ALMOGAREN. 19. (96) Págs. 49 - 64. O CENTRO TEOLOGICO DE LAS PALMAS
EL ABISMO DE LA POBREZA,
VISTO DESDE LAS CUMBRES MUNDIALES
JOSE J. ROMERO RODRIGUEZ
PROFESOR DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y EMPRESARIALES
ETEA DE CORDOBA
INTRODUCCION
E n este artículo presentamos una breve reflexión sobre las últimas
cumbres mundiales auspiciadas por Naciones Unidas. Lo hacemos desde un
determinado "lugar herrnenéutico", es decir, el sitio donde nos "ubicamos" en
nuestro imaginario personal y social; ello lleva consigo un replanteamiento de
muchas de nuestras perspectivas habituales y de nuestros juicios de valor.
No se trata de adoptar una visión "generosa", "solidaria". . . Se trata
simplemente de "ser reales", de constatar que el mundo "es así", ...y de que
es mejor saberlo, para no convertirnos en "marcianos en nuestro propio pla-neta".
No ver el mundo así es simplemente "equivocarse de planeta", cometer
un error esencial sobre la realidad en la que vivimos. Adoptar un lugar herme-néutico
correcto, ponernos en nuestro sitio, ensanchar la visión del mundo es
simplemente verlo tal cual es. Es el punto de partida imprescindible para cual-quier
planteamiento de lucha contra la pobreza. Es, de alguna manera, un giro
copernicano cultural y epistemológico.
En pocas palabras se trata de adoptar una perspectiva mundial, global y
de posicionarse en desacuerdo con la situación vigente. Coincidimos con
50 EL ABISMO DE LA POBREZA, VISTO DESDE LAS CUMBRES MUNDIALES
Federico Mayor Zaragoza, Director de la UNESCO: "Yo disiento con el 80%
como mínimo de las cosas del mundo que me rodea". Ante esa desigualdad y
ante la complejidad que conlleva (desagradable complejidad) la tentación es
la del campesino judío:
Hace muchos años, un campesino ignorante fue a visitar por pri-mera
vez un zoológico. En un determinado momento llegó al recinto en
el que se encontraba una jirafa y, durante un buen rato, visiblemente
encolerizado, se quedó mirando al animal. Finalmente, le dio la espalda
y se alejó, murmurando con rabia: "un animal así no existe".
La jirafa es la realidad asimétrica del mundo frente a la cual nos
encontramos; el campesino testarudo, que prefiere declarar como inexisten-te
la diversidad, es el hombre europeo moderno, forjado por la ideología,
completamente incapacitado para reconocer la dureza que la resistencia de
lo real opone a las apropiaciones ideales, y absolutamente ciego frente al
mundo de la explotación y de la opresión que su civilización ha producido y
produce ('1.
Vamos a recorrer esas últimas Cumbres mundiales sobre las problemá-ticas
más importantes de la humanidad. Nos referimos a esas reuniones al más
alto nivel, auspiciadas por las Naciones Unidas, que han tenido lugar en Río
en 1992, en El Cairo en 1994, en Copenhague y Pekín en 1995 y en Estambul
hace tan sólo unas semanas. Pedaleando juntos vamos a subir a esas cinco
cumbres y es mi deseo que al ascender obtengamos una visión con buena pers-pectiva
que nos permita otear el horizonte y adivinar cuál deba ser nuestro iti-nerario.
Para que este recorrido no se haga muy largo y tedioso, de cada una de
esas cumbres diremos solamente unas pocas palabras e intentaremos extraer
al final algunas breves reflexiones generales.
RIO 1992: EL DESARROLLO SOSTENIBLE(')
Nuestro recorrido va a comenzar lógicamente en Río de Janeiro. En
1992 se celebró .en aquella bella y compleja ciudad brasileña una Cumbre
mundialmente famosa. Se trataba propiamente de la 111 Conferencia de las
(1) MARTINEZ GORDO, J. y OTROS: Del miedo a la libertad al miedo a la solidaridad, en
Cuadernos "Instituto de Teologia Fonamental", 23, p. 21 (la parábola de la jirafa estaba
tomada de A. Oz, In terra dlIsraele. Genova, 1992, p. 169).
(2 Cfr. JOSE ROMERO RODRIGUEZ, J. (1993): Más allá del desarrollo sostenible. A
propósito de la Cumbre de Río 92, en Revista de Fomento Social, 189 , enero-marzo,
pp. 11-40.
JOSE J. ROMERO RODRIGUEZ 51
Naciones Unidas sobre desarrollo y medio ambiente (CNUCED). Hubo otras
dos antes en Estocolmo en 1972 y en Nairobi en 1982. Tuvo lugar del 3 al 14
de junio y asistieron delegaciones de 178 países. La Conferencia acabó con la
Cumbre de la Tierra por la que desfilaron nada menos que 118 jefes de estado
y de gobierno. El objetivo concreto de la Cumbre era discutir y aprobar cinco
textos: dos convenciones, dos declaraciones y la Agenda 21, programa de
ación para el siglo XXI.
La Declaración de Río o Carta de la Tierra enuncia 27 grandes princi-pios
para una buena gestión de los recursos del planeta. Esta carta resume la
filosofía del desarrollo sostenible elaborada bajo el patrocinio de las Naciones
Unidas por la famosa Comisión Brundtland.
Más difícil de adoptar fueron la Declaración sobre el bosque y el
Convenio sobre la biodiversidad. Los países del Sur se resistían a que los ricos
del Norte les impusieran trabas medioambientales y territorios reserva, con
limitación de su soberanía y freno a su propio crecimiento económico. Menos
dificultad suscitó el Convenio sobre el clima. Por último la Agenda 21 es un
catálogo de 800 páginas donde se enumeran los programas de Acción que
deberán ser promovidos en el siguiente decenio. Es el documento que suscitó
la mayor unanimidad, en la medida en que cada Estado miembro podía extra-er
del mismo un programa a su elección y fijar él mismo su participación
financiera.
Si hubiera que hacer un balance sobre esta cumbre habría que decir que
lo más positivo fue el hecho mismo de su celebración. El impacto que lograron
-gracias a los medios de comunicación- las preocupaciones que están en la
base de su convocatoria supusieron un avance cualitativo en la sensibilización
mundial hacia este tipo de problemas: la conciencia de que sólo con plantea-mientos
globales y enfoques que superen los egoísmos nacionales y locales
será posible afrontar los enormes desafíos que tiene planteados la humanidad
y su casa, el planeta tierra.
Río 92 consagró mundialmente el concepto mismo de desarrollo soste-nible
de la Comisión Brundtland en su famosísimo libro Nuestro futuro
común: es aquel que satisface las necesidades del presente sin limitar el poten-cial
para satisfacer las necesidades de las generaciones futuras(3).
En pocas palabras, la tesis del desarrollo sostenible vino a cuestionar el
concepto tradicional de crecimiento, que los autores de Nuestro futuro común
denominan crecimiento de la producción y que depende de un consumo cre-
(3) GRO HARLEM BRUNDTLAND (Dir.) (1987): Nuestro futuro común. Ed. Alianza,
Madrid, 1989.
52 EL ABISMO DE LA POBREZA. VISTO DESDE LAS CUMBRES MUNDIALES
ciente de energía y otros materiales naturales no renovables, que no puede
sostenerse a largo plazo (es insostenible) y que debería dar paso a la búsqueda
de fines económicos que requieran usos menos intensivos de recursos. En dos
palabras, desarrollo sostenible o sustentable quiere decir un desarrollo econó-mico
que sea compatible con los recursos disponibles (que son finitos, limita-dos,
escasos y mal repartidos) y con la conservación del medio ambiente. Que
no sigamos con la disparatada e irresponsable costumbre de quemar la casa en
que vivimos para asar el cerdo que nos comemos.. .
Pero hay que tener cuidado con el mal uso del concepto mismo de desa-rrollo
sostenible. Si por desarrollo sostenible se entiende un modelo en el que
continuarán, todo lo corregidas que se quieran, las pautas de crecimiento eco-nómico
vigentes en los países industrializados, dicho modelo no tiene futuro
ninguno. Aceptamos la viabilidad del desarrollo sostenible, sólo en la medida
que implique crecimiento para los pobres y desarrollo cualitativo, sin creci-miento
cuantitativo, para los ricos. En último término el desarrollo o es soste-nible
o no es desarrollo.
Es preciso empezar a pensar en que es posible, al menos entre los
ricos, desarrollo sin crecimiento. Crecer significa aumentar de tamaño
mediante la asimilación o la acumulación de materiales; desarrollarse signifi-ca
expandir o utilizar la capacidad potencial, para alcanzar un estado más
completo, mayor o mejor. Cuando algo crece se vuelve cuantitativamente
mayor; cuando se desarrolla se vuelve cualitativamente mejor o, por lo
menos, diferente. El crecimiento cuantitativo y el mejoramiento cualitativo
siguen diferentes leyes; un árbol, un animal, una persona, no crecen indefini-damente;
nuestro propio planeta se desarolla en el tiempo sin crecer. Nuestra
economía, un subsistema de una tierra finita y limitada y que no crece, debe
adaptarse a un patrón semejante de desarrollo, sin crecimiento indefinido ni
indiferenciado.
Han pasado cuatro años y los compromisos de Río aún no se han lleva-do
a la práctica. Federico Mayor, director de la UNESCO, afirmaba hace
pocas semanas en Estambul que unos años "después de la Conferencia de Río
el medio ambiente está mucho peor. Esto es lo que la gente y la Prensa tiene
que exigir a sus líderes. La Agenda 21 hay que ponerla en práctica, caiga
quien caiga" '4).
En dos palabras: como decía el Informe Brundtland "El mundo no es
una herencia de nuestros padres, sino un préstauno de nuestros hijos".
(4) DE LA CAL, J.C. (1996): Entrevista a Federico Mayor Zaragoza, Director de la UNES-CO,
en El Mundo, (9 de junio, p. 33).
JOSE J. ROMERO RODRIGUEZ 53
EL CAIRO 1994'') : ;MENOS POBRES O MENOS POBREZA?
Como sabemos ésta fue la 3" conferencia de las Naciones Unidas sobre
la población, que sigue a la la celebrada en Bucarest en 1974 y a la 2" en
México en 1984. La Conferencia se celebró entre el 5 y el 13 de septiembre de
1994.
"Diez minutos de desarrollo y diez días de aborto". Así ha sido definida
por algunos la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Población y
Desarrollo que se celebró en El Cairo en septiembre de 1994. A juzgar por el
eco despertado en los medios de comunicación, el tema estrella hubiera sido
el de las políticas anti-natalistas, mientras que poco o casi nada se habría avan-zado
en los grandes retos planteados por la escandalosa situación de desigual-dad
de nuestro mundo.
El origen de la "batalla" estuvo en la polémica sobre si el texto pro-puesto
debía o no incluir la consideración del aborto como un instrumento de
control de natalidad. Lógica y naturalmente el Vaticano -con sus incómodos
aliados islámicos y algunos otros países- se oponía a la inclusión de dicha
consideración en el documento final.
Parece difícil no reconocer que es preciso frenar un crecimiento demo-gráfico
exponencial indefinido. De hecho ni siquiera la doctrina católica más
oficial niega eso. Nos parece también claro que banalizar el aborto no debería
ser precisamente una forma de afrontar semejante problema. Sin embargo, no
es nuestro objetivo aquí profundizar en las complejas implicaciones morales
del tema de la demografía mundial.
Es de sobra conocido que el principal freno a las excesivas tasas de
natalidad son la educación y el propio desarrollo. Las políticas anti-natalistas
no constituyen nunca, por sí mismas, un instrumento de desarrollo. Por el con-trario,
el desarrollo por sí solo es un freno a los crecimientos demográficos
galopantes.
En muchos lugares del Tercer Mundo tener hijos es para los padres la
única garantía de supervivencia: se tiene muchos hijos, entre otras razones,
porque normalmente un alto porcentaje de los niños mueren antes de tiempo
y porque al llegar los padres a la vejez (por cierto, muy prematura) y al no
existir nada parecido a un sistema de pensiones o de ayuda a los ancianos, la
piedad filial es la única garantía de supervivencia para los mayores. Está sufi-cientemente
demostrado que donde disminuye la mortalidad infantil y aumen-
(5) CONSEJO DE REDACCION (1995): De cumbre en Cumbre, en Revista de Fomento
Social, 199, julio-septiembre, pp. 303-326.
54 EL ABISMO DE LA POBREZA, VISTO DESDE LAS CUMBRES MUNDIALES
ta la educación y los ingresos de las mujeres se produce un descenso automáti-co
de la natalidad.
Lo que es indiscutible es que ... jmientras menos pobres nazcan menos
pobres habrá! Llevado a sus últimas consecuencias, el razonamiento más lógi-co
conduciría por tanto al absurdo de que la solución más eficaz al problema
de la desigualdad es fomentar la natalidad de los ricos y frenar la de los
pobres.. . No hay que pensar mucho para intuir a dónde nos puede conducir
este tipo de razonamientos.. .
Debajo de toda esta complicada polémica está latente con frecuencia
una gigantesca falacia cargada de consecuencias. Dicha falacia -puesta de
relieve por Susan George- puede expresarse en forma de silogismo de la
siguiente manera:
1.- Los recursos mundiales, incluyendo los alimentos, son limitados.
2.- Es así que hay demasiada gente en el mundo, y todo el mundo
sabe que los países más pobres tienen las más altas tasas de natali-dad.
Ergo.. ., por tanto,
3.- son los pobres los que están consumiendo los recursos del plane-ta"
(6).
Por tanto, la solución estaría en frenar de todas las formas posibles el
crecimiento de la población en los países del sur.. .
Es indiscutible que el crecimiento de la población agrava de forma trá-gica
los problemas de los países pobres. Es evidente que es preciso llegar a un
modelo demográfico sostenible (equilibrio, por cierto, muy difícil.. .) a través
de lo que los expertos en demografía califican "transición demográfica". Pero
en el silogismo anterior -y en buena parte de los debates sobre el problema
demográfico mundial- se olvida el problema esencial.
No son los países pobres quienes consumen los recursos escasos. Somos
los países ricos del Norte (jprecisamente los que ya hemos frenado de forma
drástica -y a veces problemática- el crecimiento de nuestra población!), los
que estamos consumiendo la gran mayoría de los recursos no renovables del
mundo, los que hemos deteriorado el planeta con nuestra depredadora irres-ponsabilidad
ecológica y los que hemos consolidado un sistema económico y de
dominación que hace inviable el desarrollo económico del Sur.
Sin negar la necesidad de afrontar los problemas demográficos, de lo
que hay que discutir es de esto: de la absolutamente necesaria redistribución
(6) GEORGE, S. (1986): How the othe half dies. The real resasons for world hunger. Ed.
Penguin Books, p. 54-55.
JOSE J. ROMERO RODRIGUEZ 55
de la riqueza, del capital, de la tecnología, de la educación, del poder, etc. a
nivel mundial. Ello implica de forma inevitable un freno al crecimiento econó-mico
del norte y una masiva acción de solidaridad internacional. Sin esa redis-tribución
masiva no hay "desarrollo sostenible". Sin ese reequilibrio del poder
y del saber, no hay campaña anti-natalista en el mundo capaz de acabar con el
abismo de la desigualdad y el escándalo de la pobreza. ¿No será que detrás de
las políticas anti-natalistas a ultranza se esconde el rechazo a un re-plantea-miento
más radical de nuestro propio modelo económico? ¿No será que resul-ta
mucho más fácil, más "barato" y, sobre todo, mucho más "indoloro" para
los países ricos disminuir el número de los pobres, que disminuir su pobreza?
En dos palabras: después del Cairo ha quedado más claro que luchar
contra la pobreza es la mejor manera de disminuir el número de pobres.
COPENHAGUE 1995''): EL RETO MUNDIAL DE LA POBREZA Y LA
EXCLUSION
Pero iniciemos el ascenso a nuestra tercera cumbre. Las Naciones
Unidas celebraron en Copenhague, del 6 al 12 de marzo de 1995, la "Cumbre
sobre el desarrollo social", con la presencia de jefes de Estado de 184 países.
A la reunión asistieron cerca de 20.000 personas entre las delegaciones guber-namentales
y las organizaciones no gubernamentales. Los temas centrales de
la Cumbre de desarrollo social eran: pobreza, desempleo y exclusión social.
La expectativa que había despertado esta conferencia, como otras ante-riores,
era considerable. Por lo que cuentan los asistentes, los conflictos aflora-ron
fuertemente, poniendo sobre la mesa no sólo el problema social mundial,
sino también sus causas y sus consecuencias. Naturalmente, la globalización
del nuevo orden mundial, con la hegemonía de la economía de libre mercado,
fue quien marcó la divisoria de las aguas en estos debates.. . Se oyeron fuertes
críticas a las instituciones de Bretton Woods y a las tesis del "mercado total".
El propio presidente francés Franqois Mitterrand afirmó: "No podemos per-mitir
que el mundo se transforme en un mercado global en el que imperen las
leyes de la selva". Enrique Iglesias, director del Banco Interamericano de
Desarrollo, reconocía que "la pobreza les ha superado" y "que los organismos
internacionales de crédito han pecado de reduccionismo económico".
En la práctica, Copenhague se tradujo en dos documentos distintos: la
Declaración, donde se formulan los principios y los compromisos adoptados
en la Cumbre, y el Programa de Acción, que desarrolla las políticas, acciones y
(7) CONSEJO DE REDACCION (1995): Cfr. Nota 4.
56 EL ABISMO DE LA POBREZA, VISTO DESDE LAS CUMBRES MUNDIALES
medidas para hacer realidad lo anterior.
Según los analistas de la Conferencia, la declaración final, que contiene
los compromisos y metas de la asamblea, no consiguió expresar la riqueza de
la discusión. Ésta, por cierto, se vio sobre todo politizada por el casi simultá-neo
desastre financiero de México, con sus consecuencias en cascada sobre
otros países (el llamado "efecto tequila") y sobre la estabilidad monetaria
mundial. Como suele suceder en estas cumbres, fueron precisos muchos arbi-trajes
para llegar al consenso. Pero hay un punto central sobre el que el texto
aprobado insiste: en el mundo actual existen las condiciones económicas y tec-nológicas
para resolver el problema de la pobreza.
Los compromisos de la Cumbre se recogen en el Programa de Acción.
Si es verdad que los documentos originales, los preparatorios de la Cumbre,
habían generado grandes esperanzas por lo comprometido de sus análisis, sin
embargo, conforme se acercaba la Cumbre, los documentos se fueron aguan-do.
Propuestas como el dividendo de la Paz del Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD), el denominado "impuesto Tobin" sobre
las transferencias internacionales de capital (propuesta del premio Nobel
James Tobin para gravar los capitales especulativos, en beneficio de la lucha
contra la pobreza) o la petición de realizar una auditoría de los organismos
internacionales de crédito que sea presentada a la Asamblea General de las
Naciones Unidas, no fueron adoptadas y, en muchas ocasiones, ni siquiera dis-cutidas.
Faltó voluntad política y decisión.
Sin embargo, se alcanzó el compromiso de que el 20% de la coopera-ción
externa sea destinado a los programas sociales y que el 20% del presu-puesto
del gobierno del país receptor haya de estar también orientado a este
fin. También presionaron por la condonación de la deuda externa de los paí-ses
endeudados de bajo nivel de ingreso, pero en este ámbito sólo se produje-ron
algunos gestos simbólicos, precisamente de los pases nórdicos.
Las ONG que asistieron a la ya habitual Cumbre paralela sintetizaron
los aspectos positivos de la Cumbre oficial en los siguientes diez puntos: el
tono ético y espiritual de las discusiones; el reconocimiento del papel que
tiene la sociedad civil en la promoción del desarrollo social; el reconocimiento
de que las fuerzas del mercado, por sí solas, son incapaces de promover el
desarrollo social; la globalización de los problemas afecta a todas las naciones,
ricas y pobres, y requiere la globalización de las respuestas; el excesivo consu-mo
de las naciones ricas es una causa mayor de la desviación del desarrollo,
tanto en los países pobres como en los ricos; la necesidad de cambiar la seguri-dad
militar por la seguridad de la gente o dejaremos un mundo más pobre y
más violento a la siguiente generación; etc. etc.
JOSE J. ROMERO RODRIGUEZ 57
Otros comentaristas más críticos denuncian lo que siguen siendo los
tres grandes bastiones intocables a corto plazo en esta escena geopolítica
internacional: el dominio hegemónico del neo-liberalismo, con toda su ambi-güedad
y sus efectos negativos; el sistema de mercado como forma indiscutida
e indiscutible de asignación de recursos; la invulnerabilidad de las obligacio-nes
de devolver la deuda externa.
Como ya había sucedido en cumbres anteriores, tuvo lugar una "parale-la"
auspiciada esencialmente por las ONG. Las ONG se mostraron disconfor-mes
con el documento oficial por la adopción implícita e indiscutida del mode-lo
económico neoliberal, considerando a este último como contradictorio con
los objetivos de equidad y desarrollo sostenible.
Entre las reflexiones críticas destacaron también de modo especial las
que ofreció, en su muy aplaudida intervención de Copenhague, Konrad
Raiser, presidente del Consejo Mundial de las Iglesias. Sus palabras nos sirven
de resumen de esta etapa:
"un modelo alternativo de desarrollo y un cambio fundamental de con-ciencia
y de valores; . . .la humanidad -dijo- ha desarrollado un sentido de lo
mínimo, y no hay razón para no considerar el sentido de lo máximo, más allá
del cual el consumo conduce a la ruina; ... se necesitan cambios en los valores
que orientan la vida y la acción, un cambio de corazones y de mentes para pro-mover
la cultura de solidaridad y vida".
PEKIN 1995: FEMINIZAR EL DESARROLLO
Del día 4 al 15 de septiembre de 1995 tuvo lugar en Pekín la IV
Conferencia mundial sobre la mujer: "acción para la igualdad, el desarrollo y
la paz". La dos primeras conferencias se habían celebrado respectivamente en
Ciudad de México en 1975 (con un marcado signo occidental) y en
Copenhague en 1980.
Una vez más, la polémica fue grande en las discusiones y los medios
de comunicación del mundo entero le dedicaron una gran atención. El
número de asistentes superó en Pekín -transformada en "capital de la
mujern- incluso a Copenhague. Para esta IV Conferencia acudieron más de
30.000 delegados (X) (mujeres, en su mayoría) en busca de una "fraternidad
femenina global". Los 4.995 delegados oficiales representaban a 189 países.
Eso sí, la gran mayoría de los jefes de Estado que estuvieron presentes eran
(8) Aunque en este asunto de las cifras, las referencias de prensa están muy lejos de ponerse
de acuerdo.. .
58 EL ABISMO DE LA POBREZA, VISTO DESDE LAS CUMBRES MUNDIALES
varones ..., con excepciones tan expresivas como la primera ministra de
Pakistán, Benazir Bhutto.
Para la "Cumbre paralela", celebrada entre el 30 de agosto y el 8 de
septiembre, 20.000 representantes de más de 2.000 ONG (frente a las 300 de
hace 10 años) acudieron a un lugar situado a 52 km. de Pekín, con la clara
intención de mantenerlos alejados del centro de la capital y no pocas cortapi-sas
de parte del gobierno de Pekín, lo que estuvo a punto de provocar incluso
su suspensión. Por eso se ha señalado con mucha razón que no deja de ser
paradójico que esta Cumbre se haya celebrado precisamente en China, en
Asia, uno de los lugares del mundo donde más se vulneran los derechos huma-nos,
entre otros, los derechos de la mujer.
También en este caso la Conferencia aprobó una breve Declaración y
un extenso texto titulado Plataforma de acción. El objetivo central de ambos
documentos está formulado en términos de "empowerment of al1 women"
(Plataforma, no 9), una expresión de difícil traducción al castellano, algo así
como "reforzamiento de todas las mujeres7'.
Es imposible siquiera hacer un resumen de todo. Pero hay un denomi-nador
común a estas páginas: la preocupación por que se alcance una efectiva
igualdad entre el hombre y la mujer. Por eso, el texto destaca continuamente
la mayor vulnerabilidad de la mujer debido a su discriminación frente al
varón: es un círculo vicioso que hay que romper, porque la mayor vulnerabili-dad
aumenta la discriminación, y ésta hace a la mujer más débil aún. Por lo
que se observa en el contenido de los documentos finales, en Pekín hubo un
consenso sobre la necesidad de afrontar de una vez la discriminación de la
mujer en todas sus manifestaciones; hubo también acuerdos sobre cuestiones
claves como la violencia contra la mujer, los derechos sexuales y reproductivos
o el acceso a los recursos financieros.
En otros muchos temas que no podemos tocar aquí para no alargarnos,
la Cumbre de Pekín ha vuelto a poner en evidencia cuál es el problema mun-dial
por excelencia, insistiendo en lo que ya se manifestara en otras recientes
conferencias de las Naciones Unidas: la necesidad inaplazable de emprender
una mejor distribución de la riqueza, del capital, de la tecnología, de la educa-ción,
del poder, en una palabra, de todos los recursos disponibles en el plane-ta.
Hasta ahora, la dialéctica Norte-Sur se planteó como un conflicto geo-eco-nómico;
Pekín ha puesto de relieve que la polarización se da también entre
géneros y entre sistemas culturales. Ello implica, de forma inevitable, poner
freno al crecimiento del Norte, revisar la viabilidad de un modelo económico
basado en el aumento del bienestar gracias al crecimiento continuo, empren-der
una acción masiva de solidaridad internacional. Sin estos nuevos plantea-mientos
no hay "desarrollo sostenible".
JOSE J. ROMERO RODRIGUEZ 59
La pobreza, como hecho mayor de nuestro mundo contemporáneo,
deja sentir con mayor dureza sus efectos sobre la mujer. Es lo que se ha dado
en llamar "la feminización dela pobreza": en este mundo nuestro, si naces
mujer y además en el Tercer Mundo, tienes un altísimo porcentaje de probabi-lidad
de ser pobre o muy pobre. Ello no es sino la consecuencia de esa mayor
vulnerabilidad de la mujer, que también se ve discriminada en la lucha por
acceder a los recursos de la sociedad.
Han sido muchos los avances en los últimos cincuenta años, desde que
en la Declaración de Derechos Humanos se propugnó la igualdad entre hom-bres
y mujeres; pero en los países del hemisferio sur la mujer sigue arrastran-do
las cargas más pesadas: trabajo en el campo, analfabetismo, discriminación
por sexo, violencia, inmigración, sida, conflictos armados, prostitución ...
"Estas mujeres -como dice el documento presentado por la Santa Sede en
Pekín- soportan con frecuencia el peso de una pobreza cuyas consecuencias
se manifiestan en la precariedad de lugar de vida, por la ausencia de instala-ciones
sanitarias, de servicios médicos o de escuelas y también por la disgrega-ción
de la familia debido a la emigración o a los trabajos estacionales. El aban-dono
del marido les obliga a hacerse cargo de la propia familia material y
moralmente.. ."
Hoy está de moda adjetivar de diversas maneras el término "desarro-llo".
Se habla de desarrollo endógeno, desarrollo sostenible, desarrollo huma-no..
. Después de Pekín-95 habría que empezar también a "feminizar" el con-cepto
de desarrollo. En pocas palabras: el mundo sería mejor si se
generalizaran y respetaran más los sistemas de valores femeninos; el verdade-ro
desarrollo no sólo debe contar con las mujeres sino ser protagonizado por
ellas. Cuando se habla de desarrollo sostenible, en el fondo, se trata de intro-ducir
valores más femeninos, relacionados con la calidad de vida y no con la
cantidad de consumo.. .
Por eso, aunque pueda sonar a canto "extra chorum", cabe preguntarse
si, con tanto afirmar la igualdad, la Conferencia no se ha olvidado de valorar
adecuadamente aquello que en la mujer es distinto del varón, esas característi-cas
que nos permitirían hablar con toda razón de feminización del desarrollo.
La desigualdad hombre-mujer, cuando no significa discriminación ni superio-ridad
de uno sobre otro, es complementariedad y, por tanto, fuente de enri-quecimiento.
La promoción de la mujer no pretendería sólo "elevar" a ésta
hasta donde el varón ha llegado, sino enriquecer a la humanidad con otra
forma alternativa de vivir lo humano que matiza y completa una comprensión
excesivamente masculina y agresiva del mundo (y también del desarrollo).
En dos palabras: frente a la feminización de la pobreza, feminizar el
desarrollo.
60 EL ABISMO DE LA POBREZA, VISTO DESDE LAS CUMBRES MUNDIALES
ESTAMBUL 1996"): EL DERECHO A LA VIVIENDA
Del 3 al 14 de junio de este año se celebró en Estambul la segunda
Conferencia Mundial sobre los Asentamientos Humanos, llamüda Hábitat 11,
organizada por Naciones Unidas. La anterior conferencia (Hábitat 1) había
tenido lugar en 1976, hace nada menos que 20 años, en Vancouver, Canadá.
La ciudad de Estambul estaba prácticamente tomada por la policía, cuya obse-sión
era deshacer el más mínimo atisbo de manifestación en apoyo de los kur-dos.
Es la última gran conferencia de este siglo.
En la Cumbre de Estambul ha habido una cierta decepción por el
hecho de que la asistencia de los jefes de estado ha sido mucho menor de lo
deseado; significativamente sólo asistieron líderes de países pobres: Benazir
Bhutto de Pakistán fue sin duda la mujer más esperada; Fidel Castro fue su
competidor masculino. La ausencia de líderes fue compensada por la presen-cia
de innumerables alcaldes y ONG. En esta cumbre los asistentes acredita-dos
fueron 17.000, contando expertos de gobiernos, empresas, ONG y univer-sidades
( l o ) , mientras que en la Cumbre de la Tierra de Río se llegó a
contabilizar 50.000.
El objetivo principal de Hábitat 11 era diseñar un plan mundial de
actuación en materia de lo que se llamó "asentamientos humanos" para los
próximos 20 años. Las condiciones de vida sobre el planeta están sufriendo un
deterioro sin precedentes, en gran parte debido al aceleradísimo proceso de
urbanización. Al inicio de este siglo sólo un 14% de los seres humanos vivía
en ciudades, mientras que para el cercano año 2000 más de la mitad de la
población mundial será urbana.
El 90% del crecimiento de la población mundial ocurre en las ciudades.
Si la mayor parte de la humanidad (77%) vive en países empobrecidos, las
condiciones de vivienda en estos países son sumamente precarias. Habituados
como estamos, incluso los que no somos especialmente ricos, a disfrutar de
una vivienda, con agua corriente, luz, desagüe, entornos urbanizados, etc., nos
cuesta mucho hacernos una idea de cómo viven las mayorías urbanas y rurales
de esos mayoritarios países pobres.
Si hay algo que no deja de impresionarnos profundamente en nuestros
frecuentes viajes a países de América Latina es constatar las condiciones de
enorme penuria de vivienda de la mayor parte de la población. Todo el
(9) SALAS SERRANO, J. (1996): De aquia 20 años. Cumbre mundial Hábitat II, en El Pais,
(8 de junio, p. 34).
(10) Aunque también en este Cumbre las cifras de asistentes que encontramos en la prensa
son muy dispares.
JOSE J. ROMERO RODRIGUEZ 61
mundo sabe lo que significan las ciudades del tercer mundo, pero una cosa es
saberlo y otra es verlo ... o incluso olerlo: filas y filas de miles de chabolas y
barracas miserables a dos pasos de rascacielos ultramodernos o de chalets
lujosísimos; niños esqueléticos jugando semidesnudos en el barro y la porque-ría
(cuando no "trabajando" en los inmensos basureros del extraradio) en
medio de nubes de humo contaminado, miles de vendedores ambulantes; una
altísima criminalidad callejera.. . Faltan viviendas dignas, pero también trans-porte,
auxilios sanitarios, sistema educativo en condiciones. La carencia de
agua es uno de los problemas que más impacta al visitante de nuestros países
acomodados.. .
Por eso el lema de Estambul podría ser: "El derecho a la vivienda es
innegociable". En efecto ¿por qué pasará a la historia Hábitat II?: por primera
vez el derecho a la vivienda es considerado solemnemente en un foro de esta
magnitud como un verdadero derecho humano y se urgió a los gobiernos a
que redoblen sus esfuerzos en este aspecto(").
Aunque parezca increíble, de entrada, Estados Unidos se oponía a
reconocer como derecho humano el derecho a una vivienda digna; al final,
presionado por todos, los americanos se sumaron al resto de los países al rea-firmar
el derecho a una vivienda adecuada y reconocer la "obligación" de los
gobiernos de ayudar a los ciudadanos a tener un techo.
La cumbre de Estambul ha dedicado una atención especial a las llama-das
mega~iudades"~A).c tualmente hay en el mundo 12 ciudades con más de
10 millones de habitantes: Nueva York, Los Angeles, México DF, Sao Paulo,
Buenos Aires, Bombay, Calcuta, Pekín, Shangai, Seúl, Tokyo y Osaka. Para el
año 2000 serán 25: a la lista anterior se añadirán Bangkok, El Cairo, Nueva
Delhi, Dhaka, Djakarta, Johannesburgo, Karachi, Lagos, Londres, Manila,
Moscú, París y Río de Janeiro. De estas 25 ciudades, 19 están en el Tercer
mundo. El año pasado por estas fechas tuve ocasión de sobrevolar Sao Paulo:
la vista aérea de aquella gigantesca ciudad me impresionó enormemente; mi
avión era naturalmente un jet y parecía que la ciudad nunca se acababa.
No todo es negativo. Uno de los atractivos de esta reunión ha sido una
gran exposición titulada "Catálogo de buenas prácticas": experiencias para
resolver los problemas de las ciudades. Se presentaron 800 de las cuales la ONU
seleccionó 100, entre ellas la remodelación de barrios de la periferia de Madrid.
Lo debatido y pactado en la cumbre de Estambul sobre los asentamien-tos
humanos se plasma en una declaración de dos folios y una Agenda Hábitat
de más de 120.
(11) El Mundo, (8 de junio de 1996, p. 33).
(12) HAGER, M. and BARTHOLET, J. (1996): Megacities, en Newsweek, June 10, pp. 42-47.
62 EL ABISMO DE LA POBREZA, VISTO DESDE LAS CUMBRES MUNDIALES
Para todo esto hace falta mucho dinero y bien gastado. Los países
pobres aprovechan siempre estos grandes foros para solicitar que los desarro-llados
cumplan de una vez el tan prometido 0,7% del PIB como ayuda oficial
al desarrollo; en Estambul reclaman además que buena parte de ese dinero se
dirija a las ciudades.
Como decía en Estambul con mucha razón el ya citado Federico
Mayor: "Cuando me preguntan que de dónde va a salir el dinero para arreglar
el mundo, siempre respondo lo mismo: el año pasado se gastaron 930.000
millones de dólares en armamento y 400.000 millones en drogas. Así que ese
cuento ya no vale".
CONCLUSION: "DE CUMBRE EN CUMBRE". ..
En Río, 1992, la Cumbre ecológica. En El Cairo, 1994, la Cumbre sobre
la población. En Copenhague, 1995, la Cumbre social. Más recientemente, en
Pekín, también 1995, la Cumbre sobre la mujer. Recientemente, Estambul,
1996, la Cumbre sobre asentamientos humanos. ¿Palabras vacías? ¿Gritos en
el desierto? ¿Tiempo perdido? ¿Esfuerzos inútiles?
A pesar de todo, creemos que no. Estas conferencias constituyen una
ocasión única, de gran relieve, para que se produzcan ciertos gestos de alcance
insospechado (avances en legislación internacional contra la contaminación,
acuerdos sobre derechos mínimos a respetar, condonaciones parciales de la
deuda, etc). En segundo lugar, como ya indicamos, se trata de espacios privile-giados
para la articulación a escala mundial de los intereses de las grandes
mayorías víctimas de la pobreza y de la marginación; a diferencia de los repre-sentantes
de los gobiernos y de los grandes poderes financieros o económicos
mundiales, se trata de colectivos que difícilmente tienen otros foros de
encuentro y coordinación. Por último, y esto quizás sea lo más importante,
estas conferencias van creando -por lo menos- un cierto "consenso" ético y
político sobre los grandes problemas de la humanidad y, de alguna manera,
hacen avanzar las mentalidades y la conciencia de la opinión pública mundial
sobre la situación y perspectivas del planeta, en particular de sus habitantes (o
mejor "supervivientes". . .) más desfavorecidos.
En el debe de este balance hay que situar la falta de métodos eficientes
de control y seguimiento de los acuerdos y resultados de estas conferencias.
Existe también un indudable peligro de los propios colectivos, afectados por
los problemas que allí se denuncian, de dejar en manos "ajenas" la defensa de
sus intereses o a esperarlo todo "de fuera" y "de arriba". Por último, en estos
foros internacionales siempre existe un problema de metodología: es muy difí-
JOSE J. ROMERO RODRIGUEZ 63
cil determinar los caminos adecuados para alcanzar el consenso y es inevitable
que se produzca un cierto "descafeinamiento" de los compromisos y recomen-daciones.
Para terminar, añadimos una breve reflexión sobre lo que me parece un
cambio esencial en la significación del fenómeno de la pobreza y exclusión
social a escala mundial. Estas "cumbres" sirven, al menos, para asomarse a los
"abismos" de la pobreza y descubrir el doble discurso, el de los ricos y el de
los pobres. La exclusión es la otra cara de un discurso que -por razones esté-ticas-
dice buscar la justicia y la equidad.
Ahora bien, el problema de la pobreza es tan grave, tan gigantesca la
masa de los "excluidos" o "sobrantes7' (el nuevo rostro de los pobres), tan
masiva la discriminación y pauperización de la mujer, que su presencia silen-ciosa
o ruidosa es cada día más "insoportable" para el mundo de los satisfe-chos.
Son excluidos del trabajo en sentido convencional, del mercado, del
conocimiento, de la educación (exclusión política), en fin, de los derechos más
elementales.. .
Se trata de un fenómeno cuantitativamente tan importante, que eso
mismo lo convierte en cualitativamente distinto de la simple pobreza, esa "que
siempre ha existido". Para el sistema dominante, esas masas ya no son ni
siquiera un "ejército de reserva" o un "mercado potencial". Simplemente
sobran, estorban y, desde luego, molestan.. .
Es posible que los excluidos (¡ellos y ellas!) "sobren" en el sistema
desde un punto de vista estrictamente funcional; pero no desde un punto de
vista político y moral: el fenómeno reviste tal envergadura y gravedad, la ines-tabilidad
social, política y hasta militar que generan es tan grande (migracio-nes
por muchos lugares, problemas en Africa, etc.) que, a excepción de las
fuerzas más "duras" e insensibles del sistema, todos tienen que reconocer que
no hay futuro para la humanidad manteniendo estas ingentes cantidades de
pobres marginados que suman más de mil millones de habitantes en el planeta
o la discriminación por género de una ingente cantidad de mujeres, muchas de
ellas pertenecientes precisamente a esos mismos colectivos de pobres.
De ahí su indudable presencia "moral" en todas estas grandes conferen-cias
internacionales auspiciadas por la ONU (a veces ligeremente explícita,
como en estas cumbres que comentamos, y en las anteriores). Aunque luego
todo quede en declaraciones y documentos, es una señal de que "hay que con-tar
con esta realidad". El auge en minorías ruidosas de la xenofobia y el racis-mo
en los países ricos, con la consiguiente reacción y hasta alarma de la mayo-ría
de la población es otro indicador. El eco que despiertan las catástrofes
(estilo Ruanda) en los países ricos, las campañas "de solidaridad", expresión
64 EL ABISMO DE LA POBREZA, VISTO DESDE LAS CUMBRES MUNDIALES
de una creciente mala conciencia, etc. son signo de lo que queremos decir. La
globalización de las comunicaciones explica en buena parte esa nueva "intole-rabilidad".
La gravedad del fenómeno es tal, que cambia su "status" político y su
dimensión social. Ya no se puede decir impunemente que las sociedades opu-lentas
"prescindan" o que simplemente "no necesitan" a esas masas sobrantes
y excluidas. Aunque les incomodan, no pueden prescindir de ellas, poco a
poco les van quitando cada vez más el sueño ... Los excluidos del mundo son
un permanente cuestionamiento del orden establecido.
Para los cristianos ese papel cuestionados de los pobres es algo que no
puede producir extrañeza. Esta presencia de los pobres y los débiles (¡ellos y
ellas!) como señal del Reino -y sus privilegiados destinatarios- y como ins-tancia
crítica permanente de los poderes de "este mundo" es un rasgo esencial
de la estrategia de salvación que se expresa en la vida y muerte de Jesús de
Nazaret, como resumen magistralmente unas palabras de San Pablo:
"Dios escogió lo débil del mundo para confundir a lo que es fuerte" (1
Cor 1, 27).
José J. Romero Rodríguez