islas, y, últimamente,
el turismo internacional, con su tráfico mercantil subsiguiente,
tienden a cambiar, de un modo radical y acelerado, la
fisonomía humana del Archipiélago.
Hoy las Canarias constituyen un trozo de España. Pero no
con unidad política o administrativa solamente, sino también con
unidad racial y espiritual, ya que las diferencias de las Islas, con
respecto a la Península, son, en conjunto, mucho menores que las
de algunas regiones de la Península entre sí. A pesar de los 1.500
kilómetros de mar que separan a las Canarias del resto de España,
esta compenetración es un hecho real, que se acentúa a medida
que pasa el tiempo.
La hispanización de las Canarias es un producto de su historia
y de su pequeña geografía. Uno de los factores singulares —por
citar solo uno— que ha contribuido a la formación del carácter
español de la cultura canaria es el hecho de que la administración
estatal, cada siglo con más funcionarios que el anterior, ha estado,
hasta hace muy poco, en manos de peninsulares en su casi totalidad.
Para un canario, ir a Madrid en busca de un cargo administrativo
era, hasta bien entrado nuestro siglo, muy difícil, y cuando
se dio en los siglos pasados fue siempre algo excepcional. En
cambio, para los peninsulares, venir a Canarias, ya colocados, era
[4] 15
relativamente fácil. Por eso el canario, al querer mejorar de
fortuna, sobre todo el campesino —lo mismo que el campesino
peninsular, especialmente el de reoriones de gran densidad demográfica,
como Galicia y Asturias, cuya pobreza ha sido endémica—,
siempre ha mirado y sigue mirando hacia América. En 1958, solo
de las islas de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro emigraron
a Venezuela alrededor de 8.009 personas, en su inmensa
mayoría adultos. Asi, y desde el siglo XVI, en Santo Domingo,
Argentina, Uruguay, México (con Luisiana), Cuba, Venezuela, etc.,
hay verdaderas colonias de canarios, hoy con sociedades culturales
y asistenciales propias en algunas de estas repúblicas americanas.
Nada de esto ha ocurrido en la Península, donde el Hogar
Canario de Madrid y el de Granada, de muy reciente formación,
llevan una vida bastante artificial.
Este hecho de la inmigración peninsular en las Canarias ha
creado ua problema de competencia, especialmente en el terreno
burocrático, que en Canarias, como en América, se conoce con el
nombre de godismo. Godo, en nuestro Archipiélago, como todavía
en algunos lugares de América, es todo español de cualquier
región peninsular que ha mejorado su nivel de vida en la emigra-ció:
i, paro presume de bondades inexistentes de su lugar de origen,
como si estuviera por obligatoriedad en tierras y entre gentes
inferiores. Mas, afortunadamente, esta competencia espiritual ha
ido cediendo, y el término godo ya casi no circula con sus antiguas
connotaciones despectivas.
2. Circunstancias liistóricas del español de Canarias
El habla actual de Canarias arranca esencialmente de la conquista
y cristianización. Lo anterior apenas cuenta, si no es como
inapreciable sustrato, pues los restos de la población indigena
quedaron anegados por la superioridad numérica de los conquistadores
y, sodre todo, por su superioridad cultural, que no
permitió una evolución o elevación de la sociedad indigena. El
16 [5]
aborigen, como factor antropológico, no desapareció, ya que,
especialmente a través de la mujer, tuvo mucha parte en la formación
de la nueva sociedad. Pero, como colectividad, el elemento
aborigen fue aniquilado. Ello no obstante, ciertos ambientes indígenas
pervivieron hasta muy entrado el siglo XVI: por ejemplo,
los oficios de pastores, alfareras, y quizás algún otro, fueron exclusivamente
desempeñados por indígenas durante mucho tiempo
después de terminada la conquista.
Por otro lado, si hemos de ser muy parcos en la admisión de
indigenismos en el habla actual de Canarias, todavía hay que ser
más radical en las posibles influencias externas trasmitidas a las
lenguas canarias prehispánicas, en cuanto a lo que en ellas pudieran
haber influido —necesariamente muy poco— el italiano, el
mallorquín, el portugués y el castellano antes de haberse completado
la conquista.
La conquista duró de 1402 a 1496. En ella intervinieron franceses,
castellanos, portugueses, andaluces y, a partir de 1480,
extranjeros de otros países europeos, Italia, Flandes, Alemania e
Inglaterra, principalmente, debido a haberse instalado en las Islas
ingenios de azúcar, que entonces era un producto de comercio
internacional.
Partiendo ya de la conquista, hay que examinar aparte a cada
isla. En efecto, la primera etapa de la colonización del Archipiélago
es marcadamente diferente para cada una de ellas. Después
de la estabilización de la nueva vida económica de cada isla,
siguió un periodo de grandes intercambios entre ellas. En un
acuerdo de las actas del Cabildo de Tenerife de 1502, se clasifica
a la población de Tenerife en castellanos, portugueses, "de las
yslas» (es decir, cristianos nacidos en las islas primeramente conquistadas:
Lanzarote, Fuerteventura, ¿El Hierro?), gomeros, canarios
(de Gran C&nAria) y guanches. De tiempos anteriores tenemos
noticias de guarniciones lanzaroteñas en La Gomera. Estos elementos
forman a veces grupos compactos: Taganana es lugar poblado
exclusivamente por lanzaroteños y majoreros (naturales de
Fuerteventura); Los Realejos, por canarios (de Gran Canarias); el
centro del pueblo de Garafía (La Palma), por portugueses, etc.
Sucede lo mismo en los medios sociales: los maestros de azúcar
[6] 17
son portugueses (de Madeira); los pastores de Tenerife, guanches
(y seguramente ¡ndíg^enas también en las demás islas); las tejedoras
de La Palma, portuguesas; las alfareras, guanches en Tenerife
y aborígenes de cada una de las otras islas.
Dicho periodo de trasiego puede encerrarse entre 1402 y
1520, con intensidad máxima de 1484 a 1506. A este trasiego sigue
un periodo de escaso intercambio entre las islas, si bien cada
una sigue recibiendo inmigrantes sueltos. Las dos orientales reciben
principalmente moros cautivados en la costa de África, que las
repueblan entre 1476 y 1618. Estos moriscos, que fueron los únicos
no expulsados de España, vivían sin mezclarse con los cristianos
hasta por lo menos 1590. Cuando se prohiben las expediciones
de rescate a África, en 1618, estos moriscos terminan por
fundirse con los demás pobladores y formar la base de la actual
población de Lanzarote y Fuerteventura.
El resto de las islas, especialmente las tres realengas (Gran
Canaria, Tenerife y La Palma), siguen recibiendo extranjeros y
alógenos. En efecto, de una parte, los castellanos emigran a Indias,
donde tienen más posibilidades de desenvolverse y un vasto
mundo, lleno de riquezas, por conquistar. Pero los portugueses,
salvo las islas atlánticas, ya repletas, no tienen, por entonces, ninguna
colonia de población (Brasil es fundación posterior y no
adquiere verdadera importancia hasta 1640, fecha en que Portugal
se separa de España). El fuerte de la emigración portuguesa, que
que no podía ir a Indias, viene acá, hasta 1640, en que cesó casi
por completo. De otra parte, los judíos españoles, y más aún los
portugueses, que huyen de la persecución, no pueden ir a Indias,
muy vigiladas, y se refugian aquí, donde la Inquisición es indulgente.
En tercer lugar, tenemos a los comerciantes. Todo el comercio
exterior de España del siglo XVI está en manos de extranjeros.
Lo detentan catalanes (que en Canarias eran considerados
como naturales de «otros reynos»), flamencos, italianos, ingleses,
alemanes, etc. Al correr el tiempo, se forma una colonia forastera
en los puertos insulares. Factores ingleses, comerciantes ge-noveses,
fondistas italianos, prisioneros franceses, buhoneros indios
y malteses, etc., forman la base del supuesto cosmopolitismo
de la Islas. Salvo alguna rara excepción, no pasan de los puertos.
RHC, 2
18 [7]
En fin, la industria azucarera, que desde el siglo XV aparece
en Canarias, detentada en un principio por castellanos y extranjeros
de Alemania y Flandes, con trabajadores portugueses y esclavos
moros y negros, en los siglos XVII y XVIII quiso ponerse al
estilo cubano, lo que determinó la importación de más esclavos de
África, que formaron colonias en los centros azucareros, especialmente
en Gran Canaria, La Piílma y Tenerife. Santa Lucía de Ti-rajana
y Tazacorte, por ejemplo, conservan, todavía hoy, residuos
étnicos perceptibles de este factor de población. Aislados, en
la actualidad hay negros en los puertos principales y en alguna
población interior.
Por lo demás, en los siglos de la Edad Moderna la población
canaria se mantiene más aislada de cruces que la de cualquier
otra parte de España. Contribuyó a ello la situación de las Islas,
el servicio militar en cada isla (las Milicias Insulares), y, luego,
hasta el primer tercio del siglo XX (concretamente hasta 1936), el
servicio en el Archipiélago (Ley de Weyler). En los siglos XIX
y XX interviene la emigración golondrina entre las Islas y América,
especialmente con Cuba y Venezuela, circunstancia que se refleja
incluso en la lengua hablada en Canarias. (Véase el cuadro de la
página siguiente.)
II. LA ISLA DE LA PALMA
1. Situación y geografía
Del Archipiélago Canario la isla de La Palma es la más occidental.
Está constituida por un enorme cráter monógeno de
28.000 metros de circunferencia, con crestas de cerca de 2.500
metros de altura sobre el nivel del mar, y tiene una extensión de
728 km-. En las faldas exteriores de este volcán, hacia el mar, se
van escalonando las agrupaciones de población, desde las costas
hasta los 700 metros aproximadamente. Más arriba de los 700 metros
los habitantes no se agrupan, las viviendas se presentan distantes
entre sí y los contactos personales son escasos y esporádicos.
[8] 19
CUADRO GENERAL DE LAS MIGRACIONES
Elementos para cada isla del Archipiélago
LANZAROTE
FUERTEVENTURA
EL HIERRO
LA GOMERA
GRAN CANARIA
LA PALMA
TENERIFE
1402
Franceses
id.
1404
1425-1454
¿Portugueses?
Desde 1447, lan-zaroteños
1484
Conquista castellana
1492
Castellanos
¿Canarios?
1495
Castellanos y «de
las yslas>; canarios
1403
Castellanos
id.
Hasta 1450
Castellanos
1487
Castellanos
S. XVI
Moros
Después, nada,
probablemente
Después, pocos
inmigrantes
A partir de 1484, inmigración general,
con lanzaroteños, majoreros, portugueses,
italianos, flamencos, judíos, negros,
etc.
Luego, inmigración general: portugueses,
flamencos, italianos, judios, negros,
etcétera
Luego canarios, lanzaroteños, majoreros,
portugueses, gomeros, judios, negros,
etc.
20 [9]
Si se toma como norma la vegetación, La Palma puede considerarse
dividida en las tres zonas siguientes:
1. Zona de las plantas de litoral y de cuestas pendientes;
plantas de los barrancos y de los valles abrigados. La zona sube
hasta los 600 o 700 metros.
2. Zona de los laureles y de los brezos. De los 600 o 700
metros de altura hasta los 1.300.
3. Zona de los pinos y de las plantas alpinas. Desde los
1.300 metros hasta los 2.000. Más arriba no hay vegetación.
Lo dicho en las páginas [2] y [3] acerca de las condiciones
generales del paisaje, bandas, altitud, etc. tiene en La Palma su
expresión más acusada. Y lo mismo el escalonamiento de los cultivos
y la vida de trabajo ininterrumpido de sus campesinos.
3. Breve noticia liistórica
Las Islas Canarias fueron conocidas por los cartagineses y
romanos, y aunque la arqueología ha logrado rastrear vestigios
de estos contactos, no puede considerarse que estos pueblos
ejercieran influencia alguna en la historia del Archipiélago. Su
conocimiento por los árabes tampoco tuvo significación. Las Canarias
no entran en la historia sino a partir de la primera mitad
del siglo XIV.
Cuando los europeos llegaron a las Islas, había en ellas una
población indígena en plena cultura neolítica, es decir, prehistóricamente
tardía. Los estudios antropológicos de Verneau,
Schwidetzky y Fuste, sustancialmente concordes, establecen tres
grupos de población, con distribución semejante para cada isla, lo
que hace suponer que el poblamiento se efectuó cuando estos
grupos estaban ya mezclados. El primer grupo está constituido
por un tipo cromañoide; el segundo, por un tipo mediterráneo
robusto, y el tercero es un grupo mixto de orientálidos y negroides.
Es muy presumible que estos pobladores primitivos, originarios
del noroeste de África y de las riberas mediterráneas, llegaran
[10] 21
a las Islas desde la vecina costa africana. Pero toda cronología es
incierta, si bien la mayoría de los datos arqueológicos, lingüísticos
y sociales apuntan a una comunidad con el dominio beréber.
La sociedad indígena era distinta en cada isla, según ha probado
la arqueología a través de los bienes de cultura conservados.
En general, los canarios prehispánicos se nos aparecen como
pastores (en Tenerife, a raíz de la conquista, guanche fue sinónimo
de pastor), y cada isla tenía una economía cerrada, ya que
no había comunicación interinsular. El ganado de los indígenas
estaba constituido, fundamentalmente, por cabras, ovejas y cerdos
de especies muy arcaicas. No había caza. Pero la pesca, sobre
todo en la forma que hoy llamamos mariscar, era un elemento
importante de la economía indígena. Por lo demás, las Islas eran
muy pobres en productos de origen vegetal. En La Palma y en
La Gomera se usaba como alimento el gofio de helécho, práctica
que ha llegado hasta nuestros días, especialmente en épocas de
escasez, y en Tenerife y en Gran Canaria se conocían los higos.
La miel de abejas y de mocan (Visnea mocanera L. fil.) contaba
también en la alimentación isleña. En las islas que tenían cultivos,
estos se reducían a cebada y habas, excepto en Gran Canaria, donde,
además, había trigo.
La Palma constituye un caso paradójico dentro del neolítico
en que vivían las Islas cuando se asomaron a ellas los navegantes
europeos de la baja Edad Media. Porque la Isla no conocía cultivo
alguno, y el cultivo es una de las características fundamentales
del neolítico; pero, en cambio, otra de las características fundamentales
de este periodo, la cerámica, es abundante en La Palma,
y muy ricamente decorada. Esto hace suponer que los hombres
que poblaron las Canarias estaban, cuando llegaron, en plena cultura
neolítica, pero que, acaso, no pudieron llevar consigo semillas
a todas las islas, u olvidaron las técnicas del cultivo, especialmente
en Fuerteventura y La Palma, y después cada isla tuvo una evolución
aparte en el tratamiento de su cerámica.
La Palma fue la penúltima isla conquistada, en 1493, casi
un siglo después de haber llegado, en 1404, los conquistadores
normandos a Lanzarote. Durante todo este siglo XV La Palma
fue coto de caza de esclavos, especialmente de los portugueses
22 [11]
establecidos en La Gomera, de los lanzaroteños y de los gomeros
ya sometidos a Fernán Peraza el Viejo. Este intentó la conquista
de La Palma, e hizo una incursión, en la que murió su hijo Guillen
Peraza, episodio que fue cantado en unas famosísimas endechas
de mediados del siglo XV que corren en las principales antologías
de nuestra literatura.^
Una vez terminada la conquista de Gran Canaria, la Mitra y
el Cabildo de Gran Canaria trataron de la conquista de La Palma.
Para llevarla a cabo se valieron de una indígena palmera convertida
al cristianismo, Francisca la Palmesa o Francisca Gazmira. Se
presentó como pariente de uno de los régulos palmeros, y cinco
meses después de haber sido aceptada su mediación regresó a
Las Palmas con cinco jefes palmeros, a quienes se vistió e instruyó
en la religión cristiana. Cuatro regresaron a La Palma un año
antes de que llegara a la Isla, en 1492, Alonso Fernández de Lugo.
Alonso Fernández de Lugo era uno de los conquistadores
de Gran Canaria. Hizo capitulaciones con los Reyes Católicos
en Santa Fe y tuvo nombramiento para la conquista de la isla de
La Palma. De esta manera se inauguró el sistema de iniciativa particular
en las conquistas, que después se practicó ampliamente en
América.
' Nos fueron transmitidas por fray Juan de Abréu Galindo. Helas aquí, con
mejor puntuación que la tradicionaimente recibida:
¡Llorad las damas, sí Dios os valal
Guillen Peraza quedó en La Palma
la flor marchita de la su cara.
No eres palma, eres retama,
eres ciprés de triste rama,
eres desdicha, desdicha mala.
Tus campos rompan tristes volcanes,
no vean placeres, sino pesares,
cubran tus flores los arenales.
¡Guillen Perazal ¡Guillen Peraza!
¿Do está tu escudo? ¿Dó está tu lanza?
¡Todo lo acaba la malandanza!
[12] 23
Así, pues, Lugo desembarcó en La Palma e inmediatamente
se le sometieron, sin resistencia, muchos jefes locales, seguramente
los catequizados en Gran Canaria. El caudillo de La Caldera,
Tanausú, opuso resistencia; pero fue engañado y vencido. La
conquista, que había comenzado el 29 de septiembre de 1492,
terminó el 3 de mayo de 1493.
Cuando se terminó la conquista de Tenerife, que tuvo lugar
de 1494 a 1496, Alonso Fernández de Lugo procedió al reparto de
la tierra y de las aguas en proporción y relación a la calidad social
y a los méritos contraídos por los conquistadores, y también
a las necesidades de incrementar nuevos cultivos. De esta división
primitiva, todavía modificada y acrecentada en el siglo XVI,
procede la formación, en las tres islas principales, pero sobre todo
en Tenerife y en La Palma, de una aristocracia de terratenientes
que la Corte adornó luego con títulos de nobleza y que ha perdurado
hasta nuestros días. La tierras se dieron, en cuantía principal,
a castellanos, pero también a portugueses, catalanes, genoveses,
romanos, flamencos, alemanes, etc.
4. Población de La Palma
La Palma se pobló desde el momento mismo de la conquista
y hasta 1530 muy rápidamente. El Cabildo de Santa Cruz de
La Palma, capital de la Isla, y su único ayuntamiento hasta la división
municipal del siglo XIX, se constituyó a fines del siglo XV.
Luego el incremento de la población en los distintos lugares de
la Isla fue determinando la fundación de parroquias. Las fundadas
hasta el siglo XX, este excluido, además de la primera, en la
citada capital, de fecha que aún ignoramos, pero del último decenio
del siglo XV, consagrada al Salvador, son la siguientes, por orden
cronológico, con indicación del municipio en el que hoy se asientan:
Nuestra Señora de Montserrat (San Andrés y Sauces), 1515;
San Andrés (San Andrés y Sauces), 1515; San Juan (Puntallana),
1551; Nuestra Señora de la Luz (Garafia), 1552; Nuestra Señora
24 [13]
de los Remedios (Los Llanos de Aridane), 1560; San Mauro (Pun-tagorda),
1571; Nuestra Señora del Rosario (Barlovento), 1581; San
Blas (Mazo), 1603; San Pedro (Breña Alta), 1618; San José (Breña
Baja), 1637; Nuestra Señora de las Nieves (Santa Cruz de La Palma),
iglesia de las más antiguas, una de las primeras, después de
la del Salvador, elevada a parroquia en 1657; Nuestra Señora de
Candelaria (Tijarafe), 1660; San Antonio (Fuencaliente), 1832;
Nuestra Señora de Bonanza (El Paso), 1860. En 1925, al segre-garse
Tazacorte de Los Llanos de Aridane, la antigua ermita de
San Miguel, existente desde el siglo XVI, se convirtió en parroquia
del nuevo municipio. Hoy hay más parroquias en La Palma,
de creación reciente, la mayoría sin edificio propio todavía, enclavadas
en pagos de los municipios antes citados y por ello sin mayor
relevancia para la historia demográfica de la Isla.
A falta de otras pruebas documentales más precisas, pues
tanto los libros de actas del Cabildo de La Palma de la primera
mitad del siglo XVI como la mayoría de los protocolos notariales
de este siglo desaparecieron, de la anterior relación se desprende
que toda la Isla quedó ya habitada en el siglo XVI, pues encontramos
agrupaciones humanas importantes en Los Llanos, Punta-gorda,
Garafia, San Andrés y Sauces, Puntallana y Santa Cruz de
La Palma, esto es, en todo el perímetro insular.
La Palma, según datos que se pueden obtener de censos de
vecinos y otras fuentes indirectas, tenía, al finalizar el siglo XV,
unos 1.500 habitantes. El censo de Felipe II, de 1587, da para toda
la isla 1.170 vecinos, aproximadamente unos 5.580 habitantes. En
1679 tenía unos 13.892; en 1742 unos 17.580; en 1768 unos 19.195;
en 1802 unos 28.878; en 1824 unos 29.683; en 1829 unos 33.000;
en 1838 unos 36.151; en 1857 unos 31.405. Y desde 1860, cuando
se hizo el primer censo oficial, los habitantes de hecho de La Palma
presentan el siguiente cuadro: 1860: 31.138; 1865: 33.600; 1877:
38.822; 1887: 39.605; 1897: 42.566; 1900: 41.994; 1910: 45.752; 1920:
46.582; 1930: 51.694; 1940: 60.533; 1950: 63.809; 1960: 67.141. En
1960, año del último censo general, los habitantes de hecho de
cada municipio eran: Barlovento 2.754; Breña Alta 4.762; Breña
Baja 2.505; Puntallana 2.231; San Andrés y Sauces 6.208, Santa
Cruz de La Palma 12.967; Mazo 4.736; Fuencaliente 1.943; Garafia
[14] 25
4.405; Los Llanos de Aridane 9.866; El Paso 5.591; Puntagorda
1.593; Tazacorte 4.587, y Tijarafe 2.873. Total: 67.141.
S« Procedencia de los pobladores
Después de terminada la conquista de La Palma y asentados
ya los primeros edificios de su capital, todavía en vida del Adelantado
don Alonso Fernández de Lugo, comenzaron a poblar la
Isla familias castellanas, portuguesas, italianas, flamencas, etc., que
formaron la base de su población. Luego, al quedar el Archipiélago
alejado del torrente migratorio de España hacia América,
por su falta de riquezas, estos núcleos primitivos se aislaron
y continuaron desenvolviéndose, sin tener casi contacto con el
tráfico de la capital de la Isla, y mucho menos con el resto del
Archipiélago y con la Península. Así se explica que el lugar de
Garafía, que según Frutuoso* estaba poblado en su centro por
portugueses hacendados en el siglo XVI, redactara los asientos
sacramentales de su parroquia, en la segunda mitad de dicho siglo
y comienzos del XVII, en portugués, circunstancia que todavía
hoy se refleja en la fonética, en la toponimia y en los apellidos.^
' GASPAR FRUTUOSO, Saudades da térra, Livro I, Ponta Delgada (Azores),
1939, pág-. 89.—Hay edición del texto portug-ués, con traducción castellana, de la
parte referente al Archipiélago, con el título Las Islas Canarias, prólogo, traducción,
glosario e índices por E. SERRA, J. RÉGULO y S. PESTAÑA, La Laguna, Instituto
de Estudios Canarios, 1964 (la cita en la pág. 58). El libro de Frutuoso fue
redactado entre 1580 y 1590.
° Dejando para el apartado III lo relativo a la fonética, consignemos aquí algunos
ejemplos de topónimos y apellidos palmeros, ilustrativos de lo que queda
dicho en el texto. Topónimos: Gallegos, nombre de un pago de Barlovento; Franceses,
nombre de un pago de Garafía; Fernán do Porto (hoy comúnmente ortografiado
Fernando Porto), nombre de un barranco que desemboca en el puerto
principal de Garafía; Vacia a Borracha (hoy frecuentemente ortografiado Bacía
Borracha), nombre de un descansadero famoso en los antiguos caminos de herradura,
del mismo término de Garafía; Beloco (hoy ortografiado Velhoco), nombre
de un pago de Santa Cruz de La Palma, que responde al italiano Bellaco; Bel-
26 [15]
Tazacorte se pobló con portugueses y con esclavos negros traídos
para los ingenios de azúcar. San Andrés y Sauces, lugares fundados
por hidalgos catalanes, recibieron bien pronto un fuerte contingente
de portugueses para las labores agrícolas y azucareras.
Los flamencos se establecieron en Tazacorte, Argual y Los Llanos
de Aridane. Y gentes de todos estos orígenes, más italianos, en
Santa Cruz de La Palma y sus alrededores. De los italianos quedan
apenas escasos topónimos y apellidos, ya que los contingentes
de población más numerosos vinieron, naturalmente, de la Península,
especialmente de Andalucía y Portugal.
Así, desde mediados del siglo XVI hasta mediados del XX, el
rasgo antropológico más característico ha sido la endogamia, comprobada
para todas las parroquias por sus asientos sacramentales.
El puerto de Santa Cruz de La Palma, llamado en un principio
también Puerto de Apurón, ya desde mediados del siglo XVI
era famoso por sus exportaciones, especialmente de azúcar, y navios
portugueses, flamencos y castellanos lo visitaron constantemente
durante todo el siglo XVI. Tanto es así, que en 1564 se
estableció en Santa Cruz de La Palma el primer Juzgado de Indias
que tuvo Canarias. Por este hecho, todos los buques que iban
a América con productos de las Islas habían de ir a despachar
maco, posiblemente el italiano Belmacco, nombre de una cueva famosa por sus
grabados prehispánicos sobre una gran piedra en forma de torta, etc. Entre los
apellidos la cala es mucho más interesante e ilustrativa: Acosta, Arrocha, Brito,
Carvallo, Coello, Devora, Pestaña, Pinto, Pulido, Rocha, Santos, Tobares, Viera,
etc., pregonan su indudable origen portugués, a más de otros muchos comprobados
documentalmente, como Cabrera/Cabreira, Gómez/Gomes, González/Gonfales/
Gontalves, Hernández/Hernandes, Jorge, Pérez/Peres/Pires, Suárez/Soares, Tejera/
Tejeira, Torres, etc., comunes al portugués y al castellano, en Canarias idénticos
o más parecidos fonéticamente a los portugueses que en la Península. Mon-íereráe
es traducción del flamenco Groenenberg, y Vandama, Vandale/Vándala,
Vandewalle, Wangüemeri, etc. muestran claramente su supervivencia desde que
los flamencos se establecieron en La Palma. Sicilia, bastante abundante, es italiano,
lo mismo que Cabezola, etc. Béthencourt/Betancoart/Betancor, Dumpierres,
Perdomo, Picar, Pombrol, etc. son franceses. Y el hasta hace poco tiempo enigmático
Guélmez no es otra cosa, en El Paso y en Fuencaliente, que la evolución
fonética popular del flamenco (Wan)gü.emert/(Van) Ghemert, hecho que hemos
podido establecer documentalmente. Todos estos apellidos son pluriseculares.
[16] 27
sus registros a Santa Cruz de La Palma, circunstancia que motivó
que los Cabildos de Gran Canaria y Tenerife recabaran sendos
Juzgados de Indias, que obtuvieron en 1566. De estos hechos
arranca la gran tradición marinera de La Palma, vigente hasta comienzos
del siglo XX.
6. Agricultura
La orchilia, planta tintórea, abundantísima en las Breñas, fue
objeto de activa exportación ya a raíz de la conquista misma.
Seguidamente se introdujo la caña de azúcar para los ingenios de
Tazacorte, Argual y Los Sauces, y desde muy temprano también
el cultivo de la viña. Los cereales empezaron a beneficiarse en
las rozas. Pronto, ya en la primera mitad del siglo XVI, se introdujo
el plantío de la morera y nació la consiguiente industria
sericícola, que afamó a la Isla por sus ricas telas. La exportación
de vinos fue muy intensa, hasta 2.000 pipas anuales solo en San
Andrés, entonces uno de los principales puertos comerciales de
La Palma, donde, por lo demás, se asentaron algunas de las familias
más importantes de la naciente sociedad de la Isla.
Los contactos con la colonización americana introdujeron el
cultivo de las papas, los moniatos, el tabaco. Los plátanos, procedentes
de Guinea y conocidos en las Islas desde el siglo XVI
como plantas de adorno, se han convertido en un cultivo intensivo,
en lugares adecuados de las islas con agua, solo durante el
siglo XX. La cría de cochinilla se introdujo en el siglo XIX y se
arrastró hasta el primer cuarto del siglo XX. También en el siglo
XIX se inició la plantación del tomate para exportar. El tomate
y el plátano contituyen hoy las fuentes agrícolas que dan los principales
ingresos de la Región. Los ingresos de divisas que el
Archipiélago proporciona al Estado español por el capítulo agrícola
solo tienen como contrincante, en estos últimos años, los que
produce el turismo internacional, que ha hecho de las Islas Canarias
una de sus estaciones privilegiadas.
28 [17]
Hoy ocupan lugar destacado, después de los plátanos y tomates,
los cereales, trigo y cebada principalmente, con que se
hace el gofio, alimento típico de tradición prehispánica. Le siguen
en importancia el cultivo de las papas y los moniatos. Papas
y gofio constituyen la dieta universal en los campos. Luego vienen
las frutas y los vinos. Uvas, higos, ciruelas, tunos son las frutas
principales, con duraznos, albaricoques, peras, guindas, nísperos,
manzanas, en proporción menor. La labranza se efectuaba, hasta
los años 50, exclusivamente con arado romano, del que en La Palma
tiran solo reses vacunas, uncidas por el pescuezo. Solo en los
últimos años, muy tímidamente, debido a lo accidentado del terreno,
han comenzado a verse tractores.
7. Industria
Como ya queda dicho, desde el siglo XVI La Palma tuvo una
gran importancia marinera, y bien pronto Santa Cruz de La Palma
contó con buenos astilleros en su litoral. El apogeo de esta industria
se dio en el siglo XIX, cuando salieron de los astilleros de
la capital de la Isla numerosos barcos para la travesía de América,
que hicieron de Santa Cruz de La Palma el primer astillero de
Canarias. En el siglo XX ha decaído mucho la actividad constructora
de navios, si bien no ha llegado a perderse del todo,
pues todavía se siguen fabricando barcos, especialmente pequeños
y de dos proas, para la pesca costera, pero también mayores,
para la navegación de cabotaje y la pesca de altura.
Por lo demás, se puede decir que hoy, en La Palma, apenas
hay más industrias que las caseras, que van desde el telar (para
lana, lino y seda, todo en pequeña escala), hasta los talleres de
carpintería mecánica. Existen, como es natural, la fabricación del
queso; la molienda de cereales en molinos a mano, a vela y a motor;
el bordado, para uso insular y para la exportación; la dulcería,
que ha afamado a la Isla, especialmente por sus rapaduras, herencia
de la época azucarera; la fabricación de pan, privada y
[18] 29
profesionalmente, etc. Últimamente se ha iniciado la exportación
de madera y se ha intensificado la fabricación de cal y carbón (este
de antigua tradición doméstica) y la extracción de varas, horcones
y horquetas para tomates y plátanos, de buena demanda en Tenerife
y Gran Canaria, islas con menor riqueza forestal.
8* Ganadería y comercio
Como isla de base agrícola, la ganadería constituye un factor
importante en la economía palmera. Cabras y reses vacunas son
el fuerte de la ganadería. Hasta hace muy pocos años —hasta
antes de la emigración masiva a Venezuela y a diversos países de
Europa, cuyo inicio en gran escala data de los años 50 de este
siglo—, apenas había casa campesina que no tuviera ganado de
estas dos clases, o, al menos, de una. Los cerdos, generalmente
uno por familia, y a lo sumo dos o tres, tampoco faltaban. Mulos,
burros y caballos constituían el resto. Como aves de corral son
casi exclusivas los gallinas; las palomas domésticas existen, pero no
abundan. La cría de conejos se practica, pero no en gran escala.
Apenas existen, hoy, camellos. El ganado apícola se benefícia
bastante, pero, en general, con procedimientos muy primitivos;
solo últimamente han comenzado a verse colmenas movilistas. De
los animales compañeros del hombre, el perro y el gato son constantes.
El comercio de La Palma ha sido siempre muy activo, ya de
los pueblos del interior con la ciudad capital, ya de esta con el
Archipiélago y el extranjero. Hoy se envían a Santa Cruz de La
Palma, para consumo y exportación, plátanos, tomates, madera,
frutas diversas frescas y secas, queso, vino, almendras, papas, etc.
Todo lo demás, excepto lo poco que provee la economía isleña,
ha de importarse: objetos manufacturados, aceite, azúcar, piensos
compuestos, etc. Este movimiento es hoy más intenso que en
cualquier época anterior, debido a que la economía isleña se integra
cada vez más en la regional y nacional.
30 [19]
9. Carácter de los palmeros
No hay en La Palma una uniformidad de carácter, excepto el
aplatanamiento, común a todas las islas. Pero como las condiciones
de vida imponen a la larga el carácter, del palmero, en general,
especialmente del campesino, puede decirse que es poco
comunicativo, ahorrador, servicial, agudo, inteligente, perseverante.
En Canarias —y por lo tanto en La Palma— ni los días festivos
son para diversiones. El campesino canario apenas va al café. La
moda de vida y charlas en los cafés se conoce solo a partir de la
posguerra civil. Antes no había cafés en los pueblos de La Palma.
Después de la guerra de 1936-1939 los hay en casi todos, aunque
en la mayoría la cafetera no se enciende todos los días. Los cafés
de los pueblos urbanizados se veían frecuentados, hasta hace poco,
preferentemente por peninsulares y gente joven.
Por contra, en los campos habían sido comunes, hasta hace
unos cuarenta años, las reuniones llamadas gallofas y Juntadas.
Eran éstas prestaciones gratuitas de trabajo que varios vecinos
hacían a otro, el cual quedaba a la recíproca. Estas reuniones eran
frecuentes para cavar viña, juntar pinillo, llevar estiércol al terreno,
moler el gofio con molinos de mano (especialmente en épocas
de calma, cuando los molinos de viento no trabajaban), traer los
manojos de cereales a la era para las trillas, cavar las papas, etc.
Porque los campesinos palmeros, como los campesinos canarios
en general, han constituido una clase muy pobre, pero tan orgullo-sa
de su libertad, que por lo general rehusaban el jornal o el salario
y preferían el sistema de intercambiar huebras personales,
cuando las labores del campo lo exigían. Antes, durante las gallofas
y juntadas, que muchas veces terminaban en baile —típicos
bailes de candil, ya casi desaparecidos—, se cantaban romances
y relaciones. Eran las fiestas en que se conocían los jóvenes y se
iniciaban los noviazgos.
Además de estas fiestas paganas, existían las religosas. En
ellas, especialmente en las de los santos patronos locales, era
costumbre cantar y bailar, como a la terminación de las gallofas y
juntadas.
[20] 31
Las gallofas han desaparecido prácticamente, con la intensificación
de la vida moderna y la emigración masiva que se ha
producido en los municipios más apartados de La Palma. Hasta
fines del primer tercio del sig-lo XX, todos los jóvenes de ambos
sexos, bien o mal, cantaban, porque ello era necesario para las
relaciones. Hoy, solo los viejos saben de estas cosas, muchos de
los cuales son repertorios vivientes de romances, relaciones, res-ponderes.
Pero en la juventud campesina todo esto ha desaparecido
como práctica viva, excepto en algunos grupos folklóricos
que se esfuerzan en mantener la tradición.
Hace cincuenta años, en los campos más apartados eran contadas
las personas que sabían leer. Y hace un siglo, en el municipio
de Garafía, de un censo de más de 2.000 habitantes, solo 9 personas
declararon que sabían leer.^ Los palmeros han asimilado
con rapidez las enseñanzas escolares. Tienen fama, como queda
dicho, de ser agudos y entendidos, y en la actualidad La Palma es
la isla con menos analfabetos de la Región. Esta rápida escolari-zacion
explica la desaparición casi paralela de los saberes tradicionales.
III. ANÁLISIS LINGÜÍSTICO
!• Introducción
No es el habla de La Palma, como son las hablas leonesas o
aragonesas, continuación actual de los romances medievales, nacidos
de la transformación del latín, en un lugar en que este se
Hemos visto un acta original, firmada en 1842 por los diez regidores del
ayuntamiento de Garafía con diez cruces consecutivas, por ser los diez analfabetos.
Solo sabia escribir, y esto muy defectuosamente, el secretario del ayuntamiento,
que no era natural del municipio.
32 [21]
habló alguna vez. El habla de La Palma es relativamente moderna,
surgida del trasplante o, mejor dicho, de la prolongación y
fusión de las hablas centrales, occidentales y del sur de la Península
Ibérica a una tierra recién conquistada, donde el sustrato
prehispánico quedó pronto definitivamente ahogado. Por esta
razón su validez para la lingüística es de otra naturaleza que la de
las hablas que son continuación ininterrrumpida del latín. Y por
ello las partes fonética y etimológica, las partes más históricas de
la lingüística, no se tratan aquí con la extensión acostumbrada en
los dialectos de arranque primitivo.
Los dialectólogos, por lo general, han preferido orientar sus
investigaciones hacia dialectos de origen distinto al que tiene el
habla de La Palma, o al que tienen las hablas de Andalucía y de
América. Solo en los últimos años se ha dispuesto de una bibliografía
responsable para algunas partes de estas áreas dialectales.
Por lo que respecta al canario, hasta la aparición de las monografías
de Alvar y de Catalán se carecía de un intento de sistematización
de las hablas insulares dentro de la dialectología hispánica, aunque
se contaba con apreciables monografías de Álvarez Delgado,
Steffen y Pérez Vidal i. Lo anterior a estos trabajos, acerca de
los que nos pronunciamos críticamente en 1949^ puede considerarse
solamente como aporte de materiales, en algunos casos bastante
interesantes.
Ll habla de La Palma se forma y se aisla en la época en que
las hablas del deste, centro y sur de la Península estaban al final
de su evolución más intensa a partir del latín vulgar y de las influencias
y préstamos del árabe y de otras lenguas. De ahí sus
afinidades con los núcleos principales de procedencia. Así el
habla de La Palma comparte, en general, con el andaluz y el
hispanoamericano, la debilitación progresiva del sistema articula-
Para los trabajos de estos investigadores, véase la Bibliografía, al final de
este artículo.
JUAN RÉGULO PÉREZ, Bibliografía crítica de ¡os estudios lingüísticos relativos
a Canarias, en Os estados de lingüistica románica na Europa e na América desde
1939 a 1948, suplemento bibliográfico de «Revista Portuguesa de Filología»,
Vol. I, Coimbra, 1951, págs. 203-225.
[22] 33
torio de las consonantes: no existen en La Palma ni 6 ni Xi y la
syh llega, en algunos casos, a sus consecuencias últimas, esto es,
a la desaparición completa de la s.^ Aislado el canario por los
hechos sociales que dejamos consignados en las páginas [6] y [14],
influido constantemente por el trasiego con la parte castellana de
la Península y cada vez en menor contacto con los inmigrantes
portugueses, que cesan casi por completo a mediados del siglo
XVII, no acompañó al andaluz en su evolución, sino que siguió
caminos distintos. Era natural, porque también era distinta su
base. Fenómenos semejantes se han dado en Hispanoamérica,
pero en cada caso con características singulares. El hecho lingüístico
más semejante al de Canarias acaso sea el de Santo Domingo,
isla poblada aproximadamente por los mismos años que La Palma
y también con una sustitución o asimilación rápida de los elementos
prehispánicos. ¿Quiere esto decir que el español de Canarias,
y concretamente el de La Palma, está a distancia tan considerable
del de Andalucía o del de Santo Domingo, como estos lo están
del aragonés o del leonés? La respuesta a esta pregunta la han
venido a dar las monografías de Steffen, el Diccionario critico
etimológico de la lengua castellana de Corominas y los estudios
de Alvar y de Catalán, al probar que la unidad lingüística peninsular,
y de la Península con Canarias y con Hispanoamérica, es
mucho más estrecha de lo que se había venido creyendo. Ya
Henríquez Ureña demostró que gran parte de los andalucismos,
aragonesismos, salmantismos, etc., recogidos en vocabularios dialectales,
se daban en Santo Domingo, como se dan asimismo en
Canarias. En general, se trata de arcaísmos del español común
no registrados en los diccionarios normativos y vivos en diversas
regiones.
' Para las consecuencias de esta debilitación en la dialectología castellana,
peninsular y americana, véase BERTIL MALMBERG, Aspectos estructurales de la
diferenciación fonética del castellano en Problemas y principios del estructuralis-mo
lingüístico, Madrid, C.S.I.C., 1967, págs. 9-28.
RHC, 3
34 [23]
2. Peculiaridades de la pronunciación'
La pronunciación de La Palma se caracteriza por los siguientes
rasgos:
a) Vocales de tipo intermedio.
b) Nasalización.
c) Sonorización.
d) Seseo.
e) Aspiración de la /i y de la s.
f) Distinción entre k y y.
g) Cambios de acentuación.
a) Vocales de tipo intermedio
Además de los matices abiertos y cerrados que tienen las
vocales castellanas en sus diferentes posiciones, el habla de La
' Por necesidades tipográficas, simplificamos ai máximo la transcripción fonética
en el análisis linj^üistico de las vocales y de las consonantes del habla de
La Palma. Cuando este trabajo se publique in extenso, procuraremos transcribir
los alófonos o variantes combinatorias más importantes. Para este resumen hemos
adoptado el siguiente sistema: No anotamos la abertura, cerrazón o relajamiento
de las vocales, pero damos en la forma extrema aljfunos ejemplos (aséiti
'aceite', asúkri 'azúcar'), cuyos alófonos tienen muchas veces más bien una e muy
cerrada que una í. Las semivocales i y u, que se suelen representar con un arco
en su parte inferior, aquí van sin diferenciación formal alguna, cosa que esperamos
a nadie induzca a error. A la africada palatal sorda ortografiada ch la representamos
por c, y a la sonora por y; con n al fonema /n/ y a sus distintos
alófonos (alveolar, dental, velar, palatalizado, labiodental, bilabial), y con ñ a la
palatal sonora nasal, h representa la aspiración plena y h volada la aspiración
reducida. La lateral palatal sonora ortografiada // la representamos por X, y la rr
doble, realizada con dos o más golpes del ápice de la lengua, la representamos por
rr, incluso en posición inicial. Es decir, atendemos solo al fonema que representa
una abstración que establece un contraste fonológico determinado, en oposición
a toda otra serie de abstraciones (Véase: ANTONIO QUILIS, Hacia un nuevo concepto
de la ciencia fonética española, en Problemas y principios citados, pág. 37).
Por lo demás, nos adaptamos al uso más recibido de transcripción. Y, en fin, advertimos
que nuestra descripción, hecha sin otros elementos que el oído, tiene que
ser, en algunos casos, inevitablemente subjetiva.
[24] 35
Palma, especialmente en los campos, posee grados intermedios
entre o y u, e e / en posición átona, bien protónica, bien postónica,
bien final, sobre todo final. Esta propensión a cerrar sigue
la tendencia g^eneral de las hablas del oeste peninsular: leones occidental,
gallego, portugués, salmantino, extremeño, etc. Dicha
cerrazón puede ser total en la o, y muy acentuada en la e. Tal
pronunciación se da hoy solo en las generaciones de más de cincuenta
años de las zonas más alejadas de los centros urbanizados,
sobre todo en el norte de la Isla.
b) Nasalización
La nasalización de las vocales, rasgo típico del francés y del
portugués, se da asimismo en La Palma, aunque hoy solo es bien
perceptible en ciertas capas sociales de Tazacorte. Pero, debido
al aislamiento, la nasalización tazacortera difiere de la francesa y
la portuguesa y forma un sistema propio, que no se adapta a un
valor constante para cada vocal, sino que rige y da carácter a la
frase entera, en la que se tiene la impresión de que las vocales se
asimilan en nasalización a la primera nasal de la cadena fonética
o de la frase. Esta nasalización se mezcla con una diptongación
extraña a los sistemas fónicos conocidos de la dialectología hispánica.
La fonética de Tazacorte merece, pues, un minucioso estudio
monográfico competente, apoyado en registros fieles y estudios
posteriores de laboratorio.
La población de Tazacorte se inició a base de portugueses
venidos de Madeira para beneficiar el azúcar de los ingenios de
este lugar y del próximo Argual, y de esclavos moros y negros
traídos de África para el trabajo en dichos ingenios y en sus
cañaverales. Así la mayoría de los apellidos de familias con
arraigo tazacortero muestran su origen portugués (Acosta, Carba-llo,
Pulido, Gomes, Consoles, Hernandes, Lorenso, Peres, Días, etc.,
estos últimos ortografiados a la española con z final que desmienten
los documentos de los siglos XVI y XVII), y los rasgos negroides
de muchos de sus habitantes son bien visibles hasta la
actualidad.
36 [25]
Acaso el estudio de la nasalización y diptongación de Taza-corte
que se propugna pudiera demostrar que sus peculiaridades
son el producto de haberse mezclado moros y negros con gentes
de habla nasalizada (los portugueses), unos y otros a su vez
poderosamente influidos por el habla de los dueños de los ingenios,
esta carente de nasalización.
c) Sonorización
La sonorización en La Palma no obedece a razones etimológicas,
y por tanto no se puede considerar ni tratar como conservación
de las antiguas sonoras castellanas y de las hablas occidentales
de la Península. Más bien hay que anotarla como una manifestación
espontánea, semejante a la que se da en el español de
muchos sitios. En La Palma, por lo demás, la sonorización se
presenta hoy muy caduca, restringida a personas mayores de las
áreas rústicas más atrasadas. Como ejemplos sirvan kézu 'queso',
brizóte 'brisa fuerte', azéiti 'aceite', sanazu 'sanazo', kazéme 'cáseme',
azúkri 'azúcar'.
d) Seseo
El habla de La Palma desconoce el sonido interdental sordo 0.
En su lugar presenta una s coronal, prealveolar o posdental, plana,
de fricación más suave y timbre más agudo que la s ápicoalveolar
cóncava castellana. En algunos casos parece que se da la s predorsal
o dentoalveolar convexa, más suave y aguda que la coronal
y la castellana. No se ha podido fijar con exactitud, por no haberse
podido utilizar aparatos apropiados, sino solamente el oído.
En todo caso, el fonema/s/ de La Palma se asemeja más al general
andaluz e hispanoamericano que al castellano. Quiere esto decir
que el habla de La Palma entra plenamente dentro del área del
seseo.
[26] 37
e) Aspiración de la h y de la s
El habla de La Palma presenta dos casos de aspiración:
1° La conservación de la antigua h aspirada, procedente de
la F- latina: hartar 'hartar', heder 'heder', hembra 'hembra', honda
'hondo', hágu 'hago', hígu 'higo', hayir 'huir', hihu 'hijo', húmu
'humo', hedjóndu 'hediondo'.'
2° La aspiración procedente del tratamiento de la silbante s.
El habla de La Palma aspira normalmente en estos dos casos
y cae dentro del área que va del andaluz al hispanoamericano,
aunque no existan estos fenómenos con igual intensidad en todas
las hablas andaluzas e hispanoamericanas.
La velar fricativa sorda x del castellano moderno no existe
en el habla de La Palma. Este fonema se oye solamente en personas
forasteras. Es más: los castellanos que traen a La Palma su x
terminan casi siempre por adaptarla y convertirla en h.
Pero no queda aquí el habla de La Palma, sino que, como las
hablas del sur de la Península, aspira la s intervocálica por fonética
sintáctica; la s preconsonántica, y la s final absoluta. En su evolución,
como en andaluz, la s final absoluta llega a veces a desaparecer.
El palmero, seseante, trata toda z y c" ortográficas como s,
y esta sigue la misma evolución que cualquier s ortográfica. En La
Palma se escribe la cruz alta pero se pronuncia lákru^álta.
f) Distinción entre ^ y y
En general, el campesino palmero es antiyeísta; la casi totalidad
del pueblo distingue perfectamente entre X y y, y la gente se
extraña cuando las oye confundir. Esto no obstante, en los centros
urbanos, sobre todo desde el segundo tercio de este siglo, el yeísmo
va tomando pie, cada vez más y más, y en algunos casos comienza
a invadir las comarcas rústicas limítrofes.
' También se da en La Palma la sustitución de la/conservada por h, pero
muy esporádicamente: hwérte 'fuerte', huié 'fue', etc., sobre todo en indianos.
38 [27]
g) Cambios de acentuación
El acento latino se ha conservado, en general, tanto en el español
literario como en los dialectos hispanos. Pero Grandgent
anota que ya en el latín vulgar existía la tendencia a diptongar las
vocales en hiato, con traslado del acento a la vocal más abierta.
Dicha dislocación antihiática del acento es de uso muy marcado
en La Palma, como en general en todas las Canarias y en Hispanoamérica.
Estos cambios acentuales se dan fundamentalmente en
tres direcciones:
1" Entre vocales concurrentes. El habla de La Palma trata
las vocales concurrentes, en general, aunque no siempre, de la siguiente
manera: los grupos aé y ai pasan a ái; el grupo aú pasa
a áa. Ejemplos káile 'caerle', rrái^/rréif^ 'raíz', ái 'ahí', máuXa
'maulla'.
Estos cambios se dan de antiguo en castellano, y el habla de
La Palma los comparte con la hispanoamericana, donde están aún
más extendidos que en el español peninsular. Muchas de estas
dislocaciones acentuales del habla de La Palma, y del habla canaria
en general, son arcaísmos tanto en Canarias como en Hispanoamérica.
2" En el verbo. La igualación de las formas débiles del verbo
con las fuertes es de uso popular en el español común, pero es
un fenómeno mucho más extendido en Hispanoamérica. La Palma
y en general todas las Canarias mantienen este fenómeno, a distancia
media entre la Península e Hispanoamérica, esto es, se da
en las Islas más que en la Península, pero menos que en el Nuevo
Mundo hispano. Formas corrientes en el habla rural de La Palma
son báigamuh 'vayamos', áigamuh 'hayamos', kjéraih 'queráis',
etcétera.
3° Cambios esporádicos. Se oyen en La Palma, en forma
esporádica, acentuaciones divergentes de las normativas, que, en
general, son semejantes a las que se dan sobre las mismas palabras
en todo el mundo hispánico, p. e.: colega, intervalo, méndigo, telé-grama,
mástil, párulis, etc. Pero, junto a estas, se oyen, cada vez
más, las formas del español normal.
[28] 39
3. Vocalismo
a) Vocales simples tónicas
En general, las vocales del habla de La Palma no varían respecto
de las castellanas. En algunos casos e y ó etimológicas
acentuadas no aparecen diptongadas; pero se trata de pervivencias
arcaizantes, importadas en la época de la conquista, del habla de
alguna región que no diptongaba, p. e. régo 'riego', tembló 'tiemblo',
templo 'tiemplo', grasénto 'grasicnto', néba 'nieva', kébra
'quiebra', proba 'prueba (imper.)', mórmo 'muermo' póh 'pues', etc.
ie, reducido en castellano a /, se conserva en numerosas palabras,
como en castellano antiguo, en muchos dialectos y aun en
castellano vulgar. Ejemplos palmeros: prjésa 'prisa', rrjé^ta/rré^'ta
'ristra', etc.
En fonética morfológica, al quedar la e en posición átona, en
el caso concreto de los numerales compuestos de diez, diptonga
normalmente: djehiséi^, dje^isjéte, dje^jóco, djehinwébe.
En la terminación -iencia, lo mismo que en casi todas las regiones
de la Península y de América, por disimilación o por alternancia
con -encia —más debido a este hecho morfológico que
al fonético—, se pierde la /; kumenénsj'a 'conveniencia', ef'perénsja
'experiencia', pasénsja 'paciencia', etc.
Conserva el habla campesina de La Palma las formas naide(n),
truje, mesmo, que, en realidad, no son cambios fonéticos regionales,
sino simples arcaísmos conservados del antiguo castellano,
al igual que sucede con estas voces en la Península y en
Hispanoamérica. Alternante con naide(n) se usa en La Palma la
forma nadien. La forma normativa nadie es apenas conocida en
el habla rústica.— truje, ya bastante caduco en La Palma, es la
conservación arcaica del latín *TRAXUI, y no cambio fonético.—
m.esmo, alternante con mismo, es la pervivencia de un uso que se
remonta a los textos literarios castellanos más antiguos. La literatura
clásica española prefería la forma mesmo, pero desde el
siglo XVII esta va cayendo en desuso; en la actualidad, en el habla
viva de La Palma está relegada al uso rústico, lo mismo que
en la casi totalidad de los dialectos españoles.
40 [29]
b) Vocales simples átonas
Según quedó dicho en la pág. [23], las vocales, tanto iniciales
como intertónicas o finales, tienden a cerrarse y a relajarse, como
sucede, generalmente, en la mayoría de los dialectos hispánicos,
por lo que, más que fonético, este fenómeno es fonológico.
c) Diptongos
En el habla de La Palma se dan diptongos de toda clase, lo
mismo crecientes que decrecientes. Los decrecientes, los menos
familiares al castellano común, son arcaísmos en la evolución del
latín al castellano, o portuguesismos generalizados, estos últimos
por lo menos en el habla palmera. Son arcaísmos de evolución
conservados en La Palma los imperativos de segunda persona del
plural haséi, teméi, matái, marcái, etc. Son portuguesismos ceire
'lluvia menuda; mal olor'; /le'iVu'esguince; maña, habilidad', y otros.
Hay asimismo muchos diptongos procedentes de la vocalización
de r y /, pero esto solo se da en los medios urbanizados más
modestos e incultos, en La Palma casi exclusivamente entre los
pescadores de Santa Cruz de La Palma y de Tazacorte. Ejemplos:
agzuaidár 'aguardar', kxoéipo 'cuerpo', geidéra 'gueldera (especie
de nasa)', haitéra 'hartazgo', boibjéra 'volviera', etc.
d) Vocales concurrentes o en contacto
Las vocales concurrentes o en contacto forman hiatos, lo
mismo dentro del cuerpo de una palabra que por encuentro entre
palabras. El habla de La Palma sigue la tendencia general, que
ya se daba en el latín vulgar, de simplificar el grupo de vocales
concurrentes, deshaciendo el hiato, bien por monoptongación,
bien por eliminación de una vocal, bien por introducción de un
fonema de paso o enlace. Estas simplificaciones dan lugar a las
llamadas contracciones y elisiones fonéticas y a las epéntesis antí-hiáticas.
El habla de La Palma soluciona el hiato asi:
[30] 41
1) Reduce las vocales iguales a una:
aa = a : pá(^ 'pa(r)a', ká <^ 'ca(d)a', to/i <( 'tahalí',
ee = e : krér ^ 'creer', lér <^ 'leer', pwé <( 'pue(d)e'.
2) Cuando el hiato consiste en la unión de dos vocales que
no pueden formar diptongo —oe, ao, ea, eo, oa, oe—, cierra una
de las dos vocales (y a veces las dos) y forma diptongos:
ae = ai : trairán 'traerán', kái^^ 'caes'.
ao = au: láu 'la(d)o', krjáu 'criado'.
ea "^j'a : berrjár 'berrear', rrjál 'real'.
eo=^jo : pjór 'peor', Ijón 'león', pjón 'peón', máldjóho 'mal
de ojo', apjó 'apeó', ¡Junór 'Leonor'.
oa = tva: twabía 'todavía', twáXa/tobáXa 'toalla'.
oe = we: kwéte 'cohete', pwéta 'poeta'.
3) Las vocales concurrentes oi dan wi: twitu 'to(d)ito'.
4) El hiato se reduce con cambio de acento: ái 'ahí', ráif^
'raíz', káido 'caído', tráiba 'traia'.
5) El habla de La Palma destruye el hiato con una y epentética,
tendencia antigua en el castellano, principalmente en formas
verbales que tenían Dl)>t/, y, por analogía, en otros casos de encuentro
de elementos semejantes. Ejemplos palmeros son:
huyir 'huir', ríyes 'ríes', mariya 'María'.
6) aa = u '. ukiu 'aullido', upar 'aupar'.
Los hiatos entre palabras tienen las siguientes soluciones:
a -{- a = a : eéaká 'echa acá', paká 'pa(r)a acá', pálá 'pa(r)a
allá',
e + e = e : ¿e^ 'que es', def'to 'de esto', tekeríu 'te he
querido'.
i -\- i = i : mihita 'mi hijita', miho 'mi hijo*.
o ~\- o = o : lóigu 'lo oigo'.
a -\- e = a : pal 'pa(r)a el'.
a -\- u = u : kadúnu 'cada uno'.
e -\- a = ja : djánteh 'de antes', djalgún 'de alguno'.
o -\- a = rva : nwái 'no hay',
o + e = welw. pwél-lómulpúl-lómu 'po(r) el lomo'.
42 [31]
e) Cambios irregulares
Diptongaciones anómalas. En la mayoría de los casos se trata
de formaciones analógicas sobre una palabra ya diptongada: aprje-tór'apretar',
sjeriísimo 'certísimo', djentif^ta 'dentista', pimjentéro
'pimentero', pretjéndo 'pretendo', sjetesiénto^^ 'setecientos', bwe-náso
'bonazo', grtvesór 'grosor', pañzveléta 'pañoleta', etc.
Contracción vulgar de grupos vocálicos en posición átona,
onde 'adonde', ánke 'aunque', kuhtjón 'cuestión', endebido 'individuo',
mostró 'monstruo', pó^jpúf^ 'pues', respetoso 'respetuoso', etc.
Prótesis. Se da mucho en el habla de La Palma, y en la de
todas la Canarias en general, especialmente con a-, y más frecuentemente
en verbos: aparar 'parar*, arrayar 'rayar', afu(n)silár 'fusilar',
abahár 'bajar', aberruntár 'barruntar', arrádjo 'radio (aparato
receptor)' (aunque acaso aquí se trate de deglutinación de la a
del artículo, con cambio de género por la terminación: fejl-arra-djo),
afoto 'foto' (con igual explicación), etc. En muchos de estos
casos, algunos tratadistas, más que prótesis, propenden a considerar
esta a- verdadero prefijo.
Epéntesis (anaptixis). siriméño 'cermeño', mangara 'mangla',
tigere 'tigre'.
Paragoge. La -e paragógica, especialmente en los infinitivos,
es en extremo abundante en muchos lugares rústicos de La Palma
(Garafía, Tijarafe, Barlovento) e interesa destacarlo, porque esta -e,
generalmente relajada a -a, es un fenómeno típico del portugués
popular hablado y de muchos dialectos hispánicos, como los de
León, Ribagorza, etc.: kantáre 'cantar', desíre 'decir', kohére 'coger',
gtüé^pere 'huésped', hóse 'hoz', sede 'sed', rréde 'red', etc.
Aféresis. Se produce en muchos vulgarismos, en los que generalmente
se pierde la a- inicial por influencia del articulo: sékja
'acequia', na^tásja 'Anastasia', swéla 'azuela', laséna 'alacena',
sotéa 'azotea', delgasár 'adelgazar', garrár 'agarrar', ora 'ahora',
etc. Otras veces afecta a la e-, la Í- O la o- iniciales y aun a silabas
enteras: náno/nánu 'enano', nágwa^ 'enaguas', terisja/tirisja 'ictericia',/
óío 'olfato', politána 'napolitana (nombre de cierta enferme-
[32] 43
dad venérea)', sidru 'Isidro', klisá(r)se 'eclipsarse', namorár 'enamorar',
etc., si bien en la mayoría de estos ejemplos se trata de
arcaísmos, conocidos asimismo en antig-uo español.
Apócope. Se da en arcaísmos y en muchas voces de terminación
contracta: ká 'casa', klít^ 'eclipse', paralíh (con cambio de
acento) 'parálisis', etc.
Sincopa, ehprimentár 'experimentar', mantensjón 'manutención',
engranar 'engoruñar', pinsilina 'penicilina', etc.
Asimilación a la tónica, enhérto 'injerto', pidir 'pedir', sa-ba^
tján 'Sebastián', langáña 'légaña', asarár 'azorar', disia 'decía',
lentérna 'linterna', etc.
Disimilacián ante la tónica, meníf'tro 'ministro', melesína
'medicina', rredíkulo 'ridículo', hesita 'visita', sepoltura 'sepultura',
engwénto 'ungüento', rresebir 'recibir', lantéha 'lenteja', desimúlo
'disimulo', prensípjo 'principio', sebil 'civil', e^krebir 'escribir',
bebir 'vivir', etc., aunque a veces se trata de formas etimológicas.
f) Cambios esporádicos
Estos se dan en las vocales átonas, tanto intertónicas como
iniciales, debido a su grado grande de relajación: besikléta 'bicicleta',
agucá(r)se 'agacharse', emportánte 'importante', empor-tunár
'importunar'.
Otras veces los cambios se dan en átonas y tónicas, pero no
se pueden atribuir en las átonas a la posición inacentuada, sino
que obedecen a causas inexplicadas, aunque acaso algunos pudieran
enmarcarse en los grupos ya bosquejados:
ay e : aberruntár 'barruntar', empóXa 'ampolla' (acaso portuguesismo),
agento 'yantar (sustantivo)', berní^^ 'barniz' (acaso portuguesismo),
klíme 'clima', e/'tíka 'astilla' (acaso portuguesismo).
a )> I : karimba 'caramba', éiléko 'chaleco', enkacisár 'enea-chazar',
ligárto 'lagarto',
ayo: korkoméfrjse 'carcomerse', tro^kilár 'trasquilar'.
ayu' macukár 'machacar'.
ey a: anohár 'enojar', antofn)sel' 'entonces', aftperár'espc-
44 [33]
rar', barrakéo 'verraqueo', gadéha 'guedeja', sarnlkalo 'cernícalo',
ierraplán 'terraplén' (acaso por influencia de plano).
ey o: oriso 'erizo' (acaso influjo del portugués ourigó).
e ^ u : turrón 'terrón' (acaso influjo del portugués torráo),
iyu: lusúra 'lisura'.
oya:arguko 'orgullo', katórra 'cotorra', fófaro 'fósforo', e''-
tjérkalo 'estiércol', ref'káldo 'rescoldo', telé/ano 'teléfono'.
o ^ e : reiú'ífo'robusto', dekuménto 'documento', e^^kúro 'oscuro',
ef^pitál 'hospital', rétulo/réto 'rútulo, etiqueta con una dirección
escrita'.
oy i : kwantimáh 'cuanto más', bicorne 'bochorno'.
u)>e : mermurasjón 'murmuración'.
uyi/e : ingwénto/engwénto 'ungüento'.
La confusión de prefijos del habla de La Palma, común con
el castellano vulgar, acaso explique varias de las formas anteriores,
como escuro, espital, etc.
Metátesis. Las formas canarias de metátesis alternan, en buen
número, con sus formas normativas correspondientes. La vacilación,
lo mismo en este caso que en todos los anteriores, parece
un rasgo típico del habla de La Palma. Al tratar de las consonantes,
damos más ejemplos, con la clasificación de las metátesis.
Algunos de metátesis sencillas de vocales son: kausalidá 'casualidad',
suida 'ciudad', Izuénga 'lengua', njérbu/ñérbu 'nervio', si bien
varios de estos ejemplos son formas castellanas antiguas y etimológicas.
4. Consonantismo
a) Consonantes iniciales
Habida cuenta, como venimos repitiendo, que el habla de La
Palma es un habla de importación, apenas se puede hablar de
soluciones, en la mayoría de los casos, sino de importaciones de
fenómenos ya cumplidos en las hablas de origen y que La Palma
ha conservado. Pero soluciones palmeras propias también existen.
[34] 45
F-. La F- es bastante interesante, pues permite entrever qué
elementos iniciales entraron con preferencia a formar el habla de
La Palma. En primer lug'ar nos encontramos con F- conservada,
fenómeno que el palmero comparte con el portugués, castellano
antiguo, leonés occidental, alto aragonés y judeoespañol. Esta
conservación de la F- en palmero es más acentuada que en hispanoamericano.
Ello se debe a la marcada influencia occidental,
preferentemente portuguesa, en el habla palmera, pues son muchas
las voces portuguesas vigentes en La Palma que la conservan:
farrapar 'desgarrar', ferrúhe 'herrumbre', fikár 'morir, desaparecer'
(port. ficar), etc.
El grado A ^ / s e conserva normalmente en las clases más viejas
de La Palma, donde, como queda repetidamente dicho, no existe
la velar sorda / del castellano. Así, en La Palma no hay otras
aspiraciones que los alófonos del fonema /h/. Con todo, en los
últimos tiempos es cada vez más creciente la influencia del habla
normativa, con lo que va desapareciendo la aspiración, y así ya la
mayor parte de la gente joven ha reducido el fonema /h/ a cero.
He aquí algunos ejemplos de aspiraciones vivas en el habla
actual, que podrían aumentarse a centenares: hilo 'hilo', humo
'humo', hinkár 'hincar', horno 'horno', hasér 'hacer', heléco 'helécho',
haba 'haba', háse 'haz (de leña, y forma del verbo haber)',
hasjénda 'hacienda', haca 'hacha', háco 'hacha de teas', ha'Kár
'hallar', harnero 'cribo', herbér 'hervir', hjél 'hiél', hurmiga 'hormiga',
hosár 'hozar', huyir 'huir'.
Palatalización de N-, Y-. Este fenómeno, típico del catalán
y de los dialectos marginales del castellano, ha dejado algunas
huellas en La Palma, como arcaísmo importado, pues se da en
palabras que ofrecen igual fenómeno en el habla popular de muchas
regiones hispánicas: ñúnko 'nudillo', ñúdu 'nudo', ñiño 'niño',
ñerbóso 'nervioso' (<^ NERVU, con lo que es forma antigua y etimológica),
ñéma 'yema', ñendru 'yendro', etc.
S-. La s- inicial tiene en La Palma las mismas soluciones
que conoce el castellano, habida cuenta, naturalmente, como queda
dicho, que el palmero no conoce la alternada s : 6 del castellano.
Se conserva asimismo al cambio s-^h- de tan discutido origen y
46 [35]
que Llórente no considera de influencia semítica, sino de influencia
indígena y de antiquísima raigambre indoeuropea, como fenómeno
general de fisiología articulatoria en indoeuropeo.
Grupos iniciales PL-, KL-, FL-. Estos grupos aparecen en dos
variantes: la castellana X y la hispánica c. Así, junto a llamar, llave,
llano, etc., tenemos cheire, chiro, Chaves (apellido), chola,
chivo, chairar, etc. La c en palabras inexistentes en castellano, o
existentes con X, da al habla de La Palma un aire fonético muy semejante
al del occidente dialectal hispánico. La eliminación de
la sorda, que encontramos en castellano vulgar y en otros dialectos,
se importó también al habla de La Palma: labíha < CLAVICULA.
La solución portuguesa de cambiar en estos grupos / por r: port.
promo, prata, es conocida también en La Palma, especialmente en
los grupos urbanos menos cultos: pránta 'planta',/rán 'flan' práta-no
'plátano', pérbi^ 'pelvis', etc.
Consonante sorda o sonora + r-: BR-, GR-, PR-, FR-, CR-. Por
lo general, estos grupos se conservan, pero no son desconocidos
los cambios r > /: klín 'crin', templáno 'temprano'.
b) Consonantes interiores
-F-. La -F- es siempre tratada como si fuera inicial, es decir,
pasa a h, que se conserva: muhino 'mohíno', muhóso 'mohoso',
rretahila 'retahila', dehesa 'dehesa', aAogór'ahogar', aAorÁ:ár'ahorcar',
ahorrar 'ahorrar', ahundír 'hundir', moho 'moho'.
- i - , -rf-, .g. castellanas, procedentes lo mismo de sordas que
de sonoras latinas, caen a menudo en el habla de La Palma, pero
no con tanta frecuencia como en andaluz y en hispanoamericano.
Ef grado de caída va de la -b- a la -d-: la -6- apenas cae; cae frecuentemente
la -g-, y muchas veces la -d-. Ejemplos:
-6- : tauréte 'taburete', arria 'arriba',
•g- : La pérdida de la -g- es fenómeno antiguo. Carnoy registra
AVSTVS por Augustas ya en el siglo II. EO por ego se halla
ya en el siglo VI. Esta pérdida de la -g- se da como fenómeno
común en pocas palabras, generalmente las mismas en todas partes:
agora, aún en uso en el habla dialectal hispánica, tiende a dejar
[36] 47
su puesto a aóra. Como ejemplo de este caso tenemos mj'áha
'migaja'.
-d- : La fricativa -d- se pierde en posición intervocálica, p. e.
aelántre/alántre 'adelante', déu 'dedo', ef'kuresiu 'oscurecido', síu
'sido', etc., en la terminación de los participios y de los sustantivos
en -ado: ecáo 'echado', (ejkibokáo 'equivocado', termináo
'terminado', soldáo 'soldado', rrekáo 'recado', puñáo 'puñado',
pehkáo 'pescado', kuidáo 'cuidado', etc. Pero esta pérdida, que
es casi constante en los medios rurales y entre los analfabetos,
van perdiendo terreno rápidamente en los centros urbanizados y
entre la gente alfabetizada, de tal modo, que hoy la reposición de
la -d- en los participios es uno de los rasgos que más sorprende
al visitante peninsular. Y llega a tanto esta reposición, que a veces
entra en la ultracorrección: kákádo 'callao', bakaládo 'bacalao'.
-S-. Los cuatro fonemas -s-, -ss-, -zr y -p- del español antiguo
se representan hoy en el habla de La Palma por -s- dorsal sorda.
Pero parece ser que cuando se empezaron a constituir las hablas
canarias, a fines del siglo XV y comienzos del XVI, todavía no se
había cumplido plenamente, entre los primeros pobladores y vecinos
(que luego quedaron, como queda dicho, muy aislados) la
evolución de las cuatro silbantes antiguas. Estas, como en judeoespañol,
quedaron en una sorda -s-, en lugar de -ss- y -p-, y una
sonora -z-, en vez de -s- y -z- antiguas. Luego la alternacia s : z
produjo un confusionismo de tal naturaleza, que ya no hubo distinción
etimológica, y los rústicos sonorizaron toda silbante intervocálica
procedente de cualquiera de las cuatro antiguas, mientras,
en los medios más cultivados, las cuatro se redujeron a la -s- sorda,
que es la que ha prevalecido, salvo restos caducos y cada vez
menos frecuentes de la -z- sonora.
nuhótruh 'nosotros'< NOS + ALTEROS presenta un caso anómalo;
pero es que la -s de NOS fue tratada, no como intervocálica,
sino como final de palabra, con lo que vino a resultar intervocálica
por fonética sintáctica. Y ya dijimos que toda -s final se transforma,
en el habla de La Palma, en h, p. e.: mahágwa 'más agua'.
-LL-, -NN-. Estas consonantes dobles, que palatalizan en castellano,
en el habla de La Palma siguen generalmente la suerte que
'^^ [37]
ya tenían en el habla de procedencia: aníl (pon. añil) 'añil', balángo
(port. balanco) 'ballueca', grélo (port. grélo) 'grillo', rtobélo (port.
noüe'/o 'ovillo'. A veces -X- cae: AáuÁ:e 'hallo que'.
L, R e/1 grupos. Los grupos en que entran estas consonantes
se caracterizan por la inestabilidad y variabilidad recíprocas de las
líquidas, fenómeno típico de las hablas occidentales (leonés occidental,
andaluz, murciano, sanmartines) ^oVyse 'golpe', bórsa 'bolsa',
rreflán 'refrán'.
-MB-. Rasgo típico de las lenguas occidentales es la conservación
del grupo -MB-. Además de entrambos y otros que conserva
el castellano, tenemos en La Palma /am¿er'lamer'y otros. Pero
el palmero conoce también el fenómeno del castellano vulgar de
reducir el grupo -MB- en voces en que el castellano normativo lo
conserva: famjén 'también', kumenénsja 'conveniencia'.
S primer elemento de un grupo. El habla de La Palma aspira
intensamente la s preconsonántica que en muchos casos llega a
perderse con reforzamiento de la articulación consonantica: mim-mu
'mismo', éhtolétto 'esto', Í/ÍA/'A/CA (<dij¡stes), 'dijiste', kumih-teh
(<comistes)'comiste'.
. ^''"P°^ romances de fricativas. Ejemplos de conservación en
iquida de la primera de las dos consonantes, evolución típica de
la zona de fricción castellano-leonesa, aparecen en La Palma como
arcaísmos importados, usuales en La Ribera y en otras regiones
hispánicas: bilma 'bizma'.
Grupos cultos. Todas las hablas populares revelan una marcada
tendencia a reducir los grupos consonanticos, sea eliminando
el primer elemento, sea vocalizándolo. El habla palmera tiene decidida
preferencia por la simplificación. He aquí cómo se resuelven
en La Palma algunos grupos cultos:
-bd- = -d- : súditoh 'subditos'.
-bs- = -h-: ahtenga 'abstenga'.
-bs- = -US-: ausolúto 'absoluto'.
-bj- = -h- : ohéto 'objeto'.
-ce- = -s- : disjonárjo 'diccionario'.
-ct- = -t- : efetibo 'efectivo', dotór 'doctor'.
-gd- = -d- : madaléna 'Magdalena'.
[38] 49
-gn- = -n- : indinasjón 'indig-nación', rrepunánte 'repugnante'.
A veces este grupo evoluciona a -nn- : manní-fiko
'magnífico', rrepunnáníe 'repugnante', y otras
veces se convierte en -hn- : díhno 'digno', ihno-ránte
'ignorante', aunque en casos como los dos
últimos se trata de pronunciaciones semicultas.
-gs-j-cs- (ortografiado -x-) = -s- : ausiljo 'auxilio', (d)esami-nár
'examinar', (d)esaherár 'exagerar', (djef'pli-kár
'explicar', seso 'sexo'.
-mb- = -m-: tamjén 'también'.
-mn-= -n- : solenidá 'solemnidad', kalúnja 'c&lumni&\ kolúna
'columna'.
-nst-= -st- : mostró 'monstruo' (arcaísmo cast.), ko^tánsja
'constancia', i^tánte (<^ istante) 'instante'.
-ps- = -s- : klisáo 'eclipsado' (arcaísmo castellano), apoka-lisi
'apocalipsis'.
-sc^- = -s- : desendénsja 'descendencia'.
-sf- = -/- : difráh 'disfraz', fóforo 'fósforo', rrefrjádo 'resfriado'.
-sp- = 'p- : rrepwéf*ta 'respuesta', rrapadúra 'raspadura'.
-pt- = -/- : ato 'apto'.
-apt- = -aut- : kauturár 'capturar' (acaso influjo de cautivar).
c) Consonantes finales
Quedan en el habla de La Palma las mismas consonantes finales
que en castellano, excepto la </ y la z, pero estas se conservan
cuando la palabra a la que pertenecen admite -e final, y entonces
la -z- pasa a -s- en virtud del seseo canario.
-s. En el habla de La Palma la -s final unas veces se reduce
a una simple aspiración y otras desaparece del todo:^ pwéf* 'pues',
lóf'ingléseh 'los ingleses', bibíf^tef^ 'viviste'; en entó(n)se/antó(n)se
' Acerca de la pérdida de la -s, véase: DÁMASO ALONSO, La fragmentación
fonética peninsular, en el suplemento al tomo I de la Enciclopedia Lingüistica
Hispánica, Madrid, C.S.I.C., 1960 (si bien el suplemento apareció en 1962).
50 [39]
'entonces' hay desaparición completa, pero acaso se trate de un
portuguesismo.
-r. La -r final cambia en -/, frecuentemente en el sufijo -ar
de los verbos: alfarrobál 'algarrobar (teñir con algarrobo o bero-de)',
preferentemente en los medios urbanizados menos cultos.
pahál 'pajar', pinál 'pinar', tehál 'tejar' presentan rasgos de las
hablas occidentales hispánicas, de donde seguramente proceden.
d) Cambios irregulares
Los cambios irregulares consonanticos, al igual que los ya
descritos vocálicos, en su mayoria son corrientes en el lenguaje
popular de todas las regiones hispánicas. Se trata, pues, de verdaderos
vulgarismos. Pero algunos tienen características galai-coportuguesas,
fronterizas occidentales, andaluzas, americanas,
etc., que los hacen interesantes para estudios comparativos y para
la historia del habla de La Palma. He aquí una sistematización de
los principales:
Aglutinación. Es una variante de la prótesis, por influencia
del artículo y equivocada división silábica: linóho 'hinojo', lindé^/
kndéh 'indés/endés (huevo nidal)', nénde 'huevo nidal' (aquí con
aglutinación del artículo indefinido y acento etimológico).
Prótesis (consonantica y de sílaba completa), dír 'ir', desahe-rár
'exagerar', desaminár 'examinar', de^kofiér 'escoger', de^plikár
'explicar', desinkjéto 'inquieto', etc.
Epéntesis (anaptixis).
De b : emprobár 'aproar', ensimba 'encima', lamber 'lamer'
(esta forma es etimológica y antigua, de uso general
en todos los dialectos hispánicos, incluso en papiamento),
loba 'loa', proba 'proa', rrómbo 'romo'.
De d : basido 'vacío' (acaso ultracorrección).
De g : sirgwéla 'ciruela', birgzvéla/brlgwéla 'viruela', falúga
'falúa', áiga 'haya', haiga 'huya'.
De m : campurrjár 'chapurrear', trompesár 'tropezar', trompi-kár
'tropezar'.
De n : de^nunkár 'desnucar', heringónse 'jerigonza', sonso
[40] 51
'soso', sankrif^tán 'sacristán' (acaso etimología popular,
sobre Santo Cristo), benenswéla 'Venezuela'.
De r : delántre 'delante', alántre 'delante', kaná^tra 'canasta',
korfína 'escofina', herbfka 'hebilla', fáldrajháldra 'falda',
mursulina 'muselina'.
De s )> A : def^masjáo 'demasiado', rrefi^toléro 'refitolero'.
De y : alegríya 'alegría', kréya 'crea', díya 'día', gañaniya
'gañanía', idéya 'idea' lagriméyo 'lagriemo', léye 'lee
(imper.)', maríya 'María', matéyo 'Mateo', meyár 'mear',
míya 'mía' peléya 'pelea', rruyír 'roer', uyíhtef' 'oíste'.
Paragoge. La paragoge consonantica, de la que aquí se trata,
presenta también ejemplos, muchos, como en los incisos anteriores,
importados en su forma actual: kási^ 'casi', nádjen 'nadie',
barbikín 'berbiquí', sahorín 'zahori' tahalín 'tahalí', si bien en estos
últimos ejemplos acaso fuera mejor considerar -in como sufijo.
Deglutinación. Es una variante de la aféresis, por falso análisis
del primer elemento constitutivo de una palabra, generalmente
considerado como el artículo o el producto de una sinalefa: lá píka
'la lapilla', él agár 'el lagar', lá bána 'La Habana', lá laséna 'la alacena',
lá sáda 'la azada', ¡á sjéke 'la acequia', lá sera 'la acera'.
Aféresis. De d : ande 'donde'.
Síncopa.
De b : arría 'arriba', ía 'iba', tamjén 'también' (arcaísmo).
De d : aiháu 'ahijado', aónde 'adonde', twabía 'todavía', mario
'marido', mjéu 'miedo', sío 'sido', etc.
De n : antóse 'entonces', ensetár 'encentar', sosakár 'sonsacar',
komígo/kumígu 'conmigo' (arcaico).
De r : almosár 'almorzar', faldikéra 'faltriquera', madrasta
'madrastra', mjá 'mira', pográma 'programa'.
De y : kaéndo 'cayendo', leéndo 'leyendo'.
Apócope, mucá 'muchacho', almú 'almud', suida 'ciudad',
paré 'pared' (plural: paréis 'paredes'), u^té/buf^té 'usted', bertú
'virtud', kárme 'Carmen'.
Asimilación, menhamín 'Benjamín', murimúndu 'moribundo*.
Disimilación (simple eliminatoria), madrál^ta 'madrastra',
padrál^to 'padrastro'.
52 [41]
Metátesis. Se pueden hacer los siguientes apartados:
1) Metátesis simple progresiva, /jróóe'pobre', ¿ a i r e ' ' í o ' c a bestro',
presébe 'pesebre', adrénto 'adentro', brímbe 'mimbre', pe-drikár
'predicar', abrakár 'abarcar', apresibír 'apercibir', brimbíko
'membrillo', brihinjo 'virginio (tabaco)', karpico 'capricho', presóna
'persona', sorcánte 'sochantre'.
2) Pseudometátesis. Premitir 'permitir', perkurár 'procurar'.
3) Metátesis reciproca de consonantes contiguas, rl pasa a
Irr: calrrar 'charlar', bólrra 'borla', búlrra 'burla', mélrro 'mirlo',
pélrra 'perla'.
4) Metátesis recíproca de consonantes no contiguas, estóga-mo
'estómago', rriditio 'derretido', ágamo '(port.) ámago', karabéla
'calavera', fláire 'fraile', (djesmilrráo 'mirlado', taco 'chato' (gallego),
mursjégalo (forma etimológica) 'murciélago', sorroba^ár'soho-rrallar'
(portuguesismo).
5) Metátesis conjugacionales con pronombres enclíticos, dé-men
'denme', délen 'denle', désen 'dense'.
e) Equivalencia acústica
1) Punto de articulación:
b — g : gomitár 'vomitar', gzuéno 'bueno', agwéla 'abuela',
sirgwéla (<( sirbwélá) 'ciruela', gtvéi 'buey', golbér
'volver'.
b — m : moñíko 'bonico', murimúndu 'moribundo', meremún-do
'Veremundo'.
g — b : abuhéro 'agujero'.
we — gzue : alkagwéte 'alcahuete', gwéko (<( bwéko) 'hueco',
gwékah 'huellas', gwérto 'huerto', gzuésof^ 'huesos',
gwébo (<( bwébó) 'huevo', padigwéla 'parihuela'.
2) Sonoridad y sordez: karra^péra 'garraspera', kitárra 'guitarra',
kótja/kódja '(port.) codea' moñiko/muñiko 'boñigo', piba
'pipa de las frutas'.
3) Modo de articulación:
I — n : nobanfí^o 'lobanillo', penícula 'película'.
m — b : brímbe 'mimbre', brimbíko 'membrillo', (djef'boronár
'desmoronar*, (d)ehbarañár 'enmarañar', 'dispersar'.
[42] 53
^ — ñ: peñihkár/piñif' kár 'pellizcar', tarángana 'tarangallo'.
X — / : lentén 'llantén'.
4) Casos anómalos:
I — d : albertír 'advertir', almitir 'admitir', almirár 'admirar'.
h no etimológica : harrjár 'arrear*.
n — / : abaldonar 'abandonar' (seguramente por influencia
de baldío 'que no se cultiva'), mulisjón 'munición',
bámohlof' 'vamonos'.
n — ñ: arreñegár 'renegar'.
r — d : padigwéla 'parihuela'.
r — / : a6usaí/o7'abusador', ma/^anVa'margarita', muAe/'mujer',
templáno 'temprano', selébro 'cerebro', aunque
a veces se trata más bien de vacilaciones fonéticas.
r — A : céf'ne (<(cesne) 'cherne' (portuguesismo).
s — h : hable 'sable' ( = 'arena, picón, zahorra'), harmjénto
'sarmiento',/je/iíAa 'pelusa', kihjéra 'quisiera'.
h — s : tisera 'tijera' (a veces tizéra),
sd, sg — h : cího 'chisgo', dihicáda 'desdichada', múho 'musgo',
pahwáto 'pazguato', rrahón 'rasgón', rrauhñár
'rasguñar', etc., vulgarismo muy generalizado.
t — c : cafeña 'tafeña' (voz canaria prehispánica), cólcú
(<^ tjó) 'tío', cocúfo/cúcufu 'totufo' (canarismo para
chichón, tufo).
f) Cambios de influencia psíquica
Analogía propiamente dicha, fwertísimo 'fortísimo', kwelga-dúra
'colgadura', antigzvísimo 'antiquísimo', bestimjénta 'vestimenta',
dientista 'dentista'.
Etimología popular, álbente^ tátejálbinte* táte (•^ab intestato)
'a la intemperie, a la inclemencia' (influido por viento), alquilíno
'inquilino' (influido por alquilar), ¿ergamon/e'bergamota' (influido
por monte), embramar 'abrumar', 'embromar' (influido por bruma),
rrehkáldo 'rescoldo' (influido por calor, caliente), bagamúndo 'vagabundo'
(influido por mundo).
Cruce de palabras, aruñár : arañar + uña.
54 [43]
Ultracorrección. diferjénsia 'diferencia', bakaládo 'bacalao',
kakádo 'callao', ornál 'jornal', ogséano (<C occéano) 'océano', ágsido
( <^ áccidó) 'ácido', egséna ( <( eccena) 'escena'.
IV. MORFOLOGÍA'
1. El género
En el habla de La Palma, como en la mayor parte de los
dialectos hispánicos y en el habla de Castilla, nos encontramos
con tres series de hechos que discrepan del castellano normativo
en su uso moderno. Estos hechos son: 1) Casos de conservación
del género antiguo; 2) Casos de acomodación morfológica al
género; 3) Casos de cambio de género.
1. Casos de conservación del género antiguo (arcaísmos)
Son conservaciones en el palmero y no cambio de género: la
calor (Apolonio, Hita), la canal, la aseite, la asacar blanca, la fin
del mundo, el costumbre, el naris (portuguesismo), etc., muchos de
ellos usuales aún en la Península y en Hispanoamérica.
2. Casos de acomodación morfológica al género
a) En nombres que no hacen referencia al sexo. Serco ha
reemplazado a cerca, que se desconoce en el habla viva de La
' Hecho ya, aunque haya sido muy someramente, el análisis lingüístico de la
fonética palmera, en los ejemplos del resto de este artículo damos por conocidos
o supuestos estos rasg'os de pronunciación, ya que nuestro interés fundamental
es solo resumir c<Smo están organizadas las diversas estructuras del habla de La
Palma. Con todo, en casos singulares, en que lo juzgamos necesario, transcribimos
fonéticamente los ejemplos aducidos.
[44] 55
Palma (seguramente americanismo en La Palma, o influido por el
habla de América, donde es muy común); vuelto alterna con vuelta
'dinero sobrante que se devuelve al que al hacer un pago entrega
cantidad superior a la debida', p. e. no me dio el vuelto, pero
seguramente no se trata de un cambio de género, sino de sustan-tivación
del participio de volver, sartén es masculino, usual todavía
en América y en dialectos peninsulares y que no falta en los
clásicos; ferrambre y ferruje 'herrumbre' son masculinos, como en
Hispanoamérica y en regiones de la Península; el podre 'la pus' es
más comúnmente masculino que femenino, y en Argentina es
siempre masculino; etc. Un bronquitis, un párulis son cultismos
masculinos para los hablantes campesinos de La Palma.
b) En nombres en los que hay diferencia de sexo. El pueblo
tiende a dar dos terminaciones, para diferenciar, a nombres que
no las tienen normalmente. La acomodación morfológica al género
es, en muchos de los casos, capricho del hablante; a veces,
con todo, adquiere fijeza; en algunos casos la acomodación llegó
ya cumplida al Archipiélago, pues es común al espafiol popular
de otras regiones hispánicas. Podemos dividirlos en dos grupos:
1) Nombres comunes y epicenos. La testiga, usual en América
también; la tipa, femenino de tipo 'persona antipática y presuntuosa',
usado también en América. Esta diferenciación se hace
con mayor frecuencia en los nombres de los animales: el grajo
'macho de la graja igraj'a es el nombre exclusivo, en La Palma,
para el grajo del Dic. Acad.), la cuerva, la sernícala, la pájara,
'hembra del pájaro en general', la ligarla 'hembra del ligarlo ( = l a -
garto)', la ratona, etc.
2) Nombres participiales. Es general la tendencia a hacer
en -a los participios sustantivados de los masculinos en -c: la es-tudianta,
la ayudanta, la practicanta, etc., sobre el modelo el sirviente/
la sirvienta.
3. Casos de cambio de género
a) Oposición del masculino y femenino con valor significativo.
Esta oposición, que en los últimos años se ha hecho con abundan-
56 [45]
te literatura propia, es corriente en castellano y en los dialectos
hispánicos. A semejanza del castellano charco/charca, Jarro/Jarra,
etc., el habla de La Palma tiene banco/banca (para dos clases de
taburetes rústicos), sesto/sesta (para dos clases distintas de cestos),
caldero/caldera (para dos clases distintas de vasija y de accidente
orográfico), buraco/buraca (para dos clases distintas de agujero),
joyo/joya (para dos clases distintas de hoyo), poso/posa (para dos
clases distintas de pozo, donde posa = poyata 'concavidad, generalmente
para agua, pero también para mojo, etc.'), cuchillo/cuchilla
(ambos con valores semánticos distintos a los del Dic. Acad.),
podón/podona, etc., casi siempre con extensión física mayor para
el nombre femenino.
b) Vacilaciones. £1 uso del articulo da lugar a vacilaciones
en el género de algunos nombres que comienzan por a-. Así se
oyen el alfinel y l'alfinel los alfineles y las alfineles, alternantes con
alfiler(es), de iguales vacilaciones.
2. Flexión de los adjetivos
Los gentilicios palmeros tienen todos diferenciación genérica:
breñusco/breñusca (de las Breñas), masuco/masuca (de Mazo),
fuencalientero/fuencalientera (de Fuencaliente), garafiano/garafiana
(de Garafía). Hay municipios que no tienen gentilicios populares,
como Los Llanos y El Paso (pues llanenses, pasenses, que a veces
se leen en periódicos, folletos, etc. y se oyen en algunas conferencias,
son exclusivamente literarios).
Por lo demás, los adjetivos siguen las líneas del español normativo,
aunque no es raro oir adaptaciones como servicíala, co-medianta,
parienta, médica, abogada, si bien estos últimos acaso
se cataloguen mejor como cambios de acomodación morfológica
al género en sustantivaciones absolutas.
En los determinativos son de notar cua/o y cuala con sus plurales
cualos y cualas, tanto relativos como interrogativos, y también
muy usados como pronombres.
[46] 57
3. El número
Los plurales anómalos que se oyen en La Palma son comunes,
casi todos, a los del español vulgar de otras regiones. Los consignamos
para ir precisando la geografía del uso.
1. Plural de sustantivos terminados en vocal acentuada
a) Plural en -ses. Cafeses, quinqueses, angelises (Tirso y
Lope usaron alelises) 'alelíes', manises, pieses, safases, etc.
b) Plural de los terminados en -ey. Lo más común es que
el plural de rey, buey, sea reís, bueis, pero no es raro oir reises,
güeises.
c) Plural de los compuestos. Los nombres compuestos suelen
tener el plural en sus dos componentes: dos padresnuestros,
tres avesmarías. Siempiés (plural tomado como singular) hace el
plural siempieses.
2. Formación de un singular sin -s sobre formas de singular o de
plural con -s
Los nombres que significan parejas o partes dobles de una
cosa se suelen usar en singular sin -s: la tijera y las tijeras (más de
un par), el pantalón y los pantalones, la (es)tenasa y las (es)tenasas,
una angarilla y unas angarillas, un calsón y unos calsones, una alforja
y unas alforjas, etc. El plural de el lápiz es los lapis, el de
el alférez 'dulce típico', los alferes, el de el cáliz, los calis, etc.,
porque la -z, sentida como -s ( = ' • fonéticamente) por el seseo, da
la impresión de morfema o signo de plural (a pesar de excepciones,
como siempiés I siempieses). Lo mismo sucede con la dicción
vez, pronunciada Ae*, y así se oye mucho dos ves, tres ves. En los
medios campesinos más conservadores se oye el lape/los lapes para
'el lápiz/los lápices'.
58 [47]
4. El pronombre
En los campos de La Palma hay dos formas de tratamiento
bien definidas: el tuteo y el uso con ustedes. Generalmente las
personas mayores tutean a todos los jóvenes, tanto conocidos
como desconocidos, y en este tuteo de la gfente mayor puede darse,
en plural, el uso de vosotros, cuya forma átona es exclusivamente
vos. Pero el tratamiento con ustedes es la fórmula más
generalizada, y en las generaciones campesinas jóvenes y en los
medios urbanizados, aquí tanto entre jóvenes como entre viejos,
el uso de ustedes es general. Este uso de ustedes es otro de los
rasgos que sorprenden a los peninsulares castellanos, ya que a los
andaluces, lo mismo que a los hispanoamericanos, les es corriente.
comigo es la forma usual para 'conmigo'; consigo se usa solo
en frases algo hechas, del tipo Luis no las tiene todas consigo, pero
casi siempre entre gente con alguna educación. Algunas veces se
oye contiga, referido a una mujer, y no es raro oir rezar: el Señor
es contiga, en la oración de la Virgen.
os se ha perdido por completo; en su lugar se usa vos: vos
digo que no jagcm nada, en concordancia forzada por el omnipresente
ustedes. Pero también se oye, aunque menos, la fórmula:
vos digo que no jagáis nada. El voseo es completamente desconocido
en La Palma. No es raro oir la forma arcaica busté, pronunciada
bu^té.
Entre los pronombres interrogativos, es de notar que todavía
en algunos medios rurales pervive ¿cuyo?: Esta casa, ¿cuya es?
¿Cuyas son estas cabras?
En los pronombres indefinidos cualquiera y cualesquiera se
usan indistintamente para el singular, y cualquier y cualesquier
alternan con los dos anteriores: cualquier mujer, cualesquier mujer.
Este uso se da también en la Península.
Como denominación de personas indefinidas se oyen comúnmente
fulano, sutano, mangana, perengano; y fulano de tal/fulano
de tal y tal, cuando se nombra a una persona indefinida con apelli-do(
s) ¡ndefinido(s). Si son varios los nombrados, se dice: fulano,
mangano y perengano de tal y cual. En vez de mangana, se oye
también, aunque con mucha menos frecuencia, mengano.
[48] 59
S, El verbo
I. VERBOS REGULARES
El paradigma de los verbos regulares ofrece las siguientes
particularidades:
El imperfecto de indicativo en la 1" persona del plural alterna
cantábamos con cantábanos, comíamos con comíanos, vivíamos
con vivíanos, etc.
En el pretérito indefinido la 2' persona del singular termina
en -es: cantastes (pronunciado kantá^teh); la 1° persona del plural
hace cantemos y la 3" del plural alterna cantaron con cantaran.
En los verbos de la 2" conjugación, solo cambian las personas 2°
del singular, comistes, y la 3^ del plural, comieran, que alterna con
comieron. Los mismos fenómenos que en la 2° se dan en la 3'
conjugación.
El imperativo plural hace la 2 ' persona en -ai: cantái; en -ei;
teméi; en -/ (larga): vivii, formas del castellano arcaico.
Como puede deducirse de estas pocas anotaciones, la conjugación
se ha conservado bastante bien, pues mantiene incluso hasta
el futuro de subjuntivo.
El imperfecto de subjuntivo tiene en el uso popular solo la
forma en -ra.
Aunque el campesino las comprende y no le extrañan, nunca
he oído espontáneamente las formas del pretérito anterior.
Hay tendencia a cambiar las formas orgánicas del futuro por
otras perifrásticas; voy a ir = iré, van a venir = vendrán, vamos
a ver = veremos.
Como ya quedó dicho, son formalmente iguales la 1" persona
del plural del pretérito indefinido y del presente de subjuntivo y
la 3" persona del plural del pretérito indefinido y del imperfecto
de subjuntivo.
En los imperativos plurales con pronombre enclítico, la -n de
la forma verbal pasa al enclítico: denme : demen, dense : desen,
sáquenme : sáquemen, pero no exclusivamente.
60 [49]
Diptongación analógica de verbosjegulares
Un grupo de verbos regulares ofrece casos de diptongación
en los presentes de indicativo, subjuntivo e imperativo, a saber:
1. Verbos con -e- radical, tipo aprender.
Indic. pres. : apriendo, apriendes, apriende, aprienden.
Subj. pres. : aprienda, apriendas, aprienda, apriendan.
Imperativo : apriende tú, aprienda él, apriendan ellos.
1. Verbos con -o- radical, tipo coser:
Indic. pres. : cueso, cueses, cuese, caesen.
Sub. pres. : cuesa, cuesas, cuesa, cuesan.
Imperativo : cuese tú, cuesa él, cuesan ellos.
II. VERBOS IRREGULARES
El paradigma de la conjugación de los verbos irregulares es
igual que el de los verbos regulares, con algunas diferencias que
vamos a indicar. Estas diferencias son analógicas en su mayor
parte; algunas, no obstante, son conservaciones de arcaísmos castellanos.
a) Falta de diptongación
Verbos que tienen -e- en el radical y no cumplen la alternancia
-e-/-ie-, tipo apretar. Este verbo hace apretó, apretas, apreta,
apretan; apreté, apretes, apreté, apreten; apreta tú, apreté él, apre-ten
ellos. Se oyen también las formas diptongadas, pero con
mucha menor frecuencia. Análoga conjugación tienen arrendar,
empedrar, helar (aunque se da también la forma yelo, etc.), invernar,
quebrar, mentar, plegar, etc.
Verbos que tienen -o- en el radical y no cumplen la alternancia
-o-/-ue-. La adiptongación se observa en las mismas personas y
tiempos que en el caso que acabamos de ver con -e- radical. Siguen
esta norma descornar, emporcar, engrosar (también se oye
engruesar), forsar, soldar, etc.
[50] 61
b) Casos particulares
HABER. Se usa solo como auxiliar de los tiempos compuestos.
En él ha actuado la analog^ía, y se dice yo ha, tú has, él ha
en el presente de indicativo. El imperfecto de indicativo es bía,
bías, bía, bíamos, ustedes bian, ello^ bían. El futuro imperfecto es
haberé, haberos, haberá, haberemos, haberán. Se conservan muy
vivas las formas antiguas haiga, haigas, haiga, haigamos, haigan
del español clásico y todavía vigentes, por lo demás, en casi todas
las regiones de la Península y en América. Como ya quedó dicho,
en los medios rurales más conservadores se da la 2° persona del
plural con vosotros: haigáis.
SER. El indic. pres. es: soy, sos, es, somos/semos, sois, ustedes
son, ellos son. El ind. pret. es: fi, fistes, fue, fimos, fistes, ustedes
fueron, ellos fueron. El subj. pres. es: siá, siás, siá, siamos,
siais, ustedes sean/sian (así se oye en conversación ordinaria), sos
es conservación del antiguo español, general también en América.
Para el pres. de subj. se oyen también formas con -y- epentética:
seya, seyas, seyan.
ESTAR. Presenta la irregularidad de añadir una -a- en el presente
de subjuntivo, que puede darse también con más una -y-: yo
estea, tú esteas; yo esteya, tú esteyas, etc.
QUERER. Presenta discrepancias en el futuro y en el potencial
simples. Fut.: quereré, quereros, quererá, quereremos, quereréis,
quererán. He oído también quedré, etc. Pot.: yo quererla, tú quererlas,
él quererla, nos. quererlamos, vos. quereríais, ellos quererían.
También se da, aunque con menos frecuencia, quedria, etc. Todas
estas formas son antiguas y de gran difusión en la geografía hispánica.
Un refrán recogido en La Palma dice: Tiempo venirá que
Dios quererá.
c) Formas regularizadas
CABER. Presenta tendencia a la regularización, lo mismo que
en las hablas vulgares de otras regiones hispánicas. El indic. pres.
regula las formas sobre la 2" persona del singular: yo cabo, tú cabes,
62 [51]
él cabe, etc., o las reg-ula sobre la 1" persona del singular: i/o quepo,
tú quepes, él quepe, nos. quepemos, vos. quepéis, ellos quepen. En
el indic. pret, sucede como en el presente: yo cabí, tú cabistes, él
cabio, nos. cabimos, vos. cabiste(i)s, ellos cabieron o cabieran, que
alternan con las formas yo quepí, tú quepistes, él quepió, nos. que-pimos,
vos. quepistefijs, ustedes quepieron/quepieran, ellos quepie-ron/
quepieran. El potencial es yo caberla, tú caberlas, etc. El
sub. imperf. tiene: yo quepiera, tú quepieras, él quepiera, etc.,
formas que alternan con yo cablera, tú cableras, él cablera, etc.
SALIR. Hace el indic. fut. sallré, sallrás, sallrá, etc. y el pot.
sallria, sallrias, sallrla, etc.
ANDAR. Ind. pret.: ande, andastes, ando, andemos, andastes,
andarán o andarán. Subj. imperf.: andará, andaras, andará, an-dáramos,
andarafljs, andarán.
BENDESIR. Indic. pret.: bendesl, bendeslstes, bendesló, bende-slmos,
bendeslstefijs, bendesleron o bendesieran. Sub. imperf.: ben-desiera,
etc. Lo mismo se conjuga maldeslr.
VENIR. Hace el indic. fut.: veniré, veniros, etc.
Estas formas regularizadas se hallan también en autores clásicos,
p. e. caberé, caberla, contradeciré, sallré, poneré, etc.
d) Cambios en el Imperfecto
Las formas del imperfecto de algunos verbos de la segunda
y de la tercera conjugación toman una -b- por analogía con las terminaciones
en -ba de la primera conjugación y del verbo Ir. Es
uso rústico. Los casos más comunes son trálba, créiba, teniba.
Estas formas se dan en salmantino, aragonés y muchos lugares de
América.
e) Cambios fonéticos en el radical
Muchos verbos presentan cambio en el radical, sobre todo en
el habla campesina. Algunos alternan con las formas normativas.
[52] 63
En su mayor parte son arcaismos: deregir, devisar, dispertar, escu-reser,
gubernar, mesturar, envitar, prensipiar, emprensipiar, etc.
En muchos de estos casos se trata de alternancia de vocales o de
prefijos, fenómenos ya reseñados al hablar de la fonética.
f) Cambios de conjugación
Que el habla de La Palma presente un verbo en distinta conjugación
que el español normativo es fenómeno corriente. He
aquí algunos ejemplos: sernir en vez de cerner (la forma en -er es
completamente desconocida), trair por traer, cair por caer, etc.
g) Convergencia de vocales
En el sistema verbal, como ya hemos visto en la parte fonética,
se manifiesta la misma tendencia a la diptongación del hiato
que en el resto del material léxico. Esta diptongación produce,
muchas veces, la dislocación del acento.
TRAIR. Indic. pres.: tráis, trái, tráin; indic. pret.: trai, trais-tes,
traimos, traistefijs, traeron/traerán; gerundio: traendo. Este
verbo conserva además las formas truje, trujistes, trujo, trajimos,
trujiste(i)s, trajeron/trujieron/trajieron. El verbo cair 'caer' tiene
igual flexión.
REÍR. Suprime casi siempre la -e- y alarga compensatoriamente
la -I-, a veces hasta convertirla en -y: Pret. ri, riis, rio/riyó,
rimos, rieron/rieran. Indic. pres.: rimos, ris/riis, rin.
OÍR. Intercala una -y-: Indef.: uyí, uyistes, uyó, uyimus, uyis-te(
i)s, uyerun/uyeran, Part.: uyíu. Ger. uyendu. Se dan también
las formas con -o-, pero entre los campesinos predominan con
mucho las que traen u.
CRER ( = CREER), creo/creu, eres, ere, eremos, eréis, eren.
JUIR ( = HUIR), juigu, juyes, juye, juyimus/juimus,juyis/juis,
juyen.
64 [53]
h) Epéntesis de consonantes
-b- se intercala, como hemos indicado, en las formas analógicas
del imperfecto de indicativo: créiba, tráiba; -g- lo hace en
las formas analóg^icas del subjuntivo: vaiga, júiga. Otra epéntesis
frecuente es la de -y-. Es posible en cualquir forma verbal con
hiato, y aun en otros casos, por analogía. En el verbo (djesmenu-yir
es constante; en juyir se da con frecuencia, lo mismo que en
uyir 'oir'.
i) Verbos en -ear, -iar
En general, se reducen a un solo tipo en -iar con presente
en ' io, p. e. peliar, cuyo indic. pres. es: pélio, pélias, pélia, peliá-mos,
peliáis, pélian', indic. imperf.: peliába, peliábas, etc.; indic.
fut.: peliaré, etc.; pot.: peliaría, etc.; subj. pres.: pélie, pélies, pelié-mos,
peliéis, palien. A veces se oyen las forman paliemos pélie(i)s.
Subj. imperf. peliára, etc.
Pero la analogía a veces perturba esta reducción de -ear en
-iar y transforma verbos de terminación en -iar en otros en -ear,
y así se oye cambear en vez de cambiar: yo cambeo, etc.
i) Reflexivos
El pueblo hace reflexivos muchos verbos que no lo son en español
normativo, algunas veces con cambio de significado. Ejemplos
de este tipo son enfermarse (sobre acatarrarse, resfriarse),
sanarse (sobre curarse), etc.
6. Adverbio
Con respecto al adverbio, anotamos aquí solo algunas formaciones
nuevas, desviaciones semánticas o arcaísmos conservados.
[54] 65
a) Adverbios de tiempo
1. Adverbios simples. Se conserva el antiguo agora, pero
muy caduco. Tuavia 'todavía' es la forma corriente, alternante con
entaavia, entodavía, entavia. Frecuentemente anto(n)se(s) 'entonces'
se reduce a antas. Presto es forma corriente en los campos.
Luego expresa plazo próximo: vuelvo luego 'vendré pronto'. Muchos
adverbios de tiempo tienen diminitivos: aurita, lueguito, ense-guidita,
prontito, etc.
2. Locuciones o frases adverbiales de tiempo. Damos a continuación
las fórmulas más comunes, muchas de las cuales son corrientes
en otras partes: En toda la vida 'nunca, jamás'. Desta ves
'ahora, en esta ocasión'. En los tiempos de Maricastaña, Cuando
Dios andaba por el mundo, Cuando los animales jablaban 'en
tiempo muy antiguo'. Con la misma 'simultáneamente, inmediatamente'.
Frases adverbiales muy usadas y cuyo significado es explícito,
entre otras varias análogas, son las siguientes: Al cabo de
un buen tiempo, Al cabo de un rato, De buenas a primeras. De la
noche a la mañana. En un santiamén. En un dos por tres. En menos
que el Diablo se estriega un ojo, En un abrir y serrar los ojos.
3. Expresiones de plazo aproximado. Entre otras similares
o iguales a las del español común, anotamos las siguientes: Por
Santiago 'en agosto'. Por San Juan 'en junio', Por Todos los Santos
*a comienzos de noviembre', etc.
4. Expresiones de plazo indefinido. Las más usuales en los
campos son: Un ratita, Un buen rato, Casi un mes. Un día destos.
Cualquier día destos, El otro día, Sotro día, Sotruaño, etc.
5. Expresiones de plazos de Jornada: Al amaneser, Al alba,
A la madrugada, A la tardesita, etc.
b) Adverbios de lugar
Ái se usa en vez de ahi. Acá es corriente por aquí: ven acá
'ven aquí'. Allá sustituye a allí en muchos casos. Alternan deba-
Jo/abaJo, detrás/atrás, drentojdentrojadrentoladentro, fuerajafuera.
66 [55]
delantre/adelantre, etc. Onde es forma casi exclusiva por donde
y alterna con endonde, enonde. ¿Ulo?/¿aúlo?, ¿ula?/¿aúla?, y sus
plurales, adverbio interrogativo de lugar, es un lusismo con el significado
de '¿dónde está(n)?'. Alternan enmedio I entremedio.
c) Locuciones cuantitativas
A puños, A púnaos, A montones, A manos llenas, A cada
paso, A más no poder.
d) Locuciones de modo
Ansina, forma del adverbio asi, se oye todavía bastante, aunque
tiende a desaparecer. Priesa y a priesa se oyen más que prisa:
date priesa 'apresúrate'; voy a priesa, de priesa. Cuantimás 'cuanto
más'. De casualidá/de causalidá 'casualmente'. A su rienda suelta/
a su rifasol 'a lo que quiera hacer', 'a su libre albedrío'.
e) Adverbios de afirmación
Jinde bien/jindele bien/inde bien 'muy bien', 'me agrada que
sea asi'. ¡Angelamarial 'así, justamente'.
f) Adverbios de duda
Quién sabe. Sabe Dios, Vaiga usté a ver, A lo mejor, Puede.
7. Preposiciones
Ante se reemplaza por delantre de, adelantre de. Tras se
sustituye por detrás de. Sobre alterna con ensima de. Cabe y so
[56] 67
son desconocidas. Hacia se sustituye por pajpara y a. Según se
cambia en asegúnjasigúnjsigún. Desde se usa poco, y en su lugar
se oye en el campo dende y de. Contra (algunas veces cuentra)
además del sentido normativo, puede significar también 'junto a':
hay un pino cuentra la casa.
El participio de salvar, pluralizado o no, salvante(s), equivale
a 'con excepción de', 'fuera de', 'fuera' y tiene valor de preposición
correctiva o restrictiva: la sebada, salvantes dos almudes,
puede llevársela.
Son muy usados los modos preposicionales en lugar de las
preposiciones correspondientes simples: delantre de, detrás de,
ensima de, sobre de, en frente de, al lao de, etc.
8. Conjunciones
El participio de llegar, generalmente en plural, llegantes, junto
a que, tiene el valor de conjunción causal, a veces modal: llegantes
que nos vamos, ya no ajunto más pinillo.
Las conjunciones, en general, se usan como en castellano,
excepto la forma llegantes que, ya anotada. Empero, mas, ora
apenas se oyen, aunque yo he hallado varios sujetos analfabetos
que usaban frecuentemente mas, siempre en forma correcta. Y se
usa en todos los casos, incluso ante palabras que comienzan por /.
Pues alterna con pusjpos.
9. Interjecciones
Son corrientes exclamaciones de admiración, sorpresa, satisfacción,
disgusto, estímulo, desdén, dolor, alegría, duda, aprobación
y algunas más. He aquí varios ejemplos: ¡Bay, bayl expresa
satisfacción y admiración. (Anjál expresa asentimiento. ¡Bast ex-
68 [57]
presa incredulidad, desdén. ¡Upa! SQ usa para incitar a los niños
a levantarse. ¡Ajó! expresa admiración, y se usa también, con otra
entonación, para incitar a los niños a que comienzen a hablar.
¡Ehl se usa para llamar. jAjualá! '¡ojalá!' Entre las principales
fórmulas usadas como exclamaciones, está ¡Bienhaigas tul, que expresa
aprobación. Con otro tono, algunas de estas interjecciones
pasan a un plano semántico distinto, así ¡bay, bay! puede significar
'basta', etc.
a) Expresiones eufemisticas
Ajo/ajó, caracho, caray para expresar 'carajo'; consto 'cono';
pusia 'puta': ¡me cago en la pusia que te parió!; diares 'Diablo';
dies 'Dios': ¡me cago en diesl, etc.
b) Exclamaciones groseras
Las exclamaciones groseras siguientes se dicen con toda crudeza
y con la mayor naturalidad, incluso entre mujeres y niños,
si se ofrece: ¡sio, burro!, ¡me fruto en ti!, ¡me futro en ti!, ¡la breva!,
¡la chocha!
c) Interjecciones usadas con animales
Piri, pira, piru... para llamar a las gallinas. Coche, coche,
coche... para llamar a los cerdos. Misu, misu, misu... para llamar
a los gatos. Chivi, chivi, chivi... para llamar a los cabritos. Ber-cá,
ea, bercá, ea. . . para llamar a las cabras. Serritu, mu, serritu,
mu... para llamar a los terneros. Rrri, rrri, rrri. .. para llamar a
las ovejas. Buti, buti, buti... para llamar a los perros. Sorita,
sorita. .. para llamar a las palomas. Archi mulo/burro/caballo para
incitar a estos animales a caminar. Jarre mulo/burro/caballo con
el mismo sentido que la anterior. Eja, cabra para ahuyentar a
este animal. Fasta buey/vaca, cuando labran, para que estos animales
den la vuelta. Etc., etc,
[58] 69
V. SINTAXIS
«La sintaxis dialectal presenta menos diferencias que la morfología
y muchas menos que la fonética, tanto que en general las
diferencias que se descubren no son sino arcaísmos que en otro
tiempo eran comunes con el castellano. Además, los fenómenos
sintácticos son más difíciles de observar y de localizar, sobre todo
cuando faltan textos escritos abundantes».^
Esta afirmación es valedera en todas sus partes para el habla
de La Palma. Por ello no nos hemos propuesto hacer un estudio
completo, sino que nos limitamos a anotar aquellos fenómenos
sintácticos que más se apartan del español normativo actual.
1. Concordancia
Por lo común, el habla de La Palma no se aparta de las normas
generales de la concordancia castellana, aunque se observan
algunas discrepancias. He aquí las principales:
a) Son corrientes los casos de concordancia del impersonal
con el sujeto aparente. Es lo que Menéndez Pidal llama «la incomprensión
del impersonal». Este fenómeno se da también en
Hispanoamérica. Ejemplos recogidos en La Palma:
Juegan con dinamitra y dispués quieren que no haigan des-grasias.
Estiaño en la fiesta de San Amaro hubieron más robos que el
año pasao.
Hubieron muchos que no vieron el volcán.
Este fenómeno está tan enraizado en Canarias, que hemos visto
y oído concordancias de este tipo hasta en escritos y conferencias
de profesores universitarios isleños.
' RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL, El dialecto leonés, IV, en «Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos», X, Madrid, 1906, pájf. 306, reeditado en forma de libro
con prólogo, notas y apéndices de CARMEN BOBES, Oviedo, 1962 (aqui la cita en
las págs. 108-109).
70 [59]
b) Generalmente el pueblo hace concordar el nombre singular
de cantidad y el colectivo con el verbo en plural, lo mismo
que en Hispanoamérica:
Llegaron un rancho de chicos. \
Se escaparan la mita de las cabras.
Un montón de avispas salieran ensuniendo ( = 'zumbando').
Estos casos se dan por lo común cuando el nombre de cantidad
o el colectivo van determinados por un sustantivo plural; si el
colectivo o el indicador de cantidad van solos y junto al verbo, la
concordancia se da en singular:
Lá tropa va po la calle rial.
Este uso es corriente en todas partes.
c) La concordancia del verbo en la oración de relativo, cuyo
antecedente es un pronombre personal, se hace, por lo común,
con el pronombre personal y no con el relativo:
Soy yo el que digo la verdad y sos tú el que dises las mentiras.
Hay fenómenos semejantes en América y la Península.
d) La palabra poco, unida a un sustantivo por la preposición
de, concierta siempre con este sustantivo: una poca de agua, una
poca de yerba, un poco de trigo, una poca de sebada, un poco de
millo, unas pocas de papas, unos pocos de ajos. Es uso antiguo en
español, que se da también en América.
2. Résflmen
En las maneras de enlazar las palabras para expresar las diferentes
ideas, el habla de La Palma apenas presenta diferencias
con relación al español normativo común. Las pocas divergencias
están casi siempre relacionadas con el uso de las preposiciones,
por confusión, adición o supresión. Se observan también algunas
divergencias respecto al verbo y a las conjunciones. En los epígrafes
respectivos van anotadas estas diferencias.
[60] 71
3. Construcción
Muy semejante a la del español común, la construcción en el
habla de La Palma presenta algunos puntos que discrepan de la
lengua normativa.
a) Cuando el relativo que es acusativo lógico, con mucha
frecuencia viene reproducido por un pronombre personal átono
de tercera persona en el mismo caso:
¿Quién es ese hombre que no lo conosco yo?
Tenía cuatro hijos, que se los metieron presos todos.
¿Es usté la mujer que la llaman Nicolasa?
b) Como dativo lógico, el relativo que ordinariamente no
suele llevar preposición y se refuerza en la subordinada con el
dativo átono del pronombre personal de tercera persona:
El que no le guste esto, que lo deje.
Hay personas que les gusta escucha(r)se.
No sé cómo puede haber gente que le guste vivir en La Laguna.
Construcciones asi son corrientes en español antiguo' y en
español clásico-, persisten en el habla popular de la Península
y de América,^ y se dan asimismo en el portugués popular^ y en
el catalán popular/' Parece que este tipo de construcción es uno
de los más extendidos en la Romanía, porque aparece asimismo
en francés meridional popular: c'est un homme que personne ne lui
ferait de la peine, y en rumano popular: fráetele ce le mincau purceii.''
' GONTER DiETRiCH, Syniaktisches zu Kalila roa Dimna. Beitrage zur arabisch-spanischen
Übersetzungskunst im 13. Jahrhunderi, Berlín, 1937, pág^s. 140-141.
2 RUFINO JOSÉ CUERVO, Apuntaciones criticas sobre el lenguaje bogotano, París,
1916, § 469.
' ELEUTERIO F. TISCORNIA, La lengua de «Martín Fierro», en el tomo III de
«Biblioteca de Dialectología Hispanoamericana», Buenos Aires, 1930, página 238
y notas.
• JULIO MOREIRA, Fados de Sgnfaxe do portugués popular, en «Revue Hispa-nique
», XIV [1906], págs. 1-4.
^ PoMPEU FABRA, Gramática Catalana, Barcelona, 1933, pág. 62.
« ÉDOUARD BOURCIEZ, Éléments de linguistique romane, París, 1946, §§ 566 o
y 507 a.
72 [61]
c) En la construcción de los periodos hipotéticos con si, el
habla de La Palma conserva las tres categorías que conoció el
antiguo español:
1. Indicativo en la prótasis y en la apódosis:
•SI me lo premite, le jago un cuento.
Si no llueve, lo acompañaré esta noche.
Si está solo, no viene,
2. Futuro de subjuntivo (futuro hipotético) en la prótasis y
futuro de indicativo, o imperativo, en la apódosis:
Si viniere la cabrera mientras yo no estoy, dígale que espere.
Si cambiares de pareser, hasta mañana poderos venir por la
vaca.
Si tuvieres tiempo, limpia la gañanía.
3. Imperfecto de subjuntivo en la prótasis y potencial, o la
forma en -ra del imperfecto de subjuntivo, en la apódosis:
Si no tuviera estas güertas, no poderío plantar tabaco estiaño.
Yo no viniera a molestafrjla, si no fuera po la enfermedá.
Vendría mal, si lloviera esta noche.
No es raro el empleo del Imperfecto de indicativo en la oración
principal:
Si me dejaras meter mano, enseguida lo arreglaba yo todo.
Yo quería comprar una cabra, si pudiera ser.
En este tercer tipo de construcciones hipotéticas es frecuente
se den confusiones y cruces de tiempos:
Si lo biera dejao entrar en el ajuste, me arruina.
Hoy me viera mal, si vendo el sitio sotruaño.
d) Una construcción común al habla de La Palma y a la de
muchos lugares de Hispanoamérica es la de LO DE + NOMBRE DE
PERSONA para indicar el lugar propiedad de una persona:
Entremos en lo de Tomasa y cominos peras.
Lleguemos a lo de Agustín antes de rayar el sol.
Es construcción conservada del antiguo español. Tal modismo
arcaico es usual en varios países de América Hispana, p. e.
Chile, Argentina, Paraguay.
[62] 73
4« Pronombre
a) Personales y relativos
El pronombre personal se antepone o pospone a las formas
impersonales de la conjugación: al salir yo, al yo entrar, al venir
ustedes, yo llegando y tú salido, en saliendo tú.
El plural de tú es ustedes, por regla general, al igual que en
Andalucía y en América. He aquí dos ejemplos:
(Un marido a su mujer): Mira, tú vas con el niño de paseo y
de camino compras las entradas del sine, y cuando ustedes
vengan [la mujer y el niño] ya yo estoy listo.
No te quepa duda de que es asi, mi mujer, porque ustedes las
madres quieren a los hijos antes de naser.
Construcciones semejantes se imponen con tal fuerza, que
incluso pasan a la más alta literatura: Carlos Fuentes, en Cambio
de piel (Buenos Aires, 1967), desconoce asimismo el pronombre
ifosotros y concuerda como en Canarias, acerca de lo que han llamado
la atención algunos críticos españoles, p. e. Antonio Tovar.
Abunda en el habla popular la reiteración pronominal iden-tificadora
o indicadora:
La que se derriscó es una muchacha, morena ella, ya entrada
en años.
Es una mujer, baja ella, de cara redonda y servisiala como
hay pocas.
En las construcciones con posesivo, este se pospone por lo
regular: la novia mia, la hija mia, la tierra mía, los libros mios; si
el posesivo y el demostrativo son concurrentes, entonces la posposición
del posesivo es de rigor:
¡Este güey mió hay que ve(r)lo labrarl
Esta novela me la regaló aquel pobre hijo mío que se me murió.
Es general en el habla de La Palma el uso del posesivo en vez
del personal con algunos adverbios:
Pasaron por delantre mío ( = de mi).
Siempre te veo con ese chico atrás tuyo ( = de ti).
Ensima nuestro ( ^ de nosotros) está el niu de pájaros.
74 [63]
Es construcción que también se da en América Hispana.
Los pronombres relativos quien, quienes, cual, cuales van cayendo
en desuso y en su lugar se usa que, el que (este con sus
plurales y femeninos: los que, la que, las que):
No me digas los que vinieron, que no me interesa.
El relativo que aparece sin la preposición correspondiente:
Las muertes son golpes que uno no se puede acostumbrar a
ellos.
Son desgrasias que uno no se olvida.
Es uso frecuente en el español popular y muy documentado
en la lengua antigua y en la clásica, y se da aún en la moderna.'
¿El qué? es una pregunta elíptica corriente:
¿El qué dises que te traiga?
Es usual en Cuba, Santo Domingo, Argentina, Espaiía, etc.
Lo que se usa como exclamación ponderativa:
¡Lo que haberá pasao el pobre tantos años preso!
¡Naide sabe lo que aguanta un cristiano!
Yo se expresa casi siempre con el verbo:
Yo me llamo Juan Sanches.
En cambio uste(d) se suprime con más frecuencia que en la
Península, uso en que el habla de La Palma coincide con la hispanoamericana:
¿Cómo está?
¿Cómo le va?
Vendan la yunta por lo que les den.
Como lian trabajao mucho, deben de estar cansaos.
Las formas su mersé, el señor, la señora, para dirigirse a personas
de superior condición social, se oyen a veces, pero ya muy
caducas.
• Pío BAROJA, Las horas solitarias, pájf. 65: « . . . y también porque no he
encontrado una mujer qae me gfustara exclusivamente hablar con ella y a ella le
gustara hablar conmigo», según EVA SEIFERT, reseña de G. DIETRICH, Synfakti-sches
cit, «Vox Románica», IV, Bern, 1939, pág. 196, nota 2.
[64] 75
El habla popular de La Palma distingue bien los casos dativo
y acusativo del pronombre personal de 3^ persona; así le y les son
exclusivamente dativos; lo y los, acusativos masculinos; la y las,
acusativos femeninos.
b) Uso pleonástico de los pronombres de tercera persona
Rasgo característico del castellano es usar pleonásticamente
los pronombres de 3" persona en las mismas frases en que están
expresos los dativos nominales, como balancín aclaratorio dentro
de la frase. Algunas veces son útiles para la comprensión de la
entidad elocutiva, y otras para dar mayor énfasis a la oración. El
habla de La Palma usa estos pleonasmos con mayor abundancia que
el español normativo. He aquí algunos ejemplos:
Si me le siguen pegando al chico cada ves que yo no estoy, vamos
a tener que tomar otras medidas.
Si no la piensas comprar, no me le andes mirando tanto los
pelos a la vaca.
Vamos a ver si le echamos mano a algún conejo.
No le puso asunto a la conversasión.
No se lo digas a ninguno.
Ya ves lo que le está pasando al perro por culpa tuya.
Yo no le tengo mieo a naide del mundo.
Dietrich, al estudiar la influencia árabe en la sintaxis del antiguo
español, señala el posible origen arábigo de esta construcción
con doble régimen, muy frecuente en la literatura aljamiada hasta
en los casos donde no justifican su uso ni la claridad ni el énfasis.
Dietrich opina que expresiones pleonásticas del tipo díssole a él,
díssoles a ellos, corrientes en los textos aljamiados, nacieron de
una contaminación o cruce de los giros díssole y díssoles = árabe
qála 'disso a él', con disso a él y disso a ellos = árabe qála la-hu
y qála la-hum, respectivamente.^ En este sentido abunda también
Américo Castro, quien afirma reiteradamente la parte muy positiva
y sustancial de la influencia árabe en la lengua, las costumbres y el
' GüNTER DIETRICH, Syntaktisches cit., página 140.
76 [65]
pensamiento español.^ Este fenómeno está muy difundido en todas
las áreas del español.
c) Uso de se los por se lo
Cuando el dativo oblicuo se está en plural, es corriente en el
habla de La Palma agregar una s al acusativo que sigue para distinguir
el singular del plural. Esta construcción es también muy
usada en Hispanoamérica. Ejemplos palmeros:
Se los dije, y no me contestaron.
Eso susedió tal como se los voy a contar.
En general, el palmero desconoce el uso de me se por se me
y otras formas análogas. Tales construcciones extrañan mucho al
campesino, cuando las oye en boca de peninsulares.
Otras formas de los pronombres, dignas de ser anotadas, que
se dan en el habla de La Palma, son las fórmulas yo me gusta, yo
me párese; yo y tigo; tráete más vino; vuelvo en si, estoy fuera de si,
que reflejan asimismo usos antiguos y hoy vulgares en muchos
sitios.
d) Uso adverbial del relativo que
Al igual que en Hispanoamérica, es frecuente en el habla de
La Palma el empleo adverbial de que en lugar de cuando, como,
donde, con, en, para, por, etc. Este uso, que Bello y Cuervo consideran
erróneamente galicismo, es frecuente en el lenguaje antiguo
y conservado hoy en el vulgar. Ejemplos palmeros son:
No es por usted que digo esto.
El día que tú nasistes
nasieran tres flores bellas,
nasió el sol, nasió la luna
y nasieran las estrellas.
' AMÉRICO CASTRO, La realidad histórica de España, México, 1964, passim.
[66] 77
5. Verbo
a) Generalidades
El uso de los modos y los tiempos no ofrece grandes discrepancias
en relación con el español normativo. Con todo, he aquí
algunas peculiaridades del habla de La Palma.
El hablante palmero conoce los tiempos simples y los compuestos
del pretérito, pero tiene marcada preferencia por las formas
simples:
Hoy comí con Juan.
Andemos toda la mañana.
No jase mucho rato que pelié con la vesina.
Llevamos recorrió ( = 'hemos recorrido') todo el vesindario
pidiendo.
Conoce el habla de La Palma las formas orgánicas del futuro,
y las usa, pero prefiere las perifrásticas, lo mismo que las hablas
hispanoamericanas, tanto si se trata del futuro hipotético como
del futuro propio:
Voy a dir a Maso a arreglar un asunto.
Vamos a venir mañana de nuevo pa dejar esto listo.
Juana y el mario se van a dir drento de tres dias.
Va a ser mejor asina.
Me párese que nos vamos a entender usté y yo.
El habla de La Palma prefiere las formas en -ara, -era para
las expresiones de posibilidad, deseo, conveniencia, a las del potencial,
aunque este modo no es desconocido:
No quijiera murifrjme, sin ver en que para esto.
¡Bueno fuera que faltara yo a tu gallofa!
Si yo tuviera la fuersa de cuando era moso, amanesiera yo
mismo mañana aquí.
Yo quedría verlo por casa.
b) El futuro de subjuntivo
Esta forma verbal es rasgo peculiar del habla de La Palma,
que la conserva con toda vigencia entre las clases rurales. Es
78 [67]
curioso este arcaísmo, si consignamos que en la Península ha desaparecido,
incluso en la lengfua escrita, y que en América se conserva
en muy pocos lug-ares. Solo lo hemos visto documentado
para Venezuela,' para Colombia^ y para Santo Domingo,'* y siempre
como uso caduco. He aquí algunos ejemplos, de entre otros
muchos más, recogidos en La Palma:
Cuantimás viviéremos, más veremos.
El que me oyere cantar
dirá qué alegre mujer
y yo tengo el corasón
más amargo que la jiel.
Si te fueres pa La Baña,
si te fueres, llevarasme;
si te faltare dinero,
soy comparada, venderasme.
Si yo fuera casador
y tuviere una escopeta,
apuntare a una paloma
de las que ponen peineta.
Si pidiere de comer,
denle caballas saladas;
si pidiere de beber,
denle sumo de retamas.*
' HENRI LOUIS ANNE VAN WIJK, Contribución al estudio del habla popular de
Venezuela, Amsterdam, 1946, págs. 231-233.
2 PEDRO FABO, Cantares llaneros en idiomas y etnografía de la región oriental
de Colombia, Barcelona, 1911, págs. 222, 226, 229.
' PEDRO HENRÍQUEZ UREÑA, El español en Méjico, los Estados Unidos y la
América Central «Biblioteca de Dialectología Hispanoamericana», IV, Buenos
Aires, 1938, nota a la pág. 326.
* El romance completo, recogido por nosotros en La Palma, figura en La flor
de la marañuela. Romancero general de las Islas Canarias, tomo II, editado por
DIEGO CATALÁN, Madrid, Credos, 1969, n" 447.
[68] 79
Pero no es raro que las formas en -re aparezcan también
usadas con el sig'nificado que el español normativo reserva al imperfecto
de subjuntivo:
Estaba velando pa meter mano cuando fuere menester.
c) Gerundio
El habla de La Palma comparte con las hablas americanas el
uso del verbo ESTAR + GERUNDIO en casos donde el español normativo
emplea INFINITIVO:
Déjate de estar disiendo majaderías.
¡No pienso jaser otra cosa que estar comiendo mientras tú
trabajas/
Voy a estar trabajando toda la noche.
Además, el habla de La Palma usa con frecuencia dobles
gerundios:
Estando nosotros comiendo, llegaron los viajeros.
Diendo silbando no se siente mieo.
En América hay usos semejantes.
En La Palma es corriente, como en Hispanoamérica, la repetición
del verbo para expresar acción intensiva: canta que te canta,
corre que te corre, bulle que te bulle, dise que dise, dale que dale,
corre que corre, etc.
Se usa haber por ser y estar:
Habimos algunos más estiaño en la vendimia.
En la boda de Luis haberiamos unos quince invitados.
¿Qué hubo de lo dicho? '¿Qué fue de, en qué quedó lo dicho?'
Hay algunos verbos originalmente intransitivos que han pasado
a transitivos:
Pelear (= 'reprehender') : siempre me están peliando.
Descarrilar : corriendo tanto, un dia descarrilan el coche.
Por contra, hay verbos que se usan con complemento implícito:
Jincarse 'hincar las rodillas'.
80 [69]
Costar 'costar trabajo, esfuerzos': Hay que ver lo que cuestan
hoy los hijos.
Tener'tener dinero, bienes; ser rico': Pedro tiene, que heredó.
d) El portuguesismo ESTAR A + INFINITIVO por ESTAR + GERUNDIO
Me está a picar la cabesa 'me está picando la cabeza'.
Ayer estuvieron a vendimiar' ayer estuvieron vendimiando'.
Este uso, muy clásico y castizo en Portugal, pero actualmente
en retroceso en este país, se mantiene vigente en el portugués de
Brasil.
e) Infinitivo personal
Algunas veces, en mis conversaciones con los campesinos
garafianos, he sorprendido frases espontáneas del tipo:
Tenemos que pergunt