Números 129-130 L- ^^'° '"' '' •^^^^^^^ero-Junio de 1960
UNIVERSIDAD DE LA LAGUNA
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
REVISTA
DE
HISTORIA CANARIA
Director! Dr. Elias Sorra Rkfols, Catedrático de Historia
Tomo XXVI La L»^na de Tenerife (IsUi Canarias) Año xxxni
La familia de Anchieta en Tenerife
Por Alejandro CIORANESCU
Lft ilustración poco común del apellido de Anchieta procede
exclusivamente de la figura de su representante más famoso, el
célebre Apóstol del Brasil, el jesuíta Padre José dé Anchieta.
La vida, las actividades, la piedad y las obras de este preclaro sacerdote
han suscitado una serie copiosa de estudios y de investigaciones,
a partir casi de la ¿poca de su fallecimiento; y elinterés
que siempre se ha demostrado por su persona hixo que también
se hayan buscado algunos de sus antecedentes familiares; todo
ello, no sin hacer recaer sobre los Anchieta de Tenerife un débil
reflejo de la inmensa luz proyectada desde siempre sobre la figura
de su hijo más ilustre.
Desgraciadamente, la historia de esta familia, con ser relativamente
fácil de esbozar —por lo menos en lo que se refiere a la
rama tinerfeña—, no ha sido intentada hasta ahora. Naturalmente,
los archivos públicos y particulares abundan en documentos que
se refieren a uno u otro de sus miembros; y en el de la casa de
Osiuna, representante indirecta de este apellido hoy extinguido,
HHC, 1
2 [21
se conservan las pruebas de varios intentos de historiar el pasado
de esta casa, que ha dado a la Isla tantos personajes de eminente
categforía. Pero, sin duda por eJ mismo hecho de que el apellido
de Anchieta ya no vive en las Islas, nada de ello ha salido a la luz;
y para buscar en la literatura publicada hasta la fecha datos para la
historia de esta casa, habría que remontar hasta la obra de Baltasar
de Anchieta, publicada en 1677, excesivamente rara y, además
bastante incompleta.
En vista de esta situación, quizá no será inútil el propósito de
reunir los datos que en la actualidad son más asequibles, para trazar
el marco de la historia de esta familia insular. El interés de
una investigación de este tipo, si es que cumple con su propósito;
debería ser doble: en primer lugar arrojaría más luz sobre los orígenes
de uno de los hijos más ¡lustres de Canarias, y, además,
proporcionaría los elementos necesarios para estudiar el pasado
de una familia que desempeñó un papel importante en la vida política,
social y cultural de Tenerife y que, por esta misma razón,
justifica suficientemente la curiosidad del investigador.
Naturalmente, al ser conducido sobre documentos al alcance,
de todos los investigadores canarios, pero de difícil acceso para
los demás, este trabajo no pretende distinguirse por la novedad
de los datos aducidos, sino, más simplemente, poner a disposición
de todos los instrumentos de trabajo que hoy día somos pocos en
disfrutar. Si hay alguna novedad, sin embargo, quizá será la de no
perseguir con este estudio ninguna finalidad apologética o de tipo
meramente genealógico y nobiliario; de modo que es posible que
se encuentre en este estudio algún que oti^ detalle que todos los
historiadores de las Islas conocían, pero que no se solía mencionar
tradicionalmente. A pesar de lo cual, incluso en estos detalles,
no innovamos nada, ya que los orígenes judaicos de la rama tiner-feña
de los Anchieta han sido señalados ya por don Agustín Millares
Cario, y, por ot*» parte, la calidad de hijo natural del primer
Anchieta que vino a las Islas era una deducción lógica para cualquier
genealogísta que hubiese advertido la circunstancia de no subir ninguna
información más allá de la persona del padre del Apóstol.
Además, estas circunstancias sólo tienen para nosotros mediano
interés; sf las señalamos, QO es por su valor anecdótico, que no
[3] 3
tiene nada que ver con la historia y no conduce a nada, sino porque
son detalles que, sin valer por ellos mismos, deben tenerse en
cuenta dentro de una explicación de conjunto, que de otro modo
quizá no resultaría igualmente clara.
La familia de Anchieta procede de Azpeitia, en la provincia
de Guipúzcoa, más exactamente del lugar de Urrestilla, en el término
de dicho municipio, en donde aún hoy subsiste el caserío
llamado Anchieta, con la antigua casa que fue la cuna, de esta familia.
Su escudo de armas no ha sido estudiado convenientemente.
Los heraldistas parecen vacilar entre dos escudos. El primero
sería partido, el primer cuartel de oro con un árbol verde, los
segundo y tercero de azur con dos flores de lis de oro, y el cuarto
de plata con una banda de gules. Según otra tradición, seria de
gules con un castillo acompañado por una flor de lis a cada lado
y dos lobos debajo.^ Ninguna de estas tradiciones parece segura.
Según informe proporcionado por Diego de Urbina, rey de armas
de Felipe II, en 26 de marzo de 159S, a petición de Diego Bení-tez
de Anchieta y del licenciado Gaspar de Anchieta, el escudo
de armas de la familia sería «partido, en el primero y cuarto en
campo de oro un árbol de sinople y empinante al árbol un lobo
de sable, en el segundo y tercero en azur cinco estrellas de oro en
sautuer, y orla de gules con ocho sautuers de oro». Este último
blasón es el que quedó adoptado definitivamente por la rama
tinerfeña de esta familia.
El primer antepasado conocido de los Anchieta es un Martin
García de Anchieta, a mediados del siglo XV. Este personaje
había casado con Urtazayga de Loyola, hija de Lope García de
Lazcano, perteneciente a la conocida familia de los Lezcano, que
testó en 11 de enero de 1441, y de su mujer, Sancha Yáñez de
Loyola, que otorgó testamento en 11 de diciembre de 1464.
El matrimonio de Lope García y de Sancha se había celebrado
en Azpeitia, el 4 de marzo de 1413; y de este enlace procedió,
• AD. COSTIR, Juan de Anchieta et la famille de Loffola, Parii, 1930, pág. 293,
4 [4]
además de la mencionada Urtazayga, Juan Pérez de Loyola y
Oñaz, nacido probablemente por el año de 1414, casado en 1438
con Sancha Pérez de Iraeta, y padres entrambos de Beltrán Yáñez
Oñaz, nacido por 1439 o 1440 y muerto el 23 de octubre de 1507.
Del matrimonio, celebrado en 1467, de este último con Marina
Sánchez de Licona, nacieron trece hijos, uno de los cuales (ue
\ñ\go López de Loyola, que sería llevado a los altares con el nombre
de San Ignacio de Loyola.
De este modo, la mujer de Martin García de Anchieta era tía
del padre de San Igfnacio. Las estrechas relaciones de parentesco
entre las dos familias de Loyola y de Anchieta están documentadas
suficientemente y se hallan indicadas por todos los historiadores
que han tratado este asunto. Además, se halUn confirmadas
también, de modo insospechado, por el mismo escudo de armas
de ambas familias, circunstancia que no parece haber llamado
suficientemente la atención.
En efecto, el escudo de armas que se halla representado encima
de la puerta de la casa solar de Loyola, en el término de Az-peitía,
y que debe de ser, cuando antes, del siglo XV,^ representa
una olla o un caldero mantenido por una gruesa cadena vertical
y acompañado por dos osos ligeramente empinantes. Estas armas
pertenecen sin duda a la categoría de las armas parlantes, y tratan
de traducir gráficamente el apellido de Loyola, explicado por medio
de las palabras lobo y olla; etipiologla popular sin valor histórico
y que, sin embargo, ha sido considerada seriamente por algún
que otro historiador. Hemos visto, por otra parte, que el escudo
de los Anchieta representa, desde el siglo XVI, un árbol y un lobo
empinante: este último es.sin duda la misma pieza del blasón de
los Loyola, mientras que el árbol bien podría ser una interpretación
errada de la gruesa cadena del mismo escudo, que podría
confundirse con un tronco de árbol, al estar mal representada
en alguna portada de edificio, o quizá en algún sello d.e cera.
Sea como fuese, el tobo de los Anchieta difícilmente se podría
' P. Piorno LtTURiA, El gentilhombre Iñigo Lópw dt Loyola, Barcelona, 1941,
pif. 7 y pl. UI.
Í5] 5
explicar por el apellido de esta familia, que parece proceder del
vasco antxia «pantanos».^
Del matrimonio de Martín García de Anchieta con Urtazaygra
de Loyola nacieron tres hijos, que son los sigfuientes:
I. Juan de Anchieta, de quien volveremos a hablar más
adelante.
II. Maria López de Anchieta.
III. Rodrigo Garda de Anchieta, que falleció en 1S22, después
de haber casado con María Ochoa de Acharan. Fueron padres de:
Garda López de Anchieta, a quien su tío, el mencionado Juan
de Anchieta, quiso dejar por rector de la iglesia parroquial de
Azpeitia, en 1515;
Ana de Anchieta, heredera del mismo Juan de Anchieta;
María y Catalina, monjas claras en el convento de la Asunción
de Azpeitia.^
JUAN DE ANCHIETA parece haber nacido por el año de 1461.
Fue ciérigfo presbítero y, habiéndose especializado en la música,
fue nombrado capellán y chantre de los Reyes Católicos, en 6 de
febrero de 1489. Su sueldo, que era inicialmente de 20.000 maravedís
al año, fue aumentado hasta 25.000 en 30 de agosto de 1493.
Nombrado canónigo de Granada, probablemente por esta última
fecha, fue también maestro de la capilla del príncipe heredero
don Juan por los años de 1495 a 1497, beneficiado de Villarino
en la diócesis de Salamanca por nombramiento que se le hizo en
12 de junio de 1499, y abad de la iglesia colegiata.de Arbós, en
la diócesis de Tarragona, probablemente en 1515. Desde 1498
había sido nombrado rector de lá iglesia parroquial de Azpeitia,
llamada de San Sebastián de Soreasu, cuyo patronato pertenecía
a la familia de Loyola, que lo reservaba normalmente para sus
> S. ARANA GOIRI, Tratado etimológico de lo* apellido» euxkáricot, Bilbao,
1930, pág, 123. El apellido se eicribe *ljfana vei Ancheta; pero cf. JOSÉ ARTICHI,
Anchieta y no Ancheta, en «Boletín de la Real Sociedad Vaicon^ada de Amigos
del Paia», V (1949), pig». 275-76.
* El posible que Rodrigo Garcia de Anchieta haya tenido otro hijo, Juan de
Anchieta, y aií ¿«te feria el célebre eicultor vatco del aiglo XVI; esta hip¿teaia
•e ha formulado alguna vex, pero la prueba definitiva no eitá hecha aún.
6 [6]
miembros, tanto más que se consideraba como una is:Ies¡a particularmente
rica: sólo sus rentas decimales representaban unos 1.000
ducados al año. Juan de Anchieta era primo hermano del patrono,
Beltrán Yáñez de Oñaz, de modo que se explica el que haya sido
designado para tan pingüe beneficio. Naturalmente, para no
abandonar la Corte, se hizo sustituir por un vicario, según parece',
hasta el año de 1515.
Juan de Anchieta fue un músico muy conocido en su tiempo;
se conservan todavía algunas de sus composiciones. Una de ellas
fue popular durante todo el Siglo de Oro, la que empieza Dos
ánades, madre. También gozó de bastante popularidad un romance
que escribió y puso en música en el año de 1489, con motivo
de una embajada amenazadora enviada a los Reyes Católicos, que
estaban sitiando la ciudad de Baza, por el Gran Turco. Sus versos
son alguna vez bastante fluidos, y parecen recordar, hasta cierto
punto, las composiciones piadosas de su nieto, el Apóstol del
Brasil; así, por ejemplo, en el himno que había dedicado a la
Virgen:
Doncella, Madre de Dios,
Estrella, guiadnos vos...
Guiadnos a do subió
Él, y la cruz do murió,
de la cual Él descendió
a los infiernos por nos.
Del año 1498 tenemos la primera prueba de laS relaciones
personales de Juan de Anchieta con los Loyola. En efecto, el 11
de septiembre de aquel año se celebró el casamiento de Martín
García de Oñaz, hermano del que más adelante sería San Ignacio
de Loyola, con doña Magdalena de Araoz, dama de Isabel la Católica.
Según parece, Juan de Anchieta intervino eficazmente en
el arreglo de esta unión del hijo de su primo hermano. Es de observar
que este episodio coincide cronológicamente con el nombramiento
que tuvo de rector de la iglesia parroquial de Azpeitia;
de modo que, teniendo en cuenta que aquel nombramiento perte-cía
a los Loyola, es posible que haya alguna relación de causa a
m 7
efecto, entre su intervención en el casamiento de Martín y su
benefício de la misma fecha.
No se sabe cuáles fueron las relaciones de Juan de Anchieta
con el mismo San ¡sfnacio. Sólo se debe recordar que este último
pasó varios años de su edad juvenil en la Corte, en casa del contador
mayor Juan Velázqucz. Es de suponer, aunque falten los
documentos para probarlo de manera indiscutible, que durante
este periodo aprovecharía la presencia de su deudo, el favor de
que gozaba en la Corte y quizá también su enseñanza musical.^
Sin embarg:o, las relaciones con los Loyola tomaron'un rumbo
muy diferente a partir de 1515. Por aquella fecha, Juan de Anchieta,
cansado ya de la vida cortesana, se había retirado definitivamente
a Azpeitia.^ Para estar más cerca de su iglesia, abandonó
la casa paterna de Urrestilla, en que vivía ahora su hermano mayor,
Rodrigo García de Anchieta, y se mandó fabricar, en la misma
plaza de la iglesia de San Sebastián de Soreasu, una hermosa casa
de cantería y de ladrillos aparentes, que sigue formando hasta hoy
uno de los mejores adornos de aquella población." Parece, sin
embargo, que se había retirado para descansar, no ya para atender
mejor sus obligaciones: lo cierto es que decidió renunciar el rectorado
de aquella parroquia, en favor de su sobrino, el antes
mencionado García López de Anchieta.
La verdad es que Juan de Anchieta no tenia derecho a designarse
de este modo un sucesor. Ya hemos dicho que el patronato
de la iglesia pertenecía a la familia de Loyola, y nombrar un
nuevo rector era infringir sus derechos y sus privilegios, al mismo
tiempo que hacer un nombramiento muy fácil de invalidar. Supo-
' P. PEDRO LETURIA, El gentilhombre Iñigo López de Logóla, pág. 72.
' Seifún ei autor del estudio citado en la nota sijfuiente, Juan de Anchieta
volvió definitivamente a Azpeitia en 1S07. No sabemot si esta fecha es preferible.
El autor se funda en un articulo de ILDEFOKSO GURRUCHAGA, Juan de Anchieta,
en «El Pueblo Vasco> de San Sebastián, 1° de agosto de 1932, qu*no hemos visto.
Tampoco hemos visto el estudio del P. Josi IGNACIO DE ARANA, Biografía d»l
Reverendo Johanet de Anchieta, en «Euskal-Erria», 1887.
'• JOAQUÍN DE YRIZAR, La casa de Juan de Anchieta el músico, en «Boletín de
la Real Sociedad Vascongada de Amigos del Pais», III (1947), págs. 67-81.
8 [8]
nemos (ya que las circunstancias de este asunto se conocen muy
mal) que, para salvar las difícultades, Anchieta pensó en una
fórmula que hubiera debido llamar menos la atención, y quiso ir
preparando el camino con asociarse primero a su sobrino; con el
favor de que segfuía disponiendo en la Corte, quizá no le hubiera
sido difícil obtener más tarde un arreglo definitivo.
Pero los Loyola no se dejaron engañar. En 1498 el nombramiento
de un primo era posible, porque no había ningún Loyola
que pudiese pretender aquel beneficio; mientras que en 1515 la
situación había cambiado. El patrono Beltrán Yáñez de Oñaz
tenía trece hijos que había que colocar, y precisamente el rectorado
de San Sebastián estaba previsto y reservado en su intención
para uno de ellos, Pedro López de Loyola, que era clérigo. Estos
intereses encontrados dieron lugar a desavenencias que pronto se
transformaron en lucha abierta y cuyas circunstancias siguen siendo
mal conocidas. En general, los biógrafos del Santo no están
de acuerdo sobre los detalles de tan curioso episodio ni, a veces,
sobre su exacta interpretación. Parece que, fundado en su derecho,
Pedro López de Loyola, asistido por su hermano Iñigo, trató
de obligar a Juan de Anchieta a abandonar su proyecto de renuncia.^
Aunque no se conozcan bien los detalles, se puede dedueir
que hubo alguna violencia; e incluso algunos autores hablan de
intento de asesinato. Todo ello dio lugar a una información judicial,
por lo demás sin rebultado: Iñigo de Loyola había salido de
Azpeitia y, prevaliéndose de su calidad de tonsurado, se había
constituido prisionero del obispo de Pamplona.^ La protección
del obispo, la influencia de los Loyola o cualquier otra circunstancia
que ignoramos hicieron que el proceso no siguiera su curso:
si hubo alguna decisión judicial a este respecto, no se ha encontrado
hasta ahora rastro alguno que lo confirme.
En 1518, Juan de Anchieta renunciaba definitivamente su
rectorado, en beneficio de su sobrino. Sin embargo, éste no pudo
gozarlo sino^ por pocos meses, ya que en 1519 fue asesinado a
' Según opiniin muy discutida de AD. COSTER, Juan de Achieta, eite incidente
tuvo lugar el 20 de febrero de 1515.
* Cf. AD. Cosm, Juan de Anchieta, págs. 94-95.
m 9
manos de Juan Martínez de Lasao y de Pedro de Oñaz. Tampoco
conocemos Iqs detalles de este crimen, y la participación de los
Loyola en el mismo está lejos de ser probada. Es cierto, en efecto,
que Pedro García de Loyola y su hermano Iñig-o fueron implicados
en el proceso que sig^uió; pero, por una parte, no recayó
sentencia en ningfuno de ellos, y, por otra parte, ciertas circunstancias
poco blaras parecen sugerir la idea de que aquella muerte
no fue considerada como un simple crimen, y que las relaciones
de Anchieta con los Loyola no sufrieron demasiado de resultas
de este episodio.
Es llamativo, en efecto, que Pedro García de Loyola fue
efectivamente rector de San Sebastián de Soreasu, desde 1519
hasta su muerte, que sobrevino en 1529, y a pesar de haber sido
implicado en el proceso que acabamos de señalar. No deja de ser
Curiosa la circunstancia de ser el matador de García López el mismo
Juan Martínez de Lasao, escribano público, que en 1522, tres
años después del crimen, autorizaba el testamento de Juan de
Anchieta. En fin, como veremos más adelante, tampoco deja de
ser llamativo el hecho de que el nieto de Juan de Anchieta fue
uno de los primeros alumnos del primer colegio fundado, en Coim*
bra, por la nueva Compañía de San Ignacio. Todo ello parece
indicar que el crimen no fue castigado como tal, o por lo menos
que Juaii de Anchieta y su familia no tuvieron por culpados a
los Loyolas.
Sea como fuese, Juan de Anchieta se acercabk ya al ocaso de
8U vida. Quizá para compensar la pérdida que había experimentado
al renunciar su rectorado, obtuvo real merced de Carlos I, para
que pudiera vivir retirado de la Corte, conservando su sueldo de
45.000 maravedises al año, en 19 de agosto de 1519. Falleció en
su casa de Azpeitia, el 30 de julio de 1522, y fue sepultado en el
enterramiento de su capilla, en el convento de la Concepción de
la misma población. Poco antes, el día 26 de julio, había otorgado
un codicilo a su testamento, una de cuyas cláusulas nos interesa
particularmente aquí. Mandaba el testador:' «Yten digo que mando
a Juan de Anchieta, mi hijo, qué hube en María Martínez de Es-querrategui,
vecina desta villa, muger suelta, cuatrocientos ducados
de oro, por amor de Dios, porque non le quedan otros bienei
10 (101
algfunos, y para con que se críe y alimente y teng^a con qual estu*
diar, e parfi si; casamiento».^ Creemos que se puede afirmar con
relativa seguridad que este hijo natural es el primer Anchieta que
se trasladó a Tenerife, y que es el segundo de este nombre.
JUAN DE ANCHIETA, el segundo, debe ser el mencionado hijo
del rector de San Sebastián de Soreasu. Aunque falte el documento
que lo autentifique de manera definitiva, todas las circunstancias
de su biografía lo indican con suficiente claridad. Sabemos,
en efecto, por toda la tradición genealógica de Canarias, que
Juan de Anchieta era natural del lugar de Urrestilla, que, según
hemos visto, era residencia del primer Juan de Anchieta y casa de
sus padres, perteneciente, entonces como ahora, ai término de la
villa de Azpeitia. La falta total de referencias, en todos los árboles
genealógicos y en todas las informaciones de hidalguía de los
Anchieta, a los abuelos paternos del Padre José de Anchieta es
ya, según más arriba dejamos señalado, un indicio de que estos
antepasados, difíciles de ignorar, eran de los que no conviene
indicar en informaciones nobiliarias.
Por otra parte, el testamento del rector de Soreasu dejaba un
legado a su hijo natural, para que «tenga con qual estudiar», fórmula
de la que quizá se puede desprender que el hijo estaba ya
estudiando por aquel entonces. De no haber sido asi, el testador
hubiera mencionado esta aplicación del dinero como una simple
eventualidad. En efecto, si suponemos que el hijo tenía entonces
una edad en que todavía no habia empezado a estudiar, el padre
no podía dejarle el dinero con aquella indicación tan precisa, sin
inutilizarlo para cualquier otro uso, en caso de falta de interés
para los estudios. Creemos, por consiguiente, que el joven Anchieta
estaba ya estudiando en la fecha del testamento y que el
legado no era para que emprendiese algún día, sino para que
terminase sus estudios.^ Pues bien, en una información de tipo
' AD. COSTER, Juan de Anchieta, págs. 161-62 y 29().
' Hemog insiftido en eita explicación, porque COSTER, Juan de Anchieta,
pág. 161, pierna que <cet enfant était encoré tres jeune» en la época del testamento
de su padre, cosa que no nos parece resultar del texto que hemos reproducido.
til] 11
genealógico, hecha en Tenerife, en el año 1540, a petición del
licenciado Francisco de Alzóla, Juan de Anchieta deponía como
testigo y declaraba tener 40 años. Debió de nacer, pues, por el
año de 1500, fecha que debe entenderse con cierta elasticidad, ya
que estas declaraciones no solían ser muy puntuales; de modo que
en la fecha del testamento debía tener unos veinte años.
En fin, en 24 de diciembre de 1536, Juan de Anchieta obtenía
de la Reina Emperatriz una real cédula de recomendación, dirigida
al Cabildo de Tenerife, para que se le favoreciese con un reparto
de tierra, «por ser deudo de criados y servidores nuestros»; lo
cual indica tan claramente como posible que se trata del hijo del
chantre de los Reyes Católicos. De no haber sido así, tendríamos
que admitir que hubo en el pequeño lugar de Urrestilla, que es
en la actualidad un pueblo de unos 300 habitantes y no debía de
ser más importante por aquel entonces, dos Juan de Anchieta que
nacieron por el año de 1500, ambos hijos de criados de los Reyes.
Esta hipótesis, aunque no sea una imposibilidad material, no es
fácil que se dé en la realidad, tal como la conocemos; de modo
que, considerando los indicios mencionados, no cabe duda de que
el Juan de Anchieta que pasó a Tenerife era hijo del rector de
Soreasu.*
Esta hipótesis, sin embargo, no concuerda con las tradiciones
isleñas. Hemos dicho ya que estas tradiciones no remontan nunca
' Conviene señalar que las relaciones de parentesco del Padre José de Anchieta
con San Ignacio están aludidas ya por los antiguos biógrafos del primero:
cf. SIMAO DK VASCONCBLLOS, Vida do venerable Padre José de Anchieta, Lisboa,
1672, pág. 3: «Desta casa se dis que algum tempo andou encontrada com a dos
Loyolas, solar de nosso Santo Patriarca Ignacio (dos porqués nao me consta)»;
pero después añade: «Nam faltam com tudo conjecturas que foy este varam Por-tugoez
e natural do perto de Coimbra». Se sabe que contra esta última pretensión
se levantó Baltasar de Anchieta, en 1677. El parentesco de Anchieta con loa
Loyola está mencionado también por S. LEITK VASCONCELLOS, Historia da Com-panhia
de Jesús no Brasil, Lisboa, 1938, vol. ü, pág. 481; por A. DE ALCÁNTARA
MACHADO, Vida do Padre Joseph de Anchieta, en ANCHIETA, Cartas, pág. 541-44.
Cf. SALVADOR LÓPEZ HERRERA, Ensayo biográfico del P. Anchieta, fundador de
Sao Paulo, en «Revista de Indias», XIV (1954), pág. 96.—Este parentesco, tan generalmente
admitido, es un argumento de más en favor de la filiación que sugerimos
aquí.
12 tl21
más allá de la persona del primer Ai^chieta que vino a las Islas
—con una sola excepción que mencionaremos más adelante. Sin
embargo» los detalles que se suelen mencionar, en relación con su
persona y biografía, son de tal naturaleza, que imposibilitan la
aceptación de nuestra hipótesis.
En efecto, es cosa que se sigue repitiendo desde Viana que
Juan de Anchieta vino a Tenerife como conquistador de la misma;
según el texto del célebre poema del poeta lagunero, había sido
soldado de infantería en la compañía de Fernando de Escalante,
una de las seis compañías formadas en 1494 y enviadas a la conquista
por el duque de' Medina-Sidoni«.^ Tanta precisión parece
imponer el silencio; pero el hecho es que esta indicación contradice
a la misma declaración del interesado, que se atribuía 40 años
en 1540, confirmando de este modo que había nacido después de
terminada la conquista en que se pretende que había intervenido.
Por si aquella declaración fuera equivocada, se debería suponer
que Anchieta tenía por lo menos unos 20 años en 1494; tanto más
que las fuentes tradicionales admiten también que había tomado
parte en la conquista de Granada, antes de pasar a la de Tenerife.
Si ello fuera asi, entonces tendría unos 74 años, como mínimo, en
1548, cuando nacía Cristóbal, el último de sus hijos. Es evidente,
pues, que el testimonio de Viana no tiene valor para este caso
particular; y se sabe, además, que no es el único caso en que ae
debe dudar de su exactitud como historiador.
En un escrito histórico-genealógico sobre la familia de Anchieta,
cuyo manuscrito, de la primera mitad del siglo XIX, se
conserva en el archivo de la casa Ossuna en La Laguna, se indica
que Juan de Anchieta era hijo de Lope de Anchieta y de doña
María de Ayala. Esta peregrina indicación no nos parece inspirar
ninguna confianza. En efecto, todos sus demás elementos están
sacados del poema de Viana y de las demás fuentes que conocemos
en la actualidad; de modo que no cabe suponer que su autor
poseía datos que nosotros podríamos ignorar. Más probablemente,
en su natural deseo de aumentar con un eslabón más la ascen-
< ANTONIO DE VIANA, Antigüedade* de las hlas Afortunada», La Lajfuna,
1903, pásr. 303.
113] 13
dencia de los Anchieta, el autor de esta compilación se sirvió indiscretamente
de una indicación del mismo Viana, que mencionaba
a un Lope de Anchieta casi al lado de Juan: de ahí a hacerlos
padre e hijo la distancia quizá no le habría parecido demasiado
Sfrande. Es inútil añadir que no poseemos ningfuna noticia sobre
lapresencia de un Lope de Anchieta en Azpeitia ni en Tenerife,
ni sobre la identidad de la supuesta doña María de Ayala.
En otros trabajos s;enealós;icos pertenecientes al mismo archivo
hemos hallado el nombre de nuestro personaje completado con
un segundo apellido, Celayarán, que él nunca llevó, por lo menos
en los papeles auténticos que hemos visto. Es cierto que una de
sus hijas se llamó Teresa de Celaya, apellido que viene escrito
alguna vez Celayarán. Sea cual fuese la forma, no sabemos de
dónde procede este apellido, para nosotros desconocido;^ y el
querer atribuirlo a la madre de nuestro biografiado nos parece un
intento que se funda en probabilidades muy limitadas, ya que igual
podría ser un segundo apellido de la madre, como el primero.
La identificación que aquí proponemos, del hijo natural del
rector de Soreasu con el jurado de Tenerife, ha sido combatida
recientemente, en un artículo bien documentado, pero apoyado en
una argumentación que no nos ha parecido suficiente.^ Conviene
examinar las razones aducidas por el autor de este estudio, ya que
parecen contradecir las conclusiones que acabamos de presentar
por nuestra parte.
Señala el autor que el Juan de Anchieta de Canarias era natural
de Unrestilla, cosa que saben todos los biógrafos del Padre
Anchieta; mientras que, de haber sido hijo del rector, hubiera debido
nacer en Azpeitia, donde tenía casa este último. El argumento
no parece fundado, ya que hemos visto que Juan de Anchieta,
el que pasó a Tenerife, nació hacía el año de 1500, año más, año
menos, es decir en una época en que el rector de Soreasu aún no
* Celaya y Celayarán son dos apellidos vascos de Oñate y de Azpeitia respectivamente;
cf. J. CARLOS DE GUERRA, Estudios de heráldica vasca, San Sebat-tiin,
1910, pkg. 31.
* FRANCISCO MATEOS, Sobre ascendencia del Padre Anchieta, en «Raióa y
F»», CLV (1957), p4ss. 359-72.
14 [14]
tenía casa en Azpeitia: acabamos de ver, en efecto, que esta casa
fue edificada sólo después de su traslado definitivo a Azpeitia, en
1515, o, según otra opinión que nos parece menos acertada, en
1507. Incluso si admitimos esta última fecha, no cabe suponer que
Juan de Anchieta podía ver la luz en la casa de Azpeitia, que aun
no existía; sin tener en cuenta que parece sumamente improbable
que el rector de Soreasu haya tenido en su propia casa a su' concubina
y esperado que diera a luz en la misma.
Por otra parte, el autor indica que el jurado de Tenerife se
llamaba Juan de Anchieta Celayarán, mientras que su madre se llamaba
Esquerrategui, si es cierto que fue hijo natural del rector.
No se nos escapa este inconveniente, cuya explicación ignoramos;
pero ni es cierto que Juan de Anchieta se llamaba Celayarán (este
apellido', o mejor el de Celaya, sólo lo llevaba su hija, como queda
dicho), ni, de ser cierto, está probado que se trata del primer apellido
de su madre, siendo así que, dado el desorden acostumbrado
en la transmisión de los apellidos, es muy posible que su madre se
haya llamado Esquerrategui de Celayarán, o incluso de Celaya y
Esquerrategui (así como, de los tres hijos de Martin García de
Anchieta, uno se llamó Rodrigo García de Anchieta, otro Juan de
Anchieta y el terceto María López de Anchieta).
En fin, el autor considera como su argumento cmás poderoso»
la incongruencia cronológica que resulta de la doble circunstancia
de ser el hijo del rector un niño en 1522, y un conquistador de
Tenerife en 1494; pero acabamos de ver que los hechos así presentados
no corresponden a la realidad, y que el primer Anchieta
que pasó a Tenerife no había venido a esta isla en calidad de conquistador;
de modo que nos parece que los argumentos con que se
impugna la identificación antes señalada no son suficientes para
impedirla.
En realidad, Juan de Anchieta vino a Tenerife bastante más
tarde de lo que se supone corrientemente. Según su descendiente
Baltasar de Anchieta, había llegado a la Isla en 1522; pero es probable
que esta fecha se debe considerar como una simple aproximación.
Si no nps equivocamos en nuestras deducciones, lo que
debió de saber efectivamente este primer historiador de su casa
fue que su antepasado se había quedado huérfano en 1522, y que
[15] 15
había pasado a Tenerife, a raíz de aquella nueva situación. Estos
dos supuestos parecen exactos, sin que podamos precisar más.
A modo de hipótesis se puede indicar también que es muy
probable que el joven Juan de Anchieta (debía de tener a su lle-
Sfada unos veinticinco años) bien pudo haber venido, no sólo como
un aventurero, sino acompañando al licenciado Francisco de Alzóla.
Este letrado, hijo de Juan de Alzóla y de Leonor Fernández de
Trujillo, era también natural de la villa de Azpeitia y, por consi- .
guíente, debía de conocer a los Anchieta. Vino a Canarias en fecha
que tampoco podemos determinar exactamente, pero que debe
de ser alrededor de 1525. Consta en 1527 como físcal del tribunal
de la Inquisición, y a partir de 1532 como jurado y regidor de Tenerife.
Sus relaciones con Anchieta son evidentes, ya que, según
hemos visto, este último depone como testigo en la información
que de su hidalguía hacía Alzóla en 23 de mayó de 1540, declarando
que lo oonocía desde Azpeitia; y, por otra parte, el mismo
Anchieta siguió a Alzóla, en 1545, en .el oficio de jurado de la Isla.
Como Anchieta debía de tener cierta preparación jurídica, ya que
lo vemos después actuar de escribano público y cómo jurado, es
de suponer que el licenciado Alzóla lo empleara como secretario
o escribiente, al recibir el oficio de fiscal de la Inquisición. Sea
como fuese, la fecha de su llegada a Tenerife se sitúa por los años
de 1525 o 1526, y más bien parece cercana a la última que a la
primera de estas dos fechas.
Unas notas modernas conservadas en el archivo de Ossuna
indican que de una escritura otorgada ante t\ escribano Hernán
González, en La Laguna, el 23 de marzo de 1526, Anchieta compraba
a Antón Fonte una casa en la ciudad, situada en la plaza del
Ayuntamiento. Este documento sería el primer testimonio de la
presencia de Anchieta en Tenerife; pero no acabamos de convencernos
de su autenticidad. Hernán González no escribía en el año
de que se hace mención. En el oficio que después fue suyo, escribía
en 1526 y en años anteriores Antón Vallejo; pero los protocolos
correspondientes a esta fecha se han perdido desde hace
muchos años. Es posible que el autor de las notas que discutimos
haya podido verlos, o que sacara la noticia de alguna otra fuente
fidedigna, actualmente desaparecida; pero entonces no «ompren-
16 [161
demos dónde estaba aquella casa, ya que el solar de la misma sólo
en 1537 pasó a ser propiedad de Anchieta, como luegfo veremos.
De todos modos, es posible, y hasta probable que en 1526
Juan de Anchieta estuviese ya en Tenerife; su presencia en la Isla
sólo se puede comprobar con cierta seguridad por el año de 1531,
cuando sabemos debió casar, y documentalmente bastante más
tarde, en 1534. Dicen que en 1534 se le había devuelto la sisa,
como hidalgo: pero tampoco hemos podido dar con la fuente
auténtica de donde procede esta noticia. Creemos que será más
bien confusión con el cargo que tuvo de recaudador de la sisa, en
los años siguientes.. Por el año de 1536 debió de hacer un viaje a
la Corte, cuando trajo la real óédula antes mencionada, qué lo
recomendaba al Cabildo de la Isla para que se.le diese en repartimiento
un pedazo de tierra, como a cualquier poblador, y en
mejores condiciones que a los demás, por tratarse del hijo de antiguos
criados de los Reyes.^
De regreso a Tenerife, Anchieta presentó la cédula al Cabildo,
en la sesión del 15 de diciembre de 1537; y de pronto se le
señaló un solar en la ciudad, para labrar casa, situado, «junto al
canal del Consejo» y formando un rectángulo de cien pies de
frente y doscientos de cumplido. Se le atribuyeron también cinco
cahíces de tierra, en terreno que él mismo debía designar, con-
' He aquí el texto'de la real cédula, publicado por BALTASAR DE ANCHIETA,
Compendio de la vida de el Apóstol de el Brasil, págs. 25-26, y cotejado con copias
antigfuas del archivo de Oisuna: «La Reyna. Consejo, Justicia, Reg:idores,
CavalleroB, Escuderos e Oficiales y Hombres buenos de la isla de Tenerife. Por
parte de Juan de Anchieta, natural de la provincia de Guipúzcoa, nos a sido hecha
relación que como quiera que a 5 años que se casó, y a vozindad [sic] en la isla, no
se le ha dado vexindad, como se acostumbra dar a los hombres que van a vezindar
a ella, suplicándonos y pidiéndonos por merced os mandásemos que sé la diéae-des,
o como la nuektra merced fuese, y porque, por ser deudo da criados y servidores
nuestros, teo^o voluntad de le favorecer e hazer merced, yo vos encargo y
mando que, concurriendo en el dicho Juan de Anchieta las calidades que para ello
se requieren, ayáis por bien de le dar una vezindad en essa dicha isla, e goze de
ella de la manera y con las condiciones que se suele dar a las otras ))ersonas que
han venido a vezindar a ella, que en ello seré servida. Valladolid, a véintiquatro de
Noviembrt de mil y quientos y treinta y seis años. La Rayna. Por mandado cl«
Su 'Magestad, Jaui Vázquez».
[17] 17
forme al uso, que exigía que los beneficiarios de repartimientos
indicasen ios sitios de su preferencia que quedaban sin ocupar.
Parece, sin embargo, que Ancliieta no se dio prisa en hacer uso
de esta facultad; de modo que, sólo después de su fallecimiento,
su viuda solicitó que se le confirmase el repartimiento de 1537,
que sólo se le renovó por una extensión de 400 fanegas, en sesión
del Cabildo de 19 de marzo de 1554; y, como consecuencia de esta
decisión, los herederos señalaron seguidamente un terreno de 300
fanegas en los términos de Agache y de Abona.
Juan de Anchieta empezó su carrera en Tenerife como fiel del
almojarifazgo y cogedor de los maravedís de la sisa, según parece,
a partir de 1537. Al quedar vacante un oficio de escribanía, por
muerte de Diego Donis, fue elegido entre seis opositores y nombrado
escribano en 3 de junio de 1538. Escribió hasta el año de
1548, fecha en que pasó a sustituirlo su yerno Francisco Márquez,
en cuyo favor había otorgado escritura de renuncia, en 18 de mayo
de 1547, por presencia de Juan del Castillo. Fue también capitán
de las milicias insulares, jurado de la isla de Tenerife por el Rey,
con voz y voto de regidor, a partir de abril de 1545 y en sustitución
del licenciado Francisco de Alzóla, hasta el año 1548. Entró
de procurador mayor de la Isla, en 4 de febrero de 1549, calidad
en que fue comisionado crt 21 de junio del mismo año para ir a la
Corte, a solicitar en ciertos negocios de la Isla. Volvió a ser jurado,
por renuncia de Francisco Pérez de Vitoria, siendo recibido
por el Cabildo en 5 de octubre de 1551. Otorgó testamento en 8
de febrero de 1553, con un codicilo del 16 del mismo mes y año,
ante Francisco de Rojas, y falleció a los pocos días, en fecha que
ignoramos, pero que es seguramente anterior al 6 de mayo.
No nos atrevemos a precisar dónde vivió. Aún se conserva
hoy día, en la Plaza del Adelantado, de La Laguna, la casa que tra-dicionalmente
se llama de los Anchieta, y en que se supone que
nació en 1534 el futuro jesuíta. Es cierto, como más abajo se dirá,
que aquella casa fue de los Anchieta, quizá desde mediados del
siglo XVI; pero fue reconstruida en 1607 y, en su primera forma,
no es probable que haya sido tan antigua como se la supone.
En efecto, hemos visto que en 1537 Juan de Anchieta recibía un
solar para labrar casa: de donde parece que debe inferirse que
RHC, 2
18 [18]
por aquella fecha no vivía en casa propia. Por otra parte, en
sesión del Cabildo de 3 de agfosto de 1548, se presentó una petición
del mismo Anchieta, que propone pagar él mismo la piedra
necesaria para hacer empedrar la calle en que vive; y el Cabildo
admite su petición, «atento qu'es su calle>. Resulta de ello que
aun por aquel entonces los Anchieta no vivían en una plaza, sino
en una calle; e incluso en una de las calles de menor tránsito, ya
que había quedado sin empedrar. En él estado actual de nuestros
conocimientos, no es fácil determinar qué calle era aquélla; tanto
más que la que hoy se llama de Anchieta no parece deber su
nombre a una tradición muy antigfua.
Juan de Anchieta había casado, probablemente por el año de
1531, con Mencía Díaz de Clavijo, a quien otras veces llaman
también Mencía Sánchez de Clavijo, por el apellido de su abuela
materna.^ Pertenecía ésta a una familia de las que más se dieron
a conocer en Canarias, pero cuyos principios no han sido estudiados
covenientemente. Era hija de Sebastián de Llarena, vecino
de Tenerife, y de Ana Martin de Castillejos; y su ascendencia merece
una atención que no se le había concedido hasta hace poco.^
Sebastián de Llarena era hijo de Alonso González Bermejo, vecino
de Usagre, y de Mencía Sánchez, conversos entrambos, según
resulta de una declaración hecha por el mismo Sebastián delante
del tribunal del Santo Oficio, en 22 de diciembre de 1528." Alonso
' Uno de los antiguos biógrafos del P. Anchieta, LONGARO DEGLI ODDI, Vita
del venerabil servo di Dio P. Giaseppe Anchieta, Roma, 1771, pág. 2, autor que
le sirvió de documentos auténticos tan valiosos como la información abierta en
vista de la beatifícación del jesuíta lagunero, escribió que su madre se llamaba
«Dona Mencía Díaz de Claviko Llarena», probablemente por efecto de un error de
imprenta, que se ha ido perpetuando hasta trabajos tan modernos como el de
LBITE VASCONCELOS, Historia da Companhia de Jesús, vol. II, pág. 481, o A^RANIO
PiixoTO, en ANCHIETA, Cartas, pág. 20. Por lo demás, ignoramos la explicación
del apellido Clavijo.
' Esta ascendencia ha sido estudiada recientemente por A. MILLARES CARLO,
Más datos sobre el Apóstol del Brasil José de Anchieta, en Estudios dedicados a
R. Menéndet Pidal, vol. I, Madrid, 1950, págs. 489-494, y en Investigaciones bibliográficas
iberoamericanas, México, 1950, págs. 13-20.
* El Museo Canario de Las Palmas, Archivo de la Inquisición, Libro de Genealogías,
vol. II, fol. 92,
[19] 19
González era a su vez hijo de Juan González Bermejo, de quien
un delator poco conocido, Pedro Barahona, afirmaba más tarde que
habia sido quemado por el mismo tribunal.^ Esta última indicación,
que procede de un delator que podríamos llamar profesional y no
aparece respaldada por ninguna justificación, parece difícil de
creer: de haber sido así, es poco probable que Sebastián de Lla-rena
hubiese ocultado tan importante particular al tribunal de la
Inquisición, o que éste lo hubiese igfnorado.
Juan González Bermejo había tenido, entre otros hijos, a Fernando
de Llarena, personaje destacado en la historia de Tenerife,
en cuya conquista y en la de La Palma había intervenido con sus
armas y caballo, recibiendo después cuantiosas datas de tierras,'
I El Museo Canario de Lai Palmai, Archivo de la Inquisición, Libro de Gc-nealojfÍBs,
vol. II, fol. 290.
' La más importantes de estas datas es la de tierras y a^as en las costas de
Acache, «que en la len^a de Tenerife se dice Ajofa en Temixor», el 20 de febrero
de 1505; se especifica en la misma que se le concede «por quanto vos Fernando
de Llarena, vecino desta isla de Tenerife, fuistes conquistador e anduvistes con-mig'o
en la conquista destas islas, hasta que se granaron, con vuestra persona, caballo
e armas». Tuvo, además, una data en el primer repartimiento de tierras que
Se hizo en La Orotava, y la cambió con Juan de Almansa, cambio que fue aprobado
por el Adelantado en 29 de septiembre de 1503 (son las mismas nueve fane-jfas
de reg^adSo que le fueron confirmadas por el Licenciado Ortix de Zarate, en
29 de mayo de 1506); una data de «el ajua para que podáys rej^ar quatro fanecas
de tierra en el Orotava», por cédula der20 de julio de 1504; cien faneifas de tierras
de secano en Te^ueste, en fecha que ignoramos; una fuente en sus tierras de
Tegfueste, en 10 de marxo de 1505; tres fanegfas de riego en Taoro; todas las demasías
que pudiera aprovechar en sus tierras de Tegueste, el 1° de diciembre de
1507; otras cien fanegas en las mismas demasías, el 1° de enero de 1513; además
de ciento treinta fanegas que en Tegueste había comprado a Francisco Gorbalán,
y que dejó por testamento a su sobrino Alonso de Llarena, con cargo de una capellanía
en el convento agustino de Le Laguna.
Fernando de Llarena fue también regidor y alguacil mayor de Tenerife. Testó
el 8 de octubre de 1520, ante Bernardino Justiniano, y parece haber fallecido
poco después. Su viuda, Ana Sánchez de Liria, otorgó testamento cerrado el 13
de abril de 1536, que se abrió por presencia de Juan del Castillo, el 3 de mayo
de 1536. Su único hijo, Fernando de Llarena, tuvo por tutor a su primo Alonso
de Llarena (tutela ante Alonso Gutiérrez, el 22 de junio de 1524, y ante Bernardino
Justiniani, el 27 de agosto de 1526), y falleció sin haber dejado descendencia de
su casamiento con María de Castañeda. Su herencia dio lugar a un largo pleitor
20 [20]
y a otro cuyo nombre se nos escapa, padre de Juan de Llarena, también
conquistador de Tenerife/ y de Alonso de Llarena, escribano
público de La Laguna en 1513 y personero de la Isla en 1525.'
Los genealogistas insulares han transformado a Sebastián de
Llarena en conquistador, con una facilidad de que hay numerosos
ejemplos; pero no hay nin^funa prueba de que esta afirmación ten-ga
fundamento real. Es cierto que había obtenido una data de tres
fanegfas de tierra en La Orotava, pero sin indicación algfuna o
alusión a su calidad de conquistador; lo más probable es que las
Parece que Fernando de Llarena se había casado sin acuerdo del tutor, quien puso
pleito matrimonial, aíegfando incapacidad; y en su visita, el visitador don Luis de
Padilla mandó, en 22 de septiembre de 1527, que lo trajesen de La Orotava a La
Lajfuna, «para que por vista de ojos sea examinado e vista la manera e abilidad
de su persona»; y en sentencia de Las Palmas, en 20 de octubre de 1537, falló que
el matrimonio era valedero, ya que Alonso de Llarena pretendía anularlo para
casar después a su pupilo con una hija suya y conservar en su casa la cuantiosa
herencia del primer Fernando de Llarena. £1 tutor interpuso apelación ante el
obispo de Sevilla, pero acabó por desistir y reconocer la validez del casamiento,
por acuerdo que se firmó ante Fernán González, el 5 de agosto de 1538.
La concordia duró poco, ya que Fernando de Llarena falleció a los pocos
años, dejando por heredera a su mujer. Su primo puso pleito por segunda vez,
ante la Justicia de Tenerife, «diciendo que los bienes del dicho Fernando de Llarena,
mi primo hermano, me pertenecían, por no aver él podido testar, por ser
mentecabdo»; mientras la viuda alegaba que, al contrario, «tuvo abelidad e capacidad
para hacer e otorgar el dicho testamento». El pleito se juzgaba en apelación
ante la Real Audiencia de Las Palmas, cuando intervino una transacción entre
las partes, en 16 de diciembre de 1545, ante Gaspar Justiniano; a pesar de lo cual
continuaron las desavenencias, tranzadas definitivamente por otro concierto entre
partes, ante ol mismo escribano, el 13 de julio de 1548. Mientras tanto, María de
Castañeda había casado por segunda vez con don Fernando de Castilla, en cuya
casa entró la herencia de Fernando de Llarena el Viejo.
' Así consta de una data que tuvo el 3 de abril de 1505, «como a conquistador
que fuisteis desta isla de Tenerife». También tuyo tres fanegas de riego en
La Orotava, confirmadas por el licenciado Ortiz de Zarate, con la condición de
casar en un plazo de 18 meses, y otra en Tegueste, el 1" de diciembre de 1507.
Testó ante Juan Márquez, en 26 de febrero de 1530, y dejó descendencia de su
matrimonio con doña Isabel de Ascanio.
' Ea los estudios genealógicos insulares, el padre de Alonso y de Juan de
Llarena se llama Diego González de Llarena; cf. Josi PERAZA DI AYALA, HiMtoria
de la casa de Llarena, en «Revista de Historia», IV (1930), pág. 3.
[211 21
debió al favor de que gozaba cerca del Adelantado su tío Fernando
de Llarena. Las tres fanegas le fueron confirmadas por el
licenciado Zarate, con la condición de que casase en un plazo de
año y medio, el 5 de junio de 1506, ya que en la pesquisa del juez
reformador se había probado que poseía tierras de repartimiento
sin tener casa puesta ni ser casado. En 23 de junio de 1510 vemos
que vendió sus tres fanegas a Pedro de Lugfo;^ no sabemos si fue
por tener que escoger entre casarse y perder sus tierras, o por
cualquier otra razón.
Así y todo, no cabe duda de que acabó por casar, casi por el
mismo tiempo, con Ana Martin de Castillejo, natural de Palos, hija
de Juan Martín de Castillejo y Castillejas y de María González.
Juan Martín era vecino de Palos de Moguer, pero había traficado
con las Islas desde muy temprano, ya que desde 1489 estaba mezclado
en la venta de esclavos gomeros capturados por Pedro de
Vera. Su calidad de conquistador de Tenerife, que se le da alguna
vez, es posible, sin que nos conste documentalmente; lo que si se
sabe con seguridad, por la declaración de su yerno antes mencionada,
es que tanto él como su mujer eran cristianos viejos.
Sebastián de Llarena otorgó dos testamentos, el primero ante
Juan del Castillo, en 3 de abril de 1538, y el segundo ante Gaspar
Justiniano, el 27 de agosto de 1546, con un co()icilo del 2 de septiembre
y otro del 18 del mismo mes y año. Falleció entre esta
última fecha, de 18 de septiembre y la de 7 de octubre, cuando la
Justicia de Tenerife dictaba las disposiciones legales para la institución
de la tutela de sus hijos menores. Su mujer habla otorgado
testamento en 1545, ante el mismo Justiniano, y parece haber fallecido
antes que su marido. Fueron sus hijos:
L Fernando de Llareha, que debió de nacer por los años de
1510 a 1512, ya que casaba en 1530 con Ana Morena, hija de
Cristóbal Moreno y de Inés Hernández. Para poder casar, su padre
le constituía una renta de 300 doblas al año, por escritura ante
Bernan-dino Justiniano, en 2 de agosto de 1530, mientras que su
esposa recibía como dote 300 doblas de oro y tres pares de casas
' EMMA GONZÁLEZ YANES y MANUELA MARRERO RODRÍGUEZ, Protocolos del escribano
Hernán Guerra, L« Lkguna, 1958, pág. 327.
22 [221
en la plaza de los Remedios de La Lagfuna. Fernando testó ante
Juan de Anchieta, en 22 de julio de 1539, y falleció, según parece,
en el mismo año. Dejaba de su matrimonio una sola hija, Inés
Vélez de Llarena, nacida en 1536, con tutela ante Luis Méndez en
9 de junio de 1541, y casada más tarde con Florián Borges.
II. Juan Martin de Castillejo, que nació por el año de 1515;
fue beneficiado de Icod, y después de Daute.
III. Alonso Vivas, nacido en 1524, casado dos veces, la primera
con Juana de Barbadilio, y la segunda con Ana Lorenzo
Afonso, y fallecido en 1584, que dejó descendencia.
IV. Pedro Martin de Castillejo, nacido en 1533, beneficiado
de Buenavlsta, con información hecha por el Santo Oficio en 1572.
V. Esteban Martín de Castillejo, casado con Leonor López.
VI.. Mencia Diaz de Clavijo, antes mencionada como mujer de
Juan de Anchieta.
VIL Ana Sánchez, casada con Alonso de Miraval.
VIII. Catalina Sánchez, casada por primera vez con Melchor
Verde, y en segundas nupcias con Alonso de Samarinas.
Las indicaciones de origen que generalmente ofrecen las biografías
del Padre Anchieta sobre la madre de éste son, por consiguiente,
inexactas. Cuando, por ejemplo, uno de estos biógrafos
afirma que Mencia Díaz era «descendiente de la sangre del célebre
don Fernando de Llarena, uno de los primeros conquistadores de
Tenerife»,^ debe entenderse que pertenecía a la misma familia, sin
ser descendiente directa de este caballero; y cuando otro menciona
«el linaje guanche» de su madre,^ se debe interpretar esta
expresión como el error de quien no sabe que sólo se puede emplear
el nombre de guanche para los habitantes indígenas de Tenerife,
de cuya sangre no corría ni una sola gota en las venas de
Mencia Díaz.^
> LoNGARO DECLI ODDI, Vita del venerabil servo di Dio P. Ciuseppe Anchieta,
Roma, 1771, pig. 3.
' VITORINO NEMÍSIO, O campo de SSo Paulo. A Companhia de Jesút e o plano
poriugSs do Brasil, Liiboa, 1954, pág. 323.
' El error remonta a BERRETARI, lotephi Anchietae Societatis Jesa sacerdotis
in Brasilia defuncti vila, Lyon, 1617, pág. 8, donde está dicho que Anchieta nació
[23] 23
Esta última consta en los testamentos de su padre como la
mayor de sus hijas; e incluso es posible que haya sido mayor que
su hermano Fernando, siendo así el primer fruto del matrimonio
de Sebastián de Llarena. Debía tener alrededor de los veinte años,
al casar con Juan de Anchieta, por el año de 1531; si embargo,
era éste su segfundo matrimonio, y del primero tenia ya dos hijos,
que vivieron después en casa de su segundo esposo.
El primer marido de Mencia Díaz había sido el bachiller Ñuño
Núñez, natural de Sevilla e hijo de Pedro Núñez y de Inés López,
ambos conversos.^ Había venido a Tenerife antes de 1506, junto
con su hermano Alonso Núñez, quien fue tronco de la dilatada
familia de ios Núñez Villavicencio de Canarias; y juntos habían
recibido varios repartimientos de tierra.^ Ocupó en la isla de La
Gomera un cargo de justicia que no podemos determinar." Fue
después padre de huérfanos en Tenerife, nombrado por el Cabildo
el 3 de junio de 1524. Otorgó testamento cerrado el 5 de diciembre
de 1529, que se abrió en 9 de diciembre de 1530, fecha que
parece ser la de su fallecimiento. De su casamiento con Mencia
Díaz, efectuado probablemente por el año de 1525, tuvo dos hijos:
el bachiller Pedro Núñez, nacido en 1526, beneficiado de la igle-cia
de la Concepción de La Laguna de 1558 hasta 1579, y a Gre-goria
Núñez, casada con Fernando Navarro, de cuyo matrimonio
hubo descendencia.
«patre Cántabro, madre indig^ena». La calificación de la madre debe entenderle
como «nacida en las lilas», y no, como interpretaron varios biig-rafos del Padre
Anchieta, como «de raza indíg^ena».
• El Museo Canario de Las Palmas, Archivo de la Inquisición, Genealogías,
vol, II, fol. 189 (Genealojfia presentada por el bschillcr Nuñcz el 26 de enero
de 1529).
* Data no especificada el 26 de noviembre de 1514, y SO fane^fai de tierra a
cada uno en el camino de Las Lagunetas, el 22 de noviembre de 1515. Para el
bachiller solo, 50 fanegas en Tacoronte, el 2 de julio de 1507, y tierras en las cabezada
» del Barranco de Araguijo, en 5 de mayo de 1511.
* El 26 de enero de 1524, ante Alonso Gutiérrez, otorgaba poder para cobrar
el salario que dice le debía el conde de La Gomera don Guillen Perata «del
tiempo que me ocupé en la dicha isla, por mandato de Sus Magestades», Los
genealogiiltai dicen que fue también alguacil mayor de Tenerife, aserción de que
no hay prueba documental.
24 [24]
Una prueba entre otras de que los dos hijos huérfanos del
bachiller Ñuño Núñez vivieron en la casa de su padrastro se halla
en el mencionado codicilo de Juan de Anchieta, del 16 de febrero
de 1553, en que decía: «Iten dig^o que Pedro Núñez, mi entenado,
a estado en mi casa a mi costa de comida y cama, desde el mes de
henero a fin del año de 50: mando que pague la costa que a echo
moderadamente, con más la que huviere mientras estuviere en mi
casa, e que se le reciva en quenta cierta cédula que Cristóval Moreno,
su tutor, me dio para mi hijo Joseph para Cuimlira, que a lo
que [me acuerdo?] fueron veinte ducados».
Después del fallecimiento de su segundo marido, Mencia Sánchez
de Clavijo vivió muchos años más, y sobrevivió a la mayor
parte de sus hijos. Otorgó varios testamentos, en La Laguna el 12
de marzo de 1580, ante Francisco de Mesa; el 21 de febrero de
15S3, ante Rodrigo Sánchez del Campo; el 5 de junio de 1584,
ante Lucas Rodríguez Sarmiento; y por fin en La Orotava, por
presencia del escribano Juan Benítez Suaso, el 4 de febrero de
1588, año en que parece haber fallecido.
Del matrimonio de Juan de Anchieta con Mencia Díaz de
Clavijo nacieron los diez hijos que siguen:
1. Teresa de Anchieta, a quien llaman también algunas veces
Teresa de Celaya o Celayarún. Fue hija mayor, nacida probablemente
por 1532 o 1533. Otorgó testamento ante su hermano, el
escribano Juan de Anchieta, el 13 de mayo de 1584, y otra vez, en
7 de octubre de 1587, ante Rodrigo Sánchez del Campo; parece
haber fallecido en este último año, sin haber tomado estado.
II. Ana Martín de Anchieta, de cuyo casamiento con Francisco
Márquez procede la primera rama de la familia de Anchieta
en Tenerife, que historiamos más adelante.
III. yose de Anchieta, el célebre padre jesuita. Sin pretender
volver a trazar aquí su biografía, sólo indicaremos a continuación
los pocos datos que se han podido reunir referentes a su infancia
en Tenerife, es decir, a la parte menos conocida de su biografía.^
' Al no ser posible mencionar aquí todas las obras referentes al Padre Anchieta,
indicaremos que su bibliog;rafia se debe buscar en A. MILLARES CARLO,
Bio-bibliografía de eicrítoroit naturales de ¡as Islas Canarias, Madrid, 1932, pági-
[25] 25
El futuro Padre Anchieta recibió el bautismo en la igflesia parroquial
de los Remedios, el 7 de abril de 1534. La controversia
referente al año exacto de su nacimiento, que se ha leído algunas
veces 1533, ha sido tranzada desde hace tiempo,^ y se explica por
la circunstancia de faltar la mención del año en su partida de bautismo,
de modo que se debe recoger en las partidas inmediatamente
anteriores, como ocurre a menudo en los libros de pila
antiguos.
Sus padrinos fueron Doménigo Rizo y don Alonso: este último
nombre ha sido leído equivocadamente «doña Lonso».* Se
trata en realidad de don Alonso Luis Fernández de Lugo, hijo del
Adelantado de Canarias don Pedro Fernández de Lugo y que más
tarde sería él mismo tercer Adelantado de las Islas. Don Alonso
consta como padrino, al lado del mismo Doménigo Rizo, en otros
bautismos celebrados en la misma iglesia en días anteriores; y según
más adelante se podrá ver, también fue padrino de otro hijo
de Juan de Anchieta, Melchor, en 1542. En cuanto al otro padrino,
Doménigo Grimaldo Rizo, era un mercader genovés establecido
hacía algunos años en Tenerife, como administrador de las
haciendas del Adelantado, a quien acompañó el año siguiente en
su expedición a Santa Marta. En fin, la idea de que la vieja pila
de la iglesia de Santo Domingo de La Laguna es la misma que sirvió
para aquel bautismo" no tiene visos de probabilidad.
Nada sabemos, naturalmente, de la infancia del futuro jesuíta.
Cabe señalar, sin embargo, como simple curiosidad que no deja
de tener cierto interés, si se tiene en cuenta la ignorancia en que
nos hallamos coa respecto a sus primeros años, que por el de 1546
se encuentra, su firma en diferentes escrituras autorizadas en la
hni 69-86; A. MILLARES GARLO, Algunos datos sobre el Apóstol d»l Brasil, en
Estudios dedicados a R. Menéndex Pidal, vol. I, Madrid, 1950, pájrs. 489-494; y en
SiRAFiM LEITE, Historia da Companhin de Jesús no Brasil, vol. II, Lisboa, 1938.
• S. LEITI, Qaando nasceu José de Anchieta, en «Broteria», XVI (1943), páginas
43-44; TITO LIVIO FERRBRA, Anchieta eas Canarias, t:n «Revista de Historia»,
Sao Paulo, lll (1953), pág.. 153-158.
• S. LÓPEZ HERRERA, en «Revista de Indias», XIV (1954), pag. 94.
• S. LÓPEí HBRSBRA, en «Revista de IndiaO. XIV (1954), pág. 94.
26 [26]
escribanía de su padre y conservadas en los protocolos de su
escribanía. Por primera vez consta esta firma infantil al final de
un escrito del 12 de agosto de 1546, autorizado a la verdad por
Bartolomé Joven, que ejercía por aquel entonces en la escribanía
de Anchieta.
En aquel momento el hijo del escribano sólo tenía unos doce
años, de modo que no tenía edad suficiente para servir como testigo,
aunque en su firma se atribuía esta cualidad. Sin duda, el
niño había cogido la pluma para divertirse, y firmó sin ser visto
por los empleados del oficio, como un juego propio de su edad.
Varias firmas del mismo tipo se encuentran en los folios siguientes
del mismo protocolo, por ejemplo, en documentos fechados en 29
de septiembre, y en 3 de noviembre de 1546. En todos ellos, José
de Anchieta firma como testigo, pero, según creemos, sin que lo
fuese realmente, ya que su testimonio no podía tener valor legal.
Después de haber estudiado las primeras letras en Tenerife,
su padre lo envió a completar sus estudios en Coimbra. La fecha
de su salida de las Islas, a las que nunca más volvería, no nos es
conocida. Su biógrafo Baltasar de Anchieta afirma que salió por
el año de 1548,^ fecha que no debe alejarse mucho de la verdad.
Lo más probable es que su viaje coincidió con la marcha de su
padre a Castilla, en calidad de mensajero, por julio de 1549. En
efecto, lo único que sabemos con seguridad es que el futuro Padre
Anchieta ingresó en la Compañía de Jesús, estando en Coimbra,
• BALTASAR DE ANCHIETA CABRERA, Compendio de la vida del Apóstol del
Brasil, jerez de I« Frontera, 1677, pkg. 3. E»te autor añade que José de Anchieta
iali¿ para Coimbra en coippañía de dos hermanos suyos. Esta especie es dudosa,
ya que los dos hermanos que segfuian a José, o sea Juan y Gaspar, s¿lo tenían
entonces doce y diez años respectivamente. Por otra parte, BERRETARI, Josephi
Anehietae vita, pásr. 9, sólo dice que se fue a Coimbra <cum fratre natu jfrán-diore
», o sea con su medio hermano, el futuro bachiller Pedro Núñez, nacido
•n 1526.
El mismo Baltasar de Anchieta añade que los dos hermanos «siguiendo la
milicia, pasaron a Fiandes y murieron sin sucesión». Como los pormenores de la
bio^afía de todos los hermanos del Padre Anchieta nos son conocidos, es evidente
que los hechos así referidos no son posibles. Es verdad que ello podría ser
cierto para Bartolomé de Anchieta, cuyas vicisitudes ignoramos; pero era demasiado
niño para haber podido acompañar a José a Coimbra.
127] 27
el 1° de mayo de 1551; y las demás circunstancias de su biogfrafía
indican que había entonces varios años que vivía en Coimbra.
Pero entonces sólo tenía 14 años al lleg'ar a Portugal, y no 17,
como se afirma aig'una vez, confundiéndose la fecha de su llegada
con la de su ingreso en la orden; y como aquella edad no
es la más apta para iniciar estudios universitarios, es de suponer
que al principio fue alumno del colegio de los jesuítas en aquella
misma ciudad.
No es fácil aclarar los motivos que decidieron a su padre en
favor de Coimbra, antes que otra ciudad que hubiera podido
escoger; y, desde el punto de vista de los jóvenes canarios que
iban a estudiar fuera de sus islas, esta decisión no parece haber
sido de las más corrientes. De todos modos, las explicaciones
que hasta ahora se han dado a esta circunstancia no parecen convincentes.
Antes de buscar una explicación, quizá será preferible recordar
que Portugal había sido la primera provincia de la Compañía
de Jesús, y que en Coimbra había empezado a funcionar desde el
año de 1541 el primer colegio de la misma Compañía. La doble
circunstancia de los estudios de Anchieta en Coimbra, o sea en
país extranjero, y de la presencia de un colegio jesuíta, hasta entonces
el único de su clase, no parece ser el resultado de una simple
coincidencia, sobre todo si se tiene en cuenta que se trata de
un lejano pariente del fundador de la Compañía. En efecto, Iñigo
de Loyola era, como queda dicho, primo segundo del padre de
José de Anchieta; y es de creer que esta circunstancia influyera en
la decisión de enviar a éste a Coimbra, donde se iban formando
como en un vivero los primeros auxiliares y colaboradores de
San Ignacio. Incluso es posible suponer, aunque no nos atrevamos
a afirmarlo, que Juan de Anchieta tomó aquella decisión después
de consultar, si no con su primo, por lo menos con sus familiares
y deudos de Azpeitia.
De todos modos, parece evidente que José de Anchieta pasó
a Coimbra, no por la Universidad, en que sólo ingresó años después,
sino por el colegio jesuíta. Si no nos equivocamos en esta
deducción, ello indica que las relaciones entre los Loyola y los
Anchieta no fueron tan malas como se suele pretender; -o, por lo
28 [28]
menos, que el tiempo había serenado los ánimos, hermanando definitivamente
las aspiraciones de Ignacio López de Loyola y las de
su pariente lejano, en su marcha común hacia los altares.
IV. Juan de Anchieta, de cuyo casamiento con Mencía Benítez
Suasb procede la segunda rama de esta familia, historiada después
de la primera.
V. Gaspar de Anchieta, bautizado en la iglesia de los Remedios
de La Laguna, el 13 de enero de 1538. Fue prioste del hospital
de Nuestra Señora de los Dolores en 1568, mayordomo de la
iglesia dé la Concepción de la misma ciudad en 1571, y personero
general de la Isla en agosto de 1575. Otorgó testamento ante su
hermano, el escribano Juan de Anchieta, el 1° de noviembre de
1579; y parece haber fallecido en los primeros meses del año siguiente
de 1580, ya que la tutela de su hijo Juan fue establecida
por auto de la justicia de la Isla, en 18 de agosto de 1580, por
presencia del escribano Lucas Rodríguez Sarmiento.
Gaspar de Anchieta había contraído dos matrimonios. Su
primera esposa fue Francisca Fernández Hermoso, hija de Francisco
Fernández Hermoso, que había fallecido en las Indias, en
la provincia de Santa Marta, adonde había ¡do en compañía del
tercer Adelantado don Alonso Luis Fernández de Lugo, y de Catalina
Alonso. Francisca Fernández otorgó testamento en 1569,
ante Pedro Hernández Lordelo, y falleció, según parece, al dar a
luz al segundo de sus hijos.
Por segunda vez casó Gaspar de Anchieta, en el año de 1570,
con Argenta Justiniano, hija del escribano Gaspar Justiniano y de
Leonor Zapata y viuda de otro escribano público, Esteban justiniano,
con quien había casado en enero de 1567, quedando viuda
en 1569. Argenta sobrevivió a su marido y otorgó testamento
ante Pablo Guillen del Castillo, el 29 de enero de 1616. De sus
dos enlaces tuvo Gaspar de Anchieta a los ocho hijos que siguen
y de los cuales los dos primeros nacieron de su primer matrimonio:
1. Juan de Anchieta, cuya tutela, según hemos visto, pasó en
18 de agosto de 1580. Otorgó testamento cerrado el 5 de mayo
de 1593, antes de embarcar para pasar a Indias. Su testamento fue
mandado abrir por la Justicia de Tenerife, por presencia del escribano
Tomás de Palenzuela, el 17 de mayo de 1595; y en la
129] 29
información que se hizo con este motivo declararon los testigfos
que «en el año de 92 pasado Juan de Anchieta el Mozo salió desta
i^la para las Indias de Su Magestad, con otros muchos vecinos
della; y a tenido notisia que llegaron a la isla de Santo Domingo,
de adonde es cosa pública salieron en el navio de Fulano Carvallo,
para La Habana; y por ser el dicho navio muy viejo e podrido,
le an dicho a este testigo muchos pilotos que de allá an venido
que le vieron partir de la dicha ciudad de Santo Domingo, a tiempo
de dos años, e no ay nuevas ningunas que aya aportado el
dicho navio a ninguna parte >. Sus hermanas Ana y Mencía fueron
sus herederas.
2. Francisco, bautizado en La Laguna, el 13 de septiembre
de 1569, que parece haber fallecido a los pocos días.
3. Ana de Anchieta Justiniano, bautizada el 21 de mayo de
1571, casó con Juan de Ceberio Moxica, capitán, vecino de La Laguna,
hijo del capitán don Alonso Olivares del Castillo, regidor
de Gran Canaria, y de doña Teresa de Moxica; su escritjura de
dote pasó ante Juan de Anchieta, en 16 de octubre dp 1610.
Otorgó testamento ante Francisco de Miraval Rivero, en 2 de mayo
de 1653, y falleció en La Laguna, el 4 de marzo de 1655, sin dejar
descendencia.
4. Leonor, bautizada el 20 de octubre de 1572, que no vivió.
5. Bernardo, bautizado el 18 de junio de 1574.
6. Gaspar, bautizado el 27 de enero de 1576.
7. Mencia, bautizada el 27 de noviembre de 1577.
8. Bernardina, bautizado el I" de octubre de 1579.
VI. Baltasar de Anchieta, bautizado en los Remedios de La
Laguna, el 11 de junio de 1539, en quien comienza la tercera rama
de los Anchieta de Tenerife, historiada después de las dos primeras.
Vil. Melchor de Anchieta, bautizadp en la misma iglesia, el 1°
de enero de 1542, siendo sus padrinos el Adelantado de Canarias
dbn Alonso Luis Fernández de Lugo y su esposa doña Beatriz de
Noroña. Pasó a las Indias, donde falleció en el puerto de Jalapa
de Nue^va España, después de haber otorgado testamento en el
mismo puerto, el 2 de octubre de 1567, dejando por heredera a
su madre; y ésta dio poder para cobrar su herencia; -ante Gaspar
Navarro, en 7 de marzo de 1572.
30 [30]
VIH. Bartolomé de Anchieta, cuyos pormenores biográficos
ig;noramos.
IX. Beatriz de Anchieta, bautizada en 16 de diciembre de
1546; aún vivía en 1553, pero falleció sin haber tomado estado.
X. Cristóbal de Anchieta, bautizado el 28 de julio de 1548,
fue clérigo presbítero, cura y beneficiado servidor de la igflesia
parroquial de la Concepción de La Laguaa, a partir de 1578.
Otorgó testamento cerrado en 21 de febrero de 1580, que se abrió
por presencia de Juan de Anchieta, su hermano, en 8 de marzo
de 1580.
ANA MARTÍN DE ANCHIETA fue la segunda hija del escribano
Juan de Anchieta y de Mencía Díaz de Clavijo. Debió nacer por
el año 1533. Casó en fecha que no podemos determinar, pero
probablemente por 1551, con Francisco Márquez. Éste, que había
nacido en La Laguna, por 1523, era hijo de Pedro Álvarez y de
Isabel Márquez. Pedro Álvarez era natural de Portugal y cristiano
viejo. En cuanto' a su mujer, Isabel Márquez, era hija de Juan
Márquez y de Leonor González, vecinos de La Laguna, naturales
de Lepe y conocidos como conversos. Juan Márquez había sido
procurador del primer Adelantado de Canarias, durante la residencia
que le hizo en 1506 Lope de Sosa. Le siguió sirviendo
hasta por lo menos 1513; y fue después escribano público de
La Laguna por los años de 1517 a 1525 y mayordomo de la Isla
por nombramiento que le hizo el Cabildo en 22 de marzo de 1541.
Era hijo de Martín Sánchez, condenado por hereje en el tribunal
de la Inquisición de Sevilla, y de Teresa Márquez, condenada después
de muerta por el mismo tribunal; y él mismo habla sido
procesado por el Santo Oficio de Canarias y salió conceptuado
«ynábil de toda honrra mundana» (a pesar de lo cual ocupó los
oficios que vimos), y condenado en 15 doblas de gastos y en visitar
todos los conventos de La Laguna. En cuanto a su mujer,
Leonor González, que había sido reconciliada en el auto de Gibra-león,
era hija de Pedro Alonso de Segura, judío converso, conde>
[31] 31
nado después de muerto por el tribunal de la Inquisición de Sevilla,
y de Teresa Alonso, reconciliada por el mismo tribunal.
Francisco Márquez era, por consiguiente, descendiente de conversos
por los cuatro abuelos. Fue escribano público de La Laguna,
en el oficio que en su favor renunció su suegro, y que ejerció
de 1548 a 1577, cuando a su vez lo cedió a su hijo. Otorgó testamento
por presencia del escribano Bartolomé de Cabrejas, en 27
de noviembre de 1604, y falleció en diciembre de 1604. Su mujer
había fallecido antes que él, en 28 de septiembre de 1576, después
de haber otorgado testamento cerrado en 30 de julio de 1576,
que se abrió por presencia de Juan del Castillo, en 5 de octubre
de 1576. De su matrimonio habían nacido siete hijos, algunos de
los cuales prefirieron adoptar el apellido de Anchieta:
I. Pedro Márquez de Anchieta, bautizado en los Remedios
de La Laguna, el 19 de mayo de 1552, siendo sus padrinos los
escribanos públicos de la ciudad Francisco de Rojas, Juan del
Castillo y Luis Méndez, con sus mujeres. Fue fraile agustino, y falleció
en el convento de su orden, en Valladolid.
II. Juan de Anchieta, que sigue.
III. Agustina, bautizada en 27 de junio de 1557, falleció antes
que su madre.
IV. Mateo de Anchieta, bautizado en la iglesia de los Remedios
el 28 de septiembre de 1560, que no tomó estado.
V. Francisco Márquez de Anchieta, bautizado en la iglesia
de la Concepción de La Laguna, en 25 de marzo de 1562, casó,
por el año de 1590, con María de Llarena, que otorgó testamento
en 10 de septiembre de 1631, con codicilo del 17 de enero de
1633, ambos por presencia de Simón Fernández Villaroel. Fueron
padres de:
1. Diego de Llarena Anchieta, casado en los Remedios de
La Laguna, el 24 de febrero de 1631, con Inés de Benavide^ y Paz,
hija de Alonso de Paz y de Guyomar Suárez, cuya escritura dotal
habla pasado ante Diego de Paz, en 26 de octubre de 1627. Con
su mujer, fue sucesor en el patronato fundado por el licenciado
Juan Benavides de Paz. Otorgó testamento en 11 de abril de 1651,
ante Mateo de Heredia, y falleció sin dejar descendencia.
2, Gaspar de Anchieta Llarena, que pasó a las Indias.
32 [32]
3. Nicolás de Llarena, bautizado en la i^flesia de la Concepción
de La Lagfuna, en 10 de septiembre de 1606.
VI. Isabel de Anchieta, bautizada en la misma iglesia, en 22
de marzo de 1564; fue después monja en el convento de monjas
claras de La Laguna, con el nombre de Isabel de Santa Ana.
VII. Francisca, bautizada en 14 de julio de 1568, que no parece
haber vivido.
JUAN DE ANCHIETA fue bautizado en los Remedios de La
Laguna, el 6 de febrero de 1556. Fue capitán de las milicias de
Tenerife, escribano público en el tercer oficio de escribanía de
La Laguna, en que siguió a su padre en 1577.
Antes de fallecer, el escribano Garpar de Sejas le había renunciado
en confianza su propio oficio, que Juan de Anchieta quiso
traspasar después a Benito de Ortega, por escritura que pasó ante
Alonso Gallegos en 4 de febrero de 1585; pero la viuda y heredera
de Sejas se opuso a esta transacción y, a falta de su anuencia,
tuvo que anular aquella escritura y renunciar el ofício de Sejas en
favor de Baltasar Delgadillo, por otra escritura que otorgó ante
Pedro de Urbina, en 15 de marzo del mismo año. Para compensar
a Ortega, parece que lo dejó escribir en su propio oficio, hasta
que éste se lo devolvió por renuncia otorgada ante Rodrigo Sarmiento,
en 3 de junio de 1588. A partir de esta fecha, Juan de
Anchieta ejerció como escribano público hasta el 12 de junio de
1614, cuando renunció en favor de su hijo, Matías de Anchieta,
ante Baltasar Hernández; y en seguida su hijo lo vendió a su propio
cuñado, Jerónimo Boza de Lima, por escritura del 12 de julio
de 1614, ante el mismo Baltasar Hernández.
Juan de Anchieta fue también jurado de la isla de Tenerife en
1584, oficio que renunció en 1585, en favor de Alonso Gallegos.
Este último le devolvió su renuncia en agosto de 1588; y desde
entonces continuó ejerciendo este oficio hasta 1614, cuando parece
haber renunciado definitivamente, en favor de su primo hermano
Diego Benitez de Anchieta. Por los años de 1604 a 1606 fue también
administrador del estanco de los naipes en Canarias, por
nombramiento que le hizo el administrador general de los mismos
en Sevilla Juan Bautista Méndez. Otorgó testamento cerrado, el
7 de julio de 1614, que se abrió por la Justicia, ante el escribano
[33] 33
Baltasar Hernández, en 9 de julio de 1614, que es probablemente
la fecha de su fallecimiento.
Por los años de 1580 a 1585 sostuvo Juan de Anchieta un
pleito desafortunado, primero con Lope de Mesa, y después con
el tribunal de la Inquisición. En efecto, por julio de 1580, Lope
de Mesa, que era por aquel entonces un joven petulante, ya que
no debia tener más de 18 años, había compuesto un librito difamatorio,
en que parece que decía, con las mismas palabras con que
refiere nuestro Anchieta, «que era judío confesso y que avía san-benitos
míos en la ¡sflesia mayor de Cananas; y ansí m¡S|no me
desafía, jurando por el Santíssimo Sacramento de la Missa, que yo
avía de anochecer en La Rambla y amanecer en la ciudad», desafío,
algo oscuro, con que parece que alude a ciertas brujerías cuya
realidad nos escapa, pero que era acusación común y vulgar, tratándose
de judíos y de conversos.
Juan de Anchieta puso pleito ante la Justicia de Tenerife, por
haberse sentido agraviado por las afirmaciones infamantes contenidas
en aquel librito; y para su defensa hizo información con testigos,
en 1581, por presencia del escribano Juan Núñez Jaimes,
documentando con ella su limpieza de sangre y, por consiguiente,
la nulidad y la mala intención de los alegatos de su adversario.
Lope de Mesa hizo varios meses de cárcel hasta que al fin fue
puesto en libertad bajo fianza, por ser menor de edad. Pero entonces
fue cuando intervino el Santo Oficio, fundado en ia denuncia
que le fue hecha por Alonso de la Guerra. Anchieta fue encarcelado
a su vez y procesado por el tribunal de la Inqusición,
por haber hecho información falsa, y también poT haber sido visto
ir a caballo, a pesar de ser descendiente de cohversos, ya que se
sabe que éstos no estaban autorizados a subir a caballo ni a vestirse
de seda.
El fiscal del Santo Oficio no tuvo dificultad en probar que
Juan de Anchieta descendía de conversos, tanto por su abuela materna,
Mencia Díaz de Clavijo, como por su abuela paterna, Isabel
Márquez. Parece que pasó varios meses, si no años, en la cárcel
de la Inquisición, ya que desde ella, por el año de 1584, solicitaba
a sus jueces su puesta en libertad y alegaba en su defensa que
«al tiempo que hize la ynformación por cuya causa soy acusado,
RHC, 3
34 [34]
igfnoré el vicio de la g'enealogfia y antesessores, y ansí lo juro a
Dios*; mayormente «aviegdo tenido, como tuve, justa causa de
ynorar, por ser el hecho ajeno y muy antiguo e aver pasado fuera
desta ysla en partes longfincas y remotas, y ser la materia odiosa y
contra la ynclinación natural del ombre, que siempre apetese
onrra; por lo qual, aunque alguno de mis assendientes o otro qual-quier
estraño lo supiera, no la diría ni querría dezir, y siempre
estuvo secreta en este Santo Oíicio».
Después de largos procedimientos, el tribunal se contentó con
hacerle una amonestación pública, en 1° de enero de 1585; y esto
fue, con sus años de cárcel, su único castigo. Naturalmente, por
la misma naturaleza del proceso y por el miedo al Santo Oficio se
debe explicar la doble renuncia que hizo, en aquel mismo año de
1585, de su oficio de escribano y del de jurado; pero, con el trascurrir
de los años, este temor se aquietó lo suficiente para volver
a recuperar sus oficios, como lo hizo en efecto en 1588.
Juan de Anchieta había casado dos veces. Su primera mujer
fue Marcelina Machado, hija de Matías Machado y de Luisa de
Moreras; su escritura de dote pasó ante Francisco de Mesa, en 24
de mayo de 1575, y hubo recibo ante el mismo escribano, en 15
de julio de 1577. Su mujer falleció en 1599, después de haber
otorgado testamento ante Tomás de Palenzuela, el 23 de julio de
1598. Por segunda vez casó Juan de Anchieta, en la iglesia de los
Remedios de La Laguna, el 26 de octubre de 1605, con María de
Heredia, de cuyo enlace no parece haber tenido sucesión.
Fueron cinco los hijos que había tenido de su primer matrimonio:
1. Matías de Anchieta Machado, que sigue la línea.
II. Ana de Anchieta, bautizada el 25 de septiembre de 1579,
que, entró monja en el convento de Santa Clara de La Laguna, con
el nombre de Ana de San Juan; su escritura de dote para poder
entrar en el convento pasó ante Benito de Ortega, en 14 de octubre
de 1592.
III. Luisa de Anchieta, bautizada en 29 de mayo de 1581.
Casó en la misma iglesia de los Remedios de La Laguna, en 9 de
febrero de 1604, con Jerónimo Boza de Lima, hijo del Licenciado
Domingo González Boza y de Magdalena Vélez Ames de Casas.
[35] 35
Jerónimo Boza había nacido en La Laguna, donde recibió el bautismo
en 8 de febrero de 1585. Fue escribano en el oficio de La
Lag'una que había comprado de su cuñado Matías de Anchieta, por
precio de 19.000 reales, y que conservó de 1617 a 1622. También
fue escribano mayor del juzgfado de Indias, oficio que compró en
1626 por precio de 40.000 reales, síndico personero general de la
IsU en 1619, en 1629 a 1631 y en 1640, jurado de Tenerife en el oficio
que había sido de su cuñado, en 1621, alguacil mayor del Santo
Oficio de la Inquisición, capitán de artillería, regidor del Cabildo
de Tenerife en 1646, castellano de San Juan en 1647 y en 1648 y
del castillo principal de San Cristóbal en 1649. Falleció en La
Laguna, el 10 de julio de 1654. En cuanto a Luisa de Anchieta,
había sido su primera esposa, ya que en 1642 volvió a casarse con
Juana de Vergara Alzóla. La primera había otorgado testamento
ante Juan Alonso Arguello, en 27 de abril de 1629, y falleció el 19
de abril de 1641. De su matrimonio había tenido los ocho hijos
siguientes:
1. Domingo Boza de Lima, capitán, mayordomo del Cabildo
de Tenerife, que murió en 26 de junio de 1643. Había casado, en
1623, con Ángela de Cabrejas Coronado, de quien tuvo sucesión.
2. Marcelina Boza de Lima, que casó en 1626 con el capitán
Francisco García Sánchez, siendo su escritura de dote del 21 de
mayo del mismo ano, ante Pedro de Urbina.
3. Ana de Anchieta Boza de Lima, que trató casamiento, por
los años de 1630, con Pedro Sarmiento de Porras y Céspedes,
quien salió para España, dejando poder para celebrar los desposorios
en su nombre, ante Simón Fernández Villarreal, el 3 de
abril de 1630. El matrimonio, sin embargo, no llegó a celebrarse,
por razones que ignoramos; y Ana de Anchieta casó, en 10 de diciembre
de 1634, con el capitán Gaspar Fiesco del Castillo.
4. Matías Boza de Lima, capitán, escribano mayor del juzgado
de Indias, falleció en La Laguna, el 6 de septiembre de 1676.
Había casado en Badajoz, el 21 de marzo de 1657, con Catalina
Manuel Hidalgo. Además de su sucesión legítima, tuvo en La
Laguna una hija natural:
Luisa de Anchieta, que falleció soltera, después de haber tes*-
tado en 23 de junio de 1686, ante Matías de Heredia.
36 [36]
5. Juan de Anchieta Boza de Lima estudió Teología y Derecho
en la Universidad de Sevilla y fue licenciado en Cánones,
clérigo presbítero, capellán de la capilla fundada en La Laguna
por el beneficiado Cristóbal Viera, racionero, canónigo de la iglesia
catedral de Las Palmas por agosto de 1647, hacedor de las
rentas decimales del Cabildo eclesiástico en Lanzarote y en Fuer-teventura
en el año de 1649, secretario del mismo Cabildo en 1655,
y falleció en Las Palmas, en 29 de mayo de 1658.
6. Jerónimo Boza de Lima, licenciado, canónigo de la catedral
de Almería.
7. José Boza de Lima, clérigo presbítero, falleció en La
Laguna, el 2 de junio de 1641.
8. Mariana del Cristo, monja en el convento de Santa Clara
de La Laguna.
IV. Francisco, bautizado en Tacóronte, el 15 de marzo de
1583, probablemente fallecido en la infancia.
V. /uan, bautizado en la misma iglesia de Tacóronte, el 8
de enero de 1586.
MATÍAS DE ANCHIETA MACHADO, bautizado en La Laguna, el
22 de febrero de 1578, hizo información de limpieza en la misma
ciudad, el 12 de abril de 1589, para poder embarcar para Indias,
donde iba a vender ciertos vinos de la Isla; y logró probar su
limpieza y embarcar, a pesar del proceso que se había hecho
a su padre por una causa muy parecida. Antes de morir, su
padre renunció en su favor el oficio de escribano público que
ejercía en La Laguna, por escritura ante Baltasar Hernández, en
12 de junio de 1614, siendo recibido como tal escribano en
sesión del Cabildo de 14 de julio siguiente. Sin embargo, no
ejerció sino pocos meses, ya que a su vez renunció la escribanía
en favor de su cuñado Jerónimo Boza de Lima, por escritura de
venta ante el mismo Baltasar Hernández, en 12 de julio de 1614,
seguida por su renuncia ante Agustín de Mesa, el 25 de enero
de 1615. Fue jurado de Tenerife, por renuncia que hizo en su
favor su primo Diego Benítez de Anchieta, en mayo de 1616; y
a su vez renunció en favor de su cuñado, el antes aludido Jerónimo
Boza de Lima, en junio de 1621. Como capitán de las
milicias condujo una bandera de cien hombres a la defensa de
[37] 37
la isla de Lanzarote contra los moriscos que la atacaron en el
año de 1618.
Al volver de aquella expedición, fue propuesto, al mismo tiempo
que Antón Fonte, para el oficio de alcaide del castillo de Santa
Cruz; pero en la votación subsiguiente obtuvieron los dos igual
número de votos. Antón Fonte acabó por conseguir su nombramiento,
para el año de 1619, debido al favor de que gozaba cerca
del gobernador, por más que la igualdad de votos sólo se debía a
la circunstancia de haber votado el mismo Fonte a su favor. Todo
ello originó un pleito, que se estaba juzgando en la Real Audiencia
de Las Palmas, cuando, al casar con una prima de su antagonista,
Matías de Anchieta prefirió abandonar sus pretensiones, en
aras a la amistad y al nuevo parentesco, otorgando escritura de
ello, en 16 de noviembre de 1620, ante Agustín de Mesa.
Matías de Anchieta falleció en La Laguna, siendo sepultado
en el convento de Santa Clara, el 20 de septiembre de 1643.
Había casado dos veces. Su primera esposa fue Petronila de Lla-rena,
que falleció en 1619, después de haber otorgado testamento
cerrado en 14 de julio de 1616, con un codicilo también cerrado
del 4 de mayo de 1619, que se abrieron el 2 de junio de 1626,
ante Pablo Guillen del Castillo. De este primer matrimonio no
tuvo ninguna sucesión.
Por segunda vez casó en La Laguna, el 20 de mayo de 1620,
con Teresa Fiesco, hija del capitán Luis Fiesco y de Catalina de
Estupiñán y viuda del capitán Francisco Jacinto Díaz. Su mujer,
que fue procesada en 1624 por el Santo Oficio, por ciertos hechizos
y brujerías, sobrevivió al marido y falleció en Garachico, el 22
de noviembre de 1681, después de haber testado en 19 de septiembre
del mismo año, por presencia de Francisco Fernández.
De este matrimonio había nacido una sola hija:
L Marcela Fiesco de Anchieta, bautizada en los Remedios de
La Laguna, en 18 de enero de 1631, casada con el regidor Melchor
López Prieto de Saa, motivo por el que recibió en dote un vínculo
que su madre fundó en su cabeza, el 28 de mayo de 1648, ante
Simón Fernández Villarreal.
Consta también que el capitán Matías de Anchieta tuvo en
doña Ángela Cabrera un hijo natural:
38 [38]
II. Agustín Jacinto de Anchieta, bautizado en la iglesia de
los Remedios, el 21 de agosto de 1642. Vivió en La Laguna, sin
tomar estado, y falleció sin testar, el 21 de diciembiPe de 1716.
Por no haber podido hacer declaración de sepultura antes de su
fallecimiento, hubo pleito entre la iglesia de los Remedios y el
convento dé Santo Domingo, para saber dónde enterrarlo; y el
vicario determinó en favor del convento, por hallarse allí los
«sepulchra majorum*. En su persona y en la de su hermana
antes citada termina la primera rama de la familia de Anchieta en
Tenerife.
II
JUAN DE ANCHIETA, el cuarto de los hijos de Juan de Anchieta
el Viejo y de Mencía Diaz de Clavijo, habia recibido el bautismo
en la iglesia de los Remedios, el 12 de abril de 1536. Debió de
tener afición a la poesía, al igual que su hermano, el Apóstol del
Brasil. En efecto, en los protocolos de la escribanía de su padre,
y más precisamente en el que corresponde al año, de 1540, hallamos
unos versos improvisados por él y escritos con mano infantil:
Bézoos las manos, señora,
y de boca si querereys;
perdonadme por agora,
matadme cuando pudiereys.
debajo de los cuales tomó la precaución de escribir: «Esto hizo
Juan de Anchieta». Y más adelante:
Nuevamente soy venido:
mandadme dat colación',
vuestra boca por confite,
el cuerpo por de sitrón.
Naturalmente, no se puede afirmar que estos versos sean originales;
y no es probable que pertenezcan al mismo año de 1540,
cuando el que firma tenía sólo 4 años. Probablemente los escri-
[39] 39
bió más tarde, sobre uno de los protocolos viejos y menos busca*
dos de la escribanía de su padre.
Juan de Anchieta falleció en plena juventud, en el año de
1569, después de haber otorg^ado testamento dos veces, ante Simón
de Azoca en 24 de abril de 1569, y ante Pedro Hernández Lordelo
el 29 de junio sisfuiente. Había casado con Mencía Suaso Benítez
de Lusfo, hija de Diegfo Benítez de Lugfo y de Magfdalena Grimal-do,
que había recibido el bautismo en La Orotava, el 21 de julio
de 1544; el testamento de su mujer pasó en la misma villa de La
Orotava, ante Juan Benítez Suaso, el 4 de abril de 1588. De su
matrimonio tuvieron cuatro hijos.
I. Diego Benítez de Anchieta, que sig^ue.
II. José de Anchieta, bautizado el 3 de septiembre de 1564.
Pasó a estudiar a España, y después a Italia, donde se ¡s^noran sus
vicisitudes.
III. Gaspar de Anchieta Benítez de Lugo, bautizado en los Remedios,
en 13 de marzo de 1565. Pasó a hacer estudios en Sevilla,
donde tomó su primera matricula el 13 de septiembre de 1566,
la segfunda el 19 de octubre de 1587, la tercera el 19 de octubre
de 1588, y la cuarta el 21 de octubre de 1589. Terminados sus estudios
con el g-rado de licenciado, se estableció en Sevilla, como
abog^ado. Testó en aquella ciudad, ante Juan Yánez, el 4 de mayo
de 1597, testamento que fue presentado ante la Justicia de Tenerife
en 1° de ajfosto de 1626, por presencia del escribano Agustín
de Mesa. Había casado en Sevilla con Juana de Espinosa, hija de
Andrés de Morón y de Catalina de Espinosa, habiendo pasado su
escritura dotal en 19 de mayo de 1591. Fueron sus hijos Mencia,
Catalina, Diego y uno postumo cuyo nombre se ignora. Antes de
salir de Tenerife había tenido una hija natural:
Mencia de Anchieta, que casó con Diego de Mesa y a la que
dejó la quinta part« de sus bienes, por el testamento antes mencionado.
Tuvo de su casamiento con Diego de Mesa dos hijas:
Leonor y María.
IV. Baltasar de Anchieta, bautizado en 29 de noviembre de
1568, ¡Falleció antes que su madre.
DIEGO BENÍTEZ DE ANCHIETA SUASO nació en La Laguna y
recibió el bautismo en la iglesia de los Remedios, el 21 de enero
40 [40]
de 1563. Fue jurado de la isla de Tenerife por renuncia de su primo
Juan de Anchieta, en enero de 1616, oficio que renunció seguidamente
en favor de Matías de Anchieta, en mayo del mismo año.
Fue después regfidor de la Isla, por renuncia que le hizo Ang;el
Lercaro, siendo recibido en cabildo del 30 de octubre de 1620; y
renunció en Bernardino Lercaro Justiniano, cuya recepción se
verifícó el 9 de julio de 1612. Fundó la capilla del Ángel de la
Guarda en el convento agustino de La Laguna, y la dotó por escritura
de 18 de noviembre de 1599, ante Juan de Anchieta, cuidando
su fábrica y eligiéndola como lugar de sepultura para él mismo
y para sus familiares. Hizo información de su ascendencia en La
Laguna, el 17 de octubre de 1617.
£1 capitán Diego Benítez de AnchietA volvió a fabricar la
casa de los Anchieta, en la plaza del Ayuntamiento, hoy del
Adelantado. Por contrato que había pasado en 25 de junio de
1607 con el cantero Manuel Penedo, por presencia del escribano
Juan de Anchieta, le encargó hiciese la portada de cantería
y los marcos de las ventanas de aquella misma casa, así como el
escudo de armas de los Anchieta, «de la propia forma y manera
que está hecha la portada y ventana de la casa de la dicha plaza,
de Thomás Grimón, regidor>; es decir, tal como antes de su
reconstrucción, en los siglo XVH-XVIII, debía de ser el actual
palacio de Nava.
A pesar de esta reconstrucción, es de suponer que el propietario
de aquella casa histórica había conservado más o menos sin
retoques la habitación que había sido de sus abuelos. En efecto,
en una cláusula de su codicilo, que pasó ante Pablo Guillen del
Castillo, el 27 de abrir de 1628, declaraba textualmente que «si en
algún tiempo Dios quisiere que se beatifique o canonize el padre
Josephe de Anchieta, del borden de la Compañía de Jesús, y los
padres della acordaren o quisieren venir a hazer del aposento
donde nasió el dicho padre Joseph yglecia o otro templo, y quis-sieren
la casa, la puedan tomar, dando a su heredero o herederos
que sucedieren otra casa».^
1 Eita cláusula fue reproducida en el «Boletín de la Real Sociedad Econ¿-
mica de Tenerife», del 11 de junio de 1899. En la partición de los bienes de
t4l] 41
Resulta de todo esto que el propietario de aquella casa creía
que, en el año de 1628 y después de los trabajos que él mismo
había mandado hacer, aún se podía reconocer la habitación «donde
nació el dicho padre Joseph». De donde se infiere que la reconstrucción
de 1607 no había tocado las partes interiores del
edificio, conformándose quizá con el embellecimiento de una fachada
que ya no correspondía a la posición social de la familia
que vivía allí.
Diego Benítez de Anchieta sabía mejor que nadie si la fábrica
antigua permanecía en pie, después de aquellos trabajos de 1607;
y si él afirma que la primitiva habitación seguía en su ser, no hay
motivo para dudar de ello. Pero no es cierto que el Padre Joseph
de Anchieta naciera allí, ya que hemos visto que el solar de
la casa le había sido concedido a su padre en 15 de diciembre de
1537, tres años después del nacimiento del futuro jesuíta.
En el testamento que otorgaba en 11 de junio de 1622 ante
Jerónimo Boza de Lima, Diego Benítez de Anchieta nombraba por
patrono de su capilla del convento agustino a su sobrino Diego
Benítez de Anchieta, hijo de su hermano Gaspar de Anchieta.
Otorgó otro testamento, ante Pablo Guillen del Castillo, en 30
de marzo de 1628, con el codicilo del 27 de abril antes mencionado,
y otro del 4 de enero de 1634, ante Salvador Fernández
Villareal. Su último testamento pasó en 1636, ante Juan Alonso
Arguello. Falleció en La Laguna el 22 de junio de 1636, siendo
sepultado en su capilla.
Don Diego Benítez de Anchieta había casado con doña Leonor
de Mesa y Justiniano, hija de Benito de Mesa y de Agustina
Justiniano. Su mujer testó ante Pablo Guillen del Castillo, en 7
de abril de 1621, con un codicilo del 17 de abril; y dejó otro testamento
cerrado, del 23 de septiembre de 1625, que se abrió ante
Salvador Fernández Villarreal, en 10 de octubre siguiente. Sin
hijos de su matrimonio, tuvo en Inés Camacho de Oramas un hijo
natural, Gaspar de Anchieta, a quien legitimó y en cuyo favor
fundó vínculo y mayorazgo por sus testamentos de 1628 y de 1636.
Mencía Díaz de Clavijo entre sua herederos, en 1603, las casas están valoradas en
80 doblas de oro.
42 [421
GASPAR DE ANCHIETA SUASO fue hijo natural, habido durante
el matrimonio de su padre con doña Leonor de Mesa Justiniano,
pero fue leg^itimado en virtud de real cédula obtenida en 18 de
marzo de 1626.
Sucedió en el mayorazgo fundado por su padre. Fue mayordomo
del Cabildo de Tenerife en 1645 y en 1654. Otorgó su testamento
ante Gaspar González Espinosa, el 27 de abril de 1661, y
falleció a los pocos días, siendo sepultado en el convento de dominicos
de La Laguna, el 1° de mayo de .1661. Había casado en
la iglesia parroquial de Tegueste, el 10 de enero de 1611, con
Ana Estacia de Estrada Mederos, a quien otras veces llaman Anastasia
de Mendoza, hija de Bartolomé de Estrada y de Beatriz de
Mederos, vecinos de Tejina; su mujer testó el 29 de junio de 1637,
ante Diego Benítez de Medrado, y otra vez el 29 de diciembre del
propio año, ante Juan de Ascanio. Al quedarse viudo, Gaspar de
Anchieta casó por segunda vez con Ángela de Espinosa Cabrera,
hija de Agustín de Espinosa y de María Cabrera, siendo velados
en la iglesia de los Remedios, el 1" de enero de 1641. Su segunda
mujer otorgó testamento en 22 de abril de 1666, ante Bernar-dino
Reguilón.
De sus dos matrimonios tuvo Gaspar de Anchieta doce hijos,
que son los que siguen, y de los cuales los diez primeros nacieron
de su primer enlace:
1. Diego de Anchieta, fraile dominico, murió de 30 años.
U. Luisa, bautizada en Tegueste, el 27 agosto de 1613.
IIL José de Anchieta, bautizado el 17 de marzo de 1618. In-
S^resó en el convento agustino de La Laguna, antes de 1632. Fue
provincial de su orden en 1654, en 1660 y en 1670 y prior del
mismo convento en 1660. Se distinguió por sus actividades y celo
en pro de la orden, consiguiendo, mientras era provincial de la
misma, la fundación del convento de agustinos de Las Palmas en
1664 y el de a;gustinas del Realejo en 1677, y fundando en el convento
de La Laguna, en 1670, la cofradía de Nuestra Señora de
Gracia. Falleció en La Laguna, en 1684.
IV. Francisca, que no sabemos si vivió.
V. Bartolomé Benitez de Anchieta, bautizado en 25 de diciembre
de 1622, mayordomo del Cabildo de Tenerife en 1658 y
t43] . 43
en 1668. Otorgó testamento ante Mateo de Heredia, en 30 de
diciembre de 1679, y falleció el día sigfuiente. Había casado| en la
igflesia de los Remedios, en, 17 de agosto de 1653, con Beatriz de
Espinosa y Rojas, hermana de su madrastra; su viada falleció en
La Laguna, en 14 de julio de 1709, después de haber otorgado
testamento ante Marcos Guillama, en 12 de marzo del mismo año.
Fueron sus hijos:
1. Clara Lorenza de Anchieta Suaso, bautizada en los Remedios
de La Laguna, en 21 de agosto de 1658. Casó en 18 de junio
de 1685 con el regidor don Pedro de Castilla y Valdés, y falleció
en 26 de septiembre de 1704, después de haber testado ante Marcos
Guillama de Vera, el día anterior. Padres de:
a. Margarita de Castilla y Anchieta, que casó en Los Realejos,
el 26 de junio de 1710, con Matías de Ayala, abogado de los
Reales Consejos.
b. 'Domingo de Castilla Anchieta, que casó en Tacoronte, el
10 de noviembre de 1710, con Ángela Álvarez López, con descendencia
en aquella población.
2. Gaspar de Anchieta Benitaz Suaso, bautizado en 13 de
enero de 1656, falleció en 21 de diciembre de 1683, después de
haber otorgado testamento el día anterior, ante Mateo de Heredia.
VI. Tomás de Anchieta Suaso, que sigue la linea.
VII. Juan.
VIII. Esteban de Anchieta Suaso, bautizado en los Remedios,
en 2 de agosto de 1631. Fue mayordomo del Cabildo de Tenerife
en 1667 y alcalde mayor de la isla de Lanzarote, por nombramiento
del arrendador de aquel Estado, en La Laguna, a 8 de noviembre
de 1682. Ejerció su cargo de 13 de abril de 1683 a 23 de julio de
1685. Otorgó declaración testamentaria, ante Mateo de Heredia,
en 8 de agosto de 1656, y después ante Juan Agustín de Figueroa,
en 20 de agosto de 1683, y parece haber fallecido a fines del año
de 1685. Había casado en los Remedios de La Laguna, en 13 de
febrero de 1657, con Ana María de Hemerando Carrasco de Ayala,
hija de Gaspar de Soria Pimentei y de María de Hemerando, cuya
escritura dotal pasó ante Martín de Naveda Romero, en 1° de febrero
de 1657. Su viuda falleció en La Laguna, en 8 de diciembre
de 1691. Tuvieron dos hijas:
44 [44]
1. Ana Estada de Anchieta y Hemerando, a quien otras
veces llaman Anastasia de Anchieta Carrasco y Ayala, bautizada
en los Remedios, en 23 de marzo de 1658. Casó en la misma
iglesia, en 25 de marzo de 1673, con el licenciado Francisco
Fernández de Medina, del Consejo de Su Majestad, consultor del
Santo Oficio, oidor de la Real Chancillería de Panamá, regidor de
Tenerife d,t 1672 a 1688. Fueron padres de
Doña Olaya de Medina y Anchieta, que casó en 22 de julio
de 1692 con el regidor don Joaquín Antonio de La Iseqüilla Palacios
y del Hoyo.
2. Josefa Anchieta de Hemerando, que falleció en 14 de diciembre
de 1692, sin haber tomado estado.
IX. Alonso.
X. Francisca de Anchieta, monja catalina en La Laguna.
XI. Diego, primero de los hijos del segundo matrimonio, bautizado
en los Remedios, en 13 de mayo de 1640, falleció a los
once años.
XII. Jerónima de Anchieta Suaso y Espinosa, bautizada en 4 de
octubre de 1644, casó en La Laguna, en 25 de junio de 1672, con
el capitán Cristóbal de Herrera y Córdoba, y falleció en 21 de
septiembre de 1685. Fueron padres de
Fernando de Herrera y Anchieta, licenciado, clérigo presbítero,
que falleció en La Laguna, en 11 de enero de 1728, después de haber
otorgado testamento ante José Isidro Uque Osorio, el 20 de diciembre
del año anterior, con codicilo del 8 de enero de 1728.^
Además, Gaspar de Anchieta tuvo en una mujer de Extremadura,
a quien llamaban María Sánchez, un hijo natural:
XIII. Don Fernando de Anchieta Saaso, que falleció en La Laguna,
el 23 de noviembre de 1692, siendo sepultado en el convento
de Santo Domingo. Habia otorgado testamento ante Ángel Domínguez
Soler, en 20 de octubre de 1692.
* BALTASAR DE ANCHIETA, Compendio, pág. 41, añade al mattimonio de Gat-par
de Anchieta con Angela de Espinosa y Rojas, dos hijos más: don Agustín de
Anchieta, a quien confunde probablemente con el hijo de Matias de Anchieta
Machado, y doña María de Anchieta, monja catalina en La Laguna, cuya existencia
no nos consta documentalmente.
[45] 45
TOMÁS DE ANCHIETA SUASO debe de haber nacido por el
año de 1625. Fue capitán de las milicias y mayordomo del
Cabildo de Tenerife en 1660 y en 1669. Otorgfó testamento
ante Diego Ramírez Machado, en 7 de enero de 1680, y otro
ante Mateo de Heredia, el 22 de julio de 1691, y falleció en 27
de julio de 1691, siendo sepultado en el convento de dominicos
de La Laguna.
Había casado en 10 de junio de 1647, en los Remedios, con
Francisca de Naveda Romero Moreno, hija de Martín de Nayeda
Romero y de Beatriz Moreno. Su viuda testó ante el escribano
de Garachico Martínez Rivero, en 1696, y falleció en La Laguna,
el 1° de mayo de 1697. Tuvieron emtrambos a los sietes hijos
que siguen:
1. Gaspar, bautizado en los Remedios, en 8 de marzo de
1640, que no vivió.
11. Beatriz de Anchieta Suaso, bautizada en 12 de noviembre
de 1650. Otorgó testamento junto con su hermana menor Ana Es-tacia,
ante Pedro Guillermo Milán, en 29 de octubre de 1718, y
falleció en 19 de noviembre de 1721.
III. José de Anchieta Suaso, que sigue.
IV. María Josefa Benitez de Anchieta, bautizada en 14 de agosto
de 1659. Casó en 18 de febrero de 1685 con el capitán don
Antonio Fonte del Castillo y Hoyo, y falleció en La Laguna, en 29
de junio de 1710, siendo sepultada en el convento de Santo Domingo.
Había testado ante Juan Fernández Machado, en 20 de
junio de 1710.
V. Ana Estada de Anchieta Suaso, quien, además del testamento
de 1718 antes mencionado, otorgó otro testamento en 22
de julio de 1725, ante Francisco Tagle Bustamante, y falleció en
30 de abril de 1727.
VI. Leonor de Anchieta, falleció en La Laguna, en 8 de octubre
de 1717.
VII. Ángela de Anchieta Suaso nació en 1669 y entró de monja
en el convento de Santa Catalina de La Laguna, siendo del 29 de
noviembre de 1696, ante Bernardino Reguilón, su escritura dotal.
En religión se llamó Ángela de San Nicolás; llegó a ser priora
de su convento,
46 [46]
JOSÉ DE ANCHIETA SUASO, bautizado en la igflesia de los Remedios,
en 22 de febrero de 1655, Fue capitán de las milicias provinciales.
Casó en la iglesia de la Concepción de La Laguna, en
6 de febrero de 1702, con doña Josefa Antonia Roncero Contreras,
hija de Dominsfo Romero, sargento mayor, y de Micaela de Contreras
Delgado. Falleció en 6 de agosto de 1722, y su viuda en 20
de noviembre de 1746, recibiendo sepultura los dos en el convento
de Santo Domingo. Fueron sus hijos:
I. Micaela Josefa Teresa de Anchieta Suaso, bautizada en 23
de abril de 1703. Casó en 28 de abril de 1734 con el capitán,
después teniente coronel, don Luis Francisco de Miranda Espínela.
II. Domingo de Anchieta, fallecido en La Laguna, en 1° de
enero de 1732, sin haber casado. f,
III. Magdalena Ángela de Anchieta Suaso, bautizada en 29 de
diciembre de 1706, casó, tres días antes que su hermana mayor, con
el capitán den José Antonio de Miranda Espinóla, hermano del
anterior.
IV. Tomás Joaquín Domingo José de Anchieta, bautizado en
17 de abril de 1713, no parece haber vivido.
III
BALTASAR DE ANCHIETA, el sexto de los hijos de Juan de Anchieta
el Viejo y de Mencia Díaz de Clavijo, fue bautizado en la
iglesia de los Remedios en 11 de junio de 1539. Fue. escribano
público de La Orotava, por renuncia que en su favor hizo de aquel
oRcio Gaspar Soler de Arguijo, en 10 de diciembre de 1557, siendo
recibido en cabildo del 17 de diciembre siguiente; y obtuvo real
titulo de posesión de aquel oficio en 11 de agosto de 1560. Escribió
hasta 1563, cuando renunció en favor de Juan Montenás. Otorgó
testamento ante Francisco Márquez, en 1567, pero parece haber
vivido hasta 1578. Se desconocen los demás pormenores de su
biografia, por haber vivido siempre en La Orotava, cuyos archivos
son casi inexistentes para la época que aquí nos interesa.
Habla casado con Isabel de Ascanio Estopiñán, hija de Luis
de Sanmattin Cabrera y de Catalina de Estopiñán; su suegra le
[47] 47
otorgó escritura de dote, en La Orotava, ante Domingo Hernández,
el 18 de enero de 1566. Su mujer otorgó testamento el 14
de junio de 1578, ante José Hernández. De su matrimonio habían
nacido los seis hijos siguientes:
I. Sebastián de Anehieta, bautizado en La Orotava, como todos
sus hermanos, el 27 de enero de 1567. Fue fraile franciscano;
en 1636 era confesor del convento de Santa Clara de La Laguna.
. IL Catalina, bautizada en 2 de marzo de 1568, parece haber
fallecido en la infancia.
III. Mencla Díaz de Clavija, bautizada el 26 de noviembre de
1569. Tomó sus dos apellidos de su abuela materna; pero hubo
otra Mencía Díaz de Clavijo, hija de Fernando Navarro y de Gre-goria
I*iúñez, media hermana de Baltasar de Anehieta, con quien la
confunden alguna vez los genealogistas isleños. Falleció sin haber
casado, después de otorgar testamento ante Juan Benítez Suaso,
en La Orotava, el 5 de mayo de 1585.
IV. Juan de Anehieta Cabrera, que sigue.
V. Catalina, bautizada en 1° de mayo de 1574, no vivió.
VI. Luis de Sanmartín Anehieta, bautizado en 10 de junio de
1578. Fue clérigo presbítero y falleció después de haber testado
ante Juan González de Franchi, en La Orotava, el 2 de abril de
1625, con un codicilo ante Diego de Paz, en 1° de agosto de 1634.
JUAN DE ANCHIETA CABRERA nació en La Orotava, donde
recibió el bautismo en 3 de enero de 1572. Falleció en la misma
villa, el 26 de diciembre de 1637. El mismo día acababa de otorgar
testamento por presencia del escribano Juan González de Franchi,^
y de casar in articulo mortis con María de Emparán, perteneciente
a una familia vasca establecida en Tenerife. Este casamiento se
explica por el deseo de asegurar el porvenir, ya que no la legitimidad,
de los hijos que había tenido de su mujer,' pues en su mismo
testamento los declara como naturales. Fueron los tres siguientes:
' Antea había testado por primera vei en el Puerto de La Orotava, ante
Diego González, el 30 de octubre de 1636; pero este testamento no parece haberse
conservado.
• Según BALTASAR DE ANCHIKTA, Compendio, pig. 58, a Juan de Anchieta, su
abuelo, «le impidieron mucho tiempo sus parientes ((ue se ca«as« C9n María 4«
48 [48]
I. Juan de Anchieia, que continúa la línea.
II. Isabel de Anchieta, que fue monja clara en el convento de
La Orotava, con el nombre de Isabel de San Juan. Renunció su
herencia antes de tomar el velo, en 5 de enero de 1650, y se le
hizo escritura de dote al día siguiente, ante Alonso Viera, escribano
de La Orotava.
III. Beatriz de Anchieta otorgó testamento ante Juan González
de Franchi, el 6 de noviembre de 1651, y falleció sin haberse
casado.
Según parece, Juan de Anchieta había tenido en otra mujer
un hijo natural:
IV. Juan Fernández de la Fuente, a quien llaman Juan Fernández
de Anchieta. Hizo información para probar que era hijo de
Juan de Anchieta, pero los hijos legitimados por el casamiento
in extremis de su padre obtuvieron una decisión de la Justicia de
Tenerife que declaraba que no era tal hijo de Anchieta, auto que
fue aprobado por la Real Audiencia en 1644. Casó con Isabel de
Valcárcel, vecina de El Sauzal, de cuyo matrimonio hay descendencia
que cpnserva el apellido de Anchieta en £1 Sauzal, La Matanza
y Tacoronte. Sus pretensiones a la herencia paterna se tranzaron
por un acuerdo con sus medio hermanos, a cambio de 300
reales, según resulta de una escritura ante Diego Ramírez, en 16
de abril de 1665.
JUAN DE ANCHIETA CABRERA EMPARÁN hizo información de
su ascendencia y de la nobleza de su casa, ante el teniente de
ausencias licenciado Juan de Ponte Ximénez y del escribano de
La Orotava Nicolás Fernández Fonte, en 23 de diciembre de 1652;
y otra vez en la misma villa, el 6 de junio de 1669. Fue alférez de
las milicias, y falleció en La Orotava, el 9 de abril de 1690.
Había casado en aquella villa, en 28 de febrero de 1648, con
Mariana Rodríguez de Abréu Carvajal, hija de Gaspar Antonio
Carvajal y de Catalina Rodríguez de Abréu, y nieta materna de
Emparán y Juttis, con quien finalmente se casó. Querían heredarle como a sus
hermanos». María de Emparán era hija de Domingo de Emparán, natural de Fuen-terrabía,
y de Inés de la Sierra, descendiente de indígenas de Gran Canaria establecidos
en Tenerife,
[49] 49
•
Melchor de Abréu y de María de Aday Perdomo. Ambos esposos
fundaron mayorazgo en favor de su hijo Juan de Anchieta, por escritura
ante Sebastián de Betancourt, escribano de La Orotava, en
14 dé febrero de 1681. Mariana de Abréu falleció en 29 de abril
de 1722. Tuvieron entrambos a los cinco hijos siguientes:
I. Juan de Anchieta Cabrera Sanmartín, que sigue.
II. Luis de Anchieta, bautizado en La Orotava, el 2 de enero
de 1652. Hizo sus estudios en el colegio jesuita de Sevilla,
pronunció los votos eclesiásticos en Jerez de la Frontera e ingresó
en la Compañía de Jesús en 8 de octubre de 1676. Residió
en los años siguientes en los colegios de su orden, en Jerez y en
Córdoba, como profesor de los mismos. Volvió a Canarias en
1678, y contribuyó de manera decisiva al establecimiento de los
primeros institutos de la Compañía en las Islas, fundando el colegio
de La Orotava en 1679, y después el de Las Palmas. No llegó
a ver la definitiva instalación de este último, ya que falleció en
Las Palmas, el 10 de febrero de 1683, antes de haberse terminado
los trabajos;.fue sepultado en el convento de monjas bernardas de
aquella ciudad.
A Luis de Anchieta se le ha atribuido, sin razones suficientes,
la obra titulada Excelencias y antigüedades de las siete islas de
Canaria y publicada en Jerez de la Frontera, en 1670, con el
nombre de Cristóbal Pérez del Cristo, que era probablemente el
verdadero autor. Las razones de esta atribución se nos escapan;
y el autor que la señala por primera vez, el célebre José de Vier»
y Clavijo, no indica las razones que le asisten para afirmar que la
obra no es de Pérez del Cristo. Pensamos que se trata de una
equivocación. Quizá el joven Luis de Anchieta vigilaría, a petición
del autor, la impresión de la obra, que se publicó en Jerez
déla Frontera, residencia habitual del futuro jesuíta;' y es posible
que en esta circunstancia haya hallado pie la atribución que señalamos
y que no nos parece justificada.
' El impresor de U obra de Péreí del Criito fue Juan Antonio Taraiona, el
mismo que había publicado, dos años antes, la obra de Baltasar de Anchieta.
Pérez del Cristo debió de ver aquella obra impresa, antes de decidir la publicación
de la suya en el mismo taller.
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50 150]
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III. José de Anchieta, bautizado en 28 de septiembre de 1654,
ingresó en la orden agfustina, después de renunciar sus derechos
en su hermano mayor, ante Alonso Viera, el 31 de mayo de 1672.
Fue definidor de su orden y falleció en Cartagena de Indias, en
fecha que ignoramos.
IV. Baltasar de Anchieta Cabrera y Sanmartín, bautizado en
La Orotava, el 29 de marzo de 1662, empezó a estudiar en la
universidad de Salamanca; pero un día de 1678 se dio muerte con
una pistola, a la entrada de la ciudad, por motivos que ignoramos.
Según otra versión, había sido victima de un accidente, al disparársele
la pistola que llevaba encima, sin haberlo hecho adrede.
Un ano antes habia mandado imprimir un Compendio de la vida
de el Apóstol de el Brasil, nuevo thaumaturgo y grande obrador de
maravillas, V. P. Joseph de Anchieta, de la Compañía de Jesús,
natural de la ciudad de La Laguna, por un librero de Jerez de
la Frontera.
En la fecha en que se publicaba este libro, Baltasar de Anchieta
tenía unos quince años; de modo que se nos hace difícil
creer que fue efectivamente el autor de la obra que salió con su
nombre^ —aunque esta obra sea simple recopilación de datos
conocidos. Es posible que el verdadero autor fuera su hermano,
que seguramente cuidó de la impresión. Por lo demás, el libro es
el resumen de las biografías ya corrientes del jesuíta, aumentadas
' Log detalles que da de si mismo el autor de la Obra convienen con la hipótesis
de que este autor es Luis de Anchieta y no su hermano menor. En efecto,
resulta que esta obrita fue escrita en poco tiempo, estando su autor en la Penin-ftula
(pág. 38); que se imprimió en Jerez de la Frontera, en 1677 (pá^. 38), pero que
se le añadió un cuaderno final de 20 págfinas, impreso después de mayo de 1678
{pkg. 64); que entre estas dos fechas tomó contacto el autor con los poseedores de
la casa de Anchieta en Urrestilla (páj^. 54); que tiene conocimiento personal y directo
de familias y de documentos en Jerez de la Frontera (pags. 47-48); detalles
que, convienen poco con la personalidad de Baltasar de Anchieta. La razón de no
haber querido Luis de Anchieta firmar su libro con su propio nombre es bástante
evidente: este libro es una crítica de las opiniones que sobre la patria del Padre
Anchieta expresaba en un libro publicado en 1672 otro jesuíta, el Padre Simio de
Vasconcellos, portugués; y el nombre de Baltasar evitaba el efecto que hubiera
podido producir una polémica entre padres de U misma orden.
[51] 51
con unas cuantas indicaciones sobre su familia en Tenerife, y su
interés como documento biográfico es relativamente escaso.
V. habel de Anchiela y Estupiñán, que no casó.
JUAN DE ANCHIETA CABRERA, capitán, hijo mayor de Juan dé
Anchieta Sanmartín y de Mariana de Carvajal, recibió el bautismo
en La Orotava, el 7 de ag-osto de 1659. Emancipado por su padre
ante el escribano de La Orotava Sebastián de Betencor, en 26 de
agosto de 1680, hizo información de su hidalguía en 18 de diciembre
de 1680, por presencia del escribano Ángel Domínguez Soler.
Casó dos veces, las dos en la iglesia de la Concepción de La
Orotava: la primera fue en 14 de junio de 1682, con María de la
Ascensión Flores Duran, hija del doctor Nicolás Duran, médico de
origen francés, y de Inés Flores Ravelo; y la segunda, el 3 de mayo
de 1702, con doña Francisca Hipólita de Alarcón y Gordejuela, hija
del capitán Andrés García Manosdeoro y de María de Alarcón.
Su segunda mujer falleció en La Laguna, después de haber otorgado
testamento ante Baltasar Vandama, por octubre del mismo
año. De sus dos matrimonios tuvo a los ocho hijos que siguen, y
de los cuales los tres primeros nacieron de su primer enlace:
I. Antonia, nacida en La Orotava, en 25 de agosto de 1683,
que falleció en la misma villa, el 10 de diciembre de 1689.
II. Inés de Anchieta Duran, que nació en 25 de mayo de 1685
y casó en La Orotava, el 9 de septiembre de 1705, con el regfidor
don Diego Martínez de Alarcón y Palacios, de cuyo enlace hubo
sucesión. Falleció en La Orotava, el 6 de enero de 1752.
III. Isabel de San José Anchieta Ufarán, bautizada en 4 de diciembre
de l687, fue monja catalina; su escritura de dote pasó
ante Francisco Núñez, en 30 de enero de 1713, otorgada por su
abuela Mariana de Abréu Carvajal. Fue priora del convento de
su orden en La Orotava, y con esta calidad fírmó una escritura de
transacción, sobre sus derechos a la herencia de su hermsno Nicolás,
ante Domingo de Curras, en 11 de junio de 1718; y falleció
en 18 de agosto de 1758.
IV. José Antonio de Anchieta y Alarcón, que sigue.
V. Juan Bautista de Anchieta y Alarcón, h&ütiztido en 11 de
noviembre de 1708, pasó a las Indias y fue vecino de Tabasco, en
el pueblo de Jalapa.
52 [52]
VI. Rosa Josefa de Anchieta y Alarcón, bautizada en 17 de
enero de 1710, fue monja agustina en el convento de Los Realejos.
VII. Francisco Javier de Anchieta y Alarcón, bautizado en
2 de noviembre de 1713, falleció en la niñez, en 18 de diciembre
de 1716.
VIII. Nicolás Javier de Anchieta y Alarcón, bautizado en 15 de
junio de 1719, pasó con su hermano a las Indias.
JOSÉ ANTONIO DE ANCHIETA Y ALARCÓN, nacido en La Oro-tava,
el 14 de diciembre de 1705, fue capitán de las milicias de
Tenerife y regfidor perpetuo del Cabildo de esta isla, recibido en
16 de diciembre de 1735, siendo comisionado varias veces en
asuntos de importancia. Coleccionó una abundante serie de datos
históricos, que recopiló en los varios archivos públicos y en las
escribanías de las Islas, copiando las noticias y los datos que le
parecían de interés para la historia de Canarias, con loable criterio
y con una laboriosidad digna de los mayores encomios. Estos
extractos, que forman varios tomos manuscritos, no fueron aprovechados
para su Historia sino de modo muy parcial por Viera y
Clavijo, debido a ciertas noticias que de ellos sacaron y le comunicaron
algunos amigos. También escribió un diario autobiográfico,
a la verdad bastante informe, pero lleno de noticias curiosas
que inútilmente se buscarían en otras partes. Hizo información de
su hidalguía ante José Isidro Uque Osorio, en 20 de noviembre
de 1732. Falleció en La Laguna, el 11 de diciembre de 1767.
Después de su muerte, la mayor parte de sus manuscritos pasaron
a manos de su yerno Alejandro Saviñón.
Don José Antonio de Anchieta y Alarcón había casado en La
Laguna, el 3 de abril de 1732, con doña Josefa Paroy y Machado,
que falleció el 13 de agosto de 1772. Tuvieron entrambos dos hijas:
I. Francisca Antonia Anchieta y Paroy, bautizada en la iglesia
de la Concepción de La Laguna, en 7 de julio de 1733, casó,
en 4 de julio de 1771, con don Alejandro Tomás Saviñón, y falleció
en 16 de marzo de 1801, dejando sucesión.
II. Angela Josefa de Anchieta y Paroy, bautizada en 11 de
octubre de 1737, casó con el capitán don José Villanueva Barroso.
Otorgó testamento en La Laguna, ante Domingo Quintero de Pá-rraga,
en 2 de octubre de 1807, con codicilo del 4 de mayo de
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54 [54]
1816, y falleció en Santa Cruz de Tenerife, el 10 de marzo de 1825,
sin dejar sucesión.
Con los hijos de doña Francisca de Anchieta y Paroy se extinguió
en Canarias el apellido de Anchieta, después de una historia
tres veces secular. En cuanto a la herencia de esta familia, y principalmente
a los archivos, los de la rama tercera, que radicó al
principio en La Orotava y pasó luego a La Laguna con el regidor
don José Antonio de Anchieta y Alarcón, ya queda dicho que
entraron después en la casa de Saviñón, y de allí en la de Ossuna,
en cuya casa-museo se conservan actualmente. Los papeles y
documentos pertenecientes a las otras ramas andan desparramados,
si es que todavía existen, y por ello prácticamente inservibles
para la investigación.