AI.MOCAREN. 14 194) P6g1 107- I I S 0 CENTROTEOLOGICODE WS PALMAS
PERSPECTIVAS ETICAS DE LA FAMILIA
MARCIAVNIODA L
DIRECTOR DEL INSTITUTO SUPERIOR DE CIENCIAS MORALES
IMADRlDl
L a fa milia es una realidad de múltiples significados. De ahí que sean
necesarias muchas y variadas aproximaciones para conocer su ser y para
orientar su realización. En las reflexiones siguientes me limito a ofrecer un
conjunto de perspectivas éticas, agrupadas en dos apartados: consideración
ética de la "institución familiar" en cuanto tal, y, propuesta del contenido
axiológico para la vida familiar "1.
1. LA INSTITUCION FAMILIAR: iVALOR O CONTRAVALOR?
Toda aproximación a la realidad de la familia lleva consigo este inte-rrogante
decisivo: la institución familiar ¿es un valor o, por el contrario, es un
contravalor? Si es un valor, hay que apostar por la familia tratando de apo-yarla
y promoverla. Si es un contravalor, la actitud es la de rebajarla y hasta
tender a suprimirla.
(1) Un encuadre y un desarrollo más amplia de las ideas de este articulo pueden verse en: M.
VIDAL, Moral de Actitudes. 11. 2" parte. Moral del amor y de la sexualidad (Madrid,
1991) 525-560.
Trataré de contestar a este interrogante analizando dos aspectos bási-cos
de la familia: su perennidad y su razón de ser. Como conclusión de estos
análisis aparecerá con claridad la respuesta: la familia es uno de los valores
primarios de la existencia humana.
1. La perennidad (aunque, cambiante) de la familia
La familia es la institución humana más universalizada en el tiempo y
en el espacio. "Probablemente la familia es exactamente tan antigua como la
cultura misma" '2', junto con el lenguaje y un mínimo de tecnología, la estruc-tura
familiar de parentesco pertenece al núcleo de los elementos universales
que definen la presencia de la especie humana.
La familia "no fue 'instituida' por ningún legislador, sino que está pre-formada
en la especie humana" '3, Tiene esa doble condición de ser una insti-tución
al mismo tiempo "natural" y "cultural".
-natural: en cuanto exigida por la condición de la especie humana,
que necesita organizar los vínculos de parentesco (de matrimonio, y
de filiación) y de este modo asegurar la continuación del grupo
humano incorporando a él nuevos individuos.
- cultural: en cuanto que la estructura y las funciones de la institución
familiar están sometidas a las variaciones de la evolución histórica
(diacronía cultural) y del pluralismo cultural (sincronía cultural).
Este contenido antropológico de la realidad familiar es asumido por la
visión cristiana al afirmar que la familia ha sido "fundada por el Creador" '1,
y que entra "en el designio de Dios Creador y Redentor" "'. Con tales afir-maciones,
de lenguaje religioso, se plenifica el sentido antropológico de la
familia al situarlas en las coordenadas de la comprensión de la historia huma-na
como Historia de Salvación. Sin dejar de ser una institución humana, la
familia se inserta en un iiniverso comprensivo en el que la presencia de Dios
revelado en Cristo se hace también operante en la realidad familiar.
Es cierto que la enseñanza católica tradicional ha insistido más en el
carácter "natural" que en la condición de la familia. Pero eso lo ha hecho por
dos motivos: en primer lugar, para enfatizar su prioridad frente a otras insti-tuciones
(como el Estado); en segundo lugar, para poner de manifiesto su
perennidad.
(2) R. KONIG, La fknliiia en rii~esti-oti empo (Madrid, 1981) 1
(3) lbídern. 6.
(4) Gnudium et Spes, n." 52, 1.
(5) Familinris consorrio, ii." 17.
PERSPECTIVAS ET~CASD E LA FAMILIA 109
Por el otro extremo no han faltado "ideologías" y "movimientos socia-les"
que han considerado la familia como una realidad meramente cultural e
histórica. Desde esa comprensión han proclamado la "muerte" de la familia.
Después de haber asistido. en los últimos decenios, a los enfrentamientos
entre los defensores de la-"muerte" y los defensores de la "vitalidad de la fami-lia,
en la mente de la gente sensata se va consolidando una triple convicción:
Primera: la familia es una institución primaria (y, por tanto, peren-ne)
de la relación humana, con múltiples implicaciones (educativas,
económicas, culturales, políticas, religiosas).
Segunda: la institución familiar está sometida a variación continua,
debido al influjo que sobre ella ejercen las transformaciones sociales.
- Tercera: para conseguir su finalidad humanizadora, la familia preci-sa
realizar un permanente "ajustamiento" de su estructura y de sus
funciones en relación con las variaciones socio-históricas.
Mediante la síntesis de las tres afirmaciones precedentes se evita caer
en los extremismos de una concepción "naturalista" a ultranza y de una con-sideración
"historicista" totalmente relativizadora. La familia tiene garanti-zada
su permanencia, pero no una continuidad inmutable, y mucho menos
una presencia siempre positiva y benéfica. La institución familiar es un valor
sometido a los condicionamientos históricos y al ejercicio de la responsabili-dad
humana.
Han desaparecido las ingenuas utopías que anunciaban el final de la
familia. Pero también carecen de credibilidad los huecos ditirambos a favor
de la institución familiar. Esta se apoya sobre la condición humana, condi-ción
frágil aunque duradera. Así es la familia: duradera y frágil al mismo
tiempo. Con esta actitud es más fácil descubrir, según afirma el Concilio
Vaticano 11, "la verdadera naturaleza de tal institución''
A la visión "naturalista" de la familia la teología reciente incorpora la
comprensión "cultural" poniendo de relieve los condicionamientos históricos
que hacen variar, para bien o para mal, la orientación de esta institución pri-maria
de la realidad humana. De ahí que haya que hablar de la "perennidad
cambiante" o de la "variación perenne" de la institución familiar.
2. La razón de ser de la institución familiar
La institución familiar tiene asegurada su perennidad, aunque cam-
(6) Gaudruin rt Spes. n." 47.
tsiante en el tiempo y en el espacio, porque tiene encomendadas unas funcio-nes
imprescindibles para la realización humana.
Se suelen dividir en dos grupos las funciones que desempena la institu-ción
familiar:
- Funciones universales, entre las que hay que destacar:
la satisfacción estable de la sexualidad humana;
la generación y crianza de los hijos;
la formación psicosocial del individuo.
- Funciones cambiantes, entre las cuales sobresalen: las económicas, las
educativas, las sanitarias, las recreativas, las políticas, las religiosas.
En la situación actual las funciones cambiantes han sufrido una notable
variación: algunas han perdido importancia (por ejemplo, las funciones polí-ticas),
otras han cambiado de signo (por ejemplo, las funciones económicas:
la familia no es célula social de "producción" sino de "consumo"), y todas
han modificado su funcionalidad (en objetivos, en radio de influencia, en
intensidad). También las funciones universales están sometidas a las variacio-nes
socio-culturales: piénsese en la nueva comprensión y en la nueva vivencia
de la sexualidad; en la reducción de la función procreativa; en la posibilidad
de acudir a las técnicas de reproducción asistida, etc.
Lo que no ha cambiado es la razón de ser de la familia. Esta razón se
sitúa en su global función humanitaria. El Concilio Vaticano 11 anotó esta
función al comienzo de su tratado sobre el matrimonio y la familia: "El bie-nestar
de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrictamente
ligado a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar" ('1.
En la actualidad, la función humanizadora de la familia se pone de
manifiesto en una doble vertiente: en su dinamismo personalizador y en su
fuerza socializadora. A mi entender, en estos dos aspectos se concreta el
valor positivo de la institución familiar enel momento actual. Creo también
que los recientes documentos del magisterio eclesiástico sobre la familia se
sitúan en esta perspectiva personalista-socializadora.
a. Dinamismo personalizador
La institución familiar es el ámbito adecuado para la conformación del
sujeto humano. Esta función personalizadora se realiza en la familia a través
de los siguientes dinamismos:
PERSPECTIVAS ETICAS DE LA FAMILIA 111
-propiciando la integración del "yo" y plasmando así la personalidad
integral del ser humano. "En efecto, la presencia y la influencia de
los modelos distintos y complementarios del padre y de la madre
(masculino y femenino); el vínculo del afecto mutuo; el clima de
confianza, intimidad, respeto y libertad; el cuadro de vida social con
una jerarquí natural, pero matizada por aquel clima ... ; todo conver-ge
para que la familia se vuelva capaz de plasmar personalidades
fuertes y equilibradas para la sociedad" '*l.
- abriendo cauces al desarrollo de la genuina relación interpersoiial,
mediante la cual se consigue la estabilidad afectiva. "Las relaciones
entre los miembros de la comunidad familiar están inspiradas y
guiadas por la ley de la 'gratuidad', que, respetando y favoreciendo
en todos y cada uno la dignidad personal como único título de valor,
se hace acogida cordial, encuentro y diálogo, disponibilidad desinte-resada,
servicio generoso y solidaridad profunda" COJ.
-iniciando a los sujetos en la sabiduría humana, que conduce hacia el
humanismo y que se concreta en su proyecto de vida. La familia "es
escuela del más rico humanismo" '""; en ella "coinciden distintas
generaciones y se ayudan mutuamente a lograr una mayor sabidu-ría"
("1. La familia es el lugar humano en que se transmiten los valo-res
convertidos en proyectos de vida.
b. Fuerza socializadora
La función personalizadora de la familia no ha de ser entendida de
forma privatística. Por el contrario, el personalismo familiar únicamente
alcanza su sentido pleno en la fuerza socializadora de la institución familiar.
"La promoción de una auténtica y madura comunión de personas en la fami-lia
se convierte en la primera e insustituible escuela de sociedad" '"'. La fun-ción
socializadora de la familia se realiza:
-siendo ejemplo y estímulo para implantar un sistema de relaciones
sociales sobre los valores que constituyen el "clima familiar", es
decir, el respeto, el diálogo y el amor.
-contrarrestando la fuerza despersonalizadora y masificadora de la
vida social. "De cara a una sociedad que corre el peligro de ser cada
(8) Medellín, 111, IIA, 1.
(9) Familiaris consorliu, n." 43.
(10) Gaudilrm et Spes, n." 52, 1.
(1 1) Gnudium et Spes, n.' 52,l.
(12) Familiaris consorlio, ii.'43.
vez inRs despersoiializada y inasificada y, por taiiio, iiiliuinaiiii y des-
Iiuniaiiizadora. con los i-esultados iicgativos de taiitas foriiias de
'evasióii' -coino son, por ejciiiplo. el alcoliolisiii«. la droga y el
iiiisino Ierrorisino-, la fainilia posee y coinuiiica, todavía hoy, eiier-gias
foriiiidahlcs capaces de sacar al Iioinhrc del aiioiiimaio, de maii-teiierlo
c~-iiiscieiiicd e su dignidad pcrsoiial, de e~iriquecerloc on pro-fuiida
Iiuiiiaiiidad y de insci-tarlo, coi1 su unidad e irreyietibilidad, eii
el tejido dc la sociedad" "".
-proponiendo uii proyecto de vida que, sieiido crítico aiite las situa-cioiics
de itijuslicia social, eqiiipe a los sujetos con aclitudcs para la
ti-aiisforniacióii social.
La doblc fuiicióii d e per,ionnliznció~iy de socinlizoci<ji? constituye el
valor iiidecliiiahlc de la iiistifucidii farriiliai. eii la hora actual. El Concilio
Vaticano 11, Pablo VI y Juan Pahlo 11 coiiicidcn en esta visióii humanizadora
de la familia, iiilcgraiido su pensainieiito eii una mutua cita: "la faiiiilia coiis-tituye
el lugai- nalural y el instrumento iiiás eficaz de huinaiiización y de per-sonalizacióii
de la sociedad: colahora de inaiiera original y profunda en la
construccióii del inuiido, hacieiido posible uiia vida propiamciite humana, en
particular custodiando y trasmitieiido las virtudes y los 'valores'. Coiiio dice
el Concilio Vsiicaiio 11. eii la íainilia 'las distintas generaciones coiiicideii, se
ayuda11 inutuaiiiciitc a lograr uiia inayoi. sabiduría y a ariiioiiizar los del-echos
de las personas coi1 las dciiiás exigencias de la vida social"'"''.
l . LOS VALORES ETlCOS DE LA VIDA FAMILIAR
La vida familiar se desarrolla mediante un conjunto dc valores y de acii-tudes.
No todos los sistemas de valores son válidos para orientar la vida de la
fainilia. Por eso es conveiiienle preguntarse poi- los valores y actitudes que
han de configurar a la familia para que tenga la función humanizadora que le
cori.espoiide tanto en la vida de las personas (dinamismo personalizador)
como eii la relación con el conjuiito de la sociedad (función socializadora).
Eii los recientes docuinenios de la magisterio eclesiástico ("Gaudium
ct spes" : GS; Medellín: Puebla; "Familiaris consoriio" = FC) se presenta
una imagcii ideal de familia. Los perfiles de ese Iiogar son disefiados inediaii-te
dos grandes rasgos: la familia es un ámbito humano privilegiado de comu-
-
(13) liriiiiiiorir coi?.surrir>, ti"43.
(14) Ftriniiiori. coi~sortio.i i"43: 1.1 cita es dc (;oii<liiriii cr Spes. ii."52. recogida a su vez por
Pablo VI eii P<,pt,loririi~ progmssio. ti." 36.
iii6n y ~ l pca i-ticipación: la (aiiiilia es la escuela d e la soci;ilicla~ly ilcl inás rico
Ii~iiii~iiiisiiio.
'I'ciiiciido cii cuciita esos docoiiiciitos ~iropoiigoii iia 6tic;i (le la laiiiilia
cii clos v;ilorcs coiiiplciiiciitai.ios: la relacióii pcrsoii;iliz;i<lori~ y la solid;iridad
ci>iiipfiviicti<l;i. liii síiitcsis, p ~ i c d cd eiiomiiiai-sc esta 2Iic;i fiiiiiiliar coiiio la
ética d c I;i coiii~iiiidads olidaria.
1. ICI valor de la "~oniunióii y participaci6iin eiilre la? peisoiias
1.a liiiiiilis se define Euiidaiiieii~alinentc por la ,r~l(ici(jrr iiitcrpcrsoiial.
I;stii coiistitiiida por "un conjuiito de i-elacioncs iiitcrpcrsoiialcs -1-clacióii
coiiyiig;il, p;itcriiidad, iiiatiiriiidad. filiacidii, f r a t e r n i d a d iiicdiiiiitc las cua-
Ics to(1:i ~~cvsoihi aii inana queda iiitroducida eii la 'liiiiilia Iiuiiiaiia"' (FC, n.
15). Las rcliicioiics iiitci-pcrsoiiales en la faiiiilia Iiaccii de cll;i 1iiia coi71rrniofir(f
(I<,/ ~i.r~sorrrr."sl:a rainilia fuiidada y vivificada por el aiiior, es iiii;i coiii~iiiidsd
(Ic ~'crxmas: ilcl Iioiiibi-e y de la inujcr esposos de los paclrcs y dc los Iiij«s, dc
10s pai'ieiilcs" (FC, n. 18). De allí que la comiririór~s c;i la loriiia d e vida cii la
faiiiilia: "su primer coiitciiido es el de vivir fieliiieiitc la rc;ilidad dc lii coiiiu-iiióii
coii cl ciiipcíio d e desarrollar una auténtica cí~iiiiiiiicla<<l le personas"
(FC, n. 18). Así, pues. "la ley del ainor coiiyugal es coiii~iiiióiiy ~isrticipacióii,
iio doiniiiación" (Pucbla. 11. 582) y la iiicla deliiiitivs dc I;i laiiiilia es "llegar a
scr realmeiite centro de comunión y participación" (Puebla, t i . 568).
La familia consigue ser cl ámbito privilegiado de coinunión y dc parti-cipación
incdiante los siguientes diiiainisinos de actuación:
situando cl (rrrror coiiio priiicipio y ruerza de la coniuiiióii. La hiiiilia
es una "íntiina coiiiuiiidad de vida y ainor" (GS, 48). "Siii el aiiior la
lainilia 110 puede vivir, crecer y perfcccioiiarse coiiio comunidad de
persoiias" (FC, 18; lccr todo el n. 18). "El amor que aiiiiiia todas las
relacioiics iiiterpei-soiialcs de los diveros miembros de la familia,
constituye la i u c r ~ ain terior que plasina y vivifica la coiiiuiiión y la
coinunidad fainiliar" (FC, n. 21).
- liaciendo que el amor se llaga pi-aris en la ed;,ficrrci(jn rlc Ins
lle?-,sonas. La familia es "foriiiadoi-a de personas" (Medellíii). "La
fainilia, cii cuaiito es y debe ser siempre coinuiiión y cornuiiidad de
personas, ciicuciitra en el amor la luente y el estímulo incesante
para acoger, respetar y promover a cada uiio de sus micinbros en la
altísiina dignidad de personas ... El criterio moral de la autenticidad
de las relaciones conyugales y familiares consiste en la proinocióii
de la dignidad y vocacióii de cada una de las personas. las cuales
logran su plenitud mediante el doii sincero de símisinas (FC, n. 22).
ahriciido c;i~iccsc ii el tcjiclo liiiiiiliar para qiic l i i riqiic7;i <le la coiii~i-iiióii
iiilcrl->ci-soii;iil ii~iiidcI; i vida kiiiiilisi:
iiicdi;iiilc n<.riíir(/(,.(v 1 ,~gr (ri~ii~I(i"(lI.; is rcl;icioiics ciitrc los iiiiciii-brin
de 1:) coiiiiiiii<i;i<l kiiiiiliar cst5ii iiislpir;rd;is y giii;idas por la
Icy de I;i 'gi;itiiidad' que. rcspctaiido y kivorcciciicli~ cii dos y
cada un¡] l i i digiii<l;i<pl crsoiiiil coiiio iiiiico títiilo dc valor. se Iiace
acogida cordial, eiicuciitro y diAlogo, dislioiiihili<lad <Icsiiitcrcsa-da.
servicio gciicroso y soli<l;iri<l;idp rof~iiida"( I:<', 11. 43).
iiicciiailte f~<~Iiíir(~((l(,., v[ I ~ , ~ I I I ~ I I <r~<I 7I ~<<~~o ~~(~i l ;lfar (c~<i~(iji~i~i:i iióii
faiiiiliai- " c x i ~ c~ i i i ; ip i-<>iit;yi gciicrosii dislioiiihilided de todos y
cada uno a la coiiiprciisión. a la tolci-aiici;~i.i l perdóii, a la i-ecoii-ciliacióii"
(F<:, n. 21).
incdiaiitc rrcriirid~(,I~r I.P.(.J>Cy ICO/C l~r0171o~.i(fiIr(i> 11 .si~7g11lí1ridfld
p ~ r . ~ ~ ~llai c~oii/ii:~ liiióiil 'aiiiiíiai- acepta y ~1roiiiocioiiaa cada
mieiiihi-o coirio "una pcrsoiia iiueva, singular, úiiicii e ii-repetible"
(Puchla, 11. 584).
- pi-opiciando foriii;is efectivas de participación en la vida Faiiiiliar.
Para ellos se precisa una estructui-a familiar: a) denioci-ática (frente
a la coiiliguracióii autoritaria); b) igualitaria (frente a 1;i r>rc[iolcncia
del patcr~ialisiiioy del riiachisiiio): c) corresp«risahlc (Ei-ciitc al plaii-teamiento
de la vida cii clave de autoi-idad-obcdieiiciii).
2. El valor de la "solidaridad" eii el compromiso social
Si la familia cs rcaliiieiite ámbito dc coniuniúii y de participación se
convierte tanihiéii eii "proiiiotora del desai-i-ollo" humano (Medellíii). "La
coinuiiión y la participación vividas cotidiaiiaineiite en la casa, eii los
momentos de alcgría y de dificultad, rcprcsciita la pedagogía inás coinpleta y
eficaz paro la insei-ción activa, 1-espoiisable y fecunda de los Iiijos en el hori-
7.onlc más amplio de la socicclad" (FC, n. 37).
El Concilio Vaticano 11, adcinAs de acuñar una feliz cxliresióii, descu-hrió
una vei-tiente iinporlante de la vida fainiliar al afii-niai- que "la faiiiilia es
escuela del inás i-ico Iiumanismo" (GS, 11. 52). En la iamilio se crea la huina-nidad;
eii ella se condensa la sabiduría de lo Iiuiiiaiio; cii ella se logran las síii-tesis
vitales que constituyen "el fuiidaineiito de la sociedad" (GS, n. 52).
Juan Pablo 11 Iia retornado con particular carino este tema del Concilio
Vaticano Il y lo ha desarrollado sii-viéndose dc otras categoi-ías no inenos
sugerentes. En la exhortación apostúlica "Familiaris coiisortio" repite varias
veces la afirmación de que "la fainlia es la primera, fundamental e insuslitui-
hlc escuela dc socialidad" (FC, 11. 37; cf. iin. 42. 43). Eii la faiiiilia cncueiitraii
los ciudadaiios "la pi-in1ct.a escuela de csas virtudes socialcs, que soii el aliiia
y la vidii del desarrollo dc la socicdad iiiisiiia" (FC. ii. 42); la fairiilia ofrece a
I;i sociedad coiiio "priiiicra y l'uiidaiiieiital aporiaci6ii la expcrieiicia dc
coiiiuiiióii y participación que caracteriza su vida diai-ia" (FC, n. 43).
p.< l-i,d quc la fainilia sea escuela de huinanismo y de socialidad se precisa
eiicauzar el etlios de la vida fainiliar a través dcl sistema de valores que giran
cii toriio al eje axiológico de la solidaridad. Pertenecen a este sistema axioló-gico
los siguientes valores, que haii de inspirar la vida fainiliar:
el scntido de la ver<l<r<lerjnn sticin, que lleva al respeto dc la dignidad
personal de cada ser humano;
el sentido del verdadero [rmor, vivido coino solicilud sincera y servi-cio
desinteresado hacia los demás, cspecialmeiite hacia los más
pobres y necesitados:
-el don dc sí mismo. coino Icy que rige las relaciones familiares y que
es pcdagogia iiisustituible para iniciarse eii el valor del servicio hacia
la sociedad, sabiendo que es preferible dar que recibir;
- foi-iiiacióii cn el hogar de />er,sonrrsc oi?ci~riciotlr~c,so,n actitud critica
y dialogaiile, a fin de advertir, de sentir. de deiiunciai-, y dc solucio-iiar
las injusticias sociales;
-crear la estlr??ntiva prefirencinl de ser más sobre la tendencia del
teiicr, del poder, del valor y del sabre nias sin servir más.
La comunión de personas dentro del hogar y su coiicicncia de solidari-dad
con el coiijunto de la sociedad constituyen la nueva Irontera ética de la
familia. Estos dos valores forman el núcleo del elhos familiar. Freiile a los
pseudovalores propiciados por sisteinas éticos deformados y deformanles, la
ética de la comunidad solidaria es la propuesta válida para orientar el futuro
ético de la fainilia.
Marciano Vidal